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Se amplía la brecha
vo mantener su dominación imperialista en declive. Para detener dicha ofensiva es necesario exigiralgobiernodeEspañaquedéejemplo aescalaeuropeaeinternacional,desmarcándose de los objetivos belicistas de Estados Unidos, saliendo de la OTAN, cerrando las bases militares de Estados Unidos en España, y reduciendo drásticamente el gasto militar.Endefinitiva,avanzarhaciaunaverdadera independencia, neutralidad y soberanía estratégica, que facilite un papel de mediacióndeEspañaenlosconflictos. Es hora de desmontar las viejas alianzas militares que solo provocan respuestas similares en los países que se sienten objeto de su amenaza. Hay que acabar con las estrategias de dominación y superioridad de las viejaspotenciascoloniales. En su lugar, debemos promover el diálogo y lacooperación,laconvivenciapacíficaentre
estados y pueblos, respetando las soberanías de las naciones y estados, impulsando la superación de la globalización neoliberal y la grave desigualdad y pérdida de derechos sociales, laborales y políticos que ha causado. Solo con la solidaridad, la redistribución de la riqueza, un comercio justo, crearemos las condiciones para construir la fraternidad entre pueblos en condiciones de igualdad quepermitapreservarlapaz. En la próxima cumbre de la OTAN, llamamos a la ciudadanía, a los movimientos sociales y fuerzas políticas democráticas y pacifistas a movilizarse y alzar su voz en defensadelapaz: ¡OTANNO,BASESFUERA! Este manifiesto está firmado por CUT, junto a otras organizaciones combativas del estado español.
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Se amplía la brecha entre los trabajadores
Se amplía la brecha entre los trabajadores y dueñosdelcapital. Las mujeres han sido más duramente afectadas por la crisis; el empleo femenino se ha vistoreducidoenun5porcientoenel2020, frente a un 3,9 por ciento de los hombres; además, el haber tenido que intensificar las actividades de cuidado y educación de los niños en el hogar ha provocado un aumento deltiempodetrabajonoremunerado. En el contexto de la crisis mundial del capitalismo y del desate de la pandemia del Covid 19, la brecha que separa a la gran burguesía de los trabajadores y los pueblos se ha ampliado, esto por efecto de la mayor concentración y centralización de la riqueza en pocas manos, por un lado, y por el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el año anterior se perdió el 8,8 por ciento del total de horas de trabajo, el equivalente a las horas trabajadas en un año por 255 millones de trabajadores a tiempo completo; la mitad de estas horas se debió a la destrucción de fuentes de empleo. Enrelacióna2019,elempleototalseredujo
en 144 millones de trabajadores; de no ser porlapandemia—señalalaOIT—sehabrían creado unos 30 millones de nuevos puestosdetrabajoen2020entodoelmundo. Los índices de pérdidas de horas de trabajo se mantienen en cifras altas en lo que va de este año; el primer trimestre se observó un déficitdehorasdetrabajototalesdel4,8por ciento y del 4,4 por ciento en el segundo trimestre, esto es, 140 millones de empleos a tiempo completo en el primer trimestre y 127 millones en el segundo trimestre [1]. Las regiones más afectadas son América Latina,EuropayAsiaCentral. El incremento de la desocupación, la disminución forzada de las horas de trabajo, en unos casos, y el alargamiento de la jornada laboral sin reconocimiento en el salario, en otros casos por efecto del establecimiento del teletrabajo, la contracción del mercado interno de los países ha significado la caída de los ingresos y el incremento de la pobreza. Los datos que al momento se conocen respecto del comportamiento de los salarios muestran una presión a su disminución o a un incremento menos acelerado que en el período 2006-2019, es decir previo a la crisis. La OIT prevé para este año la creación neta de 100 millones de puestos de trabajo, que «seguirá siendo más bajo que su nivel previo a la crisis». Además, calcula que «el déficitmundialdepuestosdetrabajoinducido por la crisis se situará en 75 millones en 2021 y en 23 millones en 2022. El incrementodeldesempleosemantendrá,pasando de 187 millones en 2019 a 220 millones en 2021. La recuperación sería algo más rápida enlospaísesdeingresosaltos. Los trabajadores informales se han visto gravemente afectados por la crisis; en el año 2019 se calculaba que el 60,1 por ciento de la fuerza de trabajo mundial estaba constituida por estos, aproximadamente 2 000 millones de personas. «Los asalariados informales tenían tres veces más probabilidades que los asalariados formales, y 1,6 veces más probabilidades que los trabajadores por cuenta propia, de perder sus puestos detrabajoaconsecuenciadelacrisis».[2] Las mujeres han sido más duramente afectadas por la crisis; el empleo femenino se ha vistoreducidoenun5porcientoenel2020, frente a un 3,9 por ciento de los hombres; además, el haber tenido que intensificar las actividades de cuidado y educación de los niños en el hogar ha provocado un aumento del tiempo de trabajo no remunerado. Las mujeres han dejado de recibir 800 000 millones de dólares de ingreso a nivel mundial debido a la pandemia. Los ingresos perdidos en 2020 equivalen a la riqueza conjuntade98países. Para millones de jóvenes, este período ha significado—también—laimposibilidadde incorporarse al trabajo productivo o se han visto obligados a aceptar empleos con salarios más bajos que los establecidos oficialmente, debido a que existen menos puestos de trabajo. Millones de ellos también se vieron obligados a abandonar sus estudios, debido a las dificultades económicas. De esta manera, ha crecido el número de jóvenesquenotrabajanniestudian.