Marzo 2023

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50 años de aportes

GUAPILEÑOS APOYARON AL COLEGIO TÉCNICO DE POCOCÍ

Disfrutaron y participaron del carnaval, tope, corridas de toros y más…

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AÑO XXVI Número 292 - 2023 ¢300 Universidad Nacional
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Universidad Nacional cumple

t Está cumpliendo 50 años la Universidad Nacional, que ha sido clave para el trabajo de este país.

t Don Jorge Manuel Luna Ángulo es el primer director de la Sección Regional de la Universidad Nacional en el Caribe en el Campus Sarapiquí.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Hablemos de la trascendencia de este 50 aniversario de la Universidad Nacional, por favor.

-Creo que necesitaría muchas palabras para hablar de lo que significa para nosotros esa trascendencia de los 50 años de esta institución. Yo soy un ejemplo de lo que ha hecho la Universidad en mí. Estudié en la Universidad Nacional con una beca. Me daban hasta el hospedaje. De lo contrario, no hubiera podido estudiar.

“La Universidad Nacional es una institución que ha hecho una diferencia en mí y para miles de personas. Ha hecho una diferencia para nuestro país. La trascendencia de la Universidad Nacional va más allá de estadísticas, de cifras. Yo lo resumo de la siguiente manera: es una institución que forma parte de la historia de Costa Rica y que, como tal, es una historia que se construye constantemente. Empezó a escribirse desde el momento en que los sueños de una persona se plasmaron en la conformación de la institución. Es una historia que se construye en Costa Rica y que, como tal, no tiene un fin, sino que tiene un gran propósito en el horizonte, en el desarrollo del país. La posibilidad de que costarricenses de hoy, de mañana y de los días que Dios nos permita sigan teniendo la posibilidad de hacer una gran diferencia en el mundo entero.

-Hay un gran aporte de la Universidad Nacional hacia los sectores más desfavorecidos.

-Definitivamente, y eso se da

desde su misma gestación, de la manera en que surge la Universidad Nacional, surge precisamente para hacer la diferencia y no porque nos sintamos diferentes, sino porque teníamos un propósito diferente. Mucho tiene que ver con su gestación. Desde entonces nos ocupamos de atender a los sectores más vulnerables. Insisto, mi testimonio habla de una característica de estudiantes que formamos y formaron parte de la Universidad Nacional. Transmite un compromiso real para esos sectores tan necesitados y que están arraigados en las entrañas de la institución.

Becas para estudiantes sin recursos y sin otras opciones

-En el ámbito universitario, hay indicadores que marcan el espacio tan trascendente de la Universidad Nacional. Hablemos de esos indicadores, por favor.

-Claro, basta con ver las estadísticas de la población estudiantil, la cual forma parte de la Universidad Nacional. ¿De dónde provienen esas poblaciones? ¿De cuáles lugares? Principalmente de cuáles sectores. Mencionar el porcentaje de estudiantes de escasos recur-

hablando de porcentajes que superan el 50 por ciento y el promedio general es el 60 por ciento. Pero si lo ubicamos en el contexto en que estoy inmerso, de la Sección Regional de Sarapiquí, resulta que nosotros tenemos poco más del 80 por ciento de la población estudiantil con algún tipo de beca. Antes de la pandemia, en Sarapiquí el 97 por ciento de nuestros estudiantes tenía algún tipo de beca o de ayuda económica. Dicho esto de otra manera, si no fuera por esa condición de la Universidad Nacional, no tendrían acceso a una formación universitaria como la que han tenido acá, en la Universidad Nacional; sumado a los proyectos que realiza la Universidad Nacional, desde hace muchos años, específicamente dónde se realizan, cuál es el propósito de este tipo de proyectos y quiénes son los principales beneficiarios, particularmente los sectores menos favorecidos de este país.

- ¿Cuáles son los retos presentes y futuros de la Universidad Nacional?

-En primera instancia, reconstruirnos. Me refiero a una reconstrucción no como un asunto de

nifestando. Ese reinventarnos va de la mano del compromiso de todos los que formamos parte de esta institución que hoy tenemos en nuestro corazón. Uno de los grandes desafíos es atender más población que está por acceder a la Universidad Nacional y no lo logra. Nosotros en la Universidad Nacional tenemos una gran demanda. Por ejemplo, en Sarapiquí, tenemos más de mil postulaciones por año y solo podemos recibir 130, 140. Esa es únicamente nuestra capacidad. Nuestro gran desafío es ampliarnos un poco más, acercarnos a un porcentaje mayor de los estudiantes que se postulan. En el caso nuestro, poderles brindar soluciones, poderles ampliar nuestro portafolio de servicios y poderle dar accesos a otros sectores de la población costarricense que no necesariamente requieren la formación universitaria, sino otro tipo de formación, otro tipo de capacitación complementaria, en la cual nosotros podamos hacer la diferencia con soluciones reales a las necesidades del país.

Celebraciones en Sarapiquí

- ¿Cuáles son las celebraciones que tienen?

-La Universidad Nacional está haciendo actividades involucrando a la comunidad de Heredia. En Sarapiquí, tenemos planeado para el mes de agosto dos días de celebración, porque nosotros, a diferencia de la comunidad de la Universidad Nacional en Heredia, en Sarapiquí no cumplimos 50 años, sino que cumplimos 15 años. Aquí en Sarapiquí inició como un programa interdisciplinario. Así se llamó: Programa Interdisciplinario de las Regiones Huetar Norte y Huetar Caribe. Básicamente fue la manera en que la Universidad Nacional dio los pasos para ser efectiva en esta región, particularmente en el cantón de Sarapiquí, y de aquí expandirnos literalmente a la derecha y a la izquierda de donde estamos conversando, buscando todos los territorios de la Huetar Norte y de la Huetar Caribe. Para agosto, en Sarapiquí, hemos decidido dedicar dos días de celebración. El día uno vamos a realizar actividades en Puerto Viejo. Lo hacemos

ahí porque está ubicada la gestiónnicipalidad de Sarapiquí y para nosotros, los de la Universidad Nacional en Sarapiquí, la Municipalidad de Sarapiquí más que una institución, es una hermana en la gestión. La gestión desde la Municipalidad fue determinante para el establecimiento de nosotros acá en la región. Queremos compartir con ellos y hacer la invitación a toda la comunidad de Puerto Viejo. Vamos a tener charlas, actividades culturales, un pasacalles, música. El segundo día, tendremos las actividades en el Campus. Por supuesto, vamos a seguir creciendo con esos pasos firmes entre la Universidad Nacional y las personas que forman parte de las comunidades que atendemos.

Colegio Humanístico Costarricense

-Veo en el Campus Sarapiquí incluso muchachas con uniforme de colegio.

-Sí, aquí tenemos el Colegio Humanístico Costarricense que forma parte precisamente de las alianzas que tiene la Universidad Nacional. Entre esas alianzas con el Ministerio de Educación Pública, se estableció hace algunos años el Colegio Humanístico Costarricense. En Sarapiquí, el Colegio tiene cuatro años con los niveles de décimo y undécimo. Tenemos la particularidad de tener una población muy joven acá en el Campus.

- ¿Qué hace la diferencia para que se llame humanístico?

-La diferencia la hace la razón de ser, la creación misma de la Universidad Nacional, donde nuestro sentir humanista se traslada desde la formación secundaria de estos jóvenes. Significa una gran diferencia porque creemos en las capacidades de las personas y a través de un desarrollo adecuado se potencializan esas capacidades y hacemos una población más sensible a las capacidades a su alrededor para que pueda dar un aporte diferente a lo que tradicionalmente se viene realizando.

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medio siglo de hacer la diferencia para los sectores con menos oportunidades

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SON LOS PRIMEROS EN CURSAR UNA CARRERA UNIVERSITARIA EN SU FAMILIA.

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SEA PARTE DE ESTA

Como hacer crecer a tu empresa

Para El Guapileño

Tenemos muchas ideas de emprendimiento, debemos creer en nuestras capacidades, iniciar lograr intentarlo para mejorar nuestra calidad de vida con una opción de negocio, si ya lo tienes, es darle el control y el orden necesario, te voy a dar varios temas de importancia, que puedes ampliarlo con la literatura disponible o bien en la nube para revisar información necesaria para el tamaño de tu organización.

Las Pymes tienen un trabajo muy desafiante. Muchos propietarios se deciden por una industria porque se ajusta a su pasión o a algo en lo que son buenos.

Tenemos que muchos emprendedores que no comprenden que se necesita mucho más que ser bueno en una industria en particular para llevar adelante un negocio.

Casi siempre, los dueños de pymes necesitan cumplir muchos roles: visionario, desarrollo de productos, publicista, contable, secretario, conserje y más. Es por esto que el sentirse abrumado es algo que puede ocurrir en cualquier momento.

Existen muchos análisis y estudios en donde las empresas que no son rentables experimentan problemas serios en la forma cómo organizan el trabajo diario. Se puede visualizar en negocios donde los trabajadores asumen tareas que no les competen, o bien, nadie sabe que es lo que tiene que hacer.

Como definición general de una PYMES es el proceso de ordenar y distribuir el trabajo, la autoridad y los recursos entre los miembros de un organismo, de tal manera que estos puedan alcanzar los objetivos de mejor manera.

Por ello, una buena organización en la empresa es fundamental para conseguir las metas propuestas. Estos son algunos pasos para lograrlo:

Pan de amor

recursos, haga una lista de las actividades o tareas de la empresa. Defina cuáles son prioritarias y cuáles dependen de otras, así como cuántas personas son necesarias para ejecutar cada actividad. Por ejemplo, si se trata de una empresa de distribución de productos, deberá apuntar las tareas necesarias para un buen servicio, como recepción de llamadas, despacho de los productos, servicio postventa, etc.

Bizcocho casero especial

Ingredientes:

- Un kilo de masa preparada como para hacer tortillas.

- Setecientos cincuenta gramos de queso semiduro rallado.

- Una bolsa mediana de natilla.

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1. Tener claro los objetivos. El primer paso para darle una estructura a su empresa es tener bien definidas la misión, visión y objetivos a alcanzar y comunicarlos correctamente al resto de sus miembros. Deben ser sencillas, entendibles y fáciles de memorizar. Una vez claros estos aspectos, se podrá definir qué funciones o tareas son claves para lograr los objetivos propuestos.

2. Tener claros los recursos de la

empresa. El segundo paso consiste en examinar a sus trabajadores: ver cuántos y quiénes son, si está empezando, ver cuántos necesita y cuáles son sus capacidades y talentos. También deberá tener claras las herramientas con las que cuenta su empresa para lograr sus resultados, para así minimizar sus costos.

3. Haga una lista con las actividades a realizar. Una vez claros los objetivos a alcanzar y los

4. Divida estas actividades en unidades. Especifique en qué consisten, cuánto tiempo se necesita para ejecutarlas y cuáles son los objetivos de cada una, en concordancia con las metas finales de la empresa.

5. Asigne cada actividad a la persona idónea. Elija a la persona que podría ejecutar de mejor forma cada tares, según sus habilidades, conocimientos y motivaciones. Escoger a la persona correcta es fundamental para lograr los resultados esperados, por lo que no se apresure en hacerlo. Asegúrese de que sus empleados han comprendido perfectamente lo que se les pide y están de acuerdo.

- Una taza de azúcar.

- Sal al gusto.

- Leche agria la necesaria.

- Media barra de margarina.

- Tres yemas de huevo.

- Una taza de coco rallado.

- Una taza de leche en polvo.

- Hojas de plátano.

Preparación:

Coloque la masa en un tazón. Agregue el queso, el azúcar, la sal, el coco y la leche en polvo. Mezcle con las manos. Agregue los huevos, la natilla, la margarina y la leche agría. Siga mezclando hasta formar una masa no muy seca, pero tampoco aguada. Forre por completo una bandeja de horno con hojas de plátano o si no engrase el molde con manteca. Forme las hojaldras (biscochos en forma de empanaditas gruesas y sin relleno y apenas cerradas) y colóquelas en el molde. Precaliente el horno a 350°F (175°C).

Hornee hasta que se doren bien.

Rinde para 15 hojaldras más o menos.

Hojaldres dulces: Rellene las empanaditas con queso rallado mezclado con azúcar.

https://es.wix.com/blog/2014/10/como-hacer-crecer-tu-negocio/

Cómo llegar al perdón

Por Florybeth Solís Q.

Para El Guapileño

Nos ha tocado vivir en un mundo lleno de grandes enfrentamientos, luchas, polarizaciones y conflictos; guerras que no sólo llenan de sangre las fronteras de nuestros países, sino que destruyen el mismo corazón de la sociedad.

Nuestras familias

Cada vez más, nos sentimos rodeados de extraños y posibles agresores, incluso en medio de aquellos con quienes deberíamos sentirnos hermanos, amigos y compañeros de camino.

¡Cuánto nos han hablado de amarnos! Y dicen que es urgente detener nuestros pasos que cada vez nos acerca más a la confrontación y destrucción final. Por el bien de nosotros mismos deberíamos caminar juntos un nuevo sendero que comienza, cuando

aprendemos (ya no digo a amarnos) al menos a sopórtanos, a comprendernos y de esa manera, ya que nos falta mucho por andar, hacer menos dura la jornada que nos espera. Aprendamos ahora a vivir como hermanos o preparémonos a agonizar como extraños y a morir como enemigos.

Urge aprender a perdonar

El perdón es una fuente de energía positiva, sanadora, creadora. Es el medio que Dios nos ha dejado para volver a una vida plena, a disfrutar de la vida, entonces, perdonar es el regalo más grande que podemos dar y que debemos darnos. Es luchar por un mejor futuro esperando que sanen las heridas del pasado, es creer todavía en la luz, aunque nos haya tocado sufrir noches oscuras. No sé, si alguna vez en tu vida has tenido el dolor de verte lastimado, traicionado, defraudado por esas personas en las que tanto confiabas.

- ¿Cómo puede sentirse una esposa o un esposo que ha sido sustituido en el amor?

Lleno de odio, humillado y no ha podido perdonar.

- ¿Cómo están lastimadas las mentes y el corazón de los hijos que se sienten defraudados y más de una vez rechazados por sus padres?

- ¿Qué herida más profunda llevan esos padres que habiendo brindado todo tipo de cuidados, desde que era una niña, a su amada hija, ahora ven traicionado el amor y la confianza, ya que en ese noviazgo mal llevado resultó un embarazo prematuro?

Y, ¿qué pensar de los que son destrozados por hijos alcohólicos, drogadictos, homosexuales, irresponsables en los estudios o simplemente ausentes, muertos en la indiferencia?

- ¿Cómo dar un verdadero perdón a todos ellos? Y más allá del hogar, cómo perdonar y no tomar venganza de los hombres de una sociedad en la que se roba, se viola,

se mata; y se espera inútilmente que llegue la justicia?

- ¿Cómo perdonará la viuda y el huérfano, los padres y hermanos de esos seres queridos a los que brutalmente desaparecieron, o quizá, frente a ellos le quitaron la vida?

- ¿Cómo enseñar a perdonar a un hombre que se siente atropellado, oprimido, amenazado, silenciado en un mundo que le niega o le arrebata las oportunidades?

En una sola pregunta: ¿Cómo restaurar un corazón destrozado con estas realidades dolorosas?

Sé que es difícil, sé que es doloroso, sin embargo, es urgente emprender el camino a la más dura, pero redentora escuela del perdón.

Perdonar es la única esperanza, si queremos salvar lo que todavía nos queda, para construir un mundo más humano, más justo y lleno de amor.

El perdón es la puerta que nos abrirá nuevas dimensiones de paz, salud y alegría, perdonar es una meta muy grande pero no imposible, si logramos aprender cómo alcanzarla. Fuente de información: “Del Perdón al Amor” Salvador Gómez, predicador católico.

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ESPECIAL SOBRE LA HISTORIA DE LA ASADA DE LAS BRISAS DE ZARCERO

Editor Camilo Rodríguez Chaverri Periodista y escritor

Félix

Ronald Quesada Rojas

El presidente de la Asada de Las Brisas de Zarcero

t En los pueblos, las cosas se heredan: es lo que pasa con la dirigencia comunal. En Las Brisas de Zarcero, sucede con don Félix Ronald Quesada Rojas; él es sobrino de don Marco Tulio Araya Quesada, un pionero y un precursor de la excelencia en el servicio de agua potable.

t “Sin duda, lo que debe cambiar para las Asadas es el apoyo gubernamental. Ya lo hemos intentado en el pasado. Hemos ido a tocar puertas y el apoyo es nulo. Uno quisiera apoyo para cambio de tuberías, el apoyo del Estado para proyectos. Uno va a tocar puertas y el apoyo es cero. Toca trabajar con las uñas. Ellos dictan las pautas, pero no hay ayuda económica”.

-Don Félix Ronald, hablemos de su vida, por favor. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Nací en Grecia y de ahí me trajeron

para acá. Llegué recién nacido Tengo 62 años. Mi papá ya falleció. Mi mamá sí está viva. Se llama Inés Rojas. Somos seis hermanos.

-¿Dónde hizo la escuela?

-Hice la primaria en la Escuela de Las Brisas. No fui al colegio. Estaba deseando salir de la escuela para ponerme a trabajar. Era lo común en ese entonces. Papá tenía fincas. Nunca me interesó el estudio. Desde que uno estaba chiquillo, le tocaba ayudar. Yo trabajé muchos años con vacas y desde el año 2012 solo con la agricultura. La mayoría es hortalizas. A eso me dedico.

-¿Cómo empezó en la dirigencia co-

munal?

-Empecé hace muchos años. Primero trabajé en asociaciones de desarrollo, en la comunidad de La Legua. Después en la Asada. Como Sociedad de Usuarios éramos afiliados, venía a las asambleas y votaba, pero nunca me quise involucrar en la junta directiva. Luego, en la Asada, hace cuatro o cinco años me puse a trabajar.

-¿Cuáles son los principales retos de la Asada?

-Es algo que nunca se acaba. Esto es de no parar. Que a nadie le falte el agua y que estén bien. Son cosas que se ponen en el papel, pero hay que darle forma, porque

tampoco los ingresos son tan boyantes. Hay mucho gasto en tuberías y demás.

-¿Por qué la Asada es importante para la comunidad? ¿Cómo hace la diferencia?

-Es importante porque hay una gran diferencia de lo que sucedía antes, que el agua corría por las fincas como pajas de agua, a lo que tenemos hoy, que es excelente, con criterio de calidad. Todo va enfocado a eso. De lo que tuvimos años atrás a lo que tenemos hoy, con tanques de almacenamiento, los depósitos de agua, hay una gran diferencia. Todo eso es fundamental.

-Ustedes tienen tres fincas.

-Son zonas de recarga para mejorar.

-¿Qué debe cambiar para las Asadas?

-Sin duda, lo que debe cambiar para las Asadas es el apoyo gubernamental. Ya lo hemos intentado en el pasado. Hemos ido a tocar puertas y el apoyo es nulo. Uno quisiera apoyo para cambio de tuberías, el apoyo del Estado para proyectos. Uno va a tocar puertas y el apoyo es cero. Toca trabajar con las uñas. Ellos dictan las pautas, pero no hay ayuda económica.

-¿Usted es casado? ¿Tiene hijos?

-Tengo tres hijos. Soy casado. Mi esposa se llama Alba Leticia. Mi hijo José David trabaja conmigo. Mi hija se llama María de los Ángeles y el otro hijo se llama Ronalgel.

Ella trabaja en restauraciones de arte y de imágenes religiosas. Ella trabaja en la casa. Restaura imágenes, carretas, yugos. Hizo su local y ahí se defiende. Mis hijos se han acomodado. Estoy muy orgulloso de ellos. Estoy muy feliz con mi familia.

t Don Miguel Guzmán Blanco es Secretario de la Asada de Las Brisas de Zarcero; también es vocal de la Sociedad de Usuarios.

t “El éxito también llega gracias a que tenemos un fontanero muy bueno. Él se preocupa porque a nadie le falte el agua. Uriel Rodríguez Campos, “María”, hace un gran trabajo. Es un ejemplo de entrega y de esfuerzo”.

-Hablemos de su vida, por favor. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Muchas gracias. Nací aquí, en Zarcero. De niño crecí entre Zapote y Los Ángeles. Fui a la escuela de Zapote. Nos quedaba le- jos, pero en Los Ángeles no había escuela. Tengo 67 años de edad. Mis papás ya fa-

llecieron. Somos cinco hermanos y somos huérfanos de padre desde niños. Crecimos con el apoyo de mi mamá. Ella fue muy trabajadora. Cosía ajeno y así nos sacó a todos. Mi papá se llamó Miguel Guzmán Chaves y mi mamá, Araceli Blanco Fernández. En mi caso, llegué apenas a tercer grado.

“Salí de la escuela porque me ofrecieron trabajo en una lechería y me pagaban 17 colones a la semana. Ya con eso ayudaba a mi mamá. Igual le tocó a mis hermanos. Después, nos vinimos más arriba, para Las Brisas; compramos un lote e hicimos una casita. Seguimos jornaleando porque éramos pobres y estábamos con la ilusión de algún día tener algo propio. Comenzamos a echarnos “jaranillas” y ahí logramos hacer un poquito para irla pasando.

-¿Cuándo empezó en la dirigencia comunal?

-Cuando estaba soltero, tenía como 18 años, estuve en COOPEBRISAS R.L., en finanzas. Luego me casé, y cuando empezaron los niños en la escuela, estuve ocho años en el Patronato Escolar y cuatro años en la junta de educación. Eso fue en los años 90. A finales de los 90, me involucré con la, Sociedad de Usuarios. Estuve un tiempo ahí; luego salí. Y hace cuatro años volví con la Asada.

-¿Qué significa la Asada de Las Bri-

sas de Zarcero para ustedes?

-Para mí, la Asada es algo inexplicable. Se siente uno tan orgulloso. Uno siente que trabaja por la comunidad, pero lo más lindo es que la gente apoya. Uno sale adelante con ese apoyo del pueblo. Me siento maravillado

porque no sé si a usted le pasó lo mismo que a mí. Cuando era el día del árbol, la maestra nos llevaba a sembrar un montón de arbolitos. Estoy seguro que tal vez de esos arbolitos no quedó ninguno, tal vez pasaba el ganado y se lo comía, o el peón de la finca los cortaba. Aquí, con la Asada de Las Brisas, no sucede eso. Esas fincas son propias, son compradas por la Asada. Ahí, cada arbolito que se siembra crece y da vida. Da vida al agua. Esas fincas de la Asada son lo mejor que tienen estas tres comunidades. Estamos sumamente agradecidos con los fundadores por lo que han hecho. Ha sido fantástico. Se goza de un agua limpia, sana. El éxito también llega gracias a que tenemos un fonta- nero muy bueno. Él se preocupa porque a nadie le falte el agua. Uriel Rodríguez Campos, “María”, hace un gran trabajo. Es un ejemplo de entrega y de esfuerzo. Yo siento una gran satisfacción por nuestro trabajo; siento una gran satisfacción por esta comunidad y por la Asada.

-¿Es casado? ¿Tiene hijos?

-Sí, mi esposa se llama Miriam Rodríguez Paniagua, y mis hijos se llaman Andrés, Carlos, Greivin y Jéssica. Greivin trabaja conmigo, los otros dos trabajan con camiones. Mi hija estudió Administración y trabaja en eso. Tengo cuatro nietos. Vivo muy agradecido con la vida.

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Miguel Guzmán Blanco
“Esas fincas de la Asada son lo mejor que tienen estas tres comunidades. Estamos sumamente agradecidos con los fundadores por lo que han hecho. Ha sido fantástico. Se goza de un agua limpia, sana”

t Don Marco Tulio Quesada es pionero de la Asada Las Brisas. Es una asada muy particular: ¡tiene hasta un templo católico! Tiene tres fincas en las que conserva sus nacientes. Las fincas se llaman Los Robles, Tulio y La Amable. La finca que se llama Tulio, se llama así en honor a don Marco Tulio…

-¿Cuántos años tiene usted?

-El 17 de marzo cumplo 79 años. Nací aquí, en La Brisa.

-¿Cómo era este lugar cuando usted nació?

-Era muy remoto, todo costaba mucho. Para ir a Zarcero, a vender algo, había que salir en bueyes hasta allá, hasta Zarcero. Para ir a tomar el bus, había que salir entre los barreales hasta Bajo Tapezco. Los zapatos los llevaba uno al hombro y llegaba abajo, se lavaba los pies y se ponía los zapatos. Al regreso, otra vez había que quitarse los zapatos y subir por el barreal. Era muy incómodo todo.

-¿Qué hacían sus papás?

-Mi papá era un campesino, agricultor, tenía un terrenito que ahora lo tenemos nosotros.

-¿Cómo se llamaban sus papás?

-Mi papá, Azarías Quesada, y mi mamá, María Araya. Somos once hermanos.

-¿Había escuela?

-Buscando La Legua había una escuela, en calle La Catalina. Llegué a segundo grado. En ese momento mi mamá se fue a cuidar a mi abuela, en Zarcero, y me llevaron. Mi abuela tenía unas vacas y había que jalarlas desde Zarcero hasta Bella Vista. Yo era el vaquero. No fui a la escuela. Era muy “indio” y por no juntarme con los carajillos de Zarcero no fui. Fui vaquero desde los ocho años. Luego me devolví para acá otra vez y pegué una mentira, dije que ya había hecho segundo grado, entonces me pasaron a tercero, luego pasé a cuarto y no volví más a la escuela. Trabajé siempre en el campo. Ni siquiera hice el cuarto grado.

“Mi papá fue juez de aguas”

-¿En qué trabajó su papá en la comunidad?

-Trabajó como juez de aguas. Lo nombró el finado don Hernán

Bolaños y don Bando Solís. Ellos fueron los que hicieron las pajas de agua que había para La Legua. Ahora lo que hay son cañerías. Don Hernán tenía una finca en La Legua y había una paja de agua y bajaba por un potrero, pero si las vacas “boñigueaban” era lo mismo. Al tiempo, vino COOPEBRISAS y ellos iniciaron con la cañería. Cuando mi papá inició en eso, vinieron don Hernán y don Bando. El interés era llevar agua. Arriba, en las nacientes, había un yurro de agua que se desviaba y ahí él fue y la desvió; entonces adquirió un derecho y dividió, se llevó una para La Legua y la otra se la trajo para acá. Él engrandeció la toma de agua y le dio agua a todo mundo. La gente buscó cómo hacer su casita porque había agua. A Don Hernán, que Dios lo tenga en su santa gloria, porque fue una persona que trabajó muchísimo por este pueblo. Tenía un tajo y lastreó caminos con todo el material regalado por él.

-Volvamos a la historia de su papá.

-Entonces, don Hernán nombró a mi papá como juez de aguas y estaba nombrado en la municipa-

lidad. Él tenía que ir a limpiar las nacientes. A veces encontraba una perica muerta, o algún bicho. A veces era tan duro para nosotros, porque me gustó mucho el fútbol y teníamos una medio plaza. Después de las tres había que ir a revisar y yo escuchaba la bolilla rebotando y pues, nada, había que ir con mi papá primero. Viera qué triste era eso.

-¿Salía el tigre?

-No, no, por dicha que no. Gracias a Dios con lo que mi papá se ganaba ahí y el jornal íbamos saliendo.

-El tema del agua es fundamental, preservar las nacientes es muy importante. Cuénteme cómo nació La Sociedad de Usuarios del Agua donde usted fue presidente durante mucho tiempo.

-Recuerdo que había mucho problema con el agua. Por ejemplo, el ganado que se metía a las nacientes y contaminaba. Cuando llovía, los sapos caían en la acequia. Después vino la cooperativa, COOPEBRISAS R.L., y puso la cañería de agua potable, que es la que tenemos. La trabajaron un tiempo y después se la dieron a La Sociedad de Usuarios. Yo trabajaba ahí y fue un cambio tremendo. Se podía construir en cualquier parte. En cambio, antes de eso, había que construir a la orilla y que quedara para abajo porque, si no, no se podía tener agua. No había tubos y yo recuerdo que de la “canoíta” que tiene la mata de plátanos, se le quitaba la hoja y quedaba la canoa, entonces, se unían varias para que pasara el agua. Recuerdo cuando mi hermano se bañó la primera vez, los gritos que pegaba. Caía un chorro de agua y era agua muy fría. Deseábamos que él saliera para seguir nosotros. Era a chorro pelado. A como venía de la paja, uno se pegaba y era lo que llegara. Aquí los servicios sanitarios eran de hueco.

La Brisa. Era una gritería muy linda mientras trabajábamos. Viera qué lindo.

COOPEBRISAS R.L.

-¿Recuerda quiénes de COOPEBRISAS tuvieron que ver con el agua?

-Estuvo Rigoberto “Beto” Rojas, Edgar Rojas, Jesús Rodríguez “Chuto”, don Édgar Quirós. Estaban en el Consejo de Administración de COOPEBRISAS R.L.

-¿Cómo nació La Sociedad de Usuarios?

-Al principio el agua era para todo. Cuando se hizo la cañería, algunos agricultores se quedaron sin agua. Por eso fue que pensamos en La Sociedad de Usuarios.

-¿Qué piensa usted cuando ve todo el trabajo que ha hecho la Asada de Las Brisas?

No es como hoy, que llega el agua y usted tiene la duchita bien bonita.

-¿Cuál fue aquí el primer templo católico?

-El primer templo que recuerdo estaba donde está el galerón. Costaba mucho que viniera el sacerdote. Sí venía el 30 de agosto, que es el día de Santa Rosa.

La Sociedad de Usuarios

-¿Cómo empezó usted en La Sociedad de Usuarios?

-Inicié en el Comité de Vigilancia y de ahí me pasaron más alto. Recuerdo a Olman Durán, Víctor Durán, Edgar Quirós, Manuel Araya y muchos más. Una vez yo iba a renunciar. Yo he tratado de que las cosas sean correctas. Comparto que todos tenemos el mismo derecho. Gracias a Dios aquí se ha trabajado muy bien. Ahora es muy diferente, no es como antes, en el sentido de que antes era muy difícil.

-¿Ustedes empezaron con la tubería?

-Cuando yo inicié, ya estaba, porque la primera cañería la hizo la cooperativa, COOPEBRISAS R.L. Recuerdo cuando ellos fueron a sacar los niveles de la cañería. Fue el ingeniero Carlos Solís el que lo hizo, desde donde está el tanque hasta las nacientes. Esa cañería, de los tanques hasta las nacientes, tiene treinta metros de desnivel. Iban don Rigoberto “Beto” Rojas, don Jesús “Chuto” Rodríguez y otros más, junto a Carlos Solís, hasta las nacientes. Yo iba de “sácalas”. Me dijeron “allá está el tanque, vaya y se fija. Llévese esta varilla. Usted nos ve y lo vamos a dirigir” Me vine y llegué donde está el tanque. Ahí me hicieron una seña. En el tanque había que dividir. Cuando fuimos a hacer la zanja para hacer la cañería, unos cogieron para La Legua, recuerdo que les decíamos “los indios”; otros cogimos para

-Hoy hay más comodidades, nosotros trabajamos muy estrecho, muy duro.

-¿Qué piensa de esa finca que se llama Tulio em honor a usted?

-Me da mucha vergüenza porque no me lo merezco. Yo lo poquito que hice, lo hice por obligación. Me da vergüenza. Si me lo hubieran dicho, me hubiera escondido.

-¿Qué siente por Las Brisas?

-Siento mucho cariño. Es donde me he criado y donde he vivido. La yegua que jalaba todos los materiales

-Sus compañeros cuentan que usted tenía una lechería y que muchas veces usted dejaba su trabajo para ir a atender asuntos del agua. Y que también tenía una yegua que estaba “panda”, la pobre.

-Esa yegua era la que tenía que utilizar en el transporte de materiales. La tenía para trabajar en las nacientes. No se podía llegar con los bueyes. Esa pobrecita hasta que se hacía para todos lados, pero allá llegaba. La lechería primero fue de mi papá y luego la tuve con un hermano. Me apuraba a ordeñar para ir a hacer los trabajos. Ahora me levanto a las 2 de la mañana y me acuesto a las 4, y me levanto de nuevo como a las 6 y media o 7. Y me acuesto por tarde a las 7 de la noche.

-¿Cuándo se reunían en La Sociedad de Usuarios?

-Nos reuníamos una vez por semana, de cuatro a seis de la tarde.

-¿Qué piensa de todo lo que consiguieron por la comunidad?

-Estábamos pensando en la juventud y viendo las penurias que habíamos pasado, para que no volviera a pasarlas nadie más.

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Marco Tulio Quesada Araya
“Estábamos pensando en la juventud y viendo las penurias que habíamos pasado, para que no volviera a pasarlas nadie más”

Don Chuto marcó con su liderazgo a la comunidad de Las Brisas

t “Nadie puede hacer nada por sí solo y menos podemos atenernos al gobierno”. Frase de don Jesús Rodríguez Rodríguez, Don Chuto.

Asada de Las Brisas de Zarcero

Don Jesús Rodríguez Rodríguez nació el 31 de agosto de 1924, en la comunidad de Santa Rosa, Brisas, Zarcero.

Don “Chuto”, como lo llamaban de ca riño todos los miembros de la comunidad, fue el tercero de nueve hermanos. Hijo de Doña Rafaela Rodríguez Miranda y de Don Basilio Rodríguez Rodríguez.

Nos cuenta su hija Carmen Rodríguez que don Chuto asistió a la escuela en el ba rrio la Catalina hasta segundo grado, ya que solamente impartían clases hasta ese nivel. Durante la adolescencia se desempeñó como peón agrícola en diferentes fincas de la co munidad. A la edad de 21 años casó con la señora Amable Rojas Blanco, con quien pro creó doce hijos. Son 34 nietos y 32 bisnietos.

El campesino que lideró a la comunidad en la lucha por el agua potable

Ya adulto, se dedicó a la agricultura y a la lechería; además, colaboró toda su vida en las diferentes instituciones activas de la comunidad, empezando con la asociación de desarrollo comunal, la cual fue la pione ra en captar el agua potable para que llegara a todas las casas del distrito Brisas. De he cho, don Jesús Rodríguez fue un gran líder ya que logró convencer a todos los vecinos de la necesidad tan importante que era el poder construir este acueducto y de que el agua llegara correctamente a cada uno de los hogares.

Como anécdota, cuenta su hija Car men que ella recuerda cómo su mamá, doña Amable, siempre encomendaba a Dios y a la Santísima Trinidad, tanto a don Chuto como a sus hijos más grandes, quienes iban a cola borar con sus propias manos en la construc ción de este acueducto y sabían que tenían que pasar por propiedades muy peligrosas, por ejemplo, una que se llama El Peñón. Todos los encargados de la construcción de este acueducto, en la mayoría de los casos tenían que amarrarse con una soga a un árbol o ser sostenidos por los demás compañeros mientras seguían pegando los tubos uno a uno…

Don Chuto y los árboles de las fincas de la Asada

Don Chuto colaboró en las primeras siembras de árboles que se hicieron en las fincas que compraban para mantenimiento de los mantos acuíferos, propiedades que anteriormente eran potreros para las vacas.

Don Jesús Rodríguez también intervino mucho como mediador entre la comunidad y las diferentes instituciones para obtener ayudas para el distrito, esto ayudado siempre por Gabino Rodríguez , quien siempre lo apoyó. En la mayoría de las ocasiones,

don Chuto fue quien coordinó con la Municipalidad de Zarcero el préstamo del tractor para poder aplanar el camino y luego darle mantenimiento mediante la creación de los trasversales, que eran una especie de desagüe que atravesaba el centro del camino, para que el agua pasara por ahí y no destruyera el camino. Años más tarde, junto a sus compañeros de la Asociación de Desarrollo lograron lastrear el camino desde el Bajo Tapezco hasta el centro de la comunidad de Santa Rosa.

Don Chuto y Don Gabino

Don Chuto formó parte del Comité de Puesto de Salud, donde trabajó incansablemente para poder construir el edificio donde se encuentra actualmente, ayudado mano a mano por Gabino Rodríguez Rodríguez. En ese momento contaban con solo ¢6000 (seis

mil coloes) en la caja, recogidos por ayudas brindadas por los mismos vecinos de la comunidad, arriesgando a no poder terminar con el proyecto.

Don Jesús siempre se destacó por ser muy perseverante, cosa que le sirvió de mucho para obtener ayudas de diferentes entes externos a la comunidad, como por ejemplo la agencia internacional CARE, la cual es una importante agencia humanitaria que brinda ayuda de emergencia y proyectos a largo plazo de desarrollo internacional, y que fue fundada en 1945. Desde esa organización, apoyaron a don Jesús Rodríguez y a don Gabino Rodríguez durante la realización de este proyecto.

El Doctor Ortiz y El Hospital Sin Paredes

Una persona muy importante para don

Chuto y sus compañeros fue el doctor Ortiz, quien fungía como director del hospital “Sin paredes”, que apoyaba a los cantones de San Ramón, Alfaro Ruiz, Palmares y Valverde Vega, como se llamaban en ese tiempo.

Esta obra es de gran orgullo para todos los habitantes del Distrito Brisas de Zarcero. Cabe recalcar que el lote donde se construyó el puesto de Salud fue donado por don Tito Rodríguez.

Otra institución de la comunidad de Santa Rosa de la cual don Jesús fue parte por más de nueve años fue la Junta Edificadora de la Iglesia, llamada actualmente como Comisión de Finanzas de Santa Rosa. Apoyaba siempre a todos sus compañeros en las fiestas patronales y en los diferentes proyectos de mejoramiento del templo católico. Además, fue por más de 45 años mayordomo de este templo, siempre aportando en la organización comunal.

Don Jesús tenía una frase que repetía constantemente: “Nadie puede hacer nada por sí solo y menos podemos atenernos al gobierno”

Contaba don Chuto que una vez recibieron la visita de un diputado y que él con todo respeto le contó sobre el proyecto de la cañería que deseaba realizar el distrito y este señor le respondió que era un proyecto de mucha envergadura y no les dio ni un cinco y más bien los echó para atrás. Es por esto que don Jesús buscaba ayudas en instituciones que no fueran del gobierno. De hecho, casi todas las semanas se trasladaba desde Zarcero hasta San José para lograr sus objetivos.

Mayordomo del templo y gran activista católico

Además de los grupos antes mencionados, don Chuto colaboró con los grupos de la iglesia como Grupo Familiar Cristiano, Asambleas Familiares, Jornadas de Vida Cristiana, Renovación Carismática, entre otras. Fue uno de los primeros colaboradores del Club de Amigos de Radio Santa Clara. Durante 8 años recogió ayudas económicas de parte de los vecinos de la comunidad para ayudar a esta radio emisora católica.

Don Chuto siempre buscó el lado positivo de las cosas, a pesar de todas las adversidades que debió enfrentar, como una vez que sufrió una embolia, a raíz de una caída.

El carpintero del barrio

Cuando se retiró, don Jesús se dedicó a sembrar pequeñas cantidades de hortalizas.

Además, se convirtió en el carpintero del barrio. Decidió escribir en un cuaderno todos los temas que explicaba en los grupos religiosos donde participaba. El resto de su vida la dedicó a estudiar la Palabra de Dios. Tenía una Biblia que subrayaba contantemente.

Pasó por muchas enfermedades hasta fallecer a sus 93 años, el 30 de junio del 2017.

Don Chuto fue un ejemplo de lo que debe ser un verdadero líder, caracterizado por su humildad, su perseverancia, su entrega desinteresada a toda la comunidad y sobre todo su característica de estar poniendo las cosas siempre en las manos de Dios y de María Santísima. Así se recordará de generación en generación a “Don Chuto”: un ser íntegro y leal.

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Jesús Rodríguez Rodríguez

Don Rigoberto Rojas Jiménez

Un personaje fundamental en el desarrollo de La Brisa

Katherine María Rojas Campos

Administradora

Asada de Las Brisas de Zarcero

Según nos cuenta su hijo, Edgar Rojas Solís, don Rigoberto Rojas Jiménez nació en enero de 1915. Fue el segundo de cuatro hermanos. Hijo de Doña María

Esther Jiménez y de Don David Rojas. Vivió la mayoría de su tiempo en Guadalupe de Zarcero. Fue hasta segundo grado a la escuela de Zarcero porque a los 9 años su padre murió y tuvo que trabajar para cuidar a su familia, jornaleando, trabajando en chapias, en el campo, entre Guadalupe y San Luis de Zarcero.

Se casó a los 27 años con Ana María Solís Blanco, con quien procreó nueve hijos. Juntos, se fueron a vivir a Guadalupe; después, camino a la catarata de Palmira, en el sector del distrito Brisas. Años más tarde, se trasladaron al barrio la Catalina y por último se asentaron en el sector de El Pacayal.

Patronato Escolar y Asociación de Desarrollo

Don Rigoberto Rojas, conocido de cariño como Beto Rojas, trabajó en muchos comités activos de la Comunidad de Santa Rosa, como el Patronato Escolar y la Junta de Educación de la Escuela

la Brisa, la Asociación de Desarrollo, la Junta Edificadora, como se llamaban en ese entonces a las Comisiones de Finanzas de la Iglesia Católica.

Al encontrarse todos los vecinos tan preocupados con el problema de la paja de agua y los problemas de salud que generaba esta situación por sus pésimas condiciones, tanto en calidad como en servicio, decidieron unirse varios vecinos de las comunidades de la Legua, Santa Rosa y Los Ángeles y conformar una asociación de desarrollo para buscar una pronta solución al problema. Nos comenta don Edgar que Jesús Rodríguez, conocido cariñosamente como “don Chuto” fue una pieza clave en este acontecimiento ya que lideraba a los vecinos de la comunidad y logró convencerlos de la importancia de realizar ese trabajo para el bienestar de todos los miembros del distrito Brisas.

El tanque que se reventó

Hoy una de las anécdotas que nos cuenta don Edgar, que a su vez le relató su padre, don Rigoberto Rojas, y fue que, ya creado el acueducto, construyeron un tanque de unos 15000 (quince mil) litros. Y cuando lo llenaron de agua, este tanque no soportó la capacidad de agua y se reventó. “Imagínense la

desilusión de todos ellos al ver el esfuerzo realizado y que el agua, destruyera el tanque”, cuenta don Édgar. Esto se debió a que no contaban con ningún tipo de asesoramiento profesional que los orientara a construir un tanque que soportara la capacidad hídrica en ese entonces…” Pero, a pesar de esa situación, siguieron emprendiendo y construyeron dos tanques más, uno en la comunidad de la Legua y otro en la comunidad de Santa Rosa, por el sector de los Belisa- rios”, agrega don Édgar.

Nos cuenta don Édgar, además, que ver llegar el agua por medio de una tubería a las casas fue un espectáculo impresionante, algo que nunca olvidarán las personas que estuvieron en ese momento. Meses después, se dieron cuenta de que no sabían cómo administrar y dar mantenimiento a ese acueducto, por lo que decidieron unirse y formar una cooperativa, con 90 asociados, la cual se llamó por primera vez Cooperativa del Agua, y años más tarde pasó a llamarse COOPEBRISAS R.L

Construcción de los caminos

Don Rigoberto Rojas también fue pionero en la construcción de los caminos, ya que, como sabemos, antes los caminos eran sola-

mente de tierra, prácticamente un barrial; los medios de transportes eran la carreta con los bueyes y un caballo o una yegua, así que todos los años se ponían de acuerdo con la municipalidad de Zarcero para que les prestara un tractor y luego de que el tractor aplanaba un poco el camino, se daban a la tarea de construir una especie de desagüe en el centro de la carretera para que el agua no tomara fuerza y no terminara con el camino; a esto le llamaban “transversales”.

Organización para colocar lastre al camino

Hace aproximadamente 60 años se volvieron a organizar para colocarle lastre al camino, desde el Bajo Tapezco hasta el centro de la comunidad de Santa Rosa. Gracias a este arreglo del camino, entre todos los vecinos construyeron un bodegón, en una pulpería, en el centro de la comunidad de Santa Rosa, por donde se encuentra Coopebrisas RL actualmente. Los agricultores y comerciantes pagaban un pequeño alquiler para guardar e intercambiar los productos; ya que, un camión subía y trasladaba esos productos hacia la carretera principal. El día para realizar este tipo de comercios era el lunes, ya que el camión subía y se lleva los productos hacia la ca-

rretera del Bajo Tapezco y después distribuían a diferentes comerciantes, quienes vendían en diferentes partes de nuestro país. Los principales productos que sembraban los agricultores estaba el maíz, que fue desapareciendo poco a poco; luego aparecieron la papa y el repollo. Actualmente, muchos de los agricultores continúan con esa tradición de sembrar este tipo de productos.

El puesto de salud

Se ha de destacar otra de las acciones más importantes que hizo esta Asociación de Desarrollo, donde Rigoberto Rojas fue una pieza muy importante: la preparación y ejecución del proyecto para la construcción del puesto de salud. De hecho, este es el edificio en que se encuentra actualmente. Y es impresionante ver que es de dos pisos, cosa que era muy poco habitual en las edificaciones de esos tiempos.

Es así como notamos el espíritu visionario de todas estas personas, que fueron piezas claves en el desarrollo del distrito. Sirvieron de ejemplo a las futuras generaciones para montar proyectos y tener visión para generar más comercio y un desarrollo importante de

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las tres comunidades que pertenecen al distrito Brisas. La Asociación de Desarrollo de La Brisa que inició con el proyecto del agua potable. De izquierda a derecha, Jesús Rodríguez Rodríguez, Édgar Quirós Campos, Gabino Rodríguez Rodríguez, Rigoberto Rojas Jiménez y Gonzalo Alfaro Rojas. Se trata de una asociación de desarrollo con integrantes de los tres pueblos del distrito Brisas. Don Rigoberto “Beto” Rojas junto a su esposa, doña Ana Solís.

El hombre que amaba sembrar árboles para ayudar a la conservación de las nacientes

t “Gunguito” se destacó por su trato amable y servicial hacia las demás personas

t Don Víctor Segundo amó lo que hacía hasta el último momento de su vida y siempre lo reflejaba, pues defendió con alma y corazón todo lo relacionado a la naturaleza y la conservación de las nacientes de agua.

Asada de Las Brisas de Zarcero

Conocido por la mayoría de las personas como “Gungo”, nació en Santa Rosa, Brisas, Zarcero, el 2 de febrero del año 1943. Es el segundo de seis hermanos del matrimonio conformado por Olivier (nombre muy particular para una mujer) Jiménez Alfaro y Amado Durán Cartín.

Víctor Segundo asistió hasta tercer grado de primaria en la escuela de Santa Rosa, ubicada en el barrio “La Catalina” (primera escuela construida en esta comunidad), ya que en esta solo impartían clases hasta ese nivel. De ahí en adelante se dedicó a ayudar a su papá, don Amado Durán, a quien amaba y respetaba profundamente. A don Amado lo contrataban para que cortara árboles y preparara tucas de madera, que luego trasladaba en su carreta con unos bueyes muy hermosos. Víctor Segundo tenía como tarea llevarle el almuerzo, que él mismo preparaba a su papá, ya que su madre, doña Olivier, tenía problemas de salud y sus demás hermanos se encontraban muy pequeños. Tenía que caminar muchos kilómetros, entre barriales y piedras, descalzo, de lo cual siempre contaba muchas anécdotas.

Trabajó para don Tito Rodríguez

Durante su adolescencia, Víctor Segundo trabajó como peón agrícola para don Tito Rodríguez (hombre que colonizó y ayudó mucho a la comunidad de Santa Rosa). Años más tarde, trabajó en la agricultura junto a su padre, sembrando maíz, papa y repollo. Con los años, Víctor Segundo le compró a su papá un terreno, el cual lo utilizó primero para sembrar diferentes hortalizas y luego montó una lechería, donde el resto de su vida se dedicó a preparar un delicioso queso semiduro, que siempre ha sido vendido por diferentes comerciantes en distintas ferias del país.

Se casó a los 28 años con Clara Luz Salas Moya, con quien procreó dos hijos, Dagoberto Durán Salas y Felipe Durán Salas. Tuvo 3 nietos, Luis Armando Durán Blanco, Paulo Durán Blanco e Isaac Felipe Durán Rojas.

Gran dirigente comunal

“Gungo”, como lo llamaban de cariño, trabajó siempre en los diferentes comités de la comunidad de Santa Rosa, como el Pa-

tronato Escolar y la Junta de Educación de la segunda escuela de Santa Rosa, ubicada en el barrio el Pacayal. Trabajó, además, en la Junta Edificadora de la Iglesia (como se le llamaba anteriormente a las Comisiones de Finanzas de las diferentes comunidades), donde participó durante muchos años en la realización de las Fiestas Patronales en honor a Santa Rosa de Lima, patrona de la comunidad.

Años después formó parte del comité de cementerio del Distrito Brisas, ubicado geográficamente en la comunidad de Santa Rosa, donde, junto a sus compañeros: Olivier Solano Montero, Gerardo Arrieta Rodríguez y otras personas de la comunidad, lograron llevar la luz eléctrica al cementerio y así construir la capilla que aún existe en dicho lugar, beneficiando a todas las familias que, al pasar por el dolor de despedir a un ser querido, podían hacerlo en horas de la tarde o noche, proporcionándoles más comodidades.

La Sociedad de Usuarios de Agua

Tiempo después, en su afán por colaborar con el distrito Brisas, fue elegido durante una asam-

blea de la Sociedad de Usuarios de Agua de Santa Rosa como parte del Comité de Vigilancia. Fue adquiriendo mucha experiencia. Pasó a formar parte de la junta directiva de dicha sociedad por más de 20 años, en los cuales siempre fue uno de los primeros en estar al tanto de apoyar al fontanero en el arreglo de las cañerías para poder brindar un servicio de calidad a todos los habitantes del distrito. El 30 de octubre del años 2012 fue elegido como parte de los miembros de la Junta Directiva de la ASADA Las Brisas de Zarcero, durante su conformación. En ella trabajó durante nueve años, hasta el día de su fallecimiento, el 10 de febrero del año 2021, a la edad de 78 años.

Sin saber de su inesperado deceso, sus compañeros de junta directiva de la ASADA Las Brisas le realizaron un homenaje en vida, con la elaboración de un bello rótulo con su fotografía, el cual fue colocado en la entrada de la finca “La Amable”. Él les agradeció muchísimo tan lindo gesto. Estamos seguros de que se fue muy contento por ello. “Gunguito” se destacó por su trato amable y servicial hacia las demás personas.

La compra de las fincas para conservar el agua

Estuvo presente en la mayoría de las compras de las fincas que hoy tiene el distrito Brisas para la conservación del agua. Junto a sus compañeros de junta directiva, sembró muchos árboles. Repararon las cercas para que el ganado de las propiedades vecinas no ingresara a las fincas y crearon varios senderos para que las personas que visiten la zona puedan disfrutar de las bellezas escénicas del lugar. Además, le encantaba participar de la limpieza de las nacientes del agua para riego, donde compartía con los demás socios y bromeaban todo el tiempo.

Definitivamente Víctor Segundo amó lo que hacía hasta el último momento de su vida y siempre lo reflejaba, pues defendió con alma y corazón todo lo relacionado a la naturaleza y la conservación de las nacientes de agua.

Un ejemplo de humildad, entrega y generosidad, que deben cultivar y seguir las futuras generaciones del distrito Brisas para procurar la preservación del tesoro más grande que tienen estas comunidades: el agua.

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Víctor Segundo Durán Jiménez

El tesorero de la Asada que impulsó la compra de las fincas para conservar las nacientes

Asada de Las Brisas de Zarcero Don Olman Durán Jiménez nació un 8 de julio del año 1939 en la comunidad de Santa Rosa, Brisas, Zarcero. Fue el mayor de seis hermanos. Hijo de don Amado Durán Cartín y doña Olivier Jiménez Alfaro. Estudió hasta tercer grado en la antigua escuela de La Brisa, ubicada en el Barrio “La Catalina”, en la que solo impartían clases hasta ese nivel. De ahí en adelante se dedicó a trabajar como jornalero, principalmente en agricultura.

A la edad de 22 años contrajo nupcias con su primera esposa, Casilda Rojas Alpízar, con la que procreó 5 hijos: Flor María Durán Rojas, Wilberth Durán Rojas (q.D.g.), Daube Durán Rojas, Yamileth Durán Rojas (q.D.g.) y Laura Patricia Durán Rojas. La-

casados, quedó viudo.

Fungió como policía en la comunidad de Santa Rosa aproximadamente 3 años. Años después se dedicó a trabajar individualmente en agricultura y montó una pequeña lechería donde preparaba queso, legado que dejó a sus dos hijos varones.

En la comunidad de Santa Rosa se destacó por colaborar en el Patronato y la Junta de Educación de la segunda escuela de La Brisa, ubicada en el barrio el Pacayal.

Destacamos su importante labor durante muchos años en la Sociedad de Usuarios de agua de Santa Rosa de Alfaro Ruiz. Fue elegido varias veces por todos los socios para formar parte de esa junta directiva. La mayoría del tiempo ocupó el cargo de tesorero. Apoyó mucho a todos sus compañeros durante los procesos de compra de fincas, mantenimiento de estas fincas, siembra de árboles.

Con su imponente carácter, trataba de dar lo mejor de sí en todo momento. Con los años, y debido a problemas de salud, tuvo que retirarse para descansar y ocuparse de atender su enfermedad.

Durante esa época, contrajo nupcias por segunda vez, con la señora Libia Blanco, quien lo apoyó profundamente durante

todo el proceso de su enfermedad, hasta su lamentable deceso el día 1 de octubre del 2008, a los 69 años de edad.

Olman Durán Jiménez fue uno de los grandes pioneros de la Comunidad de Santa Rosa. Con mucho amor y entrega desinteresada, cuidó y preservó los mantos acuíferos del Distrito Brisas de Zarcero

Ana Virginia Durán Jiménez Una mujer que destaca como gran dirigente comunal

Asada de Las Brisas de Zarcero

Ana Virginia Durán Jiménez nació el 11 de agosto de 1956 en la comunidad de Santa Rosa, Brisas, Zarcero. Destacamos que en aquella época los niños nacían en sus casas. Las madres gestantes eran ayudadas por una partera a dar a luz. En su caso, nos recuerda el nombre de la señora que le ayudó a llegar a este mundo, Doña Sofía Matamoros, distinguida partera de la comunidad.

Anita, como es llamada de cariño por todas las personas de la comunidad y de lugares vecinos, es la menor de seis hermanos, hija de doña Olivier Jiménez Alfaro y el señor Amado Durán Cartín.

Asistió a la escuela La Brisa hasta sexto año. Se trata de la escuela que se encontraba ubicada en el barrio de El Pacayal.

Ha realizado muchos cursos de manualidades como tejido, pintura en tela, macramé, cocina.

Dentro de la comunidad, se ha destacado por su gran espíritu de servicio y colaboración. Ha trabajado en muchos comités como en el puesto de salud y en el CEN CINAI. También fue parte del Club 4S.

Formó parte del Consejo de Administración de Coopebrisas R.L., y hasta el día de hoy se encuentra brindando su colaboración en el Comité de Educación y Bienestar Social de esta cooperativa. Ha trabajado durante aproximadamente 18 años en la Comisión de Finanzas de la Comunidad de Santa Rosa, donde todavía se encuentra brindando su apoyo a sus compañeros. Además, colabora en el Comité de Ornato del Templo Católico.

Destacamos que desde hace varios años se encuentra brindando su colaboración tanto en la Junta Directiva de la Sociedad de Usuarios de Agua de Santa Rosa, donde es la tesorera, como en la Junta Directiva de la ASADA Las Brisas de Zarcero, donde es la Vocal I.

Ella nos comenta que valora mucho el trabajo de sus compañeros dentro de estas juntas directivas, ya que brindan mucho de su tiempo y amor al cuidado de los mantos acuíferos y al respeto por la naturaleza.

Sin duda alguna, Ana Virginia Durán Jiménez siempre será recordada en la Comunidad de Santa Rosa como una señorita muy simpática y amable, además de colaboradora, y se le reconoce por velar siempre por el bienestar de la comunidad.

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Olman Durán Jiménez

t Don Alexander Rodríguez Rojas es parte de algo muy especial que hay en Las Brisas de Zarcero. Es parte de la Asada y de la Sociedad de Usuarios. Eso no es tan corriente en las Asadas. No hay tantas sociedades de usuarios. Lo que hay ahora son Asadas. Don Alexander es el presidente de la Asociación de Usuarios y es el vicepresidente de la Asada.

t “Le digo de corazón que tengo el orgullo de haber trabajado dos años con don Tulio Quesada, con don Olger Durán, con don Víctor Segundo Durán, con don Freddy Araya, con don Urbano Rodríguez, con don Eduardo Guzmán… Tuve el orgullo de trabajar con estos señores que me enseñaron muchísimo”.

Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario

-Hablemos de su vida, ¿dónde nació? ¿Cuántos años tiene?

-Nací en Zarcero hace casi 60 años. Toda la vida he vivido en Los Ángeles de Las Brisas, en la casa de mis papás y después en la que yo construí, gracias a Dios.

-¿Dónde está el límite del distrito?

-Aproximadamente un kilómetro de la entrada de la carretera de San Carlos. Ahí esta el límite del distrito. De allá para acá hay tres comunidades: Los Ángeles, sigue Las Brisas y La Legua.

-¿Qué hacían sus papás?

-Mi papá tiene origen griego. Ellos venían de Grecia. Ellos viajaban todos los ve- ranos a trabajar con bueyes. Él era casado y quedó viudo. Al tiempo se casó con mi mamá. Tenía once hijos de la primera esposa y con mi mamá tuvo tres. Ya venía cansado, ja, ja, ja. Mi papá ha sido muy trabajador.

-¿Sus once hermanos se vinieron a vivir con ustedes?

-Un tiempo estuvimos así, en unos cuarticos, porque éramos bastante pobres. Ahí vivimos todos, cerca de diez años. Luego ellos compraron casa. Eran tres hombres y ocho mujeres. Las mujeres viven en Grecia, San José, por esos lados. Los hombres sí se quedaron más cerca. Uno vive en San Carlos

y dos aquí.

-¿Usted es casado? ¿Tiene hijos?

-Sí señor, soy casado. Mi señora se llama Inés Vargas Chaves. Tenemos tres hijos, Luis Miguel, Carlos Andrés y Javier Alexander. El mayor se montó una plantita de lácteos y los dos hermanos trabajan con él. Tengo dos nietos.

-Usted es un dirigente comunal. ¿Su papá también lo fue?

-Él me contó que estuvo en la Asociación de Desarrollo de Las Brisas.

-¿Dónde hizo la escuela?

-En Las Brisas, viajábamos dos kilómetros y medio. Así hasta tercero. En eso hi- cieron la escuela en Los Ángeles; entonces, cuarto, quinto y sexto grado los hice en Los Ángeles. Soy de la primera generación. An- tes de que hubiera escuela en Los Ángeles, caminábamos mucho, caminábamos solos. No había casas como ahora.

-¿Qué hizo cuando salió de la escuela?

-Trabajar. Desde que estábamos en la escuela, si nos tocaba por la tarde, nos levantaban en la mañana a ordeñar, y si nos tocaba por la mañana, llegábamos de la escuela a ordeñar y después a hacer tareas. Tengo unas vaquitas para mantener la familia.

-Sé también que le gusta andar en bicicleta.

-Pues sí, un poquito. Es algo que me gusta.

Comité de Deportes y Asociación de Desarrollo

-¿Qué fue lo primero que empezó a

hacer en la comunidad?

-Me nombraron muy jovencito en el Comité de Deportes de Los Ángeles; luego estuve como ocho o nueve años en la Asociación de Desarrollo; después vinieron los hijos y nos metimos en la junta de educación. Por cierto, con el fontanero que tenemos ahora en la Asada, con Uriel Rodríguez Campos, estuvimos como cuatro años en la junta de educación. Después de eso quedé un par de años sin hacer nada. Pero como dice alguien por ahí, “si no vives para servir, no sirves para vivir”. Me vine para una asamblea de la Sociedad de Usuarios, alguien me postuló y decidí meterme.

-¿Cómo es que funcionan la Asada y la Sociedad de Usuarios por aparte?

-Después que la cooperativa, COOPEBRISAS R.L., dejó lo del agua, se fundó la Sociedad de Usuarios con el fin de tener agua de riego. Ellos también administraban el agua potable. Luego vino el problema porque en la municipalidad no nos aceptaban para las disponibilidades, cuando la gente quería construir, porque no éramos asada. Ahí fue donde tuvimos que dividir el asunto. Unos trabajan en la Sociedad de Usuarios y otros en la Asada, para manejar esas cosas. Había gente que decía que no estaba de acuerdo porque era regalarle eso al AyA, pero no era así. Gracias a Dios ha servido mucho. Hay unos que estamos en las dos organizaciones y gracias Dios se trabaja muy bien; somos muy unidos.

“Las fincas de la Asada son los pulmones del distrito”

-Yo conocí dos de las tres fincas que ustedes tienen. ¿Qué significan esas fincas

para ustedes?

-Esos son los pulmones del distrito Brisas. Primero por el agua, que el agua no se contamine, que nadie se meta ahí a sembrar, a construir, que el ganado no se pase. La flora que hay ahí es bastante diversa. Es muy importante para las comunidades.

-¿Qué significan la Asada y la Sociedad de Usuarios para la comunidad de Las Brisas?

-Muchísimo. De eso dependemos. Toda la gente depende del agua. En cuanto al riego, si no fuera por eso, en estos tiempos no se podría sembrar nada. De aquí sale mucha hortaliza para las ferias del agricultor, supermercados y demás. Si no fuera por eso, no se podría sembrar nada. Antes el agua potable era muy contaminada y gracias a Dios ahora, con la Asada, el agua es una de las mejores del país. El agua significa salud para el pueblo.

-¿Qué significa esta comunidad para usted?

-La vida. Aquí he dejado todo y lo poquito que uno puede hacer en la comunidad, de servir, de ayudar. Aquí ha habido gente muy buena y que ha dejado mucho como don Tulio Quesada. Uno lo que hace es administrar un poquito lo que ellos nos dejaron y le digo de corazón que tengo el orgullo de haber trabajado dos años con don Tulio Quesada, con don Olger Durán, con don Víctor Segundo Durán, con don Freddy Araya, con don Urbano Rodríguez, con don Eduardo Guzmán… Tuve el orgullo de trabajar con estos señores que me enseñaron muchísimo.

Fue un orgullo haber trabajado con estos señores. Estoy un poquito en la Iglesia Católica y eso también me ha ayudado mucho. Siento un gran orgullo por esta comunidad.

“Somos catorce hermanos; crecimos bastante pobres”
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“Si uno no vive para servir, entonces uno no sirve para vivir”

t Don Urbano Rodríguez Céspedes es pionero de la Asada de Las Brisas y de la Sociedad de Usuarios. Su papá fue pionero de la comunidad de Las Brisas.

t “Uno de los pioneros fue don Jesús Rodríguez, “Chuto”. Papá trabajó en la junta pastoral. Recuerdo a Lico, Gonzalo Alfaro, Rigoberto “Beto” Rojas. Son de los fundadores de lo que ha sido el progreso en Las Brisas. Después estuvimos nosotros y ahora les toca a los más jóvenes”.

t “Aquí se ha trabajado bien, los hechos son los que hablan. Creo que la gente se ha apuntado bien. Cuando se fundó la cooperativa, eran 90 asociados. Hoy es mucho más grande. La Asada, la Cooperativa COOPEBRISAS R.L. y la Sociedad de Usuarios han hecho mucho. Gracias a Dios hay agua. Hemos comprado terrenos para mantener los mantos acuíferos”.

aquí. Somos trece hermanos. abajo. Era una sola paja de agua

Olger Huertas Rojas

t Don Ólger Huertas Rojas es parte de esto tan especial que tienen en Las Brisas de Zarcero. Es que tienen Asada para el manejo del agua potable y tienen Sociedad de Usuarios para el manejo del agua de la agricultura.

Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario

-Cuénteme de su vida. ¿Cuántos años tiene? ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Tengo 62 años. Nací aquí, en Las Brisas.

-¿Cómo se llamaban sus papás?

-Mi papá, Francisco Huertas Corrales, y mi mamá, Iris Rojas Salas. Somos cinco hermanos. Estamos vivos cuatro. Fui a la escuela de Las Brisas. Ahí saqué el sexto grado.

-¿A qué se ha dedicado?

-Mi papá sembraba repollo y lo llevaba a CENADA y al Mayoreo. Después tuve lechería, por una herencia de mi señora.

-¿Cómo se llama su esposa? ¿Tienen hijos?

-Mi señora se llama María Isabel Alfaro Rodríguez. Tenemos tres hijos Olger Andrés, Lucía y Mileidy María. Mi hijo trabaja conmigo, en la lechería. Ellas trabajan con el marido, cada una con su marido. Tenemos siete nietos, gracias a Dios.

-¿A qué hora se levanta?

-Me levanto a las 3 de la ma-

ñana y me acuesto a las 8 de la noche.

-¿Cuándo empezó en la dirigencia comunal?

-Inicié hace cinco años. Me eligieron aquí en la Asada. Para mí y para la comunidad, la Asada es muy especial. Es el agua que tenemos, que nos permite crecer. Lo mismo con la Sociedad de Usuarios, que es muy especial porque nos permite tener riego, y el agua para el ganado. Tanto en la Asada como en la Sociedad de Usuarios, me siento muy orgulloso de lo que hacemos.

- ¿Qué significa Las Brisas para usted?

-Significa todo. Uno se pone a ver otros pueblos y en otros lados es más duro para vivir. En cambio aquí es muy bonito, muy tranquilo.

-Yo estuve en el Consejo de administración de COOPEBRISAS. Se fundó como una cooperativa, con la figura de una cooperativa para administrar el agua. Después la cooperativa comenzó a crecer y eso, la administración del agua, se le pasó a la Sociedad de Usuarios. Ellos la manejaron.

Ahora es la Asada la que maneja el agua potable. Aquí se ha trabajado bien, los hechos son los que hablan. Creo que la gente se ha apuntado bien. Cuando se fundó la cooperativa, eran 90 asociados.

Hoy es mucho más grande. Uno recuerda cómo era Las Brisas antes y ve cómo es ahora. Es como el día y la noche. La Asada, la Cooperativa COOPEBRISAS R.L. y la Sociedad de Usuarios han hecho mucho. Uno recuerda cómo era antes de la cañería y la verdad es que se ha ido mejorando mucho. Gracias a Dios hay agua. Hemos comprado terrenos para mantener los mantos acuíferos.

-¿La finca La Amable se llama así por su mamá?

-Creo que sí, y también por lo amable de la naturaleza.

-¿Recuerda gente importante para la Asada?

-Claro que sí. Uno de los pioneros fue don Jesús Rodríguez, “Chuto”. Papá trabajó en la junta pastoral. Recuerdo a Lico, Gonzalo Alfaro, Rigoberto “Beto” Rojas. Son de los fundadores de lo que ha sido el progreso en Las Brisas. Después estuvimos nosotros y ahora les toca a los más jóvenes.

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“Tanto en la Asada como en la Sociedad de Usuarios, me siento muy orgulloso de lo que hacemos”
Urbano Rodríguez Céspedes
“Uno recuerda cómo era Las Brisas antes y ve cómo es ahora. Es como el día y la noche”

t Don Juan Félix Quirós Rodríguez es miembro de la junta directiva de la Asada de Las Brisas de Zarcero.

-Hablemos primero de su vida, por favor. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Nací en la clínica de Zarcero hace 61 años. Yo nací en 1961. Somos diez hermanos. Solo una mujer. Ella nació primero, es la mayor, y después nacimos nueve hombres. Mi mamá vive y mi papá ya falleció, hace ocho años. Mi papá se llamaba Evencio Quirós Campos y mi mamá se llama Carmen Rodríguez Rodríguez.

-¿Dónde creció?

-Cuando yo estaba chiquillo, mi papá le ayudaba a un señor en Lajas, le ayudaba a don Meco Argüello, él tenía una finca ganadera y mi papá estuvo ayudándole un tiempo. Después, salió de ahí para pulsearla solito. Calculo que salimos de Lajas cuando yo tenía como siete u ocho años. Imagínese que para sacar el sexto grado estuve en cinco escuelas. Estuve en la escuela de Lajas; de ahí nos fuimos a vivir cerca de Zapote; entonces, estuve en la escuela de Zapote, luego en Los Ángeles y fuimos a la escuela de Tapezco, luego a La Brisa y de último en Los Ángeles, de nuevo.

t Don Freddy Araya Arce fue presidente de la Asada de Las Brisas de Zarcero y de la Sociedad de Usuarios. Estamos construyendo una memoria histórica de la Asada y de la Sociedad de Usuarios.

-Hablemos primero de su vida, ¿dónde nació? ¿Dónde creció?

-Nací en La Legua. No me llevaron al hospital ni nada. Tengo 65 años. Mi papá se llamaba Gonzalo Araya Rojas y mi mamá, Amada Arce Rojas. Crecí en La Legua hasta los 18 años de edad. Después viví un tiempo en Chachagua. Ahí conocí a mi esposa. Mi papá compró allá un terreno para ver si podíamos surgir un poco. Pasábamos temporadas allá y temporadas aquí. Es un pueblo al que también le tengo gratitud. Después me casé y me vine para acá. Mi esposa se llama Ana Isabel Rojas Zúñiga. Antes trabajaba con mi papá al campo, después me dediqué a la producción de leche como una mejor oportunidad.

-¿Cuándo ingresó a la actividad comunal?

-¿Qué recuerda de todo el esfuerzo comunal en el tema del agua, con COOPEBRISAS, con la Sociedad de Usuarios?

-Yo la verdad veo con inmensa alegría el trabajo que hizo esta gente. Más que alegría siento una satisfacción enorme de ver la cantidad de personas que existían en ese entonces y se dieron a la tarea de hacer un acueducto porque yo recuerdo que a mí me tocó tomar agua de la paja de agua. Era un agua muy contaminada. Había un tanque donde se reservaba y llegaba a la casa por un tubo, pero ahí iban todo tipo de bacterias. A nosotros, cuando estábamos pequeñillos, nos desparasitaban cada tres meses. Eran las cuatro de la mañana y pasaban dándonos aceite de castor; mi papá iba detrás con una naranja, exprimiendo en la cuchara, para que no supiera tan feo. Eran unos tiempos bastante difíciles. Mi mamá cuenta que cuando ella estaba joven, la gente moría por ese tipo de parásitos, de lombrices; eso era lo que acarreaba la ingesta de aguas malas. Ellos tenían muchísimo cuidado y mucho celo en cuanto a la crianza de nosotros. Gracias a Dios, tuvimos unos padres muy responsables.

-De esa primera época del emprendimiento comunal por el agua, ¿quiénes fueron personas importantes en Las Brisas?

-No recuerdo con exactitud líderes comunales. Escuchando las entrevistas que usted ha hecho en la comunidad, creo que Jesús Rodríguez, Leoncio Rojas, Beto Rojas fueron de los fundadores del distrito y se

dieron a la tarea de hacer un acueducto.

-¿Cuándo empezó usted a trabajar en actividades comunales?

-La verdad es que es algo que me ha gustado toda la vida. Desde jovencillo me

involucré en la asociación de desarrollo. La verdad es que me apasiona. Me gusta ayudar en la comunidad y poder servir. Todavía estoy en la asociación de desarrollo. También estoy en la Asada y en COOPEBRISAS R.L.

-¿Qué piensa de COOPEBRISAS?

-La cooperativa es un ente de desarrollo desde hace cincuenta años. Ha pasado por ahí muchísima gente; muchísimas personas se han beneficiado de lo que ha sido la cooperativa. En este momento, para mí es un orgullo. Es una organización muy noble. Ha venido luchando con sus altibajos, pero en este momento está robusta y echando para delante.

-¿Hace cuánto tiempo se integró a la Asada?

-A la Asada, me integré hace casi cuatro años. Para la Asada, todos mis respetos. La junta directiva es la responsable de hacer llegar el agua a todas las casitas. Me enorgullece estar en la Asada. Le digo a mis compañeros que gracias a Dios que me puso ahí porque estoy orgulloso de lo que hacemos.

-¿Usted está casado? ¿Tiene hijos?

-Sí, mi esposa se llama Ana Teresa Blanco Cubillo. Tengo tres hijos, dos mujeres y un varón. Mi hija mayor, Ana Laura; luego sigue Karla y Juan Daniel. Mis hijas estudiaron, son profesionales, y él está estudiando. No soy abuelo. Me hace mucha gracia porque yo hace unos años decía que no quería ser abuelo porque lo envejecen a uno, pero la verdad sí quiero ser abuelo.

estaba en la escuela, me metía en comités y esas cosas. Después estuve en los Clubes 4S, con un señor Carlos Solís. Luego, ayudaba en el deporte. También estuve en la junta de la escuela y en la Asociación de Desarrollo de La Legua.

-¿Usted primero ingresó a la Asada o a la Sociedad de Usuarios?

-Al inicio era uno solo, La Sociedad de Usuarios, y manejábamos los dos acueduc-

tos. Después llegó un muchacho, Randall Varela, del Instituto Nectandra, y comenzó a orientarnos. Realmente la Sociedad de Usuarios no podía manejar agua potable. Él nos orientó y nos ayudó a formar la Asada; casi que era un mismo comité, pero se comenzó a manejar de manera separada.

-¿Qué significa la Asada para estas comunidades?

-El agua es una de las primeras cosas en el desarrollo de un pueblo. Esto era una paja

de agua; aquí llegaba el agua a puro nivel y debido a eso la gente se metía a organizaciones soñando con tener agua. Para mí, significa una de las cosas más fundamentales. Yo fui presidente primero de la Sociedad y cuando se formó la Asada quedé como presidente.

-Recuerda personajes inolvidables para la Asada y para la Sociedad de Usuarios.

-Aquí hay muchísimos. Cuando se hizo la cañería, se hizo primeramente con la Cooperativa, COOPEBRISAS R.L. Yo estaba muy joven y recuerdo personas que aportaron mucho y ya no están. Recuerdo verlos en los potreros, haciendo zanjas. Por ejemplo, Tulio Quesada, Víctor Segundo Durán, Olman Durán. Gente que verdaderamente fueron líderes y trabajaron mucho. Don Víctor Segundo era muy humilde y muy trabajador; fue fundamental aquí.

-¿Qué significa para usted este pueblo?

-Es un pueblo que amo y me ha dado muchísimo.

-¿Qué siente por la comunidad de Las Brisas?

-Aprecio, un gran aprecio. Las Brisas es como mi casa. Sé la calidad de seres humanos que hay. Son personas de bien todas estas personas.

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Juan Félix Quirós Rodríguez
“Para la Asada, todos mis respetos. La junta directiva es la responsable de hacer llegar el agua a todas las casitas. Me enorgullece estar en la Asada. Le digo a mis compañeros que gracias a Dios que me puso ahí porque estoy orgulloso de lo que hacemos”
Freddy Araya Arce
“Yo estaba muy joven y recuerdo personas que aportaron mucho y ya no están. Recuerdo verlos en los potreros, haciendo zanjas. Por ejemplo, Tulio Quesada, Víctor Segundo Durán, Olman Durán. Gente que verdaderamente fueron líderes y trabajaron mucho”.

Quesada es parte de la Asada y de la Sociedad de Usuarios de Las Brisas de Zarcero. Él tiene una historia de vida muy especial. Tuvo momentos de enfermedad y pasó por dos momentos muy duros.

“Estar en la Asada significa imitar un poco a mi papá y a todos los señores que estuvieron atrás. Yo quiero ser un poco como él. Mi papá me ha dado un gran ejemplo”.

-¿Cuántos años tiene usted? ¿Dónde nació y dónde creció?

-Tengo 57 años. He vivido toda la vida en Las Brisas. No me acuerdo donde nací, seguro en la Unidad Sanitaria. A mi papá lo trajo mi abuelo muy recién nacido de San Luis de Zarcero. Contaba mi tío Gonzalo Araya, que en paz descanse, que para esa época se arruinaron con la Depresión de 1929. Por fianzas perdieron todo y se vinieron para Las Brisas a buscar vida. Llegando aquí, entiendo que se murió mi abuela Rafaela. Esa gente trabajó duro. Gracias a Dios, pudieron comprar un pedacito de tierra cada uno. Aquí estamos nosotros. Mi papá gracias a Dios vive. Se llama Abilio Araya Rojas y mi mamá, Ana Lía Quesada Blanco. Somos nueve hermanos. Hace como cuatro años se murió una de de mis hermanas. Nosotros crecimos para abajo de La Legua. Estuve dos años en la escuela de Las Brisas. Era bastante largo y los caminos eran muy malos. Lograron hacer la escuelita en La Legua. El finado Gonzalo Alfaro prestó un cabo de la pulpería. El tenía pulpería y troja. Trajeron pupitres y como no cabíamos, todos trajeron unas tucas de leña y ahí nos sentábamos todos a recibir clases. Ahí terminé la escuela y fui dos años al Colegio de Zarcero. Salí del colegio y me puse a trabajar. Mi hermano Marvin y yo nos pusimos a comprar un terrenito. Teníamos un montón de jaranas. Errores de esos que uno comete cuando está joven. Hoy, gracias a Dios, logramos pagar las deudas y tenemos algo propio. Tenemos un camioncito y hacemos fletes. De eso vivimos. Me siento agricultor: Estoy muy agradecido con Dios.

Salió adelante de cinco enfermedades

-¿De qué se enfermó?

-Vengo saliendo de cinco enfermedades. Me dio leptospirosis. Gracias a Dios y a mucha gente salí adelante. Hace dos años y medio me dio Guillain Barre. gracias a Dios y a mucha gente, fue milagrosa la cura. Once días en cama y en silla de ruedas. A los tres días de estar en el hospital, me logré parar. Y los señores del salón me decían que era como el pasaje de la biblia que el Señor le decía a una persona postrada que se levantara. Yo usaba andadera por miedo

a caerme. No sabía yo que el ejercicio era tan necesario. Al estar en recuperación, me dio una trombosis en el pie derecho. Decía yo, “seguro no me la voy a poder jugar” Gracias a Dios y, de igual manera, gracias a mucha gente me recuperé. Me decía el médico vascular periférico, “cuando esto pase busque un médico internista y dígale todo” Tuve que ir a buscar un doctor que me recomendaron; resultó que tenía un pólipo en el colon, me lo sacaron y no era maligno. Después se me hizo una hernia en la columna. Estuve tamaño tiempo y gracias a Dios me recuperé. Ne cuido bastante y trabajo lo que puedo.

-Usted es muy jovial, muy ameno, y ha salido adelante de manera milagrosa. ¿Qué le aconseja a la gente?

-Para mí, lo más grande es lo siguiente. Un día escuché a Freddy Araya Arce, mi primo, decir lo malo que era tener camión. Y yo le dije que por qué decía eso si yo gracias a eso he conocido gente que, de otra manera, nunca hubiera conocido. Y ahora lo que ocupo hacer, rapidito lo logro. Por ejemplo, vender algo, comprar algo, rapidito lo logro. Yo he ido por todos lados de este país y más cuando uno anda haciendo fletes, se conoce mucha gente; es de las cosas buenas que uno puede tener.

uno no esté asegurado”

-¿Su atención fue en la Caja Costarricense del Seguro Social?

-Ha habido cosillas que no, pero casi todo sí fue la atención de la Caja Costarricense del Seguro Social. Para cuando la trombosis, me recomendaron un ultrasonido y de verdad salió el trombo. Un yerno co-

nocía a un médico vascular muy bueno en San Carlos. Pero en general sí me atendieron en la Caja. Con lo de Guillain Barre me pusieron medicinas muy buenas. Yo admiro y aprecio mucho la Caja Costarricense del Seguro Social. Dios libre uno no esté asegurado.

-¿Cómo se llama su esposa? ¿Cuántos hijos tienen?

-Mi esposa se llama María de los Ángeles Arias Arias . Yo digo que tengo como dos hijos y medio. Adoptamos una pareja, gracias a Dios. Y a los doce años, la mamá logró encontrarlos y ella ya tenía una pareja y quería que se conocieran por si algún día iban a estudiar afuera y los de ella venían y se encontraban sin saber que eran hermanos. Ella es de Bataán. El hijo menor de ella a los 15 años terminó viniéndose a vivir con nosotros. A los 18 años se fue. Después vino y nos pidió una segunda oportunidad. Estuvo un año más con nosotros. Los dos que crecieron con nosotros se llaman Karina y William. Él, William, tiene dos hijos. Tenemos dos nietos.

-Hablemos de la Asada y la Sociedad de Usuarios.

-Se lo explico así. Me varo con el camión en Santa Clara de San Carlos. Una rana no afloja y no afloja. Tengo que venir a buscar un cubo más largo. Cuando yo la “pulsié” y no pude, al primer carro que pasó le hice parada y era un taxi. Me trajo y llegó a Ciudad Quesada. Bajó a dos señoras y un señor. Empezamos a hablar para ir a buscar el cubo y me preguntó qué de dónde era. Le dije que de Las Brisas de Zarcero. Me dijo que hacía poquito había conocido La Legua

porque el hijo fue a un partido. Me dijo que era un lugar muy lindo, muy bonito. Me dijo aquello siempre está tan verde. Le dije que lo bonito es que aquí la gente no es ni rica ni pobre, todo mundo vive más o menos parejo. Me preguntó que a qué se debía eso. Le dije que al agua, que se dio la oportunidad de tener agua potable para todos y que se entubó el agua de riego. Así le dije. Yo recuerdo que había gente que no quería que esa agua se entubara porque costaba 7 mil colones la llave. En ese tiempo, hubo dos o tres que se oponían. Pero por donde pasaba la tubería los terrenos comenzaron a valer más. Los que estaban de la tubería para arriba la verdad es que ahí no se podía vivir ni trabajar ni producir. Había que buscar agua más arriba para poder tener agua. Por ejemplo, en Viento Fresco tienen un poquito de agua. Eso fue la lucha de mucha gente. Uno de los que empezó fue Toño Calaca; él empezó con el gusanito. Una vez se hizo una reunión en el puesto de salud y había mucha gente que no quería pagar los 7 mil colones por la llave de usuarios y que iban a tener media pulgada de agua. Decían que era comunismo. Hubo gente como Bolívar Araya que se le paró un día a un señor José Luis Quesada. Le dijo, “José Luis, ya, por favor. Si no quiere contribuir con el progreso del pueblo, por lo menos no se atraviese”. Gracias a Dios se entubó el agua y esa vez en el puesto de salud a las 12 de la noche dijeron que no se podía llegar a ningún acuerdo. Al final gracias a Dios se logró para bien de todos. Aquí sale comida para un montón de lugares, leche, queso para ferias. Este es un lugar bendecido totalmente.

-¿Qué significa estar en la Asada?

-Estar en la Asada significa imitar un poco a mi papá y a todos los señores que estuvieron atrás. Yo quiero ser un poco como él. Mi papá me ha dado un gran ejemplo.

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“Admiro y aprecio mucho la Caja Costarricense del Seguro Social. Dios libre
“El agua hizo una diferencia para esta comunidad”
Marco Aurelio Araya Quesada
“Lo bonito es que aquí la gente no es ni rica ni pobre, todo mundo vive más o menos parejo”

t Don Uriel Rodríguez Campos es el fontanero de la Asada Las Brisas de Zarcero. Él es el famoso “María”.

-Hablemos primero de por qué le dicen “María”, por favor.

-Me parezco mucho a mi abuela, según la historia, y ella se llamaba María.

-Hablemos de su vida, ¿dónde nació? ¿Dónde creció?

-Nací en Zarcero. Somos doce hermanos, uno falleció. Según me contaban, mi papá tenía una carreta. Mi papá tuvo toda la vida lechería. Mi hermano Mario me dice, “cuando mi papá me llama para que vaya a Zarcero a traer a mi mamá, y yo sabiendo lo que iba a traer”… ¡Era este servidor! Por la pasada a la finca se atravesaban dos yurros; es el mismo yurro, pero se pasa dos veces. Entonces, contando chiles, porque éramos así, nos reuníamos mucho a contar cosas, y me dice mi hermano, “de haber sabido, le suelto el timón a la carreta”. Nací en Zarcero y me trajeron para acá en carreta. Nací el 19 de marzo de 1969. Nací el día de San José. Crecimos en Los Ángeles. Todos los seis años fui a la escuela de Bajo Tapezco. La maestra me dio el diploma para que saliera espantado porque yo era como “el pisuicas”. Le ponía chinches en la silla para que pegara gritos. Seguro dijo, “mejor lo quito de aquí antes de que me haga otra maldad”. Saqué el sexto y nos dedicamos a la lechería. Yo las tareas de la escuela legalmente no las hacía porque no teníamos tiempo. Llegaba a la escuela casi cuando los otros iban saliendo. Si la entrada a la escuela era a las 11, yo llegaba a las 11 y media o 12. Es que era para cumplir con los trabajos de ayudarle a papá. Cuando estábamos los doce en la casa, eran bonitos tiempos, no nos faltaba nada. Papá sembraba repollo, maíz, y había leche. Lo que había que comprar era muy poco. Yo siendo carajillo enyugaba los bueyes. Eran mansitos; yo les bajaba los cachos para ponerles el yugo a un lado y luego al otro. La carreta no me la aguantaba, pero una de mis hermanillas me ayudaba a sostener el timón. Aprendí muchas cosas desde muy pequeño.

Sus inicios en la Asada

-¿Cómo se vinculó con la

Asada?

-Hace trece años. Yo me casé a los 23 años. Mi esposa se llama Heidy Rojas Rodríguez. Tengo tres hijos, Uriel, Marylin y Francini. Después de que me casé, obviamente ya no andaba en las enaguas de mi mamá, ni entre los pantalones de mi papá. Me gustó mucho andar en la calle. Manejé camión para COOPEBRISAS R.L., y también manejé propio. Anduve mucho tiempo en la calle. Luego papá nos dio la herencia y puse unas vaquitas con mi esposa. Hoy es mi hijo el que las atiende. Había tiempo para hacer eso y hacer otra cosa. Una vez llega un “zampaguabas” de estos y me dice, “¿no quiere tantear de fontanero?” Yo sabia que un tubo era hueco porque ahí pasaba el agua, pero nada más. Le dije que sí podía tantear, porque tengo mis vaquitas y lo de la Asada y aquí estoy tanteando todavía. Trabajo tiempo completo en la Asada.

-Vi unas fotos suyas guindando de un precipicio.

-No le digo que cuando mi hermano me traía de la Unidad Sanitaria, cuando llegó mi mamá a darme teta, me dio la espalda; entonces, lo que me dio fue un banano, por eso me guindé en esos bejucos. Sí hemos andado por unos peñones bastante complicados.

-Usted me contaba que le ha tocado devolverse de actividades familiares porque alguien reporta una avería.

-Me ha tocado, tal vez ya voy mudado y listo, ya voy en el carro, con mi esposa y mis hijos, y alguien llama y dice que hay una

avería y a pesar de las caritas feas, les digo, “hagan caritas, si quieren, pero no hay nada que hacer; vamos para atrás”. Yo tengo un comodín, un hermano que me salva la tanda. Hemos sacrificado fiestas, misas y muchas cosas para dar un buen servicio. La Asada es el pulmón de los tres pueblos. Cuando yo comencé dimos y ahora seguimos dando alma, corazón y vida. Los tanques han cambiado mucho. Algunos estaban en mal estado. Comenzamos a repararlos; se reparó la fragua y ahora tenemos unos tanques de almacenamiento al cien por ciento. Con todos los compañeros que hemos estado, nos hemos llevado bien. Yo siento por la Asada mucho amor, mucho cariño.

El sacrificio de toda una familia

-¿Qué significa para usted ese sacrificio que le toca hacer?

-Mi trabajo casi que ciento por ciento es dedicado a la Asada. He dejado cosas con mi esposa y mis hijos. Somos católicos y tal vez vamos para misa de siete de la mañana y suena el teléfono que no hay agua en tal lado, y me toca devolverme. Somos doce hermanos y nos gusta compartir mucho, pero he tenido que sacrificar fiestas de esas por el servicio de la Asada, para ir a echar el agua, para ir a brindar un servicio, que siempre bastante eficiente. Pero yo no me quejo, no me arrepiento, hago lo que me gusta, hay que dar un buen servicio a las tres comunidades. Nosotros no dependemos del bombeo. El agua viene de la parte alta y todo baja por relieve. Hay una cañería de cuatro pulgadas que sale

de la naciente y llega a las comunidades. En montaña, está expuesta porque hay mucha raíz y no se podía zanjear. Está expuesta y cae un árbol, una rama, una piedra, y quebró la cañería, y hay que correr a arreglar para que no falte el agua. No importa si es domingo o entre semana.

-¿Qué siente y piensa la gente de la comunidad con respecto a la Asada?

-En lo personal, con mis patronos y con la compañera Katy, quien me ha dado un apoyo enorme, creo que hemos hecho un gran trabajo. Aquí la gente no se preocupa por el puesto que tienen. Aquí se preocupan porque todo camine bien, la gente tenga agua y no les falte. Somos de las tres comunidades y el yugo va parejo, tan importante es Los Ángeles, como Las Brisas y como La Legua.

La capilla de la finca

-Ustedes tienen tres fincas, La Amable, Tulio, Los Robles. Conservan 60 hectáreas que colindan con el Parque Nacional Juan Castro Blanco. Hablemos de la historia de la Asada.

-Cuando inicié, la cuestión del agua no era tan buena como ahora. Los tanques estaban muy deteriorados. Nosotros, con los poquitos recursos que tenemos y lo que va sobrando, le fuimos metiendo cerámica, los “enmallamos”. De un cien, los califico hoy con un 99.

“La historia es así, COOPEBRISAS R.L. nació para administrar el agua, pero ellos tomaron otro rumbo y le pasaron la pelota a La Sociedad de Usuarios y en el año 2012 pasó a ser Asada.

-Ustedes construyeron una capilla en medio de las fincas de conservación de los mantos acuíferos. Es una capilla para la integración de la comunidad.

-La capilla se inició casi por necesidad. A nosotros nos ha gustado hacer una misa cada año para darle gracias a Dios por la gran bendición del agua. Se inició con un toldo, después se pusieron dos alcantarillas con un altarcito y comenzamos a hacer una capilla para que la gente no se nos moje. A la fecha, tenemos una capilla muy bonita. Es una tradición muy bonita esta de la misa en la montaña; llega mucha gente; se comparte un almuerzo; es una donación en agradecimiento a la gente. Sino fuera la conservación de la Asada, seguro ya no estuviéramos. Le hemos metido mucho amor. Yo personalmente puedo decir que hemos metido alma, vida y corazón pensando en los hijos, en los nietos y en toda la gente de la comunidad.

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Uriel Rodríguez Campos
“Para dar un excelente servicio hemos andado hasta en peñones complicados”

“Vivo agradecido con mi papá y con los otros líderes que dieron grandes luchas por el desarrollo de Las Brisas”

t Don Fabio Rojas

Solís es pionero de la Asada de Las Brisas de Zarcero. Vamos a hablar con él de su historia de vida, su trabajo, sus luchas.

-¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Tengo 75 años. Viví en Guadalupe de Zarcero. Cuando tenía cuatro años, con un tío de mi papá, se nos trajo para este lado. Tengo 71 años de estar aquí. Recuerdo que era un pueblo muy incómodo. La carga había que bajarla con bueyes hasta la carretera. Era incómodo, pero la vida era muy bonita. Recuerdo que con grandes sacrificios, papá compró un radio de batería. Eso era lo que oíamos. Se saboreaba las cosas. Era más difícil, pero se disfrutaba más. Soy una persona agradecida con Dios. Hice la escuela allá por donde llamaban La Catalina. Esa fue la primera escuela de Las Brisas. Ahí estuve hasta tercer grado. Y terminé el sexto aquí, en la escuela del centro, que fue la segunda escuela. No tuve diploma porque me quedé en un examen y me encapriché y

no fui más. Desde pequeño trabajé al campo. Mi mamá nos decía, “cámbiese la ropa, vaya, haga la tarea y le va a cortar comida a la vaca” A los 12 años comencé en el campo y todavía sigo trabajando. Yo me levanto a las 3 de la mañana y hago café, le dejo café a la doña y me voy. Trabajo como hasta las 11. Hago rollos de cebollino. Hay que entregarlos temprano. Yo a las 6 de la tarde estoy acostado y me duermo a las 9. Antes me iba a pie. Ahora tengo una moto. Me gusta caminar, hace año y medio me operé de cáncer de próstata, pero ahí estoy. Con esos rollitos de cebollino pude dar el estudio a mis hijos. Y también por ahí ayudarle

a alguien más de la familia. Tengo tres hijos y cuatro nietos.

-¿Cuándo comenzó a trabajar por la comunidad?

-Yo admiro a toda la gente que ha trabajado aquí. Han puesto de su bolsa para que las cosas se hicieran. Con un señor Carlos Solís de los Clubes 4S, formamos un grupo muy bonito. Éramos como 15 muchachillos. Hicimos un papal, preparábamos caminos, trabajamos en la limpieza de la iglesia. Era muy sano. Estuve en el comité de la cooperativa. Aquí todo lo han hecho con mucho cariño, mucho amor. Es una dicha contar con toda esta gente aquí. Tenemos una jun-

Mario Humberto Rodríguez Rojas Un hombre con Alma de Niño

Administradora

Asada de Las Brisas de Zarcero

Conocido cariñosamente por todas las personas como “Tuco”, Mario Humberto Rodríguez Rojas

nació en Santa Rosa, Brisas, Zarcero, el 9 de octubre de 1964, hijo de don Isidro Rodríguez y doña Bertalina Rojas Blanco, a quienes amó y respetó profundamente, siendo un excelente hijo, al igual que sus hermanos. Asistió a la segunda escuela de la comunidad de Santa Rosa, ubicada en el Barrio El Pacayal, donde sacó el sexto año. Durante su juventud fue peón en varias lecherías de la comunidad. A la edad de 23 años, se casó con Sonia Araya Rodríguez, con quien procreó cuatro hijos: Sindy Rodríguez Araya, Angie Rodríguez Araya, Carlos Mario Rodríguez Araya y Heiner Rodríguez Araya. Actualmente tiene 7 nietos, a quie-

nes ama con toda el alma.

Durante la mayoría del tiempo, se ha dedicado a la agricultura. Se ha caracterizado por asistir a la feria de Alajuela durante muchísimos años, donde cuenta con muchos amigos y conocidos, ya que es una persona muy servicial, desinteresada y muy amistosa.

Le encanta el fútbol; es aficionado a Liga Deportiva Alajuelense; ha estado en varios equipos de fútbol y ha sido entrenador de muchos equipos para niños y jóvenes.

Ha trabajado en varias instituciones activas de la comunidad como el Comité de Deportes de Santa Rosa y el Comité de Vigilancia de Coopebrisas RL. Se ha destacado mucho por su ardua labor dentro del Comité de Educación y Bienestar Social de esta cooperativa, donde, junto a sus compañeros, han logrado muchas mejoras en el Distrito Brisas y han ayudado a muchos de los asociados del can-

tón de Zarcero y fuera del cantón, como lo vimos reflejado también en la creación del grupo de jóvenes “Líderes Emprendedores de COOPEBRISAS R.L.”, donde tuvo mucha afinidad con cada uno de los niños y jóvenes que han participado de este grupo, ya que su espíritu es de un niño y siempre ha sido servicial y humilde, siempre desprendiéndose de su tiempo y de sus cosas para ayudar y comprender a las demás personas.

Actualmente es miembro de la Junta Directiva tanto de la Sociedad de Usuarios de Agua de Santa Rosa de Alfaro Ruiz como de la ASADA Las Brisas de Zarcero, donde se ha destacado por su espíritu colaborativo. Siempre que se necesita arreglar una avería, sembrar árboles, mover alguna tubería o limpiar alguna represa de agua para riego, él está presente. Y si no puede asistir, él siempre le paga a un peón para que cumpla su traba-

ta directiva muy bonita y un gran fontanero. Todas las noches le doy gracias a Dios por la gente que trabajó y que trabaja por esta comunidad. Mi papá trabajó con grandes sacrificios. Mi papá era jornalero y sacaba el ratito. Yo le agradezco y admiro su trabajo. Mi papá se llamó Rigoberto Rojas Jiménez. Le decían Beto Rojas. Fue pionero en muchas luchas comunales. Vivo agradecido con Dios. Cuando se tiene una relación con Dios, se adquiere paz interior, y si hay paz interior, todo se mira bonito. Usted va a las fincas de la Asada y ve todo bonito. La vida

hay que vivirla al día y estar contento. Yo casi siempre estoy contento. Yo quiero mucho a mis hijos y mis nietos. Ellos van a la casa y yo me alegro mucho. Trato de andar siempre contento. Mis hijos se llaman Lorena, Ana Francini, Jairo Enrique, y mi esposa se llama Lorena. Yo gracias a Dios vivo contento, agradecido con Dios. Foto 1. Fabio Rojas es hijo de otro gran dirigente comunal, don Rigoberto “Beto” Rojas, quien fue pionero de la lucha por el agua potable.

jo como debe ser.

Sin duda alguna, Mario Humberto ha sido un hombre que ha marcado la historia de nuestra comunidad por su esencia de humildad y su espíritu de niñez. Fiel

amante de su familia, de sus hijos, sus nietos, y con mucha fe en Dios para lograr vencer las adversidades que se le han presentado en su vida y salir adelante, siempre con una sonrisa en su rostro.

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Fabio
Rojas Solís
Mario Humberto Rodríguez Rojas, mejor conocido como “Tuco”. Fabio Rojas y Abel Villalobos, dos precursores del agua en Las Brisas de Zarcero.

Fue gerente de COOPEBRISAS R.L. durante 27 años

Camilo Rodríguez Chaverri

Ventanario

-Don Edgar, cuénteme de su vida, ¿dónde nació? ¿Dónde creció?

-Muchas gracias. Nací en Guadalupe de Zarcero. Es un pueblito pequeñito que está al oeste de Zarcero. Tiene una iglesita pequeña, muy entretenida. Soy hijo de campesinos. Mi padre, Rigoberto Rojas, Beto Rojas, fue jornalero hasta los 47 años de edad. Él tuvo que salir de segundo año de la escuela porque se le murió el papá, mi abuelo. Tuvo que salir al campo para ayudar a mantener a la familia. De ahí comenzó la situación difícil. Mi papá y mi mamá estuvieron rodando, como se decía popularmente. Estuvieron en varios lugares del cantón. Termina- ron aquí, en Las Brisas. Él terminó siendo jornalero. El patrimonio económico financiero de papá era cero. Vivíamos en una troja que nos facilitó nuestro tío. Era piso de tierra. Cuando llegamos a tener agua, caía un chorro día y noche. No había baño y nos bañábamos en el excusado. Con el sueño de llegar a tener un terreno, papá se esforzó muchísimo. A los 47 años de edad, salió de ahí, y con la ayuda de mis hermanos mayores compró unas tierras y comenzó a producir a duras penas. Mi escuela fue muy sencilla, pero con esfuerzo sacamos el diploma. A través del tiempo, yo creí que era importante formarme un poquito más, mientras estaba trabajando siempre en el campo y ayudando en los asuntos comunales. Saqué el bachillerato por madurez. Hice exámenes en el Colegio de Señoritas y en el Liceo de Costa Rica. Salía a las 7 de la noche. Y a ver qué hacía de noche. De 126 personas que habíamos de Zarcero con ese sistema de bachillerato por madurez, solo cinco logramos sacarlo, no porque fuera muy inteligente, sino porque he sido muy persistente en las cosas.

-¿Su papá fue pionero en la comunidad?

-Él estuvo en la asociación de desarrollo y colaboró en la comunidad.

-¿Qué recuerda de los inicios de COOPEBRISAS R.L.?

-Recuerdo que COOPEBRISAS se formó porque la Asociación de Desarrollo fue la que hizo el acueducto. A ellos se debe el esfuerzo enorme. Ahí estaba Jesús

Rodríguez “ Chuto”; mi papá, Rigoberto “Beto” Rojas; Gabino Ro- dríguez, Gonzalo Alfaro y Édgar Quiros. Era una sola asociación y estaba representada por personas de los tres lugares. Llegaron rumores y parecía que tenían bases, de que tanto el SNA, que es el AyA de ahora, como la Municipalidad de Zarcero querían llevarse el agua porque decían que era demasiado para el pueblo. Ya el agua se había captado. Sé que Rodrigo Ruiz, un buen hombre de San José, dijo que la alternativa para darle una figura jurídica era por medio de una cooperativa. Así es como nace la Cooperativa de Servicios de Agua Potable de Alfaro Ruiz. A raíz de ahí nació COOPEBRISAS R.L. Así fue como comenzó.

Grandes emprendimientos de COOPEBRISAS R.L.

-Usted fue gerente de COOPEBRISAS R.L. durante muchos años. ¿Estudió alguna carrera?

-Estaba estudiando Administración en la UNED y no seguí más porque en eso me llamaron de COOPEAGRIMAR. Ahí estuve tres años. Mis hermanos me reclamaban porque ya teníamos una finquita. Renuncié y me vine a trabajar aquí. Yo soy un palero, orgullosamente, y todavía lo soy. Después de que salí de COOPEAGRIMAR me llamaron de COOPEBRISAS. Les dije que no, pero me insistieron. Hablé con mis hermanos. Comenzaba a las 5 de la tarde en la cooperativa, pero no teníamos nada, ni oficina ni nada. Era en el galerón de los turnos. Ahí comencé. Después iba desde las 12 y después desde las 9, y al final me absorbió la cooperativa. Trabajé ahí durante 27 años.

-¿Cómo era la cooperativa cuando usted llegó y cómo fue cambiando?

-Cuando llegué, se administraba el acueducto y se tenía un autobús. Sin embargo, el agua no era rentable. Gracias a Dios, ahora, con la Asada, es diferente y bendito Dios que sea así. Lo que se pagaba de agua en ese tiempo era muy poco. Todo mundo decía que si Tatica Dios nos había regalado el agua por qué había pagarla. Entonces, el cobro era minúsculo. Y del autobús lo que ingresaba era muy poco. En algún momento, se pensó que COOPEBRISAS se te-

nía que salir de ese esquema por que, de lo contrario, no iba a poder seguir. Vendimos al bus, que era un Volvo de 60 pasajeros, y el agua se le entregó a la Sociedad de Usua rios. Nos quedamos con 840 mil colones. Se compró un lote, donde están ahora las oficinas de contabi lidad. Se iba a meter algo tipo pul pería. Compramos un lote de 200 metros cuadrados. Fuimos a com prar mercadería y se nos acabó la plata. Pero no es tan fácil decirle a la gente que pusiera un capital. La gente no podía. Ahí apareció Tatica Dios. No se robó ni se hizo ningún chanchullo. Yo me la jugué muchas veces más de la cuenta. Después se compró otro lote; se adquirieron como seis lotes pegados. Nos me timos en un montón de cosas. No sotros comenzamos con la pulpería y después pusimos un almacén de suministros. Cuando trajimos abo no de Fertica, la gente decía que no servía, que no era bueno. El que era bueno era el de Zarcero, según la gente, pero era del mismo abono. Luchamos contra esas cosas. Después se compró otro lote y se amplió el almacén de suministros; se hizo un almacén de 800 metros cuadrados, hay ferretería, materiales de construcción. Se tiene un ingeniero que da asistencia técnica gratuita y tiene la regencia. Si usted me pregunta cómo hicimos, no sé. Recuerdo que hicimos un convenio con la Fundación Costa Rica Canadá y se hicieron 115 viviendas en el cantón de Zarcero. Eso fue un logro importante. Lo que ganamos fue mínimo, pero era la parte social. Teníamos materiales de construcción y eso nos funcionaba un poco. Nos metimos en un proyecto de inseminación artificial con una organización alemana, GTZ, y dimos formación en eso. Se dio a muchos ganaderos. Eso fue por veinticinco años. Hicimos más grande el supermercado. Logramos dos proyectos con el BID, uno por la gracia de Dios porque dentro de ese grupo de nosotros había un grupo de mujeres y Estados Unidos decidió regalar los recursos. Eran 625 mil dólares, 500 mil en crédito y 125 mil regalados. Se compró la abonera y los invernaderos. Es un proyecto que todavía está funcionando. Se hacen los almácigos y se le venden a los productores. Hace catorce años, teníamos 1400 millones, de los cuales 850 eran recursos propios. Fueron utilidades que generaron el capital. En su momento, pensamos en más proyectos, necesarios para la

comunidad. A un ministro de salud se le ocurrió decir que la leche y el queso que no era pasteurizado causaba enfermedades, entre ellas el cáncer. Mejor ni lo nombro. Eso generó que el queso que se llevaba a San José no lo compraran y la gente tuvo que botar la leche. Nos fuimos a Santa Cruz de Turrialba y coordinamos con una gente que tenía pequeñas plantas. Nos metimos en eso. Nosotros hicimos la planta de lácteos. Porque la plata no llegaba, pero eran cosas que teníamos que hacer, la hicimos sin la plata. Tatica Dios nos ayudó de nuevo.

-También se metieron con invernaderos. ¿Qué producen en esos invernaderos?

-Es abonera orgánica. Se procesa abono orgánico registrado, certificado. Usted encontrará ahí almácigos de lechuga, brócoli, coliflor, culantro, repollo, ajo. Antes aquí era una zona de maíz; después de papa y de repollo. Y posteriormente comenzamos a crecer con hortalizas y surgió la necesidad de hacer los invernaderos. Aquí las familias en promedio tienen una hectárea, hay gente que tiene más, pero muy poca gente. La tierra está muy dividida. Probablemente en Centroamérica no haya otra zona como esta y es esta zona, nada más, porque el resto del cantón no es así. Antes, el almácigo se hacía a cielo abierto y era muy difícil. Después, tenían que contar con invernadero; segundo, tenían que

contar con agua todos los días; por ejemplo, si tenían remolacha, había que atomizar. Era muy costoso. En cambio así, la persona va y encarga las bandejas y determinado día las recoge. Hay un grupo de gente formada y capacitada que sabe del tema para dar el producto terminado.

Planta de lácteos

-Retomemos el proyecto de la planta de lácteos. -Conseguimos la plata y arrancamos. Nosotros lo que podíamos comprar de equipo era muy poco. Compramos unas cositas, entre ellas la caldera; una planta sin caldera no funciona. La caldera era viejísima y buscamos un viejito de San José y vino a arreglarla; le costó mucho arreglarla y se volvía a dañar. El arranque fue muy duro. Nos dijeron que si nosotros hicimos estudio de mercado y nada, nosotros no hicimos nada. Simplemente nos tiramos y sabíamos que la gente comía queso. Fue un proceso interesante. Sobrepasamos plantas ya instaladas. La calidad de leche era buena. La planta creció mucho. Hace 14 años, cuando salí, la planta se había ganado 84 millones de colones. Teníamos gente del cantón y fuera del cantón que nos entregaba leche.

-¿Qué significaron esos 27 años en COOPEBRISAS?

-Un conocimiento enorme. Yo tenía bachillerato por madu-

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rez. Tenía conocimientos mínimos. Y todos éramos iguales ahi. Fue una vivencia enorme. Cuando yo llegué a COOPEBRISAS R.L., me invitaron a una reunión en San José y fui. Llegué y me senté y había muchos con corbata, saco y yo con una camisilla hecha una pistola. Todo mundo empieza a presentarse. “Soy el licenciado, tengo una maestría”; “soy ingeniero”; “soy tecnólogo de alimentos”. Y yo dije, “soy un agricultor y productor de repollo”. Nunca jamás me arrugué. De ese cero comencé y me tocó enfrentar muchas cosas. Yo siempre reconocí y lo hago, de que soy agricultor.

-¿Qué ha hecho después de que salió de COOPEBRISAS?

-Yo siempre dije, salgo de COOPEBRISAS y ahora si que me va a llevar candanga. ¿Qué voy a hacer?” Siempre, desde carajillo, he sido de piel muy sensible y me quemaba todo. El dermatólogo me dijo que me comprara un bloqueador de alto calibre. César, uno de mis hijos, me dijo que sembráramos aguacate. Y me insistió. El otro hijo también me insistió y me suavizaron el corazón. Hicimos una sociedad y le pusimos frio. Estábamos vendiendo 2500 kilos de aguacate por semana. Ahora ya se acabó. Yo soy el que hasta hace dos meses atomizaba los 1400 árboles. Ya un árbol grande es complicado. El aguacate tiene mucha plaga. Tenemos contactos muy buenos en la Zona de los Santos. La cosa es que somos aguacateros. Tenemos un tecnólogo de alimentos, Luis Miguel, que es alguien de nuestro pueblo, y vamos a hacer pasta de aguacate y guacamole. Queremos meternos a la industrialización porque vender solo producto fresco no es lo mejor. Industrializarlo tiene un valor agregado muy importante. Ahí estoy ocupado. Pensé que la iba a llevar suave, pero no. También sembramos papa.

-¿Cuántos hijos tiene?

-Tengo dos, Cesar Augusto Rojas estudió Educación Física y tiene un pequeño gimnasio en Zarcero, y Edgar Alfonso es farmacéutico, pero ahora está en San José, en la parte de administración de una empresa.

-¿Cómo se llama su esposa?

-Se llama Deyanira Rojas Alvarado. Tengo 48 años de casado. Tengo 72 años de edad.

-¿A quiénes recuerda de líderes comunales?

-Aquí hay un líder que no es de Las Brisas, Jesús Rodríguez, Chuto. Él fue el guía para hacer la cañería. Era un tipo bastante bue- no. Era de trabajar de gratis. Él ha sido una inspiración.

-¿Qué significa la Asada?

-Hay una junta directiva extraordinaria, con un fontanero buenísimo. Recuerdo a un Tulio Quesada, que ha sido un baluarte. Si aquí no se tuviera esa agua, este pueblo se paraliza y no se tendría producción. Aquí hay muchos que producimos los 12 meses al año de manera semanal gracias al agua. El agua es sangre para la comunidad. No me imagino este pueblo sin agua.

Gabino Rodríguez Rodríguez La historia profunda del agua potable de Las Brisas de Zarcero contada por un protagonista de los inicios

cuenta mucho sobre la historia de COOPEBRISAS R.L. y la Sociedad de Usuarios.

-Hablemos primero de su vida, por favor. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Nací aquí en Las Brisas. Tengo 77 años. Crecí aquí. Mi papá, Otilio Rodríguez, y mi mamá, Antonia Rodríguez, ambos descendientes de gente de San Roque de Grecia. Yo hice la escuela unos años en Tapezco porque vivíamos en la parte del bajo. Allá hice primero y segundo. Tercer grado y cuarto grado los hice en Las Brisas. Quinto grado y sexto grado fui a Tapezco porque aquí la escuela llegaba hasta cuarto. Después de que salí de la escuela, me dediqué a trabajar. La situación económica era muy difícil. Yo estaba deseando salir de sexto grado para trabajar. Siempre me gustó mucho el campo. Comencé sembrando solo. No quería depender de nadie. Empecé con un poquito de repollo. Después compré una yunta de bueyes. Tamaño tiempo fui boyero.

-¿Qué recuerda de la historia de COOPEBRISAS R.L. y de la Sociedad de Usuarios?

-Yo formé parte de la primera asociación de desarrollo de Las Brisas, en 1972. Había tres señores de unos 42 años, don Rigoberto “Beto” Rojas, don Jesús “Chuto” Rodríguez y Gonzalo Alfaro. Eran señores de más de 40 años. También estaba Edgar Quirós, como de 37 años de edad, y yo tenía como 26. Me metieron porque yo siempre lideraba el Partido Liberación y el presidente era don Pepe Figueres. Hicimos una encuesta a nivel de pueblo y la gente no pedía otra cosa que no fuera el agua. La situación era alarmante. Recuerdo que yo estaba recién casado. A veces uno estaba tomando agua y en la paja había un animal muerto. Era antihigiénico. La gente estaba desesperada por el acueducto. En la asociación no podíamos hacer nada más, ningún proyecto porque la gente lo que quería era que se empezara la cañería. Fuimos siete veces a la municipalidad y cinco veces al AyA. En la municipalidad, a la sétima vez nos dijeron que no volviéramos porque de por sí no tenían presupuesto y no nos iban a ayudar. En el AyA nos trataban muy bien, pero no venían a hacer el estudio.

Nos trajimos a Gonzalo Gómez Cordero, conocido como Go-

meco, quien era un líder de Gre cia. Él había hecho el proyecto del agua de Río Cuarto. Era diputado cuando eso. Aquí había un males tar con la municipalidad. Planeó un discurso en contra del gobier no. Y nos dijo que demostráramos que podíamos hacer algo. El dólar estaba a 8.60 y la cañería lo que costó fueron 120 mil colones. El pueblo dio la mano de obra. La motivación fue tan grande que la gente, aunque no tuviera dinero, se apuntaba. Ese día llegó COOPE CAR y dijo que con el dinero que ponían en el cuaderno no hacíamos nada. Que ellos nos daban el dine ro y que fuéramos a Durman Es quivel. Llegamos con la propues ta y la historia de que estábamos resolviendo un problema de salud. Hablamos con los empleados y lla maron el gerente. Nos dice, “oja lá todas las comunidades fueran como ustedes; hagamos una cosa, denme los 63 mil colones que tie nen, y me firman este documento, y como ustedes dicen que la mano de obra la pone el pueblo, entre el lunes y el martes les mando los ca miones. Así el pueblo se motiva y ve que el proyecto es una realidad. El resto lo pagan hasta que empie cen a cobrar el agua y no les voy a cobrar intereses”.

que hicieran algo sin violencia. Le pusieron un rótulo en el parabrisas y les dejamos dicho que por ahora era sin violencia, pero que les íbamos a estallar las llantas. Los regidores se tuvieron que ir a pie como cuatro kilómetros. Lo más difícil era que como la municipalidad tenía al pueblo en contra, cuando pasaban por las casas la gente les decía cosas. No volvieron más. A la gente del AyA se les dijo que la próxima vez que llegara un carro no se sabía si iba a salir o no. Imagínese que esas cuatro personas que eran líderes en la comunidad tenían segundo grado y el más académico era yo porque tenía sexto grado, ja, ja, por eso era el secretario. Ja, ja, ja. Es muy bonito recordar. Don Chuto hizo muchísimo. Cuando se arregló todo, salí un tiempo. Después me quedé con solo lo del agua. Yo respeto a Marco Tulio Quesada porque trabajó con un conocimiento muy grande de dónde estaban las nacientes; siempre sabía cuáles servían. Lo pusimos de presidente y fue muy colaborador. Aquí no traían el tubo que era y nada más llamaba a Durman. Íbamos en el carro de él. Nunca aceptó que le pagaríamos el diésel.

El nacimiento de COOPEBRISAS R.L.

Nosotros hicimos la cañería al margen de la ley, no teníamos permisos de nada. Carlos Solís fue a ver si el nivel daba en la salida de la montaña. Suena feo decirlo, pero cuando hicimos los análisis del agua y la municipalidad se dio cuenta de la calidad del agua, la Municipalidad se fue al AyA para que vinieran a hacer un estudio de cuanta agua sobraba de las nacientes que nosotros tomamos, para llevarse ese sobrante para Zarcero. Ahí estaba el problema porque nosotros no teníamos nada legalmente. El asunto es que nosotros sí teníamos abogado. Empezamos a hacer publicaciones para Daniel Oduber, quien ya era el presidente de la república, porque ya habíamos tenido muchos problemas con la municipalidad. El día que fuimos y el presidente municipal nos preguntó que qué papeles teníamos, reaccionamos. Cuando le dijimos al pueblo que la municipalidad de Zarcero se quería llevar el agua, hicimos un anuncio en el pueblo y la gente se enojó mucho. Recuerdo que llegaron 96 personas de Las Brisas al recinto municipal. La gente no pudo entrar. Él dijo “defiéndanse ustedes como pueblo y nosotros nos defenderemos como municipalidad” Y para qué lo hizo. Nos reunimos esas 96 personas y quedamos diez como encargados de las acciones contra la municipalidad y el AyA. Durante un tiempo, en la comunidad no dejábamos entrar a la gente del AyA y de la Municipalidad de Zarcero.

Entre las asesorías que nos dieron los abogados, dijeron que las asociaciones no estaban autorizadas para administrar un acueducto. Hicimos una asamblea y se formó una cooperativa supuestamente específica. Fuimos tres de nosotros a inscribirla. Cuando llegamos allá, nos convencieron en hacerla de servicios múltiples porque en adelante podía crecer. No queríamos decidir por encima al acuerdo, pero al final lo hicimos así, y la cooperativa quedó como de servicios múltiples. Por dicha todo mundo estuvo de acuerdo. En realidad, lo que necesitábamos era un respaldo para el tema del agua. En ese momento fue por la presión. Dimos una pelea muy grande. Ahí estaban don Gonzalo Alfaro, don Jesús Rodríguez, don Beto Rojas. Eran personas con una mentalidad de que todo tenía que ser por bien. Pero también estaba Edgar Quirós, quien era más agresivo, y con una posición como la de él estaba yo.

-¿Qué significan la Asada y la Sociedad de Usuarios para este pueblo?

-Yo seguro fallé un poco. Yo defendí que si el acueducto había sido hecho por nosotros, entonces nosotros éramos los que teníamos que poner las reglas. Estuve en contra de la Asada. Cogí la presidencia de la Sociedad de Usuarios, pero no porque tuviera capacidad, sino que fue por un problema de un terreno. Marco Tulio se retiró un tiempo y yo me agarré con el tema hasta que nos vendieron el terreno donde están las nacientes. Son tres hectáreas. Yo cometí errores, pero era por defender al pueblo. Por ejemplo, íbamos a subir el precio y reuníamos a la gente y nos poníamos de acuerdo, pero con la Asada eso no se puede porque es la ARESEP. También había cosas que no estaban bien en nuestro tiempo, y hoy la calidad de agua es mucho mejor. Acepto que me equivoqué porque la Asada ha sido lo mejor.

-¿Usted se casó y tuvo hijos?

Yo era el coordinador del grupo que iba a tomar el toro por los cuernos. Recuerdo que el día que vino el carro de la Municipalidad de Zarcero a supervisar si era verdad que habíamos arrancado las estacas, dejaron el carro donde Tulio Quesada y le desinflamos las cuatro llantas. Yo estaba en San José y tenía solo a dos de los diez del grupo ahí cerquita. Les dije

-Me casé a los 24 años de edad. Mi esposa, María Eugenia Córdoba Rojas, falleció hace unos meses. Tengo tres hijos, Nelson Gabino, Franklin Gerardo y María Verónica. Tengo ocho nietos.

-¿Qué hace para conservarse tan bien?

-Yo digo que es lo siguiente: todos los días, aunque no tenga nada qué hacer, me levanto a las 5 de la mañana y hago 20 minutos de ejercicio. Seguro es eso.

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“Hicimos la cañería al margen de la ley”
“Le desinflamos las cuatro llantas al carro de la Municipalidad de Zarcero”
“Acepto que me equivoqué porque la Asada ha sido lo mejor”

Katherine María Rojas Campos

La administradora de la Asada de Las Brisas de Zarcero

Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario

-Hablemos de su vida, por favor. ¿Dónde nació? ¿Dónde creció?

-Gracias. Nací en el Hospital de San Ramón. Soy de Barranca de Naranjo. Ahí viví hasta los 18 años. Estuve en la Escuela Lorenzo González Arguedas. Estuve en el Liceo Alfaro Ruiz. En este momento, tengo veinte años de vivir en Santa Rosa, en Las Brisas de Zarcero. Tengo veinte años de casada. Estoy muy contenta de vivir en este pueblo. Tengo un hijo que se llama Isaac y mi esposo se lla- ma Felipe Durán. Él se dedica a la agricultura y a la lechería.

-¿Cómo se vinculó a la Asada de Las Brisas de Zarcero?

-Hace trece años, cuando era en realidad la Sociedad de Usuarios, se me pidió que les colaborara a ordenar un poquito las cosas en la parte administrativa. Mi suegro, Don Víctor Segundo Durán, que de Dios goce, era parte de esa junta directiva. Me apasioné mucho con el tema. Soy la administradora de la Asada.

-Su suegro fue una persona muy importante para usted.

-Sí, de cariño le decían Gundo o Gundito. En la entrada de las fincas de la Asada hay un gran rótulo con una foto de él. Él falleció de manera inesperada. Días antes de morir, los compañeros de junta directiva le hicieron un homenaje. Eso fue como de gracia de Dios porque nadie se esperaba que muriera tan pronto. Le entregaron esa plaquita con la foto de él. Lamentablemente, a los 22 días de eso falleció. Él fue un pionero en la comunidad.

-Hablemos de personajes importante para la Asada.

-Estaba don Jesús Rodríguez, a quien de cariño le decían “Chu- to”. Él fue uno de los verdaderos

pioneros, tanto en el legado del agua, en el camino, en el desarrollo de diferentes comercios, en la parte religiosa. También don Tito Rodríguez, uno de los conquistadores del distrito De hecho, él fue el que donó la mayoría de terrenos donde están las instalaciones, como el puesto de salud, el cementerio, la plaza de deportes. Todos estos terrenos le pertenecían a él y desinteresadamente los donó.

-Usted me colaboró para hacer algunas entrevistas, como la de Marco Tulio Quesada, Gabino Rodríguez,. Usted me hizo un resumen de grandes personajes, como don Jesús Rodríguez, Don Chuto; don Rigoberto Rojas, Don Beto; don Olman Durán; don Abel Villalobos. Estoy impresionado con su inteligencia y su talento. Me gustaría que me hable un poco de esa historia que ha logrado recopilar.

-Nosotros somos el distrito La Brisa, que comprende las comunidades de Santa Rosa, La Legua y Los Ángeles. Aquí lo que pasaba era una paja de agua. De esa agua se tomaba tanto para las casas como para las lecherías y la agricultura. Podía estar una persona tomando agua y otra persona llenando una bomba para atomizar. La parte de salud era muy peligrosa. En ese momento, la asociación de desarrollo estaba conformada por personas de las tres comunidades, como don Gonzalo Alfaro, don Chuto Rodríguez, don Gabino Rodríguez, don Beto Rojas, don Edgar Quirós, quienes se dieron a la tarea de entubar el agua. La mayoría de las personas tenían que construir sus casas muy cerca a esa paja para que el agua llegara por gravedad. Vivían muy apretados y casi no había espacio. Ellos empezaron a buscar ayuda y el diputado Gonzalo Gómez Cordero les ayudó mucho. Cuenta don Gabino Rodríguez que la tubería costó cer-

ca de 120 mil colones. Tuvieron problemas con la Municipalidad de Zarcero y el AyA porque la municipalidad le dijo al AyA lo que se estaba haciendo. Hubo mucha organización y no permitieron que el AyA y la Municipalidad se metieran.

-Es que querían llevarse el agua para otra parte.

-Posteriormente, se organizaron para administrar el acueducto porque ellos no sabían cómo. Surgió la idea de hacer una cooperativa. Me contaba don Edgar Rojas, quien es hijo de don Rigoberto “Beto” Rojas, que esa primera cooperativa se llamó Cooperativa del Agua y con el tiempo pasó a llamarse COOPEBRISAS R. L. la registraron como cooperativa de servicios múltiples. Estuvo conformada por 80 ó 90 asociados, quienes se encargaron de hacer todos los trámites para ponerla a funcionar y hacer todos los trámites del agua. Las personas estaban muy contentas y agradecidas por tener agua en los hogares, pero surgió otra incógnita. El problema era que ya no había agua en las fincas. Al captar el agua de las nacientes para consumo en los hogares, las fincas se quedaron sin su paja de agua. Hay una ventaja, y es que en el distrito hay varias nacientes para su captación de agua. Se dieron a la tarea de crear otro acueducto con un grupo de socios y captar el agua de esas nacientes para que tuvieran agua en las fincas. Se llama Sociedad de Usuarios del Agua y administra el agua para riego. Con el tiempo, y viendo las necesidades del distrito, porque antes el camino estaba en muy malas condiciones, había que ir a Villa Quesada, hoy Ciudad Quesada, o ir a Naranjo. Aquí la gente ha tenido una virtud, que es crear. Dijeron que tenían que hacer algo para cubrir esas necesidades. Los asociados de la cooperativa compraron un

bus y fueron creando diferentes departamentos. Es lo que es hoy es COOOPEBRISAS R. L. Le trasladaron a la Sociedad de Usuarios la administración del agua. Durante muchos años la administración del agua potable y el agua para riego eran administradas por una misma junta directiva. En el año 2012, a raíz de que las personas necesitaban sacar permisos de construcción en la Municipalidad de Zarcero, y que ellos en la Municipalidad de Zarcero no aceptaban la disponibilidad hídrica a nombre de una sociedad, eso generó muchas quejas, no se pudo llegar a una conciliación, y el 30 de octubre del año 2012 se conformó la Asada de Las Brisas de Zarcero. Fue un proceso muy grande. Hubo personas opuestas porque pensaban que el AyA se iba a llevar el acueducto y nos iban a quitar el agua. Se tuvo que explicar mucho para que la gente entendiera, y al final

Don Abel Villalobos Araya

se logró. Gracias a Dios nos ha ido muy bien. Hoy tenemos Convenio de Delegación con el AyA. Hemos recibido mucho apoyo de parte de los funcionarios del AyA de la ORAC (Oficina Regional de Acueductos Comunales) de la Zona Norte. Contamos con el apoyo de don Carlos Matamoros, quien nos ayudó muchísimo. Con recursos propios, hemos hecho mucho. Se compraron fincas para zonas de recarga, se les dio mantenimiento a los tanques porque estaban muy deteriorados, inclusive había tanques cuya tapa eran latas de zinc herrumbradas, y había tanques con fisuras. Nos dimos a la tarea de arreglar todo eso y sobre todo que el agua falte lo menos posible. Acá, en el distrito La Brisa, contamos con muchas microempresas, hay mucho comercio, se ha ido desarrollando económicamente el distrito y gracias a Dios damos un buen servicio.

Pionero de La Sociedad de Usuarios del Agua de Las Brisas de

Zarcero

Tengo 78 años. Me dedico a la agricultura. Siembro cebollín, culantro y papá. Me levanto a las 3 de la mañana los lunes y los jueves. El resto de la semana me levanto a las 4 de la mañana.

Nací en La Brisa. Fui a la escuela en La Catalina, la primera escuela que hubo aquí. Fui hasta cuarto grado. Empecé a jornalear a esa edad. Mi mamá era viuda. Ha-

bía que trabajar. Me casé a los 22 años. Tengo un hijo y cuatro hijas.

Estuve en la primera junta para traer el agua de la agricultura, el agua de riego. Estuvimos Sergio Araya, Guido Rojas, José Antonio Guzmán, Macho Alpízar y yo.

Fui el secretario de esa junta. Nos reuníamos y hacíamos el acta. Había que dar información al pueblo. Como secretario, lo único que tenía era voluntad, no tenía conocimientos.

Se trajo un ingeniero de la empresa Durman Esquivel. Él nos llevó a un pueblo que se llama San Joaquín, en La Zona de los Santos. Estuvimos con él viendo un pro- yecto de cañería. Él vino a sacar los niveles, para ver por dónde podía sacar el agua.

Estuve trabajando cuando se hizo la cañería. Vinieron unos señores Monge, de Santa María de Dota. Se jalaba el tubo al hombro, y se hacían las zanjas. Se hicieron las represas con ese ingeniero. Yo

hice las represas de más arriba. Las hice muy altas, para que hubiera más desnivel. Yo trabajé mucho en la preparación del agua para riego. Dos elementos que ayudaron mucho, que trabajaron mucho, fueron Marco Tulio Quesada y José Antonio Guzmán.

(Gracias a la señora Katherine María Rojas Campos por su colaboración en esta entrevista)

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Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario

Guapileños disfrutaron y apoyaron al colegio

El Guapileño Fotos cortesía de Javier Justino Joseph Los días 3, 4, 5 y 6 de marzo los guapileños disfrutaron las diferentes actividades: carnaval, tope y corridas de toros y más en las Fiestas de Verano

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El tope de Verano Expo Pococí estuvo concurrido y fue manifiesto el apoyo al Colegio Técnico profesional de Pococí. Los participantes lucieron sus hermosos caballos.
cocí, Grupo ron
La señorita Gabriela Miranda, representó a la belleza femenina. La juventud desbordó de alegría durante el carnaval. El señor Eduardo Jiménez Oviedo bombero jubilado compartió desde el patio de su casa con familiares y amigos.

Los

El empresario Carlos López Solano participó y colaboró en esta linda actividad del Colegio Técnico Profesional de Pococí, junto a un grupo de amigos.
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Grupo de profesores y colaboradores del colegio que tuvie ron a cargo la organización de este gran tope. Las familias disfrutaron el tope Verano Expo Pococí. Profesores y las jóvenes: Reina Intercontinental Pococí 2021 y la Virreina del CTP. presenciaron y disfrutaron el carnaval. El profesor jubilado, Alfredo Delgado Orozco presenció desde su casa el paso de los caballis- La Banda Municipal de Pococí engalanó la noche de carnaval. En grupo de amigos presenciaron el tope. bailes típicos se lucieron y engalanaron el carnaval. Esta familia guapileña disfrutó y colaboró con el CTP Pococí. El Ing. José Alberto Castillo Calvo apoyó esta hermosa actividad equina.

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