Telar 58

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Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias Un vínculo afectivo con la familia claretiana

Año 17 - Nº 58- Marzo - Junio 2014

El Mundial: ¿sólo pasión de multitudes?


Miembro de Familia Claretiana solicita TELAR A Editor revista TELAR: Soy consagrada en el instituto secular “Filiación Cordimariana” con sede en la ciudad de Córdoba, Argentina, y nos gustaría recibir la revista TELAR. Nuestra sede está en: Tucumán 2207 Barrio Alta Córdoba (500l) Córdoba, Argentina. Espero vuestra respuesta. Desde ya agradecida. Alicia Ponce Córdoba, Argentina ***Apreciada Alicia: Nos alegra el interés por TELAR que nos manifiestas. Filiación Cordiamariana, obra visionaria y muy querida por Claret, es miembro predilecto de nuestra Familia. Será un agrado llegar a ustedes desde ahora y, ojalá, recibir sus comentarios y aportes fraternos.

Cartas

Valioso aporte a TELAR P. Agustín: Saludos misioneros. Le comparto que he depositado a la cuenta de ECCLA el monto correspondiente a los Telares 56 y 57 por los ejemplares de cada número a nuestro cargo. Los asumimos como Misión Solidaria y cancelamos desde esta área; son distribuidos entre personas de las comunidades de Copiapó, Peñaflor, Linares y algunas personas de las Redes. Cariños y oraciones. Fraternalmente, Herminia Morales R. Misión Solidaria Proclade S. José del Sur

Apoyo financiero a TELAR Querido Alfredo: He recibido de Agustín algunos ejemplares de TELAR. Tengo la fortuna de conocerle. Con los datos que me enviaste pude colaborar realizando una transferencia bancaria electrónica. La verdad, el aporte a la sociedad lo hacen ustedes, asi es que soy yo el agradecido. La concientizacion religiosa social es una labor que no tiene precio en un mundo en que estamos llenos de cosas con precio inútiles. Recibo con gratitud tus bendiciones, y las retribuyo en comunión de oraciones. Mi saludo y agradecimiento a ti y al apreciado Agustin, y que Dios haga prosperar la gran labor de TELAR.

Solicitud de “entusiasta” lectora argentina Estimado padre Agustín: Soy animadora del consejo pastoral en la parroquia Inmaculado Corazón de María de Bahía Blanca. Leo con mucho entusiasmo la revista TELAR, y en la Nº 56, de octubre 2013, en la pagina 15 se publica un artículo: Claret, o la obsesión misionera, donde aparece una imagen de Claret y sobre ella palabras que sintetizan su quehacer, pensar y sentir. Estamos preparando un rincón en la secretaría de la parroquia, y voy a proponer colocar esa imagen. Por ese motivo solicito pueda enviarme la imagen original para poder ampliarla con fidelidad. Agradeciendo y esperando lo solicitado, lo saludo afectuosamente. Luján Seta Bahía Blanca, Argentina ***Apreciada Luján: De esa imagen tan especial, lograda sólo con palabras muy vinculadas a Claret, no hemos logrado ubicar al autor ni el origen; sólo tenemos una copia pequeña obtenida de internet, que te enviaremos anhelando sirva para tu objetivo; aunque nos parece que al ampliarla se pixelará. Agradecemos tu entusiasmo por TELAR y quedamos a tu disposición fraternalmente.

Andrés Larraín Contador Santiago de Chile

Su opinión nos interesa Telar Es una publicación de los Misioneros Claretianos Director: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editor general: Alfredo Barahona Zuleta Diseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones Claretianas Zenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - Chile F. (56-2) 2695 34 15, Fx. (56-2) 2695 34 07 E-mail: eccla@eccla.cl · www.eccla.cl 2

Esta página está abierta para que los lectores puedan opinar: ya sea sobre la revista, sus artículos o temas, o sobre otros asuntos de interés acordes con el objetivo de TELAR: tejer la Buena Noticia en medio de la realidad del mundo, donde la familia claretiana y todos los cristianos estamos llamados a ser luz y sal. Los aportes pueden dirigirse, a nombre del Editor general de TELAR, a: abarahona@eccla.cl , o bien, por fax, al Nª (56-2) 2695 34 07. Por correo convencional, a Casilla 2989, Santiago-21, Chile. cartas


La obligación de armar lío Lo enfatizó el papa Francisco a los jóvenes argentinos, en uno de los numerosos coloquios que mantuvo con más de dos millones de representantes de las nuevas generaciones durante la última Jornada Mundial de la Juventud: “Espero lío. Aquí en Río de Janeiro sé que va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga fuera. Quiero que la Iglesia, las parroquias, los colegios salgan a la calle”. Las tajantes expresiones del pontífice produjeron escozor en algunos sectores; talvez los mismos que se han escandalizado por las formas, estilo y vientos de cambio con que Francisco ha sacudido a la Iglesia desde el inicio de su pontificado. Es que “armar lío” suele asociarse –y más aun cuando se trata de “salir a la calle”- con manifestaciones masivas de protesta en que son frecuentes los desórdenes, violencia, represiones y, en defintiva, la pérdida de la tranquilidad pública; un bien muchas veces más preciado que la defensa de la dignidad y los derechos esenciales del ser humano. Es indudable que la intención del Papa no es azuzar a los jóvenes a la violencia, los destrozos de cuanto encuentren a su paso ni el atentado contra la vida o integridad de sus semejantes. Nada de eso cometió Cristo, nuestro máximo ejemplo de vida; pero hizo tales líos contra los abusos de los poderosos de su tiem-

po, que se grangeó nada menos que la condena a muerte. Sus gritos contra los “¡hipócritas, sepulcros blanqueados!”, sus anatemas como “¡ay de ustedes, los ricos…!”, su condena a colocar una piedra al cuello y lanzar al mar a quien escandalizare a uno de los más pequeños, y aun más su espectacular azotaina a los mercaderes del templo, son hitos descollantes en la conducta de nuestro supremo paradigma. Cuando Francisco dice hoy que “quiere lío en las diócesis, que la iglesia, las parroquias, los colegios salgan a la calle”, está llamándolos a seguir el ejemplo del Maestro, que se convirtió en “signo de contradicción” por decir las cosas por su nombre “buscando primero el reino de Dios y su justicia”. Una iglesia que no sea testimonio similar al del Cristo a quien dice seguir, no será creíble; no ayudará a transformar a un mundo dominado por el más poderoso sistema global de la injusticia que ha conocido la historia. Una iglesia que no “salga a hacer líos” y prefiera atrincherarse en las sacristías, seguirá haciendo noticia más por sus propios escándalos, antisignos y vergüenzas que por la misión redentora del ser humano ejemplificada por Cristo a costa de su vida. Esta misión compete de modo especial a los laicos; al hombre y la mujer que viven inmersos en los problemas cotidianos y sienten en carne propia o en su entorno las injustieditorial

cias, la segregación, la marginalidad y el abandono; los dramas sociales de viviendas inhumanas; de sistemas de salud vergonzosos; de una educación que desde las primeras letras acopia a una gran masa de modernos siervos de la gleba y selecciona a los grupos superiores destinados a manejarla. Ello, manteniendo sistemas de trabajo precario, bajos salarios, jubilaciones miserables y otras cargas sociales que agobian a las grandes mayorías de nuestros pueblos. Todo ello en un mundo que camina a una destrucción tan acelerada por la insensatez y el egoísmo de la economía globalizada, que si no se toman medidas urgentes en contrario generará catástrofes incalculables sobre nuestros hijos y nietos. “Esta civilización mundial se pasó de rosca en el culto que ha hecho al dios dinero”, resumió el Papa a sus jóvenes compatriotas en la Jornada Mundial de Río. “¡No miren la vida desde el balcón; mézclense allí en donde están los desafíos!”, recalcaba hace poco a jóvenes universitarios. Directo, entendible, “aterrizado” y coloquial es el estilo de Francisco. Ya lo han tildado de “marxista” por su discurso social. Es el recurso habitual contra los pastores capaces de hablar y actuar como Cristo. A éste lo llamaron “endemoniado”. ¿Adecuación idiomática para un mismo objetivo? Alfredo Barahona Zuleta 3


Juan XXIII y Juan Pablo II:

La santidad abriendo ventanas y puertas El 27 de abril el papa Francisco ha declarado santos a dos de sus predecesores: Juan XXIII y Juan Pablo II. La canonización es una declaración pública de que estos hombres han vivido según las enseñanzas del Evangelio y han llegado finalmente a estar plenamente en la presencia de Dios. También es una instancia en que la Iglesia los propone como intercesores y modelos para todos los creyentes que aún caminamos tras las huellas de Jesús y esperamos llegar, igual que ellos, a estar “donde Él esté”. Ante esto, surge espontáneamente una pregunta: si a lo largo de la historia de la Iglesia sólo ha habido 266 pontífices y hemos sido millones los creyentes que hemos escuchado la Palabra de Jesús, ¿pueden estos dos pastores servir de ejemplo de vida para los cristianos comunes y corrientes del siglo XXI? ¿Viviremos nosotros alguna vez circunstancias o tendremos que tomar decisiones similares a las que les tocaron a ellos en las altas esferas de la Iglesia institucional? Si nuestras vidas son tan diferentes entre sí y también de las suyas ¿cómo pueden ser un modelo y tener un mensaje universal?

Vidas de papas y de cristianos comunes Indudablemente, no se trata de dos santos que puedan darnos ejemplo de cómo vivir nuestras situaciones cotidianas. En realidad, nadie podría hacerlo, pues cada vida es única en su riqueza y complejidad, y aunque nuestras circunstancias sean similares a las de otros, cada quien vive su vida desde la multiforme trama de sus pensamientos, valores, experiencias, perspectivas y condicionamientos. Pero sí podemos aprender unos de otros las actitudes 4

y disposición con que caminamos tras las huellas de Jesús. Y en esto pueden aportarnos luz estas dos figuras. Ambos supieron conjugar fecundamente su condición de hombres de la Iglesia, discípulos misioneros de Jesús, y las fuertes e intensas experiencias humanas que a cada uno le tocó vivir en su momento histórico para poder convertirlas en nuevos caminos para el pueblo de Dios, en nuevas semillas para sembrar en la tierra fértil de muchos corazones. Juan XXIII era un hombre sencillo, de campo, de una familia grande de gente trabajadora. Durante su ministerio sacerdotal y episcopal tuvo oportunidad de vivir experiencias diversas que llenaron su corazón con la realidad y el sentir de los hombres del mundo. Enseñó historia de la Iglesia, lo que lo enfrentó a las glorias y las miserias de los seguidores de Jesús a lo largo del tiempo. Durante la Primera Guerra Mundial fue sargento médico y capellán militar. El sufrimiento en los campos de batalla le era familiar. Presidió en Italia la Obra de la Propagación de la Fe, que puso a su cuidado las misiones ad gentes. Fue representante de la Santa Sede en Bulgaria, Turquía y Grecia, y eso lo situó viviendo en medio de los hermanos ortodoxos. Desde allí socorrió a muchos judíos que huían de la persecución nazi. Fue nuncio apostólico en Francia durante la ocupación alemana, viviendo en medio del horror de la guerra, de la lucha patriótica por resistir y reconstruir un país. Como patriarca de Venecia, visitaba las parroquias y conversaba en la calle con la gente que trabajaba y vivía en ellas.

Ventanas al mundo, y puertas hacia él Vale decir que Angelo Giuseppe Roncalli fue un hombre

ORIENTACIONES


que conoció desde adentro las inquietudes, sueños, necesidades, dolores y pasiones del mundo. Por eso, cuando fue elegido Sumo Pontífice, fue capaz de llevarlos al corazón de la Iglesia. El fue quien llamó la atención de la comunidad cristiana para que cambiara su mirada y relación con el mundo. Convocó a un concilio que constituyó un desafío para que el cuerpo místico de Cristo acogiera en su corazón toda la realidad humana. Y escribió una encíclica, la “Pacem in terris”, en la que, por primera vez, un Papa se dirigió no solamente a los cristianos sino a “todos los hombres de buena voluntad”. Karol Wojtyla fue también hombre de experiencia humana intensa. La orfandad de su niñez, la guerra, la persecución política y religiosa en su país y la experiencia de estudiar y vivir en la clandestinidad, marcaron también su vida fuertemente. Y cuando estuvo al frente de la Iglesia Católica como Juan Pablo II procuró salir al encuentro de todas las realidades humanas que necesitaban la luz y el consuelo de la Buena Noticia de Jesús. Viajó por 129 países, visitó tierras de musulmanes, judíos y cristianos no católicos, estuvo en países donde la Iglesia estaba proscrita, convocó a jóvenes, enfermos, ancianos, cultivó el arte, la literatura y el deporte, ofreció al mundo el ejemplo de santidad de más de 1.800 santos y beatos, y pidió perdón por los pecados de la Iglesia en sus 2.000 años de existencia En otras palabras, fue un pastor que, consciente de la riqueza espiritual que la Iglesia conserva, se dispuso a compartirla con hombres y mujeres de todos los rincones y todas las condiciones. Uno recogió las voces de la humanidad y las llevó al seno de la Iglesia para sensibilizarla y moverla a un cambio de actitud. Otro salió a llevar la luz del Evangelio para iluminar las más diversas realidades humanas. Juan XXIII manifestó su voluntad de “abrir las ventanas” para que el viento del Espíritu entrara en la Iglesia. Juan Pablo Ii abrió las puertas de la Iglesia para la misión.

¿Pueden ambos ser modelos?

existe otro modo de acoger y vivir la enseñanza de Jesús que no sea abriendo el corazón a las necesidades de todos los hombres y mujeres que caminan con nosotros. Como el buen samaritano atento a mirar y actuar ante un hombre herido, un cristiano no puede ignorar las realidades humanas de las que forma parte, porque Dios mismo eligió encarnarse y ama la condición humana. Y cada miembro de la comunidad cristiana debe concientizar a todos los demás acerca de la realidad que hay que transformar con los valores del Evangelio. Al mismo tiempo, podemos decir que nadie puede descubrir el tesoro del Evangelio y mantenerlo enterrado. Los que conocemos y seguimos a Jesús debemos abrirnos a llevar ese mensaje a todos los rincones del mundo. Hay que estar en movimiento, hay que ir llevando el Evangelio a las más diversas circunstancias. Porque ayer y hoy, en la Iglesia, cuando se abren las ventanas para que entre el Espíritu, siempre habrá también que abrir las puertas para anunciar y compartir la Buena Noticia con los demás. Y lo mismo sucede en nuestra vida personal. Cada uno de estos santos nos muestra una perspectiva diferente- pero complementarias entre si – de las relaciones entre el mundo y la Iglesia, entre la condición humana y la experiencia espiritual. Y nos plantean un ideal que es, al mismo tiempo, un desafío: hay que abrir las ventanas para escuchar al viento - Espíritu que nos trae los clamores de los hombres y mujeres de nuestro tiempo –y, por cierto, saber descifrar esos gemidos e identificar esos gritos–, pero también hay que abrir las puertas para salir al encuentro de los hermanos y compartir con ellos gratuitamente lo que gratuitamente hemos recibido. Una fe vivida solo en la intimidad del propio corazón o en el seno de la propia comunidad no será una fe auténticamente cristiana. La Iglesia fiel al deseo y al sueño de su Maestro será siempre una Iglesia abierta que acoge y que sale al encuentro. La que expulsa, margina o se cierra en sí misma a gozar de sus propios bienes, no será nunca la de Jesús de Nazareth.

En este sentido ambos santos son luz y modelo para nuestra vida cristiana. Cualquiera sea nuestra condición, no ORIENTACIONES

Gabriela A. Peña 5


El fútbol y su Mundial: no sólo “pasión de multitudes” Una desbocada adhesión provoca el fútbol en buena parte del mundo. En India logra lo propio el criquet; en Norteamérica, el baloncesto y el béisbol, y en Europa y América latina es rey indiscutido el balompié; aunque reina ya hasta en los Emiratos Arabes Unidos. Millones de personas se apasionan por las competencias futboleras y siguen a sus clubes con arrebatos delirantes. Ni sicólogos ni expertos en ciencias sociales tienen todavía una explicación razonable. Y es lógico; porque no se trata de razones, sino de sentimientos. El que está “tocado” por el embrujo de un club, una bandera o un ídolo, no tiene lógica; sólo sabe de emociones.

De jugar, hasta a matarse Cada cuatro años vivimos el macroespectáculo de un Mundial de fútbol, y al menos la mitad del orbe anda empelotada, por emplear un término gráficamente deportivo. A la competencia en que los rivales buscan el triunfo corriendo tras una meta (“gol” significa eso), se agrega el que los equipos representan en este caso a países. A la pasión por el juego se suma así el chauvinismo nacionalista. Cómo pueda llegarse entonces a la batalla campal e incluso literalmente a la guerra, tal vez lo explique el significado mismo de ese extraño apelativo. Porque chauvinismo proviene de Nicolás Chauvin, un patriota francés de los tiempos napoleónicos que llegó hasta la paranoia y la mitomanía narcisista en un desquiciado convencimiento de que no había país superior al suyo. 6

Liturgia de la esférica Un partido de fútbol –y encima mundial– implica toda una liturgia. Se entra a la cancha como a un templo; los jugadores suelen hacer la señal de la cruz (¿un amuleto o mantra?); cantan su himno nacional con devoción beatífica; se distribuyen sobre el campo de juego para asumir una función confiada a cada cual por su proDE LO NUESTRO

bada habilidad, destreza y fuerza, que son las virtudes cardinales del juego y acompañan a la fe en las propias posibilidades y a la esperanza en el triunfo. La caridad es allí muy escasa; las zancadillas, codazos, patadas e insultos suelen ser parte del espectáculo. Aunque también se dé el beso de la paz entre miembros del propio equipo cuando uno sustituye a otro.


Al que logra hacer un gol se le abalanzan los compañeros para abrazarlo, besarlo y encaramársele en desmesurada y equívoca reacción. Cuando logra zafarse besa la insignia de su camiseta como si fuera una reliquia sagrada, y alza los brazos al cielo en mística acción de gracias. Algunos, entrevistados después, declaran: “gracias a Dios logramos el triunfo…”, como si el mismísimo Señor tuviera su corazoncito en favor de algunos equipos o países, en desmedro de otros. Que se sepa, ningún teólogo ha tratado de explicar hasta ahora semejante conducta divina.

Desbordes y desmadres Pero se ha iniciado ya el partido, y las multitudes gritan, saltan, rugen, corean lemas, levantan los puños, y sacan a desfilar todo el ancestro familiar del colegiado que ejerce como juez; empezando por la madre y siguiendo con las abuelas. Y no precisamente con la enfervorizada lisonja evangélica “dichoso el vientre que te llevó...” En los cafés, en los televisores de los comercios, en pantallas gigantes ubicadas en ciertas calles sobreconcurridas, miles de espectadores siguen los

encuentros con desbordante jolgorio y un entusiasmo que llega al frenesí. En los hogares se vive una situación especial. La señora de la casa contempla con pavor cómo el marido y su amigos, que aterrizan siempre en tan estelares ocasiones, se apoderan del plasma en que ella sigue infaltablemente su teleserie. Y no sólo el televisor cambia de giro; de los canapés y los tragos nunca más se supo, y de la conversación amena, el diáfano ambiente familiar y la corrección del lenguaje más vale no acordarse. Según sicólogos sociales, los partidos de fútbol son un buen escape a las tensiones, rabias y frustraciones que acumula mucha gente. ¿”Pan y circo”, sostienen algunos? En el fondo simple del asunto se trata sólo de once competidores por lado que se disputan una pelota para meterla en el arco o portería contraria tantas veces como puedan. Al final, como dijera con aire filosófico un antiguo futbolista, experto en balones pero no en lenguaje, “ganará el más mejor”.

De la pasión, al gran negocio… Pero en la pasión futbolera no todo es juego, griterío, desesperación

DE LO NUESTRO

y aplausos. Tras el escenario y sosteniendo el andamiaje para hacer cada vez más dependientes a moros y cristianos, avezados grandes empresarios mueven un negocio muy lucrativo. Lisa y llanamente, feneció hace tiempo la inocencia deportiva. Hoy se compra, se vende, se transa, se imponen leyes comerciales; los grandes clubes deportivos son propiedad de poderosas sociedades anónimas que a través de ellos mueven colosales inversiones. Los controladores juegan también, pero en las grandes bolsas de valores. A los deportistas-estrellas se les compra y vende, incluso hasta ahora en más de cien millones de dólares, y por su maestría en desplazar el balón ganan sueldos siderales que un ser humano cualquiera no lograría siquiera reencarnándose diez veces. Por si quiere datos: el famosísimo Cristiano Ronaldo, el futbolista mejor pagado del mundo, gana 50,2 millones de dólares al año. Lionel Messi le sigue con 50,1 millones. En el mundo irracional que vivimos, un jugador puede cobrar 5.000 veces más que un maestro de escuela. Es cierto que su vida “laboral” es Continúa >>

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corta; suena a desgastado ya con 35 años. Pero ello le permite “jubilarse” y continuar lucrando con su prestigio deportivo, sus empresas, sus relaciones comerciales… En cambio un maestro, siendo un hombre viejo, cansado y generalmente enfermo, se jubila –muchas veces a la fuerza– con una pensión que ni siquiera le permitirá subsistir dignamente. No obstante, un jugador que logra fama por su habilidad con la pelota es un androide: tiene que pensar como su entrenador; vestir y calzar las marcas de las empresas con que su club hizo contrato; emigrar a destinos lejanos porque lo han vendido. Si tiene suerte y juega bien, ganará mucho dinero. Pero sus sucesivos “dueños” ganarán decenas de veces más. Y en lucrar con el deporte, suman y siguen los derechos: por uso de las marcas en contratos televisivos; en “banners” o franjas publicitarias al borde de las canchas; por un sinnúmero de otras tantas publicidades: en sitios de internet, diarios, revistas, programas, folletos, camisetas, un cuantohay de productos, regalos, souvenirs…

… Y la vil corrupción Por estos días, como muchas otras veces– ha reventado una escandalosa denuncia contra la FIFA, manipulador máximo del fútbol mundial. Aseguran que se le sobornó en millones de dólares por asignar la sede del Mun-

dial 2022 a Catar, el emirato árabe con mayor renta per cápita del planeta. Un panorama así ha prostituido al deporte. Y a gran escala. En cuanto al actual Mundial, ¿cuánto dinero –digamos, honesto– mueve en un país hermoso pero con enormes problemas sociales? Imposible sumarlo. Pero se lo preguntan miles de airados ciudadanos que han copado las calles del país para rechazar los gastos del espectáculo “maior do mundo”. ¿Cómo, en Brasil, la “meca del fútbol” cinco veces campeona del orbe, cerradas multitudes se oponen al Mundial? Es cierto que junto a un firme y acelerado desarrollo conviven en el Brasil grandes masas desposeídas que

desbordan las favelas miserables de sus mayores ciudades. Es verdad que el país ostenta un producto interno bruto de unos 12.000 dólares anuales per cápita, cifra teórica que esconde a 30 de sus 200 millones de habitantes sumidos en la pobreza; y que la extrema miseria, pese a haber sido reducida en un 89% en los últimos 10 años, corroe todavía a unos 10 millones de brasileños. Pero analistas sociales sostienen que la furia contra el Mundial no se debe sólo a eso. En el país talvez más futbolizado del mundo, ese brasileño más humilde, que ha generado los mejores futbolistas y el fervor más apasionado por el balompié, viene desatando su bronca sobre todo contra la prostitución de su deporte estrella; la que lo sacó de las favelas no para convertirlo en modelo de superación y festejo humanizador, sino para venderlo a los emperadores del mundo globalizado; a los que lo alzan hoy sobre la humanidad como uno de sus más rentables becerros de oro. Agustín Cabré R., cmf Alfredo Barahona Z.

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ORIENTACIONES DE LO NUESTRO


Conectados y, sin embargo, distantes

Visto desde lejos, era un grupo compacto de jóvenes sentados en las amplias escalinatas de acceso a la universidad. Recordé la canción-protesta de Violeta Parra: “que vivan los estudiantes / porque son la levadura /del pan que saldrá del horno / con toda su sabrosura…” Imaginé a ese grupo dialogando, discutiendo y acordando las propuestas para liberar al sistema de las ataduras que encadenan la educación al capital económico de los que lucran con el derecho fundamental de prepararse para la vida. No era así. No hablaban entre ellos. Todos estaban con la cabeza doblada y deslizando dos dedos en la superficie de sus tablets, celulares y otros medios tecnólogicos de comunicación a distancia. Se comunicaban a distancia sin saber que un

buen interlocutor estaba a su lado. Es cierto que las redes sociales se arman y empoderan mediante este tipo de comunicación, que es valiosa. Pero por ser demasiado masiva, rápida y penetrante, no deja tiempo para la reflexión ni el discernimiento. La comunicación rostro a rostro no puede ser dejada de lado como un anacronismo histórico. Es necesaria también hoy, y lo será mañana. Lo ha recordado el papa Francisco al enviar un mensaje a los comunicadores con motivo del Día Mundial de las Comunicaciones Sociales, fijado para el domingo anterior a Pentecostés. El “mundo ancho y ajeno” del que habló el escritor peruano Ciro Alegría ya no lo es tanto. Ahora estamos conectados, pero seguimos escandalosamente distantes. Al volverse el mundo más orientaciones

pequeño por el desarrollo de los transportes y las nuevas tecnologías comunicacionales, se va creando una interdependencia a nivel global. Pero quedan las divisiones de todo tipo: la distancia entre el lujo de los más ricos y las necesidades de los más pobres. Quedan las numerosas formas de exclusión y de marginación, producto de causas económicas, políticas, ideológicas, religiosas. “El deseo de conexión digital -dice Francisco- puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo. Tampoco podemos olvidar que quienes no acceden a estos medios corren el peligro de quedar excluidos… No podemos olvidar que la comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que la tecnológica”. El mundo digital cumple su meta cuando nos ayuda a crecer en humanidad y en comprensión recíproca. Para Continúa >> 9


ello es bienvenida la velocidad que da la tecnología; pero no nos puede quitar la capacidad de escuchar, de pensar, de discernir. La finalidad de toda comunicación es el encuentro con los otros. “No basta pasar por las ‘calles’ digitales -señala el Papa-, es decir, simplemente estar conectados. Es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro… La red digital puede ser un lugar rico en humanidad, no una red de cables sino de personas. La neutralidad de los medios de comunicación es sólo aparente; sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia. El compromiso personal es la raíz misma

de la fiabilidad de un comunicador. Precisamente por eso el testimonio cristiano, gracias a la red, puede alcanzar las periferias existenciales”. Todos estamos “bombardeados” por un alud de mensajes, cada vez más rápidos, cada vez más punzantes, cada vez más inútiles si no nos traen humanidad. Inmersos en esta red, deberemos ocuparla para “colar” informaciones, amistades, propuestas, experiencias y doctrinas. Si no lo hacemos, se nos puede convertir en una gigantesca telaraña que nos impida volar. Agustín Cabré Rufatt agustin@claretianos.cl 10

DE LO NUESTRO


Hasta los (nuevos) confines de la tierra

Una instancia formativa a distancia El Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos, CEFYT, es una institución educativa y de formación eclesiástica de los misioneros claretianos ubicada en Córdoba, Argentina, donde estudian aspirantes al sacerdocio, religiosos y religiosas de numerosas congregaciones, junto a laicos y laicas. Desde hace casi 40 años es un espacio de reflexión, trasmisión y producción de conocimientos que se intenta transferir a prácticas pastorales diversas, situadas y comprometidas con la realidad. La Educación a Distancia, EAD, es una opción del CEFYT destinada a aportar a la formación de agentes de evangelización desde una concepción del conocimiento como un bien social que debe estar disponible y accesible para cada vez mayor cantidad de personas; democratizarse y construirse también desde la interacción compartida, la conjunción de teorías y prácticas múltiples y diversas. Aunque nació como una instancia de formación principalmente religiosa, y, de hecho, su propuesta más duradera son los trayectos de formación en Biblia y Teología, en sus ocho años de funcionamiento se ha ido ampliando la propuesta, y ahora se incluyen también trayectos formativos dirigidos a un público más amplio.

Una instancia alternativa El objetivo es llegar con la Buena Noticia a un número cada vez mayor de personas, en particular a los que no pueden acceder a la formación por

otros medios. Y estamos convencidos de que las temáticas más amplias, vinculadas a problemas que nos preocupan como sociedad, permiten llegar a nuevas fronteras con un mensaje que ayude a que cada día más personas tengan “más vida y vida en abundancia”, como propone el mensaje del Evangelio de Jesús. Tenemos ya más de 3.000 egresados de diferentes países de América y del resto del mundo. Contamos también con el aval de varios obispados, y trabajamos en convenio con instituciones universitarias de varios países. El cursado es íntegramente por internet, sin instancias presenciales, y se desarrolla desde la modalidad off line, vale decir, no es necesario conectarse a una hora determinada. Esto permite que participen activamente quienes no cuentan con acceso a internet en sus propias casas o tienen dificultades para establecer un horario fijo. La organización personal del tiempo es básica, aunque en el aula virtual hay sugerencias al respecto y los tutores (profesores) acompañan todo el DE LO NUESTRO

desarrollo de las actividades e interactividades. Los cursos se inician en distintas épocas del año.

Variada gama de opciones Ofrecemos un trayecto de Formación Bíblica de 2 años de duración, uno de Formación Teológica en 3 años (aunque en ambos casos las materias, que duran aproximadamente 8 semanas, pueden cursarse en forma autónoma), y algunas diplomaturas: en Catequesis y educación en la fe, en Resolución de conflictos y prevención de violencia escolar, en Prevención de la violencia de género, Prostitución y trata de personas, y en Ministerios laicales. También se ofrecen algunos cursos breves: Explotación sexual y comercial infantil, Moral sexual, Mariología, Misionología, Ecumenismo y grandes religiones, Liturgia y otros. En todos los casos se extienden certificaciones del CEFYT y de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina. Para ampliar esta información se puede acceder a www.cefyt.edu.ar o escribir a consultas.ead@cefyt.edu.ar . 11


TELAR agradece e invita a colaborar

Nos complace destacar y agradecer a las instituciones y personas, hermanos todos en la Familia Claretiana, cuyo aporte generoso a lo largo del año pasado fue de importancia vital para financiar el funcionamiento de TELAR. Gracias a él la revista no sólo ha podido sustentar los costos crecientes de edición y distribución, sino también ampliar en forma destacable su presencia en ámbitos de interés para su mensaje evangelizador afincado en las realidades del mundo. Nuestro agradecimiento especial a: • • • • • • • • •

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Gobierno provincial y comunidades claretianas de San José del Sur ABS Abogados Acont Administraciones La Chinduja Club de Campo Fundación Cristo Ayuda Sociedad San Judas Tadeo Santuario Ntra. Sra. de Andacollo Escuela Parroquial de Andacollo Instituto Claret de Temuco

Agradecemos de igual modo al grupo de suscriptores que no ha olvidado renovar su compromiso haciéndonos llegar para ello sus aportes. A los suscriptores que no lo han hecho, los invitamos a sumarse al menos por un nuevo año a esta colaboración, de primera prioridad para nuestro mantenimiento y desarrollo. Y a todos quienes, apreciando nuestro anhelo evangelizador, no se han planteado hasta ahora ayudarnos con un aporte, los invitamos también a hacerlo. Para todos es evidente que ningún medio de comunicación puede subsistir sin un sustento económico, ya sea publicitario, de suscripción o patrocinio. Un aporte básico por un año puede ser el equivalente en cada país a 30 dólares norteamericanos, que se pueden hacer llegar a Ediciones y Comunicaciones Claretianas de Santiago de Chile (ver sus datos en página 2) en alguna forma adecuada según la realidad de cada país. Para Chile, un aporte básico sería de $ 15.000. Para transferencias bancarias, ECCLA se identifica por el Rut 75.504.700-7. A quienes puedan colaborarnos mediante la colocación de avisos, les agradeceremos contactarse con ECCLA para conocer los precios y detalles.

agradecimiento


Pastoral bíblica

Pentecostés, el soplo arrollador del Espíritu La muerte de Jesús, su ejecución en la cruz, inspiró temor Hay que ligarlo a paz. La paz, la vida, se rompe por el pecaa quienes lo habían seguido. Todos los evangelios hablan del do, que expresa nuestra negativa a amar. Por ello, perdomiedo que ello les produjo; y los mismos evangelios nar es dar vida. Perdonar a alguien significa connos dicen que el temor es lo contrario de la fe. fiar en que esa persona es capaz de recuperar su capacidad de amar, de restablecer Tener fe es confiar. Juan (20,19) nos Sin el coraje que la amistad con Dios y con los demás, dice que los discípulos, en lugar de rota por el pecado (vs.23). Perdonar anunciar el mensaje de Jesús, se nos da el Espíritu, y supone coraje y la disponibilidad de encerraron tras su muerte. Pero el sin riesgo, no es posible arriesgarse; lo contrario de la actiSeñor se presenta en un momento hacer presente el Evangelio tud de los discípulos(as) antes de y les desea la paz, es decir la vida, en medio de las situaciones recibir el don de la paz y del Espíla salud, la integridad. ritu Santo. La alegría es el sentimiento conflictivas que atra­ Sin coraje y sin riesgo no es que experimentan ante este nuevo vesamos hoy. posible hacer presente el Evangelio encuentro con Jesús. El Señor los en medio de las situaciones conflictiasocia “a su tarea”; ellos(as) deben provas que atravesamos hoy. Con frecuenlongar su misión. El envío que él recibió cia somos testigos en este tiempo de lo poco del Padre es el fundamento de la responsabique vale la vida humana. Como comunidad con lidad que deben asumir. El envío que hace Jesús se una tarea, nos toca denunciarlo y no quedarnos encerrados halla reforzado por el don del Espíritu Santo. y con las puertas cerradas (vs.19). La palabra “espíritu” significa soplo, aliento vital, fuerza.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (de Juan XXIII – adaptación) Espíritu Santo: perfecciona la obra que Jesús comenzó en mí. Apura para mí el tiempo de una vida llena de ti. Mortifica en mí la presunción natural. Quiero ser sencilla, llena de amor de Dios y constantemente generosa. Que ninguna fuerza humana me impida hacer honor a mi vocación cristiana.

Que ningún interés, por descuido mío, vaya contra la justicia. Que ningún egoísmo reduzca en mí los espacios infinitos del amor. Todo sea grande en mí. También el culto a la verdad y la prontitud en mi deber hasta la muerte. Que la efusión de tu Espíritu de amor venga sobre mí, Señor, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero. Continúa >>

pastoral bíblica

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EVANGELIO Los invitamos a compartir las palabras del evangelio del discípulo amado, Juan 20,19-23. Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en su casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a ustedes.” Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.” Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.”

¿Qué dice el texto? Compartamos las preguntas que nos ayudan a clarificar más su mensaje: • ¿Por qué los discípulos se encuentran reunidos con las puertas cerradas? • ¿Qué dice y hace Jesús al ponerse en medio de ellos? • ¿Cómo reaccionan los presentes al ver y escuchar al Jesús Resucitado? • ¿Cuáles son las características de la misión que los(as) discípulos(as) reciben de parte de Jesús?

comunidad y ser misioneros(as) del Señor? Una comunidad sin perdón y sin reconciliación, no es una comunidad cristiana. ¿Qué nos falta al respecto? ¿Cómo ser signos de reconciliación en nuestra familia, nuestro barrio, nuestra sociedad? ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida, hoy?

Oración ¿Qué le decimos a Dios después de meditar su Palabra? Podemos hacer oraciones dirigidas al Señor. Dirigirnos al Padre, a Jesús o al Espíritu Santo. Hablar con El, contarle, decirle lo que cada uno quiere o siente. “Señor, renueva nuestras comunidades y nuestro mundo con tu Espíritu Santo…”.

¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? Podemos compartir algunas de las preguntas con nuestro grupo o comunidad, y reflexionar: Hace mucha falta la paz; rehacer los pedazos de la vida desintegrada, reconstruir las relaciones humanas, rotas a causa de las injusticias y abusos que se cometen y por tantos otros motivos. ¿En que nos desafía esta realidad? ¿Y a nuestra comunidad cristiana? A veces la realidad nos parece amenazante, y nos resulta más seguro y cómodo quedarnos instalados donde estamos. Sin embargo, Jesús nos dice: “...los envío a ustedes”. ¿Cuáles son nuestros miedos, qué nos impiden salir de la 14

Compromiso Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, y comprometerse con la transformación de la realidad: Caminar en el Espíritu de Jesús es vivir como El. ¿Qué puedes hacer en este tiempo para extender el Reinado de Dios? Llevemos una “palabra” del texto compartido. No significa una palabra sola; puede ser un versículo del texto. Seguramente esta “palabra” se hará presente durante el día mientras participamos en nuestros quehaceres diarios.

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Evangelio, religión e Iglesia

II parte: Iglesia institucional, y algunos cambios necesarios Sintetizamos aquí la segunda parte de una interesante reflexión del fallecido teólogo popular belga José Combiln, cuya primera parte ofrecimos en nuestra edición anterior. Ambas, más la tercera y final, que dejamos para la siguiente, conforman los conceptos medulares de una conferencia que Comblin ofreció en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, de San Salvador, el 18 de marzo de 2010. Los judíos que aceptaron el cristianismo no abandonaron todos el judaísmo. Y cuando creció el número de cristianos y sus comunidades, comenzaron a penetrar en ellas algunas estructuras que echarían raíces en nuestra iglesia. En el tiempo de Pablo no hay aún presbíteros, aunque san Lucas diga lo contrario; pero él no tiene valor histórico, y eso ya es sabido. Atribuye a Pablo lo que se hacía en su tiempo; así, imagina que Pablo fundó presbíteros, consejos presbiterales. Porque, ¿cómo se justificaría un obispo sin ordenar sacerdotes? Parece evidente un comienzo, allí, de separación, todavía muy simple, respecto del proyecto inicial de Jesús, porque aún no hay sacralidad; los presbíteros no son sagrados, así como los presbíteros de las sinagogas no lo eran; tenían una función de gobierno, de administración, pero no una función ritual o de enseñanza de una doctrina. Después aparecieron los obispos. Al final del siglo II se estima que el esquema episcopal está generalizado; pero demoró bastante. Clemente de Roma, cuando escribe y publica su carta a los Corintios, dice “presbíteros”. Eso no es obispo. Todavía en Roma no hay obispo; sólo presbíteros. Pero se organizó el esquema episcopal. Es probable que para enfrentar las herejías, como el gnosticismo, y todas las nuevas religiones sincretistas que aparecen en aquel tiempo, se necesitara una autoridad más fuerte.

Cómo surgió la iglesia institucional Y la Iglesia como institución universal, ¿cuándo aparece? Hubo en el siglo III concilios regionales; obispos de varias ciudades que se reunían. Pero una entidad para institucionalizarlo todo no existía. Quien inventó esta Iglesia universal fue el emperador Constantino. Él reunió a gran parte de los obispos que había en el mundo, con viajes y alimentación pagados por él, y toda la organización del primer concilio ecuménico, celebrado el año 325 en Nicea, fue dirigida por el emperador y sus delegados. Esto constituye un precedente histórico. Hasta hoy no estamos libres de eso: que la Iglesia universal como institución haya nacido por obra del emperador. Después, en la historia occidental cayó el emperador romano, y allí progresivamente el Papa logró llegar a la función imperial. En las Cruzadas, el Papa era era una personalidad militar: generalísimo de todos los ejércitos cristianos. Y dentro de la línea de los Estados Pontificios, todavía esto se mantuvo. Cuando el Papa perdió el poder temporal, reforzó su poder sobre las iglesias y llegó a gobernarlas como un emperador: con todos los poderes centralizados en una sola mano y todas las ventajas de una corte. Porque, no habiendo democracia en la Iglesia, ¿quiénes son los que orientan al Continúa >>

ORIENTACIONES

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Papa, ya que él no puede hacer todo? La corte; los que están allí cerca; una corte separada del pueblo cristiano. Todavía estamos sufriendo las consecuencias de aquello. El papa Pablo VI dijo algunas veces que había que cambiar la función actual del Papa. Juan Pablo II, en la “Ut unum sint”, dice también que un gran obstáculo en el mundo de hoy es esa concentración de todos los poderes en el Papa; habría que encontrar otra forma de ejercer el papado.

Tarea de la teología: en el Evangelio y la religión Todo lo antedicho pertenece a la religión. A partir de ello la tarea de la teología es compleja, porque tiene una función respecto al Evangelio y otra en cuanto a la religión. La teología fue durante siglos la ideología oficial de la Iglesia. Su papel era justificar todo lo que dice y hace la Iglesia, con argumentos bíblicos, de tradición, liturgia y otros apoyos. La primera tarea actual de la teología, sobre el Evangelio, ¿qué dice? ¿Qué es en él, realmente, lo de Jesús? ¿Qué es penetración del judaísmo, de otra cultura, de otro tipo de religión? Todo el Nuevo Testamento no viene de Jesús; no. En las epístolas pastorales, por ejemplo, que hablan de los presbíteros, eso no viene de Jesús. Entonces, la tarea de la teología consistirá en decir qué es efectivamente lo de Jesús; qué fue lo que él quiso; qué hizo, y en qué consiste realmente el seguimiento de Jesús. Si queremos penetrar en el mundo de hoy y presentarle el cristianismo, no todo lo que es religioso interesa. Lo que puede interesar es justamente el Evangelio y su testimonio. Usted puede hacer las mejores clases de teología, pero nadie va a convertirse, a hacerse cristiano por ellas. San Francisco fue un extremista. No quería que sus hermanos tuvieran libros; nada de libros. Con el Evangelio basta; no se necesita nada más, decía. E insistía: “lo que yo enseño no lo aprendí de nadie; ni del Papa; lo aprendí de Jesús directamente, por su evangelio”. Eso es lo que puede convencer al mundo de hoy, que está sometido a una perturbación completa y se aparta cada vez más de las iglesias institucionales antiguas, tradicionales.

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¿Qué hacer con la religión? Como segunda tarea teológica hay que examinar, en todo el sistema de la religión, qué ayuda realmente a comprender y actuar según el Evangelio. Si usted se fija en los monjes del desierto en Egipto, por ejemplo,¿habrá nacido esa forma de vida por inspiración del Espíritu? En realidad, eso no es un mensaje ni viene del Evangelio; tal vez pueda venir del budismo u otro origen. Entonces, hay que examinar sinceramente qué es lo que todavía vale hoy. Jesús no instituyó siete sacramentos. Hasta el siglo XII se discutía si eran diez, siete, cinco, nueve o cuatro; no había acuerdo. Fnalmente decidieron que había siete. Talvez por motivo de los siete días del Génesis, o por siete planetas. ¡El nùmero 7! Pero hay cosas que visiblemente ya no hablan a la gente de hoy. Por ejemplo, el sacramento de la penitencia con confesión a un sacerdote. ¿Cuántos se confiesan actualmente? Hace 20 años, yo atendía en la Semana Santa, en una parroquia popular, 2.000 confesiones, y el párroco, otras 2.000. Hoy día, ¿20, 30? La gente ya no responde a eso, definido en el siglo XII o XIII. ¿Por qué mantener algo que ya no tiene ningún significado y, al revés, provoca mucho rechazo? Si uno necesita hablar con alguien, si al pecador le gusta hablar con alguien, no es justamente con el sacerdote. Hay muchas otras personas, mujeres, por ejemplo, que pueden hacer ese oficio mucho mejor y con más equilibrio, sin atemorizar como hacen los sacerdotes. Hay muchas cosas que se deben revisar porque no tienen porvenir. Es inútil querer defender o mantener algo que ya es obstáculo a la evangelización y no la ayuda en nada. En las liturgias hay también mucho que cambiar. La teoría del sacrificio fue introducida por los judíos. En el templo se ofrecen sacrificios, y los sacerdotes son personas sagradas que los ofrecen. Toda esa teoría, hoy no significa absolutamente nada. Que el padre sea dedicado a lo sagrado para ofrecer el sacrificio, y que la Eucaristía sea un sacrificio,¿viene todo esto de Jesús? No. Entonces, hay que ver si eso vale o no. ¿Para qué mantener algo que no vale? Es necesario revisar en nuestra iglesia de hoy lo que ha sido infiltración de otras influencias o corrientes.

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Urutaú, el misterioso pájaro lastimero “Soy hija de la desgracia”, dijo Ñeambiú, la hija del jefe, cuando su padre le prohibió los amores con un hombre de una comunidad enemiga. Dijo eso y huyó. Al tiempo la encontraron, en los montes del Iguazú. Encontraron una estatua. Ñeambiú miraba sin ver: estaba muda su boca y dormido su corazón. El jefe mandó llamar al que descifra los misterios y cura las enfermedades. Toda la comunidad acudió a presenciar la resurrección. El chamán pidió consejo a la yerba mate y al vino de mandioca. Se acercó a Ñeambiú y le mintió al oído: -El hombre que amas acaba de morir. El grito de Ñeambiú convirtió a todos los indios en sauces llorones. Ella voló hecha pájaro. Los alaridos del urutaú, que en plena noche estremecen los montes, se escuchan a más de media legua. Es difícil ver al urutaú. Darle caza, imposible. No hay quien alcance al pájaro fantasma. Eduardo Galeano, en Memoria del fuego

El urutaú es una de las aves más misteriosas y sorprendentes de América central y sur. Se oculta del sol, se camufla con diversos follajes y hasta con las piedras del roquerío; vive de noche, alimentándose de insectos; tiene un canto de lamento que evoca nostalgias y abre las compuertas a las penas del corazón. Por algo en Perú es llamado “aymamá”, como parodiando el lamento de un niño que llama a su madre. Y en el oriente boliviano, bautizado como "guajojó", es la hija de un brujo castigada por su violento padre, quien mató a su amante y a ella la transformó en pájaro lastimero. Pero en la zona tarijeña y el norte argentino se convierte en "cacuy", vocablo quechua que habla de “quedarse”. Porque aseguran los viejos lugareños que era una niña insoporde lo nuestro

table a quien su hermano dejó en la copa de un árbol muy alto, al que cortó todas las ramas para que no pudiera bajar. Y allí se quedó la pobre muchacha, llorando “turay, turay”, hermano mío. Desde entonces, a quien llora mucho se le moteja como “cacuy”. Es tan difícil ver al doliente pajarillo como imposible dejar de alimentar melancolías al oir por las noches los quejidos de su canto. El poeta argentino Carlos Guido y Spano lo dejó retratado en uno de sus versos: “En idioma guaraní, una joven paraguaya tiernas endechas ensaya cantando en el arpa así, en idioma guaraní: ¡Llora, llora, urutaú, en las ramas del yatay; ya no existe el Paraguay donde nací como tú! !Llora, llora, urutaú!….” 17


Cómo se asentaron los claretianos en Paraguay Era un viejo anhelo. Los misioneros claretianos miraban al Paraguay como el poeta que, desde todas las orillas del mundo, soñaba con esa tierra vegetal de selvas, ríos y gentes bravías. Pero un general se había adueñado del país y le impedía entrar. Así lo dejó escrito Pablo Neruda: “Yo no conozco el Paraguay. Así como hay hombres que se estremecen de delicia al pensar que no han leído cierto libro de Dumas o de Kafka, porque saben que algún día lo tendrán en sus manos, abrirán una a una sus páginas y de ellas saldrá la frescura o la fatiga, la tristeza o la dulzura que buscaban, así yo pienso con delicia en que no conozco el Paraguay, y que la vida me reserva el Paraguay, un recinto profundo, una cúpula incomparable, una nueva sumersión en lo humano. Cuando el Paraguay sea libre, cuando nuestra América sea libre, cuando sus pueblos se hablen y se den la mano a través de los muros de aire que ahora nos encierran, entonces, vámonos al Paraguay. Quiero ver allí dónde sufrieron y vencieron los míos y los otros. Allí la tierra tiene costurones resecos, las zarzas salvajes en la espesura guardan jirones de soldado. Hay allí una escuela de heroísmo y una tierra regada con sangre áspera. Yo quiero tocar esos muros en los que tal vez mi hermano escribió mi nombre, y quiero leer allí por primera vez, con primeros ojos, mi nombre, y aprenderlo de nuevo, porque aquellos que me llamaron entonces, me llamaron en vano y no pude acudir”. Ya por 1912 los misioneros buscaban cómo llegar hasta el corazón paraguayo de América. Pasaron los años. Hasta que en 1979 un primer grupo de claretianos, invitados por el obispo de Coronel Oviedo D. Claudio Silvero, abrieron comunidad en el departamento de Caaguazú: concretamente en la parroquia de Yhú (río negro, en guaraní). Y conocieron allí “la frescura o la fatiga, la tristeza o la dulzura” del servicio misionero. Llegaron desde Aragón, España. Eran seis paladines cuyos nombres deben quedar en esta historia: Manuel Portero (41 años), Teófilo Cabestrero (47), Carlos Latorre (36), Alberto Ramón (27), José Clemente (43) e Indalecio López (45). Llegaron también dos laicas: Encarnación Falcó y Pilar Juango. 18

¿Cómo nos entendemos? Ubicada precariamente, a partir del 17 de febrero de 1979, en Yhú, zona mayoritariamente rural, la comunidad que había llegado con tantas ilusiones experimentó la primera enorme dificultad: el pueblo hablaba mayoritariamente guaraní, y el idioma castellano se le hacía áspero y lejano. Así, los misioneros debieron aprender que el maíz se llama avatí, el poroto kumandá, el algodón mandiyú, la calabaza andaí, y debieron pasar de mano en mano el mate (kaá) que fomenta la amistad y calma la sed. Habían pensado que era muy fácil saludar y decir “¿cómo está, señor?” y tener como respuesta “bien, ¿y tú?”, para finalizar con “yo también estoy bien”. Pero nadie entendía. Lo correcto era decir: ¡mba’eichapa Karai! - iPorãnte, ¿ha Ndè? - Ha iPorãnte avei. La incorporación al grupo, en 1982, del primer claretiano paraguayo, P. De los Santos Oroa, conocedor a fondo del idioma guaraní, y el lento pero eficaz aprendizaje de varios misioneros, ha solucionando en parte la dificultad. Dos años después de abrir la comunidad en Yhú se vio la necesidad de afianzar la presencia claretiana con una nueva fundación, esta vez en la ciudad capital, Asunción. Allí el arzobispo D. Ismael Rolón ofreció la atención de la parroquia San Juan Bautista de Lambaré. En ambas comunidades, con el paso del tiempo, se fueron incorporando aspirantes a la vida claretiana.

Recuento alentador Interesante mirar el camino recorrido. A través de sucesivos planes y proyectos pastorales que abarcaban desde la enseñanza de la doctrina, la celebración de la fe popular, la organización de base, la defensa de las causas más nobles, los claretianos se han ido identificando con el Paraguay. Se puede hablar de etapas: la llegada, con sus sorpresas de paisaje, idioma y situaciones (1979-1981). El afianzamiento en las dos comunidades (1981-1986). La consolidación (1986-1995). La búsqueda de una nueva proyección apostólica (1995 en adelante), porque las realidades son desafiantes: en 1989 cayó la dictadura del general Stroessner y se pudo ver con claridad que había un empobrecimiento generalizado, corrupción, deterioro de la pertenencia religiosa, invasión de todo tipo de sectas. Hoy día los claretianos siguen empeñados en atender los frentes pastorales que les parecen más urgentes: pro-

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moción popular mediante la creación de talleres de carpintería, electricidad, academias de corte y confección, establecimiento de botiquines comunitarios, dispensarios médicos, centros de educación alternativa, formación de la conciencia cívica. En estas tareas se ha ido recibiendo la inestimable ayuda de las misioneras de la Institución Claretiana, de las hermanas de La Caridad de Santa Juana Antida, y de equipos de voluntarios venidos desde Aragón. Así se ha logrado atender en hogares dignos a los ancianos en situación de abandono. Igualmente se ha trabajado codo a codo con los campesinos desplazados que pudieron recuperar sus tierras, y se les acompaña en abrir nuevos horizontes promoviendo el trabajo personal y grupal de un modo organizado. El Proyecto “Vaquería” en la zona de Yhú, apoyado por la Procura Claretiana de Desarrollo (PROCLADE) es buena muestra de ello.

Reconocimiento agradecido Es elocuente el testimonio de los que han accedido a estudios superiores gracias al apoyo inestimable de los programas de PROCLADE. Tania Loncharich, por ejemplo, está estudiando ciencias contables: “Esta ayuda es muy importante para mí, ya que sólo de esta manera puedo seguir con mis estudios, formarme como persona, y más adelante ser una profesional y poder llevar una vida digna; poder ayudar a mis padres, ya que somos una familia humilde. También así poder ayudar a muchos otros jóvenes que necesitan de esta oportunidad que estamos recibiendo ahora, de poder estudiar. Más que todo, agradecer infinitamente porque se preocupan por el futuro de jóvenes de mi misma situación, y pido que sigan haciendo esta labor fundamental para nosotros”. Por su parte, Sonia Magdalena Ruiz Días está estudiando licenciatura en enfermería: “Es un privilegio contar con esta ayuda; son muy pocos los jóvenes en el Paraguay que invierten en los estudios. Gracias a esta ayuda me motivé a estudiar; llevo mi carrera con esmero

y dedicación, para ser una excelente profesional. Uno de mis sueños es ser alguien en la vida y ser ejemplo para otros jóvenes. Era algo muy lejano para mí el estudio, pero ahora ya es una realidad. Agradezco a los responsables de este programa, y espero cuando sea una profesional ayudar con mi sueldo a otros jóvenes, para que puedan realizar sus sueños igual que los tuve yo.”

Treinta y cinco años caminados En lo que se refiere al servicio pastoral propiamente religioso, el trabajo ha sido y es enorme. Se han ido organizando comunidades locales en la amplia geografía de las dos parroquias. Eso conlleva la visita constante, la celebración de la liturgia, la doctrina y la predicación del Evangelio, la catequesis, la atención de la religiosidad popular que se conserva en el pueblo sencillo; yendo y viniendo, incansables, pese a las inclemencias y a las condiciones desfavorables de caminos y huellas. En una anotación de los primeros años, los misioneros dejaron constancia del primer vehículo que les facilitó el obispo: un Land Rover “que no tenía frenos ni arranque, al que había que cargarle agua al radiador en cada arroyo que atravesaban, el capó que, al no tener cierre, a cada bache del camino abría la boca como para tragarse al que venía enfrente, y gastaba 50 litros de nafta por cada cien kilómetros”. Hoy día la situación es mejor. Pero las distancias son las mismas. Una de las realizaciones más logradas ha sido la atención a la juventud en cuanto a su formación cristiana y su realización personal. Naturalmente, esto ha traído un cierto florecimiento vocacional que ha ido creciendo en los últimos años. Ya son cuatro los sacerdotes, siete los estudiantes de teología y 8 los postulantes, que han encontrado en la vida claretiana el cauce para su vocación en la vida. Es la respuesta misionera de la comunidad claretiana del Paraguay. Agustín Cabré Rufatt, cmf. agustin@claretianos.cl

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El dilema crucial del aborto “Dilema” puede ser el término más correcto para graficar el juicio –y en su caso la decisión‑ de un cristiano ante el flagelo social del aborto. Están sobre la mesa dos razones para existir: la de la madre y la del hijo. Ella tiene derecho pleno a disponer de su cuerpo, de su realización, de su existencia. El hijo también. Ella puede determinar lo que crea más conveniente para su vida, y así se puede entender la justa y encendida campaña por “los derechos sexuales y reproductivos de la mujer”. Pero nadie puede –en virtud de esos derechos ni de ningún otro–, arrogarse la supuesta facultad personal de eliminar a otro ser humano ­–como lo es el que se encuentra en gestación-; un ser humano distinto a la mujer que lo lleva adentro, y sujeto, como ella, del más primordial de los derechos, el de la vida. Ese otro ser está al resguardo de la madre por un tiempo. Y aunque tenga absoluta dependencia materna para vivir, tiene su propio derecho a existir y a ser cuidado. El tema es que estos dos derechos se dan al mismo tiempo en una sola “institución”, por inventar un término que se acerque al misterio de dos personas que conviven por nueve meses en la más estrecha unión que ha previsto la naturaleza.

¿Matar a uno de los dos? ¿Se puede matar a una de esas personas para que la otra tenga vida más plena? Desde luego, no. Y menos todavía a un ser absolutamente indefenso y que, por añadidura, es el propio hijo de la otra. ¿Se puede permitir, en casos graves de salud, que el uno sufra consecuencias al tratar de salvar a la otra? 20

Bueno, ahí está el dilema. Un criterio fundamental de moral cristiana, que se remonta con santo Tomás de Aquino al siglo XIII, sienta como regla de oro el llamado “principio del doble efecto” para hechos humanos tan cruciales como el de este caso. Este principio establece, de partida, que para salvar a uno de los involucrados, nadie puede matar al otro; quien lo hace comete un asesinato; al menos objetivamente o de hecho; aunque alguien, como la madre, no haya tenido conciencia de ello. Lo que corresponde en un caso así es hacer cuanto sea posible por salvar ambas vidas. Pero si en ese intento se produce, por un lado, el resultado directo y buscado de salvar la vida de la madre y, por otro, un segundo efecto, no pretendido ni deseado, que es la muerte del nonato, no se habrá cometido un crimen, como es el aborto voluntariamente inducido.

Qué se establece en nuestros países Recorriendo las legislaciones de orientaciones

nuestros países del sur de América tenemos este panorama: * En Argentina, el aborto, como interrupción voluntaria del embarazo, es un delito. Pero se convierte en “no punible” el que se realiza con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre; así también el interrumpir un embarazo fruto de una violación. * En Chile, las leyes al respecto son severas; el aborto es ilegal. Y como es penado con cárcel, las madres que abortan lo hacen en pésimas condiciones clandestinas, si son pobres; si son ricas, lo realizan en clínicas sofisticadas y onerosas, instituciones que delinquen gracias a la venda que la diosa Justicia lleva sobre los ojos. El 21 de mayo, la Presidenta Michèlle Bachelet, en el primer mensaje oficial de su segundo mandato, ha anunciado que el Congreso Nacional debatirá próximamente un proyecto que propone despenalizar el aborto en casos de riesgo vital para la madre, violación o inviabilidad del feto. * En Paraguay, también el aborto es ilegal, salvo el caso en que peligra


la vida de la madre. Aun así, un 23% de las muertes de mujeres jóvenes es por causa de abortos ilegales. * La legislación del Uruguay no penaliza el aborto dentro de las 12 primeras semanas de embarazo.

Enfoque cristiano: ¿basta el anatema? Cada vez que se ha tratado el tema, tanto en ámbitos médicos como en estamentos políticos, las iglesias cristianas han levantado la voz, han denunciado y han condenado todo intento de legislar sobre la materia del aborto. La Iglesia Católica ha decretado excomunión contra todo el que voluntariamente y a sabiendas colabore en un aborto, quienquiera que sea. Pero fuera de hablar y de condenar, es poco lo que aportan las iglesias en este tema. ¿Qué hacemos los cristianos para evitar el aborto? Lamentarnos, prejuzgar, condenar y poco más. En ese sentido somos todos cómplices pasivos. En una carta del teólogo José Comblin a un amigo, se lee: “Muchas mujeres que recurren al aborto son mujeres angustiadas, desorientadas, desesperadas. Que se sienten en una situación sin salida. Muchas buscan el aborto porque sus padres no quieren que tenga el hijo; otras, por imposición del hombre que las forzó. Otras, porque en la empresa en que trabajan no permiten que tenga un hijo.

Otras son empleadas domésticas, y la patrona no acepta la situación. Otras muchas son casi niñas y, asustadas, no saben qué hacer. No reciben atención, no reciben asesoramiento, no tienen apoyo ni moral ni material, porque todo es clandestino. Ni siquiera lo pueden hablar en voz alta. Al no encontrar alternativa, con mucho sufrimiento recurren al aborto. La iglesia no las ayudó cuando lo necesitaban”.

Así, el aborto, en muchos casos, es fruto del desinterés de la comunidad cristiana. El Estado debe intervenir y legislar en este tema. El aborto es un mal, y no puede quedar en manos de los negociantes en vidas humanas. Así como el alcoholismo es un mal y se ha debido legislar sobre él. También la pros-

titución; también todos los derechos humanos conculcados. El drama del aborto ‑no conozco a ninguna mujer que se lo haya realizado sonriendo‑ no puede quedar sujeto a la ley de la selva. Pero hasta ahora ni el Estado ni la Iglesia lo han enfrentado con respuestas eficaces. El primero, penaliza. La segunda, excomulga. Pero muy pocos proponen, y menos aun llevan a cabo, soluciones de apoyo moral y material: programas escolares; talleres formativos; casas de acogida para ayudar en casos de embarazos no deseados; dineros en proyectos de educación popular; planes de asistencia a madres en situación difícil; apoyo económico a los recién nacidos en hogares pobres. Creo que el Estado debe legislar con inteligencia, sabiendo que se trata de vidas humanas. Lo ha hecho, con aplauso de los empresarios, para la exportación de trigos, carnes, vinos y sandías, pero no lo hace para importar nuevos ciudadanos a la mesa de la vida. Por su parte la Iglesia, más que excomulgar, debe tratar a la mujer – desesperada, presionada o mal informada‑ que ha pasado por esta experiencia tremendamente traumática, con el amor y la delicadeza especial que el Señor Jesús tuvo con las mujeres. Ojalá todos los cristianos podamos llegar a decir, como El: “mujer, ¿nadie te ha condenado? Yo tampoco te condeno”. ACR. agustin@claretianos.cl

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“Pepe” Mujica, un presidente fuera José Alberto Mujica Cordano, con 79 años recién cumplidos, espera terminar su mandato presidencial de la República Oriental del Uruguay en febrero de 2015. Entanto habrá sido uno de los madatarios más singulares de Latinoamérica, por su trayectoria, sus características personales y estilo. Guerrillero tupamaro cuando la efervescencia social encaminaba a su país a una dictadura civicomilitar singularmente sangrienta, pasó 15 años preso, 11 de ellos en aislamiento y duras condiciones, tras ser herido en enfrentamientos y fugarse de la cárcel dos veces. Liberado al retornar la democracia, optó por la política formal que lo llevaría a la Presidencia. No ha sabido allí de formalidades. Con una figura invariable más de camionero que de un presidente; deslenguado hasta respecto a algunos de sus pares; rehusando habitar la residencia presidencial para seguir en su pequeña chacra familiar, donde con su esposa cultiva flores; manejando su envejecido Volkswagen Escarabajo ‘87 para mezclarse con quienes encuentre al paso. A su inclaudicada austeridad de vida suma el dedicar el 65% de su sueldo presidencial a proyectos de ayuda social. Se define como “guerrillero vegetariano”, para significar que, pese a haber sido luchador en armas, es pacifista convencido. “No tengo religión, pero soy casi panteísta: admiro la naturaleza”, asegura. Pero hace poco apuntaba: “me estoy poniendo viejo, y no sé si me estoy arrimando a Dios o no”. Estuvo en Chile en marzo último, para abrazar a Michèlle Bachelet en su segunda toma de posesión presidencial. Habló en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, donde criticó el manejo mun22

dial de problemas candentes como la contaminación y la concentración de la riqueza. En su estilo campechano y descarnado, deslizó estas frases marcadas:

“Al pan, pan…” “No me quiero reír de la economía, pero estoy peleado con la civilización que me toca vivir. Mi rebeldía no es sólo de clase; a estas alturas es civilizatoria. “El hombre nunca ha tenido tantos recursos, ni tantos desafíos, ni tantas posibilidades desde el punto de vista técnico. Despilfarramos 2.000 millones de dólares por minuto en presupuesto militar a nivel del mundo. Decir que no hay plata es no tener vergüenza. Pero seguimos razonando en términos de países, con intereses de corto plazo, preocupados por el resultado de las elecciones. Preocupados por sucedernos. “Esta etapa de la humanidad nos dice que tenemos que pensar como especie. Entrar a pensar que los pobres de Africa no son un problema de Africa; que la falta de agua en algunas partes de América no es un problema de Ecuador o de Perú; y que, en definitiva, la concentración de la riqueza necesita medidas mundiales”. “Tenemos debilidad para controlar el sistema financiero mundial, porque no llamamos a las cosas por su nombre. Tenemos un comercio internacional basado en una medida de goma, porque el precio del dólar fluctúa irresponsablemente. ¿Quién compraría a un tendero que le mide con un metro de goma la tela que compra? Pues sí, señor, en el comercio mundial nos manejamos con ese tipo de medida”. “No se puede seguir acumulando indefinidamente desastres, cuando se sabe que se camina en el nivel del desastre. ¿Para qué se reunieron los hombres de ciencia en otorgarnos ciertas recomendaciones, si es inútil? Es como tirar de lo nuestro

una botella al mar; lo estamos viendo todos los días, y nos cruzamos de brazos. Vale más cambiar el auto que restringir nuestras conductas. “En mi país discutimos y no pudimos hacer una pequeña central de carbón, porque era agredir el medioambiente; pero China inaugura una todos los meses. ¿De qué nos vale una actitud ecologista en un rincón, si el universo más industrializado se mueve como se mueve? “Si ustedes piensan un poco, encontrarán situaciones así en todos lados; esto es un problema de la humanidad. La humanidad necesita una agenda de problemas mundiales; y si no lo hace, tarde llegaremos”. Alfredo Barahona Z.


de norma Poderosa tabacalera internacional se enfrenta al Uruguay Uruguay viene desempeñando desde hace diez años un rol activo en la lucha contra el tabaquismo, situándose a la vanguardia mundial del combate al consumo de cigarrillos, uno de los mayores males contemporáneos en salud pública. En 2005 suscribió el convenio marco para el control del tabaco propiciado por la Organización Mundial de la Salud, y luego fue adoptando medidas congruentes, entre las que destacan: • La difusión de imágenes en los envases de cigarrillos para advertir sobre el riesgo de fumar, las que deben ocupar el 80% de la superficie del paquete. • La prohibición de vender distintos tipos de una misma marca de cigarrillos, para evitar que los consumidores crean que una variedad sea menos dañina que otra. • La prohibición de publicidad de cigarrillos en medios de comunicación y en eventos. • Prohibición de fumar en espacios públicos cerrados. • Uruguay ha logrado ya reducir así en un 10% el número de fumadores, con reconocimiento mundial.

La prepotencia del dios Dinero En 2010 la tabacalera Philip Morris, principal productora mundial de tabaco y propietaria de las veinte principales marcas de cigarrillos –entre ellas Marlboro y L&M–, inició una demanda judicial contra el Uruguay por la fantástica suma de 2.000 millones de dólares, como reparación económica por los daños que le habrían generado las normas antitabaco aplicadas en el país. Según la PM, ocupar el 80% del envase con advertencias antitabaco le impide mostrar sus marcas, lo que lesiona su derecho de propiedad intelectual. Asimismo, exigirle retirar de circulación siete de sus variedades, entre ellas Blue, Gold, Green y Ligth, le habría provocado una pérdida sustancial del mercado. Como señaló el expresidente Tabaré Vázquez, es evidente el propósito de la poderosa multinacional de dar un escarmiento al Uruguay e intimidar a otros países que intenten seguir el mismo camino. La demanda se presentó en febrero de 2010 en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversio-

nes, CIADI, del Banco Mundial, alegando la violación del tratado bilateral de inversión suscrito entre Uruguay y Suiza, donde está la matriz de PM. Según la tabacalera, la normativa uruguaya significa lisa y llanamente una expropiación de su inversión. En julio de 2013, tras diversas presentaciones, el CIADI sorprendió a los entendidos declarándose competente para resolver el caso y convalidando así los argumentos de PM.

Derecho de propiedad, o derechos humanos El caso reviste interés especial por estar en juego la preeminencia ciega de la propiedad privada sobre normas públicas que cautelan derechos humanos esenciales como la salud. El resultado final de la contienda bien puede pender del poder de fuego de los contendores. Philip Morris, una empresa global con siglo y medio de vida, factura casi 80 mil millones de dólares anuales y gana unos 10 mil millones. Uruguay es un pequeño país sudamericano cuyo producto bruto no alcanza a los 50 mil millones de dólares. Tras el Goliat tabacalero se alinean las multinacionales globalizadas, celosas en hacer valer su primacía por sobre el interés de los ciudadanos y los estados, así como la inviolabilidad de sus inversiones y el cumplimiento formal de los compromisos, sin importar los daños sociales asociados. Junto al David sudamericano empeñado en defender la salud y calidad de vida de su población se han alistado, entre otros, la Organización Mundial de la Salud y entidades de lucha contra el tabaco. En visita oficial de tres días a USA realizada en mayo, el presidente José Mujica se reunió con su par Barack Obama, directivos del Banco Mundial y grupos de empresarios, y habló en foros e importantes medios de comunicación. Uno de los asuntos en tabla fue el eventual apoyo del gobierno norteamericano a la pretensión abusiva de Philip Morris. El tema, según la jerga periodística, “está en desarrollo”.

de lo nuestro

Alberto Pontoni, Economista Docente de la Universidad de Buenos Aires 23


Oscar Castro

Para que no me olvides Oscar Castro

Yo me pondré a vivir en cada rosa, y en cada lirio que tus ojos miren; y en cada trino cantaré tu nombre, para que no me olvides. Si contemplas llorando las estrellas y se te llena el alma de imposibles, es que mi soledad viene a besarte, para que no me olvides. Yo pintaré de rosa el horizonte, y pintaré de azul los alelíes; y doraré de luna tus cabellos, para que no me olvides. Si dormida caminas dulcemente por un mundo de diáfanos jardines, piensa en mi corazón, que por ti sueña, para que no me olvides. Y si una tarde, en un altar lejano, de otra mano cogida te bendicen, cuando te pongan el anillo de oro, mi alma será una lágrima invisible en los ojos de Cristo moribundo, ¡para que no me olvides!

Diversos críticos sostienen que Oscar Castro Zúñiga pudo haber sido uno de los más descollantes poetas y escritores chilenos, de no haber muerto a tempranos 37 años. Había nacido en 1910 en Rancagua, centro entonces de una vasta zona netamente agrícola a 86 km al sur de Santiago, y más tarde capital de una región agroindustrial y minera de consolidada pujanza. Siempre fiel a esas raíces, germinó en Oscar Castro una vena literaria emparentada con el “criollismo”, que marcó la literatura chilena de los años ’40-’60. No obstante, en su poesía desborda un lirismo delicado que vuelca con frecuencia en la forma tradicional del romance, influenciado claramente por García Lorca. Su consagración literaria llegó precisamente cuando en 1936 escribió “Responso a Federico García Lorca”, en homenaje al escritor asesinado en los inicios de la Guerra Civil Española. Ejerció el periodismo, la docencia y la crítica literaria, pero brilló sobre todo como novelista y cuentista, con una prosa cruda, recia y visceral limpiamente cuidada, y a la vez por su poesía romántica, melancólica, de gran lirismo y métrica impecable. Entre sus obras destacan la novela “Llampo de sangre”, los cuentos recopilados en “Huellas en la tierra” y “La sombra de las cumbres”, y los textos autobiográfcos de “Comarca del jazmín”. En poesía resaltan su personal asimilación del romance y el cancionero de su mentor hispano, y un lirismo de alto vuelo que ha sido calificado como “de tono mayor”. Su temprana muerte lo distanció por un par de décadas del interés literario de las nuevas generaciones, hasta que una feliz alianza entre el grupo musical Los Cuatro de Chile y dos consagrados actores de teatro, los hermanos Héctor y Humberto Duvauchelle, dio vida en 1970 a “Homenaje a Oscar Castro”, una selección de poemas y prosa musicalizados por Ariel Arancibia, destacado compositor de la época. Uno de los temas más exitosos de ese disco, no olvidado hasta ahora, es “Para que no me olvides”. Alfredo Barahona Z.


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