Guapileño 240

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DIEGO BLANCO

ISABEL GARBANZO

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Divorcio entre empresarios y ACTo

Atropello de autoridades del parque

N Ó I IAL IC C D E PE S E

AÑO XX Número 240 - 2017

EL POETA DE TORTUGUERO

El poeta Rodolfo “Popo” Dada es un empresario de Tortuguero que se ha convertido con su obra literaria en un referente de la cultura nacional. Su obra rescata la magia, la luz y los colores de Tortuguero.

CARLOS “CHARLIE” GÓMEZ

ASOCIACIÓN CON PROBLEMAS

“Parques nacionales no favorecen turismo”

“Urge titulación de tierras en Tortuguero”

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t “No quiero hacer polémica, pero todos los que estamos involucrados en la zona, no estamos de acuerdo en cómo se hizo el proyecto del mirador y el sendero a Cerro Tortuguero. Consideramos que de haberlo hecho con la empresa privada, como se han hecho todos los hoteles y muelles del pueblo, no hubiera costado ni siquiera la mitad. En este momento, estamos impulsando a través de don Enrique Obando la construcción del muelle del pueblo. Es el doble en tamaño y está costando menos de cuatrocientos mil dólares. Este muelle de Cuatro Esquinas se sustenta en un préstamo que ya está hecho y que el país tiene que pagar”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Don Diego Blanco es el gerente de Costa Rica Expediciones. Vamos a hablar con él de los principales problemas de Tortuguero. Uno de ellos es la falta

Diego Blanco, gerente de Costa Rica Expediciones

“El turismo es protagonista de la conservación” de una planta de tratamiento de aguas residuales. -En efecto. El día de hoy, el mayor problema es el manejo de aguas negras. Que de hecho es incorrecto decir manejo de aguas negras, porque no existe ningún manejo. Lo que tenemos en Tortuguero son tanques sépticos quebrados y tuberías que van directo a los canales. Aguas grises, que son las aguas jabonosas, aceitosas. Todo eso o cae al manto acuífero o va directamente al canal. Esta situación en años anteriores realmente no ha sido atendida con el grado de urgencia que debería darse, ya que no ha tenido una afectación tan directa hacía los residentes, pero en los últimos años ha habido un aumento de turistas gracias a la belleza que presenta la zona y la situación se ha tornado alarmante. Hoy día el área de conservación de Tortuguero es el tercer parque más visitado del país.

Según proyecciones, se estima que va a ser el segundo parque nacional más visitado en el corto plazo. Estamos hablando que es un área que tiene alrededor de dos mil residentes y tiene una población flotante que puede ser de cuatro mil a seis mil personas diarias. Estaríamos hablando de una cantidad importante de personas viviendo de manera permanente o de manera temporal en la zona. Obviamente, esto tiene un impacto directo en la zona de conservación. Nosotros, en nuestra compañía, tenemos claro que definitivamente tiene que haber un equilibrio entre el turismo y la capacidad de carga que tiene el área de conservación. No se trata de que sigan llegando turistas y el parque tiene que permitirles a todos ingresar. Lo que sí es una realidad es que se debe regular las capacidades de carga de la zona entre los hoteleros y a la vez sanear el problema

de aguas negras. En su momento, hubo varias iniciativas de construir una planta de tratamiento para toda la comunidad. Es un proyecto grande, un proyecto que puede costar en 1.2 y 1.5 millones de dólares. Nuestro reto es hacer una campaña para recaudar este monto y finalmente darle solución a este tema tan preocupante. Hoy, sin duda, este es el mayor problema que tenemos en la zona.

Manejo de la observación de anidación de tortugas -¿Cuáles otros problemas hay? -Otros problemas que también son importantes de resolver van de la mano del área de conservación de Tortuguero, que es el ACTo. Es el ente encargado de la conservación de la zona. Ellos no han definido correctamente por más de diez años

la parte del manejo de observación de anidación de tortugas. Es un tema importantísimo. Es un tema al que se le ha dado muchas largas. Ha habido también diferentes oferentes que han manejado esta iniciativa. Es una necesidad importantísima. Es uno de los grandes pendientes que ha tenido el ACTo para la comunidad y el turismo. Desde hace seis años, me vienen diciendo a mí que ya van a sacar el cartel de concesión. Ya me volvieron a avisar a mí que para el periodo 2017, no va a haber cartel de concesión, sino que se va a volver a manejar un permiso de uso precario. Un permiso de uso precario básicamente es un permiso que brinda el área de conservación para que una iniciativa opere, pero durante un periodo finito. Los permisos de uso precario para Tortuguero lo que hacen es que le permiten a la entidad que se haga cargo del proceso de ani-


3 dación de tortugas, trabajar por un periodo de cinco meses. Posterior a los cinco meses quedamos en el limbo, en el sentido que nadie es el responsable de la iniciativa para el siguiente año. Obviamente eso tiene una implicación. Por ejemplo, si un oferente está a cargo este año y no tiene la garantía que va a ser el oferente en el siguiente año, no tiene una mejora en los servicios. Eso es una situación sumamente preocupante. Son dos temas de los que hemos hablado durante mucho tiempo. Otro tema, es el de la capacidad de carga como un todo. Lo que tenemos que llegar es a un acuerdo entre el área de conservación y los hoteleros, que somos al final los que terminamos trayendo los turistas a la zona.

Sendero y mirador del Cerro Tortuguero -Hay otro tema que me interesa. Tiene que ver con el Cerro Tortuguero, que es un volcán apagado. Hay un mirador precioso. Por favor, ¿cuénteme cómo está la situación? -Ese es un punto muy importante. Ha sido un tema frustrante. Se remonta al préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo. Es un préstamo de veinte millones de dólares en favor de las áreas de conservación de Costa Rica. Tortuguero, que es una de las áreas más importantes, recibió dos millones de dólares para iniciativas que mejoraran la accesibilidad turística de la zona. El Área de Conversación, posterior a los estudios, definió que iba a utilizar esos dos millones de dólares en dos iniciativas puntuales. La primera fue un muelle en la entrada principal de Cuatro Esquinas, que tuvo un costo de 1.2 millones de dólares. La segunda iniciativa es la del sendero del Cerro. Es un sendero que terminaron desde hace más de un año. -La entrada de Cuatro Esquinas es la entrada del Parque, pero es en Tortuguero. Hay un pueblito que queda antes de entrar a Pavona que se llama Cuatro Esquinas. No es en ese pueblo, es en el parque. -Gracias por la aclaración, Camilo. En efecto, aquí fue donde desarrollaron el muelle, que se gastaron poco más de setecientos millones de colones. -Es un relajo lo que costó. -No quiero hacer polémica, pero todos los que estamos involucrados en la zona, no estamos de acuerdo en cómo se hizo el proyecto. Consideramos que de haberlo hecho con la empresa privada, como se han hecho todos los hoteles y muelles del pueblo, no hubiera costado ni siquiera la mitad. En este momento, estamos impulsando a través de don Enrique Obando la construcción del muelle del pueblo. Es el doble en tamaño y está costando menos de cuatrocientos mil dólares. Este muelle de

Cuatro Esquinas se sustenta en un préstamo que ya está hecho y que el país tiene que pagar. Volviendo al tema del Cerro Tortuguero, está ubicado en la comunidad de San Francisco que está a más o menos a quince minutos en bote de la comunidad de Tortuguero. Este cerro era un volcán submarino que emergió hace miles de años. Por esa razón es el único punto elevado de toda la costa Caribe. Esto lo hace muy interesante. Además que es un bosque tropical lluvioso, por lo que es excelente para la observación de vida silvestre. En este punto fue donde el Área de Conservación realizó este sendero y se terminó alrededor de hace un año. En este punto fue donde se terminó, se entregó llave en mano y por falta de previsión, el parque no tenía quién manejara la iniciativa. Entonces, el sendero y el mirador del Cerro Tortuguero estuvieron listos para ser usados y durante seis meses estuvieron sin uso, sin mantenimiento de infraestructura. Todo esto por la falta de previsión de ACTo. Hasta diciembre del año 2016 empezó su uso. Nosotros tuvimos varias reuniones con ellos. Al final, el único interesado en manejar esta iniciativa fue la Asociación de Desarrollo de San Francisco, quienes hoy lo están manejando. San Francisco es una comunidad que está naciendo. Está en una de las zonas marginales. Por esa razón, cuando nos dijeron lo de que manejaran el sendero, a todos nos pareció una buena noticia, porque es una manera de manejar encadenamientos a través del turismo. Es una comunidad que no tiene muchos medios. El problema se dio con las condiciones que impuso el parque nacional para la operación de este sendero. Las condiciones fueron simplemente absurdas. Yo siempre he dicho que esto lo escribió una persona detrás de un escritorio sin ningún criterio operativo y probablemente sin haber visitado el sendero. Entonces, actualmente la

Asociación de San Francisco tomó esto en un permiso de uso precario, porque no quisieron darlo en concesión tampoco, lo cual indica que en cualquier momento se los pueden quitar. Entre las condiciones absurdas que les pidieron está un mínimo de dieciséis empleados.

Situación difícil para Asociación de San Francisco -El proyecto está quebrado. -Hoy, la asociación lo está sosteniendo con deudas sobre la misma asociación, lo cual es contradictorio al fin último que tiene el sendero que es generar ingresos para la asociación y para la comunidad. Actualmente lo que se ha generado es que la comunidad esté ahora endeudada por el mal cartel que hizo el ACTo. Nadie entiende por qué les exigieron dieciséis empleados. Este Cerro tiene dos entradas, no se les permitió operar en una de las entradas, que es a la que la mayoría de personas puede acceder con menor dificultad. Obviamente hay un costo relacionado con el transporte para llegar al sitio. Les exigen que los turistas tengan que ir con guías a la caminata, lo cual es totalmente innecesario. Exigen que los tiquetes se deban comprar el día antes. Realmente es una barbaridad. A la fecha, no han querido cambiar el cartel porque el parque sostiene que las condiciones de operación son correctas. Le doy un dato que es el más interesante de todos. El parque hizo una estimación que más o menos diariamente se iba a recibir ciento cuarenta turistas. La realidad es que hoy, con cinco meses de operación, el ingreso diario de turistas está entre las doce y catorce personas. Estamos hablando que fallaron por poco más de diez veces en sus estimaciones. Obviamente, ante esta situación, la asociación lo que ha venido acarreando es una deuda y no sabemos por cuánto tiempo más se van a sostener. Este

es un punto importantísimo: hemos tenido conversaciones con otras personas de la comunidad y nadie está interesado en tomar la iniciativa, puesto que las condiciones son ilógicas. Nadie se quiere endeudar. Dudo que la Asociación de San Francisco pueda operarlo por más de dos o tres meses. Lo que están es adquiriendo una deuda mensual por poco más de dos millones mensuales para pagar la planilla y los costos asociados de acuerdo con las exigencias que les dio ACTo. Esta situación, por cualquier parte que se mire, es un asunto totalmente irregular, que se debe cambiar de forma inmediata. Es lo que le hemos solicitado al ACTo. -También me parece que es una injusticia con la comunidad. La comunidad debería estar apoyándose y aprovechando el proyecto. El proyecto es realmente bonito. Lástima que está inflado y que le ponen estás condiciones al pueblo. Yo lo que quiero es decirle a la gente que es un lugar precioso que hay que ir a conocer. -Cuando fui a conocerlo me pareció uno de los mejores senderos manejados en el sentido de la topografía y las áreas de conservación. Tiene una infraestructura bonita. La observación de los canales desde arriba es espectacular. Al igual que usted, yo insto a los costarricenses a que lo visiten. Esto, este sendero y este mirador, sin duda es algo que debemos salvar. Mi preocupación es qué va a pasar cuando la asociación ya no lo pueda manejar y le devuelva el cartel al parque nacional. ¿Qué va a hacer el parque nacional? Porque una de las condiciones, cuando se creó este proyecto del Cerro Tortuguero, era que tenía que manejarse a través de un tercero. Una asociación externa para que eso le generara recursos a la comunidad, en este caso, de San Francisco. Pero lo que le ha generado es un endeudamiento. Si la

asociación devuelve el cartel, aparentemente no hay nadie interesado en utilizarlo. Creo que es lógico, basándose en las condiciones en que está el cartel. -Ese proyecto debería ser manejado por tres personas, pensando en los días libres de cada uno. La persona que recibe el pago en la entrada debe cuidar. Por ahora tiene que ser así, cuando hayan ingresos se contrata más personal. Además, el turismo lo va a cuidar. Va a cuidar el mirador. Es un lugar precioso. -He ido un par de veces al Cerro. Lo primero que uno hace al salir de este sendero es pasar a la comunidad a comprar una bebida. Ahí empieza el encadenamiento y enriquecimiento para la comunidad. Pero si solo lo visitan doce o catorce personas no es representativo. Obviamente esto va a tener un impacto si lo visitan ciento cincuenta o doscientas personas diariamente. Ahí sí va a tener un beneficio para la comunidad. Ahí sí se obtiene un beneficio social que tanto se requiere. -Le dije a Sara Zúñiga, la administradora del parque, que cómo se les ocurrió pedirle esa cantidad de empleados a la asociación. Viene ahora la temporada baja, donde la visitación va a ser menor. No se requiere tener ese personal. Es un pecado seguir endeudando a la asociación y a la comunidad. -Correcto. Eso se veía venir. Desde el momento en que presentaron el cartel y vimos la cantidad de planilla que le solicitaban al oferente, nosotros en la Asociación de Empresarios Turísticos de Tortuguero, informamos a ACTo, a doña Sara Zúñiga y a doña Laura Rivera. Les dijimos que eso no iba a funcionar. Se lo dijimos desde diciembre. De hecho, algunos compañeros hoteleros le dijeron a Ana Rita Rodriguez, la presidenta de la Asociación de San Francisco, que no tomaran ese cartel, que lo que iban a hacer era perder plata. En febrero de este año, hace tres meses, hubo una segunda reunión. Se le envió una carta a ACTo donde les solicitábamos vehementemente que, por favor, eliminaran algunas de las cláusulas que tenían. Entre ellas, disminuir la planilla, habilitar el acceso por los dos lados, que habilitaran el sendero de guías. Eso para ver si la actividad se logra sostener. En este momento, ya la Asociación debe doce millones y los meses de mayo y junio son los meses de temporada baja en Tortuguero. Si reciben dos o tres personas diarias es mucho. Eso es un pecado. Son personas muy humildes, que les vendieron una expectativa muy diferente de la realidad. Hoy, lo que tienen es una deuda que nadie sabe cómo van a pagar. Espero que no terminen pagándola de sus ingresos, que, de hecho, ya son escasos. Me parece que esa es una de las opciones más realistas en este punto.


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Diego Blanco

“En Tortuguero hay un divorcio entre la comunidad y las autoridades del parque” t “Son alrededor de

ocho años en los que lo que ha habido es un completo divorcio entre los empresarios privados, no solo turísticos, sino en general, y el Área de Conservación Tortuguero. Hemos tenido múltiples desacuerdos en prácticamente todos los temas. Ellos las prioridades las ven diferentes. Ellos abogan por el principio de la conservación, en lo cual estamos de acuerdo. Pero tenemos que entender que en un área como Tortuguero no puede existir conservación divorciada del turismo. De hecho, si en Tortuguero no hubiera turismo, probablemente el área de conservación hubiera sido totalmente degradada como lo son las Bocas de Matina, o como es la Boca de Pacuare, donde no hay áreas de conservación y turismo”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Noto que hay un divorcio entre las autoridades del parque, los hoteleros y la comunidad. Quiero decir, por un lado están las autoridades del parque y por el otro lado están los hoteleros y la comunidad. ¿Qué piensa usted de este tema? -Sí. Estoy totalmente de acuerdo con la observación. Personalmente he estado muy involucrado en la zona y yo incentivé la creación de la Cámara de Empresarios Turísticos junto con don Pablo Heriberto Abarca, que en ese momento era el presidente de CANATUR. Instauramos la Cámara de Empresarios Turísticos de Tortuguero. Por dicha logramos crearla y a la fecha se mantiene. Parte de la idea de la cámara era mejorar las relaciones con el Parque pero esto no ha sucedido. Le voy a decir el porqué.

Son alrededor de ocho años en los que lo que ha habido es un completo divorcio entre los empresarios privados, no solo turísticos, sino en general, y el Área de Conservación Tortuguero. Hemos tenido múltiples desacuerdos en prácticamente todos los temas. Ellos las prioridades las ven diferentes. Ellos abogan por el principio de la conservación, en lo cual estamos de acuerdo. Pero tenemos que entender que en un área como Tortuguero no puede existir conservación divorciada del turismo. De hecho, si en Tortuguero no hubiera turismo, probablemente el área de conservación hubiera sido totalmente degradada como lo son las Bocas de Matina, o como es la Boca de Pacuare, donde no hay áreas de conservación y turismo. El mismo turismo tenemos que entender que es en mucha parte protagonista principal de la conservación ya que los tours operadores, los hoteleros, los guías turísticos, los mismos turistas, todos incentivan la conservación y son los que generan los ingresos directos para esta conservación. En este momento, por múltiples situaciones, lo que tenemos es un divorcio, y todas las reuniones lo que venimos argumentando tanto de un lado como del otro es lo que no se ha hecho. Pero en realidad no venimos solucionando. La semana pasada le indiqué a doña Sara Zúñiga que esto tiene que parar. No podemos seguir peleando toda la vida. Ellos tienen la legislación para parar cualquier tipo de

iniciativa que tiene el turismo. Nosotros, por el otro lado, tenemos los recursos para seguir peleando con ellos porque consideramos que las decisiones que están tomando no son las correctas. En este momento, lo más importante es lograr una mesa de negociación, en donde ambas partes (autoridades del parque versus comunidad junto a hoteleros) finalmente logren un consenso que beneficie toda la zona. Como lo hemos hablado últimamente, Tortuguero tiene un gran futuro, pero si no se regulan, sino se controlan ciertas cosas, puede ser un futuro muy corto. Por ejemplo, el tema de las aguas negras es urgente.

Visita nocturna al parque -Usted y yo estuvimos en una reunión con Sara Zúñiga, la administradora del parque. Estuvimos tratando el tema de las aguas negras. Cuesta más o menos millón y medio de dólares el instalar una planta de tratamiento de aguas negras. Yo no visualizo que el Estado Costarricense ponga esos recursos. Usted visualizó que el Night Tour se instale como una manera de generar recursos para este proyecto. Entiendo que el Night Tour de Tortuguero es uno de los más destacados en el mundo. -Así es. Es muy interesante, porque a nivel de país contamos con una diversidad muy rica, pero en muchos casos estas iniciativas

t “En este momento, lo

más importante es lograr una mesa de negociación, en donde ambas partes (autoridades del parque versus comunidad junto a hoteleros) finalmente logren un consenso que beneficie toda la zona. Como lo hemos hablado últimamente, Tortuguero tiene un gran futuro, pero si no se regulan, sino se controlan ciertas cosas, puede ser un futuro muy corto. Por ejemplo, el tema de las aguas negras es urgente”.

quedan truncadas y son iniciativas que pueden generar muchos beneficios para las comunidades y los parques nacionales. En los años ochenta, se manejaban tours nocturnos y diurnos a los canales de Tortuguero. En los años noventa, el Área de Conservación decidió que no era conveniente hacer los tour nocturnos porque generaban afectación a la vida silvestre. Hicie-

ron un estudio no muy específico, pero se basaron en eso para tomar la decisión. Actualmente esta posibilidad está cerrada y no se pueden realizar tours nocturnos, pero es un producto que se podría ofrecer. En los años ochenta, la mayoría del turismo que visitaba Tortuguero eran estudiantes de biología, de ciencias naturales, de universidades norteamericanas. En ese momento, era el tour más vendido de la zona, porque ellos indican que hay pocos lugares en el mundo con características tan buenas para estudiar animales en la noche. Entonces, es un producto que tiene un potencial enorme. Hay un científico, Carol Henderson, quien es una referencia mundial en biología, porque tiene muchos libros, y él habla mucho de la observación nocturna en Tortuguero. De hecho, indica que si se hacen los estudios respectivos y se manejaba con una buena regulación, la visitación nocturna no tiene un impacto negativo en la vida silvestre. Obviamente, si hay visitación descontrolada hay afectación, pero si la visitación tiene regulación es totalmente viable. Esto fue lo que le propuse a doña Sara Zúñiga, reactivar esta actividad, porque si se le pone un canon directo a los turistas y cada uno paga diez dólares de canon, que vayan de manera directa a una fundación para el proyecto de tratamiento de aguas negras. Es una posibilidad totalmente real. Nuestra empresa apoya y estoy seguro que el resto de los empresarios están de acuerdo para contratar los biólogos necesarios y que hagan los estudios necesarios indicando si es viable hacer el tour nocturno. Obviamente esto es viable si hay voluntad de parte de ellos. Porque si ellos dicen que no se puede, solo porque dicen que no, eso es lo que ha pasado con muchas cosas. No dan realmente explicaciones. Le decía a Sara que aquí tenemos la capacidad cautiva de vender un producto al turista, que ellos van a querer comprar. Asociado a eso le cobramos el canon para atender una situación que es urgente. Tenemos que buscar una forma realista de gestionar los recursos. -Me llama la atención que ustedes se hayan ofrecido a manejar los temas desde una fundación. -Obviamente, en temas de dinero hay que tener mucho cuidado, nosotros tenemos toda la buena intención. Por eso estamos proponiendo hacerlo a través de una fundación donde todo esté claro. Es un proyecto para la comunidad, sería maravilloso ejecutarlo en una iniciativa como esta.


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Burócratas groseros, mandones y aprovechados t “El cierre (de Jalova) lo justificaron con un estudio que según Don Eduardo Carrillo, experto en jaguares, carece de toda validez científica y más bien incentiva el mito de que los jaguares son peligrosos. Luego de estas declaraciones, ACTo sale olímpicamente a anunciar que el cierre es por la protección del jaguar… ¿Protegerlo evitando que vayan turistas al sector?. Lo que lograrán precisamente lo contrario, los jaguares quedarán a merced de los cazadores, misma historia para las tortugas que ahí desovan. 29 nidos saqueados encontró uno de nuestros guías el 14 de mayo, y preguntó a un funcionario del parque si sabía al respecto… No, no sabía nada”. Isabel Garbanzo Gamboa Para El Guapileño

A lo largo de mi vida laboral, de 30 años como Gerente de Recursos Humanos, para una empresa de turismo receptivo con unos 150 empleados y dueña de Monteverde Lodge y Tortuga Lodge, siempre me han molestado los jefes mandones y aprovechados de la gente sencillla que trabaja para ellos. Es bastante difícil tratar de convencer a unas personas sencillas que se defiendan, que reclamen, que cuestionen, porque si se quedan callados, si no defienden sus derechos, el jefe se va agrandando más en su prepotencia y la cosa empeorará. ¿Quién dijo que la gente sencilla no tiene derecho a cuestionar, a reclamar y a poner un límite a la superioridad de la que se cree dueño el “jefe”? ¿No es cierto que tanto necesita el trabajo el empleado sencillo como el jefe mandón que se aprovecha del más debil? Si no fuera así, pues no estaría trabajando sino que estaría gozando de las rentas y los intereses de su jugosa cuenta bancaria. En mi experiencia, lidiando con instituciones públicas, veo que esto también lo padecen algunos burócratas y los ciudadanos comunes y corrientes. Solo ver ese rotulito que tienen en algunas instituciones que dice que quien falte al respeto a un empleado público será denunciado según el artículo tal y tal, pero yo siempre me pregunto, ¿y dónde está el rotulito que dice que el empleado público que maltrate a un ciudadado será sancionado con el artículo tal y tal? Ese nunca lo he visto por ningún lado, y dudo que lo llegue a ver. Curiosamente, ese rotulito apareció hace poco tiempo, como represalia a quienes nos quejamos, gracias al surgimiento de las redes sociales, y medios de comunicación digitalizados, donde nos enteramos de abusos, pluses excesivos, pensiones de lujo y demás. En el sector público, hay algunos burócratas que usan una forma de maltrato a los ciudadanos comunes y corrientes, “a los de a pie”, como algunos nos llaman, que no pasa por usar un tono altanero, por ser grosero de palabra o de hecho, sino por usar un lenguaje que es del dominio de ellos, el legal, atenidos a que nadie puede alegar desconocimiento de la ley. Y entonces tratan de intimidarlo a uno, de asustarlo porque no cumple o no se doblega ante su prepotencia. Me viene a la mente una empleada del ICT que me dijo hace años que yo tenía que conocer la legalidad de aquello que me pedía porque estaba en la ley no sé cuál y artículo no sé qué en el in-

ciso tal y tal. Ella se sabía todos esas leyes, artículos e incisos porque de eso vive, de manejar esos artículos. Yo en cambio vivo de trabajar para una empresa que debe producir, que debe generar y que paga impuestos al gobierno, para que en su mayoría los invierta en salarios para trabajadores como ella. Dios libre un ciudadano se atreva a preguntar, cuestionar o indagar, porque si lo hace, empiezan una persecución muy fina, escondida tras todo aquello que la ley les permite y todo siempre documentado, de manera que siempre, como un buen gato, caigan de pie. Les ilustro con tres ejemplos.

Persecución contra Enrique Obando En el 2014, lidiando con el tema de los permisos de uso en precario para rastreadores, el líder comunal de Tortuguero, Don Enrique Obando se atrevió a cuestionar y enfrentarse con los funcionarios del Parque y ACTo. Estando en razón, nosotros como empresarios de la zona lo apoyamos enviando una carta al entonces Ministro de MINAE, con palabras textuales usadas por una funcionaria de ACTo, que adelantaba criterio sobre quien NO recibiría en exclusiva el permiso, aunque cumpliera con todos los requisitos. Vaya ofensa, haberlas puesto en mal con el jefe. La historia terminó como terminan todas las historias de quien se atreve a cuestionar, indagar, enfrentar a un burócrata. Aplicaron la letra fina de la ley y las condiciones de los permisos de uso, y desde hace tres años los turistas ya no cuentan con la experiencia en el manejo del

rastreo de la Asociación liderada por don Enrique Obando. Perdió el permiso, en cambio se lo dieron a quien “les baila al son que ellos tocan”, quienes lo manejaron por un par de años y la directora de ACTo sabe la verdad de por qué el año pasado no pudieron obtener el permiso de uso, aunque en sus “papeles” conste que fue por falta de un documento. En el pueblo se comentaba acerca de los manejos y gustos que se daban algunos miembros de esta asociación en los negocios del pueblo. Tengo entendido que el presidente tuvo que renunciar. Desde julio de 2016 hay una denuncia en el OIJ de Guápiles que duerme el sueño de los justos. Seguro es muy poquilla plata a la par de otras denuncias que ahí deben tramitar. Lo más sorprendente, parece que este año están concursando de nuevo. Yo sé que se miente también por omisión, por manejar información y no reportarla al superior jerárquico como corresponde. Y como no manejo la ley al dedillo, no tengo idea de qué consecuencias tendrá esto para un funcionario público. Ni mucho menos cuál será la consecuencia que el Estado le otorgue un permiso de uso en precario a una asociación que tiene una denuncia por mal uso de fondos. Ya veremos.

Las represalias El apoyo a este líder comunal nos valió que también tomaran represalias contra nuestra empresa, y también lo hicieran aplicándonos la letrita fina de la ley, y me indujeran a error en la firma de un permiso de uso en precario para la zona de Jalova. Entendí “acondicionamiento” por “mejorar”, “pulir” , pero el ACTo pretendía no que acondicio-

nara sino que “cambiara” todos los paneles solares del edificio administrativo de la estación de Jalova. Ya habíamos invertido $8,000 (ocho mil dólares) en mantenimiento y el “acondicionar” que era “cambiar” requería $22,000 (veintidós mil dólares) como mínimo, adicionales. Muy bien jugada la represalia. Así “se sacaron el clavo” Pero había aún más, la cosa no terminó ahí, ya que este año cerraron la visitación al sector de la playa de Jalova. ¿Adivinan quién será el más perjudicado con ese cierre? Si, nosotros. Curioso porque el cierre lo justificaron con un estudio que según Don Eduardo Carrillo, experto en jaguares, carece de toda validez científica y más bien incentiva el mito de que los jaguares son peligrosos. Luego de estas declaraciones, ACTo sale olímpicamente a anunciar que el cierre es por la protección del jaguar… ¿Protegerlo evitando que vayan turistas al sector?. Lo que lograrán precisamente lo contrario, los jaguares quedarán a merced de los cazadores, misma historia para las tortugas que ahí desovan. 29 nidos saqueados encontró uno de nuestros guías el 14 de mayo, y preguntó a un funcionario del parque si sabía al respecto… No, no sabía nada. ¿Cuál es ahora el rumor en el Pueblo? Están redactando un oficio que cerrara la visitación al sitio alterno donde llevaremos nuestros turistas. Veremos si la persecución solo me la imagino yo, o si me la confirman con el cierre de este nuevo sector. La empresa para la que laboro tiene los recursos económicos para contratar un abogado y defender su derecho. No es el caso de quienes nos han dado la razón a algunos hoteleros de la zona, en cuanto a cómo unilateralmente las funcionarias de ACTo toman decisiones que afectan al parque y a la comunidad. Como indujeron a error a la Asociación de Desarrollo de San Francisco, que firmó el permiso de uso en precario para el proyecto del Cerro Tortuguero, basada en la ilusión de unas proyecciones de visitación totalmente erradas, de 146 visitantes diarios proyectados. Lo real, de 14 a 19 visitantes por día. Por hacer saber esto al periodista Camilo Rodriguez, por permitirle filmar en el Cerro Tortuguero y comentarle la deuda de más de 12 millones de colones, la presidenta de la Asociación fue citada a una reunión de urgencia, donde se llevó una regañada verbal, y luego recibió una carta que le pide cuentas por las declaraciones dadas a ese periodista. ¿Desde cuando en Costa Rica uno tiene que justificarse ante un burócrata por hacer saber la verdad de

una situación que a uno le perjudica? ¿Quién se cree la funcionaria de ACTo? Ahhh, sí, una burócrata respaldada por el aparato estatal donde, la mayoría se tapa con la misma cobija. ¿Y cuál es el rumor en el pueblo ahora? ¡Que le quitarán el permiso de uso a esta asociación! Veremos si esta persecución a esta asociación es infundada o no. Cuando reciban el oficio que les anula el permiso de uso, se sabrá si persiguen, y se sacan el clavo con quienes osen cuestionarlos. Lo cierto del caso es que esta manera de actuar de funcionarios de ACTo, a quienes les incomodan quienes los enfrentan y cuestionan les sienta muy bien los calificativos de groseros, mandones y aprovechados. Lo más lamentable de esta realidad es que si trabajaran en una empresa privada, tarde o temprano tendrían que dar cuenta a sus jefes, pero como están en el gobierno tendremos que pagar sus salarios hasta que logren pensionarse con los privilegios del caso, habiendo dejado un camino de víctimas a su paso. Además, en la empresa privada el jefe tiene autoridad sobre sus subalternos. Lo irónico es que en el sector público, nosotros pagamos los salarios de estos empleados, pero ellos nos tratan como si fueran nuestros jefes. Si como pueblo no nos creemos que ellos trabajan para nosotros, que están ahí para servir y no para servirse, eliminar este tipo de prácticas será imposible ya que como dijo Don Edgar Espinoza en su Columna del 29 de Abril, “y Así nos robaron Costa Rica”, (https:// www.crhoy.com/opinion/columnas/edgar-espinoza/y-asi-nos-robaron-costa-rica/) Cito textualmente, “…nos robaron también el derecho y hasta la voluntad de denunciarlos porque quienes tienen la responsabilidad de darles curso a esos procesos son cuñas del mismo palo que acaban por desestimar los cargos contra sus amos del alma, cuando no, y para ponerle la cereza al pastel, nombrándolos beneméritos de la patria.” Dichosamente, hace ya algunos años tuve la suerte de coincidir en una reunión con Don Edgar Espinoza, y comentando la frustración de cómo han ido muchos burócratas y políticos carcomiendo todo lo que este a su paso y lo difícil para el ciudadano común de reclamar y que quizá sería tiempo de ya darnos por vencidos, me dijo, “no hay que perder la esperanza jamás, hay que seguir dando la lucha, en algún funcionario público germinará la semilla de hacer lo que es correcto, honrado y ético”. Sigo pues con la esperanza…


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Diputados estudian problemas entre parque nacional y comunidad t Diputados reciben informe de hoteleros y comunidad sobre problemas con autoridades del Parque Nacional Tortuguero t Publicamos el resumen de hechos que fue entregado a una docena de diputados. Isabel Garbanzo Gamboa Para El Guapileño

El punto central del asunto es el patrón de ineficacia e inoperancia de ACTo en el manejo de casi todos los asuntos desde octubre del año 2013. Si bien es cierto la cuota de responsabilidad de la Municipalidad de Pococí por el manejo del proyecto de Planta de Aguas Negras por el préstamo del BID es bastante grande, tampoco ACTo ayudó en mucho. Sin embargo, sí se aprovecharon para gastar los $700 mil que se había acordado serían destinados para la planta de tratamiento de aguas negras. Se gastaron $2 millones (dos millones de dólares) para infraestructura en la estación de Cuatro Esquinas y un sendero que mide poco más de un kilómetro. Se hicieron a un lado con la

excusa de “a mí no me toca, lo que me interesa es lo que me beneficia a mi directamente, allá el pueblo y la contaminación”, lo que muestra y demuestra es que hacen todo tan mal, que nunca vamos a lograr tener nada si ellos se involucran. Algunos ejemplos de su ineficacia y que la burocratización y normativización excesiva solo entorpece son los siguientes. Programa de Rastreo. Lo hacíamos bien desde 2004 hasta 2013. Cuando asumió la dirección Laura Rivera retrocedimos un montón en el nivel de la experiencia y transparencia en el manejo de platas con la asociación que terminó haciéndolo, que tiene una denuncia en el OIJ de Guápiles desde Julio de 2016 y ahora está participando nuevamente para que le den el permiso. Esto lo sabe Laura Rivera, pero en papeles dice que el año pasado no se los dieron por falta de un documento. Esa no es toda la verdad. Roxana Sillman, de la CCC, tuvo que salvar el programa el año pasado porque el mal manejo de fondos salió a relucir a última hora. Visitación a Jalova. Todo estuvo bien por años. Era práctico, sencillo y transparente, pero se metió la dirección de ACTo a regularlo, como represalia a nuestro apoyo

al programa anterior de rastreo y ahora ya los turistas no pueden ir ahí y el área administrativa se quedó sin quien le dé mantenimiento. Nosotros lo hacíamos todos los años. Las tortugas y jaguares ahora estarán sin vigilancia de turistas y guías. Expertos como Eduardo Carrillo y Jack Hanna demuestran que el cierre de ese sector no tiene fundamento y más bien deberían aprovechar ese atractivo para beneficio del parque y la comunidad. Laura Rivera dijo que los jaguares de Tortuguero son más peligrosos que los de Corcovado y por eso se cierra Jalova, pero no los senderos en Corcovado. Eso es un engaño total. Horarios del Parque. Tanto los quieren regular y hacer tan bien que es ahora un caos y esto está documentado en grabaciones del periodista Camilo Rodriguez. Relaciones con el sector hotelero. Cada vez más rígidos, intolerantes y unilaterales. Parece que les estorbamos y lo único que podemos decir es sí a todo, creando la falsa ilusión de que existe una relación de comunicación, que manejan burocráticamente muy bien. Saben que los hoteleros más importantes tienen oficinas centrales en San Jose, pero citan a reuniones con casi nada de antelación para asegurarse

Isabel Garbanzo tiene 30 años de trabajar en Costa Rica Expediciones. que no logremos participar. Cuando han hecho reuniones en San Jose, en febrero del 2016 y febrero del 2017, todo lo que proponemos no se puede, no es posible, no es legal. Un hotelero les dijo que eran “El Ministerio del No”. Relaciones con la comunidad. Maltrato verbal y escrito a una asociación como la de San Francisco que solo quiere ayudar a la comunidad y conservar el atractivo del Cerro. La presidenta de la asociación, Ana Rita Rodríguez, fue inducida a error por ACTo con una proyección de visitación al Cerro de 146 personas diarias, y la realidad es un máximo de 19 personas. La asociación, a febrero de este año, tenía una deuda de 10 millones de

colones y en este momento es de 12 millones de colones, para poder hacerle frente a la planilla exagerada que exigen las condiciones del permiso de uso, y ACTo es inflexible en cambiar condiciones tales como el número de empleados (11 empleados para atender un máximo de 19 turistas). A Ana Rita la llamó la plana mayor de Acto luego de la primera entrevista con el periodista Camilo Rodríguez para regañarla por haber dado declaraciones. Le mandaron una carta en que le piden explicar por qué dio tres declaraciones referentes a la deuda, a la inducción a error y qué ha hecho ella para promocionar el Cerro. Ni plata tienen para planillas y les exigen mercadeo. Eso es una grosería de parte de Laura Rivera y ACTo en general.

CR Hoy informa sobre caos por aguas negras en Tortuguero Nota publicada en CRHoy el domingo 28 de Mayo sobre problema Aguas Negras en Tortuguero (https://www.crhoy.com/nacionales/tortuguero-esta-sumido-en-la-contaminacion-y-se-hunde-en-aguas-negras/) Tortuguero está sumido en la contaminación y se hunde en aguas negras A solo 20 metros de la entrada principal del Parque Nacional de Tortuguero reina la contaminación con aguas negras y jabonosas, situación que alarma a vecinos y empresarios turísticos de esa zona del Caribe costarricense. Así lo denunciaron el líder comunal Enrique Obando, y Diego Blanco, de Costa Rica Expeditions a CRHoy.com. Según afirman, la población de Tortuguero crece cada año y allí viven 2.000 lugareños, mientras que reciben a más de 55 mil turistas cada año, según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT). Unido a ello, al estar tan cerca del mar, las aguas rebalsan los tanques y servicios sanitarios, lo que provoca que las aguas negras lleguen a quebradas, riachuelos y estanques que atraviesan el pueblo y llegan al Parque. Igual situación se presenta con el agua que sale de pilas y baños de las casas. Todo esto hace la contaminación sea el común denominador en la zona, incluyendo al Parque Na-

cional, en especial durante las “llenas” que ocurren entre diciembre y enero, exactamente los meses de mayor visitación de turistas. “Nos alarma que esto se vuelva inmanejable y que se genere una epidemia que afecte tanto a los que vivimos aquí como a los turistas”, afirmó Obando, quien ha destacado como un luchador por el bienestar de esa comunidad. Blanco añadió que, en caso de una emergencia, la capacidad de evacuar a la población es muy reducida, pues solo se puede hacer por lancha –que duran 2 horas en llegar y otras dos horas en volver a Limón- o avión, que deben ser de pequeña capacidad (unas 12 personas), pues el aeropuerto es muy pequeño. Blanco agregó que los malos olores de las aguas estancadas son otro problema, pues aleja a los turistas.

Solución Los dirigentes sostienen que desde hace 22 días propusieron a la administración del Parque una

solución: Permitir la realización de tours nocturnos y avistamientos de jaguares, actividades por las que se cobraría un canon que se depositaría en un fondo a cargo del el Parque para, finalmente, construir plantas de tratamiento de agua. Sin embargo, aún no reciben respuesta. “La situación es apremiante, pues con la contaminación todos perdemos. Los empresarios, porque no llegan los turistas, el pueblo porque casi todos los habitantes de Tortuguero viven del turismo – como empleados de empresas turísticas o con la venta de souvenirs- y el Parque, pues de nada vale tener un lugar contaminado”, sostuvo Blanco. Explicó por los toures nocturnos, el fondo recibiría 10 dólares por turista y por el avistamiento de jaguares, el monto sería de entre 20 y 25 dólares por persona. “Estamos claros que con eso no basta, pero se podría conseguir financiamiento con organismo internacionales que se preocupan tanto por los Parques Nacionales, como por las comunidades afectadas por estas situaciones”, sostuvo Obando.

Enrique Obando, dirigente comunal en Tortuguero.


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Eddy Brown Silva

El pescador que se encontró con el jaguar… Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

se me metió de lo que es turismo. Ese viaje me encantó.

-Tenemos con nosotros a Eddy Brown Silva, de 65 años. Es una leyenda de la pesca en Barra del Colorado y Barra de Tortuguero. Gracias por acompañarnos. -Muchas gracias a usted.

-Yo tengo unos videos de jaguares aquí muy cerca del Tortuguero, que usted tomó. ¿Cuándo los tomó? ¿Qué significan esos encuentros? -Significan mucho. Antes costaba ver un jaguar y ahora se han visto más a menudo. Quiere decir que hay más población. Ese jaguar yo lo tomé el sábado después del huracán. No sé sí fue jueves 23 de noviembre. Andaba en Caño Blanco, trayendo gasolina, y de regreso lo encontramos un compañero y yo en un árbol sentado. Fue muy emocionante.

-¿Usted nació en Barra del Colorado? -Orgullosamente ese es mi pueblo. -¿Ese apellido Brown de dónde viene? -Mi abuelo era jamaiquino. De ahí viene el apellido. -¿Su abuela no era de Jamaica? -No. Ella era de una isla, de Martinica, una isla francesa.

“En el parque son rígidos con los pobladores”

-¿Cómo fue su niñez en Barra del Colorado? -Creo que mi niñez fue muy bonita. Nosotros de niños fuimos muy luchadores con mis padres. Barra del Colorado era un lugar muy bonito para nosotros en aquellos tiempos. -¿Era mucho más remoto que ahora? -Mucho más remoto. Mucho más. La salida si se quería ir a San José era por Puerto Viejo de Sarapiquí.

Salían por Puerto Viejo de Sarapiquí -¿No había salida por Puerto Lindo, ni por Pococí en general? -Ningún lado. Solo era por Puerto Viejo de Sarapiquí o por Puerto Limón, en lanchas de cabotaje grandes, que salían de la bocana y llegaba a Limón.

-¿Qué significa Tortuguero en su vida? Usted es de Barra del Colorado, pero, ¿qué significa Tortuguero? -Tortuguero significa como mi casa. Es el lugar que me ha dado mucho. Grandes amigos, trabajo. Aprendí mucho, más con la empresa que estuve trabajando que era Costa Rica Expediciones. Aprendí mucho aquí y creo que Tortuguero sigue siendo el lugar número uno para mí.

-¿Cuánto tardaban de Barra a Limón, o a Puerto Viejo de Sarapiquí? -Por lancha a Limón, en el mar, era de seis a ocho horas. Por Puerto Viejo seis o siete horas sobre el Río San Juan. -¿Usted hizo la escuela en Barra del Colorado? ¿Hasta qué año llegó? -Yo llegué hasta sexto grado en Barra del Colorado. Después me fui a vivir a San Francisco de Dos Ríos, con un tío mío. Fui dos años al colegio Rodrigo Facio en Zapote.

-Me duele muchísimo la diferencia que se nota entre Tortuguero y Colorado. Es una diferencia sobre todo en fuentes de empleo, que es muy fuerte, muy notoria. ¿A qué cree que se debe eso, siendo usted oriundo de Barra del Colorado? -Yo creo que la gran diferencia es que en Tortuguero tenemos el Parque Nacional Tortuguero y en Colorado una reserva, pero creo que a la reserva no se le da ese auge como se le da a Tortuguero, donde se cuida la tortuga. Se protege más. Se cuida más que Barra del Colorado.

-¿Y después? -Cuando yo tenía catorce años, abrieron un hotel de pesca. Era de Carlos Manuel Barrantes. Se llamaba Casa Mar. Ya desapareció. Yo a la edad de quince años empecé a trabajar con ellos y me encantó la pesca. Estaba haciendo lo que me gustaba. No terminé el colegio por quedarme trabajando. -Usted es famoso como pescador. ¿Cuánto tiene de dedicarse a eso? ¿Qué significa en su vida? -Tengo cincuenta años de estar haciéndolo. Para mí significa mucho. Es mi trabajo y mi hobby. Igual que a un futbolista le encanta jugar futbol, a mí me gusta pescar.

De Casa Mar a Tortuguero -¿Cómo se vinculó antes a hoteles? Sé que usted, junto con don Michael Kaye, estuvo al frente de su hotel. -Sí. Yo llegué a Tortuguero en el año 73. Cuando llegué este hotel estaba funcionando.

Es el Tortuga Lodge. Era dueño un alemán. No sé dónde estará ahora. Necesitaban a alguien para trabajar en el jardín. Dije, “mirá”. La idea mía era trabajar en el hotel. Estuve trabajando de jardinero, transportando a los trabajadores. Un día, el alemán me dijo que fuéramos a pescar y yo lo llevé a pescar. En ese tiempo, la pesca era muy buena acá en Tortuguero. Nos fue muy bien; entonces, a partir de ahí empezó a ponerme a pescar con clientes, pero ya yo lo hacía, ya yo lo hacía en Casa Mar.

-¿El turismo hace una diferencia por la comunidad? -Mucho. El turismo es el que mantiene estas comunidades. -Me contó don Michael Kaye que hay una historia de unos ancianos de 85 años que querían hacer el último viaje de su vida y que ese viaje lo hicieron ustedes. ¿En qué consistió ese viaje? -Yo creo que ese fue mi primer viaje con turismo, y fue en Aguas Frías. Fue para Navidad. Salimos de aquí el 22 de diciembre. Nunca se me olvidan las fechas. Regresamos el 26. Eso significó, para mí, el gusanito que

-¿Qué piensa usted de la administración del Parque Nacional Tortuguero? ¿Qué debe cambiar? ¿Cómo se puede aprovechar más la riqueza de la naturaleza para la comunidad? -Yo creo que el parque nacional debe cambiar, deben dejar de ser tan rígidos con los pobladores, inclusive con las compañías grandes, porque los que sostienen a los parques nacionales son las compañías de turismo. Yo creo que deben ser más flexibles con los horarios. Inclusive, en todas partes del mundo en los parques nacionales se pesca. Aquí usted no puede pescar en los parques. En ningún lado se puede ir a pescar, pero en las noches uno ve que echan trasmallos. Uno llama al parque y nunca tienen personal. Nos dicen que no hay esto ni lo otro, y es perder el tiempo. -Usted dice que pescar es leer el mar. Usted tiene una frase que me encanta, usted dice que para pescar hay que pensar como los peces. Algo así. -Claro. Para pescar un pez hay que pensar como un pez. Yo creo que un buen pescador sabe lo que significa eso. Si usted no piensa así, no va a poder pescar. -¿Qué significa pescar en su vida? ¿Qué les transmite en la práctica a sus clientes? -Significa mucho porque es el sostén de mi familia. Yo trato de transmitirle al cliente lo que yo sé de pesca porque ellos vienen y pescan otro tipo de peces de lo que yo puedo pescar acá. Yo trato de enseñarles a ellos lo que sé hasta donde yo pueda. -¿Ha sido usted feliz en el turismo y en la pesca? -Yo creo que he sido un hombre muy feliz, primero por la familia que tengo y por trabajar en turismo. Estoy haciendo realmente lo que a mí me gusta. Soy muy, muy feliz. -¿Por qué venir a Tortuguero o a Colorado? -Yo creo que la gente busca la zona. La zona es muy buena en pesca, Tortuguero, Parismina y Colorado, pero creo que Colorado tiene mejor pesca, dependiendo de las épocas, porque tiene un río más caudaloso. No sabemos por qué, pero el sábalo que es lo que más se viene a pescar, como el pez vela en el Pacífico, trepa hacia el lado de Nicaragua y hay épocas en las que el mar está muy bravo y tenemos que ir a Colorado a pescar.


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8 t “Yo creo que lo que ha ido pasando es que se afecta la calidad de la experiencia para el turista que realmente ama la naturaleza. Antes subíamos a Palo Verde a ver el atardecer y salíamos de noche y no había ningún problema. Obviamente uno le decía a la gente del parque y eran muy anuentes a decir que no había problema. En Carara también era muy bonito. Nos quedábamos hasta el anochecer y no había problema. De unos años para acá hay más restricciones. Uno llega a las ocho, pero se pierde un montón”. “Algunos directores de parques lo llevaban a uno ver animales que estaban fuera de los senderos. Recuerdo al señor León, que era muy buena gente. Uno llegaba a Sirena y los guardaparques decían, “vea, por ahí andan las dantas”, “vamos aquí”, “vamos allá”. Ahora es llegar al parque y que le digan, “ponemos la cadenas a las cuatro, tiene que estar afuera” Por ejemplo, en Palo Verde. O sea, es como una amenaza de que si no sale, le cierren el portón”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Carlos Gómez, mejor conocido como Charlie, un guía biólogo de 61 años, es toda una leyenda en el tema de ser guía. Vamos a hablar de su experiencia en Costa Rica Expeditions y en el mundo, porque es guía en Perú y en Ecuador. Gracias por estar con nosotros. -Un placer. -Don Carlos, cuénteme, por favor, de sus inicios. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció? ¿Qué hacían sus papás? -Nací en San José. Una familia trabajadora. Mi papá todavía está vivo. Sigue trabajando. Tiene el negocio de aviación. Mi mamá trabajaba como contadora. Ya falleció. Siempre me gustó la naturaleza. Tenía familia que le gustaba ir al campo, a pescar, inclusive de cacería, en esas épocas. Uno iba a las lagunas en Guanacaste a disparar. Uno veía otros animales. Otras cosas. Eso era cuando estaba joven. Muy niño. Después decidí estudiar Biología. Estudié Biología en la Universidad de Costa Rica. Estuve en el lugar y en el momento exactos con el desarrollo del turismo, cuando conocí a don Michael Kaye y a la gente que trabajaba con él. Me dijeron, “usted habla inglés, sabe de aves, sabe de naturaleza y nosotros necesitamos guías”. Eso fue en el año 1985. Hablé a la compañía.

en Tortuguero es uno de los mejores del mundo. -No sé cómo será, pero era muy bonito. Era muy interesante. Toda la vida me ha gustado. Salíamos a buscar búhos, pero también hay muchas serpientes. Es otro mundo en la noche. En el día se ven un montón de cosas, pero en la noche se ven otro montón de cosas diferentes. Es sumamente agradable para el que le gusta. Siempre he tenido focos y cosas para salir. Cuando íbamos a Sirena, con los grupos por lo general, íbamos a buscar serpientes, búhos. En Tortuguero una vez un compañero me dijo, “vieras que la otra noche nos fuimos en un bote y con un foco y nos encontramos un montón de animales”. Le digo yo, “bueno, yo tengo baterías y tengo equipos que he usado en otras

Carlos “Charlie” Gómez

32 años de ser guía naturalista Hice el primer entrenamiento, y en diciembre estaba manejando un bus de Costa Rica Expediciones, con uno de los principales guías que tenían ellos en esa época. Fuimos, aprendí y de ahí me tiré al río. El resto es historia. Ya tengo treinta y dos años en esto. -¿No había sido guía antes? -Había trabajado en OTS un poco. A veces llegaba gente que necesitaba guía y no tenían guía; entonces, les decía que si gustaban los acompañaba. Nos íbamos a ver la naturaleza, a ver aves, que es mi hobby, mi pasión. Me gusta mucho. Esa era la experiencia que tenía. Empecé a trabajar en Expediciones en época alta. Me contrataban en época alta. Ahora estoy a tiempo completo. Trabajo en el departamento de guías una parte del año, y el resto guiando. He tenido la suerte de poder guiar en otros países. Trabajé mucho en Panamá. Después trabajé en Perú. En la actualidad todavía voy a Ecuador, pero ya estoy como más tranquilo. Yendo despacio. Me gusta mucho. Es algo diferente. Hace treinta años era un placer guiar. Ahora es un poco menos placentero. -¿Qué es lo que no lo hace placentero? -Desgraciadamente ya no es como antes, ¿qué le puedo decir? Antes íbamos mucho a Corcovado. Era más fácil. Uno salía de noche a Sirena. Acampábamos. Íbamos a

ver animales en la noche. En el día caminábamos. Ahora hay muchas restricciones. Obviamente hay más turismo y más gente y hay que hacer algunas cosas. Creo que en Sirena no lo dejan a uno salir de noche. Detalles así. Era más fácil antes. Uno entraba a los parques nacionales bien temprano. Uno llegaba a la ventanilla y hablaba con quien estuviera cobrando, y le decía, “¿puedo entrar mañana con el grupo a las cinco de la mañana?”. Obviamente la naturaleza se despierta temprano. Después, en las tardes también. Son los momentos perfectos para ver vida silvestre. Y es más descansado para la gente. La temperatura afecta. A uno le decían, “sí, claro, ¿su nombre? Mañana cuando viene, paga”. Ahora parques como Carara tiene un horario burócrata de siete a cuatro. Palo Verde, que es lindísimo, abre a las ocho y cierra a las cuatro. -Y las aves se ven antes de las ocho. -Claro. Se pierde uno de lo más lindo. Antes íbamos a Palo Verde a ver el atardecer y las aves volando y era todo un espectáculo. Yo creo que lo que ha ido pasando es que se afecta la calidad de la experiencia para el turista que realmente ama la naturaleza. Antes subíamos a Palo Verde a ver el atardecer y salíamos de noche y no había ningún problema. Obviamente uno le decía a la gente del parque y eran muy anuentes a decir que no había problema.

En Carara también era muy bonito. Nos quedábamos hasta el anochecer y no había problema. De unos años para acá hay más restricciones. Uno llega a las ocho, pero se pierde un montón.

“­ Mejor ir a fincas que a parques nacionales” -Incluso usted me decía que prefiere ir a algunas fincas conservadas que a los parques nacionales. -Se han abierto opciones. Eso me gusta mucho. Se han abierto opciones con gente que tiene reservas privadas, o tiene un sendero privado. En Arenal hay, en Tenorio también. Me gusta mucho ir ahí. La compañía es muy flexible. Nosotros tenemos el dinero para entradas. No tenemos problemas en eso. A veces prefiero ir donde yo sé que le doy el dinero a gente local que está tratando de mantener sus negocios, sus fincas, o sus senderos, que ir a parques nacionales. Algunos clientes me han preguntado, “¿y por qué no vamos a parques nacionales?” Les digo, “vamos a ver más, vamos a entrar más temprano, vamos a entrar de noche, es mucho más cómodo que tener que lidiar como un horario de siete a cuatro”. -Hay como un ochenta y cinco o noventa por ciento de la gente de Guápiles que no conoce Tortuguero, pero así es este país. Quería hablar con usted de su experiencia como guía aunque usted no es guía. ¿Cómo es eso?

Usted es un guía reconocidísimo, pero no tiene licencia de guía. -Cuando comencé me buscaron, me dijeron, “habla inglés, sabe de naturaleza”. Yo creo que a veces el guía nace. El trato con la gente. No he tenido la necesidad de llevar cursos. Estuve en la universidad. Llevé la carrera de Biología. Había trabajado con gente. Todo eso son experiencias. Entrenábamos aquí con Costa Rica Expediciones. Gente muy buena que había en la compañía en esos días. Ahí se fue haciendo uno como guía. Siempre estaba ocupado. No puedo decir que en estos treinta y dos años no lo haya estado. Siempre he estado trabajando aquí, o trabajando fuera, o en la oficina. Me gusta trabajar. Es mi naturaleza. Entonces, nunca he tenido tiempo de ir a hacer todo el papeleo burocrático. Creo que son como ocho meses. -¿Le “estrilan”? ¿Le hacen problema? -Muy poco. Realmente sería mentir. Muy poco. Sí me han pedido la licencia, pero no he tenido problema. Siempre se estresa uno un poco cuando empiezan las campañas, pero no. Por el momento, no hemos tenido problema, pero por el momento. -Yo creo que el país tiene un gran tesoro en sus parques nacionales, que una cuarta parte del territorio esté de alguna manera protegido es una gran bendición. ¿Qué es lo que hay que cambiar en los parques nacionales? Us-

Nosotros ofrecimos llevar gente del parque. De hecho fuimos con guardaparques en la noche para que vieran como se hacían los tours. Se hablaba de que las luces eran muy fuertes. Se podían usar luces diferentes sin impactar tanto, pero no simplemente cerrarlo. A mí honestamente no me pareció. Me pareció que era algo como “es demasiado negociar con esta gente, cerremos el parque”. -Yo acabo de ir con Costa Rica Expediciones, hicimos un trabajo muy temprano y uno de los compañeros me decía, “bueno, no entramos tan temprano, entramos después de la presa que tuvimos que sufrir en el parque nacional” y aun así a mí me pareció un espacio mágico. Hubiera

qué esa larga fila de turistas, por qué tenían que llegar tan temprano, por qué ellos no podían entrar antes y pagar después, o pagar el día antes y entrar antes, más temprano. No entiendo por qué no. -Las opciones existen, me imagino, pero el sistema no funciona como podría ser. Como le decía, antes era muy sencillo pedir un permiso al administrador o incluso al guardaparques uno les pedía y decían, “no se preocupe, entre más temprano”. Ahora es más difícil y complicado y no les gusta. Si no les gusta, va a haber algún tipo de represalia o por lo menos te sacarían. Uno no quiere hacer pasar a los huéspedes por una mala experiencia. -¿Qué más le duele? ¿Qué

ted que tiene más de treinta años de guiar, sobre todo grupos de extranjeros, que vienen precisamente por los tesoros que tiene el país, ¿qué cambiaría? -Los horarios. Eso es lo que alegan ellos, o eso es lo que dicen. Yo recuerdo que antes uno llegaba y los guarda parques tenían una motivación. Algunos directores de parques lo llevaban a uno ver animales que estaban fuera de los senderos. Recuerdo al señor León, que era muy buena gente. Uno llegaba a Sirena y los guardaparques decían, “vea, por ahí andan las dantas”, “vamos aquí”, “vamos allá”. Ahora es llegar al parque y que le digan, “ponemos la cadenas a las cuatro, tiene que estar afuera” Por ejemplo, en Palo Verde. O sea, es como una amenaza de que si no sale, le cierren el portón. -¿Se ha perdido la mística? -Creo que sí. -¿Cómo eran los guardaparques? -Gente local. Muchos. Gente con un gran amor por los parques nacionales. Recuerdo que había mucha gente que era de la zona. Salían de noche. Lo acompañaban a uno. Creo que les gustaba. Cuando uno llegaba con un grupo, les gustaba mucho acompañar, ayudar. Me imagino que era poca gente la que iba, entonces, era algo diferente en la rutina. Ahora yo, por lo general, lo que veo son las casetas donde cobran y los guardaparques ahí cobrando. Veo que hay desmotivación. Claro, es una percepción personal de la situación. Obviamente hay gente que no es así. En el caso de Tortuguero, a mí siempre me ha fascinado. Ahí fue donde conocí a don Michael Kaye. Fue de los primeros sitios que visité de la compañía. Ahí tenemos un hotel. Ya había ido antes, cuando estaba en la universidad. Tuve la oportunidad de estar ahí cuando estaba el señor Archie Karl estaba al frente del estudio para la conservación. Fue interesante, no porque tenía una gran relación, sino por conocer y ver el trabajo que se hacía. Todo muy bonito. El lugar espectacular como sigue siendo. Era muy agradable todo. Era fácil. Toda la vida me ha gustado salir de noche.

“Night tour” en Tortuguero -Dicen que el tour de noche

ocasiones, la próxima vez que venga a Tortuguero, vamos”. Hablé con el gerente. Creo que era don Eddy Brown en ese momento. Me fui. Montamos un grupo. Fue una maravilla. Vimos animales durmiendo. Solo la experiencia de estar en el bosque en el bote lo hace algo único. Apagábamos los motores y se quedaba uno oyendo. Se me hizo como una rutina hacerlo. La compañía empezó a hacerlo. Era una de las cosas más bonitas. Después empezó a crecer con visitas de otros hoteles y otros grupos. Yo entiendo que hay que tener controles, pero hay que usar un poco el “ponerle ganas”. Habíamos hablado de cobros en la noche al que realmente tenía interés de ir a ver. -¿Tiene alguna explicación para usted como profesional en biología que se prohíba el tour de noche en Tortuguero o es una medida torpe y arbitraria de la burocracia? -Si se hicieran ciertas medidas y ciertos controles, se pueden hacer muchas cosas. Claro, todo eso implica un trabajo para el parque. Yo creo que la salida más fácil es decir “se cierra el parque”, en vez de negociar. De seguir haciendo estudios. De tener una manera.

sido mejor a las seis. Pero, ¿cómo eso entorpece el trabajo del turismo? -En el caso de los grupos que yo guío y algunos otros compañeros que conozco y otras compañías, la gente está dispuesta a entrar muy temprano. Hay gente que le gusta dormir y no le importa entrar tarde. Hay gente que va, ve el bosque y sale. Hay gente que sí disfruta. Hay de todo. Para mí, para un grupo de los que yo hago, si pudiéramos entrar a las 5:30 de la mañana estaríamos posiblemente hasta las 10 sin salir. Tiene ventajas de quitarse el montón de gente que solo va a ver. Uno va a encontrar aves y otras cosas. Es una hora más agradable. Imagínese estar en un sitio tan caliente. El amanecer o el atardecer es la hora más agradable del día porque el bosque es mejor. Eso es lo que a uno lo entorpece. Además, usted vio las presas que se arman en la entrada del Parque Nacional Tortuguero.

Presas en la entrada del Parque Nacional Tortuguero -En el Parque Nacional Tortuguero vi una presa, una larga fila de turistas. Yo no entendía por

más le preocupa? ¿Qué más lo afecta en su trabajo? ¿Qué más afecta a los turistas? -En Tortuguero fue interesante. No voy tanto ahora, pero antes iba y era diferente. Antes había ido con un grupo y había escuchado que se iba a hacer un sistema de entrar tantos botes… Cuando fui era un molote. -Una presa de botes. -Una presa de botes en el mismo canal juntos. Inclusive el muchacho que llevaba el bote nos dijo, “nos vamos a quedar afuera un rato a esperar que baje la cantidad de botes”. Los demás botes siguieron y nosotros nos fuimos quedando atrás porque no es nada bonito el molote de botes. -¿Y eso es porque la burocracia no quiere entrar temprano? ­-Qué le puedo decir. Lo que he oído es que no hay personal. Lo que he escuchado siempre, porque uno pregunta, es que no hay personal. Para mí, lo más importante es que los guardaparques y la gente estén ahí. Me imagino que hay mucha gente en las oficinas y muy poca gente en el parque. Si es un parque, debería haber guardaparques.

-Pero eso pasa en el Estado, mucha gente en las oficinas y poca gente en el campo. -Sí, desgraciadamente eso es ­ parte del Estado. Eso es lo que yo me imagino. Los parques generan dinero. ¿Cuánta gente llega a Tortuguero? Yo me imagino que 200 mil por año. ­-NI siquiera el cinco por ciento de esa gente es costarricense. -Imagínese. Y cuando uno llega a un parque y dice que vio tal o cual cosa por la mañana o al atardecer, lo primero que dicen es que no pueden porque no hay personal. -¿Qué asombra de Costa ­ Rica? Usted tiene treinta años de recibir gente. Hay gente que viene todos los años a hacer un tour con usted. ¿Qué asombra a los extranjeros, a los amantes de la naturaleza, de Costa Rica? ¿Qué hace a Costa Rica una potencia mundial siendo un país tan pequeñito? -A la gente le fascina la naturaleza. El país es pequeño, pero con mucha diversidad. No tanto de aves y animales, que hay muchos, pero también de climas. El costarricense es muy cálido. Siempre me dicen que el servicio en los hoteles, que en los restaurantes, hace una diferencia. También el campesino, que cuando uno va y habla con ellos, la calidad del tico, la calidez de la gente, y la naturaleza, nos ayudan un montón. Para mí, eso es básico. Hay gente que regresa. Tengo grupos que hemos estado treinta años juntos, haciendo tours todos los años. -¿Hay gente que viene a Costa Rica todos los años? -Los tour leaders y hay mucha gente que repite. Hay tanta diversidad que en una gira de dos semanas no se ve todo. Les gusta el país, les gusta la gente, les gusta la naturaleza, entonces, regresan. Hay algunos que han venido tres, cuatro o cinco veces para tratar de cubrir lo más que se pueda. -¿Qué es lo más le gusta a usted del país? -Me fascina la naturaleza. -Pero, si tuviera que escoger tres lugares, ¿cuáles serían? -Es difícil porque cada lugar es diferente. No se pueden comparar. Me fascinaban mucho Corcovado, el Cerro de la Muerte, Chirripó. Esas partes altas me fascinan. El clima. Carara. Mi familia tiene propiedades cerca, mucho antes de trabajar en turismo iba a Carara. -¿Dónde son los tour de noche que más le impresionan del país? ¿Dónde están? ¿Dónde se pueden realizar? -En cualquier lugar. En Tortuguero era lindísimo porque la parte del bosque, ir en el bote y apagar los motores para oír y escuchar era muy bonito. A veces uno tenía gente mayor que les daba miedo entrar caminando a un bosque, entonces, no se sentían seguros. Era muy impresionante en bote. Aparte de ver cosas que no se veían en el día. Sigo haciéndolos. Hay tours fuera de los parques nacionales, caminando, y siempre a la gente le fascina esa experiencia.


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10 Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

t “A mí me parece que el

parque ha venido cerrando espacios. Ese ha sido el interés. Yo diría que lo que se debería de aprender es a convivir entre la dirección del parque y el resto de la comunidad. Para ellos, para los del parque, lo más fácil sería decir que no venga nadie a Tortuguero, que cerremos el pueblo, pero el mundo no es eso, los seres humanos tienen que convivir con la naturaleza”.

-Don Rodolfo “Popo” Dada es una persona que admiro y a quien quiero mucho como escritor y poeta. Ha sido muy importante en mi formación. También es un empresario; un poeta emprendedor y empresario. Ha hecho mucho en la vida, desde administrar un mercado en Managua, Nicaragua, hasta vender verduras en Costa Rica. Él tiene un hotel en Tortuguero. Primero quiero que me hable de su familia, porque sé que ese amor por Tortuguero viene de su papá. -Para mí es un gran placer estar con usted; dentro de lo que fue la organización del Festival Internacional de Poesía, usted, Camilo, nos acompañó durante los primeros viajes aquí, a Tortuguero. También nos abrió las puertas en Guápiles, donde hicimos una actividad muy bonita durante muchos años. Bueno, nos vimos en este lugar en aquellos años varias veces y aquí estamos de nuevo. -Hablemos por favor de su familia. ¿Fue su papá quien compró tierras en lugares tan alejados como Tortuguero? Creo que su papá era salvadoreño. -Salvadoreño de origen, nacionalizado costarricense con los años. go?

-¿Ese apellido, Dada, es grie-

-Dada es palestino. Mi abuelo era palestino, nacido en Jerusalén; cuando ellos vivían en Gaza, se vinieron para América. Se vino dentro de la pobreza de los inmigrantes de finales del siglo XIX. Vinieron a buscar un poquito de vida a América. El abuelo llegó a El Salvador y ahí, más o menos, se fue desarrollando. Mi papá nació en El Salvador. Algunos de sus hermanos nacieron en Jerusalén. -¿Cómo llegó a Costa Rica, cuando llegó y por qué? -Papá jugaba basquetbol y vino a Costa Rica en los años 40 con la selección de basquetbol de El Salvador. Conservamos algunas fotos donde está él con el doctor Calderón Guardia y con algunos otros políticos de la época. Le gustó mucho el país. Papá tenía mucha sensibilidad social. Le gustó el desarrollo del país. Además, se enamoró y se ató a una mujer, realmente. ¿Cuál es el nombre comple-

to de su papá y el nombre de su mamá? -Juan Miguel Dada Basielades. El segundo apellido es griego. Mi segunda abuela de parte de papá nació en Turquía, en la ciudad de la colonia griega. Mi mamá es Ligia Fumero Monge, de padre español, Fumero de Canarias y mi abuelita, María Monge, de Taras de Cartago. -¿Dónde creció usted? ¿Cuántos hermanos son? -Nosotros crecimos en San José, en Barrio Roosevelt. Somos siete hermanos. -Su hermano Mauricio y usted están en la hotelería. ¿Hay algún otro hermano que esté en una actividad como esta? -No, no, papá tuvo empresas textileras. La Red Point es una empresa que la gente recuerda. La de papá todavía se ha mantenido, pues son pocas las textileras que lograron sobrevivir las crisis que hubo después de los años setenta. Tengo dos hermanos que trabajan con eso, una hermana que trabaja en una fábrica de mermeladas, La Tricopilia, que es también de la familia, y en turismo nos hemos metido dos de los hermanos.

Rodolfo “Popo” Dada

El poeta de Tortuguero

De cazadores a ambientalistas -Me decía don Efraín Chacón, padre de San Gerardo de Dota, que su papá tuvo una propiedad allá. Él recorrió el país comprando propiedades en lugares interesantes. Cuénteme un poco sobre eso, por favor. -Mi papá era visionario y caminaba tremendamente. Hay algunas cosas que sí me gustaría rescatar en términos de los intereses generacionales de papá y otra gente que en esa época fueron cazadores. Era otra época, y no se puede juzgar a la gente con los ojos y las leyes de hoy. Pero es gente que se transformó. Papá en los últimos años de su vida era un ecologista muy profundo. Por ejemplo, con respecto a los árboles, conservó totalmente la naturaleza en las propiedades que tuvo. Creo que esto que hablo de la diferencia generacional es muy importante en ese proceso de aprendizaje que hemos ido viviendo nosotros como país también. -¿De niño, usted conoció Tortuguero? -Conocimos Tortuguero, tal vez desde los diecinueve años, hace casi unos cincuenta años. Veníamos a pescar sábalo y a ver la belleza que tenía esta zona; una zona totalmente alejada del resto del país. Ni siquiera estaban los canales de unión que se hicieron después y que unieron Colorado, Tortuguero y Parismina. -¿Dónde hizo usted la escuela y el colegio? -Estudié en el colegio La Salle, en San José. En la escuela también me gradué ahí. Después hice algunos estudios universitarios de Filología y Economía, no concluidos, por diferentes motivos.

Vive la poesía -Yo juraba que usted había estado en un colegio como el Saint Francis, el Anglo America-

no o el Lincoln por su interés por la literatura en inglés. ¿Cuándo comenzó su formación en inglés y esa cercanía que yo sé que ha tenido con la literatura inglesa? -Tal vez, más bien va de un elemento secundario que es la literatura nicaragüense. Yo me acerco a la poesía en lengua inglesa a través de la poesía nicaragüense, que tiene una influencia radical con el exteriorismo que es casi una manifestación de la poesía inglesa. Ellos tienen grandes poetas de origen inglés como Pablo Antonio Cuadra, pero sobre todo José Coronel Urtecho, quien hizo traducciones de los grandes poetas norteamericanos, al igual que Ernesto Cardenal. En Nicaragua tienen un poeta que casi que escribió toda su literatura en inglés. Es Salomón de La Selva. -¿Usted conoció a José Coronel Urtecho en Medio Queso de Los Chiles, donde vivía? -No tuve la dicha. Realmente me hubiera encantado conocer a don José y a su esposa, doña María. Algunas veces recibimos a sus hijos Fernando y Luis, que venían a pasear a esta zona. Es la cercanía mayor que tuvimos. Pero a través de la poesía, a don José Coronel yo lo admiro muchísimo. -¿Quiénes lo marcaron a usted como poeta? ¿Quiénes lo encaminaron a la poesía? -Yo digo que eso respondió a diferentes épocas, desde Darío, en

cierta época, hasta la generación del 27, muy profundamente en otra época, la poesía nicaragüense en diferentes épocas… Uno fue degustando y emocionándose con diferentes tipos de poesía. Ahora yo he estado muy cercano a la poesía argentina, a Juan Gelman. Inclusive mucho más atrás, tal vez por el interés por la metáfora y la magia, porque yo soy de los que afirman que la poesía tiene nacionalidad. Por ejemplo, vos en la poesía mexicana leés a los poetas y sentís que los poetas tienen una nacionalidad. En la poesía nicaragüense, es muy evidente su nacionalidad. Hay una diferencia, un juego de magia, el surrealismo, la metáfora muy metida, en la poesía argentina. En cambio, en la poesía nicaragüense la metáfora no existe, es exteriorista. Yo creo que hay identidades nacionales en la poesía. La mexicana siento que es mucho más analítica, más filosófica, más de pensamiento. La chilena que tiene un desarrollo con cualidades muy específicas. La colombiana también.

Administrador de un mercado en Nicaragua -Me llama mucho la atención porque usted no es un poeta que se dedica a dar clases o a estar en la universidad, sino que usted ha sido un emprendedor. Yo recuerdo que usted tuvo una venta de verduras, una verdulería y este hotel. ¿Cómo empezó usted en la

vida? ¿A qué se dedicó en los primero años? Sé que usted estuvo en los primeros años de la Revolución Sandinista, en los años 80, creo que manejaba hasta un mercado en Managua. -Sí, tuve ese gran honor. Fue una experiencia de vida el haber sido el intendente del Mercado Oriental de Managua, que es el mercado más grande que hay en Centroamérica, un mercado que tenía en ese tiempo alrededor de treinta mil vendedores. Compartí con la gente más humilde. Atesoro el haber compartido y poder manifestar el cariño y el esfuerzo en el trabajo con la gente más pobre de Nicaragua. -¿Cuantos años estuvo allá? -Estuve como tres años. No fue una época muy larga, pero sí, realmente, muy intensa. Después estuve trabajando en la descentralización del Mercado Oriental, cuando se abrieron mercados en diferentes zonas de Nicaragua. Fue una experiencia enriquecedora. Claro, también la cercanía a esto de la verdura y el trabajo en la tierra, porque realmente a mí la agricultura me gusta. Como dicen, tengo la mano muy buena para sembrar. Desde muy joven, yo me he dedicado a la agricultura y a vender verduras. Yo trabajé muchos años en la feria del agricultor vendiendo verduras. Después abrimos un negocio de verduras con una idea muy específica, que era establecer una relación

más cercana entre el productor y el consumidor, con precios muy bajos y productos de gran calidad. Hicimos una verdulería muy exitosa en términos de calidad y de precio. Vendíamos mucho más barato que las ferias del agricultor.

Su llegada a Tortuguero -¿Cómo fue que se afincó en Tortuguero? -Se dio la posibilidad de venirnos a Tortuguero, eso fue hace veinticinco años, con mi esposa Carmen. Decidimos venirnos y tener una experiencia en turismo. Creo que la experiencia en turismo, con la mayor parte de los costarricenses que está metido en esto, es algo muy nuevo. Tuvimos que aprender. Por ejemplo, yo tenía la cerámica brillante, el barniz brillante y la cosa no era así, era todo mate, y otras cosas por el estilo. -¿Cómo fue que inició? -Comenzamos de cero. Este tipo de proyectos hay que verlos desde que estaban pequeñitos. Nosotros traíamos una plata y papá nos dio este terreno. Claro, ahora cuesta imaginarse cómo iniciaron estos proyectos. Yo recalco mucho en eso, porque muchas de las empresas turísticas y de muchas otras empresas que se han ido desarrollando ellas mismas, han ido creciendo así, a como ellas mismas puedan. Nosotros hicimos cuatro cuartitos muy humildes, y un restaurant, que era

un rancho. Todavía me acuerdo que un señor nicaragüense nos hizo el rancho y todo nos costó sesenta mil colones; fue el primer restaurante que tuvimos. En realidad, nosotros comenzamos con cuatro cuartitos pobres, un restaurant pobre, pero con una visión de que esto creciera y, bueno, ahora Laguna es una empresa bien posicionada. -¿Cuantas habitaciones tiene ahora? -Como ciento diez habitaciones y Laguna tiene áreas de piscinas, tiene bares, dos restaurantes, una flota de embarcaciones muy grande también y muy posicionada en el mercado nacional, con una posición muy buena en las agencias de viajes. Profesionalizamos el servicio, hemos ido aprendiendo realmente lo que es el trabajo nuestro día con día.

“Ahora hay más animales” -¿Cómo era Tortuguero hace casi cincuenta años y cómo evolucionó a cuando usted arrancó? ¿Cómo ha ido cambiando también en estos años? -El cambio más grande que he visto ha sido en infraestructura, aunque no una gran infraestructura porque es una zona que a nivel de titulación de tierras tiene sus limitaciones para que se desarrollen empresas grandes, nacionales o internacionales. En eso, de alguna manera habría que valorar los

pros y los contras de ese tipo de cosas. La tortuga yo siento que ha estado muy bien protegida, incluso se ha incrementado la cantidad de tortugas; le he preguntado a Danny Ranking, que es una persona que trabajó y que su papá trabajó contando huellas de tortuga en la playa, y él dice que hay más tortugas ahora. Hay que recordar que la tortuga verde estuvo al punto de la extinción en los años setenta. Ahora, la cantidad de tortugas que vienen a desovar es enorme y son tortugas jóvenes, de treinta años. Le preguntaba a Danny, “Danny, ¿hay más o menos jaguares ahora?” Me dice, “muchísimos más ahora”. ”Danny, ¿hay más o menos manatíes?” Me dice: “hay más manatíes ahora que antes, cuando nosotros los matábamos para comernos la carne”. Alrededor del parque, en la parte de la periferia, el gran problema que se tiene son los venenos de las bananeras y las piñeras, que es lo que más ha afectado los animalitos en los ríos. Desde que prohibieron la pesca en los parques, aunque nosotros estuvimos en desacuerdo en algún momento, la cantidad de diferentes peces que hay en la parte de la zona prohibida del parque es mucho mayor.

La tristeza en los ojos del sábalo -Yo lo recuerdo a usted aquí pescando, lo recuerdo a usted aquí a las seis de la mañana,

cuando venía con una gran cantidad de pescado… Le gusta pescar. -A mí me gustó toda la vida, pero cada vez lo hago menos. Las últimas veces le decía a Minor, quien era un compañero de trabajo, que nos gustaba pescar juntos, por ejemplo, que sacábamos un sábalo, y Minor me decía a mí: “¿qué hago con el sábalo?” Yo le decía: “vele los ojos, si le vez tristeza, lo dejás ir”. Así que los dejamos irse. Hasta en esto uno va cambiando, va evolucionando. Yo cada vez pesco menos. Yo fui pescador y cazador toda mi vida. La generación nuestra, que se desarrolló con otras leyes, ha ido aprendiendo. Creo que es importantísimo a la hora de analizar el trabajo del parque, a la hora de analizar todo, porque la convivencia humana, el diálogo, el intercambio humano va transformando a la gente y a la sociedad. Lo que necesitamos es aprender a convivir con la naturaleza, podemos aprender todos y el trabajo de parques nacionales debería de ser ese: enseñar a las nuevas generaciones y a las viejas también, darnos la oportunidad de ir aprendiendo estas cosas. -Yo noto que en Tortuguero hay un divorcio entre las autoridades del parque y la comunidad, digo comunidad e incluyo a los hoteleros porque son parte de la comunidad, son los generadores de empleos de la comunidad. Noto que hay un divorcio y eso se siente muchísimo en temas como en este sendero y mirador que hemos cuestionado porque todo costó cuatrocientos millones de colones. Hay una grabación donde usted le dice a alguien del parque nacional que eso en manos privadas hubiera costado muchísimo menos. -Inclusive, los errores que se cometen. Por ejemplo, adonde tiene que desembarcar la gente, nadie puede bajarse, tuvieron que hacer una plataforma posteriormente simplemente por eso. Lo construyeron muy alto. Aquí, otra institución pública hizo un muelle también, el constructor era de aquí y les dice, “pero eso no va a servir aquí porque es muy alto”. Le contestaron, “así lo definió el ingeniero y así se tiene que hacer”. Después quedó dos metros más arriba y nunca sirvió para nada; sirvió solo para trampolín de los chiquitos del pueblo, pero perdió todo el sentido que tenía. A mí me parece que hablar de la relación del parque con los hoteleros y la comunidad habría que verlo en el sentido y en los objetivos que puede tener el MINAE de formación, de hacer que la gente se enamore y colabore con la naturaleza. Yo siento que la labor de ellos aquí es más policial. Más que tener ese sentido de buscar una relación cordial con los hoteleros en términos de generar ideas y que vayamos aprendiendo, a veces uno siente que lo ven como enemigo y nosotros realmente no podemos tocar la naturaleza ni estamos interesados en eso, si lo vez desde el punto de vista económico, porque nosotros vivimos de la naturaleza, vivimos de un árbol que está de pie.

“El turista es un guardián” -Yo tengo la tesis de que el turismo es un aliado de la conser-

vación porque vive de la conservación. -Tiene que serlo. Además, los turistas que vienen aquí tienen una concepción ecológica altísima. No te van a permitir botar ni una rama y si vas vos a un tour dentro del parque, el turista es un guardián, sobre todo los turistas que nos visitan a nosotros, que vienen exclusivamente a ver la belleza de la flora y la fauna de Tortuguero, que esto es un paraíso conocido en todo el mundo, con un prestigio a nivel mundial y no sólo regional; este es un lugar que tiene fama mundial, eso nos exige a nosotros un pensamiento más elevado. -Le hice una entrevista a Eduardo Carrillo, que es el experto más importante que tiene el país en felinos, y ayer de casualidad me topé a Jack Hanna, que es un presentador de televisión que ha hecho muchos programas para Discovery de felinos. En ambas entrevistas, queda claro que los jaguares de la zona no atacan al ser humano. Ahora, la administración del parque no deja entrar a Jalova y ya tiene una serie de limitaciones porque hay más felinos, lo que le decía a usted el señor Ranking que ahora se ven más felinos, este señor vino sólo dos días y se encontró con un jaguar, se lo encontró cerca de Tortuguero. El señor Ranking ha visto jaguares, y varias personas de la comunidad. Yo me imagino que usted ha visto estos videos que han hecho de los jaguares cruzando el río. Cada vez es más frecuente verlos. ¿Qué piensa usted de la presencia de los jaguares y qué puede significar para el turismo? -El incremento de la cantidad de jaguares se debe al incremento de la comida, que son las tortugas. Hay una relación que es sana por todo lado, de donde vivían, de donde vienen para que hayan deambulado aquí alrededor de setenta o más jaguares, es porque tienen los espacios, los hábitat, la zona de los corredores que van hasta el parque Indio Maíz en Nicaragua, etcétera. Si hay tantos jaguares es porque hay cerdos salvajes, canchos de monte, tepezcuintes y otros animalitos que comen los jaguares; una relación y una cadena que hay en la naturaleza. Hemos hablado con Carlos Arseyut, un apasionado de los jaguares, estuvimos viendo videos y hablando anoche de la cantidad de casos y de incidencias de la peligrosidad de los jaguares… Yo creo que ese argumento se les ha caído. Los jaguares son tímidos. -Lo que dicen los expertos es que no son peligrosos, son tímidos, que le rehúyen al ser humano, que el agresivo es el puma y si hay jaguar no hay puma. -Ayer estábamos hablando del puma en los Estados Unidos, que causa varias muertes al año. A mí me parece que el parque ha venido cerrando espacios, ese ha sido el interés. Yo diría que lo que se debería de aprender es a convivir entre la dirección del parque y el resto de la comunidad. Para ellos, para los del parque, lo más fácil sería decir que no venga nadie a Tortuguero, cerremos el pueblo, pero el mundo no es eso, los seres humanos tienen que convivir con la naturaleza.


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dero? ¿Por qué no recibe apoyo de los hoteleros? ¿Qué fue lo que pasó con la concepción del proyecto? -Cuando nosotros comenzamos aquí, nosotros íbamos al Cerro Tortuguero. A la gente le gustaba mucho ver el parque desde arriba, ver la belleza que tenía ese cerro, la historia que cuenta ese cerro, inclusive el material con el que construíamos nosotros venía de ese cerro, que era una lava volcánica, un garapiñado le decía aquí la gente, porque es material rojo como el maní garapiñado. De un momento a otro, se hizo muy peligroso, se prohibió el acceso, y así pasó durante muchos años. Después vino el proyecto este, que se hizo un acceso con diferentes etapas, con mirador. Para mí, el gran problema es la concepción del uso, de la utilidad de ese recurso. Ya el parque condicionó una serie de cosas como que se tenía que ir con guías que, en realidad, hacen que la visita a este cerro sea muy cara para la gente.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño -Tenemos una campaña para que Tortuguero tenga una planta de tratamiento de aguas negras, que me parece, con todo respeto, es la gran carencia de Tortuguero. ¿Qué piensa usted sobre este tema? -En esto de los ríos, en Guápiles tenemos el Río Blanco, que habría que prestarle atención también pues es un río increíblemente limpio. Ríos que nacen en las montañas, cerca, son realmente limpios. Yo creo que aquí tenemos algunos problemas en Tortuguero. Te voy a hablar un poco con la experiencia nuestra en Laguna. Los drenajes, que son el sistema normal que se ha usado en el país, en estas zonas donde el nivel freático es tan alto, no funcionan: con el tanque séptico, con el drenaje, a la hora de una llena, se contamina todo. Yo creo que el pueblo maneja este tipo de sistemas que no funcionan. El problema de contaminación de las aguas es horroroso. La cantidad de desechos fecales en la laguna es muy alta. Es un problema que tenemos que atender. Yo lo que creo es que el mejor sistema son los biodigestores, en el que usás parte de gravedad, parte bombeada, hacia un biodigestor. Nosotros aquí terminamos trabajando lo que es biodigestores. Hicimos por gravedad lo que pudimos, trajimos un topógrafo que nos midió, uno o dos por ciento de desnivel, que es lo que se puede trabajar en estas zonas, te hablo de cosas técnicas, ya no del enfoque del problema. Llevamos todo a un punto donde se bombea hacia el biodigestor. Aquí no se puede trabajar totalmente los sistemas tanto de planta de tratamiento como un biodigestor con gravedad porque el desnivel es muy bajo. Lo primero es que usemos un ingeniero topógrafo porque los niveles son mínimos. Aquí terminamos trabajando con porcentajes del uno punto cinco por ciento (1.5 %) y del dos por ciento, que es bajísimo. Tratamiento de aguas con biodigestor -¿Usted tiene tratamiento de todas las aguas, usted las trata todas con el biodigestor? -No, tratamos solo lo que son aguas negras con el biodigestor, tratando de reducir el impacto del turismo que viene al hotel por la naturaleza. Hemos estado viendo cuáles sistemas hay para las aguas jabonosas y las de la cocina. Lo

Rodolfo Dada, empresario

“En Tortuguero, las aguas sí están contaminadas” que tenemos son trampas de grasa naturales y drenajes. Hemos venido investigando a ver si se puede hacer un biodigestor para grasas, pero todavía no hay respuesta de eso.

-La comunidad ha estado haciendo una investigación sobre eso. Enrique Obando, por ejemplo, tiene una serie de investigaciones sobre plantas de

tratamiento para la comunidad. El tema es que cuesta entre tres y cuatro millones de dólares. Lamentablemente yo no me imagino al Estado invirtiendo esa plata en

Tortuguero, porque no lo ha hecho nunca. Entonces, la idea es ver cómo se hace una campaña, que se establezca un canon, que la plata quede para eso, una idea

ha sido que vuelva a darse un night tour y que en este se pague un canon para esta planta de tratamiento. -Si se habla de montos tan altos, se debería analizar el valor de un biodigestor. El biodigestor es realmente bajo. Aquí atendemos con un biodigestor los desechos de unos cincuenta inodoros. La población de Tortuguero aún es muy pequeña, yo creo que no debe llegar a los dos mil habitantes. Los biodigestores pueden ser una buena opción. Biogás es una empresa que está especializada en hacer biodigestores para agricultura, sobre todo para animales, y ahora se está metiendo con la hotelería y con los desechos humanos. Podría hacerse un estudio. -¿Qué piensa del night tour? ¿Qué piensa de que se haya cerrado en Tortuguero? -Es como las leyes en este país, que muchas veces están al revés. A mí me parece que el night tour era un atractivo muy grande cuando se hacía responsablemente. Hubo argumentos como para cerrarlo siem-

pre por abusos. Hay que regular, hacerlo con regularizaciones, por ejemplo, sobre la cantidad de lúmenes que pueden tener las lámparas, etcétera, porque hubo experiencias muy fuertes que determinaron el cierre del night club en esos años y siempre es por el abuso de una persona y no de la colectividad, porque las leyes a veces se hacen así, un tonto abusa y quita los derechos de cien. -El night tour de Tortuguero era considerado uno de los night tours más importantes del mundo. -Era lindísimo. Un night tour bien hecho en Tortuguero es una belleza. Yo estaría de acuerdo en que se volviera a abrir el night tour con regulación, en cuanto a la intensidad de las lámparas y cosas de ese tipo. El mirador y el sendero -Vemos en esto del mirador y del sendero en Cerro Tortuguero, un desperdicio de recursos. ¿Qué pasa con ese mirador y ese sen-

-¿Es cierto que la molestia con las autoridades del parque hace que ustedes, los hoteleros, no le ayuden al proyector del sendero y el mirador? -Nosotros como hotel no lo tomamos en cuenta en este momento. Los guías cobran lo que sea, la lancha del pueblo ida y vuelta les cobra diez mil colones, cinco mil por traer a la gente, inclusive a una persona costarricense, y cinco mil por llevarla; el guía se da el lujo de cobrar cuarenta dólares por persona, si trae un grupo de personas, son hasta cuatrocientos dólares por atenderlos un tiempo determinado de minutos que el parque permite a cada grupo. Ha sido una cosa casi imposible, incluso si el guía cobrara quince dólares por persona, para una familia de cuatro o seis personas, ir para ver el parque desde la altura les resulta carísimo. Nos parece muy extraño que obliguen dentro del programa de visitas al cerro que uno tenga que ir con guía. Para mí, el guía debe de ser opcional, como en el resto de parques nacionales, como en el resto de parques del mundo, como en la mismísima basílica de San Pedro, para ponerle otro ejemplo. Usted puede tener un guía y lo paga pero también puede caminar solo, disfrutar del escenario, del parque desde arriba con su familia, con su gente; que haya guardas en diferentes partes, que se maneje la limpieza, todo eso es esencial, pero lo que se tiene que ver es que eso les ha salido realmente caro. Entonces, la utilización de ese recurso es muy baja. Yo siento que hasta la asociación que lo está manejando hasta este momento está con problemas económicos. -Tiene una deuda de más de doce millones de colones.

-Imagínese usted, la asociación no puede seguir endeudándose así. -Para usted, ¿dónde ha estado el problema? -El parque no nos ha tomado el parecer de cómo debería ser manejado esto. -¿Las autoridades del parque le toman el parecer a alguien como usted para algo? -Nunca, en realidad nunca. Como yo decía en otra parte de la entrevista, nosotros estamos aprendiendo, y ellos también. Tenemos que hacernos partícipes en este proceso de conservación, reforestación, de limpieza de las playas, limpieza de los ríos. Creo que la población de este país tiene que terminar siendo artífice y guardiana de los recursos naturales y los parques nacionales deben tener una labor educativa, no policial. Parece que lo único que hacen es estar cobrando los accesos a los turistas, quienes son los guardianes más acérrimos de la naturaleza. “No ven los verdaderos problemas por estar vigilando a los turistas” -Fuimos con usted a ver su biodigestor, que me encantó, y caminando por su hotel, me contó de otros temas que me parecen interesantes. Uno tiene que ver con las migraciones de animales a estas zonas. Por ejemplo, las tortugas, ellas no viven aquí, viven en todo el continente o en una región muy grande; igual que la calva. Hablemos de las calvas. ¿Qué son? ¿Dónde están? ¿Por qué su migración es tan importante? -Como concepto, de esas dos grandes migraciones que tenemos en Tortuguero, las tortugas y las calvas, uno debe ser guardián de los recursos de casi todo el continente. Es muy fácil para los explotadores de la naturaleza, para los saqueadores de huevos, el saber que las tortugas vienen a desovar aquí desde Los Cayos, Belice, Yucatán, de lugares tan lejanos como Venezuela, Brasil. Aquí las tenemos concentradas. Si no las protegemos, es muy fácil diezmarlas y darles golpes que afectan al ecosistema de todo el continente. Yo te decía qua aquí en Tortuguero hay otra migración que es la calva, que es un tipo de róbalo de mar, que aquí subía el río por millones en la época de desove, que va de noviembre a enero, todos los años, en la época de las llenas. Llegan a desovar al lago o antes del lago de Nicaragua, pero nosotros creemos que al lago no, no hay estudios específicos que nos digan donde, pero ellas suben a desovar. Cuando vos los pescás, vienen los machitos, que son más pequeños, y vienen las calvas que son como un

robalito, lleno de huevos. Aquí antes eran tantos millones que hervía el agua del río San Juan del montón de pececitos que iban, pero los hemos hecho pedazos con redes, tanto que ahora cuesta ir y pescar hasta dos, tres o cuatro calvitas. Estamos en el final de la extinción de un recurso importantísimo y que no nos pertenece, no le pertenece solo a Costa Rica o a Nicaragua; le pertenece a todo el continente americano. Esos peces se concentran aquí, viven en todas las costas de muchos países de América, vienen a desovar aquí por obra de la naturaleza; nosotros deberíamos protegerlo porque es un recurso de todo el continente. -Nos decía Ñato, un amigo de Tortuguero, que la esposa se va a pescar a veces con una cuerdita, al mar, pero llegan los del parque y le dicen que ahí no se puede pescar, pero allá adentro están los trasmallos y nadie regula eso. -Sí, realmente nosotros con los trasmallos tenemos muchos problemas, porque muchas veces se llama al parque y se les dice, “hay trasmallos en la bocana”, pero ellos no tienen recursos y pareciera que el interés es más bien vender los tiquetes y controlar a los turistas, lo que, para mí, no tiene ningún sentido. El parque tiene muy poco personal. La gente del parque debe tener más dialogo con el resto de las empresas y las personas involucradas en el área, porque uno siente que lo ven a uno como enemigo y de eso no se trata la vida. Tenemos que convivir los seres humanos, que somos parte de la naturaleza. El parque debería tener más dialogo con nosotros y no imponer una serie de medidas policiales. Hay que tener una actitud, que está mucho más allá del aprendizaje. Hay otro tema que me preocupa: lo de la ley de la prohibición de la pesca en los parques. No podemos hacer nada, pero yo siempre pensé que Tortuguero no tuvo voz a la hora de que se estaba discutiendo esa ley en la Asamblea Legislativa, porque la ley tenía como destino la protección de la Isla del Coco, de la pesca alrededor de la Isla del Coco, y el único parque que tenía recursos pesqueros adicionales a ese era el parque Tortuguero, que tenía una serie de recursos no comerciales, pero que era fuente de proteína importante para la población. Al final, como se prohibió en todo el sistema de parques, también en Tortuguero fue prohibido. Nosotros vimos a viejitas que antes pescaban un par de mojarritas para el almuerzo, las vimos donde las llevaban presas para Guápiles por pescar ese par de mojarritas. Eso se dio aquí. Lástima porque es muy difícil ya hacer algo, pero el sentido de la ley nos tocó a nosotros de repela, porque el sentido era la protección de la Isla del Coco.


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Poemas del universo de TORTUGUERO Y COLORADO

Compartimos algunos poemas de Rodolfo “Popo” Dada, empresario de Tortuguero y uno de los poetas más reconocidos del país. En su obra literaria, están la magia, la luz, la naturaleza y la gente de la zona.

Miss Grace

Tendremos un bote A Melina, mi hija

Miss Grace le suturó la mano al macheteado con hojas y café molido A Matilde le dio a morder una caña de bambú a la hora del parto y el niño salió flautista A Chano le cerró la rajadura del bote con brea y bejucos trenzados A José le dio a comer coquitos y a morder con fuerza la serpiente y el veneno salió como gelatina

Tendremos un bote en Tortuguero verás como damos forma al espavel Harás el trabajo de los remos y con sacos de manta y marcas de azúcar, una vela Esa es la choreja de los chacalines pequeños y arqueados como anzuelos ese el guapote morado y la machaca la calva del mar y la mojarra

Así saca música de un árbol y dice que la luna mana leche como el tronco del caucho

Un sábalo baña en la laguna el remolino de agua aprisiona el brillo de su cuerpo

Miss Grace es la doctora de este pueblo

y volará sobre la vela ese pequeño viento de tu boca mientras anudo los anzuelos a la cuerda y miro los peces claros en tus ojos

El bote de Alejandro 1 Sobre la me sa una cuchara triste una malanga hervida la infancia nadando en un diluvio Una esposa sentada en la fotografía de un tiempo quebrado como un vaso

El bote nuevo de Atanasio

Entonces el viejo se levanta, se calza la camisa abre el plástico negro que separa el cuarto de una sala repleta de árboles y ríos Una leve llovizna sacude sus plumones y canta desde un árbol. 2 El bote de Alejandro es un enredo de niños y tucanes en su madera crecen una bromelia azul un tabacón de hojas anchísimas orquídeas con las flores volcadas mochilas de musgos y cuadernos Navega con una herida abierta en un costado cicatrizada por el canto y la brea En su estela una danta acaricia su cría

chasquean los saínos colmillos afilados y diez niños viajan a una escuela perdida entre la selva las palabras son puntos azules en las lianas las sumas y las restas tienen exactitud de fruta Un bote rojo que navega con el olor rancio de la copra pegado de la infancia la pobreza sentada en un pupitre Libro perdido en la voltea y la esperanza graznando como un pájaro.

Hacha que come el tronco del Cedro Macho la del viejo Atanasio alisa la borda afina la quilla curvea el espacioso vientre Ahora sin corteza y sin hojas navega entre los canales y corta el agua de las barras Samay, Tortuguero, Colorado, Pacuare cargado de plátanos o yuca o cuatro niños dicen adiós desde la tabla o la mujer que rema, el pelo suelto, el brazo endurecido Y navega con el grito del martín-pescador o el canto pequeño de las oropéndolas nuevas y conserva las marcas de la garra del tigre y el rito de amor de los saínos


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Doryl Loth, empresario

“Urge titulación de tierras en Tortuguero” Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

t Doryl Loth es un empresario canadiense que tiene un importante aporte comunal en Tortuguero. -¿Dónde nació y cuándo nació? -Yo nací en Inglaterra, específicamente en Londres, en 1962. Voy a cumplir 55 años. -Pero usted no es inglés, es canadiense. -Soy inglés de nacimiento, pero mi papá es canadiense. Crecí en Canadá. Mi socialización fue en Canadá. -¿Dónde estudió la escuela y el colegio? -Sí, todo eso lo hice en Canadá. -¿Qué estudió en la universidad? -Psicología Cognitiva. -¿Cómo llegó a Tortuguero? -Yo me vine con una fundación canadiense sin fines de lucro, con metas de conservación, educación, investigación y apoyo para la comunidad. -¿Cuándo llegó a Tortuguero?

-En mayo de 1994. Tengo 23 años de estar enamorado de Tortuguero. -¿Qué sintió cuando llegó? ¿Qué pensó de este lugar? -Increíble. Es increíble. Después de tantos años, estoy sin palabras. Es un lugar de tanta belleza que asombra. Todavía me asombra. -Cuándo usted llegó, ¿venía como voluntario o como profesional? ¿Qué pasó para que se quedara aquí?

-Me vine como voluntario, pero con las capacidades profesionales que había obtenido en mi carrera antes de llegar aquí. -¿Y qué hizo para quedarse? ¿Cómo tomó la decisión? -Básicamente me quedé por una tica. -Una tica hizo la diferencia. -Una muchacha del pueblo. Tenemos veinte años de casados. -¿Cuándo empezó Casa Marbella?

-En julio del año 2000. Empezamos con nuestra casa de habitación. Convertimos dos habitaciones de nuestra casa para atender turismo. -Y ahora, ¿cuántas habitaciones tiene? -Tenemos once. -Yo sé que usted ha hecho grandes esfuerzos por la comunidad. Por ejemplo, que usted fue una de las personas que impulsó el nacimiento del EBAIS y que ha estado en grupos comunales. Cuénteme, un poco de ese involucramiento con la comunidad. -Las metas de la fundación canadiense son metas que tengo yo también. Creo que la educación es sumamente importante, así como la conservación y la investigación. Yo seguí después de que salí de la fundación con los mismos principios. Todavía ayudo de algunas maneras, pero era seguir en la comunidad aportando en lo que pude en pro de la educación y el desarrollo responsable de la zona. -¿Qué le preocupa con respecto a lo que ocurre en la comunidad? ¿Cuáles son los grandes faltantes, las carencias? -La base o la raíz de la gran mayoría de los problemas del pueblo es la falta de titulación de las tierras. Esa es una cosa fundamental, esencial, que afecta todo lo que hacemos. Los ministerios no pueden

invertir dinero aquí porque no tienen títulos las tierras. Si fuera donar un lote para el colegio, que una familia donó un lote para construir el colegio, el Ministerio de Educación no pudo construirlo, entonces, con donaciones de turistas hemos tenido que hacer la diferencia. -Pero hay colegio ahora. -Sí, hay un colegio. Es un liceo. Tiene aproximadamente ciento veinte alumnos. Cuando yo me vine en el año 94, había como seis o siete niños de entre doce y diecinueve años en sexto grado, sin posibilidades de estudiar el colegio si no era salir de la zona. Ahora hay ciento veinte estudiantes con sueños grandes. -Me parece que la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales en Tortuguero es una seria carencia. -Sí, claro. Tenemos un excelente acueducto, tenemos agua potable. Tiene excelente calidad de agua, pero nos falta un sistema de tratamiento de aguas negras. -¿Qué siente usted por Tortuguero? -Una química. Mucha gente me pregunta, “¿cuándo se va a Canadá?” Yo digo, “¿para qué? Tenemos todo aquí”. Antes viajaba mucho por el mundo. Ahora me quedo aquí y el mundo viene aquí. Estoy orgulloso de ser anfitrión de la gente que viene aquí a visitarnos.

Tortuguero: teatro de contrincantes siameses Santiago Porras Para El Guapileño

Un ráfaga de amistad me llevó al Caribe Norte, a dónde quería ir desde siempre. Ansiaba experimentar esa vasta serenidad que prometen los canales de Tortuguero cuando se les ve en la televisión o en fotografías. Mis expectativas con ellos se cumplieron a cabalidad, pero el elemento humano añadió encanto y preocupación a mi visita de tres días. El agua serena de los canales casi al instante borra las huellas de todo lo que se mueve, hasta del viento, al surco de un bote le siguen las hondas que mueren a los pies del bosque. Poco tiempo después el espejo recupera su reflejo perfecto. Si no turbáramos esa perfección veríamos el majestuoso espectáculo del bosque dos veces con una sola mirada, a veces se puede. Pero no siempre fuimos tan respetuosos con ese santuario. Ese bosque, que gracias a su feracidad ha recuperado las formas originales, alguna vez fue turbado por la avaricia y la ignorancia. De esa actividad y de la titánica labor de sus depredadores quedan los restos de la arqueología industrial que se oxida a la intemperie en el pueblecito de Tortuguero. Esa maqui-

naria desmenuzó las centenarias catedrales de maderas preciosas que jalonaban la espesura del dosel. Serán los privilegiados visitantes de siglos venideros los que podrán volver a verlos. Mientras tanto ¡queda tanto por ver y amar en Tortuguero! El primer golpe de vista losdan los bosques. ¡Tan altos! ¡Tan densos! Ramas por doquier: en el sotobosque y en el dosel superior. Cascadas de enredaderas que parecieran bajar a abrevar a los canales. Nada como el bosque tropical húmedo para recordarnos que cuando nuestra especie haya desaparecido, la vegetación recuperará los territorios que les hemos arrebatado. Los vestigios de las civilizaciones antiguas de Mesoamérica rotas por las raíces de enormes árboles son la mejor prueba del lejano olvido que espera a nuestra civilización. Por las aguas tranquilas de los canales se llega a los recónditos y caprichosos parajes donde buscan refugiarse de la depredación humana esas formas maravillosas y evolucionadas que tiene la Naturaleza para manifestarse y que nos asombran tanto como para pensar que fueron hechas para nosotros.

Esa belleza que contemplamos en alguna de las treguas de la otra depredación que nunca se detiene del todo: la que exige la naturaleza para sustentar las especies. Entre el boscaje de variados verdes y muchos troncos y ramas, aguzando los sentidos el visitante puede apreciar y oír la variada fauna que puebla ese mundo de anacrónica pertinencia. Un mundo que se reconstruye al influjo del caos creador, donde el azar tiene todo el tiempo del mundo para producir las formas y las vicisitudes más insólitas. Cada especie se las arregla para sobrevivir y agenciarse la manutención; en esta actividad algunos especímenes perecerán, pese a sus ardides para confundir a sus depredadores: el camuflaje de los colores de la piel o del plumaje, la rapidez de su huida o de su vuelo, lo escondido de su refugio; sucumbirán pese al oído, el ojo y el olfato atentos que los caracteriza. A los más débiles solo les queda sobrevivir por la abundancia de su progenie, la que alimenta a sus enemigos sin poner en riesgo la especie. Si está allí es porque es una especie exitosa, como la llamativa mariposa “morfo”, ¡tan frágil y tan tontuela!, pero cuyo revoloteo disuade del ataque a los veloces pájaros que podrían atraparlas al vuelo si éste fuera predecible. ---o---

Al llegar la noche, en el porche de uno de los hoteles más acogedores de Tortuguero soy testigo privilegiado del encuentro del gringo Michael Kaye y del negro Eduardo “Eddy” Brown. Tortuguero los unió hace muchos años. Tortuguero como espacio geográfico propicio para la aventura, la creatividad, la meditación, el descanso, la conversación. Fraternalmente, un neoyorquino y un limonense rememoran para un reportaje periodístico, pasajes comunes de sus vidas. Mientras uno se convirtió en un exitoso, aunque a veces atribulado, empresario turístico, el otro ha vivido la vida que le gusta de cara a la brisa marina: “Eddy” organiza torneos de pesca deportiva de renombre mundial. El mismo “Eddy”, claro, es un consumado pescador de varias décadas. “Para pescar uno debe pensar como un pez”, suelta la frase como si nada. Pero para pensar como un pez es necesario conocer el pez: sus carnadas predilectas, sus ámbitos, sus costumbres, sus ciclos, sus movimientos. A sus convocatorias responden participantes de muchos rincones del planeta. Personas y personalidades que aprecian esa competencia de pericia, paciencia y azar que es la pesca, en un lugar que garantiza discreción. Cuando se alterna con el señor Kaye en la narración de alguna de sus aventuras compartidas, el rela-

to aunque verosímil y grato por su picardía, denota el retoque que le dan los narradores para no aparecer como el “muchacho de la película”, sino como el protagonista de una vicisitud o trance azaroso que tiene un cariz de incertidumbre, pero que la presencia de ellos allí alivia. Otro personaje visible de Tortuguero es Enrique Obando, un empresario y líder comunal de recia y hasta controvertida personalidad, que comanda iniciativas urgentes para ese lugar, de manera particular lo concerniente al tratamiento de desechos. Al mostrar la planta de procesamiento de desechos sólidos pareciera tener en su mente todos los detalles de lo que hacen y de lo que harán. Denota mucha previsión. Fuente de riqueza espiritual y material a veces los intereses de los grupos parecen contraponerse, pero un análisis de su interdependencia lo desmiente. No contiene todo el sentido conservar si no se puede apreciar la naturaleza, pero tampoco se debe irrumpir el espacio-santuario con visitantes cuando éstos puedan afectar al ecosistema. Siempre se dará esa pugna y siempre se tiene que dar el acuerdo, son contrincantes siameses, comparten el corazón de Tortuguero, no deben dejarlo morir porque con él morirían ellos también. Y si eso pasara el mundo sería un lugar menos hermoso y menos interesante.


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Anabelle Incera Aguilar

Empresaria turística de Tortuguero es pionera en la historia del turismo en Costa Rica t “Para mí, el turismo es todo“ Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

Me llamo Anabelle Incera Aguilar. Nací en San José, el 27 de junio de 1947. Mis papás se llaman Rafael Ángel Incera Vega y Catalina Aguilar Araya. Somos tres hermanos. Yo soy la mayor. Éramos tres mujeres, Giselle, quien ya murió, Jeannette y yo. Tenemos un hermano que se llama Rafael Ángel. Crecí en Barrio México. Mi papá trabajaba en maquinaria pesada y mi mamá era ama de casa. Él tenía una vagoneta y un tractor. Tuvimos un hogar sencillo. Fui a la Escuela República de Argentina y al Liceo San José. Me fui a Estados Unidos cuando terminé el bachillerato. Estuve por allá un año. Regresé. Conocí a mi esposo, nos casamos y nos fuimos a vivir a Estados Unidos. Vivimos allá 18 años, durante los cuales nacieron mis hijos. Mi esposo se llama Carlos Castillo Hernández. Actualmente estamos divorciados. Tengo tres hijos, dos mujercitas y un varón. El mayor se llama Enrique Arturo, tiene 37 años; Mónica tiene 30 y Catalina 23. Cuando regresé, me puse a estudiar administración de negocios, pero no terminé. Hace 25 años me vinculé al turismo. Estaba apenas regresando a Costa Rica cuando empezamos a trabajar en turismo. Empezamos en Tortuguero. Cuando estábamos en Estados Unidos, conocimos a Carlos Ochoa, que conocía muy bien el área de Tortuguero, por lo que empezamos con el Hotel Jungla Lodge. En esa época, el acceso era muy difícil. Se duraba ocho horas entrando a Tortuguero, por Moín. Al llegar nos hospedábamos en las cabinas de Sabina. Empezamos de cero. Al principio, solamente había diez cabinas, pero al terminar dejamos cincuenta y dos totalmente habilitadas.

El segundo, desde de Tortuga Lodge Era el segundo hotel más grande de la zona, después de Tortuga Lodge. Al terminar la operación, en Jungla Lodge, ya estaban Mawamba, Laguna, Ilan Ilan y muchos otros hoteles. Cuando empezamos, además del Hotel Tortuga Lodge, estaban las cabinitas del pueblo, las de Sabina, que le acabo de contar, y yo me identifiqué mucho con ella. Sabina es una señora mayor, nicaragüense, que se crió ahí, en la zona de Tortuguero. Al inicio fue muy difícil para nosotros. Los visitantes llegaron poco a poco. Pero en los años ochenta impulsamos mucho el tu-

rismo. Tuve que arrancar de nuevo en los mismos días en que me divorcié. Empezar de cero fue doloroso y triste, pero fui recobrando la ilusión y la esperanza. Vendimos el Jungla Lodge por los contratiempos ocasionados por el divorcio y arrancamos un nuevo hotel, el Pachira Lodge, allá por el año 1995, hace poco mas de diez años. Tuve que irme a vivir allá. Pasamos mucho tiempo viajando por las noches. Cuando empezamos Pachira Lodge, tuvimos que abrir el terreno y analizar los mejores lugares para ubicar las cabinas. Todo eso lo hice yo sola. En Pachira, empezamos en enero de 1995, con diez cabinas y un restaurante pequeño. A finalizar ese año, realizamos el primer tour y la primera agencia de viajes creyó en nosotros. Fue una experiencia bonita porque invitamos a muchas agencias de viajes para que conocieran el área y el hotel. Teníamos un único inconveniente y es que se fue la luz. Fue una situación acongojante, pero salimos adelante. En esa ocasión, como no había luz, no pudieron ni bañarse. Tuvieron que devolverse embarrialados. Fueron al cerro de Tortuguero de paseo y, cuando llegaron, la luz no había llegado. Viera qué clase de congoja.

Fuimos creciendo y gracias a Dios empezó a aumentar la demanda. Nos pedían cada vez más cabinas. Fuimos construyendo poco a poco hasta que ahora tenemos ochenta y dos cabinas. Lo logramos gracias a una sociedad con mi hermano, Rafael Ángel, mi hijo, y dos socios más, que tenemos, Guillermo Ortiz Acuña y Enrique Castillo.

Me encanta el trabajo que hago Para mí, el turismo es todo. Es muy importante recibir la gente, cuidarlos, chinearlos y que se lleven la mejor impresión de Costa Rica. Mi mayor satisfacción es que se vayan felices. Lucho mucho por alcanzar la excelencia. Es muy difícil, pero se logra. Ahora tengo tres hoteles. El segundo fue el Ever Green, que lo empezamos hace siete años. Cuenta con treinta habitaciones y está ubicado en Laguna Penitencia, detrás de Pachira. Siempre recibí apoyo de mi hermano y de los socios. Lo hicimos con mucho sacrificio y ahorrando mucho. Yo estuve al frente de la construcción. Siempre me involucro en todo el proceso. Ahora estoy trabajando junto a

mi hermano en la construcción de otro hotel, el cual aún no está terminado ni tiene nombre. Yo ayudo principalmente en la administración. Tortuguero es un paraíso. Tenemos que protegerlo para mantener el ecosistema, conservar la fauna, las aves, la vegetación… En mi oficina, trabajan mis hijas: Catalina, la menor, se encarga del Ever Green, de la contabilidad, las reservas, la administración y todo; Mónica es la encargada de los recursos humanos y la que lleva las planillas. Estoy muy orgullosa de ellas. Mónica estudió administración y Catalina también, pero además es decoradora de interiores. Mi hijo, Enrique, estudia un doctorado en finanzas y actualmente trabaja en Lachner y Saenz. Primero fue gerente de repuestos. Ahora es gerente regional de América Central. Me siento muy satisfecha Me siento muy satisfecha de todo lo que he conseguido. Tener más de doscientos empleados me llena de orgullo. Hay gente que tiene facilidad de palabras y yo no, pero amo el turismo, y amo lo que hago. Agradezco tanto a mis empleados, porque

por ellos he podido salir adelante y he podido crecer. Por ejemplo, a través de una agencia de viajes, últimamente estoy trabajando con cruceros. Es un nuevo reto. Las agencias de viajes me han ayudado mucho. Les agradezco muchísimo su apoyo porque entiendo que es gracias a la confianza que han tenido en nosotros. En Tortuguero, contamos con 145 habitaciones entre todos los hoteles. Somos los más grandes. Me siento muy orgullosa y le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de hacer felices a tantas personas, que vienen a conocer este paraíso o que tienen trabajo gracias a nuestras actividades. Sobre todo eso, porque la gente mantiene bien a su familia, y porque los turistas siempre salen muy contentos… También me ha ayudado mi mamá. Siempre me apoya, nos tiene muy pendientes en sus oraciones y nos da ánimo. Mi trabajo es una bendición y el turismo es algo maravilloso para Tortuguero y para Costa Rica. NOTA. Texto tomado del libro “Mujeres Pioneras del Turismo en Costa Rica”, del periodista y escritor Camilo Rodríguez Chaverri.


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