Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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RE VISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRIQUENA ANTROPOLOGfA HISTORIA LITERATURA ARTES PLASTICAS TEATRO MUSI CA

ARQUITECTURA

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niumero ABRIL -

JUNIO, 1962

___ Sa~ n Juan de Puerto Rico


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DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA JUNTA DE DIRECTORES Eugenio Fernandez Mendez, Presidente Enrique Laguerre · Arturo Morales Carrion · Salvador Ti6 Teodoro Vidal · Guillermo Silva · Enrique Campos del Toro

Director Ejecutivo - Ricardo E. Alegria A partado 4184

SAN JUAN DE PUERTO RICO

ANOV

1962

NUM. 15

ABRIL - JUNIO

SUMARIO

Dos paisajes franceses de Francisco Oller por Juan Antonio Caya Nwio Universo del canto: regreso a la poesia por Concha Melendez .

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La parenLela por Luis Rafael Sanchez

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Exposici<'>n Ta·lleres de Artes Plasticas del InsLituto de Cultura Puertorriqueiia

15

Apunte historico sobre los gremios en Puerto Rico por Aida R . Caro Delgado

17

Francisco Villaespesa en Puerto Rico por Luis Hernandez Aquino

20

La Bruja - cuento por Matias Gonzalez Garcia

25

Me vendo por 400 pesos por Antonio Rivera

32

Exposici6n de Myrna Baez

34

Ruinas espaiiolas en Puerto Rico por Dora Isella Russell

36

Romeria politica de Eugenio Maria de Hostos por Cesareo Rosa Nieves .

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El Quinto Festival de Teatro por Francisco Arrivi

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D. Jaime O'Daly por Bibiano Torres

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La iconografia de San Julian de Cuenca por Arturo Davila .

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Reseiias Bibliograficas

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SEPARATA

Danzas Cortas: Lola, Anita, Mercedes, Aurea Rafael Balseiro Davila, Compositor Puertorriqueiio Lamina - "Los Coches de Ponce" por Miguel Pou Coleccion - M useo de Arte de Ponce.

COLABORADORES PUBLICACI6N DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA Dirrctor: Ricardo E. .Alegria Grabado

po~tada :

A. Martorell

Disef10 e Jlustradoncs: Carlos Marichal Fotografias: Jorge Diana y Conrad Eiger

Aparcce trimestralmente Precio de! ejemplar................................................................................ $0.75 Suscripci6n anual.................................................................................. $2.50 [Application for second class mail privilege pending at San Juan, Pueno Rico]

IMPRESO EN PUERTO ruco POR LOS TALLERES DE ARTES GRAPICAS DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCI6N P0BLICA • 1962 • Print,,/ in l'lmto Rito


JUAN ANTONIO GAYA Nuffo, doctor en historia por la Universidad de Madrid, ha realizado una copiosa labor de cursos y conferencias en Espana, Portugal, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, dedicando su principal actividad al libro y al ensayo. Ha publicado i:reinta y siete volumenes, que abarcan obras de erudicion, de estetica y de creaci6n literaria, entre ellos La pintura espanola fuera de Espana, Guia de las museos de Espana, El arte en la intimidad, Entendimiento del arte, El santero de San Saturio y Tratado de mendicidad. Miembro del Insti tu to de Coimbra y de la Hispanic Society of America, de N ueva York, es actualmente profesor de la U niversidad de Puerto Rico.

BIBIANO ToRRES RAMIREZ, licenciado en filosofia y letras, es profesor ayudante de la catedra que en la Universidad de Sevilla posee el doctor Calderon Quijano. EspeCializado en historia de America, en 1953 logr6 una beca del Instituto de Cultura Hispanica que le permiti6 via jar durante un afio por Argentina, Brasil, Chile y otros paises de la America del Sur. En la actualidad trabaja en su tesis doctoral, titulada Organizaci6n politica y militar en Puerto Rico durante la segunda mitad del siglo XVIII.


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FRANCISCO ARR1vf, poeta y dramaturgo, naci6 en San Juan y estudi6 en la Universidad de Puerto Rico. Becado por la Fundaci6n Rockefeller, curs6 estudios de arte teatral en la Universidad de Columbia. Por varios afios fue director de programas de la radioemisora WIPR, adscrita a la Secretarfa de Instrucci6n Publica. Actualmente dirige el Programa de Teatro del lnstituto de Cultura ¡ Puertorriquefia. Su producci6n dramatica incluye Club de solteros, montada por primera ¡ vez en 1940, Alumbramiento (1945), Maria Soledad (1947), Caso del muerto en vida (1951) y Vejigantes (1957) , premiada en 1959. Ha publicado los poemarios Isla y nada (1958), Frontera (1960), premiada por el lnstitituto de Literatura Puertorriquefia, y Ciclo del ausente (1962). Lms RAFAEL SANCHEZ naci6 en Humacao en 1936. En la Universidad de Puerto Rico se recibi6 de bachiller en artes especializado en humanidades. Torno luego cursos de dramaturgia y literatura en la Universidad de Columbia. Ha laborado en el teatro desde la adolescencia, destacandose como actor, direc~or y au tor. Ha escrito La espera, estrenada en 1958 por el Teatro Universitario; La hiel nuestra de cada dia y Los dngeles se han fatigado, estrenados en el Cuarto Festival de Teatro Puertorriquefio en 1961 bajo el titulo de Sol 13, interior; y Farsa del amor compradito, estrenada por Yukayeke en el mismo afio. Varios de sus cuentos le han valido premios de la Universidad de Puerto Rico y Ciel Ateneo Puertorriquefio. Actualmente hace estudios hacia la maestria en artes en la Universidad de Nueva York.

CESAREO RosA NrnvEs naci6 en Cayey. En 1944 se recibio de doctor en filosoHa y letras de la U niversidad N acional Aut6noma de Mexico. Poeta, ensayista, dramaturgo y critico, ha publicado varias obras de poesfa y proyectado en su producci6n teatral temas de nuestra historia y nuestro folklore. Entre sus obras en prosa y en verso figuran: La poesia en Puerto Rico: estudio critico-hist6rico del verso puertorriqueiio (1943), La ldmpara del faro (1957), Tierra y lamento y Siete caminos en luna de sueiios (1958). Tambien ha compilado y anotado el Aguinaldo lirico de la poesia puertorriqueiia, antologfa en tres tomos (1957). El doctor Rosa Nieves pertenece al claustro de la U niversidad de Puerto Rico.

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AIDA CARO DE DELGADO naci6 en Hato Rey. Bachiller en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico (1943), en 1944 obtuvo el grado de Maestra en las mismas disciplinas de la Universidad de Tejas, y en 1954 se recibi6 de doctora en filosofia y letras de la U niversidad de Madrid. Durante dos afios fue directora del Archivo Historico del Ayuntamiento de San Juan. Actualmente es catedratica de historia de la Universidad de Puerto Rico.


CoNCHA MELENDEZ, ensayista y critica literaria, naci6 en Caguas y en 1932 se doctor6 en filosoffa y letras en la Universidad N acional de Mexico. Durante muchos afios fue catedratica de literatura hispanoamericana en la Universidad de Puerto Rico, cuyo Departamento de Estudios Hispanicos dirigi6. Ifotre sus numerosas obras figuran La novela indianista en Hispanoamerica (1933), Signos de lberoamerica (1936), Entrada en el Peru (1941), La inquietud sosegada: estudio sobre la poetica de Evaristo Ribera Chevremont (1946) ; Ficciones de Alfonso Reyes (1956); Figuraci6n de Puerto Rico y otros ensayos (1958); y El arte del cuento en Puerto Rico (1962) , libro premiado por el Instituto de Literatura Puertorriquefia. La doctora Melendez es profesora emeritus de la Universidad de Puerto Rico.

ARTURO V. DA.VILA naci6 en San Juan. Rizo sus estudios de licenciatura en la Universidad de Madrid, donde se especializ6 en historia y obtuvo, en 1960, el grado de doctor en filosofia y letras. Es autor de la obra La isla de Vieques en la historia (su tesis doctoral) y de otros trabajos de investigaci6n sobre la historia religiosa y el arte en Puerto Rico, algunos de ellos publicados en numeros anteriores de esta Revista. Es profesor en las Facultades de Estudios Generales y Humanidades en la U niversidad de Puerto Rico, secretario de la Comisi6n Asesora de Monumentos Hist6ricos del Instituto de Cultura Puertorriquefia y miembro de la Junta de Arte Sacro del Arzobispado de San Juan.

DoRA l5ELLA RussELL, escritora uruguaya de renombre internacional, represent6 a su pais en el IV Congreso de Poesia Puertorriquefia. Ha¡publicado los libros Sonetos (1943), El canto irremediable (1946), Oleaje (1949) y Los barco.s de la noche (1954) . Se ha distinguido igualmente como ensayista, y en ta! caracter se le deben varios trabajos sobre Juana de. Ibarbourou, cuyas Obras completas (colecci6n "Joya", de Aguilar), ha compilado y anotado. Tambien ha pronunciado conferencias sobre temas literarios en .varios paises de Suramerica y en Puerto Rico.

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ANTONIO RIVERA estudi6 en la Universidad de Chicago, donde se recibi6 de Maestro en artes (1926) y en la Univer. sidad Nacional Aut6noma de Mexico, que. le confiri6 el grado de doctor en filosofia y letras (1944) . Durante algunos afios fue director del Departamen to de Ciencias Politicas del Instituto Politecnico de San German (hoy Universidad Interamericana), y desde 1933 es profesor de historia en la Universidad de Puerto Rico. El doctor Rivera se ha distinguido por sus¡ investigaciones acerca de la historia de Puerto Rico en el siglo XIX y sobre el particular ha publicado numerosos articulos y monografias en revistas del pais y del exterior. Entre sus trabajos figura la conferencia titulada Acercdndonos al Grito de Lares, publicada en 1958 por el Instituto de Cultura Puertorriquefia.


LUIS HERNANDEZ AQUINO naci6 en Lares. Maestro en artes de la ¡ U niversidad de Puerto Rico, en 1952 se recibi6 en la "de Madrid de doctor en filosofia y letras. Director de las revistas Insula, Bayodn y ]aycoa, y colaborador en numerosos periodicos, su labor literaria le ha merecido premios de diversas entidades culturales. Ha publicado los poemarios Niebla lirica (1931), Agua de remanso (1933), Poe¡ mas de la vida breve (1939), Isla para la angustia (1943), Voz en el tiempo (1952) y Memoria de Castilla (1956) . Es ademas autor de varias antologfas de poesia puertorriquefia y de la novela La muerte anduvo por el Guasio (1960). Pertenece al claustro c!e la Universidad de Puerto Rico.

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Dos paisajes franceses de Francisco Oller Por juAN ANTONIO GAYA Nurfo

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E LOS MUCHOS SUSTANCIALES DESCUBRIMIENTOS QUE

me proporcionaron las varias visitas a la exposici6n de "Dos Siglos de Pintura Puertorriquefia", una de las tantas generosas actividades del Instituto de Cultura Puertorriquefia, creo que el mas sorprendente fue el relativo a la obra francesa de Oller. Es decir, a dos cuadros de los alli mostrados del inquieto pintor isleiio, merecedor de bastante mas glosa y mas estudio de los que ha alcanzado. Estudio y glosa que · me parecen ser obligaci6n de los criticos y eruditos de Puerto Rico y cuya aparici6n no debiera seguir siendo demorada. Se trata de un impresionista de la mejor epoca, de uno de los hombres que configuraron -en mayor o menor proporci6n- la primera escuela de pintura francesa destinada a estimaci6n mundial, asi como de uno de los mas importantes pintores puertorriqueiios de .todo momento. Si Oller hubiera sido natural de Guadalupe o de la Martinica-no digo ya de haber nacido en Nantes o en Aviii6n- su vida y milagros serian conocidos bien al pormenor, porque Francia se ha cuidado de historiar y comentar hasta la mas gris de sus median:ias, y, hasta de haber' sido espaiiol, con todo y no tompartir Espana ese mismo afan de glorificaciones, dispondria de alguna monografia. Pues bien, esta monografia sobre Francisco Oller parece ser inexcusable si Puerto Rico desea pagar con justicia SU deuda a este mas que interesante pintor. Y, al excitar a la empresa, me apresuro yo a aiiadir mi granito de arena, que es el .de un recien llegado a la cultura puertorriqueiia, cierto, pero actuando bajo un primer impulso de devoci6n para con un hombre que entiendo fuera de serie en el panorama de la pintura de n6mina hispana del ultimo tercio del siglo XIX.

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Apenas hay bi6gra£o o comentarista £ranees de

Cezanne que deje de transcribir, en una u otra ocasi6n, el nombre de Oller, pero podemos estar seguros que sin tener la mas leve idea de SU labor. En cuanto a los espafioles, si consultaron la Galeria de artistas espaiioles del siglo XIX, de Ossorio y Bernard, no haran sino encontrar un articulo biografico que de nin:gun modo puede dar idea de su importancia. Incluso, mas afortunado Oller que Campeche, figuran sus notas biograficas - las minimas - en el conocido repertorio de Thiene-Becker, vol. XXVI, pag. 9, tambien sin sacar de ninguna duda acerca de cual fuera su pintura. En consecuencia, sera inutil recurrir a las obras de tipo general. Si se desea tener datos fidedignos acerca del pintor, hay que llegarse a los muy concretos, pero parciales, sobre algunos de los momentos clave de sus relaciones con otros patriarcas del Impresionismo, como son los excelentes articulos publicados por el Dr. Osiris Delgado en esta misma revista. Sin embargo, para fijar con alguna exactitud el ambiente en que se mueve Oller, sera preciso ponderar su cometido en la intersecci6n de dos corrientes pict6ricas tan disimiles como son el lmpresionismo £ranees y la pintura academica espafiola del mismo tiempo. Este sencillo panorama queda suministrado por las fechas de nacimiehto del pintor puertorriquefio y de los que seran SUS colegas. Francisco Oller y Cestero nace en 1833, un afio despues de que hayan visto la luz, por una parte, el gran Manet; por otra, Casado del Alisal y Di6scoro Puebla. Un afio mas tarde, 1834, es el del nacimiento de Degas, asi como el de Alejo Vera y Vicente Palmaroli. Contemporaneidades estas que no dejan de sorprender incluso al autor de estas Hneas, porque se trata de nombres tan dispares cual si los pirineos, en este caso, no separasen dos naciones contiguas, sino dos planetas. Aun podria con1


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Paisaje Frances II Coleccion del lnstituto de Cultura

Paisaje Frances I Coleccion de l Instituto de Cultura 'Puertorriqueiia


tinuarse la sorprendente doble columna de fechas agregando queen 1835 nacen Antonio Gisbert y Marti Alsina, y que en 1839 y 1840 ocurre otro tanto, respectivamente, con Cezanne y Monet. En fin, en 1841 nace Renoir. Asi, la trayectoria de un pintor de orbita espanola tenia que moverse necesariamente en el poco apetecible clima de la pintura de historia, de las ambiciones de medallas en las exposiciones nacionales y en la ilusion del premio final de un sillon en la Academia de San Fernando. Tal es el ambiente que hallara nuestro puertorriqueno en Madrid cuando llega en 1849 desde su isla tropical. En realidad, poca cosa para un muchacho lleno de animos y de esperanzas de gloria. Un ambiente estrecho y mezquino, casi totalmente desentendido de lo que se esta fraguando al otro !ado de la frontera, aunque tan solo sea en la preparacion del naturalismo. Los artistas espanoles no sonaban sino con Italia, con la pension en Roma, pero la verdad era que Roma podia ensenar muy poca cosa en cuanto a arte vivo. Nadie pensionaba en Paris, y esta venia a ser para los jovenes artistas como una ciudad prohibida. De aqui que el arranque de Oller, al trasladarse .a la capital francesa en 1857, nos parezca mucho mas trascendental observado desde el panorama de la total pintura espanola del tiempo que desde SU reducida isla. Y aun mas trascendental si seguimos sus cambios de taller. Primera, con Manet, al taller de Couture, uno de los tantos - y de los mas vacuos y falsos - escenografos de falsas y mentirosas arqueologias. Ya es importante el condisdpulo, Manet, mas que el maestro. Luego, al taller de Courbet, el mas avanzado, en todos los sentidos, del Paris cada dia mas rebelde a N apoleon el Chico. Ya por 1862, con Manet, con Bazille, con Guillaumin, con Sisley, con Renoir, con Guillemet, con Cezanne, Oller se agrupa un poco en torno de Pissarro, que viene a ser el decano del grupo. El Impresionismo esta comenzando, y el unico nombre de ortografia espanola de la gran aventura es el de Francisco Oller. Por desgracia, la aventura no es todo lo cumplida que deseariamos, porque Oller vuelve a su isla natal. Pero regresa a Paris en 1874, cuando ya se estan curando las heridas de Sedan, de la Commune, del fin desastroso del Imperio, cuando ya se esta consolidando la Tercera Republica. Oller se ha ahorrado una dolorosa experiencia. Y durante los cuatro anos de esta SU segunda estancia francesa se adentra mas en el mecanismo impresionista. Entiendo que datan de esa epoca los dos paisajitos - no fechados - expuestos ahora en el Instituto de Cultura Puertorriquena. Ambos son tan programaticos de la estetica impresionista como no podria serlo mas ningun otro de Pissarro. Y me refiero a Pissarro porque, decano del

grupo impresionista, fue el que dicto las norrnas de la tal escuela, aunque esta fuera superada por varios y muy diversos modos individuales. En cualquier caso, la tecnica de la pincelada muy menuda, de la luz tamizada p6r la espesura de! bosque, de las superficies ampliamente soleadas, de! jugoso verdor buscado y encontrado de modo muy analitico, si recuerda a otros primates de la escuela es, principalmente, a Pissarro. En ambos cuadros se trata de! mismo lugar visto desde dos puntos opuestos; un ribazo o cuesta en medio de un boscaje, una de las versiones dejando ver en el fondo una mujer que marcha tras cinco gansos, y en el centro de la composicion, un muchacho apoyado en un arbol. En el otro cuadro, de aun mas bella compostura, el aditamento humano que rara vez falta en el paisaje impresionista se confia a unos cuantos bartulos de pintor; dos sillines, dos cuadritos comenzados sobre sus caballetes, ca jas de colores, un sombrero y una sombrilla sobre el cesped. Tras estos elementos, la perspectiva de la arboleda, proyectando un sol tranquilo y suave, de amanecida, sabre el pronunciado ribazo. Evidentemente, se trata de uno de los lugares normandos, no lejos de! Sena, que atraian a los impresionistas. Mientras tantos de sus colegas espanoles esterilizaban su genio en Roma, discurriendo asuntos complicados y falsos, tramoyas historicas y biblicas, imaginando lienzos de tamano colosal, Francisco Oller participaba del primer aliento renovador de la pintura moderna y era el unico artista de nombre y habla hispanos que se integraba en la gloriosa aventura. Fue una pena que los ambientes espanoles vividos desde 1878 a 1884 se la fueran borrando de la memoria y de la inquietud; que los halagos oficiales y la vuelta a Puerto Rico fueran eliminando progresivamente la no escasa cantidad de rebeldia concentrada en los cuadritos comentados. Pero no es posible olvidar que tambien los artistas tienen que comer, y, precisamente, en los lugares familiares, en los ambientes propios y solares; pues bien, ni Espana ni Puerto Rico, que caminaba rapidamente hacia SU breve autonomia y hacia el cambio de soberania, podian permitirse a la saz6n el lujo de un pintor impresionista. La verdad es que Espana no obtendr:la ese lujo sino anos despues, y con grandes disgusto y escandalo de las gentes bien pensantes, al aparecer la obra dignisima y extremadamente delicada de Aureliano de Bernete y de Dario de Regoyos. Asi es como el gran impresionista puertorriquefio vuelve a los cauces obligados, esto es, a la pintura costumbrista y sentimental. Asi es como trabaja denonadamente para combinar y mover las enormes figuras de su Velorio, obra, como tantas otras de las suyas, destinadas a impresionar facilmente a la burguesia de San Juan o de Ponce. Y se ha asegurado

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mas de una vez que en el dicho inmenso cuadro y otros de su misma traza quedan recuerdos de la estancia en el taller de Courbet. Ni yo lo entiendo asi ni creo que fuera - de ser ello cierto - hazafia loable la de retroceder desde el impresionismo hasta el naturalismo courbetiano. Mas verdad es que ese Velorio, tan pleno de falsas declamaciones y de gestos imposibles, contiene determinados trozos impresionistas y totalmente dignos de su autor. Re<:ordad que por la puerta de la izquierda se deja sentir en su mayor fragancia un paisaje verde con dos hombres, uno de ellos a ca hallo, ha jo un cielo azul muy fino, muy sensible y rico de matices, el mismo que aparece en los otros dos rompientes de la derecha, uno de ellos, con palmeras. Y esos paisajes de lejania rimestran tambien ribazos o terrenos en declive, recordando los cuadros normandos comentados. Aun podrian seleccionarse, como optimos trozos del enfadoso cuadrazo, los elementos de naturaleza muerta que Oller no pudo idear y realizar sino pensando como impresionista; esto es, la botella, el vaso y las £lores, cerca del nifio muerto. Recordemos que el afio 1894, en que este descomunal lienzo es concluido, esta presenciando los mayores triunfos de la avanzadilla im· presionista. Ni el tema, islefio y ·costumbrista, ni las dimensiones, ni el modo compositivo - tan orientado hacia el aplauso inmediato y multitudinario - hadan posible en este lienzo una manera impresionista. Pero es evidente que Oller era suficientemente fiel a si mismo para no romper abiertamente con una doctrina cuyo prologo a el se debia en alguna proporcion. En consecuencia, su abandono del impresionismo es solo muy relativo. Y la culpa no debe recaer sobre el artista, en cierto modo esclavo del medio en que debia vivir, sino sobre la falta de comprension, de mecenazgo y de identificacion con las nuevas corrientes por parte de las clases sociales que tenian la obligacion de alentar la belleza nueva. En cualquier caso, yo he encontrado en Puerto

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R ico algo de sum.a hnportancia para mi repertorio mental. He entonttado al unico pintor espafiol porque, a la sazon, legalmente espafiol era - que, rompiendo con las rutinas madrilefias, intervino en la creacion del amado Impresionismo. Y que esto acaeciera en un hombre de la generacion de Dioscoro Puebla, de Casado del Alisal, de Alejo Vera, de Vicente P.almaroli, artistas ·excelentes, pero empequefiecidos por el asfixiante clima que hubieron de respirar, no solo .es motivo de gtatisima sorpresa para mi, sino de hondisimo orgullo para la pintura puertorriquefia. Ahora bien, yo, recien llegado a tierras boriquefias, conocedor de poquisima obra de Francisco Oller, soy el menos iridicado para descubrirla y ensalzarla. Espero que otros mas enterados de lo hecho por un hombre muerto en 1917 - ayer, como el que dice se apresuren a bucear en su correspondencia o en su diario - si lo hay -, en lo que quede de su taller, en los recuerdos de quienes le conocieran, muchos de los cuales deben vivir. Es necesario, igualmente, que se cataloguen y reproduzcan sus cuadros y dibujos, dando mayor beligerancia a los que daten de la etapa impresionista, y todo ello hasta construir la biografia critica que sin duda merece nuestro hombre. ~Que si la merece? De haber sido de nacionalidad francesa, dificilmente un amigo de Manet, de Cezanne y de Pissarro - aqnque no hubiera pas.ado de ser amigo - tendria ya hoy una mas que razonable bibliografia. Hasta apunte, con menos conviccion, que la hubiera tenido en el caso de ser espafiol. Pero ello ha de ser urgente, antes de que desaparezcan los que fueran sus amigos, antes de que el trascurso del tiempo siga desbaratando lo que algun dia estuvo unido. El lmpresionismo, desde hace ya muchos afios, no es un movimiento discutible, sino un movimiento glorioso. En fin, tengo deseo de que figure en mi biblioteca un libro sobre el pintor impresionista, puertorriqueno y espafiol, Francisco Oller y Cestero.


Unive~so del canto: regreso a la poesia de Evaristo Ribera Chevremont Por CONCHA MELENDEZ

I. Repaso de La

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sosegada

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N REGRESO A ALGO QUE POR ·A:MOR HICIMOS NUESTRO

en la fc~ntasia, es siem:p re uil acto de jubilosa expectaci6n y de nuevos qescubrimientos. . tste .regreso a la poesia de Evaristo Ribera Chevremont es mas aun: es el cumplimiento de lealtad hacia uno de los caminos por donde anduve. emocio.n ada e inquisitiva hace diecisiete afios, deteniendome en la salida del Iibro Tonos y fo.rmas (1943). :En el descubri el afianzamiento del poeta en un ;;i.rte lleno de gracia, augurio de la clara belleza de su Hrica c;le hoy. Esa Hrica revela la conciencia, la padencia y ·. la consagracion de una vida enteramente volcada .-:- uso una de las imagenes mas recientes en su poesia de ahora - en el canto que ha creado un universo sin muros, en incesante expansion. 2. Mi libro, La inquietu.d sosegada se escribio en febrero de 1945 para un cursillo publico ofrecido por el Departamento de Estudios Hispanic;os. Las conferencias se redactaron mientras se de.senvolvia el curso, pero fueron la expresion de tres afios de estudio de la obra del poeta, completado con mis frecuentes conversaciones con el, y una inolvidable excursion a pie por el viejo San Juan en que nos acompafiaron su esposa Maria Luisa y su hija Iris. Fue un r.e corrido por las calles y las casas de la nifiez del poeta que me ayudo a reconstruir sus primeros afios en el capitulo 1 Primero Sueiio : En Obras Completas de Sor Ju;ma Ines de la Cruz I, Fondo de Cultura Econ6mica. p. 349 y 350, Mexico 1951. 2 La naturale%a en color". San Juan. Imp. Veµezuela . 194~. P. 12.

La infancia cautiva. La invitacion y programa impreso por la U niversidad para las conferencias, indica el lugar: Salon de Actos de Estudios Generales y la hora: 8: 15 de la noche.

Asi, no fue La inquietud sosegada escrito en un seminario de poesia puertorriquefia del siglo XX que dirigi durante el curso universitario de 1941-42. Cinco de los estudios escritos por estudiantes de este seminario, fueron publicados por la Universidad en un Boletin en 1942, aunque entre ellos no aparece el que se escribio sobre Ribera Chevremont por no haber logrado la calidad necesaria para ello. La relacion del poeta con este seminario fue una conferencia que dio a la clase sobre su libro Color. Esto seguramente fue lo que hizo pensar a don Federico de Onis, al escribir el pr61ogo a la Antologia poetica publicada por la Universidad que La inquietud sosegada se hizo durante el seminario. Las paginas de ese libro fueron escritas para oyentes y despues de la primera conferencia los tuve ante mi en el recuerdo mientras escribia las que siguieron. El Salon de Estudios Generales se Beno de profesores y estudiantes y de publico que no era frecuente ver · entre nosotros. Algunos como Blas Oliveras - sentado en primera fila - Pedro Salinas y Domingo Ma· rrero, se ausentaron para siempre en la muerte. O tros, acaso esten aqui hoy. Jose A Romeu y Jorge Font Saldana fueron tambien atentos oyentes. A todos

3 Wallace Fowlie: Mallarme. The University of Chicago Press 1953, p. 173. 4 Hoornaert: Sainte Terese ecrivain. Descles, De Brouwer et Cic. Lille. Bruges, 1925, 372.

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ellos y a los que miraba como grupo cordial mientras leia, debe La inquietud sosegada el tono persuasivo, y e! .estilo por momentos casi coloquial. Mi investigacion entonces se oriento en materiales considerables: nueve libros publicados y cinco ineditos. Es decir, el poeta habia creado ya el universo que iba a expandirse y en varios aspectos a tfansformarse en gracia y perfeccion. Habfa que interpretar ese universo; tratar de descubrir su sentido y su unidad. Y para mf, como para casi todos los que se encuentran en igual trance, el unico modo de ver la totalidad de manera intensa, es haciendo lo que hizo Sor Juana en su Primero Suefio desde su sofiada piramide mental. Al ver que por mirarlo todo a la vez nada vefa, recogio velas, juzgo mas conveniente, a singular asunto reducirse, o separadamente una por una descubrir las cosas .. . hasta que, insensiblemente, la honrosa cumbre mira termino dulce de su afdn pesado (de amarga siembra fruto al gusto grato) y con planta valiente la cima huella de su altiva frente 1 Solo que en mi caso la siembra no fue amarga, sino paciente y alborozada y al terminar, cuando se me pidieron unas palabras para el programa que anuncio las conferencias, escribi: La poesia de Evaristo Ribera Chevremont no habia sido estudiada aun en su conjunto dentro del marco que a la vez la limita y la ilumina. El estudio de ese conjunto me dio uno de los mds bellos ejemplos del combate ennoblecedor del artista por encontrar los caminos para su particular mensaje. Combate sostenido por Ribera Chevremont con lealtad y pureza rarisimas en nuestra historia literaria. La obra asi estudiada revela al fin el encuentro con "lo fuerte y lo sencillo", "la inquietud sosegada del poeta en trance de jubilosa creaci6n cierto ahora de "el humano y preciso rumbo de su canto". En Puerto Rico Ribera Chevremont es, ademds, actitud despierta a las vibraciones universales del arte de la poesia aplicadas a expresar los tonos y formas que su Isla le propane en historia y naturaleza. Los dos primeros capftulos de La inquietud sosegada - Guion de siluetas y La infancia cautiva - tienen sabor de biografia novelada. La reconstruccion se hizo sobre datos reales transformados un poco por la fantasia. En La infancia cautiva vislumbre la primera linea de continuidad que aclara y une la obra total del poeta en su aspiracion a. la poesia integral. Asi lo afirmo en estas palabras: "El tiemp¡o se anula entre las vivencias de la infancia y las evocaciones del

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hombre, porque el sentir es el mismo ante aquellos objetos y lugares persistentes en el recuerdo con el movimiento de ternura o exaltacion que provocaron en la infancia." En el capitulo tercero estudie La faz de Espana en la conciencia y la poesia del autor. De nuevo la generalizacion afiade un rasgo al retrato que va surgiendo de esta poesia: "En su generaci6n el poeta representa aquella parte del alma puertorriquefia que se asienta en lo espafiol como algo entrafiable, algo que sobrevive con desconcierto ante los rapidos cambios que empujan la sensibilidad hacia otra vision del mundo o producen la nostalgia de tradiciones y costumbres desvanecidas. Su viaje a Espafia no fue una aventura de la curiosidad, sino impulso vital de un alma que busca en las fuentes originarias, la integracion de su ser." El capftulo Limites de mar puntualiza el hecho de la casi ausencia hasta entonces entre nosotros, de poetas que hubieran hecho poesia de mar y situa a Evaristo en la categoria de nuestro poeta del mar como fenomeno del universo y como parte dt; nuestro mundo natural. Me base entonces en poemas de sus primeros libros y especialmente en Tu, mar, y yo y ella, todo un canto al mar, unico de los libros ineditos que estudie, que se ha publicado (1946). En libros posteriores el mar reaparece, cada vez mas amado, escudrifiado en sus grandes y minimas bellezas, hasta volver a ser personaje dominador en el libro que acaba de aparecer este afio Inefable orilla (1962) . El lugar de los arboles en este universo se estudia desde la convivencia con los almendros de la infancia hasta la divinizacion del ausubo y los movimientos sobrenaturales con que el poeta los inviste cuando los asocia a la noche. En ellos ve las virtudes que busca para si: la humildad, la gracia, la dacion. Los ve levantando sus ramas a la luz, huyendo del barro, simbolos de lo humano aspirando a divinizarse. La zona modernista se comenta en otro capftulo, con sus acercamientos a Dario y Lugones. Pero aqui vuelve a acentuarse la aspiraciori a la poesia integral que sefiale entonces: el poeta no se dejo invadir por la fascinaci6n del modernismo con exclusion de otros caminos. Uno de los libros ineditos El hondero lanz6 la piedra, sigue pareciendome de importancia quei no debe soslayarse en el estudio del sentido y el alcance de la poesia de Ribera Chevremont. Sigo encontrando en el, un intento logrado de las formas versolibristas y la adaptaci6n de los procedimientos mas dificiles en la creacion de la imagen. La "estela de Whitman" que Guillermo de Torre busco en su


ensayo del mismo titulo, en la poesia hispanoamericana, se marca en este, no solo en el manejo del versolibrismo sino en las dos actitudes con que Whitman ensancho las zonas de la poesia: su declaracion de escribir los poemas de la materia y el cuerpo y la nivelacion de los seres y las cosas a un piano de interes que los acerca en la unidad universal. En El hondero lanz6 la piedra aparece definida la actitud regidora en la creacion de nuestro poeta, de hacer del canto un universo, o como dije entonces un cosmos. El yo se aqui es saber de lo elevado y de lo minimo, como ejercicio para seguir avanzando hacia los estados de espiritual belleza que estudiaremos en sus libros de hoy. Dos poemas del Iibro, Tu, muerta y La Tejedora estan reproducidos y analizados en La inquietud sosegada. Otros aparecen en la Antologia de la Editorial Universitaria y alguno, en la de Cultura Hispanica, Madrid. El manuscrito de El hondero lanz6 la piedra revela que la composicion del libro se hizo en los afios 1921 - 1924. Fue una audacia de talento creador y de juventud que se replego en sf misma ante la incomprension con que fue rechazada en nuestro ambiente de entonces. Al llegar a Color (1938), pisamos la tierra firme que la mejor critica de los ultimos tiempos acepta como la hora de afianzamiento y madurez. Es el camino de "lo fuerte y lo sencillo" poesia que anticipando los sucesos poeticos de hoy describi como "limpia, aligerada de lo innecesario, vertida en una lengua reluciente en que las palabras se alinean con la elegancia derivada del dominio de sf y la familiaridad amorosa, mas siempre digna, que no permite el mas leve desliz al decoro." Es el arte en fin, de Tonas y formas (1943). Sigo creyendo que ese libro es la afirmacion definitiva. En el se levanta el canto, "burlando pesadas estructuras", ennoblecido por el extasis de la belleza. Porque SUS contemplaciones han de dar al poeta desde ahora "alimento de eternidad." Al cerrar mi ultima conferencia quise dejar en mis oyentes una imagen del poeta en el punto de lucidez creadora adonde lo llevo su constancia y su devota indagacion sobre la huidiza Amada "blanca sobre toda flor": la Poesia. Y les dije : "De intento quiero quedarme y que vosotros os quedeis con la vision del poeta en actitud de mansedumbre y sabiduria, en inquietud gozosa y prodiga, acrecentadora de ardimientos, prometedora de una creciente cercania a la eterna belleza:"

Esta inquietud que es inquietud redonda me da una plenitud de hondero y honda en su maravilloso encendimiento.

Esta inquietud, par siempre sosegada, con el milagro de su llamarada me da una lucidez de entendimiento. I El milagro de su llamaradal El fuego del canto que vislumbro desde muy atras en aquel soneto Leyendo a Teresa de Ahumada en La hara del orifice, (1929). Ya lo tiene en su corazon. Pero ha de luchar con su quemadura avanzando por el cauce de cuatro libros.

II De Tonas y formas a La llama pensativa.

Hay horizontes imprevistos y fulgurantes secretos, nos dice el poeta en La canci6n de los horizontes del libro Anclas de oro (1945), retorno de la atenci6n a su mar de siempre. A los oleajes del Atlantico cuenta como esta anclado en las verdes islas, "en belleza de canto". Ese anclaje es la firmeza y equilibria que ahora lo hacen ver el canto como motivo de su presencia en el mundo, eslabon que lo une a Dios. Consciente de su madurez - "un oro en torrentes eclipsa los rojos" - escribe la leve Sinfonia de otoiio, pieza de antologia que ocupa en la de la Editorial Universitaria, su justo lugar. Su canto es ahora deseo de paz. Recogimiento quiere que sea el ademan y el gesto de su arte. Pero en el mismo afio de Anclas de oro (1945) publica Barro donde vuelve al estilo de El hondero lanz6 la piedra. EI barro es un dragon rojo siguiendo "al hombre que cabalga sobre el hombre". Es el simbolo del jibaro descalzo "en campos donde el buey y el hombre padecen". De esta vision sombria el poeta pasa a Verba (1947), elogio de la palabra en intimidad con sus secretos. Alli tiene la revelacion de la luz del Unigenito, "encarnador de la gracia" y empieza a aspirar al don mistico, porque siente al verbo "voz en su voz'' "llama en su llama". Se anuncian de ese modo dos Iibros proximos, continuadores del arte de los mejores momentos de Tonas y formas, pero mas valiosos por su originalidad y hondura: La llama pensativa y El Semblante. El deseo de conjunto lo impele al afan de unidad: "que todo en mi sea uno". En Verba empezo ¡a concretarse la serie de estados caracteristicos de .este momenta, expresados casi siempre en secuencias de sonetos: el estado de soledad, el estado de jubilo, el de la gracia, el de contemplacion, unas veces de la muerte y otras de la madurez, que acaba por confundirse con el estado de gracia. Podriamos decir que La llama pensativa arde ya en esos grupos de sonetos tan identicos en tono al de aquel libro. Aqui aparece tambien la otra imagen que acompafia a La llama pensativa, el rio increible, el rio volcado que ha de verterse en otro libro.

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El estado de soledad en el soneto sexto de ese grupo, nos deja la vislumbrante del secreto de lo que nos espera en este universo del canto donde el fuego, el verbo y la voz se entrelazan: Tengo la voz - paloma hoy en mis manos, la tengo para mi, no prisionera.

Los sonetos del jubilo intensifican y enriquecen el estado de ventura, que se alcanza segun un soneto de Tonos y f ormas cuando se logra la perfecta forrna para el pensamiento. El estado de jubilo es la con.ciencia de todo cuanto en la forma llena de esplendor "se rinde a la avidez de la mirada''. Jubilo ante el tallo de una flor, el amanecer, el prodigio de la vida, la renovaci6n del canto. Pero se afina y vuela en este verso de asombrosa sugerencia: Gozo de canto en ilusi6n d,e rama.

Ha llegado la nueva primavera en la madurez, ofre~iendo el canto en "eternas llamas". El estado de gracia se anuncia en los Sonetos del fuego. La presencia de Dios, aludida cada vez con mas ins1stencia se vuelve motivo del canto: Soy columna de fuego levantada a Dios - f orma de am or y de armon{a.

El amor universal llena su conciencia ahora, porque se entrega todo a ese amor y promete esculpir su llama en el poema: En esta llama eternamente viva ha de quedar la imagen que me a-piva el alma, para el canto que a Dios clama.

Tal fuego, nos dice el poeta, no es improvisaci6n. Es depuraci6n por el dolor. Es dolor que paga en sonrisa. Un indicio que pronto ha de manifestarse en esplendor nuevo de belleza, se anuncia en esta identificaci6n con el Verbo, el Amado de los mfsticos cristianos, Palabra que se ajusta a lo creado y que tiene los signos del Amado aun mds que por la rosa, por la espina.

El estado de gracia es estado de paz, de contemplaci6n cada vez mas insistente: "gracia y vida en lo infinito". Las¡ palabras gracia y gracioso se deslizan ahora a cada paso por la poesfa que el poeta mismo llama de madurez. La palabra gracia esta qsada en sus doi; connotaciones mas importantes: libre don de Dios a.I hombre logrado por su afinamiento espiritual y gracia del gesto de las cosas, de su donaire y a tractivo. En Verbo se anticipan tres sonetos de la muerte,

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tema de l:;i. primera parte de La llama pensativa. En los de Verbo, el canto, "columna firme, flor de piedra en suefios sustentada" vencera a la muerte. U nidos al estado de gracia van el silencio, la madurez y la belleza. Es en el primer soneto de esta serie que alude a la visi6n teresiana de Cristo rodeado de esplendores por gracia del silencio. Esa visi6n debi6 ip.citarle sin dnda a buscar tambien en SUS imernas moradas, la misma visi6n. La ultima pagina de Verbo ilustra una de las contradicciones que hicieron pensar a don Federico de Onfs que la contradicci6n es rasgo de originalidad de esta poesfa. Agarrado a un mundo que siente tremendo, se mira solo "un poco de dolor y barro". Mas sabemos la transitoriedad de este estado en quien se cumple jubilosamente "toda mfstica promesa" cuando . . . se levanta con mds brio y ofrece con el lmpetu del rlo que se desborda, el numeroso canto.

En 1951, otro libro viene a juntarse con los anteriores. Creacidn revela en el poema Memoria el momento de interna suma c\e todo lo vivido, cuando la aurora y el ocaso 11e junt;m y funden. Hay una nivelaci6n del tiempo y el espacio en la certeza de que todo es presen~e. Para el poeta la memoria es una deidad de belleza antigua que hace reflorecer recintos de maravilla; toda llena de signos aclaradores de enigmas. Sin ella no hay conciencia de universo; en ella las simientes del canto, como siembra fabulosa,, esperan el llamado del cantor. La nota de autobiograffa familiar reaparece en el autorretrato de la entrada al libro y en los poemas Mi familia y Campanillas moradas. Bajo la adormecida luz de las verdes ventanas en un dia lluvioso, se alza la esperanza de la maxima sabiduria: ser feliz con lo dado por la vida. En Creacidn el poeta recogi6 tambien poemas de El hondero lanz6 la piedra: El Ausubo, El modo de los seres y Las cosas, Vuelos y Ventanas en la noche. Vuelos es testimonio de la concienci;;t de universo despierta muy temprano en Ribera C~evremont y en este poema conciencia de lo sobrenatural en un universo donde en la noche todo vuela: desde los astros hasta el polvo; los movimientos animicos del hombre y los que adquieren las cosas, dotadas de sentimientos humanos: lo tosco es melanc6lico; lo inmenso sufre pesadumbre; el torrente desespera. III

La llama pensativa

Si Tonos y formas es la llegada y el fundamento de lo que .el poeta llama en su arte perdurable primavera, La llama pensativa (1955) es la edificaci6n pri-

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maveral alzada sobre aquel fundamento, con suma luz en el pensamiento y maestria suma en el acuerdo con la palabra. La paloma del Verbo esta en verdad en su mano, pero sabe ahora que no es suya "para si" sino para darla a los demas en la esfera del canto. · Los tres temas del libro: Dios, el amor, la muerte, se resuelven en uno: Dios, el amor, se revela en el canto y el canto vence a la muerte. En la vida del poeta muerte y canto libran un duelo donde el canto, "angel bravio" es el vencedor. Los diez y ocho sonetos de Dios sugieren el tema de la a,ctitud y relaci6n del poeta con la Divinidad. cPariteismo? cMisticismo? Resueltamente yo he aceptado el misticismo. Mi convencimiento se fortaleci6 despues de estudiar el libro inedito El semblante con que terminare de sustentar mi convic;ci6n al final de este ensayo. Entretanto me atengo al poeta mismo:

No se me catalogue como pante{sta. El pante{smo no pasa de la creencia de que el unico Dios es la totalidad de la naturaleza. Yo acepto la naturaleza como una ref lex ion de la Divinidad, tan to en las formas mdximas como en las minimas, porque todas ellas se acoplan al plan de la Creacion. 8 Mas la reflexi6n no es la Presencia sino en el caso de todos los misticos que parten de la belleza natural, su contemplaci6n puede ser un estado anterior al extasis: Los sonetos de Dios justifican que llamemos mfstica la experiencia que en ellos se evidencia. Todo se mantiene con Su amor. El extasis se realiza en el · canto. "Lo b.usco' 1 "me llega" son las dos confesiones constantes. El canto es movimiento hacia El: Y cuando irrumpe el canto que a El me mueve, el canto alcanza en su estructura leve la belleza de un vuelo de paloma En el soneto noveno hace el supremo descubrimiento: "La· eterna y suave voz que esta en la roca en la luz, en el iris y en la fuente"- esta tambien en el. Su compaiiia es la mejor espada. Su alegria labra surco en sus venas. El segundo soneto describe la experiencia mfstica, el momento despues del extasis revelado por las cuatro marcas que William James seiial6 como justificadora,s: inefabilidad, cualidad no-etica, transitoriedad y pasividad:

Yo se que es la palabra insuficiente para expresar a Dios en forma pura; para dar el secreto de la fuente perfecta, inmaterial, de la hermosura. Estos versos dan ademas la clave del misticismo de Ribera Chevremont: busca en Dios, ante todo, la fuente perfecta de la hermosura, misticismo estetico

que se ensancha en esplendor segiln va acentuandose en su arte:

Yo se que hasta ml llega la corriente tan de amor, tan de luz, tan de dulzura tan de SU Corazon, tan de SU mente y yo no se expresar tanta ventura. Yo se que Dios me mira, que me toca con su mano tan tierna, mds mi boca permanece cerrada para el canto. El estado de conocimiento de Dios va acompafiado de la pasividad: la boca permanece cerrada para el canto. Entonces, el alma deslumbrada por la gracia se deshace en llanto. Con el llanto, termina el exta· sis: la marca de transitoriedad se evidencia. En los Sonetos del amor la Amada se confunde .con la poesia y el amor se vuelve divino zumo en las venas de Dios:

Circu lo que es principio y fin, esfera que hace· girar de invierno a primavera las horq,s, los minutos, los segundos, llegando a ser por leyes de Dios mismo y acorde con profundo mecanismo la causa de la ronda de los mundos. Los Sonetos de la muerte en La. llama pensativa enhebran el tema donde qued6 en Verbo: el canto vencedor de la muerte. El soneto septimo, resuelve como ha vis to con verdad Pablo ·Cabanas en el pr6logo al libro, la antitesis vida - muerte: la vida es bella porque existe la muerte. Pero creo que la soluci6n va mas alla. La muerte - dice el poeta - da eternidad del ala al canto. Con la muerte "el canto del espfritu en altura" halla su · firme medida y proporci6n, su vuelo eterno separado ya del cantor. Esta idea es la rafz de Toast Funebre, de Mallarme, escrito en la muerte de Theophile Gautier. El cuerpo ciel poeta, al desaparecer en la tumba, simboliza en el comentario de Wallace Fowliea la predestinada separaci6n del hombre y su obra. · Pero esa separaci6n va acompaiiada de la creencia en la resurrecci6n del poeta verdadero despues de la muerte. Un hombre puede desaparecer de los jardines del mundo. Despues, las palabras consagradas por el, como si fueran vasos de vino y luz empiezan su propia y aislada existencia.

IV Rio volcado Tres libros ineditos: Elegias de San Juan, Rio volcado y El Semblante dan fe del arder callado de la llama pensativa, alumbrando la busca de lo perfecta. En el secreto virgineo de lo inedito, estos tres libros me envolvieron con su misterio, mas denso por saberme sola ante ellos. 9


Eleg{as de San Juan es la recreaci6n de Tierra y sombra (1939) poema escrito en la muerte de su hermana, que no satisfizo al autor, acaso porque la inmediatez del suceso apart6 el rigor y el gozo de crear trasformando el dolor en belleza. Las Elegias de San Juan vuelven al tema en la libertad predominante del versiculo, embelleciendo los recuerdos. Toda la melanc6lica nostalgia de la presencia amada se concentra en esta reflexion aleg6rica: La f lor desprendida del tallo es un mensaje para el mundo. El tallo que queda sin f lor es una memoria del tiempo. Rio volcado es una imagen en recurrencia insistente ahora en el arte del poeta. El analisis adecuado de este libro ocuparia un largo ensayo, porque en el, todo lo que he llamado universo del canto encuentra lugar y voz. Se inicia con una secuencia de tres poemas brevfsimos bajo el titulo general de Vaz sin orillas. Este comienzo tiene la sencillez y el tono del cantar. El rio en su nacimiento es una delgada corriente; cada pequefia onda revela un secreto en la concentraci6n cercana a veces al hai-kai: H oja de la rama herida va sangrando par el rio. Verso mio - hoja de la herida vida. Una secuencia mas larga, Ondas, prolonga el tono de la anterior en variantes que asocian al rio con el mar, la voz, el canto, la daci6n del amor, la angustia de infinito. Melancolia de lo que el rio se lleva: "-el otofio es una hufda- de la hermosura". Ansias de colmo y vuelco. Nos dice: "Rio soy y llevo sombra." Pero hay tambien amanecer: A manece para mi Blanco y rosa en tierra y cielos jTu! jTodo viene de ti! En "tu" de este libro, coma la Amada de La llama pensativa nombra a una soiiada imagen de mujer que se confunde con la poesia: "Una mujer- ,:La poesia? -pasa siempre por mi rio." El rio sigue corriendo: ahora es son de ondas y alas, cundido de lenguas interiores. El sonido se vuelve son de romance, amado y conocido. Y la mujerpoesia reaparece, drculo de gracia en la belleza. El iris, otra imagen frecuente en Ribera Chevremont para simbolizar la sintesis de las formas bellas, se asocia tambien al rio, que se ensancha en el poema Rio de gracia: trama de lo seguro en lo inseguro," rfo de Dias. El poema que sigue, Riqueza interior, canta "la virtud de lo que se da en finura". El latido 10

en fuga tiene raiz perdurable en la conciencia y en las lindes ocultos de lo que el poeta llama trasalma. Y el rio avanza y crece, llevando en si lo permanente en lo inestable, ansia de sus matices sin numero, "alta corona de su sofiar de siempre". V

El Semblante

El rio volcado se recoge ahora en su cauce; el universo del canto se vuelve alabanza y adoraci6n de El Semblante, en una concepci6n jesucristiana a la cual el poeta ha puesto coma fondo toda la belleza contemplada desde su conciencia de universo: Una tarde reciente, despues de mi primera lectura de El Semblante of en las palabras mismas del poeta, esta explicaci6n: ] esucristo llen6 mi vida des de nino. . . Cuando empece a comprender que es el hombre y que es el mundo, me percate de que ]esucristo representa para mi un elemento estetico de primer orden. Estudie su doctrina . Mds que estudiarla la guste en su belleza expresional, en el sentido poetico de sus versiculos. Siempre, ayer y hoy me impresiona el fondo moral de su ensenanza; pero en realidad he llegado a El, par el camino de la belleza. No es un ]esucristo decorativo ni el que ha sido motivo de las grandes maestros de la pintura; las sinf onias de las grandes musicos y las poemas de las grandes poetas, sino la interpretaci6n a que personalmente he llegado de lo que hay detrds de la figura de Cristo. Yo parto de Cristo, que es el Dias encarnado, como Dias es el Creador del mundo. El Semblante no es otra cosa que la expresi6n cumplida de la belleza cristiana que es la belleza del espiritu . .. Pero el tema se extiende abarcando no solo la belleza del espiritu en el hombre, sino la belleza del espiritu en la naturaleza. Asi paso, del esplendor de El Semblante a su irradiaci6n en el mundo. Si el mundo manifiesta la belleza es porque obedece al orden del plan divino, y hombre y mundo van a las mismos fines de perfecci6n. El acercamiento a Jesucristo se logra, de acuerdo con esas declaraciones del poeta, por la contemplaci6n que mira en la naturaleza la evidencia del divino espiritu cteador. El modo de contemplaci6n aconsejado por San Ignacio de Loyola al discipulo: el esfuerzo de imaginar la figura de Cristo hasta que ella ocupa por entero la mente, es la otra manera de contemplaci6n en El Semblante. De ambas puede pasarse al extasis. Ribera Chevremont sigui6 los dos caminos acercandose mas al modo contemplativo de Teresa de Avila, que a San Juan de la Cruz, quien practic6 lo que el mismo llama "contemplaci6n oscura." En ella


el conocimiento de Dios se recibe desnudo de representaciones sensibles. Las visiones teresianas de Jesucristo, siempre revestidas de luz y blancura devoci6n impresionan sin duda al poeta, Iector y admirador reverente de la Santa hasta el punto de viajar en Espana por la ruta que ella sigui6 en sus fundaciones. La otra actitud, la contemplaci6n de la naturaleza como creaci6n de Dios y el conmoverse en la consideraci6n de su belleza aparece en casi todos los misticos y es esencial en El Semblante. La naturaleza, dice Rodolphe Hoornaert, es como un libro viviente en que las palabras y las frases hablan al mistico de AqueI que ama. Y cita a J acopone Da Todi: "Todo lo que puebla el mundo me invita a amarlo: las bestias, los pajaros, los peces, todo lo que hay bajo el abismo y en el aire . . . Deseo invitar a todos a amar los valles, las montafias, los hombres; a cantar el abismo, los cielos y toda eI agua del mar que inspira mi amor." Hoornaert, refiriendose a las visiones, acepta que ellas se ajustan al temperamento de aquellos que Dios llama a contemplarlas: su forma es la que pueden imaginar los que la reciben. 4 En la visi6n primera de El Semblante la imagen aparece mientras se contempla el cielo, no el de la noche "de innumerables luces adornado" de Fray Luis, sino cielo lleno de luz, al amanecer acaso: Nube - potro sin crin - lo lleva en vuelo de azul y rosa. Luz muy luz lo bafia. El cabello se encrespa y se amontafia. Se encrespa y se amontafia, se hace cielo. El ojo - azul de azules - es entrafia del raudo fulminante del anhelo; lo que es fervor en El, transforma el suelo -polvo de las tinieblas - en montafia. Lo que es visible asciende y se perfila en el semblante tan de amor. Se asila en la luz. Luz azul y rosa exuda. Y ddndose a los mundos mds profundos -cala su amor los mds profundos mundos radiante de sus gracias se desnuda. La segunda visi6n es un cuadro de gran efecto pict6rico aunque el poeta haya dicho que no es su intenci6n imitar el arte de los pintores: Los pliegues de su manta en gallardia en verde y encarnado; la figura una rosa en blanco y rosa. iQue ternura! Asi se da la desnudez del dia. Ondas doradas el cabello envia a la frente perfecta en su arquedura.

El ojo inquiere entrafias y fulgura en redondez de azul: dice armonia. Todo es luz en El: la voz que no miente, la garganta, la frente; "frente que por Io revelado solivianta". No hay canto sin su voz ni mundo sin Su espiritu. La frase exclamativa, el deslumbramiento de la tez, van tendiendo al amante su celada para la uni6n mis ti ca: jAy amor de mi amor! Mi sed sin fuente. La alabanza de la frente, ligadura del alba y la estrella, termina con esta ponderaci6n llena de gracia: Es tan puro y tan pulcro, que en su vuelo la paloma mds casta ve en el cielo como una imagen suya, otra paloma. El estado de unidad llega en esta contemplaci6n visionaria. La claridad lo envuelve y lo ciega: Viendolo en mi, cuando en su amor me miro y en ojos y en mirada, en mi delira, El y yo en unidad - dulce lazada. Sefior de la esencia de la forma su estilo es la gracia de lo breve. Ni un petalo se halla fuera de cuanto el ojo azul bafia en dulzuras: presencia del amor, el amado y el amante. Para el poeta es fiel llamado de Dios, virtud, eternidad, poesia. Trasmite Su poder al que le ama. El resumen de Sus dones es la "omnipreciosa" suma. Ribera Chevremont ha dado al aspecto jubiloso de Jesucristo el acento que situa en primer piano Su daci6n de alegria. Cantar es encontrarle en la belleza. Y con certera intuici6n afiade "y el viene para el gozo". Su verdadero ser no es el dolor sino el amor que forma y transforma a quien le ama. Porque El es suma de cuanto es. Sin Iimites ni tiempo, una sola belleza: luz y luz. El concepto del Cristo c6smico, universal, rio volcado en su conciencia, queda expresado en convencida firmeza: Y el amor, la palabra, el pensamiento, jEl Semblante! jEl Semblante! jAlumbramiento! La sola Creaci6n solo aureola. Posee el poeta para siempre el secreto: este mundo es un semblante. "Mirado con amor se da al amante en el mar, en los cielos y e_n la tierra." Los sonetos de El Semblante forman un solo poema, transido del jubilo de los salmos biblicos de alabanza, en que los cielos "declaran la gloria de Dios". La original visi6n de Jesucristo afiade un nombre mas a los que enumer6 el profeta Isaias: Principe de la belleza.

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VI Conclusion El poeta acogedor en su universo de todas las formas y temas de la poesfa, situa la suya en todos los tiempos. Para estudiarla tenemos que aceptarla como es: abundante, incansable, rio volcado y llama pensativa. Para el que tema perderse en su vastedad, dos antologfas le acortaran el viaje. Dejemos al poeta en su universo creado por una adhesi6n a la belleza c6smica, impar en la poesia puertorriquefia, y en la .de nuestra lengua, comparable a la de San Juan de la

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Cruz. Quien al comentar la estrofa cuarta de su L lama de amor viva encon.tr6 que todas las sustancias, perfecciones y gracias de todas las cosas revelan y hacen el mismo movimiento. La originalidad mas evidente para mi en la poesia de Ribera Chevremont, es esa adhesi6n. Por ella, todas las sustancias perfecciones y gracias de las cosas relucen. Que ese relucir c;:ada vez mas espiritual libre al poeta de la indiferencia de los suyos y acreciente cada dfa el reconocimiento de los extrafios.


La Parentela* Por Luis

A

MANECE.

EL

SOL

SE

ENCABRITA

TECHO

ARRIBA

tartamudeando rayos. Tisbe cuela las borras y Piramo cuela el suefio, claro, tibio, tremulo. -Piramo, Piramo, el fogon tiene tres patas y un perro que va por el callejon tiene cuatro. Piramo es un ocho sobre la cama. Un ocho nigrescente. -Piramo, Piramo, suelta la frisa y espabilate que el gallo ha cantao tres veces y con el cuatro del perro y el tres del fogon se tiene la combinacion. Piramo es un buey que muge. Un buey enroscado y friolento. -Piramo, Piramo, 1cofio de calientacamasl, levantate y largate a la pega que la vianda no cae del techo. Piramo es un ateo encuclillado que maldice los santos sacramentos. Un ateo hastiado de los hastios de su mujer. Piramo de cuando en vez se amarra los pantalones y dice: -No me grite que no le quepo por la boca. Piramo es un blandengue en salsa. Piramo salta de la cama y abre la ventana. Piramo engulle hoja a hoja el paisaje. El verde le baila por la nariz y le empuja tres estornudos magnificos. -1Tisbe, Tisbe, que cacho e videncial Tres aires me han explotado por la nariz. 1Tresl Empieza con tres o termina con tres, empieza con tres o termina con tres. Tisbe tiembla, Piramo tiembla, un tres en los labios de Piramo tiembla. - Tisbe, Tisbe, que espiritu mas presentao. Me ha

• Del libro inedito Cuentos de bolsillo.

RAFAEL S.ANcHEZ

soplao en la oreja que tres y tres son seis. Empieza con seis o termina con seis, empieza con seis o termina con seis. Tisbe tiembla, Piramo tiembla, un seis en los labios de Piramo tiembla. -1Piramo, que pajaro malo te ha picaol Ahl'. estirao pareces un poste de la luz. Uno. 1Ayl Dije uno. Y con el tres de los aires y el seis de la oreja se forma la combinacion. Ay Piramo, que eres un negrito nado en zurr6n. Tisbe abraza a Piramo mientras Piramo abraza a Tisbe. -1Ay que videncial Que espiritu mas farfullero. A la tarde le compramos un vellon de tabaco hilao y un palo de cafia. Esa combinacion no falla. Tres, uno, seis, tres, uno, seis. Tisbe cruza el callejon y toca el aldab6n de dofia Ugolina. -Dofia U golina, dofia Ugo, dofia Lina. Un tufito a romo asoma por la rendija seguido de dofia Ugolina. Dofia Ugolina es una vieja beoda que duerme con una caneca. -Ay dofia Ugo, ay dofia Lima, apunteme el tres, seis, uno con diez perritas, el tres, uno, seis con ocho, el seis, tres, uno con seis, el seis, uno, tres con cuatro, el uno, tres, seis con dos, el uno, seis, tres con uno. Dofia' Ugolina se baja la tira del sosten y apunta. Tisbe paga el dinerito. Un tufito a romo comienza a alejarse seguido de dofia Ugolina. Tisbe descruza la calle y se regresa a su cobijo. Atardece. El sol es cabrita que tira al monte. Desde la una Tisbe esta alongando el callej6n. -Ay muertitos de las tumbas llevensen la salazon. Desde la una Piramo esta regado en la cama.

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-Ay espiritus protectores llevensen la salaz6n. Un tufito a romo se arrastra por el callej6n seguido de doiia Ugolina. Doiia Ugolina es una vieja beoda con un alambique en los senos. -Que se sacaron la chucha. Hay veces en que el coraz6n es un maromero haciendo cabriolas por el pecho. El coraz6n de Tisbe es ahora un tren que prende y sale tut tut, tut tut, tut tut. El de Piramo un tren que llega y apaga tut tut, tu tu, t t. -Ahi tienes condenado Pframo. Se nos fueron los reales de la vianda. Ahi tienes tus espiritus. Piramo es una gallina apretada por el pescuezo. -Piramo, que hasta los muertos te meten los mochos, que hasta los muertos te engaiian, que hasta los muertos te engaiiifan. Piramo es un adoquin. -Piramo, que no tenemos ni cuchara que llevarnos al buche. Piramo es un viento alisio. Piramo de cuando en vez se atreve a decir: -Baje el tono, bajelo. -Que no lo bajo rni. Que los muertos te vacilan. Que toas las mananas tenemos el mismo circo. Que los muertos esto y que los muertos lo otro. -No ve que son espiritus lejanos. La priina Fredesurinda que es prima tercera. -Y no le importamos un comino. -El tio Nicanor que es tio bastardo. -Y no le importamos un comino. -La vecina Pepa Juana que es enemiga de profesi6n. -Y no le importamos un comino. - 1Como son muertos lejanos! Piramo siente una gota de sudor arrullandole la nariz. La nariz de Piramo es un rancho donde caben dos caballos. Ancha, ahuecada, sin puente para subir los ojos. Piramo piensa- muertos lejanos, muertos cercanos. Muertos cheverones que le soplan el bolo a la parentela. M uertos cercanos, cercanos. IY tiene una ideal Tisbe siente dos gotas de sudor bajandole por la nariz. la nariz de Tisbe es anchota en vuelta de tirabuz6n, c6moda por dentro y por fuera. Tisbe piensa-muertos lejanos, muertos cercanos. Muertos fenomenales que meten la mano en el candungo y sacan el bolo de la parentela. Muertos cercanos, cercanos. IY tiene una ideal

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Anochece. El sol es marido sentado en el haul y no sale. Tisbe es una pasa arrugada. Piramo es un paso arrugado. No hay silaba en el aire. Pframo piensa que el sera un viejito sandunguero con los verdes en el bolsillo. Tisbe piensa que sera una negrita de vitrina con un camafeo en cada oreja. Hay veces en que el pensamiento es un numero dos y lo que pienso yo lo piensas tu. Pframo y Tisbe piensan en los muertos cercanos. Piramo y Tisbe suefian con los m\lertos cercanos. Piramo y Tisbe desean los muertos cercanos. -Vamos a tomar cafe. -No, no, no. -Vamos a tomar cafe. -No, no, no. -Vamos a tomar cafe. -No, no, no. -Si, si, si, si. -Pues yo lo sirvo - grita Piramo. -No, que lo sirvo yo - chilla Tisbe. -Yo, yo, yo - dice Piramo. Piramo que se molesta de darle un sobo hoy quiere servir el cafe. -Yo, yo, yo - dice Tisbe. Tisbe que se molesta de descuartizarle los callos hoy se apresta a servirle. -Pues tu a mi y yo a ti. -Si, si, si. En la cocina hierve la leche. Piramo sonrie porque los muertos cercanos no fallan. Tisbe se relame porque los muertos cercanos son capaces de hacer el fufu. -Ya esta el tuyo - grita Piramo, sediento, casi enloquecido. -Y el tuyo - responde Tisbe, desesperada, histerica. Piramo y Tisbe embalan hacia la salucha. Saborean el cafe. Piramo y Tisbe se mecen en los sillones. Pframo sueiia con los pesos en el bolsillo cuando el espiritu cercano le de la combinaci6n. Sonrie. Tisbe suefia con los camafeos en la oreja cuando el espiritu cercano le saque el bolo. Sonrie. Piramo y Tisbe sienten una carreta de bueyes subiendo es6fago arriba ... un ardor ... una nausea desconcertante que fumiga cada tramo debajo de la pie!. Piramo mira a Tisbe y la ve verde. Tisbe mira a Piramo y lo ve verde. Sonrien, sonrien, sonrien. Piramo y Tisbe saborean los muertos cercanos. Sonrien, sonrien, sonrien. 1Ahora el si116n de Piramo no se mueve! 1Ni el de Tisbe!


Exposicion de ohras realizadas en los Talleres de Artes Plasticas del lnstituto de Cultura.

COMO UNO DE LOS MEDIOS IMPRESCINDIBLES PARA EL DE-

sarrollo de su Programa de fomento de las artes y artesanias en Puerto Rico, el Instituto .de Cultura ha venido estableciendo diferentes Talleres en que puedan hacer su aprendizaje en las artes plasticas personas que aspiran a convertirse en profesionales dentro de sus respectivos ramos. En estos Talleres, cuyas facilidades y equipo se han puesto tambien a disposici6n de los artistas profesionales que desean aprovecharse de las mismas, se ofrecen cursos en sesiones diurnas, suministrandose gratuitamente a los estudiantes las materiales de trabajo. A los sobresalientes el Instituto ha venido ofreciendo becas con el fin de que puedan dedicar todo su tiempo al aprendizaje. Los Talleres establecidos son, en el orden crono16gico de su fundaci6n, los siguientes: I. Taller de escultura. Dirigido par el maestro Compostela, ofrece cursos de modelado en barro, vaciado en yeso y tallado en piedra. 2. Taller de artes grdficas. Dirigido par Lorenzo Romar. Cursos de grabado, litografia, serigrafia y otras artes graficas. 3. Taller de cerdmica. Dirigido par Amadeo Benet. Cursos de modelado, tecnica del homo y aplicaci6n de esmaltes. 4. Taller de mosaico. Dirigido par Rafael Rios Rey. Cursos especializados en la tecnica de decoraci6n mural en mosaico. 5. Taller de vidrieria. Dirigido por Arnaldo Maas. Cursos de vidrieria y emplomados.

Cartel de la Exposicion por R uben Moreira

El Taller de escultura cumple la funci6n subsidiaria de servir como auxiliar de la obra de restauraci6n de esculturas, muebles y objetos de metal que figuran o han de figurar en los museos del lnstituto de Cultura.

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El Taller de Artes Craficas produce los carteles para los actos publicos organizados por el Instituto de Cultura y colabora en el disefio e ilustraci6n de nuestras publicaciones. En los pocos afios que llevan de actividad, se ha producido en los Talleres, por maestros y disdpulos, una obra que por su calidad y variedad, y por consti tuir una revelaci6n de las potencialidades que ofrecen las artes y artesanias en Puerto Rico, ameritaba ser conocida del publico. Por esta raz6n el Instituto de Cultura Puertorriquefia organiz6 la Exposici6n Conjunta de la obra de sus Talleres, algunos de cuyos aspectos reproducimos en estas paginas. La exposici6n inaugurada el 4 de mayo, estuvo abierta al publico durante sesenta dfas consecutivos y mas tarde fue expuesta en el pueblo de Barranquitas.

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Secci6n del Taller de Cerdmica

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Artistas del Taller de Artes Grdficas junto a la Secci6n de Carteles

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Artistas y estudiantes del Taller de Escultura junto a una de las secciones de escultura

Aspecto de la Secci6n del Taller de Escultura


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los gremios en Puerto Rico (Siglo XVIII) AfoA R.

E L GREMIO COMO REGIMEN CORPORATIVO LABORAL -

asociaci6n integrada por quienes se ejercitaban en un mismo oficio o profesi6n- fue entre otras una de las instituciones que, con el beneplacito de la monarquia espafiola, hubo de establecerse en los dominios indianos y prosperar en estos desempefiando un papel de no poca importancia en su desenvolvimiento socio•econ6mico. Durante los primeros afios de su existencia en el medio americano, la corporaci6n acus6 perfiles analogos a aquella de la metr6poli, pero con el tiempo, inexorablemente, hubo de sufrir el impacto de las peculiares circunstancias del nuevo ambiente, lo que forzaria en la instituci6n ciertos contornos propios, caracteristicos, si bien en el objetivo que animaba su existencia no se registr6 cambio alguno. Asi hernos de ver que, sirviendo a sus fines privativos de protecci6n econ6mica de los afiliados, defensa de SUS intereses y celo por un mas efectivo desempefio de los oficios y profesiones, la instituci6n gremial tuvo pervivencia a lo largo de las centurias de dominio hispanico sobre Indias. Empero, esta subsistencia del gremio como fuerza positiva de la comunidad, a la que afectaban directamente sus actividades corporativas y su rendimiento por via del t;jercicio de oficios y profesiones, naturalmente que no pudo pasar desprovista y quedar ajena a la intervenci6n o reglamentismo de las autoridades que regian los destinos de la sociedad americana. No fue dable para la instituci6n gremial el sustraerse a la vigilancia que aquellas hubieron de desplegar sobre sus actividades ni a las normas que tuvieron a bien prescribirle para su gobierno interno y efectivo funcionamiento. Entre todas las autoridades indianas, el municipio

CARO DE DELGADO

ayuntamiento fue la que tuvo mas intima relaci6n con el gremio. Su intervenci6n se fundamentaba por una parte en un poder que le era expresamente conferido por ley, y por otra, en atribuciones que le asistian como organismo rector o regulador de la vida econ6mica municipal. 0

Veamos concretamente las fuentes de donde dimanaban los referidos poderes para intervenir la vida greniial. En punto al precepto legal, el mismo queda recogido en la ordenaci6n juridica dada para las Indias -Recopilaci6n de Leyes de los Reinos de Indias- en la cual queda establecido que el ayuntamiento vea las ordenanzas que para el uso y ejercicio de los oficios hubieren, "y platiquen con personas expertas y hagan las que fueren necesarias para el uso de los dichos oficios". Por otra parte se le autoriza a nombrar anualmente "veedores" habiles y de confianza quienes habran de inspeccionar el ejercicio de los oficios. La otra intervenci6n, no menos importante que la anterior, se desprendia de las facultades anejas al municipio para reglamentar todo lo concerniente al regimen econ6mico de la comunidad, especialmente en lo relativo al proveimiento de los articulos basicos para la subsistencia del pueblo. En cuanto a esto ultimo es de sefialarse que era una de vasto alcance.

Fuentes: 1. Recopilaci6n de Leyes de los Reinos de Indias. 2. Actas del Cabildo de San Juan Bautista de Puerto Rico. 1730-1750, 1761-1767, 1774-1777, 1777-1781, 1785-1789. 3. Ordenanzas Municipales de San Juan. 1768.

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Comprendia, entre otros aspectos, el velar por la calidad de los productos o articulos a ser suplidos, por lo que consiguientemente era factible el que pudiera ejercitar una fiscalizaci6n sobre toda manufactura o ptoducto acabado a los efectos de determinar si respondian a las calidades exigibles, quedando por demas a SU alcance el poder prescribirle a los gremios aquellas normas que pudieran coadyuvar a la mejor y mas efectiva elaboracion del producto. Respecto a otras fases del poder municipal para regular la vida economica de la comunidad debe sefialarse ademas que el mismo alcanzaba la reglamentacion de las condiciones de trabajo. No solo podia prescribir los aranceles que debian regir en la prestacion de servicios, sino que tambien entraba en su ambito de accion el organizar debidamente los gremios que debian desempefiarlos y el fijar normas conforme a las cuales dichos servicios debian ser prestados. En el siglo dieciocho podemos apreciar dos momentos claramente definidos en las relaciones entre el municipio de San Juan y los gremios establecidos dentro de su termino jurisdiccional. El primero de ellos queda comprendido en el periodo q ue va de 17 00 a 17 67, el cu al se caracteriza por la ausencia de una politica reglamentista o fiscalizadora respecto a los gremios. En dicho periodo llegamos a enumerar la existencia de ocho gremios en San Juan, a saber, el de zapateros, sastres, herreros, plateros, mercaderes, lab:r:adores, albafiiles y carpinteros. Todos y cada uno de ellos desarrollaron su propia vida corporativa y se ejercitaron en los menesteres que les eran privativos sin que se advirtiera ingerencia concejil al respecto. No es dable encontrar en las Actas de esos afios ni en las ordenanzas entonces vigentes el mas ligero asomo de intencion reglamentista por parte de la autoridad municipal, sin embargo si consta el reconocimiento que esta hace de la efectiva militancia de las organizaciones de artesanos en la vida comunal. Tanto como que en ocasiones hubo de .r eclamar su concurso para posibilitar la feliz realizacion de determinadas empresas o actividades de la municipalidad. Tenemos el caso espedfico de un proyecto grandemente acariciado por el municipio, v.g., el de "encafiar la fuente de la ciudad con el puente de San Antonio" a los fines de remediar la escasez de agua en tiempo de seca, respecto a lo cu-al le preocupo al ayuntamiento de San Juan el conocer la opinion de los gremios de la ciudad, -por lo que tuvo a bien disponer, en reunion capitular celebrada el 9 de agosto de 1732, que se consultase a los mismos procediendose de inmediato a designar los comisionados que habrian de efectuar dicha consulta. Tambien, ocasionalmente, el consejo hubo de con18

tar con la cooperacion de los gremios a los efectos de lograr el mayor esplendor en la celebracion de festividades religiosas que corrfan a cargo del municipio. Tal vemos en Acta del afio 1747, donde se hace referencia a que los distintos gremios sufragaran el costo de las enramadas para la festividad de Corpus Christi; por lo menos "asi se espera de sus cristianos pechos". Sin embargo, hacia 1767, la indisciplina imperante en las organizaciones gremiales las ha debilitado a tal extremo que prevalece un caos en el ejercicio de los oficios y profesiones que amenaza con la extincion del regimen gremial en la isla. Tai situacion se caracteriza por "la confusion de oficios e indiferencia de profesiones, y que estas se ejecutan sin el debido metodo y reglas." Por tal razon y a partir de 1768, en que comienza el segundo periodo a que hicieramos referencia, y proyectandose hasta las postrimerias de la decimoctava centuria, la municipalidad habra de ejercer una accion interventora con miras a restablecer en todo su vigor la vida gremial puertorriquefia. Huelga indicar que el municipio no podia permanecer indiferente ante la .situacion critica en que se encontraban los gremios hacia 1767 ya que ello resultaba lesivo a los mejores intereses de la vida economica y social de la comunidad. Su responsabilidad como ente de gobierno y la mision que con respecto a los gremios le imponia la ley, le exigian actuase sobre el particular. La intervencion hubo de orientarse, primero, a proveer en punto a la debida organizacion de gremios y, luego, a afianzar la posicion de estos como nucleos laborables con una . funcion definida, peculiar, que desempefiase conforme a normas prescritas con miras a servir los mejores intereses del pueblo y a si mismos en cuanto corporaciones de utilidad publica. A estas directrices respondierol! las disposiciones reguladoras que la municipalidad tuvo a bien promulgar en materia de gremios. En forma categorica se proveyo sobre la separacion de los oficios y profesiones que se ejerdan en la ciudad, haciendo mandatorio que cada uno formase su respectivo gremio. Para que no hubiese lugar a dudas sobre las profesiones y oficios que legftimamente podian y debian constituir su correspondiente entidad laboral, ello quedo precisado par capitulos de ordenanza. Un total cfe catorce ofici()$ y profesiones quedaron indicados en la ley munfcipal, a saber, mercaderes, tenderos, pulperos, plateros, albafiiles, picapedreros, carpintero~ zapateros, sastres, herreros, curti¡dores, pescadores, cargadores y peonaje de todo tipo de trabajo. Er restablecido regimen corporativo fue, desde. lue.go, de mas vasto alcance que el que prevaleciera en la primera mitad de la centuria como consecuencia de haberse extendido el mismo para inclufr los ejecu~


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tantes de otros menesteres laborales que anteriormevte no se habian articulado en una organizaci6n gremial. Tales las tenderos, pulperos, picapedreros, curtidores, pescadores, cargadores y peonaje. La inclusi6n de todos estos, a mas de los oficios y profesiones que ya tenfan su propio gremio, facilit6 que en el regimen de trabajo imperara un ambiente de mayor eficacia en el rendimiento de servicios, todo lo cual adquiri6 visos de estabilidad ya que, una vez provey6 sabre la organizaci6n de las gremios, el municipio no se desentendi6 en modo alguno de su funcionamiento ni de su finalidad corporativa. El ayuntamiento, motu proprio, se erigi6 en juez privativo de todo lo relacionado con el establecimiento y subsistencia de los gremios, conservador de ellos y "presidente de sus juntas de elecciones, nombramientos de ofidos y otras providendas", fund6n es ta ultima que habfa de ser encomendada par el consejo a dos de sus funcionarios: a un regidor y al escribano de ayuntamiento. Asi mismo, considerando la necesaria estabilidad del regimen gremial, requiri6 de cada una de las car. poradones laborales que redactasen las pertinentes ordenanzas para su gobierno "con relaci6n a su subsistencia, drcunstandas y formalidades de cualquiera que se admita", las cuales debian ser referidas al ayuntamiento para su aprobaci6n. Igualmente se prescribi6 que cada asodadon designase a cuatro de sus afiliados par~ que se hideran cargo de redactar su propio reglamento interno y para que precisasen, de comun acuerdo con lo~ otros gremios, los quehaceres privativos de cada uno de estos. La obligad6n de definir claramente cual habria de ser su respectiva esfera de acci6n, prindpio este que queda reiteradamente consagrado en las ordenanzas municipales de 1768, quedaba complementada con un requerimiento al efecto de que siempre actuasen con la debida subordinaci6n y sujed6n a los jueces que conforme a derecho tenfan a su cargo el velar par la conducta de las gremios y sus afiliados. La formalidad que interesaba a la municipalidad impartir a la organizaci6n y actividades de los gre.mios, que se traduce en las normas ya consignadas,

se pone igualmente de manifiesto en singulares dis¡ posiciones dadas, unas, en materia de nombramie~to de personeros o diputados como legitimos represen¡ tantes de las distintas agrupadones, y otras, con referenda a la sede o lugar de reuni6n de los agremia¡ dos. De las primeras, mendonaremos la que tadtamente facultaba a cada gremio a nombrar anualmente dos diputados, quiepes, como personeros a representantes de cada asodad6n quedaban autorizados, bien por separado o conjuntamente con las otros diputados gremiales, para solidtar o dilucid;!,f ante las autoridades competentes todo cuantQ conviniera a sus respectivas colectividades o a ia institud6n en general. Respecto a los acuerdos de estos diputados es interesante consignar que se hizo obligatorio el que cada gremio aceptase como compromiso ineludible a ser debidamente cumplimentado cualquier pacto o convenio que acordasen a noll\!?re de la entidad. Con referenda a la sede o lugar de reuni6n de los agremiados, cada agrupaci6n debia destinar un "sitio decente donde deban juntarse para sus respectivas elecciones y demas que convenga providendar para su mayor provecho y utilidad". No podriamos conduit este apunte historico sobre la organizad6n laboral en Puerto Rico en el siglo dieciocho sin sefialar la particular orientaci6n que en aquel entonces tuvo el gremio de cargadores. lndependientemente de I.as disposiciones generales que ya hemos mencionado, que debian observar todas las corporaciones, la de cargadores quedaba sujeta a una reglamentaci6n muy especial. En ella se prescribia la categoria social de quienes unicamente podian ser sus integrantes, esto es, los esclavos, reservandose la municipalidad el derecho a determinar el numero de ellos que podrian conformar la agrupaci6n. Ademas, la fijaci6n del salario o jornal a ser percibido par cada miembro asi como el nombramiento de las capataces que habrian de actuar como jefes o supe• riores y la dilucidad6n de los conflictos que surgieran entre estos y los agremiados, eran materias reservadas al concejo. Por lo demas, cada duefio de esclavo afiliado debfa responder por las faltas 0 dafios que estos cometieran .

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Francisco Villaespesa en Puerto Rico

Un Emhajador de la poesia y el hispanismo Por Lms HERNANDEZ AQUINO

UNA DE LAS EMBAJADAS CULTURALES ESPANOLAS A Puerto Rico, que mas ha influido en nuestro ambiente cultural, fue la del poeta almiriense Francisco Villaespesa, efectuada hace cuarentitres afios. La visita del poeta espafiol contribuy6 al desarrollo poetico modernista, estimul6 a nuestros j6venes poetas, y sabre todo, influy6 en la afirmaci6n de las valores hispanicos en el pais, que hacia justamente veintiun afios habia pasado a manos de las norteamericanos, coma secuela de la Guerra Hispanoamericana. Habian precedido a Francisco Villaespesa dos poetas espafioles de gran fama: Salvador Rueda, iniciador del modernismo espafiol y poeta admirado par Villaespesa, par ser andaluz coma el, y par lo que representaba en la poesia espafiola, y Eduardo Marquina. Salvador Rueda vino a Puerto Rico en el afio 1912 y visit6 otros paises hispano-americanos, en donde se inspir6 para sus libros de poemas Cantando par ambos mundos y El poema de America. Marquina visit6 la Isla en el 1917, dos afios antes que Villaespesa, con la compafiia dramatica de Maria Guerrero y Fernando Diaz de Mendoza, que represent6 aqui su famosa obra En Flandes se ha puesto el sol. Marquina dict6 conferencias en San Juan y Ponce. A pesar de la importancia de estos extraordinarios embajadores intelectuales, su verbo no se dej6 sentir tan hondamente en nuestro ambierite social coma el del poeta de Almeria, a quien precedia una gran

1 Francisco Villaespesa, Poesfas Completas. Ordenaci6n, pr6logo y notas por F. de Mendizabal. Aguilar, s'. A. Ediciones Madrid, 1954. Tomo II, pagina 627.

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fama de poeta y dramaturgo, ganada con la publicaci6n de numerosos libros difundidos par toda America. La gira cultural de Villaespesa en el Nuevo Mundo fue mas dilatada, y comprendi6 sino toda, casi toda la America espafiola, donde el poeta se desempeii6 coma dramaturgo y conferenciante, ademas esplendido recitador de su poesia. Un aspecto interesante del viaje de Villaespesa a Puerto Rico fue su encuentro con un compafiero de estudios, con quien le ligaban lazos de amistad iniciados en las aulas de Ia Universidad de Granada, de Ia cual habia desertado Villaespesa en 1897. Luis Llorens Torres, autor de Al pie de la Alhambra (escrito en 1899), su primer libro de versos, inspirado en las bellezas y ambiente de Ia ciudad andaluza, habfa compartido con Villaespesa en Ia ciudad de Granada momentos de aquella inolvidable bohemia estudiantil finisecular. Si Llorens Torres sigui6 las caminos de Ia poesfa y de la jurisprudencia, Francisco Villaespesa defraud6 a s:u padre, don Francisco Villaespesa Arias, juez de Ia ciudad de Almeria, abandonando las estudios de Derecho y siguiendo en Madrid, las caminos del arte y Ia poesia, vedados par su progenitor. Era Llorfos, para Ia epoca de Ia visita de Villaespesa, nuestro poeta nacional, Iuego de sus tentativas de renovaci6n poetica pancalista y panedista. EI encuentro de ambos poetas di6 margen a Villaespesa para Ia composici6n de seis sonetos, escritos en San Juan, en que daba una visi6n de conjunto de Ia bohemia estudiantil granadina, con Ia evocaci6n de Ia casa de huespedes, las noches de tensi6n nerviosa, debido a las estudios, las condisdpulos intimos, el cafe Col6n, donde se reunian las compafieros y las recuerdos de Ia juventud pasada en las aulas. En uno


de esos sonetos titulado Los amigos, se hace referenda a Miguel Guerra Mondrag6n, figura importante en los drculos culquales de San Juan, quien habia estudiado parte de la carrera de Leyes en Valencia, Espana: "S6lo Miguel Pareja dijo adi6s a la critica y llev6 su elegancia mundana a la politica; y hoy es en la politica granadina lo mismo que su tocayo Guerra en la portorriquefia: un Petronio algo calvo, que con el platonismo de un gobierno de fraque y guante blanco, suefia".

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De los seis sonetos mencionados, que Villaespesa hizo publicar en la revista Puerto Rico Ilustrado, y que hoy figuran en la biografia del poeta, escrita por su medico de cabecera J. Alvarez Sierra y en sus Poesias Completas 1, el sexto esta dedicado a Luis Llorens Torres. Se titula La llave de oro y vincula a ambos poetas con la bella ciudad andaluza, su centro de estudios, cantada por ellos: "cRecuerdas tu sonora juventud de estudiante, de pupilas freneticas, melena alborotada, de dientes de lobezno y cachimba humeante, que de vino, de besos y de ensuefio embriagada, hace ya veinte afios atraves6 triunfante el laberinto magico de calles de Granada? . . . (En el fondo de! alma fulguraba un diamante, y todo el sol de! tr6pico ardia en su mirada.) Juventud desbordante y pr6diga, que era como un carmen florido en plena primavera, de acero en los torneos y de seda en la zambra. IPara que resucites de nuevo su tesoro, te brindo a su recuerdo esta llave de oro que ha de abrirte el encanto lirico de la Alhambra!"

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II. El ambiente cultural de San Juan, para la epoca de la visita de Villaespesa, era muy activo y prop1c10. El Ateneo Puertorriqueno, el Casino de Puerto Rico, la Biblioteca Carnegie y las redacciones de los peri6dicos y revistas, eran centros de bastante actividad cultural. En San Juan se habian conc.e ntrado los poetas mas importantes del momento, para quienes estaban abiertas las paginas del diario El Mundo y la revista Puerto Rico Ilustrado. El Mundo habia sido fundado diez meses antes de la visita de Villaespesa a Puerto Rico y el semanario Puerto Rico Ilustrado en 1910. Ambas empresas pertenecian a sus fundadores, los hermanos Romualdo, Crist6bal y Matias Real, naturales de las Islas Canarias, quienes escritores ellos mismos, protegian a los escritores y poetas del pafs. Algunos de estos figuraban en las n6minas de estas empresas periodisticas. Fue, por lo tanto, un acontecimiento el arribo de Francisco Villaespesa a Puerto Rico. El Puerto Rico Ilustrado se anticip6 a la llegada con la publicaci6n de fotografias de actos y fiestas dedicados al poeta

en Mejico, Cuba, Santo Domingo y otros paises americanos. Tambien se public6 una curiosa fotograffa del acto ofrecido al poeta por la colonia arabe de Yucatan. El escritor Bolivar Pagan, en articulo encomiastico titulado Los nuevos conquistadores, se refirio a a las visitas de Salvador R ueda y Marquina, que le precedieron, y llama a los tres poetas "los nuevos conquistadores y cruzados de la reconquista". La edici6n de El Mundo de noviembre 1 de 1919, da cuenta de la llegada de Villaespesa, con una entrevista de primera plana, efectuada por el poeta y periodista Rafael H. Monagas, a quien dedicara Villaespesa¡ un soneto, que recoge en sus Poesias Completas. El poeta espanol opinaba en dicha entrevista sobre las letras en Espana y America. Asegur6 que permaneceria un par de meses en Puerto Rico y regresaria luego a Santo Domingo, con el objeto de ofrecer algunas conferencias en la region del Cibao. Despues habria de it a Venezuela a recoger material para escribir la tragedia Bolivar y desde alli marcharia a editar veinticin.co libros que habia escrito en America. Para fines de primavera volveria a America, "para recorrerla, afirmando una labor de amor y optimismo para gloria de la raza" . El Puerto Rico Ilustrado del 8 de noviembre publico un retrato de Villaespesa a toda portada. La entrevista al poeta estuvo a cargo del joven escritor Lidio Cruz Monclova. En la misma edici6n aparecieron fotografias del poeta junto a su esposa, dona Maria y su secretario, senor Fernandez Ortiz, figurando en el recibo su amigo Llorens Torres y el poeta Carlos N. Carreras. Tambien aparecieron fotos del banquete que en honor del poeta ofrecio el Club Rotario, presidido por el poeta' Jesus Maria Lago, y de la recepci6n ofrecida al poeta y su esposa en el Casino de Puerto Rico, donde le present6 don Juan Hernandez L6pez. En esta ocasi6n recito Villaespesa la Elegia de Granada, Alma Andaluza y Flor de Otofio, poemas suyos. Desfilaron ante el poeta durante la recepcion las senoras Camunas, Rivero de Llorens Torres (natural de Granada), Hernandez de Real, y del Valle, y las senoritas Munoz Morales, Fano, Hernandez Usera y de la Haba. Entre los intelectuales participes en la recepcion figuraron Miguel Guerra Mondragon, Jose S. Alegria, Ll9rens Torres, Manuel del Valle, Romualdo Real, Rafael Balseiro y Garcia de Quevedo. Otro homenaje literario de los poetas puertorriquenos al poeta espanol apareci6 en la edicion ya mencionada, del 8 de noviembre, de. Puerto Rico Ilustrado, donde figur6 el poema Maison Doree de Villaespesa, del libro entonces en preparaci6n Los caf es de Madrid. Dedicaron poemas de salutacion a Villaespesa los poetas Rafael H. Monagas, Fernando Torregrosa, Cruz Ortiz. Stella, Evaristo Ribera Chevremont,

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Jose Joaquin Rivera, Virgilio Davila, Jose A. Balseiro, Arturo Gomez Costa, Emilio Maldonado y Jose Espada Rodriguez. Ademas, le dedico un artkulo bajo el titulo El poeta de Espana, el escritor Jose A. Balseiro. El artkulo mas importante y objetivo sobre la mision cultural del poeta andaluz fue el de don Mariuel Fernandez Juncos, aparecido en la mencionada edicion, bajo el tftulo de Bienvenido. Entre otras ideas estaban las siguientes, que concretan la mision de Villaespesa en America: "Como propagandista y especimen del genio espanol, viene ejerciendo una influencia provechosa en los pueblos americanos que visita, rectificando ideas y preocupaciones erroneas, destruyendo pasajes y muletillas de la leyenda negra formadas por la ignorancia, la insidia y la mala fe, contra la gigantesca labor de los espanoles en la epopeya de la conquista y la civilizacion del nuevo Mundo. En Mejico, donde existfa una leyenda de odios y rivalidades increibles contra Hernan Cortes, el mas admirable de los heroes militares de la conquista, escribio Villaespesa un drama apologetico de ese qmdillo, drama que fue representado con aplauso en aquella Republica. Por fortuna, entre nosotros, no existen odios ni desafecciones que rectificar contra los heroes y factores de nuestra vida colonial espanola; pero establecera nuevos lazos de fraternidad entre los ingenios de esta Isla y los de su antigua metropoli, y propagara ideas y sentimientos generosos acerca de autores y de obras literarias de la Espana nueva, y nos dara a conocer, de modo brillantfsimo, el torrente variado y pintoresco de su propia inspiracion." III. Muy provechosa fue la labor de Villaespesa aquf. Durante dos meses y medio propago ideas literarias, ofrecio recitales y escribio algunos libros; ademas de estimular a los jovenes poetas que le rodearon. La primera de sus conferencias tuvo lugar en el Casino de Puerto Rico. Le presento Miguel Guerra Mondragon. El titulo de esta conferencia fue La poesia en el momenta actual. En este mismo acto recito su esposa, dona Marfa. Tambien participaron con recitaciones los poetas Luis Llorens Torres y Jose Gordils, a la sazon director del periodico El Mundo. Tuvo tanto exito el acto, y era tal el entusiasmo general en relacion con la presencia y el arte de Villaespesa, que volvio la revista Puerto Rico Ilustrado a dedicar gran parte de su edicion de noviembre 15 de 1919 al poeta. En esta oporti.midad se publico un retrato a toda pagina de dona Maria G. de Villaespesa; una caricatura a toda pagina, hecha por el dibu jante Adobler, de Villaespesa, y poemas laudatorios de Evaristo Ribera Chevremont, Jesus Marfa Lago, F. Negroni Mattei, Vicente Rodriguez Rivera, Manuel Benitez Flores y Juan Escudero Miranda. En

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otra fotograffa se recog{an momentos del banquetc ofrecido por el joven escritor Jose A. Balseiro, en el hotel Vanderbilt, al visitante espanol. En este banquete figuraron hombres de negocios, periodistas y poetas. La labor de afirmacion de hispanismo, y por extension de afirmacion puertorriquena, realizada por Villaespesa en nuestro pafs no tuvo cortapisas de ninguna clase. Asf lo demuestran algunos actos en que participaron el gobernador norteamericano de entonces, Arthur Yager, el Comisionado de Instruccion Publica, tambien norteamericano, Paul G. Miller y otros puertorriquenos, quienes ostentaban cargos de gran responsabilidad en el Gobierno. Uno de esos actos fue el celebrado en la Universidad de Puerto Rico, ocasion en que Villaespesa dict6 una conferencia sobre poesfa popular y el Romancero. Le acompanaron en el escenario del paraninfo universitario los senores Emilio del Toro Cuebas, Paul G. Miller, Miguel Guerra Mondragon, Rafael Martinez Alvarez, Luis Llorens Torres, Ruiz Nazario y otros. Cuando Villaespesa termino su conferencia, la senorita Mercedes Echeandfa, quien .iba envuelta en la bandera puertorriquena, regalo al poeta, a nombre del Instituto Jose de Diego, un bouquet de ÂŁlores. El poeta espanol ostentaba en la solapa de su smoking la bandera de la estrella solitaria. En este acto recit6 Llorens Torres su conocido poema La cancion de las Antillas. Las jovenes universitarias ofrendaron al conferenciante una sortija con piedra preciosa. El acto fue clausurado por Miguel Guerra Mondragon. Posteriormente Villaespesa participo en un acto en homenaje del patriota puertorriqueno Jose de Diego, efectuado en el Instituto Jose de Diego. El discurso principal estuvo a cargo del licenciado Coll Cuch{, de filiacion independentista. En esta ocasion Villaespesa leyo el soneto que sigue, el cual aparece en sus Poesias Completas, y en cuyo texto se evidencia el sentido politico: A Jose de Diego Paladin inmortal de nuestra raza, quebr6 su lanza en desigual pelea, sin doblar Ia cerviz a Ia amenaza ni rendir al destino su presea. Blandi6 su verbo como ferrea maza, como en un potro cabalg6 en la idea, y al patriotismo tuvo por coraza y fue la libertad su Dulcinea. Y cuando en marmol se troc6 su frente, para soiiar con ella eternamente, llev6se entre sus parpados de cera grabada en su pupila visionaria, la ilusi6n de la estrella s<ilitaria que brilla en el azul de su bandera.


A otro homenaje ofrecido al sefior Villaespesa por el Director de la Biblioteca Carnegie, sefior Luis O'Neill de Milan, asistio el gobernador Yager, acorn• pafiado del Comisionado de Instruccion Publica, sefior Miller. Don Manuel Fernandez 'Juncos leyo unas impresiones sobre el poeta andaluz y la senorita Olga Hernandez recito el Zapatito azitl, poema de Llorens Torres, quien a su vez ley6 dos poemas suyos tambien: La campesina y La canci6n del Tio Sam. IV. Romeria lirica fue el titulo que dio el periodista y poeta Rafael H. Monagas a la excursion de Villaespesa por los pueblos de la Isla, que le aclamaban y agasajaban. Uno de los primeros pueblos visitados fue Barranquitas, a invitacion del conocido millonario y hombre public;o don Eduardo Georgetti, quien le agasaj6 en su residencia campestre. Esta vez Villaespesa visito la tumba de Luis Mufioz Rivera, ante · la cual ley6 un inspirado soneto, que tambien aparece en SUS Poesias Completas. La primera gran excursion del. egregio visitante fue por la parte oriental de la Isla. Acompafiaban a Villaespesa SU senora, el Comisionado de Instrucci6n Miller, el poeta Luis Llorens Torres, y otros escritores. Villaespesa visit6 y ofreci6 recitales en las escuelas publicas de las siguientes poblaciones: Caguas, Fajardo, Gurabo, Humacao y Juncos. En la poblacion de Fajardo tuvo la oportunidad de conocer a un joven poeta de dieciseis afios- Vicente Pales Matos quien le recito algunos poemas y de cuya precocidad se mostro admirado el poeta andaluz. La escuela Superior de Humacao dio una nota muy simpatica, engalanada con banderas espanolas y la banpues da de musica toco la March a Real Espanola. El poeta fue presentado por el Comisionado Miller y dofia Maria recito algunos fragmentos de El alcdzar de las perlas, drama que habia contribuido a la fama de Villaespesa.

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Los pueblos de la parte norte y oeste de la Isla visitados en otras excursiones fueron Manati, Arecibo, Aguadi.lla, Mayagi.iez y Yauco. En Manati, entonces conocida como la Atenas de Puerto· Rico, la fiesta lirica tuvo resonancia. Acompanaron a Villaespesa los poetas Llorens Torres, Monagas, Ribera Chevremont, Jose S. Alegria, Vazquez Cabanas, Epifania Fernandez Vanga, Negroni Mattei, Nicolas Blanco, Luis Antonio Miranda y J ose J oaquin Rivera. Participaron ademas en el acto el senor Alvarez Nava y el poeta manatieno Enrique Zorrilla. En Arecibo tambien fue animada la fiesta, destacandose en ella los poet;i.s de la localidad, dona Trina Padilla de Sanz, dona Maria Cadilla de Martinez, Lorenzo Caballes Gandia y Felipe Jimenez Rivera. La presentadon de Villaespesa la hizo el licenciado don Felix ·Santoni.

Los actos celebrados en Aguadilla y Mayagi.iez no fueron tan animados y propicios al poeta espanol. Aquellos pueblos no se habian repuesto de los temblores de tierra del 1918, que tanto le afectaron. El acto de Aguadilla quedo mucho mejor que el de Mayagiiez. La cronica de Rafael H . Monagas (Monaguitas), companero inseparable de Villaespesa, publicada en El Mundo, indica que la velada mayagi.iezana estuvo mal organizada, y que encima de todo, el autom6vil donde iban el poeta y sus companeros, choco Gon el tranvia de la ciudad, teniendo la fortuna de salir ilesos los pasajeros. Otras excursiones mas afortunadas fueron las que se realizaron a los pueblos de Cayey, Guayama y Ponce. En estas ciudades el poeta tuvo exito y fue muy bien acogido. V. Una de las mayores alegrias de Villaespesa en Puerto Rico la constituy6 el nacimiento de su hijo Paquito. La prensa d io cuenta del alumbramiento, senalando ·que 'd.ofia Maria permaneci6 unos dias en el hospital, tras. lo cUal Se traslad6 mas tarde a SUS habitaciones en el Hotel Palace. El Mundo reseno el traslado, ·i nformandoi entre otras cosas, que ;'el hijo del poeta se encueutra· muy bien de salud y su prematura fortaleza nos hace presumir que en el futuro tendra 101? mismos l;>rios de luchador y el mismo afan infatigable' para. la cteacion de la belleza, de su 'padre". El poeta tambien, ante el acontecimiento, dio unas declaraciones a la prensa, en que: decia: "Pienso educarlo como a un salvaje; sera fuerte como el tronco de un roble, y uriira al vigor fisico el vigor niental y espiritual. Sera un gran poeta, y la realizacion de este hello ensueno seria la mayor compensacion de mis luchas". Paquito Villaespesa iba a ser bautizado en Puerto Rico. El padrino del nino lo iba a ser el Iicenciado Jose S. Alegria, poeta destacado, quien habia hecho estrech a amistad con Villaespesa y le acompanaba muc;has veces. Sin embargo, por motivos del viaje de Villaespesa a Santo Dm.'rlingo, no tuvo lugar aqui el bautismo del nino. La ceremonia bautismal se efectuo en el Santo Cerro de San to Domingo: Al firmar el Album de Honor del Santuario, esi:ampo Villaespesa el pensamiento siguiente: "Al bautizar en este Santuario del Santo Cerro a mi unico hijo varon, rindo coil ello un homenaje de devocion a Nuestra Senora de las Mercedes, y otro de admiracion y de carino al noble y glorioso pueblo dominicano en este lugar engrandecido y santificado por la leyenda". Despues de dos meses y medio en Puerto R ico parti6 el poeta en el vapor Marina, con su esposa, su hijo Paquito y su secretario, senor Fernandez Ortiz. El dia antes de la partida, que tuvo lugar el 17 de enero de 1920, se celebro una velada en su honor en el

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Teatro Municipal de San Juan, en la que participaron poetas intelectuales que habian hecho gran amistad con el poeta. Efectu6 Villaespesa un segundo viaje al continente americano. Habia prometido escribir una epopeya del glorioso libertador americano Sim6n Bolivar. Durante el primer viaje tuvo a su disposici6n en Caracas, Venezuela, los archivos nacionales, que facilitaron su trabajo de documentaci6n. Hechos los primeros cuatro actos, y lefdos por su autor, impresionaron de tal manera al General Juan Vicente G6mez, presidente y dictador de la Republica, que encarg6 a Villaespesa montar una compafiia para estrenar la obra en las fiestas del Libertador, para cuyo acto se invitaria a todos los presidentes de las republicas centroamericanas. Francisco Villaespesa regres6 a Madrid, donde reclut6 artistas para la representaci6n y mand6 a confeccionar todo el vestuario de epoca, dirigido por el y su esposa Maria. Fueron contratados, entre otros artistas, la famosa Anita Martos, biznieta del poeta espafiol Jose de Espronceda y Jose Romeu, quien representaria a Bolivar. Tambien figuraba entre los miembros del personal, el poeta Juan Jose Llovet, quien residiria mas tarde en Puerto Rico, tomando parte activa -en la vida literaria de San Juan. Ya en agosto 6 de 1921, tenemos de nuevo a Villaespesa en Puerto Rico, de paso para Venezuela, con su compafiia. Villaespesa vino en este viaje con toda su familia. La primera representaci6n del drama Bolivar tuvo caracter de acto oficial en Caracas. Asisti6 el Presidente de la Republica y tambien asistieron las autoridades venezolanas. La obra, que tuvo tanto exito y fue muy bien acogida, se represent6 varias veces. Pero por motivos de disensiones entre la Empresa y Villaespesa, se fragment6 la compafiia teatral en Venezuela, quedando disuelta totalm~nte mas tarde, en la Habana, Cuba. Villaespesa entonces se dedic6 a pronunciar conferencias y dar recitales poeticos, partiendo para Colombia. AlH embarc6 con Santos Chocano, el poeta peruano, para Peru y mas tarde I visit6 Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay y Brazil. En todos estos pafses tuvo exito.

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En 1930, hallandose Villaespesa en Rio de Janeiro, donde tenia pensado finalizar su viaje triunfal por America, decidi6 enviar a su esposa e hijos a Madrid. Se preparaba, por encargo del Gobierno de Brazil, para traducir al castellano las mejores obras de los poetas y prosistas brasilefios. Hallandose ya en sus labores _de recopilaci6n, traducci6n y critica de las obras, tu:vo un ataque de hemiplejia, que le oblig6 a internarse en un sanatorio brasilefio. Antes de que su enfermedad se agravase, decidi6 volver a Espana. Dirigi6 el embalaje y embarque de su gran archivo y colecci6n de trabajos ineditos, los cuales, en el viaje de Almeria a Madrid, sufrieron extravio. La perdida mayor fue la de las carpetas mas importantes, donde estaban los originales ineditos.2 Segun¡ el medico que atendi6 al enfermo, doctor

J. Alvarez Sierra, la perdida de estos originales agrav6 la salud del poeta, quien al llegar a Madrid fue atendido por el doctor Juarros, ademas de Alvarez Sierra y otros medicos (Rojo, Pajares Sancha y San Antonio) , quienes fueron llamados a consulta. Muri6 Francisco Villaespesa en Madrid, el 9 de abril del afio 1936. Fueron sus ultimos versos los siguientes, escritos dos dfas antes de su muerte: "S6lo cuando me salgo de mi mismo, con Dios me encuentro, porque Dios empieza donde la human~ inteligencia acaba".

2. Vease las siguientes obras sobre la desaparici6n de los originales: J Alvarez Sierra- Francisco Villaespesa. Editora Nacional, 1949, Madrid, paginas 214-216. Poes{as Completas de Francisco Villaespesa. Aguilar, S. A. Ediciones Madrid, 1954, ordenaci6n, pr6logo y notas por F. de Mendizabal, cap!tulo 17, titulado Ordenacicln-Vicisitudes de la obra, Tomo I. Es de suponerse que en la perdida de los libros figuraron los originales de El pdramo de los petreles, poemario del poeta puertorriquefio Jose P. H. Hernandez, que se llev6 Villaespesa, para publicar en Espana. De este libro no se han tenido noticias posteriores.

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MATfAS GONZALEZ GARCfA


Matias Gonzalez naci6 en el barrio Rio Blanco, de Naguabo, en 1866 y muri6 en Gurabo en 1938. Hijo de padre gallego y madre puertorriquefia, estudi6 su bachil1erato con los Padres Jesuitas en La Guardia (Galicia) e inici6 la carrera de medicina en la Universidad de Santiago de Compostela. Motivos de salud le obligaron a abandonarla, regresando a Puerto Rico en 1886. Dedic6 la mayor parte de su vida al magisterio y al periodismo e intervino activamente en la politica del pais, ocupando los cargos de delegado a la Camara Legislativa (1904) y de alcalde de Gurabo (1920 a 1924). Su producci6n literaria fue abundante, contandose alrededor de 500 cuentos suyos, casi todos de caracter humodstico, diseminado en revistas y peri6dicos. Algunos de ellos fueron recogidos en los libros Cosas de antafio y cosas de hogafio (1918) y Cuentos de Matias Gonzalez Garcia (primera selecci6n), publicado en 1960, y del cual procede el que aqui reproducimos. Escribi6 unas quince novelas, figurando entre las publicadas Ernesto (1895) y Carmela (1903). Dej6 ineditas varias comedias y juguetes c6micos, asi como sus poesias festivas.

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II Cuento

La Bruja¡ Por MATfAS GoNZALEZ GARcfA

I

ERA

UNA NOCHE TROPICAL.

La luna irradiaba desde el cenit sus plateados rayos y la tierra pareda dormitar, en aquel instante, bajo el tibio contacto de su argentada luz. Todo estaba en silencio. De los bosques desprendfase un perfume delicado, y la fresca brisa, gimiendo dulcemente, atravesaba las altas cumbres de la sierra, para ir a perderse sobre las tranquilas y lejanas ondas de un mar sin Hmites. Las tiernas avecillas, con su cabeza bajo el ala, dormfan escondidas entre el denso follaje, y las silvestres £lores, palpitantes de amor, abdan sus corolas para recibir el casto beso de la noche. Y alla, en la suave pendiente de un ribazo, levantabase la humilde choza de Juan Lorenzo, reflejando los rayos de la luna. A pesar de lo avanzado de la hora, pues sedan las diez- y media, en el batey de la casa notabase extraordinaria animaci6n: coma dace o quince personas, de¡ partiendo alegremente, deshojaban maiz. Entre ellos encontrabase Roque, el sobrino de Juan Lorenzo, quien, sentado en la escalerilla que conduda a la puerta del bohio, arrancaba a su tiple quejumbrosos acordes. Huba un momenta en que todos callaron, escuchandose unicamente el seco crujir de la hojarasca, al ser desprendida de las mazorcas del maiz mientras el pobre Roque, cual si tuviese el pecho lacerado por profundo dolor, arrancando al instrumento sonidos aun mas tristes, con voz vibrante y armoniosa empez6 a cantar:

"1Ayl que .no pueo sufril toito lo que aqui siento, que me ajoga el sentimiento y ya me quiero moril: pues si asina he de vivil; antes la muerte prefiero, porque de tu amor infiero que jamas ha de ser mlo, y hasta de Dios desconflo pensando en lo que te quiero."

Y continu6 el tiple por algunos instantes trinando solo, como si repitiese las mismas quejas de amor. Entonces escuch6se otra voz duldsima, suave coma la de la alondra, que cruz6 el aire hasta perderse en las lejanas serranfas. Era la de Antonia, la hija de Juan Lorenzo que, aprovechando un acorde del tiple, respondfale a Roque: "Si el mal no tie remedio lo mejor es olvidar, que si no se puede amar jasta el amor causa tedio. Levanta, Roque, el asedio y no te acuerdes de mi, ya sabes que nunca en ti mis esperanzas he puesto y que si no te detesto tampoco tu amor sent!."

Las cuerdas del tiple sonaron con desesperacion. Roque a su vez contest6le: "Si el mal no tie remedio jamas lo podre encontrar, pero lo he de buscar aunque el mundo este por medio. Ya se que te causo tedio y que te causo temor, pero es tan grande mi amor

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que tu desden no Io mata y mi querer se dilata con la fuerza del dolor."

-Vamos, Roque-dijo Juan Lorenzo, cuando el joven hubo terminado su decima -mejor es que te pongas a deshojar maiz y me dejes la chiquilla quieta, pues si ella no te quiere cque le vas tu a hacer? El amor nase, pero no se jase . .. Roque enmudeci6 y con la cabeza baja fue a tomar asiento entre los demas. Hubo un rato de silencio que interrumpi6 uno de los presentes para decir: -Compae Lorenzo &uste no sabe que ha subi6 el ' maiz-.. ..l>

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-Asina disen; pero a don Ruperto tengo yo que venderselo casi de balde ... : como le debo un dineral ... -Eso es porque tu quieres . .. -dijole su esposa -si te hubieras sujetao a comprar en efectivo. . . . . - 1En efetivo . . . I Esta mujer no sabe ni lo que se pesca... Nose que demonio de efetivo tengo yo en la casa. - cY lo que cosechas, que es ... ? cAcaso el arras, los malangos, 1<1.s habichuelas, las batatas, el mais, el tabaco, el cafe y todos nuestros frutos no representan dinero? _:1Representan ... I Yo tambien represento; pero representar no es tener. -Ya lo creo que sf. .. : figurate que desde el primer dia tu no te hubieras embrollao con don Ruperto; pues todos nuestros frutos se hubieran vendio al contao, y si aqui no pagaban mas que a tres, en el pueblo vecino o en la siudd pagarian a cuatro o a cinco ... Yo soy bruta, pero me desplico todo esto. Ahora, por el contrario, a mas de lo que nos gana o nos roba don Ruperto en sus mercancias, cuando nos la vende al fiao, tenemos, por temor a una demanda, que darle los frutos a mitd de presio. -Lo que es sifia Berta tie muchisima ras6n- agreg6 uno de los jibaros-el otro dia vi yo en el pueblo al hijo de la comae Sica vender una yunta de mais en un centavo.-"Pero muchacho . .. -le dije- no seas bruto cque vas tu a remediar con un centavo? Vete para tu casa con el mais, sanc6chalo, y con dos o tres malangos para la mistura te pones la barriga como un tambor. Ese el afan que tenemos nojotros, de comprar porquerias de afuera. Si en nuestros campos se da fruto bastante para alimentar la familia, dejemos para su consumo el necesario, y despues, con el que sobre, ya se puede jaser algun dinero. Si esto se hiciera no pasariamos tanta jam bre. R oque, sentado junto a Antonia, no atendia a la conversaci6n. -Ya se que tu estas enamord en el pueblo ... le dijo.

-Si lo estoy a ti no te impor ta. . . soy libre y me enamoro de quien se me antoje-contest6le ella. -Pero me desprecias, a mi que tanto te quiero. - 1Jesus ... I Dejate deso, Roque, y no pienses en lo que no pue ser. -Ya te pesara, Antonia ... Mejor .. . ; paeso es ta una en el mundo .. . -Y pa sufril tambien . .. Esto ultimo lo dijo Roque con voz temblorosa. Antonia volvi6le la espalda y cant6 a media voz: "Pensando en un imposible me puse a considerar que el amor que no se siente no se puede fabricar.''

-Vamos, muchachos -dijo Juan Lorenzo, levantandose- ya son las doce en punto y es preciso dormir ... Berta, trae un poco de cafe, si lo hay en la olla, y si no lo hay, lo tomaran otro dia. Despues los de la casa se retiraron a desca¾sar y los vecinos cogieron el camino de las suyas, todos contentisimos menos Roque, que con la cabeza baja, se perdi6 entre la espesura de un sombrio cafetal. En aquel instante, el gallo California, un gallo de pelea que tenia Juan Lorenzo, alete6 desde lo alto de un tamarindo, y con voz potente anunci6 la media noche. Los demas gallos repitieron la voz, y cual centinelas avanzados fueron hacienda lo mismo todos los de la comarca, hasta que el cantio del ultimo se perdi6 alla en las lejanias, como un sonido imperceptible de clarin. ¡ Y la noche sigui6 imponente y majestuosa, susurrando la brisa entre las ramas de los arboles y la luna baiiando con sus rayos de plata las altas cumbres y la fertil vega, extendida a lo lejos como una sabana de reluciente verdor. II Las varillas del cafe crujian, rompiendose algunas al violento empuje de Roque, que caminaba como un loco al fraves del cafetal. Las aves revoleteaban, sorprendidas en su sueiio y llenas de pavor, mientras que los chirriantes insectos enmudecian a los pasos del joven, que pareda un fantasma perdido entre aquella soledad. Por fin, atraves6 el cafetal, penetrando resueltamente en un oscuro barranco, en cuyo fondo se divisaba un bohfo desvencijado y perdido entre un mar de yerbas y de ramaje. Roque lleg6 a la puerta, que lo era un pedazo de yagua medio podrida por la humedad, y la sacudi6 con fuerza, haciendola caer. Una nube de negros murcielagos sali6 por el agujero. -cQuien va ... ? - pregunt6 una voz desde el interior. -Abre, bruja ... ; soy yo. . . -respondi6le el que llegaba.

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Un bulto negro, mejor dicho, un monton de hara~ pos, se deslizo por la puerta, hasta colocarse al !ado de Roque. Era siiia Serapia, la bruja de! barrio, y cuya fama se habia extendido a muchas leguas de la jurisdicci6n. En aquel instante la luna iluminabala de .Ueno, dandole un aspecto singular que la presentaba en toda la plenitud de su fealdad. Tenia el semblante arrugado como una pasa, y su nariz encorvada sombreabale la boca, que mas que boca semejaba un hocico de hiena; sus ojos pequefios y escondidos entre las espesas cejas, brillaban como dos carbones encendidos; sobre sus hombros caianle los sucios y desgrefiados cabellos, y despedia de si un mal olor, acre y nauseabundo, cual si acahara de salir de un estercolero. -Bruja ... dijole Roque, con voz nerviosa- cual de costumbre, esta noche se ha reido Antonia de mi. . . Ya veo que me estas engafiando ... Sina Serapia se sonri6, dejando ver sus despobladas endas, que se abrieron, ensefiando la negrura de su boca, y con una voz que simulaba el sonido de un cantaro roto, contest6le: -Ties poca pasencia, mi jijo, y estas cosas no se puen jaser tan de prisa. Ya te dije el otro dia que antes de un mes Antonia habia de quererte. -Si, eso me estas repitiendo cada rato, pero hasta el presente no he visto resultao . .. -Ya lo veras, jijo, ya lo veras ... c:Me trujistes los dos pesos ... ? -Eso si, para pedir dinero siempre estas lista. -Vdlame Dios. c:C6mo quieres tu que te pr~pare yo los sortilegios . .. ? t.Trujiste el pafiuelo que te encargue ... ? -Si, aqui lo traigo. -c:Es de ella? -De ella; se lo robe esta mesma noche. -Pues eso era lo unico que me faltaba ... A ver: ponte de rodillas. -De rodillas estoy ... -Ahora, reza la oraci6n del Justo ]uez ... El j6ven se puso a rezarla. Sina Serapia extendio su rugosa y tembluzca mano sobre la cabeza de Roque y murmur6 ciertas palabras misteriosas que el mismo no pudo comprender. Enseguida penetro en la choza y al poco tiempo se present6 con un pedazo de madera en las manos, ennegrecido por el uso y en forma de ctuz. -Oye - le dijo - esta cruz es del mesmo palo en que fue muerto nuestro Sefior Jesucristo. Con que este pafiuelo la toque es lo bastante para obtener con el lo que se quiera. El domingo hay Rosario de Cruz en la casa de Juan Lorenzo: no dejes de ir,

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que esa noche estare yo alli y conseguiras lo que deseas. Antonia sera tuya ... Roque, perfectamente convencido, estuvo a punto de abrazar a la vieja. Le dio los dos pesos que esta le habia pedido y se separ6 de alli con el coraz6n lleno de jubilo y esperanzas. La bruja se qued6 contemplandolo hasta que lo vi6 desaparecer entre la maleza, y sonriendose como un demonio, penetr6 de nuevo por el boquete de la vivienda que se la trag6 cual el antro infernal se traga a los condenados.

III Desde el obscurecer la casa de Juan Lorenzq empez6 a llenarse de gente. Los mozos ludan sus carilisas blancas y las j6venes se presentaban llenas de pe~ rifollos desde los pies a la cabeza. El alt.a r estaba colocado en mitad de la sala, y en su centro, bajo un dose! de flores y cintajos, destacabase la Santa Cruz, una cruz de madera, forrada de papelillos rizados, con un relicario en el cuello y dos pulseras en los brazos. Todas las colchas de la casa habian salido a relucir en aquella ocasi6n, y a la verdad que el citado altar presentaba un golpe de vista poetico y conmovedor, pues sobre la blancura de la tela resaltaban los variados matices de las flores, frescas y sonrientes, como acabadas de coger. Un suave perfume se extendia por la habitacion y las alegres caras de las jibaritas servian de marco a aquella pincelada campestre, tan facil de sentir, como dificil para describirla. Infinidad de luces ardian por doquiera, reflejandose sobre los innumeros objetos que adornaban el altar, y la sala hallabase repleta de hombres y mujeres. Por fin comenz6 el rosario. Ocho de las muchachas mas bonitas, entre ellas Antonia, la hija de Juan Lorenzo, situandose frente al altar, con voz atiplada empezaron el canto, repitiendo los demas lo que ellas dedan, de un modo ensordecedor, mientras que alla, en la solitaria campifia y entre el silencio de la noche, los ecos de la montafia iban repitiendo aquel loor sagrado, con aire satirico y burl6n, cual si detras de cada arbol o de cada maleza se escondiese un espiritu maligno. Como de costumbre, siempre al compas de la misma tonada, sucedianse los Padrenuestros y las Avemarias, las salutaciones y las irreverencias, los disparates y las jaculatorias, todo dicho o cantado con la mejor buena fe y en la firme seguridad de que se practicaba un acto ejemplar y piadoso. Y entre tanto, alli estaba ella, la Cruz, sobre el altar, vestida con sus blancos y rizados papelillos,


su relicario y sus pulseras, lo mas maja y sonriente, acariciada por la luz de los cirios y perfumada por el olor de las flores, entre un mar de telas y cintajos, como si se hallase satisfecha de si misma y en plena exaltaci6n. Y el primer rosario hubo de acabarse. Juan Lorenzo comenz6 a repartir su poquillo de ron. Cada cual hablaba en voz alta con su vecino y los j6venes abandonaron sus puestos para irse a sentar junto a las mujeres. Los mas viejos, reunidos en corrillos, charlaban sobre agricultura. Roque, al !ado de Antonia, se esforzaba por hacer comprender a esta todo el fuego de SU pasi6n; pero la chiquilla se le reia en las barbas, diciendole: -1Jesus, hombre ... ; dejate deso, que lo que es esta noche estas bien sangrigordo .. . I Un grupo de viejas anunci6 el segundo rosario. Pero desde aquel instante la seriedad religiosa fue ced~endo su puesto a la alegria juvenil, convirtiendose aquello en una olla de grillos, donde a los canticos sagrados se unian las risas indiscretas, las miradas amorosas y hasta los dicharachos del mal genero. Despues de repartirse algunas galletas y un poco de queso, la botella del ron volvi6 a circular. La Santa Cruz continuaba sonriente bajo su hermoso dose!, como haciendose participe de la alegria de sus devotos, que ya en vez de permanecer sentados, iban y venian por todas partes, llamandose en alta voz y estrujandose las mujeres con los hombres, como si en aquel lugar todo fuese permitido. Las muchachas que habian principiado a dirigir el canto, encontrabanse ahora con sus respectivos novios. El ultimo rosario dej6 de serlo para convertirse en jolgorio. Seria la una de la noche. La duefia de la casa tenia preparada una gran olla de cafe que, en ditas y cocos, reparti6 entre los convi dados. Antonia, bastante mareada por tres copas de licor que la obligaron a tomar, no se mostraba tan esquiva con Roque, quien en aquel instante, muy arrimado a ella, procuraba ganar terreno, hablandole con verdadera pasi6n. Cuando trajeron el cafe, Roque cogi6 el coco de Antonia, antes que esta Io aproximara a los labios, y llev6selo con disimulo hacia la espalda, donde una mano negra y huesosa derram6 en su interior varias gotas de un liquido espeso y verdoso. La j6ven se bebi6 el cafe en medio de alegres risotadas, y comenz6 a bromear con sus amigas, quienes, animadas tambien por el alcohol, charlaban

como cotorras, riendo y gesticulando con el mayor desenfado. De pronto Antonia empez6 a sentirse algo indispuesta, con frecuentes nauseas y cierta pesadez en el cerebro que no la dejaba discurrir. Despues, una angustia horrible se apoder6 de ella, y levantandose para respirar, sali6 fuera de la casa. Roque, creyendose que esta ultima actitud obededa al filtro de la bruja, se precipit6 en su seguimiento. Con las manos sobre el coraz6n, pues sentia en el un dolor intenso, y cual si hubiese perdido la Cabeza, Antonia continu6 su carrera llena de ansiedad. Roque pudo alcanzarla al horde de un abismo. La luna se levantaba esplendorosa, inundando la campifia de argentea claridad. El j6ven sujet6 a Antonia agarrandola por la cintura y atrayendola hacia sf, delirante de amor. Ella, con las ansias de la muerte, se abandon6 en sus brazos y su lfvida frente vino a rozar con los labios del mancebo. Roque la estrech6 enloquecido y fue a estampar un ardiente beso en su boca. Entonces ocurri6 algo lugubre y fatidico, algo que no se puede describir: Roque separ6 su boca de la de Antonia, con el semblante contraido y en los ojos expresando el mas vivo terror. Estaba muerta .. . Lanzo un grito espantoso que repercuti6 como la voz de Luzbel entre los c6ncavos de la sierra, y sin abandonar el cuerpo de la infeliz criatura, se lanz6 con ella en lo mas profundo de un barranco, desapareciendo entre la negrura del abismo. En aquel instante, un espectro, en forma de asquerosa vieja, se destac6 sobre la vecina loma, y con los brazos abiertos, vi6sele erguirse, modulando una carcajada feroz. Era la Bruja . .. Se escuch6 el graznido sm1estro del buho escondido entre la maleza, y la luna, plet6rica de luz sigui6 inundando la campifia con sus rayos de plata. Y el crimen horrible que acababa de oc:urrir, se perdi6 entre el silencio y la inmensidad de la noche, cual un atomo de eter en el infinito, d~nde cada mundo figuraba en aquel momento como un grano de anis.

Gonzalez Garcia, Matias - Casas de Antaiia y Casas de Oga1io (En bromas y en veras) Torno ll, Tip . Morel Campos, Caguas, P. R., 1922; pags. 1 al 11. Se encuentra ademas en: Rosa - Nieves, Cesareo y Franco Openhheimer, Feliz - Antalogia Gen eral de/ Cuenta Puertarri¡ que1io - Torno l, Editorial Campos, San Juan, P. R., 1959, pags. 235 a 244.

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j "Me vendo por 400 pesos" Por

N

O, YO NO; QUIEN SE VENDfA ERA LA NEGRA MARiA

Andrea, esclava de Dofia Josefa Roman.

Dice David Turnbull, escritor ingles de los 18-SO's, que la esclavitud africana no podia extenderse mucho en Puerto Rico, porque el precio de venta normal de un esclavo era 300 pesos, y aqui pocos disponian de suficiente dinero para invertirlo en tal aditamento. Pero Maria Am!rea no era una negra cualquiera, coma se desprende de que fuera rotulada en 400 machacantes, que no son "cascara e coco". Y sin embargo, la suerte seguia siendole tan negra coma su piel. Su ama ya no interesaba conservarla, y le habia dado un papel autorizandola a buscarse un nuevo propietario, con tal de que pagase el importe ameritado de los 400 toletes. De casa en casa iba pregonandose a si misma, pero aquella mercancia de ebano siembre recibia fa misma repulsa: "mire negra; vayase ligero para SU CaSa, que el Banda de Buen Gobierno, y la Gaceta del pa:!s es tan ordenando la captura de esclavas pr6fugas". Y siempre la misma sospecha de que Maria IA.ndrea I I fuese una negra cimarrona. Por mas que la auto1 quincallera mostraba los papeles acreditivos de que era legitimo objeto negociable, nunca encontraba al comprador que aflojara la mosca. 1

cVerdad que es curioso lo que aqui aconteda para 1822? Eso suena coma si el duefio le dijera al cerdo: "vete al mercado, te vendes por cinco pesos, y me traes el dinero". Y otra cosa, Dofia Josefa tenia su apellido, pero Maria Andrea tenia que conformarse sin ese apendice, y con distinguirse de las demas llamandose, "la esclava de Dofia Josefa Roman", hasta que la suerte le deparase la alteraci6n que por mutuo consentimiento solicitaban. As:! las cosas, apareci6 un cliente en perspectiva en

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ANTONIO

RIVERA

el vecino pueblo de Aguadilla. Aclaremos que lo dicho anteriormente correspondia a un pueblito que cambi6 de nombre y ubicaci6n, y que ahora era "San Antonio de Padua de la Isabela". 1Que mucho nombre se gastaban nuestros isabelinos, que antes eran de "La Tuna" I Pues bien, la casa de Don Carlos Espinet, de Aguadilla, necesitaba una esclava que "supiese lavar, planchar, y hacer los demas menesteres". Al efecto, un sefior -de Isabela, de nombre Manuel Antonio Serrano se comprometi6 a llevar la negra Maria Andrea a Aguadilla. La mercanda se puso a prueba por tres dias, al cabo de los cuales el Serrano apareci6 con 350 pesos, "diciendo que Espinet no queria dar mas por raz6n de que no habia salido facultativa, que era necesario ponerla a aprender con una maestra". Dofia Josefa se malhumor6 al entregarsele aquella cantidad, pero su disgusto fue mayor cuando algunos dias mas tarde recibi6 una carta del Sr. Espinet reclamando la escritura de la esclava, por haberla comprado en 400 pesos, afiadiendo que tenia en su poder el recibo correspondiente. Luego alguien la estaba engafiando, y el engafio la menospreciaba en cincuenta pesos. Asi se lo hizo saber al comprador Espinet, requiriendole el envio de los 50 pesos restantes antes de entregar la escritura. Y ahi surgi6 el pleito, porque Espinet prob6 que habia pagado la cantidad integra. En vista del enredo que se form6, Dofia Josefa Roman se querel16 ante el Alcalde Constitucional de Isabela, Don Francisco Nieves, contra Don Manuel Antonio Serrano. El Alcalde era por l~y especie de juez pedaneo, y cit6 a las partes para un juicio verbal de conciliaci6n a celebrarse el dia 11 de septiembre de 1822. De acuerdo con la Constituci6n de 1812, ¡ que habia sido proclamada nuevamente, en sus ar-

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~

\I

tkulos I y 2, del Capftulo III, Dofia Josefa R oman nombr6 como su "hombre bueno" a Don Valentin Sosa, y por su parte Serrano nombr6 como el suyo nada menos que al 29 Alcalde Constitucional de Isabela, Don Gregorio de la Fuente. Despues del tirijala consiguiente, los dos "hombres fuertes" no pudieron ponerse de acuerdo. El de Dofia Josefa expuso como fundamento que Serrano justificase el haber vendido la negra en 350 pesos, y con que derecho; mientras que su oponente insistfa en que habiendo . Dofia Josefa retenido aquella cantidad el poder ya habfa pasado de su primitiva duefia a las manos de Serrano, quien ahora podfa enajenarlo por lo que fuese su voluntad. El Juez Alcalde se reserv6 el fallo para una semana mas tarde.

I

Reunidos de nuevo el dfa preconcertado, 18 de septiembre, Don Francisco Nieves dictamin6 que por cuanto Serrano no tenfa documento para justificar que podfa vender a Maria Andrea por 350 pesos; y por cuanto Dofia Josefa Roman present6 evidencia de haberle dado papel a su esclava de venderse por $400, como asf se verific6 segun la carta de Espinet; por tanto Serrano quedaba obligado a devolver los 50 pesos restantes a Dofia Josefa, mas las costas de oficio al J uez y Escribano. Por estar inconforme con el resultado del "juicio de conciliaci6n", Serrano se neg6 a cumplimentar el fallo. Fue entonces que dofia Josefa le dio poder a su hijo Antonio Mufiiz para cobrarle a Serrano, y para obrar judicialmente si fuese necesario. El apo-

derado Mufiiz no querfa perm1tir que se burlasen impunemente de su Madre; y en Septiembre 27 solicit6 ante la Corte de Aguadilla el comparendo de Espinet para que informase que clase de negocio habfa hecho con Serrano al comprar la esclava, e igualmente que se le tomase declaraci6n a Marfa Andrea. El J uez de Aguadilla, Don Juan Martin Acevedo honr6 la petici6n de Mufiiz, y orden6 que se presentasen los requeridos. Espinet se reafirm6 en lo que siempre habia dicho, y exhibi6 el recibo por los $400 que habfa pagado. No aparece en el Expediente si a Maria Andrea se le pregunt6 por su version del asunto, porque en aquellos tiempos no se acostumbraba el que esclavos ofreciesen testimonios contra blancos. Pero ante el Juez de Aguadilla, Antonio Mufiiz prob6 el engafio perpetrado por Serrano, quien primeramente habia . dicho que la esclava fue vendida por 350 pesos, y luego sali6 reclamando que Dofia Josefa se la habia vendido a el por esa cantidad, y por tal motivo la traspas6 a Espinet por los 400. Como de hecho la cantidad envuelta no pasaba de 100 pesos, de acuerdo con la Ley, el Alcalde de Aguadilla devolvi6 los documentos al de Isabela, quien volvia a ser la Autoridad competente en dicho caso. El fallo anterior prevaleci6, con la adici6n de las costas por el juicio en Aguadilla, lo que Serrano ahora tuvo que admitir. Admita tambien el lector que los datos aqui presentados, los nombres de los personajes, lugares, fechas, e incidencias de los juicios en torno a este mi sexto "Episodio Municipal" son todos veridicos y autenticos.


Exposicion de Myrna Baez

"El Gallo" por Myrna Bdez

(grabado)

EL

GRUPO DE

ARTISTAS

JOVENES PUERTORRIQUENOS

logro nuevo destaque con la Exposicion de dibujos, grabados y pinturas de Myrna Baez, ahierta al publico en el Instituto de Cultura Puertorriqueiia en los dias 6 a 27 de abril. Myrna Baez, nacida en 1931, tuvo por primera profesora de pintura a Maria Teresa Lomba, en cuyo estudio de San Juan se iniciaron otros pintores puertorriqueiios. En 1952 ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, pero no persevero en ella. De temperamento rehelde, la atraia lo romantico, que fue lo que la sedujo en sus andanzas por Espana. En 1958 comenzo su aprendizaje del grabado en el Taller de Artes Graficas del Instituto de Cultura Puertorriqueiia, bajo la direccion de Lorenzo Romar. La sensibilidad de Myrna Baez se expresa en la variedad de su tematica (retratos, tipos pintorescos, animales, bodegones, estructuras diversas, paisajes urbanos o rurales) ; en su utilizacion de medios plasticos diferentes (oleo, tinta, crayon, aguada, caseina, linoleo, plastico, xilografia) y en la libertad de su estilo, que no se ciiie a canon determinado. Emocional, inconforme y valiente indaga y busca en todas las formas el alma esencial que les da vida, recreandola segun su propio y personal enfoque. La exposicion comprendio 34 oleos, 19 dibujos y 15 grabados.

Palomar (Oleo)

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"El Mercado de Rio Piedras"

'~ I

Aspecto de la Exposicion de Myrna Bdez

El Heladero

(Oleo)

(grabado)


Cronicas andariegas

Ruinas espaiiolas en Puerto Rico Por DoRA l sELLA R ussELL "Vanguardia y Have de las Indias Occidentales" - Felipe III

U N RARO ESPECTACULO SURGIO UN DfA SOBRE LAS aguas. Extranas alas blancas a ras de espuma, avanzaban hendiendo las ondas verdiazules, lapislazuli, azul de cobalto, azul de zafiro, verde de jade o de esmeralda, que forman el magnetico anfiteatro navegable del Mar Caribe. Pajaros gigantescos posados en fas rizaduras, el ins61ito plumaje henchido palpitante bajo los vientos, paredan andar entre cielo y ola, mas que volar entre cielo y nube. El oleaje imprimia su ritmo a la andanza, y cabeceaban, siempre en su ignoto rumbo, los galeones de Espana, en la hora magica y remota de los descubrimientos. Cuando, cercano ya a los tr6picos, la noche derrochaba sus astros en la magnitud de la antigua b6veda y hada sentir mas temeraria la empresa, el hombre del Viejo Mundo experiment6 sin duda el choque electrizante del silencio y del misterio, y como siempre es enigma lo que es mas grande y esta mas alto que nosotros, orz6 la proa al enigmatico suelo con que la hazana espanola ensanch6 la geografia del mundo. "Despues del mar, lo mas grande de la creaci6n es el hombre": hombre y mar, dos grandezas y dos soledades, se aliaron para la conquista portentosa. Volaron las naos sobre el Mare Tenebrarum para traer a tierras de America, la lengu.a madre y la fe cristiana, doble legado que magistralmente resumi6 Dario: "Este la raza en pie y el brazo listo /que va en la proa el Capitan Cervantes/ y arriba flota el pabell6n de Cristo". Y de aquella aventura del siglo XV heredamos nosotros el inconformismo de los desadaptados, la rebeli6n que se deshace en un crujir de nervios o se desahoga en poema, la n6mada enfermedad de los discolos, el no sentirnos nunca en donde estamos, y estar siempre mas alla de donde nos buscan, la aptitud epica y el

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rapto romantico, la predisposici6n al desengano, muy espanoles y muy suramericanos, heroes an6nirnos de una novela propia que transcurre en la conciencia de cada uno. Fue en Puerto Rico donde experimentamos en toda plenitud, el fuerte impacto, la huella irrenunciable de nuestro origen. Porque aunque despues, otras nacionalidades y otras lenguas hayan llegado a estas orillas, Espana es lo genuinamente nuestro. Y conste que quien escribe tiene, balanceando un mfnimo aporte hispano, el lastre de nueve siglos de ascendencia sajona. Pero lleva dentro un amor profundo hacia el idioma que en otras edades se templ6 entre lanzas y arcabuces al rescoldo de las batallas conquistadoras y supo tambien ser duke para el coloquio c la serenata. Tan lejos de nuestro Rio de la Plata, 1que jovenes descubrimos nuestras margenes, ante la isla esbelta como una muchacha, que se inscribe empero entre los primeros hallazgos que coronaron la empresa de Col6nl Tan lejos, fuimos a tropezar con vestigios viejos de mas de cuatro siglos, con muros derrumbados que bate el mar, como petreos cascos de barcos encallados en una playa antigua, empavesados de misterio, embeleso para el alma predispuesta a la anoranza, contradicci6n del paisaje: las moles negruzcas pierden bajo el sol recio sus recodos intirrJidantes, y en diafana sonrisa ondulosa de la palmera o en el incendio de los flamboyanes, la piedra vetusta irrumpe con s6lido relieve y sirve de contrafigura al cabrilleo de las olas, a la atm6sfera intensamente abierta que roba las sombras, al juego de la claridad matinal que barniza de adolescencia los tallos asperos de los arboles 0 las anchas hojas de las plantas; y aquel gris


I

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macizo cumple un menester humilde, sedante, tranquilizador: la piedra, es verdad; la piedra es concreta, real; la piedra existe. Porque todo ese ambito de luz, parece inverosimil, como si fuera posible que de pronto todo volara de nuestra presencia, como un truco magico. Pero no. La piedra es verdad. Y cuando va atardeciendo, en esos lentos crepusculos del tr6pico que no se deciden a entrar en la noche, y caeri lampos de oro y fuego en el mar, con exasperante molicie, perezosamente, la piedra es mas verdad aun. Porque entonces se empina, se levanta sobre el nivel de la tierra, yergue su masa avasallante, llama, recuerda que hace siglos, coronada de artillerfa, fue defensora y avizorante, y bajo el constelado cielo los fantasmas vuelven a situarse tras los canones vencidos, a montar guardia en las troneras verdinosas, a encender linternas invisibles, a remedar la vida a la hora del sueno. Pero de la otrora ciudad amurallada, apenas quedan en pie algunos tramos del grueso pared6n que la protegia. Y s6lo una de las puertas que daban acceso al recinto urbano: la puerta de San Juan, por la que pasaron gobernadores y obispos, con sequito brillante de soldados y de ac6litos, entre fanfarrias y pendones, procesi6n o desfile, en las fiestas solemnes que se santificaban con Te-Deums. Vieja hora de las ciudades fortificadas de America. . . Puerto Rico guarda sus ruinas y sus leyendas. El Castillo de San Felipe del Morro, que impone hoy con su arrogancia desmantelada como en otro tiempo debi6 imponer con su aparato belico, es en sf. un vivido relato de la edad peligrosa y hazanera en que corsarios y piratas, conquistadores y contrabandistas, cruzaban los mares por ambici6n y por codicia, y tambien como desafio y como alarde. El Morro y el fuerte de San Crist6bal 'fueron s6lidos baluartes contra los apetitos de los filibusteros que merodeaban la isla boricua. Y desde Sir Francis Drake, en 1595, a Sir Abercromby, en 1797, resistieron victoriosamente los asedios. Un cronista del siglo XVIII, Fernando Miyares Gonzalez, proporciona este curioso dato de San Felipe del Morro: "Montaba la artillerfa correspondiente y la mayor parte de bronce, entre la cual

se senalaba una pieza rabona, del calibre de a cuarenta, con las Armas del Gran Turco, que era el cafi6n de crujia en la galera real que rindi6 el senor don Juan de Austria en la batalla del golfo de Lepanto. Enviola el senor Felipe II, porque en SU tiempo se di6 principio a esta fortaleza". Todo es historia que se adhiere a la piedra, todo es leyenda que se desprende de la historia. Como esa de! Diablo que se llev6 por los aires a un centinela porque se habf.a enamorado de la novia del soldado. <!Que no lo creeis? Pues nadie dejara de mostraros, testimonio irrecusable, la Garita de! Diablo. Y con respeto ... Pero no s6lo dej6 Espana la huella guerrera. Tambien de su fe quedaron trazas patentes en los primeros templos cat6licos que vio alzarse el Nuevo Mundo, en la iglesita de Porta Coeli, en San German, o en la capilla de San Jose, en la capital, cuyo crucero muestra hemosas b6vedas del siglo XVI, en un g6tico tardio; en ella se conservaron, hasta su traslado a la Catedral, los restos de Juan Ponce de Le6n, el ilusionado buscador de la perpetua juventud. La hora ya lejana del comienzo persiste, empero, en ese contraste de las reliquias evocadoras, junto al pulso moderno del presente. Fuertes y conventos toda la Espana del Descubrimiento y la Conquistacuyos cimientos datan del siglo XVI, conservan viva la tradici6n hispanica, y el fuerte de San Ger6nimo o el viejo Convento de Santo Domingo, el fuerte San Antonio o el Boquer6n, el Palacio Arzobispal o la Caleta de las Monjas, la Alcaldfa o la Casa Blanca, residencia ancestral de los Ponce de Le6n, que forma parte del fuerte Brooke, tienen el hechizante signo del pasado, l~ gravitaci6n de una fabula de secular vitalidad, cuyo embrujo se aduena de! viajero, poblandole de reminiscencias, como si de pronto, frente a las olas espumeantes que castigan dulcemente las orillas, fueran a reaparecer, remotos e imposibles, aquellos extrafios velamenes que iniciaron la aventura americana. Y se empoza alma adentro, salpicada de espuma y de sol, esa patina de nostalgia que dejan detras suyo, los grandes imperios cuando se desmoronan.

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Romeria politica de Eugenio Maria de Hostos Por CEsAREo R osA N IEVEs

MARfA DE HosTOS NO FUE UN POLfTICO lucrativamente de oficio, en el comun sentido de la palabra. Fue un gran maestro de universidades y colegios (Santo Domingo, Chile, Puerto Rico, etc.) y un fino talento cultisimo, puesto al servicio de la diplomacia democratica del estado, dentro de una circunstancia hist6rica (1839-1903). En este caso, el Puerto Rico de antes del 1898, y el Puerto Rico despues de la Guerra Hispanoamericana. Su ideal perenne del separatismo de su tierra, amen de su anhelo de unidad antillana, lo sumergieron de piano en las luchas insurgentes de esas decadas. 1 Analicemos esquematicamente los distintos instrumentos ideol6gicos usados por el, para alcanzar los prop6sitos de su pensar en este campo del quehacer dudadano. En su fondo, actividad y expresi6n de palabra, Eugenio Maria de Hostos no fue otra cosa que un pasional independentista de siempre. Pero este ilusionismo romantico estuvo constantemente controlado por una razon pura de tipo filosofico. No fue un revolucionario a la manera de Ramon Emeterio Betances, pues optaba por el recurso del voto democratico de los comicios y el concordato internacional, para conseguir sus ideales libertarios de patria. Hombre de paz, de meditacion y de catedra, siempre son6 eso: alcanzar los derechos de su tierra islefia mediante el sufragio de las urnas.

E

UGENIO

I. Tres grandes ideologlas finiseculares, influyeron decidida-

mente en la formaci6n de! ciudadano libre en De Hostos. De un !ado, la tendencia liberal y regeneracionista de la Espafia inspirada por Krause, la Espafia de antes de la Guerra Hispanoamericana con su v6rtice en la Generaci6n de! 98; de otro lateral, el tremendo auge democratico de Estados Unidos de Norteamerica; y en tercer angulo, el esplritu de la Guerra de Independencia de los palses latinoamericanbs (1810 a 1898).

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En los Recuerdos de Betances (1863) , el prosista mayagiiezano expresa sus ideas frente al problema politico de la isla verde. Dice: "Un dla recibl de Betances, de Paris, yo en Madrid, la primera carta suya. Se la debla a La Peregrinacion de Bayodn (1863) un grito sofocado de independencia por donde empece yo mi vida publica. Digo que un grito sofocado de independencia porque, muchacho sencillo y candoroso, como era (acababa yo de cumplir veinticuatro afios), crela en la posibilidad y hasta en la probabilidad de que se oyera la voz de uno que iba a empezar a clamar en el desierto, y que clamaba por la uni6n de Espana y de America Espanola, en una como confederaci6n de la familia peninsular, insular y continental. Naturalmente, con tal programa y con tanta sinceridad como la mia no era posible que de buenas a primeras cambiara yo por el de Betances mi ideal. As! fue que, al contestar su inesperada carta, le dije lo que hubo de aparejar la contestaci6n que me lo present6 de alma entera: cuando se quiere una tortilla, hay que romper las huevos: tortillas sin huevos rotas, o revolucion sin revoltura, no se ven. Como yo estaba en la edad en que esos imposibles se ven posibles en la imaginaci6n y en el ensueno, eramos inaccesibles uno y el otro, y ya no volvl a saber de Betances hasta que comet! el error de buscar la independencia de Puerto Rico y la Confederaci6n . de las Antillas por el camino de la revoluci6n de Cuba. Por persistir en la ilusi6n . de hacer tortilla sin romper huevos, porque escrito ha sido a costa de un mill6n de seres inhumanos a quienes no se les ha ocurrido verter sangre por su patria, que la independencia con sangre entra, y que Borinquen no habla de ser independiente por voluntad ni sacrificios de todos, por sangre y lagrimas de todos. Pero como yo comet! de buena fe el error de creer que un procedimiento ideal era un acto real, cuando en 1869, me presente en Nueva York, y me encontre all! con Betances, tuve por cierto que lbamos a poder prestar a Cuba el impagable servicio de poner en armas a su hermana. Por de pronto nos pusieron en pugna uno con otro." (Vease: Hostos, Eugenio Marla de, Editorial Cultural, La Habana, Cuba, Obras Completas - Vol. XIV, Hombres e Ideas: 1939, . pags. 69 a 72.)


Como hemos apuntado anteriormente, De Hostos fue un revolucionario padfico, Betances fue un visionario de la revoluci6n armada. Por eso deda el desterrado galena de Lares: "el arbol de la libertad esta sembrado; para que crezca hay que regarlo con sangre." Aunque el fin era identico en ambos cerebros, los procedimientos para conseguirlo, los separaban arbitrariamente. Valiente tambien la pluma de De Hostos, clam6 una vez desde Bayoan: ''las Antillas estaran con Espana, si hay derechos para ellas; contra Espana, si continua la epoca de dominaci6n;" pero su rumba fue siempre de amistad y concordia. Los hombres que no han poseido una reciedumbre moral de altos quilates en su vida privada, no resisten el bautismo de fuego del tiempo. En la primera sacudida mueren para no ser resucitados jamas. Y De Hostos fue un Quijote de America sabre pedestal de eticismo, para resistir el tiempo, las crisis y el futuro todo: su voluntad era de ausubo resistente y su interior de terciopelo blanco. Mas se venerara, cuanto mas lejos este su vida fisica del tiempo. La preocupaci6n fuertemente moralizadora y su carifio hacia la forja de hombres, hizo en De Hostos al maestro; su positivista razonamiento social eclips6 en el al literatO, dejandolo en fragmento; y SU mfstica por los azules valores espirituales, tronch6 en este ser, su crecimiento politico de ambiente lucrativo. Llevaba la paz en el alma y la sabiduria en la palabra. La armonia internacional de los pueblos fue su fusil de batalla. Era un hombre inquieto y trashumante, ungido de amor ferviente y antipoda de la sangre y de la guerra fratricida. Caballero del ensuefio se lanz6 en busca de la estrella simb6lica, orientado con la trilogia de sus lamparas iluminadas: por su patria, por su dama y por su Dios.1

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2- Sin embargo, hubo varios momentos en las jornadas del pensamiento politico de este ap6stol del separatismo, en que el hombre asumi6 una posici6n interina de caracter auton6mico; pero esto, en lo que alcanzaba lo otro: el ideal supremo de la liberaci6n total: (1869; 1898; 1899) . La Comisi6n que va a Washington a parlamen-

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1. El 19 de enero de 1869, De Hostos se une a Manuel Alonso y a Santiago Oppenheimer, para entrevistarse con el General Serrano en Espafia (Presidente este de! Gobierno provisional de entonces). El prop6sito de este encuentro fue recabar de! gobierno de la metr6polis hispana mayores libertades autonomistas, esto es, medidas perentorias de necesidad inmediata para la mejor administraci6n de la colonia puertorriquefia. Las. reformas fueron denegadas rotundamente y los hombres tratados de ma! modo. Estas situaciones amargas prendieron las teas que precipitaron el independentista en De Hostos. Autonomla y separatismo, caminos de dolor hacia un ideal, que el heroe de! pensamiento antillano vela cada dla mas y mas Iejos.

tar con el presidente McKinley, (1899), destaca varias providencias para el pais en ruinas (Henna, Zeno Gandia y De Hostos) . Estos hombres representativos del pueblo de Puerto Rico, reclaman ante la naci6n Norteamericana lo siguiente: "El nombramiento de un gobetnador civil; instalaci6n de un consejo electivo, especie de Camara legislativa, y la supresi6n de! consejo de Secretarios; autonomla municipal absoluta; aplicaci6n de los derechos individuales reconocidos por la Constituci6n americana; aplicaci6n de las diez primeras enmiendas de la Constituci6n; reducci6n del ejercito de ocupaci6n y creaci6n de la milicia puertorriquefia; libre cambio con Estados Unidos; telegrafla postal; cajas de ahorro; postales y franqueo de tipo interior para los Estados Unidos; conversi6n de la moneda puertorriquefia a un camhlo razonable; extensi6n a la isla de Ia ley bancaria americana; reconocimiento de derechos de autores e inventores; oficinas¡ de mensura y catastro; fundaci6n de un archivo central:" (Vease: Bosch, Juan - Hostos el Sembrador - Editorial Tr6pico, La Habana, Cuba, 1939; pag. 263.)

En cierta ocasi6n De H ostos explic6 que la Liga de Patriotas tenia dos objetivos cardinales: "Primera, Ia uni6n y concordia de todos los puertorriquefios; y segundo, Ia educaci6n popular, con arreglo a los modernos procedimientos de la ensefianza. En lo politico, si para el porvenir puede tener como ideal Ia independencia de! pals, al presente no tiene mas objeto que recabar de! gobierno americano todas las libertades a que tenga derecho este pals, por su civismo y su cultura, y que pongan a salvo la personalidad regional de Puerto Rico." En otra parte de esta conferencia dijo: "Si hoy me ofrecieran para Puerto Rico Ia independencia, yo no Ia aceptarla." (Vease: La Democracia - Ponce, Lunes, 7 de Noviembre 1898, Num. 2,058).

Pero, entendamoslo a el con cala afable: toda esta nueva partitura instrumental de miras autonomicistas, no es otra mafia, en el programa de este apenado mesias razonador, que un compas de espera para lograr la educativa preparaci6n necesaria del pueblo, y una vez alcanzada esa madurez del conglomerado boricua, implantar dignamente la liberaci6n total de Boriquen. Porque, como se ha vista, el pensar politico de De Hostos fue una serie de variaciones especulativas, aproches en torno a la meta cardinal de su laborantismo constante.1

3- Su tercer recurso en este estudio hostosiano es el amparo del plebiscito. Se abraza como tabla de salvaci6n ultima a esta maquinaria electoral t!n donde

1. Alla . por el 21 de julio de 1898, De Hostos da a la prensa nor team ericana en el The New York Commercial Advertiser, una opini6n con referenda al porvenir de Puerto Rico, dentro de aquel afio de crisis. Dice: "Si mi pals se somete al yugo norteamericano, le dire adi6s para siempre. La libertad de Puerto Rico y de otros palses de habla espafiola, ha sido el ideal de mi vida, y si mis compatriotas cambiaran un yugo por otro, dedicare mis energias a la misma causa republicana, pero me quedare siendo el expatriado que he sido durante treinta aiios." (Vease: Carreras, Carlos N. Hostos, Apostol de la Libertad - Madrid, 1950, pags. 200 a 201.)

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las mayorias mandan. Sus dos veredas son ahora para decidir sobre: el Estado federado o la Independencia; esto fue mas 0 menos de 1898, hasta SU exodo hacia Santo Domingo en 1900. Fija temporalmente la realizaci6n de este magno acontecimiento de comicios plebiscitarios para el I de noviembre de 1925.1 Durante estos afios de 1898 a 1900, De Hostos dedica sus nobles iniciativas a la ensefianza y a La Liga de Patriotas Puertorriquenos (Juana Diaf, Mayagiiez, etc.). Como hemos sefialado en otro sitio de este trabajo, esta agrupaci6n, invirti6 sus esfuerzos en tratar de obtener el cambio del gobierno militar por el civil en la isla, y aspir6 a resolver otros problemas de aspecto regional, en donde la docencia jugaba

1. Quiso De Hostos adelantarse a los efectos negativos que el preveia para el futuro destino Iibertario de Ia isla, como resultado de Ia Guerra Hispanoamericana. Y para aprovechar Ia coyuntura critica, con el prop6sito de conseguir la independencia de Puerto Rico, antes que hubiera sido demasiado tarde, abandon6 su lucrativa posici6n en Chile, y se dio de nuevo al peregrinaje heroico. Primeramente se dirige a Venezuela (para dejar all! a su fami!ia), y Iuego con poderes especificos de los Comites de las sociedades revolucionarias establecidas en Chile, Peru, Colombia y Venezuela, fue a dar su ensuefio politico a Nueva York. Pero cuando arriba a Estados Unidos era tarde. El General Miles desembarc6 en Guanica el 25 de julio de 1898. Hizo otros esfuerzos sobrehumanos, mas resultaron fallidos. La fuerza con traria de la realidad beIi ca de en tonces era tre, menda, y ademas los puertorriquefios colaboraban simpaticamente con la ocupaci6n yanqui. Es entonces cuando se decide a fundar la Liga de Patriotas Puertorriqueiios, con los residuos de la Secci6n Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano. Con esa nueva arma civil, de fuerte moral colectiva, retorna a Boriquen y se instala inicialmente en Juana Diaz. Esta es la ralz de su gris odisea por el plebiscito. Al fin, nada logr6 en su cicl6peo empefio: el iba por un camino y su pueblo boricua iba por otro.

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un papel principalisimo. Despues reclamarfa el plebiscito. Pero el pueblo no quiere oir a la palabra del clarividente. De Hostos Bora estas palabras amargas: ''la patria se me escapa de las manos". Es durante estos momentos angustiales que le aconseja a un joven: "Decidase a una de las dos tinicas cosas que puede y debe hacer hoy un puertorriquefio de bien: o trabaje por conseguir que Puerto Rico tenga en los Estados Unidos quien declare de continuo que quiere el gobierno temporal o trabaje por la mas pronta declaraci6n de Estado. Lo primero (la inde¡ pendencia) es lo mas digno, lo mas previsor y lo mas humano, porque a Ia vez salva Ia personalidad de un pueblo, hoy; la riqueza y Ia independencia comercial mafiana; la paz, siempre."

4- Como hemos insistido desde el principio de este articulo, De Hostos vivi6 y muri6 siendo separatista. Los caminos que temporalmente tom6 (libertades auton6micas, plebiscito, etc.), todos esos atajos conducian finalmente en el hacia la independencia. Por eso decide a los 61 afios de edad (1900), abandonar su patria por la de Santo Domingo, desengaiiado y triste, para seguir ilusionandose desde lejos con esa dolorosa Dulcinea de su espfritu abatido. En una penosa carta a la juventud que dirige la Liga de Ciudadanos, con voz desgarradora, les dice: "Si yo no fuera tan incompatible con el anexionismo aqul imperante, de aqul no saldrla en el resto de mi vida, porque para ese resto y para mucho mas de la obra de La Liga Patriotas hay trabajo; pero el prop6sito civilizador que la Liga tiene a su cargo implica la independencia asegurada, y no teniendola, Puerto Rico no puede querer y no quiere la organizaci6n de La Liga."

Y asi se marcha de nuestra tierra el pr6cer del ideal de la independencia, agobiado, mas con la esperanza, de que en alguna epoca, SU isla amada aprenderfa a amar su libertad separatista. Con este ideario triste se nos fue del pais el duke jardinero de sueiios.


Por

A

LO

LARGO

DE

CUATRO

FESTIVALES

DE

TEATRO

(1958, 1959, 1960, 1961) patrocinados por el Instituto de Cultura Puertorriquefia, se ha podido comprobar: primero, la existencia en el ambito de la isla de una vasta generaci6n escenica, progresivamente capaz, tanto en el orden del libreto como en el de la teatralizaci6n; segundo, el interes de un creciente sector del pueblo por la expresi6n dramaturgica de su ser en cuanto particularidad puertorriquefia al tiempo que significante universal; tercero, la correspondencia del movimiento teatral del pais con los mas alertas y exigentes del mundo contemporaneo; cuarto, la posibilidad de un teatro profesional de rakes y fuerzas propias sostenido libremente por la afici6n publica; quinto, la mayor resonancia dentro y en el extranjero del teatro entrafiado en la identidad puertorriquefia. La "reincidencia" anual de esta voluntad escenica, increible cinco afios atras, ha promovido tambien una vigorosa proliferaci6n de grupos dramaticos antes desconocida en la isla. La aparici6n de este teatro nacional no debe asustar como fen6meno de chauvinismo o enquistamiento provincial. Su evaluaci6n revela inmediatamente la influencia de las mas despiertas corrientes de los grandes teatros nacionales de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Espafia puesto que los escritores puertorriquefios viven atentos a las mayusculas escenas de paises tan soberanamente definidos. Marchan con los tiempos a la par que con SU origen y naturaleza. Lo mismo ocurre con los teatralizadores, desde el director, los actores y el escen6grafo hasta los recreadores menores. Se han apoderado a tal punto de los conceptos modernos de la pieza teatral y su escenificaci6n que pueden sobreponerse a las rutinas anquilosadas de la radio y la television co-

FRANc1sco ARRivf

merciales y ejercitar conocimientos mas hondos a traves de la dramaturgia exigente y evolutiva de los festivales. Ante el Quinto Festival se tiene prueba concluyente de su pericia profesional respecto a las proposiciones estilisticas de los autores ya sean realistas, impresionistas, expresionistas, existencialistas, etcetera, etcetera, y mas importante, y por lo cual debe aplaudirsele de coraz6n, han demostrado aguda sensibilidad y certera eficacia como realizadores de una creciente expresi6n nacional de los universales dramaticos, tal y como no declinaron ni declinan de ninguna manera, por ser requmto sine qua non, los mas preclaros talentos estadounidenses, ingleses, franceses, italianos, alemanes y espafioles. Con el primer Festival de Teatro Puertorriquefio se hace evidente un gran acervo de autores, directores, actores, escen6grafos, figurinistas, iluminadores, y maquillistas activos en el pais para la epoca, posiblemente . sin paralelo en la mayor parte de las naciones iberoamericanas con la excepci6n de Mexico, Argentina, y, hasta cierto punto, Chile. Ha fructificado para entonces la labor sostenida del Teatro Universitario y el Ateneo Puertorriquefio, y la heroica, pero esporadica, de Areyto (1940), la Sociedad General de Actores (1943), Tinglado Puertorriquefio, (1945), Comedia Estudiantil Universitaria (1947), y Teatro Nuestro (1950). Hasta el primer tel6n de Encrucijada, drama con que se inicia el ciclo de festivales, el conglomerado artistico indispensable a la fundaci6n de un teatro nacional ha crecido disperso, sin conciencia cohesiva de sus posibilidades. Esta potencia la valora minuciosamente la Junta Asesor~ de Artes Teatrales del Instituto de Cultura Puertorriquefia en profetico plan titulado Proyecto para el Fomento de las Artes Teatrales en Puerto Rico sometido en 1956 a la Jun41

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Escena de Tiempo Muerto, de Manuel Mendez Ballester. De izquierda a derecha: Rosa (Myrna Vazquez) y Juana (Esther Sandoval). - . Direccion de Leopoldo Santiago Lavandero, Escenografia de Rafael Rios Rey.

Escena de Tiempo Muerto, de Manuel Mendez Ballester. De izquierda a derecha: Juanita (H oracio Olivo), Simon (Victor Arrillaga), Samuel (Benjamin Morales), Ignacio (Alberto Zayas) y Juana (Esther Sandoval).

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ta de Directores de dicha agenda y el cual prende la llama del festival, cuya sexta aparici6n se anuncia ya. No hay duda de que el Primer Festival de Teatro Puertorriquefio pone a prueba el concepto y las posibilidades de un teatro de expresi6n propia en terminos nunca antes intentados en la isla, pues las cuatro obras representadas, no s6lo se lograron en semanas sucesivas, sino que las animan distintos directores, actores y escen6grafos, como si el caudal de teatralizadores surtiera inagotable. Resulta una verdadera sorpresa, una contundente afirmaci6n y un vigoroso estimulo para los numerosos espectadores que se sienten impulsados a concurrir y que desde entonces patrocinan el suceso con creciente curiosidad de conocerse nacionalmente para luego valorarse a la luz del universo. Subraya poderosamente como ninguna otra mani£estaci6n artistica del momento, el desarrollo de la voluntad creadora puertorriquefia hacia su particular definici6n en el concierto de pueblos. Por esto principalmente y luego por su dinamica de representaci6n, conmueve con fuerza excepcional el animo del pais. Tai conseguiran los festivales mientras puedan juntar con el mismo prop6sito a la estupenda generaci6n escenica que alienta en la crisis mas aguda de Borinquen, cuando esta se debate, como nunca en su historia, en el tragico dilema de ser o no ser, ante ella y ante el mundo. Es profunda motivaci6n de teatro y tanto escritores como recreadores han tenido el valor de interpretarla, en muchos casos con originalidad escenica reconocida favorablemente por exegetas del exterior como Carlos Sol6rzano, Alfredo de la Guardia, Willis Knapp Jones, Frank C. Dauster, Enrique Anderson Imbert y Jose Arrom. De ahi,' el exito de expectaci6n. El Instituto de Cultura Puertorriquefia, ha tanteado y tanteara la posibilidad de catapultar el profesionalismo escenico. En este sentido, ha comprobado costos y correlacionado entradas. Hoy puede aconsejar, con conocimiento de causa, medidas necesarias para adelantar tal intenci6n desde todos los angulos; el artistico, el econ6mico y el administrativo. Un teatro sostenido por sus propias fuerzas deviene objetivo insoslayable luego del aficionadismo iniciador y el academicismo ilustrativo, ambos obviamente significantes, pero truncos sin la meta de un profesionalismo solicitado y remunerado por el interes publico. En tal sentido, la fiesta escenica anual acoge un anhelo acuciante aun en la gente de teatro y contesta, en la raz6n de sus fuerzas, el reto de buscarle una soluci6n. No se olvide que el Instituto de Cultura Puertorriquefia se ha planteado el problema en su totalidad

tanto en la fase del autor, y a ello obedeci6 el Primer Seminario de Dramaturgia celebrado en noviembre de 1961, como en la fase de la teatralizaci6n, a traves de la cual ha llamado a excelencia a las compafifas dramaticas del pais y a las visitantes. Se ha propuesto si, poner en 6rbita un teatro profesional, pero ademas el que entrafia mas difkil esfuerzo creativo, aquel afirmado, no en el texto importado a la gloria exterior, sino en las rakes espirituales de una patria que pugna por ser. Este esfuerzo por dignificar la identidad del hombre puertorriquefio y amparar su derecho a expresarse escenicamente ha ganado ya resonancia positiva en el extranjero. En parrafo anterior he citado a un numero de exegetas de reconocida solvencia intelectual que han firmado elogios tanto de la voluntad de recrearnos a la luz de las candilejas como de la calidad de las realizaciones en el orden del libreto. 1 La Secci6n de Canje del Instituto de Cultura Puertorriquefia acusa notable demanda del exterior por las publicaciones contentivas de las obias presentadas en los festivales.2 La Editorial Aguilar anuncia un tomo de dramas puertorriquefios en su serie antol6gica de teatros nacionales. Mas importante aun: L os Soles Truncos se ha montado en Chicago, Madrid y Ciudad de Mejico, Vejigantes, en Kingston y la Universidad de Salamanca, El Milagro, en Nueva York, La Hacienda de los Cuatro Vientos se ha transmitido por radio en Buenos Aires. El campanazo del Primer Festival no s6lo despierta dentro de el a la generaci6n teatral contemporanea, sino que la mueve extraHmites a representaci6n incesante. Aparece La Mascara, Teatro Yukayeke, Arte Teatral, Alta Escena, Teatro Teguax, Cerni, Arlequin y muchas mas agrupaciones que mantienen encendida la pasi6n de la escena. Anteriormente no afloraron

(a) Sol6rzano, Carlos, Teatro Latinoamericano del Siglo XX, Editorial Nueva Visi6n, Buenos Aires, 1961. (b) Anderson Imbert, Enrique, Historia de la Literatura Hispanoamericana, Brevario 89, Fondo de Cultui:a Econ6mica, Mexico, 1957. (c) Knapp Jones, Willis, Breve Historia del Teatro Latino· americano, Manuales Studium, 5, Mexico, 1956. (d) Dauster, Frank, Francisco Arrivl, La Mascara y el Jardin, Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueiia, Num. 14, San Juan, Puerto Rico, 1962. (e) Arrom, Jose Juan, Teatro Puertorriquefio, Inter-American Review of Bibliography, 1962, pag. 344. 2 (a) Teatro Puertorriqueiio, lnstituto de Cultura Puertorriqueiia, Torno I, 1959. (b) Teatro Puertorriqueiio, Instituto de Cultura Puertorriqueiia, Torno II, 1960. (c) Teatro Puertorriqueiio, Instituto de Cultura Puertorri· queiia, Torno III, 1961. (d) Tcatro Puertorriqueiio, Instituto de Cultura Puertorri· queiia, Torno IV, 1962.

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l Circe o el Amor, de Emilio S. Belaval. De izquierda a derecha: Chavela (Madeline Willemsen), Roche (Luis Mora), D. Fermin (Roberto Rivera Negron), Juan Eusebio (Rafael E. Saldana), Rosa Paula (Mercedes Sicardo), Circe (Alicia Moreda), Renato (Raul Davila), Oidoro (Jose Luis Marrero), Carmin (Ruth Cains), Anteorito (Paquito O'Neill) y Angela Maria (Ana Gomez).

Circe o el Amor, de Emilio S. Belaval. De izquierda a derecha: Angela Maria (Ana Gomez), Roche (Luis Mora), Carmin (Ruth Cains), Oidoro (Jose Luis Marrero), Anteorito (Paquito O'Neill), Renato (Raul Ddvila) y Chavela (Madeline Willemsen ). Direccion de Miguel de San Anton; Escenograf{a Fernando Rivero.

El Inciso Hache, de Cesar Andreu Iglesias. De izquierda a derecha: Cantinero (Charlie Gibbs), Bernardo (Manuel Perez Duran), Carmin (Sonia Noemi Gonzalez) y Pepe (Felix Antelo). Direccion de Andres Quinones; Escenografia de Carlos Marii:hal.


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tantos grupos dramaticos a la vez, ni se 1anz6 a la aventura de ambiciosos montajes escenicos tal avalancha de empresas, La fiebre, por demas, se traduce en incontables artfculos de prensa, numerosas conferencias y concurridos foros. Logica considero la variada, tormentosa reaccion crftica, tanto la firmada, como la anonima, como la de palabras al viento, que viene acompafiando o desacompafiando la aparicion contumaz que es el Festival de Teatro Puertorriquefio de un ancho y complejo aliento creador inspirado en nuestra particular experiencia de pueblo. El choque de dos culturas agudiza el problema de ser o no ser en ambas direcciones. De un lado se rinde la identidad, o no se le estima, o se la estrangula; de otro, se la encapsula hasta la asfixia. Intentar la liberacion y expansion del espfritu creador entre los dos extremos significa, y hay que aceptarlo como inevitable, ponerse en situacion de recibir fuego cruzado de murcielagos y erizos. Disienten ademas algunos puertorriquefios vacilantes en su concepto de patria, o acobardados de el, que no saben donde apoyarse para catalogar y valorar el suceso escenico. Se ban empefiado en convertir la angustiosa, pero conflictiva frontera entre el ser y no ser, resorte esencial de la explosion teatral de los ultimos afios, en "limbo intermedio", nutrido (paradoja) por las antologias nacionales de Estados Unidos y Europa las cuales desnaturalizan bajo el dtulo magico de teatro universal. Es natural que un numero de extranjeros desarraigados de la historia del pais (como los hay interesados seriamente en conocernos) y sin ninguna aficion por estudiarla, se confundan absolutamente ante el ejemplo de tales puertorriquefios y terminen por convertirse en caballos de Troya. Identica reaccion, pero mas cortante y aguda aun, precedio y desacompafio al Quinto Festival de Teatro Puertorriquefio (Teatro Tapia, IO de mayo al 3 de junio). De hecho, esta vez no se espero al primer telon para dejar sentir la disposicion belica. Poco antes habian sucumbido laudables empresas de teatro, como La Mascara, y no laudables, las cuales no importa mencionar, por lo que abundaba un animo apocaliptico fomentador de negativismo. Permaneda en pie, fiel a sus posibilidades y a su esperanza, el festival patrocinado por el lnstituto de Cultura Puertorriquefia el cual anuncio a viento y marea, luego que la Junta Asesora de Artes Teatrales seleccionan las obras, el siguiente programa: IO al 13 de mayo TIEMPO MUERTO un drama campesino, de Manuel Mendez Ballester; Direcci6n: Leopoldo Santiago Lavandero; Decorado: Rafael Rios Rey 17 al 20 de mayo CIRCE 0 EL AMOR -

farsa del mito y la historia de Emilio s. Belaval; Direcci6n: Jose de San Ant6n Decorado: Fernando Rivero. 24 al 27 de mayo EL INCISO HACHE dr~a de un caao burocdtico de C&ar Andttu Igleslaa: Direcci6n: Andres Quiflones Vizcarrondo Decorado: Carlos Marichal 31 de mayo al 3 de junio BALLETS DE SAN JUAN El Sabio Dr. Mambru Idea y musica - Jack Delano Coreografla - Ana Garcia Decorado - Irene ¡ Delano La Espera libreto - Luis Rafael Slinchez Musica - Frank Martin Coreograffa - Juan Anduze Decorado - Lorenzo Homar Fantasia espafiola Musica - Jules Massenet (Le Cid) Coreografla - Frederick Franklin Decorado - Lorenzo Homar

El Festival de Teatro Puertorriqueiio, conflictivo por si mismo en cuanto crece entre cefios hostiles de complejos coloniales y personales, ( no he podido determinar cuales cuentan mas) lo ha devenido en si por la libre lucha de estilos que ampara. Influyen en los autores puertorriquefios las tendencias escenicas que forcejean en las salas de representacion allende nuestras playas. A manera de sintesis, puede decirse que se encuentran en pugna dentro del festival con el especial matiz que le imparte la circunstancia puertorriquefia, el teatro realista y el teatro de la imagen activa. La concurrencia de ambos tipos de expresi6n acelera aun mas la batidora crftica como suele acontecer, cuando se exponen simultaneamente obras de la pintura figurativa y de la abstracta. No es menos cierto, y debe anotarse que en algunas obras presentadas en el festival el autor, se ha propuesto fundir ambas tendencias en una sola formula. Este fenomeno del teatro contemporaneo fuera de y en Puerto Rico, se discutio intensamente en el Primer Seminario de Dramaturgia, patrocinado por el Instituto de Cultura Puertorriquefia en su empefio de estimular la creacion escenica desde su fundamento espiritual primario, el dramaturgo, y comprobar los logros conseguidos hasta entonces. Los terminos de discusion circularan impresos en el Iibro El A utor Dramdtico, recopilacion de las ponenci.as y las concluciones de dicho Seminario. El Quinto Festival de Teatro Puertorriquefio resulta bipolar expositor de la pugna estilistica que no solo tiene lugar dentro de la fiesta escenica, sino den• tro del alma de los escritores, como podria constatarse si estudiaramos todas las obras de cada autor. Repasemos desde el primer punto de vista las piezas representadas en el mas reciente festival;

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El Inciso Bache, de Cesar Andreu Iglesias. De izquierda a derecha: Lanuza (David Ortiz), Funcionarios (de perfil Luis Irizarry), Bernardo (Manuel Perez Durdn), Carmela (Lucy Boscana), Pepe (Felix Antelo ), Legislador (Orlando Rodriguez), Mecdnografa (Gilda Miras).

Ballet: La Espera: Coreografia de Juan de Anduze. Escenografia y vestuario de Lorenzo Romar. Milsica de F. Martin. Ballet: Fantasia Espanola: Coreografia .de Frederick Franklin. Escenografia de Lorenzo Romar. Milsica de ]. Massenet. Ballet: El Sabio Dr. Mambru: Milsica de jack Delano. Coreografia de Ana Garcia. Escenografia de Lorenzo Romar.


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TIEMPO MUERTO (10 al 13 de mayo) de Manuel Mendez Ballester, estrenado por Areyto en 1940 es un claro exponente del realismo social que irrumpiera en nuestro quehacer teatral con la generaci6n del treinta. El autor traspone a la escena un trozo de vida rural tipica de todo campo puertorriquefio. A traves de la "observaci6n fotografica" nos revela la problematica, las actitudes, los ademanes, los gestos y el lenguaje de seres ligados a un medio natural; nos desarrolla su tragedia siempre atento a la "ilusi6n de realidad ambiental" que se convierte finalmente en destino. En Tiempo Muerto culminan los postulados teatrales de la Generaci6n del Treinta. Dramatiza dentro de un estilo sostenido, con clara virtud tecnica, con plena consciencia de naci6n y sociedad, con militante posici6n ante el problema de la dignidad humana y la necesidad econ6mica, el agudo choque de la materia y el espfritu en el animo del hombre-patria puertorriquefio; el jibaro. En CIRCE 0 EL AMOR (17 al 20 de mayo). de Emilio S. Belaval, se polariza. como en ninguna otra creaci6n escenica del autor, su fuerte inclinaci6n al teatro de la imagen activa. La Muerte, Cielo Caido y La Vida muestran rapidos progresos en la direcci6n de un teatro simb6lico animado por una libre excitaci6n metaf6rica de la escena. En Circe o el Amor, Belaval se desnuda definitivamente de las apariencias realistas y dispone los terminos de su potente imaginaci6n "en cualquier zona entre el mito y la Historia". AlH han de confluir, en ir6nica atemporalidad y sentido farsico trascendente, los poderes magicos de la demiurgia eterna y las formas corruptibles de la historia. Imaginese una sistematica trabajadora social en riguroso traje sastre polemizando con una ondulante ninfa apenas velada por gasas indiscretas y se comenzara a entender la broma filos6fica de Belaval. Circe o el Amor propone un estilo imaginista neto luego del excelente modelo realista que inicia el Quinto Festival de Teatro Puertorriquefio. Se diferencia radicalmente tanto en su forma de actuaci6n como en la adjetivaci6n escenografica y luminotecnica. Se antoja, si se la mira superficialmente, un divorcio de toda realidad puertorriquefia pero sometida a reflexi6n se le entiende un hondo y a la vez humoristico alerta contra un reciente tipo de bur6crata insensible a nuestra indeclinable identidad cultural. En la hilarante pieza teatral que es Circe o el Amor, Belaval ha proyectado en el absurdo poetico la admonici6n de Cielo Caido. En esta ultima, profetiza el derrumbe de un mundo pervertido por el afan desorbitado de externidad. En la primera, burla, burlando ejerce sus poderes taumaturgicos y hate triunfar lo instintivo del mito sobre el racionalismo hist6rico.

EL INC/SO HACHE (24 al 27 de mayo) de Cesar Andreu Iglesias acusa una fuerte influencia del estilo periodfstico que pra.ctica el autor diariamente en la prensa del pafs. El suceso central, casi narrado, nos descubre la peripecia de una familia arruinada por la falta de diligencia y responsabilidad de funcionarios burocraticos. Las palabras de Albert Einstein que inspiran este drama explican su tema: "Caracteristica de nuestra epoca parece ser la perfecci6n de medias y la confusi6n de objetivos". Adara el autor: "Por la peripecia de sus protagonistas pudo ocurrir en cualquier pais, en nuestra epoca. Eso es lo esencial, su tiempo, su enorme actualidad y es justamente lo que da a esta comedia su dimensi6n universal. Por eso podemos decir que El Inciso Hache ocurre Hoy, en el mundo que nos toca vivir." El conflicto de El Inciso Hache se expresa a traves de dos pianos estilisticos; el primero responde al mas escueto del realismo; el segundo, adquiere visos de pesadilla. A medida que transcurre el suceso de la obra se intensifica el segundo piano. En este sentido la obra se asoma al expresionismo. Adquiere con ello fuerza de sugesti6n siquica. La busqueda interminable de la justicia en la sucesi6n de oficinas cuasi oniricas, se torna, a traves de la tipificaci6n y aceleraci6n del tiempo, en acci6n simb6lica de la experiencia humana. Cuando algunos criticos de la prensa desmendran la calidad de los autores en favor de los teatralizadores olvidan, unos inocente y otros ignorantemente, que la variada. sugesti6n estilistica de los festivales emana en principio de los dramaturgos, como se comprendera sin ninguna dificultad con leer los textos publicados por el Instituto de Cultura Puertorriquefia. La obra, origina en verdad, la gran meta.fora que luego se ramifica en voz, movimiento, composici6n, decorado, iluminaci6n, vestuario, maquillaje, transito del tiempo. N adie primero que el au tor pone a latir la imagen que luego se perfecciona en relevo del sustantivo director al sustantivo actor el cual finalmente, adjetivado por la escenografia, la iluminaci6n, el vestuario y el maquillaje, traslada al publico la pretendida comuni6n dramaturgica. Seria estupido afirmar que, en el paso d'fl baton, la inteligencia creativa de los sustantivantes y ad jetivantes de la pieza teatral no a:porte a la vitalizaci6n de esta, en muchos ca.sos al decisivo desarrollo. Tampoco, debe soslayarse el hecho y no veo la necesidad de que la direcci6n haya tenido gran influencia en el concepto dramaturgico a partir de realizadores como Gordon Craig y Adolphe Appia; pero, tales verdades no justifican el que los criticos concedan infalibilidad a los teatralizadores. Es cierto tambien que en nutridas 47


ocasiones los sustantivantes y adjetivantes de la pieza teatral han contribuido a enterrarla. El Festival pretende la colaboraci6n continua del autor con el realizador, primero, en beneficio de la excitaci6n artistica de ambos (no existe taller escenico de mas alto prop6sito que este) y luego, del publico, el cual ya concibe la representaci6n teatral como el producto arm6nico y eficiente de todos los factores que lo determinan. El Quinto Festival dio ejemplo de la interacci6n mencionada. El concierto de las voluntades del autor y el director imparti6 nuevo brillo a Tiempo Muerto, obra antol6gica del teatro borinquense con polvo de veintid6s afios. La dificultad conceptual de Circe o el Amor encontr6 dispuestos interpretes en el director, los actores y el escen6grafo, quienes luego de oir las explicaciones de Belaval, lograron acuciar, sino la comprensi6n de todo el publico, si, un fertil interes en las promociones experimentales del teatro neo-convencional. El novel autor de El Inciso Hache mejor6 su primer manuscrito a la luz de la ex.periencia del regidor de escena y termin6 por afinar el piano onfrico cie la obra, aunque descuid6 lamentablemente el plano realista que pide ser reescrito. Es conveniente aclarar, por lo que ayude posteriormente a la funci6n del critico, tan necesaria para consolidar el prestigio de la proyecci6n artistica, que en ningun caso el realizador activ6 otra imagen central que no fuera originada por el dramaturgo, en este o en los festivales anteriores, ni la desarroll6 en otro estilo que el expreso en el texto encomendado. La misma interacci6n junt6 esfuerzos en las representaciones de Ballets de San Juan, orgariizaci6n que concurri6 al festival por cuarta vez con sugestivo programa, ya citado en este articulo, y la ausencia temporal de Gild.a Navarra. Una vez mas demostr6 SU capacidad unica para interpretar tanto baile clasico, como espafiol, y ensayar nuevas expresiones coreograficas inspiradas en temas musicales puertorriquefios, todo en un marco teatral de gusto depurado y fuerza expresiva. Confirm6 la resistencia apost6lica que ha servido de ejemplo a tantos bailarines que hoy estudian o circulan en el extranjero y que aun fortifica en Puerto Rico a los que prueban sus intuiciones, capacidades y suerte sobre terreno artistico de tan extrema dureza.

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En su quinta aparici6n el festival no cumpli6 solo con su prop6sito de estimular la creaci6n literaria y las artes de la teatralizaci6n, sino con el empefio mismo de perpetuar la actividad escenica profesional. Esta habia sufrido rudos golpes en rapida sucesi6n y se acentuaba un vado. Un numeroso publico correspondi6 con el esfuerzo y creo que lo apoy6 razonableniente en todos sus significados, los artisticos y los hist6ricos. Luego de sefialar en articulos periodisticoss las muchas causas del negativismo prevaleciente alrededor del Quinto Festival de Teatro, Robert S. Lewis resume su impresi6n del mismo con significativas palabras; "A pesar de tantas fuerzas negativas el festival de teatro continua. Que Puerto Rico, un pequefio pais sin gran tradici6n de teatro, llene sus alas de representaci6n afio tras afio con obras de puertorriquefios, dirigidas, montadas y actuadas por nacionales, es hazafia cultural cuya importancia no puede exagerarse. Todos los afios cuando el festival ha terminado, la gente se pregunta, 'Y mafiana, <!que? No sobra nada para el afio que viene'; pero al siguiente aparecen nuevas obras y un numero creciente de talentosos escritores se lanzan a la palestra. Los viejos caballos de batalla que una decada antes tuvieron pocas esperanzas de ver sus obras representadas y le dieron paso en su animo a la desilusi6n y la apatia, escriben ahora con una fecha en mente. Los hay, como Andreu Iglesias, de exitos en otros generos, impelidos a probarse en el teatro, y una nueva generaci6n intrigada por la posibilidad de ser oida clama en el <lintel. Es saludable que el festival prosiga. Todas las partes envueltas, desde la agenda qÂľe lo patrocina, los dramaturgos, los actores, los tecnicos que la montan, si, hasta el sector del publico que concurre con el prop6sito de criticarlo, en el buen sentido de la palabra "hacen patria".

3 Lewis, Robert S., Drama Festivals Still a Vital Cultural Feat, The San Juan Star, Miercoles 13 de junio de 1962, Pag. 61.

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D. Jaime O'Daly: propulsor del cultivo del tahaco en Puerto Rico Por

FUE GRAN PREOCUPACI6N DE LA CORONA ESPANOLA

cortar el comercio ilicito, en el cual todos los vecinos de Puerto Rico y muchas veces, sus autoridades, mantenian con los franceses, ingleses y daneses de las islas vecinas. El estado estacionario en que se encontraba el comercio puertorriquefio eri este momento, mediados del siglo, era mas bien debido a las trabas de la poHtica espafiola. que a la tan cacareada desidia de sus habitantes. Naturalmente que poco hada el islefio mas alla de cubrir sus necesidades; muy justificado esta su modo de proceder ante las enormes dificultades que tenia para comerciar con sus frutos. No habia otra manera para salir de esta situaci6n, que vender sus producciones a los extranjeros que les ofredan, a cambio, alimentos y vestidos, ya que de otra forma les estaba totalmente vedado conseguirlos.

\, \

El establecimiento del libre comercio fue soluci6n, unicamente y¡ s6lo en parte, para los vecinos de la Capital y de los partidos circundantes, ya que San Juan era el unico puerto considerado en la nueva legislaci6n para poder comerciar. El resto de la isla tuvo que seguir haciendolo ilicitaniente: era preforible a tener que llevar sus frutos a la Capital con el consiguiente encarecimiento de la mercanda. Una soluci6n 16gica hubiese sido dotar a esos vecinos de pequefias naves que hubiesen sido suficientes para llevar SUS frutos a la Capital. Pero esto suponfa dejar en sus manos un instrumento con el que facilmente hubiesen aumentado el comercio clandestino. Al menos ese fue el parecer de los politicos espaiioles _para denegar ese medio de soluci6n.

BIBIANO

ToRRES

La realizaci6n mas efectiva de todos los intentos que se hicieron para sacar el comercio puertorriqueiio del estado en que se encontraba fue la creaci6n de la Factoria de tabaco. El estudio de esta se nos escapa en los reducidos Hmites de un artkulo. Aquf s6lo vamos a tratar del cultivo del producto que fue su base y dar algunas noticias del hombre destinado a su direcci6n, figura importantisima en la isla a pesar de las muchas crfticas que se le hicieron por su condici6n de extranjero: don Jaime O'Daly.

Cultivo del tabaco A pesar de todos los inconvenientes por que atraves6 el cultivo del tabaco fue uno de los frutos de mas consideraci6n en el Puerto Rico del siglo XVIII. Su escaso comercio en aquel inomento estuvo cubierto, casi en su totalidad, por este producto. Su producci6n se extendia a todos los partidos de la isla, aunque la calidad fuese muy diferente de uno a otro. Dificultaba el cultivo los pocos negros que la Compafiia de Asientos entraba, y l;i falta de comercio existente, a pesar de que se consideraba de mejor calidad que el de Cuba. Sohre todo el cultivado en los partidos de Guayama, Ponce, Yauco, Afiasco, Aguada, Tuna, Utua9o y Vegas de Pepino.1 He aqui la producci6n de cada partido en el ano 1.770 expresada en arrobas:

I. San Juan de P. R., 29 de diciembre de I.769.

Carta del gobernador Muesas a Arriaga. A.G.I. Santo Domingo 2.!!00

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Rio Piedras Bayamon Guaynabo Toa Alta Coamo Guayama Ponce Yauco La Villa

6 4

3 20 18 1.600 4.000 14.000 18.000

Mayagiiez Afiasco Aguada Tuna Arecibo Manaty La Vega Toa-Vaxa

1.000 7.000 7.000 10.000 1.500 4.000 1.000 1002

Habfa tres tipo& de tabaco muy diferenciados. El de mejor calidad, muy estimado en el comercio europeo, le llamaban de cabeza. Su precio, en la isla, era de 4 pesos la arroba, y lo utilizaban, indistintamente, para fumar o mascar. Existia otro tipo llamado medio. Era el preferido por los comerciantes, por tener bastante consistencia para resistir el transporte y la manufactura. Su calidad debia ser muy inferior al de cabeza, ya que su precio era solamente de doce reales la arroba. Y la tercera especie, llamada boliche o de pie. Su hoja tenia poca sustancia y aun menos al mojarlo para que ganase en peso. Este tipo, por ser el mas abundante, era el mas utilizado en el comercio, y con el se cometian continuos fraudes.a La manufactura del tabaco la hadan en rollos, formados con la hoja torcida, con un peso aproximado de 6 libras. A su vez, esos rollos se envolvian en pacas o fardos de un lienzo llamado crudas. Pues bien, estos rollos eran aprovechados para envolver en unas hojas de tabaco de cabeza, otros de peor calidad. Y, a veces, ni eso: trozos de madera y piedra se presentaban envueltos como tabacos de primera calidad. 4 Como todo este comercio hasta la fundacion de la Factoria era ilegal, no podian presentarse recursos contra los fraudes, favorecidos a su vez por la prisa con que los extranjeros tenian que sacar la mercanda. No creemos necesario puntualizar que a su vez estos comerciantes extranjeros engafiarian, con sus mercandas, a los islefios. La produccion del tabaco en la isla, en 1775, fue de 4.475 arrobas, a pesar de que su cultivo estaba muy atrasado debido a la ignorancia de los cosecheros y a la falta de peones y de negros para el trabajo. Con

2. Palo Seco, 25 de abril de 1.770. Estado de lo que produce la isla, hecho par Andres Vizcarrondo. A.G.I. Santo Domingo 2.300. 3. San Juan de P. R., 17 de septiembre de 1.784. Noticias sabre las tabacos de Puerto Rico. lnformaci6n hecha par Jaime O'Daly. A.G.I. Santo Domingo 2.305. 4. Ibid.

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los afios esta produccion fue avanzando, al establecerse la Factoria para regular su comercio con Holanda. En 1.784 habia en la isla, destinado a su cultivo, una superficie de 800 cuerdas. Precisamente, todos estos datos que aqui hemos expuesto, los recogemos de un informe que don Jaime O'Daly, futuro director de la compafiia hiciera a sollcitud del gobernador, como primer paso a la determinacion que la Corte va a tomar para organizar su comercio con Amsterdam. La epoca de la siembra era de octubre hasta enero, y empezaba la recoleccion en el mes de febrero. La cosecha que se . recogia en ese mes era la mas segura por ser todavia el tiempo seco. La parte sur de la isla, por gozar de un clima mas seco, produda dos cosechas al afio, aunque el producto era de peor calidad.5 Fundacion de la Factoria.Ya hemos citado el informe que don Jaime O'Daly enviara al gobernador de Puerto Rico sobre el tabaco que en la isla existia. El proposito al solicitar esta informacion era averiguar de un modo oficial con que producto se contaba para comerciar con el tabaco y otros productos de la isla con don Manuel de Echenique, en Holanda.6 Este comercio va a ser el (inmediato) (precedente) a la fundacion de la Factoria, que se erige por Real Cedula de 20 de diciembre de 1.785.7 Don Jaime O'Daly.Se encargo la direccion de la Factoria a don Jaime O'Daly, Natural del condado de Gualibay (Irlanda) , hermano de don Tomas O'Daly, ingeniero jefe de las fortificaciones de Puerto Rico. Apoyado en el prestigio que este tenia en la isla, solicito licencia para poder residir en Puerto Rico. 8 En apoyo de su petici6n expuso que su hermano acaba de construir un ingenio de azucar, y no se encontraba en posibilidad de atenderlo por el mucho agobio que le produda el trabajo en las Fortificaciones. Esta hacienda se llama ha de Puerto N uevo o San Patricio y adquiri6 una gran preponderancia, fomentando en la isla, las cosechas de azucar, cafe y afiil sirviendo de modelo a otros estancieros de las nuevos metodos de cultivo que introdujo SU propietario.

5. Ibid. 6. San Juan P. R., 26 de septiembre de 1.784. Carta del gobemador Davao a Galves. Santo Domingo 2.304. 7. A.G.I. Santo Domingo 2.306. 8. Madrid, 16 de marzo de 1.775. Solicitud de don Jaime O'Daly. A.G.I. Santo Domingo 2.389.


q

I

La petici6n ÂŁue rechazada por el Consejo, pues en su fallo9 hacia constar la falta de ingenios que habia en la isla, y la indolencia de sus naturales cuando un extranjero se preocupaba de construir uno. La architraida indolencia de los naturales es una frase que se repite muchas veces por los altos dignatarios de la Corte espafiola, como unica solucion a los graves problemas que tenia planteados la isla en sus aspectos economico y comercial. Naturalmente, que el servir en la finca de su hermano don Tomas fue la excusa facil para introducirse en la isla. El verdadero proposito era dar arraigo a una compafiia de comercio que un privilegio real habia dado posibilidad de comenzar, en union de don Ricardo Downing Tennius, amigo suyo. Este habia prestado al gobernador de Puerto Rico cierta cantidad para reparar los dafios que un temporal habia ocasionado a dos navios de la Armada al mando de Luis de Cordoba. El prestamo habia sido de 34.694 pesos y la licencia real le concedia extraer de la isla esa misma cantidad en frutos para venderlos en la de San Eustaquio. El gobernador de Puerto Rico accedi6 de acuerdo con el contador de cuentas don Eligio de la Puente, con la restriccion de que no pudiesen extraer maderas de cedro, ni ganado vacuno.10 Como el pago lo habian hecho en moneda macuquina, cuyo giro estaba prohibido en la isla, solicitaron comprar, por ese valor, generos a la Compafiia de Barcelona y, con esos productos comprar en la isla los que iban a exportar. Las pretensiones de don Jaime O'Daly de entrar pronto en la isla fueron satisfechas. Por Real Cedula se le concedio licencia para establecerse alH durante dos afios. 11 El 17 de marzo de 1776 se embar<:o en Cadiz con rumbo a Puerto Rico en los barcos que transportaban el Regimiento de Victoria, que iba de guarnicion a la isla.12 Esa licencia de dos afios se prorrogo durante varios mas sin que conozcamos ningun documento legal que lo acreditase. Posiblemente no existe y su estancia alH seria furtiva. No es extrafio este caso que habia dado lugar a ordenes dirigidas al gobernador de la

9. Informe del Consejo de Indias de 13 de mayo de 1.775 A.G.I. Santo Domingo, 2.389. 10. Madrid, 22 de octubre de 1.777. Informe de la Contadurla General sobre Jaime O'Daly y compafila sobre extracci6n de frutos. A.G.!. Santo Domingo, 2.288. 11. A.G.I. Santo Domingo, 893. Libro 63 fQ 441-42. A.G.I. Santo Domingo, 912. Libro H 39 . fQ 252v0-58. 12. Cadiz, 19 de marzo de 1.776. Carta del Presidente interino de Cadiz al Conde de Valdellano. A.G.I. Santo Domingo, 2.389.

isla para que informase sobre la existencia ilcgal de extranjeros arn.1a Y asi permanece en Ia isla hasta que una sentencia dictada contra el por el Fiscal don Julian Diaz de Saravia le obligo a salir de Ia isla en un espacio de 30 dias. 14 A Ia vez que recurri6 contra esta sentencia, trat6 de solucionar su Iegitimidad en Ia isla, procurandose carta de naturaleza para poder residir en ella. Entre sus alegatos encontramos siempre el apoyo en su hermano. Ahora alega que esta al frente de la finca, que habia pasado a el por el testamento de aquel, como tutor de sus sobrinos, en consorcio con dofia Maria Gertrudis de la Puente, viuda de don Tomas.Hi En esta nueva petici6n hace recordar momentos de Ia Historia universal con citas de repoblaciones hechas por extranjeros. El Fiscal del Consejo reconoci6 la labor positfva que al frente de la finca estaba ejerciendo, pero insistio en que no reunen las condiciones que enumeran las Leyes de Indias para obtener la legitimidad, ya que solo llevaba ocho afios en Ia isla y no es casado. Tampoco consigui6 esta vez su deseo, pero Iogr6 una nueva carta de tolerancia para seguir permaneciendo en ella. 16 En 1.786, apoyado en el nuevo cargo que ostenta como encargado de Ia Factoria, hace una nueva solicitud. Da un . paso mas para conseguir sus deseos: Se acuerda se le guarden Ios privilegios y derechos de espafiol, condicionado al tiempo en que se halle empleado en el servicio de Su Majestad.17 Y con este nuevo permiso continua en la isla ostentando el cargo de Director de la Factoria, a Ia vez que dirige Ios ingenios y haciendas de su propiedad. Mucho debieron prosperar sus tierras pues ahora figura, tambien, como duefio de un nuevo ingenio en Loysa, llamado Ios Mameyes.

13. San Ildefonso, 29 de agosto de 1.773. Real CMula al gobernador de Puerto Rico. A.G.I. Santo Domingo, 893. Libro G 63 fQ 4-6. 14. Testimonio de los recursos presentados por don Jaime O'Daly sobre una sentencia pronunciada contra el por Julina Diaz de Saravia, fiscal de la Audiencia de s¡a nto Domingo y Juez de residencia en Puerto Rico. El gobernador Davan lo envla al Consejo de Indias el 27 de julio de 1.784. A.G.J. Santo Domingo, 2.304. 15. Afio l.783. Petici6n de don Jaime O'Daly. A.G.!. Santo Domingo, 2.364. 16. Madrid, 21 de diciembre de 1.784. A.G.!. Santo Domingo, 896. Libro G 71, f0-52lv0-23 . 17. El Pardo, 26 de enero de 1.787. A.G.I. Santo Domingo, 2.366.

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Nuevos problemas sobre su permanencia en Ia isla surgen cuando el gobernador Castro, una vez rechazado el ataque ingles, decreta Ia expulsion de todos Ios extranjeros residentes alli. Medida muy patriotica, si se quiere, pero de un grave perjuicio economico para la isla. Esos extrartjeros eran Ios duefios de los mejores ingenios de Ia isla, y sin su aporte industrial estos quedaron desmantelados. 18 Don Jaime O'Daly fue hecho prisionero, junto con otros extranjeros, por considerarlos el gobernador complice de Ios ingleses. Se le sometio a juicio y, aunque no se le probo ninguna culpabilidad, se le sentencio a Ia expulsion. Pero aun con todos los inconvenientes que Ios vecinos veian en Ia Factoria, esta era muy bien mirada en la Corte, y ello valdria a su director el que de nuevo pudiese, seguir en la isla. Meses despues de la orden gubernativa, se recibi6 una cedula dirigida al Gobernador, para que se suspenda Ia expulsion de O'Daly e, igualmente, el arresto a que estaba sometido.19 Con esta nueva orden solucion6, definitivamente, su problema en Ia isla. Al crearse la factoria se le asign6 el 43 de comisi6n de Ios productos que se condujesen a Rolanda,

y el 23 de los tabacos que el comprase en Ia isla para su exportacion.20 Porcentajes que le fueron aumentados con la condicion de pagarse los salarios de los empleados de la Factoria, cuyos nombramientos podia hacer por su cuenta.21 Puede decirse que le dieron plenos poderes para la organizaci6n de la Factoria. Bastante debieron ser los problemas que se le ocasionaron con las mismas autoridades islefias. Los Oficiales de la Real Hacienda, por ejemplo, consideraban que se trataban de funciones dentro de sus atribuciones, y promovieron quejas contra el. Grande debio de ser SU personalidad para salir triunfante en el cometido. No olvidemos su procedencia extranjera y los problemas que siempre tuvo planteados por ello. Aparte de su personalidad, debemos considerar que su triunfo .en la Factoria, se debi6 a otras buenas bases. Las creaciones de las compafiias de Barcelona y Asiento de Negros fueron un fracaso para Ios intereses islefios. Hasta la aparicion de Ia Factoria no puede hablarse de un serio comercio puertorriquefio: el nivel de su producci6n es elevado al instante ante Ia seguridad de tener comprador y con relativos margenes gananciales. El progreso de su agricultura fue evidente en Ios afios siguientes a su ÂŁundaci6n.

18. Puerto Rico, 3 de julio de 1.793. lnforme sobre la expulsi6n de todos los extranjeros decretada por el gobernador Castro. Hecho por el fiscal de hacienda don Felipe Antonio Mejia. A.G.I. Ultramar, 451.

20. Real Cedula en Madrid, 21 de julio de 1.786. A.G.I. Santo Domingo, 2.308 .

19. Madrid, 20 de noviembre de 1.798. A.G.I. Santo Domingo, 918. Libro H 51, fQ 221.

21. Real Cedula dada en San Ildefonso, 21 de septiembre de 1.787. A.G.I. Santo Domingo, 2.308.

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La iconografia de San Julian de Cuenca y el , retrato del ohispo Arizmendi Por

LA

RECIENTE CONMEMORACION DEL NATALICIO DE DON

Juan Alejo de Arizmendi (1760-.1960), .tia difundido con cierta amplitud los rasgos fision6micos del ilustre Prelado y familiarizado a los puertorriquefios con su iconograffa, fijada por Jose Campeche en su retrato, existente hoy en la Catedra1 Metropolitana de San Juan. Es tradici6n recogida por algunos bi6grafos que el Obispo solia tejer a ratos cestos de mimbre para repartir el producto de su venta entre los necesitados, por los que siempre. sinti6 su coraz6n compasivo un amor de predilecci6n. A tan caritativo menester se atribuy6 sin discusi6n el hecho de que Campeche lo retratara con una cesta mediada en la diestra mientras la izquierda sostiene en alto el cabo de un bejuco o bramante con que cierra la trabaz6n. Logr6 fortuna el aserto gracias a una copia, aunque fragmentaria, magnificada, del mismo retrato, hecha con posterioridad, seguramente para completar la serie de los Obispos de Puerto Rico en el sal6n del Palacio Episcopal. En ella se reproduce el retrato del Obispo, de medio cuerpo, en la misma actitud de la tabla de Campeche, con un cortinaje y una gruesa columna de fondo. A los ojos de los visitantes y aun de los entendidos qued6 esta copia tardia como unico 0 casi unico punto de referencia pues colocado el original de Campeche desde 1918 en el ediculo de la Catedral donde se depositaron los restos del Prelado, la altura, sin ser excesiva, no permite distinguir con precision la totalidad del asunto. Si a ello afiadimos las reducidas dimensiones de la tabla (29 x 39 ems.) queda demostrada la influencia del lienzo del Arzobispado en el arraigo de la noticia tradicional a que aludimos.

ARTURO DAVILA

Una necesidad circunstancial -la de complc;:tar una serie de retratos- determin6, por tanto, la fragmentaci6n del conjunto creado por Campeche y por el mismo motivo, el olvido de la total significaci6n de sus elementos, sin los cuales ni se penetra en el alma del retratado ni se aprecia a cabalidad la intenci6n del pin tor. La tabla de la Catedral de San Juan, reproducida ya en el num. 9 de esta Revista, muestra la siguiente composici6n: aparece en el centro la figura del Obispo, de cuerpo entero y en la actitud referida, sobre un suelo de baldosas. Asoma por la izquierda el extremo de una silla tapizada de rojo, de pesada factura dieciochesca y unas cestas terminadas a su lado. A la derecha, un cortinaje verde con gal6n de oro cae desde lo alto sobre una lujosa mesa rococo, decorada con rocallas, cees y tornapuntas, sobre cuyo m armol reposa un breviario. Colgado de la pared del fondo y guarnecido con un marco de labor tambien rococo, hay un cuadro que representa el bautismo de una criatura y sobre la misma escena entre nubes un angel que sostiene un baculo y una mitra mientras contempla desde su altura el acto que abajo se desarrolla. El ultimo asunto es familiar a Campeche y a sus hermanos. Copiado de una estampa de la epoca, lo repite la gente de su taller para las parroquias de la Isla. Existe hoy uno de estos lienzos en la antigua Vicaria de Coamo y otro en el Museo de la Universidad de Puerto Rico, firmado por Miguel Campeche. Por su realismo debi6 gozar de gran favor entre los eclesiasticos ya que representa elocuentemente los efectos de la gracia sacramental. Una compendiosa sen-

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San Julian, Obispo de Cuenca. Grabado por Braulio Gonzalez en Madrid, afio de 1758. Secci6n de estampas de la Biblioteca Nacional Num. 36241.


tencia latina resume al pie las excelencias del sacramento liminar del cristiano. 1 En el retrato de Arizmendi, Campeche copi6 de su modelo lo que convenia a su prop6sito. Asi el angel .sustituye al Padre Eterno y al gracioso trono que aguarda entre celajes de gloria al alma bienaventurada. Omite igualmente la imagen del Crucificado y el demonio que, en el extremo opuesto, se apoya en la cartela. Evidentemente, no se trata de una representaci6n generica, sino de una escena concreta. Nos preguntabamos en 1960 si acaso entrafiaba una alusi6n a la vocaci6n episcopal del retratado, incoada en las fuentes bautismales, 2 unica suposici6n que entonces nos parecia viable para resolver el enigma. La lectura de Dom Gueranger 3 nos indic6 el camino a seguir y acudimos al Pintor Cristiano y Erudito, del mercedario Fray Diego Ynterian de Ayala, obra consultada en el siglo XVIII por los pintores de temas religiosos y que debi6 utilizar Campeche.4 En el dia 28 de enero aparece la noticia iconografica correspondiente a San Julian la que nos dice que -segun las lecciones de su fiesta- en el momento del bautismo se apareci6 en lo alto sobre la fuente bautismal un angel adornado con las insignias episcopales de la mitra y el baculo. Mas adelante completa su relato con las lineas que a continuaci6n copiamos:

"Este Santo, pues, superior a toda alabanza, trabajaba con sus puras manos canastillos 6 cestos de juncos, o de mimbres, y acaso de una, y otra cosa; y con el corto precio que de ellos sacaba, adquiria lo precisamente necesario para comer y vestirse el y su santo administrador . .. " Alude por ultimo, en testimonio de esta tradici6n, a una antigua imagen del

I. La estampa que sirvi6 de modelo se utiliz6 tambien, con

vestidos modernos, en la edici6n octava del "Catecismo" de San Antonio Maria Claret, (Barcelona, 1852), para ilustrar la lecci6n quinta: De los Sacramentos en general, y en par¡ ticular del Bautismo. 2. Notas sobre el arte sacro en el Pontificado del llmo. Sor. D. Juan Alejo de Arizmendi (1803-1814) . Revista de! Instituto de Cultura Puertorriqueiia, num. 9, octubre-diciembre de 1960, pp. 46-51. 3. Gueranger, Dom Prospero, El Ano Liturgico. Primera edici6n espaiiola . . . por los monjes de Santo Domingo de Silos. Torno I, Adviento y Navidad, pp. 794-797. Burgos, 1954. 4. Tapia en su Vida del pintor puertorriqueiio Jose Campeche dice que el pin tor " .. . habia logrado reunir una biblioteca que, a mas de algunas obras didacticas que andaban en boga ... contenia tambien otras obras cientificas de lo menos raro y luminoso ta! vez en otros pafses, pero que en el de Campeche tendrfan sin duda el caracter de joyas inapreciables . .. " (p. 11 de la 2<' edici6n, S. Juan, 1946.) ,se referfa Tapia, con su vago deismo decimon6nico, que le haria mirar con menosprecio el tema, a la obra de Ynterian de Ayala?

Santo existente cuando escribia en el convento de Mercedarios de Huete, que tenia a su lado "cestos de mimbres, unos acabados ya, y otros empezados." 6 H asta aqui las noticias de Fray Diego Ynterian, bastantes a demostrar la identidad casi total del retrato del Obispo Arizmendi, con los elementos constitutivos de las efigies de San Julian. Veamos ahora que ha determinado, a nuestro parecer, el empleo de los atributos del santo obispo conquense. Los motivos que inclinaro°' al pintor a realizar la composici6n que estudiamos, han podido partir del mismo retratado, que veria en la figura del santo un arquetipo de perfecci6n episcopal, e incluso encontraria en su vida alguna semejanza que le indujera a ello. Ante todo, es de notar el hecho, consignado' por los hagi6grafos, qe que el Santo tejia ya desde su juventud las famosas cestas para repartir entre .los pobres, que se remediaban con su producto. Nos dice un biografo moderno que se ocup6 con empefio del -"Conclave levitico, especie de seminario que recogia los niiios donados a la Iglesia". Era grande su preocupaci6n por los sacerdotes, lo que le acarre6 sinsabores por anteponer siempre el deber a la amistad, pero entre. sus virtudes bri116 siempre la caridad para con todos: judios, cristianos y mahometanos. 6 No es dificil advertir en estos trazos los mismos rasgos del perfil moral de Arizmendi. Sin embargo, la raz6n principal que determin6, a nuestro entender, el empleo de los atributos de San Julian se encuentra en otro aspecto de su espiritualidad, que relacionado intimamente con los ya enunciados, pasamos a comentar. Dice Ynterian de Ayala que, segun las lecciones del Brevario en la fiesta del Santo, este "empled las rentas de su Iglesia en socorrer a los pobres, en restaurar y adornar los templos, contentdndose con una comida muy parca, la que ganaba con el trabajo de sus manos, ... de suerte que qual otro Pablo, podia decir con verdad: No he codiciado la plata, el oro, 6 el vestido de nadie: vosotros mismos sabeis que para lo que¡ yo habia menester, acudieron estas manos", Esta preocupaci6n episcopal por el escrupuloso empleo de las rentas de la Mitra, abundantes por entonces, en el servicio de los necesitados para quienes fueron instituidas, se refleja en la largueza de los Obispos espafioles del siglo XVIII, entre los que destaca el celebre Cardenal don Luis Belluga y Moncada, (1743) cuya vida conoci6 seguramente nuestro Obispo. Entre otras sefiales de SU esplendidez, dej6 mas de

5. Torno II, Madrid, 1782, paginas 99-102. 6. Del Rey, Aristeo: Afio Cristiano, B. A. C., Madrid, 1959, T orno I, paginas 202-207. San Julian naci6 en Burgos en 1128 y muri6 en Cuenca en 1208.

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veinticuatro dotaciones y memorias pias, de las cuales una para Botica de balde a los pobres de Murcia y su huerta y otra para diferentes escuelas gratuitas de nifios y nifias en Murcia, Cartagena y Lorca, su huerta y campo. Hizo su elogio Benedicto XIV en carta al Obispo de Murcia con estas palabras: Muri6 como vivi6, conviene a saber: pobre y santo. Su intenci6n siempre recta: SU trabajar incesable hasta la ultima respiraci6n: sus manos siempre abiertas para los pobres: en una palabra, era el honor del Sacro Colegio.1 Con sus propios ojos midi6 Arizmendi en su juventud la generosidad del Obispo don Fray Manuel Ximenez Perez (1770-1781) y en la ciudad de Santo Domingo, el desprendimiento y la vida austera del Arzobispo Don Isidoro Rodriguez Lorenzo, del que se dice en su Oracion Funebre, "que tenia mandado a los Curas, que indagasen las necesidades que habia en sus Parroquias, y se lo avisaran, como tambien los enfermos; y asi que recibia el aviso o papeleta, les sefialaba un diario hasta que sanaren y pudieran trabajar.. . Todo este cuidado tenia de los pobres, como tan propio de su ministerio. . . se reconocia mero Administrador de aquellos bienes, y que como tal debia emplearlos en beneficio de ellos . .. " 8 La expresion perfecta de estas convicciones se encuentra en el Memorial sobre la independencia de Venezuela redactado en 1818 por el Arzobispo de Caracas, D. Narciso Coll y Prat, dirigido a Fernando VII. Su valor reside en el hecho de ser contemporaneos ambos Prelados -Coll y Prat y Arizmendi- por lo que este parrafo admirable viene a ser la voz de una generacion episcopal:

"Un Obispo nada espera sobre la tierra y no descansa en ella sino en los momentos en que coge frutos de los trabajos '.>' fatigas de su apostolado: ha subido a la cumbre del sacerdocio, que sella para siempre su alma; cuanto puede adquirir, no es propio, es de los pobres, que son sus naturales acreedores, y estd obligado a no sostener su misma alta dignidad, sino con el esplendor de s6lidas virtudes."9 Don Juan Alejo de Arizmendi pudo rubricar con sus hechos las palabras precedentes. Es evidente, por tanto, que si el retrato de que tratamos se pinto por su orden, quiso tener ante si no la soberbia representaci6n de su persona en figura de santo, sino su propia imagen adornada con los elementos simbolicos de aquel a quien deseaba imitar y que debia recordarle de continua el ideal propuesto. Por lo demas, el

7. Breve noticia de Ia vida y virtudes de! Eminentisimo Seiior Don Luis Belluga y Moncada ... Murcia, 1795, pagina 404. 8. Paginas 34-35. Ver bibliografia: Navarro y Belluga, D. Francisco. 9. Pagina 119 de los Memoriales. V. ut supra.

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simbolismo, enigmatico hasta ahora, no puede ser mas frecuente en el arte de la pintura. La funci6n ejemplar de estos simulacros es muy propia del sentir hispanico. Algo parecido hizo en el siglo XVI San Juan de Ribera, Arzobispo y Virrey de Valencia y Patriarca de Antioquia. Siendo Obispo de Badajoz, se hizo pintar por el Divino Morales revestido con los ornamentos pontificales y tendido en tierra, muerto, mientras su alma comparecia ante la Trinidad y se juzgaban sus obras. Acompafiole la preciosa tabla a Valencia y ante ella celebraba misa todos los dias en la ¡::::apilla de las Reliquias del Colegio del Corpus Christi, donde todavia puede admirarse. De esta manera no se apartaba de sus ojos el paso de la muerte y quedaban vencidas con su sola memoria las tentaciones que asediaban a un hombre joven constituido en dignidad y dotado del formidable poder y las copiosas rentas que en aquel siglo implicaba el gobierno episcopal en Espafia. Expuesta y fundamentada nuestra tesis, pasamos ahora a tratar el problema de autenticidad de la tradicion referente a las cestas tejidas por el Obispo. Ni el autor del "Catalogo biografico de los sefiores Obispos que han ocupado la sede de Puerto Rico ... " publicado en el Boletin Eclesiastico en 1859 ni Neumann Gandia, que escribe en 1896, mencionan el hecho. El primero en hacerlo es Francisco del Valle Atiles, en un articulo carente de valor cientifico, publicado en la Revista Borinquen por octubre de 1909, fecha muy tardia, casi a un siglo de distancia de la muerte del Obispo, ocurrida en 1814.10 Paniagua, que publica su Episcopologio en 1917, nada dice del asunto, ni lo menciona en 1935 don Enrique T. Blanco. Este significativo silencio nos inclina a considerar la tradici6n como un intento 16gico, pero errado de explicar la pintura. Ello, sin embargo, no afecta en absoluto al profundo significado de la cesta inacabada. Sublimada aun mas por su vinculaci6n a la iconografia de un Santo canonizado, la cesta que teje en su retrato el Obispo Arizmendi es el simbolo de su vida y su pontificado.

10. "Nuestro pintor regional Campeche, Io presenta con 1011. ornamentos episcopales y tejiendo un cesto; otro cesto ya terminado aparece en el suelo: fue una feliz idea que ha perpetuado en el Iienzo (I) el espiritu de caridad cristiana que anirn6 durante su existencia aquella gran figura. El buen Obispo, en sus horas desocupadas, solia tejer cestos que se vendian para auxiliar a los pobres." Revista Borinquen, nurn. IX, pagina 10. 11. La Dra. Gutierrez de! Arroyo recoge la tradici6n, adrnitida corno voz general h asta ahora, para concluir acertadarnente, rescatando lo esencial de su rnensaje con las palabras siguientes: "Salv6 asi Carnpeche para Ia posteridad la efigie ¡ de! prelado vinculada a su virtud dorninante: Ia caridad." V.: Bibliografia: Gutierrez de! Arroyo, Isabel.


BIBLIOGRAFIA Coll y Prat, Narciso: Memoriales sobre la Independencia de Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de Ia Historia. Sesquicentenario de Ia Independencia. Caracas-Venezuela, MCMLX.

frecuentemente en pintar, y esculpir las imdgenes Sagradas. Dividido en ocho libros, con un apendice. . . Escrita en Iatin por el. . . y traducida en castellano por D. Luis de Duran y de Bastero . . . Madrid MDCCLXXXII. Dos tomos.

Blanco, Enrique T.: "Ilmo. Sr. Dr. D. Juan Alejo de Arizmendi y de la Torre, Obispo de Puerto Rico." Alma Latina. San Juan, Puerto Rico, Vol. V, num. 56, marzo de 1935.

Navarro y Belluga, M.R.P.M.D. Francisco: Oracion fune bre que en las solemnes y religiosas exequias que celebro el Monasterio de N.P.S. Basilio Magno de esta Corte el dia 4 de febrero del presente afio de 1792 a la buena y piadosa memoria de su esclarecido Hijo, y amante Bienhechor El Ilmo. y Rmo. Sr. D. Isidoro Rodriguez Lorenzo, Maestro del Numero, y Padre de su Provincia, Obispo de Comayagua, Arzobispo de Santo Domingo, del Consejo de S. M. etc., dixo ... Madrid. En la Oficina de D. Placido Barco L6pez ... s.a ... .

Breve noticia de la vida y virtudes del Eminentisimo Sefior Don Luis Belluga y Moncada, Cardenal de Ia Santa Romana Iglesia, de! tltulo de Santa Praxede, Obispo de Cartagena, Presbitero que fue de Ia Congregaci6n de! Oratorio de C6rdova, y Fundador de esta y de la de Murcia. (Paginas 362-405 de Ia Idea de los Exercicios del Oratorio, fundado por San Felipe Neri... En Murcia: en la Oficina de la Viuda de Teruel. Afio de 1.795.)

"Catdlago de los Sefiores Obispos que han ocupado la sede de Puerto Rico desde su descubrimiento." Boletin Eclesiastico de la Di6cesis de Puerto Rico. San Juan de Puerto Rico, 19 de diciembre de 1859, Afio I, num. 23, paginas 273-275. Ynterian de Ayala, M.R.P.M. Fr. Juan: El Pintor Cristiano, y erudito, o tratado de los errores que suelen cometerse

Neumann Gandia, Eduardo, Benefactores y Hombres Notables de Puerto Rico, Ponce, 1896, T. I, pagina 375 y ss .. Paniagua Oller, Angel: "Episcopologio Portorricense ... ": Sinodo Diocesano del Obispo de Puerto Rico. . . del afio 1917. Puerto Rico, 1917, paginas 133 - 158. Gutierrez del Arroyo, Isabel: Juan Alejo de Arizmendi, primer obispo puertorriquefio (1803 -1814). Sintesis biogrdfica: Revista de! Instituto de Cultura Puertorriquefia, Afio III, 1960 Numero 9. (Octubre-Diciembre) Pags. 36-39.

Retraio- def d6ispo- don Juan A-lejo de Arizmendi (1760-1814) por Jose Campeche. Catedral de San Juan.

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Reseiias Bibliograficas de 1961

ALBORNOZ, AURORA de: La protohistoria de Antonio Machado. Con notas preliminares de la autora. 106 pp. Universidad de Puerto Rico, Ediciones La Torre, 1961. Como indica su titulo, el libro nos da a conocer al Antonio Machado de la juventud, colaborador de los peri6dicos de Madrid y critico de la sociedad espafiola, en los ultimos afios del siglo pasado. Los trabajos que recoge el libro aparecieron originalmente en el peri6dico La caricatura bajo distintos seud6nimos y fueron escritos en colaboraci6n con su hermano Manuel. El Antonio Machado prosista es un anticipo del Machado de Juan de Mairena, profesor ya en plan metafisico y universal. ALBORNOZ, AURORA de: Poesia de guerra de Antonio Machado. Introducci6n por la autora. 102 pp. San Juan, Ediciones Asomante, 1961. Este volumen contiene la primera recopilaci6n que se ha hecho de los poemas escritos por Antonio Machado con motivo de la Guerra civil espafiola, y que vieron la luz en diversas revistas y peri6dicos de la epoca. En la introducci6n se refieren episodios de la vida del poeta durante la guerra y hasta su muerte en Francia. ALVAREZ NAZARIO, MANUEL: El elemento afronegroide en el espaiiol de Puerto Rico, 454 pp. San Juan, Ediciones del Instituto de Cultura Puertorriquefia, 1961. Se propone el autor "definir y analizar la huella que ha dejado el esclavo africano de antafio en el espafiol puertorriquefio, mayormente en la expresi6n de nivel popular (con relaci6n al vocabulario y en menor medida a la fonetica) . . . " Los capitulos se titulan: El fondo poblacional afronegroide, El habla de los negros en siglos pasados; Lexico afronegroide:

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su etimologia y uso pasado y actual, y, El tema del negro y lo negroide en la expresi6n puertorriquefia del pasado y del presente. El volumen reproduce algunas escenas de la comedia de C. F. Caballeto "La juega de gallos o El Negro bozal'', decimas del afio 1898 y canciones negroides. ARANA SOTO, SALVADOR: Diccionario de temas regionalistas en la poesia puertorriquefia. Con una introducci6n del autor. 265 pp. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1961. Sefiala el autor en la introducci6n que el prop6sito de este trabajo no es determinar si existe o no en Puerto Rico una poesia patri6tica, sino "averiguar con que frecuencia se han ocupado, en sus composiciones, de temas regionales, los poetas de Puerto Rico". El libro incluye una lista de 388 au tores y de 656 obras consultadas. ARCE VAZQUEZ, MARGOT de: Garcilaso de la Vega. 142 pp. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico. 1961. Publicado por primera vez en 1931 por la Revista de Filologia Espanola, con el subtitulo "Una contribuci6n al estudio de la lirica espafiola del siglo XVI", este profundo analisis de la poesia garcilasiana dio justa fama a su autora como autoridad en la materia. La obra consta de nueve capitulos y una bibliografia. ARRIGOITIA, LUIS DE: Cuarzo. Pr6logo de Margot Arce de Vazquez. 77 pp. Madrid, Ediciones Areyto, 1961. Este libro de versos, primero del autor, se compone, dice la prologuista, de "una cadena de pequefios momentos poeticos enlazados por el tema comun en una unidad apretada y musical". Afiade que "la irregularidad ritmica y la mel6dica convienen al 'aire'

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propio de esta poesia: aire de musica callada, leve, cuya resonancia apenas traspasa el limite de la intimidad espiritual". ARROYO, ANGEL MANUEL: Ldminas de mi infinito. Pr6logo de Joaquin Monteagudo. 113 pp. San Juan, Editorial Campos. 1961. Se trata de un poemario de diversa tematica, que junta unas treinta y ocho composiciones bajo los epigrafes: Siembra de los dias, Presencia y alba, y Sonetos. BAGUE, JAIME: El desarrollo de la tierra y del hombre que la cultiva. Volumen I: Las bases etno sociales. Selecci6n de textos, introducci6n y notas del autor. 337 pp. San Juan, Ediciones del Gobierno del Estado Libre Asociado, 1961. Corresponde este volumen al tomo cuarto de la Antologia de Autores Puertorriquefios que viene publicando el Gobierno de Puerto Rico, y abarca los siguientes capitulos: Los pueblos del descubrimiento, La tierra y el poblador espafiol, Rakes de cristiandad, Las primeras fundaciones, Organizaci6n del traba jo, Moldes interculturales y Las leyes de Indias. BAUZA, OBDULIO: Poemas selectos (Selected Poems) Version al ingles de Helen Whol Patterson; pr6logo de Concha Melendez. Madrid, 1961. Se recogen en esta edici6n bilingiie poemas del autor anteriormente publicados en las obras: Las hogueras de cal (1947), La casa solariega (1954), Las voces esperadas (1956), La canci6n de los olivos (1958) y El libro de las nubes (1959). BERNAOLA, PEDRO: Tremolo de angustias .. Pr6logo de Emilio S. Belaval, ilustraciones de Liarte; 90 pp. Barcelona, Ediciones Rumbos, 1961. En este su primer libro de poesias, el autor, anacr6nicamente afiliado a los cinones est.eticos del modernismo, muestra dominio de los recursos del verso. BURGOS, JULIA de: Obra poetica. Pr6logo de Jose Emilio Gonzalez. 332 pp. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriquefia, 1961. La obra recoge la casi totalidad de la producci6n poetica de Julia de Burgos, incluyendo las composiciones ya publicadas en sus obras Poema en veinte surcos (1938), Canci6n de la verdad sencilla (1939) y El mar y tu (1954); las que aparecieron en revistas y peri6dicos, y ocho poemas ineditos. Se incluye una bibliografia minima. CARRERAS, CARLOS N.: Betances, el antillano proscrito. Pr6logo de Ernesto Juan Fonfrias. 184 pp. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1961. La bibliografia betanciana, tan escasa, se enriquece con este libro, a modo de biogtafia, en que se

trata de la vida y humanismo, conspiraciones y otras actividades revolucionarias de quien ha sido denominado el "diplomatico de la manigua". Figuran dos capitulos muy interesantes sobre la revoluci6n de Lares, organizada por Betances, y sobre las luchas del patricio contra el anexionismo norteamericano. CORRETJER, JUAN ANTONIO: Genia y figura (rapsodia criolla). 56 pp. Guaynabo, 1961. Dedicado por el autor a Jose Marti, este poemario esta compuesto de una templa en tres acordes y tres guarachas que constituyen una unidad tematica. Campea en el libro un acento patri6tico que evoca el de los versos sencillos del gran poeta cubano. CRUZ MONCLOVA, LIDIO: Luis Munoz Rivera: Obras completas, Toma I (Enero-diciembre, 1892), 294 pp. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriquefia, 1961. Este libro hace el numero cinco de los volumenes publicados hasta la fecha por el Instituto de Cultura Puertorriquefia en la serie dedicada a conmemorar el centenario del ilustre escritor y politico puertorriquefio. Los anteriores, todos publicados en 1960, incluyen los tomos II, III y IV (tambien de prosa) y V (de poesia). La edici6n, pr6logo y notas han estado a cargo del profesor Lidio Cruz Monclova. CURET DE ANDA, MIRIAM: Jose Gualberto Padilla (El Caribe ). A,ntologia. 122 pp. San Juan, Cuadernos de Poesia del Ateneo Puertorriquefio, 1961. Recoge este cuaderno una selecci6n de poemas elegiacos, satiricos, didacticos y galantes de Jose Gualberto Padilla, precedida por un pr6logo de la recopiladora, quien conceptua a El Caribe como "nuestro poeta neoclasico del siglo 19". DAVILA LANAUSSE, JOSE NILO: Las aportaciones de don Luis Munoz Morales al estudio del derecho puertorriqueno. Introducci6n de Miguel Melendez Mufi.oz; pr6logo de Manuel Rodriguez Ramos. 160 pp. Mexico, 1961. El estudio de Davila Lanausse obtuvo el premio del Colegio de Abogados de Puerto Rico en certamen convocado por esta entidad para honrar la memoria del ilustre jurisconsulto puertorriquefio, cuya biografia se inserta en la obra, asi como el laudo del Jurado discernidor del premio. DIEGO PADRO, J. I.: En babia (el manuscrito de un braquicefalo). 638 pp. Mexico, D. F., 1961. Segunda edici6n, revisada y corregida por su autor, de la novela aparecida por primera vez en 1940. Es obra abarcadora y multiple donde el humorismo y el naturalismo, lo picaresco y lo er6tico se reunen con disquisiciones cientificas y filos6ficas. 59

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DIEZ DE ANDINO, JUAN: R onda de trompetas. 347 pp. Barcelona, 1961. El autor recoge en este libro una serie de ochenta y ocho trabajos que fueron publicados por primera vez en la prensa del pais. El temario incluye desde lo de caracter estrictamente literario ensayos, criticas de libros, etc.- hasta el articulo combativo acerca de problemas sociales, dvicos y politicos, siempre realizados en forma culta y con sentido constructivo. ENGUIDANOS, MIGUEL: La poesia de Luis Pales Matos. Pr6logo del autor. 89. pp. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1961. Cuatro ensayos sobre la obra de Pales que, segun el au tor "tiene ... unidad de prop6sito: la de entender vitalmente una marafia poetica, porque modesta y corta de apariencia es a primera vista la madeja palesiana, pero devanada con cuidado, se vera que la obra de Pales es profunda y de alto vuelo". FERDINANDY, MIGUEL DE: En torno al pensar historico. Con una introducci6n del autor. Dos tomos. U niversidad de Puerto Rico, Ediciones de la Torre, 1961. Como indica el titulo, el autor desarrolla ideas sobre el pensamiento hist6rico, proponiendose "una interpretaci6n del destino humano en preterito", por lo cual le interesa lo humano antes que lo hist6rico. Traza el retrato de los tres grandes emperadores Carlomagno, Ot6n el Grande y Ot<'m III; analiza el sentido del imperio segun la formula "Esto dominus fratrum tuorum", la fundaci6n del reino polaco y la cristianizaci6n de Hungria, y se extiende sobre la cuesti6n (tema central de la obra) del reino de Borgofia, malogrado intento de "reino central'', y sobre las razones hist6ricas que impidieron la realizaci6n del antiguo anhelo europeo de la unidad, de nuevo vigente, y cuya actualizaci6n se procura mediante nuevas formulas politicas. ' FERNANDEZ MENDEZ, EUGENIO: Ensayos de antropologia popular. 146 pp. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1961. Como su titulo indica, se trata de varios ensayos, escritos en estilo sencillo y claro, sobre problemas de caracter antropol6gico. El autor, profesor de esta disciplina en la U niversidad de Puerto Rico ha publicado varias obras acerca de temas de sociologia e historia. El libro abarca los siguientes capitulos: La antropologia o el humanismo cientifico; Apuntes de un antrop6logo sobre la revoluci6n cientifica; El intelectual norteamericano ante su cultura; Las civilizaciones asiaticas y el evolucionismo multilineal; Conciencia humana, historia y raz6n vital; Ruth Benedict y las configuraciones de la cultura; Identidad, persona y sociedad de masas; Persbnalidad y cultura vistos por un antrop6logo. 60

FIGUEROA, LOIDA: A renales. 248 pp. Barcelona, 196 1. N ovela de tema puertorriquefio, la primera de su autora, y que, segun los editores del libro, "presenta el Puerto Rico de hace veinticinco afios, el Puerto R ico de la post-guerra, con sus ilusiones y esperanzas, el Puerto Rico carente de ultimas innovaciones mecanicas, cuando no se hablaba de industrializaci6n y cuando todavia no se daba tanta importancia a los adelantos materiales" . GARRASTEGUI, ANAGILDA: Nina intima. 37 pp. Buenos Aires, Imprenta L6pez, 1961. La autora de este grupo de poemas nos habia dado anteriormente las obras Desnudez (1955-56) y Siete poemas (1957) . Los dieciseis breves poemas que integran el libro son de tono menor y siguen el modo de los anteriores. GIRON DE SEGURA, SOCORRO: Jose Gautier Benitez (Vida y epoca. Obra inedita.) Con ilustraciones fuera de texto. 302 pp. Mallorca, Imprenta Mosen Alcover, 1961. La autora, que el afio anterior public6 un tomo comprensivo de la obra completa de Gautier Benitez, reune en este libro la biografia del poeta y una recopilaci6n de sus trabajos ineditos, incluyendo algunos trabajos periodisticos. El libro lleva dos apendices y una bibliografia. GOTAY, MODESTO: Flores y versos (antologia poetica hispanoamericana) . Selecci6n y palabras introductorias del autor; pr6logo de Juan Diez de Andino. Con ilustraciones fuera de texto. 332 pp., San Juan, 1961. El contenido de este libro se subdivide en Poesia espafiola (pp 25-90) ; Poesia Hispanoamericana (pp. 91-144) y Poesia Puertorriquefia (pp. 145-332). Ademas de los poetas generalmente conocidos el autor incluye en las tres secciones poetas cuya obra, aunque valiosa, no ha tenido gran difusi6n. GUISCAFRE, ROSARIO: Oleaje intimo, Barcelona, Ediciones Rumbos, 1961. Rosario Guiscafre, autora del libro de cr6nicas "Hablando a tu coraz6n'', nos presenta ahora este volumen de versos, que divide en tres partes: Versos de la adolescencia, Versos a mi hija y Despues. Es poesia sencilla, de canicter tradicional, sin complicaCiones ni pretensiones, que responde al titulo del Ii bro. HERNANDEZ AQUINO, LUIS: Del tiempo Cotidiano. 39 pp. San Juan. Ediciones del Ateneo Puertorriquefio, 1961. Se compone esta obra de un conjunto de poemas galardonado con el primer premio de poesia en el


Festival de Navidad de 1960, auspiciado por el Ateneo Puertorriquefio. El laudo del Jurado, que se inserta en el libro, dice: "Esta poesia, como respuesta de eternidad frente al reto asolador del tiempo, de la muerte, deja profundas resonancias en el espiritu: tiene el edificante poder del contagio ennoblecedor." HOSTOS, ADOLFO DE: Hombres representativos de Puerto Rico. Con una introduccion del autor. 206 pp. San Juan, 1961. El distinguido historiador puertorriquefio dedica a los estudiantes este libro, dedicado a presentarles el ejemplo de los puertorriquefios que consagraron sus vidas al servicio del pais. Las 32 semblanzas incluyen a varios de nuestros mas destacados patriotas, educadores, politicos, historiadores, literatos, musicos, pintores y cientificos. La edicion del libro fue auspiciada por la First Federal Savings and Loan Association de Puerto Rico. JIMENEZ MALARET, RENE: Puntos de vista. 188 pp. San Juan, Editorial Betances. Componen este libro treinta articulos y breves ensayos sobre arte, literatura y politica; algunos de ellos ya publicados en diarios y revistas. El autor enjuicia a poetas y escritores en forma constructiva, mostrando versatilidad en el tratamiento de los temas. JOGLAR CACHO, M.: Ultimo surco. 34 pp. Manati, Puerto Rico, 1961. El autor de "Soliloquios de Lazaro'', "Canto a los angeles" y otros libros de versos, casi todos ellos premiados por el Instituto de Literatura Puertorriquefia o en el Festival de Navidad del 4teneo Puertorriquefio, reline en esta obra un grupo de poemas inspirados en un profundo sentimiento de lo campesino, sentimiento que se profundiza hasta tocar las rakes indigenas. LABARTHE, PEDRO JUAN: Interrogatorio a la muerte. Prologo de Cesareo Rosa Nieves. 71 pp. Impresora Juan Pablo, 1961. Es este el quinto libro de versos de Pedro Juan Labarthe quien hace afios reside fuera de Puerto Rico. El tema central de los poemas es la muerte, asuntos que trata el autor con profundidad metafisica. LAIR, CLARA: Poesia. Ilustraciones de Alfonso Arana. 42 pp. San Juan, lnstituto de Cultura Puertorriquefia, 1961. Hace este cuaderno el numero octavo de la Serie de Cuadernos de Poesia de los mas notables poetas puertorriquefios que viene publicando el Instituto de Cultura Puertorriquefia. Contiene los poemas: Los sonetos de lo irreparable, Dobles, Letania egoista, Pardo Adonis, Yo, Fantasia del olvido, Nocturnos, Polen, Insolencia, Carta a Ada Elena, Orgullo, Credo, Angustia y Lullaby mayor.

LOPEZ SORIA, VIOLET A: Amorosamente. Pr6logo de Luis Arrigoitia. 54 pp. Ediciones Areyto, Madrid, 1961. Recoge el volumen los versos mas recientes de la autora. El prologuista indica que "el verso se hace cada vez mas transparente, mas cristalino y casi metalico, de sonidos tenues y agudos entre ratos; verso mas desnudo y de mayor intensidad, expresion verbal que se afina y perfecciona''. LOPEZ SORIA, VIOLETA: Huba unos pinos claros. Notas iniciales e ilustracion de Angel Fernandez Santos. 37 pp. San Juan, Imprenta Venezuela, 1961. Poesia fina, intima, llena de claridad, con que la autora continua su trayectoria de suave lirismo iniciado en su libro Gotas de mayo y continuada en otros ocho poemarios. MARGENAT, HUGO: Ventana hacia lo ultimo. Prologo de Laura Gallego. 54 pp. San Juan, lmprenta Venezuela, 1961. Testimonio ultimo del malogrado joven poeta puertorriquefio son los veintidos poemas recogidos en este libro. Poesia humana, desesperada, transida de ansiedad, es la de Hugo Margenat, quien en sus breves afios de vida pudo ofrecer a las letras patrias los libros Ldmpara apagada, Interperie y Mundo abierto, todos de la misma tonica del que resefiamos. Al final se inserta un poema de Laura Gallego dedicado al autor. MARQUES, RENE: La carreta. 76 pp. Rio Piedras, Editorial Cultural, 1961. Segunda edicion de la comedia puertorriqueiia en tres actos, publicada por primera vez en 1951 en sobretiro de la revista Asomante. La carreta trata del desplazamiento de una familia jibara, del campo a una barriada urbana y de esta a la metropoli neoyorkina, en las mas dramaticas circunstancias, asediada por la miseria, el prejuicio racial y la tragedia de haber abandonado la tierra. MARTIN, JOSE LUIS: Arco y flecha (Ensayos). 291 pp. San Juan, Club de la Prensa, 1961. El autor ha dividido el libro en tres partes: Estudios de critica puertorriqueiia, en que enjuicia a poetas del siglo pasado y del presente; estudios de critica hispanoamericana (el romanticismo, Sor Juana Ines de la Cruz y otros temas,) y estudios de critica espafiola, que tratan sobre aspectos de Fray Luis de Leon, Garcilaso, Garcia de la Huerta y Jose Cadalso. MARTINEZ CAPO, JUAN: Viaje. Prologo de Marfa Teresa Babin. 129 pp. San Juan, Editorial Asomante, 1961. Juan Martinez Capo es uno de los mas destacados

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poetas j6venes de Puerto R ico; y de los poemas de "Viaje" dice la prologuista que "son una maravilla para la intimidad; el tiempo en que nacieron no se ha perdido, esta aqui en toda su desnudez palpitante, y cada poema, desatandose pr6vido en palabras, es una semilla de futuro". MATTEI de CANALES, ANGELES: Faro de almas. 276 pp. Palma de Mallorca, 1961. N ovela de ambiente puertorriquefio cuyos personajes se mueven en diversos escenarios, incluyendo la Isla y Nueva York. La naturaleza puertorriquefia resalta en las descripciones, logrando la autora descubrir con perspicacia la psicologia de los personajes. MAURA, GABRIEL VICENTE: Alma taina (decimas). 40 pp. Madrid, Imprenta La Riva, 1961. Primera obra del autor, consta este poemario de dos partes tituladas Tu y yo y El alma de mi naci6n. En su estructura son decimas de tipo popular, en que es frecuente la asonancia. MELENDEZ, CONCHA: El arte del cuento en Puerto Rico (antologia) 395 pp. Nueva York, Las Americas Publishing Co., 1961. Incluye esta obra trabajos de veinte cuentistas puertorriquefios. Los cuentos de cada autor son analizados en sus mas importantes caracteristicas, afiadiendose al final la bibliografia correspondiente. Comprende los siguientes autores: Alfredo Collado Martell, Antonio Oliver Frau, Tomas Blanco, Emilio S. Belaval, Enrique A. Laguerre, Luis Hernandez Aquino, Julio Marrero Nufiez, Manuel del Torq, Luis Quero Chiesa, Ester Feliciano Mendoza, Juan Enrique Colberg, Abelardo Diaz Alfaro, Rene Marques, Hector Barrera, Edwin Figueroa, Jose Luis Gonzalez, Jose Luis Vivas Maldonado, Salvador M. de Jesus, Pedro Juan Soto y Emilio Diaz Valcarcel. MELENDEZ, CONCHA: La novela indianista en Hispanoamerica . Con un prefacio de la autora. 206 pp. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1961. Es la segunda edici6n de esta obra aparecida por primera vez en 1934, y acogida por la crftica como una contribuci6n fundamental al estudio de la novela en America. Cubre el periodo 1832-1899 y se desglosa en cuatro grandes temas: Origenes de la novela indianista, Novelas hist6ricas, Novelas poematicas y La novela indianista de ¡ reivindicaci6n social; temas que se subdividen a su vez en capitulos. MORALES, MATILDE T.: Impresiones mi viaje a Europa. Pr6logo del licenciado Agustin Font, 98 pp. Madrid, Ediciones Iberoamericanas, 1961. Aun cuando el libro trata sobre diversas regiones y ciudades de Europa, la autora ha fijado particular-

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mente su atenci6n en las grandes ciudades de Espana e Italia. MORALES OTERO, PABLO: Cosas de la mente. llO pp. San Juan, Biblioteca de Autores Puertorriquefios, 1961. Como su titulo indica, esta nueva obra del doctor Morales Otero, trata sobre condiciones y estados de la mente y el sistema nervioso que, ademas de afectar al individuo, afectan y son, a la vez determinadas parcialmente por las condiciones sociales. En sus capitulos se analizan estados psicol6gicos y neur6ticos diversos como los de los apegados, los retardados y los ÂŁaltos de fe. MU~OZ

RIVERA, LUIS: Poesia. Ilustraciones de Carlos Marichal. 42 pp. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriquefi:a, 1961. Corresponde este cuaderno al numero siete de la serie de Cuadernos de Poesia que viene publicando el Instituto de Cultura Puertorriquefia. Incluye los poemas: Parentesis, Sisifo, Mens divinior, Suicidas, Las campanas y R dfagas. MURGA SANZ, VICENTE: Cedulario puertorriquefio (Toma I : 1507-1517). 456 pp. Rio Piedras, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1961. Es este el tercer volumen de la Historia Documental de Puerto Rico, que viene publicando Monsefior Vicente Murga. Se sefiala que este tomo, como los anteriormente publicados, "nos dan el sistema de gobierno establecido por el Rey don Fernando el Cat6lico" en la isla de Puerto Rico. O'NEILL, ANA MARIA: Un diagn6stico del sistema educativo. 75 pp. San Juan, Publicaciones de la Asociaci6n de Graduadas de la Universidad de Puerto Rico, 1961. En palabras preliminares, la autora justifica el planteamiento que hace en la obra, afirmando que "en momentos en que nos encontramos en el centro mismo de la guerra ideol6gica" y cuando "insisten las voces de alerta sobre posibles infiltraciones ideo16gicas del adversario, por eso conviene examinar cuidadosamente los cimientos sobre los cuales descansan los sistemas politico-filos6ficos que ocupan el escenario belico." PADILLA, JOSE GUALBERTO (EL CARIBE): Antologia. Selecci6n y pr6logo de Miriam Curet de Andia. 97 pp. Num. 13 de la colecci6n de Cuadernos de Poesia del Ateneo Puertorriquefio, San Juan, 1961. Se incluyen 11 selecciones que abarcan ejemplos de poesia elegiaca, satirica, didactica y galante, adem as de la tercera parte del Canto a Puerto Rico, que el poeta dej6 inconcluso. Segun la prologuista, habia en El Caribe potencialidades para la Iirica, pero "sus preocupaciones humanitarias y sociales ahogaron el


temple <lei poeta autentico y lo llevaron a fijar su atencion en lo circundante para atacar la injusticia y lo indeseable en el genero humano". Queda asi en nuestra historia literaria como poeta comprometido que puso su facultad creadora al servicio de lo extrapoetico. PAGAN, BOLIVAR:

Procerato puertorriquefio del siglo XIX. (Historia de los partidos politicos puertorriquefios desde sus origenes hasta 1898) . 588 pp. San Juan, Editorial Campos, 1961. Este volumen que aparece a los pocos meses de fallecido su autor, complementa el publicado por el mismo en 1960 bajo el titulo "Historia de los partidos politicos puertorriquefios desde el primer cuarto del siglo 19 hasta 1898". El autor no solo narra la historia, sino que la interpreta con ponderacion, sin apasionamiento. Afiaden importancia al libro, como obra para estudio y consulta, los cuatro apendices y la bibliograffa, ademas del indice onomastico. PEREZ GARCIA, MANUEL: Acuarelas de la ruralia y la urbe. Prologo de Wilfredo Braschi. 103 pp. Barcelona, 1961. Coleccion de ensayos breves sobre problemas del campesino y el agro puertorriquefio asi como sobre nuestra vida urbana, pensados y escritos por quien, al decir del prologuista, "reviste su prosa de lentejuelas y de terciopelo, aunque por debajo le fluye el conocimiento de agronomos". El au tor es director de la Revista de Agricultura. QUI~ONES,

SAMUEL R.: Nemesio Canales, el humorista de Puerto Rico. Con una nota preliminar de Carlos Roman Benitez. Ilustrada. 130 pp. San Juan, Ediciones del Senado de Puerto Rico, 1961. Con la publicacion de este libro se adhirio el Senado de Puerto Rico a la celebracion del cincuentenario del Municipio de Jayuya, cuna de Nemesio R. Canales. La obra es un estudio sobre el notable escritor, que originalmente aparecio en la revista Temas y Letras y ahora ha sido ampliado y enriquecido notablemente. RAMIREZ DE ARELLANO, DIANA: Poesia contempordnea en lengua espafiola. 558 pp. Madrid, Biblioteca Aristarco de Erudicion y Critica, 1961. Valiosa obra de critica literaria en que la autora enjuicia la poesia de Carmen Conde, josefina Romo Arregui, Alfonsa de la Torre, y Julia de Burgos. A cada una de las autoras enumeradas se dedican cuat;ro secciones: Estudio, Antologia, Biografia y Bibliografia. RIBERA CHEVREMONT, EVARISTO: orilla. 79 pp. San Juan, 1961.

Inefable

Sesentinueve sonetos, casi todos dedicados al mar, en que el autor muestra una vez mas su personalisima manera de fundir la mas alta pasion poetica con el equilibria formal. Se agregan al final dos trabajos de Ramon Ledesma Miranda y Joaquin Arbeteta sobre Ribera Chevremont y su obra poetica. El libro ha sido premiado por el Instituto de Literatura Puertorriquefia. REINOSA PADILLA, JUAN: ]oyas antiguas (Apuntes hist6ricos y descriptivos de prendas) Ilustrado. 188 pp. San Juan, 1961. Reproduce el autor en esta obra diversos trabajos de su labor como miniaturista, incorporando elogios hechos a su obra por poetas y escritores puertorriquefios. Incluye unas palabras de Manuel G. Pifiera y el trabajo titulado "Vida y obra de Juan Reinosa Pa- ¡ dilla", por Angel Santiago Lopez. Las secciones se titulan: Joyas antiguas, Taxidermia, Miniaturas, Orfebreria y Apuntes historicos. RIGUAL, NESTOR: El poder legislativo de Puerto Rico. Con nota preliminar de Jorge Morales Yordan. 220 pp. Rio Piedras, Ediciones de la U niversidad de Puerto Rico, 1961. Patrocinada por la Escuela de Administracion Publica de la Universidad de Puerto Rico aparece esta obra, en que el autor, Secretario de la Camara de Representantes de Puerto Rico, analiza las multiples fases del poder legislativo, eleccion de sus miembros y funcionarios, el marco historico-legal de su funcionamiento, las reglas y el ceremonial- de las Camaras, etc. El autor ha publicado otros organismos legislativos. RIVERA LANDRON, FRANCISCO: Remansos pldcidos (Poemario de adolescencia). Prologo de Jose A. Romeu. 76 pp. Barcelona, Ediciones Rumbas, 1961. Recopilacion de versos escritos en la adolescencia por el autor, quien ha publicado antes una novela y otros libros de versos. El prologo fue escrito en 1930. RIVERA RESTO, FELIX: Racial y otros poemas. Pr6logo de Hugo Margenat. 59 pp. San Juan, Imprenta Venezuela, 1961. Serie de poemas liricos que constituyen la primera poetica de Rivera Resto. Ademas del pr6logo el libro incluye unas palabras preliminares de Wilfredo Figueroa. RODRIGUEZ CARRION, ANGEL: Aqui estd Eulogio Pefia. Pr6logo del autor. 123 pp. Madrid, Artes Graficas Estades, 1961. Grupo de tres sainetes cuya accion se desarrolla en el ambiente de la colonia puertorriquefia de Nueva York. Ademas del prologo, el libro incluye trabajos de Maria Teresa Babin, Iris M. Zavala y 63


Pedro R . Arroyo sobre la cultura puertorriquefia, y una anotaci6n de modismos y anglicismos del lexico utilizado por los puertorriquefios en Nueva York.

obra estan escritos en los idiomas que hablan sm personajes; el espafiol, el ingles, y una mezcla d< ambos, conocida como spanglish.

R ODR IGUEZ LUIS, JULIO: Cartas de Gabriela Mistral a Juan Ramon Jimenez. 19 pp. U niversidad de Puerto Rico, Ediciones de La Torre, 1961.

TIO, AURELIO: Nuevas fuen tes para la historir'. de Puerto R ico. Con una nota preliminar y un introducci6n del autor. Ilustraciones fuera d, texto. 653 pp. San German, Ediciones de la U niversidad Interamericana de Puerto Rico, 1961.

Reune este cuaderno cinco cartas dirigidas por la poetisa chilena a Juan Ram6n Jimenez, y cuyos originales se conservan en la Sala Juan Ram6n y Zenobia de la Biblioteca General de la U niversidad de Puerto Rico. Precede a las cartas un pr6logo de Rodriguez Luis. SAEZ, ANTONIA: La lectura: arte del lenguaje. 401 pp. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1961. Es esta la segunda edici6n, revisada por la autora, de un libro de gran difusi6n en los centros pedag6gicos de Puerto Rico. La autora ha querido, mediante los cambios y adiciones realizadas, ajustar la obra "a las urgentes necesidades del momento actual". La doctora Saez, profesora emeritos de la Universidad de Puerto Rico, ha publicado tambien los libros El teatro en Puerto Rico, Las artes del lenguaje en la escuela elemental y Las artes del lenguaje en la escuela secundaria. SCHAJOWICZ, LUDWIG: Mita y existencia. 414 pp. U niversidad de Puerto Rico, Ediciones de La Torre, 1961. Esta obra plantea las ideas preliminares de una teorfa sobre las iniciativas espirituales del ·hombre. El autor divide el libro en las siguientes partes y capitulos: El origen: EI hombre y sus veneraciones, La esencia de la espontaneidad, La iniciativa filos6fica y El riesgo del pensamiento; La medida: S6crates y la doctrina vivida, Iniciativa moral y visi6n tragica, La elecci6n del propio ser, La ley divina y la ley humana; El destino: EI mito de Prometeo, Apocalipsis del fuego, Amor fati, Edipo y la verdad; La libertad: La autonomfa del hombre; Libertad y trascendencia, El mundo dionisiaco, La recuperaci6n de las iniciativas. SOTO, PEDRO JUAN: Ardiente suelo, fria estacion. 258 pp. Jalapa (Mexico) , Universidad Veracruzana, 1961. Novela que plantea la tragedia de una generaci6n puertorriquefia que, criada en Nueva York, en medio de un ambiente de desprecio por su condici6n de extranjeros, regresa a su pafs para encontrarse con una situaci6n identica, en que se les trata como a norteamericanos por su aire turfstico y por las dificultades que tienen con el idioma. Los dialogos de Ia

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Enriquece esta obra la bibliografia hist6rica puer torriquefia, presentando una colecci6n de 14 docu· mentos ineditos o poco conocidos cuyos originalei se conservan en el Archivo de Indias, entre los que se destacan por SU importancia la probanza de meritOS y servicios de Juan Gonzalez Ponce de Le6n. Cada documento va seguido de una copiosa secci6n de no· tas e interpretaciones del autor. Al final se insertan 7 apendices, de los cuales el VI es un estudi~ en que el autor expone su tesis sobre la organizaci6n heraldica del escudo de Puerto Rico. Se incluye una nota final, indice de materias, de ilustraciones y general y una bibliograffa. El autor, actual presidente de la Academia Puertorriquefia de la Historia, public6 en 1956 el libro "Fundaci6n de San German", en la que di6 a conocer por primera vez varias de sus tesis ahora ampliadas en este volumen, particularmente la tesis de que la primera poblaci6n cristiana fundada en Puerto R ico fue San German del Guaorabo. La obra ha merecido premio del Instituto de Literatura Puertorriquefia. YOR DAN DE MAYORAL, MARIA: Madreselvas y violetas. Pr6Iogo del doctor Jose Rodriguez Pastor. Publicaci6n de la Fundaci6n Club de Or San Juan, 1961. Sohre esta recopilaci6n de poemas y trabajos en prosa dice el prologuista que los versos "son sencillos . . . pero en esa sencillez va encerrado el secreto de esas fuerzas misteriosas que dan encanto a la vida en todas las edades". - Los trabajos en prosa son pequefias cr6nicas de acento poetico". VAZQUEZ ALMAZAN, HUGO: Santa Maria de Hormigueros (breve historia de Nuestra Senora de Monserrate de Hormigueros) S. p. Ilustrado. San Juan, 1961. El autor, de nacionalidad mexicana y residente en Puerto Rico, hace historia del culto a la Virgen de Monserrate de Hormigueros, secularmente vinculado a su santuario de dicho pueblo. El libro contiene los siguientes capftulos: Origen de Hormigueros, Origen de las veneradas imagenes de Nuestra Senora de Monserrate de Hormigueros, U nico santuario mariano de Puerto Rico, Centro de peregrinaci6n y Ii grimas, Fiestas y peregrinaciones, Coronaci6n can( nica, H imno y Bibliografia.

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SEPARATA DE ARTE DEL NUMERO 15 REVISTA DEL INST ITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUE~A

"COCHES DE PONCE" Por MtGUEL Pou COLECCION DE ARTE

PUERTORRIQUE~O

MUSEO DE ARTE DE PONCE


DANZAS CORTAS

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RAFAEL BALSEIRO DAVILA

I INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUERA San Juan, Puerto Rico 1962


RAFAEL BALSEIRO DAVILA Rafael Balseiro Davila (1867 - 1929) se destac6 desde muy joven por su gran facilidad para la creacion musical, dedicandose desde el principio a los generos bailables en boga en Puerto Rico. Hombre de gran cultura y refinamiento social, aunque desprovisto de una educacion musical solida, se esmero en elevar esas formas de baile a niveles de categoria estetica. Asi lo demuestra ya en sus primeras danzas Amparo y Una perla, y particularmente en sus cuatro danzas cortas para piano, que tienen por modelo al cubano Cervantes. Sin embargo, no sera la danza el cauce en que vertira mas eficazmente su inspiracion. El vals tropical, que reiteradamente aparece en los c~m­ positores puertorriquefios de la epoca, constituira el nucleo mas significativo de la obra musical de Balseiro Davila. Durante los primeros lustros del presente siglo, y rnuy especialmente durante los afios de la primera guerra mundial, Balseiro ira en el pais a la vanguardia de la produccion valsista, llamandosele, acertadamente, el Rey del Vais. Los valses. de Balseiro, dotados de un gran refinamiento e impregnados de un tinte hermosamente nostalgico, y hasta elegiaco, son testimonio de nuestra evanescente sociedad ochocentista. La mayor parte de ellos son piezas de ocasion que retratan admirablemente la sensibilidad y las costumbres del Puerto Rico de la epoca.


Lola A mi esposa Lola Ramos Casellas Por RAFAEL BALSEIRO

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Aurea A mi hermana Aurea Balseiro de Georgetti Por RAFAEL BALSEIRO

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Balseiro de Ruiz Por RAFAEL BALSEIRO

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Talleres de Artes Graficas - Depto. Instrucci6n Publica


SEPARATA de la Revista del lnstituto de Cultura Puertoniquefia Numero 15.



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