La cervatilla Alicia, el pingüino Jorge y los demás

A la cervatilla Alicia le gusta cantar. Con su voz dulce y melodiosa, se atreve con todo tipo de canciones, desde baladas hasta roqueras, cortas o largas, animadas o melancólicas. Para ella es algo muy placentero y que le alegra el alma, pues tiene que expresar todos los sentimientos que tiene dentro, y con las canciones lo puede hacer.
Alicia canta, y por las tardes llama a sus amigos del vecindario y del colegio.


Al pingüino Jorge le gusta pintar. Es su devoción. Coge el caballete, sus pinceles y sus pinturas, crea bellos y esplendorosos paisajes, castillos medievales y colegas animales de todas las clases. Jorge se lo pasa muy bien, plasmando en el lienzo todo lo que se le pasa por su imaginación. Crea sin límites y no desiste hasta que no ve el cuadro terminado, que para él suele ser hasta que no se siente cien por cien satisfecho.
Jorge pinta, y cuando sale de casa saluda a sus vecinos.



A la leona María le gusta ver las estrellas. Por las noches, como vive en un chalé y tiene un jardín, se queda felizmente observando todas las constelaciones; se las sabe de memoria y las puede reconocer muy fácilmente. Piensa que en las estrellas están sus antepasados observándola, y eso la llena de ilusión. Para ella las noches estrelladas son mágicas.
María ve las estrellas, y cuando va acompañada por sus hermanos, les enseña las constelaciones.
