Cristo, esperanza que llama a la acción-Reflexión 2 Domingo de Resurrección

Page 1

Domingo de Resurrección

9 de abril de 2023

Cristo, esperanza que llama a la acción

Dra

Ossorio Bermúdez Ayudante Ejecutiva de la Vicepresidencia de Asuntos Religiosos

Tradición: Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo de Puerto Rico

Juan 20:1-18 NTV

El domingo por la mañana temprano, mientras aún estaba oscuro, María Magdalena llegó a la tumba y vio que habían rodado la piedra de la entrada Corrió y se encontró con Simón Pedro y con el otro discípulo, a quien Jesús amaba Les dijo: «¡Sacaron de la tumba el cuerpo del Señor, y no sabemos dónde lo pusieron!» Pedro y el otro discípulo se dirigieron a la tumba Ambos iban corriendo, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero a la tumba. Se agachó a mirar adentro y vio los lienzos de lino apoyados ahí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro y entró en la tumba. Él también notó los lienzos de lino allí, pero el lienzo que había cubierto la cabeza de Jesús estaba doblado y colocado aparte de las otras tiras. Entonces el discípulo que había llegado primero a la tumba también entró y vio y creyó, porque hasta ese momento aún no habían entendido las Escrituras que decían que Jesús tenía que resucitar de los muertos Después cada uno se fue a su casa María se encontraba llorando fuera de la tumba y, mientras lloraba, se agachó y miró adentro Vio a dos ángeles vestidos con vestiduras blancas, uno sentado a la cabecera y el otro a los pies, en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús Apreciada mujer, ¿por qué lloras? le preguntaron los ángeles. Porque se han llevado a mi Señor contestó ella , y no sé dónde lo han puesto. Dio la vuelta para irse y vio a alguien que estaba de pie allí. Era Jesús, pero ella no lo reconoció. Apreciada mujer, ¿por qué lloras? le preguntó Jesús . ¿A quién buscas? Ella pensó que era el jardinero y le dijo: Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo puso, y yo iré a buscarlo.

¡María! dijo Jesús. Ella giró hacia él y exclamó: ¡Raboní! (que en hebreo significa “Maestro”) No te aferres a mí le dijo Jesús , porque todavía no he subido al Padre; pero ve a buscar a mis hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y al Padre de ustedes, a mi Dios y al Dios de ustedes” María Magdalena encontró a los discípulos y les dijo: «¡He visto al Señor!» Y les dio el mensaje de Jesús

Jesús fue crucificado y después de su sepultura, la tumba fue sellada y quedó custodiada por soldados romanos. Es el primer día de la semana, y es muy temprano. María Magdalena es la primera en llegar al lugar del sepulcro y observa que el cuerpo no está María no estaba esperando una resurrección por lo que piensa que el cuerpo había sido robado Del sepulcro, María Magdalena corre a buscar a los discípulos en medio de una profunda angustia

“La tumba estaba vacía” eran noticias que les cambiarían la vida; y como Pedro y Juan no podían quedarse indiferentes o apáticos ante esta noticia inmediatamente se dirigieron hacia la tumba

Pedro y Juan examinaron la evidencia de la tumba vacía y Juan fue persuadido de que Jesús resucitó de los muertos, aunque aún no comprendía el significado de todo Pero, aunque regresan a la casa donde estaban reunidos los demás, María aún no tenía la confianza de que Jesús hubiera resucitado, así que lloraba y queda en la tumba vacía

María quería ver lo que Pedro y Juan vieron Sin embargo, algo había cambiado en la tumba entre el momento en que Pedro y Juan entraron y el que María entra Ahora había dos ángeles en la tumba; aunque al parecer no percibió inmediatamente que ellos eran ángeles Luego del diálogo con los ángeles, el mismísimo Jesús resucitado se le aparece Y aunque al principio no lo reconoce, sólo hizo falta que Jesús dijera una palabra. Aunque los ojos de María le habían fallado, sus oídos inmediatamente reconocieron a aquél que pronunció su nombre y que le da la encomienda de anunciarle a sus discípulos, ahora hermanos, que estaba vivo y pronto subiría al Padre. María comunicó el mensaje, palabra por palabra, exactamente como el Señor le había dicho que hiciera y en ese encuentro, Jesús marca la historia una vez más haciendo de una mujer la primera testigo de su resurrección

Cada año, el relato de la resurrección nos tiene que interpelar a un nuevo encuentro con Dios. De hecho, nuestro amor a Jesús es lo que nos debe conducir a un encuentro con Él. Somos llamados cada día a vivir una nueva experiencia con el Señor y no quedarnos detenidos en el ayer. Sin embargo, la indiferencia, las crisis, el escepticismo, las cargas, el cansancio van apagando poco a poco la esperanza del Cristo resucitado.

En una sociedad en la que se pierde la esperanza, el horizonte es oscuro. Precisamente esta semana, en las portadas de nuestros periódicos y los noticieros de este país reseñaban como la población puertorriqueña está en peligro de sobrevivencia. No es descabellado decir que en a PR se vive una especie de crisis humanitaria lo que ha provocado una crisis de esperanza.

Pero en medio de la desesperanza, cada ser humano es llamado a arraigarse en Cristo resucitado, el cual muestra que Dios está en favor de quienes son crucificados y en contra de quienes crucifican Eso quiere decir que toda persona que ha tenido un encuentro con el Resucitado es llamada por su nombre, como lo fue María, para anunciar con su palabra y acción que ¡hemos visto al Señor! Por lo tanto, el amor resucitador de Dios, que levantó a Jesús de entre los muertos, nos llama a trabajar en favor del ser humano

La historia de la humanidad no ha terminado Hoy es domingo de resurrección y aunque todavía todo esté oscuro, una transformación de nuestra realidad es aún posible. Somos llamados y llamadas a ser la comunidad de creyentes que insufle aliento de esperanza al mundo desesperanzado. Y por cuanto somos comunidad, el llamado que Cristo resucitado nos pone en las manos es a vivir una esperanza comunitaria; que busque siempre la salvación para nuestro prójimo con el mismo ahínco que busca la salvación propia El reino de Dios no se espera de manera individual, se espera rodeados y rodeadas “todo aquél y aquella que cree, que no se pierde, y recibe la vida eterna”

A ti que me lees, y afirmas que Jesús ha resucitado, te invito a día a día dar a conocer la noticia: ¡He visto al Señor! (Jn 20:18) y que esa resurrección del Señor se vea comprobada en acción y práctica en favor de devolver la esperanza a un mundo desesperanza Salgamos del encuentro con el Resucitado con la misión de amor compartiendo la Buena Nueva con toda la humanidad Referencias:

Pagola, José Antonio (2012). El camino abierto por Jesús: Juan. Madrid, España: PPC, Editorial y Distribuidora.

(2016) Cristo resucitado es nuestra esperanza Madrid, España: PPC, Editorial y Distribuidora

Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.