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Ya viene otra vez Rvda. Lucy I. Rosario Medina

27 de noviembre de 2022 Primer Domingo de Adviento

Título: Ya viene otra vez…

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Rvda. Lucy I. Rosario Medina Directora Oficina de Capellanía, Recinto de Ponce Tradición: Iglesia Metodista de Puerto Rico 12 Le rogamos al Señor que los haga crecer y que ustedes se amen más unos a otros y a todos, así como nosotros los amamos a ustedes. 13 Le rogamos a Dios que fortalezca sus corazones, y que, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos, ustedes vivan en santidad y nadie pueda acusarlos de nada delante de nuestro Dios y Padre. 1Ahora, hermanos, les suplicamos en el nombre del Señor Jesús que cada vez vivan más como le agrada a Dios, así como lo aprendieron de nosotros. En realidad, ya lo están haciendo. 2 Ustedes saben cuáles son las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús. 1 Tesalonicenses 3:12-4:2

Comenzamos la temporada de adviento. La iglesia afirma la alegría de Dios con nosotros. Recordamos esa primera venida de Jesús. Es un tiempo de preparación espiritual, de oración y reflexión para la Navidad. Para algunos es un tiempo de jolgorio, parrandas, ventas, adornos, etc. Muy lejos de lo significa este periodo del año litúrgico. No estoy negando la alegría, las reuniones familiares o con amistades, los viajes para estar cerquita del calor de la familia y de todos aquellos que llenan nuestra vida de regocijo. No. No es eso.

Ante este período de adviento del 2022 llegan a mi mente y corazón, preguntas. Si, preguntas que me inquietan. Entonces, quiero compartir algunas para no quedarme con la inquietud. Así dejarlos “inquietados” a ustedes, que se acercan a estas reflexiones que durante los pasados años la Vicepresidencia de Asuntos Religioso le hace llegar a través de sus directores y directoras de Oficina de Capellanía.

Comencemos: ¿Quién es ese Jesús que “viene otra vez”? Este Jesús que durante este tiempo se refieren a él como el niñito del pesebre. Mi hermana me contaba en estos días que en su escuela bíblica dominical el año pasado ella y sus maestras les hablaban a sus párvulos sobre los eventos de esa primera navidad. Una de las niñas se acerca y le dice a una de las maestras: “Misi, si mi hermano me dijo que ya Jesús creció”. Nos puede parecer gracioso, pero me sorprende que para muchos Jesús se quedó chiquito en el pesebre y…que bueno, “vamo’a celebrar”. Para muchos eso es adviento y navidad un “mejunje” sin sentido y ya. Nos hace falta volver a los evangelios, entender e internalizar que es vivir en compañía de Jesús.

¿Qué hacer o decir? Oh, mejor dicho, como vivir este periodo donde hay tantas distracciones a nuestro alrededor. Es una época donde se nos pide que pensemos en nuestra vida en relación con ese evento que relatan los evangelios de Mateo y Lucas. Nos podemos quedar en eso-en pensamiento, cantar himnos, comer y regalos (si los hay). Es mucho más…

Más preguntas… ¿Qué puede significar este tiempo de adviento para los que esperan un resultado de un examen médico? ¿Qué puede significar para esos que esperan a la entrada de unas facilidades carcelarias para ver un familiar? ¿Qué puede significar para aquellos que esperan que llegue la ayuda por los daños del huracán María prometida hace más de 4 años? Viviendo en un lugar donde cada

vez que llueve hay que correr a guarecerse de unas lluvias intensas por días. ¿Qué puede significar para aquellos que al estar llegando su periodo de retiro piensan…quién se encargará de mi cuando ya no pueda valerme por mí mismo?

El que vino y vuelve, desde el anuncio de su nacimiento nos está dando un mensaje claro y firme. No solo son palabras, relatos e historia. Nos ha dejado su ejemplo de amor, de solidaridad, de comprensión…de amor que es lo más grande. Nos lo ha ofrecido y nos ha prometido que será hasta el fin. Cuando sea y como sea ese fin. Eso no es lo importante. Lo importante es que todos los que esperamos su ayuda, en cualquier circunstancia, tengamos la certeza en nuestro corazón de su presencia.

El escritor de Tesalonicenses nos recuerda hoy, primer domingo de adviento, lo esencial para nosotros en este tiempo que comenzamos. Aquella comunidad estaba en dificultades y tenían sus problemas internos por lo cual Pablo envió a Timoteo para que se encargara de animarlos y darle instrucciones. ¿Cuál fue su pedido a Dios y su exhortación? “Y que el Señor los haga crecer y aumente el amor entre ustedes y hacia los demás, así como también nosotros los amamos a ustedes, para que se fortalezca su corazón y sean ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. Por lo demás, hermanos, les rogamos y animamos en el Señor Jesús a que cada día su comportamiento sea más y más agradable a Dios, que es como debe ser, de acuerdo con lo que han aprendido de nosotros”.

Ya viene otra vez. Si viene otra vez este tiempo de adviento para “recordarnos” que Jesús vino para hacernos bien y para enseñarnos amar. Leonardo Boff lo plantea de esta manera

Dios se acercó a nosotros en la forma de un niño pobre nacido en el suburbio, en medio de animales, para que nadie se sintiera distante de él, para que todos pudieran experimentar el sentimiento de ternura que suscita un niño, al que queremos poner en nuestro regazo y sobre el cual nos inclinamos maravillados. Este es el camino que Dios escogió para acercarse a nosotros, para andar con nosotros por nuestros estrechos caminos.

Referencias:

Boff, Leonardo. 2002. Espiritualidad: un camino de transformación. Santander: Publicaciones Sal

Terrae.

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