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LA SUCESIÓN EN LAS EMPRESAS FAMILIARES

La empresa familiar es una organización de negocios que está formada por una o más familias, qué tienen la propiedad y el control legal, además y esto es lo más importante, el poder de decisión y la gestión de la empresa.
¿Cómo es una empresa familiar?
Por naturaleza la empresa familiar aspira a con tinuar pasando la administración a las generaciones siguientes, además cada empresa es única. Pueden tener distintos tamaños y dedicarse a diferentes negocios pero, aún en el mismo giro comercial, cada empresa es única e irrepetible y con características propias.
Sin embargo existen ciertos rasgos comunes en este tipo de empresas, destacando los siguientes:
La organización es un retrato de los dueños, en las empresas de tipo familiar se imprime el carácter y estilo del fundador, con valores como la austeridad y el esfuerzo.
Algunas estadísticas muestran que el fracaso en el porcentaje de transferencia de la empresa familiar de la primera a la segunda generación es muy alto
La empresa familiar normalmente se siente vulnerable al ser pequeña o mediana y ese temor natural la lleva a ser muy cuidadosa en gastos e inversión.
En este tipo de empresas la administración esta influida por las emociones, y el enfoque racional en muchas ocasiones, no se toma en cuenta para la toma de decisiones. Las decisiones afectan el plano familiar y contrariamente las decisiones de familia, especialmente en los temas de sucesión, afectan la situación de la empresa.
Otra característica propia de este tipo de empresas es el hecho de creer que el talento se encuentra en la familia.
A veces sucede, pero no es el único recurso para reclutar talento, incluyendo para ocupar el puesto de dirección.
No se incorporan prácticas probadas en otras empresas porque muchas veces se piensa que los sistemas de administración de las empresas grandes no aplican a las empresas familiares porque son medianas o pequeñas, pero esto no es así.
Una ventaja competitiva de la empresa familiar es que el dueño decide, esto les permite tener mucha flexibilidad y agilidad para cambiar. Cuando una empresa familiar decide cambiar el rumbo, lo puede hacer de manera prácticamente inmediata, mucho más si sabe cómo manejar el proceso de cambio.

Otra característica de las empresas familiares es el proceso de generar una idea y convertirla en un proyecto concreto, con una mezcla de audacia y prudencia para mantener a la empresa a largo plazo.
¿Qué amenaza a una empresa familiar?
Algunas estadísticas muestran que el fracaso en el porcentaje de transferencia de la empresa familiar de la primera a la segunda generación es muy alto, casi de un el 70%. Pero cuando pasa a la tercera generación, el fracaso es del el 20%. Se estima que solamente entre el 5 y el 15% de las empresas familiares continúan más allá de la tercera generación. Pero ¿porqué sucede esto? El fundador inicia con un sueño el cual convierte en una realidad. La em- presa inicia su crecimiento, en esta etapa no tiene tantos controles internos, pero sigue creciendo hasta su plena madurez. En este punto todo funciona como un reloj, las ventas crecen, se obtienen resultados, los sistemas de control funcionan, se tiene una sensación de prosperidad.
Este sentimiento respecto al desempeño de la empresa familiar puede jugar en contra porque cuando hay un sentido de prosperidad, todos los integrantes sienten que tienen libertad de gastar, de comprar cosas, las empresas crecen, contratan gente, contratan deuda empiezan a desarrollar cotos de poder, etcétera.
Cuando un negocio familiar llega a este punto, se requieren grandes esfuerzos para seguir siendo exitosos. Entender que se debe mantener una cultura de austeridad y esfuerzo, saber cuando el modelo de negocios ya no funciona, los cambios en los comportamientos de los clientes, del mercado, actualizarse en informática, invertir en reclutar en talento, incluso pensar en diversificar el negocio.
Los riesgos de no analizar la situación de la empresa y no actuar a tiempo para encontrar soluciones, pueden derivar en el inicio de un proceso de declinación, se burocratiza la empresa, se incorporan más miembros de la familia de los que se pueden mantener. Este sentido de prosperidad, infundido por el ego del dueño o los familiares que administran el negocio, lleva lentamente a la venta o a la muerte de la empresa familiar.
Sin embargo en las empresas es posible volver a la madurez, si el dueño o las personas encargadas de la administración se dan cuenta y miran nuevamente la cultura de su negocio y se hace el esfuerzo por volver al inicio.