Energía: Una industria con Valor

Page 1


Elizabeth Mar: de las investigaciones al producto

Raúl Rodríguez Márquez: liderazgo hídrico con mirada social

Alma América Porres: una carrera construida con técnica, ética y visión

DIRECTORIO

EDITOR EN JEFE

Andrea Vázquez Azpíroz

DIRECCIÓN DE ARTE

Karla Andrea Figueroa de los Cobos

DIRECCIÓN DE TECNOLOGÍA

Iliana Ruiz

STAFF OPERATIVO

Aranza Díaz

CEO & COFUNDADORA Noemí Díaz

COMERCIAL & COFUNDADOR Iván Castelán Navarrete

SUSCRIPCIONES

55 8996 0400

CONTACTO COMERCIAL Y VENTAS

55 8996 4000 EXT 101 comercial@b2v.mx

CONTACTO

+52 (55) 8996 0400 / contacto@b2v.mx

Av. Insurgentes #662 Piso 5 Col. del Valle. Alcaldía Benito Juárez, CDMX

B2V Magazine es una publicación digital de Medios y Valores Humanos S.A. de C.V. Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido, fotografías, ilustraciones, colorimetría y textos publicados en este ejemplar sin la previa autorización de Medios y Valores Humanos

S.A. de C.V.

Las opiniones y puntos de vista de las colaboraciones publicadas en esta edición, son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista del editor de la publicación o de B2V Media.

CARTA EDITORIAL

EL TEC INAUGURA EL CENTRO PARA EL FUTURO DE LAS CIUDADES

CONOCIENDO A: JACOBO PALAFOX

INTELIGENCIA ARTIFICIAL PARA LA ENERGÍA

TRANSPORTE SOSTENIBLE PARA CIUDADES INTEGRALES

BIOCOMBUSTIBLES PARA UN MÉXICO SUSTENTABLE

BIOGÁS: INTEGRADOR DE LA SOCIEDAD

DE LAS INVESTIGACIONES AL PRODUCTO: INSTITUTO MEXICANO DEL PETRÓLEO

AGUA Y ENERGÍA

RAÚL RODRÍGUEZ MÁRQUEZ: LIDERAZGO HÍDRICO CON MIRADA SOCIAL

SOBERANÍA ENERGÉTICA VS INTEGRACIÓN GLOBAL

ALMA AMÉRICA PORRES: UNA CARRERA

CONSTRUIDA CON TÉCNICA, ÉTICA Y VISIÓN

ALMACENAMIENTO ENERGÉTICO

CIUDADES SOLARES

CONOCIENDO A: BELARMINO RAMÍREZ

GAS NATURAL: EL SOCIO QUE MÉXICO NECESITA

TRANSICIÓN JUSTA: EL FACTOR HUMANO EN LA TRANSFORMACIÓN ENERGÉTICA

TRANSICIÓN ENERGÉTICA EN LATINOAMÉRICA

¿Y SI EL SOL FUERA TU PROVEEDOR DE ENERGÍA?

CAPITAL VERDE: EL NUEVO MOTOR DE LA ENERGÍA

TRANSICIÓN ENERGÉTICA RESPONSABLE EN MÉXICO

FORO MX: EL PRESENTE NO ESPERA

Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

CARTA editorial

La energía mueve al mundo, pero en México y en América Latina también nos recuerda todos los días lo frágil que puede ser nuestro desarrollo cuando depende de recursos finitos. Esta edición de B2V Media nace con la convicción de que hablar de energía no es solo hablar de tecnología o infraestructura: es hablar de personas, de decisiones y de futuro.

En los últimos años, la transición energética ha pasado de ser una conversación lejana a una necesidad urgente. La realidad de sequías, apagones, dependencia de hidrocarburos y presión social nos obliga a mirar más allá del presente. Hoy, líderes empresariales, científicos, emprendedores y comunidades están buscando soluciones que integren eficiencia, sostenibilidad y valor humano.

Por eso, en estas páginas encontrarás historias que iluminan los desafíos y oportunidades de nuestra transformación energética. Conversamos con especialistas como Raúl Rodríguez Márquez, quien nos recuerda que “no se puede hablar de transición energética sin hablar del uso del agua”, y con Alma América Porres Luna, quien comparte su experiencia en exploración y producción de hidrocarburos con una visión clara sobre la transparencia y la formación de talento. También conocerás la trayectoria de Belarmino Ramírez, para quien el liderazgo técnico se construye en campo, “ensuciándose los zapatos” y formando equipos con criterio.

Esta edición busca ser un espacio para reflexionar sobre el presente, pero sobre todo para inspirar acción. Porque la energía no es un tema que competa sólo a los ingenieros o a las empresas: nos pertenece a todos. Desde la eficiencia en nuestras casas hasta las decisiones de política pública y las inversiones en nuevas tecnologías, cada acción suma para lograr un futuro más limpio, más justo y más humano.

En B2V Media creemos que el verdadero valor está en conectar conocimiento con propósito. Esta revista es una invitación a mirar hacia adelante, a compartir experiencias y a atrevernos a participar en la transición energética que nuestro país y nuestro planeta necesitan. ¡Gracias por acompañarnos en esta edición!

Historias exitosas con Valor Humano, en el mundo de los negocios.

Estrategias integrales de comunicación para su organización

Informes y contrataciones:

Iván Castelán Navarrete 55 6423 9334 comercial@b2v.mx 2 0 2 5 2 0 2 5 2 0 2 5

Cierre de edición 12 de septiembre.

Septiembre - Octubre Edición digital

La experiencia única, de empresarios y altos ejecutivos, donde se discuten y comparten puntos de vista sobre la forma de generar mejores liderazgos y negocios más humanos.

EL TEC INAUGURA EL CENTRO

PARA EL FUTURO DE LAS CIUDADES EN LA CIUDAD DE MÉXICO

La creación de este espacio en la ciudad fortalecerá nuestras capacidades, permitirá ampliar alianzas y contribuir desde el conocimiento y la acción a diseñar soluciones concretas para mejorar la calidad de vida” .

POR: EDITORIAL B2V

FOTO: CORTESÍA

En un momento crítico para las ciudades mexicanas — donde el 74% de la población vive en zonas urbanas—, el Tecnológico de Monterrey da un paso hacia el futuro del desarrollo urbano en el país con la inauguración de una nueva sede del Centro para el Futuro de las Ciudades, ahora en la Ciudad de México. El Centro, cuyo propósito es transformar los entornos urbanos hacia modelos más sostenibles, humanos y prósperos, impulsa la transformación estructural del modelo urbano en México a través de dos áreas estratégicas: Urbanismo Social y Ambiental, y Ciencia de Ciudades, con impacto en tres frentes: Desarrollo Económico, Justicia Territorial y Acción Climática.

Desde su creación, este hub se ha consolidado como una plataforma de colaboración multisectorial que diseña y pone a prueba soluciones concretas a desafíos urbanos como la expansión descontrolada, el déficit de vivienda digna, la movilidad sostenible y el uso eficiente del suelo y los recursos. Asimismo, trabaja con tecnologías de vanguardia, inteligencia artificial y procesos colaborativos para proponer políticas públicas eficaces.

Ubicada en el sur de la capital, dentro del Campus Ciudad de México en Tlalpan, esta nueva sede fortalecerá la presencia del Centro en una de las urbes más complejas del

mundo y consolidará su papel como plataforma académica, científica y multisectorial dedicada a repensar el modelo urbano en México, con el objetivo de mejorar la calidad de vida en las ciudades. Además, es una plataforma clave para detonar un ecosistema más amplio de proyectos, inversiones e iniciativas en conjunto con Distrito Tlalpan, con el fin de activar soluciones integradas en el entorno urbano inmediato.

“La creación de este espacio en la ciudad fortalecerá nuestras capacidades, permitirá ampliar alianzas y contribuir desde el conocimiento y la acción a diseñar soluciones concretas para mejorar la calidad de vida. Desde el Centro aspiramos a ser un punto de encuentro entre la academia, el gobierno, el sector privado y las comunidades, impulsando un diálogo público plural y orientado a la acción”, señaló José Antonio Torre, director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey.

Por su parte, Juan Pablo Murra, rector del Tecnológico de Monterrey, subrayó: “En el Tecnológico de Monterrey estamos profundamente comprometidos con el desarrollo de México. Como grupo educativo, creemos que nuestra responsabilidad va más allá de la formación académica; buscamos generar un impacto positivo en las ciudades, las comunidades y el futuro del país”. Agregó que, como parte de este esfuerzo transformador, la institución ha impulsado centros de investigación en temas prioritarios

como la obesidad, la educación del futuro y la manufactura sostenible. Gracias a esta visión, también se lanzaron nuevos programas como la Licenciatura en Urbanismo y la Maestría en Desarrollo Urbano, con el objetivo de incidir no solo desde la investigación, sino también desde la consultoría, la formación académica y la intervención directa en las ciudades.

Desde su creación, este hub se ha consolidado como una plataforma de colaboración multisectorial que diseña y pone a prueba soluciones concretas a desafíos urbanos como la expansión descontrolada, el déficit de vivienda digna, la movilidad sostenible y el uso eficiente del suelo y los recursos.

En la inauguración de la sede se contó con la participación de líderes institucionales y referentes clave en la transformación urbana tales como Paulina Campos, vicepresidenta de los campus en la Ciudad de México; y Gabriela Osorio, alcaldesa de Tlalpan, entre otros. Como parte de la ceremonia de apertura, se contó con la participación de Elsa Arcaute, profesora de Ciencia de la Complejidad en el Centre for Advanced Spatial Analysis (CASA) de University College London (UCL) y profesora honoraria en la Universidad de Hong Kong, quien destacó la importancia de integrar múltiples dimensiones del desarrollo urbano —como infraestructura, servicios, cohesión social, transporte y bienestar— en los modelos

de análisis. Arcaute planteó tres aspectos fundamentales para el desarrollo de una urbe sostenible:

Abogar por la creación de modelos urbanos humanos, que no solo estudien los sistemas desde la teoría, sino que incorporen el contexto social y territorial.

Los modelos permiten construir escenarios para anticipar cambios e innovaciones; aunque no puedan predecirse con certeza, sí ayudan a orientar decisiones estratégicas.

Replantear la definición de regiones metropolitanas no solo por límites administrativos, sino por flujos laborales y relaciones humanas, permite estrategias más acertadas en el desarrollo regional.

Al finalizar la ceremonia, el directivo del Centro dijo: “El Distrito de Innovación Tlalpan, es un territorio lleno de posibilidades. Aquí ya existen iniciativas en marcha, una agenda compartida y voluntad institucional. Desde el Centro nos sumamos a esta visión, con el compromiso de colaborar con los actores involucrados para generar los impactos positivos que se buscan generar en el territorio”.

JACOBO PALAFOX:

ENERGÍA SOLAR PARA UNA GENERACIÓN SIN CABLES

Con apenas 17 años, Jacobo Palafox encabeza una startup nacida no de una tendencia de mercado, sino de una frustración cotidiana: quedarse sin batería justo cuando más la necesita. Esa incomodidad fue el punto de partida de Ephion, su emprendimiento enfocado en diseñar baterías solares portátiles que buscan ofrecer autonomía energética sin sacrificar diseño ni sostenibilidad.

“Todos los días, cuando salgo, evento al que voy, salida con amigos, siempre el celular se me queda sin batería. Justamente en el momento en que más lo necesito”, cuenta. Esa experiencia, repetida hasta el cansancio, lo llevó a cuestionarse por qué aún dependemos de enchufes, cables y muros. “Investigué por qué como toda la población del mundo dependemos tanto de los cables. Y uno descubre cifras alarmantes sobre la cantidad de residuos que se genera y el tiempo que perdemos esperando a que cargue el celular”.

Desde esa inconformidad personal, imaginó una solución que combinara autonomía, diseño y menor huella de carbono. Así nació la idea de un power bank ultradelgado, solar y elegante, que no requiera que el usuario cambie sus hábitos, sino que los acompañe con comodidad. “Queremos demostrar que se puede combinar portabilidad, estética y sostenibilidad. Convertir esto en algo casi invisible, cómodo, y llevarlo primero a México y en un futuro al mundo”.

Jacobo fundó Ephion junto con Christopher Torres, dentro de la incubadora del Tecnológico de Monterrey. Aunque la startup sigue en etapa de prototipado, ha logrado avances sostenidos gracias al compromiso de un equipo que ha crecido en confianza, horas de laboratorio y visión compartida. “Nosotros hemos pasado horas haciendo los prototipos en el laboratorio, organizando los modelos de negocio, investigando e investigando aún más”.

Queremos demostrar que se puede combinar portabilidad, estética y sostenibilidad” . “

Más allá del producto, a Jacobo le interesa el proceso de aprendizaje y la dinámica colaborativa. “El liderazgo, para mí, es como orquestar un talento grupal. Celebrar los logros de los demás y convertir cada error en un aprendizaje. Con que alguien se equivoque, los demás aprendemos. Así todos nos complementamos”.

Desde su perspectiva, emprender siendo joven es un desafío, pero también una oportunidad para cambiar la conversación. “No es tanto competir, es más complementarnos. Hay empresas grandes, maduras, pero nosotros queremos ofrecer ese valor agregado: la agilidad. Queremos empezar en un nicho donde la innovación no está tan presente”.

Un emprendedor detecta necesidades y se obsesiona en resolverlas” .

Uno de los aspectos que más lo entusiasman es el potencial de impacto de su solución: una batería solar que permita operar sin enchufes. “Cuando liberas al usuario de cargar múltiples accesorios o buscar enchufes, se abre un abanico de posibilidades: terminales de pago, drones, sensores agrícolas. La portabilidad y el diseño no son meros adornos, son catalizadores de adopción”.

Si Ephion logra consolidarse, imagina un escenario donde “miles o hasta millones de dispositivos operen cómodamente, libres de enchufes y con emisiones reducidas”. La visión de largo plazo, dice, es clara: que “Powered by Ephion” sea sinónimo de autonomía limpia.

Aunque reconoce que aún falta camino por recorrer, ve en las brechas tecnológicas de América Latina una motivación para emprender. “El reto es transformar la falta de infraestructura en un lienzo donde la innovación haga sentido. Un emprendedor detecta necesidades y se obsesiona en resolverlas”.

También destaca la importancia de no construir desde la idea de que se necesita capital inmediato. “Crea como si no tuvieras la posibilidad de levantar inversión. Cada peso asignado te enseña a priorizar. Y cuando el proyecto demuestre valor, el financiamiento se acercará en mejores condiciones”.

En el camino ha aprendido que el ecosistema energético es desafiante pero fértil. “Aquí en lo que es tecnología, innovación, es aprender y aprender y seguir aprendiendo. No solo aprendiendo, sino creando”. También le inspira la posibilidad de llevar energía limpia a personas que hoy dependen de soluciones caras y contaminantes. “Eso me da perspectiva, sentido y muchas ganas de seguir con el proyecto”.

El momento en el que un ventilador de prueba empezó a girar o un foquito se prendió. Esa chispa me recuerda por qué hacemos esto” .

Cuando las cosas se ponen difíciles, se aferra a un recuerdo: el primer prototipo funcionando. “El momento en el que un ventilador de prueba empezó a girar o un foquito se prendió. Esa chispa me recuerda por qué hacemos esto”.

Más allá de la tecnología, subraya el papel de los valores en la cultura del equipo. “Lo más importante es el respeto, la honestidad, pero sobre todo la gratitud. Reconocer el esfuerzo y abordar los errores como oportunidades. Recordar el propósito fortalece la visión. Si nutrimos al equipo con confianza y respeto, el equipo nutrirá al proyecto con creatividad y resiliencia”.

Ephion sigue siendo un prototipo. Aún no está en el mercado. “Seguimos validando, seguimos aprendiendo. Cada día parece que uno no sabe nada”, reconoce. Pero lo mueve el deseo de crear algo que funcione, que ayude, que transforme. “En algún momento Amazon fue una startup. En algún momento Google fue una idea. En algún momento Apple tuvo que tener un prototipo”.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA ENERGÍA: MONITOREO

REMOTO PARA

LA CONSTRUCCIÓN DE DUCTOS DE GAS

Las tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA) están transformando la forma en que se diseñan, supervisan y ejecutan grandes proyectos de infraestructura, especialmente en sectores críticos como la industria energética. En particular, la construcción de ductos de gas se ha convertido en un área donde la implementación de IA ya no es solo innovadora, sino necesaria.

Gracias al reconocimiento de imágenes, el análisis de datos, los algoritmos inteligentes y las plataformas de monitoreo remoto, la IA permite supervisar, analizar y tomar decisiones estratégicas en tiempo real, incluso en entornos remotos y de alta complejidad. Este artículo explora cómo la IA está revolucionando la construcción de ductos de gas, abordando los retos del sector, las soluciones actuales y los beneficios operativos.

1. RETOS EN EL TRANSPORTE DE GAS

La industria del gas natural enfrenta el desafío de modernizar sus procesos para responder a la creciente demanda energética, las regulaciones gubernamentales, las exigencias de seguridad operativa y las condiciones sociales y geográficas de las zonas por donde atraviesan los gasoductos.

La construcción de ductos —actividad crítica para el transporte de hidrocarburos— requiere soluciones tecnológicas que permitan:

Optimizar costos.

Reducir riesgos.

Aumentar la visibilidad y trazabilidad de las obras.

Agilizar la toma de decisiones clave.

En este contexto, la IA, integrada con dispositivos de captura de datos, sensores y sistemas analíticos, se convierte en una herramienta poderosa para el monitoreo remoto inteligente, mejorando el control en tiempo real de la construcción.

2. APLICACIONES DE LA IA EN LA CONSTRUCCIÓN DE DUCTOS

2.1. TOMA Y PROCESAMIENTO DE IMÁGENES

En megaproyectos energéticos, las imágenes capturadas desde cámaras fijas, drones o incluso satélites ofrecen una visión clara del estado de construcción de los ductos.

Al ser analizadas por algoritmos de IA, se pueden detectar automáticamente:

Avances en fases de construcción: soldaduras, excavaciones, tendido de tubería, etcétera.

Desalineaciones o deformaciones estructurales.

Retrasos en los hitos del cronograma.

Estas imágenes son procesadas en la nube a través de plataformas especializadas como BigMonitor, generando alertas predictivas que permiten acciones correctivas inmediatas, visualización y comparación de los cambios de la superficie, incluso visualizar el terreno en nube de puntos capaz de hacer mediciones directas y cálculos de la construcción sin tener que estar en sitio

2.2. ENTRENAMIENTO DEL ALGORITMO

Una de las principales características de la IA es su capacidad de aprendizaje. En la etapa inicial, los algoritmos requieren un proceso de entrenamiento, donde los usuarios definen qué patrones deben ser identificados en las imágenes. Similar a la capacitación de un nuevo supervisor de obra, se establecen los criterios de evaluación.

Con el tiempo, y al analizar un mayor número de imágenes, la IA mejora su precisión y confiabilidad, permitiendo evaluaciones más rápidas y exactas del avance del proyecto.

2.3. MONITOREO DE MAQUINARIA

Horas operativas por turno.

Consumo de combustible.

Ruta trazada durante el uso.

Alarmas por fallas o anomalías.

Notificaciones por exceso de velocidad o salida de zona de trabajo.

Estas alertas pueden enviarse por correo o mensaje directo al supervisor, y consultarse desde la aplicación web en cualquier momento.

2.4. ENTREGA DE RESULTADOS EN TIEMPO REAL

La solución basada en IA ofrece reportes automatizados, personalizables y disponibles desde cualquier dispositivo con acceso web. Entre los beneficios

Monitoreo del avance en tiempo real.

Anticipación a eventualidades de construcción.

Toma de decisiones basada en datos confiables.

Optimización de recursos.

Reducción de tiempos muertos y costos no previstos.

2.5. REPORTES E INFORMACIÓN PARA LA TOMA DE DECISIONES

Además de las imágenes y alertas, la IA facilita la gestión documental del proyecto:

Clasificación automática de archivos técnicos.

Dashboards en tiempo real para seguimiento de obra.

Detección de desviaciones respecto a cronogramas o presupuestos.

3. VENTAJAS OPERATIVAS Y ESTRATÉGICAS

BENEFICIO IMPACTO EN EL PROYECTO

Supervisión continua Configuración flexible de frecuencia de monitoreo visual.

Reducción de costos

Mejora en seguridad operativa

Toma de decisiones basada en datos

Cumplimiento normativo

Menor necesidad de visitas presenciales y logística optimizada.

Menor exposición de personal en zonas de riesgo.

Intervenciones rápidas ante desviaciones o anomalías.

Generación de bitácoras y registros digitales verificables.

Sobre el autor

Sergio Tenorio es ingeniero especializado en automatización y tecnologías emergentes aplicadas a la industria de la manufactura y energía. Cuenta con más de 20 años de experiencia en proyectos de integración tecnológica, automatización y robótica industrial. Es director de la empresa de MARTENU International con la que impulsa el desarrollo tecnológico mediante las marcas Roca Industrial y CoInpro.

CONCLUSIÓN

La implementación de Inteligencia Artificial en la construcción de ductos de gas marca una evolución crítica en la industria energética. Esta tecnología no solo mejora la eficiencia y seguridad del proyecto, sino que permite tomar decisiones fundamentadas en información en tiempo real.

En un sector que enfrenta crecientes desafíos técnicos, económicos y regulatorios, la IA representa una herramienta estratégica indispensable para alcanzar altos estándares de calidad, trazabilidad y control en la ejecución de infraestructura energética.

TRANSPORTE SOSTENIBLE

PARA CIUDADES INTEGRALES

Mobility ADO ha dejado de ser solo una empresa de transporte foráneo para convertirse en un referente en soluciones integrales de movilidad urbana. Bajo el liderazgo de Santiago Alanís, gerente general BRT, MIVSA, una de las empresas del grupo, ha sido punta de lanza en el desarrollo de la electromovilidad en el país. En esta conversación, Alanís comparte la evolución de la compañía, su apuesta por la sostenibilidad y los desafíos que enfrentan para transformar las ciudades desde la movilidad.

UNA HISTORIA DE EVOLUCIÓN

“Mobility ADO nace hace más de 85 años bajo el modelo del ‘hombre camión’”, relata Alanís. “Con el paso del tiempo, transitamos hacia una estructura corporativa sólida, profesionalizamos cada área del negocio y, en una tercera etapa, nos enfocamos en la internacionalización y en brindar soluciones de movilidad”. Fue así como, además del transporte foráneo, incursionaron con fuerza en la movilidad urbana.

Uno de los hitos más importantes de este camino fue la operación de la Línea 3 del Metrobús de la Ciudad de México, que ganaron hace 14 años. “Fuimos pioneros en este corredor y somos los únicos operadores en la línea, lo que nos permite tener control total de la calidad del servicio”, destaca Alanís.

La adquisición del grupo español Avanza, especializado en transporte urbano en Europa, permitió a MIVSA adoptar mejores prácticas y consolidar su presencia en ciudades como Querétaro, Aguascalientes, Mérida y Puebla.

ELECTROMOVILIDAD: UN SALTO ESTRATÉGICO

Uno de los grandes avances recientes ha sido la implementación de autobuses eléctricos en la Ciudad de México. Alanís destaca que esto no fue casualidad: “Se juntaron varios factores. Tocaba renovar el parque vehicular, y al mismo tiempo, el gobierno local impulsa la electromovilidad. Gracias a esa sinergia, fuimos el primer BRT 100% eléctrico en la ciudad”.

La renovación vino acompañada de una extensión de la concesión por 15 años, lo cual dio viabilidad al proyecto y trajo beneficios evidentes: reducción de emisiones contaminantes, eliminación del ruido y vibraciones, y una mejora en la calidad de vida tanto para conductores como para pasajeros y vecinos.

Uno se sube a un autobús eléctrico y parece un velorio, en el buen sentido”, dice entre risas. “La gente va tranquila, no hay ruido, y eso cambia totalmente la experiencia de viaje”.

Además, cada autobús eléctrico adquirido con Newton viene acompañado de la plantación de árboles, reforzando el compromiso ambiental de la empresa.

POR: EDITORIAL B2V
FOTOS: ROBERTO TETLALMATZIN Y CORTESÍA

Con el paso del tiempo, transitamos hacia una estructura corporativa sólida, profesionalizamos cada área del negocio y, en una tercera etapa, nos enfocamos en la internacionalización y en brindar soluciones de movilidad” .

RETOS Y VISIÓN A FUTURO

Pero no todo es sencillo. Alanís reconoce que hay retos importantes para masificar esta tecnología: la infraestructura de carga, el costo inicial de las unidades, la capacitación de personal, y la gestión del mantenimiento. “Lo importante es alinear la voluntad política, la certeza jurídica y la iniciativa privada. Si eso se logra, los beneficios son contundentes”.

Hoy, MIVSA no solo transforma el transporte. “Estamos regenerando zonas urbanas. Donde antes había desorden y caos, ahora hay estaciones seguras, concreto hidráulico, y dignificación del entorno. La movilidad sostenible es una herramienta poderosa para rehabilitar el tejido urbano”, concluye.

MIVSA es una de las diferentes empresas que tiene el grupo, pero MIVSA fue la pionera en la parte del transporte urbano” .

Durante junio del 2025, la línea 3 del Metrobús transportó

4,962,811 usuarios.

Si quieres conocer más, consulta las redes sociales como:

El Metrobús representa una reducción de hasta

130 toneladas de CO2 anuales, 0 emisiones directas.

El Metrobús de la línea 3 tiene un doble motor eléctrico y un paquete de baterías de 563 kWh, con autonomía de hasta 330 kilómetros.

NUEVA CALIDAD DE VIAJE, CON DESPLAZAMIENTOS SILENCIOSOS, LIBRES DE EMISIONES Y SIN VIBRACIONES.

PARA UN MÉXICO SUSTENTABLE BIOCOMBUSTIBLES

México, al igual que muchos países, asumió compromisos internacionales para mitigar el cambio climático, como los establecidos en el Acuerdo de París de 2015. Así, se promulgó la Ley General de Cambio Climático, cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 50% para 2050, respecto a los niveles del 2000. Sin embargo, se enfrenta a un creciente consumo energético anual superior a 5,000 PJ, del cual el 74% proviene de hidrocarburos, que representa el 1.4% del CO₂ global.

Brasil, Estados Unidos, India y la Unión Europea han avanzado significativamente en la integración de biocombustibles, que en México, aportaron el 4.8% de la producción energética primaria en 2021, siendo la leña el principal recurso, especialmente en zonas rurales, donde 31.3 millones de personas la utilizan.

DEMANDA ENERGÉTICA EN ESCENARIOS BAU Y REN

Se analizó el potencial de los biocombustibles como herramienta clave para la descarbonización del sistema energético mexicano. La planeación bioenergética propuesta apoya la transición energética sin comprometer la seguridad alimentaria ni generar cambios perjudiciales en el uso del suelo, promoviendo el uso de materias primas de segunda generación y biomasa residual, como caña de azúcar, maíz, grasas animales y aceites usados, además de prohibir la conversión de tierras agrícolas para cultivos energéticos.

JUAN CARLOS CASTRO, ALBERTO ÁVILA, ESPERANZA ORDOÑEZ. KRISTIAN PÉREZ, MANUEL MARTÍNEZ Y KARLA CEDANO.

ENERGÍA:

Así, realizamos un análisis prospectivo del papel de los biocombustibles en la descarbonización del sistema energético mexicano al 2050, que se enfoca en tres dimensiones: aplicaciones posibles en distintos sectores económicos (transporte, industrial, agrícola y residencial), recursos bioenergéticos disponibles y tecnologías de conversión. Entonces, en un escenario al 2050 donde la demanda energética en México superará los 11,000 PJ y con la oferta totalmente basada en energías renovables (REN), los biocombustibles podrían cubrir el 23% de la demanda y evitar hasta el 27% de las emisiones en comparación con un escenario de business as usual (BAU). En este contexto, la electricidad sería la principal fuente con 56.5% y otras renovables 20.5%, del TEFC. La implementación de este escenario permitiría evitar la emisión de 157,415 millones de toneladas de CO₂, que equivale a una reducción del 26.5%, mostrando la viabilidad técnica de integrar a los biocombustibles.

74% 27%

HASTA MILLONES DE PERSONAS

que consume México proviene de hidrocarburos, lo que hace urgente acelerar la transición hacia fuentes más limpias como la bioenergía.

de gases de efecto invernadero podrían evitarse al 2050 si México implementa un escenario energético basado en renovables con participación activa de biocombustibles.

en México aún dependen de la leña como fuente primaria de energía, especialmente en zonas rurales, lo que refleja la necesidad de modernizar el acceso energético con alternativas sustentables.

DEL POTENCIAL ENERGETICO

31.3 6% 940 DE LA ENERGÍA DE LAS EMISIONES

PETAJOULES ANUALES

de la biomasa en México está asociado al sector agroindustrial, lo que lo convierte en un actor clave para la producción de biocombustibles de segunda generación.

México podría generar a partir de residuos agrícolas, según estimaciones del escenario de alto aprovechamiento de bioenergía.

TIPOS DE BIOCOMBUSTIBLES Y SU ORIGEN EN MÉXICO

TIPO DE BIOCOMBUSTIBLE

BIOETANOL

BIODIÉSEL

BIOGÁS

BIOCOMBUSTIBLES SÓLIDOS

BIOCOMBUSTIBLES AVANZADOS

MATERIA PRIMA PRINCIPAL

CAÑA DE AZÚCAR, MAÍZ, SORGO

ACEITES USADOS, GRASA ANIMAL, SOYA

RESIDUOS ORGÁNICOS,ESTIÉRCOL

RESIDUOS AGRICOLAS Y FORESTALES

RESIDUOS LIGNOCELULÓSICOS

DISPONIBILIDAD ESTIMADA

ALTA EN ZONAS DEL GOLFO Y BAJÍO

MEDIA, CON POTENCIAL DE EXPANSIÓN

ALTA EN ZONAS AGROPECUARIAS

MUY ALTA, ESPECIALMENTE EN EL SUR

EN FASE PILOTO, POTENCIAL ELEVADO

APLICACIÓN ENERGÉTICA

SUSTITUTO DE GASOLINA

TRANSPORTE PESADO, MAQUINARIA

ELECTRICIDAD Y CALOR

CALOR INDUSTRIAL Y RESIDENCIAL

AVIACIÓN, TRANSPORTE MARÍTIMO

EMISIONES GEI EVITADAS POR BIOCOMBUSTIBLES EN ESCENARIO REN

Con la reciente promulgación de la Ley de Biocombustibles en México, se espera un impulso al desarrollo del secto r. No obstante, para alcanzar su máximo potencial, se requerirán políticas más ambiciosas, planificación a largo plazo y mayor apoyo institucional, además de superar retos como la aceptación social, la preparación tecnológica y la sostenibilidad de los recursos biomásicos.

FUENTES: Towards sustainable biofuels

Asesoría fiscal especializada que potencia la rentabilidad del sector energético

En MAPI Asesores Fiscales ayudamos a convertir la complejidad fiscal en una ventaja competitiva. Nuestra experiencia en el sector energético nos permite ofrecer soluciones eficientes que fortalecen el cumplimiento, optimizan recursos y apoyan el crecimiento sostenible de nuestros clientes.

Con conocimiento actualizado y visión integral, acompañamos a empresas que apuestan por un modelo energético más limpio, rentable y en cumplimiento con la legislación fiscal vigente.

Equipo de especialistas:

Eduardo Marroquín, Socio Director

Arturo Ocampo, Socio

Edgar Lira, Socio

Miguel Ángel Blanco, Socio

BIOGÁS:

INTEGRADOR DE

LA SOCIEDAD

En un escenario donde la transición energética es más urgente que nunca, el biogás emerge como una alternativa viable y poderosa, no solo desde la perspectiva ambiental, sino también desde una dimensión social y económica. Guillermo Gómez, vicepresidente del Consejo Nacional de Biogás, nos comparte su visión sobre el presente y futuro de esta fuente de energía renovable en México.

“Cuando se habla de energía en México, rara vez se piensa en el biogás, pero eso está cambiando”, asegura Gómez. Y tiene razón. Aunque por años ha estado fuera del radar del gran público, recientes reformas y el creciente interés en la sustentabilidad lo están posicionando como un componente clave del nuevo mix energético.

El pasado 18 de marzo, se publicó una actualización en la Ley de Biocombustibles que otorga mayor claridad y soporte legal al desarrollo de bioenergías. Esta reforma representa un parteaguas para el biogás, al abrir nuevas posibilidades regulatorias y operativas para su producción y uso, particularmente en alianza con el sector de gas natural para la transformación en biometano.

"El biogás es un ejemplo vivo de economía circular. Transformamos residuos orgánicos en energía utilizable de forma inmediata, ayudando a reducir emisiones, generar empleo y sanear entornos", explica Gómez. Sus beneficios abarcan desde la mitigación del cambio climático hasta la soberanía energética local, especialmente en comunidades alejadas o marginadas.

Para el Consejo Nacional de Biogás, el objetivo es claro: que esta fuente de energía sea considerada entre las 10 principales oportunidades dentro de la agenda energética nacional. Gómez lo plantea con pragmatismo: “No es una solución mágica, pero puede atender nichos clave del consumo energético, en especial aquellos con necesidades de autoconsumo o con difícil acceso a la red tradicional.”

Las fuentes del biogás en México son variadas: rellenos sanitarios, residuos agropecuarios y lodos provenientes del tratamiento de aguas residuales. Aprovechar estos recursos puede significar una doble ganancia: energía limpia y una mejora sustancial en la gestión de residuos. Además, el subproducto de su generación, el digestato, puede emplearse como biofertilizante, aportando también a la recuperación de suelos agrícolas erosionados.

Pero el camino no está libre de obstáculos. La certidumbre jurídica es, hoy por hoy, el principal reto. “Estamos justo a tiempo para evitar que la regulación se convierta en una barrera. Si logramos estructurar incentivos claros y procesos eficientes, el biogás podrá consolidarse como una solución realista y sostenible”, afirma.

Es un reconocido especialista en ingeniería y sostenibilidad, con una destacada trayectoria en el sector energético de México. Actualmente se desempeña como Director General de Consultoría Sustentable G2H, firma que fundó en 2017 con la visión de ofrecer soluciones integrales para el cumplimiento normativo ambiental y energético, así como para la promoción de tecnologías limpias. Bajo su liderazgo, G2H se ha consolidado como una empresa referente en la materia, incursionando con éxito en vectores energéticos emergentes como el biogás y el hidrógeno, en sintonía con los objetivos de una transición energética justa y sostenible para el país.

En un cierre que sintetiza la filosofía detrás de su trabajo, Guillermo Gómez define el valor humano del biogás con una frase contundente: “Es integrador de la sociedad” Cada persona, directa o indirectamente, participa en su ciclo: desde la generación de residuos orgánicos hasta su aprovechamiento como energía. “El biogás involucra a todos: al productor, al consumidor, al legislador, al ciudadano. Es una oportunidad de acción colectiva con beneficios compartidos.”

Con una base técnica sólida, respaldo legal en construcción y un impacto transversal que toca lo ambiental, lo social y lo económico, el biogás deja de ser una promesa lejana para convertirse en un actor central del futuro energético de México.

UNA HOJA DE RUTA CON OBJETIVOS CONCRETOS PARA 2025-2029

La agenda 2025–2029 del CNBiogás se estructura en ejes clave, orientados al fortalecimiento institucional, la formación técnica, la ejecución de proyectos piloto y la vinculación territorial. Entre sus objetivos más relevantes se encuentran:

1. 2.

Impulsar una estrategia nacional que promueva el posicionamiento del biogás a través de la educación, explicando con claridad y evidencia su valor energético, ambiental y económico.

Ampliar las capacidades del sector mediante una plataforma educativa especializada, con diplomados, talleres y materiales técnicos abiertos. La meta es capacitar a al menos 3,000 personas en los próximos cuatro años.

3.

Desarrollar una cartera de 10 proyectos piloto en sectores como agroindustria, tratamiento de aguas, residuos sólidos urbanos y movilidad, con acompañamiento técnico y visibilidad pública.

4. 5.

Establecer vínculos formales con gobiernos estatales en entidades clave para identificar territorios prioritarios, generar marcos de colaboración y escalar soluciones locales a través de políticas públicas activas.

Posicionar al CNBiogás como un referente técnico y de diálogo, con presencia en espacios nacionales e internacionales, y una narrativa coherente sobre el papel del biogás en la transición energética.

DE LAS INVESTIGACIONES AL PRODUCTO

Elizabeth Mar, la primera mujer en dirigir el Instituto Mexicano del Petróleo, comparte la transformación del IMP en una institución clave para la innovación energética del país.

POR: RAÚL CEDEÑO

FOTOS: CORTESÍA IMP

En el corazón de la transformación energética de México, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) se posiciona como una de las entidades clave para transitar de la investigación científica a soluciones tecnológicas con aplicación directa en la industria. Bajo la dirección de Elizabeth Mar, primera mujer en liderar este organismo, el IMP no solo fortalece sus capacidades técnicas, sino que también redefine su papel dentro de la cadena de valor energético nacional.

Alguna vez leí que no puedes ganar nuevas batallas peleando como siempre lo has hecho. Y esa es precisamente la mentalidad que necesitamos en esta etapa de transición energética” , comenta Mar con convicción.

LIDERAR CON VISIÓN

Con una trayectoria de 24 años dentro del Instituto, Elizabeth Mar conoce de primera mano las fortalezas y áreas de oportunidad del IMP. Desde su formación en ingeniería hasta su experiencia en planeación tecnológica, ha impulsado una visión que conecta el conocimiento con los desafíos reales del país.

“Es un orgullo estar al frente de una institución que me formó. Hoy tengo la oportunidad de regresarle al IMP todo lo que me enseñó, liderándolo hacia una nueva era de innovación, sostenibilidad y resultados”, señala.

Su liderazgo ha significado romper paradigmas tanto internos como externos. El hecho de ser la primera mujer en ocupar esta dirección envía un mensaje poderoso a las nuevas generaciones de científicas, ingenieras y técnicas que se abren paso en un sector históricamente dominado por hombres.

INNOVAR PARA PERMANECER

A diferencia de otras instituciones públicas, el IMP no depende de fondos federales: genera sus propios ingresos a través de servicios tecnológicos especializados para Pemex y otras empresas del sector. Su alcance abarca toda la cadena de valor del petróleo y gas, desde exploración y producción, hasta refinación y desarrollo de combustibles más limpios.

Pero no se detiene ahí. Mar destaca que cada proyecto de investigación debe culminar en un producto concreto que pueda ponerse en el mercado o integrarse en las operaciones energéticas del país. Y es justamente en esa filosofía donde radica uno de los pilares más sólidos del IMP: la transferencia tecnológica y la propiedad intelectual. “Somos uno de los institutos que más patentes genera en el país. La investigación debe estar al servicio de la industria, resolviendo problemas reales y proponiendo soluciones viables.”

TRANSICIÓN ENERGÉTICA CON ADN PETROLERO

El IMP está redefiniendo su papel dentro de un entorno global cada vez más exigente en términos ambientales. Si bien su origen está en el petróleo, hoy sus proyectos están alineados con el Plan Nacional de Desarrollo y los compromisos internacionales en materia de sostenibilidad.

Entre las iniciativas más destacadas se encuentran:

CIENCIA APLICADA, PAÍS TRANSFORMADO

A través de un enfoque estratégico e interdisciplinario, el Instituto Mexicano del Petróleo está consolidándose como un pilar para el futuro energético de México. Gracias a su capacidad científica, su independencia financiera y su visión de largo plazo, el IMP continúa demostrando que la innovación no es un fin en sí mismo, sino una herramienta poderosa al servicio del país.

La reducción de emisiones de metano, mediante tecnologías de detección de fugas y el uso de inteligencia artificial.

La conversión de pozos petroleros en pozos geotérmicos, dando una segunda vida a infraestructuras existentes.

Proyectos de biocombustibles y producción de hidrógeno y amoniaco verde

Reforestación de zonas afectadas para avanzar hacia el objetivo de cero emisiones netas (Net Zero).

Transformación de CO₂ en combustibles sintéticos, una línea de investigación prometedora a mediano plazo.

Con Elizabeth Mar al frente, el IMP no solo mantiene viva la llama del conocimiento técnico, sino que la dirige con precisión hacia un horizonte en el que la ciencia, el medio ambiente y la industria convergen para construir un futuro energético más sostenible, equitativo e inteligente.

AGUA Y ENERGÍA: EL NUEVO EJE ESTRATÉGICO DE MÉXICO

PLAN NACIONAL HÍDRICO 2024–2030: INVERSIÓN, REGULACIÓN Y OPORTUNIDADES PARA EL SECTOR ENERGÉTICO Y FINANCIERO.

POR: EDITORIAL B2V

En un contexto de crisis hídrica y climática, el Gobierno de México ha lanzado el Plan Nacional Hídrico 2024–2030 (PNH), una estrategia integral que redefine la gestión del agua como un asunto de soberanía, justicia social y resiliencia climática. Este plan tiene implicaciones directas para los sectores energético y financiero, abriendo nuevas oportunidades de inversión y redefiniendo las reglas del juego en torno al uso y financiamiento del agua.

CUATRO EJES PARA UNA NUEVA POLÍTICA DEL AGUA

El PNH se estructura en torno a cuatro ejes fundamentales:

1. Política hídrica y soberanía nacional: Revisión de concesiones para evitar el acaparamiento y la sobreexplotación, priorizando el consumo humano y la seguridad nacional.

2. Justicia y acceso al agua: Reconocimiento del agua como un derecho humano, con medidas para garantizar su acceso equitativo.

3. Mitigación del impacto ambiental y adaptación al cambio climático: Implementación de proyectos para la recarga de acuíferos, restauración de humedales y saneamiento de ríos.

4. Gestión integral y transparente: Creación del Registro Nacional de Agua para el Bienestar y simplificación administrativa para reducir la corrupción y mejorar la eficiencia.

INVERSIÓN HISTÓRICA EN INFRAESTRUCTURA HÍDRICA

El plan contempla una inversión sin precedentes de 122,600 millones de pesos entre 2025 y 2030, destinada a 17 proyectos estratégicos de infraestructura hídrica. Estos proyectos buscan mejorar el acceso al agua potable, optimizar su distribución y reducir

el impacto de sequías e inundaciones, beneficiando a una población estimada de 36 millones de personas.

IMPLICACIONES PARA EL SECTOR ENERGÉTICO

La gestión del agua es crucial para el sector energético, especialmente en la generación hidroeléctrica y en procesos industriales que requieren grandes volúmenes de agua. La

Este plan tiene implicaciones directas para los sectores energético y financiero, abriendo nuevas oportunidades de inversión y redefiniendo las reglas del juego en torno al uso y financiamiento del agua.

…el enfoque integral y participativo del PNH sienta las bases para una gestión del agua más equitativa y sostenible, con beneficios tangibles para el sector energético y financiero.

tecnificación del riego y la mejora en la eficiencia del uso del agua pueden liberar recursos hídricos para otros usos, incluyendo la generación de energía. Además, la infraestructura hídrica puede ser financiada a través de instrumentos financieros sostenibles, como bonos verdes, que están ganando tracción en el mercado financiero mexicano.

OPORTUNIDADES PARA EL SECTOR FINANCIERO

El PNH abre oportunidades para el sector financiero en la estructuración y emisión de instrumentos financieros sostenibles, como bonos verdes y sociales, destinados a financiar proyectos de infraestructura hídrica. La transparencia y la rendición de cuentas, pilares del plan, son elementos clave para atraer inversiones y garantizar la confianza de los inversionistas.

El plan contempla una inversión sin precedentes de 122,600 millones de pesos entre 2025 y 2030, destinada a 17 proyectos estratégicos de infraestructura hídrica.

DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS

A pesar de las oportunidades, el plan enfrenta desafíos significativos, incluyendo la resistencia de algunos sectores a la revisión de concesiones y la necesidad de coordinar esfuerzos entre diferentes niveles de gobierno y actores sociales. Sin embargo, el enfoque integral y participativo del PNH sienta las bases para una gestión del agua más equitativa y sostenible, con beneficios tangibles para el sector energético y financiero.

FUENTES:

Comisión Nacional del Agua (Conagua)
Proyectos México
El País
Carbotecnia
Plan Nacional Hidrico

RAÚL RODRÍGUEZ MÁRQUEZ:

LIDERAZGO HÍDRICO CON MIRADA SOCIAL

EL RETO DE HACER BIEN LO BÁSICO

Uno de los principales desafíos está en la eficiencia del sistema. En el Valle de México, se pierde hasta un 45% del agua potable por fugas; a nivel nacional, las pérdidas superan el 30%. “Imagínate cualquier industria que perdiera el 40% de su producto final. No sobreviviría. Pero eso hacemos todos los días con el agua”. Esa ineficiencia representa un problema técnico, económico y ambiental que se ha normalizado en muchas regiones.

Además, la distribución del recurso es profundamente desigual: el sureste del país concentra la mayor parte del agua renovable, mientras el centro y norte —zonas con mayor concentración poblacional e industrial— enfrentan escasez creciente. Rodríguez considera urgente atender esa brecha con soluciones adaptadas a cada territorio, como la captación de lluvia, el reúso, la recarga de acuíferos y la gestión integral por cuenca. “Tenemos que empezar por hacer bien lo básico. Medir correctamente. Detectar fugas. Valorar el agua. Esas tres cosas ya harían una diferencia enorme”.

Uno de los caminos más factibles y urgentes, subraya, es el aprovechamiento del agua pluvial, sobre todo en zonas urbanas donde abundan las inundaciones. “Esa agua puede y debe captarse. Hay sistemas que permiten hacerlo incluso en vivienda, en techos, en patios, y se puede usar para riego, limpieza o incluso, con tratamiento, para consumo humano”. También apunta a su potencial energético en pequeñas instalaciones: “Hay posibilidades, aunque menores, de generación hidroeléctrica en microescala”.

En México, hablar de agua suele ser hablar de escasez, pero para Raúl Rodríguez Márquez también es hablar de posibilidades. Con más de tres décadas dedicadas a repensar el papel del agua en el desarrollo, su trayectoria combina gestión pública, cooperación internacional y articulación ciudadana. Hoy, desde la presidencia del Consejo Directivo del Consejo Consultivo del Agua, impulsa una visión integral que conecta sostenibilidad, inclusión y responsabilidad compartida

“Cuando hablamos de seguridad hídrica, hablamos también de justicia social, de acceso equitativo, de salud pública, de productividad y de paz social”, afirma. En su diagnóstico, México enfrenta una triple presión: cambio climático, expansión urbana y malas prácticas de gestión. Resolverlo, dice, no solo requiere infraestructura, sino voluntad política, educación pública y nuevos liderazgos. “Los jóvenes tienen que tomar la bandera del agua. No puede quedar solo en manos de los técnicos”.

POR: ANDREA VÁZQUEZ AZPÍROZ
FOTOS: CORTESÍA

Cuando hablamos de seguridad hídrica, hablamos también de justicia social, de acceso equitativo, de salud pública, de productividad y de paz social.

GOBERNANZA, ENERGÍA Y ACCIÓN COLECTIVA

En ese sentido, considera indispensable hablar del nexo agua-energía, un tema que suele quedar fuera de la discusión pública. “No se puede hablar de transición energética sin hablar del uso del agua. Una termoeléctrica necesita agua, una planta solar también requiere limpieza, y ni hablar del hidrógeno verde, que parte del agua”. Muchos proyectos energéticos se han desarrollado sin estudiar su impacto hídrico, lo que genera conflictos comunitarios o desequilibrios ecológicos. “Si no integramos esa variable desde el diseño, nos va a estallar después”.

A lo largo de su carrera, ha ocupado cargos en organismos nacionales e internacionales, desde la Conagua hasta el Fondo Verde del Clima. Pero más allá de las credenciales, se define por el tipo de liderazgo que ejerce. “A mí me enseñaron a trabajar con respeto y a tener palabra. Si digo que me comprometo a algo, lo cumplo. Y si no se puede, lo digo de frente”. Cree en formar equipos diversos, donde convivan la experiencia y la innovación, con espacios para que los jóvenes propongan. “Lo importante es formar personas que piensen, que cuestionen, que propongan. No hay soluciones mágicas, pero sí muchas buenas ideas cuando se escucha a quienes están en campo”.

También promueve una visión ética de la gobernanza hídrica. Insiste en que la participación ciudadana no puede limitarse a procesos consultivos simbólicos. Hace falta información pública clara, datos abiertos, rendición de cuentas. “Hay que hablar del agua con transparencia. Que la gente sepa cuánto cuesta, cómo se distribuye, qué impactos tiene. No podemos seguir administrando un recurso crítico con opacidad”.

Desde el Consejo Consultivo del Agua, su misión es articular voces de distintos sectores: académicos, empresariales, gubernamentales y sociales. Su objetivo no es imponer soluciones, sino generar consensos que den lugar a políticas con respaldo técnico y legitimidad social. “El agua nos compete a todos. El consumidor, el industrial, el agricultor, el académico. Si no cambiamos todos, no cambia nada”.

No se puede hablar de transición energética sin hablar del uso del agua.

El agua es vida, pero también puede ser conflicto. Lo que hagamos hoy determinará si en el futuro tenemos cooperación o confrontación.

Pese a lo complejo del panorama, mantiene una visión propositiva. Cree que el país tiene las capacidades técnicas y humanas para avanzar, pero necesita más coherencia en las decisiones. “A veces tenemos demasiados diagnósticos y pocos compromisos reales. La acción no puede seguir esperando”. Habla con serenidad, pero sin evasivas. No dramatiza, pero tampoco suaviza. “El agua es vida, pero también puede ser conflicto. Lo que hagamos hoy determinará si en el futuro tenemos cooperación o confrontación”.

La agenda energética internacional ya no puede entenderse únicamente desde una óptica ambiental o económica. Hoy, los temas de seguridad energética, soberanía y reconfiguración de bloques regionales dominan las conversaciones de fondo en foros multilaterales y mesas de negociación.

SOBERANÍA

ENERGÉTICA VS INTEGRACIÓN GLOBAL: EL DILEMA DE NORTEAMÉRICA

Adrián Calcaneo es Vicepresidente de Energía y Materias

Primas en OPIS, una empresa de Dow Jones, donde lidera la investigación global sobre Líquidos del Gas Natural (NGL), Gas Licuado de Petróleo (GLP) y Nafta. Con más de 20 años de experiencia a lo largo de toda la cadena de valor energética, Adrián desempeña un papel clave en el desarrollo de inteligencia de mercado y nuevos productos energéticos que ayudan a los clientes a navegar la transición energética global.

Reconocido por su visión estratégica y profundo conocimiento de los mercados energéticos, Adrián colabora estrechamente con actores del sector energético, petroquímico y financiero. Su trabajo se enfoca en expandir la presencia global de OPIS, mejorar las herramientas analíticas y entregar inteligencia accionable a los tomadores de decisiones del sector.

Antes de asumir su cargo actual, Adrián lideró la investigación de mercados de NGL para 43 países en América Latina y el Caribe. Su trayectoria incluye consultoría para empresas energéticas multinacionales y trabajo en comercio internacional, política energética y economía global en centros de investigación y organizaciones no gubernamentales internacionales.

Adrián es licenciado en Estudios Internacionales y Negocios y tiene una Maestría en Administración Pública con especialidad en Política Energética por la Universidad Texas A&M. También cuenta con una Maestría en Ciencia de Datos y una certificación profesional de la Universidad de Harvard, lo que le permite unir los mundos de la política, los mercados y el análisis basado en datos.

POR: RAÚL CEDEÑO

Para entender estos movimientos tectónicos del sector, conversamos con Adrián Calcáneo, Vicepresidente de Energía y Materias Primas de Chemical Market Analytics by OPIS, una de las voces más influyentes en análisis energético con enfoque global y profundo conocimiento del contexto mexicano.

UN GIRO GLOBAL: DE TRANSICIÓN ENERGÉTICA A SEGURIDAD ENERGÉTICA

“Por muchos años el discurso dominante fue la transición energética, impulsado por Europa y, en Estados Unidos, por California”, explica Calcáneo. “El gas natural estaba demonizado; todo lo que emitiera carbono era mal visto. Sin embargo, la guerra en Ucrania y la dependencia europea del gas ruso cambiaron las prioridades: hoy, la energía que se tiene es más importante que la energía limpia”.

El conflicto obligó a Europa a reconsiderar su postura, y el gas natural –particularmente el de Estados Unidos– volvió a ser “aceptable” y necesario. Esto impulsó una nueva ola de inversiones en exportación de gas natural licuado (GNL) y construcción de terminales de importación, incluso en países tradicionalmente escépticos como Alemania.

ENERGÍA: UNA

MÉXICO: ¿INTEGRACIÓN ESTRATÉGICA O VULNERABILIDAD ENERGÉTICA?

En este contexto, México ha sido un beneficiario natural del gas estadounidense, importando vía ductos a un costo mucho menor que el GNL. Pero esta ventaja también genera riesgos. “La dependencia es brutal. Lo vimos en 2021 cuando Texas se congeló. No fue una represalia política, pero bastó una emergencia climática para que nos cortaran el suministro y CFE tuviera que pagar precios altísimos”, señala Calcáneo.

Aunque el discurso público mexicano suele enfocarse en la soberanía energética del petróleo y la gasolina, el gas natural permanece en un limbo discursivo, pese a que su falta puede paralizar industrias enteras.

DE LA GLOBALIZACIÓN A LA REGIONALIZACIÓN: EL NUEVO T-MEC Y LA VISIÓN TRUMP

La relación comercial entre México, EE.UU. y Canadá está entrando en una nueva etapa. “Trump quiere traer de vuelta empleos e industrias. Él ve los tratados como injustos para Estados Unidos, aunque las reglas hayan sido iguales. Su lógica es: si tú has ganado más, entonces quiero renegociar”, afirma.

En este nuevo panorama, los beneficios del tratado podrían rediseñarse para favorecer más directamente a EE.UU., como sucedió con el aumento del contenido regional en la industria automotriz bajo el T-MEC.

Calcáneo plantea que hay que entender que, aunque todos ganen en conjunto, los perdedores –como los agricultores de maíz mexicanos o los trabajadores automotrices en EE.UU.–pierden de forma desproporcionada. “Nos faltó ser más generosos con quienes perdieron todo, y eso ha creado una fuerza política antiglobalización tanto en México como en EE.UU.”.

PETRÓLEO, PETROQUÍMICA E INTELIGENCIA ARTIFICIAL: INDUSTRIAS INTERCONECTADAS

Además del gas natural, otros sectores energéticos también están en transformación. El precio del crudo enfrenta presiones por sobreoferta y baja demanda –particularmente por la

desaceleración china– lo cual ha llevado a la OPEP+ a mantener recortes de producción para sostener los precios. Esto afecta directamente a productores como México, que dependen de precios rentables para sostener a empresas como Pemex.

Por su parte, la industria petroquímica, ya presionada por la sobreproducción en Asia, enfrenta aranceles que complican aún más su rentabilidad. Y en un ángulo inesperado, la inteligencia artificial está capturando toda la electricidad disponible, elevando el precio del gas y haciendo que las renovables no sustituyan tecnologías anteriores, sino que se sumen a ellas.

¿QUÉ VISIÓN DE MÉXICO LLEGA A HOUSTON?

“La apertura energética de 2014 atrajo mucho interés en Houston. Pero las condiciones de inversión importan más que el discurso. Sin reguladores independientes, sin certeza jurídica y sin separación entre el gobierno y las empresas del Estado, no hay forma de atraer inversión sin entregar la ‘cocina completa’”, advierte Calcáneo.

Y cierra con contundencia: “Para desarrollar hidrocarburos sin tecnología propia, México debe ofrecer condiciones muy atractivas. Pero hacerlo va en contra de la narrativa de soberanía energética. Es una contradicción que hay que resolver si realmente queremos atraer capital”.

Para desarrollar hidrocarburos sin tecnología propia, México debe ofrecer condiciones muy atractivas. Pero hacerlo va en contra de la narrativa de soberanía energética. Es una contradicción que hay que resolver si realmente queremos atraer capital”

UNA REGIÓN EN REDEFINICIÓN

En un mundo donde la geopolítica energética se reconfigura cada año, la pregunta de fondo no es si México debe elegir entre soberanía o integración, sino cómo puede redefinir su rol dentro de un bloque regional más complejo, más interdependiente y más exigente.

Adrián Calcáneo nos deja una reflexión esencial: la energía ya no se trata solo de kilowatts o barriles, sino de estrategia, identidad y poder. Y en ese tablero, México aún tiene muchas cartas por jugar.

ALMA AMÉRICA PORRES: UNA CARRERA CONSTRUIDA CON TÉCNICA,

ÉTICA Y VISIÓN

POR: ANDREA VÁZQUEZ AZPÍROZ

FOTOS: ROBERTO TETLALMATZIN | CORTESÍA

A lo largo de más de tres décadas, Alma América Porres Luna ha trazado una trayectoria sólida, rigurosa y comprometida en el sector energético. Ingeniera geofísica de formación, su carrera ha estado marcada por un profundo dominio técnico, por decisiones valientes y por una vocación constante de aprendizaje. Hoy, como consultora independiente, analiza el sector con la perspectiva de quien ha estado en todos los frentes: desde la investigación, la operación y la supervisión técnica hasta el diseño de regulaciones que marcaron un antes y un después en la industria nacional.

“Estudié ingeniería geofísica. Mi mamá me decía, como chascarrillo, que cómo se me había ocurrido estudiar eso habiendo carreras tan bonitas”, recuerda entre risas. Fue una decisión poco convencional, pero completamente consciente: le gustaban las matemáticas desde pequeña, y quería algo que las combinara con una aplicación práctica. Esa elección no solo definió su rumbo, sino que la llevó a convertirse en una de las voces más respetadas de la exploración y producción de hidrocarburos en México.

Su formación continuó con una oportunidad en el Instituto Mexicano del Petróleo, donde inició como becaria y llegó a ser directora del área de exploración y producción. Desde ahí, tuvo la responsabilidad de que el área funcionara como un negocio que vendiera soluciones técnicas al sector. “Cuando llegué, el nuestro era el quinto negocio en el instituto, y cuando me fui era el primero”, recuerda. Bajo su gestión, se adquirió tecnología de punta y se desarrollaron metodologías que mejoraron el conocimiento de los yacimientos nacionales.

Debemos seguir las mejores prácticas internacionales; no podemos estar aislados del mundo” .

El paso por la Comisión Nacional de Hidrocarburos representó otra etapa clave. Llegó al organismo cuando apenas tenía un año de haberse fundado y permaneció en él durante doce años. Aunque se sentía experta en toda la cadena de valor, pronto notó que su perfil técnico necesitaba complementarse con conocimientos regulatorios y jurídicos. “Yo siempre he sido muy técnica, no política, entonces me di ciertos topes porque llegué a un ente regulador”, explica. Su aprendizaje fue inmediato: ampliar el dominio del sector y formar equipos multidisciplinarios que construyeran una regulación con base en las mejores prácticas internacionales.

“En la CNH hicimos regulaciones técnicas, no administrativas. Y fuimos a ver las mejores prácticas a Estados Unidos y Noruega”, cuenta. Fue en ese contexto donde comprendió la importancia de la transparencia como eje del trabajo público. “La CNH logró premios a nivel internacional por su transparencia, que hoy se está perdiendo. Pero tener las publicaciones en un sitio web, y encontrar toda la información de manera pública, es transparencia, algo que logró México en pocos años y que ahora está borrado”.

Porres lamenta que esa arquitectura de datos y procedimientos públicos, construida con tanto esfuerzo, se esté desmontando. “Debemos seguir las mejores prácticas internacionales; no podemos estar aislados del mundo”, señala.

Hoy, desde la consultoría independiente, trabaja del otro lado del proceso. Y eso le ha dado nueva perspectiva. “Ahora sufro lo que sufren los regulados”, dice con claridad. “A lo mejor al momento de supervisar, no lo hacíamos con las mejores prácticas. Ahora que estoy asesorando y viendo cómo se aplican las regulaciones, encuentro áreas de oportunidad”. En su opinión, sería muy útil que más profesionales pudieran transitar entre distintos roles en la cadena del sector: “Quizá todos deberíamos estar rotando en diferentes posiciones para darnos cuenta de cómo mejorar las cosas de una manera integral”.

Sobre los retos técnicos actuales, señala sin rodeos el declive natural de los grandes yacimientos que alguna vez sostuvieron la producción nacional: Cantarell y Ku-Maloob-Zaap, ambos ubicados en la Sonda de Campeche. “Antes daban más de dos millones de barriles; ahora la producción es de 1300 o 1000 barriles”, advierte. Agrega que durante años se dejó de invertir en exploración porque había una falsa sensación de abundancia. “Ahora, ya estamos en el fin de los grandes yacimientos. Lo ideal sería incorporar nuevas reservas al momento de encontrarlos”. Pero eso requiere inversiones.

“ Es importante hacer un plan de carrera desde las universidades para que se pueda dar continuidad a las personas que se están formando, y hacer ajustes para tener personal capacitado con el enfoque que se requiere” .

Respecto a las innovaciones tecnológicas, identifica avances en perforación, en fracturamiento hidráulico con fluidos más sostenibles, y en aplicaciones de big data e inteligencia artificial. “Eso es parte de lo que se tendría que estar visualizando en cuanto a innovación, en las aguas profundas y la protección del medio ambiente”.

Una de sus preocupaciones más profundas es el desarrollo de talento. Aunque ve avances en la formación académica, encuentra una brecha seria entre universidad e industria. “Hay muchas carreras que se están enfocando a la transición energética. El problema es que las generaciones que egresan no encuentran oportunidades. No hay puertas abiertas en la vida productiva”. Cree que es urgente replantear los planes de carrera desde la etapa universitaria, con una oferta académica alineada a las necesidades del sector. “Es importante hacer un plan de carrera desde las universidades para que se pueda dar continuidad a las personas que se están formando, y hacer ajustes para tener personal capacitado con el enfoque que se requiere”.

En lo personal, Alma América Porres ha construido su liderazgo desde valores inamovibles. “Siempre trabajo con ética, congruencia, responsabilidad y transparencia”. También habla con firmeza sobre su estilo de gestión. “En mis trabajos siempre me han llamado la mamá de los pollitos, creo que el trabajo en equipo es de lo más importante, y algo que se olvida a muchas personas que están en una posición de liderazgo”.

Sobre su mayor contribución al sector, no duda: “He tratado de contribuir poniendo siempre la parte técnica delante de cualquier comentario. Es decir, mis puntos de vista no son fáciles, porque no me voy con opiniones subjetivas, siempre pongo la parte técnica por delante de la persona, el operador o la instrucción”.

Alma América Porres no solo ha sido testigo del desarrollo del sector energético mexicano: ha sido protagonista. Su mirada crítica, su ética técnica y su defensa del valor humano en el trabajo hacen de ella una voz imprescindible en los debates sobre el presente y el futuro de la energía en México.

ALMACENAMIENTO ENERGÉTICO: LA PIEZA FALTANTE DE LA TRANSICIÓN EN MÉXICO

POR: EDITORIAL B2V

La transición energética no se trata solo de instalar más paneles solares o turbinas eólicas. Si bien México ha avanzado en capacidad renovable —particularmente en solar fotovoltaica—, el verdadero reto no está únicamente en generar más energía limpia, sino en almacenarla de manera eficiente. Sin sistemas de almacenamiento robustos, la electricidad renovable se pierde cuando no se consume en el momento, limitando su impacto y viabilidad como alternativa sustentable.

En un país donde el recurso solar abunda, el potencial para generar electricidad limpia es enorme. Sin embargo, la producción fotovoltaica y eólica es intermitente: depende del sol y del viento. Esto significa que durante ciertas horas del día se puede generar un excedente, pero si no se usa en ese instante, se desperdicia o se inyecta de forma ineficiente en la red. La solución está en los sistemas de almacenamiento energético, una tecnología clave —aunque aún incipiente— en el modelo eléctrico mexicano.

LA IMPORTANCIA DE ALMACENAR

El almacenamiento no es solo una herramienta técnica: es lo que permite a los hogares, empresas y redes eléctricas desacoplar la generación del consumo. En otras palabras, poder guardar la energía cuando se produce y usarla cuando se necesita. Esto hace posible una mayor penetración de renovables en la matriz energética sin comprometer la estabilidad del sistema.

En países como Alemania, Australia o Estados Unidos, el almacenamiento a gran escala —como las baterías de ion-litio, el hidrógeno verde o incluso soluciones de gravedad— ya forma parte integral de la planeación eléctrica. En México, sin embargo, este componente sigue rezagado. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA), para que la transición energética avance con éxito, la capacidad global de almacenamiento deberá multiplicarse por 15 para 2030. Pero México aún no tiene un plan nacional claro para lograrlo.

MIRANDO HACIA NUEVAS OPORTUNIDADES

Actualmente, México no cuenta con almacenamiento eléctrico a gran escala conectado al sistema eléctrico nacional, salvo por instalaciones experimentales o asociadas a proyectos industriales. Aunque la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Secretaría de Energía

El verdadero reto no está únicamente en generar más energía limpia, sino en almacenarla de manera eficiente.

(SENER) han empezado a reconocer su importancia, la regulación sigue siendo ambigua y los incentivos prácticamente nulos.

Esto contrasta con el interés del sector privado. Empresas como Tesla, Wärtsilä o Siemens Energy han mostrado interés en implementar soluciones de almacenamiento en México, tanto en plantas industriales como en sistemas aislados (off-grid). Además, algunas startups nacionales están desarrollando tecnologías de almacenamiento térmico, baterías de flujo y sistemas modulares para el sector residencial y comercial. Pero sin un marco legal definido, estas soluciones permanecen limitadas a nichos.

Un diagnóstico reciente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advierte que, sin almacenamiento, la capacidad instalada renovable se encuentra “topada”. Es decir, ya no puede seguir creciendo sin poner en riesgo la estabilidad de la red, especialmente en regiones como el Bajío o el noreste del país. Esto pone en pausa proyectos renovables con alto potencial por falta de infraestructura complementaria.

COSTOS, INNOVACIÓN Y FUTURO

Uno de los grandes obstáculos sigue siendo el costo. Las baterías de ion-litio —la tecnología más extendida actualmente— han bajado de precio drásticamente en la última década (más de 85% según BloombergNEF), pero siguen representando entre el 30% y 40% del costo total de un sistema solar residencial. Además, la mayoría de estas baterías son importadas, lo que encarece la operación y limita la escalabilidad local.

Pese a ello, el almacenamiento ya empieza a jugar un papel estratégico en ciertos sectores. En zonas rurales sin acceso a la red eléctrica, los sistemas híbridos (paneles + baterías) permiten llevar energía a comunidades antes marginadas. También en la industria agrícola y manufacturera se utilizan para reducir costos en horarios pico. Si estas experiencias escalan, podrían detonar cadenas de valor nacionales en manufactura, instalación y mantenimiento de baterías.

A mediano plazo, la estrategia nacional de transición energética deberá integrar el almacenamiento como un eje central, no como un complemento. La falta de visión a este respecto podría frenar inversiones, saturar la red y desaprovechar la enorme riqueza solar y eólica del país. Además, sin almacenamiento no se puede hablar de resiliencia: frente a eventos extremos, apagones o emergencias climáticas, la capacidad de respaldo será cada vez más crítica.

Para que la transición energética avance con éxito, la capacidad global de almacenamiento deberá multiplicarse por 15 para 2030.

NO HAY TRANSICIÓN SIN ALMACENAMIENTO

El almacenamiento energético no es una moda ni una solución de futuro: es un eslabón esencial de la transformación energética. Sin él, la apuesta por las renovables se queda a medias. México tiene el potencial técnico, el interés privado y el talento para liderar esta revolución, pero necesita voluntad política, regulación clara e incentivos adecuados.

La transición energética no se trata solo de generar más, sino de aprovechar mejor lo que ya se produce. En ese sentido, el almacenamiento es la diferencia entre una red limpia y una red inteligente, entre un cambio cosmético y una verdadera transformación.

El almacenamiento ya empieza a jugar un papel estratégico en ciertos sectores.

CIUDADES SOLARES: EL POTENCIAL DE LA GENERACIÓN DISTRIBUIDA EN MÉXICO

POR: EDITORIAL B2V

En la transición energética mexicana, hay un fenómeno que crece de forma silenciosa, fuera de los reflectores de los grandes parques eólicos o solares. Se trata de la generación distribuida: sistemas fotovoltaicos instalados en techos de viviendas, comercios e industrias que producen energía para autoconsumo. Aunque a simple vista parecen solo “paneles en un techo”, su impacto acumulado podría cambiar el perfil energético del país.

A diferencia de las plantas de gran escala que se conectan al sistema eléctrico nacional, la generación distribuida funciona de forma descentralizada. Los usuarios —ciudadanos, empresas, escuelas, hospitales— instalan paneles solares en sus propiedades para reducir su consumo de la red. Si hay excedente, lo pueden inyectar a la red y recibir compensación, dependiendo del esquema regulatorio vigente.

Esta forma de generar energía no solo empodera al usuario final, también alivia la carga de la red eléctrica, reduce pérdidas por transmisión, y genera empleos locales en instalación, mantenimiento y fabricación de componentes.

CRECIMIENTO SOSTENIDO, AÚN CON BARRERAS

Según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), México superó los 337,000 contratos de generación distribuida al cierre de 2023, lo que representa más de 3,300 MW instalados. Es decir, el equivalente a la energía que producirían casi tres

centrales termoeléctricas medianas, pero generada desde techos particulares. Más del 90% de estos sistemas son solares fotovoltaicos.

El crecimiento ha sido constante desde que se reglamentó esta figura en la Ley de la Industria Eléctrica en 2014. Sin embargo, su potencial aún está lejos de haberse agotado. La consultora Iniciativa Climática de México estima que México podría instalar hasta 30,000 MW de generación distribuida para 2030 si se eliminan algunas barreras clave: tramitología compleja, falta de financiamiento accesible y vacíos regulatorios.

Además, hay un enorme potencial en zonas urbanas donde la densidad poblacional y el consumo energético justifican el aprovechamiento de los techos solares. Las ciudades, que concentran más del 75% del consumo eléctrico nacional, podrían convertirse en verdaderos polos de generación limpia si se aprovechan los millones de metros cuadrados de techos desaprovechados.

ENERGÍA DEMOCRÁTICA, ECONOMÍA CIRCULAR

La generación distribuida también representa un modelo de energía más democrática. En lugar de depender exclusivamente de grandes empresas generadoras, los ciudadanos se convierten en productores y consumidores de su propia energía. Esto reduce su vulnerabilidad ante variaciones en tarifas y apagones, y fortalece su autonomía energética.

Este enfoque se alinea con una lógica de economía circular: los equipos solares pueden fabricarse o ensamblarse localmente, se promueve la eficiencia energética, y se dinamizan mercados locales de ingeniería, electrónica, monitoreo y reciclaje. Además, la generación distribuida permite desarrollar modelos comunitarios, donde varias viviendas o negocios comparten un sistema y distribuyen los beneficios.

En sectores como el industrial y comercial, el ahorro puede ser significativo. Una pyme puede reducir entre 30% y 50% su gasto eléctrico mensual con un sistema bien dimensionado. En zonas de alta irradiación —como el norte y centro del país—, la inversión se recupera en menos de cinco años. Esto hace que incluso sin subsidios, los paneles solares ya sean una opción económicamente viable.

CIUDAD DE MÉXICO, MONTERREY Y MÉRIDA: POLOS EMERGENTES

Aunque la adopción de techos solares ha sido mayor en estados como Jalisco, Nuevo León, Chihuahua y Sonora, algunas ciudades comienzan a posicionarse como polos de generación urbana. En Ciudad de México, por ejemplo, el programa Solar CDMX ha instalado más de 800 sistemas fotovoltaicos en mercados públicos y edificios gubernamentales. El objetivo es alcanzar los 500 MW distribuidos antes de 2030, y convertir a la capital en un referente de energía limpia en contextos urbanos.

En Monterrey, el impulso viene del sector privado. Cada vez más empresas apuestan por la autogeneración como una medida de competitividad y resiliencia. En Mérida, los altos costos eléctricos han empujado a cientos de hogares a instalar paneles para reducir sus tarifas domésticas.

Este fenómeno urbano puede ser estratégico en la lucha contra el cambio climático. Al generar energía limpia localmente, se reduce la dependencia de fuentes fósiles, se disminuyen las emisiones de carbono y se mejora la calidad del aire. Además, permite que las ciudades aprovechen un recurso abundante: el sol.

¿QUÉ FALTA PARA DETONAR SU POTENCIAL?

Para que la generación distribuida en México pase del crecimiento sostenido a una explosión de adopción, hace falta una estrategia nacional clara. Aunque ya existen normativas como la NOM-001-SEDE y el esquema de “medición neta”, aún hay retos regulatorios por resolver. Entre ellos, la necesidad de ampliar los techos permitidos (actualmente hasta 500 kW), facilitar el acceso a financiamiento e incentivar esquemas comunitarios. También se requiere mayor información y acompañamiento técnico, especialmente para pequeños negocios o usuarios residenciales. Si se articulan programas públicos, alianzas con bancos y formación de técnicos, la generación distribuida puede convertirse en el motor silencioso de la transición energética.

En un país donde el sol brilla más de 250 días al año, desaprovechar los techos sería un lujo que México no puede permitirse.

BELARMINO RAMÍREZ: DEL CAMPO AL LIDERAZGO

La historia profesional de Belarmino Ramírez Poblete no se construyó sobre títulos académicos, sino sobre obra ejecutada. Su formación técnica comenzó desde muy joven, y como él mismo dice, el campo fue su verdadera universidad. Hoy lidera proyectos eléctricos desde una visión práctica, con los pies en el terreno, y con la convicción de que la experiencia compartida genera equipos más fuertes y soluciones más eficientes.

“Yo estudié ingeniería eléctrica, pero no terminé la universidad. Y no me acompleja. Porque tengo una formación en la calle, en el trabajo”, afirma. “He trabajado con gente muy buena, y siempre me he rodeado de personas que saben más que yo, y me han enseñado. Entonces no me siento menos que nadie”. Su camino profesional, construido a partir de la ejecución directa, le ha permitido participar en obras de distinta escala en Chile, México Perú y Brasil, enfrentando condiciones técnicas desafiantes y entornos culturales diversos.

Actualmente se desempeña como Project Manager en Contraction, donde lidera la ejecución de proyectos de energía solar, infraestructura eléctrica y soluciones distribuidas. Su enfoque, dice, está en entregar resultados sólidos, bien construidos y con un equipo que entienda lo que está haciendo. “Cuando uno ejecuta obras, lo más importante es tener un equipo sólido”, afirma. “Yo no soy el que más sabe, pero leo al equipo: sé quién se siente más cómodo en qué, y ahí los apoyo”.

Aunque ha tenido a su cargo subestaciones, bancos de baterías, proyectos de media tensión y sistemas fotovoltaicos, hay una solución que resume su manera de pensar: las cajas solares móviles. Este proyecto, ideado, construido y perfeccionado por él mismo, fue su respuesta práctica a una necesidad real: proveer energía limpia, segura y portátil en lugares donde el acceso a la red era inestable o inexistente.

Yo estudié ingeniería eléctrica, pero no terminé la universidad. Y no me acompleja. Porque tengo una formación en la calle, en el trabajo” .

“Armé una caja solar para abastecer a cuadrillas que estaban trabajando, y que muchas veces tenían que depender de una planta a gasolina. La idea era que pudieran tener un sistema limpio, rápido de instalar, que diera energía para herramientas, iluminación y equipos básicos”, explica. Lo hizo con sus propias manos, diseñando la estructura, montando los componentes. “Son cajas muy robustas, y las fui mejorando. Algunas versiones incluso las diseñé para que fueran transportables en camioneta o montadas en remolques”.

Lo que empezó como un ejercicio técnico terminó convirtiéndose en su proyecto más significativo. No lo pensó como producto comercial, sino como una solución concreta que pudiera servir a equipos en campo. “No lo pensé como un negocio, sino como una solución concreta. La energía no siempre tiene que venir de grandes proyectos; también puede venir de ideas pequeñas que funcionen bien.”

Más que una anécdota técnica, las cajas solares son, para Belarmino, una muestra de lo que significa aprender resolviendo. Cree que gran parte del conocimiento técnico se construye desde el hacer, desde observar y adaptar. “A veces uno no sabe cómo se va a resolver algo hasta que se ensucia las manos”, dice. Para él, esa es la diferencia entre un técnico que ejecuta por instrucción y uno que propone soluciones.

Por eso, uno de los temas en los que más insiste es la importancia de respetar el oficio. Habla con claridad sobre su respeto por los electricistas de campo, por los técnicos que han dedicado su vida a hacer instalaciones con criterio, seguridad y conciencia. “Yo he aprendido más de electricistas con 30 años en campo que de muchos ingenieros titulados”, asegura. “Uno en terreno ve cosas que el plano no te dice”.

“Un líder de proyecto no solo tiene que saber lo técnico. Tiene que estar dispuesto a ensuciarse los zapatos, conocer a su equipo y tener criterio para tomar decisiones rápidas”. No se refiere solo a saber resolver un conflicto técnico, sino a tomar la mejor decisión para el equipo y para el proyecto. Saber cuándo avanzar y cuándo detenerse.

En su experiencia, uno de los mayores riesgos de los proyectos eléctricos es perder de vista lo esencial: que lo técnico y lo humano son inseparables. Una instalación puede ser perfecta en el papel, pero fallar si el equipo no está bien coordinado, si no hay respeto, o si no se escuchan las alertas de quienes están ejecutando. “Es más importante el criterio que la jerarquía”, dice.

No lo pensé como un negocio, sino como una solución concreta. La energía no siempre tiene que venir de grandes proyectos; también puede venir de ideas pequeñas que funcionen bien” .

Belarmino no habla desde una teoría de liderazgo, sino desde una ética del trabajo construida en años de montaje, de correcciones sobre la marcha, de aprendizaje colectivo. “Hoy necesitamos técnicos con criterio, ingenieros que entiendan el terreno, y líderes que se animen a decir ‘no sé’, pero que se rodeen de quienes sí saben”. Por eso, más allá de los megavatios instalados, para él el verdadero impacto está en construir equipos autónomos, resolver los proyectos con solidez técnica y generar confianza en el terreno. “Yo vengo de la calle, del taller, del campo. Y si algo he aprendido, es que liderar no es gritar: es estar. Estar cuando hay problemas, dudas, y cuando hay que reconocer el trabajo bien hecho.

GAS NATURAL:

EL SOCIO QUE MÉXICO NECESITA EN SU TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Mientras México busca mantener la inversión en un sector energético que enfrenta un entorno complejo y continúa con su compromiso por promover la participación de las energías renovables, el gas natural asume un papel crucial en la transición. Hoy representa cerca del 60% de la generación eléctrica del país y, bien gestionado, puede ayudar a desplazar al carbón y a otros combustibles más contaminantes mientras se consolida un mercado energético más competitivo. Para sostener este papel estratégico, el gas requiere infraestructura de transporte y almacenamiento que permita llevarlo de forma eficiente a las regiones que más lo necesitan, contratos de suministro que generen confianza para atraer inversiones de largo plazo, y redes de transmisión capaces de integrar más renovables con estabilidad y confiabilidad. México posee reservas significativas en el subsuelo, además de acceso a gas importado, lo que abre la oportunidad de reforzar su seguridad energética mientras avanza en sus objetivos de descarbonización de forma realista y ordenada. Además, el gas natural representa una fuente altamente competitiva a nivel de costos, permitiendo cubrir la demanda de energía asequible mientras se impulsa la transición. Ante el crecimiento de la demanda por la llegada de nuevas industrias y el aumento poblacional, contar con un sistema flexible y competitivo resulta vital para evitar retrocesos. El gas natural no es el destino final, pero puede ser el socio que mantenga encendida la luz mientras construimos un sistema más limpio, confiable y justo para todos. Es momento de sumar esfuerzos.

TRANSICIÓN JUSTA:

EL FACTOR HUMANO EN LA TRANSFORMACIÓN ENERGÉTICA

La transición energética ya no es una aspiración lejana: es una necesidad que avanza con fuerza en todo el mundo. Reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar la participación de energías limpias es clave para cumplir los compromisos climáticos. Sin embargo, este cambio profundo en la matriz energética no es solo un asunto de tecnologías y mercados; también tiene un impacto directo en millones de personas. De ahí surge el concepto de transición justa: una transformación que integre a trabajadores, comunidades y cadenas de valor, garantizando que los beneficios se distribuyan y que nadie quede atrás.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la descarbonización de la economía podría generar 24 millones de nuevos empleos netos en el mundo para 2030, siempre que se implementen políticas que faciliten la reconversión laboral (OIT, 2019). Esto significa que la transición no es solo una amenaza para quienes trabajan en sectores fósiles, sino también una oportunidad para crear ocupaciones en energías renovables, eficiencia energética, movilidad eléctrica y restauración ambiental. El desafío es que estos nuevos empleos tengan condiciones dignas y estén al alcance de las poblaciones afectadas.

IMPACTO EN PERSONAS Y COMUNIDADES

En América Latina, la transición tiene un matiz particular: muchas economías dependen de la exportación de petróleo, gas o carbón, y las industrias asociadas sostienen comunidades enteras. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que, hacia 2030, la región podría crear 15 millones de empleos netos si se acelera la inversión en energías limpias, pero advierte que los trabajadores en sectores fósiles necesitarán capacitación y apoyo para reubicarse laboralmente (BID, 2022).

En México, la reconversión laboral es uno de los temas menos discutidos en el debate energético. La expansión de la generación distribuida, los parques solares y eólicos, así como la electromovilidad, demandan perfiles técnicos diferentes a los que predominan hoy en la industria petrolera o termoeléctrica. La Agencia Internacional de

La transición energética ya no es una aspiración lejana: es una necesidad que avanza con fuerza en todo el mundo.

24 millones

15 millones

de empleos netos podrían crearse en el mundo para 2030 con una transición energética planificada y socialmente inclusiva. (OIT, 2019) de empleos netos se generarían en América Latina hacia 2030 si la región acelera la inversión en energías limpias. (BID, 2022)

En México, la reconversión laboral es uno de los temas menos discutidos en el debate energético.

130,000

personas trabajan actualmente en el sector de energías renovables en México, principalmente en solar fotovoltaica y biocombustibles. (IRENA, 2023)

Energías Renovables (IRENA) señala que, en 2022, el país empleaba a más de 130,000 personas en el sector de renovables, principalmente en solar fotovoltaica y biocombustibles (IRENA, 2023). Sin embargo, para que la transición sea inclusiva, se requieren programas de formación que anticipen las necesidades de las empresas y garanticen que los trabajadores desplazados tengan acceso a las nuevas oportunidades.

La transición también impacta a las comunidades. La instalación de parques renovables, aunque reduce emisiones, modifica dinámicas locales: genera empleos temporales durante la construcción, cambia el uso de suelo y puede provocar tensiones si no se consulta adecuadamente a la población. La OCDE subraya que la aceptación social de los proyectos depende en gran medida de que las comunidades perciban beneficios tangibles —como infraestructura, empleo local o acceso a energía— y participen en la toma de decisiones (OCDE, 2021).

CADENAS DE VALOR Y POLÍTICAS PARA UNA TRANSICIÓN INCLUSIVA

El tercer eslabón del impacto social está en las cadenas de valor. La transición energética implica que proveedores, fabricantes y empresas de servicios adapten sus procesos a nuevas tecnologías. Esto abre oportunidades para industrias como la fabricación de componentes para paneles solares, torres eólicas o sistemas de almacenamiento. Pero también significa que las empresas que no se adapten quedarán fuera del mercado. En este sentido, la coordinación entre sector privado, gobierno y centros de investigación es fundamental para fortalecer capacidades y evitar que la reconversión productiva profundice desigualdades.

Una transición justa exige políticas integrales: inversión en formación técnica, incentivos para empleos verdes, apoyo a las pymes para integrarse a las nuevas cadenas y mecanismos de protección social para quienes enfrenten el desempleo temporal. La OIT recomienda que cada país diseñe hojas de ruta que combinen metas climáticas con objetivos laborales y sociales, y que estas se construyan con diálogo entre gobiernos, empresas, sindicatos y comunidades.

El caso de Uruguay es ilustrativo: en menos de una década, el país transformó su matriz eléctrica hasta alcanzar más del 90% de generación renovable, pero lo hizo con acuerdos tripartitos entre gobierno, empresas y trabajadores, minimizando el impacto negativo en el empleo fósil. En contraste, países que han acelerado la transición sin plan social han enfrentado protestas y rechazo a los proyectos, lo que retrasa sus metas climáticas.

México está ante una oportunidad y un riesgo. La oportunidad de aprovechar su potencial solar, eólico y de biomasa para diversificar su matriz y generar empleos de calidad; y el riesgo de que la transición ocurra de forma desigual, beneficiando solo a ciertos sectores o regiones. En este escenario, la transición justa no es un lujo, es una condición indispensable para que la transformación energética sea socialmente sostenible.

En palabras de la OIT, “no hay transición justa sin trabajo decente, y no hay trabajo decente sin transición justa” (OIT, 2019). La energía del futuro debe construirse no solo con paneles y turbinas, sino con políticas que coloquen a las personas en el centro. ENERGÍA:

OIT. (2019). Perspectivas sociales y de empleo en el mundo: Sostenibilidad medioambiental con empleo decente.

BID. (2022). Transición energética y empleo en América Latina y el Caribe.

IRENA. (2023). Renewable Energy and Jobs – Annual Review 2022. OCDE. (2021). Making the Green Recovery Work for Jobs, Income and Growth.

FUENTE:

CAPITAL VERDE: TRANSICIÓN ENERGÉTICA EN LATINOAMÉRICA, ¿ES POSIBLE?

La primera mención del término transición energética se le atribuye al expresidente norteamericano Jimmy Carter, en su discurso del 18 de abril de 1977. Durante la crisis energética de los setenta, y preocupado por la dependencia del petróleo y del gas natural, el expresidente respondió creando una política nacional que buscaba mejorar la seguridad energética de ese país, centrándola en la conservación de la energía,. El expresidente describe cómo, en el pasado, una primera transición se dio al sustituir la madera por el carbón, lo que detonó la Revolución Industrial. Posteriormente, estos combustibles dieron paso al petróleo y al gas natural, lo que impulsó la movilidad en todos los sentidos. Carter, en medio de la crisis energética, con visión de futuro, insistió en que era necesario planear un tercer cambio (transición) para mover la cultura energética del consumo excesivo hacia la conservación, el ahorro y hacia las energías renovables, como la solar.

La Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA por sus siglas en inglés), fundada en 2009, ha sido fundamental en la comprensión de esa transición energética. De hecho, en 2018, IRENA puso en el centro del debate la complejidad de la transición. Ante su impacto y magnitud, los compromisos que se deben asumir y las alianzas que se deben forjar, IRENA plantea que, más que una transición energética, este proceso histórico es una transformación energética global. Propone además 6 pasos clave para que esta sea una realidad:

Aprovechar las sinergias entre eficiencia energética y energía renovable,

Planear un sector eléctrico con alta participación de renovables,

Incrementar el uso de la electricidad en transporte, industria y edificios,

Promover la innovación en todo el sistema,

Alinear las estructuras socioeconómicas y de inversión con la transición, y

Garantizar que los costos y beneficios se distribuyan con justicia.

Podemos identificar cómo en Latinoamérica estamos trabajando en mayor o menor medida en estas líneas estratégicas. Para darnos una idea más clara del avance en esta transformación energética, utilizamos el índice de renovabilidad (IR) definido por OLADE como la relación entre las fuentes renovables (primarias y secundarias, descontando su producción de secundaria para evitar duplicidad), dividida por el total de energía. En la siguiente tabla podemos apreciar el IR de los países con mayor oferta total renovable, y con mayor participación de renovables en la generción eléctrica en comparación con México.

POR: KARLA G. CEDANO VILLAVICENCIO

PAÍS

IR DE LA GENERACIÓN ELÉCTRICA

En esta tabla podemos apreciar que México, de acuerdo a los datos proporcionados por la Secretaría de Energía a OLADE, tiene muy baja penetración de fuentes renovables en su generación eléctrica y su matriz energética. También podemos apreciar cómo Paraguay, Uruguay y Brasil son los países que más han avanzado en la región, pues no solo han integrado energías renovables a su generación de electricidad, sino que han logrado que más de la mitad de la oferta de energía total de sus países provenga de fuentes renovables de energía. Esto lo han logrado al electrificar transporte, industria y edificios, y al transitar hacia el uso de biocombustibles.

Todos estos países han tomado decisiones distintas en materia de política energética, con resultados igualmente diversos. Hablar de una transición o transformación, en singular, hace poco sentido. Latinoamérica es la composición de un conjunto de transiciones energéticas donde las potencialidades de cada país, así como sus decisiones de política pública en materia energética y de inversión dan forma a estos escenarios energéticos actuales e indican los futuros.

Pero las transiciones, en plural, no solo hacen sentido a nivel nacional. La naturaleza de las energías renovables y su capacidad de promover esquemas de generación descentralizada posibilitan la multiplicación de estas transiciones. Es decir, transformar los ecosistemas energéticos se vuelve una posibilidad local, con una alta granularidad. Es ahí donde yace la posibilidad de que México, y el resto de Latinoamérica, avance hacia esa gran transformación energética, sumando efectos de muchas transiciones energéticas a nivel comunitario, municipal y/o estatal; entender que para avanzar hacia la descarbonización debemos adaptar las decisiones energéticas a las realidades locales. Y esto no solo a nivel generación, desde el lado de la demanda también tenemos mucho que trabajar. El ahorro y uso eficiente de la energía, es la primera fuente renovables, y los nega-watts, son la base de la transformación. La literacidad energética juega un papel fundamental en transformar los comportamientos energéticos de las personas en todas sus actividades. Necesitamos en toda Latinoamérica formar personas que promuevan una cultura energética

sustentable. No basta con informar, necesitamos movilizar las ideas a las acciones. Una sociedad informada puede tomar mejores decisiones y ser parte de sistemas energéticos socio-técnicos más resilientes y sustentables.

En México, tenemos la posibilidad técnica y económica de integrar fuentes renovables a la generación eléctrica y a la matriz energética total. En poco tiempo, contaremos con un marco regulatorio que abre la posibilidad para multiplicar los esquemas de generación distribuida (hasta 0.7 MW), abriendo así la puerta a participación privada para consumo propio hasta por 20 MW. Tenemos el talento calificado para dimensionar, instalar, operar y mantener esta infraestructura.

También contamos con capacidades de investigación y desarrollo para promover una industria energética más eficiente, sustentable y con alto contenido nacional. Por si fuera poco, la comunidad académica ha avanzado en la generación de conocimiento interdisciplinario y experiencia para colaborar con comunidades vulneradas y disminuir las injusticias energéticas en todos los niveles, especialmente a nivel doméstico. Hemos descubierto que avanzar hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7: energía asequible y no contaminante, contribuye directamente al cumplimiento de los otros 16 ODS.

¿Qué nos falta para concretar esas transiciones energéticas? Necesitamos crear puentes entre quienes toman decisiones en los espacios públicos y privados y la comunidad académica. Por un lado, para que la investigación sea pertinente y relevante para la política pública, necesitamos que quienes toman las decisiones sean parte activa del proceso de investigación, para que las preguntas sean congruentes con las necesidades de política energética y

generen respuestas aplicables. También, es necesario que la investigación sea más accesible y fácil de entender. La diseminación del conocimiento debe aprovechar todos los medios y canales que están a la disposición de las personas usuarias, beneficiarias y gestoras de los sistemas energéticos (a nivel nacional, estatal, local e incluso doméstico). Inclusión, es el apellido de la transformación. Debemos involucrar activamente a personas con diversidad de formaciones, ocupaciones e intereses en el diseño de las estrategias de comunicación efectiva para trascender de la comunicación que informa a la que transforma y que tiene la capacidad de construir desde la justicia energética ese otro México que es posible, sustentable y justo. Ese México en el que quepan todos los Méxicos.

FUENTES DE INFORMACIÓN:

Carter, J. (1977). Address to the Nation on Energy (18 de abril de 1977). National Archives, Estados Unidos.

IRENA. (2018). Global energy transformation: Roadmap to 2050. Publicado por International Renewable Energy Agency, Abu Dhabi. OLADE. (2024). PANORAMA ENERGÉTICO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2024. PUBLICADO POR LA ORGANIZACIÓN LATINOAMERICANA DE ENERGÍA, ECUADOR.

IRENA. (2017). REthinking Energy 2017: Accelerating the global energy transformation. Publicado por International Renewable Energy Agency, Abu Dhabi.

¿Y SI EL SOL FUERA TU PROVEEDOR DE ENERGÍA?

Imagínate que, en lugar de depender de las tarifas cada vez más volátiles de la red eléctrica, tu empresa pudiera abastecerse directamente del Sol, con un precio fijo, energía limpia y sin necesidad de invertir millones por adelantado. Esa es la promesa de los contratos de compraventa de energía (PPA, por sus siglas en inglés).

Hoy más que nunca, las empresas buscan eficiencia, sostenibilidad y certidumbre. Los PPA solares se han posicionado como una solución estratégica para el sector industrial, especialmente en México, donde la radiación solar es abundante y el potencial fotovoltaico es enorme.

Un PPA es un contrato a largo plazo mediante el cual una empresa compra energía generada por un sistema solar instalado en sus propias instalaciones, sin necesidad de invertir en su construcción u operación. Al concluir el contrato, el sistema se convierte en un activo propio, lo que le permite a la empresa seguir generando ahorros durante el resto de su vida útil, que puede superar los 25 años.

Este modelo permite que organizaciones de todos los tamaños y giros accedan a energía limpia sin necesidad de realizar un gasto de capital inicial. En lugar de una inversión, se trata del mismo gasto operativo que ya realizan con su suministrador, pero a un menor costo, ya que se traduce en ahorros inmediatos en su factura de energía.

Hoy más que nunca, las empresas buscan eficiencia, sostenibilidad y certidumbre.

Los beneficios son múltiples:

Certidumbre financiera: al fijar el precio de la energía por 10 o 15 años, las empresas se protegen de los aumentos constantes en las tarifas eléctricas, que en México han incrementado entre 7% y 9% anualmente.

Alineación con objetivos de descarbonización: cada vez más clientes, inversionistas y cadenas de suministro exigen compromisos reales en sostenibilidad. Con un PPA solar, las empresas pueden reportar reducciones directas en sus emisiones de carbono.

Maximización de valor: al dejar la operación en manos del financiador, la empresa se asegura de que el sistema esté bien diseñado, ejecutado, monitoreado y mantenido durante toda la vigencia del contrato, maximizando el ahorro a lo largo de su vida útil.

Existen numerosos casos de sistemas solares mal diseñados, mal ejecutados o con estrategias de operación y mantenimiento deficientes que terminan generando muy por debajo de lo esperado. Sin embargo, en un modelo PPA, esto deja de ser un riesgo para la empresa y se convierte en una prioridad estratégica para quien pone el dinero, pues si el sistema no genera, no recupera su inversión.

En ese sentido, a veces es mejor dejar que otros asuman la inversión y el riesgo operativo de la infraestructura energética. Las empresas no necesitan convertirse en expertas en energía. Al optar por un PPA, pueden enfocarse en lo que realmente saben hacer: maximizar su operación, innovar en su producto o servicio y hacer crecer su negocio.

Lo mejor es que este modelo ya no es exclusivo de las grandes multinacionales. En los últimos años, cada vez más empresas mexicanas, desde manufactureras, centros de distribución hasta supermercados, han comenzado a firmar PPAs como parte de su estrategia energética. El acceso a financiamiento y los avances regulatorios han abierto el camino para que más organizaciones tomen decisiones audaces en favor de su competitividad y del planeta.

Más allá de los beneficios individuales, la generación en sitio tiene un valor sistémico: ayuda a aliviar la carga de la red eléctrica nacional. En un país donde la demanda crece año con año y existen cuellos de botella en infraestructura, cada megawatt generado localmente y consumido en el mismo lugar representa un respiro para el sistema eléctrico nacional.

En lugar de una inversión, se trata del mismo gasto operativo que ya realizan con su suministrador, pero a un menor costo, ya que se traduce en ahorros inmediatos en su factura de energía.

Además, los PPA contribuyen a los objetivos nacionales de transición energética sin requerir subsidios ni inversión pública. Es el sector privado el que, a través de estos contratos, acelera la transición energética y descarboniza la matriz energética.

La sostenibilidad no es una tendencia, es una urgencia que se cruza con la competitividad y la rentabilidad. Y en este camino, los PPA solares demuestran que es posible cambiar la forma en que consumimos energía sin sacrificar márgenes ni operaciones. De todas las tecnologías limpias disponibles, la energía solar es uno de los pasos más accesibles para comenzar.

El Sol ya está disponible. La tecnología también. El financiamiento existe. Lo único que falta es tomar la decisión. No es una solución mágica ni la respuesta completa, pero sí una pieza clave del rompecabezas. Tal vez ha llegado el momento de que tu empresa convierta al Sol en su próximo proveedor de energía.

CAPITAL VERDE: EL NUEVO MOTOR DE LA ENERGÍA

Financiamiento verde y bonos de carbono: cómo funcionan, qué retos enfrentan y por qué están transformando al mercado energético.

BONOS DE CARBONO: MEDIR, REDUCIR Y CAPITALIZAR EMISIONES

Los bonos o créditos de carbono son certificados que representan una tonelada de dióxido de carbono evitada o eliminada de la atmósfera. Aunque operan principalmente en mercados paralelos (voluntarios o regulados), cada vez más compañías energéticas los utilizan como mecanismo de compensación o como parte de sus estrategias de sostenibilidad y descarbonización.

En un momento crucial para la transición energética global, los instrumentos financieros como los bonos verdes y los créditos de carbono están cambiando las reglas del juego. No solo representan nuevas oportunidades de financiamiento para empresas del sector energía, sino que están marcando el ritmo de un mercado que exige sostenibilidad, transparencia y retorno.

FINANCIAMIENTO VERDE: ENERGÍA LIMPIA CON RESPALDO FINANCIERO

El financiamiento verde abarca todas las inversiones destinadas a proyectos con beneficios ambientales claros. En el sector energético, esto se traduce en parques solares y eólicos, hidrógeno verde, eficiencia energética, redes inteligentes y movilidad eléctrica. Los bonos verdes, uno de los vehículos más importantes de este tipo de financiamiento, son emitidos por gobiernos, bancos de desarrollo o empresas del sector para atraer capital destinado exclusivamente a proyectos sostenibles.

México se ha posicionado como un actor relevante en América Latina: acumula más de 38 mil millones de dólares en bonos temáticos hasta 2023, consolidándose como el segundo mercado más activo de la región, según datos de la Climate Bonds Initiative.

En 2023, el valor global del mercado de carbono alcanzó los 948 mil millones de dólares, y se proyecta que supere los 2.6 billones para 2028, lo cual abre una ventana estratégica para las empresas energéticas que invierten en mitigación y reducción de emisiones.

POR: EDITORIAL B2V

DESAFÍOS DEL ECOSISTEMA VERDE

A pesar del impulso, el financiamiento verde enfrenta varios retos:

Falta de estandarización global para clasificar qué proyectos califican como “verdes”.

Greenwashing, o el uso engañoso de etiquetas sostenibles sin un respaldo real.

Falta de transparencia y trazabilidad, especialmente en los mercados voluntarios de carbono.

Instituciones como la ICMA (Asociación Internacional del Mercado de Capitales), Verra y el Climate Disclosure Standards Board están trabajando para establecer marcos de verificación y seguimiento que den certeza tanto a inversionistas como a emisores.

El sector energético está en el corazón del cambio climático… y ahora también del cambio financiero. El financiamiento verde y los bonos de carbono ofrecen una vía no solo para cumplir con compromisos ambientales, sino para acceder a capital, escalar proyectos y posicionarse frente a un mercado cada vez más exigente.

En una era donde el retorno financiero debe ir de la mano con el retorno ambiental, el verdadero liderazgo energético se medirá también en toneladas de CO₂ evitadas y en la capacidad de convertir sostenibilidad en valor real.

ENERGÍA EN LA BOLSA: SOSTENIBILIDAD COMO VENTAJA COMPETITIVA

Las bolsas de valores están integrando criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) como requisitos para cotizar o mantenerse en índices especializados. Fondos verdes y ETFs temáticos ya integran bonos verdes y, en algunos casos, créditos de carbono como activos de inversión climáticamente responsables. La Bolsa Mexicana de Valores y otras plataformas latinoamericanas han desarrollado herramientas para atraer a emisores del sector energía con proyectos sostenibles.

Además, las plataformas de comercio de carbono, como el Chicago Climate Exchange o el Climate Impact X, están acercando estos activos al terreno bursátil tradicional, haciendo que el futuro del mercado energético no solo se juegue en plantas y redes, sino también en los tableros financieros.

TRANSICIÓN ENERGÉTICA RESPONSABLE

EN MÉXICO:

UN CAMINO COMPARTIDO ANTE LA CRISIS CLIMÁTICA.

POR: CRISTINA RODRÍGUEZ

FOTOS: CORTESÍA

México emitió más de 777 millones de toneladas de CO₂ en 2022, ubicándose entre los principales emisores a nivel global (SENER, 2023). Más del 70 % de esas emisiones provienen del sector energético, cuya columna vertebral aún está anclada al petróleo, al gas y al carbón (SEMARNAT, 2023). Pero más allá de estos datos hay personas; comunidades desplazadas por sequías más intensas, mujeres que caminan kilómetros para acceder a agua potable, trabajadores y PyMES que enfrentan la incertidumbre del desempleo cada vez que los mercados energéticos se tambalean. La transición energética, entonces, no puede ser solo un proyecto técnico, debe ser un proceso humano, ambiental, ético y participativo.

En este escenario, el cambio climático se convierte en el gran punto de inflexión que está redefiniendo la manera en que operan los sectores estratégicos del país. Entre ellos, la minería y el petróleo no solo forman parte de la discusión, sino que están en el centro de las soluciones. Estos sectores son parte importante de la economía nacional y habilitadores de las industrias que hacen posible nuestra vida cotidiana. Reconocer su rol histórico y su potencial transformador es fundamental para avanzar en una transición energética que sume esfuerzos con una visión reparadora y constructiva, guiada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030 y 2050.

Uno de los ejemplos más claros de este potencial está en la minería. México es el primer productor mundial de plata, el séptimo de cobre y uno de los principales productores de zinc, plomo, molibdeno y tierras raras (CAMIMEX, 2024). Estos minerales son esenciales para tecnologías limpias como paneles solares, turbinas eólicas y baterías de almacenamiento. Según estimaciones del Banco Mundial (2020), la demanda global de minerales como litio, níquel y grafito podría quintuplicarse hacia 2050, lo que convierte al país en un actor estratégico en la transición energética global. No obstante, este papel solo será sostenible si se construye desde una explotación eficiente, ambientalmente responsable y con visión de largo plazo.

Este enfoque ya comienza a traducirse en hechos. Actualmente, el 35 % del consumo energético del sector minero ya proviene de fuentes limpias, y se ha trazado una meta del 46 % para 2030. Empresas afiliadas a CAMIMEX han invertido más de 7 mil millones de pesos en acciones ambientales y han reforestado más de 2,300 hectáreas en 2023 y 14,300 en los últimos 5 años. Además, algunas compañías han implementado planes de cierre social y ambiental diseñados para dejar capacidades instaladas, infraestructura útil y oportunidades económicas más allá de la vida útil de la mina. En estados como Zacatecas, Sonora o San Luis Potosí, se han impulsado cooperativas, centros educativos y proyectos productivos que contribuyen a fortalecer el tejido social.

En paralelo, el sector petrolero enfrenta desafíos distintos, pero no menos relevantes. La AMEXHI reporta inversiones acumuladas por más de 39 mil millones de dólares entre 2016 y 2025, con una producción actual de 88 mil barriles diarios de petróleo y 147 millones de pies cúbicos de gas. Sin embargo, Petróleos Mexicanos y su situación financiera compleja, adicional a la falta de una política clara de transición y la inestabilidad del mercado han generado escenarios de incertidumbre en muchas regiones del país. En entidades como Veracruz, Tamaulipas, Campeche o Tabasco, el retiro de operaciones o el retraso de pagos ha tenido impactos económicos y sociales profundos. A pesar de ello, comienzan a emerger señales alentadoras desde la academia y el sector privado con proyectos innovadores y sociales, así como una estrategia ambiciosa de PEMEX que incluye alcanzar emisiones netas cero para 2050, reducción de emisiones de metano en 30% y eliminación de quema de gas rutinaria en exploración y producción para 2030.

En ambos sectores, la cadena de valor debe ocupar un lugar prioritario en la discusión. Las emisiones de alcance 3, asociadas a proveedores, contratistas y usuarios, pueden representar hasta el 70 % de la huella total de estas industrias (IEA, 2021). Desde proveedores locales, PYMES. hasta grandes corporativos, todos deben contar con espacios reales de participación, acceso a formación técnica y acompañamiento estratégico. El cumplimiento de contenido nacional, la importancia de la derrama económica local en comunidades remotas y los marcos internacionales de responsabilidad social y cambio climático son las bases, pero su implementación requiere voluntad y colaboración para traducirlos en acción constante y compartida en la cadena de valor.

De igual forma, la inclusión de género es un componente indispensable. La participación de mujeres en el sector energético y minero continúa siendo limitada, en la minería solo 2 de cada 10 empleos son ocupados por mujeres (INEGI, 2023). Integrar la perspectiva de género ya no es solo una aspiración de equidad; es una condición para alcanzar soluciones más completas, eficaces y adaptadas a las realidades sociales del país.

En este sentido, el Estado mexicano debe asumir un rol más activo y articulador. Hoy, los sectores clave de la transición energética operan con brechas normativas, instrumentos inconsistentes y una visión fragmentada de largo plazo. Esta situación no puede seguir siendo normalizada. Se requiere una arquitectura regulatoria moderna, una hoja de ruta coherente y mecanismos que aseguren continuidad, corresponsabilidad e innovación. La consolidación del sector es una oportunidad histórica para redirigir el desarrollo del país con responsabilidad social y ambiental, competitividad y con visión global.

Y sin embargo, hay razones genuinas para el optimismo. Iniciativas como el Comité Educativo Minero y la apertura de contratos mixtos entre PEMEX y empresas privadas, evidencian que existe voluntad por parte de los actores clave de trabajar de forma más articulada y con impacto. Este impulso necesita anclarse en estructuras estables, marcos de medición claros y procesos participativos con visión territorial. La energía del futuro deberá ser responsable y con visión de derechos humanos.

Avanzar hacia una transición energética responsable implica revisar con honestidad lo que ya hemos hecho bien, pero también lo que aún reproduce desigualdades e impactos no atendidos. Implica renovar un modelo de prosperidad participativo que fortalezca el tejido social, estimule las capacidades locales y alimente un sentido de futuro compartido. La participación activa de las comunidades no puede verse como un trámite normativo, sino como una condición para el desarrollo regional. Escuchar, dialogar y construir con ellas es, sin duda, una de las claves más poderosas para lograr una transición duradera.

El actual gobierno, junto con los sectores minero y petrolero, tiene en sus manos una oportunidad crucial. Pueden dejar como legado una generación que redefinió el rumbo del país en su lucha contra el cambio climático, orientándolo hacia un desarrollo más estable, con políticas incluyentes, crecimiento consciente y armonía con el medio ambiente. Pero ese legado no se escribe con discursos, sino con decisiones participativas, inversiones consistentes y acciones que restablezcan la visión de largo plazo. Hacerlo con todos los actores —desde la hija del campesino hasta el proveedor local, la fuerza laboral o quienes impulsan la innovación— es lo que hará de esta transición no solo una meta posible, sino una historia digna de contar.

FORO MX: EL PRESENTE NO ESPERA, VOCES

CLAVE IMPULSAN UN NUEVO RUMBO ENERGÉTICO EN MÉXICO.

POR: EDITORIAL B2V

FOTOGRAFÍA: ROBERTO TETLALMATZIN

En un momento decisivo para el futuro energético de México, se celebró el pasado 3 de julio en la Ciudad de México el Foro MX Innovación Energética: el presente no espera, un evento organizado y convocado por B2V Media que reunió a más de 120 líderes del sector energético — entre representantes del gobierno, empresas, instituciones académicas y sociedad civil— para debatir soluciones concretas frente a los grandes desafíos del sector. El encuentro tuvo lugar en el Hotel Fiesta Americana Grand Chapultepec y se posicionó como un espacio plural, abierto y altamente estratégico para quienes toman decisiones dentro del ecosistema energético.

B2V Media, la plataforma editorial detrás del evento, ha consolidado su presencia en el mundo empresarial como una revista digital que destaca y da mayor relevancia al valor humano en el mundo de los negocios. Con una agenda que cruza innovación, liderazgo y sostenibilidad, B2V impulsa conversaciones relevantes a través de contenidos periodísticos y foros de alto nivel como este, donde la energía no solo se entiende como recurso, sino como pilar para el desarrollo económico, social y ambiental del país.

Durante la jornada, se abordaron ocho grandes temas: la transición energética, el cambio climático, la certeza jurídica, la autosuficiencia, la generación eficiente y distribuida, el rol de la ciencia y la tecnología, y la soberanía energética. Estos ejes se desarrollaron a través de tres espacios de conversación con distintos enfoques. Cada uno reunió a especialistas con trayectoria sólida en sus campos, tanto del sector público como del privado, que ofrecieron perspectivas complementarias y propuestas concretas.

ELECTROMOVILIDAD, MÁS ALLÁ DE UN MODELO

El primer panel abordó uno de los temas más urgentes en la transformación del transporte: la electromovilidad. Moderado por Diana Ávalos, directora de la Asociación Mexicana del Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), experta en movilidad sostenible y desarrollo tecnológico,

el panel reunió a cuatro voces que representan diferentes eslabones de la cadena energética.

Rafael Burgos, head de Enel X en México, compartió la visión del sector privado sobre la importancia de acelerar la infraestructura de carga eléctrica y promover modelos de negocio escalables. Desde el gobierno federal, Rodolfo Osorio, responsable de electromovilidad en Secretaría de Economía, habló del impulso a clústers de electromovilidad y contenido nacional. Por parte del sector del transporte, Santiago Alanis, gerente general de BRT en MIVSA by MOBILITY ADO, destacó los avances y barreras que enfrenta el transporte público eléctrico.

Se coincidió en que la electromovilidad va mucho más allá del vehículo: implica una transformación profunda del ecosistema de transporte, que debe incluir almacenamiento energético, homologación de infraestructura, capacitación técnica e incentivos fiscales alineados a largo plazo.

INNOVACIÓN, SUSTENTABILIDAD Y EFICIENCIA: FACTORES EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

La tecnología ya existe, pero se necesita un entorno regulatorio claro, incentivos financieros robustos y voluntad política para escalar las soluciones.

El segundo momento de diálogo fue un panel de discusión enfocado en los tres grandes habilitadores de una transición energética real: innovación, sostenibilidad y eficiencia. Moderado por Ismael Jiménez, periodista especializado en energía con amplia trayectoria en medios nacionales, el panel reunió a perfiles de análisis, logística y recursos hídricos.

Manuel Montes, director senior de compliance y asuntos regulatorios en DHL Express, expuso cómo las grandes empresas están transformando sus cadenas logísticas para reducir su huella de carbono, pero enfrentan barreras normativas y falta de coordinación entre órdenes de gobierno. Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa y experta en política regulatoria, insistió en la necesidad de una supervisión eficaz, pero flexible, que permita que la innovación florezca sin generar cuellos

de botella. Por su parte, Jorge Fuentes, director de proyectos en el Consejo Consultivo del Agua, recordó que no hay transición energética sin gestión hídrica adecuada, y que cualquier innovación debe considerar el impacto ambiental integral.

La conclusión fue contundente: la tecnología ya existe, pero se necesita un entorno regulatorio claro, incentivos financieros robustos y voluntad política para escalar las soluciones. La sostenibilidad ya no es opcional; es una condición indispensable para acceder a financiamientos e insertarse en cadenas globales de valor.

EL PANORAMA REGIONAL Y ACTUAL DE MÉXICO: GARANTÍAS PARA FORTALECER EL SECTOR Y SU ECONOMÍA

El foro cerró con un conversatorio de alto nivel sobre el contexto regulatorio y la necesidad de generar confianza para atraer inversión nacional e internacional. Moderado por Guillermo Alcocer, excomisionado presidente de la CRE, académico del ITAM y consultor en energía y finanzas, este espacio puso el foco en el marco jurídico, la gobernanza del sector y la necesidad de traducir la visión estratégica en reglas operativas claras.

Laura Sima, agregada de Energía de la Embajada de Estados Unidos, reafirmó el compromiso de su país con una integración energética sólida, especialmente en torno al gas natural, pero advirtió que la inversión solo llegará si existen condiciones de certidumbre jurídica. Rosanety Barrios, consultora independiente y exfuncionaria de la Secretaría de Energía, destacó que el Plan México ofrece una hoja de ruta ambiciosa, pero aún falta articularlo de manera adecuada para que logre aterrizar en acciones concretas y bien coordinadas entre actores públicos y privados. También subrayó que los Polos del Bienestar pueden convertirse en núcleos de desarrollo energético e industrial, si se acompañan de financiamiento, conectividad

e incentivos.

Por su parte, Alma América Porres Luna, doctora en geofísica y excomisionada de la CNH, experta en exploración y producción, señaló la importancia de aprovechar al máximo los recursos no convencionales que ya existen, incluyendo los campos maduros de Pemex, cuya reactivación puede aportar valor si se hace con criterios técnicos, sostenibles y de eficiencia operativa. En su opinión, Pemex tiene una responsabilidad clave en la transición energética, tanto como actor económico como en su rol

México ya tiene los recursos, el talento y las leyes necesarias. Lo que falta es claridad en la ejecución, un entorno de colaboración y voluntad política para asumir que la transformación del sector no puede seguir aplazándose.

histórico dentro del sistema energético nacional.

Los tres panelistas coincidieron en que México ya tiene los recursos, el talento y las leyes necesarias. Lo que falta es claridad en la ejecución, un entorno de colaboración y

UNA CONVERSACIÓN QUE APENAS COMIENZA

El Foro MX Innovación Energética no fue solo un espacio para escuchar, sino para construir propuestas viables desde la acción. Las ideas compartidas durante el evento reflejaron el momento crítico que vive el país en materia energética, y también el talento, la visión y la convicción de quienes están trabajando desde distintos frentes por un México más competitivo, justo y sostenible.

Desde B2V Media, agradecemos profundamente a todos los participantes, panelistas y aliados que hicieron posible este foro. Seguiremos impulsando estos diálogos con valor, porque estamos convencidos de que la transformación del sector energético es también una apuesta por el bienestar de México.

ENERGÍA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA: POR QUÉ EL ACCESO A ENERGÍA LIMPIA ES CLAVE

Pocas veces se habla de la energía cuando se piensa en alimentos. Sin embargo, sin acceso a electricidad, combustibles o sistemas de refrigeración, no hay riego, cosecha, cadena de frío ni tampoco transporte que garantice el abasto. En México, donde más de 44 millones de personas viven en situación de pobreza, garantizar la seguridad alimentaria depende cada vez más de cómo se gestiona —y a quién se distribuye— la energía.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha sido enfática: el sistema alimentario global consume aproximadamente el 30% de la energía total disponible. En los países en desarrollo, una parte sustancial de esta energía se pierde por ineficiencias, y México no es la excepción. Mientras la política energética nacional se concentra en reforzar la soberanía desde el control estatal de hidrocarburos, el sector agroalimentario sigue esperando soluciones que garanticen el acceso equitativo, sostenible y a largo plazo a fuentes de energía moderna y asequible.

EL CAMPO MEXICANO Y LA DESIGUALDAD ENERGÉTICA

De acuerdo con el Censo Agropecuario 2022, en México existen más de 5.3 millones de unidades de producción agropecuaria, de las cuales casi el 80% son de pequeña escala. Muchas de estas unidades carecen de infraestructura energética básica: bombas eléctricas, refrigeración, maquinaria o instalaciones adecuadas para el procesamiento local. Esto limita su capacidad de producción y conservación, y los hace dependientes de intermediarios y de insumos caros como el diésel.

Un análisis realizado por la Red Mexicana de Bioenergía en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) —publicado en el informe Estado actual y perspectivas de la bioenergía en el sector agropecuario (2020)— señala que el 68% de los sistemas de riego agrícola en México operan con motores de combustión interna que utilizan diésel o gasolina, lo que representa un importante consumo de combustibles fósiles en el campo mexicano. Esta dependencia no solo encarece el cultivo, sino que lo vuelve especialmente vulnerable ante las fluctuaciones del mercado energético y el alza en los precios internacionales del petróleo.

Por su parte, el Banco Mundial, en su reporte Energizing Agriculture: Energy Access, Efficiency, and Sustainability in Food Value Chains (2021), estima que hasta el 45% de los costos de producción agrícola en América Latina están asociados al uso directo o indirecto de energía, desde la preparación del terreno hasta la distribución final de los productos.

Garantizar el derecho a la alimentación no puede desvincularse del derecho a la energía.

Además, la falta de electrificación en zonas rurales impide implementar soluciones modernas de refrigeración, lo que provoca grandes pérdidas poscosecha. En regiones como Oaxaca, Guerrero o Chiapas, se pierde hasta el 35% de frutas y hortalizas por falta de sistemas de frío, lo que reduce los ingresos de las familias campesinas y encarece los alimentos que llegan a las ciudades.

UNA TRANSICIÓN ENERGÉTICA QUE TAMBIÉN ALIMENTE

Para avanzar hacia un sistema alimentario más justo, es urgente vincular la transición energética con estrategias de desarrollo rural. La electrificación de comunidades agrícolas con fuentes renovables —como la solar y la eólica— puede tener efectos inmediatos en la productividad y la autosuficiencia alimentaria.

En este sentido, México ha experimentado proyectos piloto con resultados prometedores. Por ejemplo, el programa “Sembrando Vida Solar”, desarrollado por cooperativas locales con apoyo del Instituto de Investigaciones en Energías Renovables de la UNAM, ha demostrado que la instalación de sistemas fotovoltaicos para bombeo y refrigeración puede reducir hasta un 60% los costos operativos en comunidades agrícolas de Chiapas y Tabasco. Estas tecnologías no solo disminuyen el gasto energético, sino que también reducen las emisiones y mejoran la resiliencia ante eventos climáticos extremos.

En contraste, las políticas públicas nacionales aún muestran una brecha importante. Mientras países como Brasil, India o Sudáfrica han lanzado estrategias energéticas específicas para la agricultura familiar, México no cuenta con un plan integral que vincule el acceso a energía limpia con la seguridad alimentaria. El Plan Nacional de Desarrollo 2019–2024 reconoce la importancia de la autosuficiencia alimentaria, pero no establece una hoja de ruta clara para el uso de energías limpias en el sector rural.

Por otro lado, el alza en los precios de los combustibles y fertilizantes, derivada de factores globales como la guerra en Ucrania, ha dejado una lección clave: los países que no diversifican su matriz energética enfrentan mayores presiones inflacionarias. En México, el precio del gas LP aumentó más del 40% entre 2020 y 2023, y el impacto se trasladó directamente al precio de la tortilla, el pan y otros productos básicos.

Una política energética centrada en las personas será también una herramienta para reducir el hambre y construir un sistema alimentario más resiliente.

ENERGÍA Y ALIMENTACIÓN EN MÉXICO

5.3 millones de unidades de producción agropecuaria en el país; el 80% son de pequeña escala.

Fuente: Censo Agropecuario 2022, INEGI.

68% del riego agrícola depende de bombas que funcionan con combustibles fósiles.

Fuente: Estado actual y perspectivas de la bioenergía en el sector agropecuario, Red Mexicana de Bioenergía y INIFAP, 2020.

45% de los costos de producción agrícola están relacionados con el uso directo o indirecto de energía.

Fuente: Energizing Agriculture: Energy Access, Efficiency, and Sustainability in Food Value Chains, Banco Mundial, 2021.

Hasta 35% de las frutas y verduras en zonas rurales se pierden por falta de sistemas de refrigeración.

Fuente: FAO México, estimaciones en zonas de alta marginación, 2022.

60% puede reducirse el costo operativo de riego con paneles solares en regiones agrícolas.

Fuente: Resultados del programa piloto Sembrando Vida Solar, IER-UNAM y cooperativas rurales, 2023.

+40% aumentó el precio del gas LP en tres años (2020–2023).

Garantizar el derecho a la alimentación no puede desvincularse del derecho a la energía. Una política energética centrada en las personas, que promueva el acceso equitativo a tecnologías limpias en el campo, será también una herramienta para reducir el hambre, fortalecer las economías locales y construir un sistema alimentario más resiliente. Porque sin energía, no hay alimentos. Y sin alimentos, no hay futuro.

Carsharing Corporativo

La forma más flexible para rentar autos y vehículos de carga ligera en tu empresa

PRINCIPALES BENEFICIOS

Contrato maestro

Sin necesidad de Tarjeta de Crédito

Sin depósitos en garantía

Con seguro de cobertura amplia incluido

Reserva a través de nuestra APP

Controla todas las rentas desde

el portal WEB

Renta de vehículos

El proceso es tan sencillo, que es como como rentar una bicicleta

Por día, semana o mes

Nos adaptamos a tus necesidades para darte movilidad en todo momento

Exclusivo para empresas

Entendemos las necesidades de cada empresa

En Aeropuertos

A través de nuestras alianzas, estamos en 37 Aeropuertos en México

En Agencias

Contamos con presencia en 18 ciudades en México

Beneficio extensible

Extiende el mismo beneficio de renta a los empleados

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.