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Cara y cruz del Barça

y la cruz La cara Coutinho y Griezmann son dos realidades opuestas que conviven en el ataque azulgrana. La explosión del brasileño supone el destierro del francés

Si hay que extraer una conclusión de lo que se ha visto del nuevo Barça de Ronald Koeman en este inicio de competición, es que todavía le queda mucho por mejorar pese a los brotes verdes iniciales. Dos de los jugadores llamados a ser figuras del nuevo proyecto, Philippe Coutinho y Antoine Griezmann, representan mejor que nadie esta dicotomía existente en el equipo culé. Mientras el brasileño por fin empieza a exhibir el nivel que todos esperaban, el que le convirtió en el fichaje más caro de la historia del club hace casi tres años, el francés sigue sin carburar. El caso del ex del Atlético genera un gran pesimismo porque son ya tres los entrenadores que han pasado por el banquillo azulgrana desde su llegada y con ninguno ha mostrado su mejor cara. De hecho, la sensación es que con Koeman sigue teniendo el mismo problema que antes le lastró con Ernesto Valverde y Quique Setién, el de su nulo encaje en el sistema del equipo.

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Griezmann se queja

El debate sobre la demarcación del galo se vio avivado tras sus actuaciones con Francia en el último parón de selecciones, donde sí brilló marcando dos goles en tres partidos. Las razones que alegó el de Macon para explicar esta transformación pueden considerarse como un ‘recado’ al técnico del Barça. “Me encuentro bien porque Deschamps sabe dónde ponerme y, por lo tanto, me beneficio de ello, así como de la confianza que me brindan el técnico y mis compañeros”, comentó al respecto. De estas palabras se deduce que Griezmann no se había sentido nada cómodo ocupando la banda derecha en los tres primeros partidos del campeonato. El entrenador holandés recogió el guante y en el último duelo liguero frente al Getafe le colocó en una posición más centrada, pero el ‘7’ tampoco respondió ocupando la punta del ataque. Lo cierto es que la demarcación en la que brilló durante su etapa en el Atlético y ahora con Francia, en el carril del ‘10’, ha sido zona prohibida para el atacante desde que aterrizó en el Camp Nou. Si el pasado curso se atribuyó esta circunstancia a su incompatibilidad con Leo Messi, en el actual es el buen hacer de Coutinho en la mediapunta el que ha desplazado al francés, quien apenas suma 9 goles en los 39 partidos de Liga que ha disputado como azulgrana. Una situación que incluso puede ir a peor tras comprobar cómo su titularidad ya se ve amenazada por la irrupción de jóvenes como Trincao y Pedri.

Coutinho cambia el chip

Curiosamente, los problemas de Griezmann para encajar en el Barça guardan similitudes con los que en su momento padeció Coutinho. En su primera etapa como culé, el brasileño tampoco encontró su sitio y terminó con la confianza por los suelos. Tras brillar como enganche durante sus mejores años en Anfield, sus intentos de reconvertirse como interior y luego como extremo para encajar en el 4-3-3 azulgrana resultaron todo un fiasco. Aunque su campaña como cedido en el Bayern tampoco invitó demasiado al optimismo, en la que fue suplente habitual, su situación al regresar al Camp Nou ha dado un giro total con la llegada de Koeman. La variación del holandés a un esquema 4-2-3-1 le ha venido como un guante al de Río de Janeiro, quien suma dos goles y dos asistencias en los cinco primeros partidos de la temporada. Más allá de los números, ilusionan las sensaciones que transmite un futbolista que ha recuperado el hambre y las ganas de triunfar

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