AGIL SEGÚN PARSONS En el estudio del funcionalismo estructural de Talcott Parsons se crea una teoría que se cataloga “madura”, según Ritzer (1993), de la cual se derivan cuatro imperativos funcionales de todo sistema general de “acción”, el modelo AGIL. Anthony de los Santos, en Uruguay, realizó un ensayo del sistema AGIL de Parsons donde explica que este modelo trata de establecer cuáles eran las funciones clave para la existencia de una sociedad y que sistemas las realizaban, es decir, Parsons trata de describir cómo operan los subsistemas para mantener el equilibrio en el sistema social (Santos). Este sistema (ÁGIL) considera cuatro imperativos funcionales necesarios en todo sistema como anteriormente se explica: 1. Adaptación (A): Todo sistema debe adaptarse al entorno y a sus necesidades. 2. Capacidad para alcanzar metas (G): se debe definir y alcanzar sus metas. 3. Integración (I): regula la interrelación entre sus partes y también debe controlar que los otros tres imperativos se relacionen bien. 4. Latencia, mantenimiento de patrones (L): debe proporcionar, mantener y renovar la motivación de los individuos y las pautas culturales que crean y mantienen la motivación. Además de estas cuatro funciones, Parsons creó una relación con el sistema de acción: El organismo conductual también llamado organismo biológico (A) es el sistema de acción que se relaciona con la Adaptación, según Ritzer (1993), el cual se ajusta o transforma el mundo externo. El sistema de la personalidad (G) realiza la función de la Capacidad para alcanzar metas mediante la definición de los objetivos del sistema y la movilización de los recursos para alcanzarlos. El sistema social (I) se relaciona con la función de Integración cuando controla sus partes constituyentes. Y por último el sistema cultural (L) que cumple con la función de Latencia cuando proporciona a los actores normas y valores que les motivan para la acción.
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