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Otra realidad
Maayan Hamra Srougo 4 o preparatoria
C- állate - le susurré a mi hermano.
- No hables más - Tienes que entenderlo, tienes que darte cuenta de lo que está pasando- me repitió por tercera vez. - ¡Que te calles!- le grité, no quería escuchar lo que decía. Sentía lava corriendo por mi sangre…
Otro día más me desperté. Soy Danielle, pero mis amigos, bueno, mis papás y hermano grande, Christian, me dicen “Dan” . Tengo 15 años, dicen que es de las edades más pesadas junto con los 16 y 17, creo poder confirmarlo. En la escuela me molestan, dicen que soy diferente y rarita. Mi mamá dice que es porque no saben cómo comunicarse con gente diferente a ellos, Chris dice que son unos imbéciles, yo estoy de acuerdo con él. Hace cinco años que no hablo con nadie que no sean Chris, mis papás y una que otra persona buena en la escuela, es curioso, porque esas personas que me hablan a mí solo se hablan entre ellas, las demás personas no las notan y hacen como si no existieran, incluso los maestros. Hoy fui a la escuela y cuando entré al salón había alguien sentada en la banca delante de mí, nunca la había visto antes, creo que era nueva pero sinceramente no estaba segura, nunca levanto la vista de mis zapatos. - ¿Quién es? - señalando a la nueva con mi cabeza le pregunté a Janet, ella es la chica que se sienta al lado mío. Es muy aplicada y siempre que me pierdo en clase me ayuda. - No lo sé, es nueva en la escuela. - dijo levantando los hombros, desinteresada.
Creo que la chica nueva me escuchó hablando con Janet porque se volteó y nos dijo, con una sonrisa brillante, que se llamaba Anne. - Con una “E” al final, pero es muda - dijo.
Yo solo me sonrojé por la vergüenza y volteé la vista a mi cuaderno haciendo como si no escuchara nada. Janet hizo lo mismo. Me dí cuenta de que Chad se le había acercado, le dijo que no me hablara porque tenía una plaga y siempre hablaba sola, nunca con nadie más. Él era de los que más me molestaba, él y su grupo de amigos imbéciles e insensibles: Jacob, David y bueno, Chad, que por decirlo así, era el líder del grupo. Era el que empezaba todos los problemas, el que más se peleaba y el más imbécil de los cuatro. - Perfecto, porque yo también tengo una, y es muy
contagiosa así que mejor aléjate antes de que se te pegue. Rápido. - dijo Anne. Yo sonreí apenas y un poco para que Chad no me viera y para que no la pagara después de la escuela. El bully se fue con cara de enojo y de un susurro sin palabras me dijo “cuídate” . Creo que será otro día para salir antes de clase y correr a casa lo antes posible.
Antes de que la campana sonara Anne intentó hablar conmigo, no sé qué quería de mí, ¡era nueva, no le había hecho nada! - Hola, ¿cómo te llamas?- dijo con esa sonrisa que, aparentemente, la caracterizaba. No contesté, por supuesto, no hablo con nadie en la escuela desde lo que pasó hace cinco años. - No hablas mucho, ¿cierto?- preguntó, echando un vistazo a mi cuaderno para alcanzar a ver mi nombre. - Danielle es un nombre muy lindo, ¿tienes algún apodo?- No sé si era una clase de reto por la que me estaba hablando, se sentía raro. - Dan- contesté apenas audible. Quería salir de ahí lo antes posible. ¿Por qué estaba hablándome? - De acuerdo, Dan, vayamos a casa. - Contestó alegre y segura de sí misma. El camino a casa no fue tan malo como esperaba. A la chica no le paraba la boca, todo el tiempo estuvo hablando de algo, de su gato, de su hermano chico que era un dolor donde no llegaba el sol, era bastante agradable estar con ella, pero no iba a confiar tanto. Lo mejor de todo es que no hacía tantas preguntas, claro, hacía las básicas como: “¿Tienes hermanos? ¿Tienes mascotas?” pero no sobrepasaba los límites. Cuando llegué a casa le fui a contar todo a Chris, él es mi mejor amigo y la única persona que no me juzga, ni dice palabras hirientes por cualquier cosa. - ¿Segura que no te quiere herir?- Me preguntó después de que le contara lo que pasó. - No lo sé, pero hoy me defendió cuando Chad le dijo que no me hablara porque tenía una plaga y cualquier cosa rara que se inventara, ella le dijo que tenía una también, que se alejara antes de que se contagiara. - le dije, con la sonrisa más grande que alguna vez estuvo en mi cara.
Los siguientes dos meses Anne estuvo todos los días conmigo y de vez en cuando con Janet, William y Edward cuando tenían ganas de socializar y se sentaban con nosotras, pero no hablaban con Anne, solo susurraban cosas en mi oído cada hora para comentar. Ellos eran, como Chris y yo los llamábamos, los ignorados. Anne me ayudó mucho a hablar cada vez más y ahora no solo hablaba con Chris y con mamá, ahora estaba también ella. Un día me preguntó por qué no hablaba tanto, creo que ya le tenía la confianza suficiente como para decirle. - Cuando tenía diez años, mi tío me violó. Estábamos en la casa del lago que mi familia renta todos los años para las vacaciones de verano y cuando mis papás y Christian estaban distraídos, lo hizo. - una lágrima escapó de mis ojos y la limpié rápidamente, me abrazó. - Lo siento, no lo merecías. - dijo rompiendo el abrazo lentamente.
Cuando llegué a casa Chris estaba esperándome en el sillón. - Tenemos que hablar. - dijo con un semblante serio. - De acuerdo. - No soy real. - dijo sin rodeo alguno, no entendía a lo que se refería. - ¿Qué?- estaba realmente confundida - No existo, soy parte de tu imaginación. - Cállate- le susurré a mi hermano. - No hables más- Tienes que entenderlo, tienes que darte cuenta de lo que está pasando- me repitió por tercera vez. - ¡Que te calles!- le grité, no quería escuchar lo que decía. Sentía lava corriendo por mi sangre. Después de discutir con Chris y que me dijera que tenía esquizofrenia sentí como todo se caía ante mis pies, volteé a ver a la ventana, y… corrí.