Buenos Aires Cultural Invierno 2021

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Nota de Archivo (publicada en Noviembre de 2013)

¡Tango! los tiempos ya pasaron… Allá, en París, te afrancesaron y hoy arrugándote cabrero un lagrimón fulero enturbia tu canción. (Ulderino Caserio)

Por Lydia Orsi

LINAJE ARRABALERO ¿Dónde estará el malevaje que fundó en polvorientos callejones de tierra o en perdidas poblaciones, la secta del cuchillo y del coraje? Aunque la daga hostil o esa otra daga, el tiempo, los perdieron en el fango, hoy, más allá del tiempo y de la aciaga muerte, esos muertos viven en el TANGO Jorge Luis Borges (“Alguien le dice al tango”) Los creadores están influenciados por el medio, el paisaje que los entorna que en ocasiones suele ser un personaje más. La literatura nos da ejemplos y son paradigmáticos; entre los nuestros: Horacio Quiroga, Antonio Di Benedetto, Héctor Tizón. El Tango, surgido a fines del Siglo XIX, necesitó que Buenos Aires le diera el puerto con marineros cubanos y sus aires de habanera; el suburbio con los payadores en ritmo de milonga; “la secta del cuchillo y del coraje”; los negros con su arrastrados pasos de baile (“cañengue”) convertidos en “canyengue”; la calle con sus organitos que reproducían aquellas primeras creaciones melódicas, el barrio de la Boca con sus perigundines (de la región de Perigord); las casas coloniales, convertidas en prostíbulos suburbanos, legalizados en la época, con grandes patios para que un trío de músicos ejecutara ese nuevo ritmo en dos por cuatro, con sus pasos inventados día a día por hombres que bailaban entre ellos. Cuando se le acopla letra, las primeras fueron prostibularias y luego testimoniales (narrativas). En 1917, Carlos Gardel graba su primer tango:”Mi noche triste”: Samuel Castriota (música), Pascual Contursi (letra) con uso del lunfardo…”Percanta que me amuraste” en su primer verso... Pero como decíamos al principio, los tiempos fueron pasando y afortunados “niños”argentinos residentes en París no tardaron en reclamar músicos para sus trasnochadas veladas y así lo dice Enrique Cadícamo: El herrero Bachicha, que de las fundiciones se fuera a la Avenida de Mayo, al TakaTaka se embarcó para Europa con otros bandoneones: los Pizarro, Arolas y otros más de Barracas. El Tango perderá su paisaje, modificará en parte su ritmo para dar acceso a letras más sofisticadas, prescindiendo del lunfardo: Tango-Romanza que convivirá con el tango de arrabal… El Tango- Romanza cambiará los temas y hemos elegido algunos de los que incluyen a la mujer francesa como eje del argumento y la influencia que tuvo la literatura en esa inclusión tanguera.

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NIEBLA PARISINA… CLAUDINETTE (1940) Letra: Julián Centeya Música: Enrique Delfino Ausencia de tus manos en mis manos, distancia de tu voz que ya no está, Mi buena Claudinette de un sueño vano, perdida ya de mí ¿dónde andarás? .................................................................. Medianoche parisina en aquel Café-Concert como envuelta en la neblina de una lluvia gris y fina te vi desaparecer. Me dejaste con la pena de saber que te perdí mocosita dulce y buena que me diste la condena de no ser jamás feliz. Mi Claudinette pequeña y tan querida de blusa azul y la canción feliz definitivamente ya perdida me la negó la calle, la calle de París. En este tango se unieron Julián Centeya.”El hombre gris de Buenos Aires”, con una amplia trayectoria en la que podemos encontrar un frecuente lunfardo en expresiones y contenidos. Se hicieron famosas sus presentaciones en el Café TORTONI, con gran afluencia de público. En la música Enrique Delfino, extraordinario pianista, compositor de Tangos-Romanzas entre los que se destaca uno de los primeros: “Griseta” (1924), con letra de José González Castillo, escritor anarquista (sainetista) de principios del Siglo XX, padre de Cátulo Castillo, uno de nuestros mejores poetas tangueros. MIMÍ PINSÓN (1947) Letra: José Rótulo Música: Aquiles Roggero Un día más, un año más, que estoy perdido en la neblina… en esta niebla de la noche parisina que te alejaste para nunca retornar. Yo te llamé Mimí Pinsón porque el afán de ser coqueta te fue arrastrando al igual que una griseta y el mismo mal y su final te castigó Un año más que tú no estás y nuevamente la neblina trae recuerdos de mis noches parisinas Y en el recuerdo nuevamente, vuelves tú ................................................................. Mimí Pinsón aún te busco por las calles de París, igual que ayer te veo y te presiento, pero es inútil, no vienes a mi encuentro Mimí Pinsón. Creación del violinista, director y armonizador Aquiles Roggero, que en sus comienzos formó orquesta con el inolvidable Osmar Maderna en la ciudad natal de ambos: Pehuajó. En la letra José Rótulo que también recreará el tema parisino en otros dos tangos: “Adiós París” (en los que añora el regreso a Buenos Aires) y “Muñequita de París” (relato de un amor fugaz).

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MADAME IVONNE (1933) Letra: Enrique Cadícamo Música: Eduardo Pereyra “Mamuasel” Ivonne era una pebeta que en el barrio posta del viejo Montmartre con su pinta brava de alegre “griseta” animó las fiestas de “Les Quatre Arts”. Era la papusa del barrio latino que supo a los puntos del verso inspirar… pero fue que un día llegó un argentino y a la francesita la hizo suspirar. ................................................................ Han pasado diez años que zarpó del puerto, “mamuasel” Yvonne hoy es sólo “Ma dam” la que va a ver que todo quedó en la distancia con ojos muy tristes bebe su “champán”. Ya no es la papusa del “Barrio Latino” ya no es la mistonga florcita de lis, ya nada le queda…ni aquel argentino que entre tango y mate la alzó de París. Eduardo Pereyra, gran pianista, estuvo en los albores de la radiotelefonía, compartió su actuación con extraordinarios músicos: Ejemplos: Pedro Maffia y Ciriaco Ortiz (bandoneonistas), Elvino Vardaro (violín). Acompañó, entre otros cantantes a la inolvidable Rosita Quiroga...En su larga serie de creaciones, “PAN”, de contenido social. Enrique Cadícamo, autor prolífico que dedicó al Tango todo su vivido Siglo XX. Entre sus temas parisinos:”Anclao en París”, Chérie”, “Muñeca Brava” TANGO: ¿CUÁL ES TU ESTILO? Considerando al Tango una pieza literaria, digamos que los elementos de los elegidos para esta página corresponden a la tragedia: palabra proveniente del griego:” tragodia”, del latín:”tragoedia” derivadas de “tragos”: macho cabrío y de “odia”: canto”.Traduciendo al estilo Siglo XXI:”Canción del hombre”. La tragedia estuvo ya en los orígenes cantados del Tango. Obra que infunde lástima, pena. Lamento por sucesos tristes de la vida real. Como en toda obra de arte, las aproximaciones enlazan innumerables temas. En cuanto a los estilos corresponden a la década en que fueron escritos: 1940 El Romanticismo propio del Siglo XIX dio lugar al Modernismo cuyo baluarte en América fue Rubén Darío, pero ambos estilos convivieron. En estos Tangos, el Romanticismo se manifiesta en la idealización del objeto amoroso al que no pueden alcanzar. En la tristeza, melancolía y angustia de los protagonistas ante esta imposibilidad. El Modernismo, Siglo XX, estará presente en la evocación, en el preciosismo del estilo, en la belleza de las imágenes dada por las metáforas, en el sensualismo de las relaciones y como tema recurrente, aquella lejana admiración por París…


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Mauricio Dayub

Mucho más que un equilibrista Por Belén Herrera Fotos:Crédito: Marcos López. Gentileza: Caro Alfonso.

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auricio Dayub duda. Cada vez que elige uno de sus textos para leerle a los oyentes de “Un día perfecto”, el dueño del Chacarerean Teatre duda de si ese cuento realmente va a conmover a quienes lo escuchen. El artista se sumó hace un tiempo al programa de Metro (FM 95.1), donde cada jueves lleva a la radio uno de los relatos que forman parte de ‘Alguien como vos’, el ciclo de videocuentos que realizó durante la cuarentena y que puede verse a través de YouTube. Relatos que conmueven y que revelan su costado más íntimo, ese que pocas veces dejó ver y en el que muestra “lo que la vida hizo conmigo’’, según él mismo lo cuenta. Además, por estos días se presenta con su espectáculo “El equilibrista” en el Chacarerean Teatre y estrenó “Inmaduros” en la que dirige a Adrián Suar y Diego Peretti. -¿Cómo está viviendo su incorporación a “Un día perfecto”? -Con mucha alegría porque los oyentes me hacen sentir muy bien. Y el grupo que maneja el programa escucha con una atención mis relatos que no me esperaba. En ese sentido la radio está siendo un nuevo lugar que no tenía pensado ampliar en este gran espectro que soy como autor, actor, productor, director. La radio ha llegado de un modo muy particular, con mucho interés. No sé si me pasó en otros ámbitos así, de tener tanta coincidencia con los demás. -¿Todavía le sorprende que la gente reciba tan bien sus trabajos? -El otro día ellos dijeron que yo siempre iba dudando si había acertado con el relato que llevaba cada semana y yo les decía que muchas veces fui a charlas donde quienes las daban eran muy interesantes y a mí me atraían mucho, pero el tema del que hablaban no era el que yo esperaba y me iba un poco decepcionado. Entonces yo trataba de que no les pase eso a los oyentes y buscaba mucho cuál de mis relatos podía coincidir en ese día y ese momento, y de acuerdo a lo que está pasando y entonces dije que si no lograba saber que a los oyentes les gustaba lo que hacía podía dejar de hacerlo porque no me gustaba hacerlo sin receptividad. Y los oyentes empezaron a llamar y fue una cosa increíble. Me apabullaron con mensajes mucho más profundos de los que yo me imaginaba de lo que significa llegarle al otro, conmoverlo por todo lo que está pasando. Creo que fue superior a lo que podía ser coincidir con alguien en otro momento. Ahora hay una necesidad muy profunda de coincidir y de lograr una emoción similar a

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El actor está protagonizando “El equilibrista”. la que uno podría haber vivido. Por eso el ciclo se llama “Alguien como vos” porque yo siento que tengo mucho en común con la mayoría, que soy un tipo común. -Cuando surgió “Alguien como vos”, ¿imaginó que iba a tener tan buena recepción?

-Imaginate que yo tenía los títulos de estas historias anotados en un cuaderno hace como 25 años y algunos veranos cuando tenía un tiempo, les iba poniendo la edad a la izquierda en que los había vivido. Cuando vino la pandemia y me dio todo este tiempo de estar en casa y poder reencontrarme con ese cuaderno,


es por tantos meses, sumo los gastos que tengo, los separo y digo yo llego, ya lo tengo. Pero al no saber por cuánto tiempo es y teniendo empleados de muchos años y el compromiso de los contratos de alquiler, se hace muy difícil. Nadie tiene la culpa, estamos todos en esta ensalada que ha producido mundialmente el covid, pero se hace muy complejo mantener una línea, ser coherente, serio, responsable y asegurarle el futuro a los que me rodean y a mí mismo. -¿En algún momento pensó “hasta acá llego”? -Todo el tiempo pienso hasta dónde podré llegar y digo qué hago con todo esto. Cuando estaba sin funcionar a veces llegaba al teatro y decía “suponte que llegó el peor momento y qué hago con todo lo que tengo”. Es demasiado. Hace falta un nuevo galpón para llevar todas las cosas y no perderlas. Es muy difícil. Mauricio Dayub: “Llegué más allá de lo que imaginaba”. revisarlo, me di cuenta de que yo toda la vida había hecho todo lo posible para que la gente no me conozca. Si yo mostraba esos cuentos estaba haciendo todo lo contrario, pero también me di cuenta de que lo que yo no quería era que se me conociera de un modo en que yo no era, que es el que a veces puede tomar la prensa con algunos datos separados o fuera de contexto. Con estos relatos, al recorrer toda mi vida, me mostraban como soy, lo que la vida hizo conmigo. Y eso no me producía contradicción porque soy yo. A lo que le tenía temor era a la construcción que a veces produce la trascendencia a través de los medios, que se arma como una imagen que puede no ser exactamente la que uno es. -¿Qué le pasó a usted cuando los vio terminados? ¿Se sintió muy expuesto? -Lo primero que dije fue “cómo hice esto” porque me resulta increíble aún hoy, que quisiera hacer la segunda temporada. Pienso qué barbaro lo que pasó en esa cuarentena que hubo la energía y la coincidencia suficiente como para que esa cantidad de artistas de distintas disciplinas, de músicos, de editores, de camarógrafos, de dibujantes y demás se pudieran juntar, sin encontrarnos, para que podamos sacar un ciclo de quince relatos todos muy distintos en su construcción. Ojalá que pueda encontrar la energía que encontré para hace la segunda temporada. -Como empresario, ¿cómo vivió la cuarentena y las restricciones que existieron en el plano de la cultura? -Con mucha responsabilidad y mucho temor al futuro. Yo me la paso contando el respaldo que tengo para ver hasta cuándo puedo aguantar. Sin saber lo que va a pasar ni por cuánto tiempo va a ser es muy difícil ser responsable. Si yo supiera que

-¿Por qué cree que “El equilibrista” gustó tanto? -Creo que “El equilibrista” es la historia que cada uno de nosotros podría contar si pudiera volver a ser niño. El patrimonio de la infancia es tan personal y tan único que verlo reflejado, es imposible que el espectador no lo lleve a su propia vida y en este momento me parece que el recuperar esa capacidad de reveernos a nosotros mismos, resignificarnos a nosotros mismos y en algunos casos redignificarnos nos hace bien. Y, evidentemente, ya veníamos así porque “El equilibrista” se estrenó antes de la pandemia. Ya veníamos viviendo una realidad que soslayaba lo que sentíamos, que nos prejuzgaba, que nos clasificaba, que nos decía qué estaba bien y qué no, o quienes valían más y quiénes menos. Y “El equilibrista” de algún modo en su esencia nos da un valor igualitario a cada uno porque deja en claro que la vida de cada uno de nosotros es donde está lo importante. Yo escuchaba mucho que tenía que hacer una comedia, que tenía que hacer reír, que la gente no quería ni pensar ni nada que estuviera relacionado con el drama, sin embargo, la necesidad que yo tenía coincidió con la mayoría. La mayoría necesitábamos conmovernos.

mejor que yo porque cuando conocí “Toc Toc” entendí lo que la gente me deseaba porque eso es un éxito. Tener la aceptación previa y las localidades agotadas con dos semanas de anticipación. Y eso es probable que haya ampliado el público que me permitió luego tener en “El equilibrista”. -¿Si se pone a hacer un repaso de su carrera imaginaba cuando empezó a trabajar de esto que iba a conseguir todo lo que logró? -Claramente te tengo que decir que no, pero también te tengo que decir que todos tenemos que soñar con ser grandes actores, con ser grandes en lo nuestro, a lo que nos dedicamos, pero cuando llega ese momento de cierto reconocimiento uno advierte que lo que uno pensaba que era llegar a ser un grande era mucho menos que lo que ha conseguido y eso te da mucho pudor y te pone en un lugar de mucha responsabilidad pero está bien que creamos cuando empezamos que aspiramos a muchísimo, pero cuando se concreta esa perspectiva cambia. Es como cuando se cumple un sueño. Uno se da cuenta de que lo más grande no es lo que había soñado, sino que el sueño se haya cumplido, ahí está la grandeza, en que el sueño se haya cumplido. Eso es mucho más importante que el sueño que habíamos soñado, que probablemente, nos parezca pequeño. -¿Le quedan muchos sueños por cumplir? -En lo personal seguramente sí, como artista tal vez llegué más allá de lo que imaginaba, pero como persona todavía no y en eso ando.

-¿Siente que a partir de “Toc Toc” cambió la mirada sobre su trabajo? -Yo creo que fue posterior a “Toc Toc”. Lo que hizo esa obra fue ponerme en contacto con algo que me deseaba mucho la gente cuando me veía en el teatro independiente que me decía “éxitos”. Y yo no entendía lo que me deseaban porque yo sentía que tenía el éxito, porque me podía desarrollar, sentía que había crecido, que había pasado de ser actor a ser autor, a ser director, productor, tener una sala. Desde que empecé a trabajar en esto sentía que iba hacia adelante, sin embargo, la gente cuando me esperaba a la salida del espectáculo me decía “éxitos” y lo que yo no entendía, evidentemente la gente lo entendió

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Nota de Archivo (publicada en Marzo de 2006)

Los cambios Por Carlos Mathus

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n la trabajosa época de nuestros primeros pasos, siempre aparecen modelos que nos ayudan a elegir entre los muchos paisajes que se abren ante nosotros. Esas luces en el camino nos ayudan a seguir y otras veces nos obligan a cambiar el rumbo que creíamos cierto. En mi caso, me llevaron de la mano mis padres y los amigos de la escuela en mi niñez, mientras los diarios gritaban el final de una guerra, de Hiroshima y de una época. Luego fueron los amigos del barrio, la radio, Alejandro Dumas, Selma Lagerlöf, el cine europeo. Luego, para dar el definitivo paso de la adolescencia a la juventud, me empujaron los nombres y las obras de Leda Valladares, María Elena Walsh, María Fux, Tita Merello, Horacio Quiroga, Torre Nilson, Nicolás Olivari. Pero un día, repentinamente, Glenn Miller, Harry James y Doris Day se transformaron en los Rolling Stones y en The Beatles. La radio se vistió de imagen y se hizo televisión, los gobernantes cambiaron sus nombres mientras el teatro perdía la memoria y, al olvidarse los textos, se transforma en performance, mientras el arte se hace Instalación. Pero los cambios siguen. En el siglo XXI, la que parecía definitiva televisión se transforma en Internet, un monstruo devorador de periódicos, de revistas, de libros, de intimidades. Y ahora leo que en varias partes del mundo ya se están siguiendo los pasos para cambiar la forma de enseñanza tradicional, eliminando la necesidad de asistencia a colegios o universidadesy reemplazando ese sistema por cursos dictados a través de internet bajo el control de universidades calificadas. Con lo cual se calcula que eso evitaría que niños y adolescentes estén mucho tiempo fuera de su hogar, eludiendo así el riesgo de secuestros, accidentes y el contagio de epidemias. Y mi imaginación vuela hasta un lugar de calles desiertas y silenciosas, de voces que cruzan el espacio en ecos de tumba, de casas de puertas cerradas, de corazones mudos. Los cambios a veces son más rápidos que el tiempo de adaptarse a las nuevas voces. Hace muy poco, en una especie de revival, llegaron a nuestro país para mostrarse aquellos que fueran jóvenes Rolling Stones. En una entrevista callejera, un periodista preguntó a un joven de 20 años que exhibía el ingreso al show qué pensaba hacer ahora que había conseguido lo que quería. Y el chico contestó: “Nada. Ya tengo todo. Nací sólo para ésto; ahora puedo morirme en paz.” Esperemos que si algo va a cambiar, sea el mundo y no el modelo de auto.

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Alfredo Sadi

Guitarrista y cantor A

lfredo Sadi es un músico uruguayo que nació un 14 de marzo de 1938 en Montevideo siendo su nombre completo Juan Alfredo Sadi. Es un gran maestro de la música, maestro y leyenda de la guitarra rioplatense, tanto de tango como de valses, milongas y candombes; también es arreglador, pero de música no escrita, solo ejecutada. Alfredo dice que es uruguayo pero es como si fuera argentino porque su vida la hizo toda acá. Vino siendo muy joven, con su señora y recién casados y durante años vivieron en Flores y luego se mudaron al Barrio Santa Rita ubicado entre Villa del Parque, Flores y Floresta. Ha recorrido un largo camino, una muy valiosa trayectoria que comenzó en su adolescencia. Empezó a tocar la guitarra a sus once años gracias al regalo que le hizo su padre para su cumpleaños. Se inició escuchando la radio y tocando de oído, jamás estudió música ni canto, es un autodidacta completo. Le decían “Pulgarcito” porque era el dedo pulgar el que más usaba para interpretar las variaciones rápidas de “Canaro en París” o “La Cumparsita”; no usaba púa, que recién comenzó a utilizar mucho después, porque dice que mejora mucho el sonido -el precursor de esta modalidad fue el guitarrista de Carlos Gardel, José María Aguilar-. Cuando los más importantes guitarristas lo vieron y escucharon no podían creer que todo lo había aprendido solo. Se inició en la payada en actuaciones junto al célebre payador uruguayo también, Pedro Medina. Debutó en radio, el 4 de diciembre de 1949 todavía de pantalón corto como se estilaba en esa época: cantó

Junto a Osvaldo Montes en bandoneón

Por Mario Sejas

Alfredo Sadi música criolla, milongas, zambas y cuecas. Debutó profesionalmente en 1955 acompañando como primera guitarra, en Montevideo, a Antonio Tormo, que en ese entonces, era el artista más popular de la música folklórica de Argentina y a raíz de la desvinculación de Mario Núñez, llamaron urgente a Sadi para su reemplazo. Con rapidez ensayaron unos veinte temas e inmediatamente debutaron en Canelones. Desde entonces comenzó a actuar tanto en Uruguay como en Argentina. Al mismo tiempo de su actuación con Tormo fue convocado para integrar el trío Núñez-SadiLópez, es decir Mario Núñez, Alfredo Sadi y Walberto López. En 1960 acompañó a los “T.N.T”, una de las bandas precursoras del rock latino. En 1961 inició su carrera como solista siendo acompañado por un trío de guitarras conformado por NúñezOlivera-López. En 1966 trabajó en una cantina de la Avenida Nazca, era “La Cantina de Alfredo”. Años después y durante un tiempo trabajó en el “Club Imperio Juniors” En Montevideo, se televisaba por Ca-

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nal 5 SODRE, en el año 1968, el programa “Apuntes e Imágenes para una Historia de Tango” conducido por Horacio Ferrer en el que Sadi tuvo la oportunidad de actuar acompañado por la orquesta del maestro Emilio Pellejero y la guitarra de Mario Núñez. Posteriormente, en Buenos Aires en 1965 lo encontramos en el célebre palco tanguero de “Malena al Sur” de la calle Balcarce 860 propiedad del pianista Lucio Demare. Ese mismo año integró nada menos que el Sexteto del célebre Maestro Julio De Caro además de participar, hasta 1976, del elenco de Radio Belgrano, donde tuvo la oportunidad de acompañar al querido “Tano” Alberto Marino y al extraordinario “Polaco” Roberto Goyeneche, entre otros. Convocado por Ferrer en 1976, grabó dos álbumes, “Versos y Cantares” y “Horacio Ferrer y sus Amigos”. El mítico cantor uruguayo fue perseguido políticamente en su país y refugiado en Buenos Aires. En esa primera etapa, entre febrero y septiembre de 1976, fue acompañado en sus presentaciones por Sadi. Su primer álbum solista, que grabó en 1979, se llamó “Gacho Gris”. El segundo fue en 1982 y se denominó “Alfredo Sadi canta las Cuarenta” y fue acompañado por las guitarras de sus amigos Roberto Grela y Julio Cobelli, luego en el Uruguay grabó, en 1989, “El Tango llega al Cabildo”. En 1997 y por su reconocido aporte a la Cultura Uruguaya recibió el “Premio Morosoli de Plata” otorgado por la Fundación Lolita Rubial de Minas, Lavalleja. Conforma en el año 1998 junto al bandoneonista José Adolfo Garbarrini, Juan Carlos Olivera en guitarrón y Alfredo con su guitarra el Conjunto Rioplatense grabando, ese año el disco “Por los Caminos de Aníbal Troilo”. Acompañó con su guitarra a notables artistas como Nelly Omar, Chola Luna, Fernando Suárez Paz, Beatriz Suárez Paz,

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Osvaldo “Marinero” Montes, Enzo Valentino, Oscar Alonso, Agustín Magaldi (hijo), y muchos otros. En 2002, en diciembre participó en Montevideo, en la Sala Zitarrosa, en el marco del “Festival de Tango” actuando junto a la cantante Susana Rinaldi. Alfredo conforma en el 2009 el “Dúo RazaTango” junto a Santiago Muñiz actuando en el circuito tanguero de Buenos Aires como El Viejo Almacén, Bar Sur, Torcuato Tasso, 36 Billares... Desde el año 2016, en el Barrio Santa Rita vuelve a conformar el Cuarteto Rioplatense. Alfredo está al frente de una formación que me atrevo a decir tiene sangre tanguera, de barrio, de esquina con malvones, de café y amigos. Él pone su voz y su guitarra y lo integran además el acordeón de Quique Sosa, el bajo de Matías González y la

otra guitarra que pulsa Sebastián Barrera, grabando el disco “Luna, Jazmín y Santa Rita”. En un reportaje concedido al periodista Julián Graciano el 13 de septiembre de 2020 Alfredo Sadi comentaba su gran relación con ese otro memorable guitarrista que supo ser Roberto Grela. En cambio no tuvo amistad con Tito Francia al que sí conoció una vez. Y a raíz de ello comenta una anécdota que le tocó vivir. Dice que con su señora cuando no viajaban al Uruguay pasaban las fiestas en la casa de Grela y aprovechaban para hablar, sobre todo de música. El día que conoció a Tito Francia estaba en la casa de Roberto “porque yo aparte de tocar la guitarra soy pintor, pero pintor de edificios, de brocha gorda pero bien. Lo hacía en esa época para reforzar las finanzas. Entonces, un día la señora de Roberto me dice: -Alfredo cuando vas a venir a pintarme el departamento-. -Y, decime vos, Porota-. -Bueno, venite la semana que viene-”. El tema es que el trabajo era por quince días y pasaron como tres meses porque a cada rato me llamaba Roberto y me decía: “Vení, vení a ver qué te parece esto” Y nos pasábamos el día tocando la guitarra. Y un día lo llaman por teléfono y era Tito Francia. Yo escuchaba que él decía: “Sí Tito, venite para acá, si querés venite ahora”. Y Roberto me comenta: “Ahora viene Tito Francia para acá, dice que tiene un tango y quiere que yo lo escuche”. “Yo estaba loco de la vida porque iba a conocer otro monstruo guitarrista. Llegó y nos presentamos, tomamos café y al fin Roberto dice: ‘Bueno sacá el tango, trae la guitarra’. Guitarrista clásico, sacó la partitura y tocó el tango que me pareció extraordinario. Muy linda música. Cuando terminó lo mira a Roberto y le pregunta: ‘¿Qué te pareció Roberto’. ‘A ver tocalo otra vez’. Y arranca otra vez. Terminó y pregunta: ‘Te gustó Roberto’. ‘A ver, tocalo otra vez’. Y vuelve a tocarlo. Terminó y preguntó: ‘¿Te

Alfredo Sadi y conjunto Las Cuerdas de Oro. De izq. a der.: Mario Núñez, Alfredo Sadi, Walberto López y Nelson Olivera. Conmemoración del décimo aniversario del Club de la Guardia Nueva. Teatro del Centro, Montevideo, Uruguay. (1965, aprox.) (Foto: Archivo Boris Puga. Autor: s.d.)


En un homenaje que le realizara la Academia Nacional del Tango gustó?’. Y se volvió a repetir la escena: ‘A ver, tocalo otra vez’. Cuando terminó le dijo: ‘Está muy bien’. Y Tito responde: ‘Che Roberto, ¿cómo lo tocarías vos?’. Grela tomó la guitarra y tocó todo el tema. Cuando terminó rompió en cuatro la partitura y le dijo: ‘Esto debe ser el tango’, refiriéndose a lo que él había interpretado. Era un genio, tenía una digitación terrible y un oído armónico.” Luego Graciano le pregunta: “Maestro, usted tiene un camino enorme recorrido y un día se encuentra con otro enorme artista, Zitarrosa. ¿Cómo fue trabajar con él, cómo era Zitarrosa?”. “Mirá, era muy lindo trabajar con él. Vos sabés que él era locutor de radio de CX14 – Radio El Espectador, de Uruguay y yo empecé ahí y Zitarrosa era el que me presentaba. Después con el tiempo, un día escucho a Zitarrosa cantando cosas muy lindas con unos guitarristas. Yo seguí cantando y tocando la guitarra y un día -ya me había venido a Buenos Aires- me encuentro con él. que había venido a raíz de problemas políticos que lo molestaban mucho en su país”. “Acá grabamos un disco del que hacíamos los arreglos entre todos; él tenía ideas muy buenas para los arreglos. Fue por 1976, una época brava. Eran seis guitarras para acompañarlo pero después, los cantores en general por razones económicas prescindían de los músicos y usaban pistas. Algo con lo nunca estuve de acuerdo y no hacía pistas hasta que un día, me dice Grela: ‘Mirá, el asunto está muy bravo, si te vienen a buscar para hacer una pista, hacéla, todos los guitarristas la van a hacer’. Era la onda para poder laburar y así hice muchas pero de memoria y sin cantor y una vez terminada le ponía voz y otra guitarra”. Graciano: -“Lo bueno de Usted es que además de guitarrista es cantor y sabe acompañar. Eso es lo bueno, poder ser solista o acompañar a un cantor. ¿Usted qué

piensa del acompañamiento, hasta dónde debe llegar que no moleste al cantor?”. -“Bueno, mi criterio es que al cantor hay que acompañarlo, fundamentalmente hay que seguirlo y hacer todas las tonalidades que uno hace pero sin molestar a la persona que canta. Para acompañar a un cantor hay que tener oficio, de lo contrario todo se dificulta. Yo, sobre todo a los más jóvenes, trato de explicarles todos los “yeites” del acompañamiento. Sé por ejemplo, apenas el cantor abre la boca para dónde va, sé dónde va a parar y esto sólo se adquiere con los años”. Graciano: -“A su juicio ¿cuáles serían los tres o cuatro puntos más importantes técnicamente que el guitarrista debe respetar acompañando un cantor, seguir su tiempo y conocer distintas tonalidades?”. -“Uno tiene que escucharlo. Cuando viene un cantor pidiendo acompañamiento le pido primero que cante y luego preparo el acompañamiento. Depende de su forma de cantar, puede ser fraseador o muy rápido”. Graciano: -“Todo tiene un yeite, usted primero evalúa al cantor”. -“Exactamente, es lo que se debe hacer. Hay algunos que se van de tiempo. Me ha pasado con profesionales, entonces en el próximo compás lo corto o lo estiro y de esto sólo se dan cuenta los músicos, el público no lo percibe”. Graciano:-“Ahora, Ud. que también es cantante, algunos lo hacen con guitarra y otros con orquesta, ¿qué diferencia siente usted que cantó con Grela y también en el Sexteto de Julio De Caro?”. -“Bueno, no hay una gran diferencia, la orquesta es maravillosa, pero todos los cantores que lo hicieron con orquesta estiman que el destino más grande para ellos es cantar con guitarras, la guitarra es mágica, todos en su etapa de solistas lo hicieron con guitarras”.

Graciano:“¿Por qué piensa que quieren la guitarra, ¿qué los influyó?” -“Y…Carlos Gardel, inevitable, todo se lo debemos a él y a sus guitarristas, ellos son los inventores, no tenían las posibilidades que tenemos nosotros, si te equivocás al grabar lo hacés de nuevo, ellos no podían”. “Cuando empecé, las cuerdas eran de tripa, tenían un hermoso sonido, quizás más cálido y se desafilaban más rápido. En la época de Gardel todos los instrumentos de cuerda tenían tripa; actualmente se pueden conseguir, su valor es muy alto”. Graciano: “Maestro, quiero a gradecerle esta charla y hacerle la última pregunta, ¿Ud. tiene algún tema preferido en su repertorio?”. -“Vos sabés, nunca lo pensé, siempre canté lo que me gusta, el tango me gusta mucho y los que para mí, eran lindos los hacía”. “Muchas gracias, yo soy el que te agradece esta nota”. Por último quiero hacer un comentario, muy emocionante para mí: son los acompañamientos de 1ª y 2ª guitarra que realizó Sadi para las grabaciones de una serie de discos de mi querido, entrañable e inolvidable amigo Doctor Hipólito Jesús Paz, abogado, nacido el 9 de enero de 1917 y que a sus 32 años fue designado por el Presidente Perón Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, luego Embajador, desde 1951 a 1955 en EE.UU. Desde 1985 a 1992 fue Embajador en Grecia y Portugal. Su estilo de cantor es purísimo, muy diferente a todos los demás y los cantaba melodiosa, cálidamente como era él. Siempre decía de ciertos cantores que cantan sin esfuerzo ni distracción “canta como barriendo”. Gracias Alfredo y a vos, querido “Tuco” Paz para tus amigos, el recuerdo imborrable de tu ejemplo y tu ternura.

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A 70 años de los inicios de la televisión en Argentina

“La televisión/pronto llegará/, yo te cantaré/ y tú me verás” Por Sergio F. Romero Productor y guionista audiovisual y transmedia sergio@blankspot.com.ar

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icen los memoriosos que esta pegadiza cancioncita (https://open.spotify.com/track/5s2DV9HoUZuLUYU0sKF zyz?si=7a6b010b9fb6416b), cantada por la española Lolita Garrido, se escuchaba en Radio Belgrano en los meses previos a Octubre de 1951. Es que Argentina estaba entre los países del primer pelotón que, en América Latina, contaría con este nuevo medio. Brasil y México fueron quienes picaron en punta en el segundo semestre de 1950, luego siguió Argentina en el ’51, Venezuela en el ‘52 y Colombia en el ’54. El Salvador, Uruguay y Nicaragua, en 1956; Perú y Chile, en 1958; Honduras, Ecuador y Guatemala, en 1959. Este medio masivo, que desplazó a la radio y sentó un reinado solo puesto en jaque con la aparición de los contenidos audiovisuales en Internet ya en los primeros años del siglo XXI, apareció en Argentina, paradójicamente, a partir de un pedido muy personal: Miguel, hijo de Jaime Yankelevich, Director de Radio Belgrano, había conocido la televisión y le había pedido insistentemente a su padre que trajera esa nueva tecnología a nuestro país. Miguel falleció a los 18 años y entonces, su padre, en homenaje, decidió cumplir su deseo. Yankelevich viajó al Norte, a Estados Unidos, en busca de los equipamientos necesarios para montar un “canal”. Ahí, tras largas negociaciones en las que no estuvieron exentas las vicisitudes de la Guerra Fría, consiguió lo que buscaba. Los equipos, originalmente destinados a la U.R.S.S, cambiaron de rumbo, y Yankelevich regresó a Buenos Aires en el vapor Río Jáchal. En sus bodegas venían las cámaras, el transmisor, luces, micrófonos y todo lo necesario para poner en marcha LR3 – Radio Belgrano TV, lo que ocurrió oficialmente con la transmisión del acto del Día de la Lealtad Peronista, el 17 de Octubre de 1951. Tras terminar el acto, la pantalla del día inaugural siguió ocupada por cortos musicales y dibujos animados, y a la noche, la televisión transmitió un pasatiempo musical preparado por Enrique Telémaco Susini, - pionero de la radio y responsable de la primera transmisión radial 31 años antes -, con vestuarios y escenografía prestadas

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)Jaime Yankelevih y Enrique Susini en la transmisión inaugural el 17 de octubre de 1951

Adolfo Salinas en una de las primeras transmisiones por el Teatro Colón. La programación era discontinua y variopinta. El martes siguiente, 23 de octubre, la compañía que ofrecía en la sala Gran Splendid la comedia musical Petit Café, hizo una versión abreviada para la pantalla. Allí actuaron Juan Carlos Thorry, Analía Gadé, Diana Maggi, entre otros. Todos ellos desarrollarían fecundas carreras en la pantalla chica.

Fue el domingo 4 de noviembre de 1951, cuando la televisión argentina inició su programación formal con programas casi en su totalidad coproducidos por agencias de publicidad. El primer e improvisado estudio de la TV argentina estaba en el techo del Ministerio de Obras Públicas. Pasó a instalarse en el auditorio de Radio Belgrano, en Ayacucho y Posadas, en lo que había sido


el Teatro íntimo del Hotel Alvear. En Diciembre de ese año la necesidad de espacio hizo que se incorporara como estudio el Palais de Glace, antiguo salón de baile y patinaje sobre hielo, distante una cuadra. Esta división edilicia hizo que se vivieran escenas curiosas en esas veredas: hombres y mujeres, caracterizados y maquillados, recorrían los cien metros de un estudio a otro a plena carrera, para hacer sus ‘parlamentos’ desde los distintos decorados.

“Creo que fue en 1958, cuando hacíamos la Familia Gesa. Yo, en un mismo programa tenía que hacer la presentación vestida de largo desde el Palais de Glace, ir corriendo hasta el estudio de Ayacucho y Posadas para el corte comercial, que lo hacía vestida de ama de casa, y vestirme de largo otra vez para el cierre, desde el Palais de Glace”, recordaba años después Pinky, una de las grandes estrellas surgidas de la Televisión. El público comenzaba a reconocer el nuevo “star system”: los locutores, que pasaban muchas horas en cámara animando programas, leyendo avisos, e interactuando con el público. Pinky, el “Negro” Guillermo Brizuela Méndez, Nelly Prince, fueron grandes figuras, muy populares. “Era una época romántica” – recordaba Ricardo Pueyrredón en un reportaje, uno de los dueños de agencia publicitaria que apostaron por el nuevo medio. “[Para fines del ‘51] había unos 2000 receptores de TV funcionando en Bs. As., con unas quince personas por aparato, lo que daba unos 30.000 espectadores. No había bar ni confitería que no tuviese uno”. La barrera de los primeros 10.000 aparatos vendidos era una de las metas que se habían propuesto los productores. “Los siguientes se venderán solos”, pensaban. Y así fue. A la par que la base de televisores se extendía, también fue creciendo una programación, moldeada en primera instancia a partir de la grilla radial. Una de las protagonistas que surgió en esos momentos seminales del medio y construyó una carrera de varias décadas en él, fue la gran cocinera Doña Petrona C. de Gandulfo. Petrona Carrizo (que eso significaba la “C”) de Gandulfo llegó a la televisión en 1952 en un programa llamado “Variedades hogareñas”. Después, dicho ciclo pasó a llamarse «Jueves hogareños». Su gran salto a la fama nacional se dio en 1960, después de incorporarse al programa “Buenas tardes, mucho gusto”. Dicho programa estuvo en el aire por veinte años los

La moda, presente días lunes, miércoles y viernes por la tarde; llegó a recibir alrededor de 400 cartas por emisión y tener un registro de 600 mil amas de casa. Y así como se emitía “Variedades hogareñas” -en donde diversos especialistas enseñaban cocina, corte y confección, y daban consejos de salud-, a partir de 1952 apareció un ciclo que trasponía a la pantalla el ambiente, el esplendor y los climas de los teatros de revista, los night clubs y

Televisión y fútbol, una pareja indestructible

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Pinky y Jorge “Cacho” Fontana: dos locutores icónicos de la televisión argentina

Guillermo Brizuela Méndez y Nelly Prince filman un comercial

La familia Gesa: Osvaldo Pacheco, Nelly Beltrán, Osvaldo Terranova y Chela Ruiz

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Beba Bidart, Osvaldo Miranda, Margarita Sierra, Elsa Miranda y Brizuela Méndez

Petrona C. de Gandulfo

las boîtes: Tropicana Club. Según Ulanosky “Tropicana Club fue una fórmula que marcó para siempre a la televisión nacional: escenografías con copas, mesas y luces, en las que siempre estuviera pasando algo, con el aporte de números artísticos de primera línea”. Al principio, los conductores de Tropicana Club eran Juan Carlos Thorry y Analía Gadé, pero cuando ellos emigraron a España, llegó Osvaldo Miranda, un fino comediante que aportó elegancia y sofisticación. Tropicana fue el primer programa realmente exitoso de la TV nacional. Como hemos recordado, durante la década del ’50, el “viejo canal 7” fue un laboratorio de formatos y formas de trabajo. “Si es que algo aprendimos de televisión fue ahí, y a fuerza de acumular errores. Primero era la equivocación, después con ensayo y error, aprendíamos” remata Miranda en un reportaje décadas más tarde. En 1960, con la aparición de la televisión privada, aparecieron otros modos de producción y de organización comercial. La televisión argentina dejaba su cuna para vivir lo que muchos señalan como su “edad de oro”. Pero esa ya es otra historia.

Bibliografía consultada •Silvio, Héctor (1971) Historia de la televisión argentina. Bs.As.: CEAL. •Ulanosky, Carlos; Itkin, Silvia; Sirvén, Pablo (1999) Estamos en el aire. Una historia de la televisión argentina. Bs.As.: Planeta. •s/d - 17 de Octubre de 1951: se inaugura oficialmente la televisión en la Argentina, online, disponible en https://www.cultura.gob.ar/69-anos-de-la-primera-transmision-televisiva-argentina-9645/ •Petrona Carrizo de Gandulfo. (2021, 1 de julio). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15:55, julio 8, 2021 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Petrona_Carrizo_de_Gandulfo&oldid=136709076

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ELSA MAREQUE

DIBUJO DE EXCEPCIÓN

Hoy quiero hacer referencia a la labor de una artista nuestra, por argentina, que realiza una labor apoyada en un tipo de Dibujo, composición, tema y calidad que merecen ser apreciados en su justo valor y más conocidos. Elsa Mareque nació en Temperley Pcia. de Buenos Aires, en 1941. Su formación artística arranca en los talleres de Néstor Berlles y Aníbal Carreño y se perfeccionó en Dibujo con Bernardo Di Vruno. Con los artistas Julián Agosta y Adrián Dorado experimentó en temas relacionados con la imagen, situaciones éstas que contribuyeron a demostrar que su realidad y su mayor interés se ubica en un Dibujo realizado a partir de ciertas tramas en donde configura su esquema de trabajo y desde donde anuncia sus búsquedas y sus encuentros en la realidad interior, realidad que en ocasiones la artista emparenta con realidades sociales, temas del hombre y sus circunstancias. Elsa Mareque ha intervenido en numerosas muestras colectivas a partir del año

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1983 y algunas pocas individuales, quizás por una postura más recoleta en cuanto a su desarrollo personal. Nuestro conocimiento de su labor, casi por casualidad, se remite precisamente a una exposición individual que hiciera hace pocos años en el Centro Cultural de la Cooperación, en la Av. Corrientes 1543. Al ver una obra de ella en Facebook anunciando su muestra nos acercamos a esa sala de arte del Centro mencionado. Estar frente a su obra nos sorprendió muy gratamente y asistir a un encuentro con sus Dibujos pudiendo realizar una lectura cercana por la disposición oportuna de los trabajos en la sala, su tamaño y por lo más valioso, su trascendencia. Un juego de tramas organizado con clásico entusiasmo pero penetrante al testimoniar lo reconocido en las calles y avenidas de lo espiritual, construidos a partir de un ejercicio afín al automatismo psíquico devenido del surrealismo, pero más cercano a la actitud neorromántica de realización, conformando con pulcritud y

Por Blas Vidal

elaboración, ya sea con lápiz o tinta, valores que destacan fielmente su tránsito por estos territorios delicados del alma que la artista camina con seguridad y respeto. Creemos que es necesario poner en tapa personalidades que por diversas circunstancias personales, de temperamento, han preferido cierto anonimato para así poder desarrollar una obra de maravilla. Con estas palabras de cuidada atención nos es grato también decir que Elsa Mareque forma parte de un Grupo que integramos hace ya casi tres años con Patricia Gayone, Flor Salas, Guadalupe Bujan y Blas Vidal, todos ellos Dibujantes, Grupo denominado “Siete Damas y Un Caballero” y las escultoras Liliana Sepiurka, María Andrea de Anzorena y Magdalena Pini. Su reciente muestra en este colectivo acaba de realizarse en la Galería Vermeer de Buenos Aires, Suipacha 1168. Saludamos desde aquí su entusiasmo y sus logros, que posibilitan advertirnos simbólicamente de alcances de vuelo alto en el devenir de la vida, y más allá de ella.


La artista junto a sus obras

Obras de Elsa Mareque

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