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Una política económica que favorece a las grandes empresas y a las personas más ricas
NOTAS ECONÓMICAS
El mundo comienza a reactivarse tras la grave crisis que significó la pandemia. Sin embargo, las noticias positivas se han visto empañadas por problemas como la inflación, la poca recuperación del empleo y la continua desigualdad. Para entender el panorama económico actual, Producción y Mundo Empresarial entrevistó a Miguel Rodríguez, coordinador de investigaciones de Cedetrabajo.
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Producción y Mundo Empresarial (PyME): ¿Cuál es el panorama general de la economía colombiana? ¿Se está recuperando?
Miguel Rodríguez (MR): La pandemia lo que hizo principalmente fue profundizar y evidenciar problemas estructurales de nuestra economía: una parte grande de la población que vive del día a día, las diferencias en el acceso a la salud, la injustificada dependencia a productos extranjeros, la desigualdad, para mencionar unos ejemplos.
Entonces, la pandemia llega y profundiza los males que ya traía la economía, no es que los cree. Ahora bien, el discurso oficial habla de recuperación económica para promocionar la idea de que estamos mejorando de manera histórica.
La economía se está reactivando lentamente, es decir, vuelve a la dinámica después del paro que significó la pandemia, pero está por debajo de la trayectoria que tenía antes de 2019. Un claro ejemplo de eso es el empleo.
PyME: Usted habla de desigualdad. ¿Cómo fue la actuación del Gobierno frente a ese tema durante la pandemia?
MR: Tanto en la pandemia como antes de ella, en Colombia se ha manejado una lógica asistencial insuficiente e inadecuada para tratar el problema, en un marco de la política de apertura y del llamado libre comercio, en la cual al final los más grandes y fuertes son los mayores ganadores. Si usted pone a jugar en el mismo campo a dos participantes muy dispares, lo normal es que el fuerte gane. En sociedades con alta desigualdad a nivel empresarial y de personas como la colombiana (índice de Gini de 0,822 y 0,536, respectivamente), lo deseable es que el Estado actúe para favorecer a los más débiles.
Aquí se ha dedicado a ser espectador, lo que en la práctica es permitir que el mercado agudice las diferencias pues las soluciones se quedaron cortas como muestran los últimos indicadores de desempleo, pobreza y desigualdad.
PyME: ¿Cuáles son las implicaciones de esa desigualdad?
MR: Hay una consideración humana obvia que son las precarias condiciones de vida que tiene un amplio sector de la población mientras un grupo minúsculo de personas goza de lujos desproporcionados. Pero la desigualdad también trae consecuencias para la estabilidad económica. Por ejemplo, el máximo porcentaje de mipymes exportadoras se dio en 2019 cuando fueron el 22% del total de mipymes. Luego se redujo drásticamente con la pandemia. Esto demuestra que la mayoría de las mipymes dependen del mercado interno. En un país muy desigual, dónde una capa enorme no tiene recursos, es imposible generar demanda interna y, por tanto, la sobrevivencia de tantas empresas. La desigualdad impide el crecimiento del capitalismo nacional.
De igual forma sucede a nivel de empresas. Para una dinámica económica saludable lo mejor es que exista variedad de empresas para que se estimule la competencia. Para eso se requiere contrarrestar las fuerzas que llevan a la concentración de la riqueza.
La enorme desigualdad entre las empresas es un factor que ha reducido el mercado interno promoviendo oligopolios en sectores clave para la generación e ingresos de la economía.
PyME: ¿Podría profundizar el tema de la desigualdad entre empresas?
MR: Cómo mencioné antes, un reciente cálculo del índice de Gini de las empresas lo ubicó en 0,822. Este índice implica que entre más cerca de uno, más desigualdad hay. De manera que a nivel empresarial un grupo muy pequeño de empresas se queda con un porcentaje muy alto del total de los ingresos.
Para dar unos ejemplos, según la Superintendencia de Sociedades, en el año 2019 mientras las mipymes en el subsector de transporte y almacenamiento representan el 79% de las empresas, solo se quedan con el 24% de los ingresos operacionales. Y en las actividades financieras las mipymes representan el 66% de las empresas y se quedan únicamente con el 16% de los ingresos operacionales.
PyME: ¿Qué medidas podría tomar el gobierno para equilibrar a los jugadores?
MR: La medida más elemental es el apoyo financiero a las mipymes. Países como Argentina y Bolivia tienen líneas de crédito especiales para las pymes. En Colombia eso no sucede. Según el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial, Colombia ocupa el puesto 73 entre 141 países en cuanto a financiación de las pequeñas y medianas empresas. Y recordemos que en 2021 el 70% de los encuestados por Acopi respondió que había tenido problemas para acceder al crédito.
PyME: Otro de los problemas que preocupa a la población es la subida de precios.
MR: Ese es otro ejemplo de cómo quieren hacer ver un problema estructural, como algo imprevisto producto del virus. Lo cierto es que la inflación actual es consecuencia de la inmensa vulnerabilidad de nuestra economía frente a cualquier choque externo.
PyME: ¿Cómo se relaciona la inflación con la desigualdad?
MR: La desigualdad implica poca distribución del ingreso, así que parte significativa de la población queda sin recursos. Los más de 21 millones de pobres hace dos años vienen comiendo menos debido a que todo está mucho más caro y no hay trabajo.
El crecimiento de los precios en la economía colombiana continúa acercándose al nivel de incremento del salario mínimo: 8.5% registra la subida de precios frente al poco más de 10% del salario.
Teniendo en cuenta que más del 60% de los ocupados ganan menos de un salario mínimo o están en actividades informales, el crecimiento de los precios de los productos básicos es determinante para su nivel de vida.
PyME: ¿Qué se puede hacer para salir de esa situación?
MR: Para enfrentar el complejo contexto es preciso recuperar la soberanía económica. Empoderar al Estado para balancear decisiones de política monetaria y fiscal orientadas a reactivar la producción nacional, fortalecer el mercado interno y reducir el desempleo para mitigar los efectos de la vulnerabilidad de la economía al contexto externo.