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SECRETOS DE COCINA
Belén Arbelo
Poner dos tazas de harina, preferentemente marca “mujercita”. Agregar una taza de dulzura de mamá. Doscientos gramos de manteca de la abuela. Que se derrita como el silencio Mezclar con energía femenina.
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Romper dos huevos o algunos más Agregar unas gotitas de esencia de volcán. Batir, latir, palpitar. Meter las manos contenidas. Amasar allí la rabia, digo la masa hasta ablandar la norma que dice que si sos mujer tenés que cocinar.
Una vez todo unido, volcar sin rodeos la preparación. No quedarse en el molde Desatar el fuego de tres generaciones para atrás
Si de repente se escucha por la radio que algo afuera anda mal, deje la cocina y las demás tareas del hogar y salga a luchar que ya es tiempo, después de tanto cocinar pensamientos de justicia e igualdad.