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Los colores de Baker

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Otra realidad

Otra realidad

Anna Sophia González Acosta 4 o preparatoria

Poco antes de la media noche, como todos los días, Kazeem trabajaba en su más reciente graffiti. Se podría decir, que si las condiciones de Kazeem fueran otras, los museos no dudarían en tener una de sus obras, pero como siempre, en la parte más oscura de Harlem, solo los pandilleros logran sobrevivir.

Rodeado de delincuentes, drogas, muertes y peleas entre pandillas, Kazeem encontraba paz en su arte, aquel arte urbano de colores neón vibrantes que lograba plasmar todas las noches en la calle Baker, calle que podría considerarse la frontera entre el territorio de su pandilla y “The Souls” una de las más peligrosas de Harlem. De pronto un estruendo, seguido de un sin número de balazos, lo hicieron huir, antes de dar los últimos trazos a su obra.

Al día siguiente, comenzó el caos, el líder de la banda declaraba la guerra en contra de “The Souls” , pues se habían adentrado en su territorio, Kazeem recordó los balazos de la noche anterior. En ese momento todos sabían cuál era la regla, “matar o morir” .

Entrada la noche, Kazeem regresó a la calle Baker, tal vez podría terminar su obra y de paso matar a cualquier rival que se cruzara en su camino, pero, para su sorpresa, el rival ya había entrado a su territorio y lo había dejado claro, pues sobre su obra urbana, había nuevos tonos, un trabajo igual de brillante pero no era el suyo. Ardiendo por dentro, comenzó una guerra propia para dar con quien se había atrevido a ultrajar su obra.

Parecía una burla, pero cada vez que Kazeem regresaba a la calle Baker una nueva obra se desplegaba sobre sus graffitis, la cólera, el odio y el resentimiento lo invadían cada vez más. Enloquecido y frustrado, Kazeem se ocultó en la oscuridad de la noche a esperar a su némesis. Era cerca de la 1:30 de la mañana, cuando Kazeem escuchó el agitar de las latas y como el aerosol se desplegaba sobre su lienzo; a lo lejos solo veía una figura uniforme, la capucha de una sudadera negra era lo único que logró distinguir. Sigilosamente, se fue acercando con la 9mm en su mano izquierda... dispuesto a disparar, no contaba con el ruido que haría al empujar ligeramente una de las latas de pintura que

Kazeem no logró apretar el gatillo, pero quién podría dispararle a Shyanne sin antes perderse en esa mirada penetrante y profunda

que yacía vacía sobre el piso. Fueron solo unos segundos, pero se sintieron como horas, aquella figura lo había descubierto, y él, a ella.

Kazeem no logró apretar el gatillo, pero quién podría dispararle a Shyanne sin antes perderse en esa mirada penetrante y profunda, lo habían derrotado y él lo sabía. Bajó el arma y se acercó a ella, tomó una lata de pintura y como si nada pasara a su alrededor pintaron hasta el amanecer. Desde esa noche, la calle Baker se convirtió en testigo del amor que comenzaba entre dos artistas pero sobre todo entre un pandillero común de Harlem y la hija del líder de “The Souls” . No iba a ser fácil y lo sabían pero estaban dispuestos a intentarlo. A escondidas y mientras la noche lo permitiera, iban a estar juntos rodeados de ese intoxicante olor a acrílico.

Cada día “The Souls” ganaba más territorio y la guerra entre pandillas cobraba más y más vidas. Los tiroteos y ataques estaban descontrolados, Harlem se había convertido en el territorio más peligroso de todo Nueva York.

Esa fría noche de diciembre, Shyanne y Kazeem se encontraban en la calle Baker expresando su amor sobre una de las paredes, sus obras ya cubrían la cuadra entera, como siempre trazaron unas cuantas líneas, sin saber que estas serían las últimas. A lo lejos, un nuevo tiroteo había comenzado, las dos pandillas vaciaban cartuchos a una velocidad nunca antes vista y no tardaron en llegar a ellos, Shyanee y Kazeem tomaron su armas y corrieron por sus vidas, pero las balas fueron más rápidas, el fuego cruzado los alcanzó antes de que lograran doblar en la esquina, lo único que quedó de ellos y de su amor fue una de las obras más impresionantes que Nueva York haya visto, aquel graffiti en el barrio de Harlem, la obra de un amor imposible que nació y murió en el año 2001 en la calle Baker.

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