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Conclusión
Los fantasmas de Goya emprende un viaje al pasado para contemplar las tensiones de una España anclada al medievo, en pleno inicio de la Edad Contemporánea. Su minuciosa contextualización histórica, cargada de diestros detalles, conforma el gran acierto del filme, siendo su gran fracaso el tratamiento del personaje, supuestamente protagonista, Francisco de Goya. “El fantasma de Goya”, podría ser un título certero para una película en la que el gran pintor español se dedica a deambular impasible por una España que se transforma a golpe de escena.
Como narración histórica es instructiva y correcta, pero como biopic se encuentra totalmente ajeno a la realidad. Sin embargo, pese a que no encontremos una representación acorde al personaje histórico de Goya, podríamos interpretar la película como un espejo del pensamiento del artista. El rechazo a un anquilosada y obsoleta Inquisición, la frescura que trae consigo la invasión francesa en cuanto a derechos sociales y libertades, la observación curiosa de la violencia propia de la guerra, o la presencia del desarrollo de la mujer española en el cambio de siglo, son los aspectos centrales por los que se mueve el hilo conductor de la película. Son estas mismas temáticas las que Goya desarrolló en sus obras a lo largo de toda su producción artística. Queremos destacar así, que “Los fantasmas de Goya” no es una película sobre Goya, sino una película en la mente de Goya. Es decir, pese a que él no está en el film, sí que está su mirada, que observa las posibilidades de una nueva España. Así, al contemplar las escenas de la película nos introducimos en la mirada de Goya y experimentamos las tensiones entre una España incapaz de avanzar y un pintor más que adelantado a su tiempo.
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