CREEMOS en la Santísima Trinidad, un solo Dios que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Creemos en un solo Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, eternamente engendrado por el Padre. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Él es Dios verdadero y hombre verdadero. Fue concebido por el poder del Espíritu Santo, y nació de la virgen María. Padeció, murió y fue sepultado, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió a la diestra del Padre, y volverá para juzgar a los vivos y a los muertos. Su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, el Señor y Dador de la vida, quien procede eternamente del Padre. Él es Maestro, Consolador, Ayudador y Dador de los dones espirituales. Por medio de Él se aplica la obra salvífica y santificadora de Jesucristo a la vida del creyente. Él es la empoderadora presencia de Dios en la vida del cristiano y de la Iglesia. El Padre ha enviado a Su Hijo a bautizar con el Espíritu Santo. Hablar en lenguas y llevar el fruto del Espíritu son las señales neotestamentarias del ser llenos del Espíritu Santo.
Creemos que la salvación es por gracia por medio de la fe en la muerte expiatoria de Jesucristo en la cruz. Él murió en lugar nuestro. Los pecados del creyente son perdonados por el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Creemos que hay sanidad para la mente, el cuerpo, el alma y el espíritu del creyente por medio de la sangre de Jesucristo y el poder del Espíritu Santo. Creemos en solo bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Creemos que la gracia de Dios trae perdón y reconciliación a los que se arrepienten, además de la santificación, la cual los capacita para vivir a la manera de Cristo. La santificación es tanto una obra definitiva de la gracia como un proceso de transformación constante en el creyente efectuada por la sangre de Jesucristo, la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.
Creemos en una Iglesia santa y universal, que se compone de todos los verdaderos creyentes en Jesucristo, la cual ofrece confraternidad y llamamiento al servicio para los hombres y las mujeres de todas las razas, naciones, culturas y lenguas. Creemos en la unidad espiritual y visible de la Iglesia.
Creemos que la Biblia —que consiste del Antiguo y el Nuevo Testamento— es la Palabra inspirada de Dios. La Biblia revela el carácter y la voluntad de Dios para la humanidad; y es suficiente para instruir en la salvación y la vida cristiana diaria. La Biblia es la regla de fe y conducta del cristiano.
Creemos que Dios reconciliará, en Cristo, todas las cosas en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde mora la justicia.
Personal editorial
Editor y publicador: Tim Coalter
Editora administrativa: Marsha Robinson
Editora asistente: Hillary Ojeda
Traducción y revisión: Departamento
Mundial de Lenguajes
Diseño gráfico: Charlie Scruggs
Sobre la Iglesia de Dios de la Profecía
La Iglesia de Dios de la Profecía es un vibrante cuerpo mundial de creyentes, unidos en adoración, trabajando mano a mano para compartir el amor de Dios y un mensaje de esperanza a los quebrantados de corazón. Esta organización cuenta con más de un millón de miembros y más de 10,000 ministros, que se reúnen para adorar en más de 10,000 iglesias o misiones en 135 naciones del mundo.
Los Valores Centrales de la Iglesia de Dios de la Profecía
• La oración
• La cosecha
• El desarrollo del liderazgo
• La mayordomía bíblica
• El servicio
Declaración de visión
Reconciliar al mundo con Cristo a través del poder del Espíritu Santo.
Declaración de misión
La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana.
Presbiterio general:
Tim Coalter: Obispo principal
Clayton Endecott: Eurasia y el Oriente Medio
Benjamín Feliz: México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana
James Kolawole: África
Clayton Martin: Islas del Caribe y del Océano Atlántico
Tim McCaleb: Asia, Australia y Oceanía
Brian Sutton: Norteamérica
Gabriel E. Vidal: Sudamérica
ARTÍCULOS
7 En la misión – Enviar y apoyar Scott Gillum y Dave Ferguson DEPARTAMENTOS
10 Desarrollo Ministerial Acreditado Misioneros tradicionales en una era digital
12 Comunicaciones Mundiales De los bancos de la iglesia hacia el campo misionero: Cómo las iglesias pueden ayudar a los misioneros
16 Norteamérica Convenciones de 2025
18 Ministerio de Niños Un niño y su almuerzo
20 Ministerio de Mayordomía Entregue su vida primeramente a Dios: La clave de la mayordomía bíblica
22 Ministerio del Patrimonio Histórico Abrazar nuestra rica herencia
28 Ministerio del Patrimonio Histórico En Su presencia
30 Ministerio del Patrimonio Histórico Nuevas iglesias organizadas
EDITORIALES
4 Avanzando hacia el futuro Gabriel E. Vidal
5 Conexiones
Paraguay
14 La mesa del pastor
Roger Ball
24 Esta es mi historia
Terry Barnwell
26 Perspectiva pentecostal
Allyson Lehman
en línea—mensajeroalablanca.net
El Mensajero Ala Blanca es miembro del Evangelical Press Association
AVANZANDO HACIA EL FUTURO
Responsables con la misión de Dios
OBISPO GABRIEL E. VIDAL | PRESBÍTERO GENERAL DE SUDAMÉRICA
Como seguidores de Cristo, Dios nos ordena a vivir vidas santas, apartadas del pecado universal que aflige al mundo. Al mismo tiempo, el imperativo que se encuentra en Mateo 28:19, 20 nos impulsa a “id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Este llamado es un mandato para mantener contacto con el mundo con el único propósito de compartir el mensaje del evangelio. Por otra parte, el pasaje de Hechos 1:8 dice: “…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. La Palabra de Dios nos entrega la responsabilidad de llevar el evangelio hasta los confines del mundo.
Nuestros antepasados abrazaron esta ordenanza y se embarcaron en una misión global para llevar el mensaje de Jesús de Nazaret a todas las naciones, con el único objetivo de alcanzar los rincones más recónditos de la tierra. Esta misión fue impulsada por la declaración de Jesús en Juan 3:17, donde explica el propósito de Su encarnación: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Así que los prodigios extraordinarios y milagros de Jesús nunca fueron su objetivo primordial; sino que Su plan divino era la redención de la humanidad.
Sin embargo, debido a la influencia de las tendencias contemporáneas y las prioridades eclesiásticas del presente, muchos miembros del cuerpo de Cristo están más interesados en apoyar proyectos misioneros secundarios que en invertir en los misioneros que día a día enfrentan retos económicos difíciles para cumplir
con sus responsabilidades misioneras. Aunque es imprescindible que continuemos aportando nuestra ayuda a los proyectos que bendicen a nuestras comunidades, porque ha sido y sigue siendo un aspecto integral del ministerio de Jesús y de la iglesia, no debe impedirnos de ninguna manera seguir apoyando generosamente a nuestros misioneros.
En conclusión, la participación comunitaria es fundamental, puesto que no podemos desatender las necesidades de aquellos a quienes ministramos. Sin embargo, es importante reconocer que este tipo de ayuda es solo una parte del ministerio de Jesús. En otras palabras, es una manifestación tangible del amor de Dios y de nuestro propio amor hacia al prójimo. Al mismo tiempo, vivimos en un mundo cautivo por el enemigo de nuestras almas, un mundo que también necesita conocer la narrativa bíblica, el mensaje del evangelio y cómo ser discipulado. Este compromiso solo puede ser alcanzado por aquellas personas que han decidido valientemente dejar su entorno familiar, como lo hizo Abraham, para cumplir el llamado a las misiones. Estas preciosas personas necesitan de nuestro apoyo para que no carezcan de nada y puedan concentrarse únicamente en transmitir la verdad divina a un mundo que, como mencioné anteriormente, está cautivo, afligido y lleno de desesperación. No olvidemos a nuestros misioneros a la hora de recaudar las ofrendas misioneras en nuestras iglesias locales; ellos también son sumamente importantes en la difusión de la verdad mientras comparten el evangelio de nuestro Señor Jesucristo alrededor del mundo.
Que nuestro Señor los guarde y los bendiga mientras continúan sirviendo “en la misión” con Él.
CONEXIONES
NOTICIAS DE PARAGUAY
Nueva misión en Tajy Loma, Carapeguá
Les saludamos con la paz de nuestro Señor Jesucristo. Agradecemos y damos gloria a Dios por la nueva misión en Tajy Loma - Carapeguá distrito que fue organizada el día 23 de febrero de 2025 con la presencia del obispo nacional Ricardo Hinsbis y el obispo Perfecto Cáceres. Oramos por cada nuevo miembro en ese lugar. Contamos con sus oraciones para que podamos seguir cumpliendo con la visión de “Reconciliar a Paraguay con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo”.
Nora Riquelme
Líder nacional de Comunicaciones
CONEXIONES
NOTICIAS DE PARAGUAY
Campamento de jóvenes 2025
Dios bendiga a nuestra gran familia de la fe. Del 16 al 19 de enero se llevó a cabo el campamento de jóvenes “Antorcha 2025”. Agradecemos y le damos gloria a Dios por regalarnos un bendecido fin de semana. [Un total de] 129 jóvenes de todo el país pudieron disfrutar de este gran evento, donde la presencia de nuestro buen Dios se hizo presente. Además, hubo tiempos de confraternidad y entretenimiento sano.
Agradecemos el excelente trabajo del líder nacional, Kyle Miller, junto a todo el equipo de voluntarios y líderes locales.
Nora Riquelme
Líder nacional de Comunicaciones
En la misión–Enviar y apoyar
Cuando Marsha Robinson, editora del Mensajero Ala Blanca, me pidió que escribiera este artículo, medité en el tema que me asignó como lo habría hecho cuando por primera vez inicié en el ministerio. La misión es enviar misioneros al otro lado del océano para hacer “obra misionera”. La iglesia recauda fondos y envía líderes que tienen pasión por el mandato bíblico y poseen dones espirituales para evangelizar el mundo. Mi labor como pastor era equipar, empoderar y apoyar a esos líderes apasionados y dotados para llevar el evangelio fuera de las paredes de la iglesia, a través de los océanos, a “todas las naciones” (Mateo 28:19) y hasta “lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Pero ¿dónde estaba el impacto en Jerusalén? ¿Qué de aquellos que estaban más cerca? Le comparto una pregunta inquietante que alguien me hizo en una ocasión y que usted también se podría hacer: “Si usted se va del vecindario, ¿le echarían de menos?”.
La base de nuestra labor misionera se encuentra en el mandato de Jesús registrado en Mateo y Hechos:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (Mateo 28:19, 20)
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
La tarea misionera de un cristiano no es una actividad opcional. La misión de Jesús es esencial; es el componente central de nuestro llamado. El impacto que hagamos [en la vida de] aquellos que nos rodean trascenderá hasta los confines de la tierra si estamos comprometidos con la gran comisión de servir, amar y vivir el estilo de vida del Gran Mandamiento. El mandamiento de hacer discípulos es para todo creyente —debemos ir (a los que están cercanos y lejanos) y apoyar a otros que van. ¿Cómo no ir cuando “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”? (Romanos 5:5)
A veces, intercambiamos nuestro ir por apoyar a aquellos que van, y perdemos la bendición de ver vidas transformadas en nuestro contexto más cercano. ¡Y nos justificamos cuando damos de nuestras finanzas para que otros vayan! [La hermana] Alva Wilson siempre decía: “¡Scott, ve! Si el amor no funciona, no intentes nada más”. El amor de Dios, expresado a través de nuestras vidas, obrará en todo contexto de vida, aumentando y edificando el cuerpo de Cristo (Efesios 4:16).
Misión en todas partes: El llamado a enviar y apoyar a misioneros locales y en el extranjero Cuando pensemos en enviar y apoyar misioneros, no consideremos las misiones solamente desde el contexto de tierras lejanas –aldeas remotas en África, ciudades grandes en Asia, México, o las selvas de Sudamérica–o previendo hombres y mujeres valientes que dejan todo atrás para proclamar el evangelio a aquellos que nunca lo han oído. Aunque esto sin duda es parte del llamado misionero de Dios, la gran comisión va más allá de toda frontera. Debemos recordar que el campo misionero también son nuestras comunidades, escuelas y lugares de trabajo. Es importante que abracemos las misiones tanto locales como globales para ser un pueblo comprometido a enviar y apoyar misioneros. Algunos han empleado el término “glocal” para describir el llamado de los creyentes a las misiones. Esta descripción proporciona un contexto local y global, un esfuerzo interdependiente que aborda de manera simultánea las necesidades locales y mundiales.
El llamado a enviar
Pablo preguntó: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:14, 15). La tarea misional es un mandato bíblico, y enviar misioneros es una responsabilidad vital para la iglesia. Muchas iglesias apoyan fielmente a los misioneros en el extranjero a través de la oración, las aportaciones económicas y los viajes misioneros de corto plazo. Pero también esta misma pasión y dedicación debería darse a aquellos que ministran en nuestras comunidades. Ya sea un plantador de iglesias en un centro urbano, un consejero cristiano que trabaja con jóvenes en situación de riesgo o un creyente que se esfuerza por ayudar a un compañero de trabajo o a un vecino que tiene dificultades, estos misioneros locales también necesitan apoyo, aliento y oración tanto como los que sirven en el extranjero.
Misioneros en nuestras comunidades
El panorama cultural está cambiando. [La realidad es que] mucha gente proveniente de naciones no alcanzadas está emigrando a nuestras ciudades y pueblos, trayendo de esa manera el campo misionero a nuestras puertas. Por otra parte, también el secularismo y el pensamiento postcristiano han fomentado una generación poco familiarizada con la verdad bíblica. Jesús les dijo a Sus discípulos: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos” (Mateo 9:37). La necesidad de obreros es tan urgente en nuestras comunidades como lo es en los rincones más remotos del mundo.
De manera que, apoyar a los misioneros locales significa reconocer la labor evangelizadora que realizan los maestros, los profesionales y los trabajadores comunitarios que llevan la luz de Cristo a lugares donde los misioneros tradicionales quizás nunca lleguen. También significa equipar a los creyentes para que entiendan que ellos mismos pueden realizar la obra misionera en sus interacciones diarias. A continuación, algunos consejos prácticos que nos ayudarán a alinear nuestro llamado personal misionero con la misión de Dios.
Formas prácticas de apoyar a los misioneros locales y en el extranjero
1. Vivir misionalmente: Vea su entorno de vida como un campo misionero. Sea intencional en compartir el evangelio en el lugar donde Dios lo coloque.
2. Ore intencionalmente: Comprométase a orar por los misioneros a nivel global y local. Organice grupos de oración que intercedan por los perdidos en su ciudad.
3. Participe en misiones locales: Ayude con los programas de alcance comunitario, sirva de mentor a jóvenes creyentes, o abra las puertas de su casa para prestar hospitalidad y compartir la Palabra.
4. Dé generosamente: El apoyo financiero es esencial para los misioneros a nivel global y local. Considere apoyar a los plantadores de iglesias locales, ministerios de alcance comunitario y los misioneros en los campos universitarios.
5. Anime y equipe: Los misioneros, ya sea en otro país o en su comunidad, necesitan ser animados. Lo puede hacer a través de cartas, envío de paquetes de ayuda o dando palabras de ánimo.
Conclusión
Si no tiene idea de cómo ser un misionero en su comunidad, le invito a descargar la aplicación BLESS en su tableta, dispositivo móvil o computadora. La aplicación estriba en una estrategia reconocida que le permite ver su vecindario en un mapa y también le proporciona una guía para BENDECIR a sus vecinos. Esta estrategia es un enfoque de cinco prácticas para el evangelismo y la oración, fomentando así el amor hacia el prójimo y el llamado misional: iniciar con oración, escuchar atentamente, comer juntos, servir con amor, compartir la historia.
La misión de la estrategia B.L.E.S.S. es ser de bendición para los demás, como dice Génesis 12:1-3. Su objetivo es inspirar a la gente para que sean la iglesia para todos, en todas partes y todos los días.
Le pedí a mi amigo, Dave Ferguson, jefe ejecutivo y presidente de la Conferencia EXPONENTIAL, que escribiera un párrafo final sobre la aplicación BLESS, y dice lo siguiente,
SCOTT GILLUM OBISPO ESTATAL DE FLORIDA
El obispo Scott Gillum ha servido en muchos cargos en el ministerio a tiempo completo durante 44 años. Actualmente sirve como presidente del Comité de Finanzas y Mayordomía de la Iglesia de Dios de la Profecía. Su vocación ministerial lo ha llevado a Carolina del Norte, Kansas, California, Kentucky, Texas y Florida. La pasión del obispo Gillum es ministrar y equipar a los pastores para que capaciten a los líderes para la vida. Scott y su esposa, Brenda, residen actualmente en Clermont, Florida, donde sirven como pastores de pastores (obispo del estado de Florida). Tienen dos hijos adultos y dos nietos.
La gran comisión dice “Id”, y eso incluye hasta los confines de la tierra. Pero antes de llegar a otros lugares del mundo, debemos atravesar la calle al otro lado. Las Escrituras instruyen a “amar a nuestro prójimo”, y esto nos da a entender claramente que nuestro primer campo misionero está justo al lado, en la oficina adyacente, en la tienda. Las prácticas de B.L.E.S.S. le ofrecen a cada creyente una forma sencilla y poderosa de vivir en la misión cada día. La aplicación (descargable en www.theBLESSapp. com) le ayudará a conocer los nombres de sus vecinos, a registrar sus interacciones con ellos y a amarlos tal como Jesús instruyó. También puede ser utilizada por un creyente que busca vivir su fe o un pastor que desee equipar a su iglesia para que sus miembros lleven a cabo la obra misionera todos
los días. ¡Descárguela hoy y comience a amar a su prójimo de manera intencionada!
Como escribió Dave, la gran comisión no es un llamado en el que escogemos una opción. Nuestro llamado es enviar y apoyar a los que van a las naciones del mundo y al mismo tiempo impactar nuestras propias comunidades. Todo creyente ha sido llamado a ser parte del plan redentor de Dios en el mundo o al otro lado de la calle. La pregunta no es si estamos llamados a las misiones, sino dónde está nuestro campo misionero. Sirvamos, ¡EN LA MISIÓN!
¡Descargue la aplicación y comience a bendecir a otros!
Dave Ferguson es un autor de reconocido prestigio y fundador y pastor principal de la Community Christian Church de Chicago, una comunidad misional en múltiples sitios considerada una de las iglesias más influyentes de Estados Unidos. Dave es también el visionario del movimiento internacional de plantación de iglesias NewThing y presidente de la Conferencia Exponential.
DAVE FERGUSON
FUNDADOR Y PASTOR PRINCIPAL DE LA COMMUNITY CHRISTIAN CHURCH DE CHICAGO
GET IT ON
Misioneros tradicionales en una era digital
¡La Internet está en todas partes! Pero recientemente mi casa sufrió un apagón causado por una excavación inadecuada que la compañía local de servicios públicos realizó en el área. Mi esposo, y más de treinta vecinos que trabajan desde casa, tuvo que utilizar una cobertura inalámbrica en su teléfono para suministrar acceso a Internet a su computadora portátil para poder trabajar. Por otro lado, mi hijo (que asiste a la universidad en persona pero que tiene que entregar trabajos escritos, hacer investigaciones, rellenar formularios y leer materiales en línea) se vio obligado a frecuentar la biblioteca de la universidad para tener acceso a Internet. Mi esposo y yo tuvimos que recurrir a programas pregrabados en DVD porque las programaciones actuales no estaban disponibles por la falta de servicio. Tampoco había acceso a Facebook ni se podía buscar información en Google. Luego de una semana de espera, nos dimos por vencidos y cambiamos de proveedor para volver a conectarnos con el resto del mundo. El hombre que hizo la instalación nos comentó que su empresa estaba recibiendo ayudas del gobierno para suministrar servicios de Internet a las zonas rurales, así que dentro de poco, esas zonas serán tan dependientes como nosotros.
Pero lo crea o no, todavía hay gente en el mundo que no tiene acceso a Internet. Muchos de nosotros leemos las Escrituras en una aplicación de la Biblia cuando el pastor predica su sermón dominical, pero hay personas en el mundo que ni tan siquiera tienen una copia en papel de la Palabra de Dios que puedan leer. [La asociación de] Wycliffe Bible Translators (https://www.wycliffe.org/about) dice
que “la Biblia es uno de los libros más antiguos y populares de todos los tiempos”. Ellos sostienen que la Palabra de Dios fue escrita para todos, por lo tanto, “todos deberían poder entenderla en su propia lengua”. Así que, envían misioneros a las pequeñas aldeas en los lugares más remotos del mundo para que vivan entre las tribus y aprendan sus lenguas. Ellos creen que el primer idioma que aprende una persona es el “idioma del corazón”, y que Dios habla a las personas en el idioma en el que piensan y en el que oran. Aunque han traducido la Biblia a cientos de idiomas, afirman lo siguiente: “Continuaremos trabajando para que todas las personas –que hablan más de 7,000 idiomas en todo el mundo– puedan tener la Biblia en los formatos e idiomas que mejor entiendan”. Actualmente, la Iglesia de Dios de la Profecía está trabajando en la traducción de materiales a 139 idiomas que hablan sus miembros [alrededor del mundo]. Esta es una misión de enormes proporciones, pero muy necesaria.
Sin embargo, piense por un momento en algunas razones por las que la iglesia aún necesita misioneros en esta era digital. Recuerdo un viaje misionero que realicé a Grecia y a Bulgaria cuando tenía 29 años. Mucha gente en Grecia habla inglés, así que el idioma no era un gran problema. Pero cuando llegué a Bulgaria me hospedé por cinco noches en la casa de una familia (padre, madre e hija adolescente). La joven me compartió que había cursado un año de inglés en una escuela búlgara. Ella me ayudó a decir algunas palabras en búlgaro. Me propuse escribir las palabras como las escuchaba y a repetirlas una y otra vez, pero
De los bancos de la iglesia hacia el campo misionero: Cómo las iglesias pueden ayudar a los misioneros
Por más de un siglo, la Iglesia de Dios de la Profecía ha llevado la antorcha de las misiones, enviando obreros a los campos de cosecha y alcanzando a los perdidos alrededor del mundo. Desde sus inicios, los esfuerzos misioneros han sido parte de nuestro movimiento, impulsados por la gran comisión y la profunda creencia de que todo creyente tiene un papel [que desempeñar] en el plan de Dios. Sin embargo, la misión no es solo la tarea de aquellos que van: es el llamado de toda la iglesia.
La pregunta es: ¿Cómo pueden las congregaciones locales apoyar verdaderamente a los misioneros?
¿Cómo podemos cultivar una cultura en la que el apoyo misionero no sea una mención de última hora, sino una parte central de la vida de la iglesia?
La respuesta la encontramos en tres áreas importantes: oración, comunicación e inversión financiera.
1. Establecer una red de oración sólida
La base de todo esfuerzo misionero es la oración. Antes de recaudar fondos o planificar viajes, primero se deben librar y ganar las batallas espirituales a través de la intercesión. Una iglesia con una mentalidad misionera sólida es una que tiene como prioridad la oración por aquellos que están en el campo.
Cómo pueden las iglesias crear una red de oración:
• Adoptar un misionero – Asigne a cada grupo pequeño, clase de escuela dominical o equipo ministerial un misionero por el cual orar regularmente.
• Enfoque mensual de intercesión misionera –Dedique un domingo al mes para destacar un misionero o campo misionero específico, y comparta noticias y necesidades específicas de oración.
• Equipos de intercesión – Forme grupos de oración
que se dediquen específicamente a interceder por los misioneros, sus familias y los pueblos a los que sirven.
• Reuniones de oración virtuales – Utilice la tecnología para organizar reuniones de oración en línea en las que los miembros puedan escuchar directamente a los misioneros y orar en tiempo real.
La oración no solo fortalece a los misioneros, también profundiza la conexión personal de la congregación con la obra que llevan a cabo. Cuando la iglesia ora, ella participa de las victorias y los desafíos del campo misionero.
2. Fortalecer la comunicación y la conexión
Una de las luchas más grandes que enfrentan los misioneros es sentirse desconectados de sus iglesias locales. Pueden estar a miles de kilómetros de distancia, sin embargo, con la tecnología de hoy en día, hay más oportunidades que nunca para mantenernos conectados. La comunicación debe ser una prioridad para las iglesias.
Estrategias prácticas de comunicación:
• Enfoque misionero – Comparta noticias en los boletines de la iglesia, en las redes sociales y en los cultos para que la congregación esté informada y continúe su compromiso.
• Mensajes de video – Pida a los misioneros que envíen mensajes de video compartiendo testimonios y noticias. Presente los videos durante los cultos o en línea.
• Visitas y llamadas de misioneros – Programe videollamadas en directo durante los cultos para que los misioneros hablen directamente con la congregación.
• Tableros y boletines misioneros – Separe un espacio en la iglesia (físico o digital) dedicado específicamente para noticias del campo misionero.
Cuando las iglesias se mantienen informadas, los misioneros se sienten apoyados, y las congregaciones
siguen apasionadas por la obra que Dios está haciendo en el mundo.
3. Desarrollar un plan financiero sostenible para las misiones
Apoyar financieramente las misiones es más que recolectar una ofrenda cada año, es crear un sistema sostenible y coherente para invertir en la obra de Dios. Las misiones deben ser parte del ADN financiero de una iglesia, no solamente un énfasis ocasional.
Maneras en que las iglesias pueden contribuir generosamente a las misiones:
• Promesas de fe – Motive a los miembros a hacer promesas de fe para contribuir a las misiones, más allá de los diezmos y las ofrendas regulares.
• Recaudación de fondos creativa – Organizar eventos pro-misiones, tales como cenas benéficas, subastas o proyectos especiales que impulsen las misiones y recauden fondos.
• Apoyar viajes misioneros de corto plazo – Ofrecer ayuda financiera a miembros para que participen en viajes misioneros, y vean de primera mano el alcance mundial.
Cuando la dádiva financiera se convierte en un valor central de la iglesia, las misiones florecen y el evangelio continúa siendo difundido.
Una herencia misionera: un futuro de oportunidades
La Iglesia de Dios de la Profecía cuenta con una rica historia misionera. Desde sus inicios, envió misioneros con poco más que un llamado y una pasión para el impacto global que vemos hoy en día. Esta herencia no es solo algo para celebrar, sino que debe continuar. Todas las iglesias, independientemente del tamaño, pueden contribuir para ayudar a equipar, enviar y apoyar a los misioneros.
El llamado es claro: Debemos orar. Debemos conectarnos. Debemos contribuir.
Cuando las iglesias apoyan a los misioneros, colaboran con Dios en Su gran misión. Salen de las bancas hacia los campos y hacen discípulos de todas las naciones.
¿Abrazará su iglesia este desafío? El campo misionero está esperando.
LA MESA DEL PASTOR
Bienvenido a La mesa del pastor, un lugar donde los líderes del ministerio se reúnen para compartir [palabras de] sabiduría, ánimo y visión práctica. Así como en una mesa se comparten alimentos y se desarrollan conversaciones importantes, esta columna es un espacio para que los pastores reflexionen, aprendan y sean fortalecidos en su llamado. Cada mes, exploraremos temas importantes—consejos prácticos, consejería, familia, liderazgo y más— con el objetivo de proporcionar herramientas para equipar y apoyar a aquellos que pastorean al pueblo de Dios. Así que, tome asiento, y caminemos juntos en el ministerio.
EL SANADOR HERIDO:
Navegando a través de los desafíos de la salud mental en el ministerio (Parte 1)
El llamado al ministerio sigue siendo uno de los más altos honores y una de las tareas más desafiantes que uno puede recibir. Para muchos, no es solo un trabajo, sino una vocación de por vida que le da forma a nuestra identidad, valores y relaciones. Los ministros, en específico los pastores, suelen pasar horas despiertos meditando y buscando maneras para ayudar a aquellos a quienes sirven. Las funciones y responsabilidades de la pastoral son únicas e integrales, y nos requieren estar presente en la vida de las personas a las que servimos a lo largo de sus vidas.
El trabajo pastoral consiste en dedicar bebés, bautizar nuevos convertidos, celebrar servicios fúnebres, negociar contratos, gestionar presupuestos limitados, supervisar a un ejército de voluntarios y, si tenemos la bendición, dirigir también a algunos miembros del personal que reciben compensación. En adición, preparamos y predicamos innumerables sermones, estudiamos las Escrituras para la enseñanza diaria, y también hacemos función de carpinteros y plomeros cuando algo se rompe en la iglesia. En muchos sentidos, se espera que el pastor sea un experto en todas las cosas. Estas distintas responsabilidades pueden ser abrumadoras, pero en última instancia, nos recordamos a nosotros mismos de que “todo es parte de nuestro trabajo”, incluyendo nuestra familia que también podría estar lidiando con sus propios desafíos y necesitan nuestra atención.
Henri Nouwen, en su clásico libro “El sanador herido”, dice que no podemos “eliminar el sufrimiento sin haber pasado por ello”. Esta afirmación tiene mucha verdad y también plantea importantes interrogantes sobre el sufrimiento que experimentan los pastores al lidiar con el dolor de los demás. El cuidado pastoral implica tener que conocer las luchas y los traumatismos de los congregantes, lo cual repercute en el bienestar mental y emocional de los ministros. Al hablar con otros médicos clínicos, ejecutivos, educadores y administradores que apoyan a personas afectadas por el traumatismo, existe una creciente preocupación por los efectos duraderos en la mente, el cuerpo y el espíritu de aquellos que
cuidan a personas con experiencias traumáticas.
El [síndrome de] desgaste ocupacional es caracterizado por un agotamiento de la energía, a menudo acompañado de agotamiento físico y psicológico. Los pastores que experimentan el síndrome de desgaste pueden sentir vergüenza de buscar ayuda por temor a ser acusados como poco espirituales, faltos de fuerzas o raquíticos de oración. Peor aún, podían temer que se les tache de descarriados. La imagen pública que aparenta que “todo está bien” esconde la angustia que podrían estar sufriendo los pastores, contribuyendo a lo que el Cirujano General [de los EUA] se refiere como una epidemia de soledad y aislamiento.
Esta soledad puede agravarse por las expectativas puestas sobre los pastores de mantener siempre una imagen de autocontrol y firmeza. Se nos considera líderes espirituales que debemos tener todas las respuestas, lo cual nos lleva a un sentimiento de aislamiento cuando nos enfrentamos a nuestros propios problemas. Muchos pastores creen que no pueden compartir sus vulnerabilidades, y esto los lleva a una presión interiorizada que solo agrava su angustia. Este aislamiento puede conducir a una espiral descendente, dificultando aún más la búsqueda de apoyo. Cuando los pastores experimentan soledad y aislamiento, a menudo disminuye su productividad, incluida la pérdida de imaginación para predicar sermones poderosos e impartir enseñanzas relevantes que cambien la vida de las personas. Los pastores que tienen problemas de salud mental no pueden manifestar el fluir de la unción ni rendir el máximo.
Otro término igualmente importante, aunque menos común que el anterior, es la fatiga por compasión Esto ocurre a personas que cuidan a pacientes que sufren agotamiento emocional. Es un [síndrome] que se produce por el peso del sufrimiento de otros. Esto pudo haber sido lo que experimentó Jesús, como registra el Evangelio de Mateo 9:36: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. También
OBISPO ROGER BALL | NUEVA YORK, NUEVA YORK
lloró por Jerusalén al ver el sufrimiento que padecerían. La fatiga por compasión trasciende la empatía; es más profunda que la simpatía. En el [campo de la] resolución de trauma, lo llamamos acoplamiento neural. La ciencia emergente indica que el cerebro del cuidador a menudo tiene dificultades para distinguir entre sus propias experiencias y las de la persona que recibe el cuidado. Esta conexión significa que la carga emocional de otros puede tener un peso mayor sobre el cuidador, provocando sentimientos de impotencia y desesperación.
Para aquellos que creen que son inmunes al desgaste ocupacional, la fatiga por compasión o el trauma vicario o secundario, Rachel Remen señala: “La expectativa de que podemos estar inmersos en el sufrimiento y la pérdida diariamente y no ser tocados por ella es tan poco realista como esperar poder [sic] caminar a través del agua sin mojarnos. Este tipo de negación no es poca cosa”. La perspectiva de Remen recalca la importancia de reconocer nuestras respuestas emocionales ante el sufrimiento de los demás.
En la segunda columna de esta serie de tres partes, exploraremos formas en que los pastores pueden practicar el autocuidado. Ello incluirá el énfasis en la importancia de alcanzar a otros, comprender las limitaciones de sus funciones y responsabilidades, y reconocer la necesidad de buscar apoyo en lugar de sufrir en silencio. Los pastores deben saber que es aceptable no tener todas las respuestas y que la vulnerabilidad puede ser una fuente de fortaleza. Crear una red de apoyo entre colegas puede ayudar a mitigar el aislamiento en el ministerio.
La tercera y última columna motivará a las iglesias locales a desarrollar una teología del cuidado pastoral saludable y simbiótica. Esta teología no solo debe reconocer la naturaleza sacrificada del trabajo pastoral, sino también priorizar el bienestar de aquellos que son llamados a servir.
De manera que, al fomentar un entorno de comunicación abierta y apoyo, las iglesias pueden crear una cultura en la que los pastores se sientan apoyados para buscar ayuda sin miedo al estigma. La creación de grupos de apoyo, la disponibilidad de recursos de salud mental y los consejos de prácticas de autocuidado pueden ayudar a mitigar la carga emocional del ministerio. Por último, la salud del pastor está intrínsecamente ligada a la salud de la congregación, por lo tanto, es esencial que ambos crezcan juntos.
1 Grupo Barna. Diversos informes sobre la salud mental y el bienestar del clero.
2 Nouwen, Henri. The Wounded Healer: Ministry in Contemporary Society. New York: Doubleday, 1979.
3 Remen, Rachel Naomi. Kitchen Table Wisdom: Stories That Heal New York: Riverhead Books, 1996.
CONVENCIONES EN NORTEAMÉRICA 2025
NEVADA
16-17 de mayo de 2025
La revitalización de la iglesia de Dios
4780 Patterson Ave
Las Vegas, NV 89104
José Rivera
NUEVO MÉXICO
20 y 21 de junio de 2025
La revitalización de la iglesia de Dios
300 56th ST NW Albuquerque, NM 87105
José Rivera
VIRGINIA
26-28 de junio de 2025
Impacto: En la misión
Tree of Life Church
2812 Greenview Dr. Lynchburg, VA 24502
Joshua Lynn
TERRITORIO NOROESTE
26-28 de junio de 2025
Mateo 9:37, 38 “El Señor de la mies"
Victory Chapel
2403 N Maple Ave
Rapid City, SD 57701
Scott Lee
REGIÓN DE LOS GRANDE LAGOS
27-29 de junio de 2025
¡Cosas aun mayores!
Indiana Wesleyan University
4201 S Washington St. Marion, IN 46953
Tim Harper
REGIÓN SURESTE HISPANA
10-12 de julio de 2025
En la misión
Kissimmee, FL
Ebli De La Rosa
TENNESSEE
10-12 de julio de 2025
Empoderados
Peerless Church
3301 Peerless Road NW Cleveland, TN 37312
Paul Holt
REGIÓN DEL MEDIO OESTE
11-13 de julio de 2025
En la misión de cumplir la Gran Comisión
Kearney, NE
Jesús Yáñez
REGIÓN NORESTE (ANGLÓFONA)
11-13 de julio de 2025
No es una iglesia ordinaria – En la misión
Albany Marriott
189 Wolf Road
Albany, NY 12205
Leroy Greenaway
Un niño y almuerzosu
Cuando salgo a comer con amigos y familiares, tengo la costumbre de ver lo que hay en sus platos, especialmente si es algo diferente a lo mío. La presentación del platillo, la porción y el olor de la comida atraen mis ojos. De vez en cuando, si es
un amigo conocido, me ofrece un pedacito o si no extiendo mi tenedor a su plato y agarro. Normalmente, en esta situación, no me cuesta corresponder y preguntarle si quiere probar de mi comida. Sin embargo, hay ocasiones en las que tengo mucha
hambre o tengo frente a mí mi comida favorita que ni tan siquiera comparto con las personas que más amo.
La popular historia de Jesús alimentando a una gran multitud se encuentra en varios lugares de los Evangelios. En el relato de Juan 6:1-15 encontramos un detalle importante: la comida que alimentó a miles de personas aquel día era el almuerzo que pertenecía a un niño. A menudo utilizamos esta historia para enseñar a los niños sobre el poder y la importancia de la dádiva. Sin duda, el milagro se produjo como resultado de la obediencia y la respuesta de un niño. Sin embargo, la Biblia es misteriosa y desconocemos los motivos que había en el corazón del niño. ¿Se fijó Andrés en él y le pidió que compartiera su comida? ¿Vio el niño la necesidad y respondió al gran hacedor de milagros que estaba delante de él? No tenemos las respuestas a estas preguntas, pero hay algunas verdades sencillas de esta historia que podemos extraer y enseñarles a los niños.
1. Dar es una bendición. Ese día, miles de personas fueron alimentadas y bendecidas por la dádiva de un niño. Aun si el niño solo hubiera compartido su almuerzo con la persona que estaba a su lado, habría sido una bendición para ella. Nuestra dádiva bendice a otros.
2. Cuando damos nuestra dádiva, la entregamos en las manos de Cristo. El niño de esta historia y los discípulos no tenían idea del resultado que tendría el pequeño almuerzo. Todo lo que sabían era que tenían que llevar el almuerzo a Jesús. Muchas veces cuando damos nuestra dádiva, nos preocupan nuestros propios motivos y también los de aquellos a quienes damos. [Ciertamente] queremos estar seguros de que nuestra dádiva tendrá un buen uso; esto es ser un buen mayordomo, y tiene mérito. Cuando damos de nuestra dádiva a otros, somos las manos de Cristo a través del Espíritu Santo y estamos haciendo provisión para milagro.
3. A veces dar es fácil, y en otras es difícil. Como mencionamos anteriormente, desconocemos los motivos y la actitud del niño en este relato. Es posible que no se le haya sido difícil desprenderse de su almuerzo ese día. O quizás algún adulto que estaba cerca de él vio lo que tenía y lo obligó a compartirlo. O tal vez se preocupó por la situación que veía; pero algo sucedió en su corazón y en su mente que le hizo pensar en lo que podía suceder si tan solo entregaba su almuerzo. ¡Quizá nunca lo sabremos! Pero lo que sí sabemos de nosotros mismos —de los seres humanos— es que a veces damos con gozo, en otras porque nos sentimos obligados y en otras como un acto de obediencia. Las Escrituras nos recuerdan que Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7), así que siempre debemos pedirle al Señor que corrija nuestra actitud cuando tengamos dificultad con entregar nuestra dádiva.
Cuando se nos presenten oportunidades para dar y enseñar a los niños a ser generosos, recordémosles no solo las verdades bíblicas, sino también los pensamientos y sentimientos relacionados con la acción de dar. Ya sea que la dádiva sea algo sencillo o difícil, debemos entregarla en las manos de Cristo y confiar en que será una bendición.
Entregue su vida primeramente a Dios: La clave de la mayordomía bíblica
En 2 Corintios 8, Pablo elogió a los creyentes de Macedonia por su extraordinaria generosidad. En el versículo 5, dice: “…a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios”. Su generosidad fue el resultado de un compromiso más profundo: entregar sus vidas a Dios. Esto resalta un principio fundamental: la mayordomía bíblica no comienza con lo que damos, sino con lo que somos en Cristo.
Entregarnos primeramente a Dios significa ofrecerle plenamente nuestro corazón, mente y alma. [Esta verdad] encarna obediencia al mandato de Jesús en Marcos 12:30: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”. Este acto de entrega reconoce que todo lo que somos y tenemos pertenece a Dios. En otras palabras, transforma la mayordomía de una mera obligación en un acto de adoración gozosa. Desde esta perspectiva, nuestros recursos —ya sea tiempo, influencia, dinero o
habilidades— no son nuestros para controlar, sino dones que Dios nos ha confiado para Su gloria.
Cuando nos rendimos a Dios, nuestra mayordomía refleja fe y gratitud. Los macedonios, aunque estaban en extrema pobreza, dieron generosamente porque sus corazones estaban alineados con los propósitos divinos. Cuando nos rendimos a Dios, confiamos en Su provisión, lo cual nos libera para dar generosamente y administrar fielmente Sus bendiciones.
Cuando nos entregamos primeramente a Dios, la mayordomía fluye de manera natural. Nuestra entrega transforma la forma en cómo manejamos nuestras vidas y recursos, alineándolos con Su voluntad. Además, se convierte en una inversión eterna, que no solo honra a Dios, sino que avanza Su reino. Cuando Dios tiene el primado en nuestras vidas, experimentamos la libertad y el gozo de vivir como como fieles mayordomos de Sus abundantes bendiciones.
CYNTHIA LAWRENCE | MINISTRA Y MIEMBRO DEL COMITÉ DE FINANZAS Y MAYORDOMÍA
ARQUEOLOGÍA BÍBLICA CON UNA CONEXIÓN ESPIRITUAL
Han pasado casi cincuenta años desde que por primera vez conocí lo que era la arqueología bíblica. Recién cumplía mis trece años cuando mi tío abuelo, el obispo Omer C. Lawson, llegó a nuestra iglesia local con unas diapositivas, un proyector (oh, sí) y una sábana para colgar en la pared como pantalla. Poco sabía que aquella noche me cambiaría para siempre y encendería una llama en mi corazón que ardería por el resto de mi vida. Las diapositivas eran sobre un viaje reciente que mi tío había hecho a Tierra Santa. Lo menos que puedo decir es que estaba fascinado. Mientras él pulsaba el proyector para pasar de una diapositiva a otra en la pantalla improvisada, yo estaba atónito ante el descubrimiento en Tierra Santa. Los lugares sobre los cuales había leído y oído hablar de repente se tornaron reales y tangibles, tales como el monte del templo, el huerto de Getsemaní, el monte de los Olivos y el mar de Galilea. Eran lugares que Jesús visitó, ¡y ahora yo también quería visitarlos!
Pero pasaron cerca de veinte años antes de que hiciera el primero de muchos viajes a Israel (Tierra Santa) para estudiar por mí mismo su historia y cultura bíblica. En la actualidad, visito las iglesias y muestro mis “diapositivas” con la esperanza de iluminar a otros acerca del impactante conocimiento que es evidente a primera vista en las Escrituras. Este es realmente el corazón de la arqueología bíblica: descubrir el pasado para ayudarnos a ver la Biblia a través del lente de su contexto histórico distintivo. A veces la arqueología desentierra algo más que artefactos; en ocasiones revela luz espiritual de una forma tangible y metafórica. Un ejemplo de esto son las impactantes enseñanzas espirituales que podemos extraer de la antigua lámpara de aceite.
La naturaleza misma de Jesús, el Mesías, revelada en la antigua lámpara de aceite
En Isaías 42:3, citado en Mateo 12:20, el profeta dice del Mesías: “…ni apagará el pábilo que humeare...”
Pero, ¿qué significa esta frase?
En la antigüedad, las mechas de las lámparas de barro eran de lino. La mecha se colocaba en la parte frontal de la lámpara para que se pudiera encender fácilmente. Cuando la llama se comenzaba a apagar y quedaba solo una pequeña chispa, la mecha empezaba a humear. Ahora, imagínese a Jesús, el Mesías, caminando junto a esta lámpara. ¿Se acercaría y la apagaría, o soplaría la llama para que reviviera? Mateo 3:12 dice que “…su aventador está en su mano”. El “pábilo que humeare” se refiere a la naturaleza bondadosa y compasiva del Mesías.
Estoy seguro de que Jesús muchas veces pasó por mi lado y vio que mi luz era tenue y solo me quedaba una chispa. Pero en Su misericordia, no me dijo que era indigno ni se acercó y me apagó; sino más bien, a través de Su Espíritu Santo, sopló la llama dentro de mí y la hizo revivir.
Él es la luz, y nosotros somos la luz del mundo
Hay un título especial que Jesús se adjudicó a Sí mismo y a Sus seguidores.
En Juan 8:12, Jesús declaró: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Luego, en Mateo 5:14, dijo de Sus seguidores: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.
Los que escucharon a Jesús no asociaron la luz con lámparas modernas o farolas. Como mencionamos anteriormente, la luz en la época de Cristo eran lámparas de aceite hechas de barro.
En el primer siglo y antes, la mayoría de las lámparas de aceite que se utilizaban en los hogares eran pequeñas y podían llevarse en la mano o colocarse en una repisa o en un rincón. La imagen a continuación es una representación de una lámpara más antigua, de alrededor del año 1,000 a.C., cerca de la época del rey David. La utilizo [como ejemplo] porque los elementos importantes de su existencia y uso son visibles.
Un estudio de estos elementos revela lo siguiente:
• Las lámparas eran hechas de barro (tierra), y nosotros también. Fuimos creados del polvo (barro) de la tierra. Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra…”
• Las lámparas fueron hechas a mano, y nosotros también. El hombre fue formado por las mismas manos de Dios (Génesis 2:7).
• En su interior se colocaba una mecha de lino (luz). El espíritu dentro de nosotros es la luz del Señor. Proverbios 20:27 dice: “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre”.
• El aceite de oliva era utilizado como combustible, y era absorbido por la mecha. Cuando el Espíritu Santo (simbolizado por el aceite) es derramado sobre nuestros cuerpos (Su templo), nuestro espíritu es bautizado (sumergido) en ÉL. El aceite de la unción es usado en las Escrituras como una metáfora del Espíritu Santo. El vocablo hebreo para mesías (mashiach) significa “ungido”. Jesús proclamó que Él era el Mesías, diciendo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4:18).
• Por último, la lámpara de barro debía tener un encendedor, algo que encendiera la mecha empapada de aceite. Para el cristiano, el encendedor es la Palabra de Dios. Jeremías 23:29 dice: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” El Salmo 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. El profeta Jeremías proclama: “…tus palabras arden dentro de mí; ¡son un fuego que me quema hasta los huesos!” (Jeremías 20:9).
Oración: Señor, haz que tu Palabra encienda un fuego dentro de mí. Enciende la mecha de mi alma [que ha sido] bautizada con el aceite del Espíritu Santo para que, por tu poder, también pueda ser una luz para el mundo, una luz de amor y de verdad. Amén.
PERSPECTIVA PENTECOSTAL
No descuide los dones
No tenía un trasfondo pentecostal, pero el don de profecía cambió mi vida.
Recién comenzaba a asistir a la iglesia en mi comunidad cuando se llevó a cabo una conferencia de adoración para mujeres de un día con [los hermanos] David y Rita Baroni. [Recuerdo] que al finalizar el servicio, se hizo un llamado al altar y nuestro pastor principal comenzó a imponer manos y a orar por cada persona. Recuerdo que mientras oraba hablaba palabras de revelación divina. No eran sus propias palabras; ¡era Dios hablando por medio de él a la persona por quien oraba!
A menudo, como pentecostales, no le damos mucha importancia a este don. Pero allí, en esa conferencia, estaba una pentecostal recién convertida, viendo como Dios le hablaba a mi pastor acerca de Su rebaño. La evidencia de esta relación entre el Espíritu Santo y el pueblo de Dios me tocó mientras estaba de arrodillas en el altar.
Seguido, el pastor se acercó hacia donde yo estaba, pero no dijo mucho; solo se comenzó a reír y me dijo: “No tengo mucho que decirte; solo que Dios está complacido contigo”. Luego se
retiró, pero continuó riéndose, entonces me comencé a reír... casi de manera incontrolable. Me sobrecogió un gozo apacible acompañado de una revelación que me mostraba que el Dios de la creación se deleitaba en mí. Fue en ese momento que probablemente tuve mi primer encuentro pentecostal cuando fui “llena del Espíritu”. Nunca había experimentado algo semejante —“caer al suelo” por el Espíritu—, pero sin duda, es algo que jamás olvidaré.
Siete años más tarde, aquí sigo aprendiendo cómo crecer en este don profético —la recepción de la palabra profética junto con su interpretación, discernimiento y entrega de la palabra. De alguna manera, el Rey de gloria me dio este don para fortalecer y edificar a aquellos que me rodean. Él ha puesto personas en mi vida que me han ayudado a crecer y a nutrir este don. Soy nueva en el llamado de Dios, así que me siento identificada con la “lucha” que acompaña a este don profético. Tal vez usted también posee este don y compartimos pensamientos como estos: “¿Vino eso realmente de Dios?”. O, “¿fue eso lo que Dios dijo realmente?”. La frase “el diablo no tiene trucos nuevos” nunca podría ser más acertada porque siempre ha intentado robar la Palabra de Dios desde el principio de los tiempos, y sigue haciéndolo.
Desde la primera página de la Palabra de Dios hasta la última, vemos la importancia de la profecía y por qué sigue siendo vital para el crecimiento de la iglesia hoy en día.
El apóstol Pablo animó a Timoteo, su hijo espiritual y colaborador, a ser firme en la enseñanza de la verdad del evangelio por encima de su edad y experiencia. Pablo le dijo: “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio” (1 Timoteo 4:14, énfasis añadido).
Más adelante, mientras Pablo se encontraba preso esperando una muerte inminente, le escribió la última carta a Timoteo, diciendo, “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:6, 7, énfasis añadido). En la versión BLPH dice: “Por eso, te recuerdo el deber de reavivar el don que Dios te otorgó cuando impuse mis manos sobre ti” (v. 6).
Pablo animó a Timoteo, al inicio de su ministerio, a no descuidar el don que había recibido a través de la profecía. Esta palabra profética quizás le fue dada durante su servicio especial de ordenación ministerial, o le fue dada para aferrarse cuando le llegaran los tiempos difíciles. También pudo haber sido una palabra de esperanza y aliento que lo ayudara a permanecer firme aun cuando hubiese falsos profetas en medio de la congregación. Pudo haber sido una palabra de parte de Dios alentándolo a permanecer en el camino a pesar de su edad o experiencia. Sin duda, esa palabra profética lo ayudó a mantenerse firme, aun después de que su padre espiritual fuera ejecutado por compartir el mismo “mensaje” que él predicaba. Pablo, en sus palabras finales, le recordó a Timoteo que avivara el don de Dios en su vida para que el fuego no se apagara. El don de profecía le impartió vida al ministerio de la iglesia primitiva.
En carta a la iglesia de Corinto, una congregación nueva y celosa pero espiritualmente inmadura, Pablo les habló sobre la profecía y el orden bíblico, diciendo, “Seguid el amor;
y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis” (1 Corintios 14:1, énfasis añadido).
Estas palabras aplican a la iglesia actual. Tal vez, usted como yo, se identifica con Timoteo, y está experimentando un fuego que arde en sus huesos y siente la urgencia de proclamar lo que Dios está diciendo. Sin duda, hay un remanente que quiere escuchar y recibir el mensaje. Por nada pretendo saberlo todo, pero quizá mi experiencia le imparta valor para que pueda liberar el mensaje del Señor a su comunidad. Si pudiera haberme dado algunos consejos hace varios años con respecto a avivar el don de profecía, sería algo como estos:
1. Recuerda la promesa de Juan 10:27 que dice que eres una oveja [del rebaño] de Dios, y oyes su voz.
2. Dedica tiempo en la presencia de Dios. No puedes oírlo si no dedicas el tiempo.
3. Cuando recibas una palabra profética, pide confirmación.
4. Pregúntale a Dios cuándo debes comunicar esa palabra profética.
5. Dios no siempre habla a través del viento, el terremoto o el fuego. Debes estar atento siempre para escuchar los susurros de Dios.
A medida que nos vamos desarrollando en el ministerio, [sin duda], nos “vamos a equivocar” en algún momento, pero Dios lo sabe y nos ha concedido Su gracia. No deje que el temor a “no hacerlo bien” le impida animar y edificar al cuerpo. Como Pablo le dijera a Timoteo, Dios no nos ha dado un espíritu de temor o cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. Una sola palabra puede cambiar las cosas cuando viene de Dios. Yo soy un ejemplo vivo de ello. Fue la palabra profética que despertó al valle de huesos secos en Ezequiel 37. Fue la profecía y los dones del Espíritu los que me sacaron de una religión superficial a una verdadera relación con el Padre.
Ciertamente, la profecía sigue vigente para estos tiempos y los venideros. Una palabra de parte del Señor puede revivir a un ejército y despertar a una nación. No descuide el don que Dios ha depositado en su vida. ALLYSON LEHMAN
SYLVANUS OKONGO
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 43 años
ELIJAH O ONUNGA
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 29 años
FRANCIS O ONYANGO
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 25 años
SAMUEL O OSANO
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 23 años
DALMAS O OSUJU
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 41 años
JOHN O OWITI
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 37 años
MAURICE S RACHIER
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 26 años
GILBERT A WABWAYA
Kenia
Reportado el 27 de enero de 2025
Ministro licenciado por 26 años
FREDDIE J OLIVER
EUA - Alabama
13 de diciembre de 2024
Ministro licenciado por 59 años
WINFORD GRAHAM
EUA - Florida
1 de enero de 2025
Ministro licenciado por 50 años
DOROTHY M KNOWLES
EUA - Florida
1 de febrero de 2025
Ministra licenciada por 20 años
WALTER S SMITH
EUA - Florida
11 de diciembre de 2024
Ministro licenciado por 74 años
ETHEL E WILLIAMS
EUA - Florida
2 de enero de 2025
Ministro licenciado por 25 años
JAMES E BRIDGES
EUA - Georgia
1 de octubre de 2015
Ministro licenciado por 26 años
RALPH L LAIRSEY
EUA - Georgia
6 de diciembre de 2023
Ministro licenciado por 45 años
JAMES WENDELL LOWE
EUA - Georgia
10 de enero de 2025
Ministro licenciado por 70 años
W. E. MORGAN
EUA - Georgia
25 de diciembre de 2025
Ministro licenciado por 47 años
KENNETH P MURPHY
EUA - Georgia
17 de enero de 2025
Ministro licenciado por 72 años
DELBERT GRAY
EUA - Kentucky
14 de enero de 2025
Ministro licenciado por 71 años
WAYNE L NAPPER
EUA - Kentucky
5 de enero de 2025
Ministro licenciado por 56 años
JIMMY D DICKERSON
EUA - Carolina del Norte
24 de febrero de 2025
Ministro licenciado por 48 años
ROSE M CONNER
EUA - Oklahoma
21 de enero de 2025
Ministra licenciada por 33 años
ROBERT G HILE, HIJO
EUA - Pensilvania
12 de febrero de 2025
Ministro licenciado por 15 años
RONALD E ROUDEBUSH, PADRE
EUA - Pensilvania
14 de febrero de 2025
Ministro licenciado por 47 años
MARTHA WALKER
EUA - Carolina del Sur
22 de octubre de 2012
Ministra licenciada por 53 años
CHARLOTTE R GILLESPIE
EUA - Tennessee
15 de enero de 2025
Ministra licenciada por 46 años
HERBERT A YOUNG
EUA - Tennessee
17 de diciembre de 2024
Ministro licenciado por 46 años
JOHN A KROON
EUA - Texas
3 de julio de 2021
Ministro licenciado por 73 años
JERRY D PHILLIPS
EUA - Virginia
28 de febrero de 2017
Ministro licenciado por 18 años
Iglesia de Dios de la Profecía
NUEVAS IGLESIAS ORGANIZADAS
¡La Iglesia de Dios de la Profecía sigue avanzando! Iglesias nuevas reportadas el 1 de marzo del año en curso.
EUA – ARIZONA
EUA – NUEVA JERSEY
IDP Unidos para Vencer
Pastor: Sergio Meza Cardona 16 de febrero de 2025
IDP Enciende Una Luz
Pastor: Marvin O. Menjivar Mejía 28 de diciembre de 2025
IDP Ministerio Restaurando Vidas
Pastor: Eduardo A. Ponce 8 de febrero de 2025
MINISTERIO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
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