Telar 51

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Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 15 - Nº 51 - Santiago de Chile - Julio 2012 - Colaboración voluntaria.

La mujer

ante la historia y la fe 1


Se suma a congratulaciones

Felicitaciones a TELAR

TELAR fortaleció antiguas utopías

Apreciado Alfredo: He recibido TELAR, y me agradó ver juntos al P. Avellana, al P. Tobías Martín y al P. Daniel de la Sierra. Este último fue ayudante del Prefecto en mi primer año de postulantado en Medina de Rioseco, Valladolid. Me he puesto a leer, entre otras notas, las cartas de felicitación por el Nº 50. Yo también me sumo a ese reconocimiento. Es muy fácil publicar el primer número, pero luego viene la cuesta arriba. Así que, felicidades y mi agradecimiento. Bueno, pues, vaya mi alegría también por esto. Un abrazo. t

Muy estimado Alfredo: Recibe mis felicitaciones por tantos años de evangelización a través de los testimonios y notas llegadas por medio de TELAR a tantos hogares y que nos fortalecen en nuestra labor misionera. Es propicio el momento para reconocer en cada persona que labora allí el cariño y dedicación con que realizan su labor. Para Uds. nuestra oración y reconocimiento. Quiero además por tu intermedio saludar a Silvia Yermani y felicitarle por el hermoso artículo realizado sobre nuestra Fundación en el número 50 y que refleja claramente el sentido de nuestra labor en beneficio de aquellos que sufren pobreza o necesidad. Saludos cordiales. t

Querido Alfredo: Me has enviado la revista durante tanto tiempo, he reflexionado con ella sobre tantos temas que fuiste desgranando durante 15 años y que me ayudaron tanto a fortalecer las utopías de nuestros años juveniles. Así, no me di ni cuenta de que habías acumulado 50 ediciones a la historia de TELAR. Perdóname si por ello no te hice llegar a tiempo mis congratulaciones. Espero no sea demasiado tarde para hacerlo ahora, y con ello agradecer a los misioneros claretianos, porque su labor evangelizadora a través de TELAR ha sido valiosa semilla lanzada al viento. Estoy segura de que el Señor la ha hecho fructificar en muchas partes. Recibe por ello mi cariñoso agradecimiento. t

Vicente Pecharromán T., cmf Roma

Cartas

Gustavo Sánchez Cruz Presidente Fundación Misioneros Cristo Ayuda Santiago de Chile

Ana María Rodríguez R. Madrid. España

Se reencontró con TELAR Estimado Sr. Editor general: Hace años conocí la revista TELAR, en algunas visitas a la Basílica del Corazón de María, donde podía obtenerla cuando iba a agradecer favores a San Judas Tadeo, ya que llevo su devoción por familia. Después perdí contacto con ella, pero cuando estaba cerrada la iglesia por el terremoto, encontré la revista a disposición junto a la capilla donde se hacían las misas en todo ese tiempo. Me alegré de verla más desarrollada. Pero sobre todo vi que igual que antes entregaba artículos muy interesantes para ayudarnos a ser mejores cristianos como exigen estos tiempos, en que no podemos estar ajenos a los problemas que nos rodean. Hace poco pude conocer la edición sobre los 50 años de la revista, y vi el resumen que Ud. hace sobre una cantidad Telar de temas de gran actualidad y de mucha importancia para Es una publicación de los Misioneros Claretianos los cristianos, que se han tratado en TELAR. Ojalá pueda ubiDirector: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. car algunos que no conocí cuando aparecieron. Editor general: Alfredo Barahona Zuleta Por ahora quiero sumarme a las felicitaciones por las 50 Diseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones Claretianas ediciones que ha alcanzado la revista y rogar al Señor que Zenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - Chile sean muchas más. Muy cordialmente. t F. (56-2) 695 34 15, Fx. (56-2) 695 34 07 Esteban Araneda Sepúlveda E-mail: eccla@eccla.cl · www.eccla.cl San Bernardo 2

CARTAS


Editorial

El mundo, con vista y oídos en Latinoamérica. ¿Para qué? Pocas veces nuestra América latina había estado en los noticieros del mundo como en la segunda mitad de junio. El concierto noticioso comenzó en Los Cabos, México, cuando entre los días 18 y 19 se reunieron jefes de Estado o de Gobierno, gobernadores de bancos centrales y ministros de finanzas del llamado G-20, foro de los 19 mayores países industrializados y emergentes, más la Unión Europea. De allí viajaron a Brasil para sumarse, entre los días 20 y 22, a la denominada Río+20 o Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable. La primera cita fue el séptimo encuentro de las antiguas 8 mayores potencias del mundo desde que, manoteando entre la crisis global del año 2008, sumaron definitivamente a sus foros a 11 nuevos ricos o con pretensiones de serlo, más el bloque europeo. Pero esta vez hubo invitados especiales, como Chile, Colombia y España. Desde su creación en 1999, este club del dinero mundial no ha dejado dudas sobre su óptica y sus intereses. Pero ellos se han hecho más que evidentes en el último lustro, cuando se han remecido los cimientos de la economía “globalizada”; un modelo manejado por la mayor red de capitales jamás vista, que ha copado el orbe y, de una u otra forma, se ha apoderado de las economías locales predicando un nuevo evangelio: aumentar la producción al mayor nivel y con el menor

costo posible, porque sólo así se podrá repartir bienestar a todos y crear sociedades más justas, derrotando la pobreza y nivelando las oportunidades. Con esta prédica en boca se ha destruido el medioambiente hasta dejar a la humanidad cerca del punto sin retorno; han sido depredados los recursos básicos y riquezas naturales de innumerables países, tras privatizarlos en favor de capitales trasnacionales; la brecha entre ricos y pobres se ha profundizado como nunca; los derechos del trabajo se fueron a pique, mientras especulaciones y manejos corruptos a gran escala terminaban sumiendo al sistema en una crisis económica y financiera que ha ido de tumbo en tumbo, sin que asomen signos de una recuperación estable talvez en varias décadas. Por el contrario, las perspectivas son oscuras para todo el mundo, menos para los grandes bancos. Pese a ser éstos unos de los mayores culpables, el sistema no trepida en inyectarles sumas siderales de dinero como supuesto “salvataje”de la estabilidad mundial. Esta vez los multimillonarios en peligro se han reunido en México, dentro de nuestro propio suelo latinoamericano, cuyos grupos más débiles han sido muy duramente golpeados por las sucesivas crisis “globalizadas”. Y las conclusiones de la cita G-20 han hablado ahora de promover un desarrollo realmente sustentable, que respete el medioambiente, luche por erradicar

la pobreza, promueva trabajo digno justamente remunerado, y combata la corrupción y las especulaciones. No son palabras nuevas, que diversos analistas han considerado tibias y poco convincentes. Otro tanto ocurrió con Río+20. El encuentro se realizaba a 20 años de la emblemática Segunda Cumbre de la Tierra, celebrada allí mismo en 1992 para abordar el ya entonces preocupante cambio climático. De allí surgió el Protocolo de Kioto, un compromiso internacional de frenar la contaminación atmosférica. Sus magros resultados en dos décadas son hoy para muchos ecologistas un fracaso rotundo. Pero otra vez han emanado de Río hermosas utopías: “un desarollo sustentable”, una “economía verde”, “el futuro que queremos”… ¿Palabras, sólo palabras? Si así fuera, ¿qué esperanza le queda al mundo de nuestros hijos, si al superpoder actual del dinero sólo le importa lucrar ahora, porque “después de él, el diluvio"? Los cristianos somos seres de fe. Creemos en un Dios Señor de la Historia que no abandona a su criatura predilecta. Pero bien sabemos que “la fe sin obras es fe muerta”, y que no basta con rezar. ¿Qué estamos haciendo, y qué más podemos hacer fuera de lamentarnos? ¿Deberíamos examinarnos y actuar en consecuencia? Tratemos de responder. t Alfredo Barahona Zuleta

Editorial

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Hiroshima-Nagasaki:

El mayor crimen terrorista de la historia El terror atómico se abatió sobre Japón aquellos 6 y 9 de agosto de 1945. El entonces presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, había ordenado apretar desde sendos aviones un botón. Ello bastó para que en minutos murieran de forma terrible 120.000 personas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Otras 210.000 perecerían en los siguientes cinco meses, en medio de atroces sufrimientos. Eran hombres, mujeres y niños inocentes, ciudadanos comunes y corrientes que no tenían culpa alguna en los desvaríos militaristas de sus samurais gobernantes, empecinados en continuar la guerra a pesar del derrumbe estrepitoso de sus aliados alemanes e italianos.

La moral de la conveniencia Los Estados Unidos, que se alzaban ya como el principal triunfador, se habían adelantado a fabricar en secreto las primeras bombas atómicas. 4

Sus altos mandos convinieron en que debían demostrarle al Japón que sería borrado del mapa si seguía resistiendo. A la vez, lavarían la afrenta que el 7 de diciembre de 1941 les infligiera en Pearl Harbor la marina imperial nipona, destruyendo por sorpresa 13 buques de guerra y 188 aviones, y matando a 2.403 militares y 68 civiles norteamericanos. El horror de un posible holocausto atómico era hasta entonces sólo un rumor en ambas líneas de fuego. Nadie sabía si alguien tenía la llave del terror y lo que éste significaba. Harry Truman tuvo una mañana sobre su escritorio la confirmación de que había ganado el “quién vive”; sus primeras bombas estaban listas. Debía decidir si se lanzaban o no. Supo cuánta gente moriría, y de qué forma horrorosa. Dio la orden, y en tres días fueron lanzadas dos bombas atómicas. Aniquilado en forma tan bestial, Japón se rindió de inmediato. La guerra había terminado. El mundo lanzó gritos de orientaciones

Por Alfredo Barahona Zuleta Los días 6 y 9 de agosto se cumplen 67 años desde el doble crimen terrorista más horrendo registrado por la humanidad. Para poner término a la Segunda Guerra Mundial, los líderes de los Estados Unidos de Norteamérica, principal entre las fuerzas aliadas ya al borde del triunfo, dieron sendos golpes de gracia a Japón, única potencia enemiga que aún se negaba a rendirse. Hicieron estallar sobre dos ciudades indefensas las únicas bombas atómicas utilizadas hasta hoy en una guerra. Mataron en pocos minutos a unas 120.000 personas y dejaron heridas a más de 100.000. Fue sólo el comienzo de un horror que con el tiempo acumularía más de 500.000 muertos. El número de heridos nunca se sabrá.


Así se desató el horror sobre Hiroshima

jolgorio. Los fuegos artificiales surcaron los cielos, y los héroes triunfantes fueron alzados en andas. Luego armaron un tribunal internacional que ahorcó a los criminales de guerra enemigos. A los propios los colmaron de honores.

La verdad tiene nombre Muy pocas voces se alzaron entonces en el mundo para condenar el mayor crimen terrorista nunca antes cometido por las autoridades máximas de un Estado contra millares de inocentes. Han pasado 67 años, y nunca en Japón se ha levantado una condena o amenaza contra su victimario. Tampoco éste - su estrecho socio comercial de hoy- ha reconocido su horrendo genocidio. Menos todavía ha esbozado un gesto de arrepentimiento. Pero mientras haya memoria, los seres decentes seguirán señalando a Harry Truman y sus consejeros como los mayores y más desalmados terroristas de Estado conocidos hasta hoy. t

A las 8:15 horas del 6 de agosto de 1945, la deflagración de algo más de un kilo de uranio-235 que escondía la bomba burlescamente llamada “Niñito”, liberó a 600 metros sobre Hiroshima una energía equivalente a 13.000 toneladas de TNT, uno de los explosivos más potentes conocidos por entonces. En menos de un millonésimo de segundo, un estallido nuclear en cadena provocó una luminosidad equivalente a 10.000 soles. Una bola de fuego de un kilómetro de radio planeó por algunos segundos sobre la ciudad, y fue quemando todo a su paso. La temperatura alcanzó en el punto de impacto más de un millón de grados Celsius. En un área de hasta cuatro kilómetros del epicentro, edificios y seres humanos se inflamaron en forma espontánea. Quienes se hallaban en un ámbito de 8 kilómetros sufrieron quemaduras de tercer grado. Unos 80.000 de los 255.000 habitantes de Hiroshima perecieron o

sufrieron heridas mortales al momento de la explosión. Otros 70.000 quedaron heridos. Sobre estos últimos se testimoniaron cuadros horrorosos: algunos se arrastraban como zombies en busca de un hospital, con los ojos derretidos chorreando de las órbitas vacías; las bocas hechas llagas; jirones de ropas grabados a fuego sobre las carnes que no se desprendieron de los huesos. El espanto se repitió sobre Nagasaki tres días después, matando de igual forma a otras 40.000 personas. Era sólo el comienzo. La tremenda radiación esparcida en ambas ciudades mató en cinco meses a otras 140.000 personas en Hiroshima y 70.000 en Nagasaki. Cinco años después, los muertos posteriores a las explosiones sumaban 340.000. El holocausto nuclear japonés rondó así, por parte baja, los 500.000 muertos. De los heridos sobrevivientes se perdió la cuenta. t

Así se jactó Harry Truman El presidente Harry Truman confirmó soberbiamente al mundo el genocidio de Hiroshima, declarando: “Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos sumado un nuevo y revolucionario incremento en destrucción, con el fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas. Estas bombas se están produciendo en su forma actual, y están en desarrollo otras más potentes... “Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábriorientaciones

cas y sus comunicaciones. “No nos engañemos: vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra... Si no aceptan nuestras condiciones, pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como nunca se ha visto en esta tierra.” t 5


Una historia de sombras

La mujer:

una lucha incansable por la igualdad social En toda la historia de la humanidad, la mujer ha sido calificada en una constante dualidad: virgen o bruja, virtuosa o prostituta, loca o centrada, sometida o emancipada. Tras siglos de invisibilidad, ahora la sociedad de consumo manipula su imagen, presentándola como un objeto sexual frívolo y vanidoso, y la degrada en anuncios comerciales discriminatorios y groseros. Al otro extremo, se la eleva a un sitial de honor subrayando sus virtudes: dulzura, feminidad, fortaleza, 6

ternura, contención... Ni hablar del trono que alcanza cuando se trata de celebrar su maternidad. En este rol la mujer se constituye en un ser prácticamente celestial. Se destacan su capacidad de fecundar, de amar, de proteger… Hasta se llega a atribuirle carácter de santidad. Cuántas veces hemos escuchado eso de “mi santa madre” o “ella es el soporte del hogar y de la sociedad”, cuando se rememora, cada 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. orientaciones

La historia de la humanidad se contó por siglos sin incluir a las mujeres. Estuvieron ausentes en todos los ámbitos sociales: economía, ciencia, cultura, producción, arte, por sólo citar algunos. Esta exclusión de la “historia oficial” ha hecho ignorar a tantas mujeres inteligentes, esforzadas, valientes y creativas que han contribuido a crear una sociedad mejor. Las dos guerras mundiales del siglo XX fueron determinantes para que la mujer se incorporara masivamente al mundo laboral, al tener que sustituir la mano de obra del hombre que marchó a matar. Hasta antes del último conflicto mundial y en diversos países occidentales, la mujer debía solicitar permiso al marido para presentarse a un examen, matricularse en una universidad, abrir una cuenta bancaria, solicitar pasaporte, licencia de conductor o ejercer una profesión. Las mujeres del siglo XX eran educadas para casarse, tener hijos, cuidar del hogar, y escasamente fueron a la universidad. Como este artículo lo escribe una mujer, no puedo dejar de recordar las clases en los colegios de las décadas ’60-‘70, en que nos impartían ramos tales como “Educación para el hogar”, “Labores”, “Economía familiar”…, donde bordábamos baberos, tejíamos ajuares o batíamos huevos para merengue. Hoy nos parece una formación absolutamente retrógrada.

Los nuevos tiempos En el actual sistema capitalista, a las mujeres les toca asumir diferentes roles: son profesionales, estudiantes, madres, empleadas, jefas, amigas, esposas; responsabilidades todas posibles de desarrollar por innumerables mujeres de hoy. Y sin dejar de cumplir una por otra.


Estudiar una carrera universitaria, conseguir el empleo, ejercer una profesión, son algunas de sus metas. Combinan maternidad, estudio y trabajo, y son ejemplo de desarrollo personal y capacidad de autosuperación. Sin embargo, la gran mayoría sigue aún sometida a las labores más arduas. Son ellas las que cuidan a la familia, a los ancianos, a los enfermos, los animales, el huerto… Cocinan, asean, estiran camas, lavan, cosen, tejen…, cumplen todas las tareas propias de una casa. No obstante todos sus esfuerzos por reivindicar su aporte al desarrollo social, la mujer continúa mostrándose también por los medios de comunicación como frívola, superficial, aficionada a coleccionar zapatos, vestuario y joyas.

El trabajo nuestro de todos los días Actualmente las mujeres invaden las universidades y compiten con los hombres en todas las áreas de la sociedad. Tanto en cargos de jerarquía como en investigaciones científicas, puestos políticos y en todos los campos de la economía, la industria y la cultura. En Chile, la participación femenina en el trabajo, muy baja durante décadas, creció fuertemente en la última, pero aún dista mucho de equiparar la de los hombres. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, la población femenina activa alcanzó el máximo histórico de 47,7% en el trimestre agosto - octubre de 2011, en tanto la masculina llegaba al 72,3% . En América latina, la participación femenina activa alcanzaba en 2006 al 52,4%, pero sigue siendo baja para la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE. En Francia llegaba al 63% antes de la crisis actual. Esta incursión laboral ha hecho que la vida familiar se vea modificada, en comparación a la que tenían nuestros

padres y abuelos; época donde la mujer permanecía en casa realizando labores hogareñas y cuidando de los niños. En cuanto a salarios, estudios diversos muestran que las mujeres del continente ganan alrededor de un 33% menos que los hombres por un trabajo similar o mayor.

La lucha por la adultez La batalla históricamente más ardua de la mujer ha sido por su inclusión plena en la sociedad; ser considerada una persona adulta capaz de tomar sus propias decisiones e imprimir su sello propio, amoroso, sensato y pacífico en el desarrollo de la persona humana. Solo en las primeras décadas del siglo XX, países civilizados de occidente reconocen los derechos de la mujer como persona adulta en igualdad de condiciones con el hombre. Antes, ellas eran miradas como niños, o bien, políticamente incapaces. Muchas mujeres de nuestra América morena lucharon por estudiar en la universidad y abrieron el camino a otras que siguieron luchando por la igualdad de derechos civiles, políticos y la protección a la maternidad. Baste decir que recién en 1949 la mujer tuvo en Chile derecho al sufragio. Pese a tantos logros, la participación femenina en el campo político es de un 23% en América latina, y de sólo el 13,7% en Chile. Sin embargo, Chile ‑con Michelle Bachelet‑, Argentina -Cristina Fernández- y Brasil ‑Dilma Rousseff‑, son los tres países sudamericanos en que una mujer ha gobernado elegida en las urnas. Sus liderazgos políticos han demostrado que la mujer, a pesar de todas las críticas e incomprensiones, tiene la posibilidad de hacer las cosas distintas y ha validado una cultura de igualdad en nuestra América latina. orientaciones

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Educación para el cambio A mediados del siglo XX la mujer comienza a incorporarse a la educación universitaria. Antes recibía sólo una educación básica; la cultura superior era función y privilegio del hombre. Ellas recibían instrucción en la privacidad del hogar, y estaban bajo las órdenes de sus madres o hermanas mayores. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, UNESCO, señaló recientemente que por el nivel de escolaridad que ha alcanzado Sudamérica, en 2015 se llegará a la educación infantil plenamente universal en la región. El organismo destaca que Argentina, Uruguay y Chile son los países mejor posicionados en este rubro. Las estadísticas reflejan hoy una gran afluencia femenina en los claustros académicos, y un alto porcentaje de mujeres profesionales. En Chile, el 51% de los estudiantes que ingresaron a las universidades en 2009 fueron mujeres. Estas tienen las mejores tasas de titulaciones y terminan las carreras en menor tiempo que los hombres. Seis de cada 10 titulados en los 18 programas exclusivos de las universidades chilenas, como Medicina, Ingeniería Civil o Comercial y Arquitectura, fueron en 2008 mujeres. La incorporación femenina ya no se limita a carreras antes “típicas” de mujeres. Abarca todos los ámbi-

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tos profesionales tradicionalmente ocupados por los hombres. Este nuevo rol ha modificado el papel de la mujer en la familia, y sus miembros no se adaptan aún a las nuevas reglas del juego. Su quehacer cotidiano no encuentra todavía un remplazante idóneo. Pero los hombres, desafiados cada vez más por las exigencias de la vida moderna, empiezan a colaborar notoriamente en las tareas domésticas.

Vivir bajo la violencia Un drama generalizado del que la mujer no ha logrado liberarse y que se basa en su supuesta inferioridad social, se refleja en la violencia contra ella. Según la Organización Panamericana de la Salud, OPS, en América una de cada tres mujeres es víctima de violencia, el 33% informa haber sufrido abuso sexual, y un 45%, amenazas por parte de su pareja. En Latinoamérica los femicidios son cosa diaria. Una situación límite se vive en Ciudad Juárez, Estado de Chihuahua, México, donde en 20 años se ha torturado y asesinado a más de 700 mujeres, en su mayoría de entre 15 y 25 años. La inacción de las autoridades ha merecido fuertes condenas contra el Estado mexicano, ya que al menos el 77% de esos crímenes permanece impune y tibiamente investigado.

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En Chile este flagelo movió a las diputadas María Antonieta Saa y Adriana Muñoz a impulsar una ley contra la violencia intrafamiliar, promulgada en 2005. En el país se avanza al respecto en la protección de la mujer y el niño, Se han dictado otras leyes, se instalaron tribunales de familia y se han aumentado las penas contra los agresores. Pero falta aún mucho por hacer. El año pasado se cometieron en el país 44 femicidios, y hasta mediados de junio de éste se sumaban otros 17. La formación dentro del hogar es clave para revertir esta situación. La familia debe ser la principal escuela donde inculcar a los niños el respeto por los demás, sin discriminar su sexo, raza, nivel educativo o forma de pensar. Y en especial, valorar a la mujer como persona igual en dignidad que el hombre. Al respecto el papa Juan Pablo II, en su carta apostólica “Dignidad de la mujer”, decía en 1988: “Ella es apoyo insustituible y una fuerza espiritual para los demás, que perciben la gran energía de su espíritu.” Y agregaba: “Te doy gracias, mujer, por el hecho mismo de ser mujer. Con la intuición propia de tu feminidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas.” t Silvia Yermani Valenzuela


Ha muerto Elena Chaín Curi, monja de población. Dudo que alguna vez haya salido su nombre en la prensa. Pudo haber sido noticia, de haberse cumplido contra ella el balazo con que la amenazaron durante la dictadura. No sé. Los diarios de la época “estaban en otra”. El 24 de junio sepultamos a una mujer que no fue una monja cualquiera. Fue una monja de población. El año 1965 —puede ser que me equivoque en la fecha— el personal pastoral de la iglesia de Santiago puso en un gran papelógrafo el mapa de la ciudad capital de Chile. En él se destacaba con pinchos dónde se ubicaban el clero y las religiosas. La gran mayoría se concentraba en los sectores pudientes de Santiago. A impulsos del Concilio Vaticano II, tras constatarse esta injusta distribución de los consagrados, las religiosas iniciaron un éxodo masivo a las poblaciones más pobres. Dejaron los colegios de clase alta. Partieron a meter las botas en el barro.

Desde entonces hasta hoy, esta clase de monja lo ha sido todo: enfermera, dirigenta poblacional, caudilla, educadora, jefa de la olla común, catequista, vendedora de bingos, rondín, confidente, sacerdote y mamá. Estas monjas han ido donde nadie va. No han estado pendientes de que alguien diga de ellas que son “santas” o algo así. Su concentración en el prójimo botado en las cunetas ha sido total. A los largo de estos años se corrió la bola. Los perseguidos, los hambrientos, los enfermos, los drogadictos, los alcohólicos, las adolescentes embarazadas, los inmigrantes, los sin techo, cualquiera, se han refugiado en sus casas. Allí han recibido una taza de té, un pan con margarina y cariño, mucho oído y amparo. ¿Cuántos niños han hecho las tareas en sus casas? ¿A cuántos ancianos estas mujeres les han pagado las consultas médicas y los han acompañado en la cola del doctor? Las poblaciones que han contado con una

Elena Chaín han podido pasar el invierno protegidas. Esta monja de la congregación del Amor Misericordioso las representa a todas. La recuerdan con lágrimas en El Montijo, Cerro Navia y otros suburbios. Participó en la toma de terrenos en Peñalolén por pobladores sin casa, y fundó allí la comunidad Enrique Alvear. Con tenacidad y alegría, enseñó a los adultos a leer la Biblia. La desconocían. Apenas siquiera juntaban palabras. Ella no hizo distinción entre casados y recasados. Tampoco entre los que tenían fe y los que no. Trató a todos como a iguales. Su casa era un entrar y salir de gente. Los últimos años, ya vieja y enferma, sobrecargada de penas ajenas, llegaba a la misa envuelta en lanas. Poco después, a los ochenta años, partió de misionera a La Serena. ¿Por qué todo este recuerdo? Bien podría guardarme un reconocimiento que tiene mucho de personal. También podría ahorrarme estas palabras de elogio a una generación de religiosas con quienes recomenzó el cristianismo. La Vicaría de la Solidaridad y las monjas de población, en mi opinión, son lo mejor de la Iglesia chilena del postconcilio. Esta es la Iglesia de los pobres con que soñaron Alberto Hurtado y Manuel Larraín, Medellín y la Teología de la Liberación. Hago este recuerdo porque, aunque la historia nunca se repite, el país y la misma Iglesia necesitan faros que indiquen cómo, y cómo no, se crece en t humanidad. Jorge Costadoat, S.J. Centro Teológico Manuel Larraín, Chile 9

Ha muerto una monja de población

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Religiosos de Paraguay reaccionan ante destitución del Presidente El 22 de junio fue destituido por el Senado de Paraguay el Presidente de esa nación, Fernando Lugo, tras un juicio sumario que provocó conmoción en Latinoamérica y variadas reacciones en otras latitudes. El Mandatario fue acusado de mal desempeño de funciones y de arrastrar a la nación al caos, tras la muerte de 17 personas en un enfrentamiento armado entre policías y campesinos sin tierra, que fueron desalojados de una reserva forestal.

Entre las recaccciones que el hecho provocó en nuestro subcontinente, hubo consenso mayoritario en que, si bien la Constitución paraguaya contempla el juicio político y la eventual destitución de un Mandatario, en este caso no se cumplió con los estándares mínimos que requiere la defensa de cualquier persona, ya que el Presidente contó con sólo dos horas para preparar los argumentos con que defenderse de las acusaciones en su contra. 10

Conferpar, la Conferencia o asociación que agrupa a las congregaciones religiosas de Paraguay, emitiò al respecto el siguiente comunicado: “Ante las gravísimas derivaciones que han tenido y están teniendo los trágicos acontecimientos de muerte de campesinos y policías en la Estancia Campos Morombí, con el subsiguiente sometimiento a juicio político del Presidente de la República, y sus conorientaciones

secuencias para el presente y el futuro de la vida social y política de la nación, la Junta directiva de la Conferencia de Religiosos del Paraguay, Conferpar, manifiesta cuanto sigue: Desde nuestra visión cristiana, el uso de la violencia y el crimen nunca serán aceptables como medio para alcanzar reivindicaciones ni defender intereses. Lamentamos la muerte de los campesinos y los policías, y abogamos firmemente por el esclarecimien-


to de estos hechos, mientras animamos a todos a seguir trabajando por la paz como verdaderos hijos de Dios, reafirmamos que la paz querida por Dios no vendrá del ocultamiento de los problemas sino como fruto de una auténtica justicia social. Vemos en la raíz de estos hechos la complicidad de los tres poderes del Estado, en el abandono de una reforma agraria integral, en no haber enfrentado el problema de la distribución de la tierra, sometida hasta ahora al acaparamiento, a la irregularidad, a la posesión mal habida; en el encubrimiento sistemático de estos problemas por parte de la justicia y el Parlamento. Mientras los tres poderes del Estado no den una respuesta seria y concertada a este problema, seguirán cargando sobre sus espaldas con la responsabilidad de la violencia que se genera al buscar salidas bajo presión con sus impredecibles consecuencias. Nos llama poderosamente la atención la rápida reacción de los partidos políticos y sus representantes que han acordado impulsar el juicio político del Presidente en las dos cámaras del Congreso de la Nación, que aun siendo un procedimiento constitucional, se aplica y se procede de tal forma, que crea fundadas sospechas de manipulación, afectando gravemente al proceso legítimamente instaurado por elección popular, como si esta fuera la salida a nuestros problemas y como si hubiera una responsabilidad unilateral de los hechos graves que atentan contra nuestra convivencia. Vemos con preocupación la manipulación de los hechos, a través de muchos de los medios de comunicación, por sectores que buscan sacar provecho político, réditos de impunidad y de mantenimiento de un estado de cosas que favorece a sus intereses personales o corporativos.

Vemos a los partidos políticos más preocupados con defender sus cuotas de poder y con el reparto de cargos, que buscando una verdadera respuesta a los problemas que padecemos. Vemos como una falta de respeto a la vida y la dignidad humana que se usen los hechos de muerte entre hermanos para crear un clima de inestabilidad, para estigmatizar a campesinos y criminalizar sus organizaciones, para exasperar a policías y militares, instaurando un ambiente de terror para disuadir y desmovilizar a los ciudadanos indignados. Sorprende que los mismos parlamentarios, hace poco tiempo desprestigiados por sus bochornosos procedimientos ante los reclamos de la ciudadanía, son ahora los que acusan y se erigen en jueces absolutos, apareciendo como los defensores de la Patria. Nos da que pensar que con todo esto, no casualmente, desaparezcan del horizonte los cuestionamientos que han surgido de la ciudadanía a las listas sábanas, el pedido de juicio político a los miembros de la Corte, los tímidos avances para la implementación del impuesto a la renta personal. Como parte de la Iglesia que pere-

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grina en Paraguay, respondiendo a nuestro compromiso con Dios y con su pueblo, invitamos a todos a participar con responsabilidad personal e institucional en la construcción de un estado de derecho basado en la justicia social, en la inclusión de todos los compatriotas, en el respeto a la voluntad popular, integrados a la marcha democrática de las naciones vecinas. Nos sentimos parte de una Iglesia comprometida con la paz que brota de la justicia, que abraza con especial predilección a los más desfavorecidos, e invitamos a todos los sectores sociales a poner lo mejor de nosotros en la tarea de construir un país de hermanos, a trabajar por una mayor equidad en la distribución de los bienes, hacia un futuro promisorio. Por la Junta directiva Conferpar: Hermana Venancia González, FMA. Padre José Ramón Torre-Marín, SS.CC. Padre Alberto Luna, SJ. Hermana María Elisa Ortiz, HC. Padre Walter Jara, SDB. Padre Federico Gayoso, TOR. Padre Pedro Jubenville, CSSp. t

Asunción, 22 de junio de 2012. 11


Mujer, religión, siglo XXI

Una visión de lo femenino a la luz de la historia y la fe Los países latinoamericanos, con sus diversos credos, movimientos sociales y políticos, realizan multitud de esfuerzos por dignificar, promover y valorar la condición de ser Mujer. Estas iniciativas han sido causa inicial de que muchas mujeres estén dejando de ser víctimas de la violencia, discriminación, persecución y falta de respeto. Sin embargo, algunas de estas instituciones, movimientos o leyes no sólo NO ayudan, sino más bien entorpecen el camino hacia una conciencia de igualdad de los derechos de hombres y mujeres. Quizás, “inconsciencia” que arrastramos desde nuestros orígenes. Por cierto, nadie es dueño de la verdad; todos vemos las cosas, la vida y las personas desde nuestro ángulo o punto de vista. Pero si cambiamos de vereda, nos encontramos con grandes sorpresas. Un buen ejemplo: Imaginemos un hombre y una mujer frente a frente, cada uno en la vereda opuesta, y al medio un artista con un gran cuadro de Salvador Dalí. El artista pregunta a ambos: ¿qué ven? 12

Perspectiva 1: (El frente del cuadro hacia el varón, el posterior hacia la mujer). El hombre contesta: veo un cuadro con estilo moderno, original. La mujer responde: veo un marco de unos 80 x 80 cm, con orillas doradas. El centro está tapizado con cáñamo beige, pegado con tachuelas pequeñas del mismo tono; la parte de atrás está bien terminada. Perspectiva 2: (El frente del cuadro hacia la mujer, el posterior hacia el hombre) El hombre contesta: veo el marco de un cuadro con un fondo café. La mujer responde: veo un cuadro precioso, aunque algo triste; unos relojes de distintos tamaños que se están derritiendo; hay una mesa, y arriba,un árbol seco. ¡Que pena!!… En el suelo se ve un caballo de mar; al fondo, el mar y unas rocas. Creo que es de mañana, porque no se ve el sol en el ocaso. Sobre la mesa hay uno de esos relojes antiguos, pero está dado vueltas. Es rojo, y tiene, al parecer, arena encima. Detrás del árbol hay una tabla; en realidad, parece un espejo que refleja las nubes...

pensar en comunidad


¿Quien tiene la razón en esa escena? Obviamente, ambos. Cada uno tiene su perspectiva para mirar las cosas. Lo que veremos depende de dónde estemos ubicados al mirar. Cada uno con sus matices, sólo y únicamente verá su propio lado. Por ello, una idea objetiva del cuadro exigirá mirarlo desde ambas veredas..

Cómo ver a la mujer Intentemos dar una mirada a la mujer del siglo XXI, desde la perspectiva representada en escritos sagrados y tradiciones de diversas religiones. En las diferentes culturas de la humanidad, el amor divino se revela. Se dice que a los indígenas caipó, en el centrooeste brasileño, el Espíritu-Madre, cuando vivía entre roqueríos del interior de Goiás, se les comunicaba a través de las piedras de formato misterioso de la Sierra Dorada. Al pueblo de los mexicas, se comunicaba por las flores. A los guaraníes, por los cánticos inspirados. A los pueblos de la Amazonia, por las historias de los animales, con sus diferentes temperamentos y su forma de ser. El término Pachamama está formado por los vocablos Pacha que en quechua significa universo, mundo, tiempo, lugar; y Mama, traducido como madre. Pachamama, una deidad andina, simbolizaba la tierra, la fertilidad, la madre, lo femenino. También el pueblo de Israel recibió de Dios la revelación. Primero a través de cánticos e historias orales, la mayoría de ellas proclamadas por mujeres. Son profecías femeninas, atribuidas a Débora, Ana, Míriam y la Sulamita. Después, a los poemas y cánticos se añadieron los relatos y discursos, escritos por profetas y escribas. Los primeros pueblos civilizados rendían culto a deidades femeninas. Más aun, los primeros conglomerados fueron pueblos matriarcales; no patriarcales. Lo matriarcal es entendido como la primacía de lo femenino frente a lo masculino. No se trata de un predominio político-civil de la mujer sobre el hombre, sino de un modo de interpretar y organizar el Cosmos con centro en lo femenino. Podríamos decir que la religión, como la expresión primera y más sublime del ser humano frente a la vida, fue descubriendo a su Dios en la naturaleza, que como una Gran Madre alberga en su seno la vida y la muerte. Por ello, al principio la forma de observar el mundo y los acontecimien-

tos, es decir, la cosmovisión del ser humano, fue encontrando respuesta a sus preguntas en la naturaleza, que desde sus entrañas le entregaba el alimento en gratuidad, como la madre a su hijo con la leche manada de su propio cuerpo. Lo Femenino era, sin duda, lo primordial, por su fecundidad y capacidad de albergar vida. Pero con el paso del tiempo y las invasiones de tribus y clanes, comenzaron las disputas por las tierras, y los hombres lograron preponderancia por su superioridad física en las luchas y guerras. Las mujeres fueron quedando relegadas a la protección de los hijos. Esto, en pocas líneas que engloban milenios de historia, con rasgos subjetivos y también dificultosas, pero importantes, comprobaciones científicas.

Nuestra imagen femenina católica La imagen femenina por excelencia que ofrece la religión católica, es la madre de Jesús, María. Quién sabe si por algo de influencia de aquella ancestral conciencia de la relación entre lo femenino y la vida como primera expresión de la divinidad. María-madre, un modelo a seguir. ¡Qué duda cabe, una gran madre! El propio hijo es el testimonio de “aquellos pechos que lo amamantaron…” (Lc 11, 27-28). Podríamos así suponer que, históricamente, las palabras claves con las que la Iglesia comenzó a proponer la imagen de la madre de Jesús como modelo a seguir (modelo histórico) son: MADRE

MARÍA

MUJER

Pero las mujeres de hoy, de diversos credos e incluso no creyentes, las que trabajan, se movilizan en los medios de transporte, caminan por las calles, conversan con sus vecinos…, han ido descubriendo otro modelo de María, más cercano, real y concreto, que se conecta con la situación de las mujeres de todos los tiempos (modelo actual): MUJER

NOMBRE PROPIO

MADRE

Examinemos qué implica cada secuencia de esas palabras claves, en la vida de María, la madre de Jesús, y de las mujeres de todos los tiempos.

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Primer modelo (el histórico) Madre: ¿Por qué primero madre? Tras el período de matriarcado, quizás el único nivel donde el hombre nunca pudo superar y ni siquiera competir con la mujer, fue en la capacidad física de dar a luz. Por ello, primero la mujer no fue exterminada del todo, por la necesidad de supervivencia. Más tarde se pasó a concientizarla de que el “único” sentido de su vida era ser madre. Así se la mantenía tranquila, ocupada en su gran responsabilidad primordial. De ese modo la mujer no tiene tiempo para “pensar” en otras cosas, instruirse, opinar o decidir. Al menos eso suponían los hombres. Por cierto, no es que sea mala o negativa la capacidad femenina de ser madre; muy por el contrario. Pero ése es sólo uno entre los atributos de ser mujer; no el único. María: Mariam o Miriam, según la traducción que usemos del hebreo, fue el nombre de la madre de Jesús. ¿Y cómo era María? ¿Qué sabemos de ella? La información más oficial, podríamos decir, sería la de los pocos momentos que en que aparece en el Nuevo Testamento: el anuncio de una concepción virginal, el embarazo, el nacimiento de su hijo, su pérdida en el Templo, unas bodas, una sinagoga, la cruz. Podemos imaginar que cuando está embarazada, María siente miedo; que tiene un parto difícil y doloroso; que pronto queda viuda; y enseguida, más sufrimientos: al hijo lo creen loco en la sinagoga; y finalmente, lo peor de todo, se lo matan. ¿Que otros antecedentes tenemos? Las imágenes de los templos y de los cuadros de artistas. Algunos muestran una señora bellísima, con vestidos de gasa y bordes de oro; otros, con corona de reina; otros más, con espadas en el corazón; otros, en fin, con lágrimas en los ojos. Se la llama Virgen Inmaculada, Santísima, Bienaventurada, Reina…, pero en el inconsciente mayoritario ha quedado el modelo de la Dolorosa que sufre silenciosamente, sin reclamar nada, con una fe que acepta todo, incluso que asesinen a su hijo porque “es voluntad de Dios”. Mujer: ¿Qué modelo de mujer se ha mostrado en María? El de una mujer- niña virgen, indefensa, sola, triste. Este modelo de mujer no se expresa. Ama mucho, es verdad, pero sólo calla, sólo se resigna, sólo llora y sufre. Resumen: Con este modelo de María propuesto históricamente por la Iglesia (reconociendo que muchísimo 14

menos hoy que ayer), ¿cómo se identifican las mujeres en general? Como Madre: sólo las que son madres de hijos sanguíneos. Como María: las que han sufrido toda su vida; las que no hablan; aquellas que sienten todo como voluntad de Dios que no hay más que aceptar. En este modelo se sienten también interpretadas aquellas que se creen, o piensan que tienen que ser, perfectas, hermosas y reinas del hogar. Como Mujer-virgen. No son hoy muchas las que se sienten interpretadas por este modelo. Porque en él no hay lugar para las casadas, las divorciadas, las que tienen pareja, las que fueron violadas… Ni siquiera las que siendo niñitas lactantes fueron abusadas sexualmente pueden identificarse con María Virgen. Porque jamás volverán a tener virginidad.

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Segundo modelo (una lectura actual) a) Mujer: Una mujer de hoy puede sentirse mucho más identificada con una María que tenía su periodo menstrual, se cansaba con tanto quehacer, adoraba cantar los salmos, reía mucho, sabía historias entretenidas, bailaba muy bien, conversaba con sus amigas.. Pero, sobretodo, era una mujer muy inteligente y creyente. También tuvo que sufrir mucho, pero no en forma pasiva. Ella transformó el dolor en compromiso, en dedicación, en acompañamiento; dio un sentido, una esperanza, al dolor propio y al de los demás. Una mujer luchadora, fuerte, pero también sensible a descubrir en su vida cotidiana los pequeños detalles que nos revelan la presencia de Dios, como son el acompañar a una pariente mucho mayor que también está embarazada, o preocuparse del vino para celebrar dignamente una fiesta de boda. b) María: Cualquier nombre propio dado a una mujer. Porque no sólo las María pueden identificarse con la madre de Jesús. c) Madre: Esta madre fue muy especial, porque su hijo lo fue. Su maternidad fue desafiante desde el principio. María de Nazareth fue una madre adolescente, como muchas madres-niñas de hoy. Ella SÍ quiso tener ese hijo, porque era una mujer creyente; y aunque talvez, como la joven que era, estuvo aterrada ante ese nuevo estado, optó por la vida, en la certeza de que Dios no la abandonaría jamás. Era una mujer de fe. Le tocó sacar adelante una familia; ayudar en la mantención del hogar; lidiar con los gobernantes de turno; pagar los tributos; seguir los ritos y leyes de su pueblo; conocer de muchos movimientos ocultos entre los jóvenes para liberarse del imperio romano; preocupada, seguramente, de su familia durante las revueltas; realizando algún trabajo extra para amasar el pan de cada día... Resumen: Con este modelo de María, ¿cómo se identifican las mujeres en general? Como Mujer: Todas. La soltera, casada, viuda, anciana, madura, niña, joven, estudiante, trabajadora, pobre, con muchos medios, dueña de casa, minusválida… La de cualquier color de piel o ideas políticas; creyente, no creyente, analfabeta, universitaria, gorda, flaca, llena de cualidades o con muchos defectos... Como Madre: Se identifican las madres de hijos nacidos, de los no nacidos, de hijos adoptados, de hermanos-hijos,

de padres-hijos, de esposos-hijos, de amigos-hijos, de sobrinos-hijos… La madre de los hijos de vecinos, de hijos de familiares, de hijos abandonados… En definitiva, toda mujer que se sienta madre de un ser humano necesitado de afecto, cuidados y protección. Con su Nombre Propio: Todas. Ya tengan nombre mapuche, aymara, quechua, inca, español, rapanui, alemán, hebreo…. Todas.

Signos de una nueva valorización Es justo destacar que, si bien la Iglesia Católica ha cometido muchísimos errores, omisiones y equivocaciones respecto al papel de la mujer en la propia institución y en el mundo, no es menos cierto que, gracias a un sector específico de ella, tras el Vaticano II y por los años ’70 se consolidó un movimiento latinoamericano de cambio. Dentro de él hubo grupos de sacerdotes y laicos que comenzaron a repensar muchas cosas; también las que aquí nos ocupan. De allí surgió, por ejemplo, un libro llamado “El rostro materno de Dios”, cuya lectura marcó profundamente a muchas mujeres, ¡y a hombres también! ¡Gracias, Leonardo Boff! Porque, gracias a su clarividencia, muchos han descubierto este nuevo modelo de Mujer desde la religión, con una visión de iglesia más liberadora y acorde con las raíces del cristianismo. Hoy se comienza a percibir cada vez más la imagen de María de Nazareth como posible de imitar; cercana; de carne y hueso; sin joyas, peinados de peluquería ni vestiduras resplandecientes; una mujer real, que hubo de tener las manos resecas por el trabajo doméstico; por acarrear agua; por ir diariamente al río y volver con el peso de los prendas húmedas; por hacer el fuego, cocer el pan… Mujer pobre, de los favoritos de Dios; María luchadora, mujer fuerte, que sola sacó adelante su familia porque su marido partió pronto; que afrontó los dolores de su hijo apoyándolo, firme. Una mujer llena de amor y compasión; excelente discípula de su hijo, pero, sobretodo, su mejor maestra. Porque lo que Jesús fue le debe mucho a la labor formadora de María en su niñez. En el pueblo judío los niños estaban a cargo de su madre hasta los 12 años. Los hombres no los tomaban en cuenta; eran para ellos estorbos. ¡Cuánto habrá aprendido Jesús de una madre trabajando, cosechando, sirviendo…! ¡Cuántas historias y cuentos le habrá contado en las frías noches del desierto israelí! ¡Cómo le inculcaría los valores de aquel cántico (Lc 1, 46-55) en que figura alabando gozosamente al Señor por hacer justicia a los hambrientos y desposeídos!

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Mujeres en la vida de Jesús María fue, sin duda, quien mejor le enseñó a Jesús a respetar a las mujeres y aprender de ellas (Mc 7, 26-30); a no discriminarlas (Mc 5,25-34); a valorarlas (Mc 12, 41-43). Por eso Jesús tuvo también fieles discípulas que lo siguieron y lo acompañaron con cariño hasta el final (Mc 15, 40-41). ¿Quiénes fueron estas mujeres? A las más conocidas Marta y María, que lo recibían cariñosamente en su casa ( Lc. 10, 38-42), María Magdalena, de la que “salieron siete demonios” (Lc 8, 2), que lo acompañó en la cruz (Jn 19, 25) y fue primera testigo de la Resurrección con otras dos (Lc 24, 10; Jn 20, 1-18), suma Lucas a algunas que “lo seguían y atendían con sus propios recursos” (Lc 8, 2-3). Marcos señala sobre ellas algunas características: La primera, que “seguían” a Jesús. “Seguir” es un verbo especial que los evangelios suelen usar sólo para los discípulos de Jesús. Cuando éste llamó a Pedro y Andrés, que estaban pescando, ellos dejaron las redes y “lo siguieron” (Mc 1,18). Cuando llama a Santiago y a Juan, también dejan a su padre y “lo siguieron” (Mt 4,22). Cuando invita a Leví, sólo le dice “sígueme” y él “lo siguió” (Mc 2,14). Y al hombre rico lo llamó diciendo: “Sígueme” (Mc 10,21). Según Marcos, una de las condiciones que Jesús puso a sus discípulos fue que “lo siguieran” (Mc 8, 34). Se trataba de algo tan fundamental y arraigado, que cuando los Doce quieren recordarle que han sido sus verdaderos discípulos, le dicen: “nosotros te hemos seguido” (Mc 10,28). Pero no se trata de un seguimiento simbólico, como cuando decimos “yo sigo a tal autor”. Jesús pedía el seguimiento literal, físico, por los lugares y pueblos que recorría evangelizando. Esa era su principal diferencia con los otros maestros o rabinos de su época. El seguidor debía experimentar en su propia vida la Buena Noticia que él predicaba. Entonces, si Marcos nos dice que aquellas mujeres que estaban al pie de la cruz, y otras, “seguían a Jesús”, es porque formaban parte del grupo itinerante de sus discípulos. Lo segundo que el evangelista señala es que ellas “servían” a Jesús cuando estaba en Galilea. ¿Qué clase de servicio prestaban en el grupo? Normalmente se piensa en trabajos “de mujeres”, es decir, cocinar, servir a la mesa, lavar platos, coser ropa... Un grupo itinerante como el de Jesús necesitaría quién se ocupara de esos menesteres. 16

Bien podían haber sido ésas las tareas. Pero sabemos que muchas de ellas las cumplían los hombres. Así, los discípulos aparecen sirviendo la comida (Mc 6,41), recogiendo las sobras (Jn 6,12), comprando alimentos (Jn 4, 8). En el evangelio de Marcos, “servir” no significa hacer tareas domésticas, sino anunciar el Evangelio. Al hablar de su misión en este mundo, Jesús dijo que no vino “a ser servido, sino a servir y a dar su vida” (Mc 10, 48). O sea, servir significa en lenguaje evangélico dar la vida por los hermanos cumpliendo una misión evangelizadora. Esa, dice Jesús, es la misión de todo discípulo (Lc 12, 35-48; 17, 7-10).

Deducciones La mujer tiene en el siglo XXI el mismo valor y capacidad que hace millones de años. Dios es parte de la vida del ser humano, y éste lo ha vislumbrado y descrito a través de las diversas religiones, todas muy valiosas. Desde “nuestra vereda”, los católicos, hemos visto el rostro de Dios en el hijo nacido de una mujer, la que tuvo un nombre propio, fue madre, fue discípula, pero sobretodo, fue maestra de vida. Ella sirve como modelo universal que traspasa las fronteras de lo religioso, lo racial, lo político, lo económico…; sobretodo porque nuestro valor como personas no depende de la aceptación de los demás ni de que los otros nos reconozcan o aprueben. Depende del llamado de ese Dios-Amor a cada uno. Eso es lo que vuelve a alguien extraordinariamente importante, y lo que hace a un hombre valorar a una mujer, y a una mujer valorar a un hombre. Porque somos iguales en dignidad y derechos, pero diversos y complementarios para amarnos en plenitud. t

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Ana Ortiz Pardo


Mi querido monstruo ¿Qué diría usted si encontrara un ser animado que tuviera cuerpo de gato, cola de zorro, patas de gallina y cabeza de mono? Igual que yo, exclamaría: ¡se trata de un monstruo! ¿Qué pasaría si encontrara una persona con cuerpo de mujer, pies de elefante, voz de cacatúa y cabeza de varón? No sé lo que diría usted, pero yo estaría seguro de haberme topado con mi querida iglesia católica, apostólica y romana. Porque en mi iglesia mandan los varones, aunque masivamente está integrada por mujeres.

Cuerpo de mujer Mi iglesia tiene pechos de mujer, y por eso alimenta; riñones de mujer, y por eso trabaja; pulmones de mujer, y por eso respira; manos de mujer, y por eso acaricia. Tiene también paciencia, capacidad de sacrificio, genio inestable, memoria del corazón. Tiene todo lo que una mujer puede entregar en una sociedad hasta ahora bastante arisca para ella. Tiene hasta el nombre femenino: es LA Iglesia. Masivamente mi iglesia es una comunidad de mujeres de toda índole, aunque le faltan las más pobres.

Patas de elefante Pero mi iglesia camina pesadamente, y muchas veces aplasta el vigor de

la vida que queda bajo su espacio. Mi iglesia demora su presencia en tantas instancias en las que debería estar presente con más agilidad. Las órdenes que da el cerebro tienen que pasar por cien mil vericuetos hasta llegar a las extremidades: y cuando logra dar una respuesta, la situación que ameritaba una pronta decisión ya hizo mutis por el foro.

Voz de cacatúa Los estudiosos de las aves saben que las cacatúas son más ruidosas que los loros. Parlotean demasiado. En sentido figurado, podríamos decir que no hay tema en el que no se metan a opinar o intervenir; a su modo, claro está. Mi iglesia, cuando se expresa, lo hace con demasiadas palabras y con algunos chillidos que molestan a los oídos; y los que escuchan no logran saber el contenido. Lo que pasa es que los otros no son cacatúas, y por eso hay un plano generalizado de incomprensión.

Cabeza de varón Este organismo extraño tiene cabeza de varón. En mi iglesia son más importantes los varones. La cabeza posee el órgano del pensamiento y de la toma de decisiones. Se informa, analiza, emite resoluciones. No acepta discusiones, porque eso sería admitir que las otras partes del enorme orientaciones

cuerpo también tuvieran capacidad de pensamiento. En mi iglesia casi no hay espacios para dialogar de tú a tú, como en una comunidad de hermanos. Las asambleas parroquiales son generalmente para conocer las decisiones que ha tomado la cabeza. Las liturgias son para escuchar las homilías del que preside. Los concilios y reuniones episcopales, allí donde se discute la oportunidad de una doctrina o se planifican los servicios pastorales, tienen sólo presencia masculina, porque en mi iglesia hay siete sacramentos para los varones, pero sólo seis para las mujeres.

Mi querido monstruo A todas luces se trata de un ser tan extraño que parece un monstruo. Además, es muy viejo y tiene demasiadas historias. Los que pertenecen a su cuerpo, parece que se han acostumbrado a ser parte de este organismo difícil de definir y de entender. Los que pasan por la vereda del frente, lo miran y siguen su camino. A otros muchos les da lo mismo que exista o no exista. Los que manejan los órganos de la cabeza defienden su posición, porque sería terrible para ellos pasar a ser manos trabajadoras o espaldas que soportan cargas que las doblan. Por mi parte, debo declarar que mi iglesia no me gusta en sus montruosidades. Pero la quiero como parte de mi vida. ¡Qué daría por verla como una novia hermosa engalanada para su esposo, como dice el salmo! La quiero así como es, porque me engendró a la vida cristiana, y la llamo madre; pero como también deseo con todo el corazón verla distinta y atractiva, ayudo con lo que puedo: escribiendo estas líneas para despertar la conciencia crítica en su interior. Lo que yo no puedo solo, lo haremos entre todos. t Agustín Cabré Rufatt 17


Los celulares, ¿están matando el conversar?

Acabo de leer en internet que a la entrada de algunos restaurantes europeos les decomisan a los clientes sus teléfonos celulares. Según la nota, se trata de una corriente de personas que busca recobrar el placer de comer, beber y conversar sin que los ring tones interrumpan, ni los comensales den vueltas como gatos entre las mesas mientras hablan a gritos. Personalmente, ya no recuerdo lo que es sostener una conversación de corrido, larga y profunda, bebiendo café o chocolate, sin que mi interlocutor me deje con la palabra en la boca porque suena su celular. En ocasiones es peor. Hace poco estaba en una reunión de trabajo que simplemente se disolvió porque tres de las cinco personas que estábamos en la mesa empezaron a atender sus llamadas urgentes por celular. Era un caos indescriptible de conversaciones al mismo tiempo. Gracias al celular, la conversación se está convirtiendo en un esbozo telegráfico que no llega a ningún lado. El teléfono se ha convertido en un verdadero intruso. Cada vez es peor. Antes, la gente solía buscar un rincón para hablar. Ahora todo el mundo grita por su móvil, desde el lugar mismo en que se encuentra. La batalla, por ejemplo, contra los conductores que manejan con una mano mientras la otra, además de sus ojos y su cerebro, se concentra en contestar el celular, parece perdida. Aunque la gente piensa que puede hablar o escribir al tiempo que conduce, hay que estar en un accidente causado por un adicto al teléfono para darse cuenta de que no es así. No niego las virtudes de la comunicación por celular. La velocidad, el don de la ubicuidad que otorga, y, por supuesto, la integración que ha propiciado para muchos sectores antes al margen de la telefonía. Pero me preocupa que mientras más nos comunicamos a la distancia, menos nos hablamos cuando estamos cerca.

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Me impresiona la dependencia que tenemos del teléfono. Preferimos perder la cédula de identidad antes que el móvil, pues con frecuencia la tarjeta sim funciona más que nuestra propia memoria respecto de quiénes somos y qué lugar ocupamos en el mundo. El celular, más que un instrumento, parece una extensión del cuerpo; y casi nadie puede resistir la sensación de abandono y soledad cuando pasan las horas y aquél no suena. Por eso quizás algunos nunca lo apagan. ¡Ni en el cine! He visto a más de uno contestar en voz baja: “Estoy en el cine; ahora te llamo”. También puedo percibir la sensación de desamparo que se produce en muchas personas cuando las azafatas en el avión a punto de despegar dicen que es hora de apagar los celulares. También he sido testigo de la inquietud que se desata cuando suena uno de los timbres más populares, y todos, en acto reflejo, nos llevamos la mano al bolsillo o la cartera buscando el propio aparato. Pero, de todos, los Blackberry merecen capítulo aparte. Enajenados y autistas. Así he visto a muchos de mis colegas, absortos en el “chat” de este nuevo invento. La escena llega a ser patética. El Blackberry en el escritorio. Un pitido anuncia la llegada de un mensaje, y el personaje que tengo en frente se lanza sobre el teléfono. Casi nunca puede abstenerse de contestar de inmediato. Lo veo teclear un rato, masajear la bolita, sonreír, luego mirarme, y decir: “¿en qué íbamos?”. Pero ya la conversación se ha ido al traste. No conozco a nadie que tenga un Blackberry y no sea adicto a él. Alguien me decía que antes, en las mañanas, al levantarse, su primer instinto era tomarse un buen café. Ahora el primero es agarrar su aparato y responder al instante todos los mensajes. Es la tiranía de lo instantáneo; de lo simultáneo; de lo disperso; de la sobredosis de información, y de la conexión con un mundo virtual que terminará acabando con el otrora delicioso placer de conversar con el otro, frente a frente. t Un frustrado exconversador

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Venerar corazones, ¿una rareza cristiana? Por Alfredo Barahona Zuleta El viernes 15 de junio marcó este año la celebración solemne del Sagrado Corazón de Jesús, y el día siguiente, la del Corazón de María. Para algunos resulta extraño en nuestros días, y hasta chocante, que los cristianos veneremos corazones, y más aun que los coloquemos, palpitantes y sangrientos, sobre imágenes de Cristo y María. De dónde provenga esta antigua devoción, tan arraigada en la religiosidad popular, tiene relación directa con el significado del corazón más allá de su realidad física. El corazón ha representado en las diversas culturas la interioridad donde tendrían origen las emociones, deseos, afectos, actitudes y sentimientos más profundos del ser humano; y así también, la falta de ellos. Tal vez porque el corazón se agita ante las emociones y sentimientos fuertes, e incluso colapsa en casos extremos. En la mentalidad bíblica, el corazón representa la parte más interior de la persona, la sede de sus decisiones, sentimientos y proyectos. El corazón indica lo inexplorable y lo profundamente oculto de alguien; su ser más íntimo y personal. El corazón aparece así unas mil veces en los textos bíblicos.

El Corazón que sólo supo amar Para los cristianos, el Corazón de Jesús representa la fuente más íntima y profunda de los sentimientos que animaron a Cristo, Dios hecho hombre

y prototipo perfecto del ser humano. Movido por el “corazón nuevo” que anunciaba Ezequiel (36,26) para el ser humano, Jesús conformó su vida total y plenamente a la voluntad de Dios, amó a todos los seres humanos con amor infinito, y entregó por ellos hasta la última gota de su sangre. Los evangelios nos revelan la grandeza incomparable del Corazón de Cristo: firme e inquebrantable en la fidelidad a su Padre; sin tapujos para desenmascarar a los hipócritas y abusivos; pero todo bondad, compasión y ternura ante la madre que llora, frente al pueblo hambriento, junto a la mujer pecadora, en presencia de cualquier enfermedad y desventura; conmovido hasta las lágrimas frente al sepulcro del amigo (Juan 11,35.38) y ante las desgracias que caerían sobre el pueblo que lo rechazaba (Lucas 19,41); perdonando a sus torturadores, y hasta disculpándolos ante su Padre porque “no sabían lo que hacían” (Lucas 23, 34).

De Corazón del Hijo, al de la Madre Si bien el pueblo cristiano veneró desde muy antiguo los sentimientos más íntimos de su Redentor, no fue hasta el siglo XVII cuando, de las revelaciones místicas recibidas por santa Margarita María de Alacoque (16471690), surgió en la Iglesia la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Luego se institucionalizó su celebración solemne el viernes de la semana siguiente reflexiones

al Corpus Christi. Pero sus devotos han dedicado tradicionalmente al Corazón divino todo el mes de junio. Figura esencial en las devociones tanto al Corazón de Jesús como al de María fue san Juan Eudes (l601-1680), llamado por los papas Pío X y Pío XI “Padre, Doctor y Apóstol del culto litúrgico a los Sagrados Corazones”. Fue, en efecto, el primero que organizó y celebró las fiestas de ambos Corazones, y el primero que escribió la liturgia “de las horas” para cada una de sus fiestas. Y talvez el primero en intuyó que no se puede separar el corazón del Hijo respecto al de su Madre. Porque nadie como ella ha sabido asemejarse a su Hijo, ni le ha sido más fiel en el seguimiento a su misión en el mundo. Con igual lógica, la renovación litúrgica surgida del Concilio Vaticano II tuvo el acierto de unir ambas festividades. Antes, la del Corazón de María se celebraba el 22 de agosto, al octavo día de la Asunción. t Sigue en la pág. 22 >> 19


Mariano y su senda de santidad

Con iniciativa y fervor se celebró aniversario de Mariano Avellana Alrededor del 14 de mayo –fecha de su fallecimiento en 1904- se celebró la memoria del Venerable Padre Mariano Avellana en las comunidades claretianas más cercanas a su Causa, como son las de Chile. En tanto, ha comenzado a abrirse un mayor conocimiento de su admirable testimonio misionero y la heroicidad de sus virtudes hacia las comunidades de Argentina, Uruguay y Paraguay, que conforman con las de Chile la nueva provincia claretiana de San José del Sur. El día 13, víspera del aniversario, un texto de reflexión sobre la

figura del misionero hispano-chileno cercano a los altares se publicó en el sitio virtual de la provincia, www.claretianosdelsur.org , bajo el título “Mariano Avellana, un testimonio comprometedor”. En él, junto con resaltar los fuertes rasgos de su carácter y la forma en que lo moldeó para santificarse, se hacía presente su singular trabajo evangelizador en Chile por casi 31 años. Se hacía ver que su ejemplo y modelo son patrimonio de toda la famiia claretiana, pero sobre todo en este rincón de América, donde puso pie entre los primeros claretianos, para misionar sin descanso hasta rendir la vida.

Celebraciones destacables Si bien todas las comunidades a lo largo de Chile conmemoraron la fecha con dedicación y afecto, entre las celebraciones y actividades valga destacar las siguientes: En la tarde del 14 de mayo tuvo lugar junto a la tumba del Venerable, en la basílica cordimariana de Santiago, una solemne eucaristía que congregó a más de un centenar de fieles. En ella el párroco P. Fernando Vega Cortés destacó que el futuro santo claretiano estuvo estrechamente ligado a la basílica desde su primera piedra, y desarrolló desde la contigua primera comunidad claretiana en América sus principales campañas misioneras por la zona centrosur de Chile. 20

Padre mariano

Varios de los presentes dieron testimonios de su admiración por el Padre Mariano o de gracias recibidas por su intercesión, y el vicepostulador de la Causa enfatizó la necesidad de incentivar el conocimiento e invocación del Venerable, sobre todo en casos de enfermedades o accidentes graves, de donde se espera haga surgir el Señor el milagro necesario para su beatificación. Por su parte, en la ciudad nortina de Antofagasta se realzó el aniversario con varias iniciativas. Los niños de la Catequesis compartieron un conocimiento inicial de quien fuera apodado “el apóstol de Norte”, mediante una historieta difundida por la vicepostulación de la Causa. El domingo 13 se recordó la figura del Venerable en todas las misas, y el lunes 14 el párroco, P. Javier Montón, impartió la unción comunitaria a más de 120 personas afectadas por diversas dolencias. La Unión de Enfermos Misioneros confeccionó un panel sobre la vida del Padre Mariano que se mantuvo en exhibición a la entrada del templo basilical cordimariano. En la misma Antofagasta dastacan las actividades realizadas por la Casa de Acogida y Capacitación Padre Mariano Avellana, obra creada y dirigida por el P. René Durán dentro de una activa pastoral penitenciaria de largos años. Se realizaron celebraciones eucarísticas y reflexiones en las cárceles de hombres y mujeres, motivadas por la vida y misión preferente del Padre Mariano por los hermanos


encarcelados. En la Casa de Acogida se celebraron los 7 años de servicio solidario de esta obra en favor de los internos, sus familias, comunidades y niños del entorno. En tanto en Copiapó, uno de los focos de acción misionera más emblemáticos en la vida del Padre Mariano, el obispo claretiano P. Gaspar Quintana hizo memoria especial del Venerable –quien tiene lugar destacado en el templo catedralicio- y difusión del libro “Mariano, o la fuerza de Dios”, del P. Agustín Cabré.

En la misma senda Por otro lado, los equipos de niños, jóvenes, adultos, Familia Misionera y Enfermos Misioneros que integran a lo

largo del país el área pastoral claretiana de Misión Solidaria y Justicia, Paz e Integridad de la Creación, reflexionaron mediante fichas especiales sobre la acción misionera del padre Mariano en favor de los enfermos, los presos y los más necesitados, y realizaron acciones de amor solidario. En tanto, el Padre Mariano inspiró la misa de conmmemoración que celebraron estudiantes del Instituto Claret de Temuco. La eucaristía se organizó junto con un trabajo en equipo sobre los valores e identidad claretiana. Se recordó al Padre Avellana por su calidad humana y su ayuda a los más necesitados, especialmente en los hospitales. En la misma ciudad sureña de Temuco, el párroco del Corazón de María, P. David Quilodrán, organizó

reflexiones sobre el Padre Mariano para los meses de junio y julio, a cargo de sus comunidades Santa Teresa, San Antonio y Santa Gemita. En una misa dominical, en vez de homilía ha ofrecido una presentación en power point con fotos y datos de la vida del Venerable, se entregó material de difusión y se hizo oración. Una actividad muy emotiva protagonizó la Comunidad Padre Mariano, compuesta por unos 20 enfermos, varios de ellos minusválidos, que funciona desde hace años en la parroquia San Antonio Mª Claret de Santiago bajo la consigna de afrontar sus sinsabores con fe y alegría, apoyándose mutuamente. En memoria de su patrono celebraron una eucaristía y una reunión especial de reflexión y confraternidad. t

Se estudia posible Causa de un émulo de Mariano El gobierno general de la congregación claretiana decidió iniciar los estudios en orden a la posible introducción de la Causa de canonización del P. Tobías Martín Martín. Como TELAR lo dio a conocer en su anterior edición, se trata de un admirable misionero, español como el Venerable P. Mariano Avellana, que coincide con él en datos y testimonios de vida que llaman poderosamente la atención. Tras anhelarlo por largos años, fue destinado por los superiores en 1968 a la Prelatura de Humahuaca que los misioneros claretianos de la antigua región de Bética, sur de España, habían asumido ese mismo año en Argentina. Allí el padre Tobías trabajaría durante 30 años –como Mariano en Chile-, dedicado como él en forma preferente a los enfermos y los más abandonados, a quienes sirvió con singular abnegación, desplazándose por una geografía de grandes altitudes –hasta de 4.000 y 5.000 metros-, en precarios medios de transporte, a caballo o a pie. Igual que Mariano. Entre esos avatares misioneros, amenazados siempre por una salud débil desde la juventud, el P. Tobías logró entre el pueblo sencillo el apelativo de “santo”. Una vez más, como Mariano Avellana. Y como él, finalmente, falleció en un mes de mayo, en 1998, hace 14 años. Las primeras acciones en orden a su Causa se iniciarán en los próximos meses en las mismas ciudades, pueblos y

alejados villorrios de Humahuaca que recorrió incansable. Se buscará recoger testimonios de quienes lo conocieron, y seguir los pasos que orientará el postulador general de los claretianos, P. Vicente Pecharromán, quien con tal objeto viajará en su momento desde Roma. t

Padre mariano

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Claret, un evangelizador cautivado por el Corazón materno Viene de la pág. 19 >> Entre los grandes devotos y seguidores de la espiritualidad que brota del corazón materno de María se cuenta a san Antonio Mª Claret. Misionero incansable en tierras hispanas y en Cuba, alcanzó una relación de profunda intimidad y ternura con la Madre de Dios, y supo descubrir la riqueza del corazón que animó en ella su fidelidad incomparable al Señor. Lo adoptó como modelo, consejero, orientador y animador de su vida apostólica. El 16 de julio de 1849, junto a cinco sacerdotes amigos, Claret fundó en Vic, cerca de Barcelona, una congregación de misioneros populares que “fuesen y se llamasen Hijos del Inmaculado Corazón de María”. La sintonía con los sentimientos más íntimos de la Madre de Dios fue así el carisma o modo de ser que el santo fundador señaló a sus hijos como pilar de su vida misionera.

Hijos de su Corazón ¿Por qué eso de “Hijos del Inmaculado Corazón de María”? Desde muy niño, Claret tuvo una vivencia profunda del amor maternal de María conduciendo su vida y librándolo de grandes peligros. Con el tiempo fue dejando testimonios de que no se concebía a sí mismo ni a la evangelización que lo urgía, sin la acción maternal de la Madre de Dios. Enfatizaba que sus misioneros no podrían ser buenos evangelizadores si no estaban vinculados con fuerza a María. 22

Y no con un mero enlace. Para él, ellos eran hijos de María. Pero tampoco hijos cualesquiera. ¿Quién puede ser más tiernamente hijo que aquel a quien su madre llama “¡hijo de mi corazón!”? Y lo de “Inmaculado” tampoco es detalle secundario. Al poner énfasis en la condición de “intocada por el mal”, Claret siente que el papel de María se hace aun más esencial para el misionero como enviado a ganar con la Buena Noticia la batalla contra las fuerzas malignas. En definitiva, sólo en ese corazón podría beber la profunda espiritualidad de la “llena de gracia” que, haciéndose “esclava del Señor”, cumple a cabalidad sus designios, “guarda en su corazón” su Palabra, aconseja “hacer lo que su hijo diga”, y lo deja en primer plano para aparecer ella misma sólo junto a su cruz.

Una fundadora celestial

El Padre Claret remarcaba que fundar su congregación misionera fue voluntad de Dios y acción maternal de su Madre. Más aun: solía enfatizar que María misma la había fundado en un gesto de amor de su corazón. Ante los obstáculos que desde el comienzo afrontaron sus hijos, un día clamaba enfervorizado: “¿No os acordáis, Señora mía, de que Vos fundasteis esta Congregación? ¿No os acordáis?” Hoy, para los hijos del Corazón de María, llamados también claretianos, debido a su santo fundador, el carisma materno sigue siendo esencial, como lo enfatizó su padre. t Sigue en la pág. 27 >>

reflexiones


Santuario de El Challao, Mendoza:

Una muestra multitudinaria de profunda religiosidad mariana Miles de devotos veneran allí a María de Lourdes, en su festividad de febrero y los 11 de cada mes.

A 7 kilómetros de Mendoza se ubica el Santuario de El Challao, uno de los centros de espiritualidad mariana más importantes de Argentina. En los faldeos cordilleranos se alza hoy una obra imponente que creció como la imagen evangélica de la mostaza, desde una humilde capilla rural. Hacia 1920 el lugar era sólo un cerrito llamado El Bonete, algo menos arisco que el paisaje porque un hilo de agua que bajaba de la cordillera lograba allí dar vida a algunos álamos y sauces. De ahí el nombre de Challao, “Olla de agua”, dado por los huarpes cuyanos aborígenes. Allí el misionero claretiano Quintín Zamora bendijo en 1926 una ermita rudimentaria que una familia devota había levantado a Nuestra Señora de Lourdes. Fue el comienzo de una devoción creciente. Cada vez más peregrinos fueron recorriendo el trayecto desde la hermosa ciudad de Mendoza hasta ese sitio montaraz, que se fue convirtiendo en lugar agradable tras el descubrimiento de pozos de agua acordes con la toponimia original. Especialmente los días 11 de cada mes, fecha recordatoria de las festividades marianas en Lourdes. La modesta capilla inaugurada en 1941 quedó así ampliamente rebasada. En 1980 se iniciaban los planos del imponente santuario actual, inaugurado

en 1996. Mide 90 x 45 m., y tiene una altura de 65 m. Es un enorme anfiteatro con capacidad para 4.000 personas sentadas, con su perímetro cerrado por vidrios blindex. Junto con ser uno de los centros marianos más concurridos en la región, es el cuarto santuario en importancia nacional.

Una misión compartida En El Challao estuvo hace poco TELAR para conocer algo más sobre la vida del santuario. El P. Javier Grosso, su rector, admite que la labor al frente de tamaña obra es múltiple, pero subraya que es la comunidad claretiana –cinco misioneros- la que la realiza. Se comparten las tareas y se busca integrar a los equipos laicales. Los laicos –dice- juegan un rol muy importante en el santuario. En los días más apremiantes, desde el anterior a cada conmemoración, son citados los servidores para atender los requerimientos de las sucesivas ceremonias litúrgicas. Más de 50 voluntarios, hombres y mujeres de todas las edades, se esmeran en atender a los peregrinos. Una de las misas más concurridas es la dedicada a los enfermos. Muchos acuden en sillas de ruedas y son ayudados por los servidores. Estos orientan igualmente a los devotos que llegan a pedir informaciones o bendiciones, o vida claretiana

a entregar donaciones que luego Caritas distribuye a 12 instituciones asistidas por el santuario. Otros laicos actúan como animadores, lectores de la Palabra, músicos, o bien se encargan de la decoración y otras tareas que exige una celebración religiosa multitudinaria.

Un día 11 El día mayor del santuario es el de Nuestra Señora de Lourdes, 11 de febrero. Pero un 11 posterior, cuando llega Continúa >> 23


hasta allí TELAR, se puede observar en toda su magnitud la efervescencia religiosa que se produce cada 11 de mes. Es domingo, y amanece en Mendoza y El Challao. Desde temprano y como ocurrirá todo el día, delegaciones en microbuses, novios montados en motos, deportistas en bicicletas, ancianos apoyados en sus bastones, padres y niños que realizan sus meriendas junto al infaltable mate, sello de identidad argentina, constituyen el paisaje humano que pronostica otro 11 de profunda piedad popular. Una imagen de María de Lourdes al centro del predio, rodeada de 14 cruces que señalan las estaciones del viacrucis, es el marco espiritual que se respira en el lugar. Escuchamos testimonios de jóvenes parejas y sus pequeños hijos que buscan protección de María de Lourdes, agradecen sus favores o le ruegan que no falten el empleo y la salud. En

tanto, desde muy temprano las oficinas de Caritas han abierto sus puertas para recibir las donaciones que llegan de manera generosa. Víveres, ropa, juguetes, zapatos, alimentos no perecibles se van acopiando en las despensas dispuestas en el lugar. Son los cinco panes y dos peces que se multiplican en las canastas colocadas para recolectar las ofrendas. Las ceremonias litúrgicas se extienden durante el día. La más multitudinaria es a las seis de la tarde, cuando la muchedumbre ha colmado el santuario.

Un mundo que inquieta Muchos testimonios muestran a padres de familia inquietos ante lo que describen como crisis de fe en el mundo: “como padres queremos acercar nuestros hijos a la fe, pero hay elementos que cada día más atentan en contra. Cada vez es más acentuado el

P. Javier Grosso, rector del Santuario.

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vida claretiana

ataque al núcleo familiar, se enseña a vivir la vida sin Cristo, y lo que es trascendental ha pasado a ser una fábula”. Otro entrevistado señala: “hay abandono de los hijos, exceso de trabajo, lejanía de Dios, falta de amor por el que sufre… Nos han vuelto el corazón de piedra, y desconfiamos unos de otros”. Coinciden con la homilía en que el celebrante se ha referido a la televisión y sus “muchos programas que llevan una enorme carga de amoralidad y de conductas que hacen sujetos vacíos; donde con apariencia inofensiva se denigra a la persona”. Concluye una jornada devocional masiva cuando TELAR comienza a preparar el regreso a Chile. Imposible hacerlo sin un sentimiento de admiración por una muestra de religiosidad mariana tan grande y profunda como la que se respira en el santuario mendocino de El Challao. t Silvia Yermani Valenzuela


Dando de comer a los más abandonados, en la selva ciudadana Es larga tradición en las parroquias claretianas de Santiago de Chile entregar amor solidario a las llamadas “personas en situación de calle”, que carecen de hogar, se tienden por las noches donde y como pueden, y se las arreglan de alguna forma para comer. La parroquia-basílica del Corazón de María mantuvo tiempo atrás un comedor solidario que una vez por semana ofrecía a esos hermanos un almuerzo preparado y servido por abnegados voluntarios. La iniciativa operaba al alero de la devoción a san Judas Tadeo, una de las más arraigadas en el pueblo chileno, que tiene su santuario nacional en la basílica. La iniciativa comenzó con unos 80 cemensales y llegó a concitar a más de 200. Con el tiempo, algunos sucesos de tipo policial aconsejaron cambiar esa ayuda solidaria por otra similar. Surgió así otra modalidad que hizo historia en la ayuda solidaria de la parroquia. Un grupo voluntario tan abnegado como el anterior preparaba una vez por semana un par de grandes cacerolas con una cena que por la noche, contra viento, lluvia o frío, salía a repartir por un amplio sector de la ciudad capital donde la miseria se mimetiza durante el día, para acurrucarse por las noches bajo puentes, terrenos baldíos, carretones con

desperdicios, servicios hospitalarios de urgencia, y hasta en las alcantarillas. La tradición continúa hoy en manos y corazones de otros generosos voluntarios de la parroquia San Antonio María Claret, que siguen saliendo una noche por semana, para entregar con un plato de comida el mensaje de que en medio de la indiferencia, el egoísmo y los aires de grandeza de un país que se empeña en esconder sus miserias bajo la alfombra, sigue resonando la consigna de Cristo a sus seguidores: “cuando le diste de comer… a uno de éstos, lo hiciste conmigo”.

En la misma senda El grupo “Comunidad de vida Padre Claret”, de la capilla del mismo nombre que integra la parroquia San Antonio María Claret, viene desarrollando en la zona sur de Santiago una silenciosa labor similar de amor cristiano desde casi seis años. Son una docena de voluntarios a los que TELAR encontró, una noche de lunes, afanados en un par de pequeñas salas y una cocina junto a su capilla, preparando la comida para un centenar de comensales que les esperaban. Al poco rato llegó también a visitarlos el vicario episcopal de la zona, P. Miguel Hoban, columbano. vida claretiana

Pablo Quintana -hermano del P. Gaspar, obispo de Copiapó-, integrado a esa hermosa labor testimonial con Olga Gómez, su esposa, contó así algunos detalles. Alma del grupo es el también matrimonio formado por David Mura y Ruth Pino. Junto a ellos, todos ponen una cuota para comprar elementos básicos, juntan dinero con diversas iniciativas, y obtienen ayudas de otras manos generosas. Un dueño de amasandería dona cada semana cien panes. Una jueza del crimen, activa parte del grupo, aporta una vez al mes la comida, que envía su hijo, industrial del ramo. Como la necesidad no es sólo de comida, consiguen también ropa. Y hasta han celebrado la Navidad con sus beneficiarios de una de las humildes hospederías que conforman su amplio periplo nocturno. Este incluye, entre otras paradas, el mayor hospital de la comuna, un matadero, y barrios donde por las noches se cobija la miseria. Así, en más de tres horas, el amor cristiano en su más pura esencia recorre la noche santiaguina en el corazón, las manos y la palabra cariñosa de un grupo claretiano, en favor de un centenar de marginados por el mundo de la libre empresa, la competencia y el lucro. t 25


Centro Filosófico y Teológico Claretiano,afiliado a Universidad Pontificia de Roma La Pontificia Sagrada Congregación de Educación Católica ha aprobado la afiliación del Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos, CEFyT, de los misioneros claretianos en Córdoba, Argentina, a la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, como Instituto de Teología. El CEFyT es un centro intercongregacional superior de formación teológica en el que se forman quienes luego ejercerán su actividad evangelizadora en diferentes países, para el caso de las congregaciones misioneras. En él, quienes se reciben de profesores de Filosofía o de Ciencias Sagradas acceden a las correspondientes licenciaturas, con validez civil, ofrecidas por la Universidad Católica de Córdoba. También quienes cursan y aprueban 26

todos los cursos del CEFyT pueden obtener la licenciatura civil en Ciencias Religiosas. Desde hacía tiempo se buscaba, además, la afiliación a alguna facultad de Teología como trayecto propio de los estudios eclesiásticos. Las negociaciones han culminado con la afiliación como Instituto Teológico a la Pontificia Universidad Lateranense. Mediante este vínculo, los alumnos del CEFyT candidatos al sacerdocio podrán acceder al Bachillerato teológico. El CEFyT nació en 1975, gracias al esfuerzo común de varias familias religiosas, bajo la dirección de los misioneros claretianos. Su espíritu intercongregacional y su orientación a la realidad latinoamericana le imprimieron un carácter distintivo entre vida claretiana

los centros de formación teológica argentinos. Estructurado en su plan de estudios inicialmente para los candidatos al sacerdocio, ha acogido en su seno desde largo tiempo a los demás miembros del Pueblo de Dios. Brinda diversos servicios formativos a través del Departamento de Educación a Distancia (EaD). Tras Iniciarse con un proyecto bíblico-teológico, actualmente el EaD brinda una variedad de cursos de capacitación, diplomados y cursos con puntaje docente oficial. Su objetivo no se limita a la formación académica superior, ya que ofrece también cursos básicos y algunos gratuitos, fiel a su mandato fundacional de ser un centro educacional al servicio del Pueblo de Dios. t


Corazón de María, corazón de mujer Corazón de mujer que no sabe querer, que no sabe entregar toda el alma y el ser a la anguístía de amar, no se puede llamar, no se puede llamar corazón de mujer.

Viene de la pág. 22 >>

Esta antigua canción, muy laureada dentro del repertorio tradicional chileno, alude ‑en forma genérica, por cierto‑ a la capacidad insondable de amor que Dios depositó en el corazón de la mujer. Se dice que en ella radica la mayor garantía de preservación del género humano. Bibliotecas enormes podrían armarse con cuanto se ha escrito sobre el amor de la mujer. En su inmensa mayoría por manos masculinas; las mismas constructoras de una sociedad machista que por siglos y siglos ha esclavizado, marginado, utilizado o asesinado a la mujer como por derecho de propiedad privada. Esa sociedad eleva ditirambos hipócritas a la mujer y le dedica un día en el año, talvez como descargo de conciencia. Entretanto ella da al mundo, todos los días, lecciones sublimes de cómo saber querer y entregar toda el alma y el ser a la angustia de amar. Aquella antigua canción no es obra de inspiración masculina, sino de dos mujeres, las hermanas Mercedes y Lily Pérez Freire. Quizás la autenticidad de sus versos la ha hecho traspasar el tiempo. Ahora bien, si damos por cierto el tesoro de amor, generosidad,

abnegación, fidelidad y capacidad de sufrimiento que encierra generalmente el corazón de la mujer, bien podrían las hermanas Pérez Freire haber dedicado su hermosa canción al corazón de la madre de Jesús.

Así es el corazón de María Cuando el ángel anuncia a María que será la madre del Salvador, ella acepta humildemente su misión declarándose “esclava del Señor” (Lucas 1, 38). Sabiendo que su prima Isabel espera también un hijo y necesita cuidados, no duda en cruzar de inmediato las montañas para ir a servirla durante meses (Lucas 1, 36-39. 56). Al llegar donde ella, su corazón estalla de gozo y canta agradecido “las maravillas que ha obrado en ella el Poderoso y Santo” (Lucas 1, 46-55). Ningún otro corazón tuvo cercanía semejante con el del Hijo de Dios, al que sintió latir junto al suyo por nueve meses en su seno. No se puede entender cabalmente la profunda intimidad de María si se la separa de Jesús. Ambos corazones latieron al unísono, comprometidos sin reticencias con el plan de la salvación humana que el Padre había confiado a su Hijo. Hicieron de él la esencia de sus vidas. El corazón de Cristo estuvo entregado como ninguno a cumplir la voluntad de su Padre. Y María supo asumir como nadie la Palabra del Señor y comprometerse a cumplirla hasta el heroísmo. Continúa >>

reflexiones

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Viene de la pág. anterior >>

Corazón de María, corazón de mujer

“Guardaba todo en su corazón” Obediente a la voz de Dios, María da a luz a su Hijo entre grandes incomodidades (Lucas 2, 1-7). Y cuando los pastores llegan al pesebre a adorarlo, “María observaba cuidadosamente los acontecimientos y los guardaba en su corazón” (Lucas 2, 19). Luego acoge con sumisión la profecía que le anuncia sus tremendos sufrimientos futuros: “una espada atravesará tu corazón” (Lucas 2, 35). Poco después se levanta con presteza y huye al exilio con José y el Niño, cuando sabe que lo buscarán para matarlo (Mateo 2, 13-14). Más tarde busca con desesperación al Hijo perdido en Jerusalén, y aunque no entiende por qué la ha dejado sin avisarle, acepta que “las cosas del Padre son prioritarias”, y sigue “conservando cuidadosamente todas las cosas en su corazón” (Lucas 2, 41-51). Inicia con Jesús su vida activa demostrando un espíritu de servicio al prójimo tan detallista y delicado, que se anticipa a evitar un bochorno a los novios de Caná. Así le “arranca” a su hijo un milagro que ‑está segura‑ él no le negará, aunque parezca resistirse. Le 28

basta con dar a los servidores un consejo de oro: “hagan lo que él les diga” (Juan 2, 1-11).

El mayor ejemplo de fidelidad

huido como conejos o niegan siquiera conocerlo, María está allí, sufriendo”de pie”, como testimonia el evangelista Juan, que la acompañaba (Juan 19, 25).

Madre universal El corazón de María rebosa como ninguno en fe a toda prueba; confianza sin límites; fidelidad al Señor hasta el heroísmo, y -sobre todo- en el amor a Dios y al prójimo, mandamientos supremos refrendados por su hijo. Las pocas veces que los evangelios la mencionan durante la vida pública de Jesús, María anda tras él: “tu madre y tus hermanos te buscan” (Marcos 3, 32; Mateo 12, 47; Lucas 8, 20). Y cuando una mujer entusiasmada bendice el vientre y los pechos que han dado vida a tan gran profeta, Jesús responde que mucho más benditos son quienes “escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lucas 11, 27-28). Es, justamente, lo que su madre ha sabido hacer mejor que nadie. Ella nunca se exhibe. Más que a Juan Bautista le interesa “achicarse para que él crezca” (Juan 3, 30). Sólo se agranda y da la cara cuando hay que estar junto a él en su cruz. Cuando sus amigos -y en especial los varones- han

A Juan la confía Jesús antes de expirar (Juan 19, 26-27). Y el corazón materno de María se abre para recibirlo, y con él a todos los seres humanos como hijos, porque el Hijo de sus entrañas se ha entregado a la muerte por toda la humanidad. Tras la Ascensión del Señor, el corazón de su madre acoge con ternura a la Iglesia naciente, la acompaña en su retiro silencioso y la ayuda a preparar y recibir la venida del Espíritu Santo. Harto duros de cabeza habían sido hasta entonces los discípulos. Aunque vivieron por años al lado del Maestro, no entendieron su mensaje hasta que el Espíritu Santo los inundó, precisamente estando con María aquel día de Pentecostés (Hechos 1, 12-14; 2, 1-4). Y El corazón de María seguirá latiendo hasta el fin de los tiempos por todos y cada uno de sus hijos, aconsejándoles como en las bodas de Caná: “¡hagan lo que él les diga” (Jn 2, 5). t


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