Telar 62

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Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias Un vínculo afectivo con la familia claretiana

Año 18 - Nº 62 - Abril - Junio 2015

Jóvenes:

desafíos y esperanzas en un mundo candente


Mejora el sistema de correo

Grata sorpresa en Paraguay

Apreciado Director: Saludos desde Córdoba, y la noticia de que han llegado las revistas TELAR al CEFYT; esta vez con una inusitada rapidez, sobre todo teniendo en cuenta que las de Navidad aparecieron por acá en marzo. Ya estoy en la tarea de repartirlas; parece que esta vez estamos más aceitados en los mecanismos de distribución. ¡¡Bien por todos nosotros!! Un abrazo. Gabriela Peña Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos Córdoba. Argentina

Sr. Director: Me sorprendio mucho y muy bien que en la revista que entregan en la parroquia donde participo, aquí en San Juan Bautista, hayan colocado la canción paraguaya “Recuerdos de Ypacaraí” en idioma guaraní. Somos una nación bilingüe, y podemos mostrar muchas cosas de nuestra cultura. Sigan así, porque la revista es muy buena. Saludos.

Buena difusión, y reconocimiento

Apoyo y observación

Director y hermano: Te comento que recibimos las últimas revistas TELAR en Florencio Varela (Buenos Aires, Argentina), y ya las fuimos entregando entre los laicos de las diferentes instancias pastorales. Muy bueno el artículo que escribió Flavia. Desde ya, cuando quieras te esperamos por los asentamientos. Un abrazo.

Estimado Alfredo: He recibido TELAR, enero-marzo 2015. Siempre me ha parecido excelente la presentación de TELAR, e interesantes sus artículos. Vale la pena que se mantenga y mejore, si es posible. Te escribo porque he advertido un pequeño detalle, más bien un pequeño desliz: en la página 23, en la sección de colaboradores, se citan diversos organismos de Argentina, de Chile y de Catalunya. Me llama la atención que unas veces se habla de Chile, otras de Argentina, y por último de Catalunya. Es como si tú me dijeras que eres de Chile y yo te respondo que soy de Aranda de Duero. No rima del todo, ¿no te parece? Como tú bien sabes, hoy por hoy, Catalunya es España. Un abrazo.

Rubén Infantino, cmf

Cartas

Vicente Pecharromán Tristán, cmf Roma

Serapio Aguila Paraguay

Felicita, y agradece al equipo TELAR Estimado Alfredo: Hace unos días recibí el último TELAR, y luego Cartas del Sur. Así que ya estoy informado. Os felicito por el último número de TELAR. Me lo he leído de un tirón. En verdad, nos invitáis a los lectores a ir tejiendo las grandes esperanzas”. Como comprenderás, me enterneció el artículo de Juan Denis en los 25 años de la Escuela Especial de Temuco, “ joyita” de la Congregación. Me gustó el sencillo recorrido por América latina y el desafío por ir haciendo juntos una Iglesia nazarena con el clarividente apoyo del papa Francisco. Reitero las gracias a todo el equipo, y me alegro por vuestro empeño, porque sé muy bien lo que ha supuesto a TELAR llegar a ser mayor de edad (año 18 ). Un abrazo. Jesús Pastor G., cmf Elda, Alicante, España

Telar Es una publicación de los Misioneros Claretianos Director: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editor general: Alfredo Barahona Zuleta Diseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones Claretianas Zenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - Chile F. (56) 226 95 34 15, Fx. (56) 226 95 34 07 E-mail: eccla@eccla.cl · www.eccla.cl 2

Su opinión nos interesa Esta página está abierta para que los lectores puedan opinar: ya sea sobre la revista, sus artículos o temas, o sobre otros asuntos de interés acordes con el objetivo de TELAR: tejer la Buena Noticia en medio de la realidad del mundo, donde la familia claretiana y todos los cristianos estamos llamados a ser luz y sal. Las opiniones pueden dirigirse, a nombre del Editor general de TELAR, a: abarahona@eccla.cl , o bien, por fax, al Nº (56) 226 95 34 07. Por correo convencional, a Casilla 2989, Santiago-21, Chile. cartas


El flagelo de la podredumbre social A diario se denuncia cómo la tentación del dinero viene corrompiendo a instituciones y personas y causando estragos sociales a lo ancho del mundo. Y no sólo por la directa apropiación de fondos públicos o privados, sino también por intrincadas marañas de negocios sucios, sobornos, abusos de poder o información privilegiada, tráfico de armas o drogas, lavado de dinero u otros ilícitos altamente lucrativos; gracias, siempre, a las ventajas que otorga el poder político, económico, social, e incluso religioso. Nuestra iglesia muestra ejemplos tan vergonzosos como los del llamado “banco del Vaticano” y –aunque en otro ámbito, pero no ajeno– los miles de casos de pederastia, otros abusos sexuales o maltratos que por años han ido saliendo a la luz pública mundial. Se dice que no hay país alguno libre de corrupción. Ya casi no asombra que, en especial, el poder político se entremezcle con el económico y genere escándalos mayúsculos de corrupción. Aunque éstos han sumados a los del ámbito politicosocial y de la administración o seguridad pública otros como el deporte, convertido hoy en uno de los mayores y más oscuros negocios “globalizados”. El nuevo escándalo reciente de la FIFA y sus tentáculos es prueba más que suficiente. En nuestra Latinoamérica la corrupción política ha sido factor relevante de nuestras historias patrias, y sigue siéndolo. Chile ha sido remecido últimamente por un escándalo “in crescendo”. Políticos de diversos colores han ido saliendo a la luz pública implicados en contubernios con grandes empresas que habrían financiado sucesivas campañanas electorales, defraudado impuestos y logrado leyes en su propio favor mediante sobornos y cohechos.

Además, un pingüe negocio fácil urdido por el hijo de la Presidenta le ha desmoronado a ésta el apoyo popular. En Argentina, a mandatarios anteriores implicados en contrabando de armas y enriquecimientos ilícitos se suma el vicepresidente actual, imputado formalmente de corrupción; en tanto a comienzos de este año pereció en forma muy oscura un fiscal judicial a punto de testificar implicancia entre un sangriento atentado terrorista, en 1994, contra la mayor organización judía del país, y un acuerdo de la Presidenta que garantizaría impunidad a sicarios iraníes que habrían perpetradado aquel asesinato, con 85 muertos y 300 heridos. En Brasil, la Presidenta ha afrontado airadas protestas públicas por un gran escándalo de corrupción que afecta a la enorme empresa petrolera estatal. La “suciedad de la política” se ha convertido así en argumento primordial de un desapego masivo, especialmente de los jóvenes, respecto de la participación política y el interés por los asuntos públicos. No parece ser esta una actitud adecuada. Porque, por una parte, en el nivel político es donde se adoptan las decisiones fundamentales que afectan a los ciudadanos. Abstraerse de editorial

participar implica desentenderse de las consecuencias. Por otro lado, sólo una participación masiva puede lograr cambios de fondo en los países. Que los honestos ocupen el lugar de los corruptos es la forma lógica de desplazarlos. Porque ya sir George Bernard Shaw decía: “Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo, y por los mismos motivos". Por ello los propios países e instituciones deben arbitrar sistemas eficaces de control para detectar y sancionar las corrupciones. De la obligación, sobre todo para los laicos, de animar el orden temporal según enfatizara el Concilio Vaticano II (“Gaudium et Spes”, 75) derivaba Juan Pablo II que “los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política” (“Christifideles laici”, 42). A nadie mejor que a los jóvenes, por su capacidad de organización, ansias de cambios sociales y reacción contra las injusticias, cabe interpelar a que asuman su papel en instancias eficaces para erradicar la podredumbre social y aportar a la construcción de sociedades nuevas. Y si se trata de los cristianos, a la del Reino de Dios. Alfredo Barahona Z. 3


Cómo y por qué me hice claretiano

Tal como el Señor sostuvo “no me eligieron ustedes a mí; yo los elegí a ustedes”, (Jn 15, 16), quienes abrazan la vida sacerdotal o religiosa tienen una convicción común: Dios los llamó a hacerlo. Es lo que se entiende por “vocación”. Pero sólo algunos santos han tenido la experiencia mística de escuchar una voz divina que los llamaba. En la inmensa mayoría de los casos se trata de un camino en que se van entretejiendo predisposiciones personales, amistades, encuentros u otros acontecimientos normales del diario vivir. Cada cual se encamina mediante ellos a discernir la voluntad de Dios en la propia vida. Sin que en cada caso suelan darse sucesos o circunstancias que aparezcan como signos. El señor de la mies no escatima en llamar operarios a toda hora y pagarles con largueza (Mt 20, 1-16); pero parece preferir a los jóvenes mañaneros. Talvez por su agilidad, energía, entusiasmo y la limpia generosidad de sus ideales. Dos seminaristas claretianos que se preparan para la vida misionera en una casa de formación en Córdoba, Argentina, accedieron a contar sus propias experiencias vocacionales a los lectores de TELAR. 4

Dios invita por los amigos Me llamo Richar Vera y nací en Coronel Oviedo, Paraguay, el 6 de febrero de 1988. Soy el primero de cuatro hermanos. El origen de mi vocación a la vida religiosa comenzó cuando era estudiante de secundaria. En la parroquia donde participaba se hacía cada año un encuentro de jóvenes de las casi 70 capillas pertenecientes a la parroquia. Se llamaba“Primavera con Cristo” , porque se hacía en el día de la primavera. Participé en esos encuentros tres veces. En todas lo hicieron más de quinientos jóvenes de las capillas. En cada encuentro había momentos de oración, de reflexión sobre la realidad juvenil, de canto, de baile, de trabajos en grupos, de conocer y compartir con otros jóvenes… Era un espacio diferente en mi quehacer cotidiano, donde me sentía bien, interpelado por la realidad de mi alrededor. Mi inquietud era hacer algo por los demás, especialmente por los que más sufren y necesitan. En 2005, cuando cursaba el último año de secundaria, un compañero que estaba haciendo el acompañamiento con los claretianos me invitó a particiorientaciones

par de un retiro. Le dije que quería terminar primero mi secundaria, y después ver qué pasaba. Al año siguiente ingresó con los claretianos un primo mío; yo comencé a estudiar Periodismo.

Y así fue como acepté Para Semana Santa me invitaron a participar de un retiro en clave vocacional. Esa vez acepté. Viví una Semana Santa diferente, de reflexión, de encuentro con otros jóvenes con la misma inquietud vocacional. Ese retiro me marcó mucho; fue la base para preguntarme por la voluntad de Dios en mi vida. A lo largo del año 2006 hice el acompañamiento con los claretianos, participando en retiros, charlas y otras actvidades. Parecía ir descubriendo la voluntad de Dios en mi vida, pero nada era claro. Al final del año recibí una carta en que me avisaban había sido aceptado para ingresar como postulante. Así fue que dejé mi estudio e ingresé al seminario al año siguiente. Desde entonces sigo discernimiento la voluntad de Dios en mi vida. Cada día es una oportunidad para crecer y madurar en la respuesta que debo


darle. Ella me exige una entrega total que se va haciendo día a día. Estos años en la Congregación me han dado la oportunidad de conocer distintas realidades en las que vive la gente. A veces éstas son muy injustas; hay muchas personas o pueblos enteros que viven las consecuencias de la injusta o mala distribución de los bienes. Estas realidades alientan mi sueño misionero de que esas víctimas del sistema puedan tener una vida más justa. Otro de mis sueños es que en el mundo haya más solidaridad. En el futuro me gustaría brindar mi servicio misionero entre la gente más sencilla, humilde, los más olvidados de nuestra sociedad; vivir con alegría mi consagración religiosa.

Dios llama desde el pueblo Soy Ezequiel Fernández. Mi familia, allá en Salta, Argentina, donde nací el 24 de octubre de 1988, era pequeña y no muy religiosa, hasta que llegaron unos misioneros a mi barrio. Ahí puedo marcar un gran inicio, pues empezamos a caminar en una comunidad eclesial de base (CEB), que fue un modo nuevo como celebrábamos los encuentros: en las casas, misas y actividades de ayuda a otros desde lugares distintos al templo. Es en esa pequeña comunidad donde veo mis orígenes vocacionales. Nuestra ceb se llamaba “Somos la Iglesia en marcha”, y hoy el lema me acompaña como convicción: es necesario ser siempre una Iglesia en marcha, una Iglesia que es comunidad dinámica como pueblo en acciones de salida. Hago un recuerdo agradecido de Claudia Marquiegui, misionera y trabajadora incansable en las comunidades de base allí en Salta, quien ya celebró su pascua hace pocos años, y antes me invitó a mis primeras misiones en lugares pobres, en villas y pueblitos. A todo esto, yo seguía en el cole-

gio. No era de los que mejor se portaban, pero me defendía estudiando, lo que creo me ayudó bastante.

Buscando la ruta Cuando tuve que elegir carrera, en mi horizonte estaba hacer algo que me diera dinero y me posibilitase ayudar a los demás, a los pobres. Emprendí por el camino de la medicina, no pasando más allá del punto de partida. Entonces opté por ser biólogo, aunque no con mucho convencimiento. En ese año de universidad, lo claretiano se me cruzó por el camino de modo inesperado. Fue un contacto con Claret, con su experiencia misionera, con su creatividad y lucidez, con su experiencia de Jesús lo que me llevó a encantarme con la misión. Empecé a contactarme por mail con algunos misioneros, y seguí con conocer la comunidad, lo que me llenó de alegría y buena sensación. Aunque “era demasiado joven”, pues tenía 17 años, recuerdo patente el 28 de diciembre de 2006, cuando les dije a mis papás que cambiaba de rumbo. Mamá no quería que dejara la carrera, pero respetó mi decisión como importante en mi vida. Papá, de quien yo no auguraba muchos halagos, supo acompañarme y aceptó con un decir muy sabio: “si es de Dios, qué le vamos a hacer”; como si parafrasease conociendo a Gamaliel. orientaciones

Fue así que me decidí, porque eso que deseaba de “ayudar a los pobres” se me hacía más cercano siendo misionero. Yo quería ser cura; pero después vino esto de hilar más fino, hasta llegar a la vocación misionera que hoy me apasiona y moviliza.

Sueños misioneros Alguna vez leí de José María Vigil, cmf, que los claretianos estamos llamados a ser hombres de vanguardia y fronteras. Por esto, hoy puedo decir que mi sueño misionero es el que conjuga lo que considero mis dones con aquello que son las llamadas de Dios. Sueño con posiciones misioneras que favorezcan la educación, la formación de generaciones, de agentes pastorales en distintas necesidades. Sueño esto porque creo que la liberación de Jesús se traduce en una emancipación de las personas, donde “darse cuenta de las cosas para transformarlas” requiere de una toma de la palabra; y creo que nosotros, misioneros servidores de la Palabra, podemos colaborar con muchos otros en esta tarea de liberar y transformar. Todos colaboramos con esto, en distintas posiciones; yo lo hago desde el Centro Universitario El Tambo, en Córdoba, y con la libertad del Espíritu que suscita carismas particulares para la misión. 5


La Iglesia y el poder, una alianza funesta Una iglesia con poder de dominio social, político o económico, es tan aberrante como que Cristo Jesús haya sido emperador, multimillonario o esclavista. Ni Cristo lo fue, ni fundó una institución poderosa y dominadora. Su objetivo fue que una comunidad unida por el amor, la fraternidad y el servicio mutuo lo siguiera anunciando la “buena noticia” de la liberación de los oprimidos, la redención plena de los pobres, la sanación de los sufrientes y el amor de Dios (Lc 4,16-20). ¿Necesitaba para ello poder y dominio? En sociología se entiende por ”poder” la capacidad de influir, controlar, imponerse o dominar –es decir, “enseñorearse” de otros–, o bien, el conjunto de atribuciones con que una autoridad ejerce sus funciones. En diversas relaciones humanas el poder se impone por la fuerza o mediante una superioridad económica, política o social que suele generar estructuras de dominio de cuyos desmanes hay testimonios abundantes.

El ejemplo de Cristo ¿Puede suponerse que Cristo ideara una iglesia apoyada en el ejercicio de la fuerza –incluso armada–, en la alianza con grandes poderes politicosociales o sobre su propio poder económico? Nacido en un establo, Jesucristo creció como “hijo del carpintero” (Mt 13-55); “no tenía dónde reclinar la cabeza” (Lc 9,58); aventó al demonio que lo tentaba con poder, riquezas y deleites (Mt 4, 1-10); a una madre que le pidió sentar a sus hijos junto a él cuando 6

reinara, le contestó: “los gobernantes someten a sus súbditos, y los poderosos imponen su autoridad; entre ustedes, quien quiera ser grande hágase servidor de los demás” (Mt 20, 20-28). “Lávense los pies unos a otros” (Jn 13,14), fue su testamento. Cristo rehusó en forma tajante el poder político; huyó de quienes querían alzarlo rey, y en instancia de vida o muerte declaró: “mi reino no es de este mundo; si lo fuera, mis soldados me habrían defendido” (Jn 18,36). La primacía que otorgó a Pedro no fue de predominio, sino de “confirmar a sus hermanos en la fe” (Lc 22,32) y “apacentar las ovejas” (Jn 21, 15-17).

La Iglesia primitiva y su desviación Fieles a estas enseñanzas, los primeros cristianos procuraron vivir en fraternidad, ponían sus bienes en común y hasta vendían sus propiedades para ayudar a los necesitados (Hch 4, 32-37). De su fidelidad al Maestro dan fe tres primeros siglos de papas santos e innumerables mártires. Pero a comienzos del siglo IV surge el emperador Constantino, a quien se ha pintado como el gran converso que, inspirado por el Espíritu, liberó a la Iglesia de la persecución y le dio primacía en su imperio. En realidad, Constantino fue un gran oportunista que, previendo el fin del Imperio de Occidente, intuyó a la Iglesia como un gran cuerpo organizado que podría revitalizarlo, y al Papa como figura capaz de llegar a sustituir al emperador. Con tal objeto construyó las primeras grandes basílicas romanas; colmó reflexiones

al Papa de riquezas hasta convertirlo en el mayor propietario de la Roma consagrada como sede del cristianismo; se autoproclamó “obispo exterior” sin estar siquiera bautizado; convocó, organizó y manipuló los primeros concilios, y manejó al papado a su propia conveniencia.

Perniciosa agudeza política El tiempo le daría a Constantino la razón: el Papa llegó a sustituir la figura del emperador romano; de la antigua corte imperial surgieron los cardenales, que en buen número harían historia como avezados políticos o cortesanos de exquisita mundanidad, y algunos hasta ahora se sentirían “príncipes de la Iglesia”. Constantino causó así a la Iglesia uno de los mayores daños, que se agigantó con los siglos cuando el papado armó poderosos ejércitos; conquis-


como santo refundador del Cristianismo. Para encaramarse a la cumbre del imperio desplazó, derrotó por las armas o simplemente asesinó a sus adversarios. Se convirtió así en el primer emperador en asumir el poder absoluto hereditario, que no había existido en Roma. Con tamaño poderío en sus manos asesinó a su cuñado, a su segunda esposa, e incluso a su hijo mayor. Se cuenta que, aterrado por sus crímenes ante la perspectiva de la muerte, quiso bautizarse porque le aseguraron que el sacramento original borraba todos los pecados. Pero se hizo bautizar por Eusebio de Nicomedia, obispo de la herejía arriana que por entonces dividía a la Iglesia y a quien él mismo había hecho designar.

La oscura saga del cesaropapismo

tó reinos a sangre y fuego; se mundanizó hasta la vergüenza de los peores pontificados del Renacimiento, y creó una institución tan horrenda como la Inquisición, cuyos crímenes parecen el catecismo de las más sangrientas dictaduras modernas. Se había consumado así el llamado “cesaropapismo” o “papismo cesáreo”; se habían unificado los poderes político y religioso, y la Iglesia venía a ser regida como un imperio.

Andanzas de Constantino En el origen de aquella alianza, increíble hasta Constantino, estuvo su madre, santa Elena, convertida de joven al cristianismo, quien quiso compensar con largueza las persecuciones de siglos mediante el poder de su hijo. Asombra que el emperador Constantino sea venerado por las iglesias ortodoxa y católica bizantina griega

Las consecuencias de su fusión con el poder político se hicieron sentir pronto en la Iglesia y se acrecentaron con el tiempo. Constantino se estableció en Oriente, con sede en la que pasó a ser Constantinopla, y el año 325 convocó, financió y manipuló el primer concilio ecuménico, de Nicea, que presidió nominalmente un delegado papal. Nunca se definió como cristiano, y mantuvo hasta su muerte el título de “sumo pontífice” del sacerdocio pagano. Casi medio siglo después lo asumieron los papas. Muerto el emperador y tras 50 años de ires y venires en las opciones religiosas impuestas por sus sucesores, Teodosio I declaró al cristianismo religión oficial del imperio y convocó en 381 el Primer Concilio de Constantinopla, al que el Papa ni siquiera envió un delegado. Por casi seis siglos los siguientes concilios se realizaron todos en Oriente y bajo el control de los emperadores. Sólo en 1122 tuvo reflexiones

lugar en Occidente y convocado por un papa el Primer Concilio de Letrán. En virtud del ceseropapismo, Iglesia y Estado se apoyaban mutuamente, pero los emperadores se sentían depositarios de la autoridad divina y se arrogaron el poder absoluto sobre la religión y el gobierno. Eran coronados por los papas, pero, considerándose los legítimos sucesores de Pedro, manipularon las elecciones papales, manejaron a los elegidos, los adularon, enriquecieron, desterraron o metieron presos a su arbitrio.

Ruta de las grandes vergüenzas En un devenir vergonzoso a lo largo de centurias, al menos 72 papas fueron envenenados o asesinados violentamente; 28 murieron armas en mano o en prisión; 26 fueron homosexuales promiscuos entre los efebos de las cortes papales, de cuyas prostitutas nació una vasta descendencia pontificia; papas como Julio II, Bonifacio VII y Alejandro VI contrajeron sífilis. No menos escandaloso ha sido el poder económico eclesial. En nuestros días, el Instituto para las Obras de Religión, IOR, o “banco vaticano” se ha visto envuelto en tortuosos manejos lindantes con el delito y hasta en sonados crímenes mafiosos. Tampoco son ajenos al abuso de poder los miles de escándalos sexuales que siguen remeciendo a la Iglesia. Hoy, cuando el papa Francisco emerge como esperanza de “otra iglesia posible”, quizás una de sus frases marcadas logre reorientar hacia el puerto original la brújula desviada por Constantino: “el verdadero poder es el servicio”. Como Cristo lo subrayó. Haber ejercido otras formas de poder ha originado las peores deserciones en que la Iglesia ha caído respecto de los ideales y objetivos de su fundador. Alfredo Barahona Z. 7


Vivimos tiempos de esperanza La mitad del año nos encuentra con una iglesia que está esperanzada; mantiene la ilusión de seguir abriendo espacios. La impronta que el papa Francisco ha dado a la orientación eclesial en su servicio al mundo, da garantías para un futuro mejor: donde las bases creyentes asuman más protagonismo; el servicio jerárquico sea más humilde y actúe más de acuerdo al Evangelio; donde se dialogue y no se imponga; se acaricie y no se golpee. Hay un desplazamiento hacia la comunidad, superando la política centrípeta que desde el Vaticano se había impuesto desde comienzos de la década de 1980. Hay indicadores de esto. El respeto hacia las conferencias episcopales, la incorporación de nuevos referentes laicales en asambleas e instituciones eclesiales, la denuncia de Francisco respecto al “papel de la mujer, que queda relegado a tareas de servidumbre y no de servicio”. Habría que hacer una estadística de cuántas religiosas están atendiendo a cardenales, nuncios y magnates religiosos en labores de servidumbre, quizá sin contratos de trabajo y a un nivel de bajos ingresos, viviendo el “temor reverencial” a la autoridad. 8

La beatificación del arzobispo Romero, a quien el pueblo ya había canonizado, ha sido también un elemento positivo en esta política nueva de valorar el sentimiento de las bases católicas (ver artículo en esta misma edición de TELAR).

Otros signos alentadores Será también un acontecimiento especial el Año jubilar de la Misericordia que Francisco abrirá oficialmente el próximo 8 de diciembre, invitando a todo el mundo a tener un corazón de hermano; un tiempo de sanación de los rencores, pero que en ningún caso olvida la justicia en las relaciones humanas. Lo que es delito seguirá siéndolo y deberá enfrentar el juicio social; pero el rencor y la venganza no son cristianas, por lo que el Año de la Misericordia será un tiempo oportuno para sanar las heridas interiores. Igualmente se ha llamado a celebrar el Año de la Vida Consagrada, invitando a religiosas y religiosos a reflexionar sobre el don vocacional y a vivirlo con entereza y alegría. Por cierto que el nombre dado a la experiencia vocacional del “religioso” no es el más acertado. Porque todo pulso de la iglesia

ser humano tiene vida religiosa, aun los que no se adscriben a ninguna religión; el ateo tiene ciertos valores en los que cree y por los que es capaz de jugarse la vida. Tampoco es feliz la denominación de “vida consagrada”, porque todo cristiano es un consagrado en razón de su bautismo. Pero mucho peor era la antigua definición, felizmente superada, de “estado de perfección”; porque todo seguidor de Cristo está llamado a “ser perfecto como el Padre celestial es perfecto”. Además que se trataba de un título soberbio y vanidoso que se desdecía con los hechos de la vida ordinaria. No hay todavía un término apropiado para designar a ese estado de vida que asumen ciertas personas en su camino espiritual y que las ubica en una burbuja social y eclesial con determinadas características.

No hay que descuidarse Otro suceso esperanzador es el Sínodo de la Familia. El debate y la formación de criterios más acorde a la realidad, desde la perspectiva del Evangelio, son una necesidad en un mundo que ha cambiado sus paradigmas éticos. Habrá que estar alertas ante los discursos de un grupo refractario y conservador que ya ha hecho llamamientos al papa Francisco para que no abra la puerta a nuevas formas de expresión familiar. Ese grupo, liderado por el cardenal norteamericano Raymond L. Burke y en el que se cuenta a numerosos magnates de oropel de la burguesía europea, está activo y busca entorpecer los caminos hacia una ética cristiana renovada, liberadora y propositiva. Habrá que estar atentos para no confundir galgos con podencos. Agustín Cabré Rufatt agustin@claretianos.cl


Latinoamérica: los jóvenes, entre los más perjudicados y luchadores Analicemos esta vez a la luz de las realidades de los jóvenes el devenir de nuestra Abya Yala o Patria Grande latinoamericana. El mundo entero, y con él Latinoamérica, lleva un rumbo que parece imparable; nos guste o no. Imposibles se ven otras opciones. Pero en una red inmensa de caminos que se cruzan y separan, son los jóvenes quienes más actúan como luces, llamando a despertar, a salir del camino establecido. Nos invitan a movilizarnos por romper el esquema. Aunque muchas veces son ninguneados, silenciados, perseguidos y hasta asesinados. Todo por una misma razón: ser soñadores, rebeldes, luchadores; ser jóvenes.

Generación “ni-ni” Entre los ejemplos, la exclusión social es una realidad que vive cerca de un 20% de los jóvenes entre 18 y 24 años en Argentina; ni trabajan ni estudian. Son los jóvenes “ni-ni”. Que uno de cada 4 jóvenes sea “ni-ni”, tiene enormes consecuencias para el futuro de cualquier país; alimenta el círculo vicioso de la pobreza. Estos jóvenes pertenecen en gran parte a los sectores de más bajos ingresos y no han terminado la escolaridad; tendrán así pocas opciones de encontrar empleos bien remunerados. Su exclusión del mercado laboral y de la educación los hace propensos a la delincuencia, la violencia y las drogas. Esta situación afecta en verdad a toda América latina. Según estimaciones de la OIT, de los 108 millones de jóvenes que viven en el subcontinente, el 34% se dedica a estudiar y el 33% trabaja. El 13% realiza ambas actividades, mientras que casi el 20% ni estudia ni trabaja.

Datos ilustrativos En Chile, el 56% de los jóvenes sólo estudia, mientras en Guatemala hace lo propio el 20%. Por el contrario, en Guatemala el 44% sólo trabaja, y en Chile lo hace el 22%. En los países del Cono Sur, el 17% trabaja y estudia a la vez, lo que ocurre apenas con el 10% de los que habitan en Centroamérica o el área subcontinental andina. Continúa >> pulso de la patria grande

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Según la última encuesta de caracterización socioeconómica nacional, de 2009 hasta hoy los jóvenes ni-ni disminuyeron en Chile en 115.000, aunque sigue habiendo 600.000. La realidad de los jóvenes ni-ni es innegable. En Bolivia son el 11.4%; en Ecuador, el 14.7 %; en Honduras, el 26.7%, y en Colombia el 27.6%. Países como Brasil, México y Perú se ubican en el entorno del promedio regional con 17.9, 21.0 y 20.5%, respectivamente. Esto se refleja en gran parte del subcontinente; y aunque no hay estudios comparados para la región, algunos sectoriales calculan que el grupo se ha ido reduciendo en las últimas décadas, pero al mismo tiempo su situación se ha hecho más precaria; la exclusión educativa y laboral se prolonga en el tiempo y provoca secuelas más graves que en el pasado.

Desempleo juvenil La pregunta es, entonces: ¿por qué tantos jóvenes no estudian ni trabajan en nuestra América latina? Según la OIT, cerca de 27 millones de jóvenes de Latinoamérica y el Caribe trabajan de manera informal. Seis de cada 10 empleos disponibles para ellos son puestos de trabajo de mala calidad y escasa productividad, con salarios bajos, sin estabilidad, perspectivas, protección social ni otros derechos. La tasa de desempleo juvenil llega a 13,3% en el promedio regional; más del doble que la de los adultos. Se calcula que más de siete millones de jóvenes no logran conseguir empleo, lo que equivale al 40% del total de desocupados en la región. 10

Factores de la exclusión Los problemas de inserción educativa y laboral de los jóvenes son preocupantes. Las crisis que han tenido lugar en la última década, especialmente en Europa, sumadas a los problemas de desarrollo y cambio de modelos productivos y de crecimiento en Latinoamérica, los han redimensionado en ambos continentes. En general, los gobiernos no aplican políticas juveniles reales para revertirlos. Las medidas apuntan a la inserción juvenil al empleo, pero resultan de poco interés porque los ingresos ofrecidos son muy bajos. Esto ha ocasionado que numerosos jóvenes opten por la delincuencia. A su vez, dada la baja escolaridad y escasa formación técnica, es compleja la posibilidad de acceder a mejores situaciones laborales. Se necesitan acciones que fomenten la contratación preferencial de jóvenes con asignación de recursos de inversión pública en infraestructura y otros mecanismos afines, para cambiar realmente la situación.

Caminos de solución La educación debiera orientarse hacia modelos de inclusión y calidad. Las escuelas de hoy deben interactuar con adolescentes que nacieron y se criaron en un mundo muy diferente al de sus padres y maestros. Los proyectos educativos han de apuntar a una interacción con los jóvenes donde la experiencia sea productiva y enriquecedora; los profesores ya no pueden ser meros informadores, sino adoptar una posición de mayor dinamismo, adaptándose y utilizando recursos que generen interés en sus alumnos (internet, redes sociales, etc.). El modelo pedagógico debe dejar atrás la frontalidad y

pulso de la patria grande


de una joven por lo injustificable: por la ropa que llevaba puesta, o porque subía fotos sexies a redes sociales, o porque salía a bailar de noche, etc…” El 3 de junio se realizó en Buenos Aires una marcha de protesta multitudinaria contra la violencia de género y los femicidios. La violencia masculina es mayor entre los jóvenes; la mayoría de las mujeres tenía entre 19 y 30 años.

Signos alentadores

el individualismo, optando por espacios de horizontalidad y trabajo en equipo, variando las técnicas de control y evaluación. Pero no todo es trabajo y estudio. Un factor relevante es la cohesión social. Debe avanzarse en la titularidad de derechos y las políticas de fomento a la equidad, el bienestar y la protección social. Las sinergias entre equidad social y legitimidad política; el empoderamiento ciudadano; las transformaciones socioeconómicas y en la interacción social; la promoción de una mayor igualdad y reconocimiento de la diversidad; la superación de las brechas socioeconómicas y el sentido de pertenencia: todas estas herramientas sociales han sido destruidas por el actual sistema socioeconómico en que el mundo se halla inmerso por un capitalismo neoliberal salvaje.

Empoderamiento y despertar Pero no todo es negativo en la realidad juvenil de la Patria Grande. Los jóvenes se movilizan y luchan para acceder, con la sociedad toda, a más derechos, mejor calidad de vida y dignidad para todos. En Argentina, y en línea con otros países, se generó el movimiento #NiUnaMenos. Una mujer muere cada 30 horas por causa de la violencia de género. En 2014 se registraron 277 femicidios; en 2012 eran 255. En un 62% los responsables fueron sus actuales o exparejas. Hay en nuestras sociedades una tolerancia generalizada para la discriminación y la violencia masculina contra mujeres y niñas. La investigadora social y abogada feminista argentina Claudia Hasanbegovic explica que “esta tolerancia social se expresa en frases culpabilizadoras hacia las víctimas, que pretenden ‘justificar’ la muerte o la violación sexual

En otros campos, los avances en la nueva relación entre EE.UU. y Cuba ya comienzan a dar réditos. Los cerca de 250 estudiantes norteamericanos que transitan por las escuelas de medicina y el sistema sanitario de la isla caribeña desde el año 2000, han ido aumentando este año y construyendo con su presencia una de las páginas más reveladoras de convivencia provechosa entre ambas naciones. En Chile, el movimiento estudiantil ha retomado nuevas fuerzas en los últimos meses, enfrentándose al gobierno de Bachelet por la reforma educacional que está llevando a cabo, la que significará ciertos avances, pero tiene aún muchos faltantes. La gratuidad de la educación superior ha sido una promesa clave, pero ya se ha dicho que en primera instancia será sólo para algunas universidades; los centros de formación técnica no figuran en los planes. Los jóvenes han levantado la voz principalmente tras la violencia ejercida por la policía en recientes manifestaciones, dejando heridos graves. En Honduras, dada la crisis política en que está inmerso el gobierno tras denuncias de corrupción que afectan al gobernante Partido Nacional, el grupo de jóvenes identificado como “Oposición Indignada” ha realizado con gran apoyo ciudadano varias marchas en diversas ciudades del país. El movimiento se ha declarado independiente de los partidos de oposición. En México, las manifestaciones juveniles mantienen en alto la indignación pública por la aún no resuelta desaparición de 43 estudiantes normalistas secuestrados y presuntamente asesinados en septiembre último. Pese a ello, el gobernante PRI mantendrá el control del Congreso tras las elecciones realizadas en junio. Sin duda, los jóvenes son actores esenciales en el caminar de nuestros países. No son futuro, sino presente que tiene sus fuerzas enfocadas a luchar por un futuro mejor. Sufren discriminaciones, a veces son ignorados por las políticas de estado, pero su espíritu los está llevando a seguir adelante, levantar la voz siempre que sea necesario, y ser los constructores de un mundo mejor.

pulso de la patria grande

Francisco Lazo M. 11


Entre violencias e injusticias, alumbra la luz Las generaciones mayores han acuñado el ácido eslogan “todo tiempo pasado fue mejor”, y se escucha con frecuencia que “nunca el mundo estuvo peor que ahora”. Pero analistas más objetivos consideran que, si bien el devenir de la estirpe humana está tapizado de maldad, destrucciones e irracionalidad, el balance del progreso humano a lo largo de los siglos resulta positivo. Con mayor razón si se le evalúa con ojos de fe y esperanza. Así avanza el decimoquinto año de este siglo XXI. Con profunda amargura, el inmortal “Cambalache” del argentino Enrique Santos Discépolo había lanzado sobre el anterior el anatema de ser “un despliegue de maldá insolente” donde se vivía “revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseados”, con suprema “falta de respeto y atropello a la razón”. Ahora otro argentino, el papa Francisco, concita en el mundo un aliento arrollador de esperanza en una nueva era mejor para la humanidad. Aunque, según los más pesimistas, las “maldades insolentes” de hoy hagan del siglo XX un mero juego irrisorio.

Bestialidad publicitada La inmediatez de nuestros medios de comunicación y su inmensa superioridad sobre los de décadas atrás, es factor principal del impacto social que causan ahora los hechos espectaculares. Bien lo saben las poderosas organizaciones terroristas que con una bestialidad hasta ahora no vista han continuado su avance en sectores claves del Medio Oriente y Africa. 12

El autodenominado Estado Islámico –EI, ISIS o DAESH por sus siglas, española, inglesa o árabe-, surgió hace más de 10 años como organización terrorista para enfrentar la invasión occidental sobre Irak. Hoy se ha hecho fuerte en vastos sectores de ese martirizado país y se ha extendido a otros con singular brutalidad horriblemente publicitada: masacrando, degollando o quemando vivas a sus víctimas frente a sus propios equipos de televisión.

Horrores en Irak y Siria En mayo la Misión de Asistencia de la ONU para Irak informó que en 11 meses la situación de guerra interna que vive el país había causado más de 44.000 víctimas civiles, de ellas 15.200 muertas. A comienzos de junio se denunció que en sus correrías por el país el ISIS ha secuestrado a más de 500 menores para usarlos como “niños bombas” o combatientes incluso de 10 años. Por su parte Siria, país devastado por una guerra civil que se prolonga por más de cuatro años, contabilizaba a comienzos de éste más de 210.000 pulso del mundo

víctimas y 6 millones de emigrados. Y si no fuera por el Papa Francisco, quien con su autoridad moral se plantó ante el mundo en septiembre de 2013 para impedirlo, USA habría barrido con misiles el país acusándolo de utilizar armas químicas. Entretanto el ISIS se ha enseñorado allí de tal forma que hacia fines de mayo controlaba la mitad del país, tras haber ocupado con su salvajismo habitual la histórica ciudad de Palmira, que guarda riquezas arqueológicas entre las más preciadas del mundo. Con ultrafanatismo supuestamente islámico, los invasores han destruido estatuas milenarias, por considerarlas “idolatrías infieles”. Casi un detalle, porque tras entrar en la ciudad ejecutaron a unas 400 personas, en su mayoría ancianos, mujeres y niños.

“De tal palo…” Integrado al ISIS se ha declarado Boko Haram, otra poderosa agrupación de igual orientación y métodos. Afianzada en Nigeria, Africa Occidental, se ha extendido a Camerún, Níger y Chad, y en 6 años ha dejado


14 están ligados al fundamentalismo islámico: Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Irán, Irak, Libia, Maldivas, Nigeria, Paquistán, República Centroafricana, Somalia, Siria, Sudán y Yemen.

¿Vergüenza para la humanidad?

15.000 muertos y más de un millón y medio de desplazados. El año pasado comenzó a secuestrar mujeres y niñas. Según Amnistía Internacional, unas 2.000 han sidos raptadas en 15 meses. El ejército liberó a fines de abril a 96 adultas y 200 niñas. No se ha aclarado aún si entre éstas hay algunas de las 200 secuestradas de una escuela hace más de un año. Se sabe que mujeres y niñas sufren agresiones sexuales, son obligadas a trabajos forzados, a casarse y a convertirse al islam.

Recién estrenado su pontificado, el papa Francisco viajaba a Lampedusa, isla italiana entre Sicilia y Africa, para denunciar “in situ” una de las mayores vergüenzas del mundo actual: miles de emigrantes, huyendo hacia Europa por el hambre o las matanzas en sus países africanos o asitáticos, se han hundido en frágiles barcas atiborradas hasta los mástiles por mafias traficantes de seres humanos. De los que han logrado tocar tierra, el año pasado desembarcaron sólo en Italia 170.000. En lo corrido de este año se ha logrado rescatar del Mediterráno a más de 80.000. El trato a los que llegan suele ser denigrante. De entrada son enviados generalmente a centros de internamiento; en los italianos hay actualmente 80.000. Pese a las presiones de organismos humanitarios, en gran mayoría son devueltos. Sobre los desaparecidos en el Mediterráneo no hay recuento posible. En el último naufragio de repercusión mundial, el 20 de abril perecieron más de 900.

Mártires modernos

Luces de esperanza

Según el informe 2014 de la fundación pontificia Ayuda a Iglesias Necesitadas, AIN, los cristianos son la minoría religiosa más perseguida en el mundo. Tres de cada cuatro personas que sufren por razón de su fe pertenecen a alguna de las denominaciones cristianas. 200 millones de cristianos son perseguidos, y otros 50 millones sufren discriminación. Entre los estados más persecutores predominan países musulmanes. De 20 clasificados como de “alta persecución”,

Entre tantos miles de muertos y sufrientes, otras tantas pequeñas luces no dejan de sustentar a lo ancho del mundo la fe y esperanza en mejores días para el mundo. Se dice que “los hechos positivos no venden”, por lo que poco se les investiga y menos aun aparecen en los medios de comunicación. Pero ya es casi habitual que buena parte de las “buenas noticias” sean protagonizadas por el papa Francisco. Su papel en el histórico acercamiento entre USA y Cuba se vio refrendapulso del mundo

do por su encuentro con el presidente Raúl Castro el 10 de mayo. El 29, USA sacó a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, donde la tuvo por 33 años como argumento para mantener su aislamiento y embargo. Otro golpe de timón diplomático dio Francisco esos mismos días al anunciar el primer acuerdo formal entre el Vaticano y Palestina, que pese a la molestia de Israel da peso legal al reconocimiento de la Santa Sede al Estado palestino, hasta ahora de facto. El Papa se ha preocupado de mejorar las relaciones entre los diferentes credos, fomentar los encuentros interreligiosos y la protección de los cristianos perseguidos en Medio Oriente. Así lo ha hecho al recibir por segunda vez el 10 de junio al presidente ruso Vladimir Putin, quien ha sido poder equilibrante en la tragedia siria. Por las actuales relaciones Vaticano - Kremlin y entre el papado y el patriarcado ortodoxo, talvez Francisco podría realizar el sueño incumplido de Juan Pablo II y Benedicto XVI de peregrinar a Rusia. Analistas vislumbran no lejano el día en que también pueda visitar oficiamente China. Mientras tanto tiene acordado viaje para el 23 de septiembre a los EE.UU., donde se entrevistará con el presidente Barack Obama y hablará en las Naciones Unidas. Pero antes volverá a su Latinoamérica, visitando Ecuador, Paraguay, Bolivia y Cuba. Se ha anunciado que el próximo año llegará a Chile, con cuya presidenta, Michelle Bachelet, se reunió el 5 de junio, tras haberlo hecho con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el singular exmandatario uruguayo José Mujica. También ha recibido por quinta vez a Cristina Fernández, la conductora de su natal Argentina, adonde, junto con Uruguay, se ha anunciado que viajaría también en 2016.

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El trabajo, ¿un raro atributo arqueológico?

Eduardo Galeano*

“Los derechos de los trabajadores”, ¿es un tema para arqueólogos, una memoria perdida de tiempos idos? Pregunta más que nunca actualizada en estos tiempos de crisis, en que los derechos están siendo despedazados por el huracán feroz que se lleva todo por delante; que castiga el trabajo, en cambio recompensa la especulación, y está arrojando al tacho de la basura más de dos siglos de conquistas obreras.

La tarántula universal Ocurrió en Chicago en 1886. El 1º de mayo, cuando la huelga obrera paralizó Chicago y otras ciudades, el diario Philadelphia Tribune diagnosticó: “El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate”. Locos de remate estaban los obreros que luchaban por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio mamarracho. Se llamaban George Engel, Adolph Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies. Marcharon a la horca mientras el quinto condenado, Louis Lingg, se había volado la cabeza en su celda.
Cada 1º de mayo el mundo entero los recuerda. Estuve en Chicago hace unos siete u ocho años, y les pedí a mis amigos que me llevaran al lugar donde todo eso había ocurrido, y no lo conocían.

Entonces me di cuenta de que en realidad esta ceremonia universal –la única fiesta de veras universal que existe–, en Estados Unidos no se celebraba; o sea, era en ese momento el único país del mundo donde el 1º de mayo no era el Día de los Trabajadores. En estos últimos tiempos eso ha cambiado. Recibí hace poco una carta muy jubilosa de estos mismos amigos contándome que ahora había en ese lugar un monolito que recordaba a esos héroes del sindicalismo, y que se había hecho una manifestación de cerca de un millón de personas en su memoria, por primera vez en la historia. Y la carta terminaba diciendo: “ellos te saludan”.

Una enfermedad llamada “trabajo” En 1714 murió Bernardino Ramazzini. Era un médico raro, rarísimo, que

empezaba preguntando: “¿En qué trabaja usted?”. A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia. Su experiencia le permitió escribir el primer Tratado de Medicina del Trabajo, donde describió –una por una– las enfermedades frecuentes en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos. Mientras Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott. Siguiendo las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la muerte de los obreros pobres. Y entre otros hallazgos descubrió por qué era tan breve la vida de los niños deshollinadores. Estos se deslizaban desnudos por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza respiraban mucho hollín. El hollín era su verdugo.

*Eduardo Galeano leyó el texto que aquí extractamos y subtitulamos, ante más de 5.000 participantes en la sesión de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Ciudad de México, noviembre de 2012. 14

orientaciones


Desechables o reciclables Más de 90 millones de clientes acuden cada semana a las tiendas Walmart. Sus más de 900 mil empleados tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación. Y más, el fundador de Walmart, Sam Walton, recibió en 1992 la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos. Uno de cada 4 adultos norteamericanos y 9 de cada 10 niños engullen en McDonald’s la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de McDonald’s son tan desechables como la comida que sirven. Los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicalizarse. En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett-Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró “union free” (libre de sindicatos) el sector electrónico. Tampoco tenían ninguna posibilidad de agremiarse las 190 obreras que murieron quemadas vivas en Tailandia en 1993, en el galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart Simpson, la Familia Simpson y los Muppets.

Trabajo “modern style” En sus campañas electorales del año 2000, los candidatos Bush y Gore coincidieron en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo el modelo norteamericano de relaciones laborales. “Nuestro estilo de trabajo” –como ambos lo llamaron– es el que está marcando el paso de la globalización, que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más remotos rincones del planeta.

La tecnología, que ha abolido las distancias, permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar 100 mil años para ganar lo que percibe en un año un trabajador de su empresa en los Estados Unidos. Es la continuación de la época colonial, en una escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función tradicional: proporcionan brazos y productos baratos, aunque ahora produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras o instrumentos de alta tecnología, además de generar como antes caucho, arroz, café, azúcar y otras cosas malditas por el mercado mundial.

Se sientan en los convenios Desde 1919 se han firmado 183 convenios internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo, de ellos Francia ratificó 115, Noruega 106, Alemania 76 y los Estados Unidos… 14. El país que encabeza el proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden contaminar a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que la del trabajo o del trabajo fuera de la ley, dice que ahora no habrá más remedio que incluir cláusulas sociales y de protección ambiental en los Acuerdos de Libre Comercio. ¿Qué sería de la realidad, si no? ¿Qué sería de ella sin la publicidad que la enmascara? Estas cláusulas son meros impuestos que el vicio paga a la virtud con cargo al rubro “relaciones públicas”, pero la sola mención de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos abogados del salario de hambre, del horario de goma y del despido libre. ORIENTACIONES

Evangelio de la esclavitud Desde que Ernesto Zedillo dejó la Presidencia de México, pasó a integrar los directorios de la “Union Pacific Corporation” y del consorcio “Procter & Gamble”, que opera en 140 países; además, encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus pensamientos en la revista Forbes. En idioma “tecnocratés”, Zedillo se indigna contra lo que llama “la imposición de estándares homogéneos en los nuevos acuerdos comerciales”; traducido, eso significa “olvidemos de una buena vez toda la legislación internacional que todavía protege más o menos, menos que más, a los trabajadores”. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud, pero el principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: “Para competir hay que exprimir los limones”; y no es necesario aclarar que él no trabaja de limón en el reality show del mundo de nuestro tiempo. Ante las denuncias y las protestas, las empresas se lavan las manos, y “yo no fui, yo no fui”. Continúa >>

Eduardo Galeano 15


Pilatos de la inseguridad En la industria posmoderna el trabajo ya no está concentrado; así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada. Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota; de cada 5 obreros de Volkswagen en Brasil, sólo 1 es empleado de la empresa; de los 81 obreros de Petrobrás muertos en accidentes de trabajo a fines del siglo XX, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de seguridad. A través de 300 empresas contratistas, China produce la mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay sindicatos, pero obedecen a un Estado que en nombre del socialismo se ocupa de la disciplina de la mano de obra. “Nosotros combatimos la agitación obrera y la inestabilidad social para asegurar un clima favorable a los inversores”, explicó Bo Xilai, alto dirigente del Partido Comunista Chino.

Informalidad formalizada El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden, a ver quién ofrece más a cambio de menos, quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por tantos años de dolor y de lucha. Las plantas maquiladoras de México, Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman sweatshops (“talleres del sudor”), crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto. Ocho de cada 10 nuevos empleos en la Argentina están en negro, sin ninguna protección legal; 9 de cada 10 nuevos empleos en toda América latina corresponden al llamado “sector informal”, un eufemismo para decir que los trabajadores están librados a la buena de Dios. ¿La estabilidad laboral y los 16

demás derechos de los trabajadores serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida?

Terror globalizado En el mundo del revés, la libertad oprime. La libertad del dinero exige trabajadores presos, presos de la cárcel del miedo, que es la más cárcel de todas las cárceles. El dios del mercado amenaza y castiga, y bien lo sabe cualquier trabajador en cualquier lugar. El miedo al desempleo que sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad, eso es hoy por hoy la fuente de angustia más universal de todas las angustias. ¿Quién está a salvo del pánico, de ser arrojado a las largas colas de los que buscan trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un obstáculo interno, para decirlo con las palabras del presidente de Coca-Cola, que explicó el despido de miles de trabajadores diciendo “hemos eliminado los obstáculos internos”? Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización del dinero, que divide el mundo en domadores y domados, ¿se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.

Raro acto de cordura En 1998, Francia dictó la ley que reducía a 35 horas semanales el horario de trabajo. Trabajar menos, vivir más. Tomás Moro lo había soñado en su Utoorientaciones

pía, pero hubo que esperar cinco siglos para que por fin una nación se atreviera a cometer semejante acto de sentido común. Al fin y al cabo, ¿para qué sirven las máquinas, si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia? Por una vez, al menos, hubo un país que se atrevió a desafiar tanta sinrazón. Pero, pero…, poco duró la cordura. La ley de las 35 horas murió a los diez años.

Este inseguro mundo Cada 15 segundos muere un obrero asesinado por eso que llaman “accidentes de trabajo”. La inseguridad pública es el tema preferido de los políticos, que desatan la histeria colectiva en cada elección. “¡Peligro, peligro –proclaman–: en cada esquina acecha un ladrón, un violador, un asesino!”. Pero esos políticos jamás denuncian que trabajar es peligroso. Y es peligroso cruzar la calle, porque cada 25 segundos muere un peatón asesinado por eso que llaman “accidentes de tránsito”. Y es peligroso comer, porque quien está a salvo del hambre puede sucumbir envenenado por la comida química. Y es peligroso respirar, porque en las grandes ciudades el aire puro es como el silencio: un artículo de lujo. Y también es peligroso nacer, porque cada 3 segundos muere un niño que no llega vivo a los 5 años de edad.


El legado de nuestros “santos”, y uno “de casa” El, 14 de mayo se cumplieron 111 años de la pascua del Venerable P. Mariano Avellana, uno de los primeros evangelizadores claretianos en América y testimonio reconocido de una santidad que germinó en el carisma del santo fundador.

Al estilo de Claret Mariano Avellana Lasierra había nacido en el pueblo español de Almudévar, provincia de Huesca. Tras descubrir el carisma de Claret recién ordenado sacerdote diocesano, se unió a su congregación entre las consecuencias de una revolución que en 1868 la había desterrado a Francia. En 1873, a los 29 años, era destinado a Chile integrando la tercera expedición claretiana que puso pie en América. Al partir formuló un propósito que lo marcaría para siempre: “¡o santo, o muerto!” Fiel a esta consigna, su vida en adelante puede definirse como una exigencia abrasadora de evangelizar al estilo de Claret. A pocas semanas de haber arribado a Santiago salía a misionar. Primero en las parroquias cercanas, los suburbios, y luego a través de los campos, aldeas, villorrios apartados o incipientes centros urbanos de un país que ostentaba profundos y agudos contrastes sociales; donde la pobreza, las injusticias, la marginación y el abandono eran realidades dramáticas.

Su acción evangelizadora suma más de 700 misiones que, al estilo de entonces, conformaban un conjunto de actividades principalmente sacramentales, de la madrugada a la noche y en general por diez días. Misionó así por al menos veinte de los casi treinta y un años transcurridos hasta su muerte el 14 de mayo de 1904 como “genio y figura”: durante una misión, en un pequeño pueblo minero del norte. De los restantes diez años había pasado la mayor parte junto a los enfermos y los presos. Ello entre dolorosos padecimientos físicos que soportó en silencio y sin permitir que mermaran sus exigencias misioneras. El papa Juan Pablo II reconoció la heroicidad de sus virtudes y lo declaró Venerable en 1987. Sus restos mortales descansan en la basílica cordimariana de Santiago, a la espera del milagro que dé paso a su beatificación.

En la ruta de los santos Un recuento que asombra Mariano volcó así su pasión evangelizadora a lo largo de más de 1.500 kilómetros de ese Chile angosto y extenso en geografía y penurias. Por eso se centró en los más pobres y abandonados, y sobre todo en los enfermos y encarcelados.

En marzo último tuvo lugar en Segovia, España, un encuentro del Postulador General y los vicepostuladores de las causas de canonización claretianas originadas en México, Colombia, Chile y España. Entre los temas se reflexionó en cómo los testimonios de santidad de aquede lo nuestro

llos siervos de Dios, venerables y beatos en camino a los altares son el mayor tesoro espiritual de la familia claretiana. Fieles al carisma de Claret entregaron su vida los 51 mártires de Barbastro; el P. Andrés Solá en México; los 23 de Tarragona, Sigüenza y Fernán Caballero beatificados en 2013; otros 109 próximos a la beatificación, y centenares más cuyos antecedentes se procura acopiar con igual objetivo; sobre todo de entre los 261 claretianos victimados por la persecución que asoló a España en la primera mitad del siglo XX. Pero no sólo en el derramamiento martirial de la sangre se puede aquilatar la fuerza con que el carisma claretiano ha llevado al heroísmo a futuros santos nuestros. Otros se “martirizaron” día tras día negándose a sí mismos, no escatimando sacrificios ni dolores, y superando cuantas dificultades tuvieron por delante para ser misioneros al estilo de Claret. Hasta entregar en eso la vida. De ello dio pruebas más que suficientes el Venerable Mariano Avellana. Quienes conformamos su “familia” y valoramos su testimonio heroico, estamos llamados a difundir su figura con nuestra palabra, acción y el propio testimonio de vida. Y ojalá podamos verlo pronto elevado a los altares. http://www.padremariano.org/ 17


San Romero de América El 23 de mayo tuvo lugar la esperada beatificación de Oscar Arnulfo Romero. Pero el sacerdote y arzobispo mártir era ya Santo para el pueblo salvadoreño y latinoamericano. Desde antes del 24 de marzo de 1980, día de su asesinato. Hay quienes descubren el propósito de su vida tempranamente, y otros más tarde; sólo Dios sabe por qué. Pero, sin duda, este es un camino de trabajo duro y nada fácil, que primero comienza por uno mismo, y necesaria e imperativamente concluye en los demás. Por eso podemos decir que Romero nos hizo estallar la conciencia, remover los prejuicios y despertar la pasión de la fe que con el paso del tiempo se nos va acomodando a la rutina, al ritualismo, a las seguridades.

Converso a la hora undécima Conociendo los diversos aspectos de su vida, vamos descubriendo que Romero vivió este proceso de conversión personal, y sin demora comenzó a trasmitirla a las comunidades, a los campesinos, en definitiva, a los pobres. “Son pocos los seres humanos que se quitan ellos mismos el suelo de debajo de los pies cuando ya son viejos. Cambiar seguridades por peligros, y certezas amasadas con los años por nuevas certidumbres, es aventura para los más jóvenes. Los viejos no cambian. Es ley de la vida. Y es ley de la historia que en la medida en que una autoridad tiene más poder, más se aleja de la gente y más insensible se le vuelve el corazón. “En Oscar Arnulfo Romero -el más universal de los salvadoreños, pastor, mártir y santo de nuestra América latina- se quebraron estas dos leyes. Se “convirtió” a los 60 años. Y fue al ascender al más alto de los cargos eclesiásticos de su país cuando se acercó de verdad a la gente y a la realidad. “En la máxima altura y cuando los años le pedían reposo, se decidió a entender que no existe más ascensión que hacia la tierra. Y hacia ella caminó. En esa hora undécima eligió abrirse a la compasión hasta poner en juego su vida. Y la perdió. No les ocurre a muchos” (Luis Van de Velde, coordinador “Grupos de Jesús”, España). Romero comenzó como un sacerdote y obispo conservador alejado del mundo real; ello, debido a su cercanía a las élites de poder religioso, político y económico, que enceguecen, adormilan y viven otro mundo, distante de la realidad del pueblo. 18

reflexiones


Esto es así casi siempre, y en todos los países y sociedades. “Era pastor de ovejas y lobos….” (María López V., “Piezas para un Retrato” ). Hasta que llegó el momento de su conversión, su propio camino a Damasco (Hch 9,3-5). Y desde allí fue el pastor incansable hasta dar la vida por sus ovejas (Jn 10, 14-18).

Su propia confesión Pero, ¿qué lo hizo cambiar? El Jesuita César Jerez, fallecido en 1991, se lo preguntó directamente, y este es su relato: “Caminábamos Por La Via Della Conciliazione. Al fondo, la cúpula del Vaticano. Ya era muy noche. Yo sentí que aquel hielito, lo oscuro, el silencio, favorecían las confidencias. Me atreví a hacerlo hablar. -Monseñor, usted ha cambiado, eso se nota en todo... ¿Qué pasó?¿Por qué cambió usted, Monseñor? -Vea, padre Jerez, yo también me hago esa misma pregunta en la oración. “Se paró y se quedó callado. -¿Y halla alguna respuesta, Monseñor? -Alguna, sí. Es que uno tiene raíces... Yo nací en una familia muy pobre. Yo he aguantado hambre; sé lo que es trabajar desde cipote(chiquillo). Cuando me voy al seminario y le entro a mis estudios y me mandan a terminarlos aquí a Roma, paso años y años metido entre libros y me voy olvidando de mis orígenes. Me fui haciendo otro mundo. Después, regreso a El Salvador y me dan la responsabilidad de secretario del obispo de San Miguel. Veintitrés años de párroco allá, también muy sumido entre papeles. Y cuando ya me traen a San Salvador de obispo auxiliar, ¡caigo en manos del Opus Dei!, y ahí quedo... “Caminábamos despacio, me parecía que Romero tenía ganas de seguir hablando. -Me mandan después a Santiago de María, y allí sí me vuelvo a topar con la miseria. Con aquellos niños que se morían nomás por el agua que bebían; con aquellos campesinos mal matados en las cortas de café. Ya sabe, padre: carbón que ha sido brasa, con nada que sople, prende. Y no fue poco lo que nos pasó al llegar al Arzobispado: lo del padre Grande... Usted sabe qué mucho lo apreciaba yo. Cuando yo lo miré a Rutilio, muerto, pensé: si lo mataron por hacer lo que hacía, me toca a mí andar por su mismo camino. Cambié, sí, pero también es que volví de regreso. “Seguimos andando un rato en silencio…” (María López V., “Piezas para un retrato” ).

Así pensaba Un par de textos tomados de sus prédicas nos ayudan a entender su figura real:

“Me da mucho gusto pertenecer a esta iglesia que está despertando la conciencia del campesino, del obrero, no para hacerlo subversivo –ya hemos dicho que la violencia pecadora no es buena–, sino para que sepa ser sujeto de su propio destino; que no sea más una masa dormida; que sean personas que sepan pensar, que sepan exigir. Esta es gloria de la Iglesia” (13/11/1977). “Fuera de la Iglesia también, toda persona que lucha por la justicia, toda persona que busca reivindicaciones justas en un ambiente injusto, está trabajando por el Reino de Dios, y puede ser que no sea ni cristiana. Pero es que la Iglesia no abarca todo el Reino de Dios. El Reino de Dios está más afuera de las fronteras de la Iglesia” (3/12/1978).

¿Necesario canonizarlo? Fueron sus prédicas y testimonio lo que permitieron que fuera considerado santo por su pueblo antes que por su propia iglesia. “Que no canonicen nunca a san Romero de América, porque le harían una ofensa. El es santo de un modo muy particular. Ya está canonizado. Por el Pueblo. No hace falta nada más” (Pedro Casaldáliga a Jon Sobrino, cita del texto de J.M.Vigil “A los 25 años de Romero”) Y las palabras de Casaldáliga se cumplieron por 35 años. Su causa se transformó en la bella durmiente de la Curia romana. Hasta que llegó Francisco, el papa que nos está devolviendo la esperanza, y es él quien ha allanado el camino para que este hombre, santificado ya por el pueblo de Dios en el más amplio sentido de la frase, lo sea también oficialmente por Ia iglesia. Con la fuerza de las palabras y testimonio de Romero a su pueblo, un grupo de católicos pertenecientes a la Red Continental Amerindia le envío una carta al papa Francisco unos días antes de la beatificación: “Es contradictorio ver que quienes, históricamente, se opusieron a la persona y al mensaje proclamado por el Arzobispo Mártir, hoy sean los organizadores del evento de su beatificación; cuando ellos han estado en contra de su legado, y a razón de encubrir su responsabilidad para su martirio, le ponen las descripciones más convenientes para no dejar al descubierto que fue asesinado por odio a la fe, como ya la Iglesia lo proclamó.”

“Revolucionario”: creyó en los laicos Se hacen pocas las páginas para hablar de Romero. Queda tanto por decir, y más aun por testimoniar. Para el final, meditemos el siguiente relato de Coralia Godoy, una mujer que lo conoció y trabajó con él: Continúa >>

reflexiones

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“A los laicos nos tenía gran confianza; nos dejaba hacer, y vos sentías que andabas con alas. Nos daba tareas sorprendentes: -Ustedes van a ir en misiones por las vicarías, y van a reunir a los párrocos para orientarlos. “Oiga la audacia a lo que nos mandó: nosotros laicos, ¡y la mayoría mujeres!, reuniendo curas y adoctrinándolos. -¡Ay, Monseñor! -le dije yo la primera vez que salió con eso-, a mí me da un poquito de temor. Creo que a algunos padres les va a gustar muy poco. -Aunque no les guste nada. -¿Y si nos cierran la puerta? -Entran por la ventana. Ustedes tienen una responsabilidad; estrénenla. 20

“Y allí íbamos, preguntando a los párrocos qué pastoral seguían, sugiriéndoles cursillos, ofreciéndonos a colaborar con ellos. -Es para lograr una mejor coordinación entre todos, pues. “Y así fuimos entrando por algunas puertas, y colándonos por bastantes ventanas.” (María López V., “Piezas para un retrato”). ¿Qué nos queda ahora? Nos toca a nosotros conservar, promover y testimoniar el legado de Romero como el ser humano que en el otoño de su vida se encontró de frente con el dolor, la injusticia, la impotencia de los pobres. Eso lo hizo dar un giro radical en su vida; “nacer de nuevo” (Jn 3,3) y entregarse por completo al sueño de Jesús, el Reinado de Dios. A.O.P.

reflexiones


CEFYT: Un aporte a la necesidad de formar evangelizadores en el mundo y al Reino que vivimos y esperamos; las comunidades eclesiales de base encarnaban el esfuerzo por vivir la fraternidad y la eclesialidad de un modo nuevo. En medio de esa situación, algunas congregaciones religiosas, deseosas de ser parte de ese movimiento que el Espíritu estaba impulsando, decidieron abrir un centro de estudios donde todos los tesoros heredados de la tradición eclesial tuvieran lugar junto a la nueva riqueza que se estaba produciendo.

Cómo alumbrar una iglesia nueva

El Centro claretiano de Estudios Filosóficos y Teológicos (CEFYT) de Córdoba, Argentina, está cumpliendo este 2015 sus primeros 40 años de vida. Como todo aniversario, la ocasión es propicia para reflexionar sobre la utopía que está en la raíz de un proyecto que arrancó casi de la nada y ha conseguido concretarse y ser fecundo a lo largo del tiempo. Pero también es buena para resignificar esa utopía y sus ideales, pues beber en las fuentes de los sueños y darles nuevos significados nos alienta en el camino hacia lo que aún está por venir.

Hijo de la primavera En 1975 la Iglesia toda vivía un tiempo que algunos han calificado como la “primavera eclesial”. Diez años antes, el Concilio Vaticano II había abierto las ventanas y dejado entrar aires de renovación y cambio. En 1968 la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín había dado sabor regional a las transformaciones que se estaban viviendo. Los pobres habían pasado de las periferias al centro de las preocupaciones de la Iglesia; la Teología de la Liberación ponía en pensamiento y palabras una nueva manera de entender a Dios, a su acción salvífica de lo nuestro

En un momento cuando el impulso de renovación pedía dejar los claustros, abandonar la intelectualidad y volcarse a las pequeñas comunidades donde la fe dejara de ser “discurso” para ser “experiencia”, se asumió el desafío de abrir un centro de estudios donde la misión para los pobres no se hiciera entre los pobres sino entre los libros. No para huir de la realidad, sino para darle voz, palabra, espacio y, en definitiva, ofrecer instrumentos de comprensión de los acontecimientos; para sensibilizar y liberar mediante un conocimiento que iluminara las prácticas. Con intuición inspirada se comprendió que el sustento para esa nueva Iglesia que estaba abriéndose paso estaría en una formación sólida, dinámica, nueva. El desafío primordial de ese centro de estudios sería formar evangelizadores, testigos, ministros, en una eclesialidad nueva, centrada en la Palabra Continúa >> 21


de Dios y encarnada en nuestra región latinoamericana, que valorara la creación y las realidades humanas como espacios para el descubrimiento y el intercambio, y que estuviera abierta a la novedad y al diálogo. Se trataba de enseñar una eclesialidad nueva, pero desde su vivencia.

¿Consonancia carismática? Por cierto, surgía también la pregunta sobre la compatibilidad de una propuesta así con el carisma de una congregación misionera como la soñara san Antonio Mª Claret. Si entendemos la misión sólo como la realización de tareas pastorales, parecería que un centro de estudios no tiene mucho que ver con el carisma claretiano. Sin embargo, cuando miramos la vida y misión de Claret descubrimos su profunda preocupación por formar nuevos evangelizadores que no sólo fueran sacerdotes sino también miembros del Pueblo de Dios. Por eso, un centro de estudios como el CEFYT respondía a la opción por una evangelización multiplicadora de líderes evangelizadores Así, desde el comienzo se pensó que este espacio –que había sido seminario mayor internacional de los misioneros claretianos– fuera un lugar de formación como experiencia compartida. Primero entre diversos aspirantes al sacerdocio, como seminario intercongregacional. Más tarde se probaron otras opciones, y se abrieron las puertas a laicos y laicas que desde sus propios caminos buscaban las mismas metas comunes. También los hermanos de otras confesiones cristianas se sumaron a esa búsqueda compartida. De esta forma la experiencia de formarse aportando en común lo mejor de cada uno a la interrelación entre el enseñar y el aprender, dio origen a un centro de estudios donde profesores y alumnos comparten el tiempo, las 22

inquietudes, las preguntas y las respuestas.

El CEFYT, hoy Sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas de distintas generaciones, nacionalidades y culturas compartimos hoy diariamente este esfuerzo de profundizar y compartir lo que Dios nos permite conocer por diferentes medios. Con nuestras riquezas y miserias, nuestras potencialidades y limitaciones; con puntos de vista distintos según nuestras propias experiencias y conocimientos. En el CEFYT, el mayor tesoro es el ejercicio diario de nutrirnos de nuestra diversidad y superar las dificultades que ella supone. Pero, como en la parábola de los talentos, sabemos que no podemos enterrar lo que Dios generosamente nos ha dado, sino que debemos ponerlo al servicio para que rinda y dé ganancias a todos.

Pacientes avances Así, a lo largo de los años se han ido ofreciendo nuevos servicios y buscando otras maneras de ser fieles a la vocación común de ser anunciadores de Buena Noticia. Se incorporó la posibilidad de ofrecer títulos civiles de profesor en Filosofía y en Ciencias Sagradas, a fin de habilitar a algunos egresados para servir en el área de la educación formal. Más tarde se inauguró el Departamento de Extensión, para llegar a quienes, no estando interesados en los estudios superiores, deseaban acceder también a propuestas de formación y profundización orientadas a sus servicios pastorales. Años más tarde, la opción fue incorporar las nuevas tecnologías como instrumento de evangelización en diálogo con el mundo actual y sus desafíos. Surgió así el Departamento de Educación a Distancia, que perde lo nuestro

mite compartir la formación con gran cantidad de personas en diferentes países. Un equipo de investigación y una revista científica – “Anatéllei / Se levanta”– permiten estar presentes en el mundo académico y dialogar con las ciencias, aportando y recibiendo luces para la comprensión de la realidad.

Oteando los escollos Cuando nos detenemos a mirar el camino recorrido, vemos que no siempre ha sido fácil. A poco de comenzar, se instalaba en Argentina la cruel dictadura militar; y este frágil centro nacido para formar evangelizadores en perspectiva profética, sufrió intimidaciones, críticas y hasta el secuestro de algunos formadores y alumnos. A lo largo del camino se presentaron siempre dificultades. A veces relacionadas con la escasez de alumnos; ciertas oposiciones de algunos sectores eclesiales; lo tortuoso de buscar validaciones académicas sin perder lo genuino y evangélico de la propuesta; las precariedades económicas. No obstante, cuando todo esto ocurre, más se confirma la certeza de que el Espíritu del Señor nos ha ido guiando en el camino; que El nos regala la tozuda ciencia de comprender que la sabiduría que buscamos y nos inspira es la locura necesaria para forjar evangelizadores que puedan estar a la altura de los tiempos y en cercanía con las vulnerabilidades de la historia; anunciando un mensaje que alegra, porque es Buena Noticia.

Hno. Fernando Kuhn, cmf Gabriela A. Peña Docentes del CEFYT


El origen del mundo Hacía pocos años que había terminado la Guerra Española, y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros, le daban la espalda; con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me contó esta historia. Me la contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio: El era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna. Pero el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones. “Pero, papá –le preguntó Josep, llorando–, pero, papá… si Dios no existe, ¿quién hizo el mundo?”. Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo: “¡tonto, tonto! ¡Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles!”.

Día del servicio doméstico

Joyitas de Galeano Eduardo Galeano logró fama por sus sólidos análisis de la realidad contemporánea, y en especial por sus descarnadas denuncias de las causas históricas, sociales, políticas y sus consecuencias en la situación continental del último siglo. Todo ello en una prosa cautivante por su reciedumbre y, a la vez, por la delicadeza poética con que penetraba en los rincones más sutiles del alma latinoamericana. Prototipo es hasta hoy “Las venas abiertas de América latina” (1971), manual de cabecera de los líderes sociales y peligrosa dinamita para las dictaduras paraguaya, uruguaya, chilena y argentina de aquella época. Pero en sus últimos años Galeano optó por entregar en pinceladas cortas pequeños retratos en los que, en vez de Catón, confía en la capacidad didáctica, conmovedora o humorística de algunos hechos simples y cotidianos. He aquí tres muestras escogidas, de “El libro de los abrazos” (1989) y “Los hijos de los días” (2011).

Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada decía; de sus años de después, nada esperaba. No era linda, ni fea, ni más o menos. Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero, o la escoba, o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros. Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban, miraba al suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima; nunca. Mucho trajinó de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin, por fin, encontró un lugar donde fue tratada como si fuera persona. A los pocos días, se fue. Se estaba encariñando.

Día de los desaparecidos Agosto 30, Día de los Desaparecidos: los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre, las mujeres y los hombres que el terror tragó, los bebés que son o han sido botín de guerra. Y también los bosques nativos, las estrellas en la noche de las ciudades, el aroma de las flores, el sabor de las frutas, las cartas escritas a mano, los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo; el fútbol de la calle, el derecho a caminar, el derecho a respirar, los empleos seguros, las jubilaciones seguras, las casas sin rejas, las puertas sin cerradura, el sentido comunitario y el sentido común.

de lo nuestro

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Violeta: himno y adiós a la vida Volver a los diecisiete Volver a los diecisiete después de vivir un siglo, es como descifrar signos sin ser sabio competente; volver a ser de repente tan frágil como un segundo, volver a sentir profundo como un niño frente a Dios. Eso es lo que siento yo en este instante fecundo. Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra, y va brotando, brotando, como el musguito en la piedra; como el musguito en la piedra, ¡ay sí, sí, sí! 

 Mi paso retrocedido, cuando el de ustedes avanza, el arco de las alianzas ha penetrado en mi nido; 
 con todo su colorido se ha paseado por mis venas, 
 y hasta la dura cadena con que nos ata el destino 
 es como un diamante fino que alumbra mi alma serena. 

 Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra... Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, 
 ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento; 
 todo lo cambia al momento, cual mago condescendiente, 
 nos aleja dulcemente de rencores y violencias; 
 solo el amor, con su ciencia, nos vuelve tan inocentes. Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra... El amor es torbellino de pureza original; 
 hasta el feroz animal susurra su dulce trino, retiene a los peregrinos, libera a los prisioneros. El amor, con sus esmeros, al viejo lo vuelve niño, y al malo solo el cariño lo vuelve puro y sincero 

 Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra... De par en par la ventana se abrió como por encanto. 
 Entró el amor con su manto, como una tibia mañana, 
 y al son de su bella diana hizo brotar el jazmín. Volando cual serafín, al cielo le puso aretes; mis años en diecisiete los convirtió el querubín. Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra...

Violeta Parra (1917 -1967), cantautora, bordadora, ceramista, pintora, escultora y musicóloga chilena, es considerada una de las folcloristas más importantes de América. Hija de una humilde familia campesina, a los 15 años inició en Santiago estudios pedagógicos que no completó. Tras cantar en dúo con una hermana por bares, teatros de barrio y algunas radios, abordó la investigación de las raíces musicales del país y compuso canciones de fuerte contenido social. Decenas de ellas han logrado fama internacional. Defensora de causas populares, denunciante de injusticias y hurgadora de las artes autóctonas, recopiló más de 3.000 canciones, expuso sus tapices en el museo del Louvre y divulgó sus investigaciones en prestigiadas cátedras. Pero tras resentir una posterior indiferencia pública por su arte, penurias económicas y un mal amor, se despidió del mundo con “Gracias a la vida”, su canción más universal, y se suicidó. Tenía 49 años. Siendo así universalmente conocido su inmortal adiós, consignamos aquí otro de sus famosos legados musicales.


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