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PERIODICO Redacción y Adnúoistración:
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·Francia 84 · r'
CUENTO VIVIDO
INDEPENDIENTE
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Afto X <5'9/rracó
19 de Oc!uhre de 1933
Pueblo . H ptas. Pueblos de la isla y provincias 1'75 3'50 ' .
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de tan tremenda tempestad, la: muerte impía radaba. Hasta · creí, sentir olores de cadáver. Los oios de mi amigo me miraron ; 1 y fué una mirada triste, como si fuese ' -Bartolomé!! Este grito salió ansioso un vistazo de con:masión; mientras que de mi pecho oprimido. de su voz entrecortada por los sollozos, El éco del p~ñescal de . «sa reconada)> me decia:- Estos cuervos llevan mala lu repitió tres veces; y ninguna voz resnoticia. Son anunciadores de desgracia; pondió a mi suplica. y sus voleteos son signos de maldicion, Era una tarde de otoño Una tar d e d e de brugeria. · . tempestad furiosa. El cielo estaba cuY o me cai sentado por el suelo, ca. bierto de nubarrones negros y muy baj os si sin conocimiento, y las lágrimas me pues parecia ,que querían estrellarse convinieron a los oios. tra el suelo y romperse en mil pedazos. Habíamos venido aquí para buscar Yo y mi' amigo Bartolomé nos encontraseta,s y era un terror inesplicable lo únibamos en Caladegos, cerca del «Coll des co que habíamos hallado. Y yo pensaba vent,» no muy lejos de la propiedad de -Qué tendrá Bartolomé, qúe le ves tan su padre. El masal estaba furioso. Las · fatalista? Y porqué llorá? Y o lo con ocia olas cubrían toda la playa y fsubian por a el ta nto o mejor que a mi mismo; y el torrente arriba con un ruido infe'rnal era el hombre después de mi padre que sin embargo, jamás lo había visto llorar. , ante el CUil} yo que aún solo contaba más he querido sobre esta miserable Su cabeza que tenía escondida dentro diez años temblaba. Yo no había visto tierra, y mi mayor satisfacion fué siem- sus manos, sobre ·s us rodillas se levanto; jamás tempestad parecida, ni recuerdo pre de sentirme estimado por él con la hizo un esfuerzo' para hablaP, salio:un sus tampoco haberla· visto desde entonces. misma dulzura con que yo lo idolatraba. ,piro de su pecho, y enten.di que n'ledecia: Con mis ojos infantiles miré las láAquellas olas que parecían montañas y Bie!et .. tu bien sabes que mañana márch o que venían a estrellarse contra las grimas cristal-inas que se desprendían a Francia. ¡Pues ya vez, 'eso es terrible! costas y subir por el torrente como si por sus mejillas queridas y me estreníe:- Tengo Ja i~pres.ió!l que es 1~ última vez quisieran comerse a nuestra preciosa is- ti al notar que su cara estaba mas blan-' que te veo ... que esta tierra gue es mi_ti ela, me inspiraban un terror inexplicable. ca que la cal. rra no 1~ volveré a ver jam4s. Mi amigo habiéndose alejado de mí -Que tienes? le prugunté ansioso. Mis l.igrimas se mezclaron con ~s y no viendole; me sentí solo dentro la A este momento, las sombras clási~as suyas y nos abrazamós estrechamente, i ". ..,, soledad de los elementos desfrenados; y del anochecer, empezaban a emr d e , n~- con .Ia .m~)tor ternura. Quise consolarlo, 1 entonces el miedo q,ue me paralizaba, gro el a~bíehte; Y u(n esbarto ~s.panto~o , pero no lp conseg~i. Y suspirando, toélaaumentó más aún. , , de cuervos, vloéteaoa alrededor de no-: via me _dijo; J l .u .4 . , '· 1 .:.. ... : . 1 , De nuevo volvió a gritar con toda· la sotros; Y estas bestialas que desde enSi algun dia he de -morir leios de mi fuerza de mis pulmones. tonces jamás lie . podido ver sin desden, madre, iurame que al . Qlenos · aL !.recibfíl -Bartolomé!!L .. El éco repitió su gritaban desesperad~ment'e; y shs griíos aquí 1~ noticía fatal tu irás a consolarla: nombre tres veces sin resultado. Entón- eran penetrantés, estddeht~s, e~~~ el Se lo prometí. Mire la tristeza sín ces pensé con el diluvio universal vi con atárido que au'nCia el expiar. ne ~¡rJ.~· p~n que se leía sobre su rostrds; ~é'n é · ojos estravagantes las montañas que me pbs6 a ' templ~~; pue~ ' tu~e Í~ inipr~- , a ' nuestra graodisHn a aiüiitai.f~ 'ai va álc!' temblaban, vi los pinos qtre dobfi hiln 1 's ion qué álrededo; de ~o~~tros, e,n medio _ que creada alrededor áe mi me ~iz9 p~n•,
Los Cuervos
bajo el impetuo del viento huracanado; crei que la Naturaleza iba a desvanecer. se, que el mundo _estrellaría ·hecho pedaz:>s, y que todo' lo que fué vida y ,be·neza se volvería a la nada. Grité como un loco, hice ! un esfuerzo para no desmayar, y eché a correr en busca de mi amigo. Corrí sin saber a donde iba. y lo . en. . contre no muy lejos, sentado sobre una . piedra , detrás de u nos palmitos, lloran. . . ·d do. M1 enqutetu aument 6 a 1 ver sus 1a. . . h . gnmas p.ues e1 era para mt mue o mas que un a migo. Era el hombre a quien yo 1 d' · y d e quten · en todo y por pe 1a consejo · •....,. ¡0 ; p u es s·u to d o procura b a t ornar eJetup b · b t d r · t d 'y coraz 6 n a nga a o a~ as vtr u es, su vida era un ejemplo de rectitud. Tenia al mom ento 21 aao~ cumplidos,
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