Danos de beber-Reflexión 3er Domingo de Cuaresma 2023

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Danos de beber

Tradición: Anglicana

Juan 4:5-42 DHH

5 De modo que llegó Jesús a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José 6 Allí estaba el pozo de Jacob Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo Era cerca del mediodía 7-8 Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame un poco de agua. 9 Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?10 Jesús le contestó: Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? 12 Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales ¿Acaso eres tú más que él? 13 Jesús le contestó: Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; 14 pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna 15 La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua. 16 Jesús le dijo: Ve a llamar a tu marido y vuelve acá. 17 La mujer le contestó: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien dices que no tienes marido; 18 porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho. 19 Al oír esto, la mujer le dijo: Señor, ya veo que eres un profeta. 20 Nuestros antepasados, los samaritanos, adoraron a Dios aquí, en este monte; pero ustedes los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde debemos adorarlo 21 Jesús le contestó: Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén 22 Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos

23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. 25 La mujer le dijo: Yo sé que va a venir el Mesías (es decir, el Cristo); y cuando él venga, nos lo explicará todo. 26 Jesús le dijo: Ése soy yo, el mismo que habla contigo. 27 En esto llegaron sus discípulos, y se quedaron extrañados de que Jesús estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué estaba conversando con ella 28 La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo, donde dijo a la gente: 29 Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho ¿No será éste el Mesías? 30 Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús 31 Mientras tanto, los discípulos le rogaban: Maestro, come algo 32 Pero él les dijo: Yo tengo una comida, que ustedes no conocen 33 Los discípulos comenzaron a preguntarse unos a otros: ¿Será que le habrán traído algo de comer? 34 Pero Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo. 35 Ustedes dicen: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”; pero yo les digo que se fijen en los sembrados, pues ya están maduros para la cosecha. 36 El que trabaja en la cosecha recibe su paga, y la cosecha que recoge es para vida eterna, para que tanto el que siembra como el que cosecha se alegren juntamente 37 Pues bien dice el dicho, que “Unos siembran y otros cosechan” 38 Y yo los envié a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo; otros fueron los que trabajaron, y ustedes son los que se han beneficiado del trabajo de ellos 39 Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo que les había asegurado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho» 40 Así que, cuando los samaritanos llegaron, rogaron a Jesús que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días, 41 y muchos más creyeron al oír lo que él mismo decía. 42 Y dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo.»

Hoy como comunidad de creyentes celebramos el tercer domingo en cuaresma. Esta época en el calendario litúrgico nos guía en la preparación a la Semana Santa, donde conmemoramos el sacrificio de Cristo en la Cruz y su victoria por medio de la Resurrección. Este tiempo es propicio para el cristiano y la cristiana acercarse a Dios para continuar cultivando una relación más intima con él

El evangelio de hoy nos narra precisamente un encuentro que tuviera Jesús y con una mujer Samaritana en el pozo en la ciudad de Sicar en Samaria Jesús nuevamente nos sorprende con su compasión por la humanidad, sentimiento que fue capaz de llevarlo a él como a sus discípulos entrar a este pueblo de la región de Samaria. Nos es importante señalar la enemistad que tenía el pueblo judío con lo samaritanos. Esta enemistad era tan grande que los judíos evitaban pasar por la región, aunque tuvieran que tomar el camino más largo para llegar a su destino, con el único propósito de no interactuar con este pueblo. El pueblo judío consideraba a los samaritanos un pueblo impuro y el cual no cumplía con los preceptos de la ley pues esto entre otras cosas, no adoraban ni hacían sacrificios en el templo en Jerusalén

Sin embargo, Jesús nuevamente rompe con los prejuicios de su sociedad de aquel entonces. Quizás motivado por el cansancio que sufría según nos narra el evangelio de este día, decide entrar al pueblo. De inmediato se dirige al pozo donde ocurría el encuentro, mientras sus discípulos iban a comprar algo de comida Al igual que Jesus, aquella mujer de la región de samaria se dirigió al pozo en búsqueda de agua Por la mente de la samaritana quizás nunca pasaría la idea que aquel evento cotidiano iba a resultar en un evento trascendental en su vida Como nos enseña este suceso bíblico, como cristianos debemos prepararnos diariamente para ver la encarnación de nuestro Señor en nuestra cotidianidad.

Como la samaritana, muchas veces nosotros hemos estado en esas conversaciones del medio día; cuando arde más y quema el sol boricua, cuando los momentos son más difíciles Esas situaciones y sucesos de nuestra vida no podemos permitir que nos alejen nuestra atención de la voz y el rostro de Jesús Pues como aconteció con la samaritana, Jesús puede llamar nuestra atención para bendecirnos. Él nos llama a confiar siempre, a aventurar, a lanzarnos como alternativa única para encontrar vida verdadera en abundancia.

A través de la samaritana Jesús ofrece al pueblo de Samaria un acto de reconciliación, así como a través de su sacrificio en la cruz nos llama a todos y todas a ser parte de una comunidad universal de creyentes, participando de la esperanza de la vida eterna.

La samaritana perpleja ante el pedido de aquel hombre judío al cual no le conocía su identidad, sale de inmediato manera defensiva, producto del constante discrimen y rechazo de aquellos de los que se hacían llamar el pueblo de Dios. A lo que Jesús le responde “Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. Esta expresión nos recuerda al relato de la lectura del Éxodo tomada para este día en el cual, ante el pedido y cuestionamiento de los hebreos, Moisés va y golpea la roca en el monte Horeb, de donde como resultado siguiendo el pedido de Dios, fluyo el agua Agua que calmo la sed momentánea de aquel pueblo como la calmaba el agua del pozo de Jacob

Pero hoy Jesús, como el nuevo Moisés viene a nuestras vidas para brotar de las piedras nuestra obstinación y fragilidad espiritual, de nuestras durezas de corazón, de nuestros malos pensamientos, y nos impulsa a volver a confiar, a seguir adelante en la promesa de recibir y brotar de nuestros corazones agua que da vida en abundancia.

Este relato nos recuerda a nosotros, los creyentes lo importante de estar preparados y acércanos a Dios en todo momento. Como cristianos debemos anhelar una relación personal e intima con Jesús Esa relación e interacción con nuestro Dios debe ocurrir en todo momento No importando el lugar sino recordando las palabras de Jesús de acércanos para adorarlo en “espíritu y en verdad”, con un corazón sincero y dispuesto a recibir del manantial que transforma vida Esa adoración verdadera y el anhelo sincero de acércanos a Dios calma nuestra sed de la vida, da paz y nos refresca al permitirnos un encuentro profundo con Jesús.

Este tiempo cuaresmal debe ayudarnos a reconocer que solo en Cristo Jesús nuestras fuerzas se renuevan y encontramos en su gracia, el amor que es capaz de perdonar y transformar nuestras vidas. Que como la mujer samaritana estemos dispuesto a recibir de nuestro maestro esa gracia salvífica y con acción misionera tal como lo hiciera la samaritana, llevemos a otros al encuentro con el Jesús que al tercer día venció la muerte para traernos la vida eterna.

Lecturas para este día:

Éxodo 17: 3-7

Salmo 95: 1-2, 6-9

Romanos 5: 1-2, 5-8

Juan 4: 5-42

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