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Es cambio de la política lo que requiere la industria

Editorial

Alfredo Castellanos Presidente de la Junta Directiva Acopi Bogotá – Cundinamarca

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Los medios de comunicación, la Gran Encuesta PyME de ANIF y varios gremios registran que los empresarios, especialmente los de producción manufacturera, vienen manifestando intranquilidad, frustración y pesimismo por el futuro de sus empresas.

Esa preocupación, creciente en el empresariado colombiano, es el lógico resultado de los más de veinticinco años de aplicación de la política aperturista que inició el presidente Gaviria, continuada por todos los gobiernos siguientes sin excepción, y que ha significado la destrucción sistemática del aparato productivo del país.

Aunque lastimosamente buena parte de los gremios, o no vieron o no quisieron ver lo que se venía y callaron o hasta aplaudieron la firma de los TLC mal negociados, hoy ya son pocos los que se atreven a defender esos acuerdos que están acabando con el empleo y la producción de los colombianos, tal como lo demuestran la suspensión de la producción anunciada por Fabricato y la situación del sector de confecciones denunciada por la Cámara Colombiana de la Confección.

A pesar de que el dólar se revaluó el 80 por ciento respecto a 2014, las exportaciones no crecen porque las empresas que lo hacían se quebraron tras diez años de revaluación, y las que no se arruinaron no pueden invertir por la ausencia de una política industrial que proteja la producción. El presidente de ANIF dijo que lo que importa no es el número de productos nuevos sino el valor de los que se exportan. Tiene razón y desde Acopi Bogota-Cundinamarca le agregamos que también es trascendental el valor agregado que se genere. No es con uchuvas como se va a recuperar la producción colombiana.

El presidente Santos anunció relevo en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, pero más que de personas, lo que se requiere es un cambio de política para adoptar una que verdaderamente impulse y proteja la industria nacional y el empleo de los colombianos. La desgravación de productos que se producen en el país, la firma de nuevos TLC y el ingreso a la OCDE, son factores que en nada ayudan al desarrollo industrial del país ni a la confianza empresarial.

Ojalá la ministra designada, María Lorena Gutiérrez , corrija el rumbo de sus antecesoras y escuche el clamor de los empresarios de carne y hueso, agobiados por la pérdida del mercado nacional, los abusos de la banca con altos intereses, el impacto del IVA y la carga de reportes y trámites que sin discriminación para grandes y pequeñas empresas impone el gobierno. Amanecerá y veremos.

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