Guapileño 265

Page 1

¢200

AÑO XXIII Número 265 - 2019

Edición Especial

45 AÑOS DE COOPEPOCOCÍ R. L.


3

2

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

Ingeniero y ganadero Carlos González Barrantes

“Sin COOPEPOCOCÍ, la ganadería de la zona se hubiera quedado muy rezagada” -Usted, entonces, fue ensamblado en Golfito. ¿Dónde creció? -Los primeros cuatro años estuve ahí. Ya después de eso pasamos un tiempillo en San José y Alajuela. A papá se lo llevaron para Limón, la Compañía Stand Fruit, no para trabajar en finca bananera sino que se lo llevaron a lo administrativo. No había tantos gerentes. Era el simple jefe general de Stand Fruit.

t “El cooperativismo es

una fuente de unión de personas que tienen una idea y que juntos se orientan hacia eso. Soy miembro de COOPEPOCOCI, de COOPE MONTECILLOS y de la Dos Pinos. Creo en el cooperativismo”.

“Limón era muy limpio”

Camilo Rodríguez Chaverri

-¿Usted creció en Limón? -De los 7 años a los 15 años.

El Guapileño

-Gracias por estar con nosotros. Estamos en mi pueblo, en Guápiles, y estoy muy contento porque vamos a saldar una deuda. No puede ser que yo tenga años de trabajar en cooperativismo, escribí el libro de COOPE AGRI, de Pérez Zeledón; escribí el libro de COOPEVICTORIA, de Grecia; hemos publicado dos libros más de entrevistas a cooperativistas y ya vienen otros dos… Pero no teníamos un trabajo de la historia de COOPEPOCOCI. Este 20 de mayo cumplió 45 años COOPEPOCOCI. Yo tengo muchos años de escuchar de cooperativismo y la misma persona que me ha marcado hablando de cooperativismo, es la persona que me habla de COOPEPOCOCI, que es mi papá. Mi papá se llama Rafael Ángel Rodríguez. Mi abuelo, Miguel Ángel Rodríguez, a quien le decían “El Manco”, y sus hermanos, Gilberto, José Luís, y Filadelfo y mi bisabuelo Luís Rodríguez Salas, están en la lista de los 25 fundadores de COOPE VICTORIA. Yo lo sé porque escribí un libro de la historia de esta cooperativa y leí la lista de los 25 fundadores.

PATROCINAN

A mí me impactó, me conmovió muchísimo ver ahí el nombre de mi abuelo y el nombre de mi bisabuelo. Y quien ha heredado ese amor por el cooperativismo es mi papá. Empezamos con don Carlos González Barrantes porque es el primero que vamos a entrevistar y el que yo conozco más de cerca de hace muchos años, muy amigo de mi papá, vecino de doña Mayita, que fue como otra madre para mí y mi mamá no se enoja… Y vamos hablar de COOPEPOCOCI, pero primero vamos a hablar un poquito de su vida. -Encantado de estar con vos. -Muchas gracias. ¿Dónde nació y cuando nació? -Yo nací en Alajuela, el 8 de marzo de 1948. -¿Y cuando se fue a vivir a San José, ahí en Escalante?

-Eso fue en los años 60, cuando se compró la casa en Barrio Escalante.

Zarcero, Quepos, Golfito… -¿Qué hacían sus papás? -Mi papá primero fue maestro en Zarcero. Después pasó a mandador en la Zona Sur, en el lado de Damas de Quepos. De ahí, cuando se casó con mi mamá, lo trasladaron de asistente de superintendente a Piedras Blancas, allá por Golfito, para adentro. Estando ahí fue ensamblado este hombre -¿Viven sus papás? -No, ya murieron -¿Cómo se llamaron sus papás? -Jorge González Vega y Cecilia Barrantes Sibaja.

-¿Cómo era Limón? -Era extremadamente limpia. Era otro mundo. Mantenían la limpieza por el régimen que tuvo la compañía bananera de Costa Rica. De ahí salí al colegio Seminario. Cursé los últimos tres años en ese colegio, en San José. -¿Muy bravos los curas alemanes? -El único que me pegó fue el padre negro, no le gustó una broma que le hice. -Cuando usted estaba en el colegio, si acaso aquí había cuatro o cinco colegios: el Colegio San Luís de Gonzaga, el Instituto de Alajuela, el Liceo de Costa Rica, el Seminario y los Ángeles. Eran solo esos. ¿Qué estudió después? -Después, me fui a Honduras, al Zamorano. Ahí estudié Agronomía. Después me fui dos años a Estados Unidos, a estudiar algo de Zootecnia. Ya papá y mamá habían comprado finca aquí en el Atlántico. Tenían ya la finca y trabajaban con ganadería. Yo fui a la Universidad Estatal de Nueva México y estuve allá un año y medio sacando

unos estudios más de Zootecnia. -¿Y cuando compró la finca que tiene en El Molino? -Esa finca se compró antes de que yo llegará. Esa finca ya era patrimonio de papá y mamá. -¿Cuántos años tiene de manejar la finca? -Yo salí de la universidad en julio del 71 y en agosto empecé. Aquí estoy metido en Guápiles desde ese tiempo.

Guápiles, 1971 -Cuénteme, por favor, cómo era Guápiles en el año 71. En al año 71 usted tenía 23 años. -Guápiles era una pequeña gran familia. Todos nos conocíamos. Era algo muy simpático. Ahora estamos a 4 kilómetros de la Iglesia Católica de Guápiles, en línea recta, desde la finca mía. En aquel entonces, para venir de la finca mía a Guápiles había que esperar que fueran las 6 de la tarde, que era cuando pasaba el tren. -¿No había carretera? -Un trillito, que había hecho Hernán Garrón. Era muy así: todos nos conocíamos. Era una ciudad pequeña. Desde el punto de vista ganadero, solo había un lugar donde se expendía productos. -Que era donde don Miguelón… -Sí, donde Don Miguel Jiménez. Sentíamos la necesidad de que hubiera más oportunidades para escoger. En aquel entonces, en el verano tenía uno que ir a Alajuela a comprar casi que un carro de ferrocarril con sal, traérselo y guardarlo en una bodega para repartir durante todo el año. Los productos veterinarios que no se conseguían

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com donde Miguel, había que traerlos de San José, y era caro. Entonces, nos empezamos a reunir un grupo de la zona, que incluía a Carlos Arroyo, Ernesto Campbell… Nos reunimos inclusive en una bodega que tenía Guido Madrigal y en una bodega que tenía “El Negro” Campbell. De ahí fuimos a INFOCOOP y nos mandaron al ingeniero Víctor Hugo Elizondo, que fue quien nos encausó en esto del cooperativismo. Logramos fundar la cooperativa en mayo del 74.

asociados. A pesar de cómo han crecido otros almacenes que llevan también alguna línea parecida, con muchísimo más capital, como es El Colono Agropecuario y la Cooperativa Dos Pinos, que tiene un almacén de suministros para los productores de leche de la zona de Pococí y Guácimo, a pesar de eso, y de que ha pasado por momentos difíciles, COOPEPOCOCÍ se ha sostenido. Hubo momentos en los que muchos decían que ya se iba de pique, pero finalmente logramos sobrellevar esos momentos. Actualmente, está muy bien con don William, que es el actual gerente. Él compró un lote a la par, donde puso un parqueo bajo techo, para carga y descarga de mercadería de los camiones que vienen; también para que los asociados podamos tener dónde cargar los productos que vamos a llevar a nuestras fincas, sin tener que mojarnos ni asolearnos. Y hay que acordarse que en esta zona lo que es lluvia, es cosa seria.

Mayo de 1974 -¿Usted estuvo en la fundación? -Sí, yo soy el asociado número 8. Estuvimos en la formación, pero hubo tamaño poco de gente. Fue como una efervescencia. Se empezó a trabajar en una bodega que fue una fábrica de hielo que existía ahí por el colegio; de ahí nos vinimos en la esquina donde se da la vuelta si uno viene de La Rita o de Cariari y cogés hacia el centro de Guápiles. En esa esquina ahí hubo una bodega. De ahí pasamos a un lugar que es donde está actualmente el Súper Rin, que era de don Abelardo Alfaro. Desgraciadamente ahí se quemó. Ya se había comprado un lote en la esquina aquí, frente al hospital. Allá hubo un incendio y se quemo totalmente la cooperativa. Era donde es el Súper Rin de ahora. Entonces, ahí, con la ayuda de Carlos Arroyo, que era el que estaba administrando, Bernal Torres y Julio Bolaños, que eran empleados y se quedaron como albañiles, hubo que traerse latas quemadas y todo lo que se pudo rescatar de allá y con clavos medio quemados, con latas que conseguimos y madera prestada, con la ayuda de compañeros como Valentín Quirós y Abraham Medina, que trabajaron en Bandeco, y que nos jalaban materiales en las vagonetas, de forma gratuita, para ayudar a la comunidad, se reconstruyó. La cooperativa tenía un buen crédito y entonces la mayoría de los proveedores de insumos se vinieron y ofrecieron ayuda; inclusive una compañía que ya desapareció, que era Carlos Luís Acuña y Compañía, mandó ayuda. Sin ninguna garantía llegó la gente de esa em-

-¿Qué habría pasado con los productores hace 45 años sin COOPEPOCOCI?

presa, pusieron 200 rollos de alambre, clavos, grapas, y todo lo que él vendía, para que arrancara nuevamente la cooperativa. También recuerdo la ayuda de Bayer, Trisan y otras compañías que nos metieron el hombro para arrancar de nuevo -¿Cómo fue que compraron en esta esquina estratégica de Guápiles? -Cuando se quemó allá, por Súper Rinde, ya se tenía el lote aquí, frente a un costado del hospital. La cooperativa se lo había comprado a un ingeniero del MAG que tenía una bloquera. Él ya se había ido de aquí y ya no tenía interés. Vendió eso donde está actualmente la Mussmani, que es de COOPEPOCOCÍ. Después de eso, se construyó ahí. Seguimos con la idea de que ahí iba a ser pequeño eso y el grupo de los directivos, en

aquel entonces, empezamos a ver como comprábamos el resto hasta que se compró toda la esquina. Estaba gente como el secretario de actas, José Matías Rojas; el alemán de El Molino; Valentín Quirós y Guido Madrigal… También estaba yo. Esos que mencioné fuimos los que arrancamos como directivos.

“COOPEPOCOCÍ ha sido impresionante” -¿Qué ha significado esta cooperativa? -Mirá, para mí ha sido impresionante porque siempre ha habido la idea de que en Limón ninguna cooperativa ha transcendido. Dijeron “van a hacer esa cooperativa y ahorita quiebran” Ya vamos por 45 años y cada día está mejor cimentada, con un gran grupo de buenos

-Eso de supuestos es muy difícil. -Yo le voy a decir un supuesto del que estoy convencido. En este momento, hay la mitad de la producción de café que había hace 20 años, pero Costa Rica ya no tendría café si no fuera por COOPEVICTORIA, en Grecia y Poás; COOPEAGRI en Pérez Zeledón; COOPEDOTA y COOPETARRAZÚ en la Zona de los Santos; COOPESABALITO y la extinta COOPROSANVITO en Coto Brus; COOPEATENAS, COOPEPALMARES y COOPRONARANJO en Occidente… Las cooperativas han sido fundamentales para la producción de café y la producción de caña. Ya le dije yo un supuesto sobre lo que hubiera pasado sin cooperativismo en otras zonas. ¿Qué habría pasado aquí con la producción ganadera? -Hubiera quedado muy rezagada la ganadería, comparada con otros lugares, a pesar de que teníamos aquí la Estación Experimental los Diamantes donde COOPEPOCOCI, junto con los ingenieros de

Diamantes, hacía todo y conseguíamos toros que se vendían muy cómodos a los productores. Ahí fue donde nacieron las subastas que existen hoy. Todo eso empezó a través de COOPEPOCOCI, porque siempre hubo gente de afuera que vino a comprar ganado y se llevaba todo. En el año 75, logramos que el Consejo de Administración de COOPEPOCOCI empezara una coordinación con la Estación Experimental Los Diamantes para inyectarle nueva sangre, sangre mejorada a los hatos.

“Soy el asociado número 8” -¿Qué siente usted por COOPEPOCOCI? -Mirá, yo siento un gran cariño porque yo soy el asociado número 8. Inclusive, fui gerente en la cooperativa en un periodo en que estuvo mal. Entonces yo, como miembro del consejo de administración, me metí a gerencia y aprovechamos mi condición de ingeniero agrónomo para que fuera el regente, y que no hubiera ese doble pago. -¿Cómo define usted lo que es el cooperativismo? -El cooperativismo para mí es una fuente de unión de personas que tienen una idea y que juntos se orientan hacia eso. Soy miembro de COOPEPOCOCI, de COOPE MONTECILLOS y de la Dos Pinos. Creo en el cooperativismo. -Me encanta el que hayamos podido realizar esta entrevista, don Carlos, porque mi papá lo quiere mucho a usted, usted es uno de sus amigos más cercanos, y él es una pieza clave de mi trabajo como periodista. -Y él fue quien más me involucró en la lectura. Pasaba de la finca de él, con la leche en el carro, frente a la finca mía, y me dejaba un libro. A los días me preguntaba sobre el libro, o sea, que no podía batear de si lo había leído o no porque me hacía un quíz del bendito libro. -Muchas gracias por la entrevista, don Carlos.


4

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

William Quesada Alfaro

El gerente que le está cambiando la cara a COOPEPOCOCÍ R.L.

t Estamos con don William Quesada Alfaro, quien es el gerente y representante de COOPEPOCOCI. Estamos construyendo un libro sobre la cooperativa más importante y representativa de Guápiles. Es una deuda histórica que tengo. Soy de aquí y escribí un libro sobre la historia de COOPEVICTORIA, COOPEAGRI, dos libros de personajes cooperativistas y vienen otros dos. Ya le llegó el turno al libro de COOPEPOCOCÍ… t “Este local era la mitad de lo que es hoy. Era un inventario muy pequeño, con un manejo administrativo diferente. Por ejemplo, los asociados no compraban mucho porque no había suficientes insumos. Comencé a ver la necesidad de cambiar. En la esquina había una tienda que se alquilaba. Yo les dije que era el momento de crecer. Algunos directivos me cuestionaron. Fue el momento de ser inquieto, tener visión. Esto dio un giro”. t “A la hora que uno tiene un buen equipo y una junta directiva que apoya, puede generar cambios. Veía que al asociado había que acercarlo. Hacíamos encuentros con los asociados. Los hacíamos en el salón parroquial. Era acercarlos a la cooperativa, que nos dijeran cuál era la necesidad que tenían y así comenzamos”.

COCI a futuro? -Me imagino que puede ser a corto plazo. Mi visión va enfocada a que en el momento en que la ampliación de Ruta 32 esté funcionando, nosotros, los que estamos en la cabecera, podamos responder a las nuevas necesidades. Hay que ir siempre adelante. Que los asociados nos van a pedir más estacionamiento. Ya les hicimos un parqueo nuevo. Mi visión va enfocada a un edificio de dos plantas con más inventario, con más diversificación de mercadería y más espacios de estacionamiento.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-¿Dónde nació y dónde creció? -Nací en un lugar que se llama San Luis de Grecia. Crecí allá. Fui a la escuela en San Luis. Estuve en el Liceo León Cortés de Grecia. Me hice bachiller. En el año 85, arribamos a Guápiles. Vinimos de una zona cafetalera a conocer algo diferente, relacionado con ganado y leche. Estábamos en una situación difícil porque había lluvia ácida del Volcán Poás. Hicimos una migración y nos gustó. Mi papá compró un terreno y nos hicimos ganaderos en su momento.

-¿Qué ha significado COOPEPOCOCI en su vida? -Nosotros, en mi familia, como le repito, hemos sido cooperativistas. Mi papá fue uno de los primeros asociados de COOPEVICTORIA, en el momento del apogeo de café. Traemos eso en la sangre. Somos cooperativistas. Ojalá en la Zona del Atlántico existieran más cooperativas. Para mí es la mejor razón social y de bienestar común.

-¿Cuándo se hicieron socios de COOPEPOCOCI? -Al poquito tiempo de estar acá. -En Grecia, nació el cooperativismo. -Sí claro. Mi papá fue asociado de COOPEVICTORIA. -¿Qué hizo usted en la zona antes de llegar a ser gerente de COOPEPOCOCI? -Producíamos leche. Éramos compañeros de su papá. Le entregábamos la leche a la Cámara de Ganaderos. Nos recibía la Borden. La Cámara de Ganaderos tenía una relación con la Borden. En su momento, éramos bastantes productores de leche. Nos servía la cooperativa porque gran parte de los insumos los adquirimos en la cooperativa. Fue un nexo muy estrecho. De acuerdo a la exigencia que nosotros teníamos para entregar leche, así eran nuestras necesidades, como productos, y le pedíamos apoyo y respaldo a la cooperativa en ese momento. Inmediatamente que llegamos, fuimos socios de la cooperativa. -¿Cómo inició en la cooperativa? -En el 2011 inicié como administrador y en el año 2013 pasé a ser gerente. -¿Cómo era la cooperativa antes de su gestión y cómo es ahora? -Este local era la mitad de lo que es hoy. Era un inventario muy pequeño, con un manejo administrativo diferente. Por ejemplo, los asociados no compraban mucho porque

-¿Qué ha significado este reto en COOPEPOCOCI en su vida? -A mí me gustan los retos. Este es uno de los retos que he tenido. Es representar a una cooperativa que inició por una necesidad de la comunidad y estaba muy por debajo de lo que es hoy. Actualmente estamos vendiendo 3.5 veces más de lo que vendíamos hace ocho años. no había suficientes insumos. Comencé a ver la necesidad de cambiar. En la esquina había una tienda que se alquilaba. Yo les dije que era el momento de crecer. Algunos directivos me cuestionaron. Fue el momento de ser inquieto, tener visión. Esto dio un giro. A la hora que uno tiene un buen equipo y una junta directiva que apoya, puede generar cambios. Veía que al asociado había que acercarlo. Hacíamos encuentros con los asociados. Los hacíamos en el salón parroquial. Era acercarlos a la cooperativa, que nos dijeran cuál era la necesidad que tenían y así comenzamos. -Usted inició en el 2013 como gerente. Hay una transformación que se nota muchísimo, ¿cómo se imagina a COOPEPO-

Corivet, S.A. Tel.: 2244-4422 Santo Domingo-Heredia

-¿Hay sentido de pertenencia? ¿Hay sentido de que esta cooperativa le pertenece a los productores? -Sí, porque le volvimos a dar fuerza a la creencia a los asociados de que la cooperativa es de todos. Hicimos un amarre y eso ha sido un incremento en el afecto entre cooperativa y asociados. Cada vez nos volvemos más consolidados, más solidarios. Eso es lo que nos ha dado vida. -Defina en pocas palabras el cooperativismo. -Para mí, el cooperativismo es la razón social de bienestar social y de bienestar común. En el cooperativismo, lo que es para uno, es para todos.

Felicita a COOPEPOCOCI, por sus 45 años al Servicio Agro veterinario en Guápiles


5

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

Julio Bolaños Rojas fue trabajador de COOPEPOCOCÍ R.L.

“Con el cooperativismo, nos ayudamos unos a otros” t Don Julio Bolaños Ro-

jas es parte de la historia de COOPEPOCOCÍ. Estamos construyendo un libro de los 45 años de la cooperativa.

t Julio Bolaños era un

jovencito, que estaba estudiando en el recién fundado Colegio Nocturno de Pococí, cuando trabajó en COOPEPOCOCÍ. Era empleado de la cooperativa cuando se quemó el edificio donde brindaba servicios. Después, incluso fue miembro del consejo de administración.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Hablemos un poco de su vida. ¿Dónde nació usted? ¿Dónde creció? -Nací en Guápiles hace 69 años. -¿A qué se dedicaban sus

PATROCINAN

papás? -Mis papás trabajaban con maíz. Los dos ya fallecieron. Se llamaban Inés y Erwin, alias “Pillin”. -¿Qué recuerda usted de los inicios de COOPEPOCOCÍ? -De COOPEPOCOCÍ yo recuerdo que cuando se abrió el colegio nocturno, yo trabaja incluso de polaco. Sentí la necesidad de estudiar. En ese entonces, se abrió el Colegio Nocturno de Pococí y apareció una oportunidad de trabajar en la cooperativa. Podía trabajar de día y estudiar en la noche. Cuando eso, la cooperativa estaba iniciando. Recuerdo mucho cuando estuvo de gerente Carlos Arroyo. Él era un hombre juicioso. -¿Dónde estaba la cooperativa en ese momento? -En ese momento estaba en la esquinita de lo que hoy es Super Rinde.

Cuando la cooperativa se incendió… -Cuando la cooperativa se incendió, ¿usted trabajaba ahí? -Sí, yo estaba trabajando cuando se incendió.

hacen uso de los servicios de la cooperativa. Ese siempre ha sido un ir y venir desde su nacimiento y en toda su existencia. Así como ha habido consejos de administración y gerentes muy buenos, ha habido otros menos buenos. En ese ir y venir de los años, los asociados pierden la claridad de lo que es una cooperativa y se pierde interés. Pienso que una de las razones por las que debemos celebrar es porque hoy la cooperativa está muy bien, con una buena visión gerencial. Pero debería estar mejor. Si toda la vida hubiera tenido una gerencia como la de ahora, estaría muy bien. Además, tiene una ubicación muy buena. Recordemos que la cooperativa estuvo a punto de cerrarse por las diferentes dificultades. Ahorita esta don William, y se ha notado la mano de él para bien.

“La cooperativa es importante para Pococí”

-¿Cuántos años trabajó? -Trabajé como unos seis años, y soy asociado. -¿Qué significa COOPEPOCOCÍ para usted? -En aquel momento significó mucho, por varias razones. Luego, hubo un lapso que me retiré para dedicarme al estudio, me hice bombero y eso le quita mucho tiempo a uno. Volví otra vez y estuve un tiempo en la directiva, como secretario. Es lo que más me

llama la atención, que fui empleado y que soy asociado. -¿Cuál es el legado de la cooperativa para esta zona? -Tiene muchos beneficios, pero si hablamos de la cooperativa, hacemos como una pausa, que es necesaria, por favor. Al cooperativista le falta tener más cultura cooperativa. En este caso, hay más clientes no asociados que los clientes asociados; es decir, todavía hay muchos asociados que no

-¿Es importante COOPEPOCOCÍ para el cantón? -Para el cantón es muy importante la cooperativa. Es una base para mantener la relación de precios. En otros negocios no le devuelven dividendos a nadie. Aquí, los asociados somos los dueños. -¿Aprendió de cooperativismo en COOPEPOCOCÍ? -A poquitos fui aprendiendo. -¿Qué siente por COOPEPOCOCÍ? -Uno se retira, pero siempre le queda la espinita de querer ayudar otra vez. Creo que todo asociado siempre tiene ese espíritu de querer ayudar. Con el cooperativismo, nos ayudamos unos a otros.


6

7

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

Arsenio Bolaños Herrera

t Don Arsenio Bolaños

Herrera es el famoso “Tarzán de El Corinto”. Así lo bautizamos en un artículo del periódico “El Guapileño”. En este nuevo artículo, recuerda cómo llegó a Guápiles y cómo se vinculó con COOPEPOCOCÍ R.L.

“Yo no compro en ninguna otra parte, solo en COOPEPOCOCI”

t “Siento un

cariño especial por COOPEPOCOCÍ. Yo no compro en ninguna otra parte, solo en COOPEPOCOCI, aunque me digan que en la cooperativa el producto vale 200 colones más. En ninguna otra parte me van a dar los incentivos que tiene la cooperativa. He defendido la cooperativa todo el tiempo”.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Hablemos de su vida. ¿Dónde nació y dónde creció? -Gracias. Nací en Monterromo de Nicoya el 9 de enero de 1944. No existía el cantón de Hojancha. Crecí ahí hasta la edad de once años. Luego me mandaron a la escuela a Ciruelas de Alajuela. Después, volví otra vez a Monterromo. Cursé primero y segundo grado en Ciruelas. Cursé tercero y cuarto en Monterromo. Dejé de ir durante dos años a la escuela porque no había grado para mí. La escuela llegaba hasta cuarto grado. El quinto grado lo hice en Huacas de Hojancha. Tenía que madrugar. Salía a las 3 de la mañana para llegar desde donde es ahora Las Mercedes. Era una hora y media a caballo.

PATROCINAN

-¿Cómo llegó a Guápiles? -Es una historia bastante larga. Después de haber salido de Huacas de Nicoya (hoy, Huacas de Hojancha) para Alajuela otra vez, a cursar el sexto grado, porque, de lo contrario, tenía que haber ido a Hojancha, Nandayure o Mansión a cursar el sexto grado, y era muy lejos… Entonces, yo tenía familia en Ciruelas, un tío mío. Se llamaba Napoleón. Él llegó a pasear donde nosotros. Y mi mamá le contó que había pasado el quinto y quería seguir estudiando. Dijo que él me lle-

vaba para Ciruelas. Estábamos en un diciembre. Me dejó 20 colones para que antes del primero de marzo me mandara para Ciruelas. Me vine y cursé el sexto grado. Cuando terminé, otra vez me fui con mis papás. Les dije que yo quería seguir estudiando y ahí no había opción. Tenía que ir a Nicoya. Me dijeron que si me aguantaba el tío, que me fuera otra vez para Ciruelas. Me vine para Ciruelas y saqué primero y segundo año en el Instituto de Alajuela. Me volví a ir a Monterromo. Salí un poquillo buenillo para

jugar fútbol. Entonces, jugué con El Sevilla en Nicoya. De ahí pasé a la Selección de Nicoya. Me fui para Ciruelas y jugué. Fui compañero de mucha gente en La Liga. Pasé a La Uruca a trabajar. Un compañero mío que jugaba con El Rohmoser me involucró y me metió al Rohmoser cuando jugaba en Segunda. Dejé La Liga y me quedé ahí. En una mejenga de esas, conocí a Rodolfo Herrera, que era pariente mío. Él jugaba en El Saprisa. Era dirigente de Ligas Menores. Le dije que yo tengo un primo por parte de mi papá que era saprisista, pero entrena con La Liga. Me dijo, «¿es bueno? Si es bueno y es saprisista, traélo para probarlo» Me lo llevé para La Uruca y le gustó. Le dio medias, tacos y los pasajes. De ahí me fui para Puntarenas a jugar fútbol con El Asturias. Me vieron los González de El Gran Hotel Los Baños, dueños de El Cevichito y del restaurante El Trocadero. Gerardo era hijo de Don Mario, del Hotel Los Baños. «Viera qué bueno que es ´Veneno´», le dijo. Solo “Veneno” me decían allá. Cuando eso, Hernán Alvarado era el entrenador del Municipal Puntarenas. Me llevaron a un entrenamiento. Me tuvieron ahí. Yo trabajaba con don Mario González y con don Isidro Con Wong. Él tenía una finca en Gigante de Paquera. Entraba dos veces por semana a hacer una investigación porque le estaban robando el ganado y el plátano. Era amigo de don Anselmo Pérez y don José Joaquín Arley, que eran abogados, y que también eran directivos de Puntarenas. Entonces, pasé a cuidarles las fincas. Antes uno entrenaba dos veces por semana y jugaba los domingos. Jugué en Primera División con Puntarenas.

Don Vetulio Solís, Los Diamantes -¿Cómo llegó a esta zona después de estar en Puntarenas? -El ingeniero segundo a bordo de la Estación Experimental Los Diamantes llegó a Puntarenas y lo conocí en el Restaurante El Trocadero. Se llamó Don Vetulio Solís. Hicimos amistad porque ahí yo era de todo. Era cocinero, bartender, salonero. Me dijo que él tenía en Guápiles un salón y que lo tenía en arriendo. “Me gustaría que te fueras y te pongo a trabajar allá”, me dijo. Le dije que tal vez, más que todo por ir a conocer Limón. En eso tuve unas dificultades en El Gigante de Paquera. Me encontré unos “robones”, unos ladrones, y tuve que darle gusto al dedo un rato. Creo que no los maté. Don Isidro se puso de acuerdo con don Arley para mandarme a un lugar donde los familiares de esa gente no me hicieran nada. Según se creía, eran peligrosos. Me dijeron que me iban a mandar para el Ministerio de Agricultura en Guápiles. Ellos se pusieron de acuerdo. Llegué aquí el 2 de junio de 1968. -¿Cómo era Guápiles? -Solo tren. Llovía trece meses al año. Llovía ocho días a la semana. No vi donde estaba el rótulo de Diamantes, en el tren, y llegué hasta Guápiles. Llegué al restaurantito de doña Cristina Torres, la mamá de Álvaro Aguilar. Me metí a tomar un café con dos colones con 40 céntimos que era lo que traía en la bolsa. Me senté, pedí un café y el muchacho me dijo que nunca me había visto. Le dije que venía de Puntarenas. Me dijo que me había rendido mucho. Le dije que si, salí muy temprano de Pun-

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com tarenas y llegué a San José, tomé un taxi a la estación y tomé el tren para acá. Me preguntó si buscaba a alguien. Le dije que sí. Le dije que buscaba a Vetulio Solís. Me dijo, «ah, ahorita viene. Siempre, siempre viene como a las ocho a tomarse un fresco o un chocolate» Dije, «aquí lo espero» De verdad, llegó y me fui con él a Los Diamantes. Dejé la valija en la casa de huéspedes. Me dice, «si querés te quedas aquí o mañana te pasás a la casa de solteros. Yo mañana hablo con los compañeros» Al día siguiente, me iba a llevar a El Arca de Noé. Le dije que quería trabajar en bananera. Me dijo que me llevaba con una condición, que trabajara en la bananera, pero que a partir de las dos de la tarde le trabajara en el negocio. Le dije que estaba bien. Luego conocí a Don Carlos Arroyo. Yo era medio sabanero. Me hice amigo de él, de don Carlos Arroyo.

COOPEPOCOCÍ R.L -Hablemos de COOPEPOCOCI, ¿qué recuerda usted de los inicios de la cooperativa? -Tuve contactos con Julio Bolaños y Carlos Arroyo. Ellos me dijeron que querían formar una cooperativa. Les dije que me parecía bien. Yo estuve con mucha gente que estaba en asociaciones y sociedades. Eso es muy bueno porque la comunidad se beneficia mucho. Me preguntaron que dónde estaba trabajando yo. Les dije que estaba trabajando con don Vetulio en Los Diamantes, en la bananera de Los Diamantes, y en El Arca de Noé. Me involucré con ellos. Dijimos que había que hacer una sociedad y pagar las acciones. Les dije que cuánto costaban las acciones. Eran cinco acciones a 200 colones. Era mucho mil colones. Cuando eso yo ganaba 360 colones por mes. Me dijeron que las podía pagar por mes. Ya yo tenía interés de comprar esa propiedad que me había gustado en Corinto. Había ido a pescar y había sacado unos “pescadones” de casi dos kilos. Fui y vi la propiedad.

Estaba con don Ebal Rodríguez en unos campeonatos de futbol y también con don Fernando Madrigal. Les dije que me gustaba esa propiedad por La Unión, pero que no tenía plata. Les dije que si ellos me ayudaban, yo jugaba con ellos toda la vida. Don Fernando me preguntó que cuánto necesitaba. Le dije que cinco mil colones. Me dijo que iba a hablar, para que me prestaran dinero. Me dijo al final que sí, pero me tenía que comprometer a “apear” cinco hectáreas de montaña. Eran otros tiempos. Don Fernando dijo que él me prestaba los cinco mil, pero tenía que tener un fiador. Le dije que yo no tenía fiador. Ahí entra Dámaso Centeno. Me dice, «díay, si yo le puedo fiar» Don Fernando, me dijo que mi suegra, doña Cecilia, era la fiadora número uno. Pero que tenía que jugar mínimo dos años. Eso es donde vivo ahora. Unos lotes los vendí y otros los perdí. -¿Qué pasó después? -Yo entré por don Carlos Arroyo y Julio Bolaños a COOPEPOCOCI. Cuando era asociado, ya compraba ahí. Mucho tiempo después, vino la catástrofe, que se quemó la cooperativa. Pasó lo que pasó y ya teníamos la compra de la esquina. Se propuso que cada uno pusiera 37 mil colones para comprar todo. Llegué a tener como millón trescie ntos mil. Luego me rebajaron las deudas. Fui presidente del Comité de Vigilancia. -¿Qué siente usted por COOPEPOCOCI? -Un cariño especial. Yo no compro en ninguna otra parte, solo en COOPEPOCOCI, aunque me digan que en la cooperativa el producto vale 200 colones más. En ninguna otra parte me van a dar los incentivos que tiene la cooperativa. He defendido la cooperativa todo el tiempo. -¿Qué piensa usted qué es el cooperativismo? -Es una unión de personas que se ayudan.

Marco Tulio Castillo Sánchez

“Mejoramos los hatos gracias a COOPEPOCOCÍ” t Don Marco Tulio

Castillo Sánchez nos va a hablar de la historia de COOPEPOCOCI. Antes de eso, nos va a hablar de su vida.

t “COOPEPOCOCÍ se

alió con Los Diamantes y nos permitió mejorar los hatos con unos sementales muy buenos y muy baratos”. “Hemos hecho amistades gracias al cooperativismo”

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-¿Dónde nació usted? -Nací en Guápiles, el 10 de octubre de 1952. Crecí en Guápiles.

Nací por donde actualmente está el Mas X Menos. -¿Cómo se vinculó con COOPEPOCOCI? ¿Qué recuerda de los inicios? -En ese tiempo, don José Antonio Rodríguez trabajaba como Agente de Extensión Agrícola. La oficina estaba en la Estación Experimental Los Diamantes. Él fue el que inició. Lo tengo como el padre de la cooperativa en esa época. El trabajaba y visitaba a los productores. Yo tenía una finca con mis hermanos. Él le hizo mucha propaganda para que la hiciéramos. -¿Cómo fue al inicio? -Fue un poco duro en el sentido de que no estaba el edificio. Cuando se inició la cooperativa, ya con local comercial, fue en un local que tenía Guido Madrigal. Ahí empezamos. Una persona que se llama Fernando Vallecillo fue el que empezó a atender a los clientes. -¿Cómo ha visto la evolución de la cooperativa a lo largo de los

años? -Ha evolucionado bastante. Luego se pasó por donde está Súper Rinde. En ese momento, el gerente era Carlos Arroyo. Ese local se incendió. Él tuvo la visión de comprar este local donde estamos ahora. Es un gran terreno en el centro de Guápiles. -¿Qué siente usted por COOPEPOCOCI? -Los productores y los habitantes nos hemos unido. Hemos hecho amistades gracias al cooperativismo. -¿Ha sido importante para el ámbito agrícola? -Sí. Más que todo para el ganadero. En ese tiempo, había mucha relación de la gente de la cooperativa con la gente de Diamantes. Una vez, se consiguieron unos sementales a buen precio. Eso impulsó la ganadería en la zona. Yo siento orgullo por la cooperativa. Me ha ayudado mucho.


9

8

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com t Estamos construyendo un periódico especial y un libro sobre la historia de COOPEPOCOCI, que este 20 de mayo cumplió 45 años. Nació el 20 de mayo del año 1974 en Guápiles. Aquí se unen dos amores míos, uno es Guápiles (tenemos este periódico en Guápiles desde hace 25 años), aquí hice el colegio y viví la adolescencia y la juventud, y el otro amor es el cooperativismo. Don José Matías Rojas Alvarado fue el primer secretario de la junta directiva y un personaje junto a sus hermanos...

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-¿Ustedes llegaron de San Carlos? -Sí, de San Carlos. -¿Cuántos años tiene usted? -68 -¿Dónde nació? -En Alfaro Ruiz -En Zarcero, en el año 50. Juan Rafael Rojas, el señor de La Marina de San Carlos se llamaba igual que su papá. ¿Qué eran ellos? -Eran primos segundos. -¿Esos Rojas son de Zarcero o son de San Carlos? -Esos Rojas yo entiendo más bien que son de Grecia, y emigraron a San Carlos. -¿Y cuántos años tenía usted cuando llegó a Guápiles? -En el 64, tenía 14 años. Hacienda Nerja Limitada -¿Llegaron propiamente a La Unión o La Marina?

PATROCINAN

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

José Matías Rojas Alvarado

ducían ganado en la finca Numancia. Tenía otro nombre, Nerja. ¿Por qué Nerja? -Eso no sabría yo decirle. No me acuerdo. Yo me había averiguado por qué Nerja, pero fue hace tiempo y ya no estoy seguro. Entiendo que era los apellidos de alguien, de los antiguos dueños. Esa finca, como era grande, estuvo a cargo de personas adineradas, pero no me acuerdo.

El primer secretario de COOPEPOCOCÍ nos pone la historia en el contexto de la zona… -Llegamos a la finca Numancia, que se llamaba hacienda Nerja Limitada. -¿Era de don Pepe Feo? -Antes era de don Pepe, pero cuando llegamos, mi abuelo le compró a Porfirio, el hermano de don Abelardo. -¿Quiénes llegaron propiamente a invertir en la zona? -Mi abuelo y mi tío Alfredo, el de los buses. lo?

-¿Cómo se llamaba su abue-Rubén Rojas Jiménez

-Rubén Rojas Jiménez, su abuelo, y su papá, Juan Rafael Rojas Arroyo, así como su tío, Alfredo Rojas Arroyo, el de los buses, llegaron a la zona a transformar, a trascender.

La Finca Numancia -Entonces, usted vino de 14 años al puro centro de Guápiles. -Sí. -A esa casa de la Finca Numancia, que es un pecado que se haya perdido ¿Ahí vivieron? -Cuando estaba la construida por Pepe Feo. Ahí nosotros encon-

tramos esa casa original. -¿Estaban los corrales de piedra? -Se reconstruyeron los que se habían caído un poco. Estaba la antigua casa. Mi tío Alfredo la reconstruyó prácticamente con cedro y laurel de ahí mismo, de la finca. Un señor, Aníbal Hernández, que era un ebanista muy fino, la reconstruyó con el mismo diseño que había tenido y que tuvo hasta que la quemaron.

Colegio en Siquirres la?

-¿Dónde hizo usted la escue-

-En San Carlos. El colegio, un año en Naranjo y después en Siquirres. Nosotros viajábamos en tren. -El director del colegio de Siquirres era el sacerdote legendario, de apellido Evans. ¿Cómo era el Padre Evans? -Yo tuve muchos problemas con él. Yo era el presidente del gobierno estudiantil y a él se le antojó, se le metió que nosotros no podíamos entrar al colegio porque algunos compañeros no habían pagado el tiquete de 50 colones mensuales a la Northen, a la compañía del tren. Entonces, según él,

que no podíamos entrar. Yo le hice un alboroto y salimos por Monumental, por Columbia… Tuvo que dejarnos entrar. El delegado del Ministerio de Educación llegó al día siguiente. -¿Y era chiva el padre Evans? -Sí, se le pasaba la mano. Cuando eso, yo llegué lunes y el delegado ordenó que los estudiantes tenían que entrar al colegio, que no podían dejar de entrar al colegio. Lo de la Northen no tenía nada que ver, que era el argumento mío y de los compañeros que viajaban en ese tiempo, que éramos casi 50. -¿Quiénes iban de aquí? -Tal vez usted conoce a Álvaro Porras, que vive en Guácimo, Marcos Guido, Rodrigo Chaves, Rolando, Memo… -Sí, claro. ¿Usted se graduó en Siquirres? -Sí, en el 68. La universidad fue el campo -¿Y después fue a la universidad? -Fui un año, y después me vine a Guápiles. -Empezó a trabajar en el 69…

-Sí, ahí en la finca, y de ahí yo viajaba. -Cuénteme cómo era Guápiles en esa época y qué vino usted a producir. -Guápiles era un caserío a la orilla de la línea a ambos lados. Numancia cubría tal vez un kilómetro y medio antes de llegar al centro de Guápiles. En ese entonces, ahí no había casas; después aparecieron las casas; las casas comenzaban donde hoy está el restaurante El Único. Ya de ahí en adelante sí era el centro de Guápiles. Ahí sí era a ambos lados que uno veía casas. Era una villa bonita y tranquila. Se dormía con la puerta y las ventanas abiertas. Aquí ha sido una zona muy sana; no ha habido mucho problema de enfermedades y no había problemas con nadie en ese tiempo. Eran 50 casas lo que formaba Guápiles. Se formó el cuadrante en los años 60. El cuadrante era de como por donde está la cooperativa a la calle del cementerio. Ahí se había hecho unas cuadras. -Lo formó el esposo de doña Yita, Don Paco, el papá de los Paquis... Él hizo el cuadrante de Guápiles y un señor Castillo hizo el cuadrante de Cariari. -Y, bueno, en ese Guápiles

éramos amigos todos. -¿Qué producía usted? -En ese tiempo, se exportaba ganado. Se vendía el ganado vivo, en pie, en lanchones. Mi papá fue en una ocasión a dejar un viaje, en esos años. Numancia lo que producía era un poco de leche y el ganado de carne. Eso era lo que se producía. Eran 1050 hectáreas en ese tiempo.

La leyenda de Don Pepe Feo -En el centro de Guápiles… ¡qué increíble! -Se producía solamente ganado. La agricultura era muy poca; sólo para la casa. Había un cocal y había un área alrededor de la finca que suponíamos que era para los caballos de carrera. El señor Pepe Feo era aficionado. Nosotros nos encontramos accesorios de caballos de carreras. -Qué interesante, verdad. -En esos años, se comenzaba a ver el nylon. Enlazaban el nylon con el mismo cabello de la crin del caballo y quedaban las amarras fuertes. Estaban las “percheras” de los caballos de carreras. Noso-

tros los guardamos. Alrededor de la casa había senderos para pasear los caballos. Cuando nosotros llegamos, había secadores de cacao porque todavía había unas matas ahí. Ya nosotros nunca más hicimos el secado de cacao. Veníamos sólo por ganado. Mi abuelo vino y como la finca llegaba muy arriba, aquí, subiendo por Buenos Aires, ahí había mucho manú negro. Mi abuelo hacía los corrales. Él era medio carpintero.

como metro y medio. Le digo metro y medio porque unos se habían caído y quedaban las partes de abajo. Quedaban de metro y medio. Estaban construidos de forma piramidal para soporte. Eran muy bonitos. Se podían apreciar. Se llenaban de maleza, que nosotros no la arrancábamos porque falseábamos las piedras, si no que se les cortaba esa maleza. Jamás podíamos hacerla arrancada. Estábamos advertidos.

-¿Dónde hicieron los corra-

-¿Ustedes pasaron unos años en esa actividad de exportar ganado a Curazao? -Claro, varios años.

les?

-Ahí mismo donde estaban los corrales de piedra. Esos se reconstruyeron y, como eran bajos, el ganado se brincaba. Entonces, de los rieles que había, de un tranvía que iba de Bellavista y que pasaba hasta Roxana, ahí quedaban rieles pequeños, de dos pulgadas y media. Eso se le puso encima, como 50 centímetros, para que el ganado no brincara. Ese era un problema en ese tiempo. Si un novillo no estaba en el momento en que llegaba el tren, porque iba para Curazao, y tenía que conectar con el barco, entonces había que asegurar eso. Mi tío y mi papá, encima del corral, hicieron un agregado con los rieles. Arriba tenía unos 70 centímetros los muros esos y abajo

-¿Qué hacía la gente de Guápiles para entretenerse en esos años? -El atractivo acá era la llegada y la salida del tren. Faltando 10 minutos para las 6, salía el tren para Limón y regresaba de 6 en adelante, en la tarde noche. lir?

-¿Era la única forma de sa-Sí, claro.

-Numancia y Nerja, nombres mágicos -En los años 60, ustedes pro-

-Bueno, ustedes producían ahí ganado que exportaban en pie a Curazao. ¿Cómo era la zona en cuanto a la producción y cómo nació COOPEPOCOCI? -Bueno, la zona, a partir de la llegada de nosotros, digamos que para hacer cronológico el asunto, estaba viviendo un fenómeno especial: comenzó el auge en Cariari. La llegada del ITCO, en los años 60, provocó un cambio en la zona. Ya comenzaron a existir más fincas que los parceleros, ahí, iban haciendo. La inclinación era por el ganado porque venían muchos campesinos de Puriscal y de San Carlos. Entonces, se sentía la necesidad por conseguir a alguien que supiera de las necesidades de los finqueros. -Solo don Miguelón Jiménez tenía un negocio aquí. -Si Miguel Jiménez tenía un negocio aquí, en sociedad con un señor de Diamantes, Oldemar Chavarría. Comenzó a verse mucho progreso en Guápiles y los ganaderos nunca se quedaron atrás porque la inclinación del ITCO en ese tiempo era llenar parcelas de ganado. Y nosotros, los productores, estábamos buscando llenar las necesidades que, en cierto momento, se había hablado ahí, entre amigos, que debíamos atender. Durante ese tiempo se pensó en la posibilidad de crear una cooperativa y el sentimiento entre las cooperativas, que todavía hoy prevalece, es que en esta zona hay resistencia. Existía todavía la idea de los ganaderos que sólo yo administro mi dinero, nadie más.

Dos mil quinientos colones por persona El Banco Nacional comenzó

con el incentivo de las cooperativas, entonces, nosotros nos averiguamos con el Banco Nacional. Resulta que Alfredo, mi tío, era miembro de la junta directiva de aquí, de la sucursal de Guápiles. Se habló del asunto y el Banco Nacional nos mandó un asesor a la primera reunión formal que tuvimos, donde don Ernesto Campbell. Como en noviembre del 73 la hicimos ahí, en la casa de él. La primera donación que tuvo la cooperativa, que fueron 50 láminas de techo negro de alquitrán, fue antes de que tuviéramos junta directiva, sin haber nada. Como un mes después se citó al señor del Banco Nacional y nos traía una propuesta. Ya se le había explicado las condiciones de la gente y la inquietud de la visión, un poco limitada, sobre cooperativismo, que era lo que había. Él nos traía una propuesta que la agarramos de una vez. Él nos dice, “hagan un pagaré de 2500 colones cada uno y de los socios que puedan reunir hasta formar un capital de por lo menos de 100 mil colones”. En ese tiempo, en la primera reunión fuimos como veinte, “veintipico”. Sin embargo, me causa risa esto: que en la primera reunión yo no me metí como socio. Fue hasta que se pudo lograr reunir más asociados porque los requerimos para el banco. Entonces, se le fue hablando a la gente; todos nos dedicábamos a ser los promotores de la cooperativa; yo resulte el número 58, Carlos González es el número 8. -Pero, no entiendo cuándo fue esa reunión. -Este señor llegó a Guápiles en el año 71, con la propuesta del Banco Nacional, y ya nosotros teníamos adelantado mucho; por lo menos el peloteo. -Sí, claro, pero usted se asoció después que don Carlos. -El número mío cayó en “El Caimitazo”. Yo pensé, “me estoy quedando fuera”. Ahí fue la primera asamblea. En esa asamblea teníamos que reunir el capital para el banco y ahí arrancó la cooperativa. Ya después vino el asesoramiento del banco… (Esta entrevista continuará)


10

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

Ivo Salas Guzmán

El campesino que donó su dinero cuando se quemó el edificio de COOPEPOCOCÍ t “Cuando se quemó la cooperativa, yo andaba 25 mil pesos en la bolsa. Saqué 20 mil y les di esa plata para que se ayudaran”

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-¿Dónde nació usted? -Nací en Santa Eulalia de Atenas. Allá quedó mi ombligo. Viví unos años allá, hasta los 7 años viví entre Santa Eulalia de Atenas y Rincón de Salas de Grecia. Mi papá me mandaba a hacer mandados. Quizá por la sencillez mía, me mandaban a hacer mandados donde mi abuela materna. Siento que mi papá era descuidado conmigo. Eran unos peñones que había que pasar. El asunto es que yo me topaba a alguien y me daban una mantillilla para el frío. Tanto que si me topaba a alguien, lo asustaba. Recuerdo que me levantaba a las 2 de la mañana y ni se daban cuenta en mi casa. Como

Foto del edificio que se quemó, se ubicaba dónde está el Super Rinde.

mi papá era tan enérgico con nosotros, nos decía: “cuidado con los diablos, si usted no está aquí a las seis de la mañana” Le decía a mi abuelita: “abuelita, póngame el reloj a las dos de la mañana”. Yo calculaba que sí llegaba. Un día, vengo por el puente, podría ser como las tres de la mañana por el puente y salió un señor, lo asusté. Porque el señor salió del puente y yo le dije: “adiós, señor” Salió huyendo asustadísimo.

-¿Cómo llegó usted a Pococí? -Mi papá compró una finca donde llaman Cayuga, que es donde vivo yo. Es ahí en La Rita. Nos vinimos para acá. Mi papá me mandó a mí. Me había acostumbrado a la calle y al campo, a fuercearla solo, güevín… -¿Cómo era esta zona? -Un poquito más difícil que

ahora. Aquí llovía tamaño poco. Yo tuve, o fui muy suertero. Yo era muy valiente para trabajar. La cuestión es que llegué en una época en que uno se siente más ternero y está más fuerte. -¿Qué recuerda usted de cuando se fundó COOPEPOCOCÍ? -En ese entonces, había mucha diferencia. A mí me hacía gracia. Llegaba uno ahí, frente

a donde está una ferretería, y me parece que Guápiles era como un lugar del oeste. Había unas bestias amarradas. Yo recuerdo a los que han estado ahí. Yo tengo muchos años de ser socio. Siempre admiré que solo el hecho de inventar el hacer la cooperativa era una gran idea. Eso hace más fuerza en las cosas. Cuando la cooperativa se quemó, recuerdo que llegué y eso fue una gran desilusión. Recuerdo que llevaba como 25 mil pesos, que era un montón de plata para mí, y les di 20 mil pesos para que se ayudaran en algo. Sentía mucho amor por la cooperativa. Me dolió tanto llegar a ver todo quemado. Para hablarle con entera honradez, usted no se imagina lo que eso me dolió a mí. Tal vez no vale la pena lo que yo compro, pero me siento feliz de ser socio. -¿Qué siente usted por toda esta tierra? -Honestamente, esta es mi tierra. Yo aquí no he tenido ningún tropiezo. Yo allá donde viví fue un mierdero. Pero aquí no. Aquí todo ha sido diferente.

Marco Tulio Paniagua Solórzano, “Chino”

“Yo sigo siendo ganadero y sigo comprando en la cooperativa. Ha sido así toda la vida” t Don Marco Tulio

Paniagua Solórzano, mejor conocido como don Chino, nos tiene que contar una historia sobre COOPEPOCOCÍ.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-¿Dónde nació usted?

-Nací en Desamparados de Alajuela. Nací el 20 de marzo de 1945. A los 14 años de edad, me vine para acá. En ese tiempo, aquí el sol casi no salía. Aquí era muy poco lo que había aparte de la lluvia. Cuatro meses de sol y el resto era temporal permanente. Por un lado era muy bonito, porque como lo dijo Matías, aquí no había robos ni nada de eso, pero triste porque eran apenas cuatro casas. Al menos donde estaba la cooperativa, recuerdo que donde está el Banco

Nacional ahí era donde llegaba la gente y arriba estaban los caballos. Eran caballos por todo lado. Nosotros veníamos en chapulín de Toro Amarillo. Parqueábamos el chapulín y lo dejábamos toda la noche. Y nadie tocaba nada. No había delincuencia. -Cuando se vino a Guápiles, ¿Dónde llegó a vivir? -Llegué a Toro Amarilló -¿A qué se dedicaba usted cuando empezó la cooperativa?

-Siempre a la finca de ganado. Y también teníamos un comisariato en Toro Amarillo. -¿Qué recuerda de los inicios de COOPEPOCOCÍ -Ha sido importante por los precios. La cooperativa regula los precios. A los precios que ellos le venden a la gente hace que tengamos una salida ante precios abusivos de empresas privadas. Le ayudan mucho a uno. Ahora la cooperativa está muy bien. Hay un

Corivet, S.A. Tel.: 2244-4422 Santo Domingo-Heredia

incentivo en las compras. Yo sigo siendo ganadero y sigo comprando en la cooperativa. Ha sido así toda la vida.

Felicita a COOPEPOCOCI, por sus 45 años al Servicio Agro veterinario en Guápiles


11

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

William Delgado León

“COOPEPOCOCÍ ofrece muchas ventajas a los productores de la zona” cuando se le encoge. Cuando vienen los beneficios, todos estamos contentos. Si estamos unidos y empujamos el barco, todo va bien. Hay que ser honestos, apoyar y cooperar. Yo me siento feliz en la cooperativa. Y me han ayudado. Cada uno debe ser responsable.

t Don William Delgado

León, hijo de Juan Félix Delgado, quien fuera jefe del Resguardo y Jefe Político de Pococí, y de doña Elena León, quien es todo un personaje de nuestra historia, hermana de don Agustín León, quien tiene 102 años. Don William creció en Guápiles y en lugar de salir, porque muchas personas hubieran salido, más bien entró, se adentró en el territorio de Pococí. Se fue para San Bosco, para el patio de San Cristóbal. Vino a Guápiles para hablarnos de COOPEPOCOCÍ R.L.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Hablemos un poco de cómo se crio usted en Guápiles. -Cuando yo me crie, no teníamos luz. La luz llegó hasta después, cuando se hizo la planta por donde está ahora el Palí. Era manejada por Miguel Cabrera y le ayudaba Chucito. Le ayudaba a limpiar la parrilla. Empezaron a poner bombillos por las palmeras de la plaza El Salvador y después a unas casas, pero no a todas. Usted se paraba en la estación vieja y contaba las casas que estaban en La Emilia, en el cuadrante, en Toro Amarillo y las del centro. Eran contados. Por ahí comenzó a desarrollarse lo que fue Guápiles. Ir a San José era todo el día.

PATROCINAN

El fontanero de San Bosco -¿Cuándo fue que se dio eso de que usted se convirtió en el fontanero de San Bosco?

Pero era muy bonito porque se iba en tren. Era un paseo con la familia. Valía 14 colones el pasaje y se disfrutaba mucho. Ahora se disfruta, pero diferente. Nosotros, aquí en Guápiles, todo en realidad se ha ido desarrollando muy rápido. Comenzaron a venir las bananeras. La primera bananera fue Santa Clara, después El Prado. Guápiles se empezó a desarrollar. Los Badilla trajeron un bus. Le decíamos La Tortuga. Cobraban 2.50 por semana para llevarlo a uno a trabajar a la bananera. Hacían una lista y uno nada más pasaba a pagar. -¿Qué recuerda de los inicios de COOPEPOCOCÍ? -Me acuerdo que fue mi mamá la que me impulsó a que me metiera a la cooperativa. Se inició en una casita que luego se quemó. Esta cooperativa siempre ha sido muy importante. Cuando nosotros vemos a futuro, y vemos que nosotros queremos salir adelante, tenemos que apoyar a COOPEPOCOCÍ. Lamentablemente hay algunos socios que nos hacemos los chineados y nos mandan invitaciones y no venimos a reunión. Los precios cambian. Imagínese

que cuando me hice socio, yo solo pude comprar una acción que costaba 10 colones. Ha crecido esta cooperativa. Tenemos visión. Los que vemos hacia atrás nunca vamos a ver con visión. La cooperativa le ayuda a que si usted tiene una urgencia de un medicamento para un animal, viene y lo lleva y sabe que al mes lo va a pagar. Si tiene una emergencia, lleva al veterinario. Todas esas son ventajas que uno tiene con la cooperativa. Yo he trabajado en agricultura con mis hijos Sergio y Manuel. Lo bueno de cuando uno comparte con los hijos y es un buen padre, es que uno lleva mucha ventaja. Mis hijos, cuando van a hacer algo, me toman en cuenta. Yo hago lo mismo con ellos y compartimos muchas cosas y muchos criterios. Es una de las ventajas que uno tiene. -¿Cómo define usted el cooperativismo, a partir de su experiencia? -La cooperativa para mí es un grupo de personas que nos unimos para buscar el beneficio de las demás personas y el beneficio de uno. Lamentablemente cuando a la persona se le toca la bolsa, es

-Mi papá tenía la finca cerquita de San Bosco. Esa finca al tiempo la hicieron bananera de la Standar. A mi papá lo hicieron socio. Luego, como yo vivía en la finquita de mi papá, pensé en comprarme un lote en La Teresa. Había un señor que me dijo que él me vendía. Me dijo que me vendía toda la propiedad. Eran casi 9 hectáreas. Le dije: ¿cómo me vendería esa propiedad a mí? Me dice, “se la vendo toda en 3500 pesos”. Le dije, “a la puñeta, solo tengo ahorrado mil pesos”. Yo trabajaba en la bananera. Me vine a Guápiles donde mi mamá y le conté, ella me dijo que me viniera para Guápiles. Le dije que no, yo quería quedarme allá trabajando. Ella había hecho una solicitud. En ese tiempo el encargado del Banco Nacional era don Míster Binns. Había que llevar los papeles a Siquirres cuando allá me mandó a llamar con un hermano mío, que ya habían aprobado la solicitud. Me fui a buscar el señor y a decirle a la esposa de don Fernando Madrigal. Nos hizo una carta de venta. Ya ahí yo me dediqué a la finquita. Me casé muy joven. De ahí pasé a trabajar en la administración de Standar. Luego le pedí al gerente que me liquidara porque ya yo estaba listo para trabajar en

la finca. De ahí vino el proyecto del acueducto. Cuando el proyecto del acueducto inició, había que trabajar en ciertas horas para tener derecho a una prevista que costaba 3000 mil colones. Entonces, uno iba a trabajar a las fajinas y se iba descontando hasta llegar a los 3000. Yo me pegué a trabajar con el fontanero y le fui poniendo cuidado en cómo era el asunto. La cosa es que en el año 87 entregaron el acueducto. La gente del comité me dijo que si yo trabajaría ahí. Les dije que si ellos me daban trabajo, yo me quedaba. Empecé ganando 40 mil por mes. Mandaron un ayudante. Nos manejábamos en bicicleta o sino a caballo. Ahí trabajé once años. Gracias a Dios, tenemos un buen acueducto. El finado Víctor Hugo Núñez nos consiguió un millón de colones para comprar la primera hectárea de terreno que se compró en la finca de don Carlos Carvajal. Él nos regaló un lote para hacer el primer tanque de agua. Supuestamente el acueducto era solamente para cien casas de San Bosco, Teresa y Tarire. Entonces, de ahí se fue llenando eso de casas y la gente hacía la solicitud. Se le compró a Carlos Carvajal otro lote para hacer dos tanques. Yo le digo a la gente que vaya y conozca el agua que llega a sus casas, porque lamentablemente lo que quiere la gente es abrir la llave y que llegue el agua. No sabemos que tomamos, ni de dónde viene, porque no sacamos el rato para ir a ver dónde sale el agua. -¿Qué significa San Bosco, La Teresa, Tarire para usted? -Para mí es una zona muy productiva. Se trabaja mucho. Trabaja mucho la gente. Hay mucha unión. En la actualidad, este acueducto de Teresa no tiene conectado a Santa Rosa. No lo pudieron conectar porque hicieron otro proyecto. Este tiene a Balastre, Tarire, parte de San Bosco. Se ha hecho grande. Una de las ventajas que tiene el acueducto es que tiene algo que pocas partes lo tienen: un examen de agua mes a mes. En la oficina, todos los meses tiene que estar el informe. La otra ventaja es que el examen de agua se hace en diferentes lugares.


12

2710-6351 / 8544-1633 correo: info@coopepococicr.com

José Matías Rojas Alvarado

“El cooperativismo es un agradecimiento recíproco” t Recuerdos del primer

secretario de la historia de COOPEPOCOCÍ R.L.

Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño

-Usted estuvo desde el inicio en COOPEPOCOCI. Usted fue el primer secretario. ¿Cuántos años fue secretario? -Fui secretario como unos dos años. -¿Nunca ha dejado la cooperativa? -No. Nunca. Siempre hemos comprado todo lo de la finca en COOPEPOCOCÍ R.L. -¿A quiénes recuerda de los inicios? ¿Quiénes estaban? - De gerente recuerdo a don Carlos Arroyo; también recuerdo al ingeniero José Antonio Rodríguez, el famoso y muy querido y estimado “Pitoreta”, a quien le decimos así de cariño, que fue el primer gerente; también recuerdo a Luis “Pan Dulce”, que ya se murió. Hubo un gerente que no era de acá. Han sido varios. -¿Cómo era esta zona sin COOPEPOCOCI y cómo es con COOPEPOCOCI? -En ese entonces, ya se conseguía sal. En ese tiempo la traía don Abelardo Alfaro. Solo cuan-

PATROCINAN

do él traía, podíamos contar con la sal. Traía un vagón de tren lleno de sal. Tenía un negocio con los ganaderos. Les daba la sal y les daba animales. Se traía la

sal. Eran otros tiempos. Los animales también se transportaban en el tren. Se movían en el tren. Era algo difícil porque el tren de carga no tenía horario definido.

Había que tenerlos listos para llevarlos a vender a Montecillos, a Cartago, a Limón y a Siquirres. A Limón y a Siquirres se mandaba destazado el ganado. Era una actividad pequeña. Todo estaba naciendo. Todo se movía alrededor de la actividad ganadera. Por esa necesidad es que surge la cooperativa. Después hubo un cambio y la señora que tenía una vaquita ya iba a la cooperativa. En ese tiempo, los administradores y los regentes le ayudaban a la gente. Eso ayudó a que la cooperativa creciera y los asociados también. Porque se les ofrecía un incentivo, a través de los dividendos al final del año. Creo que aunque fue gateando lo de COOPEPOCOCI, creció para bien. Hay una anécdota que nunca se me olvida. Los primeros cincuenta metros de alambre hubo que comprarlos a don Luis Acuña, y se los lleva-

ron los Quirós Villafranca, ellos compraron los cincuenta metros de alambre y dejaron a la cooperativa sin alambre. La visión era darle movimiento a la cooperativa. Al segundo día que se abrió, la cooperativa estaba sin alambre. Recuerdo que me encontré a El Alemán de El Molino y me dice, “ah, no ves que aquellos huevones se llevaron todo el alambre” Empezamos a vender medicamentos y fue creciendo. El arranque fue algo difícil. La madurez se alcanzó gateando. Después nos pasamos al centro de Guápiles. Nos pasó que con un sobrino político de don Abelardo estábamos negociando. En la junta había un señor y nos robó el mandado. Ese fue otro enojo de El Alemán de El Molino. No se pudo comprar ese terreno porque alguien que estaba en nuestro consejo de administración nos robó el mandado. -¿Qué significa COOPEPOCOCI en su vida? -Un aliciente para que los ganaderos sepan que hay donde acudir. Ese cambio que nos dimos nos dio frutos. Se logró un cambio a los años. -¿Cómo define usted el cooperativismo? -Es un agradecimiento recíproco. Donde todos nos ayudamos.


13

Madre de lo sobrenatural La Virgen de Guadalupe no solo es una advocación mariana. Es un puente entre culturas. Ella es la indígena que dio a luz al Hijo de Dios, a Jesús, en el mundo nuevo. Por eso es la patrona de América. Es increíble el sincretismo cultural que se concreta en Guadalupe. Ella es indígena y blanca, americana y oriental, cristiana y primitiva. Pero lo grandioso en ella va más allá de la cultura. Llega a lo sobrenatural. Es sobrenatural que sus ojos reflejen al indígena entre sacerdotes. Es sobrenatural que haya quedado plasmada con tintes irreconocibles. Tantos siglos después, no se sabe el origen de esas pinturas ni cómo quedó impregnada sobre el material. No se sabe cómo el material no se descompone ni cómo es que la imagen de la Virgen María se posa encima, porque es como si volara. Guadalupe da un nombre propio al cristianismo en América. Camilo Rodríguez Chaverri

María recibe todas absolutamente todas las espadas del enemigo para mí. Es mi escudo protector. Es mi pararrayos. No hay cuchillo que la mate. No hay puñal que me mate. Tengo siete vidas. Soy el gato viejo de mi Virgen María. Camilo Rodríguez Chaverri

n

Considerada un Súper Alimento

Las hojas de moringa están cargadas de vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales y más. Cien gramos de hoja seca de moringa contienen: 9 veces la proteína del yogurt 10 veces la vitamina A de las zanahorias l 15 veces el potasio de los plátanos l 17 veces el calcio de la leche l 12 veces la vitamina C de las naranjas l 25 veces el hierro de la espinaca l l

n

Un rico perfil nutricional

Algunas de las enfermedades, que se sabe que la planta puede curar son: diabetes, hepatitis, bronquitis, asma, tos, envejecimiento, cáncer, artritis, problemas de riñón e hígado, tuberculosis, problemas del ojo y piel, anemia, menopausia, epilepsia y enfermedad cardíaca, entre otros padecimientos

Teléfono 4001-6919


14

María es la reina del abrazo. Jesús es tan grande que se baja de su trono. Los cristianos podemos anidar en la ternura de su madre santísima. Muchas veces ese niño desprotegido Inofensivo indefenso… Soy yo. Camilo Rodríguez Chaverri

María La Grande La mujer más importante de la humanidad es María. Y la mujer más importante de mi humanidad es mi madre. María y mi madre confluyen en un solo ser cuando oro, cuando sueño, cuando tengo miedo, cuando tengo frío del alma. Así como le pasaba a Sor María Romero, sueño con estar en el regazo de María, a la par de mi Padre y mi Hermano Mayor al Mismo tiempo, que eso es Jesús, Dios hecho hombre. María es la única mujer de la historia que tiene el título de Madre de Dios. Es la mujer más importante de la humanidad. Camilo Rodríguez Chaverri

Teléfono: 4001-6919


15

Nuestra Señora de El Madero Sagrado Nada se sabía del destino material de la cruz de Jesús. En ninguna sagrada escritura, se cuenta que del madero brotó la vida. Gracias a la sangre preciosa de Jesús, respiró la cruz. El madero fue un árbol de nuevo. Por las noches, María canta con su dulcísima voz. Me dicen los ángeles que la han visto, que el árbol, todo, se estremece. Camilo Rodríguez Chaverri

No tengo a María entre las nubes. Tengo a María conmigo. Tengo a María entre los árboles, en los caminos,

en las reuniones, en el silencio. Tengo a María en todas mis horas y en todos los paisajes. Es la embajadora de Dios

Teléfono: 4001-6919

en mi vida. Es la enviada de Jesús, la madre de Jesús Y mi madre. Camilo Rodríguez Chaverri


16

La luz de lo sobrenatural en La Virgen de Sarapiquí Unas diez veces he ido a El Santuario de La Reina del Amor, en San Vicente de Santa Isabel de Río Cuarto, aunque a esta advocación popularmente se le conoce como “La Virgen de Sarapiquí”. Hace un año, vi por primera vez la lluvia dorada y la escarcha. Fue algo sobrecogedor para mí. Esta vez, me impactó mucho ver lo que se conoce como “la danza del sol”. En efecto, percibí esos movimientos curiosos alrededor del sol. Incluso, durante unos pocos segundos, las nubes formaron un corazón. La lluvia dorada fue más profusa sobre mi cabeza que el año anterior, y noté menos escarcha. Personas cercanas a mí lloraron mucho de la emoción. Felicito a quienes llevan adelante la organización de la fiesta anual de la Reina del Amor cada primero de mayo. Se nota mucho el cambio positivo de un año al siguiente. Se aprecian mucho las mejoras. Hago una mención especial para don Salvador Saborío, quien tiene un liderazgo muy importante en esta comunidad. Distribuimos cientos de ejemplares de una edición del periódico “El Guapileño” con un especial de siete páginas sobre Nuestra Madre Santísima, La Virgen María. Muchas gracias a quienes me dieron sus muestras de gratitud

n

o de afecto. Para quienes creemos en lo sobrenatural, para quienes nos conmovemos con los milagros, El Santuario de la Reina del Amor, “La Virgen de Sarapiquí” es un sitio fuera de serie. Este año, Dios me regaló la sorpresa de conocer y entrevistar al sacerdote salesiano Luis Pacheco, el sacerdote que ha escrito libros sobre las apariciones de La Reina del Amor. Él tiene 89 años. Para quienes no creen en estas manifestaciones de Dios, me aseguró que en las más de sesenta veces que ha ido a este santuario, ha presenciado algunas de las tres manifestaciones sobrenaturales, la lluvia dorada, la presencia inexplicable de escarcha y la danza del sol. Nunca ha dejado de percibir alguna de estas tres manifestaciones. Por cierto, mucha gente también le tiene fe a unas perlitas que encuentran enterradas a poco de la superficie precisamente donde uno puede presenciar la danza del sol, la lluvia dorada y la escarcha. Si usted no conoce El Santuario de La Reina del Amor, sepa que la Virgen Santísima le está esperando en ese sitio mágico con los brazos abiertos y con ese corazón único que a todos escucha y consuela. Camilo Rodríguez Chaverri

Considerada un Súper Alimento

Las hojas de moringa están cargadas de vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales y más. Cien gramos de hoja seca de moringa contienen: 9 veces la proteína del yogurt 10 veces la vitamina A de las zanahorias l 15 veces el potasio de los plátanos l 17 veces el calcio de la leche l 12 veces la vitamina C de las naranjas l 25 veces el hierro de la espinaca l l

n

Un rico perfil nutricional

Algunas de las enfermedades, que se sabe que la planta puede curar son: diabetes, hepatitis, bronquitis, asma, tos, envejecimiento, cáncer, artritis, problemas de riñón e hígado, tuberculosis, problemas del ojo y piel, anemia, menopausia, epilepsia y enfermedad cardíaca, entre otros padecimientos

Teléfono 4001-6919


Editor Camilo Rodríguez Chaverri Periodista y escritor

TESTIMONIOS SOBRE SOR MARÍA ROMERO Especial obtenido con base en los documentos de El Vaticano sobre la vida, obra y santidad de Sor María Romero

Reina de todo lo creado

Poemas sobre la Virgen María


33

2

Sor María Romero en el testimonio de Sor Anita Cavallini t Con base en declaraciones para el proceso de beatificación y canonización de Sor María Romero. Resumen de Camilo Rodríguez. Me llamo Ana María Cavallini Colombari. Nací en San José,

Costa Rica, el 27 de julio de 1899. Soy religiosa y pertenezco al mismo Instituto religioso de Sor María Romero, es decir, soy hija de María Auxiliadora. Hice mis primeros votos en El Salvador, el 6 de enero de 1927, cuatro años después de la primera profesión de Sor María Romero. Cuando entré en el Postulantado en San Salvador, Sor María fue mi asistente. Muy pronto (1925) Sor María fue trasladada a Nicaragua. Aquí me encontré con ella en el año de 1927 y convivimos en el colegio de Granada hasta que en 1931 la Sierva de Dios (S.d.D.) fue trasladada a San José en Costa Rica para el resto de su vida. Aquí en San José volví a convivir con ella los últimos cuatro años de su vida. Trabajaba con ella casi todos los días. Tuvimos una grande amistad y confianza. Siempre tuve mucha admiración por ella. Vengo a testificar en este proceso con mucha alegría porque quiero hacer constar la gran admiración de santidad que siento por ella. Lo que voy a decir lo sé principalmente por conocimiento propio y directo de la misma Sor María. También he conocido muchas cosas por lo que me han referido personas que la han conocido, por lo que se ha escrito acerca de ella y porque he leído muy atentamente sus escritos personales, publicados o inéditos; y después de su muerte he colaborado en la recopilación de sus cartas y numerosos apuntes sueltos. Llevada por la gran impresión que me hacía su santidad, presté mucha atención a su manera de ser y de actuar y recogí muchos datos sobre ella. Muchas veces me apresuraba a notar sus dichos para recoger-

Sor maría Romero a los 18 años

los fielmente. Algunos de esos transparentes recuerdos los consigné en un cuaderno que en la vida de la Sierva de Dios escrita por Sor María Doménica Grassiano, veo que es citado varias veces como ¨Cuaderno Cavallini¨. Y a él me remito. El original de mi cuaderno está ahora en Roma, en el archivo general de nuestro Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Aquí en San José tenemos una fotocopia en el archivo del tribunal pro causa de la canonización de la S.d.D. Sor María.

Después de su muerte he consignado por escrito fielmente muchos testimonios de personas que se relacionaron con Sor María Romero o que le atribuyen gracias recibidas por su intercesión. Quiero añadir algunos grandes rasgos de cómo era ella según yo vi: Una persona de fe profunda; la transmitía, la “contagiaba”. Una religiosa pura, íntegra, transparente, incapaz de una falsedad, mentira o engaño. Sobresalía en ella un gran amor a Dios, a Jesús Sacramentado, a

la Santísima Virgen. Tenía mucha fe en los ángeles y en la poderosa intercesión de los santos. Un celo ardiente por la salvación de las almas. Amaba intensamente a la Iglesia, al Santo Padre, a los sacerdotes, a los misioneros. Otros grandes amores suyos fueron: los niños, los jóvenes; y, sin ser exclusivista, tenía preferencias especiales por los pobres. Sin embargo, para ella todos eran sus hermanos, en cada persona veía a Dios y no miraba nivel social, ni razas, ni religio-

nes, ni sexos para hacer aceptación de personas: todos eran para ella hijos de Dios. Admiré en ella su completo abandono en la voluntad de Dios, su profundo espíritu de oración y de sacrificio, y la extraordinaria pureza de sus intenciones. Jamás el más pequeño acto de vanidad. A este propósito, y dada la gran relación de amistad y mutua confianza que nos unía, un día me animé a preguntarle a la S.d.D.: “Sor María ¿Cómo es que haciendo usted tantas cosas en bien de la gente y siendo tan apreciada por muchas personas, no haya sentido vanagloria o haberla expresado con palabras o gestos por todo lo que hace?”. Ella enseguida me contestó: “Con íntima convicción podría repetir en el momento de mi muerte, que jamás he sentido dentro de mí el más leve movimiento de vanagloria que me pueda haber llevado a sentir o ejecutar el más pequeño acto de vanidad o de vanagloria por lo que hago. Estoy convencida de que soy solamente un instrumento de Dios y Él se vale de mí precisamente por mi nulidad. Él se vale de los débiles para las grandes cosas. Si usted fuera una persona más inútil de lo que soy yo, Dios la habría escogido a usted”. Más de una vez le oí expresarse en estos términos. Deseo finalmente, destacar su “salesianidad”: la S.d.D. fue una auténtica Hija de María Auxiliadora. Trató siempre de vivir el espíritu de sus fundadores, San Juan Bosco y Madre María Mazarello. Su lema era el de Don Bosco: “Dadme almas y llevaos a los demás”. Practicó el “sistema preventivo”. Siempre fue alegre, sembraba alegría y amabilidad en el trato. Vivió y transmitió un dinámico amor a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. Hija de una familia distinguida (conocí varios de sus miembros), apreciada por sus virtudes cristianas, su condición social. El padre de la S.d.D. llegó a ser Ministro de Hacienda en tiempos del presidente Zelaya, en Nicaragua. Desde pequeña la S.d.D. mostró su sentido y amor a la modestia: nunca permitía que la

bañara su niñera, ni nadie, sólo su mamá. Ya de pequeña tuvo un extraordinario amor a los pobres. Estuvo gravemente enferma de parálisis, y curó. Un día le pregunté cómo había sido esa curación y me dijo: Igual a la de Santa Teresita del Niño Jesús. Ya de pequeña, su hermana Matilde que era su confidente le manifestó en secreto que en su curación había visto a la Virgen María. Matilde, poco antes de morir, se lo refirió a su hermana Pastora, y ésta me lo dijo a mí. De joven fue magnífica colegiala, muy amante de la Virgen y de su pureza. A los catorce años hizo voto de castidad perpetua en manos de su confesor, el padre Emilio Bottari, salesiano. Algo extraordinario debió ver en la joven el padre Bottari para permitirle hacer el voto a esa edad. Cuando ya se disponía a ingresar en el Instituto Salesiano, el padre Bottari le dijo: “Aunque te hagan picadillo, sigue siempre adelante”. Esto me lo dijo la S.d.D. y añadía que estas palabras le habían sostenido firme en tantas ocasiones difíciles. Supe que fue considerada como novicia observante, piadosa, obediente, humilde. Ya desde el noviciado mostró aptitudes y habilidades en música, dibujo y pintura. De hecho en lo sucesivo fue gran maestra en esas materias. También en mecanografía, en la que llegó a componer un método práctico, excelente. Por una confidencia suya, ya en los últimos años de su vida, supe lo siguiente: la madre Maestra sugirió un día a las novicias que cada una preguntase a Jesús: ¿Quién soy yo? Sor María, en un momento en que no había nadie en la capilla, puesta en oración ante el Santísimo Sacramento hizo la pregunta: Señor, ¿Quién soy yo? Y oyó una voz que le dijo: “Tú eres la predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre.” Esto le quedó grabado profundamente en su corazón para toda la vida. Cuando en 1925 yo ingresé en el Postulantado (en San Salvador), Sor María Romero fue mi asistente. Pero por poco tiempo, pues fue destinada al colegio María Auxiliadora de Granada (Nicaragua) ese mismo año. Después de mi profesión también fui destinada a dicho colegio de Granada (año 1927) y así volví a encontrarme con ella. Convivimos en aquel colegio hasta que la S.d.D. fue destinada en 1931 a San José de Cos-

ta Rica. En el colegio fue maestra muy apreciada de música, dibujo y pintura, muy querida a las alumnas y de los familiares. Ejercitó un intenso apostolado en la juventud. En la comunidad religiosa fue muy observante, adicta a las Superioras, sencilla, pero muy inteligente. En Granada hizo su profesión de votos perpetuos el 6 de enero 1929, como delicadeza del Señor consideró ella este hecho que comunicó confidencialmente muchos años después. Para el día de su profesión de votos perpetuos había deseado vivamente ver la gruta de la Virgen rodeada de flores. El jardín estaba seco aquellos días, sin el mínimo indicio de vida. Pero el día de la profesión se vio lleno de flores recién florecidas.

Cuando yo llegué a la Casa de María Auxiliadora, Obras Sociales esas actividades mencionadas en el interrogatorio estaban en marcha, y algunas habían evolucionado según iban pidiendo las circunstancias. Después de la muerte de la S.d.D. hasta hoy he seguido vinculada a esta casa y al influjo y presencia espiritual de la S.d.D. en ella y he comprobado la permanencia del impulso que ella dio a la maravillosa variedad de sus iniciativas y que sigue animando a sus antiguos y nuevos colaboradores. Sería interminable explicar el inicio y desarrollo de cada una de esas actividades. Centraré mi declaración con referencia a esta “Casa María Auxiliadora-Obras Sociales”. La vida y celo apostólico de

la S.d.D. estuvo siempre inspirado por el honor, amor, servicio de Dios, de Jesús Sacramentado (santa misa y culto eucarístico), de María Auxiliadora, en favor de los pobres y humildes, de los niños y los (las) jóvenes, por la salvación de todos los hombres. Esta casa ha venido a ser todo un símbolo y expresión de ese espíritu de Sor María Romero. Esta casa es como la Sede Permanente de María Auxiliadora. Se siente su presencia y acción; la sienten cuando se acercan aquí a Ella, y ellos se sienten movidos a irradiarla y a traer a otras personas. Sólo así explica el incontenible crecimiento de amor y devoción de los fieles a esta Madre Bendita. En su Casa se respira siempre un ambiente de paz y de cielo.

Maravilloso es el afluir de gente durante la solemne novena preparatoria de la fiesta del 24 de mayo dedicada a María Auxiliadora. Fiesta que sigue prolongándose todos los días del año. Es notoria y ya famosa la devoción a los “Quince Sábados”, que tanto propagó la S.d.D.; y la novena en honor de la Madre Celestial. En la Capilla (amplio templo construido dentro del complejo de esta Casa), hay siempre personas acompañando a Jesús Sacramentado. Se celebran muchas misas. Cada semana, en la tarde del sábado, después de una de las misas tiene lugar la procesión de Jesús Sacramentado por los corredores adyacentes a la capilla, sobresale el gran número de varones portadores de una vela encendida como símbolo de su fe. Todo esto fue promovido por la S.d.D. Sobre los orígenes de esta Casa puedo referir lo que sé por testigos inmediatos y documentos relacionados. Desde 1939, la S.d.D. (cuando aún estaba en el Colegio María Auxiliadora) comenzó un verdadero apostolado de Catequesis a los niños en la periferia de la capital y en los barrios más abandonados. Por el contacto con los niños conoció la pobreza y miseria de sus familias y sintió la necesidad de ayudarlas y llevarlas a Dios. En el colegio, no podía disponer más que de un pequeño local, a todas luces insuficiente para la organización de ese trabajo apostólico y asistencial que iba tomando grandes proporciones. Siempre soñó en que se le permitiera levantar un edificio en un cafetal, propiedad de las salesianas en un solar junto a la casa del Sagrado Corazón (noviciado entonces). Incluso tenía la seguridad de conseguirlo porque así se lo persuadían inspiraciones de la Virgen y de Don Bosco. Finalmente se le permitió, el año 1958, 1959, construir una casita en dicho cafetal. Fue el humilde grano de mostaza que, sembrado en tierra fértil por la S.d.D., con el favor de la Divina Providencia y de María Auxiliadora, ha llegado a convertirse en un árbol frondoso a cuya sombra se amparan almas a millares. Hoy se conoce con el nombre de “Casa de María Auxiliadora Obras Sociales”, ubicada en la calle 32, entre avenidas segunda y cuarta de la capital. Algunos la llaman, casa de Sor María Romero. Aquí ha desarrollado la S.d.D. numerosas obras y aquí vivió la última etapa de su fecunda existencia.


4 4

Obra de Sor María tema por tema

t Resumen de Camilo Rodríguez, con base en declaraciones de Sor Anita Cavallini. t DISPENSARIO: distribución de comida a gente pobre Desde 1963 existía y sigue hoy funcionando, un dispensario de ayuda a muchas familias acosadas por la pobreza u otras necesidades. Cada quince días (cada grupo tiene su día), reciben buena parte del sustento material, sazonado con la catequesis y la formación moral. Tienen, además, todos los años una tanda de ejercicios espirituales guiados por un sacerdote. Se obtienen frutos muy consoladores .Gozan de vez en cuando de alegres fiestecitas y amenas sorpresas. Y a la puerta nunca faltan pobres en busca de pan y cafecito, ropa, consejo, etcétera. Se les atiende y ayuda según sus necesidades.

UNAS FIESTECITAS PARA NIÑOS Da gusto ver en diciembre a unos quinientos niños de ambos sexos que asistan a la novena de la Navidad entre cantos, rezos y ruidos de panderetas y pitos. Hay familias que, cada día después de la novena, obsequian a estos niños con golosinas y juguetes. Se van felices para volver al día siguiente. Desde hace muchos años la S.d.D. instituyó para el día 28 de diciembre, y en honor de los Santos Inocentes, una fiesta para los niños menores de dos años. Acuden unos tres mil con sus mamás, todos de familias pobres, que son escogidos por discernimiento propio y según informaciones de organismos de asistencia a necesitados. Se les reparte: alimentos, ropa, golosinas, objetos de higiene y juguetes. Todo el apoyo de bienhechores y la eficaz ayuda y colaboración de señoras y Damas Salesianas.

LA ESCUELA DE ORIENTACIÓN SOCIAL Fundada por Sor María Romero, el 14 de septiembre de 1967. Completamente gratuita. Lo que la movió a abrir esta escuela fue su ansia de salvar las almas de tantas jovencitas expuestas a perderse por la falta de formación cristiana, la pobreza o los peligros morales. Asisten a dicha escuela unas doscientas adolescentes externas. Reciben clases de lunes a viernes, con mucha puntualidad. Se les dan cursos de mecanografía, tejido, corte y confección, trabajos manuales, cocina, canto, manejo de máquinas de co-

La asistencia es numerosa.

EL CONSULTORIO MÉDICO

María Romero a los 16 años.

Cuando era postulante.

Otra de las grandes ilusiones de Sor María fue atender a los enfermos pobres, no acogidos legalmente por el Seguro Social. Se fundó el 24 de febrero de 1970. Es una obra que brotó del espíritu de Sor María Romero, con el fin de dar al mismo tiempo la salud del cuerpo y la del alma. Se da a los enfermos gratuitamente: atención de medicina general, cardiología, servicio de oculista y de odontología, rayos x y laboratorio para exámenes de toda clase. Según los casos se realizan pequeñas operaciones. El consultorio tiene también su farmacia, donde se provee a los pobres de las medicinas que los médicos les recetan. Diariamente se da a los enfermos también instrucción religiosa. Estas instrucciones son impartidas con la ayuda de unas cooperadoras y de Damas Salesianas. Actualmente hay un amplio local para operaciones de los ojos con uno de los mejores oculistas del país, el Dr. Roberto Quesada Guardia. Doña Lita de Quesada es la Presidenta de la Comisión de ayuda a los ciegos. Doña Amalita Orlich de Brealey forma parte de esta Comisión. También es muy apreciada la colaboración que presta el Instituto para ciegos, que funciona en Costa Rica.

EL HOGAR SOR MARÍA ROMERO (ASÍ LLAMADO HOY)

La Novicia.

ser industriales y aprendizaje de primeros auxilios. Todo acompañado de catequesis y orientación moral y espiritual, con el fin de prepararlas buenas cristianas y honestas ciudadanas. Disfrutan de alegres recreos, fiestecitas y paseos. Esta actividad ha continuado hasta el presente. Se sigue con interés a las exalumnas. Forman un concurrido centro bajo la dirección de una Hija de María Auxiliadora. Organizan la Pascua Juvenil. Por su propia iniciativa, por ejemplo, han hecho una rifa para recoger fondos y colaborar en la adquisición de un nuevo Sagrario. Se reúnen una vez al mes y muestran con entusiasmo sus deseos de apostolado y de corresponder a la gracia. Los padres de familia de alumnas y exalumnas se reúnen mensualmente y llevan una eficaz escuela de formación, siempre dirigidos por las Hijas de María Auxiliadora.

Es un internado, gratuito en todo sentido, fundado el 24 de julio de 1973 por la Sierva de Dios. Se inició en unas casitas que se compraron a continuación del lote del “cafetal”. Sor María siempre soñó en la construcción de un edificio amplio y apropiado. Esto ha sido realidad después de la muerte de la S.d.D., gracias a la colaboración y empeño de quienes la conocieron y veneraron. Es una gran institución dentro del complejo de la “Casa de María Auxiliadora – Obras Sociales”. Acoge a un grupos de adolescentes, sin medios para su propia formación, y que en su pobreza pueden encontrarse expuestas a graves peligros como en un Arca de salvación bajo el manto de María Auxiliadora. Reciben formación moral, espiritual e inteligente, y capacitación para las diversas labores domésticas. Las internas actuales son treinta, procedentes de diversas partes de Costa Rica, incluso muy alejadas de San José, y aquí gozan de cuanto necesitan y del cariño y atención de sus instructores religiosas Hijas de María Auxiliadora y de sus profesoras; algunas de éstas son Damas Salesianas que trabajan desinteresadamente por amor a la Obra de María Auxiliadora. Al nuevo edificio se lo ha llamado “Hogar Sor María Romero”. Justamente, sin duda, la S.d.D. en vida no habría permitido.

ASAYNE (Asociación ayuda necesitados)

Esta asociación, promovida por Sor María Romero, nació el 18 de abril de 1972 con el fin dar a los pobres casitas cómodas y decentes. Como el sol, ASAYNE irradia luz y calor en las dos colonias fundadas por Sor María: una en Santa Teresita de Aserrí y otra en Lomas de Desamparados. En ambas se desarrolla un magnifico apostolado dirigido por un sacerdote y con la colaboración de las Hijas de María Auxiliadora. En la colonia Santa Teresita está en servicio una buena panadería para abastecer el pan a sus habitantes; hay un pequeño mercadito donde se les vende, casi a lo regalado, los artículos principales de comidas. Se ha formado entre los colonos un interesante grupo apostólico. En la colonia de Lomas de Desamparados se ha abierto una escuela que ahora lleva el nombre de Sor María Romero. Aquí también se realiza un magnifico apostolado; y en las dos colonias funciona la Archicofradía de María Auxiliadora. Desde su origen la Asociación ASAYNE tiene como presidenta a la señora Amalia Orlich de Brealey, que con el precioso grupo de señoras que forman la Asociación, trabajan desinteresadamente, buscando la gloria de Dios y el bien de las almas, animadas por el recuerdo y espíritu de Sor María Romero.

Ejercicios Espirituales El celo de Sor María Romero la llevó a promover tandas de ejercicios espirituales: para las señoras pobres que reciben ayuda; para las bienhechoras y las colaboradoras; para las jovencitas externas e internas de la Casa de María Auxiliadora; para niños y niñas de las escuelas públicas. Con todo este bien se han logrado abundantes frutos, apuntados para la eternidad.


5 5

Los llamados “Tés de Sor María”

t Resumen de las declaraciones de Sor Anita Cavallini sobre Sor María Romero. Transcripción del periodista Camilo Rodríguez Chaverri.

Una forma de suscitar colaboradoras para las obras a favor de los pobres fue promover grupos de señoras que, con el pretexto de reunirse para tomar una tacita de té, se unen para efectuar rifas, hacer labores u otras actividades sencillas y sanas, con el fin de recaudar fondos para las Obras Sociales que se realizan en la Casa de María Auxiliadora. Cada año entregan a esta Casa el fruto de sus diligencias. Existen varios grupos de estos en Costa Rica y en Panamá. Continúan haciéndose reuniones después de la muerte de Sor María Romero, quien con toda sencillez les indicó esta forma de ayudar a los que no tienen nada. Sustentado en la Providencia: Para el apoyo económico de estas Obras Sociales de la Casa María Auxiliadora no hay rentas fijas ni permanentes: llegan donaciones voluntarias, grandes o pequeñas, de personas generosas, generalmente porque se sientes agradecidas por gracias obtenidas de María Auxiliadora o atribuidas a la intercesión de Sor María Romero.

treinta y seis oratorios, en todas sus obras en bien de la juventud, en las diferentes misiones, en las numerosas tandas de ejercicios espirituales que promovió, para jóvenes (ellos y ellas), para niños, para personas mayores, pobres, bienhechores, colaboradores. Todas las múltiples obras que promovió y realizó en bien del prójimo brotaron de su celo por la salvación de las almas redimidas por Cristo. Practicó el sistema preventivo, con amabilidad y paciencia en el trato con sus alumnas revoltosas y con todos, sostenida por su dinámica con amor a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. Siempre alegre, sembraba alegría.

También de personas o entidades que quieren ayudar a las obras por su sentido social y humanitario. Se puede asegurar que la divina Providencia y la Santísima Virgen lo han hecho todo y lo siguen haciendo sin cesar. A Dios la gloria para siempre. Vi siempre a la S.d.D. humilde, fervorosa, paciente, sacrificada. Sencilla, pero muy inteligente. Sincera y serena a pesar de que tuvo grandes y largos sufrimientos, llevando la cruz como los santos: silenciosa, ofreciéndola todo al Señor y abandonada en Él. En comunidad fue siempre alegre; era el alma en las recreaciones y en las funciones religiosas. Jamás demostró mala voluntad con nadie, nunca se le oyeron quejas ni murmuraciones; adicta y obediente a sus Superioras. Sien-

do muy observante de la Santa Regla, sabía adaptarse a los distintos caracteres, sin hacer sufrir a nadie y llevando con dulzura y paciencia las penas que a veces suele producir la vida comunitaria.

Pureza de intenciones Me llamó la atención la pureza y solidez de sus intenciones. En cuanto hacía jamás perdía de vista el fin por el cual había entrado en la Congregación: desposarse con Cristo, serle amorosamente fiel en tiempo de bonanza y en tiempo de tempestad; seguirlo crucificado. Tuvo siempre presente y practicó con perseverancia lo que le aconseja su confesor cuando ella partía para ingresar en el Congregación: “aunque te hagan picadillo nunca des un paso atrás”. Le

oí decir más de una vez: Jamás he sentido vanidad, ni vanagloria, ni satisfacciones de amor propio por cuanto hago; lo podría asegurar en la hora de la muerte. Dios me ha escogido por instrumento suyo en vista de incapacidad. Él siempre se vale del débil para sus obras. Sería una ingrata si me atribuyera lo que Él siempre se vale del débil para sus obras. Sería una ingrata si me atribuyera lo que Él hace por mi medio. Vi en ella una auténtica Hija de María Auxiliadora. Trató siempre de imitar a sus fundadores San Juan Bosco y Madre Mazarello la que vivió auténticamente el espíritu y el celo de San Juan Bosco. El lema de Sor María Romero fue el del Santo: “Dadme almas y llevaos los demás”. Lema que supo practicar sin descanso en sus

El libro de Sor María Me consta con toda certeza que el libro: “Las Obras Sociales de las Hijas de María Auxiliadora en San José Costa Rica” fue escrito íntegramente por la S.d.D., aunque nunca se nombre a sí misma, ocultándose en un plural de autoras o en “la encargada“. Acerca de las “actas” de las “misioneritas“, a las que se alude en la primera página del libro, puedo asegurar que me consta que fueron redactas por Sor María con estricta fidelidad de lo que hacían o decían “las misioneritas” o lo que presenciaba la misma S.d.D.; nunca se escribió algo inventado En esto Sor María era delicadísima. Este libro lleva la aprobación de la Curia Metropolitana con

fecha 24 de mayo de 1973, firmada por Monseñor Oscar José Trejos, Vicario General, quien quiso acompañar la aprobación con una carta a la S.d.D. con la misma fecha. El original de esta carta se conserva en el Archivo General de las Hijas de María Auxiliadora en Roma. La Sierva de Dios, escribió esta obra sin la intención de hacerla imprimir para el público. Finalmente se decidió a publicarla porque lo dispusieron así sus Superioras y después por indicaciones de la señora Olga de Vicente. Las vicisitudes de la composición y publicación de la obra las expresa la misma autora en las dos páginas de: “Advertencias” con que se abre el libro.

Como los considero muy significativas me permito presentarlas al Tribunal como anexo a esta mi declaración, añadiendo al texto de las Advertencias un fragmento de la carta de Monseñor Oscar José Trejos y otro de una declaración de Olga de Vicente (relacionada con la Nota publicada al final de las “Advertencias”) que han sido publicados (estos dos fragmentos) en la obra de Sor María Doménica Grassiano: “Con María toda para todos como Don Bosco” (traducción española), pp. 412 y 413. Si no recuerdo mal, se imprimieron unos ochocientos ejemplares del libro “Las Obras Sociales…” Su celo apostólico movió a la S.d.D. a inculcar la

devoción a Jesús Sacramentado y a la Virgen, la santidad de la vida cristiana y el compromiso apostólico, en las “Advertencias” puestas al principio de la obra y en las recomendaciones y tantas otras indicaciones esparcidas en toda la obra. En todos estos años después de la muerte de la S.d.D., por

Resumiendo la impresión que tuve, de lo que pude observar y comprobar en la Sierva de Dios, diría que el ideal de santidad que iluminó y animó su vida fue este: “Amar a Dios sobre todas las cosas con alma, vida y corazón. Amarlo aceptando en todo su santa voluntad. Amar mucho a la Santísima Virgen y hacerla amar. Amar al prójimo con amor dinámico y práctico, dándose al bien del mismo sin tregua ni descanso, siguiendo en todo las inspiraciones de la gracia. Su amor a las almas era inagotable: así lo dicen sus palabras, sus escritos, sus oraciones, el claro testimonio de su vida y su amplio apostolado”. Este celo por las almas era sostenido e inspirado por una gran intimidad con Dios, con la Virgen, con su espíritu de oración continua en medio del más intenso trabajo; y con ausencia de todo egoísmo.

disposición de mis Superioras y por la grande estima de la santidad de la S.d.D. que siempre he tenido, me he ocupado muy particularmente de las cosas relacionadas con Sor María Romero, reordenando papeles y recuerdos de ella. En el archivo del Tribunal de la Causa de canonización de la S.d.D. se guardan autógrafos de ella en libros de contabilidad y de limosnas entregadas. Causa maravilla la minuciosidad, claridad y orden con que llevaba sus cuentas. Se conservan además algunos originales de la S.d.D. donde apunta pensamientos espirituales, notas para catequesis, recetas, disposiciones, etc. Se conservan también en dicho archivo que está en la Casa Provincial de las transcripciones de textos de Sor María cuyos originales se guardan en el Archivo General, en Roma.


6 6

Escritos de Sor María Romero También, en el mismo archivo provincial se guardan, como tesoro, aparte, en varias cajas, muchos escritos de la S.d.D. referentes a las obras suscitadas por ella misma. Con ellos se conservan también algunos de los libros piadosos que ella usaba. Yo misma, en estos años posteriores a la muerte de la S.d.D., he consignado por escrito muchas declaraciones de personas que han dado testimonio de gracias recibidas de la Santísima Virgen por intercesión de Sor María Romero y de las virtudes y fama de santidad de la misma. He tenido cuidado de que esas declaraciones fueran firmadas por sus autores y refrendadas las firmas por dos testigos. Sobre el “Cuaderno Cavallini”, que mencioné anteriormente, quiero anotar: Este cuaderno, escrito por mí, es muy sencillo. Al trazar esas líneas jamás creí lo que sería de él con el correr de los años. Comprendiendo y admirando la santidad de Sor María Romero Meneses, pensé que las Superioras escribirían biografía y, por tanto, mis anotaciones podían servir. No me preocupé del orden, de su redacción, de las fechas, de la caligrafía, unas veces letra vertical y otras inclinada; lo único que me interesaba era el contenido, que fuera exacto, claro, verdadero, sin sombras de duda ni de falsedad; por eso lo firmo cada vez, por temor de que después se dudara lo escrito. Por un tiempo dejé de escribir, y quedaron cosas muy importantes en el silencio. Pensaba: moriré antes que Sor María y mi cuaderno acabará destruido; por lo tanto tal vez estoy perdiendo el tiempo. Vino luego a mi mente una luz: ¿Y si fuera una inspiración del Espíritu Santo, que yo siguiera escribiendo? Empecé de nuevo a seguir haciéndolo, sobre lo que veía o lo que oía, añadiendo mis trazos a los ya escritos. Una buena parte de mis días de entonces estaba ocupada en

ayudar a Sor María en lo que se ofrecía, de este modo pude acumular un tesoro de pensamientos y de hechos: Sor María era un Evangelio viviente. Lamento que no supe explotar tan rica mina. Dios se encarga de llenar los vacíos; los preciosos testimonios que se han dado y se siguen dando, son declaraciones valiosas de la vida de esta querida hermana llamada hoy, por voz de la Iglesia: Sierva de Dios. Como anexo Número 1 a estas mis declaraciones, sobre los escritos de la S.d.D., va la copia íntegra de mi cuaderno.

Un espíritu de fe Constaté siempre en ella un espíritu de fe a toda prueba. Además, lo transparentaba; se diría que lo infundía, lo contagiaba. Sobresalía su fe en Dios y en el poder de la Santísima. Virgen. Sentía viva la presencia de María en su propia vida y en su múltiple actividad, y de ella obtuvo milagros. La grandeza de su fe queda patente en sus escritos, en sus obras y en los centenares de declaraciones que se han dado sobre ella. He oído repetir tantas veces palabras o frases como estas: “me comunicó su fe en la Virgen”; “gracias a la fe de Sor María cambié de vida”; “con su fe aprendí a amar a la Virgen y acercarme a los sacramentos”. Yo personalmente admiraba su fe, y es porque nunca perdió de vista el fin por el cual se hizo religiosa: darse a Dios, amar a Cristo y seguirle en todo momento, alimentaba esta su fe profundizando en las Sagradas Escrituras, con su amor al santo Evangelio y a las enseñanzas de la Iglesia. Tenía fe ciega en el Papa y en sus palabras. Profunda oración y vida espiritual y sacramental. En algunos apuntes de Sor María Romero (y en hechos y actitudes de su vida) aparece suficiente claridad que estaba enterada de las tendencias teológicas y pastorales que, por apartarse del Magisterio de la Iglesia y de

la fiel obediencia al Papa y a los Obispos, desorientaban a muchos. Ella lo lamentaba mucho, y se reafirmaba sencillamente en su fidelidad a la sincera comunión eclesial. A este propósito quiero mencionar algo que recogí en mi cuaderno. Un día, conversando con Sor María, le dije, tengo un libro de lectura espiritual y uno de meditaciones, bellísimos. Y ella me respondió, “para mí no hay nada como el Evangelio, la Sagrada Biblia. Cada palabra de Jesús, cada gesto tienen siempre algo nuevo, encantador. Paso ratos agradables, preciosos, saboreando esa fuente inagotable. Mire si no

es cierto, vaya leyéndolo y meditándolo, es bellísimo. ¡Ah el Evangelio! Ningún libro puede ser mejor; esto, la Santa Biblia y el Observatore Romano; las palabras del Papa…y nada más. Todo (lo que se aparta de esto) es confusión, allí está lo más seguro, lo más bello”. Esto me quedó grabado para siempre en el alma, oído a Sor María en una mañana inolvidable. La S.d.D. consideraba como un hecho extraordinario la audiencia particular que tuvo con el Santo Padre, Pablo VI, en Roma. Dios le pagó así su gran amor al Romano Pontífice y a la Iglesia.

Decía: “Vi a Jesús a través de la mirada del Santo Padre”. Me admiró la esperanza teologal que la S.d.D. manifestó en su confianza absoluta en Dios y en la Santísima Virgen. Junto con su amor a la vida y al tesón en vivirla para el Señor y su gloria y servicio, tuvo siempre un vivo deseo y esperanza de la comunión eterna en el cielo. En la tierra trabajó intensamente por salvar las almas, infundir un horror al pecado y llevar a todos una vida santa. Cultivó la esperanza con su extraordinario espíritu de oración y con la confiada invocación al Señor, a la Santísima Virgen, a los ángeles y a los santos.


7 7

Testimonio del Cuaderno Cavallini

t Tomado del documento original que fue enviado a El Vaticano, con declaraciones sobre las virtudes de Sor María Romero. Resumen del periodista Camilo Rodríguez Chaverri

ción de agua, que duró largo tiempo! ¡Cuántas molestias e inconvenientes se originaron de esta prohibición! Y esta fue su reacción: bajo la impresión de profundo dolor que le causó esta prohibición, la S.d.D. oró, y cogiendo una hoja arrancada del almanaque, en la parte en blanco escribió: “Creo en Dios, Padre Todo Poderoso, Creador del cielo y de la tierra. Jesús. Jesús. Toda pasa, todo se muda. Sólo Dios basta”. Y en seguida, con Sor Laura, adoptó todas las diligencias para obedecer fiel y plenamente a la orden recibida.

Siempre vi en la S.d.D. una íntima unión con Dios y un gran amor al prójimo. Su pleno amor por Dios, a Jesús fue el valor supremo de su vida que le inspiró y sostuvo en su amor al prójimo y dedicación generosa a su bien y servicio. Deseaba ardientemente la salvación de las almas, y a esto se ordenaban todas sus obras: la propagación de la vida sacramental, de la devoción a la Virgen (la propagación de los quince sábados), los oratorios, donde desarrolló una labor eficaz entre los niños. Su amor inmenso a la juventud, sobre todo la más pobre y la más necesitada. Así aparece en sus obras, en sus escritos, y en el ejercicio de tantas virtudes. Amó a todos y tuvo especial amor y solicitud por los pobres, amor efectivo y realista en sus tantas obras sociales. Tenía una oración continua de alabanza y gratitud al Señor y a la Virgen, con frecuentes expresiones de este gran espíritu de oración. Me dijo en una ocasión que con frecuencia se despertaba en la noche hacia las dos de la madrugada y ya no volvía a conciliar el sueño; y que todo ese rato hasta la hora de levantarse lo pasaba repitiendo: ¡Mi amor, mi amor a mi Rey! ¿Cuántas veces se lo diré? Advertí siempre que la S.d.D. tenía una eximia prudencia. Jamás vi en ella una falta de discreción y prudencia en sus relaciones con los demás y en la vida comunitaria. La S.d.D. recibía muchísimas confidencias intimas de personas que acudían a ella, especialmente en las consultas (que fueron una de sus actividades más notorias y agotadoras) exponiéndole situaciones personales, familiares muy intimas y delicadas. Nunca salió de sus labios referencia alguna a estas cosas. Inspiraba plena confianza. Fue realmente muy prudente en trato con los demás, llena de respeto y de amabilidad y siempre con una sencilla actitud coherente con su condición religiosa. Siempre pude comprobar que

Fue no sólo materialmente pobre y sencilla; sino también espiritualmente. Desprendida de sí misma, jamás buscó con cariños para su satisfacción, ni agradecimientos, ni atenciones, ni honores, ni publicidad; antes bien quiso ocultarse, no aparecer. Todo cuanto hacía era de su Rey y de su Reina. Y para la capilla buscaba siempre lo mejor. La conservación de muchos de sus apuntes en papelitos sueltos la debemos a la diligencia de Sor Laura que convivió tantos años con ella y que trataba de recogerlos y aprovecharlos sin que la S.d.D. se diera cuenta. Pienso que su muerte repentina, y fuera del ambiente en que vivió más de los cuarenta años últimos de su vida, fue providencial para la conservación de tantos apuntes autógrafos de Sor María, donde vibra su espíritu, su celo apostólico, su oración. Si su muerte hubiera sido precedida de larga enfermedad en su sede habitual tal vez habría tomado la iniciativa de hacer desaparecer esos escritos. Recorriendo los escritos conservados de Sor María (que yo después de su muerte he ayudado a reordenar) y los numerosos testimonios jurados de personas fidedignas (que yo misma he conocido o incluso directamente recibido y consignado), se podría hacer una larga lista de dones carismáticos y hechos preternaturales de la S.d.D. Entre sus escritos hay una agenda, que ella guardó siempre reservadísima, donde, a través de cuarenta y cinco años de su vida, fue anotando brevemente “gracias especiales” que recibía. Providencialmente, dadas las circunstancias de su muerte y la estima de santidad que se tenía de la S.d.D., este cuaderno se ha conservado. Muchos de los dones carismáticos y hechos preternaturales de la S.d.D. han sido fielmente recogidos, acá y allá, en la amplia y sólidamente documentada biografía de Sor María escrita por Sor María Doménica Grassiano: “Con María todo para todos como Don Bosco”.

Virtud de la pobreza

la S.d.D. apreciaba con su debido valor la dignidad de toda persona humana, sin distinción, en esto, de clases sociales. Defendía a los pobres, a los obreros; deseaba para ellos que se les diera con amor cosas buenas, no cosas viejas o sucias. Solía decir, “al pobre también le gusta lo bueno, lo bonito”. Ella lo practicaba con mucho cuidado y cariño. En su aprecio de toda persona humana sabía encontrar las razones para tratar fraternalmente también a los borrachitos y andrajosos y pecadores. El caso referido por el Dr. Santi Quirós es significativo y admirable: cómo supo comprender al ladrón que le había robado parte de la ropa que tenía preparada para los pobres; cómo lo defendió, lo ayudó, en una palabra lo levantó; no lo enjuició. No dudo en afirmar que, entre lo mucho que se puede decir de las virtudes de Sor María Romero, hay que destacar su fortaleza, porque llevó el ejercicio de esta virtud hasta lo heroico. Soportó con humildad, silencio y semblante sereno toda clase de cruces provenientes del ambiente interno de la comunidad religiosa y del exterior. Tuvo de todo: incomprensiones, desprecios, humillaciones, calumnias, prohibiciones; su falta de salud con molestias muy agudas, la indisciplina de sus alumnas (y cosa notoria: No obstante esa indisciplina que a veces reinaba en sus clases, las niñas aprendían las materias escolares que les daba Sor María; y sobre todo aprendían de ella a orar, a ser buenas, de buenos sentimientos, a amar a Dios y a la Santísima Virgen. Admiraban la humildad y

serenidad con que acogía las reprensiones de la Directora. Así lo he sabido de muchas que fueron sus alumnas). Fue sin duda cruz gravosa aquella su actividad de las consultas”, mantenida constantemente durante varios años. De lunes a viernes, y de las dos de la tarde hasta la hora de la misa vespertina, sentada en una sencilla silla de madera, atendía con solicitud llena de respeto y amor, a cada una de las personas que acudían a ella para exponerle sus problemas personales, familiares, sociales y pedirle su consejo y recibir aliento espiritual. Yo veía que esta actividad le resultaba agotadora y un día le sugerí que la moderase. Me respondió que mantenía esta actividad por fidelidad a un voto que hizo al Señor una vez que ella misma tuvo la dolorosa experiencia de verse rechazada bruscamente por una superiora a quien había acudido para pedir consejo en una de las cuestiones que se le presentaban en su vida y actividades. La S.d.D. me confió que, profundamente apenada y puesta en oración, hizo al Señor el siguiente voto: “Te prometo, Jesús mío, que en cuanto de mi dependa, jamás se alejará de mí una persona sin recibir consuelo”. Observé muy bien que la S.d.D. fue, con sencillez, muy mortificada. Jamás la vi buscar o aceptar satisfacciones personales de propios gustos, de alivios, de fama. Si duda pasó por sus manos muchísimo dinero, pero ello podría afirmar que nunca había gastado ni unos centavos en darse gustos. Sabía dar a cada uno lo que le correspondía, aunque

fuera contra su propio gusto: al pobre y al rico, según lo que necesitase, con el profundo respeto de toda persona humana. Un detalle: el dinero que recibió para misas siempre lo respetó como tal con toda delicadeza; jamás, ni provisionalmente, lo utilizó para otro fin, aunque se le presentaran apremiantes necesidades de momento. Me consta que la S.d.D. renovaba sus votos como religiosa cada día.

Virtud de la castidad Sobre la castidad puedo decir que la vivía con toda delicadeza. Amaba con predilección la pureza y la modestia, y esto le proporcionó el placer de gozar perennemente la presencia de Dios; y de aquí su amor a los ángeles y a los niños. Fundó la liga de modestia en la ropa interior de las mujeres, porque sufría por la inmodestia en el modo de vestir. De jovencita hizo voto de castidad ante su confesor. No he sabido de alguien que dudara de la virtud de la S.d.D. en esta materia.

Virtud de la obediencia Jamás hacía nada sin la aprobación de sus Superioras. Le bastaba una orden, una palabra, un deseo de ellas para que hiciera lo que ella deseaba o se había propuesto. Si no eran aprobados, renunciaba a sus proyectos con serenidad. Lo bello en ella es que siempre obedecía sin quejas, con paz, aunque le costara lo que le mandaban. ¡Cuánto le costó la prohibición de las consultas y la distribu-


8 8 sionadas se acercaron a Sor María y le dijeron: ¿qué es esto, que las rosas se doblan sobre usted? La S.d.D. les hizo prometer que guardarían secreto mientras ella viviera. Hecho recogido en la obra de Sor Grassiano. La misma Luz María González testifica de otros hecho: vio a Sor María en actitud de arrodillarse, pero elevada un metro del suelo. También esto fue referido directamente de la testigo, y se halla en el libro de Sor Grassiano (pp. 351-352). En este caso también la S.d.D. (Sierva de Dios) hizo prometer a Luz María que guardaría secreto hasta que ella muriera. Luz María, testigo del éxtasis y levitación, añade que al prometerle silencio le dijo a Sor María: Dios quiera que no muera yo antes. Y Sor María le contestó: “no morirás antes”.

Elevada del suelo

Los dones carismáticos de Sor María Romero t Declaraciones de Sor Anita Cavallini, autora del “Cuaderno Cavallini”, clave en el proceso de canonización de Sor María Romero. (Resumen de Camilo Rodríguez). “En cuanto a dones carismáticos: Sor María Romero tuvo, sin duda, el don de discernimiento de espíritus, y el de captar las disposiciones interiores de las personas que recurrían a ella. Su don de consejo fue ampliamente reconocido por las muchísimas personas que atendió en una de sus actividades más delicadas, notables y agotadoras a que le llevó su celo apostólico e interés por hacer el bien a todos. Quiero mencionar aquí lo que ya dije en el bloque 17: el voto que hizo en

una circunstancia dolorosa de su vida y que ella misma me confió: “Te prometo Jesús, quien en cuanto de mi depende jamás se alejará de mi una persona sin recibir consuelo”. Y así lo reconocían las personas que acudían a ella por consejo: salían iluminadas, consoladas, confortadas en la fe y confianza en el Señor y en la Virgen. Era voz común: contagiaba fe, amor, confianza en Dios, en Jesús Sacramentado, en María Auxiliadora. También hay no pocos testimonios de su don de prever el futuro. En cuanto a hechos preternaturales: Son numerosos los que aparecen en el libro “Obras Sociales”: pagos de facturas, multiplicación de dinero, de víveres, de ropa; limosnas cuantiosas “providenciales”, multiplicación de cuadros del Corazón de Jesús, antojitos que la Santísima Virgen le concedía. Aquí referiré sólo algunos de los que he conocido o directamente de Sor María o de las personas relacionadas inmediatamente

con los hechos. Ya declaré, en el bloque segundo, acerca de la visión de la Santísima Virgen que tuvo la S.d.D., siendo jovencita, cuando fue curada de la parálisis que sufrió. También lo dije en el bloque sexto, la voz que oyó siendo novicia: “Tú eres la predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre”. Ahora añado que, según la breve anotación de la agenda secreta en 1959, el dialogo con Jesús se amplió así: “Y de ti ¿quién soy yo? Mi amada”. Según referencias de testigos fidedignos que lo oyeron de la misma S.d.D. sé que Sor María vio en sueños a Don Bosco, que señalando el cafetal donde ahora está edificada la Casa de María Auxiliadora –Obras Sociales, le dijo: “Allí se desarrollará una gran obra”. Y también vio a la Virgen que, señalando el mismo cafetal, le decía: “Esa será mi casa y de allí saldrá mi gloria”. Varias personas han testificado que vieron cosas extraordinarias de la S.d.D. yo lo he sabi-

do por comunicación directa de esas personas.

Algunos casos El éxtasis en que entró cuando acompañada con los Señores Enrique Cascante Méndez y su esposa María Cecilia Rojas, estaba orando a la Santísima Virgen. El éxtasis duró al menos un cuarto de hora. Cuando volvió en sí rogó a Enrique y María Cecilia que no dijeran nada a nadie mientras ella viviera. Enrique por mediación de Sor María Romero, había recibido una curación milagrosa poco tiempo antes. La “conversación” de Sor María con las flores del jardín que ella estaba regando: las palabras de Sor María con las flores y la “respuesta” de las flores. Escena presenciada por dos mujeres que, sin advertirlo la S.d.D. estaban observando: Luz María González y Maclovia Rojas que se dedicaban a la limpieza de los locales de la Casa de María Auxiliadora – Obras Sociales. Profundamente impre-

Según varios testimonios fue vista varias veces elevada del suelo. Señalo un hecho de “bilocación”, a favor de Miriam Aguilar Vargas, circunstancias impresionantes y significativas. Según varias anotaciones autógrafas del cuaderno íntimo: “gracias especiales”, cuando en 1974 Sor María estuvo enferma de reuma, en cama y privada de movilidad fue curada por San Juan Bosco que le habría dicho: Levántate y camina. (Cfr. Biografía escrito por Sr. Grassiano, p.466). Sor María comentó varias veces, y también conmigo concretamente, que consideraba como una gracia singular del Señor la audiencia que tuvo con el Papa Pablo VI. Me decía: “Vi a Jesús a través de la mirada del Santo Padre”. Sor María también consideró como un hecho extraordinario que atribuía a la Virgen María, lo de la corrección del nos en un pasaje del texto preparado para la imprenta del libro Obras Sociales. Lo había sometido a la revisión de la notable profesora de castellano, Doña Claudia de Rojas. Esta señora en una de sus correcciones, había tachado la palabra nos en la frase: “la Virgen nos da de vez por vez lo que necesitamos…” La S.d.D. sintió mucho que se suprimiera esa palabra, y se desahogó confiadamente ante la Virgen. Con gran maravilla suya cuando volvió a examinar el texto después de su oración a la Virgen aparecía al limpio el “nos” sin rastro de tachadura. No sólo comentó conmigo su alegría. Expuso también el hecho detalladamente en una carta escrita a la Superiora General, Madre Ersilia Canta.


9 9

El agua de la Virgen La S.d.D. consideró como un gran don, extraordinario, el “agua de la Virgen”, con la cual hizo tantísimo bien, espiritual y material, a muchas personas. En el libro “Obras Sociales de la Auxiliadora en San José Costa Rica” que como dije escribió la S.d.D., se afirman no pocos hechos preternaturales que sería largo referir. Me permito mencionar algunas “gracias especiales” que Sor María anotó en la agenda secreta, que considero significativas: -Febrero 1937: ante dificultades y oposiciones siente a veces impulsos de impaciencia

y de ira. Dice a Jesús: “afortunados los que nunca caen”. Respuesta: “no es el que menos cae el que más me gusta, sino el que con más generosidad se levanta”. -Noviembre 1962: Pregunta confiada: “¿Verdad que es cierto que los que hacen los primeros sábados, la Virgen vendrá a visitar a la hora de la muerte para llevarlos después directamente al cielo?” Respuesta: “Para los que creen así será, porque las gracias se conceden conforme a la fe”. -En los momentos en que los achaques la tienen como inmovilizada, dice así a Jesús: “¡oh mi amor! Ya no sirvo, soy

un pabilo!”. Respuesta: “Un pabilo puede encender muchas candelas”. -Mayo 1963: Por sus achaques no puede arrodillarse en la oración. “¡Qué pena, Jesús, sólo puedo estar sentada!”. Respuesta: “He tenido santos que han vivido siempre en una cama”. -Noviembre 1969: “A veces no rezo, Jesús, me distraigo pensando en Ti”. Respuesta: “Aquellos son medios, pero el que está unido a mí no necesita de ellos”. Y a estas lacónicas anotaciones en marzo y abril 1962: “La absolución diariamente”. “La bendición de María Auxiliadora”.

Ante la muerte de Sor María Como la S.d.D. murió en Nicaragua no pude ser testigo de las circunstancias inmediatas de su muerte. En mi estimación fue la forma de morir más de acuerdo con su deseo de no aparecer ni llamar la atención de sus cosas. Muerte repentina, silenciosa, ninguno de los humanos fue testigo. Se cumplieron sus bodas eternas como ella las deseaba: acompañada de su Rey y de su Reina, entre los coros de los Ángeles y de los Santos. Traído el cadáver a San José de Costa Rica, fue recibido por una gran muchedumbre de gente. Funeral concurridísimo, presidido por el Señor Arzobispo Carlos Humberto Rodríguez Quirós. Miles de personas le acompañaron en su entierro. Las fotografías lo muestran. Muchas y muchos la lloraron como se llora a una madre. Me consta que la S.d.D. es veneradísima después de su muerte; pero no conozco ningún hecho o signo de culto público indebido que le haya sido tributado a ella. Ya dije que conviví con la S.d.D. en los últimos días de su vida. Entonces pude comprobar la clara opinión de su santidad que tenían las personas que convivían con ella o a ella acudían para ayuda y consejo. Yo misma, como dije, tuve gran estima de su santidad que me movió a poner mucha atención a su manera de proceder y a tomar nota de muchos de sus hechos y palabras. Después de su muerte se ha mantenido e incluso acrecentado esta fama, que no ha sido creada o fomentada artificialmente por las religiosas o pa-

rientes. Repito ahora que después de la muerte de la S.d.D. he tenido ocasión de escuchar y consignar por escrito muchos testimonios y declaraciones de personas que la conocieron en su vida o que han recibido favores materiales y espirituales que atribuyen a la intercesión de Sor María. Los testimonios abundan con expresiones como éstas: Sor María era un ser extraordinario en su sencillez…“trasparentaba a Dios; llamaba la atención su humildad y su sencillez; su mirada era de una santa; bastaba oírla hablar de la virgen para que uno sintiera en su vida la presencia de María Auxiliadora; tenía el don de profecía, lo que ella decía se cumplía; poseía las virtudes en grado admirable ”. Allá a los inicios de las obras de apostolado que iba desarrollando, Sor María Romero encontró no pocas dificultades tanto externas como internas (de la misma comunidad religiosa). Ella lo aceptaba todo como perteneciente a la providencia del Señor, pero el Señor le urgía internamente a continuar y a confiar con Él, siempre dentro de la obediencia y discreción. Un día, entre ingenua y osada, ora al Señor: “Entonces ¿harás milagros?”. Y la respuesta: “Sí, con tal que creas y te abandones a mí como te he dicho. ¡Cree y verás!”. Y ella lo consigna en su agenda secreta de “gracias especiales”. Y la S.d.D., podemos decir al constatar tantas maravillas que el Señor y la Virgen han obrado por su medio, que la S.d.D. creyó y vio. Y hacia el fi-

nal de su vida, en la misma agenda de “gracias especiales” consignará la oración sobre el salmo 74: “…recuerdo las proezas del Señor; sí recuerdo tus antiguos prodigios, medito todas tus obras, considero tus hazañas”. He querido recordar estas cosas porque reflejan el espíritu que yo pude advertir en la S.d.D. en los años que conviví con ella. Quiero referirme una vez más a mi “Cuaderno Cavallini”. Remito también a las declaraciones juradas, firmadas y ratificadas (se conservan algunos centenares de ellas) de gracias atribuidas a la Virgen o al Señor por mediación de Sor María Romero, tanto en vida de la S.d.D. como después de su muerte. Yo misma, durante estos once años después de su muerte, he recogido con todo cuidado muchas declaraciones de personas que acuden espontáneamente a dar gracias por las gracias recibidas y a dejar testimonio de ellas, con expresiones clarísimas de la opinión de la santidad de Sor María Romero. Gracias espirituales, conversiones, curaciones, matrimonios desunidos que vuelven a la paz y felicidad familiar, gente apartada de Dios que vuelve a la vida cristiana y sacramental, jóvenes que dejan vicios y vuelven al buen camino, alcohólicos que se regeneran, etc. Algunos de estos favores atribuidos a la intercesión de Sor María Romero han sido recogidos en la obra de Sor Grassiano, bien documentada en declaraciones autenticas. Y siguen hoy afluyendo espontáneamente personas que vienen a dar gracias y a testificar sobre su caso.

La historia de las cebollas Un día acompañé a Sor María en su visita a la ciudadela construida por ASAYNE. En el mercadito que se ha abierto en ella veo unas cebollas preciosas. Le expreso mi maravilla. Ella me dice que había pedido, días antes, a la que sus pobres pudieran condimentar los frijoles con un poco de cebollas o ajos. Y que apenas hecha esa oración se presentó un señor con esas cebollas, porque había prometido obsequiarlas para los pobres de Sor María si obtendría una buena cosecha. El relato, interesantísimo, escrito por Sor María Romero en el libro: “Las Obras Sociales de las Hijas de María Auxiliadora en San José Costa Rica”, en la página 2 hay una nota que recoge tres “gracias de María Auxiliadora concedidas a doña Olga de Vicente que nosotras las calificamos de milagrosas porque fueron instantáneas, sin intervención humana”. En la obra de Sor Grassiano, página 403, se publica una declaración de la misma doña Olga, fechada el 17 de junio de 1983, en la que la señora ratifica lo que se dice en la nota. Pues bien, yo tuve ocasión de visitar personalmente a la Sra. Olga en su casa y me aseguró que lo referente a ella en las “Advertencias” y en la Nota del libro citado sobre los milagros obtenidos, es completamente cierto. Son muchísimos los hechos sobre los cuales podría testificar con certeza porque los conocí o directamente o por testigos inmediatos de los hechos. Pretender referirlos todos sería interminable.


10 10

Milagros de Sor María Romero entre sus alumnas t Declaraciones de Sor Anita Cavallini, autora del “Cuaderno Cavallini”, clave en el proceso de canonización de Sor María Romero. (Resumen de Camilo Rodríguez). Al poner punto final a la crónica de la Casa de María Auxiliadora, escrita por insinuación de nuestras Superioras, acudieron al tropel a nuestra mente, los bellos e inolvidables recuerdos de la misión y de las Oratorios, en los que, tanto los oratorios como los misioneritas y nosotras las hermanas, los llamamos “los más bellos de la vida”. Entonces, fuimos a desenterrar de archivo la primera parte, que hacía tiempo no leíamos, y pensamos: ¡Ah, con qué gusto leerían las misioneritas las actas que ellas mismas escribieron cuando jovencitas, en aquellos años de gracias y de fervor! ¡Cómo gozarían volviendo a verse fotografiadas, moralmente, de cuerpo entero! Y resolvimos, para dar un ejemplar a cada una, imprimir en polígrafo un folleto de la primera parte con la tercera; agregando una segunda con anécdotas de su apostolado. Luego pedimos el favor de reproducirlo, a doña Olga de Vicente, mecanógrafa y profesora en redacción y ortografía, quien, agradecida por las gracias milagrosas que le ha concedido María Auxiliadora, ha venido a ofrecerse a servirnos aunque sea para barrer y limpiar; total como empleada en oficios domésti-

Gracias concedidas a doña Olga de Vicente Las gracias de María Auxiliadora concedidas a doña Olga de Vicente que nosotras calificamos “milagrosas” porque fueron instantáneas sin intervención humana, son: 1. La curación de una hernia en la columna. Se le tocaba como un grano de maíz, y sólo podía extirpársela quirúrgicamente. 2. Tenía tres nervios afectados, los que no permitían funcionamiento normal de los riñones. La prueba de la “Uro colina”, que debe dar siete puntos, a ella le llegó a subir hasta veintitrés puntos.

cos; pero ella, yendo más allá, nos sugirió hacerlo imprimir, mejor, con la ayuda de los cooperadores. Al principio rehusamos; nos pareció demasiado lujo para nuestro humilde trabajo; pero después aceptamos, considerando que así podría agregársele fotos para ilustrarlo, fotos que a las misioneritas les agradaría ver y principalmente, porque el trabajo, aunque humilde, podría calificarse de “complemento de las Glo-

rias de María”, ya que todo él habla de Ella y está impregnado de Ella. Antes de escribir los episodios de las misioneritas, como las gracias de María Auxiliadora, hemos procurado hablar personalmente con los protagonistas para escribir ni más ni menos, que la impía y pura verdad. Los nombres de estos últimos no aparecen porque algunos no lo desean; así que, o todos o ninguno, optamos por lo segundo.

3. Las hemorragias, indicio de algo maligno, sabido únicamente por su esposo. Último recurso era llevarla a Estados Unidos para que la viera un especialista. Cuatro días antes, vino ella a la Casa María Auxiliadora, prometió hacer la novena, los sábados, etcétera y dos días después al ponerle el médico una inyección para hacer la última prueba de la “Uro colina”, esperan veinte minutos y, al examinarla quedó estupefacto cuando comprobó lo que no acertaba a creer, y exclamó fuera de sí: Pero, ¡qué barbaridad…! ¿Qué es esto…? ¡Usted está curada…! Este médico, llamó a otro, y éste a aquel, sucediéndose entonces una cadena de llamadas telefónicas, ante la innegable curación. Lo que parecía de imposible solución, en un santiamén, sin ningún otro remedio lo efectuó la intervención divina, por medio de la Virgen. ¡Gracias, María Auxiliadora! ¡Seas con nuestro buen Dios, alabada y bendecida por siempre jamás…!

El medio de conseguir las gracias

Aprovechamos aquí, para comunicar a todos los que lean estas crónicas, el medio de conseguir las gracias de María Auxiliadora. San Juan Bosco decía: “Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros”. Y recomendaba, para conseguir los favores de María Auxiliadora, hacerle una novena acompañada de confesión, y dar una ofrenda a los pobres. Nosotras recomendamos no sólo una novena ininterrumpida, hasta terminar cuatro tandas de quince sábados,

con comunicaciones consecutivas los sábados, en honor de los quince ministerios del rosario: “Para conseguir la gracia; en acción de gracias; para que no se repita el problema, y en prueba de amor a la Virgen, porque no una gracia, sino un cúmulo de gracias. Ella concede siempre por medio de los sábados”. Consideremos que no basta tener fe en Jesús Sacramentado, sino AMARLE, procurando recibirlo diariamente si fuera posible. ¡Ah! ¡Más desea el Señor ser recibido de nosotros, que nosotros recibirlo…! Por

consiguiente, para conseguir cuanto deseemos de Él, manifestémosle nuestro amor, acercándonos a menudo a la Santa Comunión; entonces María Auxiliadora, complacida, viéndonos con la gracia de Dios en el alma, y recibiendo frecuentemente a su Divino Hijo en la Santa Eucaristía, será nuestra incesante intercesora y ...¡todo nos lo otorgará!, si no es contrario de la voluntad de Dios. ¡Hagamos la prueba! Recomendamos, además, el rezo, antes o después de la novena. La Santísima Virgen, en todas sus apariciones, pide

que le recen el rosario; y, si Ella es quien intercederá por nosotros al Señor para alcanzarnos lo que pedimos, es justo que nos empeñemos en complacerla dándole el gusto que tanto desea. Por último recomendamos “SU AGUA MILAGROSA”, de tanta eficacia (como lo prueban los casos narrados); se lleve siempre puesta su medalla y se bese a ambos lados antes de acostarse diciendo: “María Auxiliadora, cúbreme con tu manto; corazón de Jesús dame tu bendición, en el nombre del padre, del hijo, y del Espíritu

Santo. Amén.” ACLARACIÓN: Hemos escrito crónicas a profusión, siempre por petición de nuestras Superioras, en diferentes ocasiones. Podría ser que éstas comparadas con aquellas, cambien en ciertos detalles, números o fechas, pero el contenido es el mismo, sin exagerar ni mentir. Suprimimos sólo algunos pasajes hechos que se encuentran minuciosamente escritos en los anales de la eternidad. ¡Sea todo, pues, para gloria del Señor y de la Virgen, Madre de Jesús y Madre nuestra!


11 11

Detalles interesantes de la vida de Sor María Romero

Miradas que se cruzan t Declaraciones de Sor Anita Cavallini, autora del “Cuaderno Cavallini”, clave en el proceso de canonización de Sor María Romero. (Resumen de Camilo Rodríguez). Qué alegría hay en Granada: Gente que va y viene, todo se dirige a un mismo punto. ¿Qué sucede? Ha llegado, como visita, el Excelentísimo Señor. Nuncio Apostólico, Representante del Santo Padre, el auténtico salesiano: Monseñor Juan Cagliero. Su agradable trato es un imán para grandes y chicos. Estos últimos revoletean alrededor del Padre, como pajarillos inquietos y curiosos y él les sonríe cariñoso imitando la acogida de Jesús a los niños. Entre esa turba de traje especial, ese día el peine no había pasado por la cabeza de la niña María, pero a ella esto no le importa, sólo quiere ver, oír, hablar. Se acerca el fin, y sus límpidos ojos, se fijan en los del venerable hijo de San Juan Bosco. Esta la ve y cruza su mirada con la inocente niña. Ambos sonríen y el futuro Cardenal de la Santa Madre Iglesia, pone su mano derecha sobre aquella desgreñada cabecita y la bendice. El corazoncito late apresuradamente por la dicha sentida, sin comprender que aquel gesto bondadoso del inolvidable purpurado, encerraba una profecía, un anuncio de que esta niña sería una gloria del jardín salesiano. Mientras la pequeña saltaba de gozo contando a su mamá el emocionante encuentro, la distinguida señora se apenaba por la manera de presentarse su hijita ante el Excelentísimo personaje. Ella sabía el deseo de la niña

y quería engalanarla, pero como tardó en hacerlo, se le escapó, no entendía de apariencias humanas. Es uno de los primeros rasgos de la infancia de la que fue años después Sor María Romero Meneses.

Preludios de una misión Tenía María unos seis meses de edad y empezaba a gatear. Doña Anita, su mamá, acostumbraba a hacer un hermoso portal en el piso, para la navidad. Era el encanto de los niños contemplar el pesebre: San José, la Virgen y el Niño, acompañados con la mula, el buey, y en alto los ángeles que cantaban la Gloria. María no se contentaba con mirar. Recogía las basuritas que hallaba y las iba a poner como adorno al Divino Infante. ¿Qué pasa? Preguntó doña Anita, siempre hay basuras junto al pesebre. Al fin se descubrió a la culpable. Sor María al referir este hecho, agregaba: esto me lo contaba mi mamá, pero yo reconozco en esa actitud mía, el preludio de mi misión: “Jesús quiere que yo le lleve lo que el mundo juzga como basura: los pobres y pecadores. (Textualmente contado por Sor María a Sor María de Lourdes Argüello, de H. de M.A.)”.

Ofrecimiento Había en el comedor de la casa una imagen del Niño Jesús, frente a la mesa. Siendo María muy pequeña cogía con sus deditos, granos de arroz de los que tenía en el plato, y levantando la mano se los ofrecía al niño Jesús. Comenzaba desde entonces a compartir con Jesús lo que tenía. (Contado por Sor María a la Señora Ofelia Gurdián, textualmente).

Dar al pobre Si faltaban piezas de ropa, si desaparecían víveres, si no se hallaba tal o cual juguete…ya

se sabía: era la pequeña María, que con estos hurtos atendía las necesidades de los pobres, que encontraba en sus cortos años. Está bien que ayudes, le decía su mamá, pero debes pensar cómo lo haces; regalas ropa nueva que casi no ha tenido uso, das de todo lo mejor que hay. Pero mamá, le replicaba la generosa donadora, a los pobres no se les debe dar lo peor, ellos gozan cuando reciben cosas buenas. Esta convicción se mantuvo durante toda su vida. Hay que dar felicidad a los pobres, repetía. No sólo dar un pan, sino saciar su hambre, subsanar en lo posible, sus muchas dificultades, así más fácilmente, se acercan a Dios. (Textualmente relato de Sor María a la que esto escribe, Sor María Cavallini). Delicadeza Infantil No quiero que me bañes, no quiero que me toques; que venga mi mamá, solo de ella, de ti no me dejo… Así decía la pequeña María, a sus sirviente que obedecía a los órdenes recibidas. No me dejo, seguía gritando la inocente víctima, vete, que

venga mi mamá. Y le tiraba agua para que no se acercara la criada. El llanto y el pleito terminaron cuando llegó la mamá y se alejó la muchacha, dando el trabajo de baño a su señora. (Referido por Sor María textualmente a Sor María Cavallini).

Curación Milagrosa Una rara y penosa enfermedad atacó a María siendo muy pequeña, era ya colegiala; paralítica y sometida a grandes dolores. Ella confiaba en el poder de la Virgen y esperaba un milagro semejante al que se lee en la vida de Santa Teresita. La Santísima Virgen milagrosamente la curó, pero tal vez, para que recordara siempre la gracia obtenida, le dejó la huella de un cansancio en los miembros inferiores debido a lo cual sentía necesidad de un rato de descanso a medio día. (Referido exactamente a Sor Ana María Cavallini. Sor María dio otros detalles de esta curación, pero no los recuerdo). Siempre con la Virgen Cada 24 de mayo es una fiesta de todo

Granada, que se apresura a rendir homenaje filial a María Auxiliadora. En la víspera, sale la imagen de María Auxiliadora, de la capilla de los Salesianos y se traslada a la Catedral. Al día siguiente, el 24 vuelve de nuevo al punto de salida. Para esto, se organiza una procesión. María Auxiliadora es llevada en una artística carroza, entre repiquetes de campanas, música, cantos, descargas de pólvora. El gentío forma una masa compacta. Este era el día suspirado por María. A punto de empujones se metía entre el mayor nudo de personas, detrás de la carroza. De vez en cuando abría los ojos, para asegurarse más y así llegaba hasta el fin de la procesión, en la capilla de los Salesianos. “Yo sé -decía- que la Virgen me cuida y no tengo miedo de seguirla con los ojos cerrados”. Ciegamente la siguió toda su vida, con una confianza absoluta. (Referido por la misma Sor María textualmente a Sor Ana María Cavallini).


12 12

Siempre con la virgen Cada 24 de mayo es una fiesta de todo Granada, que se apresura a rendir homenaje filial a María Auxiliadora. En la víspera, sale la imagen de María Auxiliadora, de la capilla de los Salesianos y se traslada a la Catedral. Al día siguiente, el 24 vuelve de nuevo al punto de salida. Para esto, se organiza una procesión. María Auxiliadora es llevada en una artística carroza, entre repiquetes de campanas, música, cantos, descargas de pólvora. El gentío forma una masa compacta. Este era el día suspirado por María. A punto de empujones se metía entre el mayor nudo de personas, detrás de la carroza. De vez en cuando abría los ojos, para asegurarse más y así llegaba hasta el fin de la procesión, en la capilla de los Salesianos. “Yo sé -decía- que la Virgen me cuida y no tengo miedo de seguirla con los ojos cerrados”. Ciegamente la siguió toda su vida, con una confianza absoluta. (Referido por la misma Sor María textualmente a Sor Ana María Cavallini).

Prueba de inocente ternura Llegaba casi todos los días una mujer a la puerta de la casa y desde allí, con voz fuerte preguntaba. ¿Está doña Ana? Si estaba, entraba. A María le chocaba que esta mujer llamara “Ana” a su mamá, cuando todos la llamaban cariñosamente “Anita”. Pensó en corregir a la culpable

y formó un plan que comunicó a sus hermanitas. “Cuando venga y pregunte por Doña Ana, nosotras escondidas, cantando al son de tambor, con golpes de la mano de la madera, le responderemos: “Aquí no vive doña Ana, vive doña Anita”. Dicho y hecho. El canto y el tamboreo fueron remedios eficaces. No se volvió a oír el doña Ana, preguntaba por Doña Anita. (Referido textualmente por Sor María a Sor María Cavallini).

Primera Comunión La hizo en la Iglesia de la Merced, entre un grupo numero-

so de niños y niñas, preparados por la Señorita Pacífica Alvarado, experta maestra en dicha preparación. “Mi primera comunión –decía Sor María- dejó huellas profundas en mi alma”. Fue un día de un gozo inmenso, celestial. Ella tenía ya una piedad bastante arraigada, infundida por sus padres y sus tías. Al lado de éstas vivió sus primeros años.

Chispa del cielo Ya era colegiala, alumna del María Auxiliadora de Granada. Un día vio una niña que llorando corría por los corredo-

res del colegio y mientras tanto, iba diciendo: “Me han robado mi inocencia, me ha quitado mi inocencia”. Parece que fue una conversación inconveniente que oyó a unas niñas mayores. Cosa rara pues en su tiempo se cuidaba mucho la inocencia de las niñas. Este hecho produjo un gran dolor en el alma de María, jamás se borró la impresión recibida. ¡Ah! Pensaba, qué necesario es apartar a los niños de todo aquello que pueda manchar o perder el candor de sus almas…Estas reflexiones despertaron en su corazón el deseo de impedir el pecado, de salvar las almas. Años más tarde, ya religiosa, ansiaba un “teatro” para los niños, con diversiones formativas, películas agradables, y sin veneno, donde pudieran entrar los niños vendiéndoles la entrada a precios ínfimos para que no fueran a otras partes a perder la belleza de sus almas. Suspiraba tener un terreno para esta obra. “Ah -decía- si los propietarios se dieran cuenta del bien que puede hacerse a los niños, no sólo no pedirían tanto por una propiedad, la regalarían. Cuanto gocé con los Oratorios, por el bien que recibían aquellos miles de niños”. (Conversación tenida, palabras textuales, con la que esto escribe. Sor María Cavallini).

Hija de María Cursaba la primaria. Al llegar al cuartogrado, recibió la

medalla de las Hijas de María, que sólo se otorgaba a las alumnas excelentes. Recordando aquellos felices tiempos, Sor María decía: “Fue uno de los días más felices de mi vida, tenía una dicha inmensa, me sentía toda de Dios, envuelta en el manto de la Virgen… y sentía que Dios me llamaba para ser toda de Él y sólo de Él… Fue una felicidad oír mi nombre, no sé cómo explicarla, me sentía en el Cielo”. (Palabras textuales de Sor María, dichas a Sor Ana María Cavallini).

Fiesta de la Inmaculada Otra fiesta que la colmaba de dicha era la de la Inmaculada. Esta fiesta se celebra en Nicaragua con gran entusiasmo, sobre todo en Granada. Pólvora, música, cantos, gritería, luces, enramadas, procesión, todo lo que se dice es poco. Para algunos es un alegre agregado: la comedera de frutas, dulces, helados, que se reparten en las distintas casas donde hay un altar a la Inmaculada. María disfrutaba de todo esto tan tradicional en su tierra. Su amor a la Virgen iba más allá. La víspera era la confesión general del año, como se acostumbraba cuando se hacen los ejercicios espirituales. Porque –decía ella- para la Comunión del ocho, día de la Inmaculada, quiero estar toda limpia. (Palabras textuales de Sor María a Sor Ana Cavallini).

Voto de Castidad Estando en quinto grado de primaria, hice el voto de castidad para toda la vida. Era director del colegio, Reverendo Padre Emilio Bottari. Él era el confesor del colegio y confesor mío. Le tenía mucha confianza, lo venerábamos como un santo. De acuerdo con él, señalábamos sitio y hora para mi entrega al Señor. Llegado el momento, en la Capilla de los Salesianos, y ante el altar de María Auxiliadora, teniendo por testigo a Jesús Sacramentado, esperaba yo el momento, fervorosa, entusiasmada. Apareció el Reverendo Padre Emilio, con roquete y estola, y recibió mi voto, decidida de darme a mi dueño, a mi Rey, para siempre. La vocación se arraigaba en mi alma cada vez con más fuerza. “Cuando me despedí del Reverendo

Padre Emilio, para entrar a la Congregación, él me dijo estas textuales palabras: Aunque llegue el día en que te hagan picadillo, nunca des un paso atrás. Podrán llegar momentos difíciles, en que te sentirás que te hacen picadillo, pero sé siempre firme y constante en tu consagración”. (Palabras textuales contadas por Sor María). Años después, mientras trabajábamos juntas, recordando a ese santo sacerdote, me dijo Sor María: “Cuántas veces recordé en mi vida esas palabras del Padre Emilio; me ayudaron y me ayudan a permanecer firme, aunque me hagan picadillo”. (Sor Ana María Cavallini). Nota de la narración de estas memorias. Todo lo que hay escrito en este cuaderno es auténtico. Trabajé largo tiempo con Sor María, y cuanto ella me contaba

con los pequeños intervalos de descanso, o al alejarse de mi lado, yo después inmediatamente, lo escribía por temor de olvidarlo o cambiar sus palabras. Como ella era tan agradecida, todos los momentos en que ella podía demostrar su gratitud, los aprovechaba, trayéndome nuevos trabajos, sobre todo, todos los domingos antes de la Santa Misa, en la Casa de la Virgen. Luego, nos íbamos juntas a la Misa (para mí era una segunda Misa) y en el trayecto algo me contaba, o me pedía el parecer sobre algún asunto. En estas ocasiones conocí cada vez más la profunda piedad y humildad de Sor María. Transcribo aquí algunos recuerdos míos del Reverendo Padre Emilio, quien fue por un tiempo mi confesor, cuando yo trabajé en el Colegio de Granada. Por

lo contado de Sor María cuando ella era colegiala, y por lo que conocí al Reverendo Padre Emilio comprendo que no sólo una vez él fue confesor del Colegio y al mismo tiempo director del colegio San Juan Bosco de Granada. Yo lo conocí siendo director. (Sor Ana María Cavallini). Lamentación. Siento inmensamente que yo dejé de escribir muchas cosas que me refería Sor María o que yo observaba, por el temor de morir antes que ella y en tal caso mi trabajo de nada servía, todo sería reducido al fuego. Otras veces y esto lo lamento mucho más, no escribía y al fin dejé de escribir, pensando en que mis escritos eran producto de mi soberbia que yo me creía otro D. Lemoyne, que recogía todo lo de Don Bosco, porque vio en él al Santo y que merecía se escribiera esa preciosa vida.


13 13

Preguntas para la Virgen María 12

t Tomado del libro “Te pregunto, María”, de Camilo Rodríguez Chaverri

¿Endulzas las frutas para mi deleite? ¿Llenas de miel la piña? ¿Inundas de agua dulce la sandía? ¿Incendias de chispas a la uva y el kiwi? ¿Tienes la receta del cielo para hacer todas las frutas, Madre?

1

¿Cómo cuidaste de Jesús en esta casa pequeña, pequeñísima, sencilla, humilde, que conocí en Loreto? ¿Cómo hiciste para que el chiquito no tuviera tropiezos? ¿Cómo corregías a Jesús? Era corregir a Dios hecho hombre. Ese Dios, entonces pequeño, niño Dios le decimos, quería jugar con los vecinos, jugaba a la carpintería en el taller de su papá, tuvo una mamá sabia y juiciosa. ¿Cómo hacías para consentir al chiquito sin criarlo mal? ¿Cómo hacías para consentirle sus gustos más pequeños?

13

¿Fuiste Tú, Madre, quien pintó el cielo y el mar como si fueran una sola cápsula azul? ¿Eres Tú quien alumbras por detrás la luna llena? ¿Fuiste Tú quien inventó las diez variedades del verde de los bosques?

14

¿Qué pasaba en la hierba cuando la pisabas, María? ¿Qué hacían las ovejas cuando les pasabas la mano por el lomo? ¿Qué pasó con el caballo en que fuiste a Belén, a tener al niño? ¿Cómo cambiaron el buey y la mula que calentaron al chiquito de Dios? ¿Cómo enfrentaron los pastores la dicha de encontrarse con Dios, Madre?

2

¿Qué pensaste, María, cuando Jesús se sentó a hablar en el templo? ¿Cómo abordaste a los sumos sacerdotes cuando encontraste a Tu chiquito entre ellos? ¿Qué le dijiste al Niño después del encuentro? ¿Cómo hiciste para que el Hijo de Dios fuera un niño normal? ¿Cuáles eran sus juguetes preferidos?

15

¿Cuáles fueron las primeras palabras de Jesús, Madre? ¿Sufrió de cólicos Tu hijo? ¿Qué le gustaba comer al chiquito? ¿Alguna vez pudo traerte flores del jardín?

3

María, ¿quién te dijo que le explicaras a Tu Hijo quién era su otro padre? ¿Cómo hiciste para darle siempre un lugar tan importante a José? ¿Cómo le manifestabas a José ese amor tan intenso que le tuviste? ¿Cuándo te diste cuenta que José era un hombre extraordinario, otro elegido de Dios? María, Dios se puso al frente de Ti, se metió de manera única en Tu camino, y Tú tuviste al lado a dos criaturas únicas, José, Tu santo marido, y Jesús, Tu Hijo, el Hijo de Dios, nuestro Hermano y nuestro Padre al mismo tiempo. ¿Cómo hiciste para seguir siendo humilde? ¿Cómo conservaste Tu sencillez, María?

4

¿Cómo mimabas a Jesús, María? ¿Cómo hacías para chinearlo? ¿Era consentido Jesús? ¿Cómo hacías para corregir al Hijo de Dios? El chiquito era Tu primogénito, el chiquito jugaba con los otros chiquitos, ¿cómo hacías para convencerlo de que

16

era uno más entre todos, como si no fuera el Hijo del Altísimo?

5

Tú y José eran forasteros cuando nació el chiquito. Nadie quiso darles posada. ¿Cómo fue que encontraron el sitio del pesebre? ¿Pasaron frío en ese trono de paja? ¿Cómo le explicaron a Jesús dónde nació? ¿Ya todo lo sabía tu hijo? ¿O lo preguntaba todo? ¿Cuándo supo Jesús que era el Hijo de Dios? Y en el medio, María, ¿cómo hacías para que todo le maravillara?

6

¿Qué decía Jesús de la naturaleza? ¿Cuál era su animal favorito, María? ¿Cuál pájaro lo cautivó con su canto? ¿Alguna vez jugó con un insecto? ¿Te llevó flores arrancadas por él mismo cuando

era un niño? ¿Tuvo juguetes el Hijo de Dios? ¿Cuáles fueron sus juegos preferidos?

7

Cuando tocas las rosas, ¿notas cómo se estremecen? ¿Sabes que se inunda de aroma el jardín? ¿Te percatas de que los pájaros cantan lo que les dictan las rosas?

8

Cuando bebiste, ¿sentiste que el agua organizaba una fiesta en Ti? ¿Notaste que el agua sabía que estaba regresando a su origen, Madre? Cuando tomaste agua, ¿sabías que el agua se enteró de que estaba llegando al mar?

9

¿Tienes mil ojos y mil brazos, Madre? ¿Tienes mil oídos para escucharnos? ¿Nos ves a todos por igual? ¿Cómo haces para oír todas las súplicas?

10

¿Me susurras con el canto del jilguero, María? ¿Me cantas cuando alguien toca una flauta? ¿Me hablaste con las palabras de mi mamá cuando yo era un niño?

11

¿Soplas el viento para que suenen las campanas? ¿Soplas el agua para que se formen las olas? ¿Soplas al arco iris para que se pringuen de colores las lapas y los tucanes, Madre?

Cuando llueve, ¿estás llorando por Tu hijo? ¿Son tus lágrimas los chorritos de agua que bajan por las vidrieras?¿Amanece el pasto bañado con tus lágrimas de dolor, María?

17

¿Sentiste alguna vez mucho frío? ¿Te caló los huesos? ¿Sentiste el dolor del hielo que punza en la piel o llevas un pequeño sol por dentro, Madre mía?

18

¿Cómo haces para ser tan blanca como la nieve y que no te dañe el sol? ¿Cómo haces para ser tan negra como el ébano? ¿Cómo haces para ser mestiza, mulata, chola? ¿Cómo haces para ser china, coreana, japonesa, india, africana, europea, indígena? ¿Cómo haces para tener tantos rostros, tantos colores? ¿Cómo haces para ser la madre de todos y de todas, y que todos y todas te sintamos tan nuestra?


14 14

Reina de todo lo creado 1

Están tus dedos en las hojas de los árboles, Madre Mía. Están tus ojos en la luna y en las estrellas. Me miras bonito. Están tus uñas brillantes en el cristal de las aguas de los ríos y los mares. Está tu sudor de mujer que trabaja en las gotas que lloran las flores en la lluvia que camina despacio por las ramas de los árboles en las plantas después del sereno en las huellas de la madrugada. Tu piel está en las rosas en la seda, en los pañuelos que prepara mi madre.

2

María, me susurras en el viento, te hacen eco las hojas de los árboles. Guardan silencio los pájaros, los animales aulladores. Te escucho, María, en el río. Canta en voz baja. Silba la música de la selva. Te escucho en el mar. Abraza mi piel con cada ola. Me hablas y me siento cobijado por tus palabras.

4

Estás, María, en los árboles secos. Los árboles que están muriendo quieren decirme algo desde el bosque. Con sus ramas extendidas buscan una respuesta en el cielo. Me quieren mostrar el camino azul la única ruta que me lleva a tus ojos, Madre.

3

María, me hablas en el silencio. Me hablas cuando nada se escucha. Te oyen mis pies y mis brazos. Te oigo desde adentro. Me hablas sin mover los labios. Es un misterio tu forma de hablarme. Me siento feliz de tu magia conmigo. Tengo tus ojos clavados en el pecho. Tus ojos me sonríen, me responden, me albergan, me abrigan. Tus ojos me reconfortan. Son un abrazo que mira. Un manantial de agua pura. Son cristalinos. Ojos donde nacen muchos ríos. Los ríos de Tus ojos me atraviesan el alma. En esta poza nace la pureza. En esta agua me zambullo. 5 Veo las copas sin flores de los árboles en invierno y pienso en tus manos, María. No tienes anillos. No tienes adornos. No usan aretes las flores. No usan cadenas de oro las plantas del jardín. No llevas joyas encima. Eres el adorno rosado del cielo. María, mis poemas caminan para atrás, mis palabras te ven mejor si retrocedo. Van iluminando el horizonte. Abren los ojos mis palabras. Embelleces el paisaje, María. Mi madre es el color de lo que miro. 6 María, Jesús escucha mejor mis palabras si Tú se las dices al oído. Lo que digo al cielo se llena de luz en tu boca. Lo que pido se transforma en amor.

Es un gusano que vuela en mariposa cuando escuchas lo que digo.

7

El arco iris besa Tus pies, María. Ahora será un río de colores.

8

Gracias, María, por estar en mí. Porque te cargo y no siento tu peso. Te llevo en mi espalda. Eres las alas que me faltan. Vuelo cuando pido con tu nombre. Lo que pienso es paisaje cuando digo Madre. Lo que temo es piedra transformada en

flor. Lo que pierdo es tiempo convertido en camino. Todo es victoria, hasta la derrota. Todo es ganancia, porque me escuchas. María es el nombre que nace en mí, germina en mis palabras, brota de mi boca, es un nombre y una semilla, es un navío de madera, un enjambre de fuego azul marino. Las letras de tu nombre, María, forman el trillo por el que ando. Con Tu nombre en el pecho, todos mis pasos llegan a Tu corazón. Puedo andar a ciegas, María me conduce.


15 15 las bocinas de los vehículos generan un manchón en la hoja de este día. Pero Dios cuelga de los cables del tendido eléctrico. Anda vestido de perico. Su alaraca es una ventana, una ráfaga de frescura.

12

Dios esculpe las montañas con sus manos. Estira los volcanes, estiliza los cerros. Los transforma en los senos de la tierra. Aplana los lugares donde los ríos cruzan, serpentean, después de bajar cantando.

13

Dios aruña las montañas y nacen los acantilados. Hace un nudo con sus manos, golpea la tierra, y forma ollas donde crecen los lagos. Luego, Dios toca la superficie con una rama, hace magia en el agua y salta del fondo en un manatí.

14 1

Dios es bueno grande noble paciente dulce bondadoso. Lo veo en las montañas azules que vuelven a amanecer, que nacen de nuevo con el sol. Lo veo en la luna que es un sello blanco de Dios en el cielo.

2

Dios amanece entre mis dedos. Dios corre en el agua cuando me lavo las manos. Dios se pone gafas para que yo vea rosadas las montañas cuando Él abre los ojos.

3

Dios enseña a pintar cuando colorea las flores. Derrama gotas de su sangre sobre las rosas. Baja el atardecer en las yerberas. Sus llagas embellecen las violetas. El cielo de sus mañanas está en las hortensias. El sol se condensa en bodoquitos que Dios hace con sus dedos sobre los árboles de corteza amarilla.

4

Dios silba con el jilguero. Su canto es una campana mágica que activa las hojas de los árboles. Las plantas bailan con el viento donde Dios se viste y se desviste.

5

Dios tartamudea con las estrellas. Trastabilla cuando pone a caminar al pato. Cojea cuando le nace una criatura enferma. Se luce cuando llueve con sol. Piensa de noche, con la tormenta. Siempre que duerme, Dios sueña con un futuro mejor.

6

Dios escribe en el cielo cuando pasa una lapa y embarra el espacio vacío con todos sus colores. Dios dibuja en el agua cuando un cherepo corre sobre la cortina de plata, el espejo con nubes.

7

Dios anda descalzo con la señora que pide una moneda en la calle, al lado de un semáforo. Dios come con los niños más pobres, en las escuelas y en los tugurios. Dios despierta a la par de la mujer que está en la cárcel y que sueña con sus hijos.

8

Dios es elegante como el pavorreal y sencillo como la gallina. Dios me despierta con el gallo del patio del frente. Dios se viste de silencio cuando yo lo necesito. Dios me arrulla cuando no concilio el sueño.

Y también le pone puntos y comas a mis ideas, y me levanta del letargo con el canto de los pericos sobre el techo de la casa.

9

Dios es perseverante y nunca cambia. Va y vuelve con las olas. Duerme y despierta como la noche y el día. Se esconde en el sol y en la luna. Se acuesta sobre las nubes. Todo lo ve y todo lo escucha. No hay sordos para Dios ni hay mudos. Él sabe leer los idiomas, los gestos y los silencios.

10

Dios tiene una boca grande. Es el único dragón. Duerme dentro de las montañas picudas. Descansa donde fragua los volcanes. Cuando silba fuego, las centellas y los rayos son las arterias y las venas del cielo. Cuando ruge Dios, hay truenos. Cuando sonríe, su boca es una sandía partida, una persiana entre las nubes, una rendija para la luz.

11

En un embotellamiento vial,

Dios nada en los mares Y en las pozas. Juega con los delfines. Vive en el tiburón y en la ballena. Es el agua Y también la más pequeña de sus criaturas. Es colorido como los animales de los arrecifes y oscuro como los seres de las profundidades. Lo caracterizan la totalidad y el contraste.

15

Dios agita las ramas de los árboles más altos. Dios se viste de secuoya. Es el gigante del bosque. Es el pájaro que anida en la veranera. Dios es un cándano. Es el árbol muerto que recibe la vida de las orquídeas. Es un arbusto y el viento que trata de derribarlo, pero no puede. Me veo pequeño, como soy, y grande, como me quiere Dios.

16

Dios anda descalzo por la playa. Se quema las plantas de los pies. Juega con los perros y con los niños. Se tira sobre la arena. Una chiquita juega con él. Dice que ahora ese señor es un muñeco de nieve. Pero es nieve vestida de arena. La niña tal vez recuerde aquel encuentro con Dios. Él nunca olvidará ese encuentro.


16 16

Te pregunto, María t Tomado del libro “Te pregunto, María”, de Camilo Rodríguez Chaverri

1

¿Qué sentiste cuando te encontraste con tu prima Isabel? ¿Qué sentiste cuando Juan bautizó a Jesús? ¿Qué pensabas de Juan, tu sobrino? ¿Eran amigos Jesús y Juan?¿Cómo supiste que Jesús debía interceder en las Bodas de Canaán? ¿Cómo reaccionó Tu hijo cuando le diste la orden para actuar? ¿Cómo supiste que Él podía hacer un milagro?

2

¿Supiste, María, que Jesús caminó sobre las aguas? ¿Lo viste darle la vista al ciego? ¿Lo viste cuando curó al leproso? ¿Lo acompañaste cuando la mujer le tocó la túnica y sanó? ¿Qué sentías cuando Jesús se imponía al orden de las cosas? ¿Qué hacías cuando Jesús contradecía las leyes de la naturaleza?

3

¿Sabes que llegan a Ti absolutamente todos nuestros ruegos? ¿Sabes que estás en el centro de nuestras peticiones? ¿Sientes el calor de nuestras angustias? ¿Sientes el frío de nuestras penas? ¿Te estremecen nuestras aflicciones, Madre Mía? ¿Cómo nos ayudas cuando sabes que ni siquiera puedes ayudarnos? ¿Cómo reviertes nuestra humillación con un abrazo? ¿Cómo haces de nuestra frustración, una experiencia de crecimiento, María?

4

¿Cómo es que entiendes todos los idiomas? ¿Cómo es que puedes respondernos en silencio? ¿De qué manera me sonríes hasta cuando te miro inmóvil, en una gruta o en un altar? ¿Cómo es que me abrazas cuando estoy aquí, hincado, a tus pies, Madre?

5

¿Cómo haces para estar en todos los altares en que te saludo? ¿Cómo haces para mirarme con tantos ojos? ¿Tienes mil ojos, aunque yo te vea sólo dos ojos en cada rostro tuyo? ¿Cómo es que Tus ojos siguen despiertos después de dos mil años?

6

¿Cómo fue tu infancia, María? ¿Cómo fue crecer entre Joaquín y Ana? ¿Sentiste desde niña que tendrías un destino

especial? ¿Lo supiste antes del anuncio de Gabriel, el arcángel? ¿Quién te lo dijo primero? ¿Ya lo sabías porque la respuesta estaba dentro de Ti? ¿Pudieron cuidar tus papas a tu bebé? ¿Joaquín y Jesús se conocieron? ¿Cómo fue la relación del chiquito con Ana, su abuela?

7

¿Cómo conociste a José, María? ¿Cómo llegó él a tu corazón? ¿Te imaginaste, Madre, que era un hombre tan bueno? ¿Cómo reaccionó cuando supo de la visita del Arcángel? ¿No sufrió de celos, de inseguridad, de miedo? ¿Cuáles fueron las palabras con que te respondió José? ¿De qué hablaban José y Jesús, Madre? ¿Cuántos años tenías cuando murió Tu compañero? ¿Crees que José hubiera soportado el dolor de ver a Jesús en la cruz?

8

¿Cómo es que me mandas medicinas

para los dolores de mi alma? ¿Cómo es que sabes exactamente cuál es el jarabe que necesito? ¿Cuál es la pastilla mágica con la que me arrancas el miedo? ¿Cómo es que te acercas y me abrazas? ¿De qué manera me devuelves la confianza? Cuando tengo gripe, ¿me frotas la espalda por las noches? ¿Cómo haces para que siempre me sienta acompañado y protegido?

9

¿Dónde duermes, María? ¿Puedes descansar en medio de tanta tribulación? ¿Tienes un tiempo para Ti entre tantísimos ruegos?

10

¿Cómo distingues los ruegos de cada quien? ¿Cómo haces para que cada persona tenga una respuesta única para sus oraciones? ¿Cómo puedes darle a cada quien la luz para su camino?

¿Eres la hacedora de nuestro destino celeste?

11

¿Cómo haces para que yo sienta tu mano siempre? ¿Cómo haces para que tus manos siempre estén calientes y tersas? ¿Son de seda tus manos? ¿Parece de porcelana tu piel a lo lejos?

12

¿Tienes de lluvia la boca? ¿Tienes de rosas el cutis? ¿Tienes de miel los ojos? ¿Tienes de maíz el cabello? ¿Tienes de cascada la cabeza? ¿Tienes de viento la fe? ¿Tienes de abrazos la voz?

13

¿De qué tamaño es el escudo con que me proteges? ¿Cómo es la bandera con que llegas a todos los campos para allanarme los caminos? ¿Cómo es tu batallón de defensa de nuestros ideales? ¿Cómo resistes conmigo


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.