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Entrevista y Poesía

Yanis Palitis (Atenas, 1947) estudió Derecho y Filología Neohelénica en la Universidad de Atenas. Ha publicado hasta la fecha nueve libros de poesía, dos antologías y cuatro volúmenes de ensayo crítico. Fue cofundador de la revista To Dendro (1978), coeditor de las revistas Nisos. Musikí ke Píisi (1983-85) y Kritikí ke Kímena (1984-85) y editor de la revista Planodion (1986-2012). En abril de 2010 fundó Istoríes Bonsái para pequeños relatos. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al francés, al ruso, al holandés, al italiano, al serbocroata, al castellano, etc.
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N.L. En lo que respecta a la literatura universal, ¿qué escritores y obras cree que han influido más en su poesía?
Y.P. Mi poesía a nivel de ideas y sentido fue creada de forma indirecta por las obras y los escritores de dos grandes tradiciones. Primero, por la tradición de la crítica europea que pone en duda el discurso dominante del Poder, ya sea en la política o en la cultura. Desde Erasmo de Rotterdam hasta Voltaire y Rousseau, y desde los pensadores socialistas y anarquistas, Marx, Bakunin, Kropotkin, hasta la Escuela Crítica de Frankfurt, y hasta Marcuse, Feyerabend y Chomsky. O lo que es igual: por una tradición antropocéntrica y en contra del poder establecido. Y, al mismo tiempo, por una tradición mística y metafísica, que considera que el Mundo no es propiedad del Hombre, y que la única posibilidad de que el ser humano se salve es mediante su humillación ante el misterio de la Existencia y del Cosmos. Tanto la tragedia clásica griega como la tradición cristiana ortodoxa oriental o el budismo, desde mi juventud, emocionan profundamente mi espíritu.
A nivel de forma, el movimiento del modernismo europeo ha influido decididamente en mi escritura. Naturalmente el lenguaje de la poesía se compromete en gran medida con el particular lenguaje del poeta y con la particular tradición poética de esta lengua, algo que difícilmente se percibe a través de sus traducciones a otros idiomas. Contemplada desde este ángulo, mi poesía se halla en todo caso más cerca, en cuanto a discurso, postura y sentimiento, de los poetas griegos que surgieron de entre las ruinas de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil Griega (1943-49), más que de los poetas de la generación de preguerra, que se hicieron conocidos al público internacional por medio de la obtención del Premio Nobel, como sucedió con Yorgos Seferis y Odysseas Elytis...
N. L. ¿Qué observa en la época actual de la literatura griega? ¿Cuáles son los nuevos enfoques artísticos de la poesía y la estética?
Y.P. Con de “actual” habrá que dar a entender la literatura de los últimos 30 años. Debemos distinguir entre la prosa y la poesía. De esta última me es más fácil hablar.
La prosa neohelénica contemporánea; bajo la presión de la globalización y de los modernos medios de comunicación, oscila por un lado entre una tradición excepcionalmente realista, vertida hacia lo nacional y en parte autobiográfica, que se remonta al gran narrador griego del siglo XIX Aléxandros Papadiamantis, y por otro las tendencias del siglo XXI, que promueven la conformación de un autor urbano sin rasgos localistas, lingüística e ideológicamente neutro, quien registra con una creciente focalización interior el complejo tejido social y psicológico del ser humano de la actual sociedad globalizada, así como de la multicultural ciudad moderna...
No podré dejar de anotar que para la prosa griega de la extrovertida tendencia modernista [con modernista nos referiremos al modernismo vanguardista escrito en lengua inglesa durante las primeras décadas del XX] de los 70 y 80, aparte de García Márquez, la gran estrella guía para bastantes narradores destacados fue el argentino Jorge Luis Borges.
Habrá que hacer una referencia aparte a la más que creciente tendencia de la última década hacia las formas de prosa breve, que desde 2010 atiende y asiste muy de cerca la página web Istoríes Bonsái (Cuentos Bonsái), que codirijo yo mismo, como la continuación de mi revista literaria personal Planodion (1986-2012), junto con la artista plástica, poeta y narradora Iró Nikopoulou. De nuevo en este punto nos resultan gustosos e instructores la presencia y el ejemplo de la literatura hispana, a muchos de cuyos autores se les ha hecho pequeños homenajes en la página web, como es el caso de Ana María Shua, Mario Benedetti, Cristina Peri Rossi, Manuel Espada, Fernando Iwasaki, Ángel Olgoso, Juan Eduardo Zúñiga... Al lector hispanohablante que quiera informarse mejor sobre las tendencias de hoy de las formas narrativas breves griegas, le será de gran utilidad la columna Escritores Griegos en Español de nuestra página web, al cuidado del excelente hispanista y traductor griego Konstantinos Paleologos, con más de 70 relatos breves griegos traducidos al castellano.
La poesía en griego, claro está, tiene un destino completamente distinto, que da para conversar sobre la literatura universal debido a su estrecha conexión con el total de la historia de la lengua griega, la cual incluso algunos poetas contemporáneos helenos, como el premio Nobel Odysseas Elytis, perciben y manejan como uniforme.
Desde la fundación del independiente estado neohelénico, en 1831, en la poesía griega, con el impulso catalizador del poeta de los años de la Revolución, Dionisos Solomós (1798-1857), predomina la común lengua demótica o popular, pero no faltan las influencias de la antigua tradición griega culta, que en determinados casos crean una muy interesante y original amalgama cultural. Un genial ejemplo de este tipo es la poesía de Konstantinos Kavafis (18631933).
La poesía de los años de posguerra (194467) es creada con respecto a la forma por la magnífica generación poética modernista de la precedente década de 1930, de la generación que proyectó a al menos tres poetas de alcance internacional: los premios Nobel Yorgos Seferis, Odysseas Elytis y el poeta de izquierdas Yannis Ritsos. Mientras que en cuanto a contenido, la poesía se ve influida catalizadoramente por las inestables condiciones sociales de posguerra, en especial por el hondo trauma político y social de la Guerra Civil (1943-49).
La poesía que sigue a la caída de la dictadura de extrema derecha (1967-74), siguiendo asimismo la tradición modernista, es menos inquieta históricamente de lo que fueron las generaciones previas, pero más abierta a las experiencias de la impersonal urbe moderna, de la misma forma que lo está al globalizado milenio cultural, y aparece provista de un lenguaje cotidiano y con tendencia a las jergas urbanas de su momento.
La poesía de las últimas tres décadas (desde 1990 hasta la actualidad) continúa sin variaciones destacadas estas tendencias, con la excepción de una corriente, pequeña en número pero potente en calidad, formalmente vuelta al pasado, que renueva los rígidos moldes métricos tradicionales y que trae a la gravemente debilitada poesía de verso libre los artificiosos conjuntos estróficos del pasado y una conseguida rima, pero permaneciendo en cuanto a temas muy cerca de los sentimientos y de los asuntos del presente.
En las dos últimas décadas, con la ayuda además de los medios sociales, se observa en Grecia una explosión tanto en la edición como en la circulación de libros de poemas o revistas literarias (sea en formato impreso o electrónico), así como en la organización de actos públicos que tienen a la poesía como epicentro.
Pero es evidente que la calidad de la obra lírica producida no es en absoluto directamente análoga con su cantidad. Este fenómeno, valorándolo también como internacional, ha sido examinado los últimos meses en un ensayo, de provocador título, El arte que se suicida. Sobre el callejón sin salida de la poesía de nuestro tiempo [título aproximado al español] (2019), escrito por el relevante poeta, ensayista y traductor Kostas Koutsourelis.
N. L. El griego es una de las lenguas que dieron forma a nuestra búsqueda de la belleza. Nietzsche es solo uno de los ejemplos de la grandeza del estudio de una lengua llevado a cabo para desarrollar una comprensión más clara de la antigua sabiduría que habita en las palabras. ¿Por qué, entonces, la lengua griega no tiene hablantes nativos?
Y.P. Es verdad que en comparación con su pasado de siglos y su prestigio mundial, la lengua griega tiene equitativamente en nuestra época pocos hablantes naturales, una certeza que vienen a agravar las expectativas de una baja natalidad de la población helena durante las próximas décadas. Claro que las cosas no fueron siempre así a lo largo de su historia. También la Antigua Grecia se caracterizaba por una relativamente escasa población, pero durante el período helenístico y la época romana, las conquistas de Alejandro Magno, unidas a la elevada cultura helena del momento, la dotaron durante bastantes centurias de un impresionante número de hablantes, naturales o de segunda lengua.
Si exceptuamos ámbitos como el puramente comunicativo, el hecho de que alguien sea hablante natural de una lengua que ha sacado a la luz magníficos logros culturales, no significa de ninguna manera que solo por ello disponga de una relación privilegiada con dicha cultura o civilización. La apropiación de grandes valores intelectuales es infinitamente más difícil que el aprendizaje de cualquier lengua...
Para el artista, no obstante, para quien la lengua es la única vía de expresión (si hablamos de un poeta, ella se convierte literalmente en su cárcel), este pequeño número de hablantes naturales de su lengua reduce en gran medida el potencial comunicativo de su obra, algo que priva a los numerosos hablantes de otros idiomas del placer de conocer su trabajo, si este es efectivamente muy bueno y tiene algo que ofrecer al resto del mundo... ¡Piense en los poquísimos hablantes naturales que tuvo en su época y en su lengua el gran pensador y prosista danés Søren Kierkegaard! Y compárelo con la inmediata capacidad de éxito mundial y de visión de futuro del arte plástico del holandés Vincent Van Gogh o del compositor finlandés Jean Sibelius.
En todo caso, cuando hablamos de la lengua griega, el concepto de hablante natural varía y se dilata de acuerdo a un extraño modo. Y esto viene a recordárnoslo un gran helenista español contemporáneo, Francisco Rodríguez Adrados, quien en el prólogo a su obra Historia de la Lengua Griega (1999) señala que «es un largo proceso que ha hecho que hoy nuestras lenguas, como he dicho en otras ocasiones, sean una especie de semigriego o criptogriego», y que «el griego no sólo sigue vivo, hoy, en Grecia, sino que tiene una segunda vida: su alfabeto, su léxico, su sintaxis, sus géneros literarios están presentes en todas las lenguas».
Posturas por otro lado que nos recuerdan el «We are all Greeks. Our laws, our literature, our religion, our arts have their root in Greece», del gran poeta romántico inglés Percy Bysshe Shelley, en el prólogo de su drama lírico Hellas.
N.L. En su poesía, las expresiones bellas y exactas coexisten como en los Aforismos, más aun que en la poesía clásica. ¿Qué significa este enfoque de la suficiencia/ exactitud para usted como artista? ¿Supone una mejor manera de hablarle a un mundo que parece no tener tiempo para el arte?
En mi poesía persigo el sentido que se relaciona con la expresión metafórica y la imagen exacta…
En general, el interés por el sentido y la imagen es una eterna y permanente característica de la poesía griega desde sus primeros pasos, las epopeyas homéricas, en el mismo momento en que esta poesía siempre aborrecía las indefinidas expresiones ambientales o la poca claridad, gracias a, por ejemplo, una absoluta musicalidad de las palabras, aspectos en los que sobresalió en tiempos más recientes el simbolismo europeo... Pero este interés mío, en la actualidad, ha contagiado mi poesía no solo de las libertades expresivas de la escritura modernista, sino también del espíritu crítico que resiste mediante la escritura poética a los variados ejercicios del poder de un radical, racionalista y explotador sistema internacional que anula sistemáticamente los más preciosos valores del hombre en todos los ámbitos de su existencia. Así pues, mi discurso se vuelve a menudo condensado y crítico, tendiendo hacia la expresión proverbial que constituye el núcleo de los aforismos…
Sí, creo que una de las mejores maneras de hablarle a la gente es mostrándole que sufres porque sufres por sus valores y te preocupas por estos. Que la gente no tenga tiempo para el arte y que se nutra de la supuestamente artística basura con la que los alimentan, es asimismo un síntoma de la manipulación del mundo espiritual e intelectual del hombre, sobre el cual se ejercen intereses organizados, preocupados por la influencia política y sus beneficios económicos, y no por el arte en sí y su universo…
Existe un arte que con su comprimido discurso aforístico se asemeja a aquel repentino «¡Mire usted por dónde va!» que dirige en la calle el previsor y preocupado observador al confiado transeúnte que está a su lado…
N.L. Nuestro mundo se estremece por culpa de la guerra, de la precaria situación de los inmigrantes, de un enorme desequilibrio económico y quizá por culpa de la Monarquía del Miedo en materia políticas.
¿Qué cree que su poesía está en condición de hacer ante estas tribulaciones? ¿Cómo puede hacerse comprensible la poesía para personas en tales situaciones?
Y.P. No soy optimista. Los mayores crímenes contra la humanidad –los que trajeron las dos guerras mundiales y los dos absolutismos políticos del siglo XX: el nazismo y el en comunismo totalitarista, junto con el salvaje colonialismo que los precedió y que encubiertamente continúa en nuestros días– nacieron y crecieron en Europa, en el continente que adoptó como pilares intelectuales el elevado Helenismo y la Palabra de Jesucristo. Esta “inconcebible” distorsión me ha vuelto profundamente desconfiado del valor del mismo ser humano como especie y del futuro de nuestro propio planeta… Es obvio que frente a estos problemas la Poesía –y me Creo que una de las refiero a la real y verdadera Poesía– no puede hacer mejores maneras de nada. Y, por desgracia, es hablarle a la gente es excepcionalmente inaccesible para aquellos que más mostrándole que la necesitan. Porque, como decía Simone Weil, sufres porque sufres «la desgracia es muda por sí por sus valores... sola». En el mejor de los casos la poesía podrá consolar a personas aisladas o a pequeñas comunidades en las que el Mal puede prevalecer, aunque no siempre... Amamos la Poesía y la co-creamos como escritores y lectores porque no queda otro remedio. Porque es la única manera de que existamos reconciliados con lo mejor de nosotros mismos. Atenas, 10 de Octubre de 2019
Traducción: Eduardo Lucena González
Y a n i s P a t i l i s
El árbol
Soy el hombre que encontraron muerto en el árbol. Intenté desesperadamente volar. Intenté al menos bajar. Quise desesperadamente echar frutos.
Caí y se me rompió el espíritu.
No fui exactamente un ave. No fui hombre por nacimiento. Fui para siempre el que encontraron muerto en el árbol.
Calle
Quedaba entonces el hombre sin respuesta. Avanzaba por la calle apartando sillas vacías tarde vacía en que caía la luz como baja feligresía en el asfalto engañoso en que se convirtió el mundo la vieja salina inmensa. Automóviles que han trepado a las montañas y al lado del mar; saludaba a hombres subidos a los altísimos árboles sonando insistentemente el tam-tam de la supervivencia en la calle que lleva de la naturaleza a los basureros.

(Editorial Renacimiento, 2018)
Teoría poética
El poema se construye en donde existía la Nada para simbolizar la Nada que estaba en su sitio.