ESTRATEGIA
El diseño como herramienta de estrategia empresarial PAG 10
Business magazine
DESARROLLO
La importancia de una cultura organizacional sólida PAG 24
LOGÍSTICA
Última milla: El reto de las entregas rápidas y eficientes PAG 28

ESTRATEGIA
El diseño como herramienta de estrategia empresarial PAG 10
Business magazine
La importancia de una cultura organizacional sólida PAG 24
Última milla: El reto de las entregas rápidas y eficientes PAG 28
EDICIÓN 08 BUSINESS
ABRIL 2025/ $500
Descubre la empresa highlight de la edición
Capital todos sus procesos de optimización de capital human
Diseñamos soluciones a la medida. Implementamos procesos, consultoría especializada para gestionar y mejo el talento de su emp buscando la corporativa.
Encuént
Aguascalientes, Ags. (449) 428 62 91
Estratia Human Capital Recursos Humanos
Estratia Human Capital info@estratiahc.com estratiahc.com
infoestratia@estratiahc.com
En el mundo de los negocios, cada paso cuenta. Cada decisión, cada estrategia, cada detalle operativo tiene el poder de impulsar o frenar el crecimiento de una empresa. En esta edición de Bonavio Business, exploramos los pilares que sostienen a las grandes compañías y los engranes invisibles que hacen girar la maquinaria empresarial todos los días.
Abrimos con un recorrido por historias que inspiran: empresas que, ladrillo a ladrillo, construyeron verdaderos imperios. Más allá del éxito, analizamos la visión, la constancia y las decisiones que las llevaron a consolidarse como referentes en su sector.
También abordamos uno de los retos más importantes para cualquier modelo de negocio: definir el precio adecuado para un producto o servicio. Porque en un mercado competitivo, una estrategia de precios bien pensada puede ser la diferencia entre sobrevivir o liderar.
En un entorno donde el consumidor busca inmediatez, la última milla se ha convertido en un desafío logístico
clave. Hablamos de tiempos, eficiencia y promesas cumplidas, porque hoy la velocidad también es parte de la calidad.
Y por supuesto, profundizamos en cómo la logística afecta directamente la experiencia del cliente. Desde el empaque hasta el seguimiento postventa, cada eslabón tiene impacto directo en la percepción de marca.
Esta edición es una invitación a pensar estratégicamente, a analizar con profundidad y a construir con intención. Porque en los negocios, como en la vida, la base sólida siempre empieza con una buena decisión.
¡Bienvenido a Bonavio Business!
Redacción Bonavio
ESTRATEGIA
Pág 8-20
Pág 20-27
DIRECTORIO:
CASA EDITORIAL: VIGO PUBLICIDAD, SA DE CV
CONCEPTO Y DISEÑO EDITORIAL: BONAVIO BY VIGO
REDACCIÓN:
FERNANDA FIGUEROA
DISEÑO EDITORIAL: FERNANDA FIGUEROA
LOGISTICA
Pág 28-37
DERECHOS DE AUTOR Y DERECHOS CONEXOS, Año 2025 No. 08, BONAVIO® es una publicación mensual editada y publicada por Vigo Publicidad, S.A. de C.V., con domicilio en Av. Real Acueducto 300, Int 21C cp. 45058 Jalisco Zapopan Tel: 33 120 03080 Editor Responsable: María Fernanda Figueroa Barragán. Tel 449 105 3989. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo: 04-2024-05171473400; Certificado de Licitud de Título y Contenido: en trámite ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación; Responsable de la última actualización: María Fernanda Figueroa Barragán, fecha de última modificación 28 de Abril de 2025. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta Edición de BONAVIO®, sin autorización expresa y por escrito por parte del Consejo Directivo de Vigo Publicidad, S.A. de C.V. Vigo Publicidad, S.A. de C.V., no se identifica con las opiniones expresadas por sus lectores, colaboradores o autores en cualquiera de los artículos o secciones de la revista BONAVIO®, al igual que no se responsabiliza por la información publicada en las encuestas publicadas en su contenido ya que son una muestra de la opinión pública y no representan necesariamente la opinión de la población en general, siendo responsabilidad directa de la metodología implementada en estas las casas encuestadoras que las realizan, por lo que los lectores deben evaluar los resultados de las encuestas por su cuenta.
Por: Sergio O.M
La historia empresarial está repleta de relatos fascinantes sobre cómo pequeñas iniciativas, nacidas de una visión clara y un arduo trabajo, lograron transformarse en imperios globales. Estas empresas, construidas “ladrillo a ladrillo”, a menudo enfrentaron desafíos, innovaron en sus industrias y supieron adaptarse a los cambios del mercado para alcanzar un éxito duradero y masivo.
Un ejemplo paradigmático de esta construcción gradual es LEGO. Fundada en 1932 por el carpintero danés Ole Kirk Christiansen, la compañía inicialmente fabricaba juguetes de madera.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Christiansen vislumbró el potencial del plástico y, en 1949, introdujo los “ladrillos de unión automática”. Sin embargo, no fue hasta 1958, con la invención del sistema de acoplamiento de tubos, que el ladrillo LEGO moderno nació.
A partir de ahí, la empresa se expandió constantemente, diversificando sus líneas de productos, licenciando propiedades intelectuales y creando parques
temáticos, hasta convertirse en el gigante del juguete de construcción que conocemos hoy. LEGO construyó su imperio sobre la base de un simple ladrillo, fomentando la creatividad y el juego en generaciones de niños.
Otro imperio construido sobre una idea sencilla es IKEA. En 1943, el joven sueco Ingvar Kamprad fundó un negocio de venta por correo de diversos artículos. No fue hasta 1948 que IKEA comenzó a vender muebles, caracterizados desde sus inicios por su diseño funcional, precios asequibles y el concepto de “embalaje plano” y autoensamblaje.
Esta innovadora propuesta revolucionó la industria del mueble, permitiendo a IKEA expandirse globalmente, abriendo tiendas en todo el mundo y convirtiéndose en un referente del diseño escandinavo accesible. Ladrillo a ladrillo, tienda a tienda, IKEA construyó un imperio transformando la forma en que la gente amuebla sus hogares.
En el sector de las bebidas, Coca-Cola es un ejemplo icónico de cómo una fórmula farmacéutica se convirtió en un
fenómeno cultural y un imperio empresarial. Creada en 1886 por el farmacéutico John Pemberton como un jarabe para la tos, la bebida fue adquirida por el empresario Asa Griggs Candler, quien comprendió su potencial y se dedicó a su promoción y distribución a través de un innovador sistema de franquicias de embotellado.
Con una estrategia de marketing astuta y una marca reconocible a nivel mundial, Coca-Cola construyó un imperio que ha perdurado por más de un siglo, adaptándose a los gustos cambiantes pero manteniendo su identidad distintiva.
En la industria de la comida rápida, McDonald’s ilustra cómo la estandarización y la eficiencia pueden construir un imperio global. Los hermanos Richard y Maurice McDonald revolucionaron su restaurante en San Bernardino, California, con un sistema de “servicio rápido” en 1948.
El visionario Ray Kroc, un vendedor de máquinas de batidos, quedó impresionado por su eficiencia y les propuso expandir el negocio a través de franquicias. Kroc adquirió la compañía en 1961 y, con una visión de consistencia y uniformidad, transformó un pequeño restaurante local en la cadena de comida rápida más grande del mundo, ladrillo a ladrillo, franquicia a franquicia.
Estas empresas, aunque operan en sectores muy diferentes, comparten elementos clave en su camino hacia la creación de un imperio: una idea fundacional sólida, una visión clara de crecimiento, la capacidad de innovar y adaptarse, y una ejecución estratégica consistente.
Sus historias demuestran que construir un imperio empresarial no sucede de la noche a la mañana, sino que se forja ladrillo a ladrillo, con perseverancia, visión y la capacidad de conectar con las necesidades y deseos de sus clientes.
Por: Fernando López Muñoz
En un mercado globalizado y altamente competitivo, las empresas buscan constantemente diferenciarse y conectar de manera significativa con sus audiencias.
Si bien la innovación, la tecnología y la eficiencia operativa son pilares fundamentales, el diseño emerge como una poderosa herramienta estratégica que va más allá de la estética visual. Integrar el diseño en el núcleo de la estrategia empresarial puede generar ventajas competitivas significativas, impulsar la innovación y fortalecer la conexión con los clientes.
El diseño estratégico abarca la totalidad de la experiencia del cliente, desde el primer contacto con la marca hasta la interacción con el producto o servicio. No se limita a la creación de un logotipo atractivo o un envase llamativo, sino que implica una comprensión profunda de las necesidades, deseos y puntos débiles del público objetivo.
Al adoptar una mentalidad centrada en el usuario, el diseño puede identificar opor-
tunidades, resolver problemas y crear soluciones que realmente resuenen con los clientes.
Una estrategia empresarial que incorpora el diseño de manera integral puede fortalecer la identidad de marca y la diferenciación. Un diseño coherente y distintivo en todos los puntos de contacto desde la comunicación visual hasta el diseño del producto y la experiencia del usuario ayuda a construir una marca reconocible, memorable y con una personalidad definida. Esta coherencia genera confianza y lealtad en los clientes, elementos cruciales para el éxito a largo plazo.
Además, el diseño es un motor clave para la innovación. Al fomentar la creatividad y la experimentación, el diseño puede impulsar el desarrollo de nuevos productos y servicios que satisfagan las necesidades cambiantes del mercado. El pensamiento de diseño (design thinking), con su enfoque iterativo y colaborativo, permite a las empresas prototipar ideas rápidamente, obtener retroalimentación temprana y refinar sus ofertas de manera eficiente.
El diseño también juega un papel crucial en la mejora de la experiencia del usuario (UX). Un diseño intuitivo, funcional y atractivo facilita la interacción de los clientes con los productos y servicios, generando satisfacción y fomentando la repetición. Una experiencia de usuario positiva no solo aumenta la lealtad del cliente, sino que también puede convertirse en un diferenciador clave en un mercado saturado de opciones.
En definitiva, el diseño estratégico no es un gasto superfluo, sino una inversión inteligente que puede generar un retorno significativo. Al integrar el diseño en la planificación empresarial, las empresas pueden construir marcas más fuertes, desarrollar productos y servicios más innovadores y crear experiencias de cliente superiores.
En un entorno empresarial donde la diferenciación y la conexión con el cliente son esenciales, el diseño se erige como una herramienta estratégica indispensable para alcanzar el éxito sostenible.
Por: Andres O.Z
El neuromarketing ha revolucionado la forma en que las empresas entienden y abordan la decisión de compra del consumidor. Al aplicar técnicas de neurociencia, esta disciplina busca desvelar los procesos inconscientes que influyen en nuestras elecciones, ofreciendo a las marcas una poderosa herramienta para diseñar estrategias de marketing más efectivas y persuasivas.
En el núcleo del neuromarketing se encuentra la comprensión de cómo el cerebro procesa la información y responde a los estímulos. A través de tecnologías como la electroencefalografía (EEG), la resonancia magnética funcional (fMRI) y el seguimiento ocular (eye-tracking), los investigadores pueden medir la actividad cerebral, las emociones y la atención de los consumidores ante diferentes mensajes publicitarios, diseños de productos o experiencias de compra.
Esta información revela insights valiosos sobre qué elementos capturan la atención, generan emociones positivas o negativas, y activan los centros de
recompensa del cerebro, factores clave que impulsan la decisión de compra. Por ejemplo, estudios han demostrado que los rostros de bebés o las imágenes de comida apetitosa tienden a generar una mayor atención visual y emocional. Las estrategias de neuromarketing se basan en estos hallazgos para optimizar diversos aspectos del marketing. En el diseño de productos, se pueden identificar los atributos sensoriales que resultan más atractivos para el consumidor.
En la publicidad, se pueden crear mensajes que apelen a las emociones primarias, utilicen el storytelling de manera efectiva o generen una sensación de urgencia o escasez.
El neuromarketing también influye en el diseño de los puntos de venta, buscando crear entornos que estimulen los sentidos y faciliten la compra impulsiva. La disposición de los productos, la iluminación, la música ambiental e incluso los aromas pueden ser estratégicamente manipulados para influir en el comportamiento del consumidor.
Sin embargo, es crucial abordar el neuromarketing con ética y transparencia. El objetivo no es manipular a los consumidores de forma engañosa, sino comprender mejor sus necesidades y deseos para ofrecerles productos y experiencias que realmente les aporten valor.
Una estrategia de neuromarketing ética se centra en la creación de conexiones auténticas y en la construcción de relaciones a largo plazo con los clientes. En definitiva, el neuromarketing ofrece una perspectiva fascinante sobre los mecanismos ocultos que guían nuestras decisiones de compra.
Al integrar estos conocimientos en la estrategia empresarial, las marcas pueden crear mensajes más impactantes, diseñar productos más atractivos y construir experiencias de compra más satisfactorias, influyendo de manera efectiva y ética en la elección final del consumidor.
Por: Mauricio López Muñoz
Fijar el precio correcto para un producto o servicio es una de las decisiones más críticas que enfrenta una empresa. Un precio demasiado alto puede disuadir a los clientes potenciales, mientras que un precio demasiado bajo puede erosionar la rentabilidad y devaluar la percepción de la marca. Desarrollar una estrategia de precios sólida y bien fundamentada es esencial para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo de cualquier negocio.
El primer paso para definir el valor adecuado es comprender a fondo los costos de producción. Esto incluye tanto los costos fijos (alquiler, salarios, maquinaria) como los costos variables (materias primas, mano de obra directa por unidad).
Conocer el punto de equilibrio, es decir, el nivel de ventas necesario para cubrir todos los costos, es fundamental para establecer un precio base rentable. Sin embargo, basar el precio únicamente en los costos ignora la dinámica del mercado y el valor percibido por el cliente.
El segundo componente crucial es el análisis de la competencia. Investigar las estrategias de precios de los competi-
dores directos e indirectos proporciona información valiosa sobre el rango de precios aceptable en el mercado.
Es importante analizar no solo los precios, sino también la propuesta de valor de la competencia, la calidad de sus productos o servicios, su reputación y su base de clientes. Esto permite identificar oportunidades para diferenciarse por precio (estrategia de precios bajos o premium) o por valor (ofreciendo una combinación única de calidad y precio).
El tercer factor determinante es la percepción del valor por parte del cliente. ¿Cuánto está dispuesto a pagar el cliente por el beneficio que ofrece tu producto o servicio? Esta percepción está influenciada por diversos factores, como la necesidad que satisface el producto, sus características únicas, la calidad, la marca, la experiencia de compra y el servicio postventa.
Realizar investigaciones de mercado, encuestas a clientes y análisis de la disposición a pagar puede ayudar a comprender mejor esta percepción del valor. Con esta información en mano, se pueden considerar diversas estrategias
de precios: Precios basados en costos (Cost-Plus Pricing): Se añade un margen de beneficio predeterminado al costo total del producto. Es sencillo, pero ignora la demanda y la competencia.
Precios basados en la competencia (Competitive Pricing): Se ajustan los precios en función de los de la competencia. Puede ser una estrategia de precios bajos para ganar cuota de mercado o de precios premium si se ofrece un valor superior. Precios basados en el valor (Value-Based Pricing): Se fija el precio en función del valor percibido por el cliente. Requiere una comprensión profunda del cliente y una comunicación eficaz del valor ofrecido.
Precios dinámicos (Dynamic Pricing): Los precios se ajustan en tiempo real en función de la demanda, la disponibilidad, la hora del día u otros factores. Es común en aerolíneas, hoteles y plataformas de comercio electrónico.
Precios psicológicos (Psychological Pricing): Se utilizan tácticas para influir en la percepción del precio, como precios terminados en 9, precios de prestigio o precios señuelo.
Precios de penetración (Penetration Pricing): Se introduce un producto con un precio bajo para ganar rápidamente cuota de mercado, con la intención de aumentarlo posteriormente.
Precios de descremado (Skimming Pricing): Se lanza un producto innovador con un precio alto para maximizar los beneficios de los early adopters, con la intención de bajarlo con el tiempo.
La elección de la estrategia de precios adecuada dependerá de los objetivos de la empresa (maximizar beneficios, ganar cuota de mercado, proyectar una imagen de marca específica), las características del producto o servicio, la sensibilidad al precio de la audiencia objetivo y el entorno competitivo.
Es importante recordar que la estrategia de precios no es estática y debe revisarse y ajustarse periódicamente en función de los cambios en el mercado y las respuestas de los clientes.
En última instancia, definir el valor adecuado para tu producto implica un equilibrio estratégico entre cubrir los costos, ser competitivo en el mercado y capturar el valor que los clientes están dispuestos a pagar. Una estrategia de precios bien definida no solo asegura la rentabilidad, sino que también contribuye a construir una marca sólida y a establecer una relación duradera con los clientes.
Foto: Freepik
Cortadora de micas multifunción con corte y pegado automáticos inteligentes y accesorios para celulares
Por: Julio César Escamilla Pérez
En un mundo que valora cada vez más las habilidades técnicas y el conocimiento especializado, la inteligencia emocional (IE) emerge como un factor diferenciador crucial para alcanzar el éxito tanto en la esfera personal como profesional. Lejos de ser una habilidad blanda o secundaria, la IE se refiere a la capacidad de reconocer, comprender, gestionar y utilizar nuestras propias emociones, así como la habilidad de percibir e influir en las emociones de los demás. Su impacto es profundo y abarca desde la construcción de relaciones sólidas hasta el liderazgo efectivo y la toma de decisiones acertadas.
En el ámbito personal, la inteligencia emocional actúa como un catalizador para el bienestar y la satisfacción vital. La autoconciencia, el primer pilar de la IE, nos permite comprender nuestras propias emociones, fortalezas, debilidades, valores y motivaciones.
Esta introspección facilita la toma de decisiones alineadas con nuestros objetivos y valores, promoviendo una mayor autenticidad y congruencia en nuestras vidas. Al reconocer nuestras emociones, podemos gestionarlas de manera más efectiva, evitando reacciones impulsivas y fomentando la autorregulación, la capacidad de controlar nuestras emociones e impulsos disruptivos. La motivación, otro componente esencial, impulsa nuestra perseverancia y opti-
mismo ante los desafíos. Las personas con alta IE tienden a ser más resilientes, capaces de mantener la esperanza y la determinación incluso frente a los obstáculos. Esta capacidad de automotivación es fundamental para alcanzar metas a largo plazo y superar la adversidad.
En el terreno de las relaciones interpersonales, la IE se manifiesta a través de la empatía, la habilidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. La empatía fomenta la conexión, la confianza y la colaboración, elementos esenciales para construir relaciones sólidas y significativas, ya sean familiares, de amistad o de pareja.
Al comprender las perspectivas de los demás, podemos comunicarnos de manera más efectiva, resolver conflictos de forma constructiva y construir equipos cohesionados. En el entorno profesional, la inteligencia emocional se
convierte en un predictor significativo del éxito. Los líderes con alta IE son más capaces de inspirar y motivar a sus equipos, construir culturas de trabajo positivas y gestionar el cambio de manera efectiva.
Su capacidad para comprender las emociones de sus colaboradores les permite fomentar un clima de confianza y respeto, lo que se traduce en mayor compromiso, productividad y retención de talento. La habilidad social, el último pilar de la IE, abarca la destreza para gestionar las relaciones, construir redes de apoyo e influir en los demás de manera positiva.
Además, la IE juega un papel crucial en la toma de decisiones. Al ser conscientes de nuestras propias emociones y de las emociones de los demás, podemos tomar decisiones más racionales y equilibradas, evitando sesgos emocionales que puedan nublar nuestro juicio. La capacidad de mantener la calma bajo
“ Piensa en Grande
presión, comprender las dinámicas interpersonales y anticipar las reacciones de los demás son habilidades valiosas en cualquier entorno profesional.
En conclusión, la inteligencia emocional no es un talento innato reservado para unos pocos, sino un conjunto de habilidades que pueden desarrollarse y fortalecerse con la práctica y la autoconciencia. Invertir en el desarrollo de nuestra IE tiene un impacto profundo y positivo en todos los aspectos de nuestras vidas, desde el bienestar personal y la calidad de nuestras relaciones hasta el logro de nuestros objetivos profesionales y el liderazgo efectivo.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, cultivar nuestra inteligencia emocional es una estrategia fundamental para alcanzar nuestro máximo potencial y construir un futuro más exitoso y significativo.
Por: Rogelio Villanueva Hernández
En el competitivo panorama empresarial actual, el éxito de una organización trasciende la calidad de sus productos o servicios y la solidez de su estrategia financiera. Un factor igualmente crucial, aunque a menudo subestimado, es la cultura organizacional. Una cultura sólida y bien definida actúa como el pegamento que une a los empleados, moldea su comportamiento y, en última instancia, impulsa el rendimiento y la sostenibilidad a largo plazo de la empresa.
Una cultura organizacional sólida proporciona un sentido de identidad y pertenencia a los empleados. Cuando los valores, la misión y la visión de la empresa están claramente definidos y se comunican de manera efectiva, los
empleados comprenden el propósito de su trabajo y cómo contribuyen al éxito general. Este sentido de pertenencia fomenta el compromiso, la lealtad y la motivación, reduciendo la rotación de personal y atrayendo talento que se alinea con los valores de la organización. Además, una cultura sólida guía el comportamiento y la toma de decisiones.
Al establecer normas y expectativas claras sobre cómo se deben hacer las cosas, se crea un marco de referencia que facilita la colaboración, la comunicación y la resolución de problemas. Cuando los empleados comparten un entendimiento común de los valores y principios de la empresa, la toma de decisiones se vuelve más consistente y alineada con los objetivos estratégicos.
Una cultura organizacional positiva también fomenta la innovación y la creatividad. En entornos donde se valora la experimentación, se fomenta la retroalimentación y se celebra el aprendizaje, los empleados se sienten más seguros para proponer nuevas ideas y asumir riesgos calculados.
Una cultura que abraza el cambio y la mejora continua es fundamental para adaptarse a un mercado en constante evolución y mantenerse a la vanguardia de la competencia.
La cultura organizacional tiene un impacto directo en la experiencia del cliente. Los empleados que se sienten valorados, motivados y alineados con la misión de la empresa son más propensos a brindar un servicio excepcional. Una cultura centrada en el cliente, donde se prioriza la satisfacción y se fomenta la empatía, se traduce en clientes más leales y promotores de la marca.
Por otro lado, una cultura débil o tóxica puede tener consecuencias devastadoras. La falta de claridad en los valores, la comunicación deficiente, el trato injus-
to o la falta de reconocimiento pueden generar desmotivación, conflictos internos, baja productividad y una reputación negativa tanto interna como externamente.
Corregir una cultura organizacional dañina puede ser un proceso largo y costoso, lo que subraya la importancia de construir una base sólida desde el principio.
En conclusión, una cultura organizacional sólida no es un mero intangible; es un activo estratégico que impulsa el compromiso de los empleados, guía el comportamiento, fomenta la innovación y mejora la experiencia del cliente. Invertir tiempo y recursos en definir, comunicar y cultivar una cultura positiva y alineada con los objetivos de la empresa es fundamental para construir una organización resiliente, exitosa y con un impacto duradero.
“Es el cimiento sobre el cual se construye un futuro próspero”
Por: Gerardo Zermeño Ochoa
La retroalimentación es una herramienta esencial para el desarrollo personal y profesional. Su efectividad radica en su capacidad para impulsar la mejora continua y fortalecer las relaciones, pero una entrega inadecuada puede generar efectos contraproducentes como resentimiento y desmotivación.
La clave para una retroalimentación exitosa reside en su naturaleza constructiva, enfocada en el crecimiento y la consolidación de vínculos. Un principio fundamental es distinguir entre el comportamiento y la persona. En lugar de emitir juicios sobre la personalidad, la retroalimentación debe describir acciones específicas observadas.
Por ejemplo, cambiar “Eres descuidado” por “Noté errores en el informe entregado” centra la atención en la acción, facilitando la comprensión del área de mejora sin poner a la defensiva al receptor.
La especificidad es crucial. La retroalimentación vaga dificulta la implementación de cambios. Proporcionar ejemplos concretos permite al individuo
identificar con precisión qué necesita modificar.
En lugar de “Tu presentación fue confusa”, una retroalimentación específica sería: “En la presentación, al explicar el presupuesto, los datos no estaban claramente etiquetados, lo que dificultó la comprensión de las cifras. Quizás podrías usar gráficos o tablas más explícitos”.
Es vital equilibrar la retroalimentación constructiva con el reconocimiento de los logros. Destacar los puntos fuertes establece un tono positivo y aumenta la receptividad a las áreas de mejora. La técnica del “sándwich” (positivo-constructivo-positivo) puede ser útil, asegurando que el mensaje crítico no se pierda y que el receptor se sienta valorado.
La oportunidad de la retroalimentación es otro factor clave. Entregarla lo más cerca posible al evento aumenta su relevancia e impacto. La demora puede diluir su efectividad y hacer que los detalles se olviden. La consideración al elegir el momento y el lugar es esencial. La retroalimentación personal o delicada
debe realizarse en privado, permitiendo una conversación tranquila y sin interrupciones. El tono de voz y el lenguaje corporal deben transmitir respeto y un deseo genuino de ayudar al crecimiento del otro.
Finalmente, la retroalimentación debe orientarse hacia el futuro, ofreciendo sugerencias para la mejora y preguntando por las ideas del receptor. Esto la convierte en un diálogo colaborativo que empodera al individuo para tomar acción y desarrollarse. La retroalimentación efectiva no solo identifica problemas, sino que también busca soluciones conjuntas.
En resumen, una retroalimentación que construye requiere empatía para comprender la perspectiva del otro, claridad para comunicar los puntos de manera efectiva y un enfoque constante en el desarrollo.
Al seguir estos principios, la retroalimentación se convierte en una herramienta valiosa para el crecimiento individual, el fortalecimiento de los equipos y el logro de objetivos comunes.
Carretera a Valladolid San Francisco de los Romo, Centro Aguascalientes
www.tacomaindustrias.com.mx
Empresa mexicana, especializada en la inyección, la transformación, el ensamble y el soplado de partes plásticas para las diferentes industrias.
Estamos certificados en ISO 9001 : 2015, al igual que en la metodología APQP para satisfacer los requerimientos de nuestros grupos de interés en los sectores aeroespacial, automotriz, dispositivos médicos e industrial.
eaguileratacoma@gmail.com
Por: Luis Manuel VC
En el vertiginoso mundo del comercio electrónico, donde las expectativas de los consumidores por entregas rápidas y eficientes son cada vez más altas, la “última milla” se ha convertido en el eslabón más crítico y, a menudo, el más desafiante de la cadena de suministro.
Esta etapa final, que abarca el trayecto del centro de distribución o el almacén local hasta la puerta del cliente, representa un porcentaje significativo de los costos logísticos totales y tiene un impacto directo en la satisfacción del consumidor. Superar los obstáculos de la última milla es, por lo tanto, fundamental para el éxito de cualquier negocio en la era digital.
Uno de los principales retos de la última milla es la complejidad de la red de distribución. A diferencia de las etapas anteriores del transporte, donde los envíos suelen ser grandes y dirigidos a unos pocos puntos, la última milla implica la entrega de numerosos paquetes individuales a una gran cantidad de destinos dispersos geográficamente, a menudo en entornos urbanos congestionados.
Esta dispersión aumenta los costos de transporte, el tiempo de entrega y la
complejidad de la planificación de rutas. Otro desafío significativo es la gestión de la eficiencia. Optimizar las rutas para minimizar la distancia recorrida, el tiempo de entrega y el consumo de combustible es una tarea compleja que requiere el uso de software avanzado de planificación y optimización.
Además, la necesidad de adaptarse a ventanas de entrega específicas solicitadas por los clientes y a posibles cambios de última hora añade una capa adicional de complejidad a la gestión de la flota y los recursos.
La creciente demanda de entregas rápidas y flexibles por parte de los consumidores también plantea un reto importante. Los clientes esperan cada vez más opciones de entrega el mismo día o al día siguiente, lo que exige a las empresas de logística y comercio electrónico invertir en infraestructuras y procesos más ágiles y eficientes.
La implementación de micro-hubs urbanos, pequeños centros de distribución ubicados estratégicamente dentro de las ciudades, se ha convertido en una estrategia clave para acortar los tiempos de entrega y reducir los costos asociados al transporte de larga distan-
cia dentro de las áreas metropolitanas. La sostenibilidad es otro factor cada vez más relevante en la última milla.
El aumento del tráfico de vehículos de reparto en las ciudades contribuye a la congestión, la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ello, las empresas están explorando alternativas más ecológicas, como el uso de vehículos eléctricos, bicicletas de carga y drones para las entregas en áreas urbanas. Estas soluciones no solo reducen el impacto ambiental, sino que también pueden mejorar la eficiencia en zonas con mucho tráfico.
La integración de tecnología es fundamental para abordar los desafíos de la última milla. Las plataformas de gestión
de envíos que ofrecen seguimiento en tiempo real, notificaciones al cliente y opciones de reprogramación de entrega mejoran la transparencia y la experiencia del usuario.
La inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (Machine Learning) se están utilizando para optimizar las rutas, predecir la demanda y mejorar la eficiencia operativa. Los casilleros inteligentes y los puntos de recogida ofrecen alternativas convenientes para los clientes y reducen la necesidad de múltiples intentos de entrega.
Finalmente, la colaboración entre diferentes actores de la cadena de suministro, como minoristas, empresas de logística y proveedores de tecnología, es esencial para encontrar soluciones
innovadoras y eficientes para los desafíos de la última milla. La adopción de estándares comunes y la creación de plataformas compartidas pueden facilitar la coordinación y optimizar los procesos de entrega.
En conclusión, la última milla sigue siendo un campo de intensa innovación y experimentación. La creciente presión por entregas rápidas, eficientes y sostenibles exige a las empresas repensar sus estrategias y adoptar nuevas tecnologías y modelos de negocio.
Aquellas que logren superar los retos de la última milla estarán mejor posicionadas para prosperar en el competitivo mercado del comercio electrónico, ofreciendo a sus clientes una experiencia de compra completa y satisfactoria.
Por: Juan Pablo Rodríguez Galicia
Establecer objetivos es una práctica fundamental en cualquier entorno de equipo, pero la mera definición de metas no garantiza el compromiso y la motivación. Para que los objetivos realmente impulsen a tu equipo hacia adelante, deben ser más que simples números o listas de tareas; deben resonar con sus aspiraciones, desafiar sus capacidades y estar intrínsecamente ligados al propósito colectivo.
El primer paso para fijar objetivos impactantes es asegurar su claridad y comprensión por parte de todos. Los objetivos ambiguos o mal definidos generan confusión, frustración y una falta de dirección palpable. Utilizar la metodología SMART (Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y con Plazo definido) proporciona un marco sólido para garantizar que cada objetivo sea comprensible y accionable.
Un objetivo específico responde a las preguntas de qué, quién, dónde, cuándo y por qué. La medición permite rastrear el progreso y celebrar los logros. La alcanzabilidad asegura que el objetivo sea realista dentro de los recursos y capacidades del equipo.
La relevancia vincula el objetivo con la
visión general y los valores del equipo, y un plazo definido crea un sentido de urgencia y responsabilidad. Sin embargo, la metodología SMART es solo el punto de partida. Para que los objetivos realmente “muevan” a tu equipo, deben ir más allá de lo puramente transaccional. Deben inspirar y conectar con las motivaciones intrínsecas de cada miembro.
Esto implica involucrar al equipo en el proceso de definición de objetivos. Cuando los miembros del equipo tienen voz y voto en la creación de las metas, sienten un mayor sentido de propiedad y compromiso hacia su consecución. Fomentar la discusión abierta, solicitar ideas y considerar las perspectivas individuales puede transformar un conjunto de objetivos impuestos en una visión compartida.
Además, los objetivos deben ser desafiantes pero alcanzables. Un objetivo demasiado fácil no estimulará el crecimiento ni la innovación, mientras que uno inalcanzable puede generar desánimo y frustración.
Encontrar el equilibrio adecuado, el “punto dulce” del desafío, es crucial para mantener al equipo comprometido y motivado. Esto a menudo implica esta-
blecer objetivos ambiciosos pero dividirlos en hitos más pequeños y manejables, permitiendo al equipo experimentar logros regulares y mantener el impulso. La relevancia de los objetivos para el propósito general del equipo y de la organización es otro factor determinante de su poder motivador.
Cuando los miembros del equipo comprenden cómo su trabajo y sus objetivos individuales contribuyen a una meta más grande y significativa, su compromiso se profundiza. Comunicar claramente la conexión entre los objetivos del equipo y la visión general de la empresa, así como destacar el impacto positivo de su trabajo, puede infundir un mayor sentido de propósito y significado.
Finalmente, es fundamental crear un entorno que apoye la consecución de los objetivos. Esto incluye proporcionar los recursos necesarios, ofrecer retroalimentación regular y reconocer los logros del equipo. Celebrar los éxitos, tanto grandes como pequeños, refuerza el comportamiento positivo y mantiene la moral alta.
Un liderazgo que se involucra activamente, ofrece apoyo y reconoce las contribuciones individuales y colectivas es esencial para mantener al equipo motivado y enfocado en alcanzar los objetivos que realmente los mueven hacia adelante. En definitiva, fijar objetivos que inspiran y movilizan a un equipo requiere claridad, participación, desafío estratégico, relevancia y un entorno de apoyo constante.
Por: Roberto Uribe Q.
En el competitivo entorno empresarial actual, la experiencia del cliente se ha convertido en un diferenciador clave y un motor fundamental para la lealtad y el crecimiento. Si bien el producto o servicio ofrecido son esenciales, la logística, a menudo operando en segundo plano, juega un papel sorprendentemente significativo en la configuración de esta experiencia.
Una gestión logística deficiente puede erosionar la confianza del cliente, generar frustración y, en última instancia,
impactar negativamente la reputación y la rentabilidad de la empresa. Uno de los puntos de contacto más visibles donde la logística influye directamente en la experiencia del cliente es la entrega. Los clientes de hoy esperan no solo recibir sus pedidos a tiempo, sino también tener opciones de envío flexibles, seguimiento en tiempo real y una entrega sin problemas.
Retrasos inesperados, falta de información sobre el estado del envío, daños en el paquete o procesos de entrega complicados pueden generar una profunda insatisfacción y llevar a la pérdida de clientes. Una logística eficiente, por otro lado, garantiza entregas puntuales, transparentes y cuidadosas, fortaleciendo la confianza y la satisfacción del cliente.
La logística también impacta la disponibilidad del producto. Una gestión de inventario deficiente puede resultar en agotamientos de stock, lo que frustra a los clientes que desean adquirir un artículo específico. La incapacidad de satisfacer la demanda de manera oportuna puede llevar a los clientes a buscar alternativas en la competencia.
Una logística bien gestionada asegura que los productos estén disponibles cuando y donde los clientes los necesiten, optimizando los niveles de inventario y minimizando las roturas de stock. Otro aspecto crucial es la gestión de devoluciones. Un proceso de devolución engorroso y complicado puede convertir una mala experiencia inicial en una aún peor. Los clientes valoran la facilidad y la rapidez en las devoluciones, así como la claridad en las políticas.
Una logística inversa eficiente, que permita devoluciones sencillas y rápidas, puede convertir una experiencia negativa en una oportunidad para dem-
ostrar un excelente servicio al cliente y fidelizarlo a largo plazo.
La transparencia y la comunicación a lo largo del proceso logístico son fundamentales para una buena experiencia del cliente. Mantener a los clientes informados sobre el estado de su pedido, desde la confirmación hasta la entrega, genera confianza y reduce la ansiedad.
Proporcionar información de seguimiento precisa y canales de comunicación accesibles para resolver dudas o problemas es esencial para construir una relación sólida con el cliente.
Además, la logística puede influir en la personalización de la experiencia del cliente. La capacidad de ofrecer opciones de entrega personalizadas, como horarios específicos o puntos de recogida alternativos, demuestra una comprensión de las necesidades individuales de los clientes y aumenta su satisfacción. Una logística flexible y adaptable puede convertirse en un diferenciador competitivo.
En conclusión, la logística no es simplemente un proceso operativo interno; es un componente integral de la experiencia del cliente. Desde la disponibilidad del producto hasta la entrega final y la gestión de devoluciones, cada etapa logística tiene el potencial de deleitar o decepcionar a los clientes.
Las empresas que reconocen la importancia estratégica de una logística eficiente y centrada en el cliente están mejor posicionadas para construir relaciones sólidas, fomentar la lealtad y prosperar en un mercado donde la experiencia del cliente es el nuevo campo de batalla. Invertir en una logística robusta es, en última instancia, invertir en la satisfacción y el éxito a largo plazo del cliente.