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Misioneros tradicionales en una era digital
¡La Internet está en todas partes! Pero recientemente mi casa sufrió un apagón causado por una excavación inadecuada que la compañía local de servicios públicos realizó en el área. Mi esposo, y más de treinta vecinos que trabajan desde casa, tuvo que utilizar una cobertura inalámbrica en su teléfono para suministrar acceso a Internet a su computadora portátil para poder trabajar. Por otro lado, mi hijo (que asiste a la universidad en persona pero que tiene que entregar trabajos escritos, hacer investigaciones, rellenar formularios y leer materiales en línea) se vio obligado a frecuentar la biblioteca de la universidad para tener acceso a Internet. Mi esposo y yo tuvimos que recurrir a programas pregrabados en DVD porque las programaciones actuales no estaban disponibles por la falta de servicio. Tampoco había acceso a Facebook ni se podía buscar información en Google. Luego de una semana de espera, nos dimos por vencidos y cambiamos de proveedor para volver a conectarnos con el resto del mundo. El hombre que hizo la instalación nos comentó que su empresa estaba recibiendo ayudas del gobierno para suministrar servicios de Internet a las zonas rurales, así que dentro de poco, esas zonas serán tan dependientes como nosotros.
Pero lo crea o no, todavía hay gente en el mundo que no tiene acceso a Internet. Muchos de nosotros leemos las Escrituras en una aplicación de la Biblia cuando el pastor predica su sermón dominical, pero hay personas en el mundo que ni tan siquiera tienen una copia en papel de la Palabra de Dios que puedan leer. [La asociación de] Wycliffe Bible Translators (https://www.wycliffe.org/about) dice que “la Biblia es uno de los libros más antiguos y populares de todos los tiempos”. Ellos sostienen que la Palabra de Dios fue escrita para todos, por lo tanto, “todos deberían poder entenderla en su propia lengua”. Así que, envían misioneros a las pequeñas aldeas en los lugares más remotos del mundo para que vivan entre las tribus y aprendan sus lenguas. Ellos creen que el primer idioma que aprende una persona es el “idioma del corazón”, y que Dios habla a las personas en el idioma en el que piensan y en el que oran. Aunque han traducido la Biblia a cientos de idiomas, afirman lo siguiente: “Continuaremos trabajando para que todas las personas –que hablan más de 7,000 idiomas en todo el mundo– puedan tener la Biblia en los formatos e idiomas que mejor entiendan”. Actualmente, la Iglesia de Dios de la Profecía está trabajando en la traducción de materiales a 139 idiomas que hablan sus miembros [alrededor del mundo]. Esta es una misión de enormes proporciones, pero muy necesaria.
Sin embargo, piense por un momento en algunas razones por las que la iglesia aún necesita misioneros en esta era digital. Recuerdo un viaje misionero que realicé a Grecia y a Bulgaria cuando tenía 29 años. Mucha gente en Grecia habla inglés, así que el idioma no era un gran problema. Pero cuando llegué a Bulgaria me hospedé por cinco noches en la casa de una familia (padre, madre e hija adolescente). La joven me compartió que había cursado un año de inglés en una escuela búlgara. Ella me ayudó a decir algunas palabras en búlgaro. Me propuse escribir las palabras como las escuchaba y a repetirlas una y otra vez, pero también le enseñé a decirlas en inglés para que ella practicara. Ya para el cuarto o quinto día, nos comunicamos bastante bien. Todavía recuerdo, 32 años después, que pronunciar “usmivka” significa “sonrisa”.
Sin embargo, creo que el conocimiento de idiomas es solo una parte de ser misionero. Las palabras que aprendí en Bulgaria no son tan valiosas para mí como las amistades que hice y la presencia del Señor que experimenté mientras estuve con esta familia. ¿Por qué insistió el apóstol Pablo en hacer tres viajes misioneros cuando él era un escritor prolífico que podría haberse quedado en casa y dejar que su pluma hiciera el trabajo? Como miembro del Sanedrín, conocía muy bien las escrituras sobre la venida de Jesús.
Pablo no creyó en Jesús solo por leer acerca de Él; necesitó un encuentro. Jesús se le apareció en el camino por medio de un resplandor de luz del cielo que le rodeó y lo dejó (en ese momento, su nombre era Saulo) ciego y sin palabras. Ahora bien, esta aparición específica no la tendrá toda la gente; pero a veces Jesús lo hará con aquellos que lo han rechazado y necesitan un verdadero encuentro con Él. El presbítero general de Asia, el obispo Tim McCaleb, cuenta que personas de las religiones hindú y budista se convierten al cristianismo cuando ven un milagro de sanidad o algo poderoso. [La Biblia dice que] el Señor utilizó a Pablo de esta manera en varias ocasiones (Hechos 13:8-12; 14:8-10; 16:16-18, 25-28). Su reputación por predicar sobre el único Dios verdadero fue conocida por todos lados y, como resultado, la iglesia primitiva creció.
Los misioneros tienen la oportunidad de crear relaciones con la gente. Cuando una persona se siente segura con otra, comienza a desarrollar confianza y a abrir la puerta para creer. Pablo probablemente hizo viajes misioneros porque entendía que estar con la gente demostraría interés por sus vidas, y ellos podían ver directamente que su predicación era su vida. [Esta relación] hizo que la gente creyera en el testimonio de su encuentro con Jesús. Luego comenzaron a buscar una relación con Él tal como lo hizo Pablo, y compartieron sus encuentros con familiares y amigos, y de esta manera la iglesia siguió creciendo.
Más adelante en su vida, cuando ya no podía viajar, envió cartas a los cristianos que habían conocido a Jesús. Y debido a las relaciones que había establecido con ellos cuando les enseñaba, y la obra de Dios que ellos habían experimentado en sus propias vidas, los creyentes eran lo suficientemente maduros para aceptar la corrección del apóstol a través de sus cartas, aun estando lejos de ellos. [Sin duda alguna], cuando usted y yo dedicamos tiempo a fortalecer relaciones con aquellos a quienes Dios nos ha permitido servir, ellos aprenden de nosotros. Pablo fue ejemplo de una vida centrada en amar a Dios y a su prójimo. Esta es una de las razones por las que se necesitan misioneros en esta era digital, cuando al parecer por medio de la Internet podemos ayudar a difundir la Palabra de Dios a todas partes. En ocasiones, la gente necesita conocer vivencialmente a Jesús. Necesitan saber que Él es real para poder confiarle sus vidas. Entonces, comenzarán a discipular a otros en sus comunidades, trayendo vida y crecimiento a la iglesia.
Por supuesto que “no debemos creer todo lo que leemos en la Internet”. Dios utiliza a personas reales –misioneros– a nivel local y global, para llevar a la gente a un encuentro transformador con el único Dios verdadero sobre quien han leído. También utiliza a misioneros de la vida real para ayudar a las personas a comprometer sus vidas al servicio del único Dios verdadero sobre quien pueden leer. Por último, utiliza a misioneros de la vida real para poner en marcha el ciclo de “discípulos discipulando a discípulos” del único Dios verdadero de quien pueden leer. Todos hemos sido comisionados para ser misioneros (Marcos 16:15), y el plan de Dios es usar a cada uno de nosotros para fortalecer a la iglesia en la fe y ayudar en su crecimiento (Hechos 16:5) en este mundo digital. Claro, usted puede “leer sobre ello” en línea, pero se necesitan personas reales para llevar el evangelio al mundo y hacer discípulos de todas las naciones.