LAS 3 ANALOGÍAS
Tres vías experienciales para entender el rol del formador hoy Quisiera comenzar agradeciendo a ASEINC, por la invitación a escribir este artículo para su revista y sus consumidores. Para mí es un honor poder dedicar estas líneas a través de una organización tan comprometida, responsable y creativa en el hecho educativo, espero agregarles valor, y orientar desde mi experiencia e historia a quienes hacen vida en espacios educativos, escolares o no.
Una de las cosas que me generan incomodidad al momento de establecer una conversación, e incluso una experiencia para la enseñanza, es no saber con quién estoy hablando; eso me produce incertidumbre y me distrae la atención de lo que está diciendo, por ello, quiero comenzar esta conversación presentándome un poco:
Mi nombre es Richard Tovar, sin embargo, se me conoce como el profe Rich. Para el año 2023, he tenido la oportunidad de formar a más de 20.000 personas en Venezuela y Latam a través de programas para el desarrollo de capacidades humanas, sociales, formativas, emprendedoras y expresivas. En el 2019, tuve la oportunidad de brindar una TEDx Talk titulada: “La Educación como Alternativa para la Educación”, la cual podrán encontrar en YouTube. En el 2014 creé Área Índigo S.C., una organización dedicada al diseño y desarrollo de soluciones educativas para el sector público y privado con la visión de potenciar el desarrollo empresarial de Venezuela, mediante la formación.
En el 2016 obtuve mi licenciatura en educación, mención ciencias pedagógicas. En el 2022, me certifiqué internacionalmente en el mercadeo corporativo con la Universidad de Florida, y hoy soy parte de distintos equipos de trabajo, asesorándolos en el desarrollo de sus productos formativos, pero ¿por qué te cuento todo esto?, porque a pesar de mi corta edad (nací en 1993, saquemos la cuenta), he podido involucrarme en el fenómeno educativo desde la escuela, la universidad, la empresa, las ONGs y he encontrado un punto común en todas estas dimensiones: ¡NO NECESITAMOS LLEVAR LA EDUCACIÓN AL FUTURO! Lo que necesitamos, en realidad, es traer a nuestros formadores al presente, y a partir de ahí, construir futuro con los aprendices, en cualquiera de sus niveles, y por ello quiero compartirte tres analogías que nos permitan explorar juntos ¿cómo hacemos esto?
EDITORIAL 3 EDUCAMOS Y SEGUIMOS APRENDIENDO
EL PROFE RICH
Para comenzar a relatarte estas analogías, me veo en la lujosa necesidad de citar a Edgar Morín, quien en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, describió “el talón de Aquiles del conocimiento” con la siguiente frase:
“LA EDUCACIÓN DEBE MOSTRAR QUE NO HAY CONOCIMIENTO QUE NO ESTÉ, EN ALGÚN GRADO, AMENAZADO POR EL ERROR Y POR LA ILUSIÓN”.
El contexto de esta frase, tiene que ver con aceptar que el conocimiento tiene cegueras, y estas son el error y la ilusión, brindados por las referencias de cada sujeto y fenómeno que genere conocimiento. Por lo que tienes que saber que todo lo que estás a punto de leer, parte de mi experiencia, mi error y mi ilusión y lo que aspiro es que puedas discernir: ¿Dónde puedo estar más cercano a una verdad compartida? Ahora, si el error y la ilusión es la amenaza, entonces la manera de combatirla será: la no réplica del error y la verificación de la realidad; lo que me lleva a mi primera analogía:
ANALOGÍA #1: EL EMPRENDEDOR DIDÁCTICO
Desde el 2016 trabajo con emprendedores, acompañándolos de dos maneras: desarrollando competencias emprendedoras y guiándolos en el desarrollo de sus modelos de negocio. Durante este tiempo, he observado que lo que más les cuesta comprender a los aprendices del emprendimiento, es que todo negocio es una fantasía hasta que abre la Santamaría o, en su defecto, hasta que aparece el primer cliente.
Lo que quiero decir es que, al emprender, las personas se forman para crear “hipótesis” que deben salir a comprobar y ajustar, y el formador entonces se convierte en un mediador que permite al aprendiz
disminuir la posibilidad de que su hipótesis carezca de sentido y que su manera de comprobarla sea fallida. Ahora cuando viene la magia del asunto, si el emprendedor sale a probar su hipótesis, y esta resulta no acertada, el común denominador es, “FALLASTE”, pero la verdad es que acertó en lo que no es su hipótesis y también ahí hay ganancia.
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APRENDIENDO
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El tema está en que nuestro aprendiz de hoy, emprenda o no, tiene que hacer las paces con el error, ya que, en vez de ser punitivo bajo un sistema de calificaciones cuantitativas, el error es celebrativo en un sistema de cualificaciones a través del feedback para la mejora continua. Aplica ahora esta fórmula a lo que sea que enseñes y te darás cuenta, que tú, como formador, tienes la posibilidad de potenciar al aprendiz desde sus experiencias y no desde lo que “tenía que pasar” según la teoría. El rol del formador, desde la visión del emprendedor didáctico, es aumentar la satisfacción a partir de cada prueba del aprendiz, promoviendo espacios de reflexión y aprendizaje que le permitan vencer el miedo a fallar y por ende aumentando el deseo de curiosear y pivotear.
¿Te hace sentido?
Debo agradecer a Edgar Morín por inspirarme desde las cegueras del conocimiento a encontrar esa primera analogía, me permite vislumbrar, que el rol del formador del presente está en conectar con su aprendiz desde las experiencias del que aprende y hacer preguntas claves que le permitan reorientar su acción, nada nuevo, pero bueno de recordar.
En este punto tenemos un formador mediador y un aprendiz curioso, que de tanto probar, naturalmente desarrollará unas cuantas competencias que le permitan avanzar en otros contextos.
Sin embargo, también desarrollará un alto nivel de frustración, porque estamos formados para llegar al fin de las cosas y no necesariamente para la mejora progresiva, entonces: ¿Qué hacer como formadores para disminuir la sensación de frustración y estancamiento? Y acá citaré a Viktor Frankl, autor del libro “El hombre en busca de sentido”, quien plantea: “La vida no es principalmente una búsqueda de placer, como creía Freud, o una búsqueda de poder, como enseñó Alfred Adler, sino una búsqueda de significado”. Y es que a medida que tengamos sensación de sentido en nuestras acciones, en esa misma medida aumentamos nuestra resiliencia. Lo que me conecta con la segunda analogía.
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APRENDIENDO
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ANALOGÍA #2: EL EXPLORADOR INTENCIONAL
La primera pregunta que aparece en el proceso de toma de decisión es: ¿QUÉ? Por ejemplo, si vas al mercadito de la esquina, o al kiosco o al super market, haces una lista de ¿Qué vas a comprar? Si vas a un viaje te preguntas ¿Qué vas a llevar? Si te gusta alguien te preguntas: ¿Qué voy a decirle? Y así sucesivamente. Una vida llena de QUÉs, sin duda alguna, al faltarnos el “QUÉ” empezamos a desestabilizarnos.
Simon Sinek, consultor y autor en temas de liderazgo y propósito, plantea que deberíamos migrar a una vida de “PARA QUÉs” para conectar con nuestra sensación de sentido y no con lo finito del próximo paso. Por ejemplo, si voy a comprar al super o al mercado, en vez de preguntarme qué voy a comprar (corriendo el riesgo que algo se me olvide) me preguntó:
¿PARA QUÉ VOY A COMPRAR? Y entonces, entendiendo cuál es el resultado final esperado, comenzaré a armar todas mis acciones con un sentido claro.
Sólo con un sentido claro podré innovar en mis rutas, si no, terminaré donde sea, menos donde quise.
El rol del formador, desde la mirada del explorador intencional, es llevar al aprendiz a sus “PARA QUÉs” y así entonces pueda definir su “QUÉ”, la acción con sentido generará entonces mayor satisfacción y capacidad que la acción repetida y errante. Lo que no quiere decir que no vaya a cometer errores, pero esta vez los errores terminan siendo parte NECESARIA para el alcance del propósito. Hasta ahora ¿cómo vamos?
En este punto, ya debes tener un poco de cansancio por tanta palabrería, ¿verdad?, por lo que quiero contarte, que es tu momento de tomar una decisión, pasar la página y seguir viendo la revista o leer la tercera analogía, pero de nuevo, es tu decisión. Hasta este punto ya has leído lo suficiente, la verdad es que si no lees más no pasa nada, y si sigues leyendo, dudo que suceda algo extraordinario, o quizá, lo que estás a punto de leer es justo lo que viniste a buscar.
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SEGUIMOS APRENDIENDO
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La verdad es que lo único que va a comprobar o no, lo que puede suceder si sigues leyendo, es que tomes la decisión, o no, de proseguir. Si en este momento te estás preguntando: ¿Qué es lo que va a decir o qué es lo que voy a leer?, entonces, acabas de evidenciar lo que te explicaba en la analogía #2, tienes orientación al qué. Si por lo contrario, en este momento, ni siquiera te preguntaste nada, sino que seguiste leyendo porque lo estás leyendo “PARA ALGO” aprender, entretenerte, pasar el tiempo, o lo que sea, entonces tú estás migrando a un rol mucho más trascendental. Y ahí va mi tercera analogía, que tiene que ver con cómo aceptamos nuestro rol trascendental.
ANALOGÍA #3: EL PORTA AVIONES
Un porta aviones es un buque dotado con todas las herramientas, mecanismos, sistemas y capacidades necesarias para recibir, entonar, alinear y potenciar al avión para que siga su vuelo.
Ajá, esto queda clarito, el rol del formador es ser un porta aviones, dispuesto a que el aprendiz pueda seguir su vuelo potenciado, no con miedos y frustraciones año tras año. El formador tiene la responsabilidad de indagar sobre cuál es el viaje del aprendiz, qué necesita para su siguiente destino, qué tengo como formador para darle y cuál es la ruta de vuelo más acertada, a partir de ahí, el avión despegará y el éxito del formador no está en que el avión llegue a dónde va, sino que, en el camino tenga lo necesario para mantener su vuelo.
Y esta es la analogía que a mí me emociona más, saberme parte de la historia de un viajero que me permite trascender por servirle, y que honra a todos sus maestros en cada destino.
Formar, no es promover que el avión la pase mal en el porta aviones, más bien que esté lo menos posible, hasta que se sienta en capacidad de emprender su vuelo. Así como tú tomaste la decisión de seguir leyendo o no, tu aprendiz debe tomar la decisión de emprender o no el vuelo y tú sólo lo acompañarás mientras toma su decisión.
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