Buenos Aires Cultural en el Café Tortoni Primavera 2021

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Ante un cambio de época M

Agosto de 1995. Primera portada de Buenos Aires Cultural en el Café Tortoni

Noviembre de 1999. La revista en formato pocket

ás de un cuarto de siglo pasó desde aquella agenda pequeñita nacida por la idea de Rubén Landolfi. Su objetivo era difundir la incipiente programación de tango de la Sala Alfonsina que organizó y produjo. De a poco, con pasos escalonados pero persistentes, fue creciendo... Pasó por el cómodo formato pocket hasta que el devenir de la actividad cultural del Tortoni y las nutridas notas de los colaboradores determinaron la necesidad de aumentar su tamaño. También fuimos modificando el soporte tecnológico. Desde el legendario diskette pasando por el zip, el CD, el PDF y finalmente, en tiempos de pandemia, la publicación on line. Los distintos vaivenes económicos hicieron que abandonáramos la publicación mensual para transformarla en trimestral. Siempre gratuita y con la misma calidad. Aquellos lectores que coleccionaron los distintos ejemplares tienen el testimonio de las actividades que el Café fue desarrollando a través de los años y las décadas. Actos culturales, conferencias, charla s, exposiciones, espectáculos musicales, presentaciones de libros,visitas internacionales, Feria de l Libro, en fin, la impronta cultural que hizo del Tortoni un lugar especial de encuentros y expresiones diversas. No podemos olvidar a Roberto Fanego, timonel que supo conducirlo en momentos difíciles y que le devolvió el brillo y la trascendencia que había teni-

Diciembre de 2019/Enero /Febrero 2020: última publicación impresa de Buenos Aires Cultural en el Café Tortoni

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Por Susana Rodríguez Parera

do en los tiempos de la lejana y excepcional “Agrupación de Artes y Letras La Peña”. Creemos que son pocos los Cafés centenarios en el mundo que dispongan de una publicación sostenida durante tan largo período de tiempo. La pandemia nos obligó a cambiar la forma de llegar a nuestros lectores y, sin cejar ante los obstáculos, nos reconvertimos en la publicación on line que hoy leen en sus pantallas. Desconocemos las causas por las que Buenos Ai res Cultural no se incorporó a la página web del Tortoni, pudiendo llegar al público internacional que la visita, pero es una razón que nos excede. Agradecemos, con un recuerdo emocionado, a quienes nos acompañaron en este largo devenir y que ya no están entre nosotros (en este número rendimos nuestro homenaje a Lydia Orsi y a Jorge Rattoni, recientemente desaparecidos), como así también a Blas Vidal, Sergio Romero, Mario Sejas y Belén Herrera que nos acompañaron hasta el presente. Es hora de nuevos desafíos. Roberto Fanego tampoco está entre nosotros. El Café Tortoni, con jóvenes gerenciamientos, ha sobrellevado con sacrificio este difícil tiempo que nos tocó vivir. No sabemos qué nos deparará el futuro, pero el amor por este lugar que guarda la esencia de épocas brillantes para la cultura argentina, no podrá opacarse ante los avatares de los tiempos modernos.

Publicación digital de Invierno 2021


A 20 años de la mayólica del Café en la estación Piedras de la lïnea A

Permanencia en el Subte Por Rubén Landolfi

Año 2001:Roberto Fanego, Gerente de Café y el Ing. Nazar Anchorena, Presidente de Subterráneos de Buenos Aires, en el momento de descubrir el mural.

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26 de octubre de 2001se descubrió en el andén norte de la estación Piedras de la línea A de subterráneos, la mayólica, obra de la académica de Bellas Artes, Ana María Moncalvo, de su serie “Los Cafés de Buenos Aires”. La obra representa al poeta Baldomero Fernández Moreno sentado en una de las mesas del Café Tortoni y fue plasmada por el artista plástico Eduardo Bernard Levy, contando con la aprobación de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, teniendo en cuenta que la Avenida de Mayo fue declarada Lugar Histórico Nacional por Decreto Nº 437/97 y con la adhesión de Subterráneos de Buenos Aires, la Academia Nacional del Tango y la Junta de Estudios Históricos de Montserrat.

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Lydia Orsi

Por Susana Rodríguez Parera

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Lydia Orsi

ecirle adiós a un ser con el que hemos compartido años de trabajo, charlas íntimas y sinceras, preocupaciones, entusiasmos, proyectos, pensamientos, es una tarea imposible. Por eso estas líneas no serán de despedida. Quiero recordarla luminosa, alegre, chispeante, vital a pesar de los contratiempos que su salud le fue presentando. Amaba su barrio de Versailles, en el que había nacido, sin saber que casi como un presagio, amaría también Francia y, sobre todo París, donde se recibió en la Universidad Nº 8 de Vincennes, de Licenciada en Literatura Hispanoamericana con una tesis sobre Roberto Arlt. Recuerdo su tristeza al ver la catedral de Notre Dame incenciándose. Durante varios años, en ese templo se sentaba con recogimiento a buscar serenidad y paz después de tocar en el Metro con su acordeón. Porque precisamente otro de sus amores fue la música. Conocía como pocos los orígenes del tango entremezclado con la habanera, sus inicios prostibularios. Era delicioso escucharla hablar de los suburbios porteños y de los lugares “pitucos” donde nuestra música fue creciendo hasta llegar a París. De ahí que el nombre de su espectáculo en la Sala Alfonsina del Café Tortoni fue París Tango, un show en el que estaba acompañada por Carlos Carballeda y Favio Capdevila. Juntos formaron el Trío Tango Testimonial, cuyas interpretaciones, durante décadas, fueron admiradas por turistas y locales. La docencia fue otra de las actividades que desarrolló con pasión, siendo una vanguardista en la enseñanza, incorporando en sus clases temas de educación sexual cuando nadie se atrevía. Con su entusiasmo característico, me comentaba las ideas que se le iban ocurriendo para escribir sus notas en esta revista. Muchas tuvieron relación con el tango y sus letras, sus autores e intérpretes y otras tantas con la literatura, su otra pasión. En su anatomía pequeña y jovial cabían muchas mujeres. Es enorme el silencio que nos deja su partida, pero estará junto a nosotros cuando el sonido del acordeón nos traiga los acordes de una canción francesa, de un tango, o alguien evoque un texto de Cortázar. Gracias, Lydia, por la amistad compartida. En donde estés, se escucharán tu risa y los acordes celestes de tu acordeón.

Afiche del espectáculo París Tango del Trío Tango Testimonial en la Sala Alfonsina: Carlos Carballeda, Lydia Orsi y Fabio Capdevila

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La tragedia del 10 de octubre Por Carlos Manso

Última foto de los bailarines frente al Teatro Colón, antes de la tragedia

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ra un domingo de octubre. Nos preparábamos para conmemorar el “Día de la Raza” en ese año de 1971. Pero, como la caída de un rayo con fulgor estrépito, nuestra vida cambió. “Los chicos Pepsi-coleros”, así llamados por sus colegas, ese grupo de danza integrado por 9 bailarines del Teatro Colón, se preparaban para la función gratuita que el Mozarteum Argentino y la Empresa PepsiCola dedicaban a la adolescencia. Era por la mañana y en el Teatro Coliseo. Los artistas se tomaron una foto antes, en traje de calle, en la puerta del Teatro Colón. Hicieron la función con el éxito de siempre con El Niño Brujo, ballet que encarnaba José Neglia. Esa obra lo había consagrado con ‘Le Etoile d’or al Mejor Bailarín”, en el Sexto Festival de la Danza en París de 1968. Volvieron a encontrarse por la tarde en el Aeropuerto Jorge Newbery para emprender un viaje a Trelew y bailar a beneficio de un asilo geriátrico. Orlando Golotylec, el piloto, les dio la bienvenida a bordo del taxi-avión bimotor Beecheraft Queen Air, matrícula JVJOC, y a las 7 de la tarde despegaron de la

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pista. Sin embargo, por una falla mecánica, el piloto quiso volver avisando a la torre de control. A metros de la Costanera, casi sobre el “Muelle de los pescadores”, un motor se plantó y el avión se desplomó sobre las aguas turbias del Río de la Plata. La tragedia ya había sucedido y no la podíamos acreditar. En plena juventud, valores de la danza, artistas de alma, siempre en busca de la perfección, del cielo, habían caído. No había sobrevivientes. Atónitos, llorosos, demacrados, sus colegas llegaban al puerto. En el Colón se cantaba La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach. El Maestro Carlos Suffern declaraba a la prensa: “Eran piedras preciosas que se van puliendo a través de la invisible mano de los maestros, y llegan a tener las características de una gema, de una verdadera obra de arte”. La Directora del Ballet, María Ruanova, se expresaba abatida: “Es una gran pérdida para el país, para el arte, para nosotros los que sufrimos su ausencia…” Después del rescate de los cuerpos, el Teatro Colón quiso velarlos en el Salón Dorado. Sombrío espectáculo con los nueve ataúdes cerrados y miles de flores asfixian-


Rescate de la nave siniestrada en el Río dela Plata

Estatua en homenaje a los bailarines en la Plaza Lavalle, Buenos Aires. Inaugurada en 1972, es obra del escultor Carlos de la Cárcova. La fuente es obra del arquitecto Ezequiel Cerrato. do el ambiente. Por la mañana del martes, la Orquesta Sinfónica los despidió con el Adagio assai –marcha fúnebre- de la “Heroica” de Beethoven, mientras familiares, colegas, amigos, descendían los féretros, camino al cementerio. La multitud –la misma que rodeó el Teatro por día y noche para verlos- impedía ahora, sobre la calle Libertad, que el cortejo continuara, y más flores caían sobre los ataúdes. El país que los conocía a través de sus

giras y de sus presentaciones semanales por Canal 11, en el viejo televisor blanco y negro, se estremecía y se unía a la congoja colectiva. Como hace 50 años, como ayer, como hoy, como siempre, nosotros seguimos desconsolados por el dolor de sus ausencias: JOSÉ NEGLIA, NORMA FONTENLA, CARLOS SCHIAFFINO, MARGARITA FERNÁNDEZ, CARLOS SANTAMARINA, MARTA RASPANTI, RUBÉN ESTANGA, SARA BOCHCOVSKY, ANTONIO ZAMBRANA.

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Década del 20

Buenos Aires, el Tango y Alfonsina

Por Lydia Orsi

Esta nota, publicada en nuestra revista en octubre de 1999, es una forma de homenaje a nuestra querida colaboradora. En ella, se ponen de manifiesto algunos de los amores que la animaron: Buenos Aires, el tango, la poesía, el mar... y que se reflejan en el título. (N. de la D.) Buenos Aires, década del ´20, posguerra, gobierno popular (Unión Cívica Radical). Hipólito Yrigoyen en la presidencia, luego Marcelo T. de Alvear, vuelve Yrigoyen y en el ´30, el golpe de Estado. El Tango triunfante, luego de su éxito parisino, había llegado al centro en el bandoneón de Vicente Greco y en los pasos de los bailarines que concursaban en el Salón Rodríguez Peña. En 1920, un acontecimiento tanguero: se forma el cuarteto de maestros con Enrique Delfino, Osvaldo Fresedo, Julio De Caro y Manlio Francia. En este mismo año, Fresedo forma parte de la Orquesta Típica Select, con la que viaja a Estados Unidos para grabar con técnicas que aún no habían llegado a Argentina (cincuenta registros en veinticinco placas). En el año ´23, Don Osvaldo, paralelamente a su música, da a su condición de aviador una dimensión activa, triunfando en una competencia en la que piloteó una Curtiss JM-4 de 90 cf. En la misma época, Julio De Caro forma su propia orquesta, debutando en el distinguido salón L´Aiglon. Dirigió con su violín-corneta (por la acústica), secundado por grandes músicos que revolucionaron al Tango de las primeras décadas: Francisco De Caro en piano y los dos Pedro: Maffia y Láurenz en bandoneón. Francisco compone sus admirados e insuperables “Flores Negras” y “Loca Bohemia”. En ese mismo ´23 abrirá sus puertas el céntrico TABARIS, calle Corrientes, que durante años recibirá excelentes orquestas típicas y abultadas billeteras de clientes...compitiendo en calidad con el ya famoso PALAIS DE GLACE palermitano. En 1924, la radiofonía y el debut de un dúo inigualable en Splendid: Gardel-Razzano, que el 24 de agosto, en la estancia Huetel, cantarán para el Príncipe de Gales, de visita en estas tierras. El Príncipe escuchará a Julio De Caro en el Vogue´s Club, quedando tan prendado del tango “Buen Amigo” y del estilo del autor que sellarán una gran amistad. El 7 de julio de 1925 se derrumbó el Café Restaurante “El Tropezón”, famoso por el “puchero de gallina con viejo vino Carlón” (Mitre y Cangallo) que consumía la gente noctámbula. Más tarde se trasladó a Callao 248, siempre cerca de sus habitués: los congresales.

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Y un 25 de mayo de 1926 se inaugurará en el Gran Café Tortoni, su famosa Peña, centro de reunión de los intelectuales de la época, evento que continuó dieciséis años, hasta 1943. Fragmento de vida cultural, que hizo posible su dueño, Monsieur Curutchet, un francés que ofreció su “cave”, su bodega, reemplazando vinos por arte, dejando algunos preceptos que aproximadamente se traducen: “Aquí se puede discutir, beber con moderación, demostrando cada uno su ´savoir faire´ ya que solamente el arte y el espíritu tienen derecho al exceso”. Aquella noche de inauguración, Juan de Dios Filiberto interpretaba sus tangos que impregnaban el ambiente de dulce nostalgia. Y a esa Peña asistirá cotidianamente una mujer que se definirá a sí misma: “Nací yo sin blancura/ pequeña todavía/ el pequeño cerebro se puso a combinar/ cuenta mi madre que, como comprendía/ yo aprendí muy temprano la ciencia de llorar...” Sí, Alfonsina Storni, que llegaba con su sonrisa amplia, acogedora, con la profundidad de sus ojos verdemar, sencilla en su gran poesía. La Peña le daba descanso a su trajinar de vida, albergue a su fatiga y admiración a su obra poética. “Languidez”, publicada en el ´20 con sus veintiocho años, era su cuarto libro de poesías, escrito con prisa, con desesperación en medio del bullicio, en los cafés, en los viajes, mostrándose siempre activa y soñadora con necesidad imperiosa de creación. La dedicatoria de “Languidez” es desoladora: “A los que como yo, nunca realizaron uno solo de sus sueños”. Su acento más hondo se encuentra en las poesías que aluden al amor. “Ocre”,obra del ´25: gran parte del libro responde a este color, color de otoño, color de tristeza serena, color de la reflexión a distancia. Ese mismo año, por iniciativa de Alfonsina, se realiza en Mar del Plata la Primera Fiesta de la Poesía. Recita poemas de este libro revelando su mundo, restableciendo la emoción, dando música interior a sus palabras. “Poemas de amor en prosa” surge en 1926. Son tan simples, según ella, que no alcanzan la categoría de obra literaria, solo de lágrimas. En 1934, en su “Mundo de siete pozos” se muestra irregular, suelta, caprichosa, gobernada por su sentido del ritmo: “Se balancea/ arriba, sobre el cuello/ el mundo de las siete puertas/ la humana cabeza...” Vibra en su obra todo un espíritu cálido y disconforme; la búsqueda de un amor profundo expresado con palabras tiernas, bellas, desgarradoras... La tranquilidad que la vida le negó, acaso la haya encontrado en el fondo del mar el 25 de octubre de 1938... Al día siguiente de su muerte, se leía en La Nación, su poema póstumo: “Voy a dormir, nodriza mía, (...) si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido...”

Dedicatoria de los manuscritos originales de Mascarilla y trébol a su hijo: “Para mi dulce Alejandro, este testimonio de lo duro que es crear - Mamita - Junio de 1938 Buenos Aires, miércoles 29”, y dibujos de la poeta.

Alfonsina Storni

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Silvia Nieves

“Ternura y nostalgia hecha tango”

Por Mario Sejas

“Chiqui” Pereyra con la participación de un selecto ballet y orquesta actuando con éxito en España recorriendo Madrid, Marbella, Costa del Sol, Puerto Banús, Torremolinos, Islas del Mediterráneo y Cerdeña entre otros, compartiendo, en algunas oportunidades, escenario, nada menos que con Lola Flores. A su regreso integró distintos programas televisivos como la primera edición de “Monumental Moria” en Canal 9 junto a Mario Castiglione, “Domingos para la juventud”, Canal 9, “Ganale al dos”, Canal 2 junto a Ethel Rojo.

Silvia Nieves

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a cantante Silvia Nieves nació en Buenos Aires en el barrio de Mataderos, un 20 de diciembre con el nombre se Silvia Noemí Suppa. Desde muy niña se despertó su vocación por la música y fue así que comenzó a incursionar en el canto participando en los actos escolares tanto en la escuela primaria como en la secundaria, además de las fiestas particulares que siempre contaron con el acompañamiento de su guitarra y su entusiasmo por lo artístico. Es tanta su pasión por la música que supo incursionar en lo melódico y en el folklore hasta que el tango por suerte la atrapó para convertirla en una de las exponentes más representativas del género. Estudiosa y dueña de una personalidad muy definida, su trayectoria comienza en 1980 cuando inicia su carrera, haciendo su debut como solista, en el palco tanguero de “Viejo París”, de La Rioja y San Juan y “Bar Unión”, de Avenida Las Heras. En estos escenarios tuvo el privilegio de compartir sus actuaciones con artistas de la talla de Elba Berón, Alberto Marino y Jorge Valdéz. Empezó estudiando canto y al mismo

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tiempo repertorio con el recordado maestro pianista Mario Marmo. Silvia siempre tuvo presente que el estudio es fundamental en toda profesión y por esa razón también tomó clases de expresión corporal, interpretación y postura en el escenario. Como es una agradecida, siempre tiene gratos recuerdos para los que fueron sus maestros; de los que tanto aprendió, y son los profesores de canto Hilda Fernández, Omar Aladio de teatro, y de canto Fernando Galvé, María Eugenia Darré, Cristina Becker Hoffman y Roxana Barbará, de canto y foniatría Guillermo Parmigianni, técnica vocal Vanina Trifoglio y profesor de guitarra Carlos Santana. Después de su debut en 1980 pasa a integrar el grupo “Voces de Buenos Aires” compuesto por Tito Soler, Patricia La Sal, Hugo Beltrán, Marcelo Muñoz, Liliana Simonian, Silvia Beszi, Sandra Lemos y Rubén Bertoni para, más tarde, en 1982 incorporarse definitivamente al conjunto “Buenos Aires Cinco”, conjunto que dirige desde el piano el maestro Mario Marmo y que además integran Miguel Marmo como Primer bandoneón, Norberto Vio bandoneón, Jorge Marmo guitarra, Carlos Piña contrabajo. En 1987 fue convocada para integrar una embajada artística llevando nuestra música y encabezada por el cantor Ricardo

Participó junto a “Buenos Aires Cinco” desde 1988 a 1990 en “El Viejo Almacén” de Defensa y Avenida Independencia, lugar que además le permitió seguir su carrera como solista y compartir la cartelera con figuras como Nelly Vázquez, Patricia Nora, Alberto Podestá, Enzo Valentino, Sexteto Tango y Ernesto Baffa, entre otros. Además tuvo el privilegio de cantar acompañada por el pianista José “Pepe” Colángelo y su Conjunto que integraban Cacho Giannini y Rodolfo Nerone en bandoneones, Edgardo Acuña en guitarra, Leandro Ferreyra en violín y Daniel Falasca en contrabajo. Supo presentarse en diversos palcos tangueros de Buenos Aires como Casa Rosada donde compartió escenario con el recordado Jorge Falcón, en Michelángelo, Tango Mío, Teatro General San Martín, Complejo La Plaza, Casa del Tango, Teatro Presidente Alvear, Teatro Independencia, Hotel Bauen, El Querandí, Píccolo Teatro, Café Homero, Museo del Tango y Academia Porteña del Lunfardo donde realizó dos unipersonales. También se presentó en reiteradas ocasiones en los programas de Crónica TV y en La Noche con Amigos que emitía ATC Canal 7 con la conducción de Leonel Godoy. Entre 1995 y 1998 trabajó en La Veda de Florida 1 casi Rivadavia, con el espectáculo “Mis Buenos Tangos Queridos”. Entre 1996 y 1999 junto al cantor Aníbal Jaule y parejas de baile se presentan en el Hotel Sheraton Libertador. En 1997 realizó presentaciones en el Teatro General San Martín y en el Café Homero Manzi, luego en las termas de Río Hondo, en Santiago del Estero en oportunidad de la realización de un congreso de cardiología, compartiendo escenario con el cantor Néstor Rolan y otras destacadas figuras. En 1999 actúa en el Hotel Presidente Alvear de Buenos Aires junto a la destacada pareja de bailarines de Héctor Mayoral y Elsa María, la orquesta Color Tango y el cantor Aníbal Jaule y luego en el Hotel Sheraton de Mar del Plata junto a la pareja de bailarines


En uno de sus shows en la Sala Alfonsina Jéssica y Fabián, el Trío Marmo y Jaule a raíz de una contratación de Presidencia de la Nación. Grabó para el Canal de TV Sólo Tango en el programa “El Boliche” con el Trío Marmo y Buenos Aires Cinco. Compartió la cartelera de Sabor a Tango con Eva Méndez y Fernando Rodas. Actúa en el Uruguay con Mario Marmo junto a un elenco integrado por Olga Del Grosi y Daniel Cortéz. En 2008 realiza junto a Mario Marmo un viaje a Brasil actuando en la Ciudad de Santa María. En 2009, se presenta en el Ciclo de Apertura de Tango con Buenos Aires Cinco en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el Canal Solo Tango la encontramos en el programa de Nolo Correa “Por el Tango” con Buenos Aires Cinco; también en el programa “Aguante Tango” de Silvio Soldán, “Vamos Tango” de Mony López, “Argentinísima” satelital

“Póker de Ases” con Sandra Cabal. En 2013 recibió el Premio Zorzal y en 2019 la Orden del Buzón del Museo Manoblanca de Pompeya. Integra el elenco, como actriz y cantante, de la obra inspirada por Martha Pizzo “Siete Perlas en el Diván” con Dirección Musical de Amalia Escobar y Dirección Escénica de Jaz Mendi. Durante muchos años ha sido figura central en la Sala Alfonsina Storni del tradicional Café Tortoni con su espectáculo “Un tango, vos y yo” acompañada por Pablo Valle en piano, Norberto Vio en bandoneón y Carlos Piña en bajo y los bailarines Jéssica y Fabián en tango-danza. Este espectáculo fue creado por Mario Marmo y fue declarado de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente actúa en diferentes escenarios tangueros como Bar Quintino o Catedral Tango, entre otros. Integra el grupo “Tango y Nada Más” junto a

Mónica Sacchi, Rubén Cané y Rubén Serrano, otra creación del maestro Mario Marmo que podemos apreciar, y quien, además de ser una figura señera de nuestra música, ha dejado una huella de enseñanza y de recuerdo imborrable en todos los que supieron realizar su labor con él, un ser admirado por sus colegas y admirable por todos aquéllos que lo pudieron tratar y conocer y,especialmente Silvia que ha compartido su labor profesional y su vida, desde 1988 hasta la lamentable partida del maestro el 26 de noviembre de 2016. Silvia grabó, como solista, un casette titulado “A mi padre” además de un compilado “Esa diablura” y un disco compacto grabado el 5 de febrero de 2015 “Un tango, vos y yo” que contiene 14 temas de los que cuatro son instrumentales y un compacto titulado “Acompañada y Sola”.

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Jorge Rattoni

Con las mesas vacías y las luces bajas... Por Rubén Landolfi

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or más de 25 años ininterrumpidos, la Sala Alfonsina es, entre otras del Café, una vidriera de nuestra marca país. Por sus pequeñas dimensiones, el turismo internacional puede disfrutrar, casi cuerpo a cuerpo, el contacto íntimo con músicos, bailarines y cantantes. Me cupo el privilegio de organizar y coordinar cientos y cientos de los shows de tango que allí tienen lugar. Muchos artistas, jóvenes y consagrados, pasaron por su escenario. De entre los fundacionales, el maestro Jorge Rattoni nos deleitó con su talento. Como pocos, por su experiencia, en las rutinas de sus shows supo interpretar el gusto de su público junto a los excelentes profesionales que lo acompañaron. Sus arreglos e improvisaciones en el piano le dieron a sus shows el sello de la calidad que caracteriza al prestigio del Café. Después de una larga dolencia, el maestro Jorge Rattoni partió. Ya no está entre nosotros. Pero su apasionada vitalidad nos acompaña todavía. Con las mesas vacías y las luces bajas, la Sala Alfonsina lo recuerda en silencio. Sólo silencio...

Maestro Jorge Rattoni

En uno de sus espectáculos “Mission Tango” junto a su elenco, en la Sala Alfonsina

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