2 minute read

LORENZO

Next Article
Bibliografía

Bibliografía

Podríamos definir al padre Lorenzo como el punto de fuga de esta obra cinematográfica. Es su historia la que se nos narra, y su metamorfosis la que Goya presencia y retrata como hilo conductor. El personaje de Lorenzo Casamares puede estar inspirado en algunos inquisidores que en su tiempo también defendieron las ideas ilustradas. Destacamos a dos: Ramón José de Arce: Arzobispo de Burgos y Zaragoza e Inquisidor General que es exiliado a Francia; y a Juan Antonio Llorente, al que Goya pintó ya con las condecoraciones de José I en 1811, por lo que no coincide con lo que propone la película, donde se pinta a Casamares aun de Inquisidor.

El giro de principios que da el personaje, interpretado por Bardem, es también el cambio de toda una España. Su paso de la ciega creencia en la Iglesia y el Tribunal de la Santa Inquisición, a la defensa de los ideales de la revolución francesa nos muestra una personalidad interesada y arribista, que es capaz de modificar sus principios siempre que vea conveniente. Sin embargo, este cambio ideológico se da por varios sucesos que acontecen en la película. El primero de ellos: la violación de Inés. Este contacto perverso, con lo prohibido por la Iglesia católica, de una forma tan abrupta, deja de manifiesto la doble moral del protagonista. Lorenzo le expresa a Goya en el filme que el sometimiento a la cuestión le demuestra la ineficiencia de los métodos del Santo Oficio y lo “ilustra”; volviéndose la tortura un detonante más en su metamorfosis. Como consecuencia, es exiliado a Francia, y allí, en contacto con el novedoso contexto revolucionario, termina de transformarse.

Advertisement

Se encuentra con una Francia plagada de ideas, de críticas que llevan al desprestigio del Antiguo Régimen, las monarquías absolutas y como no, de la Iglesia Católica y su acumulación de poder. Se produce un enfrentamiento entre el individuo y las instituciones tradicionales, es la razón frente a la creencia ciega. La Revolución Francesa trae la idea de llevar la libertad, de “ilustrar” al pueblo español y volver a los hombres “libres”. Casamares toma esta tarea, definiendo a sus antiguos compañeros como “la cara del fanatismo” y adoptando un alto cargo en el bando de los franceses. Al contrario de Goya, entendemos a Casamares como la personificación de lo corrupto y de la moral influenciable y débil. Es otra de las dicotomías, son Apolo y Dionisos, la razón frente a la corrupción del ser. Goya acaba subyugado a un papel incluso conservador frente al renovado Lorenzo, quien le dice que “trabaja para quien le paga” cuando él mismo vende constantemente su moral al mejor postor. Las contradicciones que traen las nuevas ideas ilustradas suponen grandes cambios de dinámica entre los personajes y en la escena final de la película vemos la transformación última de Lorenzo; en la que se vuelve un horror más, otro desastre que acaba retratando el artista.

Pintura de Lorenzo postura y la vestimenta. Sin embargo, no hay coincidencia en las fechas, aquí se retrata a Casamares cuando aún era inquisidor, antes de la Guerra de Independencia; mientras que el de Llorente se realizó durante la contienda y cuando su puesto en el Tribunal había sido suspendido. Además, la obra acaba quemándose en el filme, mientras que en la actualidad el retrato se conserva en el Museo de Arte de Sao Paulo.

This article is from: