Telar 59

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Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias Un vínculo afectivo con la familia claretiana

Año 17 - Nº 59 - Julio - Septiembre 2014

La familia:

¿una joya, un desafío o un problema?


A pesar de todo, llega TELAR

Alegría por artículo de TELAR

Filiación Cordimariana agradece

Querido Agustín: Hola. Ha venido una camioneta portando una cajita de regulares proporciones, con remitente de Editorial Claretiana, que salió de Buenos Aires hace más de 2 semanas. Traía los TELARES. Hace días que estaba el paquete aquí, y no sabían qué hacer, porque nadie lo retiraba.... ¡¡¡El famoso tema de la comunicación, que se resuelve con un simple mensajito!!! Porque aún no somos adivinos... Todo para decirte que llegaron los TELARES. Los llevé a la reunión de un grupo de oración. Inmediatamente comenzaron a devorarlos y a querer colaborar con el flete, que es de $ 212 argentinos. No importa, eso se soluciona. Un abrazo.

Siempre querido Alfredo: Me has dado mucha alegría con uno de tus artículos de TELAR publicado en “Religión Digital”. Es una página digital dirigida por José Manuel Vidal que abro frecuentemente, con artículos de interés, aunque no siempre de acuerdo con ellos. Soy enemigo declarado de todos los que “juegan” a la guerra, hombres que se envalentonan y emborrachan “matando alegremente” a la gente, sobre todo a inocentes. Tenían que estar todos en la cárcel, condenados a cadena perpetua: Obama, Putin, Assad, los responsables de Irak, Israel, Palestina, Afganistan, Pakistan, Nigeria, Sudán…. Dios nos hizo para vivir en paz, con un “amaos los unos a los otros”. Odio visceralmente la guerra, docientos por cien. Tu artículo me enciende de nuevo. Carmelo Astiz, cmf. Santo Domingo, República Dominicana

A Editor de revista TELAR: Recibí un ejemplar de la revista, que había solicitado. Gracias por las palabras de recepción. Me interesaron mucho los artículos de gran actualidad, y el referido al “Mundial” me trajo a la memoria la página del P. Agustín, que recibo y leo con frecuencia. El material de la revista lo compartiré con mis hermanas del Instituto, y seguramente tendrá la misma acogida. Ahora me planteo la pregunta ¿cómo colaborar económicamente?, pues conocerán la situación de nuestro país, que dificulta la posibilidad de sacar dinero. Verdaderamente no lo había pensado antes, de modo que si no es posible continuar este envío, quedo de igual modo agradecida. Mis saludos a todo el equipo de TELAR. Que el Señor los bendiga siempre por su dedicación. Hasta cada momento en el Señor y el Corazón de María, lo saluda Alicia Ponce, Instituto Secular Filiación Cordimariana. Córdoba, Argentina

Francisco Chmelar, cmf. Ingeniero Jacobacci, Patagonia argentina

Cartas

Exitosa distribución de TELAR Apreciado Agustín: ¡¡Buenas Noticias!! Todos los ejemplares de TELAR que recibimos en el CEFyT han sido repartidos, y no ha quedado ni uno solito...¿Qué tal? La palabra escrita en esas páginas ya está circulando vaya a saber por dónde y hasta dónde. Gabriela Peña Centro claretiano de Estudios Filosóficos y Teológicos, Cefyt Córdoba, Argentina

Telar Es una publicación de los Misioneros Claretianos Director: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editor general: Alfredo Barahona Zuleta Diseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones Claretianas Zenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - Chile F. (56-2) 2695 34 15, Fx. (56-2) 2695 34 07 E-mail: eccla@eccla.cl · www.eccla.cl 2

***Apreciada Alicia: Conocemos las dificultades de envío que nos señalas. Agradeciendo cordialmente tu interés por esa colaboración financiera que mucho necesitamos, te rogamos contactar a nuestra Administración Provincial claretiana en Buenos Aires, economatoprov@claretianos.org.ar , que te orientará cómo hacerlo.

Su opinión nos interesa Esta página está abierta para que los lectores puedan opinar: ya sea sobre la revista, sus artículos o temas, o sobre otros asuntos de interés acordes con el objetivo de TELAR: tejer la Buena Noticia en medio de la realidad del mundo, donde la familia claretiana y todos los cristianos estamos llamados a ser luz y sal. Las opiniones pueden dirigirse, a nombre del Editor general de TELAR, a: abarahona@eccla.cl , o bien, por fax, al Nº (56-2) 2695 34 07. Por correo convencional, a Casilla 2989, Santiago-21, Chile. cartas


Para que tengan vida El complot contra la vida crece día tras día en nuestro mundo. Incesantes guerras diezman con armamentos sofisticados o primitivos instrumentos de matanza a miles de víctimas, desesperadas en busca de un refugio o escapando en masa tras abandonarlo todo. Entre la decena de conflictos más feroces de hoy, el mundo ha venido contemplando horrorizado el enésimo enfrentamiento entre israelíes y palestinos. Los primeros han arrasado esta vez los 360 km² de la Franja de Gaza, donde mantienen bloqueados desde hace ocho años a más de un millón y medio de palestinos. Repudiado por la conciencia del mundo, Israel había masacrado así, hasta la precaria tregua de agosto último, a cerca de 2.000 habitantes de la Franja, casi todos civiles y entre ellos más de 400 niños; se contaban al menos 9.500 heridos, la destrucción indiscriminada de unas 5.000 viviendas, escuelas, hospitales y centros de refugiados. Israel contabilizaba por su parte 64 militares y 3 civiles muertos, aunque le habían disparado más de 3.300 cohetes desde el martirizado territorio gazatí. Es el conflicto más a flor de piel de la humanidad en esta década; pero va dejando en el olvido las matanzas que aún ocurren en Irak, Ucrania, Siria, Sudán…, las recientes en el Egipto, Nigeria, El Libano, Libia…, o las ya crónicas de Afganistán, el Congo zaireano y otras, donde siguen cayendo miles

de seres humanos sin que buena parte del mundo se entere. Pero no sólo la guerra porta el signo de la muerte. Unos 50 millones de seres humanos en gestación perecen abortados cada año sin siquiera haber visto la luz del mundo. En las regiones más abandonadas otros incontables seres humanos son abatidos por las pestes, el hambre, condiciones insalubres y precariedades médicas, compañeros inseparables de la miseria. Y de formas sofisticadas pero no menos efectivas, miles de ciudadanos perecen en otras áreas debido a la contaminación ambiental, aguas envenenadas por metales o pesticidas; alimentos elaborados con ellas; elementos cancerígenos escondidos arteramente para penetrar por alguno de nuestros sentidos. Por otro lado, la desilusión, el temor, la falta de motivación para seguir viviendo, llevan al suicidio a casi un millón de personas por año, sobre todo en países supuestamente desarrollados que parecerían tenerlo todo para hacer felices a sus ciudadanos. Tras haberle ganado décadas a la muerte prematura gracias a los progresos de la medicina y el mejoramiento de los niveles de vida, el homo sapiens observa con temor creciente cómo la necedad de sus congéneres está desatando cataclismos de consecuencias incalculables para la humanidad. Frente a un panorama tan desolador es comprensible la duda de si editorial

tiene sentido la afirmación categórica de Cristo Jesús: “he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia (Juan 10,10). ¿Fracasó el Hijo de Dios en el objetivo esencial de su venida? ¿Se equivocó Dios mismo al crear al ser humano “a su imagen y semejanza” (Genesis 1,26) y entregarle un mundo donde sus descendientes crecieran, desarrollaran las enormes potencialidades de su inteligencia y mejoraran así su propia obra maravillosa inconclusa? No se necesita meditar muy a fondo para deducir que ni el Creador ni su Enviado se equivocaron. El Padre Dios apostó por el ser humano en un acto de amor sin límites y a pesar de todos los pesares. El plan divino de la Creación no dejará de cumplirse. Un día los seres humanos, hermanados, se dedicarán sólo al progreso del mundo; “no levantará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2,4). Habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Isaías 65,17 Apocalipsis 21,1) “…en los que habitará la justicia” (2 Pedro 3,13). Desde esta perspectiva, Dios mismo garantiza nuestra fe y nuestra esperanza; pero no en forma gratuita. Compete al propio ser humano construir el mundo nuevo; de forma racional, en justicia, solidaridad y fraternidad con sus semejantes. Lo que a ello aportemos los cristianos, justificará o no nuestro paso por la tierra. Alfredo Barahona Zuleta 3


tarde la “Underwood” y la “Remington”, para trabajar ahora con moderna tecnología de punta en las imprentas y editoriales de Sâo Paulo (Brasil), Manila (Filipinas), Barcelona, Madrid (España), Bangalore (India), Malgrater (Italia), Owerri (Nigeria), Buenos Aires (Argentina), Santiago (Chile), Chicago (USA), Krasnoyarsk (Rusia), Quibdó (Colombia), La Ceiba (Honduras), Carvalhos (Portugal), Sâo Tomé (Sâo Tomé y Príncipe), y Varsovia (Polonia).

Soñador complacido

Claret, un carisma evangelizador con herederos El P. Antonio Claret no tenía máquina de escribir, ni computador, ni medios electrónicos; ni siquiera un micrófono para hablarle al pueblo. Tampoco conoció las ondas radiales, y mucho menos los sets de TV. Apenas conoció los rudimentos de la fotografía. Pero, ciertamente, hoy caminaría por el mundo bien enterado de los nuevos recursos telemáticos e informáticos, y hablaría de sistemas, de redes, de telefonía móvil y del ciberespacio. No sé si tendría su notebook o sus tablets tipo iPad de última generación, pero estoy seguro de que tendría diez mil posibilidades de uso. Por eso creo que ha de estar muy contento al ver que, en su nombre y con su carisma para la evangelización del pueblo, han surgido respuestas adecuadas: sus misioneros empezaron empleando la pluma, después los lápices, más 4

Debe estar orgulloso el P. Claret libre ahora de su preocupación por ser humilde, al ver las emisoras radiales de Colombia, de Argenina, de Chile, los canales de TV de Brasil y Bolivia, el amplio y vigoroso servicio evangelizador telemático que surge desde Panamá, el notable y arrollador trabajo de difusión bíblica que se realiza en el este de Asia. Desde luego, verá también cumplido su sueño al comprobar que los religiosos de su congregación han sabido integrar a laicos –hombres y mujeres– en las tareas de evangelización: profesionales de la comunicación, periodistas, editores, secretarias, especialistas en marketing, trabajadores de diversas especialidades, administradores, personal de ayuda para las diversas tareas... Claret deseó siempre que laicos y religiosos formaran un frente lúcido y eficaz para enfrentar las urgencias en la comunicación de la Palabra de Dios al mundo. En octubre, mes “claretiano” por tradición, es bueno recordar estas realidades y volver a presentar a las nuevas generaciones la figura de un misionero que se entregó por entero a la predicación de la buena noticia de Jesús.

Currículo y trayectoria Si le pidiéramos un “curriculum” u hoja de presentación a este obrero textil que se hizo misionero, Claret anotaría: • Nombre y apellidos: Antonio Juan Claret y Clará. • Lugar de nacimiento: Sallent, Barcelona. • Fecha: 23 de diciembre de 1807. • Condición familiar: menestrales, medianos industriales fabricantes de tejidos de algodón. • Estudios: primeras letras en su pueblo, especialización en dibujo para tejidos en Barcelona. Estudios para sacerdote en Vich. • Idiomas: habla y escribe catalán, castellano, italiano y francés. • Ocupaciones: obrero textil, estudiante de diseño especializado, seminarista, vicario parroquial, novicio jesuita por seis meses, misionero apostólico, arzobispo de Santiago de Cuba, confesor de la reina Isabel II, presidente de El Escorial, asistente al Concilio Vaticano I.

de lo nuestro


Observaciones (superada la humildad): Es hombre tenaz, carismático, imbuido de la idea de predicar el evangelio para la liberación de todas las cadenas que impiden al ser humano vivir como hijo de Dios, hermano de los demás y ser constructor de un mundo mejor. Gran predicador y gran escritor. Hizo de las comunicaciones un arma formidable. Fuera de curriculo podemos señalar que Antonio Claret agregó a su nombre el de María cuando fue consagrado como arzobispo de Cuba; que al final de sus días fue desterrado a Francia al ser destronada la reina Isabel II, y que falleció en un rincón escondido de Francia con 62 años bien trabajados por la causa del reino de Dios.

nutría de una piedad filial para con Dios y en una sintonía especial con María, a la que veía como su madre, su apoyo, su maestra, su todo después de Jesús. La Biblia en una mano y la realidad del pueblo en la otra lo hicieron apto para construir con empeño, constancia y fervor una red de respuestas pastorales adecuadas a su tiempo y con una exacta visión de futuro. Su descubrimiento de la prensa como medio evangelizador es una prueba palmaria de ello. ¿Qué habría hecho el P. Claret en este tiempo de comunicaciones instantáneas, masivas y globales? No lo sabemos. Pero sí sabemos lo que están haciendo sus hijos, los misioneros de la congregación que él fundó y a los que comunicó su espíritu de apóstol.

Secreto de familia ¿Cuál fue el secreto de su vida misionera? Lo dice él mismo en sus escritos: el amor de Dios lo urgía a predicar la palabra de salvación; su pasión por el Reino de Dios se

Esta edición de TELAR es posible gracias al apoyo de: Administración provincial de San José del Sur. Fundación Claret, Temuco. Colegio Parroquial de Andacollo. Fundación Cristo Ayuda. ¿Y Ud.?

Agustín Cabré Rufatt, cmf agustin@claretianos.cl

Cómo aportar su contribución a TELAR: Aportes en Chile: Banco de Chile Cuenta N° 163-11080-08 Nombre: “Misioneros Claretianos”. RUT 70.022.100-8

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de lo nuestro

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Un Telar claretiano avanza en la web Con una programación que rescata valores humanos, Radio Telar toma nuevo impulso y relanza su página web para enlazar a la Provincia de San José del Sur. Medios de comunicación hay muchos; para todos los intereses, áreas y preferencias, según sus contenidos o su soporte: televisión, radio, impresos, web… Entre tan amplias posibilidades y variadas ofertas, en el área de comunicaciones claretianas funciona una emisora por internet, Radio Telar, www.radiotelar.net . Se trata de un sitio web que, buscando eliminar fronteras, superar limitaciones de cobertura y permitir un acceso al mundo entero, emite su mensaje en formato radial utilizando las actuales tecnologías. No ofrece una programación continua, sino “podcasts”, es decir, archivos de audio con programas pregrabados. Con una línea editorial definida, Radio Telar busca realizar un proyecto de comunicación social orientado a promover una sociedad más humana, justa, solidaria y fraterna. Fomenta como elementos esenciales al efecto, integración, comunidad, participación, accesibilidad, contacto y acogida. Su desafío es tejer desde Santiago de Chile una red que difunda y amplifique un mensaje enraizado en la realidad. La potencialidad del proyecto ha motivado a sus impulsores a ampliar sus horizontes. Así, se definió como público objetivo a la provincia claretiana de San José del Sur, que abarca a Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. 6

Qué es y no es Radio Telar se inspira en las líneas claretianas de servicio al mundo, pero no representa una voz oficial ni pretende serlo. No es una radio religiosa, ni tampoco una emisora noticiosa convencional. Su opción es comunicar un mensaje humano, social, de experiencia de vida, de misión. Hasta el año pasado el proyecto constaba en gran medida de buenas intenciones personales y mínimos recursos humanos, pero este año se convocó a un pequeño grupo con experiencia en diferentes áreas. Se trata de un voluntariado juvenil y profesional que integran Daniela Aceituno, trabajadora social que se desenvuelve en la difusión y educación en derechos humanos; Patricio Díaz, periodista con experiencia en radio, y Carlos García, quien se desempeña en el ámbito de la edición y grabación. Este equipo es coordinado por el periodista Francisco Lazo, quien, con el apoyo de Agustín Cabré, misionero y también periodista, ha ido configurando el caminar de Radio Telar. Conforme a lo antes señalado, el enfoque editorial se vincula sobre todo con el contexto social y la realidad que se vive en los países de San José del Sur. Pensando en compartir las expevida claretiana

riencias de sus comunidades y las organizaciones de la sociedad civil, la programación incluye temas de análisis y crítica social, derechos humanos y valores cristianos. Esto ha permitido a la radio abrirse a nuevas audiencias y aumentar el número de auditores, lo que se ha reflejado en el alza de las visitas a su página web.

Algunos logros A lo largo de este año el equipo se ha planteado diferentes objetivos que poco a poco se han ido alcanzando. Se mejoró el sitio web y la calidad técnica de los programas, y se ha posicionado a Radio Telar dentro de algunas organizaciones afines a sus contenidos. Ahora se enfrenta otro paso importante: generar vínculos con todas las comunidades de la provincia claretiana, para dar cabida a todos quienes deseen compartir su mensaje, contar su historia, comunicar sus experiencias... El objetivo final de Radio Telar no es otro que ser un punto de encuentro donde la Familia Claretiana y todos quienes compartan sus formas de caminar, tejan redes y generen espacios donde se denuncien las injusticias y se anuncien las esperanzas. Francisco Lazo Medina


Un lugar digno para María En el hemisferio sur llega la primavera, florece la vida, el año comienza a desgranarse y empiezan los preparativos de la parafernalia navideña. Pero en numerosos pueblos cristianos de estas latitudes es también tradición dedicar en primavera ‑entre noviembre y diciembre‑, un mes a María; a celebrar a aquella de quien hasta el mismo Dios se enamoró y la convirtió en madre del Liberador (hablo desde la fe en que fui criado y ahora hago parte de mi vida).

De ayer a hoy Para antiguos cristianos, el mes dedicado a María trae profundos recuerdos, nostalgias y sentimientos: desde los que nos llevan a buscar flores para llevar al altar de María y recitar oraciones aprendidas desde niño, hasta esos otros que nos rememoran los besos furtivos pero elocuentes de las compañeras de curso porque finalizaba el año escolar y la vida nos llevaba por otros circuitos que quizás nos separarían. Pero el mes de María ya no es el mismo de entonces. La piedad popular cedió terreno y se instalaron muchas distracciones. Quedaron sólo las personas devotas, que repiten oraciones, entonan un par de viejos cantos, escuchan una charla distraída del cura de turno..., y poco más. La figura, la presencia, el impulso renovador que debiera ser María en la piedad cristiana, han quedado sin cauce. Hace falta una renovación drástica de los estilos de piedad popular mariana. Ella no es la diosa (versión femenina de Dios que se nos quedó afuera en la tradición cristiana por ser herederos de la israelita). Su papel no es llenar un espacio materno porque a la representación de Dios le pusimos barbas abundantes y manos de obrero; Dios visto como Madre es todavía escandaloso para el machismo eclesial.

A María, su verdadero lugar Debemos recuperar para María el lugar que le corresponde en el historial de Dios y de la humanidad. Ella es la elegida como madre del Salvador, y esa es su mayor gloria. María no es grande porque fue virgen (piedad tradicional), sino porque fue Madre de Jesús, el Cristo ( piedad de renovación). Y en nuestro recuerdo agradecido por su vocación materna debemos acompañarla con los mismos sentimientos agradecidos de su corazón. Ella alaba a Dios por haberla elegido entre las muchachas humildes de la tierra; canta su alabanza porque a través de ella se cumplirán las antiguas promesas de salvación. Se alegra porque los planes de Dios avanzan en la historia

enfrentando a los poderes de los tiranos y los dueños de este mundo; porque El levanta a los oprimidos y devuelve la esperanza a los marginados. Goza en su corazón porque a los ricos y poderosos los aventará Dios de su presencia, y serán como pastizales secos molidos que se lleva el viento; y al contrario, defenderá a los humildes y los empobrecidos, y los elevará hasta sitiales de dignidad.

Un canto contundente María canta agradecida porque los empobrecidos conquistarán su pan y su comida, y los poderosos se irán con las manos vacías. Ello es parte del canto llamado “Magníficat” (“Ensalza mi alma…”) que la liturgia de la Iglesia pone en boca de María. Un mes dedicado a ella que no recite, reflexione, proclame, cante y celebre estos temas, peligra de ser lo que Marx endilgó como responsabilidad a nuestra Iglesia: opio, marihuana, droga del pueblo. Me temo que muchas oraciones, reflexiones y letanías de la comunidad cristiana en ese bello mes de María no hayan descubierto aún el potencial liberador, la fuerza contundente del mensaje mariano, y se queden en sólo unas cuantas flores, en tres velas y en una imagen suya con los ojos hacia el cielo, cuando la verdadera María los tenía bien fijos en los asuntos de esta tierra.¡Ella, que convenció a su hijo de poner más vino en las mesas para que siguiera la fiesta! ¡Qué lejos está la devoción mariana, del pueblo y de la Palabra bíblica!

orientaciones

Agustín Cabré Rufatt, cmf agustin@claretianos.cl 7


Angelelli, el obispo mártir argentino En julio pasado fueron condenados por la justicia los responsables de la muerte de Enrique Angelelli, obispo mártir de La Rioja, Argentina, asesinado durante la dictadura militar de 1976 - 1983. La sentencia condenatoria constituye un reconocimiento tardío por parte de las autoridades civiles, de un hecho que aún espera un pronunciamiento más enérgico por parte de algunos sectores de la jerarquía eclesiástica pero que el pueblo cristiano ha tenido siempre muy claro: el pastor fue silenciado violentamente por vivir y enseñar el mensaje del Evangelio, y por exponer, fomentar y contribuir a hacer realidad una dimensión esencial de la fe cristiana que a menudo ha sido soslayada o mal interpretada: el seguimiento de Jesús sólo puede hacerse en comunidad.

Angelelli y su testimonio Este sacerdote cordobés, nacido en 1923, desarrolló su ministerio sacerdotal en su iglesia natal desde su ordenación en 1949. En 1960 fue designado obispo auxiliar de Córdoba. Participó del Concilio Vaticano II, cuyo espíritu marcó su ministerio pero no fue para él una novedad, sino la confirmación de una orientación que ya caracterizaba su servicio al pueblo de Dios. En sus años sacerdotales había sido asesor de la Juventud Obrera Católica, JOC, y de la Juventud Universitaria Católica, JUC, lo que, sumado a sus tareas pastorales y docentes, le permitió conocer de cerca las problemáticas juveniles. En 1960, designado ya obispo auxiliar de su diócesis, medió en conflictos gremiales de trascendencia, actitud poco frecuente en la iglesia de la época, en especial entre los sectores conservadores que predominaban. Ya entonces fue objeto de calumnias y persecuciones, se le impidieron algunas actividades pastorales y se lo criticó duramente, 8

acaso como adelanto de lo que vendría años más tarde. Apenas asumió como obispo de La Rioja en 1968 manifestó claramente su opción por los pobres -en consonancia con lo señalado por el Concilio y después en Medellín- y su comprensión de la Iglesia como una comunidad de hermanos que trabajan, celebran y viven juntos buscando el crecimiento y la felicidad de todos. Los sacerdotes y laicos de la diócesis fueron convocados a asambleas pastorales; los movimientos, invitados a renovarse mediante el mismo estilo. Su acción pastoral se caracterizó por estar junto a los trabajadores y campesinos, impulsando la organización cooperativa tanto para promover el trabajo como para el consumo; reclamó del gobierno nacional mayor presupuesto para la provincia; condenó la arbitrariedad de los gobernantes; promovió la organización sindical de las empleadas domésticas, e instó a todos a comprometerse en la participación política para la búsqueda del bien común. En 1971 se concretó la instalación del Movimiento Rural Diocesano y la creación de la Codetral, una cooperativa que promovía y solicitó a las autoridades la expropiación de un latifundio para trabajar solidariamente tierras improductivas, obtener mejores precios para los productos regionales y mejorar la calidad de vida de los trabajadores rurales asociados.

Hacia el destino de los profetas La reacción de los terratenientes conservadores fue violenta. Se apedreó y expulsó de las fiestas patronales de san Antonio al obispo, sacerdotes y fieles, se los difamó en público y se recurrió al apoyo de las autoridades políticas. La imputación a la iglesia riojana de ser comunista era particularmente grave en una época cuando el comunismo apa-

ORIENTACIONES


recía como el gran enemigo; ese adjetivo podía significar la diferencia entre la vida y la muerte. En 1974 el obispo asistió a la visita “ad límina” a la Curia romana, y se le aconsejó no regresar al país, por su propia seguridad. No obstante, volvió a su puesto. La represión y los riesgos fueron mucho mayores al establecerse el gobierno militar en 1976. El obispo reclamó ante la detención y tortura de algunos sacerdotes y laicos del movimiento rural. Se entrevistó con el comandante del Tercer Cuerpo de Ejército hoy condenado por su muerte y este lo amenazó veladamente. En julio de 1976 fueron secuestrados, torturados y asesinados dos sacerdotes de la ciudad de Chamical y un dirigente cooperativo laico. Tres semanas después, volviendo de esa ciudad, donde había celebrado la Eucaristía en memoria de las víctimas, el mismo Angelelli y su acompañante -el entonces sacerdote Arturo Pinto- fueron víctimas de un supuesto accidente automovilístico que, en realidad, fue provocado. En esa circunstancia, el cuerpo del obispo fue sacado del vehículo, arrastrado a varios metros de distancia y ultimado a golpes. Su acompañante sobrevivió.

Fe sin obras es fe muerta Para este hombre de Dios la fe era una experiencia compartida entre los hermanos, y su consecuencia eran la vida, las luchas y sueños compartidos. De ahí su insistencia en la importancia de las organizaciones populares para alcanzar una vida digna. En un tiempo en que la política imperante sembraba el miedo para aislar y encerrar a cada quien en sí mismo y así debilitar y dominar mejor a la sociedad, el obispo insistió en que la Buena Noticia es que todos somos hermanos, y promovió la comunión y la participación. Para él la fe sólo era tal si es encarnada, concreta, hecha vida cotidiana. La comunidad no se forma sólo por asistir juntos a las celebraciones aunque esto sea también una dimensión importante, sino por trabajar juntos por una vida mejor y cuidar mutuamente unos de otros.

Su palabra, ¿talvez “subversiva”? En 1974, el obispo declaraba en una entrevista: “Es necesario responder con la gran respuesta del Padre… a todos los problemas de todos los hombres…Y el hombre concreto de hoy es el que no tiene casa…, el que padece Chagas…, el que no le alcanzan los pesos para vivir, el que no tiene trabajo…, el que no tiene tierra por la estructura del minifundio y el maxifundio…, el que ve que la poca agua está mal administrada y mal repartida. Es el chico que tiene que ir a clase haciendo kilómetros en burro, y el que no da más porque tiene hambre. “Ese es el hombre concreto, y yo no le puedo ir a predicar la resignación. Dios no quiere hombres resignados.Y entonces encontramos hermanos nuestros en la fe que creen que la misión de la Iglesia es celebrar misas de difuntos pero no acordarse de los vivos. Olvidan que la historia de la salvación no comienza en la muerte. Nuestra historia es la historia de la salvación porque Dios va caminando con nosotros desde la Encarnación. Su propia historia es nuestra historia... “Si la Iglesia quiere ser fiel al Evangelio… hay que jugarse hasta las últimas consecuencias… Si la Iglesia quiere seguir siendo fiel, debe seguir siendo pueblo” (Monseñor Enrique Angelelli. obispo y mártir, Servicio de Paz y Justicia en América Latina, Buenos Aires, 1984, pags. 36-37). Aunque las autoridades de la Iglesia institucional no se han pronunciado al respecto, la “iglesia-comunidad del pueblo creyente” ha tenido siempre en claro que Enrique Angelelli fue un mártir, es decir, un “testigo de la fe”, y en especial de una forma determinada de entenderla, vivirla y ser consecuente con ella; un testigo de la fe encarnada y vivida en comunidad. Ese pueblo ha dicho desde hace años que este pastor es un mártir y un santo. Y como todo santo, es un modelo para quienes aún caminamos tras las huellas de Jesús. En sus propias palabras, “hay que seguir andando nomás”, y hay que hacerlo “con un oído en el Evangelio y otro en el pueblo”.

orientaciones

Gabriela A. Peña

*Para conocer más sobre vida y obra de este testigo puede consultarse el Martirologio Latinoamericano de Servicios Koinonía: http:// servicioskoinonia.org/martirologio/ 9


La familia: ¿una joya, un desafío, un problema?

Comentarios al respectivo documento vaticano de trabajo “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”, es el título del tema a tratar en el próximo Sínodo mundial de obispos. Una consulta a las bases y la organización de esos datos, relativamente apresurada por el tiempo ‑ya que se dio en cuatro o cinco meses‑, está ahora sintetizada en un Documento de Trabajo (DT) que el Vaticano envió a los pastores. El papa Francisco, considerando que el tema es amplísimo, ha establecido dos grandes momentos para tratar el asunto: una asamblea general extraordinaria este año 2014, y otra ordinaria para 2015. En la primera instancia se hará la evaluación de los datos recogidos a través de las conferencias episcopales de todo el mundo, se dialogará sobre ellos y sobre las sugerencias recibidas. En la segunda, los obispos elaborarán las líneas pastorales indicativas para una renovada pastoral de la familia en la iglesia católica.

Un esfuerzo meritorio El trabajo preparatorio desde noviembre 2013 a enero 2014 fue un esfuerzo laudable por socializar criterios, opiniones, experiencias y doctrina en el tema de la familia. Jugó en contra la brevedad del tiempo establecido para esta consulta a las bases, y quizá por eso, y no por falta de interés, las respuestas a las ocho temáticas del cuestionario oficial no hayan sido tan universales como era de esperar. Grupos, a veces reducidos y por eso mismo bien organizados, o movimientos carismáticos de tipo tradicio10

nal, llevan en esto una ventaja: la de incorporar sus principios y vivencias por sobre la enorme masa parroquial difícil de ser consultada en tiempos breves, y que, sin embargo, es la que vive la experiencia familiar real. Como casi todos los documentos eclesiales, el texto comienza por establecer los principios doctrinales emanados de la Biblia y de la Tradición orientaciones

eclesial, e incorpora elementos de la llamada “ley natural”. Esta última, lógicamente, según la interpretación que le da la voz oficial de la jerarquía. A partir de ahí se analizan las propuestas y se presentan los desafíos, como también se expresa la doctrina oficial respecto a la familia como fuente de vida, como formadora de nuevas generaciones y como institución integrada


por una mujer y un varón, todos ellos elementos típicos de la familia ideal. Muchos, especialmente en nuestro continente americano, hubieran preferido el método –consagrado antaño‑ de “ver-juzgar- actuar”, en lugar de una presentación del tema desde la doctrina, para bajar después a las realidades.

Fundamentacion biblica Una primera parte del documento lleva por título “Comunicar el evangelio a la familia de hoy”. Allí, entre los Nºs. 1 al 7, se habla de la familia según la Biblia y según los documentos eclesiales. En el Génesis fundamenta una vida familiar surgida desde el amor de una mujer y un varón, al reconocerse que están hechos el uno para el otro. Las nuevas generaciones vienen como una consecuencia natural de ese compromiso amoroso de acompañarse dos seres en la vida. Así pueden reconocerse como colaboradores de Dios en la obra de la Creación. Resulta novedoso que ya en el Nº 1 del DT se acuda a la cita del Cantar de los Cantares, un libro bíblico de fino pero expreso erotismo entre la amada y su amado. Ciertamente, en la teología de la iglesia ha habido intentos de espiritualizar este libro y hacerlo alegoría del amor de Dios a Israel, o del amor entre Cristo y su iglesia, entre Jesús y las almas…; incluso entre el Espíritu divino y María de Nazaret. Pero en realidad no es necesario ir a buscar peras en los olmos. En el Cantar se habla del amor humano; de una pareja de enamorados que se dicen palabras tiernas, emplean sus cinco sentidos para acariciarse, y sufren el distanciamiento. Si Dios es amor, como atestigua la fe, el amor es plenitud, gozo, ardor y comunicación. Y una familia es un compromiso de dos seres que sienten y expresan su amor, y lo hacen crecer en su fidelidad y en su prolongación.

Jesús, base de la familia

La enseñanza eclesial

En los Nºs. 2 y 3, el DT se refiere a Jesús como el fundamento de la visión eclesial sobre la familia; en la vida y la predicación de Jesús, y especialmente en su entrega total a la humanidad hasta dar su vida por ella, el gesto de amor más grande que puede realizar quien ama de verdad. Así, en la familia, quien ama deberá imitar la entrega de Jesús. San Pablo aplicará en su doctrina esta figura, que llama un verdadero “misterio” y lo refiere al amor de Cristo por la iglesia. No insiste el DT en la clásica figura de la familia de Nazaret (sólo la cita de paso) que tantas veces ha dado pie para reflexiones, homilías, escritos y espiritualidades que tejen conclusiones un tanto evaporadas de la realidad. De hecho, una familia en que el padre es supuesto, el hijo único es especialísimo y la madre es una doncella, es una familia extraña. No existe en la realidad, sino en la fe. Todos los predicadores, al tratar de ubicarla como familia modélica, tienen que hacer malabarismos que muchas veces resultan ingenuos. La familia humana ha de aprender de la de Nazaret el cuidado de unos para con otros (Lc 2, 41-52), la vivencia del amor fiel (Mt 2, 19-24), la capacidad de enfrentar los hostigamientos del sistema imperante (Mt 2, 13-16), de la locuacidad del vecindario (Mt 14, 53-58)… Lo demás son comentarios piadosos que no tienen base bíblica. La principal enseñanza que dejan los evangelios y la sana tradición de la iglesia es la que resume el papa Francisco en su encíclica “La alegría del Evangelio”: la familia debe reflejar «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado». El que ama es capaz de enfrentar la muerte, y es capaz de resucitar a una nueva realidad, siempre ascendente, siempre novedosa, siempre purificada.

Si los Nºs. 1 al 3 del DT hacían referencia al fundamento bíblico de la familia, del 4 al 7 presentan una síntesis de la enseñanza eclesial acerca del matrimonio y la vida familiar. Al señalar que la Iglesia se ha preocupado siempre del tema, es notorio que se salta dos mil años de una enseñanza moralista impregnada de machismo, Destaca que el Vaticano II (1962-65) define el matrimonio como comunidad de vida y de amor (cfr. GS 48), situando al amor en el centro de la familia. Ese amor es purificado y llevado a plenitud mediante la presencia y acción de Cristo, y por el Espíritu se capacita a los esposos cristianos para construir una verdadera “iglesia doméstica”. Ahondando en la enseñanza sobre la familia, el DT recuerda lo dicho y escrito por los últimos pontífices romanos desde Pablo VI a Francisco. Desde luego, esta enseñanza acerca del matrimonio y la familia es un paso adelante en la doctrina que hasta el Vaticano II estaba más preocupada de la moral familiar que de la vivencia diaria, llena de situaciones positivas y negativas; aquellas que vive la gente y que alzan o hunden, hacen vegetar o progresar a la familia humana. La visión post Vaticano II que el DT quiere posicionar como doctrina eclesial sobre el tema merece, sin duda, consideración y reconocimiento. No es la sola repetición renovada de principios tradicionales históricos, sino una nueva visión que abre el campo hacia realidades que antes no estaban en el discurso pastoral: La familia fundada en el amor para construir un camino juntos el varón y la mujer (no sólo para engendrar hijos como fin primario); el valor de la dimensión sexual y afectiva (no como una situación que había que tolerar y soportar como tributo “a la Continúa >>

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carne”); la importancia de coordinar una pastoral de la familia (no sólo una doctrina que aplicar); la fe como faro iluminador que engendra la vocación al amor (y no sólo como un refugio para pusilánimes).

Es clásica en toda la predicación y la literatura cristiana la ponderación de esa mujer sumisa, obediente, laboriosa, servidora de su marido al que debe reconocer como cabeza, cuidadora de sus hijos y del hogar.

Una mirada con sospechas

¿Ideal cristiano de la mujer?

Sin embargo, es generalizada la creencia de que la iglesia mira a la familia con cierta preocupación temerosa; le coloca ideales muy altos; le arma unos “corsés” ortopédicos moralizantes que le impiden moverse con más agilidad, y le señala más deberes que placeres. A esa visión popular negativa hay que agregar el historial. Si alguien va a buscar en la “Patrología” (los textos clásicos de los Padres de la teología cristiana) una descripción del amor físico, de la mujer, del encuentro sexual, se encontrará con pocas palabras amables y mucha repulsa y reprobación. La demostración está en el trato que se le ha dado a la mujer. A lo largo de todo el historial de la enseñanza eclesial ella fue considerada como una santa en la medida que cumpliera sus funciones hogareñas. Si a eso le sumaba caridad para con los menesterosos, ya era santa de altar.

No hay que ir muy lejos en las consideraciones antedichas. Un par de años antes del Vaticano II, el famoso predicador y escritor costumbrista Francisco Romero López, canónigo magistral del obispado de Zamora, en España, establecía un decálogo para la mujer ideal: 1. Amar al marido por sobre todas las cosas. 2. No jurarle amor en vano. 3. Hacerle fiestas. 4. Amarlo mas que al padre o a la madre. 5.No atormentarle con celos o mal genio. 6. Serle fiel. 7. No gastarse el dinero en perifollos. 8. No fingir ataques de nervios. 9. No desear más prójimo que al marido. 10. No codiciar el lujo ajeno. Y agregaba en uno de sus escritos: “hay mujeres prudentes, de buena orientaciones

índole, plácidas y obedientes. No toda mujer conviene a todo varón bueno. Una mujer triste no es apropiada para un hombre alegre, ni una rica para un pobre, ni una plebeya para un príncipe, ni una suave para un austero”. A esas alturas (1959) el mundo pensaba muy distinto, y continuaba como proceso siempre en avance una visión de la mujer colocada en su verdadero sitial: protagonista de la historia social. Por todo esto, siquiera un párrafo, una palabra, en el DT reconociendo esa deuda eclesial para con la mujer, hubiera sido oportuna. No para volver a antiguas discusiones, sino para dejar constancia de que esa postura ya ha debido quedar superada para siempre en la iglesia. Al no expresarla, acredita que no hay rompimiento real con un pasado que continuará rondando los ámbitos eclesiales como una mala sombra. (Continuará en la próxima edición).

Agustín Cabré Rufatt agustin@claretianos.cl


Pastoral bíblica

La dignificación de la humildad Podemos encontrar muchos pasajes de la Palabra en los cuales la figura de los niños se hace latente y nos debiera cuestionar. ¿Por qué Jesús ocupa siempre a los pequeños para hacer reflexiones sobre el Reino, e incluso él, cuando se encuentra en esta etapa, da muestras de la importancia que los niños pueden tener en la vida de la religión? Jesús, cuando se pierde a los doce años y es encontrado en el Templo en medio de los doctores de la Ley (Lc. 2,42-49), se da a conocer de forma pública demostrando su gran conocimiento e inteligencia, pero, a su vez, dignifica la figura del niño frente a la religión reinante. Es cierto que se encuentra en edad de adultez para el mundo judío, pero al venir desde la clase más pobre de su tiempo, demuestra conocimientos y

una personalidad que van más allá de lo normal, diciendo de una u otra forma: los niños también tenemos algo que decir, y no tienen por qué desconocer que existimos. Lo mismo ocurre cuando hace analogías con respecto al Reino: los niños serán siempre los primeros. ¿Por qué? En esa época, los niños no eran considerados absolutamente para nada, y sólo eran valorados socialmente cuando se transformaban en hombres o mujeres. Jesús los ama y los dignifica, entendiendo y enseñando que ahí está el presente y futuro del Reino, y que es de vital importancia esa etapa para el desarrollo de los valores de ese Reino: humildad, sencillez y pureza a toda prueba para entregarse al servicio de los demás (Mt 18, 1-5).

Propuesta de trabajo: Partamos desde la realidad. Leer en forma de oración la siguiente canción:

Que canten los niños (José Luis Perales)

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad. Que canten los niños que viven en paz, y aquellos que sufren dolor. Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz.

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad. Que canten los niños que viven en paz, y aquellos que sufren dolor. Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz.

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad. Que canten los niños que viven en paz, y aquellos que sufren dolor, Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz.

Yo canto para que me dejen vivir, yo canto para que sonría mamá. Yo canto por que sea el cielo azul, y yo para que no me ensucien el mar. Yo canto para los que no tienen pan, yo canto para que respeten la flor. Yo canto por que el mundo sea feliz, yo canto para no escuchar el cañón.

Yo canto porque que sea verde el jardín, y yo para que no me apaguen el sol. Yo canto por el que no sabe escribir, y yo por el que escribe versos de amor. Yo canto para que se escuche mi voz, y yo para ver si les hago pensar. Yo canto porque quiero un mundo feliz, y yo por si alguien me quiere escuchar.

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad. Que canten los niños que viven en paz, y aquellos que sufren dolor. Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz. Continúa >>

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Si regresan los niños (Héctor Guzmán, cmf)

Preguntas para compartir: • ¿Qué sentimos al escuchar esta letra de canción? ¿Nos recuerda alguna situación especial? • ¿Valoramos y dignificamos a los niños en nuestra realidad? • ¿Qué hacemos o deberíamos hacer para integrar a los niños a nuestra comunidad? • ¿Cuál es la importancia que les damos a los niños en nuestra comunidad y nuestra familia?

El círculo de la vida y la Palabra. Leer los siguientes textos: • Lc 9,46-48 • Mc 10,13-16 • Mt 18,1-5

Para compartir en comunidad • ¿Qué importancia tienen los niños de la época de Jesús al meditar el texto? • ¿Por qué utiliza Jesús analogías con niños para explicar el Reino? • ¿Cómo podríamos hoy en día hablar del Reino de los Empobrecidos desde la figura de los niños?

Para celebrar en comunidad Para el momento de la celebración, preparar un signo que represente lo expresado en el compartir y que resuma la importancia de los niños en el Reino.

Celebración La idea central es ambientar con cosas características de niñez, un lugar en torno a la Palabra, recordando a los niños de nuestras comunidades y familias, como también niños de otras realidades que nos puedan parecer lejanas. Compartir el signo trabajado en los grupos. Luego dar paso para pedir o dar gracias por la posibilidad de compartir en comunidad la vida y la Palabra, para terminar orando el siguiente texto: 14

Si regresan los niños, el aborto se irá. Si regresan las cunas, muchos sueños habrá. Cantarán los hogares, y la paz volverá; si regresa la vida, nuestro Dios nacerá. Y la guerra se irá, porque tú llegarás rebosante de amor. Miles arcos de paz la justicia alzará, y los besos estallarán. Y a mis brazos vendrás, para el niño abrazar, y en su vida encontrar el sendero maduro de nueva humanidad. Si no nos hacemos como niños, no entraremos en el Reino de Dios, y a mis brazos no vendrás. Si se apagan las armas, alimentos habrá. Si los odios se extinguen, nueva aurora será. Llegará la esperanza, la verdad triunfará, El poder de unos pocos cambiará en libertad. En el niño están todos los empobrecidos, los excluidos; están los últimos.

Compromiso El momento más importante para cerrar el círculo de la vida y la Palabra es cuando se llega al compromiso. Aquí cada uno debe reafirmar que la Palabra ha iluminado su vida, así como también entonces la vida debe iluminar a la Palabra. Este compromiso debe ser tangible, alcanzable, para poder evaluar el cambio del proceso de nuestra vida en este caminar con la Biblia. Dar un pequeño momento a la luz del fin de la Celebración, para que cada participante pueda adquirir el compromiso correspondiente, o incluso poder asumir un compromiso como comunidad en torno a lo compartido en la Lectura Orante.

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Evangelio, religión e Iglesia

III parte: de un gran soplo del Espíritu, a la evangelización de hoy Entregamos aquí la tercera parte y final de una interesante conferencia ofrecida por el teólogo popular belga José Combiln en San Salvador, el 18 de marzo de 2010, un año antes de su sensible fallecimiento en Brasil. Las otras dos partes han sido publicadas por TELAR en sus ediciones inmediatamente anteriores. Es necesario revisar en nuestra iglesia de hoy lo que ha sido infiltración de otras influencias o corrientes; por ejemplo, la vida ascética de los monjes. Irlanda fue la isla de los monjes. Allí los obispos no tenían autoridad; sólo servían para ordenar sacerdotes. Los que mandaban eran los monjes. Los monasterios eran los centros, lo que es la diócesis actual. Esos monjes llevaban una vida ascética tan extraordinariamente inhumana, que es imposible que venga de Jesús. Eran “superhombres” que ya no existen. Uno de sus ejercicios de penitencia era entrar en un río -en Irlanda los ríos son fríos- y quedarse allí desnudos rezando todos los salmos… Esa manera de entender la vida no puede considerarse hoy que sea cristiana; marca de santidad. tampoco; no es así como se manifiesta la santidad. Todas las congregaciones femeninas –en otro ejemplo- saben cuánto

hay que luchar para cambiar costumbres, tradiciones, que no son evangélicas. Cuánto tiempo se gasta en discusiones y disputas entre las que quieren conservarlo todo, y las que quieren abandonar lo que ya no sirve o adaptarlo a la situación actual. Allí hay, pues, tarea para la teología.

El Espíritu sopló en América En América latina hemos conocido un ”nuevo franciscanismo”, una nueva pero radical forma de vida evangélica. ¿Cuando nació? Hubo obispos que participaron en ello y animaron el Medellín de la opción por los pobres. Son los santos padres de América latina, y ustedes los conocen. Si hay que marcar el origen del nuevo evangelismo de la Iglesia latinoamericana, yo diría que no se debe olvidar el 16 de noviembre de 1965. Ese día, en una catacumba de Roma, 40 obispos, la mayoría latinoamericanos, incitados por Don Helder ORIENTACIONES

Cámara se juntaron y firmaron lo que se llamó el “Pacto de las Catacumbas”. Allí se comprometían a vivir pobres: en la comida, en el transporte, en la habitación... No dijeron lo que habría que hacer; se comprometieron, y de hecho lo hicieron después, cuando llegaron a sus diócesis, dando prioridad en todas sus actividades a lo que es de los pobres; dejando muchas cosas para dedicarse prioritariamente a los pobres y a una serie de acciones que van en tal sentido. Ellos fueron los que animaron la Conferencia de Medellín. Y tuvieron un contexto favorable: el Espíritu Santo había suscitado ya una cantidad de personas evangélicas. Las Comunidades Eclesiales de Base habían nacido ya, y había religiosos insertos en ellas. Pero eran pocos y se sentían como marginados de los otros. Medellín les dio legitimidad y al mismo tiempo una animación muy grande, que se expandió. Continúa >> 15


¿Fue esa toda la Iglesia latinoamericana? Claro que no. Siempre se trata de una minoría. Esa fue una época de creación; de esas que hay a veces en la historia, por una efusión muy grande del Espíritu. Pero es una herencia que tenemos que vivir y mantener, conservar preciosamente, porque eso no va a reaparecer. A veces me preguntan: ¿por qué hoy en día los obispos no son como entonces? Porque aquel tiempo es la excepción en la historia de la Iglesia; porque de vez en cuando el Espíritu Santo suscita excepciones.

Misión de los laicos Y ¿quién va a evangelizar el mundo de hoy? Para mí, son los laicos. Y ya aparecen muchos grupitos de jóvenes que justamente practican una vida mucho más pobre, libres de toda organización exterior, viviendo en contacto permanente con el mundo de los pobres. Ya hay; pero habría más si se hablara más y fueran más conocidos. Puede 16

ser ésta también una tarea auxiliar de la teología: divulgar lo que está pasando realmente; dónde está el Evangelio vivido en este momento, para darlo a conocer; para que se conozcan mutuamente. Porque, de lo contrario, pueden perder ánimo o no tener muchas perspectivas. Una vez que se unan pueden formar asociaciones, cada cual con su tendencia, su modo de espiritualidad. Es una situación histórica nueva en la que no espero mucho del clero. Sucede que en este momento los laicos han dejado de ser analfabetos. Hace ya tiempo que tienen una formación humana, cultural, de su personalidad, que es muy superior a lo que se enseña en los seminarios. Tienen más preparación para actuar en el mundo, aunque no tengan mucha teología. Se les podría dar más teología, pero ese es otro asunto. No vamos a pensar que quienes vayan a realizar el programa de Aparecida sean los sacerdotes. Yo no conozco todo, obviamente, pero en los seminarios y las diócesis que conozco se necesitarían 30 años para formar un clero nuevo. ¿Y quién va a formarlo? Para los laicos es distinto. Hay muchísima gente dispuesta y con formación humana; con capacidad de pensar, de reflexionar, de entrar en relación y contactos, de dirigir comunidades, grupos. Ahí está el porvenir. Pero muchos todavía no se atreven.

Una puerta abierta al laicado El derecho canònico -como muchos católicos no saben- permite la formación de asociaciones independientes del obispo o del párroco. Eso no se enseña mucho en las parroquias, pero es justamente algo importante. Los laicos pueden muy bien juntar 4 o 5 personas para organizar un sistema de comunicación, de espiritualidad, de presencia en la vida pública, política o social. Ahora, ¡figúrense 300 personas con ese valor! orientaciones

Habría que escogerlas de entre 25 y 30 años; porque esa es la época creativa. Hasta los 25, el ser humano se busca a sí mismo. A partir de ese momento termina sus estudios, ya ha conseguido un trabajo. Entonces ya quiere definir su vida. Estos son los que tienen capacidad de inventar. Todas las grandes invenciones se han hecho por gente de esa edad. Pero, ¿què pasa? ¿Por qué tanta timidez al respecto? Los que son tan capaces en el mundo, ¡en la Iglesia, nada! Deberían partir por convencerse de que no necesitan que el obispo o el sacerdote les digan qué hacer o cómo hacerlo. A lo mejor no se les enseñó a crecer; pueden ser adultos en la vida civil, pero niños en la vida religiosa. ¡Pero es posible hacerlo y multiplicarlo donde vayamos! El porvenir depende de grupos de laicos imbuidos de su potencialidad en la Iglesia, que ya existen, aunque todavía estén muy dispersos. El porvenir está ahí; es nuestra tarea de todos abrirnos a él, empezando por los jóvenes. Allí está el porvenir. Son jóvenes que están descubriendo el mundo. Claro, hay quienes entran en las drogas, que se corrompen, pero es una minoría. En su conjunto son personas que quieren hacer algo en la vida. Si no conocen el Evangelio no van a vivir como cristianos. Hay que explicárselo, pero no con cursos de teología, sino haciendo, participando de actividades que de hecho son realmente servicios a los pobres. Eso ,sí, se puede. ¡Tarea de la teología! Pero con un discurso menos académico, más orientado hacia al mundo exterior. Una teología que se pueda leer sin tener formación escolástica; porque antes, si no se tenía formación aristotélica no se podía entender nada de la teología tradicional. Bueno, la filosofía aristotélica ha muerto; los filósofos del siglo XX la han enterrado. Ahora tenemos libertad para ver cómo nos abrimos al mundo.


Mandela: La fuerza indestructible de un gran ideal El 5 de diciembre de 2013 fallecía en Johannesburg, Sudáfrica, el último de los grandes profestas de la justicia social y los derechos humanos que iluminaron el siglo XX a lo ancho del mundo, con su testimonio de vida y casi todos con su martirio. Con Nelson Mandela se selló el largo, doloroso y sangriento proceso de una segunda descolonización, tras la que habían protagonizado los países de América a lo largo del siglo XIX. A mediados del XX la India viviría el suyo bajo el liderazgo del insólito Mahatma Gandhi, y provocaría como rebote el fin del imperio británico. Gandhi iluminó con su lucha noviolenta la cruzada de Martin Luther King contra la segregación racial en los Estados Unidos de Norteamérica, la de Mandela y los procesos independentistas de otros países africanos. Perteneciente a la etnia sudafricana xhosa, Mandela había nacido en 1918 en el Transkei, uno de los territorios segregacionistas que las minorías blancas en el poder habían creado como

base del posterior “apartheid”. La idea era establecer enclaves de población homogénea negra, para evitar que la inmensa mayoría del país –sobre 80%, en al menos 9 etinas con sus respectivas lenguas– llegara a dominar sobre la escasa minoría blanca. Por entonces la segregación no impedía a los negros que pudieran hacerlo, lograr la educación que les fuera posible en los “bantustanes”, territorios donde se los fue arrinconando. Mandela, descendiente de un respetado rey tribal, a pesar de pastorerar ovejas y becerros fue a la escuela, donde su maestra rebautizó su nombre aborigen por el de Nelson, más pronunciable por los colonos británicos. Cursó después la enseñanza secundaria, se tituló bachiller en artes tras haber sido expulsado del colegio universitario por ser ya un activista estudiantil, obtuvo un diplomado en derecho y abrió un bufete jurídico. Cinco años después, el injusto sistema segregacionista que se comenzó a implantar en el país de forma cada vez más orientaciones

represiva, dictatorial y sangrienta, lo llevó a asumir una lucha que lo convertiría en líder supremo indiscutido, tras una trayectoria durísima que asombraría al mundo.

Barbarie en un siglo contradictorio El siglo XX será recordado como una de las centurias más contradictorias de la humanidad. Se dice que el ser humano logró durante él un desarrollo mayor que en toda su historia. Los inventos y adelantos más decisivos en todos los ámbitos del quehacer fueron aplicados y perfeccionados en él de forma exponencial. Su mayor ícono se esculpió cuando el hombre salió a pasearse por el espacio extraterrestre y puso pie en el satélite natural. Sin embargo, a la par se cometerían barbaridades que a las futuras generaciones parecerán increíbles. Entre ellas, dos guerras mundiales con más de 80 millones de muertos, y centenares de otras locales cuyo símbolo más estremecedor sería Vietnam; se Continúa >> 17


asesinó o quemó en hornos a 6 millones de seres humanos; fueron lanzadas dos bombas atómicas que como secuelas mataron a más de 500.000 civiles indefensos; sólo al precio de mucha sangre lograrían su independencia del yugo colonial numerosos países; a un costo similar se alcanzó la igualdad racial en los Estados Unidos de Norteamérica y en Sudáfrica. En esta última, situada en el extremo sur del “continente negro” con una superficie superior a 1.200.000 km², el proceso tuvo una larga historia vinculada a la voracidad europea. Esta llegó atraída por la diversidad y enormes reservas de sus riquezas minerales – oro, platino, diamantes, cobre, carbón, hierro…–, vastos recursos agropecuarios y otros productos naturales. La incursión colonialista se inició en 1652 con holandeses, y en 1806 el país pasó a dominio británico. Entretanto los afrikáners o bóers , “criollos” de origen holandes sumados a colonos de Francia y Alemania, se habían consolidado como grupo étnico autóctono e impusieron progresivamente su lengua, el afrikáans, derivado del neerlandés, hasta oficializarlo en 1925. Tras sufrir dos guerras con los británicos, los afrikáners lograron controlar la Unión Sudafricana, formada por varias colonias del área, y cortar los vínculos que aún persistían con el Reino Unido. Su Partido Nacional ganó las elecciones en 1948 e inició un férreo dominio que duraría 40 años. En 1961 se declaró la indepencia del país con el nombre de República de Sudáfrica. Admirador del régimen nazi, el Partido Nacional puso en práctica el apartheid, que en la lengua afrikáans significa “separación”. En virtud de ella, un injusto sistema jurídico y social consagró el derecho a voto sólo para los blancos; el confinamiento de los negros en áreas alejadas de los blan18

cos, con niveles de vida deplorables; libertad de circulación sólo para los blancos, y un régimen laboral fuertemente discriminatorio.

Así surgió el profeta De tamañas injusticias brotarían, como en los viejos tiempos bíblicos, la persona, la voz y la acción de un profeta dispuesto a dar hasta la vida por combatirlas. Inpirado en la noviolencia del Mahatma Gandhi, Mandela inició en 1952 una lucha similar contra el apartheid. Su partido, el Congreso Nacional Africano, CNA, sube bajo su liderazgo de 7.000 a 100.000 miembros y se enfrenta en progresión masiva a la poderosa maquinaria del poder blanco. Este lo detiene acusándolo de traición al Estado e intensifica la represión, llegando en 1960 a una matanza masiva, incluso de mujeres y niños, en Sharpeville, que marca un punto de inflexión. A partir de entonces el CNA y otros partidos aliados deciden pasar orientaciones

a la lucha armada. Mandela se convierte en comandante en jefe de la organización guerrillera MK o «La Lanza de la Nación». Consagrado por los negros como ícono supremo en su lucha contra la segregación racial y la represión sangrienta, lo llaman “Madiba”, o líder “Grande, Principal”. Es apresado nuevamente en 1962, al parecer gracias a datos de la CIA norteamericana, y dos años después condenado a cadena perpetua como “terrorista”. Veintisiete años y medio pasaría así en prisión. Diecisiete de ellos confinado en el centro isleño de alta seguridad Robben Island, en condiciones sumamente duras. Sometido a trabajos forzados en canteras, sufriría un daño pulmonar irreversible y perdería gran parte de la visión. Pero allí su espíritu pacífico, su presencia y dignidad cautivaron incluso a sus carceleros. Uno de ellos, Christo Brand, escribió este año un libro testimonial, “Mandela, mi prisionero, mi


amigo”, en el que relata emocionado cómo el Madiba llegó a ser más bien su padre.

Largo camino a la libertad Durante más de un cuarto de siglo sometido a un sistena carcelario destinado a eliminarlo, Mandela no se amilanó. Aprovechó el tiempo. Estudiando por correspondencia se licenció en derecho por la Universidad de Londres; llegó a dominar la lengua afrikáans, y con ella la cultura de los colonizadores. Maduró así la concepción de una Sudáfrica donde negros y blancos podrían convivir en paz respetándose mutuamente. Su prestigio como líder de paz saltó desde los propios carceleros a las calles de las ciudades, a los campos, a los “ghettos” miserables de los negros, convertidos en campos de batalla entre la maquinaria represiva del régimen y la resistencia de las abrumadoras mayorías. Entretanto, una y otra vez surgen

manifestaciones contra el gobierno sudafricano en diferentes rincones del globo, y se exige la liberación de Mandela. Como respuesta, el servicio secreto del régimen urde la faramalla de un intento de fuga del más famoso prisionero del mundo, para asesinarlo. Pero el complot es descubierto y frustrado por la inteligencia británica, brazo secreto del enemigo ancestral de los bóers. Sudáfrica queda aislada del mundo como un apestado. La economía hace agua y la situación interna amenaza con tornarse ingobernable. En 1985 el presidente Pieter Willem Botha ofrece la liberación a Mandela si renuncia a la lucha armada. El “presidiario 466/64” responde: «¿qué libertad se me ofrece, mientras se sigue prohibiendo la organización de la gente? Sólo los hombres libres pueden negociar. Un preso no puede suscribir contratos.» Acorralado, el régimen debe ceder, y ese mismo año inicia con Mandela conversaciones sólo de fachada. En esas maniobras dilatorias se ve cercado a fines de 1987 por un peligro inminente en sus fronteras, debido al triunfo del movimiento anticolonialista en Angola con apoyo de fuerzas de élite enviadas por Cuba. Estas derrotarían finalmente a las hasta entonces invencibles fuerzas armadas de Sudáfrica. Con ello se sellaría la independencia de Angola, Namibia y Zimbabue, y el fin del apartheid en toda el área austral del Africa.

El triunfo de una fuerza irreductible Como consecuencia ineludible de los acontecimientos, en 1988 Mandela es trasladado a una prisión más digna, se le facilitan contactos en orden a su futuro y el de la nación, y el 11 de febrero de 1990 es liberado por el presidente Frederik de Klerk. Este comprendió que no había orientaciones

para el país otra salida que abolir el apartheid, y hacerlo con Mandela, cuyo liderazgo evitaría una revancha incontenible contra los blancos. Por el éxito de esta gestión, ambos recibieron en 1993 el Premio Nobel de la Paz. Al año siguiente se cumplió lo que ya nadie ponía en duda: Nelson Mandela ganó las elecciones y se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica. Inició de inmediato un proceso de reconciliación nacional, graficado en forma elocuente por la designación de De Klerk como vicepresidente. Convencido de que sólo haciendo luz sobre el pasado se podría alcanzar la paz, designó una comisión para la verdad y reconciliación presidida por el respetado arzobispo Desmond Tutú, también premio nóbel de la paz. Al terminar su mandato en 1999 se retiró de la vida pública, considerado por la multiétnica población nacional –incluida gran parte de los blancos– padre de la patria y refundador de Sudáfrica. Su última de aparición en público fue para clausurar el Mundial de Fútbol de Sudáfrica en 2010. Su salud, ya muy deteriorada por las secuelas de su larga prisión, se tornó crítica a mediados de 2013. El 5 de diciembre fallecía el conductor indomable de aquel duro proceso que él mismo había definido en 1964 ante el juez que lo condenó a cadena perpetua: “Esta es una lucha del pueblo africano inspirada por el sufrimiento y la experiencia. Es una lucha por el derecho a vivir. Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades. Es un ideario por el cual vivo y espero conseguir. Pero, en caso de necesidad, señoría, es un ideario por el cual estoy preparado para morir”. Alfredo Barahona Zuleta 19


Nuestra historia educando al estilo de Claret

50 años de la Escuela Padre Claret en Rosario, Argentina

La escuela “Padre Claret” remonta sus inicios a la inquietud de la Liga de Madres de la parroquia rosarina Inmaculado Corazón de María, y al afán misionero del párroco Jacobo Dusso en dar respuestas a las necesidades del barrio. En el año 1964 comenzó a funcionar un jardín de infantes al que asistían niños de la zona, cuyas familias aportaban una cuota con la que se abonaba el sueldo de la única docente a cargo, la Sra. Susana Beatriz Cataldi. El aumento en la demanda de matrícula y la importante población escolar fueron razones suficientes para pensar en la incorporación de una escuela primaria en marzo de 1966. Cada vez más familias adherían al proyecto de brindar una educación integral; la escuela continuaba creciendo en el edificio contiguo al Cine Claret (antiguo templo). 20

En 1968 el Ministerio incorporó la escuela y confirmó las designaciones de la primera directora con grado a cargo, Sra. Elba Urtiaga, y la de nuevos docentes. También tuvo lugar el nombramiento de la primera portera, Srta. Isolina Agüero. Un grupo de religiosas claretianas se trasladó desde Córdoba en el año 1969 para ocuparse de las cuestiones pedagógicas y pastorales. En 1972 se tuvo el egreso de la primera promoción de séptimo grado, y en 1973 se incorporó el turno de mañana.

Abriendo mayores horizontes En los inicios, la realidad daba cuenta de alumnos que egresaban de la escuela y se incorporaban al mundo laboral; más adelante, junto con una paulatina modificación del nivel sociocultural de las familias, se escucharon de lo nuestro

las primeras manifestaciones de interés por ingresar al nivel secundario. El protagonismo de los padres en todo este proceso fue muy significativo. Conformaron la Unión de Padres y se organizaron con estatutos elaborados por el Dr. Riol. También organizaron festivales y eventos para recaudar


fondos, actividades que posibilitaron el desarrollo de fuertes lazos comunitarios sostenidos por un verdadero compromiso con la misión evangelizadora. En 1978 el P. Jacobo Dusso fue destinado nuevamente a Rosario, y asumió el desafío de construir un edificio. El P. Eugenio Pizzio y los padres de familias que incondicionalmente ofrecían su ayuda, demolieron los muros de la antigua casa, recuperando cada ladrillo para dar lugar al nuevo proyecto de obra. Al poco tiempo, por calle Viamonte 1561 se ingresaba a un amplio patio, rodeado de aulas acogedoras. Todo el trabajo en misión compartida dio frutos buenos y abundantes. Al tiempo la escuela abrió sus brazos para recibir a los hijos de exalumnos, y los reencuentros con docentes, directivos, personal de maestranza fueron una verdadera fiesta. Se abordó como primordial la formación cristiana de los niños, y el espíritu misionero al estilo de Claret fue enseñado con la palabra y el ejemplo de religiosos -aspirantes de la congregación claretiana y de María Auxiliadora-, catequistas (el primero de ellos incorporado oficialmente en 1990), docentes y padres.

Al cumplir tres décadas Llegando a la tercera década, en 1993 y ya registrada la escuela con el número 1178, se independizó el Jardín

de Infantes “Padre Claret”. Contaba con tres secciones de jardín y tres de preescolar, y pudo organizarse con autonomía incorporando al primer directivo surgido por escalafón y concurso interno, la Sra. Marta García. Fue en este período que comenzó el dictado de horas cátedras de Informática y se implementó un proyecto para la enseñanza de la lengua extranjera, el inglés. El 23 de octubre de 1997 se inauguró la biblioteca “Corazón de María”. En 1999 comenzó la reestructuración, se autorizó el tercer ciclo de la educación general básica con un octavo año, y en el año 2000 se complementó con dos divisiones de octavo año y una de noveno. Ese año egresaron los primeros alumnos con la educación general básica completa. A partir del 12 de marzo de 2001 se autorizó el funcionamiento de la Escuela de Educación Polimodal “Padre Claret”, bajo el número 3110 y con una única división de primer año en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales. Asimismo, fueron autorizados la Srta. Ana María Terzaghi como representante legal (primer laico en esta función), un cargo de director, asumido por el Sr. Omar Díaz, y otro de secretario desempeñado por la Sra. Mónica Castellarín.

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De los 40 a los 50 años En 2003, el sueño de las familias del barrio se concretaba junto al egreso de la primera promoción del nivel polimodal. En 2008 se abrió una segunda división de primer año, esta vez en la modalidad Economía y Gestión de las Organizaciones. Así, iluminados por el Espíritu y educando al estilo de Claret, misionero y profeta, todos los miembros de la comunidad educativa fueron construyendo un porvenir que ha dejado de ser utópico para realizarse en lo que es hoy la Escuela Padre Claret de Rosario. Hoy tiene 886 alumnos y una historia de siembra cultural y religiosa. Como el mismo Padre Claret estimó para los misioneros, continuamos formándonos por el Espíritu en la fragua del Corazón de María, donde somos forjados para ser discípulos de Jesús, enseñándonos a escuchar la Palabra de Dios, meditarla en el corazón y a proclamarla como Buena Noticia. La utopía en la que creyó el P. Jacobo Dusso hace 50 años es hoy una realidad firme. El P. Fabián Husto es el representante legal, y un equipo de profesionales lleva a cabo la gran obra de educar, formar y hacer crecer nuevas generaciones.

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Chiloé: donde la tierra estalla en tradición, misterios y leyendas Poco más de 1.000 kilómetros al sur de Santiago, la capital, el territorio firme chileno deja de ser tal. Por quiensabe qué cataclismos geológicos, alguna vez se hundió allí en el océano, se abrió un canal de 3 a 4,6 km de ancho –el Chacao, “Caleta de almejas” en lengua huilliche–, y al otro lado estallaron la actual “isla Grande de Chiloé” más otras 40 menores y numerosos pequeños islotes. Así surgió el archipiélago de Chiloé, que para numerosos investigadores es la zona talvez más singular e incomparable de Chile. Su nombre parece adaptado de “chilwe”, que en lengua mapudungún –de la etnia originaria mapuche– significa “lugar de chelles”, unos gaviotines que abundan en la zona. El archipiélago suma algo más de 9.000 km², de los cuales la isla Grande acapara 8.394. Alberga hoy a más 160.000 “chilotes” que no se aprobleman por chapotear continuamente en el agua; porque en Chiloé caen de 3.000 a 4.000 milímetros de lluvias en “trece meses del año”. Al son de la guitarra y más tarde el acordeón, los chilotes acunaron

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durante siglos unos cadenciosos valses y danzas características que bailan alegremente; con atuendos propios y por cualquier motivo. Desgranan entonces versos melodiosos que ponderan la geografía, los misterios y las leyendas que se aferraron a la tierra mojada, entrelazados con una flora exuberante y una rica fauna que han logrado sobrevivir a una feroz depredación humana de siglos, debido, precisamente, a la condición insular. Chiloé es visita obligada de miles de turistas nacionales y extranjeros. Porque a su apetecida gastronomía suma una artesanía tan diversa como apreciada, y un acervo cultural cuya música, leyendas y tradiciones conforman una de las riquezas folclóricas más singulares del país. Dieciséis de sus característicos templos de madera, construidos desde mediados del siglo XVIII, son monumentos nacionales y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Un aislamiento fecundo “Nueva Galicia” llamaron a esas islas los primeros españoles que en 1567 se

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aventuraron por entre los mil canales, fiordos y selvas vírgenes del archipiélago, encabezados precisamente por el gallego Martín Ruiz de Gamboa. Si el capitán hubiera pronosticado entonces que allí se atrincherarían siglos después sus descendientes para defender a Chiloé como el último bastión de la monarquía española, alguien lo habría archivado talvez como el primer chiste de gallegos. Pero la realidad fue así. Porque, sellada la independencia de Chile en 1818 con la batalla de Maipú, a las mermadas huestes monárquicas no les quedó otro reducto que la isla Grande y sus satélites, donde permanecieron con las banderas reales al tope hasta 1826, cuando fuerzas patriotas lograron incorporar el territorio chilote al Chile independiente. Pero no se habían arrinconado allí los realistas sólo después de Maipú. Estaban afincados desde que una rebelión masiva de los mapuche en 1598 barrió con todas las ciudades del sur, cuyos colonos tuvieron que asentarse en el archipiélago y poner como su frontera norte el canal de Chacao.


El aislamiento de tan singular región favoreció así la preservación no sólo de la riqueza cultural y física del archiélago, sino también de un idioma en que se entrelazan hasta hoy expresiones y arcaísmos hispanos que sólo allí perduran, con vocablos y giros de los pobladores originarios. De éstos, los primeros conocidos fueron los “chono” (nombre que podría ser de la misma raíz nativa que “che”, “gente”), avezados marinos y pescadores nómades. Se mezclaron, hasta desaparecer a fines del siglo XVIII, con los “huilliche” o “viliche”, “gente del sur”, miembros de la familia mapuche cultivadores ancestrales de la papa chilota. Con el aislamiento se preservaron también numerosas leyendas auténticamente chilotas, en las que se mezclan las culturas autóctonas con la de los invasores. He aquí sólo unas pocas, entre las más conocidas.

Mitos, picardías, bondades y maleficios El Caleuche: es la versión chilota del barco fantasma que navega en diferentes culturas. Es un velero blanco que aparece sólo de noche, gloriosamente iluminado entre la bruma

de las tormentas desatadas. Tripulado por brujos y gente que murió ahogada, deja oír una gran música de fiesta. Quien lo mira puede morir o quedar con la boca o la espalda torcidas. Pero hay quienes aseguran que no es maléfico, sino que guía hasta buen puerto a los barcos en peligro. El Trauco: es un enano que, pese a su gran fealdad, tiene un encanto masculino irresistible para las muchachas que se aventuran por los vericuetos del archipiélago. Símbolo del amor fecundo y la vida que se renueva, es el gran culpable de innumerables madres solteras. Pero como marido de la Fiura, una mujer gruñona, estéril y temible, regresa a acompañarla por las noches. La Pincoya: es hija de Millalobo, rey de los mares, y de su mujer, la Huenchula, a quienes ayuda a manejar las aguas con sus dos hermanos, el Pincoy y la Sirena chilota, fusión del mito europeo y los Sumpall mapuche, también mitad peces y mitad humanos. Según los pescadores, la Pincoya es un espíritu protector de las riquezas marinas. Si se aparece danzando con los brazos extendidos y mirando al mar o el lago, habrá pesca abunde lo nuestro

dante; lo contrario, si lo hace mirando hacia tierra. El Invunche, Machucho, Butamacho o Chivato: es una criatura humana sumamente deforme, que no habla; sólo emite ruidos guturales muy desagradables. Protege la entrada a la cueva de los brujos. Cuando éstos lo sacan para usarlo en sus venganzas y maleficios, aterra a los lugareños que lo escuchan, presagiando una desgracia. La Llorona: versión chilota del profuso mito hispanoamericano de la mujer que perdió o asesinó a sus hijos. Como alma en pena los busca en vano, aterrando con su llanto a quienes la oyen o se topan con ella. El Basilisco: posible derivación del mito similar griego y el Colocolo mapuche, es una criatura maligna, mitad gallo y mitad serpiente, que nace de un huevo rugoso puesto e incubado por un gallo. Se oculta bajo la casa donde surgió, adonde se mete por las noches y va succionando la vida de cada uno de sus moradores. Para eliminarlo se debe matar al gallo y destruir el huevo; pero si éste se rompe, sólo resta quemar la casa. Alfredo Barahona Z. 23


Sosa Cordero y su Anahí

Anahí Anahí..., Las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti; Anahí, recuerdan acaso tu inmensa bravura, reina guaraní. Anahí, indiecita fea, de la voz tan dulce como el aguaí. Anahí, Anahí, tu raza no ha muerto, perduran sus fueros en la flor rubí. 
Defendiendo altiva tu indómita tribu, fuiste prisionera. Condenada a muerte, ya estaba tu cuerpo envuelto en la hoguera; y en tanto las llamas lo estaban quemando, en roja corola se fue transformando... La noche, piadosa, cubrió tu dolor, y el alba, asombrada, miró tu martirio hecho ceibo en flor. Anahí..., las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti; Anahí, recuerdan acaso tu inmensa bravura, reina guaraní. Anahí, indiecita fea, de la voz tan dulce como el aguaí. Anahí, Anahí, tu raza no ha muerto, perduran sus fueros en la flor rubí.

Osvaldo Sosa Cordero (1906-1986), multifacético periodista, literato, dibujante y músico, galardonado como uno de los cinco mayores poetas del folclore argentino, es considerado el exponente máximo de la música litoraleña correntina. Compuso más de 250 canciones, tangos, milongas o candombes, pero se inmortalizó con su guarania “Anahí”. Esta ha recorrido el mundo en los acordes de afamados conjuntos y voces, entre los que perdura la apasionada versión de “la novia del Paraná”, Ramona Galarza. Canta la leyenda heroica de una princesa guaraní, sin atractivo físico pero de encantadora voz y una tremenda bravura. Defendiendo así a su tribu guayaqui de los invasores hispanos, éstos la creyeron bruja, y tras haberla capturado la condenaron a la hoguera, el castigo reservado en su tierra a los hechiceros. En medio del horrible suplicio, en vez de gritos desgarradores Anahí elevó su preciosa voz. Y mientras su cuerpo era abrasado por las llamas, se fue convirtiendo en un frondoso tronco florecido en rojo aterciopelado. Es el ceibo, árbol y flor nacional de Argentina y Uruguay. Alfredo Barahona Z.


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