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Entrevista

Elena Poniatowska (París, 1932) es una de las escritoras más prolíficas y destacadas de la lengua castellana. Periodista, novelista y activista, es considerada una de las voces más genuinas de la literatura mexicana desde sus primeros trabajos (Hasta no verte Jesús Mío y La noche de Tlatelolco). Su obra ha sido traducida a numerosas lenguas y ha sido distinguida con los premios Nacional de Periodismo (1971), Rómulo Gallegos (2007) y con el Premio Cervantes de Literatura (2013) entre otros.

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N.L. En su obra, la voz del cronista se entremezcla con una poética franca, de suave cadencia y una narrativa desembarazada de pretensiones. ¿Escribe usted para darle voz a otros, como afirmó Paul Celan, o para sí misma por intima complicidad?

E.P. Yo escribo en general para documentar a mi país. Desde hace años. Llegué a México a los diez años y más tarde, vi en un mapa político que en el país había muchas formas por descubrir y que inclusive dentro del mapa había zonas sin pintar, entonces me decidí a documentar lo que aún se desconocía de México, a través de entrevistas cercanas con la gente y de diversos reportajes.

N.L. ¿Cuál es su opinión sobre la obra de las grandes escritoras y poetas de su generación como Linspector, Pizarnik o Idea Vilariño?

¿Cree usted que la obra escrita por mujeres se ha renovado en los últimos años teniendo en cuenta la reciente concesión del Premio Cervantes a la uruguaya Ida Vitale o del Premio Nacional de poesía de España a Francisca Aguirre?

E.P. Siento una grandísima admiración por las escritoras y las poetas. Obviamente a quienes conozco más es a las mexicanas como a Rosario Castellanos, Elena Garro y a muchas jóvenes que me parecen excelentes. Guardo mucha admiración por las jóvenes reporteras que tratan diversos temas y por las fotógrafas que también viven y retratan una realidad del país que todavía es incógnita.

En lo que se refiere a la política, por ejemplo, en el Gobierno actual hay seis mujeres y seis hombres en el poder. En el arte, aunque México es inferior a su pasado porque ya no hay grandes muralistas, de todos modos existe un porcentaje creciente de mujeres que se preparan para apreciar y vincularse a diversas manifestaciones del arte como la poesía, la pintura o la arquitectura. Se hace cada vez más notable la presencia de mujeres.

N.L. Ahora que menciona el gobierno actual, usted ha opinado que "el éxito es un ratito", pero ¿qué opinión le merece el triunfo político de AMLO en un momento en que el resto del mundo parece repoblarse de totalitarismos y corrientes fascistas?

E.P. Me parece importante destacar esa nueva manera de gobernar y sobretodo su manera de limpiar, desde los primeros meses, al país de la corrupción. Es algo muy difícil y es algo que lo hace impopular. Además, algunos pueden pensar que lo ha hecho tomándose su tiempo, pero yo creo que ha llegado como las amas de casa a barrer, a sacudir y a limpiar. Si tal vez ha dispuesto para esto algún espacio es porque era lo necesario para comenzar a gobernar limpiamente.

N.L. Vivimos tiempos de gran liquidez. Han fallecido además muchos autores más insignes de las letras hispanas como Álvaro Mutis, Juan Gelman, Ana María Matute o José Emilio Pacheco... ¿qué opina sobre las letras contemporáneas? ¿Qué autor o autores le llaman la atención en este momento?

E.P. No puedo decirle que este yo muy al día. Pero no se puede discutir que hay grandes escritoras jóvenes que son muy valiosas como María Luisa Puga, que aunque murió joven dejó una obra maravillosa. Hay otras, claro, que están ahora en el candelero y que me interesan mucho por su labor en el periodismo como Carmen Aristegui. Y creo que todavía hay mucho talento en los medios de comunicación escritos y televisivos.

N.L. ¿De qué manera se asimila en su obra la vocación periodística con la inclinación por la ficción?

E.P. Bueno, yo me inicié en el periodismo y empecé a hacer una gran cantidad de entrevistas para conocer a mi país. Por una pasión sociológica me gustaba hablar con las personas para conocer mejor el ser de los mexicanos. Los entrevistados fueron muy generosos conmigo desde el principio porque me describían su vida y la vida política del país. Después traté con muchas escritoras como Julieta Campos, Sabina Berman y Beatriz Espejo mientras descubría la obra de Gabriela Mistral, las hermanas Brontë, Jane Austen, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, José Agustín, Salvador Elizondo y por supuesto siempre he tenido gran admiración por los latinoamericanos como Julio Cortázar, García Márquez,

Ibargüengoitia, Onetti y por los poetas mexicanos Jaime Sabines y Octavio Paz. Cuando yo comencé no teníamos las facilidades que tienen ahora los periodistas. Nos teníamos que movilizar a los lugares y escribir lo más rápido posible. No teníamos grabadoras ni cámaras fotográficas como las de ahora con las que se puede ir enviando el material al periódico o los aparatos en los que se puede ir redactando el artículo sin estar en la oficina.

N.L. ¿Qué les recomendaría usted a los jóvenes que viven hoy en un

Yo confió en el buen mundo instantáneo, globalizado y digital? corazón de los jóvenes.

Sé que tienen la E.P. Creo que ellos son los que capacidad para deben seguir más intensamente conmoverse más sus sueños, perseguir su vocación y si así lo quieren, genuinamente ante las ocuparse también de los desgracias... demás. Yo confió en el buen corazón de los jóvenes. Sé que tienen la capacidad para conmoverse más genuinamente ante las desgracias de todo el continente, como lo son la absoluta pobreza y los precipicios sociales. Ellos son los que pueden aportar su forma de ser y de conocer este nuevo mundo para tender puentes entre los grupos sociales y disminuir así nuestras brechas. Ciudad de México, Agosto de 2019

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