Tiste Orozco: “La construcción naval tiene un componente muy romántico” Nieto del fundador de Astilleros Orozco, Juan Bautista Orozco, Tiste, ha visto crecer el Club Náutico de Altea desde su creación en el año 77. Antiguo monitor de vela, regatista de vela y piloto de motonáutica, actualmente se dedica profesionalmente a la comunicación. Alberga en su memoria todo tipo de recuerdos sobre la gestación del Club y sus primeros años. Es descendiente de uno de los fundadores del Club, ¿qué le llevó a su tío y a su padre a impulsar la creación del CNA? Entiendo que es una pregunta que te deberían contestar ellos… Mi tío, Francisco Orozco, fue el primer presidente del Club Náutico de Altea y junto a mi padre, Salvador, eran los propietarios de Astilleros Orozco. Por aquella época, años 60-70, empezaba a haber bastantes barcos construidos en los Astilleros para gente de Madrid, que tenían Altea como puerto base. Los barcos estaban fondeados amarrados a una boya, y para llegar hasta él, se tenía que ir remando con un bote, atar el bote a la boya e ir con el barco hasta el muelle de los pescadores para que pudieran embarcar los invitados. La creación de un Club Náutico era una necesidad. Desde la infancia recuerdo haber visto por casa dibujos y propuestas. Mi padre fallece bastante joven y es mi tío quien encabeza el proyecto que acaba consolidando el Club en el año 77. ¿Cómo fueron los inicios de Astilleros Orozco? Mi abuelo, Juan Bautista Orozco, se fue a Estados Unidos a aprender construcción naval a
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principio del siglo pasado, vuelve a Altea y se casa con una señora de Benidorm. Más adelante, se va a Cuba y monta su primer Astillero, pero mi abuela decide que no se puede quedar embarazada lejos de su Benidorm querido, y se vuelven a Altea dando paso así a la creación de Astilleros Orozco. Originalmente era un Astillero que construía barcos de pesca, pero cuando sus hijos comienzan a trabajar se empiezan a introducir los barcos de recreo. El Astillero comienza a tomar importancia y llegan a tener casi 100 trabajadores a principio de los años 70 del siglo pasado. ¿Cómo surgió la creación de la famosa Tintorera? Fue un diseño de mi tío y mi padre; creo que fue barco que marcó un antes y un después en la náutica española. Llegó a ser el barco más popular en todos los puertos de España. La Cruz Roja del Mar la utilizaba como barco de rescate, y, de hecho, hoy en día todavía hay algunos puertos donde todavía hay Tintoreras que siguen navegando después de 45 años, porque tiene un casco que aguanta mucho mar duro, y cuando hay temporal, es un barco muy ágil para salir a hacer rescates. Fue de los primeros barcos que se construyó en serie con casco de fibra y vidrio en España. Fue uno de los primeros pasos hacia la popularización de la náutica en nuestro país. ¿Qué recuerdos le inspira rememorar aquellos tiempos? El perfume de la madera. Ver construir un barco, como nace, como crece y finalmente como flota. Era un proceso muy bonito y que tuve la oportunidad de vivir desde muy niño. He visto desde que se pone la quilla y las primeras cuadernas, hasta que el barco se forra y se bota al mar. Recuerdo la satisfacción en la cara de mi padre tras entregar y probar un barco con un nuevo armador feliz.