6 minute read

Heterofilia Digital Ciro Najle y Julián Varas

Federico Eliaschev. Dispositivos Proyectuales Sensibles. Elevación (fragmento)

Heterofilia Digital

Advertisement

Ciro Najle y Julián Varas

Ha llegado a ser evidente que lo digital ya no constituye un segmento de avanzada de la cultura arquitectónica, como pudo serlo hace quizás veinte años. Si bien la estructura interna de esta cultura genera relaciones constantemente innovadoras entre filones formales y filones tecnológicos, lo cierto es que, como se sugiere en este libro, hemos cruzado el umbral de la digitalización total. Contrariamente a lo que podría inferirse, este estatuto no necesariamente significa que todos los procesos de diseño se resuelvan de manera única en el medio digital. Existen numerosos espacios donde aún se preservan prácticas y formas tradicionales del conocimiento disciplinar. Aun así, el principio computacional, en tanto medio, técnica y modelo, ha alcanzado un grado de difusión tan extensivo, y una naturalización tal, que ya no es posible asociarlo a una condición tecnológica cuya especificidad pueda conservarse aislada. Más allá de cualquier voluntad nostálgica, la computación se ha autonomizado del medio digital y se ha vuelto una precondición ubicua, transformándose en paradigma cultural y en sistema operativo, permeando sobre todo el espectro de la práctica contemporánea a nivel figurativo, procedimental, representacional, constructivo y analítico. Frente a tal ubicuidad, cualquier alternativa que pretenda plantearse fuera de este campo tiende a palidecer en su candor o a diluirse en su anacronismo. Sin embargo, lo que en algún momento pudo aparecer como una fuerza homogeneizadora, no plantea hoy tales patrones de desarrollo, sino que se expresa como una vigorosa ecología de conocimiento, cuya generalidad no se opone a la especificidad, y cuya diversidad excede ampliamente el dominio de lo intuible, desafiando, a cada paso, su reducción a premisas lineales de instrumentalidad. La cultura digital en arquitectura insinúa un horizonte de abierto, donde las amenazas de fragmentación y disolución disciplinar, en el marco de la emergencia de nuevas burocracias de especialistas, asesores, y operadores, quedan desalentadas por un igualmente poderoso ímpetu de trascender estas premisas desde dentro, hacia una nueva diferenciación y reformulación disciplinar.

El índice del libro podría verse, en este sentido, como un mapa preliminar de las líneas de conocimiento y producción mediante las que se desenvuelve este movimiento de diferenciación. Y es posible que su lectura pueda ser efectuada tanto con el filtro de constatar un relevamiento del estado de cosas que las distintas vertientes de la tecnología digital ha conseguido construir mediante su apropiación en el campo de la arquitectura, como desde la voluntad de mapear el nivel de desnaturalización presente en ellas mismas, para poner en perspectiva ciertos hábitos asociados a su consolidación.

Las primeras tres conferencias abordan aspectos del proceso que media entre el entorno digital y el entorno material. En su conjunto, su búsqueda consiste en extender las capacidades de lo digital mediante la explotación estética de las nuevas condiciones que implican a la producción, y en retroalimentar los procesos formativos en base a dinámicas derivadas de diversos ámbitos de la práctica, desde la logística de la industria de la construcción y las tecnologías de fabricación, las estimaciones de cantidades, la ingeniería de valor y la integración de la información, hasta el campo de la visualización y la representación comercial, que si bien tienden a constituirse como las más extendidas formas de aplicación de la tecnología digital, son, al mismo tiempo, las menos teorizadas. La hipótesis que subyace a la inclusión de estas líneas es que existe un dominio que podría denominarse como hiperrealidad o profesionalismo radical, cuyos parámetros son cada vez más complejos, menos lineales, más maleables, y más paradójicos, de modo que su impulso dirigido a la optimización, la integración o la eficacia no puede medirse ni criticarse desde la lógica mecanicista de la racionalidad moderna, ni es de índole puramente representacional, tanto como constitutivo de toda una nueva concepción de lo real.

El segundo grupo de conferencias retoma, en cambio, algunas de las tradiciones fundacionales de la investigación digital en arquitectura, enraizadas en la no-linealidad de los procedimientos, el desarrollo de modelos paramétricos, la variedad de imaginaciones provenientes de nuevos sistemas de notación, o la exploración de efectos formales para incrementar la persuasividad del discurso disciplinar. Si desde sus comienzos en la década de 1970 estas direcciones se centraron en la automatización y la indeterminación de los procesos de diseño, el actual relevamiento incluye trabajos que exceden, por masa crítica y por fluidez operativa, esas direcciones, situándose en un nuevo contexto de confort que sólo puede ser valorado en tanto se reconozcan sus discontinuidades, sus paradojas y sus retrocesiones. Se pueden entrever secuencias que avanzan desde el discurso de la performance y la exploración del espacio virtual de los sistemas generativos basados en reglas, hasta posicionamientos que retornan al carácter de la forma como fuente de relación afectiva entre el sujeto y el objeto. El campo de conocimiento involucrado en estas direcciones, de algún modo instituidas como campos específicos, se expande abarcando un espectro de conexiones que van desde el arte abstracto hasta nuevas formas de la figuración, pasando por la cibernética, la sociología empírica o la teoría del management.

La pregunta es, en definitiva, qué clase de arquitectura es la de la cultura digital, y cuáles pueden ser sus modos, modelos, direcciones y dominios. Nuestra cultura recientemente ha tenido una transformación tan profunda y tan embebida, que historiadores, tecnólogos e intelectuales la han comparado con el impacto de invenciones tales como la imprenta o la perspectiva. No podemos estar seguros de las múltiples dimensiones que esta transformación implica. Pero a quienes nos interesa cabalgar este proceso asumiendo sus oportunidades y problemas nos toca la doble responsabilidad de expandirla, intensificando sus implicaciones productivas e investigando su artisticidad, y teorizarla en tiempo real, a la vez ajustando y acelerando sus efectos culturales. Resulta fundamental entender su sentido a medida que éste se constituye y prolifera, reconociendo potenciales y costos, e intentando influir sobre los modos en que se canaliza su absorción disciplinar. Es igualmente necesario subrayar la importancia de este accionar intelectual corriendo en paralelo a la práctica, ya que abundan los arquitectos para quienes los efectos culturales de la digitalización parecieran no haber sido registrados, y no son pocos quienes se han montado a este proceso de manera utilitaria y sin ofrecerle mediación cultural alguna. Ha habido, eso sí, en ambos planos, una adaptación operativa al nuevo contexto, y ello ha redundado frecuentemente en beneficios prácticos, cuyas implicaciones disciplinares parecen no ser asumidas. Se trata de un proceso altamente naturalizado de acople, que pareciera tener como objetivo principal el mantenimiento del mismo sistema de referencias culturales, renovadamente idealizado y asumido como a-histórico. No es fácil encontrar un justificativo para tales posicionamientos, que no sea el de la obstinación intelectual o el de la comodidad práctica.

Este libro se propone contribuir en la activación de este campo mediante un relevamiento de sus debates actuales. Recopila experiencias y miradas de un conjunto de actores caracterizados por su participación protagónica en este proceso de absorción disciplinar. Más allá de la divergencia de intereses y sensibilidades que los modelos implícitos en éstos exhiben, sus trabajos están atravesados de un espíritu curioso, a veces lúdico, a veces polémico, a veces incisivo, consistentemente abierto a la exploración de las posibilidades disciplinares que ofrece el contexto tecnológico y cultural en el que se mueven. La relación de esta compilación con estos modelos podría definirse como la de una amistad. Sin ignorar sus complejidades, sus trampas, ni sus espejismos, creemos que tal es una de las condiciones para desarrollar una práctica genuinamente investigativa. Culturas Digitales remite, en este sentido, no solamente a un espectro de conocimientos determinados, operando distanciadamente desde dentro de la disciplina arquitectónica, sino, más profundamente, a un posicionamiento general acerca del sentido cultural que debería tener hoy la investigación en arquitectura. Si durante el auge del pensamiento posmoderno la investigación arquitectónica se definió en tanto proceso de introspección, hermenéutica y crítica desde adentro, el trabajo que aquí presentamos es heredero de tradiciones que encuentran su material de reflexión más allá de los límites que las definen a priori. Se trata de movimientos hacia lo distinto, hacia embeberse y alimentarse de la diferencia.

Leonardo Solaas, Afne Swarms, 2011

Leonado Solaas, Dreamlines, 2007

This article is from: