Café Tortoni 160 años 1858/2018 Parte II

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Palco Osvaldo Piro

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l 9 de noviembre de 2018, en un encuentro cálido y emotivo, se bautizó con el nombre de Osvaldo Piro al histórico Palco del Café Tortoni. Para celebrar esta iniciativa y homenajear al maestro, Mario Sejas le entregó la Medalla Conmemorativa del Sesquicententario del Café y se descubrió un filete, obra del artista Jorge Muscia. La Academia Porteña del Lunfardo, la Asociación Gardeliana y numerosas personalidades y artistas de la música ciudadana enviaron adhesiones al acto. Sobreviviente de una época en la que el tango constituía una presencia viva en los principales cafés porteños, tuvieron lugar encuentros en los años 1977 y 1978 en los que el palco albergó a los máximos exponentes de nuestra música ciudadana: Roberto Goyeneche, Osvaldo Piro, Rubén Juárez, Rossana Falasca, Hernán Salinas, Josefina, Héctor Arbelo, Guillermo Fernández, María José, Francisco Llanos, Rubén Guerra, el Tango Trío, Tangata Rea. En el Café puede apreciarse un dibujo de Sonia Labraña que deja el testimonio de Paquita Bernardo, la primera mujer bandoneonista que trascendió en los palcos de los cafés, especialmente de la calle Corrientes.

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Osvaldo Piro en el antiguo palco del Café

Mario Sejas entrega la Medalla Conmemorativa del Café a Osvaldo Piro


“...Se me hace que escucho la voz de Carlitos...”

Carlos Gardel Obra de A. Sabaté Oliver

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n 1927, el paisaje que ofrecía Buenos Airs era muy distinto del que conocemos hoy, La ciudad todavía no lucía el trazado vertical de sus edificios. La calle Corrientes era angosta y no se había construido el Obelisco. Pero el Tortoni sí estaba y a él concurría caminando desde la Casa Rosada, el Presidente de la Nación Marcelo T. de Alvear, ávido por escuchar a los poetas, escritores, músicos y disertantes que se reunían en la “Agrupación de Artes y Letras La Peña”, fundada un año antes, en 1926, por Benito Quinquela Martín, Alfonsina Storni y otros jóvenes soñadores en La Bodega del Café. El 27 de junio de 1927, en sendas crónicas periodísticas, se publicó el relato de un homenaje realizado en La Bodega al dramaturgo y escritor siciliano Luigi Pirandello del que participó Carlos Gardel. La Prensa lo narraba de esta manera:” Finalmente, el señor Carlos Gardel, acompañado por los guitarristas Barbieri y Ricardo, interpretó varias canciones pampeanas y porteñas”. Por su parte, La Nación consigna: “El estilista Carlos Gardel,

acompañado por los guitarristas Barbieri y Ricardo, interpretó varios aires típicos pampeanos y porteños.” El poeta Héctor Negro, en una nota del diario Clarín del 9 de octubre de 1993, hacía esta reflexión “Llama la atención que en ninguna de las crónicas se menciona la palabra tango, al que se le denomina “aire” o “canción” porteña. ¿Habrá sido por la condición de acontecimiento artístico-cultural del acto y los prejuicios de los cronistas? Lo cierto es que años después, en otra publicación situada en la década del ‘50 identificada como Revista porteña. Suplemento de Selección de ídolos, en una nota titulada “Lo que nunca se dijo de Gardel”, sin firma, se lee el siguiente párrafo, referido a esa noche: ‘Quienes fueron testigos de ella narran que solo durante un momento Luigi Pirandello animó su expresión. Fue mientras Gardel cantó Mi noche triste, Rosas de otoño y Senda florida’”. Esta anécdota de la participación de Gardel en ese acto fue la que inspiró al autor del tango “Viejo Tortoni”, al que Eladia Blázquez puso música, el verso que titula esta nota. Carlos Szwarcer, historiador, periodista y escritor narra el encuentro de Pirandello, próximo a cumplir 60 años, y el Zorzal Criollo: “La velada comenzó varias horas antes, en la noche del 25. Las crónicas de la época informan que hubo numeroso público, especialmente gente de las artes y las letras que concurrieron anunciada la fiesta. Precediendo la llegada del agasajado ejecutó tres piezas clásicas el pianista Herberto Paz, recitó el poeta Soler Darás, cantó Antonieta Silveyra de Lenhardson -quien años después sería renombrada cantante del Teatro Colón- y María Suasnábar interpretó al piano motivos folcloricos. Relató varias fábulas el Sr. Carlos Prina y el poeta Enrique Méndes Calzada realizó una ‘charla humorística muy festejada’. Más tarde el barítono ruso Gregorio Scetloff cantó dos composiciones populares. La llegada de Pirandello se produjo poco después de la media noche, al concluir su función en el Teatro Odeón. Ingresó al Tortoni, en medio de calurosas manifestaciones de afecto, acompañado por parte de su elenco. (...) El notable caballero, oriundo de Agrigento y mundialmente admirado, se sumergió con sus acompañantes en el recinto del subsuelo del Café. (...) La bienvenida al futuro premio Nobel de Literatura (1934) estuvo a cargo del narrador y dramaturgo Roberto Mariani, en nombre de la ‘Junta Ejecutiva de La Peña del Tortoni’ quien presentó al invitado de honor con ‘breves palabras’ y ‘oportunos términos’. Así dio comienzo al acto que contaba también con la presencia de Benito Quinquela Martín. (...) Como broche final se presentó Carlos

Luigi Pirandello Obra de Blas Gurrieri

Gardel, acompañado por sus guitarristas, Guillermo Barbieri y José Ricardo, interpretando Mi noche triste, Rosas de Otoño y Senda florida. Los temas fueron excelentemente recibidos por Pirandello, quien escuchó con suma atención . Al parecer, fue esta parte del espectáculo la que pareció disfrutar más el ilustre invitado. ‘Discreto y humilde’, de ‘parcos ademanes’ y ‘sonrisa leve y melancólica’, se sensibilizó notablemente con la inigualable voz y el arte escénico de Gardel. Aseguran algunos autores, rememorando esa noche, que hubo una singular expresión de admiración en el rostro del literato italiano al escuchar al cantante argentino que desbordaba vitalidad, y que en ese entonces contaba con treinta y siete años y una carrera artística en pleno ascenso. (...)” En el Tortoni, como testimonio inalterable de aquella noche, pueden admirarse hoy las esculturas de Carlos Gardel, obra de André Sabaté Oliver y de Luigi Pirandello, realizada por Blas S. Gurrieri, en un diálogo silencioso, acaso departiendo sobre sus luminosas creaciones y la permanencia en este ámbito, 90 años después...

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Ciclos Culturales Sería una misión imposible rescatar la cantidad de actividad cultural que particulares han llevado a cabo en el Tortoni durante un período de tiempo de variable duración. Todos ellos han contribuido a que el Café continuara con su derrotero como anfitrión del entusiasmo espiritual de quienes los propiciaron y a todos ellos el Tortoni les manifiesta su agradecimiento. Aquí mencionamos los que actualmente, en el momento del 160º aniversario, siguen vigentes con su programación en el Café.

Juan Salvador Di Tullio

LABORATORIOS GADOR, que lleva muchas décadas al servicio de la salud de los argentinos, desarrolla, desde hace más de veinte años, Veladas Culturales para agasajar a los profesionales del arte de curar. Este ciclo, poco común en el ámbito empresario, está coordinado desde sus inicios por Juan Salvador Di Tullio, creador y director del Grupo de Teatro Latino y tiene lugar el primer viernes de cada mes en la Sala Quinquela Martín del Tortoni.

Presentación artística del Grupo de Teatro Latino que el público tanto disfruta

RINCON LIRICO Hace 12 años que este grupo de soñadores y poetas desarrollan su actividad en la Sala César Tiempo. Sus iniciadores fueron: Ernesto Pereiro, Donato Perrone, Maidana, Amalia Lavira, Liliana Siracusano, Mary Tesei, Stella Maris Cardoso y Juan Carlos Paisak. Todos los miércoles, alrededor de las 19.30 tienen lugar los encuentros de escritores y poetas que intercambian sus creaciones e invitan también a participar a colegas de otros países. Foto: sentado Ernesto Pereyro (en el centro); a la derecha Maidana. De pié: Amalia Lavira, Stella Maris Cardoso, Juan Carlos Paisak, Liliana Siracusano.Sentado: Donato Perrone, Jose Giglioti, Mary Tesei, Carmelo Lancilota

ASOCIACIÓN CRISTIANA DE JÓVENES (YMCA) La YMCA-Asociación Cristiana de Jóvenes desarrolla en el Café Tortoni una parte importante de su programa del “Espacio Cultural YMCA”. Sucede desde hace quince años y los siguientes ciclos lo conforman: “Sinfonía del Lunfardo”, “Debatiendo la Cultura”, “El humor es cosa seria” y “Encuentros con la Poesía”. Los principales referentes de las diferentes temáticas abordadas han honrado con su talento y calidad estos ciclos institucionales. La YMCA-Asociación Cristiana de Jóvenes agradece al mítico Café Tortoni la posibilidad de compartir este aporte a la cultura.

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CAFÉ CIENTÍFICO El “Café Científico” de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales se desarrolla desde 2014 en las instalaciones del Gran Café Tortoni y guarda como objetivo principal alentar la interacción entre científicos y científicas y la población, en el marco de un ambiente cálido e informal en el que se puedan compartir las últimas noticias de cada disciplina. Con la conducción de la reconocida periodista científica Nora Bär, entre los invitados e invitadas al ciclo pueden mencionarse a: Armando Parodi, Alberto Kornblihtt, Adrián Paenza, Diego Golombek, Facundo Manes, Mariano Sigman, Félix Mirabel, Alicia Fernández Cirelli y Miguel Blesa, Alberto Rojo, Pablo Amster, Fernando Hisas, Matías Bianchi, Julio Durán, Miguel Laborde, Nora Gómez, Irina Izaguirre, Marcelo Risk, Leandro Di Persia, Guillermo Artana, María Carozzi.

NARRACIÓN ORAL Desde el año 2001 el escenario de La Bodega se transformó en centro de difusión de la Narración Oral para adultos. Desde allí se divulgaron textos de autores clásicos como Chejov, Oscar Wilde, Mujica Lainez, y versiones libres de algunos más modernos como Clarice Lispector, Fontanarrosa y Cecilia Pisos entre otros.

CAFÉ DIPLOMÁTICO Es la 4ta. Temporada de “Cartas Credenciales diálogos con la Diplomacia”. Son 13 encuentros durante 2018 en la Sala Eladia Blázquez. Las entrevistas son con público invitado y en este marco icónico de la cultura de Buenos Aires se reciben a los diplomáticos y funcionarios que aportan palabras, conocimientos, ideas y aires de su tierra. Con el mismo espíritu de confraternidad de siempre entre países y con Argentina abierta al mundo.

ROTARY CLUB CATEDRAL AL SUR se reúne desde hace más de 25 años todos los Jueves a las 8.30 hs en el Gran Café Tortoni. Este club cuenta con 22 socios y casi 27 años de vida desde su fundación. Se concentran en cubrir las diferentes necesidades de la comunidad en el área de Salud, Educación y Medio Ambiente. En este sentido, otorgan anualmente becas escolares para estudiantes secundarios, ponen en valor los diferentes jardines del Hospital Rivadavia y trabajan para dotar de sillones nuevos y un láser al Hospital Municipal de Odontología José Dueñas, de esta ciudad. Rotary es un organización de 113 años de antigüedad, con más de 1.200.000 rotarios en todo el mundo, que se reúnen en casi 33.000 clubes, como el Rotary Club de Catedral al Sur. El fin último de esta organización es promover la Paz Mundial.

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Día de los Cafés

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l 5 de octubre de 2000 se instituyó el 26 de octubre como “Día de los Cafés de Buenos Aires”. El proyecto fue presentado por los Diputados de la C.A.B.A. Fernando A. Finvarb, José Luis de Imaz, Felipe Manuel Figuerero, Roberto Arellano y Guillermo Oliveri. Entre los fundamentos del proyecto figuran: “El Café Tortoni, símbolo de los cafés de la Ciudad de Buenos Aires es el más antiguo entre los aún existentes. ...La trascendencia que el Tortoni ha adquirido para la cultura de Buenos Aires en particular y de la Argentina en general. Estamos convencidos entonces, que la fecha elegida, 26 de octubre, adquiere un valor simbólico de importancia y es el día más indicado para celebrar a todos los Cafés de Buenos Aires”. La tarde del 26 de octubre de 2000, para aquella primera celebración, tuvo lugar un espectáculo en La Bodega con la asistencia de alrededor de 200 personas en el que participaron Patricia Barone y Susana Rinaldi, quien cerró el acto cantando “Viejo Tortoni” y “Café de los Angelitos”.

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Sentados,de izquierda a derecha: Alberto Mosquera Montaña (poeta), Julio De Caro (músico), Roberto Tálice ( escritor y director teatral), César Tiempo (poeta y escritor). Segunda fila, sentados: Carlos Cañás (pintor), De Pie: Santiago Gómez Cou (actor), Ricardo M. Llanes (escritor), Carlos Mastronardi y Julián Centeya (poetas). Sobre la mesa, de derecha a izquierda, fotografías de : Benito Quinquela Martín (pintor), Alfonsina Storni (poeta) y Ana María Moncalvo (grabadora)

En 1974, con el auspicio del Capítulo Argentino de la Unión de Mujeres Americanas (U.M.A.R.A) y la adhesión de Los Amigos del Café Tortoni y de la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, se inauguró en la Galería El Mensaje una exposición de aguafuertes de Ana María Moncalvo para homenajear a los Cafés porteños, entre los que se encuentran: Los Inmortales, El Telégrafo, Confitería Real, Richmond (Florida), La Brasileña, Royal Keller (Grupo Martín Fierro-Florida), El Tropezón, Aue´s Keller, Tortoni, Tortoni (Amigos del Café), Tortoni (otros personajes), Paulista (Corrientes), El Japonés (Grupo de Boedo), El Japonés (Grupo de Boedo - otros personajes), San Martín (20 pintores y escultores), Jockey Club y Bar Leoni. Y como también fue amiga entrañable del Café Tortoni, en la Sala Alfonsina se exhibe una exposición permanente de grabados de su serie “Homenaje al Tango”.


Medallas Conmemorativas “En 1988, con motivo del 130º Aniversario del Café, con el auspicio de la Asociación Numismática Argentina, se dispuso acuñar una medalla conmemorativa destinada a recordar el prestigio que adquirió, merced a su labor, la presencia y la adhesión de las figuras más representativas del pensamiento y del espíritu argentinos.” (Angel Mazzei - Nov. 1988) En ese año, la recibieron como prueba de sus extraordinarios méritos intelectuales y su afecto por nuestro país, Rafael Alberti y Julián Marías. La medalla, obra del escultor Juan Roberti, representa el frente del Tortoni, con parroquianos sentados a sus mesas sobre la vereda de Avenida de Mayo. En 2008, para celebrar su Sesquicentenario, el Tortoni encomendó al maestro Antonio Pujía la realización de una nueva medalla conmemorativa. La obra se realizó con el procedimiento de bronce fundido a la cera perdida que luego recibió un baño electrolítico de plata pura (1.000). La medalla representa a dos parroquinanos sentados a una de las mesas del salón principal. Su estructura redonda está sostenida por una base de mármol negro.

El maestro Antonio Pujía con la Medalla del Sesquicentenario del Café Tortoni

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Tango en el Café Si bien el jazz hechó sus raíces en el Tortoni, la música ciudadana fue imponiendo paulatinamente su presencia, tanto en La Bodega, hoy Sala Quinquela Martín como en la Sala Alfonsina. Muchos artistas han expresado con su talento los valores del tango. Entre otros, María Volonté, Silvia Nieves con el Trío Marmo y Lydia Orsi con el Trío Tango Testimonial precedieron la etapa que, a partir de 1995 y hasta hoy, representa uno de los atractivos más apreciados entre los que ya posee el Café para el turismo nacional e internacional. Desde aquél año, ambas Salas llevan puestos en escena más de 6.000 shows. Con los espectáculos del presente, rendimos homenaje a los cientos de cantantes, músicos y bailarines que pasaron por el Tortoni.

Mission Tango

Jorge Rattoni: pianista y Director Musical; Tito Farías:bandoneón Carlos Rossi y Virginia Verónica,cantantes Mara y Fernando: bailarines Hugo Gómez: bajo eléctrico

Sensaciones de Tango

Guillermo “Kuly” Gómez, Roberto Minondi, Gladys Barreiro y Flavio Catuara

Un tango, vos y yo:

Silvia Nieves y el Trío Marmo

Nora Bilous en Concierto:

Leonel Gasso: bandoneón Leandro Feigin: flauta Claudio Scheinkman:contrabajo Matias Feigin: Piano y Dirección.

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Vidrio, luz y color

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l vidrio ha sido un material usado desde tiempos inmemoriales. Su origen sigue siendo incierto, y como los grandes descubrimientos se cree que fue por azar. Desde hace siglos fue usado como material no sólo a nivel industrial sino como elemento compositivo en el arte y las artesanías. Observar los vitrales, lucernarios y rosetones en las iglesias basta para darse cuenta de la capacidad expresiva que está contenida en el diálogo constante entre el vidrio y la luz que se filtra a través de ellos. A fines del siglo XIX Louis Confort Tiffany (hijo del famoso joyero) se distanció de las tradicionales técnicas para darse paso a una nueva concepción en cuanto a la técnica y aplicación de vidrios coloreados. Nace la técnica Tiffany y con ella las lámparas. El Café Tortoni en su labor incesante en favor de la promoción de eventos culturales, mantiene una exposición permanente de lámparas realizadas por quien escribe y colegas que ya no están entre nosotros. ¿Qué misterio encierra el Tiffany como técnica que cuando la conocemos y experimentamos no nos deja ir? Cuando uno comienza a pensar en función de la luz, el espacio, la transparencia, los colores y las formas, se genera una mezcla de placer, emoción y expectativas difíciles de describir…pero se siente. Es pensar en una forma que surge a partir de pequeños trozos de vidrio que irán cobrando vida para nacer en una pieza de la que en algún momento uno puede despedirse. Por eso la intensidad puesta en el trabajo se recicla en el placer de quien la adquiere o simplemente la observa con detenimiento, porque esa pieza es irrepetible, única, y a veces cuesta soltarla, ya que con ella se va un poco de nosotros. Por eso el proceso de enseñanza de la técnica conlleva la valoración de lo que implica realizar una pieza que nadie puede repetir con la misma emoción pero es una tarea que cualquiera puede realizar. En el taller se trata de ir llevando al alumno a que incursione en sus propios diseños, haga sus propias experiencias y tome lo ya confeccionado como mero referente técnico. Las lámparas expuestas en el Café Tortoni están realizadas con toda la dedicación y pasión que ponemos quienes estamos en contacto con la comunicación y expresión artística en todas sus formas. Marta Fernández Blanco

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Arte A lo largo de los años, los salones del Café se han ido nutriendo de arte y color. Esculturas y cuadros convierten al Tortoni no sólo en un recinto gastronómico, sino también en un verdadero museo o galería en donde detenerse para apreciar las obras expuestas. Los estilos y las técnicas son muy variadas y la cantidad de cuadros es muy importante como para poder exponerlos a todos, por eso aquí se reproducen algunos de los que tienen que ver, en su temática, exclusivamente con el Tortoni. Proponemos, para visualizar en su totalidad las obras que tapizan las paredes, realizar un ameno paseo por el interior del Café para detenerse y admirarlas.

A. Marteau

Blas Vidal

H. Spinetto

Oscar Sar

Nicky Chiarello

A. Roca

Lola Frexas

Afiches por el 140º aniversario del Café Celia Botto Peyrou

Norberto Pagano

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Celia Chevalier

María Bronenberg


Benito QuinquelaMartín, obra de Luis Perlotti; Alfonsina Storni, Fragmento del Monumento en La Perla, Mar del Plata. Obra de Luis Perlotti: Juan de Dios Filberto, obra de Luis Perlotti; Alberto Mosquera Montaña, obra de Antonio Pujía

Jorge Luis Borges, obra de Juan Carlos Ferraro; Julián Centeya, obra de Antonio Pujía; Luigi Pirandello, obra de Blas Gurrieri

Alfonsina Storni, Carlos Gardel y Jorge Luis Borges. Obra de Gustavo Fernández que se realizó con el auspicio de Art Saint Michel, París, Francia. Junto a los personajes, Alberto Mosquera Montaña (izq.) y Ben Molar (der.)

Carlos Gardel, obra de A. Sabaté Oliver

“Terceto”, obra de Leo Vinci

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GalerĂ­a de Personajes

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(Algunos de los muchos que visitaron el Tortoni)

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Roberto Fanego: Anfitrión de la Amistad Por Susana Rodríguez Parera Nota publicada en Buenos Aires Cultural Número de Primavera de 2016

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odo comenzó en Galicia. Acodado en una ventana de aquella casa de paredes de piedra y lajas negras en la ladera de la montaña, el joven Fanego dejaba perder su mirada en la ondulación azul y fría del Mar Cantábrico. Eran tiempos difíciles. Había que buscar nuevos horizontes. Y la Argentina lo esperaba. Aquí encontraría un amor con quien formar una familia. Dos hermanas casadas con dos hermanos. Y llegaron los hijos. El joven inmigrante se dedicó a la gastronomía. Primero, una confitería en la que su hijo, Roberto, niño aún, realizaba los delivery a cambio de alguna propina que le serviría para concretar sus gustos infantiles. Más tarde, un segundo local, en Belgrano y La Rioja y aunque el colegio secundario ya no dejaba tiempo para llevar los envíos a los clientes, en cuanto podía, el adolescente ayudaba en la caja; el trabajo era arduo: no existían todavía las cajas registradoras, pero a nuestro joven amigo le encantaba esa tarea. Cuando tenía 20 años, su padre los llevó a él y a una de sus hermanas a conocer los bellos paisajes gallegos de los que se había despedido tiempo atrás. Una hermosa experiencia en barco con 15 días de navegación para ir y otros tantos para volver. De regreso, siguió con su estudio en la Facultad de Ingeniería, pero no era su vocación. Después, la conscripción y el primer trabajo como viajante de comercio, que le permitió recorrer y admirar gran parte de la Argentina junto con un compañero a bordo de un Falcon Rural, sobre todo la Patagonia, donde se detenían en los paradores del Automóvil Club Argentino. Pero, como su padre, Roberto necesitaba encontrar nuevos caminos aunque no hiciera falta atravesar el mar.

Aquel lejano y decisivo noviembre Un día se enteró de que en el Tortoni se había formado una cooperativa de trabajo. Eran 20 socios de los cuales 15 tenían que trabajar de mozos y los otros 5, en la caja y en tareas administrativas. El 1º de noviembre de 1956 Roberto Fanego comenzó a trabajar en el Café. Recuerda los salones oscuros, el roble apagado de la boissserie, la iluminación con tubos, que había reemplazado a los viejos globos de vidrio, las columnas verdes, los vitraux sin luz, las paredes pintadas. El Café no estaba ajeno a las dificultades de la época. En aquellos tiempos era frecuentado por los oficinistas y comerciantes de la zona y gente que había concurrido a “La Peña”, quienes comentaban sobre las personalidades que se daban cita en aquel rutilante espacio: Quinquela Martín, César Tiempo, Ulyses Petit de Murat... Después de “La Peña”, la Bodega albergó a la Asociación Tradicionalista “El Lazo”, de carácter folclórico y social en la que participaba Cora Cané y a la que concurría Atahualpa Yupanqui, entre otros artistas. Los viernes se hacía un fogón y los sábados había baile. También se daban ciclos de conferencias. Estaba ambientada como un patio campero. Con el tiempo “El Lazo” empezó a declinar. “Con Jaime Furman, que pertenecía a la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, a veces le pedíamos permiso a ‘El Lazo’ para organizar alguna charla u homenaje.” En la Asociación, Fanego conoció a Ricardo Llanes, que tanto sabía de la Avenida y del Tortoni y se adentró en la historia del Café. Dice Ulyses Petit de Murat: “El período de la Peña del Tortoni es breve en el tiempo: apenas el chispazo de los dieciséis años que van desde 1926 hasta su desaparición, en 1943. Ciertamente la benevolencia de Roberto Fanego y el empeño de “El lazo” y de los “Amigos de la Avenida de Mayo” que preside Jaime Furman le han dado una especie de continuación, en fechas separadas por intervalos, llamaradas pasajeras en lugar de lo que era un fuego incensante.” Posteriormente, el 22 de agosto de 1973, con la presidencia de Alberto Mosquera Montaña, se crea la “Asociación Amigos del Café Tortoni”, continuadora de la vieja Peña y que desarrolló una fecunda actividad cultural. A fines del año 2015, acompañado por Nicolás Prado, Gerente del Café y nieto de Edmundo Barros, otro joven que ingresó al Tortoni junto con Fanego, Roberto pudo entregarle la Medalla Conmemorativa del Sesquicenteranio del Café al Papa Francisco. Gran broche de oro para tan extensa trayectoria.

El hacedor A esta altura del relato, se pone de manifiesto que aquel joven que había abandonado la carrera de Ingeniería, encontró en el Tortoni su vocación: se dedicó con pasión a investigar su historia, a descubrir testimonios, a desempolvar vajillas y recuerdos. Amable y distinguido anfitrión, atiende con igual cordialidad a personalidades y desconocidos que quieren indagar sobre el pasado del Café más antiguo del país. De a poco el Tortoni fue recobrando el brillo perdido. Las paredes pintadas se cubrieron con el empapelado adecuado, las columnas se lucieron con el color bordó y artistas y escritores comenzaron a obsequiar cuadros, obras de arte y piezas importantes en la seguridad de que había en Roberto Fanego un custodio inmejorable que atesoraría en vitrinas y bibliotecas tanto material valioso. En estos últimos 60 años, la vida de Fanego, más allá de las contingencias personales, de haber formado una hermosa familia, está ineluctablemente entrelazada a la vida del Tortoni. A tal punto que su hijo, Darío, seguidor de la estirpe, también forma parte del Café y es uno de sus gerentes. Con su espléndido clima cultural, tan tradicional, tan porteño, tan amable para las conversaciones sin tiempo en sus mesas antiguas de mármol de Carrara, no era de extrañar que dos artistas sensibles de la ciudad como Eladia Blázquez y Héctor Negro, le dedicaran un tango.

“Con algo de templo, de posta y de bar” “Un día traje un casete donde tenía grabada música de Vivaldi y canto gregoriano y quise saber cómo sonaba cuando no había nadie, teniendo en cuenta lo que Negro escri-

Roberto Fanego junto a su hijo Darío, Gerente del Tortoni

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bió en ‘Viejo Tortoni’. En Europa, muchos de los Cafés tradicionales, el Greco, en Roma, el Florian, en Venecia, no tienen paredes tan altas, los techos son más bajos, por eso el Tortoni tiene ‘algo de templo’. La imponencia de esta arquitectura le llama la atención a los turistas.” “En el Tortoni encontré mi ámbito. Entrar acá me encantó. Escuchar a figuras como Borges, César Tiempo, que me recuerda en un libro, Julián Centeya, Ulyses Petit de Murat. Compartir con Quinquela la tallarinada de colores en el tercer piso del Museo de la Boca cuando le entregó la Orden del Tornillo a Milagros de la Vega.Quinquela se ponía el uniforme de marino y daba un discurso mitad en serio y mitad en broma. Gómez Bas era otro personaje. Todo fue muy importante para mí.”

Reconocimientos

Una de las tareas ineludibles a lo largo de todos estos años: ordenar los objetos que se reciben, acomodar vitrinas, darles espacio a cuadros y libros....

Roberto Fanego fue homenajeado por instituciones privadas, barriales y culturales. Creemos que la ciudad todavía le debe el suyo por mantener viva la identidad de un lugar tan icónico de Buenos Aires. Basta con recordar que el 26 de octubre se celebra el “Día de los Cafés” por ser la fecha en que el Tortoni abrió sus puertas a la Avenida de Mayo; sin embargo, fue reconocido por algunas de las plumas más prestigiosas de la literatura argentina que frecuentaron el Café. “Si la Avenida de Mayo fuese un ser humano, su alma sería el Tortoni”, escribió Cesar Tiempo. Y añadía, en relación con La Peña, que había cerrado treinta años antes:”Nos consuela pensar que Roberto Fanego, el actual conductor del Tortoni, impregnado de ese

espíritu, está haciendo lo posible para que la antorcha permanezca encendida y su casa siga acogiendo a los soñadores de siempre, persuadido de que la historia de la inteligencia es una historia de resurrecciones. Sólo vive lo que continúa”. (Buenos Aires esquina Sábado, Ed. Archivo Gral. de la Nación, Buenos Aires, 1997). Y Fanego continúa... Recorriendo una y otra vez las baldosas gastadas desde la entrada de Avenida de Mayo hasta el fondo de la Peluquería, acomodando vitrinas, atendiendo gente, recibiendo libros. Su figura distinguida, después de cuarenta años de amistad, nos recibe con la sonrisa y la calidez de siempre y el mismo empeño en mantener el bajo perfil que lo caracteriza. Aquel muchachito, hijo de gallegos, halló su destino. Sin él, el Café no sería el mismo. Gracias a Roberto Fanego, el Tortoni seguirá vivo en la elección de soñadores futuros a los que alguien, alguna vez, les contará la historia de los finos espíritus que lo habitaron y de un ángel guardián que supo cobijarlos.

Nicolás Prado y Roberto Fanego hacen entrega de la Medalla del Tortoni al Papa Francisco

Patriarca y juglar del Tortoni E

Por Rubén Landolfi Nota publicada en Buenos Aires Cultural Número de Primavera de 2017

l “ ...toldo tirante y empapado de este viejo Tortoni conocido” de Baldomero, ya no está. Esta vez, la misma lluvia nos invitaba a llegar cuanto antes a la Legislatura porteña. Era una cita de Honor....era una cita de Amor.... Nos convocaba el reconocimiento de la ciudad de Buenos Aires a la infatigable voluntad de un hombre que dedicó más de 60 años de su vida a sostener Sueños ...y Gratitudes. Siguiendo la vieja tradición instituida por Celestino Curuchet y junto a Alberto Mosquera Montaña, Roberto Fanego le posibilitó a poetas, músicos, pintores y artistas, expresarse en las paredes y los escenarios del Café. Más de un centenar de personalidades locales y extranjeras recibieron admiración y afecto con forma de Jarros, Pocillos y Medallas. Ansiosos, casi apurados, subimos las escaleras hasta el primer piso. Un pasillo circular, de esos que generan la ilusión de volver siempre al punto de partida, nos conduciría al Salón Eva Perón. Roberto Fanego ejerce el poder de los sabios: Logra que se haga lo que hay que hacer; sugiriendo ...sólo sugiriendo.... Junto a mi esposa, Susana Rodríguez, conocemos el Café desde la década de los 70. En 1995 editamos el primer número de la revista Buenos Aires Cultural. En todos estos años, creo que Fanego subió una o dos veces al escenario en los actos que se organizaron. Eran las 18.10 del viernes 8 de Septiembre cuando la locutora dio por comenzado el acto. El ágape para el brindis esperaba en un ambiente de cálida y distendida “solemnidad parlamentaria”... La Crónica oficial publicada en la Página de la Legislatura porteña, nos ofrece una apretada síntesis. “Roberto Fanego, uno de los dueños del histórico Café Tortoni, fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante un acto que se realizó en el Salón Eva Perón, encabezado por el diputado Emilio Raposo Varela (PRO), autor de la iniciativa.” “Es muy importante que la Legislatura, la casa del pueblo, sea escenario de esta reunión de amigos, para honrar a esta personalidad. Decir Tortoni es decir Roberto Fanego”, introdujo Raposo. El diputado recordó que el Café fue fundado en 1858 y tuvo como parroquianos a lo largo de su historia a gran cantidad de artistas, como el cantor Carlos Gardel, el escritor Jorge Luis Borges, la actriz Tita Merello, el cantante Miguel de Molina, el compositor Julio

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de Caro, el periodista Alejandro Dolina o la Agrupación de Gente de Artes y Letras, liderada por el pintor Benito Quinquela Martin a principios del siglo XX. Y resaltó que Fanego fue artífice de “la refundación del Tortoni, cuando en 1956, él y otros que trabajaban allí decidieron comprarlo”. Luego de entregado el diploma a Fanego, el guitarrista y cantor Alfredo Sáez cantó el tango “Sur” y un valsecito criollo, para el deleite de los familiares y amigos del homenajeado. Cabe señalar que la participación de Susana Rodríguez, Directora de Buenos Aires Cultural, se debió a la fina delicadeza de Roberto Fanego. Con el temor de ser traicionado por la emoción, la designó para hablar en su nombre y en el del Café: “En 1973 entramos al Café Tortoni por primera vez con Rubén Landolfi, mi compañero de vida, de la mano de nuestro querido y recordado amigo Alberto Mosquera Montaña. Él nos presentó a Roberto Fanego. Siendo tan jóvenes, quedamos impresionados al enterarnos de las personalidades que habían pasado por allí y más aún al ver cómo tanto el lugar como los testimonios y recuerdos de aquellos pasos ilustres estaban siendo custodiados amorosamente por Fanego.

Con el correr de los años, nosotros también pudimos ir conociendo y admirando a muchísima gente que conformaba el mundo cultural porteño en sus distintas manifestaciones: escritores, periodistas, artistas plásticos, poetas, gente sensible que concurría al Tortoni para compartir la magia del lugar. Y Fanego siempre estaba presente. Fanego, su patriarca, porque es el poseedor del alma del Café, y su juglar, porque registra en su memoria infinitas anécdotas, historias y recuerdos que transmite en tono íntimo a quién esté dispuesto a escucharlo. Y como es un cultivador del perfil bajo, generosamente me pidió que esta tarde leyera en su nombre estas palabras: En primer lugar agradecer enormemente a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y a los impulsores de esta prestigiosa distinción que me otorgan, los legisladores Eduardo Santamarina y Emilio Raposo Varela. Sólo decir que es mi deseo preservar de alguna forma, a través de la labor efectuada, la memoria ciudadana, expresando mi reconocimiento a todos aquellos que han contribuido y/o contribuyen a mantener la historia que tanto nos enorgullece. En lo personal, agradecerles a los muchos que me han ayudado durante estos 60 años a desarrollar mi vocación, mi pa-

sión por investigar la historia, descubrir testimonios, desempolvar recuerdos de Buenos Aires y del querido Café y humildemente cobijar en él a tantos finos espíritus que lo habitaron y visitaron, los que de alguna manera dejaron en mí su invalorable huella. Finalmente alentar a los que en el futuro quieran continuar con la labor, para la que contarán con todo el apoyo que pueda brindarles.” Un aplauso cerrado inundó el recinto. Acompañado por su familia, socios del Café y amigos, levantaron su copa entre otros: Manuel Pérez Amigo, Oscar Sar, Luis Grossman, Horacio Spinetto, Juan Di Tullio, Luis Zorz y Sra., Sergio Zorz, Sr. Guerrero y secretaria, de Casa Pintos, Carlos Szwarcer, Mario Guerrieri, Flavio Catuara, Benito Blanco, Mariana Vicat, Ricardo Alí y Sra, Fabián Grimaldi, Mario Sejas y Sra., Manuel Franco y Sra., Miguel González y Sra., Nicolás Prado, Fernando Lipfeld, Jorge Rattoni. Pero no fuimos los únicos... Ya no llovía.... La tarde con “Gris en el Alma” , se iluminó... Desde un verso celeste, nuestro querido poeta Alberto Mosquera Montaña también brindó.

De izq. a der.: Dip. Eduardo Santamarina, Roberto Fanego, Dip. Emilio Raposo Varela y Susana A. Rodríguez, Directora de Buenos Aires Cultural (Foto Legislatura CABA)

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Publicaciones Los Cuadernos del Tortoni comenzaron a publicarse en julio de 2000 por iniciativa de Roberto Fanego, Gerente del Tortoni, “para contribuir a un mejor conocimiento de la historia del centenario Café, de sus lugares y su gente cuyo destino rescata hechos artísticos y literarios del acervo documental y gráfico del Café.”

El libro “Café Tortoni”, editado en 1998 por Manrique Zago Ediciones S.R.L., refleja “la historia viva del tradicional Café. Su poesía, los creadores, sus anécdotas, sus obras de arte, su música y sus celebraciones. Una época de Buenos Aires que renace y vuelve a través de textos e imágenes”. Autores: Manrique Zago y Alberto Mosquera Montaña

“Gran Café Tortoni” 150 años con la cultura argentina 1858-2008 Con este título, Abey EDICIONES, con Dirección, producción editorial y texto de Mariana Vicat, rinde homenaje al Sesquicentenario del Café. En él se refleja, con gran profusión gráfica y fidelidad documental, su rica historia, las presencias de las personalidades que lo habitaron y su vínculo con las letras y las artes.

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Buenos Aires Cultural, la revista del Café Tortoni, nació en 1995 como un medio para difundir las actividades del Café. Con los años, enriqueció su contenido testimoniando distintos aspectos y hechos culturales de la vida de la ciudad a través de la participación de destacados colaboradores (A. Mosquera Montaña, José M. Peña, Lydia Orsi, Blas Vidal, Mario Sejas, Carlos Mathus, Eduardo Vázquez, Sergio Romero, Belén Herrera, entre otros) pero siempre sostenida por el afán de dar a conocer la actividad que tiene lugar en el Tortoni, mes a mes, convirtiéndose en una verdadera bitácora en su viaje por el tiempo a través de los últimos 23 años. Fundada por Rubén Landolfi, es dirigida por Susana A. Rodríguez. Se distribuye en forma gratuita.


Índice II

Palco Osvaldo Piro "...Se me hace que escucho la voz de Carlitos..." Ciclos Culturales Día de los Cafés Medallas Conmemorativas Tango en el Café Vidrio, luz y color Arte Galería de Personajes (Algunos de los muchos que visitaron el Tortoni) Anfitrión de la Amistad Patriarca y juglar del Tortoni Publicaciones

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Bibliografía: Gérard-Georges Lemaire, Teorías de los Cafés,1998, Buenos Aires, Éditions de l’IMEC / Éditions Éric Koehler Molinari, Ricardo Luis, Buenos Aires 4 Siglos,1980, Buenos Aires: TEA (Tipográfica Editora Argentina S.A. Llanes, Ricardo M, , La Avenida de Mayo, 1955, Buenos Aires, Colección Cúpula, Editorial Guillermo Kraft Limitada Varios autores, La Avenida de Mayo, 1989, Fotografías, diagrama de ilustraciones y selección de juicios “Así la vieron”: José María Peña; Elección de colaboraciones y supervisión general Ricardo T. E. Freixá, Buenos Aires, Fundación Banco de Boston Arias, Laura, Café Tortoni. Su verdadero origen, su solar ,Octubre 2000 , Cuaderno Nº 2, Buenos Aires Edición del Café Tortoni. De la Vega, Milagros, En aguas del recuerdo (Memorias), (1979), Buenos Aires, Ed. Corregidor Rodríguez Parera, Susana, Benito Quinquela Martín y “La Peña del Tortoni” (Historia de la “Agrupación de Gente de Artes y Letras), noviembre 2000, Cuaderno Nº 3, Buenos Aires, Edición del Café Tortoni. Rodríguez Parera, Susana, Asociación Amigos del Tortoni, Buenos Aires Cultural Nº 205, Agosto 2013, Edición del Café Tortoni Rodríguez Parera, Susana, Jazz en el Café, Buenos Aires Cultural Nº 210 , Enero/Febrero 2014, Edición del Café Tortoni Sejas, Mario, Filiberto y el Tortoni, Buenos Aires Cultural Nº 199, Enero/Febrero 2013, Edición del Café Tortoni Rodríguez Parera, Susana, “...Se me hace que escucho la voz de Carlitos...”, Buenos Aires Cultural Nº 225, Junio/Julio/Agosto 2017, Edición del Café Tortoni Rodríguez Parera, Susana, Y el histórico Palco del Tortoni halló su identidad, Buenos Aires Cultural Nº 227, Diciembre 2017/Enero/Febrero 2018, Edición del Café Tortoni Rodríguez Parera, Susana, Día de los Cafés; El arte agradece al arte de curar, Buenos Aires Cultural Nº 218, Septiembre /Octubre/ Noviembre 2015, Edición del Café Tortoni Fernández Blanco, Marta, Vidrio, luz y color, Buenos Aires Cultural Nº 211, Marzo 2014, Edición del Café Tortoni Rodríguez Parera, Susana, Anfitrión de la Amistad, Buenos Aires Cultural Nº 222, Septiembre /Octubre/ Noviembre 2016, Edición del Café Tortoni Landolfi, Rubén, Patriarca y juglar del Tortoni, Buenos Aires Cultural Nº 226, Septiembre /Octubre/ Noviembre 2017, Edición del Café Tortoni Vicat, Mariana, Gran Café Tortoni, 2007, Buenos Aires, Abey Ediciones Zago, Manrique/Mosquera Montaña, Alberto, Café Tortoni, 1998, Buenos Aires, Editorial Manrique Zago Ediciones S.R.L.

Fotografías

Archivo del Café Tortoni Gregorio Traub Antonio Pujía Rubén Landolfi

Café Tortoni 1858-2018 160 años Idea: Roberto Fanego Investigación periodística, producción y realización: Susana Rodríguez Parera y Rubén Landolfi Diseño gráfico: Alicia Primo, Osvaldo Rapetti Impreso en el mes de octubre de 2018 en Gráfica TXT S.A. Pavón 3441 C.A.B.A.

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