

DICIEMBRE 2024

Presentación


En el marco de la planificación establecida por la Dirección de Estudios e Innovación para el año 2024, se comprometió el desarrollo de mesas técnicas con tres sectores del territorio en que opera la Fundación, Zona Norte que comprendió a los proyectos del área de protección especializada de la Región de Coquimbo, la Región Metropolitana y las Regiones de Ñuble y Bío-Bio. El objetivo de estas mesas fue profundizar en el conocimiento del Sujeto de Atención que atienden los distintos programas de la Fundación en las modalidades proteccionales, pero acercándonos a esa caracterización a través de una reflexión colectiva que tenga como herramienta las nuevas metodologías de diagnóstico clínico que impulsa el Servicio de Protección Especializada a través de las propuestas técnicas de diseño y ejecución de la modalidad de Diagnóstico Clínico Especializado, que en su diseño considera un conjunto de instrumentos de evaluación y diagnóstico que articulan sus evaluaciones a partir de la perspectiva de Dimensiones y Niveles de Desprotección en NNA y sus familias1 .
Este ejercicio de reflexión apunta a una mejor caracterización del sujeto de atención con miras a los procesos licitatorios, así como a ampliar la reflexión colectiva que permita situar esta propuesta de evaluación diagnóstica con lo que actualmente ocurre con el perfil de NNA que atienden los proyectos de protección especializada de la Fundación.
En esta línea se articuló el desarrollo de estas tres mesas técnicas a partir de la estructura diagnóstica de la modalidad DCE y la reflexión colectiva de directoras/es y profesionales que desde sus experticias contribuyeron notablemente a esta caracterización.
En la primera de las mesas técnicas desarrolladas con la región de Coquimbo, se contó con la participación de representantes (en su mayoría Directoras/es) de todos los proyectos vinculados al Servicio de Protección Especializada de la región: PRM La Portada, PRM La Serena, PEE La Serena, AFT-PF Tierras Blancas, AFT-PF Coquimbo, PRM Illapel y PRM Los Vilos.
La mesa técnica de las regiones de Ñuble y Bio-Bio contó con la participación todos los programas representados por sus directoras/es y un profesional de cada proyecto: PPF Coronel Norte, PPF Lota Bajo, PIE CDN Concepción, PRM Portezuelo, PEE Concepción, PIE San Pedro de la Paz, PRM Chiguayante, PIE Chillán y PRM Bulnes.
En la Región Metropolitana participaron Directoras/es de los proyectos PRM Pudahuel, PRM Providencia, PPF Quilicura, PRM Maipú, PRM Renca Conchalí, PRM Independencia, PRM Puente Alto, PRM Peñaflor, PRM Padre Hurtado, AFT San Bernardo, PRM Melipilla, PRM Provincia Cordillera, PRM Metropolitano, PRM Comuna de Maipú, PRM Isla de Maipo, PRM Talagante, PRM Cerrillos, PRM Pudahuel Maipú y PRM Alhué.
1 Los niveles de desprotección toman en cuenta los instrumentos de Valora Galicia (Instrumento para la valoración de la gravedad de las situaciones de desprotección infantil en los servicios sociales especializados en protección de menores).





Información recopilada por región

En función de la estructura de trabajo y discusión que se dio en cada una de las mesas, a continuación, se comparten las principales conclusiones, distinguiendo las dimensiones siguientes:
• Características de las situaciones de vulneraciones. Considera tipologías de violencia o maltrato de acuerdo al nivel de gravedad.
• Situación del niño, niña o adolescente. Considera la falta de satisfacción de necesidades, el impacto psicobiosocial de la violencia al NNA, factores de riesgo para recurrencia de la violencia en el nivel individual y recursos y factores protectores que moderan el efecto de los factores de riesgo.
• Capacidades de los padres/madres o cuidadores. Respuesta a las necesidades del NNA, factores de riesgo en el ámbito familiar, disponibilidad hacia la intervención y factores protectores que moderan el efecto de los factores de riesgo.
• Características del contexto o entorno. Considera la presencia de soportes comunitarios e intersectoriales, factores de riesgo y factores protectores.
Región de Coquimbo
Respecto a las características de las vulneraciones de derechos que son objeto los NNA que están siendo atendidos por la Fundación, se puede concluir que si bien hay algunas diferencias que se explican por el perfil del sujeto definido por cada modalidad programática, en su mayoría existe acuerdo de que muchas de estas vulneraciones están asociadas a la violencia intrafamiliar y el abuso sexual. Este último ha ido redefiniéndose a partir de las tecnologías por ejemplo respecto al ASI en entornos o por herramientas digitales. Se reconocen también trayectorias de polivulneraciones y la naturalización de la violencia de género y violencia transgeneracional en padres, madres o cuidadores.
En relación a la situación de cada NNA, hay consenso en el impacto que está teniendo del consumo de drogas que llevan asociadas la deserción escolar, la violencia intrafamiliar y el deterioro en la salud mental de niños, niñas y jóvenes. El consumo problemático de drogas también se aprecia en sus cuidadores y en los entornos en que vive, siendo una situación muy preocupante en lugares como la Parte Alta de Coquimbo o La Antena. En particular respecto a NNA atendidos en programas AFT, se aprecia situaciones de violencia o maltrato muy cronificadas. A su vez se identifica a una población con alta vulnerabilidad social, deprivación sociocultural y escasas redes de apoyo comunitario.
También se reconoce que en el ámbito de la explotación sexual esta se ha ido virtualizando, alcanzando a grupos etarios menores que los que se atendían tradicionalmente en programas como PEE.
En la misma línea de la situación de los NNA se reconoce como una problemática no resuelta lo relativo a la modalidad de cuidados residenciales, que actualmente se encuentra en una seria crisis por la ausencia de dispositivos que cubran la demanda regional.
Cuando se aborda la dimensión de las capacidades de padres, madres y/o cuidadores, se reconoce en ellos como bastante participativos en los procesos de intervención, pero con pocas herramientas de autocuidado parental o de organización de la vida cotidiana. En otros territorios, por el contrario, se



aprecia a los adultos como poco involucrados en la crianza compartida (reflejo de culturas patriarcales y machistas) y con pocas herramientas para la disciplina familiar o el ejercicio de normas y límites en el entorno familiar.
En otro ámbito de singularidades de adultos/as se aprecia un agotamiento por procesos de sobre intervención de distintos programas de servicio de protección especializada como de otros programas públicos, lo que provoca un desgaste en la familia dificultando los procesos de vinculación con los programas que actualmente les atienden. En la misma línea, se aprecia que los adultos/as a raíz de sus experiencias vitales, tienen un daño que les dificulta mentalizar o empatizar respecto a la situación de sus NNA o desarrollar una capacidad más reflexiva en sus procesos de crianza
Finalmente, respecto a las particularidades territoriales, las reflexiones apuntan a las diferencias significativas que existen entre territorios como Illapel y La Serena-Coquimbo, donde la primera tiene una institucionalidad pública y de programas sociales (especialmente en salud mental) muy precaria a diferencia de la que cuentan las grandes ciudades de la región. Lo mismo ocurre con territorios como los que operan en Los Vilos.
Destacan también en el análisis la diferencia que hace la existencia de soportes institucionales municipales frente a aquellos territorios en que no los hay o son muy débiles, lo que impacta en los avances que se pueden lograr en las intervenciones que se desarrollan tanto a nivel comunitario como familiar.
Región Metropolitana
Respecto a las características de las vulneraciones de derecho la reflexión de los/as integrantes de la mesa técnica es que la nueva aproximación diagnóstica de protección/desprotección resulta difícil de aplicar, particularmente en programas PRM, pues suele ocurrir que cuando existen trayectoria de vulneraciones a nivel familiar y de polivictimización, se hace más complejo el diagnóstico en este continuo de protección y desprotección.
En línea con lo señalado, la reflexión también plantea sus aprehensiones respecto a abandonar modelos especializados en post de modelos más integrados, pues estos últimos requieren de una red de soporte institucional que permita cubrir las necesidades que se dan en otros ámbitos como la salud mental.
También se reconoce una brecha actual entre los perfiles de los sujetos de atención que indican las orientaciones técnicas con lo que realmente ocurre en los procesos de intervención en cada territorio, con problemáticas emergentes como delitos que antes no existían o la complejidad de la intervención en territorios con de tomas de terrenos o con NNA migrantes, con los cuales a veces existe una brecha cultural que dificulta los procesos.
En la situación de niñas, niños y adolescentes es posible destacar que existen diferencias significativas entre NNA de territorios rurales y urbanos, particularmente porque en sectores rurales de la región metropolitana existen importantes carencias materiales o de satisfacción de necesidades básicas, lo que dificulta los procesos reparatorios cuando se debe resolver cuestiones básicas como un piso para iniciar los procesos de intervención psicosocial.



Se comenta que existe una normalización preocupante de la explotación sexual en algunas comunidades, junto con prejuicios que dificultan la identificación de las víctimas.
Respecto a la Capacidad de los padres, madres y cuidadores señalan que existe una importante brecha cultural con familias migrantes y sus adultos cuidadores, además de existir importantes problemas de salud mental y consumo de drogas en la población general (no solo migrantes) junto con la ausencia de redes que asuman el rol de co-garantes de situaciones generales de vulneración de derechos y precariedad social y material.
Es importante integrar análisis más comprensivos sobre la situación de adultos cuidadores, madres y padres, que incorpore la perspectiva de las trayectorias adversas de esto que termina impactando en la protección de NNA. También se estima necesario ampliar la búsqueda y el trabajo con redes de adultos cuidadores desde que se inician los procesos de intervención, buscando la participación de otras redes familiares o comunitarias que pudieran tener un rol más relevante en la intervención con NNA.
Finalmente es necesario poner mayor atención a las diferencias territoriales de la región (contexto y entorno), particularmente en los sectores rurales, particularmente en aquellos sectores de altos niveles de pobreza como los campamentos en sectores periféricos de Santiago, teniendo en consideración el impacto de las migraciones y la pandemia en términos económicos y sociales.
Regiones de Ñuble y Bío-Bio
En lo relativo a las características de las vulneraciones de derecho se aprecia que existe una transversalidad de las vulneraciones de abuso sexual y maltrato grave en todo orden de familias sin distinción de su situación socioeconómica; esto se está apreciando en comunas como Chillán.
La reflexión en torno a los tipos de vulneraciones abordó también las dificultades diagnósticas que tienen los programas de DCE, pues ocurre que en la profundización diagnóstica que hacen los proyectos de intervención aprecian que el tipo de vulneración con que son derivados no es el abuso sexual sino la explotación sexual comercial. Por otra parte, también se aprecia un marcado abuso sexual en niñas y adolescente (sesgo de género). Se plantea la duda respecto a modalidades programáticas con un perfil de polivictimización pues será un desafío para los equipos y las particularidades del territorio.
También en el ámbito de las vulneraciones de derechos se comenta sobre la tendencia a la “normalización de las dinámicas de explotación sexual”, así como la poca sensibilización de profesionales de otras instituciones (educativas, de salud u otras) con vulneraciones como estas, operando prejuicios que impiden ver a los NNA como víctimas de estas situaciones de abuso.
Sobre la situación de niños, niñas y adolescentes destacan aspectos como todos presentan negligencia; son víctima de situaciones de violencia; consumo de drogas; policonsumo de drogas. Antecedentes de problemas de salud mental. La mayoría de los NNA provienen de familias monoparentales con jefatura de hogar femenina. NNA con necesidades básicas instrumentales cubiertas, no así las afectivas. Niños con necesidades educativas especiales que están con deserción escolar y con prácticas de violencia en el ámbito laboral. Historia transgeneracional de mutilaciones en la esfera sexual sin proceso reparatorio. Necesidades básicas insatisfechas como habitabilidad de la vivienda necesidades de alimentación, entre otras, lo que se da en particular en las comunas de Lota y Coronel. Porcentaje considerable de NNA



presentan necesidad de salud mental no cubiertas por el sistema de salud pública, necesidades básicas no cubiertas en la familia.
Respecto a la dimensión Capacidad de los padres, madres y cuidadores, destacan las reflexiones en torno a padres involucrados en la intervención, hay mayor corresponsabilidad (se aprecia como un aspecto positivo). Madres altamente estresadas en el rol marental. Cuidadores involucrados en el tráfico de drogas. Respecto a esto último, se comenta que esta situación se da en entornos urbanos en el que hay además una historia familiar ligada al tráfico de drogas que tiende a perpetuarse. Otro aspecto relevante en esta dimensión es el considerar las historias de maltrato (transgeneracional) que han vivido los propios cuidadores, para lo cual se generan ejercicios de sensibilización para que se conecten con la vivencia actual de niños y niñas.



CONCLUSIONES GENERALES, APRENDIZAJES Y RECOMENDACIONES
Para concluir, es importante destacar que, en todas las mesas técnicas, si bien se organizó la discusión en torno a las 4 dimensiones del diagnóstico del nivel de desprotección, el análisis de los participantes fue bastante integral, demostrando que estas cuatro dimensiones están profundamente relacionadas y es imposible comprenderlas por sí solas. Esto muestra que es un avance incluir estas dimensiones en el diagnóstico y no solo diagnosticar en base a la vulneración de derechos. El análisis en todos los territorios permite comprender que las vulneraciones de derechos no se dan de forma única y aislada, si no que se dan en un entorno, familias y situaciones con ciertas características que llevan a trayectorias de polivictimización. Por un lado, está el entorno familiar con trayectorias de vulneración transgeneracional, situaciones de consumo de drogas y salud mental de los padres, y falta de redes de apoyo para la crianza. Todo esto se suma a un contexto sin suficiente oferta de salud y salud mental ni soportes institucionales, sobre todo en contextos rurales.
Estas características de las familias y del entorno se asocian directamente a las vulneraciones que sufren NNA, que muchas veces no son aisladas, si no que se dan en trayectorias de polivictimización. Por lo tanto, pareciera que la aproximación diagnóstica planteada por el DCE en esta dimensión es difícil de aplicar porque la distinción por niveles de complejidad se aleja de la realidad de los casos que atienden todos los modelos actualmente. Por ejemplo, directores PPF o PRM indicaron que atendían varios casos con trayectoria de polivictimización, cuando en esta nueva forma de diagnóstico estos casos serían sujetos de atención del Programa de Tratamiento Especializado. Además, hay otros aspectos comunes respecto a las vulneraciones de derecho, como que la mayoría de estos están relacionados con abuso sexual, violencia intrafamiliar y maltrato grave.
Tanto las vulneraciones de derecho como las características del contexto y de las familias se asocian a la situación del NNA, ya que en general son niños y niñas afectados por el consumo de drogas, la deserción escolar, violencia intrafamiliar y problemas de salud mental
Al analizar en conjunto la información recopilada en cada región, hay algunos aspectos diferenciadores de los territorios que vale la pena destacar. En primer lugar, respecto a las vulneraciones de derecho hay diferencias territoriales respecto a las características del abuso sexual, en donde los directores/as de Coquimbo indican que ahora esta se está insertando en entornos digitales. En las regiones de Ñuble y Biobío se indica que este tipo de vulneraciones, así como el maltrato grave, no tienen distinción socioeconómica, pero sí de género. En esta región también se destaca que los casos de explotación sexual son mal derivados a PRM, y que en el territorio hay normalización de dinámicas de ESCI.
Respecto a la situación de los NNA, se mencionan ciertos factores de riesgo diferenciados por territorio. Respecto a las necesidades cubiertas, en Ñuble y Biobío se destaca que en general las necesidades básicas y materiales de los NNA están cubiertas (con las excepciones que se mencionan respecto a las comunas de Coronel y Lota), pero no así las afectivas; en la RM se distingue que en territorio rural existen importantes carencias materiales. Además, en Ñuble y Biobío se menciona que hay muchos niños y niñas con necesidades especiales desescolarizados/as.
Respecto a las capacidades de padres, madres y/o cuidadores, en Ñuble y Biobío se menciona que la mayor parte de las familias son monoparentales con jefatura de hogar femenina, y hay muchas madres altamente



estresadas con su rol, aunque se destaca que hay padres involucrados en la crianza y en la intervención. En la RM se menciona que existe una importante brecha cultural con familias migrantes y sus cuidadores. En la región de Coquimbo se menciona que la participación y las herramientas de los padres varían según el territorio dentro de la misma región, ya que en sectores rurales hay dinámicas familiares distintas que en zonas urbanas.
Por último, respecto a las características del contexto y entorno, en Coquimbo se le da importancia a la diferencia que hace la existencia de soportes municipales en las intervenciones a nivel comunitario y familiar de los proyectos, y lo mucho que se dificultan estas si no existen los soportes institucionales. En la Región Metropolitana se hace notar que hay bastantes diferencias entre sectores de esta región, ya que se encuentran sectores rurales con mucha pobreza, como lo son los campamentos que se encuentran en las zonas periféricas de Santiago.
En conclusión, estos ejercicios en las distintas regiones nos permiten reflexionar en relación a los aspectos diferenciadores de los distintos territorios, e incluso en las diferencias que pueden existir dentro de cada región, en sectores más rurales y sectores urbanos. Pero también nos permite reconocer que hay muchos aspectos comunes, que se dan en muchos territorios y en muchas familias. Sin duda este proceso ha sido enriquecedor para comprender de manera integral y con más elementos las características de los NNA y familias que atendemos como fundación, y cómo este perfil aparece y se expresa en los procesos de intervención que desarrollan los profesionales de los proyectos. Nos parece que aún falta conocer otros territorios e indagar con otros actores cómo se entiende este perfil de sujeto de atención, especialmente desde los programas de Diagnóstico Clínico Especializado.


ANEXO DE SISTEMATIZACIÓN DE CADA MESA TÉCNICA
Anexo 1: Sistematización mesa técnica Región de Coquimbo


DIRECCIÓN
DE ESTUDIOS E INNOVACIÓN AGOSTO 2024

Introducción


En esta instancia se contó con la participación de representantes (en su mayoría Directoras/es) de todos los proyectos vinculados al Servicio de Protección Especializada de la región: PRM La Portada, PRM La Serena, PEE La Serena, AFT-PF Tierras Blancas, AFT-PF Coquimbo, PRM Illapel y PRM Los Vilos. El objetivo de la jornada fue profundizar en las características del sujeto de atención de los distintos programas, desde una perspectiva de la experiencia que han tenido los equipos interventores, pero centrados en un análisis de sus particularidades a partir de los nuevos instrumentos de evaluación y diagnóstico que han sido promovidos por el SPE, a través de la implementación de la modalidad Diagnóstico Clínico Especializado (DCE), que en su diseño considera un conjunto de instrumentos de evaluación y diagnóstico que articulan sus evaluaciones a partir de la perspectiva de Dimensiones y Niveles de Desprotección en NNA y sus familias2
Desarrollo
La actividad se implementó vía Teams y a través de recursos tecnológico para facilitar la participación (Mentimeter) y el diálogo con los participantes se estructuró un cuadro diagnóstico a partir de cada una de las dimensiones de evaluación que considera el continuo protección–desprotección, esto es:
• Dimensión 1. Características de las situaciones de vulneraciones. Considera tipologías de violencia o maltrato de acuerdo a nivel de gravedad.
• Dimensión 2. Situación del niño, niña o adolescente. Considera la falta de satisfacción de necesidades, el impacto psicobiosocial de la violencia al NNA, factores de riesgo para recurrencia de la violencia en el nivel individual y recursos y factores protectores que moderan el efecto de los factores de riesgo.
• Dimensión 3. Capacidades de los padres/madres o cuidadores. Respuesta a las necesidades del NNA, factores de riesgo en el ámbito familiar, disponibilidad hacia la intervención y factores protectores que moderan el efecto de los factores de riesgo.
• Dimensión 4. Características del contexto o entorno. Considera la presencia de soportes comunitarios e intersectoriales, factores de riesgo y factores protectores.
En atención a estas dimensiones a continuación se entrega una sistematización de cada una de ellas a partir de la opinión de los y las participantes.
2 Los niveles de desprotección toman en cuenta los instrumentos de Valora Galicia (Instrumento para la valoración de la gravedad de las situaciones de desprotección infantil en los servicios sociales especializados en protección de menores).



• Dimensión 1. Características de las situaciones de vulneración de derechos
Según el alineamiento técnico del sujeto de atención, cada NNA no deberían tener trayectorias previas en la red del Servicio de Protección Especializada. Todos los casos deberían venir con diagnóstico de DCE, sin embargo, existen casos sin diagnósticos, solo DAM, lo que implica que ingresan con informes o pericias antiguas.
El sujeto de atención que mayormente predomina en el programa es abuso sexual, NNA que requiere la atención de salud mental debido a conductas autolesivas.
En AFT existen casos con un nivel de desprotección intermedio porque que se ha cronificado la situación de vulneración, pero los NNA se mantienen en la modalidad y no se derivan a otros proyectos, “entonces de alguna manera seguimos trabajando con niños que no responden a los lineamientos técnicos”.
En la misma línea se refuerza que “De alguna manera nosotros pensábamos (los que venimos desde los PPF y ahora estamos en AFT) que iba a haber un mayor filtro, por decirlo así, en cuanto a las derivaciones por parte del tribunal. Pero no ha sucedido así, y la verdad es que es un nudo crítico. Igual que en los temas de salud mental, como bien tú señalabas, no vienen generalmente en un DCE o en un DAM. Y luego que los niños están insertos en el programa, se despeja que hay algún problema de salud mental, pero nosotros derivamos ya sea a CESFAM, COSAM luego, para que sean atendidos. Porque como proyecto nosotros no atendemos casos de salud mental”.
Se identifica también una trayectoria de poli-vulneraciones en la cual se reconoce actualmente la naturalización de la violencia de género. Mayoritariamente víctimas de abusos sexuales, existencia de trayectorias de vulneración, este tipo de VIF, MIG (Maltrato Infantil Grave). Se comenta desde PEE que “También es un tema generacional en cuanto a que mamás, abuelas también han sido víctimas de esta violencia y víctimas también de explotación tradicional, que tiene que ver con tener relaciones abusivas con adultos, que se repite mucho este tipo de violencia y que es un fenómeno también naturalizado por los adolescentes”.
También se comparte la reflexión en torno a que existe una tendencia a vulneraciones en la esfera de la indemnidad sexual en la infancia. Vulneraciones en su mayoría son intrafamiliares, con aislamiento territorial, con causal de ingreso ASI - VIF, en dicho contexto, son NNA al cuidado del adulto, madre, padre o tercero. A su vez se comenta que “al tener el proyecto regional, por ejemplo, nosotros tenemos un 60% de casos víctimas de pornografía infantil, ya que se asocia, por ejemplo, a lugares como Illapel, Los Vilos, Salamanca, y los casos, por ejemplo, de explotación tradicional, acá se da mucho en La Serena y Coquimbo. Como que el perfil como que se diferencia un poco de según el territorio también”.


• Dimensión 2. Situación del niño, niña o adolescente

Se aprecia que es una población generalmente con alta vulnerabilidad social, deprivación sociocultural y escasas redes de apoyo, principalmente de tipos comunitarios. También se comenta que existe Consumo de drogas, normalización de conductas abusivas, VIF, deserción escolar, necesidades de salud mental. Casi 50% de los NNA están bajo el cuidado del padre. Esto último se presenta en el territorio de Los Vilos, donde además se precisa que se da “la normalización de las conductas abusivas, específicamente violencia intrafamiliar o en todas sus formas, es súper potente. Se logran percibir patrones conductuales (particularmente en los hombres) … Entonces mantiene un perfil más periférico en cuanto a la crianza de cuidado y protección”. Se complementa este diagnóstico señalando que existe un alto consumo de drogas en jóvenes y serios problemas de narcotráfico, así como la deserción escolar que está asociada a esta problemática.
Respecto a la comuna de Coquimbo se señala que “el 90% de los cuidadores de ese territorio que es Parte Alta en Coquimbo, presenta consumo problemático, viven en tomas, viven roqueríos cerca del mar y focos de consumo”.
En relación a la población que actualmente están atendiendo en programas AFT, comenta que la gran mayoría de casos fueron migrados de programas PPF y actualmente los ingresos presentan similar complejidad dada la cronificación de la vulneración. También comenta que, en relación al ejercicio de la parentalidad, a diferencia de lo que ocurre en la comuna de Los Vilos, se señala que existen “muchas familias monoparentales con jefatura de hogar femenina, víctimas de violencia intrafamiliar. O sea, tenemos, muchas situaciones de niños que han sido expuestos a estas dinámicas y que han sido situaciones muy cronificadas donde también hay que reparar daño emocional en los niños. Y este trabajo que aborda esta nueva línea programática que tiene que ver con trabajar la historia de vida y la problematización de estas pautas transgeneracionales, pero muchas veces nos topamos con familias que están insertas en el ciclo de la violencia y que cuesta mucho que puedan problematizar. También con hartos progenitores con consumo problemático que nos cuesta incluir en los procesos de intervención o persuadir a que adhieran a algún programa de rehabilitación, porque los quiebres de pareja son como momentáneos y los niños siguen viviendo bajo estas situaciones de VIF. Entonces, tenemos esas mismas problemáticas o esas mismas complejidades que abordábamos en el programa anterior PPF”.
En relación al perfil de los NNA atendidos, se comenta lo siguiente: “se han incrementado los casos de explotación (sexual) virtual, y con eso también ha conllevado que se haya disminuido la cantidad de adolescentes, porque nosotros años anteriores atendíamos la mayor parte de adolescentes, de 15 a 17 años ya, pero ahora estamos teniendo casos de 8 a 4 años. Que tiene que ver un poco también con este fenómeno de la virtualidad, el acceso de los niños como más pequeños, de más corta edad, en cuanto al acceso a celulares, a los juegos online, y todo ese tipo de cosas. Ese es uno de los factores de la situación que estamos viendo, particularmente los casos que nosotros tenemos en el PEE. Y otro tiene que ver también con los abandonos reiterados. Nosotros tenemos 17 casos en sistema residencial, en la cuarta región, en las distintas residencias de la región de Coquimbo. Y lo que conlleva también que las adolescentes, que son víctimas de explotación tradicional, por lo general, han hecho abandonos reiterados de estos sistemas, y tiene que ver mucho con el acceso también que ellas pueden, en estos abandonos, tener a las drogas. Ya sea consumo de marihuana, pasta base, pastillas, jarabe, un sinfín de consumos que existen actualmente.”



Por otra parte, también se hace mención a lo que ocurre con el sistema residencial, que en la región de Coquimbo tiene una situación crítica hace ya un buen tiempo. Al respecto se señala que “mucha de la fuga y de lo que luego se visualiza con la adolescente tiene que ver con esta crisis interna, que da pie a y favorece mucho esto de que las niñas se escapen, que se vayan por el fin de semana, carreteen, tengan acceso a drogas, exista intercambio, y que luego retornen porque no existe mucha fiscalización. Finalmente las expone más y las deja en mayor riesgo que inclusive estando en sus propios hogares”
A manera de resumen también se señaló que respecto a la situación de los NNA mayoritariamente se encuentran cubiertas las necesidades básicas en niños, niñas y adolescentes, presentan afectaciones del desarrollo evolutivo, dificultades en la regulación emocional, relacional, conductual, autoconcepto, salud mental.
Además, se reconoce que los NNA están expuestos de forma crónica a dinámicas de violencia intrafamiliar, presentado también relación conflictiva entre los progenitores. Y finalmente, visualización de la NNA con intentos de suicida e interacción con grupos de pares de riesgo.


Dimensión 3. Capacidades de los padres/madres o cuidadores

Respecto a las características señaladas, se expresó el cuidado y satisfacción de necesidades básicas, la búsqueda de apoyo social, el involucramiento social y monitoreo de influencias. Al respecto también se complementa señalando que (en el territorio de Los Vilos), “son adultos bastante participativos en el proceso, asumiendo que es una necesidad sentida el poder recibir atención especializada. Ahora, si pudiese decir rápidamente algo que uno percibe que falta, diría Metaparentalidad, autocuidado parental, cómo lo estoy haciendo, como lo hicieron conmigo. Organización de la vida cotidiana, que no quiere decir que exista caos, sino que es la necesidad de poder mantener ciertos límites en el proceso de crianza que permitan aumentar la sensación de bienestar satisfacción”.
También se señaló como características los escasos vínculos familiares, adultos responsables poco involucrados en la crianza compartida, escasa disciplina familiar, dificultad en las normas, límites y jerarquías. Adicionalmente se complementa esta descripción señalando que “son familias, la mayoría monoparentales. A lo que me refiero con los escasos vínculos familiares, es a que esto dificulta a veces en el proceso, en la búsqueda de familia, que van a ser de coparentalidad o familia extensa, cuando alguno de los adultos ya no puede hacerse cargo de los cuidados. Eso ha dificultado harto, sobre todo nosotros como PRM tenemos el territorio de las compañías y también el territorio de La Antena y hasta Las Rojas. Y esto se ve particularmente en los más rurales, más que en Las Compañías, porque Las Compañías tienen buenos programas municipales ahora y que están haciendo harto, tienen hartas políticas preventivas, entonces ya no se ven muchas de estas dificultades. Y eso falta todavía para los territorios más rurales de la cuarta región. Al menos lo que nosotros estamos viendo de aquí hasta Las Rojas, digamos de La Antena hasta Las Rojas y arriba. Faltan redes de apoyo”
Otros aspectos que también consideran relevantes son necesidades básicas no cubiertas, problemas de salud mental, difícil acceso a redes, escasa problematización, larga data en las redes de protección, agotamiento. Complementariamente se señala sobre este punto que “por lo general los casos que llegan al PEE ya vienen como institucionalizados con una larga data y han pasado distintos procesos y muchas veces la familia, en este caso me pasa lo mismo que Roberto, nosotros trabajamos con familias monoparentales, que la figura ahí de la madre o de la abuela, una tía, asume los cuidados personales de los niños y llegan con un agotamiento, harto desgaste muchas veces y como de continuar, de iniciar un nuevo proceso, así que cuesta mucho también el tema de la vinculación con un nuevo proceso de intervención” .
Desde el territorio de Illapel complementa la reflexión señalando que “la situación actual de las familias es bien compleja cuando uno desde un proyecto especializado ve como última alternativa de intervención, que ya los casos vienen muchas veces de haber estado dos, nos ha pasado dos, tres años en un PPF, a veces 18 meses, 24 meses en un PIE y luego pasan a un PRM porque ya no hay otra alternativa para trabajar, desde los tribunales, desde Salud Mental, desde el programa Mi Abogado, desde todas las redes, nos piden que nosotros trabajemos y resolvamos el tema del niño cuando nosotros no tenemos una varita mágica para resolver la situación de daño, la situación de comportamiento, la situación actual de ese niño y la gente ya no quiere venir”. A propósito de la sobre intervención que ocurre con NNA y sus familias, agregan que “las familias también se agotan, además de la larga data de intervención, se agota de un proceso extenso, se agota de asistir a las citaciones, se agota del proceso judicial, se agota del cuestionamiento, porque finalmente terminan siendo evaluados cuando muchas veces las medidas no parten por una evaluación o un mal funcionamiento inicial, entre comillas, de la familia. Entonces, terminamos siendo como los malos de la película porque nadie toma medidas antes y hoy día terminamos



tomando medidas de presión para cumplir con lo que exigen los mecanismos judiciales. Entonces, por eso ponía que finalmente la familia termina perdiendo un poco el foco, no problematizando lo que está pasando realmente porque se perdió el cómo llegó el niño acá y eso creo que se pierden un poco ahí. Claro, las capacidades, el foco en los recursos y empezamos a perdernos un poco de lo que es el interés superior y a tratar de que los niños adhieran, de que concluyan, de que terminen y no ver qué es lo mejor hoy día aparece ese niño. Entonces, ahí es donde creo que las capacidades, los recursos familiares y todo, se van desgastando”.
Otras de las características identificadas se relacionan con que algunos cuidadores muestran interés de ser guiados en mejorar su ejercicio parental, pero con escasa capacidad de mentalización, con daño en sus propias historias vitales. Sobre lo anterior, complementan señalando que “siempre estamos tratando de mirar factores protectores para poder potenciarlo y también ir generando una vinculación que nos permita el abordaje de los objetivos de intervención. Entonces, nos encontramos con hartos cuidadores que están sobrepasados con la crianza, que se ven estresados frente a situaciones que no pueden gestionar de buena manera. Y con estas familias monoparentales que son hartas, entonces con mamás muy estresadas que tienen que proveer de recursos, cubrir necesidades básicas, con poca red de apoyo. Entonces sí, en ese sentido nos consideran como un apoyo para guiarlos en un proceso de mejor abordaje en la crianza. Pero vienen también con ciertos nudos críticos que tienen que ver con sus propias historias vitales, su propio daño, que les obstaculiza un poco el tema de poder mentalizar o empatizar, o la capacidad más reflexiva. Pero sí nos encontramos con esta disposición a apoyarlos en temas de crianza”.
Al comparar la situación o disposición de las familias o cuidadores con otros territorios de atención, se señala que “En el territorio de Las Compañías hay muchas políticas preventivas, entonces como que la familia tiende a acceder a las redes cuando hubo la dupla psicosocial se lo indica, como que adhieren fácilmente. Sin embargo, en el territorio de La Antena no tenemos mucho de esto de las políticas preventivas, entonces cuando uno quiere que la familia acceda a un área de salud, les cuesta más. O si se les orienta a ir a un, por ejemplo, al departamento de DIDECO o cosas así, tampoco ellos adhieren fácilmente. Entonces como que tampoco tienen eso de ser preventivo o de movilizarse. O antes de llegar al programa, por ejemplo, la población de Las Compañías ya está con todo eso activado. Pero si tú atiendes a una persona de La Antena, nada, no está eso de activar ciertas redes para el cuidado del niño, niña o adolescente. Lo que sí sucede, estando muy cercano a los territorios, y se da justamente por esto que digo yo, que se le ha dado, al menos acá en La Serena, mayor ponderación, a generar estas políticas en el territorio de Las Compañías. Y esto se está dando hace bastante tiempo ya, descuidándose de otros territorios como, por ejemplo, el de La Antena. Y eso hace también que sean como distintas las capacidades de nuestro adulto y también del mismo sujeto de atención que nosotros tenemos como en estos dos sectores. Que son cercanos, pero estas pequeñas cosas, igual hacen que nuestros sujetos también vengan con otra disposición. Y también hay que gestionar distintas cosas para el territorio de las compañías, tenemos que generar mayor gestión en estas áreas, como te estaba mencionando”.
Dimensión 4. Características del contexto o entorno
Dentro de las características iniciales sobre los territorios en que intervienen los distintos proyectos, se mencionan la falta de oportunidades, aislamiento territorial, falta de espacios para el disfrute, desarrollo de intereses, habilidades y destrezas, bajo desarrollo local, consumo de drogas y alcohol. Población flotante por la minería. También se reconoce como favorablemente la extensa red de salud,



establecimientos educacionales, jardines infantiles, red de justicia, programas de la red de servicio de protección especializada y municipales.
¿Cuándo hablamos de aislamiento territorial a qué se refieren?
“Cuando entendemos Los Vilos, tenemos que entender la cantidad de villorrios que tienen a su alrededor, así como pasa en Ovalle, o en general en la Cuarta Región, que la Cuarta Región a nivel nacional es la segunda comuna con más villorrios en Chile. Entonces, no tan solo se centra en el trabajo que uno hace propiamente tal en la Comuna de los Vilos, sino más bien en el extenso territorio que debe cubrir el PRM cercano a Illapel, a Canela, Caimanes, Quilimarí, tanto desde la costa del Choapa hacia el interior del Choapa. Son específicamente esas características. Ahora debemos considerar también la problemática del consumo de drogas, el tráfico; uno también se encuentra con familias que tienen algún familiar, cumpliendo alguna pena intramuro, o incluso niños que están bajo el cuidado personal de un tercero, familiar tercero, porque los padres también están cumpliendo condena”.
“Sumado a lo anterior está súper potente también, el cómo se ingresa a los niños a atenciones de salud mental. También existen muchas dificultades frente a eso, si bien está, lo que me ha tocado ver acá, el acceso en cuanto al número de atenciones en un tiempo acotado es bastante difícil, y de hecho encontrar especialización también es súper complejo. Como programa, tenemos familias que más de una vez al mes deben trasladarse a atenciones especializadas de salud en el Hospital de Coquimbo o en el Hospital Provincial de Ovalle, porque aquí en la comuna no está la especialidad, y a lo que hacía referencia en comparar ciudades, por ejemplo, esas son las características que uno, fácilmente puede ver acá en la comuna Los Vilos, versus alguna comuna en la Quinta Región donde lo que me tocó ver a mí, que en PRM habían muchos niños que son ingresados por explotación sexual comercial infantil”
“Además, sobre todo en este territorio, en Choapa, nosotros no tenemos un acceso a salud mental, sobre todo para los adultos, que sea expedito. Acá no hay una atención de psiquiatría, por ejemplo, no hay una posibilidad de que las personas, los adultos accedan, o sea, nosotros a veces pedimos derivación de los adultos a salud mental porque de verdad los papás están sobrepasados, porque existen nuevas vulneraciones por parte de los adultos y de los niños por un tema de saturación parental, en donde no hay ninguna posibilidad de derivación porque no hay cupos. Muchas veces las listas de espera para psiquiatría ya son de dos, tres años, entonces no tenemos ninguna posibilidad de que esos adultos tengan alguna atención. Acá en Illapel hay dos CESFAM, en Salamanca no existe CESFAM, en Los Vilos no hay CESFAM, solamente existen las postas rurales, que muchas veces no cuentan con psicólogos porque no hay profesionales, los psicólogos no duran. Entonces en Canela hay una aposta o un CESFAM, entonces ¿será un psicólogo que existe por localidad? Entonces, a lo mejor la realidad de La Serena es distinta, pero aun así en las ciudades grandes existen muy poca posibilidad de tener hora. Y los niños, incluso, acá hay un CEFSAM para la provincia. Entonces nosotros tenemos niños que están renovando receta una vez al mes, pero las atenciones con psiquiatras son cada dos meses. Y aun así a nosotros el Servicio no nos permite ni nos autoriza gastos de psiquiatra. Nos rechazaron ahora último nosotros un gasto de psiquiatra, porque nosotros no podemos gastar con fondos de subvención gastos que pueden ser cubiertos por fondos públicos. Entonces, hoy día, pensando un poco en las capacidades, que está súper ligado con los temas de salud mental y la estabilización tanto de niños como de adultos, no tenemos ninguna posibilidad de nosotros hacer un trabajo de fortalecimiento de competencias, como quiere el tribunal, o de fortalecimiento de recursos, si en el fondo no hay ninguna posibilidad de mantener a las familias estables, porque no existe recursos de ningún tipo”



En la misma línea de caracterización de territorios sobre la situación de las familias y las redes locales, se señala que “Las Compañías antes se veía mucho que los adultos responsables, o la familia en sí, tuvieran muchas dificultades para la resolución de conflictos. De hecho, había en su momento un PPF específico ahí para el territorio. Con estos programas que han llegado ahora, acá en el programa nos hemos percatado que es más fácil trabajar con esos padres y la resolución de conflictos. No así con los que vienen del sector de La Antena, que nos ha sido mucho más difícil. Son quienes presentan incluso por alguna razón, porque el niño ingresa por una situación de ASI y luego rápidamente estamos abriendo una circular de VIF o espectador de violencia intrafamiliar. Entonces es mucho más difícil el usuario que estamos teniendo en este momento, viendo los dos sectores, del sector de la antena al de las compañías. Hace uno o dos años atrás no era tan distinto. Estos dos sectores eran muy parecidos”.
Conclusiones generales
Respecto a las características de las vulneraciones de derechos que son objeto los NNA que están siendo atendidos por la Fundación, se puede concluir que si bien hay algunas diferencias que se explican por el perfil del sujeto definido por cada modalidad programática, en su mayoría existe acuerdo de que muchas de estas vulneraciones están asociadas a la violencia intrafamiliar y el abuso sexual. Este último ha ido redefiniéndose a partir de las tecnologías por ejemplo respecto al ASI en entornos o por herramientas digitales. Se reconocen también trayectorias de polivulneraciones y la naturalización de la violencia de género y violencia transgeneracional en padres, madres o cuidadores.
En relación a la situación de cada NNA, hay consenso en el impacto que está teniendo del consumo de drogas que llevan asociadas la deserción escolar, la violencia intrafamiliar y el deterioro en la salud mental de niños, niñas y jóvenes. El consumo problemático de drogas también se aprecia en sus cuidadores y en los entornos en que vive, siendo una situación muy preocupante en lugares como la Parte Alta de Coquimbo o La Antena. En particular respecto a NNA atendidos en programas AFT, se aprecia situaciones de violencia o maltrato muy cronificadas. A su vez se identifica a una población con alta vulnerabilidad social, deprivación sociocultural y escasas redes de apoyo comunitario.
También se reconoce que en el ámbito de la explotación sexual esta se ha ido virtualizando, alcanzando a grupos etarios menores que los que se atendían tradicionalmente en programas como PEE.
En la misma línea de la situación de los NNA se reconoce como una problemática no resuelta lo relativo a la modalidad de cuidados residenciales, que actualmente se encuentra en una seria crisis por la ausencia de dispositivos que cubran la demanda regional.
Cuando se aborda la dimensión de las capacidades de padres, madres y/o cuidadores, se reconoce en ellos como bastante participativos en los procesos de intervención, pero con pocas herramientas de autocuidado parental o de organización de la vida cotidiana. En otros territorios, por el contrario, se aprecia a los adultos como poco involucrados en la crianza compartida (reflejo de culturas patriarcales y machistas) y con pocas herramientas para la disciplina familiar o el ejercicio de normas y límites en el entorno familiar.
En otro ámbito de singularidades de adultos/as se aprecia un agotamiento por procesos de sobre intervención de distintos programas de servicio de protección especializada como de otros programas



públicos, lo que provoca un desgaste en la familia dificultando los procesos de vinculación con los programas que actualmente les atienden. En la misma línea se aprecia que los adultos/as a raíz de sus experiencias vitales, tienen un daño que les dificulta mentalizar o empatizar respecto a la situación de sus NNA o desarrollar una capacidad más reflexiva en sus procesos de crianza
Finalmente, respecto a las particularidades territoriales, las reflexiones apuntan a las diferencias significativas que existen entre territorios como Illapel y La Serena-Coquimbo, donde la primera tiene una institucionalidad pública y de programas sociales (especialmente en salud mental) muy precarios a diferencia de los que cuentan las grandes ciudades de la región. Lo mismo ocurre con territorios como los que operan en Los Vilos.
Destacan también en el análisis, la diferencia que hace la existencia de soportes institucionales municipales frente a aquellos territorios en que no los hay o son muy débiles, lo que impacta en los avances que se pueden lograr en las intervenciones que se desarrollan tanto a nivel comunitario como familiar.


Anexo 2: Sistematización mesa técnica Región Metropolitana


DIRECCIÓN DE ESTUDIOS E INNOVACIÓN DICIEMBRE 2024



• Dimensión 1. Características de las situaciones de vulneración de derechos a nivel territorial
Un comentario inicial da cuenta de las dificultades que tiene los proyectos de DCE para identificar con precisión cual es el perfil del sujeto de atención y cuál es la modalidad que le corresponde (por ejemplo, se deriva a PRM siendo un perfil para proyecto PAS).
“En donde nos han llegado casos que no son sujetos de atención nuestro, en donde le hemos insistido al tribunal y el tribunal dice no al lugar porque el diagnóstico clínico especializado indicó que eran ustedes y nosotros diciéndoles que este chico es para PAS, porque los antecedentes que hay en la causa habla de que este chico ha tenido conductas abusivas con otros niños, con hermanos muchas veces, y ha sido registrado en este caso. Entonces muchas veces también en el caso nuestro de Cuente Alto, el tribunal de familia y el diagnóstico clínico especializado influyen en el sujeto de atención, que de repente hay casos que no corresponden a nosotros. Y lo mismo le pasa a los AFT que están en Cuente Alto, porque en Cuente Alto también hay AFT que son de otras fundaciones, pero lo hemos conversado y también ellos han dicho de este caso el PRM, o este caso no es”.
En una línea similar se comenta que el concepto de polivictimización se encuentra incorporado en el proceso de diagnóstico de los proyectos PRM de la fundación que operan en las comunas de Talagante, El Monte, Isla de Maipo, pues se ha incorporado en las propuestas, pero también porque la oferta de cobertura en salud mental es muy pobre, siendo derivado todo al hospital Félix Bulnes.
Respecto a la distinción de los niveles de desprotección se señala que en los proyectos PRM se cruza la desprotección media con la avanzada, es decir, tienen ambos niveles de desprotección en los NNA atendidos. Se da la situación habitual que junto al abuso sexual también aparecen otras situaciones de vulneración como negligencia o maltrato físico y/o psicológico; eso pone en el diagnóstico en una categoría más avanzada de desprotección, donde hay una trayectoria a nivel familiar de vulneraciones, como ocurre con los NNA que están en una residencia. En definitiva, se estima que una gran proporción de lo NNA atendidos en programas PRM ha tenido polivictimización a lo largo de su trayectoria.
“En el concepto de polivictimización, yo creo que mirando el PRM del sector de Talagante, el 90% tiene polivictimización. No podría decir que hay un niño que ingresó solo por maltrato grave, porque uno empieza a profundizar el diagnóstico y salió la negligencia, esa negligencia dio pie para a lo mejor una situación de paz y vamos, así como abriendo, abriendo, abriendo y eso también le da la cronicidad a la situación, que la cronicidad también tiene que ver un poco como los distintos co-garantes hemos podido distinguir el nivel de protección o desprotección de ese niño”.
Complementariamente se destaca la importancia de tener en consideración las particularidades territoriales cuando se analizan los niveles de protección y desprotección, pues son aspectos que inciden notablemente en las condiciones y características que adquieren las vulneraciones de derechos. Además, está el hecho de que hay programas con focalización comunal y provincial, por tanto, el abanico del sujeto de atención es bien amplio respecto al continuo de protección – desprotección.
“Además es súper importante el punto como del asentamiento humano, de dónde viene, porque no es menor, que venga una comunidad rural o una urbana, etc., porque efectivamente en el contexto en el que vive también se pueden dar situaciones de protección y protección con las mismas instituciones, como hoy digo, la reparación institucional sigo no viéndola, porque



entendemos que el niño transita a un niño por distintas redes y ahí también ocurrió situaciones de protección y protección que lo expulsa, la familia, etc.”
“También echa de menos lo que es la reparación institucional, donde efectivamente también hay que mirar que eso también tiene sus costos, sus riesgos. Entonces efectivamente, en los contextos rurales son distintos a los urbanos, por eso es que los sujetos de atención siguen siendo súper genéricos, pero hay poco chance para hablar de los territorios. En la última licitación eran cinco líneas para hablar sobre el contexto y el entorno, porque más hoy día el servicio está en cinco líneas, que son súper distintos y hay que saber distinguirlo en un espacio de cinco letras”.
A propósito de esta reflexión sobre los niveles de protección y desprotección, se plantea la discusión en torno a lo que podría expresarse como la disyuntiva entre modelos especializados y aquellos con un enfoque integral respecto a las situaciones de vulneración, pues en un enfoque integrado requiere, particularmente en temas de salud, la existencia de una red que opere efectivamente, situación que no se da en ciertos territorios más rurales, entonces lo que ocurre es que los proyectos terminan gestionando esas brechas de atención en salud que el sistema no cubre.
Adicionalmente se comenta que desde el proceso de derivación de los tribunales no se hace desde la perspectiva de protección-desprotección, sino desde la lógica de la complejidad del sujeto de atención y no la trayectoria de su vulneración. Esto genera, por ejemplo, que en proyectos PPF se atiendan a NNA que dado sus perfiles de protección y desprotección no corresponden a PPF, operando criterio de cupos disponibles en las otras modalidades. El director de PPF concluye señalando que “en nuestra realidad está súper desdibujado nuestro sujeto de atención”. Situación que ocurre también en PRM de Quilicura, donde el perfil del sujeto de atención derivado es muy amplio, lo que conlleva a un esfuerzo importante desde los profesionales que intervienen para construir procesos terapéuticos que sean coherentes con los objetivos indicados por el tribunal para trabajar y las necesidades y características de los NNA y sus familias.
Se complementa el análisis desde el PRM Maipú, pues se comenta que efectivamente existe una brecha entre lo que describe la orientación técnica respecto al sujeto de atención, y lo que realmente sucede en territorios como este, en que por ejemplo el tema delictual (con problemáticas emergentes como sicariato) impactan directamente en las posibilidades de intervención psicosocial y reparatorio a la que está llamado un programa PRM. También se destaca la necesidad de mirar no sólo al sujeto de atención respecto a sus particularidades y los desafíos que presenta, sino también en cómo este sujeto de atención termina impactando en los propios equipos de trabajo, cuestión que debe ser abordada no sólo para mejorar nuestras propuestas de licitaciones, sino también para que sea analizada desde el Departamento de Operaciones Sociales del Departamento de Personas y de Estudios, pensando en cómo la Fundación acompaña a la niñez.
Un buen reflejo de esta complejidad del delimitar el sujeto de atención, es la situación de una niña que fue derivada a todos los programas de protección del Servicio (AFT, PRM, PIE, PEE), lo que da cuenta de las dificultades que tienen los propios tribunales para tener claridad sobre el programa más pertinente para un NNA.
El fenómeno migratorio resulta ser un aspecto relevante en el PRM de Independencia, por ejemplo, donde el 80% de la población atendida es migrante, donde además la brecha cultural y lingüística con la población haitiana resulta ser un tremendo desafío, especialmente la violencia de género.



“La situación de la provincia de Melipilla cambió mucho con la migración. Entonces, tenemos una variedad de familias, de culturas, etcétera. Tenemos muchos migrantes bolivianos. Yo tengo muchos casos de niños bolivianos. Y, claro, los factores de riesgo son muy distintos a los que comúnmente yo estaba acostumbrada. Entonces, los factores de riesgo a los cuales nos enfrentamos actualmente, me queda chico el SIS como para ir como categorizando el tipo de vulneraciones. En todo lo que hemos hablado, yo decía cuando venía camino acá, oye, ¿qué vamos a decir si esto ya es muy distinto a lo que plantea el convenio, el sujeto de atención es totalmente? No es lo que estamos atendiendo actualmente. Porque hay una gama infinita de problemáticas”.
• Dimensión 2. Situación del niño, niña o adolescente (AUDIO 4)
Respecto a esta dimensión destaca las diferencias significativas que existen en los territorios respecto a la situación de los NNA, pues en el PRM Alhué destaca la ruralidad y la precariedad económica (material) de la gente que habita estos sectores, donde se da una alta tasa de pobreza, de violencia de género y de abusos sexuales como el incesto, donde existen campamentos con altos niveles de pobreza. El territorio y las vulneraciones de los NNA tienen más cercanía con otros territorios como San Antonio y no con la comuna de Melipilla. La precariedad del sistema de salud, de seguridad con pocos recursos policiales, impacta significativamente en la realidad de los NNA que atiende el programa. Situación similar se da en el PRM Padre Hurtado, donde las necesidades básicas como vivienda, educación y salud no están cubiertas en para los NNA que ahí viven; situaciones de desnutrición por ejemplo que ninguno de los cogarantes asume y termina gestionando el propio PRM.
Ante este escenario, se comenta por ejemplo que, en el territorio de Isla de Maipo, El Monte y Talagante, el colegio es quien cubre las necesidades básicas de los NNA, proveyendo alimentación, ropa y los útiles escolares, por lo que la articulación entre el PRM y el colegio resulta central.
“Hay muchos chicos que cubren ahí su alimentación. Y yo creo que el niño que deja de ir a la escuela, por ejemplo, pasa inmediatamente la línea compleja. Entonces, para nosotros, por ejemplo, es un tremendo recurso que el niño que estemos atendiendo esté en el colegio. Porque, primero, no es solamente el colegio aparece como un observador, sino que más bien conoce también a la familia. También es un informante de rutina permanente, porque nosotros nos enteramos frente a cualquier situación que el niño llegue distinto. Pero también es un espacio donde cubren necesidades básicas”.
Otro aspecto que se menciona respecto a la situación de los NNA, tiene relación más con situaciones del contexto territorial en que se desenvuelven los proyectos, en particular se reflexiona en torno al rol que les cabe a las OLN y a otros dispositivos de la red local, pues en ocasiones ocurre que las vulneraciones se dan en el ámbito de las redes locales (colegios, policías, u otras) y lo complejo que resulta hacer la persecución penal con personas que están involucradas en estas instituciones. Adicionalmente, se preguntan sobre la capacidad técnica que tengan las OLN de dilucidar correctamente el ámbito de la protección administrativa de aquella que requiere de persecución penal.
Por otra parte también se comenta que en torno a las vulneraciones asociadas a la explotación sexual, ocurre que hay poca derivación a los programas de PEE pues no se logra visualizar entre los cogarantes y otros actores las vulneraciones de este tipo, asociándolas o a abuso sexual o a nuevas formas que no se aprecian como explotación sexual o están fuera de los términos “estrictamente de una transacción



comercial” y que muchas veces está asociado a redes sociales digitales (plataformas como TikTok u otras. En una línea similar se comenta sobre la importancia que tienen las organizaciones comunitarias o de base que contribuyen a la denuncia o la prevención de estas situaciones de vulneración, fortaleciéndose las redes de protección comunitaria y generando sentido de pertenencia NNA que habitan estos territorios (como ocurre en Cerro Navia).


• Dimensión 3. Capacidad de los padres, madres y cuidadores

Se comenta que producto del aumento de los flujos migratorios al país, comunas como María Pinto, San Pedro, Alhué y Melipilla ha impactado mucho esta problemática en el perfil de las familias que se están atendiendo, principalmente en los cuidadores y en particular por la brecha cultural que existe con migrantes haitianos o bolivianos por ejemplo; junto a ello está la problemática de la salud mental y el consumo de drogas que afecta tanto a adultos cuidadores como a los propios NNA, particularmente en un territorio como el señalado en que hay escasos recursos de atención para esta problemática, situación que obliga muchas veces a que los proyectos suplan esa falta de atención a través de sus propios recursos profesionales. Una frase grafica esta situación “somos (los proyectos) los cuidados paliativos de la salud mental”.
“Entonces, yo veo que cada vez se nos van anexando como estas situaciones que nos traen estas nuevas realidades de las familias, de los migrantes, de las familias que consumen droga, que son narcotraficantes, que están asociadas a eso. Entonces, ya los profesionales encuentro que deberían capacitarse como casi en psiquiatría, casi en drogodependencia, porque somos nosotros los que estamos paliando todo. Somos cuidados paliativos, yo les digo. Aquí estamos haciendo cuidados paliativos en términos de salud mental. Porque es muy grande la cantidad, sobre todo, por ejemplo, en Alhué hay un CESFAM y no da abasto; tiene un psicólogo, tiene un psiquiatra o doctor integral y las familias, como decía Susana, todas empobrecidas, porque viven de la minería y los que no, viven del trabajo más precario, informal. San Pedro vive, por ejemplo, de la agricultura. Si les va mal a los agricultores, no hay cosechas, no hay trabajo”.
La reflexión en esta dimensión también aborda la necesidad de generar análisis más comprensivos y no tan estandarizados de las situaciones de vulneración y de la singularidad de padres, madres y/o adultos cuidadores. En esta línea se sugiere la posibilidad de generar instancias de diálogo con los proyectos DCE para entender los procesos diagnósticos y contribuir con una mirada más comprensiva del fenómeno, en particular en aquellos aspectos que dicen relación con las trayectorias adversas de los cuidadores (abordado en la investigación de Claudia Capella). En la misma línea se sugiere incorporar otros perfiles profesionales que puedan contribuir en los procesos de intervención, como técnicos en rehabilitación, terapeutas ocupacionales, educadores diferenciales.
Otro aspecto que destacan es sobre la importancia de ampliar la búsqueda o análisis de las redes de adultas/os que puede asumir relevancia en los procesos terapéuticos que se dan con NNA, pues se ha notado que con el desarrollo del proceso de intervención aparecen otros adultos significativos que han sido parte de la historia de cada NNA y que ha contribuido a su cuidado, particularmente cuando los padres y madres no han ejercido debidamente los cuidados o capacidades han estado disminuidas o de actuar negligente. Esto implica abrirse incluso, señalan, a considerar al ofensor en la trama familiar y hasta algunas veces tener contacto con él porque las propias NNA lo refieren como alguien relevante en su historia familiar. Al respecto se concluye “yo creo que es un camino que hemos abierto y que podría estar en sintonía con este modelo respecto de ampliar siempre la construcción de la historia, porque siempre tenemos la mitad de la información. Nosotros atendemos un fenómeno de la violencia que por ser víctimas trabajamos sólo con las víctimas. Y eso sabemos, los que también hemos trabajado en violencia intrafamiliar que mientras no tengamos la visión completa del fenómeno siempre vamos a tener un punto ciego”.



Un aspecto relevante también dice relación con que muchas de las intervenciones familiares se deben dirigir a cuestiones contenciosas, que refieren a conflictos entre madres y padres, para lo cual se requiere resolver estos asuntos antes de iniciar un proceso reparatorio, particularmente en PRM; lo que muchas veces terminan siendo un objetivo en que se invierten muchas energías y tiempo por parte de los profesionales interventores.
“Hablaban de causas contenciosas donde derivan todo. Entonces, claro, trabajar solo con la madre, porque es el adulto responsable, pero también es una causa contenciosa como incorpora a la figura el padre, sin temor, y ahí comparto lo que dice la Claudia, sin temor a decir cómo ampliamos este mapa, para comprender, no es que lo vaya a incorporar en todo, pero es tener su visión, porque si no, terminamos estando triangulados dentro de un conflicto familiar y eso se está dando harto de las causas contenciosas, mucho”.
• Dimensión 4. Territorio
Las transformaciones que han ido operando respecto a la población migrante, las precarias condiciones materiales en que viven muchos de ellos (en campamentos a la ribera del río en algunas comunas), las brechas culturales respecto a los cuidados que debe tener un NNA o la emergencia de determinados delitos y dinámicas delictuales emergentes como el sicariato, están impactando notablemente no solo a las familias que viven vulneraciones de derechos sino también sobre los equipos y la salud y seguridad de los profesionales que tienen que intervenir en territorios en que la delincuencia se ha instalado generando inseguridad en sus habitantes. También se da cuenta de la formación de redes de explotación sexual en campamentos que se han ido formado con una importante composición de población migrante, lo que hace más difícil e inseguro (particularmente por el narcotráfico) desarrollar procesos de intervención.
Otra reflexión que se hace respecto al trabajo con migrantes es la necesidad de tener programas complementarios que faciliten la incorporación de estas familias en los sistemas de protección existentes como salud y educación o servicios municipales, pues son familias que no tienen acceso a redes institucionales ni redes familiares de protección en los que además opera una brecha cultural respecto al rol del Estado como protección de derechos (particularmente a la infancia).
En contraposición, tal vez, a lo que se señala en el párrafo anterior, lo que ocurre en muchos equipos es que como el Estado no es capaz de garantizar derechos básicos como vivienda o incluso el contar con una residencia de emergencia para situación de internación por vulneración grave, los tribunales ya no tienen los CREAD como último recurso. Cuando no hay otros adultos o no hay otras redes familiares para situaciones de cuidado y protección se necesita que el Estado opere proveyendo la satisfacción de estas necesidades, cuestión que no se está dando. Se menciona que las condiciones actuales tienen mucho que ver con lo que dejó la pandemia del COVID particularmente sobre la precariedad en que viven muchas familias migrantes en condición de campamentos habitacionales.

Conclusiones


Respecto a las características de las vulneraciones de derecho la reflexión de los/as integrantes de la mesa técnica es que la nueva aproximación diagnóstica de protección/desprotección resulta difícil de aplicar, particularmente en programas PRM, pues suele ocurrir que, dado que cuando existen trayectoria de vulneraciones a nivel familiar y de polivictimización, hace más complejo el diagnóstico en este continuo de protección y desprotección.
En línea con lo señalado, la reflexión también plantea sus aprehensiones respecto al abandonar modelos especializados en post de modelos más integrados, pues modelos integrados requieren de una red de soporte institucional que permita cubrir las necesidades que se dan en otros ámbitos como la salud mental.
También se reconoce una brecha actual entre los perfiles de los sujetos de atención que indican las orientaciones técnicas con lo que realmente ocurre en los procesos de intervención en cada territorio, con problemáticas emergentes como delitos que antes no existían o la complejidad de la intervención en territorios con de tomas de terrenos o con NNA migrantes, con los cuales a veces existe una brecha cultural que dificulta los procesos.
En la situación de niñas, niños y adolescentes es posible destacar que existen diferencias significativas entre NNA de territorios rurales y urbanos, particularmente porque en sectores rurales de la región metropolitana existen importantes carencias materiales o de satisfacción de necesidades básicas, lo que dificulta los procesos reparatorios cuando se debe resolver cuestiones básicas como un piso para iniciar los procesos de intervención psicosocial.
Se comenta que existe una normalización preocupante de la explotación sexual en algunas comunidades, junto con prejuicios que dificultan la identificación de las víctimas.
Respecto a la Capacidad de los padres, madres y cuidadores señalan que existe una importante brecha cultural con familias migrantes y sus adultos cuidadores, además de existir importantes problemas de salud mental y consumo de drogas en la población general (no solo migrantes) junto con la ausencia de redes que asuman el rol de cogarantes de situaciones generales de vulneración de derechos y precariedad social y material.
Es importante integrar análisis más comprensivos sobre la situación de adultos cuidadores, madres y padres, que incorpore la perspectiva de las trayectorias adversas de esto que termina impactando en la protección de NNA. También se estima necesario ampliar la búsqueda y el trabajo con redes de adultos cuidadores desde que se inician los procesos de intervención, buscando la participación de otras redes familiares o comunitarias que pudieran tener un rol más relevante en la intervención con NNA.
Finalmente es necesario poner mayor atención a las diferencias territoriales de la región, particularmente en los sectores rurales, particularmente en aquellos sectores de altos niveles de pobreza como los campamentos en sectores periféricos de Santiago, teniendo en consideración el impacto de las migraciones y la pandemia en términos económicos y sociales.


Anexo 3: Sistematización mesa técnica Regiones de Ñuble y Biobío



DIRECCIÓN DE ESTUDIOS E INNOVACIÓN OCTUBRE
2024



• Dimensión 1. Características de las situaciones de vulneración de derechos a nivel territorial
Desde el PRM Chillán-Portezuelo se advierte un contexto más transversal respecto a las vulneraciones de derecho, precisando que “antes se visualizaba como un nivel de ingreso mucho más marcado en términos de situación socioeconómica, educación de los padres, ruralidad, en ese ámbito. Hoy día es muy transversal. Chillán es una comuna no tan grande, entonces desde ahí es muy marcada, por ejemplo, por niños del trato social más alto versus a los más bajos, entonces se nota. Hoy día han ingresado muchos niños de todas las clases sociales con nivel de ingreso de los padres desde un abogado hasta la dueña de casa. Hoy día eso está mucho más visible y mucho más mezclado, por decirlo así. De un tiempo a esta parte no se nota la diferencia que sí teníamos en años anteriores, por ejemplo, ni en abuso sexual ni en maltrato grave. En ambos motivos de ingreso se nota esto más parejo.
Otra profesional comenta que en la modalidad PRM, señalando que el perfil del sujeto de atención “es muy distinto, que varíe (las características de las vulneraciones) porque está el abuso sexual. Y esa vulneración no la abarca ningún otro programa, a no ser que eso se asocia a un tema más de ESNA. Pero creo que el abuso va a estar siempre, la violencia vemos que está en el PIE, que está en la AFT, a lo mejor en distintas medidas o gravedad. Pero creo que el abuso es algo que no va a variar de línea, siempre va a ser reparatorio”.
La discusión también se sitúa en torno a los dispositivos de diagnóstico y derivación a las distintas modalidades de intervención (el rol de los DCE y ONL), todo lo cual requiere de ajustes que permitan adaptarse a las necesidades territoriales y a las propias capacidades de los profesionales que efectúan esas evaluaciones diagnósticas. En definitiva, se estima que variables como la edad de los sujetos no variará considerablemente sobre los perfiles de vulneraciones que se producen. Al respecto también se comenta que en atención a lo que señala el Dossier de DCE sobre el perfil de la vulneración de derechos, puede ocurrir que un/a NNA sea derivado a un AFT porque el profesional que evalúa estima que existen factores protectores que pueden ayudar en el proceso de reparación sin la necesidad de incorporarse en un proceso reparatorio como el de un programa PRM.
Se comenta también desde el proyecto PEE que en situaciones de vulneraciones de derecho que aparecen como abuso sexual, derivados por proyectos DCE lo que estaba detrás, luego de la profundización diagnóstica, es la explotación sexual comercial que está a la base de la vulneración. Entonces, pareciera que lo que ocurre es que en proyectos DCE se prioriza la edad o también que es necesario desarrollar nuevas competencias en los profesionales para mejorar los diagnósticos que realizan, con miras a una derivación más pertinente, pues sus análisis no lo hacen en duplas psicosociales como en la modalidad DAM.
Respecto a otra característica de la vulneración de derechos es su carácter Intrafamiliar. En el caso del PRM de Bulnes “la gran mayoría de las situaciones son de carácter intrafamiliar, las que no lo son resultan muy puntual. En la mayoría de la figura agresora, por ejemplo, en los casos de agresión sexual, o bueno, ya lo otro de maltrato, o testigo víctima de VIF, también son intrafamiliares. Lo cual hace que la intervención sea más compleja, porque, aunque se establezcan medidas cautelares, por ejemplo, de prohibición de acercamiento, como la persona es parte de la familia, muchas veces se incurre el desacato, y uno muchas veces tampoco se entera, y no hay cómo frenar esa situación, porque el contacto con el agresor muchas veces se mantiene durante el proceso de intervención”



NNA con necesidades especiales o problemas de salud mental, en los cuales la red no da respuesta, Escasa internalización del entorno en su rol de co-garante de derechos Al respecto se señala que tampoco se considera dentro de la característica del nuevo sistema diagnóstico, o sea, al menos es un tema que ha emergido en mesas anteriores con otras regiones nosotros, los temas de salud mental, NNA con necesidades especiales, que complejiza todo, que se dan tanto en AFT como en los PIE. Existe polivictimización en la mayoría de los casos. Esta situación se da en PRM y se complementa al respecto señalando que “En muchos casos hay alguna experiencia de agresión sexual, también hay maltrato, violencia intrafamiliar en el conglomerado, o en algunos casos; en varios casos hay consumo problemático de sustancias. Entonces, hay un historial grande” .
La principal causa del ingreso es agresión sexual. Se abre una discusión en torno al género, señalándose por ejemplo que “ha sido muy marcado siempre el abuso más hacia las mujeres y el maltrato en su gran mayoría en los niños”. En la línea de las dudas que puede dejar un programa polivictimización, considerando que esto afecta de manera muy distinta a hombre y mujeres, la opinión de algunos profesionales es que cuando se juntan distintos perfiles de NNA, más que formas de trabajo, los programas no funcionan. Se aprecia que estos programas de polivictimización serán un tremendo desafío para los equipos y también para el Servicio para entregar las herramientas que un programa como este demandará a los/as profesionales.
Mayor porcentaje de ingresos de mujeres, casos complejos en adherencia en el domicilio. Consumo de droga. Salud mental sin tratamiento. Cuidadores con dificultades cuando establecer una adecuada relación en establecimiento de relación directa. Normalización cultural de la dinámica de explotación sexual
Desde programa PEE se complementan estas características reflexionando entorno a que “es muy complejo cómo culturalmente y cómo la red normaliza esta conducta. (normalización de la dinámica de explotación sexual) O sea, nosotros hemos ido hacer sensibilización a colegio municipales, terminal de buses y en muchas partes nos impresiona que la gente siente que el adolescente busca casi por placer estas conductas y que, por tanto, no son visualizadas como vulneraciones. No son adolescentes vulnerables. No son víctimas. Y nos impresiona que profesionales como nosotros de otras redes nos entreguen ese tipo de discurso. Generalmente nos pasa con colegios. Que normalizamos las conductas. Que no denuncian, que evitan involucrarse legalmente en estas situaciones, en estos contextos. Entonces nos cuesta poder sensibilizar a la comunidad respecto a esta dinámica” porque operan muchos prejuicios y falta de sensibilidad respecto a las situaciones de maltrato y abuso sexual que experimentan las NNA”. Esta normalización deriva a que no se deriven casos a los proyectos, situación que incluso se da en el sistema residencial.
Al reflexionar respecto a las diferencias territoriales que tienen las vulneraciones de derecho, se comenta que en proyectos que tiene cobertura provincial, los casos de explotación sexual, por ejemplo, tienen un componente urbano, se comenta que esto podría expresarse porque en entornos urbanos se ve más la transacción en dinero, mientras que en sectores rurales podría darse por otro tipo de bienes.
Respecto a la modalidad PIE se comente que, en la comuna de Santa Juana, se dan perfiles de consumo de drogas, con más consumo de alcohol también. En comparación con los NNA de San Pedro.
En AFT no se aprecian diferencias significativas entre los distintos territorios.



Situaciones de violencia intrafamiliar, testigos de VIF y parentalizados. Vulneración en tres niveles, individual familiar y comunitaria, multi-estrés Se señala que “nuestra intervención está tanto en los tres niveles como a nivel tanto de las redes que no cumplen, que no permiten el acceso, de los adultos, que nos faltan co-garantes, muchas veces. Nosotros tenemos que generar algunas veces un acompañamiento (…) porque todo está bajo, entonces nos cuesta encontrar como un piso para aferrarnos y poder empezar la intervención”
Los NNA comienzan mayormente con vulneraciones intrafamiliares, la gran mayoría se encuentra en la red y se cronifican las vulneraciones, antecedentes de salud mental y deprivación sociocultural.
• Dimensión 2. Situación del niño, niña o adolescente
Todos presentan negligencia. Presentan violencia. Consumo de drogas. Policonsumo de drogas. Antecedentes de problemas de salud mental. La mayoría de los NNA provienen de familias monoparentales con jefatura de hogar femenina
Otra característica que se identifica es que la mayoría de los casos ingresados provienen de grupos familiares con ingresos económicos mínimos, esta situación queda muy evidenciada en la comuna de Lota, por ser una de las comunas más pobres de Chile, donde por ejemplo ante el trabajo entorno a fortalecer las competencias parentales se encuentran con familias que no tienen cubierta sus necesidades alimenticias, por lo que la intervención termina priorizando la ayuda social, buscando resolver esta necesidad para abordar luego las competencias parentales. Esto se grafica en que entre Coronel y Lota existen diferencias significativas, pues en la primera las personas más pobres tienen cubierta sus necesidades alimenticias, en cambio en Lota no e incluso muchas familias no tienen alcantarillado aún, y esa es una variable que complejiza los procesos de intervención.
La normalización de la violencia y la parentalización. En PRM de Bulnes Quillón es un contexto relativamente rural, donde he observado que hay una normalización de la violencia a nivel intergeneracional. Para corregir hay que pegar. Y también de la parentalización de los pre-adolescentes y adolescentes., en el caso de que los padres o adultos responsables trabajan, se tiende mucho a delegar funciones de cuidado de los hijos mayores hacia los hijos menores, es muy normalizado.
Respecto a las necesidades especiales en salud mental, se complementa el análisis señalando que lamentablemente lo que se comprometió como una prioridad de atención de esta temática (salud mental) para NNA atendidos por el Servicio no ha sido efectiva, produciéndose largos procesos de espera de atención y cronificación de sus problemáticas. En definitiva, lo que se destaca es que los soportes institucionales para la salud mental no dan abasto para las exigencias que tiene esta población. Además, se comenta que “para una evaluación para niños con necesidades especiales, a eso se suma que son necesidades especiales más necesidades de salud mental, y a eso se suma más la deprivación sociocultural, que es un niño marginado, y que lamentablemente para nosotros llega tarde, porque ya es un niño con un daño considerable, significativo”. A lo anterior se suma que “a veces hay papás que también están con altos niveles de estrés, porque también tienen un diagnóstico y tampoco están tratados, entonces eso incrementa mayormente el tema de las vulneraciones”
NNA con dificultades de autorregulación emocional Al respecto se precisa que la desregulación emocional debe verse en el contexto de la etapa vital de cada NNA, pues en un niño/a de 4 años la



desregulación emocional es parte de su proceso de crecimiento. Se hace un análisis crítico de esta mirada en los entornos educativo. “Ese desconocimiento igual hace a esos niños más susceptibles a ser víctimas de malos tratos, no solamente en el entorno familiar, sino por parte del colegio, porque ocurre esta estigmatización del niño que es desordenado, del niño que hace pataletas, que no deja trabajar a los compañeros Habitualmente se da como a los 12 y 13 años, que es la edad en que desertan del sistema escolar y la edad más difícil para trabajar con ellos”.
Alta estigmatización, falta de oferta escolar y salud, falta de oferta de cuidados alternativos
“Yo creo que tiene que ver con otro nivel, no con la situación de la NNA, sino más bien con la situación que se da en términos de las redes, que dan soporte a estos actos”.
NNA con necesidades básicas instrumentales cubiertas, no así las afectivas. “Nos pasa que, en nuestros casos, la mayoría son familias con un soporte económico que logra cumplir las necesidades básicas, pero que no están presentes; padres muy ausentes, no solo por un tema laboral, sino que, porque hay falta de recursos parentales, hay desesperanza. Lidiamos con padres muy desesperanzados desde la vulneración que está viviendo su hija. Muy avergonzados. Les cuesta asumir que esto sea una vulneración a los padres. Como que casi es un tormento y la propia familia estigmatiza a los adolescentes. Nos pasa por ejemplo en Lota, que hay bajos recursos”.
100% de los NNA está escolarizado. Al respecto se comenta que una situación que se da habitualmente es que muchos NNA se encuentran escolarizados en formatos de modalidad flexible como rendición de pruebas pero que no están integrados realmente al sistema escolar y ocurre también que varios adolescentes verbalizan su desinterés con el sistema escolar y que ante ello no existe desde el sistema educativo o institucional alternativas de formación en oficios (por ejemplo) que puedan ser una opción al abandono escolar, estando reservado estas opciones sólo para jóvenes infractores de ley.
Niños con necesidades educativas especiales que están con deserción escolar y con prácticas de violencia en el ámbito laboral. Historia transgeneracional de mutilaciones en la esfera sexual sin proceso reparatorio. Necesidades básicas insatisfechas como habitabilidad de la vivienda necesidades de alimentación, entre otras. Respecto a esto último, se complementa señalando que “son factores que hay que considerar al momento de intervenir porque es un factor de estrés no tener satisfechas las necesidades básicas. Entonces, desde ahí es súper complejo trabajar competencias parentales o muchas veces los mismos factores de estrés son los que hacen que esta mamá ejerza violencia hacia los niños” Ante eso se comenta que las necesidades básicas cubiertas debiera ser el piso para iniciar un proceso de intervención. Esta situación que se describe para Coronel y Lota, también se da en otros sectores rurales y particularmente en las tomas de terreno (cerro Concepción, Cerro La Pólvora y Chiguayante).
NNA escolarizados con acceso a salud, presencia de al menos un adulto responsable, expuesto a situaciones de riesgo en el territorio (consumo de drogas, acceso a armas) visibilizados en la red de infancia. La directora del PPF Coronel comenta que tiene una buena experiencia de coordinación con la red de salud, comentando que “efectivamente nosotros hemos visto la diferencia entre lo que ocurría hace cuatro años atrás y en la actualidad, el contacto con salud nos proporciona los certificados de salud, entonces hay otra dinámica. Efectivamente es una red que es súper antigua y que mensualmente están teniendo estas reuniones y que se intenta incorporar la visión de los niños y niñas. O sea, por ejemplo, en la actualidad está participando un adolescente representante del consultivo de la OPD, y ese chico está en la reunión con nosotros, entonces también eso es una particularidad y algo que hace mucho tiempo como



red se había intentado, escuchar a los chiquillos hablar también, es algo como súper potente, o sea ver cómo ellos pueden incidir, su visión, cómo nos aportan, y desde otro ámbito y hablan cosas súper importantes”.
Sector de alto riesgo social (delincuencia, microtráfico). Dificultad y lentitud para interconsultas. Escasa oferta educativa acorde a las características de los NNA. Adolescentes que a identifican a su agresor como sus parejas afectivas, normalizando el daño y la experiencia. Acceso limitado a salud mental. Ideales virtuales, esto último se precisa señalando que se refiere a que la población, particularmente preadolescente de 10 años en adelante tiene pautas de consumo y de estándar de vida que son reflejo de perfiles de personas exitosas en redes sociales, lo que puede facilitar que se den situaciones de sexting y grooming.
Porcentaje considerable de NNA presentan necesidad de salud mental no cubiertas por el sistema de salud pública, necesidades básicas no cubiertas en la familia. Bullying en el ámbito escolar, baja asistencia. NNA víctimas de maltrato de los cuidadores. Sector de alto riesgo social, delincuencia, microtráfico. escasa oferta de educativa, acorde a las características institucionales o de apoyo social que puedan contribuir al fortalecimiento de las familias. La falta de modelo positivo adaptativo, “relativo a la asociación que puede tener un propio sujeto de atención a la falta de un adulto, que sea como un modelo positivo adaptativo y que permita generar una trayectoria más adaptativa. Al respecto también se comenta que los clubes de futbol profesional de la región (Huachipato, Fernández Vial, Deportes Concepción), son buenos referentes que abren espacios para el desarrollo de proyectos de formación deportiva que contribuyen significativamente a abrir nuevas oportunidades para niños que tienen habilidades deportivas.
• Dimensión 3. Capacidad de los padres, madres y cuidadores
Padres involucrados en la intervención, hay mayor co-responsabilidad. Madres altamente estresadas en el rol marental. Cuidadores involucrados en el tráfico de drogas. Respecto a esto último, se comenta que esta situación se da en entornos urbanos en el que hay además una historia familiar ligada al tráfico de drogas que tiende a perpetuarse
Se hace la reflexión respecto a la modalidad PPF, donde habitualmente con padres y madres o cuidadores es necesario trabajar la disponibilidad para ser parte de los procesos de intervención y ante eso puede haber una disposición distinta cuando los procesos de derivación e ingreso a una modalidad como las OLN, no tienen una medida judicial de por medio y eso podría impactar en territorios como Coronel, donde la judicialización es algo que está muy instalado en los procesos de protección. Por lo mismo se espera que la modalidad AFT tenga facilidades para desarrollar procesos desjudicializados sin mayores inconvenientes.
En el ámbito de programas PRM, ocurre que en ocasiones la capacidad reflexiva de los adultos responsables resulta más difícil de concretar, particularmente cuando las situaciones de abuso son intrafamiliares y, por el contrario, cuando son extra-familiar la disposición del adulto responsable es mayor en la colaboración del proceso de intervención. También se comenta que las situaciones de maltrato cuestan más que problematicen sobre estas situaciones, dificultando la adherencia a los procesos.



Otro aspecto relevante en esta dimensión es la historia de maltrato (transgeneracional) que han vivido los propios cuidadores, para lo cual se generan ejercicios de sensibilización para que se conecten con la vivencia actual de niños y niñas.
Otro aspecto relevante es abordar la coparentalidad en los cuidados, situación que se aborda habitualmente en la modalidad PPF, por lo que los profesionales terminan ejerciendo roles de mediación, cuestión que no está considerada en las orientaciones técnicas, pero que resulta relevante de abordar. Esta situación genera en ocasiones un desgaste para los equipos porque deben desarrollar estrategias de intervención para favorecer estos procesos de coparentalidad.
• Dimensión 3. Territorio
Uno de los aspectos que se menciona es en la importancia de conocer y enunciar de manera explícita en las propuestas que se elaboran los concursos, respecto a las redes menos institucionalizadas o formales de organizaciones sociales que trabajan en el territorio, pues eso permite evidenciar que no sólo se conoce las redes institucionales habituales y formales, sino que se conocen grupos juveniles o deportivos, ONG que trabajan en temas de TEA por ejemplo, los que finalmente pueden expresarse como factores protectores del territorio y de las redes que la constituyen.
Otro aspecto es la necesidad de sensibilizar y orientar a las redes formales de protección (colegios, consultorios, etc.) sobre situaciones de vulneración y los mecanismos y procedimientos de denuncias que corresponde en su rol de co-garantes en la protección de derechos.
Conclusiones
En lo relativo a las características de las vulneraciones de derecho se aprecia que existe una transversalidad de las vulneraciones de abuso sexual y maltrato graveen todo orden de familias sin distinción de su situación socioeconómica; esto se está apreciando en comunas como Chillán.
La reflexión en torno a los tipos de vulneraciones abordó también las dificultades diagnósticas que tienen los programas de DCE, pues ocurre que en la profundización diagnóstica que hacen los proyectos de intervención aprecian que el tipo de vulneración con que son derivados no es el abuso sexual sino la explotación sexual comercial. Por otra parte, también se aprecia un marcado abuso sexual en niñas y adolescente (sesgo de género). Se plantea la duda respecto a modalidades programáticas con un perfil de polivictimización pues será un desafío para los equipos y las particularidades del territorio.
También en el ámbito de las vulneraciones de derechos se comenta sobre la tendencia a la “normalización de las dinámicas de explotación sexual”, así como la poca sensibilización de profesionales de otras instituciones (educativas, de salud u otras) con vulneraciones como estas, operando prejuicios que impiden ver a los NNA como víctimas de estas situaciones de abuso.
Sobre la situación de niños, niñas y adolescentes destacan aspectos como todos presentan negligencia; son víctima de situaciones de violencia; consumo de drogas; policonsumo de drogas. Antecedentes de problemas de salud mental. La mayoría de los NNA provienen de familias monoparentales con jefatura de hogar femenina. NNA con necesidades básicas instrumentales cubiertas, no así las afectivas. Niños con necesidades educativas especiales que están con deserción escolar y con prácticas de violencia en el



ámbito laboral. Historia transgeneracional de mutilaciones en la esfera sexual sin proceso reparatorio. Necesidades básicas insatisfechas como habitabilidad de la vivienda necesidades de alimentación, entre otras Porcentaje considerable de NNA presentan necesidad de salud mental no cubiertas por el sistema de salud pública, necesidades básicas no cubiertas en la familia
Respecto a la dimensión Capacidad de los padres, madres y cuidadores, destacan las reflexiones en torno a padres involucrados en la intervención, hay mayor co-responsabilidad (se aprecia como un aspecto positivo) Madres altamente estresadas en el rol marental. Cuidadores involucrados en el tráfico de drogas. Respecto a esto último, se comenta que esta situación se da en entornos urbanos en el que hay además una historia familiar ligada al tráfico de drogas que tiende a perpetuarse. Otro aspecto relevante en esta dimensión es la historia de maltrato (transgeneracional) que han vivido los propios cuidadores, para lo cual se generan ejercicios de sensibilización para que se conecten con la vivencia actual de niños y niñas.