6J.R . ... . . . . DISGURSO LEIDO POR EL PRESIDENTE DB LA REAL AUDIENCIA DE PUERTO- RICO . EN EL ACTO SOLEMNE DE LA APERTURA DEL TIUB UNAL EL DIA 2 DE ENERO DE 188 4· PUERTO-RICO 1884.

Despues de haber tenido bufete abierto durante once años y servido al Estado por espacio de veinte y siete, S . M. el Rey (Q. D. e¡.) se dign6 dispensarme recientemente la gracia de ocupar este puesto elevado de la Magistratura sin haberlo yo solicitado, como es público y notorio . llllUOnCA ( .
•. ' 1 de mi s aficio nes a l estudio del de re cho civil hubiera de d ejarme co nducir, plantearla desde lu ego un tema sobre el cual giraria principalme nte mi pobre discurso de aper tura; pe ro con sentimiento renuncio á ell o, porque no estarla en consonancia con lo precep tuado en el artículo 1 2 . de Jas Ordenanzas de la Audiencia y porque acaso no encontrarla aqul precedentes que pudi erari se rvirm e de verdadero apoyo . •
GnmtM.
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" Honrado por el Gobierno de S. M. con mi actual cargo, tengo el gusto de dirigirme á todos los Sres. Jueces de instancia del territorio de-esta Audiencia, dándoles la seguridad de mi consideracion 1omás distinguida, y manifestándoles el deseo de que -srcdoblen sus esfuerzos en obsequio de la pronta y buena administracion de justicia. Conozco cuán penosa y delicada es su mision ; pero con fuerza de voluntad y con un espíritu recto y levantado todas dificultades se salvan fácilmente. Jrfarchando con decision, con ánimo sereno y sin preocupaciones ni prevencione s de nin gu n género por el camino del derech o, que es por cierto el más llano y tambi e n el más corto entre Dios y el Hombre, nada ha y que temer, y por el contrario se obtiene sie mpre aq uella tranquilidad y satisfaccion' íntim a de que tan solo gozan la s almas honradas. Los Jueces que no se desví a n del mismo camino por nada ni p or nadi e, que no aceptan ni dan recomendacio nes en asuntos de justicia, que son laboriosos y afables, y que no permiten á sus subordinados traspasar la Hnea de sus deberes y {unciones, adquieren pronto el prestigio necesario y el aprecio de sus Gefes. " En la carta misma les habl é, como veis, de !a ICnea de conducta que debieran seguir, y tambien les signifiqué el deber en que está n de no aceptar ni d ar recome ndaciones e n asuntos de justicia. Hube de · ocuparme de esto último, porque ello da siempre lugar á tristes censuras y produce la desconfianza y · desprestigio consiguientes, hasta el punto de que los mismos que recomiendan son los primeros en dudar de la imparcialidad de aquellos á quienes se dirigen , y cuando sentencia favorable les queda tambien la sospecha, por lo ménos, de si la habrán ubtenido por efectq del favor, olvidándose del espíritu de re<;titud y del deseo de acierto que tienen siempre lo mismo los Jueces que los Magistrados, é .infiriendo as( á los unos y los otros una ofensa verdadera, con
Al enc¡i.rgarme de la Presidencia dirigí á kis Sre s. Ju eces una cuyo contenido me permitiré reproducir á continuacion , por ser la más fiel expresion de mis sentimientos: e n 1dla les decía lo siguiente :
-4De tan honrosa distincion se desprende el sagrado deber de poner cuanto Je mi parte esté para responderá la gran confianza de que sido objeto, y claro es que como funcionario pundonoroso no dejaré de hace rlo, aunque para administrar recta justicia nunc_a n:cesité otro estimulo el de mi #opia conc1enc1a, como ya por sabe éstilpara m( querida Provincia en que antes me cupo la honra de desempeñar dos Ju zga do s y varias comisiones: los que me conocen no pueden ignorar que cuando del cumplimiento de mis ob li gacio nes se trata, nada del Mundo me hac e vaci lar : por fortuna ni yo, ni , mis dignísimos compañeros e nco ntram os obstáculos de nin gun género, y antes bien puedo asegurar que d camino de la justicia nos está expedito como siem pre, pues no hay Autoridad ni persona alguna de aquí, ni fuera de aquí, que intente siquiera influir en · nuestros fallos 6 resoluciones: los hechos responden de esta ve rdad, y sin ser severos marcharémos siempre por el mism o camino de la Ley, seguros de que as( satisfarémos cumplidamente la s fuertes eXigcncias de nuestra conciencia, y á la vez obtendrémos el beneplácito de todos los buenos habitantes de esta Isla.

....... -6tanto más motivo cuanto que e llos no pueden tampoco admitir ni dar tales recomendaciones sin faltar á la santidad de sus juramentos. ,
-7dose de cuestiones de derecho Mercantil y Pe.na!, cuya ciencia es tan lata y complicada, que por no tener límites · es imposible abarcarla en toda su extension, pues la inteligencia y la vida son muy cortas para ello.
Persuadido como estoy de que las recomendaciones mismas á Jueces y Magistrados son un mal funesto, procuraré siempre evitarlas, y para ello haré, como hasta aquí todo lo que deba hacer, porque la Administracion de ju stic ia es un cristal que con fa. cilidad se empaña y hay por eso que ponerlo al abrigo de todos los ataques que puedan dirigírsele. Por supuesto, señores, que yo estoy bien persuadido de que entre los encargados de administrarla no hay en la isla quien las admita ni las dé, porque todos saben cuáles son sus deberes y conocen perfectamente cuán delicada es su mision.
Lo que acabo de manifestar no •e opone á la obligacion que tedos ten emos de escuchar con ate}lcion y afabilidad á los que, siendo parte 6 teniendo interés en los juicios respectivos, quieran llegarse á 11osotr1ls, Mi sa tisfaccion en este acto es tanto mayor, cuanto que á mi lado encuentro compañeros ilustrados, laboriosos y de rectitud inquebrantabl'!, por lo cual sus sentimientos se hallan identificados con los mios, y todos camiñamos impulsados por la idea del honor y por el deseo del acier .o: si en algunas ocasiones nos equivocamos, . 6 la s resolucione§ no responden á los mismos deseos, no será por culpa nuestra, puesto que ponemos para acertar cuanto de nuestra parte está, y por el contrario, será exclusivamente debido á una cosa que á nadie le es imputable , 6 sea al error, de que como que!ia dicho los hombres no siempre pueden sustraerse, y mucho ménos tratán" ..
A propósito de esto, y por lo que á mí hace relacion, tendré la sinceridad de decir que, al concluir la carrera de Abogado, incurrí . en la candidez de creer que la ciencia misma podía dominarse con fuerza de voluntad y algunos años de estudio; pero, Señores, pronto vine despues á adquirir el triste y desconsolador convencimiento de que aquella creencia partía del error más craso, y era solo · debida á , una de tantas ilusiones á que da lugar la imaginacion florida de la ·juventud : hoy que sobre mis hombros siento el peso de ·Jos años, y que he visto lo mucho que hay que estudia r y meditar para saber algo, solo me queda el desengaño producido, y la persuasion en que estoy de ·ser muy escasos mis conocimiento s jurldicos, á pesar de tanto tiempo como llevó consagrado al estudio. Es cierto que los que . posean el talento de que yo carezco aprenderán más con ménos trabajo ; pero tambien lo es que no hay ni habrá nadie que tenga el gran privilegio de · todo lo que la mencionada ciencia contiene. P-or esto yo veo sin extrañeza cuando jóvene!!;·..expertos emiten de un mod,p decisivo opiniones 5obre cuestiones que nb han estudiado con los autos en la mano, y que sólo conocen por lo q,':\C en conversaciones 6 de público se dice y diwlga. . · Al encargarme de la · Presidencia, pronto hube de apercibinne· de que, debido acaso á la falta de per,. . .. ;.

Los Jueces Municipafes, que tan importante papel desempeñan, hacen todo lo que á sus alcances , está ; pero como aquel ·cargo no puede recaer en la mayoría de los casos en per;;onas peritas, claro es que ·muchas de las resoluciones 6 fallos dictados por legos no podrán ofrecer garantías de acierto, lo cual no sucederá cuando tales de stinos se dott:,n 6 rem"" oeren conveni e ntem en te, porque entónces nG> faltarán Letrados competentes y dignos que de buen grado se presten á su honroso desempeño- Al noble y patriótico Gobierno de S. M. no pnede serle esto <ksconocido ; y como él se muestra tao solicito de todo lo que al bien de esta provincia hace rclacÍQn, debe fundadamente esperarse. que en époCa. no lejana adopte disposiciones encaminadas al log_m. ae objcr.. Al separaae oficio de. fücribaae. de. llctua.c:ione:s del de se dió siDJ duda. un. ¡rau. ¡aso ea el wninit la buena Adminisuacion de. Justi.aia.; pGl'JlUe. el c1ac:lnpeilo de kis dQS pee uaa. sela. puaona ofrecla inconvenientes y dificultades; mas.pa .._ia1 -....plQdq:a.. _._ Sii& alllllablu efec·
-8sonal, existian bastantes retrasos en Relatorla, y que todavla eran mayores y más lamentables los que habia en la Escribanía de Cámara :' desde entónces, y para que desaparecieran en un breve término, adopté medidas que secundadas noblemente por los celosos é ilustrados Sres. Presidente de la Sala de Justicia y Magistrados, han producido ya el resultado apetecido. Ahora es de esperar que los funcionarios que se encuentran al frente de aquellas dependencias eviten á toda costa la rPproduccion. de aquel mal, redoblando al efecto suo esfuerzos y ha· ciendo los sacrificios pecuniarios que fueren precisos para ' tener personal bastante, pues de otro modo darían lugar á nuevos retrasos, faltarían ostensiblemente á sus deberes é incurrirían en responsabilidades de que no les serla fácil evadirse . Yo los creo dotados de pundonor y delicadeza; y por esto, y por· estar en la actualidad dando pruebas de laborio sidad, abrigo el conv e ncimi e nto de que no han de omitir nada de cuanto c!e su parte esté para llenar su cometido. En la Sala de Justicia, presidida hábilmente por el Sr. Muñnz de Sepúlveda, están todos los asuntos al corriente, como es público, y en ella se c\espliega una activid ¡¡ d digna de todo elogio y honrosa para aquel, as( como para los rectos é inteligentes Sres. Magistrados propietaricos y de Becerra. En la Secretaría de Gobierno, á cargo del pm¡bo y tambien inteligente Sr. Romeu, no hay retras<> alguno de que tenga noticia la Presidencia.
El Ministerio fiscal, dC que en esta Isla es Gefe lt el honrado Sr. Ortiz de Tarapco, viene dando -9tantes pruebas de y dr que sabe responder á los nobles deseos de aqnél. Los Sres.. Jueces de instancia dan tambiaa sellaladas muestras de su buen deseo. igualmente que de su celo y suficiencia. Los Sres. Abogados de esta Capital y dentas pueblos de la Provincia contribuyen poderosamente á la buena Administracion de Justicia, como han contribuido áotes y contribuirán en lo sucesivo por sus grandes. en dereclio, por su cordura . y por la lealtad de sus defensas..

Cuando en Agosto último tomaron posesion el acWal Sr. Presidente de Sala y el Magistrado Sr. Varela, y en que la tomé yo tambien, llamaban principalmente la atencion dos asuntos pendientes entonces en la Sala de Justicia : el uno recibió bien pronto un impulso en su tramita:don esperado acaso por pocos, y hoy sigue su legal curso en el Juzgado de San Francisco; el otro fué resuelto despues de un detenido estudio, y despues tambien de traerse á los autos datos que se creyeron indispensables y de ha-• berse dictado algunas providencias. Este último se halla actualmente en el Supremo en virtud de apelacion interpuesta por el Ministerio fiscal: en él hemos obrado exentos, como siempre, de toda pasion y en perfecta armenia c?n nuestra conciencia; creemos justa y arreglada al resu1tado de autos nu'.:5tra resolucion ; pero si nos hubiéramos equivocado 6 mcurrido en error, "nos quedarla siempre la satisfaccion de haber procedido cop la lealtad ·de las y nadie podrla nunca afirmar lo contrano sm mfenrnos una grave ofensa y sin arrastrarse por el negro fango de la calumnia: afortunadamente nada de estO hay que tener á n Puerto-Rico, porque aqul se hace justicia á los encargados de y se les tributan las y
-10tos, se hace preciso que á los mismos Escribanos se les sellale tambien un sueldo con el que puedan pagas á sus escribientes 6 y cubrir decorosamente sus atenciones qe familia. Sabido es que sobre esto obra ya en el M(nisterio de Ultramar un expediente, y no es dudoso que habñ de resolverse pronto y favorablemente por el paternal Gobierno de S . .M. ·
El ilustrado Cuerpo de Registradores de la propiedad en esta Provincia está respondiendo dignamente á su importante mision, y lo mismo acontece con el Colegio de Notarios.
El Tribunal Pleno ha despachado desde de Diciembre de 1882 al 3ode Noviembre ele 1883, 141. expedientes; la Sala de Gobierno 37 y la Presidencia 51 i total 229 asuntos gubernativos, los cuales han ciado lugar á la expedicion de 2,950 comunicaciones oficales.
La Sala de Justicia, que segun lo expnesto marcha co n el desembarazo de los tiempos más normales, ha despachado en el mismo periodo 2,6 .;8 causas ·criminales, y dado tambien solucion á 1oo asuntos civiles, entre los que figuran 30 juicios principales, t>2 incidentes y ejecuciones de sentencias, 7 recursos de casacion, y de fuerza. Los ingresados en el mismo periodo han ascendido á 3,052 causas y 137 negocios civiles, contando los de ambas clases que estaban pendientes en de Diciembre de 1882.
Los Procuradores desempeñan sus cargos con honradez y diligencia, á pesar de ser bien cortos los d erechos que ordinariamente consiguen cobrar.
La cifra de los mismos asuntos iniciados habla -11muy alto en favor de los habitantes de esta Isla, pues revela que se pleitea y delinque tan poco como en los países de mejore5 costumbres y de sentimiento más elevados : verdad es esta que se presenta todavia más de relieve cnando se observa que raro#! el proceso relativo á esos crlmenes que llenan de constemacion y de espanto y que acusan gran degradacion y perversidad de parte de sus agentes.

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AI frente de nuestra amada P4tria cstll el lle, Don Alk>nso XII, que CIS tarnbien Rey- de la intali.gencia, y el cual se afana y desvella por el progrem y material de los pueblos : i su lado fl!Mdes t.linistros 6 Consejos presididos por un ellli.nenl'e· hombre de Estado : el Gobierno de la isla !le halla á cargo de una persona de rdevantcs condiciones y• que no cesa as(miSmo de promover y apoyar cuanto á ella conviene; y por todas estas abrigo la grata esperanza de que no habrá de transcurrir mucho tiempo sin que alcancen á esta pro.vincia las relOrmas introducidas en las Leyes.de E.D.· juicia,miento Civil y Criminal, vigentes ahora en la Península, 6 las nuevas que en breve pudieran acaso intFoducirse, por creerlas todavía más beneficiosa.; Concluyo, Seilores, con un cordi.al y respetuoso saludo á nuestro sábio Monarca, á su ilustrado. Go. bierno, á nuestro digno Gobernador General y á bs nobles habitantes de esta bella Isla. P11erto-Rico 2 de Enero de Venancio Zorrilla y Arredondo .

--·"·r.. CUADRO de los trabajos lenninados en el Tri614 11al de esta Real A11dienda y yuzgados owii11arios del territorio desde el de Diciembre de 191!2 llasta 30 de No'liiimbn de 1883. 1 . '1 REAL AUDIENCIA. .. . ¡ Rtp:los CIJ!la. caw crlmiDala QIOODID rlabl. Bipmle1ta lllftÜTOS ..... 1111' 1 lncidenll!ll....... ... Total de. JuCloo .. ........ Ea Eat:!'-."'""""""' •-ema... ,.. ._... TOTAL """"""' ........... .. _ TOTAi. ..... de Cobieno. PnlideftP., TOT AL.30 62 8 100 ·- 2648 38 2686 141 37 ' 51 229 3008 1 Juzgados y de l. ª Instancia. 1 ' bl . . s IUDlcivalcs. JllZIU Instancia . Clvtur& NEGOCIOS CRIMI NALES. PARTIDOS= = '"'"'""" c...... ¿'""°" TOTAL ToWdo• ''"""" J!"<;oo ......IA<!oo ."' ,....... JUDICIALES AdOO ........ E'. r.;,:: l'.ahas Asunto1 GENERAL. .. _ """- -- ; .....:m- .. _-TOTAL i=. cte.d- lmuio. - ""''""" T OTAi.. ... .! AG U ADlLLA .. - - 336 633 8 15 8 169 566 769 . 32 . 197 2: 43 5 . . 21 34 11 1402 ARE¡,; CIUO ••••• • 52 48c 91 758 62 144' 28 5 2 94 129 220 19 239 8o6 1174 2617 CA GUAS. • •• 49 392 35 731 51 12.Sl 32 16 2 18 68 113 22 135 302 505 1763 f.' I • CATEDRAL •• • 71 1064 17 354 198 170; 44 40 25 68 177 330 20 350 6oo 1127 2831 1 GUAYAMA... - 45 381 27 1408 15 187( 23 10 . 4 32 69 294 57 351 52c 94c 281 6 HUMA CAO se 37 2 4c 1394 18c 2036 32 21 14 4c 107 283 17 300 651 I058 3094 MAVAGUEZ. • • 43 l 1 28 699 .. 951 5 31 4 22 62 411 lC 42 1 1812 2295 3246 (P oNcE .... .. .. 124 788 78 1259 68 23'1' 27 41 3 168 23s 6o9 11 62c 19 878 3195 SAN F RA.'IC I SCO. 58 713 3c 37'4 63 123! 41 29 14 35 lIS 3 15 . 9 324 31 474 r¡.12 SA N G ERMAN • 96 208 71 565 53 993 IC 5 4 29 4! 297 9 300 321 675 1668 62c 4776 442 7878 73! 1444\ 2471 2o6 72 52 101c 18• 31'1 • 5628 989! 24344 ¡ . 1.. • .; . : y .... . .1 ·-· e·= .• .
