Revista Aapresid Nº 222

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SUMARIO 222

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EDITORIAL

CALENDARIO AAPRESID

La espiral de la mejora continua

Eventos del mes

NOTAS DESTACADAS AGROMERCADOS

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AGROALIMENTOS Las espígas doradas de América Latina

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REVISTA AAPRESID

Entre un suelo seco y precios volátiles: retos de la campaña fina

PRODUCCIONES ALTERNATIVAS Café con aroma sostenible: Argentina se suma a la producción orgánica que revoluciona Latinoamérica


ACTUALIDAD

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“Argentinos masoquistas”

CIENCIA Y AGRO

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La rizósfera, donde la unión hace la fuerza entre microbios y plantas

MANEJO DE CULTIVOS

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Cereales de invierno desafiando la sequía

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Ajustando la nutrición en maíz sobre antecesor Vicia villosa

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Una campaña que promete buenas birras

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En busca de la dosis justa: afinando la fertilización en maíz

66

Manejo de maíz cuando “El Niño” se demora

110

Plagas en los tiempos de ‘El Niño’

MANEJO DE PLAGAS

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De la sequía a la lluvia: enfermedades de soja y maíz

MAQUINARIAS Y AGTECH

116

Un clic para comparar rendimientos y calidad en trigo, cebada y maíz

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Cosecha de fina: Recomendaciones para mantener la calidad y aumentar la eficiencia.

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Tecnología AgTech: clave para épocas de cosecha

150

Alistando máquinas para perder menos y cosechar más

184

Alfalfa: secretos para un forraje de calidad

EMPRESARIO DEL MES

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“Prefiero seguir mirando el vaso medio lleno”

GANADERÍA

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Pastoreo sincronizado: la alfalfa y su tango estacional


EDITORIAL La espiral de la mejora continua

La cosecha fina se encuentra transitando ya más de la mitad de su recorrido y viene atravesando diversas situaciones en todo el país. Dependiendo de las regiones agroecológicas, la sequía histórica persiste o da tregua, mientras que El Niño aún no se larga a caminar a paso firme.

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cultivos de servicios, que vienen a aportar diversidad a nuestros inviernos, sin competir con la fina, sino potenciándola.

Al recorrer las rutas durante el invierno o al comienzo de la primavera, todavía vemos mucho campo en largos barbechos. Esta quizás sea la cara de la moneda que más deberíamos cambiar en el futuro cercano, de cara a los sistemas productivos más “verdes”, más resilientes, más diversos, más vivos, y más sanos. Hay mucha condición de suelo a mejorar con raíces y mucho Carbono para guardar en el mismo.

También, aunque tímidamente, van apareciendo nuevos cultivos de renta invernales. Al respecto, es necesario aumentar el conocimiento sobre ellos. Cada región deberá comprenderlos, elegirlos y mejorar su manejo, así como conocer sus virtudes y defectos. Tenemos enormes desafíos por delante y debemos trabajar rápido para que todos estos cultivos se conviertan en actores habituales de las rotaciones regionales, y logremos dar grandes pasos hacia la diversidad que tanto buscamos. Así, lograremos que los inviernos se pinten de verde.

A los históricos lotes salpicados de cebada y trigo, se van sumando en forma incipiente los

En algunas zonas, hay que seguir trabajando e investigando para asegurar que los cultivos in-

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vernales crezcan y no depriman la productividad de los estivales. Amplias regiones pueden mejorar y pasar de un cultivo a dos en mayor superficie cada año. Esto supondría un aumento cuantitativo de hectáreas sembradas y cosechadas, sin aumentar la superficie agrícola y aprovechando mejor los recursos disponibles que, en muchos casos, vienen distribuidos a lo largo de todo el año, empezando por la luz solar, nuestra principal aliada a la hora de producir. Este desafío se presenta entremezclado en un cóctel, en donde las coyunturas nunca parecen ayudar, y la única opción es redoblar esfuerzo e ingenio para seguir adelante. Afortunadamente, estas características son inherentes a los productores, que han sobrevivido y persisten en este rincón del planeta. Con los pies firmes sobre el lote, nos acercamos a la recta final de la actual cosecha fina.

Quedan algunas oportunidades finales para aplicar fertilizantes, manejar enfermedades, cuidar de los insectos y las inclemencias climáticas. Es crucial tratar de preservar cada milímetro de agua pensando en el cultivo siguiente así como garantizar que los residuos de cosecha se distribuyan adecuadamente para enriquecer el suelo y preparar la futura cama de siembra. La cosecha debe ser a conciencia, levantando hasta el último grano para que el esfuerzo rinda todo el fruto posible. Todo esto para llegar al final, levantar la mirada y preguntarnos nuevamente, ¿qué podemos hacer mejor el año que viene? Y así, continuar en esta espiral constante de mejora continua que bien podríamos llamar “sustentabilidad”.

Tomás Oesterheld Vicepresidente Aapresid


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Empresas Socias

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La publicación de opiniones personales vertidas por colaboradores y entrevistados no implica que sean necesariamente compartidas por la dirección de Aapresid. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos sin autorización expresa del editor.


#ACTUALIDAD

ACTUALIDAD

“Argentinos masoquistas”

Jorgelina Traut Periodista y Locutora

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Dicen que no hay que contar los pollos antes de que nazcan. Sin embargo, ¿cómo se hace en el campo para no mirar a largo plazo?. Estimar lo que se cosechará es parte de la estrategia productiva y comercial. De eso se vive, de la planificación, los pronósticos y las expectativas. En Argentina esto siempre ha sido una ruleta, o al menos en las últimas dos décadas lo ha sido. Digo ruleta porque ningún pronóstico económico se puede tomar como palabra santa; más bien, “a las palabras se las lleva el viento”.


El fenómeno climático El Niño definitivamente aparecerá sobre nuestras cabezas en forma de lluvia. No obstante, su llegada se esperaba antes, signo de que hubo un retraso en el parto. Ahora debería ser tiempo de caminar, pero resulta que gatea. Si algo nos faltaba como argentinos, además del problema crónico de la imprevisibilidad económica-política, era el cambio climático y las inexactitudes que genera en los pronósti-

Dicen que no hay que contar los pollos antes de que nazcan. Sin embargo, ¿como se hace en el campo para no mirar a largo plazo?.


14 millones y medio son las toneladas de trigo que podríamos cosechar en esta campaña 23/24, de acuerdo a conversaciones mantenidas con Cristian Russo, coordinador de la Red GEA, de la BCR

cos de turno. Sin embargo, no queda otra más que adaptarnos, ser resilientes y ¡salir pa frenchi!. El campo sabe producir y lo hace cada vez mejor, y nunca se resigna. Ustedes, mis lectores, lo saben mejor que nadie. Después de tres sequías consecutivas (en algunos lugares, incluso cuatro), ¿cómo se podría creer que algo saldría mal con estos pronósticos favorables de lluvia?. Bueno, tan mal no estamos, pero queríamos y podríamos estar mucho mejor. Lo cierto es que, al momento de entregar este material, 14 millones y medio son las toneladas de trigo que podríamos cosechar en esta campaña 23/24, de acuerdo a conversaciones mantenidas con Cristian Russo, coordinador de la Red GEA, de la Bolsa de Comercio de Rosario. Recordamos que a inicio de campaña, la meta era de 18 millones de toneladas, pero la falta de agua, tras uno de los peores años de la historia en materia de seca, ha reducido los quintales. La esperanza de tener más y mejores trigos no se perderá, pero también es necesario el baño de realidad. Al igual que en la política y en el país en general, vivimos con una de las mayores incertidumbres. Entiendo que estás leyendo esta columna antes de las elecciones generales, y si es después, hay dos posibilidades: o ya tenemos un presidente electo o todo habrá quedado para noviembre.

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El baño de realidad que tuvimos en las PASO parece acrecentarse día a día, a medida que nos acercamos al 22 de octubre. El enojo de quienes votaron es elocuente, y el castigo a todo lo conocido eligiendo lo nuevo, a pesar de la incertidumbre que eso conlleva, nos vuelve masoquistas. Porque dentro del dolor de no saber lo que viene, aparece la expectativa que no deja de tener un cierto placer, porque es una expectativa y, a priori, es buena.


Los politólogos y analistas coinciden en que nadie puede predecir qué sucederá, porque de aquí hasta el día de la votación pueden surgir nuevos YateGate u otras situaciones para un lado y el otro del escenario que modifiquen el voto final de la gente. Hay una sensación de temor que está presente en todas partes, pero también hay ganas de arrancar, de saber y actuar en consecuencia. Una vez más, la incertidumbre es la palabra clave en esta columna y en la vida de los argentinos en la actualidad. Pero ojo con la incertidumbre que elegimos como cambio rotundo, cual golpe de timón al presente y a la historia toda. Ojo con el látigo, que no signifique un azote para nuestras vidas.

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CIENCIA Y AGRO

La rizósfera, donde la unión hace la fuerza entre microbios y plantas La interacción entre microorganismos y plantas revela los cimientos de una agricultura sostenible. La exploración de nuevos enfoques abre un horizonte de posibilidades para optimizar el crecimiento de los cultivos y la preservación del medioambiente.

Por: Dr. Hugo Permingeat Comité de Prospectiva Tecnológica de Aapresid

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Las plantas terrestres están asociadas con una gran cantidad de microorganismos en la filosfera y en el entorno de las raíces, y que se denominan colectivamente como microbioma o fitomicrobioma. La investigación del microbioma vegetal se centra en tres áreas clave: la rizosfera, la filosfera y la endosfera. En particular, la rizosfera se considera la zona más activa y dinámica, directamente afectada por la actividad de las raíces de las plantas, con su efecto que se extiende hasta 3 mm de distancia. La rizosfera alberga una gran diversidad de organismos, incluyendo bacterias, hongos, algas, virus, oomicetes, protozoos y nematodos. Estos microorganismos son componentes importantes de la red alimentaria del suelo, y aprovechan las


fuentes de nutrientes liberadas por las plantas. Sus interacciones también pueden influir significativamente en la fisiología de las plantas, afectando las vías de señalización de defensa así como su crecimiento. Entre estos microorganismos, se encuentran las bacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPB), pertenecientes a Proteobacteria, Firmicutes y Actinobacteria, que pueden estimular el crecimiento y desarrollo de las plantas mediante la producción de imitadores de fitohormonas, como auxinas y citoquininas. También contribuyen al crecimiento de las plantas al aumentar la disponibilidad de nutrientes mediante la solubilización de fosfato, la fijación de nitrógeno y la degradación de la materia residual. Además, los microbiomas de la rizosfera tienen potencial para mejorar la tolerancia de las plantas al estrés biótico y abiótico mediante la manipulación de vías metabólicas y señalización relacionadas con la defensa de las plan-


tas, así como la activación de patrones moleculares asociados a microorganismos (MAMP) de defensa. Estos microorganismos también pueden proteger a las plantas contra patógenos al producir antibióticos, enzimas inhibidoras de patógenos y compuestos volátiles. Las interacciones beneficiosas entre las plantas y sus microbiomas en la rizosfera, como las simbiosis rizobio-leguminosas y simbiontes micorrizas-plantas, desempeñan un papel fundamental en la mejora del crecimiento de las plantas. En consecuencia, la manipulación del microbioma de la rizosfera con el fin de obtener efectos positivos tiene significativas implicancias en la agricultura sostenible (Yang y col., 2023). Estas interacciones en la rizosfera son el resultado de un sofisticado y complejo mecanismo de señalización química coordinado, conocido como "comunicación de célula a célula" o "detección de quórum". Uno de los tipos más comunes de señales de detección de quórum (QS) involucra a las acil-homoserina lactonas (AHL), específicas de varias especies. Estas AHL se unen a receptores en bacterias y regulan la expresión genética, permitiendo que las poblaciones individuales colaboren como una comunidad. Esto promueve una diversidad microbiana asociativa que forma una biopelícula alrededor de la superficie de la raíz, desempeñando un papel fundamental en la protección de la planta huésped contra diferentes condiciones ambientales de estrés. También se demostró que múltiples organizaciones comunitarias pueden asociarse sinérgicamen-

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Las interacciones beneficiosas entre las plantas y sus microbiomas en la rizosfera, como las simbiosis rizobio-leguminosas y simbiontes micorrizas-plantas, desempeñan un papel fundamental en la mejora del crecimiento de las plantas.


te, mejorando la eficiencia en la utilización de nutrientes, la productividad de los cultivos y el reclutamiento de plántulas a cambio de una inversión en forma de exudados de raíces. La detección de quórum es un mecanismo importante en el microbioma de la rizosfera para el desarrollo de un consorcio eficiente, que puede ser tanto patogénico como beneficioso. Por ejemplo, se han realizado estudios sobre el sistema QS implicado en la relación simbiótica entre rizobios y leguminosas para discernir el mecanismo de la fijación biológica de nitrógeno. Asimismo, Enterobacter utiliza un QS para reemplazar el Fusarium graminearum, estableciendo

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su nicho y creando un bloqueo físico contra el patógeno. En conjunto, se puede afirmar que las señales químicas específicas presentes en los exudados de las raíces y los mecanismos de señalización bacteriana desempeñan un papel fundamental en el establecimiento de interacciones exitosas entre las plantas y el microbioma de la rizosfera (Afridi y col., 2022). Los exudados radiculares son compuestos orgánicos de bajo peso molecular que contienen amidas, azúcares y aminoácidos fenólicos, aromáticos. Estas moléculas químicas facilitan la comunicación, funcionando como atrayentes y repelentes que impulsan el microbioma de la raíz. En esta zona residen y coexisten bacterias, hongos, arqueas y virus que construyen un sistema interactivo dinámico dentro y alrededor de las raíces de las plantas (Pantigoso y col., 2022; Enagbonma y col., 2023). Las asociaciones microbianas estables han sido relativamente inexploradas debido a la dificultad para observar sus respuestas mutuas. A medida que se ensamblan microorganismos funcionalmente diversos en la rizósfera, es crucial comprender los factores que intervienen en la formación de comunidades estables pero dinámicas, para el desarrollo de bioinoculantes en consorcio. Dado que la microbiota vegetal y la rizosfera conforman una red de holobiontes, debemos considerar a los organismos que interactúan como miembros de una comunidad compleja e interdependiente. en lugar de socios individuales. La característica más significativa para mantener la estabilidad en estas interacciones es el intercambio de nutrientes esenciales entre los socios. El mantenimiento de una red de holobiontes saludable depende

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de la capacidad de los socios compartidos para identificar y prevenir la entrada de intrusos no recíprocos. Además, la diversidad microbiana rizosférica relacionada con las plantas puede considerarse como una ventaja para que el huésped aclimate genes adicionales que le permitan adaptarse a diversas condiciones ambientales (Kumawat y col., 2022). Con una comprensión profunda del funcionamiento del sistema interactivo entre microorganismos y plantas como se describió previamente, resulta interesante plantear estrategias de ingeniería del microbioma de la rizosfera. Estas estrategias buscan aumentar y hacer más eficiente la producción, reducir la susceptibilidad a enfermedades y mejorar la tolerancia al estrés de los cultivos, y de esta manera reducir el uso de insumos fitosanitarios. En este sentido, urge explorar enfoques eficaces de ingeniería de microbiomas para establecer interacciones beneficiosas y estables entre plantas y microorganismos, promoviendo así la sostenibilidad del agroecosistema. La ingeniería del microbioma puede considerar formas tradicionales directas e indirectas, así como enfoques novedosos de diseño del microbioma de la rizosfera para mejorar la eficacia microbiana y optimizar las interacciones beneficiosas entre la planta y el microbioma. Entre las formas tradicionales directas se incluye el uso de inoculantes específicos para bloquear el crecimiento de patógenos y la aplicación de enmiendas del suelo, como fumigantes y fungicidas.

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Urge explorar enfoques eficaces de ingeniería de microbiomas para establecer interacciones beneficiosas y estables entre plantas y microorganismos, promoviendo así la sostenibilidad del agroecosistema.



Estos enfoques a menudo pueden alterar directamente los microbiomas del suelo, creando así la oportunidad para que se establezcan nuevas comunidades microbianas en la planta o el suelo al suprimir el crecimiento de patógenos y/o introducir microbios beneficiosos. Por otro lado, las formas tradicionales indirectas contemplan prácticas agrícolas como los cultivos intercalados, la rotación de cultivos y los cultivos de servicio, que son eficaces para aprovechar las interacciones entre la planta y los microbiomas, mejorando de esta manera las características bióticas y abióticas del suelo. Las versiones más disruptivas incluyen consorcios microbianos personalizados o “a la carta” (consorcios microbianos sintéticos, inóculos seleccionados mediante ingeniería de microbiomas mediada por el huésped), prebióticos derivados de exudados de raíces de plantas específicas y el mejoramiento de los cultivos para optimizar las interacciones beneficiosas del microbioma (Afridi y col., 2022; Yang y col., 2023). En resúmen, la inoculación de bacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPB) en la rizosfera sin duda representa una alternativa valiosa. Sin embargo, es esencial profundizar en la ecología microbiana de la rizosfera y estudiar las PGPB exógenas inoculadas, así como sus interacciones con la microbiota existente y

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con la planta huésped, empleando tecnologías novedosas como las ómicas. Las enmiendas orgánicas proporcionan alimento para los microorganismos del suelo y apoyan explícitamente su nutrición en la rizosfera, lo que, a su vez, mejora el crecimiento de las plantas, la producción y el rendimiento. No obstante, persiste la incógnita sobre si los patógenos y plagas transmitidos por el suelo se nutren y aumentan su población, se fortalecen contra los microorganismos beneficiosos y aumentan la infección en las plantas. Para diseñar interacciones microbianas en la rizosfera completamente optimizadas, la biología

La biología sintética, la biotecnología basada en técnicas ómicas y de edición del genoma emergentes, pueden ofrecer alternativas validas para mejorar la salud de las plantas, el manejo de enfermedades, en un marco sustentable.


sintética, la biotecnología basada en técnicas ómicas y las técnicas de edición del genoma emergentes, pueden ofrecer alternativas válidas para mejorar la salud de las plantas y el manejo de enfermedades, además de ser capaces de fortalecer la comprensión de las interacciones microbianas de la rizosfera. De esta manera, se contribuye a alcanzar el objetivo de hambre cero en una población en constante crecimiento y en el marco de una agricultura sostenible.

REFERENCIAS

Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-222


AGROMERCADOS

Entre un suelo seco y precios volátiles: retos de la campaña fina El trigo argentino enfrenta desafíos cruciales: sequía, geopolítica, fluctuaciones de precios y elecciones. El consultor Lucas Grajales analiza el panorama actual y las estrategias clave para afrontarlos.

Por Lucía Cuffia

Para Prospectiva Aapresid

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La campaña fina 2023/24 en Argentina se encuentra en un momento decisivo, con el cultivo de trigo en medio de su período crítico, en el que cualquier estrés tendrá impacto directo en el rendimiento. Sin pronóstico de lluvias para gran parte de la región triguera y con el fantasma que dejó la sequía de la campaña anterior, la producción aún sigue jugando su partido en la generación de rendimiento, que se definirá en este mes de octubre.


Para analizar las variables más importantes que influyeron en la producción de cultivos de fina en esta última campaña, los desafíos y perspectivas a futuro, hablamos con Lucas Grajales, socio de Aapresid y referente de la HIT Consul-

tant. A través de su mirada, evaluamos el efecto de la sequía en los rendimientos y precios, la dinámica del mercado así como los escenarios que se avizoran en el plano local de cara a las próximas elecciones.

Factores clave que impactaron en la última campaña fina Para hablar sobre la actual campaña fina, hay que revisar lo que fue la campaña 22/23, en la que el cultivo de trigo se vio afectado por dos factores climáticos críticos: estrés hídrico y heladas. "La sequía dejó gran parte de la región triguera sin reservas hídricas en el perfil edáfico, por la falta de lluvias desde abril hasta octubre. A esto se sumaron las heladas en mo-


mentos clave del ciclo del trigo, lo que afectó significativamente los rendimientos", remarcó Grajales. Y en gran parte de la región triguera, no se produjeron lluvias de recarga de perfil edáfico, por lo que muchas hectáreas de esa región, no contaban con el almacenamiento de agua útil necesario para la siembra de trigo en la campaña actual. Sin embargo, lo que influyó en la decisión de sembrar trigo fue la variable financiera, ya que muchos productores optaron por sembrar trigo como una estrategia para cumplir con sus compromisos debido a la baja producción en la cosecha gruesa. “En ciertos casos, primó una decisión empresarial y financiera, más que agronómica, por el riesgo de haber sembrado trigo sin almacenamiento de agua útil, y depender casi 100% de las precipitaciones para la generación de las variables de rendimiento”, detalló Grajales.

El partido en la generación de rendimiento se está jugando y se va a definir durante el mes de octubre.

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Hasta el momento, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se observa que el 66% de las hectáreas sembradas con trigo, de un total de 5.9 millones de hectáreas, se encuentran en condiciones óptimas a buenas. Sin embargo, es importante destacar que este porcentaje está disminuyendo, especialmente en zonas que no recibieron lluvias a principios de septiembre, periodo en que el trigo comienza a tener mayores requerimientos de agua por el estado fenológico en que se encuentra. “Los próximos días serán claves para la generación de rendimiento en gran parte de la región triguera. El cultivo entrará en su periodo crítico, que abarca desde 20 días pre floración hasta 10 días posteriores. Durante esta etapa, cualquier tipo de estrés tendrá un impacto directo en el rendimiento, sin posibilidad de compensación en etapas posteriores. Por lo tanto, el partido en la generación de rendimiento se está jugando y se va a definir durante el mes de octubre”, insistió.



Dinámica del mercado y perspectivas La volatilidad de los precios en el mercado es un punto importante. Grajales señala que la invasión de Rusia a Ucrania, que comenzó en febrero de 2022 pero cuyo conflicto no ha cesado, sigue influyendo significativamente en los precios de los commodities: “Al observar la posición diciembre 23 y tomando desde marzo 23, el mercado muestra gran volatilidad, desde techos de 270 u$/tn hasta pisos de 218 u$/tn”. Pero, ¿qué nos espera en el corto plazo? El entrevistado destaca algunas variables clave que debemos seguir de cerca ya que afectan directamente a las cotizaciones:

1 Stock y producción en Estados Unidos. 2 Oferta por parte de Rusia, debido al aumento de stock y producción.

3 Producción en la Unión Europea. 4 Producción en Canadá. 5 En el plano local, la dinámica en las exportaciones, la política restrictiva y los ajustes en la producción argentina, mencionando como ejemplo la última estimación de la BCBA, que ajustó la producción de 18.5 a 16 millones de toneladas

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Además de las variables mencionadas, se agrega el contexto político y económico de Argentina en un año electoral. “Cuando se esté cosechando el trigo, habrá un nuevo gobierno, ya sea del mismo signo político que el actual o diferente. Sin embargo, es seguro que cualquier gobierno que asuma deberá centrarse en resolver el atraso cambiario. Esta expectativa se refleja en las cotizaciones de los futuros del dólar en MATBA-ROFEX”, explica. En este contexto, muchos empresarios están adoptando una estrategia de financiamiento de la campaña a tasas inferiores a las ofrecidas por este activo financiero, aprovechando así la oportunidad de capturar esas tasas del

mercado. ¿Cómo lo hacen? “Vendiendo cereal a una fecha cierta (por ejemplo, forward) y lo calzan con una operación de dólar futuro, y ese “cheque”, lo descuentan en una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) o entidad financiera, asegurándose así un flujo de ingresos hoy mismo”, detalla. Esta estrategia les permite financiarse con tasas negativas, lo que, en un año electoral y en un escenario político económico complejo, se convierte en una táctica interesante.


Independientemente del color político del nuevo gobierno, Grajales insiste en la importancia de “dejar los fanatismos” y trabajar en la reestructuración de la economía argentina. “Aún con condiciones inestables y sin reglas claras, el productor argentino se encuentra entre los más profesionalizados y resilientes del mundo. El ánimo no es bueno y los escenarios en el corto no son positivos, pero con reestructuraciones de fondo, como puede ser un solo tipo de cambio, menor presión fiscal y eliminación del intervencionismo en los mercados, los productores van a seguir invirtiendo y en mayor escala”.

Desafíos y oportunidades para los productores argentinos El consultor y socio de Aapresid mencionó el cambio de modelo de negocios como un desafío clave para Argentina, instando a pasar de un modelo agroexportador en que solo se piensa en la exportación de commodities y en que el que somos tomadores de precios, a pasar a exportar productos con valor agregado en origen y economía del conocimiento. “Con ese cambio de modelo de negocios podríamos multiplicar las fuentes de trabajo, la rentabilidad a nivel sector y cambiar la balanza comercial con varios países. Entiendo que no es de un día para otro, pero es un cambio que lo veo necesario”, remarcó. Grajales también subrayó la importancia de la tecnología, tanto de procesos como de insumos, y la innovación, así como de las estrategias de cobertura de precios para optimizar la rentabilidad.

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En este contexto, insistió en tener muy en cuenta la ecuación fundamental de este negocio: PxQ (precio por productividad). “A menudo nos concentramos en aumentar nuestros techos productivos, lo cual es crucial, pero también debemos enfocarnos en el pilar comercial y financiero. ¿Cómo? Comenzando con una planificación económica y financiera sólida, acompañada por supuesto de una planificación técnica. Esto nos permite comprender nuestros costos y tomar mejores decisiones sobre nuestra posición en los precios”, dijo. Conociendo los rendimientos de indiferencia o precios de indiferencia, es posible diseñar estrategias que van más allá de los contratos forwards, permitiendo realizar una ingeniería comercial para aumentar la rentabilidad del negocio. “Al entender cómo operan los mercados y comenzar con estrategias simples y flexibles que no comprometan nuestra producción, podemos desplegar estrategias adaptables en situaciones excepcionales, como las experimentadas en la campaña 22/23, donde quedarse con contratos vendidos por debajo del precio de ejercicio, llevó a la necesidad de salir a cubrir ese compromiso”, explicó.

Tratar de poner el mismo énfasis en querer aumentar nuestros techos productivos que en optimizar nuestros recursos

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En resumen y sobre el final, Grajales compartió las siguientes recomendaciones: "Soy reiterativo, pero se trata de tener en claro la ecuación más simplificada de nuestro negocio: PxQ. Tratar de poner el mismo énfasis en querer aumentar nuestros techos productivos que en optimizar nuestros recursos, porque interactuar con los mercados de granos y financieros no depende de la escala. Se trata de un cambio en nuestro modelo de negocios y de conocer las herramientas que el mercado nos brinda para cubrir el riesgo de precio, capturar valor o acceder a financiamiento”. Y agregó: “Con una buena planificación y estableciendo una rentabilidad objetivo, es más sencillo tomar decisiones basadas en la razón y no en el humor del momento. A menudo escuchamos frases como 'me parece que es un buen precio', pero la frase adecuada debería ser 'ese precio es bueno porque, en mi plani-


ficación, me genera x% de rentabilidad'. Lo mismo se aplica a las tasas de interés en el financiamiento. A veces escuchamos 'esa tasa de financiación me parece buena porque está por debajo de la estimación de inflación', pero deberíamos considerar 'la tasa que me ofrecen para comprar X cosa está por debajo de la que puedo obtener en el mercado'. Por lo tanto, este cambio en la forma en que analizamos los datos puede generar un valor significativo en nuestras empresas".

A menudo escuchamos frases como 'me parece que es un buen precio', pero la frase adecuada debería ser 'ese precio es bueno porque, en mi planificación, me genera x% de rentabilidad


AGROALIMENTOS

Las espigas doradas de América Latina Un análisis de la producción de trigo en Latinoamérica en los últimos 20 años, pensado para un público no-especialista. Se consideran los aspectos esenciales del cultivo que pueden influir en sus características como alimento.

Por: Pablo Eduardo Abbate INTA Balcarce - abbate.pablo@gmail.com

*Resúmen del artículo “Trigo como alimento: su cultivo y producción en Latinoamérica”, basado en la presentación realizada en el 36° Seminario Internacional: Informe calidad de cosecha de trigo en Latinoamérica (ICCT) 2023.

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El trigo, junto con el arroz, son los cultivos más antiguos de la humanidad con más de 8000 años de historia. Ambos cultivos, junto con la carne, son las principales fuentes de energía y proteína, respectivamente, para la humanidad (Figura 1). Aunque estos alimentos suelen ser criticados, es difícil que pueda darse un reemplazo sustancial en su función nutricional. Sin embargo, es probable que su consumo sea más cuidadoso en el futuro. Actualmente, el trigo es el cultivo más sembrado a nivel mundial, seguido por el maíz y el arroz (FAOSTAT, 2021). En el hemisferio norte se siembra el 90% del trigo, se produce el 93% y se consume la mayor cantidad. En Latinoamé-

rica, se cultiva principalmente en la cuenca del Río de la Plata, incluyendo el centro-este de Argentina, Uruguay, el este de Paraguay y el sur de Brasil (Figura 2). El trigo se ha difundido ampliamente debido a su valor como alimento humano y a su adaptabilidad a una amplia variedad de suelos agrícolas y condiciones climáticas. Además, su grano contiene gluten, sustancia que permite la fermentación y la preparación de una amplia variedad de alimentos blandos, como el pan.


Figura 1. Principales fuentes de alimentos (a) energéticos y (b) proteicos. Promedio mundial del período 2016-2020 (Elaboración propia a partir de los datos de FAOSTAT, 2021).

Ciclo de cultivo El ciclo del trigo está dado por los días entre siembra y floración (aparición de la espiga en la parte superior del tallo) o madurez (marchitez de la planta). En Latinoamérica predominan los cultivares de ciclo “primaveral”, que se siembran a fines de otoño e invierno, florecen en primavera y se cosechan en primavera-verano. En el sur de Argentina y Chile, también es posible sembrar trigos de ciclo más largo, conocidos como “invernales”, que florecen y maduran en época cercana a los primaverales. Es importante aclarar que las denominaciones “invernal” y “primaveral” no tienen relación con la fecha de siembra, floración o madurez en Latinoamérica, sino que se originaron en Europa donde predominan los trigos invernales.

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Durante los años 90 y 2000, comenzaron a introducirse cultivares europeos, alemanes en Chile (Eric von Baer, Semillas Baer) y franceses en Argentina (Eduardo Leguizamón, Nidera Argentina), que se cruzaron con cultivares locales y se difundieron en el resto de Latinoamérica. Estos cultivares presentan alto rendimiento, menor calidad, menor sanidad y son de ciclo más largo que los cultivares previos.

El trigo, junto con el arroz, son los cultivos más antiguos de la humanidad con más de 8000 años de historia


Figura 2. Superficie cosechada de trigo en países latinoamericanos (elaboración propia a partir de datos de FAOSTAT, 2021).


Labores, su efecto ambiental y el trigo como alimento Hasta los años 90, predominaba la siembra con labranza del suelo. A partir de entonces, comenzó a difundirse la siembra directa en trigo, que presenta varias ventajas: reduce el costo de la siembra, disminuye la pérdida de materia orgánica del suelo, aumenta la protección del suelo y favorece la acumulación de nitrógeno y otros nutrientes. El uso de herbicidas en el cultivo de trigo para el control de malezas es común, pero en general, se realiza una única aplicación. En los últimos años, surgieron malezas resistentes, como los nabos, que requieren dosis más altas y/o mayor número de aplicaciones. Mientras que para el control de gramíneas, como el raigrás, la avena negra y el alpiste silvestre, a menudo se requieren herbicidas adicionales, que suelen ser más costosos. La fertilización se ha incrementado debido a que la siembra directa favorece a que el suelo retenga una mayor cantidad de nutrientes. Además, el aumento de los años de agricultura y el incremento en el rendimiento del trigo aumentaron la exportación de nutrientes en el grano. En este sentido, incrementar la fertilización en proporción al aumento de extracción del cultivo es ambientalmente correcto y ayuda a compensar la caída de proteína que se viene observando desde hace algunos años.

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A pesar de esto, el trigo sigue siendo una de las principales fuentes de proteína en la dieta humana y es utilizado por muchos vegetarianos y veganos como sustituto de la carne. Al igual que otros cereales, tiene bajo contenido de aminoácidos esenciales como la lisina y la treonina. Sin embargo, se pueden mejorar las propiedades nutricionales de la harina de trigo al elaborar productos como el “pan lactal” con leche o agregar huevo a la harina para hacer fideos u otras preparaciones. El cultivo de trigo puede verse afectado por enfermedades que pueden reducir el rendimiento si no se controlan adecuadamente o enfermedades como la fusariosis de la espiga, que puede producir toxinas en el grano, conocidas como DON, que provocan malestares estomacales. Esta enfermedad suele presentarse cuando llueve durante la floración aunque rara vez es un problema generalizado, además de que existen niveles requeridos de tolerancia para el DON en la comercialización de trigo.

En muchos países latinoamericanos, es obligatorio enriquecer la harina de trigo destinada al consumo humano con hierro y vitaminas para prevenir deficiencias nutricionales.



El uso de insecticidas es ocasional y no representa un riesgo para el consumo de granos de cultivos tratados, siempre que se respete la cadencia establecida para cada tipo de producto, es decir, el tiempo necesario entre la aplicación y el consumo del grano. En ciertas regiones afectadas por lluvias durante la cosecha, se practica el desecado (marchitamiento) químico del cultivo, que está reglamentado en cuanto al tipo y uso de desecantes. Incluso en estos casos en que la aplicación de productos se realiza inmediatamente antes de la cosecha, el tiempo entre la aplicación del producto y el consumo de la harina excede el período de cadencia requerido.

La cosecha de trigo es mecánica y en los últimos años se difundió el almacenamiento del grano en “silo bolsa”, lo que permitió aumentar la capacidad de almacenamiento y la flexibilidad en la venta para conseguir mejores precios. En muchos países latinoamericanos, es obligatorio enriquecer la harina de trigo destinada al consumo humano con hierro y vitaminas para prevenir deficiencias nutricionales. Por ejemplo, en Argentina, es obligatorio por Ley Nacional el enriquecimiento con hierro y vitaminas B1, B2, B3 y B9.

Rendimientos y comercialización de trigo El promedio mundial de rendimiento de trigo para los años 2018-2020 es de 3.7 t/ha, según datos de FAOSTAT (2021). Europa tiene los mayores rendimientos sin riego, con países como Irlanda, Bélgica y Países Bajos alcanzando cifras de 9.1, 8.7 y 8.7 t/ha respectivamente. Mientras que Nueva Zelanda (9.5 t/ha) y Chile (6.2 t/ha, Figura 3) se destacan por tener los rendimientos sin riego más altos en el hemisferio sur. Por su parte, México se destaca entre los países latinoamericanos por presentar altos rendimientos con trigos primaverales (5.4 t/ha, Figura 3), aunque gran parte de su producción es bajo riego.

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En cuanto a la producción, exportación e importación de trigo en Latinoamérica, Argentina es el principal productor de trigo pan, con una producción anual promedio de 19.3 millones de t/año en el período de 2018 a 2020 (FAOSTAT, 2021; Figura 4), seguido por Brasil, México y Chile. Estos países son a su vez los principales importadores de la región con saldos entre exportación e importación negativos, excepto por Argentina, Paraguay y Uruguay. Si bien Brasil y México exportan 562 y 495 miles de t/año, se trata de trigo de tipo no panificable. El resto de los países de la región (Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) son importadores netos.


Figura 3. Rendimiento de trigo en países latinoamericanos (elaboración propia a partir de datos de FAOSTAT, 2021).


Figura 4. Producción de trigo en los países latinoamericanos (elaboración propia a partir de datos de FAOSTAT, 2021).

Latinoamérica consume más trigo del que produce, lo que plantea desafíos en términos de seguridad alimentaria y la necesidad de aumentar la producción.

Agradecimientos: A Man Mohan Kohli (CAPECO, Paraguay) y Manuel Arévalo (Granotec, Argentina) por sus sugerencias. Y a Lucía Cuffia, por su contribución en el resumen y adaptación del artículo.

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Conclusiones Latinoamérica consume más trigo del que produce, lo que plantea desafíos en términos de seguridad alimentaria y la necesidad de aumentar la producción. Afortunadamente, la región está generando su propia tecnología triguera, destacándose en varias áreas: diseño propio de maquinaria; agricultura por ambientes para aumentar la eficiencia de uso de insumos; aplicaciones informáticas; avances en genética como el uso de marcadores moleculares, edición génica y creación de cultivos mejorados genéticamente, como el primer trigo modificado con el gen HB4); y desarrollo de nuevos fertilizantes y estimuladores biológicos.

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A pesar de los avances, todavía existen limitantes como la falta de estímulos para la inversión y la escasez de insumos como moléculas de uso agrícola y fertilizantes, que frenan el progreso del cultivo de trigo en la región.


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Cereales de invierno desafiando la sequía Un estudio sobre estrategias de rendimiento que determinan la tolerancia al déficit hídrico en cereales invernales. A diferencia de lo esperado, el trigo pan mostró la mayor resistencia a esta condición. Se destaca la importancia de la cebada en regiones de baja precipitación.

Por: Barnada, Federico J.¹; Miralles, Daniel J.²,³; Diez M. Mercedes²; Alvarez Prado, Santiago¹,³,⁴ ¹Cátedra de Sistemas de Cultivos Extensivos – GIMUCE, Facultad de Ciencias Agrarias, UNR. ²Cátedra de Cerealicultura, UBA. ³IFEVA-CONICET, Facultad de Agronomía, UBA. ⁴IICAR-CONICET, Facultad de Ciencias Agrarias, UNR.

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El trigo pan (Triticum aestivum L.), se destaca por su amplia distribución en prácticamente todas las zonas agrícolas del mundo (Slafer et al., 1994). En Argentina, después del trigo pan, la cebada es el cereal invernal más sembrado (MAGyP, 2011). A pesar de que tanto la cebada como el trigo pan pueden prosperar en las mismas regiones templadas, los productores suelen optar por la cebada en situaciones d escasez de agua (Cossani et al., 2007; Ryan et al., 2008). En respuesta a esta situación, es común la práctica del monocultivo de cebada en áreas con falta de recursos hídricos (López-Bellido, 1992; Anderson e Impiglia, 2002; Ryan et

al., 2008; Cossani et al., 2011). Esta elección se basa en la creencia de que la cebada muestra una mayor capacidad de tolerancia al estrés hídrico en comparación con el trigo, una suposición respaldada por investigaciones previas (Ryan et al., 2008; Savin et al., 2012). Sin embargo, en áreas con un mayor régimen pluviométrico, se observa un aumento en la siembra de trigo en detrimento de la cebada, y se adoptan sistemas de rotación de cultivos más variados (Ryan et al., 2008; Cossani et al; Savin et al., 2015). Este mismo patrón se repite con el trigo duro (Triticum turgidum L. ssp. Durum) y el


triticale (xTriticosecale), ya que ambos suelen ser cultivados en áreas de menor potencial de rendimiento, dejando el trigo pan para ambientes con un rendimiento superior (Ford et al., 1984; Acevedo, 1991; Ceccarelli et al., 1987). Esto plantea la posibilidad de que el trigo pueda desempeñarse de manera más favorable en entornos con una mayor disponibilidad de agua. El objetivo de este trabajo es analizar el desempeño de cereales de invierno bajo condiciones hídricas contrastantes y discernir las

estrategias de rendimiento que diferencian la tolerancia entre estas especies. La hipótesis de este estudio sostiene que el trigo duro y el triticale son más tolerantes al déficit hídrico que el trigo pan y la cebada.

La hipótesis de este estudio sostiene que el trigo duro y el triticale son mas tolerantes al déficit hídrico que el trigo pan y la cebada.

Materiales y métodos Se utilizaron cuatro especies de cereales invernales: trigo pan (TP), cebada (CB), trigo duro (TD) y triticale (TC) bajo dos condiciones hídricas contrastantes en un rain-out shelter (refugio de lluvia simulada): sin limitaciones hídricas (RI) y con restricciones hídricas (DH) desde el inicio de elongación del tallo hasta antesis. Cada tratamiento se replicó cuatro veces y se utilizó un diseño en bloques completos aleatorizados. Para imponer la restricción hídrica, se empleó un sistema de cobertura deslizable conocido como "rain-out shelter", que se cerraba automáticamente en caso de precipitación.

A diferencia de lo que se había hipotetizado, el trigo pan mostró la mayor tolerancia al déficit hídrico, con una reducción del rendimiento del 18%.

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Resultados El triticale mostró los mayores rendimientos en condiciones bien irrigadas (p<0,05), mientras que, en situaciones de déficit hídrico, tanto la cebada como el trigo pan mostraron los mayores rendimientos (p<0,05; Figura 1). A diferencia de lo que se había hipotetizado, el trigo pan mostró la mayor tolerancia al déficit hídrico, con una reducción del rendimiento del 18%, seguido por la cebada con un 33%, el trigo duro con un 48% y el triticale con un 54% (Figura 1).

Las diferencias en el rendimiento se explicaron principalmente por cambios en el número de granos por metro cuadrado (NG), más que por alteraciones en el peso de los granos (PG), a excepción del trigo pan (R² = 0.69) y el trigo duro (R² = 0.41), en los que el rendimiento también varió en respuesta a los cambios en el PG (Figura 2a; Figura 2b).

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Figura 1: Rendimiento de las especies en condiciones de riego (azul) y déficit hídrico (anaranjado). Asteriscos indican diferencias significativas entre tratamientos (p < 0.05).

Figura 2: (a) Relación entre el rendimiento y el número de granos; (b) relación entre el rendimiento y el peso de granos. En azul se indica el tratamiento bien irrigado (RI) y en naranja el déficit hídrico (DH).

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En cuanto a los cambios en el número de granos (NG), se observó que estos estaban más relacionados con las variaciones en el número de espigas por metro cuadrado (Esp.m-²) que con los cambios en el número de granos por espiga (NG. Esp-¹). Los resultados señalaron que, en condiciones sin limitaciones hídricas, la cebada presentó el mayor número de Esp.m-², seguida por el trigo pan, mientras que el trigo duro y el triticale no mostraron diferencias entre especies. Al comparar entre los distintos tratamientos, se encontraron diferencias en el número de Esp.m-² en la cebada, el triticale y el trigo duro, con reducciones de 28%, 28% y

23%, respectivamente; mientras que en el trigo pan se mantuvo estable. En relación al número de granos por espiga, el triticale mostró el máximo valor y la cebada el más bajo, mientras que el trigo duro y el trigo pan no presentaron diferencias entre ellos (Figura 3). No obstante, el trigo duro y el triticale fueron las especies que mostraron las mayores diferencias entre los tratamientos (28% y 23%, respectivamente) (Figura 3). En paralelo, no se observaron diferencias para la cebada y el trigo pan en este aspecto.

Figura 3: Número de granos por espiga de cada especie bajo riego (azul) y déficit hídrico (anaranjado).Asteriscos indican diferencias significativas entre tratamientos (p < 0.05).

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El rendimiento estuvo principalmente explicado por cambios en la producción de biomasa en todas las especies (p < 0.0001) (Figura 4a). Además, el índice de cosecha (IC) también influyó en el rendimiento del trigo pan (R² = 0.75; p < 0.0001), el trigo duro (R² = 0.58, p < 0.001) y el triticale (R² = 0.31; p < 0.05). Bajo condiciones de riego, el triticale mostró la mayor producción de biomasa (3266 g.m-2) (p<0,05), mientras que, en condiciones de déficit hídrico, no se observaron diferencias en la biomasa total producida entre la cebada, el trigo pan y el trigo duro (p > 0.05).

Además, se detectaron diferencias significativas en el IC entre las especies. En primer lugar, el trigo pan y la cebada exhibieron valores cercanos, 0.39 y 0.37 respectivamente. En contraste, el trigo duro mostró un IC de 0.32, y finalmente, el triticale presentó el valor más bajo, con un IC de 0.24. Por otra parte, el IC bajo riego fue 0.02 puntos superior en comparación con el escenario de déficit hídrico (0.34 vs 0.32).


Figura 4: (a) Relación entre rendimiento y biomasa; (b) relación entre rendimiento e índice de cosecha.

Conclusiones El trigo pan demostró una mayor capacidad de tolerancia al déficit hídrico en comparación con el trigo duro y el triticale. Esto se reflejó en la reducción del número de espigas por metro cuadrado (Esp.m-²) y del número de granos por espiga (NG. Esp-¹) en estas dos últimas especies bajo condiciones de déficit hídrico.

REFERENCIAS

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Por otra lado, es importante destacar que la preferencia por la cebada en regiones con menores niveles de precipitación sigue siendo relevante ya que esta especie, junto con el trigo pan, lograron los mayores rendimientos en escenarios de déficit hídrico.

Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-222


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MANEJO DE CULTIVOS

Una campaña que promete buenas birras Las cebadas cerveceras se encuentran en condiciones buenas a muy buenas en el sudeste de Buenos Aires. Ya en encañazón, lo que viene por delante será decisivo. En esta nota te contamos las mejores recomendaciones de manejo para maximizar la calidad para maltería.

Por: Ing. Agr. María Eugenia Magnelli Para Prospectiva Aapresid

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La cebada cervecera es un cultivo de suma importancia en la industria de la maltería. Al igual que el trigo, esta gramínea aporta a la sustentabilidad de los sistemas de producción debido al gran volumen de biomasa que genera. En comparación con el trigo, tolera mejor la sequía y su cosecha es más anticipada, lo que resulta especialmente ventajoso en latitudes dónde la ventana de siembra de las especies estivales es más acotada. La cebada con destino cervecero requiere de un manejo minucioso durante todo el ciclo para ir construyendo y consolidando el rendimiento y particularmente la calidad a cosecha, ya que el destino final de este cereal es la germinación. Con gran parte del cultivo en encañazón, repasamos lo que se hizo hasta el momento y lo que está por venir. Para ello, conversamos con Juan Ignacio Larrosa, productor de cebada referente de la Regional Aapresid Mar del Plata “Juan Manuel Fangio”, quién destacó varios aspectos que merecen ser tenidos en cuenta.

Construcción de rendimiento y calidad cervecera Con base en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, específicamente en la zona de Balcarce, Larrosa comenzó describiendo el estado actual de los cereales de invierno en la región. Ante un escenario hídrico más favorable en comparación con la campaña anterior, expresó con optimismo: “Los cultivos de fina están en excelentes condiciones. Si bien no hubo déficit hídrico, precisaríamos algunas lluvias para

recargar el perfil y estar más tranquilos. De no ocurrir heladas tardías que compliquen el panorama, las perspectivas son buenas”. Antes de avanzar con lo que resta de la campaña, pongamos un stop y rebobinemos a etapas previas. Según el socio de Aapresid, uno de los puntos fundamentales que aseguran el logro del cultivo es la calidad de la semilla. “En ce


bada cervecera, comprar la semilla en empresas semilleras es clave. Esto nos garantiza el origen, la pureza varietal, el poder germinativo y el tratamiento homogéneo con curasemillas. Este último aspecto contribuye significativamente al manejo de enfermedades, ya que el uso de fungicida es el último recurso”, dijo. Según su experiencia, la fecha de siembra ideal para la zona es entre el 10 y 20 de junio, el período crítico se ubicaría a mediados de octubre o inicios de noviembre y la cosecha se desarrollaría cerca del 15 de diciembre. Otro elemento crucial en cebada cervecera es el manejo nutricional del cultivo para lograr altos rendimientos y un óptimo porcentaje de proteína (entre 10 y 12%). Al respecto, Larrosa afirmó: “En cebada para la industria cervecera no tienen que faltar ni sobrar nutrientes. Acá no hay magia, se necesita nitrógeno (N)”. Aclaró que implementa un plan nutricional bastante profesional y se basa en los modelos de

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Fertilab. Esto incluye análisis de suelo, consideración del historial del lote, evaluación del régimen de lluvias y pronósticos, seguimiento de la situación del cultivo en los distintos estadíos y análisis de hoja para detectar deficiencias en períodos más avanzados. “En cebada cervecera, la calidad es muy importante y se va construyendo a lo largo de todo el ciclo, en esto la nutrición tiene mucho que ver. En función del balance de N, detectamos los momentos de aplicación. En general, realizamos una fertilización a la siembra y otra en macollaje, de ser necesario aplicamos en encañazón para corregir deficiencias y el nivel nutricional no decaiga”, contó. En cuanto a esta campaña, advirtió que la fina estuvo muy deficitaria de N. Debido a la sequía pasada no hubo nitrificación, después llovió mucho y hubo pérdidas por lavado. En relación al rendimiento promedio de cebada, indicó que oscila entre 5500 a 6000 kg/ha, y fertilizan para 6500 kg/ha en lotes agrícolas buenos. Utilizan Urea granulada como fuente nitrogenada



ya que es más práctica desde el punto de vista logístico y no genera pérdidas de eficiencia. Comentó que, aunque realizaron algunos ensayos con productos foliares, no es habitual. Sacando una foto al estado de la cebada hoy, comentó: “El cultivo está entrando en encañazón, el tema malezas está solucionado, el plan nutricional está aplicado o puede haber alguna corrección. Comienzan a observarse algunas enfermedades, pero en términos generales no son un problema. Lo que queda por delante es monitorear las plagas de manera más exhaustiva y aplicar fungicidas de ser necesario”. De acuerdo con sus explicaciones, lo que resta del ciclo será decisivo para seguir construyendo rendimiento y fundamentalmente calidad de grano, apuntando a niveles de proteína que estén dentro de los parámetros aceptados por las malterías.

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En cebada cervecera, la calidad es muy importante y se va construyendo a lo largo de todo el ciclo, en esto la nutrición tiene mucho que ver.



De generalistas a específicos. El valor de la información y la red de conocimiento Haciendo un paréntesis, el socio de Aapresid habló de la importancia de contar con una abundante información sobre el cultivo, el manejo de nutrientes, plagas y enfermedades, perspectivas climáticas, etc. y apalancarse en especialistas de cada tema. “Toda esta información es el combo que permite entender la película completa y no ser generalistas. En el manejo de un cultivo no debería estar sólo el agrónomo, tenemos que apoyarnos en expertos e interrelacionarnos para que sea mucho más sencillo y nos permita lograr mejores resultados. Hoy el sector es muy competitivo, la red de conocimiento es su gran masa muscular”, declaró. En cuanto a las herramientas digitales, contó que en la empresa tratan de utilizarlas en la medida en que hagan un aporte real y vehiculizan decisiones de manejo. “El recorrido dirigido tiene una utilidad extraordinaria, en poco tiempo, podemos monitorear muchos lotes y recabar información que proporciona una visión general de la situación. Los mapas de rendimiento son super útiles, pero si no se usan para hacer ambientación nos quedamos a mitad de camino. Actualmente no estamos preparados estructuralmente para las herramientas digitales, todavía falta desarrollo”, reveló. No obstante, reconoció que estas tecnologías contribuyen a promover prácticas de manejo más específicas y responsables.

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Claves de una cosecha más eficiente y óptima calidad Si los ajustes en la cosecha de cualquier cultivo son importantes, en el caso de la cebada cervecera, este momento es crítico. Para lograr una materia prima de óptima calidad, que cumpla

con los estándares de comercialización y minimice las pérdidas o penalidades, Juan Ignacio compartió las siguientes recomendaciones:

Máquina cosechadora equipada con rotor: este sistema de trilla reduce el daño por pelado o quebrado de la semilla, evitando la pérdida de calidad; además, la regulación es sencilla.

Elegir variedades de caña más fuerte o porte más erecto, además de seleccionar por rinde y calidad/calibre de semilla. Es fundamental evitar los materiales que caen mucho a la cosecha. Las plantas revolcadas, en general, están más húmedas y dificultan la trilla.

Cosechar con 12% de humedad es clave. Con este valor la semilla tiene que salir del campo y es el porcentaje máximo de recibo. Recordemos que la cebada cervecera no debe perder su capacidad germinativa (tolerancia de recibo 98%), por lo que no se puede secar posteriormente en cámara para alcanzar la humedad de comercialización.

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Tratar de no tener un cultivo muy frondoso al momento de cosecha.

Tener preparada la logística de almacenaje y/o entrega.


La comercialización El camino de la cebada cervecera no termina en la cosecha. “Es muy positivo que la cadena comercial de cebada cervecera esté integrada. En Argentina tenemos diferentes malterías y empresas exportadoras que compiten en el mercado, lo que contribuye a que haya un precio más claro”, comentó Larrosa. Aclaró que, en la comercialización, no solamente se pacta el precio de venta, también se negocia la fecha y las condiciones de entrega y pago. Explicó que la forma en que se produce la cebada cervecera y la calidad que se alcanza, en línea con los estándares y requisitos de la industria, marcan una coherencia con lo comercial y lo posiciona

en un lugar más favorable a la hora de discutir las condiciones de venta. “Hay un gran respeto en lo comercial”, finalizó. Con las recomendaciones que compartimos y las condiciones climáticas que sigan acompañando favorablemente, la perspectiva para esta campaña de cebada cervecera se presenta prometedora.

Agradecemos a Juan Ignacio Larrosa por sus valiosos aportes en esta nota.


MANEJO DE CULTIVOS

Manejo de maíz cuando “El Niño” se demora La campaña de maíz 2023/2024 se presenta llena de incertidumbres. Este año, la clave está en definir correctamente la fecha de siembra y las estrategias de fertilización para asegurar un rendimiento exitoso en un año que promete buenas precipitaciones.

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Las expectativas de la nueva campaña son alentadoras gracias al pronóstico de un año húmedo. Sin embargo, “El Niño” aún no llega y la disponibilidad hídrica en el suelo despierta mucha preocupación. En su paso por Agenda Aapresid, los especialistas Gustavo Ferraris (INTA) y Pablo Bollatti (Agro Sustentable) contaron cuáles son las claves para afrontar los desafíos de esta nueva campaña de maíz tan particular.

¿Cómo está el tanque de agua de los suelos? La cantidad de agua útil en el suelo influye en la planificación del cultivo de maíz, no solo al determinar la fecha de siembra, sino también al elegir el híbrido, la densidad de siembra, e inclusive la dosis, la fuente y la forma de fertilización. A pesar de la expectativa de un “Año Niño”, hasta el momento, los perfiles del suelo no se han recargado. Bolatti comentó que en años como este, en los que hay muchas dudas sobre la disponibilidad de agua en el suelo, resulta fundamental medir el agua útil al menos diez días antes de la siembra.


En la zona de Marcos Juárez, Córdoba, algunos perfiles presentan un nivel crítico de sequía. Incluso se han observado mediciones de 40 mm de agua útil disponible en lotes con alguna limitante superficial o con pendientes. Asimismo, se presentan sectores del perfil cercanos o inferiores al punto de marchitez permanente, es decir, con contenidos hídricos inferiores a los valores determinados anteriormente para los argiudoles de la zona. Aunque en la mayoría de los lotes de la región se registraron 140 a 160 mm de agua útil al metro y medio, los primeros 50 cm están muy secos, y necesitan lluvias mayores a 60 mm para pensar en sembrar. En estas situaciones, sin recargas significativas antes de septiembre, se debería optar por retrasar la fecha, o pasar a un maíz tardío, esperando la recarga de noviembre que los climatólogos vienen prometiendo. Otro punto clave según Bollatti, es conservar el agua durante el barbecho y en los cultivos de servicio, incluso resignando materia seca para no afectar el rinde del cultivo de renta.

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Aumentar la eficiencia en la fertilización Por su parte, Ferraris destacó que cuando existe un abastecimiento hídrico adecuado, los nutrientes son la principal limitante de la productividad. A la espera de “El Niño”, el especialista comentó la importancia de medir la cantidad de nitrógeno disponible, no solo como nitratos, sino también considerar la fracción orgánica que se mineralizará durante esta campaña. “En muchos campos puede existir un remanente involuntario de fertilidad, especialmente allí donde los cultivos de trigo/soja fueron bien fertilizados, pero tuvieron rendimientos muy bajos. Esto significa la posibilidad de reducir las necesidades de fertilización”, comentó Ferraris.

La dosis de fertilizante a agregar estará determinada por el nivel de rendimiento que se espera obtener, teniendo como regla práctica alrededor de 15 U de N por tn de granos. Sin embargo, se debe tener en cuenta la cantidad de residuos y masa microbiana enriquecida de N que se espera que se mineralice durante el curso de la campaña. Para determinar su magnitud, se utiliza el N anaeróbico (NAN). Ese valor complementa el análisis de nitratos para estimar el stock de N en el suelo, sumando las unidades que superan el valor umbral de 50. De esta manera, se pueden reducir aportes de fertilización sin que haya penalidad


en el rendimiento. Otras variables que se utilizan como estimadores de mineralización puede ser el porcentaje de materia orgánica o la materia orgánica dividido las fracciones texturales como limo, o limo más arcilla. El N es muy dinámico en el suelo. Fácilmente puede pasar de una interfase sólida a una interfaz de gaseosa, o ser lixiviado frente a lluvias copiosas. Por lo tanto, ir monitoreando su disponibilidad y contar con instrumentos que pronostiquen su evolución en el ciclo, resultan procesos relevantes para hacer buenos ajustes. Teniendo en cuenta que un año húmedo podría elevar el rendimiento potencial estimado al momento de siembra, el especialista comentó que la fertilización dividida se presenta como una opción eficaz. Esta estrategia consiste en incorporar parte del nitrógeno al inicio y luego complementar en una etapa temprana, cuando el cultivo tiene de tres a seis hojas. Reservar parte del nitrógeno para aplicaciones posteriores permite ajustar la dosis según lo requiera la demanda del cultivo. A medida que capture más agua, será posible aumentar el nivel de rendimiento y ajustar la dosis de fertilización.

Esta estrategia consiste en incorporar parte del nitrógeno al inicio y luego complementar en una etapa temprana, cuando el cultivo tiene de tres a seis hojas.

Con respecto a la práctica de fertilización nitrogenada, la decisión de utilizar productos sólidos o líquidos, incorporados o en cobertura total, estará definida por la proximidad de una lluvia y la fortaleza de la fuente para resistir procesos de volatilización. De la misma manera, rotaciones intensivas, con mayor cantidad de raíces vivas durante todo el año son muy interesantes a la hora de recuperar los nutrientes en el suelo. No sólo el nitrógeno,sino otros nutrientes como el fósforo, azufre y micronutrientes como el zinc y el boro. Por último, el especialista comentó que si se analizan las brechas de rendimiento a largo plazo, el elemento que cobra importancia es el P. Por este motivo, Ferraris recomendó realizar una estrategia de mantenimiento si el fósforo se encuentra en niveles medios en el suelo o los enriquecimientos están excesivamente bajos. Además, recordó que los cultivos de gramíneas, como el maíz, son muy eficientes en su uso y responden favorablemente a una buena disponibilidad.

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En conclusión, ambos especialistas coincidieron en que durante la campaña de maíz 2023/2024 será esencial el monitoreo del agua útil y la adaptación a las cambiantes condiciones climáticas. La gestión del agua y la planificación adecuada serán indispensables para obtener buenos rendimientos en el cultivo de maíz.

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Ajustando la nutrición en maíz sobre antecesor Vicia villosa La Chacra VINPA evaluó la respuesta a la fertilización nitrogenada en maíz sobre antecesor Vicia villosa en ambientes de alto potencial. Se estudiaron dos tipos de manejo: finalización con secado químico y arrollado para aprovechamiento forrajero.

Por: Alfonso Cerrotta¹ y Magali Gutiérrez²

¹ Responsable Técnico de Desarrollo (RTD) Chacra Valles irrigados Norpatagónicos, Sistema Chacras, Aapresid. ² Coordinador Técnico Zonal (CTZ), Sistemas Chacras, Aapresid.

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La región norpatagónica posee un ambiente edafoclimático excepcional para la realización de una amplia gama de cultivos, por lo que las rotaciones pueden llegar a ser muy diversas. A pesar de esta diversidad, el maíz es un cultivo que está siempre presente y está muy arraigado en la historia de esta zona. En los últimos años, los productores de Chacra VINPA han incorporado de manera estable la Vicia villosa como cultivo de servicio previo al maíz. En algunos casos, esta vicia se aprovecha como alimento forrajero tanto en consumo directo como en forma de rollo. Incluso en establecimientos con rotaciones más diversificadas e intensificadas, la vicia ocupa entre un 25 y un 30%

de la superficie agrícola. Esto se debe en gran medida a sus aportes positivos a la salud del suelo y a la plasticidad que presenta en cuanto a la fecha de siembra (Vanzolini et al., 2016). La adopción de la vicia en la rotación viene generando aportes sistemáticos de N al suelo, lo que nos lleva a reevaluar la respuesta a N en maíz. Las experiencias recopiladas durante las campañas 2017 a 2020 muestran una saturación de respuesta a las dosis de 250 kg N/ha (Gutiérrez, 2022). Sin embargo, con un aporte sistémico de N por parte de la vicia durante los últimos 5 años, es razonable anticipar que la dosis de saturación sea menor, siempre que se trate del mismo manejo hídrico, nutricional, ger-


moplasma y densidad de plantas. Si cambian estos factores, las curvas de respuesta también lo harán, lo mismo que la dosis óptima económica, que no solo depende de la respuesta biológica, sino también de la relación de precios grano/fertilizante. Además, surge el interrogante sobre cuál es el efecto del aprovechamiento forrajero de la vicia en el sistema, en particular en lo que respecta a la biomasa producida en crecimiento de primavera. El objetivo de este trabajo es conocer la respuesta a la fertilización nitrogenada en maíz con antecesor Vicia villosa bajo dos manejos: finalización con secado químico y arrollado previo a la siembra de maíz dentro de un sistema mixto con aprovechamiento forrajero del cultivo de servicio (CS).

El ensayo en maíz se realizó en el establecimiento Kaitaco, ubicado a 45 km de la localidad de General Conesa, provincia de Rio Negro.

Metodología El ensayo en maíz se realizó en el establecimiento Kaitaco, ubicado a 45 km de la localidad de General Conesa, provincia de Rio Negro. Se realizó un balance hídrico para el lote del ensayo, considerando los riegos diarios y las precipitaciones que fueron provistas por el establecimiento. Además, se consideraron la ETo calculada a partir de datos de una estación meteorológica local, y el coeficiente del cultivo, estimado a través de imágenes satelitales mediante el método propuesto por Calera et al. (2016). El maíz se sembró con 80% de agua útil en el perfil, recibió 31 mm de precipitaciones y 1134 mm de riego en todo el ciclo del cultivo.

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El 18 de febrero del 2022 se sembró vicia con antecesor trigo, bajo un distanciamiento entre hileras de 19 cm. A finales del otoño, se llevó a cabo un pastoreo del trigo guacho en el lote. El 11 de octubre se midió una producción de 4300 kg MS/ha de la vicia. Se cortó y arrolló un sector del lote de 200 m * 400 m y otra franja contigua de 100 m * 400 m se secó químicamente. Se realizó un análisis de nitratos presiembra que arrojó un nivel de N de 103.7 kg/ha (0-60 cm), 6 ppm de Pdisp (0-60 cm) y 0.68 ppm de Zn. El 24 de octubre se sembró en sentido perpendicular a los tratamientos de vicia el híbrido KM 3916 con una densidad de 95 mil semillas/ha, un distanciamiento entre hileras de 0.7 m y 40 kg de MAP/ha. En el mismo sentido de siembra, se


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aplicaron diferentes dosis de nitrógeno en forma de urea en dos momentos: Pos siembra (PS) y V2-4 (V). Los tratamientos fueron dosis crecientes de urea que fueron desde 0 kg en el testigo a 900 kg de urea/ha en intervalos de 150 kg. El ancho de aplicación de los tratamientos fue de 10 m, ancho de trabajo de la fertilizadora. Asimismo, se evaluó el tratamiento de 300 kg de urea/ha en distintos momentos de aplicación: el total en V4 versus 150 kg en pos siembra y 150 kg en V4. En la intersección de tratamientos de fertilización nitrogenada con los dos manejos de vicia, se establecieron al azar tres puntos de muestreo de 3.5 m2, sin falta de plantas ocasionadas

Este análisis se basó en los siguientes supuestos: Ratio de precios (N/grano) =10:1 Precio N: puesto en el campo Precio neto grano: -25% de gastos de comercialización Dólar oficial: $366 Sin incluir costo de oportunidad (T. interés) Costo de confección de rollo: $7000 Ef. de conversión rollo:carne: 17:1

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por fallas. En madurez se cosecharon las espigas y se calculó el rendimiento, la humedad, los componentes de rendimiento (N° espigas, granos por espiga y P1000) y el peso hectolítrico. El rendimiento se expresó en kg/ha y se ajustó a humedad comercial (14.5%). El rendimiento relativo se calculó en base al valor medio del tratamiento de mayor rinde. Además, se realizó un análisis de sensibilidad para evaluar la variación del ingreso neto de la práctica de confección de rollos y el consumo por hacienda propia vs. secado químico de la vicia. La ecuación utilizada en el análisis fue la siguiente: ∆ IN = IB carne - Costo rollo - Gasto extra N Merma Rinde


Resultados y discusión El rinde promedio del ensayo fue de 13981 kg / ha, con un mínimo de 6951 kg y un máximo de 17915 kg/ha. El rinde medio del tratamiento de vicia arrollada fue de 13213 kg/ha, mientras que en el tratamiento con secado químico se observó un rendimiento medio de 14828 kg/ha. El aporte de nitrógeno de la vicia está ampliamente estudiado (Enrico et al. 2020). En promedio, se establece que la biomasa de vicia presenta un 3% de N en la biomasa aérea y radicular,

de los cuales aproximadamente el 70% proviene de la FBN, mientras que el resto se absorbe en forma de nitratos desde el suelo. Considerando una partición 9:1 de la biomasa aérea/radicular, el secado químico de la vicia de una producción de biomasa aérea de 4300 kg MS/ha dejaría 129 kg N/ha más que si se extrae completamente en forma de rollo. Hay que destacar que no todo es N de fijación biológica, una parte proviene de absorción de N-NO3 del suelo.


Figura 1. Balance hídrico del lote de ensayo en la campaña 22-23 en el establecimiento Kaitaco (Conesa).

El balance hídrico del lote permitió interpretar que el riego cubrió la demanda hídrica del cultivo, manteniendo el agua útil por encima del umbral de estrés durante todo el ciclo (Figura 1). Este umbral de estrés se refiere al nivel mínimo de agua necesario en el perfil para que el cultivo pueda mantener su tasa de transpiración y no resigne rendimiento. El punto más ajustado del balance se encontró en la última semana de diciembre, coincidiendo con los últimos estadios vegetativos del cultivo (V10-V12) (Figura 1). La floración y el llenado de grano se desarrolló con niveles altos de agua útil. Además, imágenes de NDVI en periodo crítico permitieron establecer que el sector del ensayo fue muy homogéneo, sin problemas manifiestos de riego o suelo (Figura 2).

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Figura 2. NDVI del 11 de enero del ensayo de fertilización en maíz del Pv1 en la campaña 22-23 en el establecimiento Kaitaco (Conesa).

En términos absolutos, el secado químico del CS rindió más que el arrollado bajo todos los tratamientos de N, excepto en el caso de las dosis de 750 kg de urea, donde los rendimientos se igualaron.


Se observó una fuerte respuesta al agregado de nitrógeno, con diferencias significativas entre manejos de la vicia (Figura 3). Tanto el manejo de la vicia como los tratamientos de fertilización nitrogenada fueron componentes significativos de la varianza del rendimiento, al igual que la interacción manejo*tratamiento con N, que también fue significativa. Esta interacción se reflejó en una menor diferencia entre tratamientos de vicia a medida que aumentaron las dosis de urea, alcanzando su expresión máxima en el tratamiento con 750 kg de urea, donde no se observaron diferencias entre tratamientos de vicia (Figura 3). Mientras que la diferencia de rendimiento entre los testigos sin N fue la más alta.

Se observó una fuerte respuesta al agregado de nitrógeno, con diferencias significativas entre manejos de la vicia

Figura 3. Rendimiento promedio por tratamiento del ensayo de fertilización en maíz del Pv1 en la campaña 22-23 en el establecimiento Kaitaco (Conesa). Letras diferentes indican una diferencia significativa por el test DMS de Fisher (p<0.05).

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También se observaron diferencias entre momentos de aplicación de la urea. Para el caso del CS arrollado, donde se aplicó 300 kg de urea post-siembra, este superó al tratamiento de misma dosis pero dividida en 2 (postsiembra y V4), situación que no se observó bajo secado químico del CS (Figura 4). Estos resultados indican que en situaciones de aprovechamiento forrajero del CS, podría haber una deficiencia temprana de N si no se realiza una aplicación al inicio del ciclo.

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Figura 4. Rendimiento promedio de los tratamientos de 300 kg/ha de urea del ensayo de fertilización en maíz aplicada en dos momentos (PS: post-siembra). Letras diferentes indican una diferencia significativa por el test DMS de Fisher (p<0.05).

Cuando se comparó el rendimiento de los testigos bajo los dos manejos de vicia, se observó una diferencia de rinde de 3350 kg/ha. Teniendo en cuenta una cantidad de N absorbida por tonelada de rinde de 25 kg (García, 2005; Setiyono et al. 2010), se expresó el rinde en términos de absorción de N en el cultivo sin fertilización. El maíz sobre la vicia secada químicamente absorbió unos 85kg más de N que sobre vicia arrollada (Figura 5). En forma simplificada, esto fue una aproximación del aporte de N que hizo la vicia en el tratamiento de secado químico.

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Figura 5. N absorbido por los testigos sin fertilización nitrogenada con una relación de absorción de 25 kg N por tonelada de rinde. Letras diferentes indican una diferencia significativa por el test DMS de Fisher (p<0.05).


El umbral de respuesta se define como el valor por encima del cual la disponibilidad del nutriente no se convierte en un factor limitante. Al modelizar la respuesta al N bajo los dos manejos del CS y utilizando un rendimiento relativo del 95% como umbral de respuesta, se observó que la respuesta al N con el CS secado se satura con unos 125 kg menos de N que con el CS arrollado (Figura 6). La pendiente de la curva

de respuesta fue menor para el cultivo secado químicamente y se alcanzó un plateau algo más alto que con el CS arrollado (Figura 7). Estos resultados se pueden deber a la incidencia de efectos benéficos del CS distintos al aporte de N, como mejoras en la retención hídrica, infiltraciones, menores pérdidas de humedad por evaporación, actividad biológica, menor erosión, entre otros factores.

Figura 6. Curva de respuesta de rendimiento de maíz a el aporte total de N (Suelo+Fertilizante). El rendimiento se expresó en rendimiento relativo al un rinde de 16515 kg/ha. El 95% se considera el umbral de respuesta.

El arrollado del CS fue rentable según el escenario actual de precios del fertilizante, grano y ternero, dejando el resto de las variables fijas (Tabla 1). Sin embargo, ante la gran volatilidad que suele demostrar el contexto macroeconómico, es necesario hacer este análisis de forma actualizada al momento de tomar la decisión de manejo del cultivo de servicio.

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En este análisis, cultivo obtuvo un plus de rendimiento cuando presentaba cobertura comparado a la situación sin cobertura, independientemente de la dosis de N.


Figura 7. Cultivo en implantación (izq.) y en V4 (der) sobre el tratamiento de secado químico de vicia en la campaña 22-23 en el establecimiento Kaitaco (Conesa).

Instituciones que nos acompañan


Por otro lado, hay que destacar el plus de rendimiento que mostró el cultivo cuando presentaba cobertura comparado a la situación sin cobertura independientemente de la dosis de N y en este análisis se obtuvo un valor de 550 kg de plus de rendimiento. Esto pone de manifiesto lo interesante que sería aprovechar el CS de Vicia como cultivo forrajero, pero, en la medida de lo posible, permitiendo a la vicia un periodo de crecimiento pre-siembra del maíz sucesor. Y es que si bien no aportará nitrógeno al sistema, sí habrá un beneficio de la cobertura per se. Otra de las variables que no se estudió en este caso, pero que resulta relevante, es el efecto benéfico de la vicia en etapas siguientes de la rotación del cultivo. No solo existe una liberación de nitratos por la mineralización de

residuos que se da en forma gradual y lenta, también hay un aporte de carbono y exudados de alto valor por las rizodeposiciones (Berenstecher, 2023), situación que se presentaría en cualquiera de las prácticas de manejo sobre la vicia aquí estudiadas. Además, el presente trabajo modeló la respuesta al N desde el punto de vista del rinde del cultivo de maíz, pero no se hizo foco en la dinámica del N en el suelo. El uso del indicador Nan (Reussi Calvo et al., 2014) a inicios y fin del ciclo del cultivo podría ser una buena herramienta para futuros trabajos y así dar una idea de cual puede ser el aporte de de N por mineralización durante el cultivo y cuánto queda para los cultivos sucesores.

Tabla 1. Análisis de sensibilidad del ingreso neto por hectárea del manejo de vicia arrollada vs. secada químicamente. ( )Escenario actual. Rojo-Amarillo- Verde Claro- Verde Oscuro: escala de menor a mayor ingreso neto de la actividad.

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Conclusiones El CS de vicia genera un aporte de nitrógeno al sistema por fijación biológica, que luego pasa a formar parte de la biomasa aérea y radicular, y se libera cuando la biomasa se descompone. El aprovechamiento forrajero de los CS de vicia como la confección de rollos produce indirectamente kg de carne, pero exporta gran parte de ese N dejando un balance negativo en el suelo. Por el contrario, el secado químico del CS generó aportes de más de 125 kg de N al cultivo sucesor, en este caso maíz. Además, el secado químico presentó una dosis de saturación de 270 kg menos de Urea y el rendimiento en dosis de saturación fue 550 kg superior a la vicia arrollada. Estos resultados sugieren que el aprovechamiento forrajero resultó una práctica rentable bajo las circunstancias actuales. En términos de viabilidad económica, la decisión de optar por secar o hacer rollos debe considerar el escenario de precios del fertilizante, el maíz y el producto ganadero, en este caso, el del kg vivo del ternero.

REFERENCIAS

Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-222


MANEJO DE CULTIVOS

En busca de la dosis justa: afinando la fertilización en maíz La Chacra Latitud 28 evaluó la eficiencia de la fertilización nitrogenada en maíz bajo riego y realizó un diagnóstico para poder mejorar la estrategia actual y acercarse al rendimiento máximo alcanzable.

Autores: Gabriel Olmos Molina¹ y Lina Bosaz²

¹ RTD Chacra Latitud 28° ² CTZ Programa Sistema Chacras

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El avance de la agricultura en el Noroeste Argentino es una realidad innegable, con zonas que poseen un alto potencial de rendimiento, especialmente en el cultivo de maíz. Sin embargo, en la Chacra Latitud 28 de Aapresid, este potencial se encuentra acompañado por costos elevados, asociados al riego y la fertilización, especialmente nitrogenada.


La fertilización eficiente se convierte en un componente crucial de la agricultura moderna, donde la gestión óptima de los nutrientes resulta fundamental para maximizar la productividad de los cultivos. Entre los nutrientes claves, el nitrógeno (N) desempeña un papel vital en el crecimiento y desarrollo de las plantas. No obstante, su aplicación excesiva puede tener efectos negativos en el medioambiente y elevar los costos de producción. Para cumplir con los objetivos planteados en la Chacra Latitud 28, que buscan “acortar las brechas productivas” a través de una nutrición estratégica y eficiente, se llevó adelante un ensayo. El propósito fue evaluar la respuesta en rendimiento de la fertilización nitrogenada en

el cultivo de maíz bajo riego y realizar un diagnóstico sobre cómo estamos fertilizando actualmente, y determinar cuán lejos nos encontramos del rendimiento máximo alcanzable. La Chacra está ubicada sobre los 28° de Latitud Sur y sus zonas de influencia son el Este de la provincia de Catamarca y el Oeste de Santiago del Estero. Estas zonas difieren entre sí en términos de condiciones climáticas y características de los suelos. Por este motivo y para una identificación más precisa, la zona situada en Catamarca se denominó “Los Altos”, mientras que en Santiago del Estero se le dio el nombre de “Frías”. El ensayo se llevó a cabo en la zona de Frías, en el establecimiento La Esperanza (Figura 1).


Figura 1. Mapa de la zona de influencia de la chacra.uro: escala de menor a mayor ingreso neto de la actividad.

La temperatura promedio de la zona es de 21 °C, con máximas y mínimas promedio de 28,3 °C y 14,1 °C, respectivamente. Además, las precipitaciones anuales promedio se sitúan cerca de los 650 mm, con una distribución de régimen monzónico que se concentra entre los meses de noviembre y abril (Figura 2). En cuanto a los suelos en la zona de Frías, estos se catalogan como suelos desarrollados, específicamente Haplustoles típicos y Argiustoles típicos y údicos, según la “Carta de Suelos y Evaluación de Tierra Lavalle – Tapso – Frías”.

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El establecimiento La Esperanza, según la misma carta de suelos, se encuentra en la serie Albigasta. Sus suelos son haplustoles údicos, caracterizados por ser oscuros, profundos, sin salinidad ni sodicidad y con buen drenaje. La topografía de la zona presenta medias lomas planas y onduladas, que se extienden en dirección N-S y NO-SE en el flanco oriental de la Sierra de Ancasti, con buena capacidad de retención de humedad.


Figura 2. Distribución de lluvias mensuales en la zona de Frías.

Dentro de la chacra se realizan diferentes cultivos, como soja, garbanzo, trigo, porotos (mung, colorado, negro), maíz destinado a producción y maíz semilla. En el caso del maíz de producción, el rendimiento promedio en la chacra es de 8400 kg ha-¹, con registros máximos que llegan hasta los 13100 kg ha-¹.

El lote donde se realizó la experiencia tiene tres años de agricultura. El cultivo antecesor al ensayo fue un garbanzo con un rendimiento de 1864 kg ha-¹. La única experiencia previa con el maíz en términos de rendimiento máximo arrojó una cifra de 10.780 kg ha-¹, con 500 mm regados a lo largo del ciclo.

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Metodología Para el presente ensayo, se planificaron tres tratamientos, que se detallan a continuación: Tratamiento 0: testigo sin fertilización de N. Tratamiento 1: Fertilización con dosis utilizada por el productor, consistente en 290 kg de urea por ha (equivalente a 134,32 kg de N). Tratamiento 2: Fertilización con el doble de la dosis empleada por el productor, que corresponde a 580 kg de urea por ha (equivalente a 268 kg de N). Las franjas de estudio abarcaron una superficie de 1200 m² (60 m de ancho por 200 m de largo), dispuestas tal como se muestra en la imagen satelital (Figura 3).

Figura 3. Ubicación del ensayo.

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Una década de mapas REM MAPEO DE MALEZAS PROBLEMA aapresid.org.ar/rem


La fecha de siembra fue el día 8 de enero del año 2023, utilizando el híbrido DK 7220, con tecnología V4PRO, y con una densidad de siembra de 3,6 sem m-¹. La fertilización se llevó a cabo en el estado V6 del cultivo, el 15 de febrero, utilizando una fertilizadora al voleo (Altina autopropulsada). El desarrollo del cultivo fue normal y no se registraron problemas de sanidad, ni en lo que respecta a enfermedades ni plagas. La temperatura media promedio se mantuvo en 20 °C, máximas promedio de 27 °C y mínimas promedio de 15 ° C. Las mediciones que se realizaron durante el ensayo incluyeron: Muestreo de suelo a la siembra para determinar la fertilidad en el rango de 0-20 cm, así como los niveles de nitratos desde los 20 cm a 60 cm (20-40 cm, 40-60 cm). Además, se evaluó la humedad gravimétrica en extractos de 50 cm (0-20, 20-50, 50-100, 100-150, 150-200 cm) hasta los 2 metros de profundidad.

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El valor de materia orgánica arrojó un valor de 2,61%. Mientras que los nitratos en el suelo a la siembra, se registraron 19,05 ppm en la capa de 0 – 20 cm de profundidad, 8,06 ppm en la capa de 20 – 40 cm, y 8,31 ppm en la capa de 40 – 60 cm, lo que equivale aproximadamente a 92 kg de N. A la siembra, el perfil contaba con alrededor de 300 mm. El riego acumulado a lo largo del cultivo fue de 245 mm en total, mientras que el aporte por lluvias fue de 354 mm. Las lluvias se concentraron entre los meses de febrero y marzo. Los riegos comenzaron en noviembre, con un promedio mensual de 50 mm, excepto en marzo, que tuvo 125 mm de riego. También se realizaron mediciones de precosecha para conocer el stand de plantas, el estado sanitario, el % de vuelco y quebrado, los cuales presentaron valores despreciables. Los rendimientos de cada tratamiento se calcularon con la balanza de la tolva, y la humedad a cosecha se situó en torno al 13,5%.


Resultados Los resultados obtenidos en la cosecha (Tabla 1), muestran que no hubo diferencias significativas en el rendimiento entre el tratamiento 1 y 2. Sin embargo, sí se observa una diferencia entre el testigo y los tratamientos con aplicación de urea. Esta brecha plantea interrogantes sobre la eficiencia de nuestra estrategia actual de fertilización mediante el aporte de N de origen ureico.

Tratamiento

Fertilización (kg ha-¹ de urea)

Rendimiento 14.5% humedad (kg ha-¹)

Densidad a cosecha (pl ha-¹)

Tratamiento 0

0

8382

59613

Tratamiento 1

290

10828

61536

Tratamiento 2

580

10894

67305

Tabla 1. Datos a la cosecha del ensayo.


Al considerar la demanda de N del cultivo, se requirieron 182 kg de N ha-¹ para alcanzar el rendimiento del tratamiento testigo. De ese total, una fracción fue abastecida por el N disponible a la siembra (50%, 92 kg ha-¹), mientras que el restante se obtuvo a través de la mineralización (90 kg ha-¹). Si se considera un valor zonal de NAN de 41 ppm, podemos estimar en forma teórica que, por cada unidad de NAN, la mineralización aporta aproximadamente 2 kg de N ha-¹. Estos resultados subrayan la importancia de evaluar la oferta de N desde todas sus aristas al tomar decisiones. El valor de NAN proporciona información sobre la capacidad del suelo para suministrar nitrógeno a las plantas durante la descomposición de la materia orgánica. Teniendo en cuenta estos valores, surgen nuevos interrogantes para seguir evaluando en la chacra. Más allá de la gran variabilidad de ambientes explorados en el área bajo estudio, en este caso en particular, se puede decir que las dosis de fertilización utilizadas por el productor cubren la demanda potencial del cultivo. No obstante, en situaciones como esta, resulta interesante evaluar otras dosis con el objetivo de mejorar la eficiencia en el uso del N, su respuesta agronómica y promover la sustentabilidad mediante el ajuste de las dosis de fertilizante aplicadas. Pero, ¿qué sucede en los lotes con una mayor historia de agricultura? ¿Cómo influye la intensificación de la rotación en el stock de N disponible en el suelo?

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Algunos puntos clave que nos deja la experiencia

Optimizar la eficiencia de la fertilización: Cuando el valor de NAN es suficiente para cubrir las necesidades del cultivo, es esencial planificar una estrategia de fertilización más eficiente. Esto no solo permite reducir costos, sino también minimizar la contaminación ambiental al evitar la aplicación excesiva de fertilizantes. Monitorear cambios en el tiempo: El valor de NAN no es estático y puede variar con el tiempo debido a múltiples factores, como las prácticas agrícolas, la materia orgánica que se incorpora al suelo y las condiciones climáticas. Por lo tanto, se recomienda realizar análisis de suelo cada 4 años para monitorear estos cambios y ajustar las prácticas de fertilización en consecuencia. Considerar otros factores: Además del NAN, es fundamental tener en cuenta otros parámetros del suelo, como el pH, la textura y la cantidad de materia orgánica, para obtener una imagen completa de la fertilidad del suelo. Estos elementos pueden influir en la disponibilidad y absorción de nutrientes por parte de las plantas.


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¿Qué es AGENDA? Un ciclo de charlas e intercambio que aborda los temas de la campaña, con la mirada puesta en los sistemas de producción y con información para la toma de decisiones que el productor necesita, cuando la necesita.

Formato descontracturado

Tecnología e innovación

Entrevistas mano a mano

Participación de especialistas para responder todas tus consultas

Intercambio

No precisa pre-inscripción

Es abierto a todo el público

Algunas temáticas que pasaron y que se vienen: Cultivos de servicio

Campos alquilados

Pasturas y verdeos para cada ambiente

Bioeconomía

Cosecha gruesa

Maíz tardío

Manejo de malezas

Asociativismo, integración ‘agro-porcina’

Manejo de colza

Agtech

Siembra y fertilización

Agregado de valor

Cultivos de invierno

Palpitando la campaña de maíz 21/22

Ganadería: Genética y sanidad

Manejo en maíz por región

Estrategias de financiamiento, gestión y proyección

Manejo en girasol por región

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MANEJO DE PLAGAS

De la sequía a la lluvia: enfermedades de soja y maíz La sequía propició el surgimiento de varias enfermedades que afectaron a los cultivos de soja y maíz. Ahora, ante un año Niño en el horizonte, se espera un aumento de las enfermedades foliares. Un repaso por las principales patologías y recomendaciones para hacerles frente.

Por: Ing. Agr. (Esp) Margarita Sillon; Ing. Agr. Mgtr. María Florencia Magliano

Centro de Sanidad Sillon & Asoc. - Consultoría en investigación y desarrollo

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La falta de precipitaciones, la alta exposición al sol y temperaturas extremas durante los cultivos de verano, favorecieron al surgimiento de enfermedades causadas por patógenos del suelo.

Durante los últimos tres años, la agricultura en gran parte del país enfrentó un panorama complicado debido a la falta de precipitaciones, la alta exposición al sol (alta heliofanía) y temperaturas extremas durante los cultivos de verano. Estas condiciones llevaron al escaso desarrollo de muchos cultivos y al surgimiento de varias enfermedades causadas por patógenos del suelo, que a menudo están relacionadas con daños en las raíces. Uno de los patógenos que se ha destacado en la generación de problemas iniciales en la soja durante todos estos años es el hongo Fusarium spp, con distintas especies. La prevalencia de este hongo fue mayor en las sojas “de primera”, con una incidencia que osciló entre el

1% y el 25% en ciertos lotes con monocultivo que también presentaban malezas. Es importante recordar que los patógenos que afectan a las semillas y al suelo representan el primer desafío a abordar. Una adecuada rotación de cultivos y un correcto tratamiento de semillas son fundamentales, ya que el stand de plantas puede verse muy comprometido si existe una alta incidencia de problemas como el “damping-off” y la posibilidad de patógenos como Phytophthora spp., Fusarium spp., Rhizoctonia spp., o Pythium spp. Durante el ciclo 2022-2023, se ha sumado un nuevo problema sanitario en los cultivos de soja y maíz: el hongo Macrophomina phaseolina, que está estrechamente relacionado con


la sequía. Este patógeno desarrolla microesclerocios, que pueden verse cortando los tallos a lo largo y presentándose como puntos negros que corresponden al micelio deshidratado y compactado del hongo. En este aspecto, se observó que los cultivos de soja sembrados en noviembre y los grupos más cortos (IV-V) fueron los más afectados (Foto 2). Sin embargo con el cambio de condiciones ambientales y la recarga de los suelos con agua, es poco probable que se extienda y cause grandes pérdidas durante la próxima campaña agrícola 2023-2024.

Las enfermedades de fin de ciclo en soja Sin perder de vista el tetraedro de la enfermedad (Figura 1), y ante los pronósticos de un Año Niño, se espera un aumento en la intensidad de las enfermedades foliares.

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Figura 1. Factores que influyen en una epidemia vegetal: tetraedro de la enfermedad.

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Las “enfermedades de fin de ciclo” (EFC) son un conjunto de patologías foliares que progresan durante los estadíos reproductivos de la planta, causando amarillamiento, pérdida de flores y/o vainas, disminución del llenado de granos, necrosis en hojas e incluso defoliación. Existe un período del cultivo en el cual las EFC aumentan su intensidad de manera exponencial, desde finales de floración (R2) hasta el llenado de granos (R5). Desde el punto de vista fisiológico, en este período, la planta requiere toda su energía para la reproducción, y cualquier intervención de un patógeno supone un “gasto extra” que no puede compensar fácilmente. Las principales EFC y sus métodos de monitoreo se resumen en la Figura 2.

Figura 2. Principales protocolos de muestreo para definir los niveles de enfermedad del cultivo de soja


La mancha marrón (Septoria glycines) es la principal enfermedad de la región, con un inicio temprano en el cultivo y un progreso significativo a partir de la plena floración. El técnico de campo debe reconocer manchas castaño-pardo en las hojas que posteriormente se tornan amarillentas y caen (Foto 1). A campo, estas manchas se encuentran ubicadas en el tercio inferior de las plantas y presentan puntuaciones negras en el centro de las áreas necróticas, que corresponden a picnidios (estructuras asexuales del hongo). El clima templado y húmedo favorece la infección y el desarrollo de esta enfermedad.

Foto 1. Septoria glycines afectando cultivos en floración. Foto: Centro Sillon & Asoc. Depto Castellanos, Santa Fe.

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El tizón foliar y la mancha púrpura de la semilla son enfermedades particularmente importantes en muchos lotes, especialmente en siembras tardías. El complejo Cercospora spp. (Cercospora kikuchii y otras especies) provoca coloraciones púrpura-rojizas en hojas y pecíolos debido a una toxina producida por el hongo (Foto 2). El progreso temporal de este patógeno se acelera después de R3, y en años con condiciones predisponentes para su desarrollo, la severidad de la enfermedad superó el 80% en R5. El inóculo proviene de semillas y rastrojos infectados, por lo que es más problemático en la sucesión soja-soja. Las altas temperaturas (superiores a 28ºC) y la humedad prolongada son factores que favorecen su propagación. Según experiencias de investigación propias,

el umbral de acción no debe superar el 20% de severidad, y las pérdidas ocasionadas por esta EFC oscilan entre el 8% y el 25%. Una de las EFC que está resurgiendo es la antracnosis (Colletotrichum truncatum), que progresa en estados reproductivos avanzados del cultivo. En ensayos experimentales propios, hemos observado diferencias significativas en la calidad del grano y los rendimientos cuando se aplican fungicidas que incluyen carboxamidas (Foto 3).

Una de las EFC que esta resurgiendo es la antracnosis (Colletotrichum truncatum), que progresa en estados reproductivos avanzados del cultivo. Foto 2. Síntoma típico de Cercospora spp. Severidad que excede el umbral de acción. Foto: Centro Sillon & Asoc, norte de Santa Fe.


Foto 3. Deterioro de soja por antracnosis. Izquierda testigo – Derecha aplicación de fungicidas con carboxamidas. Año 2021. Foto: Margarita Sillon. Ensayos I+D Sillon & Asoc

El maíz no está libre de enfermedades foliares La roya común es una enfermedad ampliamente difundida en la zona maicera y afecta al cultivo desde estados vegetativos. El patógeno es un hongo (Puccinia sorghi) que necesita de los tejidos vivos de la planta de maíz para desarrollarse y presenta múltiples ciclos durante la estación del cultivo, dependiendo de las condiciones ambientales predisponentes, como temperaturas de 16 ºC a 23 ºC y mojado foliar. Los síntomas se manifiestan en forma de pústulas alargadas u ovales, de color castaño-rojizo, en ambos lados de la hoja y en las vainas. Estas pústulas rompen y dejan ver las uredosporas a través de las cuales se disemina el hongo.

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En algunas regiones como Corrientes, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe, también pueden aparecer infecciones de roya polysora (Puccinia polysora), que progresa con temperaturas más elevadas (27 ºC - 30 °C) y ha mostrado eventos de alta virulencia. Se debe realizar un monitoreo temprano de ambas royas para estar atentos al progreso exponencial y poder actuar con fungicidas en mezclas. En los cultivos de segunda fecha de siembra es más frecuente la aparición del tizón común, que causa lesiones elípticas en las hojas, inicialmente de color verde grisáceo, que posteriormente se desarrollan y, al madurar, pueden adquirir un tono marrón (Foto 4).


Foto 4. Síntomas de tizón foliar (Exserohilum turcicum) en maíces tardíos. Ciclo 2022-2023. Centro de Santa Fe. Foto: Sillon & Asoc.

La mancha gris causada por Cercospora zea maydis, experimentó un aumento sostenido en diferentes áreas maiceras a partir de 2015, con mayor prevalencia en maíces tardíos. Su monitoreo debe ser temprano para prevenir una alta severidad (Foto 5), que puede dificultar su control efectivo.

Foto 5. Alta severidad de mancha gris en el centro de Santa Fe en maíces tardíos, ciclo 2020. Foto. Centro Sillon & Asoc.


Otra patología a tener en cuenta es la mancha blanca, causada por Phoma maydis, que en su fase teleomórfica recibe el nombre de Phaeosphaeria maydis, por eso también se la conoce como mancha por Phaeosphaeria. Esta enfermedad produce lesiones redondas en las hojas que pueden confundirse con otras lesiones similares, como las causadas por bacteriosis o la deriva de productos fitosanitarios.

Durante el ciclo 2017, se presentó con carácter epidémico en la región central de Santa Fe, con una alta tasa de incremento en el mes de abril. Los estudios realizados en la región destacaron la importancia del umbral de acción, que debe ser muy bajo para lograr un control efectivo. Los fungicidas aplicados con 1,5% a 3% de severidad, lograron eficacias del 60% (Foto 6), pero cuando la severidad inicial fue del 5% al 10%, las eficacias se redujeron a menos del 35%.

Foto 6. Ensayos de manejo de Sillon & Asoc ante tizón y mancha blanca. Izquierda testigos – Derecha fungicidas con carboxamidas. Ciclo 2018

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¿Qué sugerencias conviene recordar en maíz? La elección del híbrido es la herramienta “más económica”. El mercado de maíz ofrece una excelente oferta de materiales que presentan buen comportamiento frente a diversos problemas sanitarios. La aparición y progreso de la roya ocurre tempranamente en el cultivo, y en híbridos susceptibles, se recomienda la aplicación de fungicida entre V6 y R1. La rotación es una herramienta que tiene un impacto directo en la reducción del inóculo primario de enfermedades causadas por patógenos que sobreviven en el rastrojo. Los tizones y manchas foliares son causados por patógenos que sobreviven en el rastrojo y tienen períodos de latencia largos, con lo cual pueden estar presentes en el cultivo mucho antes de que “el ojo del técnico” los determine. El control de manchas foliares mediante fungicidas aplicados durante la floración, muestra respuestas positivas en los rendimientos. Sin embargo, el control de tizón no es bueno si se posterga la aplicación del fungicida o se realiza cuando la severidad supera el 20%. Desde 2007 a la fecha se observó un aumento sostenido de las podredumbres de tallo, afectando principalmente a los maíces de segunda fecha de siembra. Un segundo beneficio de la aplicación de fungicidas radica en disminuir la predisposición a estas podredumbres de tallo y mejorar la calidad del grano al disminuir el porcentaje de espigas afectadas por hongos. La implementación de buenas prácticas culturales, como la elección de la fecha óptima de siembra, la cosecha oportuna y una fertilización equilibrada, contribuye a reducir el impacto de las enfermedades. El monitoreo desde V6 junto con el seguimiento de las condiciones predisponentes, serán claves para decidir el posible uso de fungicidas como medida de protección del cultivo. Es importante respetar los momentos oportunos de cosecha para reducir las posibilidades de deterioro de las espigas por colonización de patógenos.


MANEJO DE PLAGAS

Plagas en los tiempos de ‘El Niño’ La campaña 23/24, bajo pronóstico de ‘Niño’, verá respuestas divergentes de plagas en soja y maíz, influidas por lluvias y humedad. Una a una, las plagas que podrían destacarse este año y la importancia del monitoreo para un manejo efectivo.

Por: Ing. Agr. Daniel Igarzábal Asesor privado. Director Halcón Monitoreos Sinsacate – Córdoba.

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Cuando ha habido años con lluvias antes de la siembra y un buen nivel de agua en el suelo, las plagas en las primeras etapas de crecimiento de la soja y el maíz no representaron un problema importante. Sin embargo, la situación no es igual en toda la zona sojera del país. Todavía existen zonas con perfiles muy secos. Por lo tanto, la probabilidad de que se presenten plagas varía según la región. No sólo es relevante el agua previa a la siembra, sino también la humedad en el perfil durante el desarrollo de las raíces. Esto influye en el nivel de estrés hídrico de las plantas y es correlativo al daño que las plagas puedan ocasionar.


Por ejemplo, la oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) no acusará daños de importancia cuando las plantas crecen rápidamente y pasan estados fenológicos vegetativos en poco tiempo, con 3 a 5 por metro lineal. En cambio, si las plantas crecen lentamente, los estados fenológicos demoran en sucederse y el desarrollo en general es pobre. En este caso, menos de 1 por metro lineal será fatal para la futura expresión del rendimiento. En el caso de las plagas de suelo, como el bicho bolita en soja o las orugas cortadoras en maíz, la situación de suelos secos al inicio del cultivo

es problemático. La aplicación de insecticidas en suelos secos es irrelevante (algunos incluso la consideran errática) contra el bicho bolita, ya que el insecto no absorbe los insecticidas por el tegumento. Debe haber un medio líquido o al menos humedad en el ambiente para que el producto actúe, especialmente en el caso de los piretroides. Sin embargo, si hubo lluvias previas y hay humedad, existe una mayor posibilidad de reducir las poblaciones de bicho bolita con insecticidas especialmente formulados, como los microencapsulados o las emulsiones en aceite. Aunque, en general, los cebos siguen siendo la mejor estrategia de manejo.


La misma apreciación en cuanto al tipo de insecticidas es válida también para el combate de orugas cortadoras. Con suelos secos no funcionan. Sin embargo, parece que este año no mucho motivo de preocupación por las cortadoras, ya que las capturas de las polillas (madres de las orugas) en las trampas de luz durante el otoño han sido las más bajas de los últimos 10 años, y en los monitoreos de campo en la zona núcleo sur es muy difícil encontrar alguna actualmente.

Arañuela en soja

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Las plagas que se prevé tengan poca relevancia en años lluviosos, como el que se pronostica, son los trips y las arañuelas. Estos son organismos cuyas poblaciones se desarrollan con plantas estresadas. Las plantas bien hidratadas actúan como una barrera protectora que evita grandes poblaciones como las que se observaron en los últimos tres años.


Desde hace bastante tiempo, las chinches no representan un problema generalizado en el cultivo de soja. Las condiciones de sequía no favorecen a estos insectos. En veranos con buenas precipitaciones, se observó una mayor incidencia de chinches en las etapas finales de la soja. Aunque las poblaciones pueden tardar más de un año en recuperarse, es posible que en algunas zonas se vuelvan más notorias en comparación con otras campañas.

Este año, es posible que las plagas que más se destaquen sean las orugas defoliadoras en soja, especialmente la medidora.

Veranos con buenas precipitaciones han mostrado mayor incidencia de chinches en las etapas finales de la soja.


Este año, es posible que las plagas que más se destaquen sean las orugas defoliadoras en soja, especialmente la medidora (Rachiplusia nu). En campañas pasadas, cuando hubo buenas lluvias, se produjeron infestaciones importantes. Sin embargo, ahora se suma otro factor clave que es la disponibilidad de alimento. Para que una población de insectos se desarrolle en forma importante, hacen falta al menos dos factores claves: las condiciones ambientales adecuadas y la disponibilidad de alimento. Las

Oruga medidora (Rachiplusia nu).

El Niño no solo está asociado con un aumento en las lluvias, sino también con altas temperaturas sostenidas. Si las temperaturas nocturnas se mantienen altas en el final de la primavera y principios del verano, esto podría favorecer significativamente los vuelos de las polillas. En estas condiciones de altas temperaturas y buena humedad ambiente, la cogollera en maíz podría estar a sus anchas.

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condiciones de altas temperaturas y precipitaciones, las favorecen. Pero la disponibilidad de alimento puede ser el elemento más influyente. La medidora ya demostró su capacidad para alimentarse de soja Intacta, que se sembró en grandes superficies del país. Por lo tanto, con una mayor disponibilidad de alimento en una extensión territorial más amplia, es posible que las poblaciones de mediadoras se desarrollen de manera más abundante.


Isoca Cogollera en maíz.

El muestreo semanal de lotes brindará la información precisa para tomar decisiones de control o evitar tratamientos preventivos innecesarios.

Los pronósticos a mediano y largo plazo nunca fueron seguros, ya sea en términos climáticos o para predecir la ocurrencia de plagas. Lo que se puede pronosticar con toda seguridad es que cada año es distinto, y este no será una excepción. Este dato resulta de suma relevancia para el manejo de plagas. Porque por más buenas que sean las predicciones, nunca son generalizadas y no van a ocurrir en todos los lotes. El manejo de plagas impone una técnica infalible para proteger el rendimiento potencial de los cultivos, y esa técnica es el monitoreo. El muestreo semanal de lotes brindará la información precisa para tomar decisiones de control o evitar tratamientos preventivos innecesarios. Esto es fundamental en la agricultura argentina, que evoluciona hacia un enfoque que busca minimizar el impacto social, ambiental y productivo.


CIENCIA Y Y AGRO MAQUINARIAS AGTECH

Un clic para comparar rendimientos y calidad en trigo, cebada y maíz Cultivaresargentinos.com es el primer sitio web interactivo de Argentina que permite comparar el rendimiento de cultivares de trigo, cebada y maíz en una misma localidad. Además, ofrece datos sobre calidad, mapas de heladas y herramientas económicas.

Autores: Abbate P.E.¹, Abbate L.I.², Abbate N.F.³, Bodega J.L.⁴, Bronzovich N.⁵, Conti V.A.⁶, González H.⁷, Moreyra F.⁶, Ballesteros A.H.M.⁸, Chávez Sanabria P.R.⁹, Del Horno M.B.¹⁰, Edwards Molina J.¹, Giménez F.⁶, Kohli M.M.¹¹, Martínez R.D.⁴, Martino D.L.¹², Mir L.¹³, Olivo S.¹⁴, Rossi V.G.¹⁵, Scaramuzza, F.M.¹⁴, Therisod G.M. ¹⁶, Villarroel D.¹⁴ ¹INTA Balcarce; ²Estudiante FCEN, UBA; ³Posgrado FCE, UNLP; ⁴FCA, UNMDP; ⁵AAPRESID Internacional; ⁶INTA Bordenave; ⁷AAPRESID Regional Juan Manuel Fangio; ⁸INASE; ⁹IPTA Capitán Miranda, Paraguay; ¹⁰Estudiante, UMSA; ¹¹CAPECO; ¹² Buck Semillas; ¹³INTA Marcos Juárez; ¹⁴INTA Manfredi; ¹⁵Asesora privada; ¹⁶CREA.

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En julio de 2018 lanzamos nuestra primera página web titulada “Informe online del rendimiento de los cultivares de trigo pan evaluados en la RET-INASE de Argentina”. Esta página tenía como objetivo comparar el rendimiento de los cultivares de trigo evaluados en la Red de Ensayos Comparativos de Variedades de Trigo de Argentina (RET-INASE), coordinada por el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Nuestra página interactiva representó un avance significativo en la accesibilidad de los informes de la RET-INASE y logró una mayor difusión.



Posteriormente, creamos una segunda página destinada a comparar el rendimiento de los cultivares de cebada cervecera utilizando los resultados de la Red Argentina de Cebada Cervecera. Estas páginas iniciales fueron el punto de partida para la creación del sitio web Cultivaresargentinos.com, un proyecto sin fines de lucro ni publicidad, que ofrece acceso libre, sin necesidad de registro y de forma gratuita a más de 17 páginas (Tabla 1). Cultivaresargentinos.com (Figura 1) es el primer sitio web interactivo de Argentina que permite a los usuarios comparar online el rendimiento de diferentes cultivares de trigo, cebada y maíz a lo largo de varios años en una misma localidad. Además, el sitio incluye páginas para comparar la calidad comercial e industrial del trigo, consultar los Grupo de Calidad e identificar cultivares de trigo. También cuenta con un mapa de probabilidad de daños por heladas y otro de difusión de cultivares de trigo. Asimismo, ofrece páginas para realizar evaluaciones económicas de diversos tratamientos sanitarios, calcular bonificaciones o descuentos en el precio del trigo y evaluar sembradoras de maíz (Tabla 1).

Las páginas de Cultivaresargentinos.com se pueden agrupar en cuatro categorías, siguiendo la numeración de la Tabla 1: (A) las páginas 1 a 10 comparan cultivares utilizando resultados de ensayos conducidos anualmente; (B) las páginas 11 y 12 realizan comparaciones de cultivares basadas en información estable; (C) las páginas 13 y 14 brindan información a través de mapas; y (D) las páginas 15 a 17 permiten a los usuarios realizar cálculos personalizados. Las páginas 1 a 10 (Tabla 1) se dividen en dos secciones: (1) la sección de selección de datos (Figura 2) y (2) la sección de presentación de resultados (Figura 3). Los controles disponibles para la selección de datos incluyen los siguientes: Ubicación de los ensayos: A través de una lista desplegable, se puede seleccionar una de las ubicaciones donde se realizaron los ensayos. Al elegir una ubicación, se actualizará la tabla de “detalles de los datos seleccionados”, que contiene información sobre el responsable de los ensayos, la lista de campañas promediadas y el rendimiento promedio correspondiente a los datos seleccionados.

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Cantidad de campañas: Mediante otra lista desplegable, es posible seleccionar la cantidad de campañas a promediar, que varía de 1 a 4. Solo se incluyen en la comparación los cultivares que estuvieron presentes en todas las campañas seleccionadas, lo que significa que, cuantas más campañas se elijan, menos cultivares se incluirán en la comparación y los ausentes serán los más nuevos. Sin embargo, promediar más años proporciona un promedio más confiable. Nivel de manejo y época de siembra: En la mayoría de los sitios de evaluación de cultivares, los cultivares se comparan bajo diferentes niveles de manejo (riego, fungicida, etc.). A través de una lista desplegable, se puede seleccionar uno de estos niveles de manejo. En algunas páginas (p.ej. maíz, cebada), la época de siembra está listada junto con otros factores de manejo, pero en otras (p.ej. trigo), la época de siembra se elige mediante un control separado. Es importante tener en cuenta que no todos los niveles de manejo están disponibles en todos los sitios ni en todos los años. Variable a evaluar: En algunas páginas, como la de trigo del CREA Sudeste Subzona Sur, hay una lista desplegable para seleccionar la variable a evaluar. ¿Por qué no está este control en todas las páginas? Esto se debe a que la información no siempre está disponible o se actualiza en momentos diferentes en comparación con otras variables. Por ejemplo, el rendimiento del trigo suele estar disponible antes que su calidad, y la calidad no está disponible en todas las localidades ni en todos los años.


Grupo de calidad: En algunas páginas de trigo, se incluye un control desplegable que permite seleccionar distintas combinaciones de Grupos de Calidad. Los resultados se presentan mediante una figura y una tabla (Figura 3). Figura de resultados: Si se seleccionaron datos para una única campaña, se mostrará una figura de barras con los cultivares en el eje vertical y, en el eje horizontal, el rendimiento (o la variable elegida) expresado como diferencia (DIF) respecto al promedio de todos los cultivares evaluados. En caso de seleccionar datos de más de una campaña, la figura mostrará la DIF en el eje vertical y, en el eje horizontal, la estabilidad del rendimiento (o de la variable elegida) expresada como coeficiente de variación entre años (CV). Tabla de resultados: Las columnas de la tabla mostrarán (1) el nombre del cultivar; (2) su grupo de calidad, si se trata de trigo; (3) la DIF y (4) el CV, si se eligió más de una campaña. La tabla permite ordenar los datos según cualquiera de sus columnas al presionar el encabezado de la misma. Las páginas 11 y 12 (según la numeración de la Tabla 1) se centran en la comparación de cultivares de trigo utilizando información estable. La página 11 permite acceder al Grupo de Calidad (GC) de los cultivares de trigo comercializados actualmente. El GC es una categorización realizada por el Comité de Cereales de Invierno de la Comisión Nacional de Semillas (CONASE). Por otro lado, la página 12 facilita la identificación de los cultivares de trigo inscriptos en

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Estas páginas brindan la posibilidad de planificar la siembra al comparar el rendimiento de cultivares de trigo, cebada y maíz


el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas a través de sus características morfológicas conocidas como "descriptores". Las páginas 13 y 14 (Tabla 1) proporcionan información a través de mapas de uso intuitivo. Solo es necesario ubicar el punto de interés en el mapa y al hacer clic en el punto, se desplegará una tabla con la información disponible. La página 13 permite conocer la probabilidad de daños causados por heladas tardías en trigo y la probabilidad de ocurrencia de heladas. Por su parte, la página 14 permite consultar el porcentaje de la superficie sembrada por cada cultivar de trigo, es decir, su “difusión” en las últimas campañas entre los productores de Aapresid en el sur de Buenos Aires. Las páginas 15 a 17 ofrecen herramientas para que los usuarios realicen cálculos personalizados. La página 15 es una calculadora para evaluar económicamente un plan de protección sanitario que incluya hasta cuatro aplicaciones de productos. Existe una versión similar de esta página destinada a países africanos, disponible en inglés, francés, portugués y árabe. La página 16 permite calcular el efecto del peso hectolítrico y la concentración de proteína en la bonificación o descuento del precio del trigo pan. Por último, la página 17 está destinada para evaluar la calidad de siembra de sembradoras de granos individuales, como las utilizadas para maíz. Para realizar la evaluación, se debe medir

la distancia entre semillas o plantas a lo largo de diferentes surcos o repeticiones. Además, se deben ingresar la densidad deseada (teórica) y la distancia entre surcos. Los resultados se presentan en una tabla y dos figuras. La cantidad de consultas al sitio ha aumentado de manera constante año tras año, pasando de unas 4000 en 2018 a más de 15000 en el último año. La Figura 4 muestra el número de visitas (consultas) a cada página del sitio. Desde su creación, la página 1 (Tabla 1) se ha mantenido como la más consultada, seguida por la página 17 (Tabla 1) que es la más recientemente desarrollada, y la página de protección de cultivos (página 15), probablemente favorecida por ser la única disponible en cuatro idiomas. En resumen, estas páginas brindan la posibilidad de planificar la siembra al comparar el rendimiento de cultivares de trigo, cebada y maíz. También permiten considerar aspectos adicionales como la difusión, calidad comercial e industrial, Grupo de Calidad y respuesta al fungicida de cultivares de trigo. Además, facilitan la elección de una fecha de siembra adecuada teniendo en cuenta la probabilidad de daño por heladas. Estas páginas son útiles para realizar un seguimiento sanitario y evaluar económicamente su control en una amplia gama de cultivos. También es posible considerar los efectos del manejo en la bonificación y descuento del precio del trigo, así como estimar la modificación del precio del grano ya cosechado.


Tabla 1. Páginas web sobre trigo, cebada y maíz, disponibles en Cultivaresargentinos.com. Las páginas 1 a 10 comparan cultivares utilizando resultados de ensayos conducidos anualmente, las páginas 11 y 12 realizan comparaciones de cultivares basadas en información estable, las páginas 13 y 14 brindan información a través de mapas y las páginas 15 a 17 permiten que los usuarios realicen cálculos personalizados.

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Informe online del rendimiento de los cultivares de trigo pan evaluados en la RET-INASE de Argentina. https://cultivaresargentinos.com/trigo/

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Informe online de la respuesta a fungicida de los cultivares de trigo pan evaluados en la RET-INASE de Argentina.https://cultivaresargentinos.com/trigo/ fungicida/

3

Informe online de la calidad comercial de los cultivares de trigo pan evaluados en la RET-INASE de Argentina. https://cultivaresargentinos.com/trigo/calidad/comercial/

4

Informe online de la calidad industrial de los cultivares de trigo pan evaluados en la RET-INASE de Argentina. https://cultivaresargentinos.com/trigo/calidad/ industrial/

5

Informe online de los ensayos de cultivares de trigo pan del CREA Sudeste Subzona Sur. https://cultivaresargentinos.com/trigo/crearegionsudeste/

6

Informe online del rendimiento de las variedades comerciales de trigo pan de Paraguay. https://cultivaresargentinos.com/trigo/paraguay/

7

Informe online de la Red Argentina de Cebada Cervecera. https://cultivaresargentinos.com/cebada/cervecera/

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Informe online de cultivares de Cebada de Grano Forrajero (cebadas forrajeras) utilizados en Argentina. https://cultivaresargentinos.com/cebada/forrajera/

9

Informe online de cultivares de Cebada Pastoril utilizados en Argentina. https://cultivaresargentinos.com/cebada/pastoril/

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Informe online de los ensayos comparativos de rendimiento de maíz del sur de la provincia de Buenos Aires. https://cultivaresargentinos.com/maiz/

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Consulta online de los Grupos de Calidad de cultivares de trigo pan comercializados en Argentina. https://cultivaresargentinos.com/trigo/grupos/

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Identificación de cultivares de trigo argentinos por medio de sus descriptores. https://cultivaresargentinos.com/trigo/descriptores/

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Mapa de probabilidad de daño por heladas tardías en trigo de Argentina, Paraguay, Uruguay y sur de Brasil. https://cultivaresargentinos.com/trigo/heladas/

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Mapa online de difusión de cultivares de trigo en la regional AAPRESID Juan Manuel Fangio. https://cultivaresargentinos.com/trigo/difusion/

15

Calculadora económica online para la protección sanitaria de cultivos de granos. https://cultivaresargentinos.com/proteccion/

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Cálculo de la bonificación de trigo según la Norma XX. https://cultivaresargentinos.com/trigo/bonificacion/

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Evaluación de la calidad de siembra de sembradoras de granos individuales (sembradoras como las de maíz). https://cultivaresargentinos.com/maiz/sembradora/

Escaneá el QR para visitar la web

Figura 1. Portada de cultivaresargentinos.com.


Figura 2. Captura de pantalla de la sección de selección de datos de la página cultivaresargentinos.com/trigo/.

Figura 3. Captura de pantalla de la sección de resultados de datos de la página cultivaresargentinos.com/trigo/.

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Figura 4. Visitas (consultas) a las páginas de Cultivaresargetinos.com en el último año.


MAQUINARIAS Y AGTECH

Tecnología AgTech: clave para épocas de cosecha El especialista Daniel Arana y dos técnicos de FieldView aportan conceptos fundamentales de AgTech y consejos muy útiles para configurar la cosechadora.

La agricultura de precisión y la agricultura digital nos brindan un gran caudal de información, lo que conduce a mejorar la rentabilidad y sustentabilidad del sistema productivo. El sistema Agtech “permite automatizar la toma de datos, su procesamiento e interpretación, simplificada por el uso de las plataformas”, resume el experto Daniel Arana.

Por: Equipo FieldView

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Arana es director de DEA, un estudio especializado en estas cuestiones. Con ese conocimiento, explica que el sistema Agtech “lleva a generar conocimiento y solucionar los problemas, condición fundamental para su adopción”.


En esta época del año, al hablar de tecnología digital aplicada a la agricultura, es importante referirse a la cosecha. En ese sentido, Arana recuerda que el monitor de rendimiento mide y graba el rinde y la humedad del grano a medida que se cosecha, gracias a los distintos sensores que van instalados en diferentes partes de la máquina. Si conocemos el volumen de grano que genera una determinada superficie, podremos obtener los kilogramos por hectárea, y si tenemos la posibilidad de georreferenciarlos en función de su latitud y longitud, podremos elaborar un mapa de rendimiento.


Este vínculo entre campo y tecnología es parte fundamental de la transformación digital en el agro. El experto repasa que la información que nos ofrece el monitor de rendimiento involucra muchos datos: Los kilogramos que salen del lote. La humedad de cosecha. La superficie de cada lote. Las hectáreas trabajadas por día. Los rendimientos por lote y/o campo. La variabilidad de rendimientos entre lotes y dentro de un mismo lote.

“El sistema Agtech permite automatizar la toma de datos, su procesamiento e interpretación simplificada por el uso de las plataformas”. Daniel Arana

Y la posibilidad de interpretar la calidad de trilla. Es mucha la información que aportan las tecnologías de las plataformas AgTech en Argentina y en el mundo. Y, dentro de ella, los monitores de rendimiento son fundamentales, como dice Arana.

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Salvo casos excepcionales, permiten comprobar que tenemos una importante variabilidad dentro de cada lote, incluso con rendimientos muy distanciados uno de otro. Hablamos de al menos 800 datos por hectárea. ¿Tiene sentido entonces manejar un lote de este tipo de manera homogénea?


Una “tomografía” del campo

El experto afirma que, mediante el formato de polígono, se pueden delimitar sectores de alto, medio y bajo rendimiento. “Es una tomografía de la productividad del lote, y con él se puede decidir qué paquete tecnológico vamos a utilizar en cada uno de los sectores diferenciados”, subraya. Básicamente existen dos tipos de sensado de rendimiento: el volumétrico y el sensado mediante placa de impacto (el más utilizado entre nosotros). Correctamente calibrados, cualquiera de los dos sistemas funciona bien. Está claro que es fundamental la calibración de los monitores de rendimiento, de lo contrario los mapas que ellos generen no nos van a servir. Pero, ¿qué más debe involucrar en esta época clave de cosecha? En precosecha y para cada tipo de grano, hay que calibrar tanto las vibraciones como la posición y el ancho del cabezal de la cosechadora, además de la temperatura.

Luego, en cosecha, corresponde ajustar humedad y temperatura del grano. Finalmente, sabremos si un mapa de rendimiento está bien calibrado a través de un diagrama de caja o un histograma de frecuencias, que debe tener una distribución en forma de campana. Este tipo de mapas también pueden mostrarnos la variabilidad en el flujo del cultivo (tn/h), lo cual permite evaluar el nivel de eficiencia de la cosechadora. El operador puede ir regulando la velocidad de trabajo en función de los datos del monitor. Es decir, en la zona donde tenemos mayores rendimientos ir un poco más despacio y viceversa, de modo de mantener un flujo de cosecha constante, ya que si superamos la capacidad de trilla, el grano va a salir por la cola, al igual que si avanzamos a un ritmo muy por debajo de ese parámetro.


Qué es la tecnología AgTech La agricultura digital implica mucha tecnología, numerosos recursos, abundante información y necesitamos tener en claro para qué sirve. Por caso, a partir de un mapa de rendimiento podemos generar un mapa de extracción de fósforo y, a su vez, llevarlo a un mapa de extracción de fosfato diamónico. La idea es transferir recursos del sector que no va a aprovecharlos (áreas de menor productividad) hacia la zona donde hay un mayor requerimiento de nutrientes (áreas más productivas) dentro del lote.

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Otra opción interesante pasa por los ensayos automatizados. El monitor de rendimiento termina de cerrar el círculo de esta metodología y podremos saber cuál fue el rendimiento en función de la dosis utilizada. Obtendremos una curva de respuesta o la dosis óptima económica para cada uno de los ambientes. Arana indica que, si al mapa de rendimiento le agregamos una columna de costo directo y otra de ingreso neto, ya descontados los gastos de comercialización y flete, podemos obtener un mapa de margen bruto, analizar zonas puntua-

les y comprobar de pronto que hay áreas del lote que reditúan para un determinado cultivo y no para otro. “No hay dudas acerca de los beneficios de pasar de una conducción uniforme del lote a otra por ambientes gracias a la tecnología digital aplicada a la agricultura. E incluso pasar a un esquema sitio específico en el que, a medida que sembramos, vamos variando densidad y/o dosis. Todo esto contribuye a pensar y establecer sistemas de manejo”, concluye Arana.

FieldView y los resultados al instante Hablar del ecosistema AgTech en Argentina implica, sin dudas, hablar de herramientas como FieldView, que están generando una verdadera transformación digital en el agro. Matías Galetto integra el equipo técnico de FieldView. Entre las posibilidades que ofrece la plataforma, dice que hay una que es básica, pero que para muchos ya es un gran paso: “Constituye una alternativa más simple y segura que usar un pendrive, una tarjeta de memoria y hacer una carga manual de los datos obtenidos a campo”.

“FieldView es una alternativa más simple y segura que usar un pendrive, una tarjeta de memoria y hacer una carga manual de los datos obtenidos a campo”. Matías Galetto

El experto comenta que FieldView utiliza un sistema diferente, exclusivo de la marca, que toma los datos en el momento en que se está realizando la labor. Es un cambio de paradigma en el vínculo entre campo y tecnología.


Esto se logra gracias a un dispositivo que se conecta a las máquinas (llamado Drive), que captura los datos de interés y los envía vía bluetooth al iPad. Este último se coloca en la cabina de la máquina junto al Drive y procede a almacenar la información. A su vez, el iPad permite sumar un chip de teléfono, de modo de enviar constantemente datos a la nube. Galetto explica que, a través de FieldView, muchas máquinas están conectadas a la plataforma y todas generan información en tiempo real mientras se va haciendo la labor, lo cual permite hacer un análisis rápido y tomar mejores decisiones para el manejo agrícola.

Tecnología para el seguimiento en tiempo real Así, se tiene un mayor control para corregir los problemas a tiempo y realizar un seguimiento remoto en tiempo real del trabajo del equipo, además de la integración automática de la información, desde distintos equipos, a la plataforma. El Drive de FieldView se conecta al puerto CAN de las máquinas y toma la información necesaria para crear un mapa de la labor (siembra, cosecha, pulverización, fertilización) directamente en la plataforma. Javier Giménez también es asesor técnico en FieldView, y aporta buenos datos sobre la importancia del registro y configuración de la cosechadora en la plataforma, para sacarle todo el provecho a la tecnología Agtech.

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“Hay que configurar bien la cosechadora, para que los datos sean precisos y brinden la información correcta para tomar las mejores decisiones”. Javier Giménez Para un uso eficiente de la tecnología, Giménez recomienda que el usuario haga un chequeo de tres medidas ligadas a la ubicación del GPS. De ellas, la más importante es la distancia izquierda o derecha del centro vertical de la cosechadora hasta la ubicación de la unidad GPS. Eso es clave para las determinaciones. Hay que compatibilizarla con lo que indica el monitor, explica, para que “los datos obtenidos sean precisos y brinden la información correcta para tomar las mejores decisiones, apoyados en la tecnología digital”.


El experto recuerda que luego hay que registrar el cabezal que se va a usar, ya sea para cultivos en hilera (cantidad y espacio entre hileras, medida de eje hasta la cuchilla, altura máxima de cosecha, posicionamiento del cabezal) o de plataforma (secciones de andana, altura máxima de cosecha, medida de eje hasta las cuchillas, ancho del cabezal, posicionamiento del cabezal). Giménez precisa que la altura máxima de cosecha es fundamental, ya que permite que FieldView no tome información cuando no debe hacerlo.

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Para iniciar la cosecha se requiere, obviamente, activar el lote a trabajar. Y para eso hay tres configuraciones posibles en FieldView, indicó. Una vez realizado ese paso, la plataforma nos consultará acerca de qué lote vamos a cosechar, aunque, en el caso de contar con el mapa de siembra, no será necesario detallar. Configurada la cosechadora, junto con el cabezal, y activado el lote a trabajar, estaremos en condiciones de empezar a tomar datos. Es parte fundamental de la aplicación de AgTech en el campo, para lograr que la tecnología digital aplicada a la agricultura aporte cada vez más beneficios en productividad y en sustentabilidad. ©


MAQUINARIAS Y AGTECH

Cosecha de fina: recomendaciones para maximizar calidad y eficiencia Es innegable que una cosecha sin daños en los granos y con una mayor eficiencia se traduce en un aumento de la rentabilidad en los cultivos de cebada y trigo. Pocas veces se logra el equilibrio entre estas dos variables, pero trabajar sobre ellas justifica un mayor esfuerzo de inversión, capacitación y asesoramiento.

Autores: Santiago Tourn, Pedro Platz, Emiliano Ladreche, Heber Raggio, Camila Martinez, Florentina Razetto, Enzo Moriones y Santiago Bazterrica. MecaTech Agroconsultora

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Momento de cosecha: calidad y eficiencia El momento de cosecha va a determinar la susceptibilidad de los granos a ser dañados por el sistema de trilla de la cosechadora así como los niveles de pérdidas naturales y la eficiencia de funcionamiento de los sistemas de la cosechadora, o sea, la eficiencia de cosecha.

Eficiencia antes de entrar al lote Si bien el momento de cosecha se define por varios factores, una vez que se dispone a ingresar al lote, no hay que olvidar que las cosechadoras son importantes fuentes de diseminación de malezas, ya sea porque están dentro de la máquina (provenientes de otros lotes) y/o se trata de semillas de malezas ya presentes en el lote. Signos de diseminación de semillas por cosechadoras pueden ser: Aparición de malezas resistentes de una campaña a otra Aparición de manchones en forma lineal por donde transitó la cosechadora Manchones de malezas por donde se ingresó a cosechar. Trabajos realizados en el sudeste de Buenos Aires (Tourn et al., 2019; Exilart 2023) evaluaron la acumulación de semillas de malezas en 23


máquinas cosechadoras, durante la campaña de fina 2017/18. El objetivo era estimar su potencial de diseminación. Las máquinas cosechadoras fueron monitoreadas antes de que ingresen a los lotes a cosechar y provenían de diferentes provincias. Se recolectaron y analizaron muestras de varios sectores de las máquinas. En la Tabla 1 se presenta un resumen de la presencia de malezas.

N° casos

Máquinas

Embocador

Retorno

Noria GL

Tolva

23

12

23

22

22

Presencia (%)

Total Malezas

100

42

70

73

55

Lolium sp.

83

42

65

55

23

Amaranthus sp.

17

0

4

14

5

Avena fatua L.

74

25

39

50

27

Brassica campestris L.

26

0

17

23

9

Raphanus sativus L.

4

0

4

0

0

Sonchus oleraceus L.

4

0

4

0

0

Lamium amplexicaule L.

4

0

4

0

0

Silene gallica L.

13

0

4

9

0

Rumex crispus L.

17

0

13

0

5

Echium plantagineum L.

9

0

0

9

0

Centaurea sp.

4

0

0

5

5

Spergula sp.

4

0

0

0

5

Senecio madagascariensis Por

4

0

0

0

5

Hypochaeris radicata L.

4

0

0

0

5

Cyclospermum leptophyllum Pers.

4

0

0

0

5

Tabla 1. Presencia de semillas de malezas en diferentes sitios de las máquinas cosechadoras. Noria GL: noria de grano limpio. Adaptado de Tourn et al. (2019), Exilart, 2023.

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Como punto clave a resaltar, es que en el 100% de las máquinas hubo presencia de malezas y de diversas especies. Estos resultados indican que es crucial limpiar las máquinas cosechadoras antes de ingresar a los lotes.

¿Cómo se debe limpiar la máquina que ingresa a un lote? La limpieza de las máquinas se debe realizar al finalizar la cosecha de un lote o al llegar la máquina al lote, y en sectores donde no puedan desarrollarse las malezas y se puedan recolectar y quemar los residuos. En la Figura 1 se resume un método simple y rápido de limpieza para evitar la diseminación de malezas.

Figura 1. Metodología de limpieza de cosechadoras.


Molinos destructores de malezas Los molinos destructores de malezas que están ingresando en Argentina para disminuir la viabilidad de semillas que salen por la cola de la cosechadora son una herramienta valiosa y de promisoria adopción. Eficiencia de control: estos molinos captan entre el 50 y 90% de las semillas presentes en los lotes pero destruyen entre el 95 y 98% de las semillas captadas. Potencia requerida y uso de combustible: Con carga, pueden demandar 100 CV y 30% + de consumo combustible – Cosechadoras Clase VII o +. Desgaste y objetos peligrosos: Desgaste variable según cultivo y cantidad de tierra que ingresa, muy sensible a piedras y elementos metálicos. Ajuste de cosechadora: Es necesario un ajuste muy preciso de la trilla y el sistema de limpieza para que las zarandas liberen la granza de forma homogénea. Momento de cosecha: La eficiencia depende del momento de cosecha, antes de que semillen gran parte de las malezas. Costos: La inversión inicial es entre 50.000 y 120.000 USD.

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¿Cuál es el momento oportuno de cosecha? El momento oportuno de cosecha está definido por una serie de factores económicos y técnicos:

Capacidad de acopio en la zona Disponibilidad de almacenaje en el campo

Disponibilidad de equipos de cosecha Humedad máxima tolerada para el almacenamiento seguro en el campo

Presencia de malezas de fin de ciclo Riesgos climáticos

¿Cosechar o esperar? Es muy común considerar la cosecha anticipada (14.5% a 15% de humedad) como una mala decisión, sobre todo por la necesidad del secado y manipuleo del grano. A continuación, se presenta un caso con fines comparativos:

En la Tabla 2 se detallan los costos (octubre 2023) simulando dos situaciones: una cosecha anticipada con 14.5% de humedad promedio y una cosecha con la humedad común en la región (12%).

“Trigo destino a acopio en un lote de 100 ha a 30 km de Balcarce, con un rendimiento estimado (a 13.5% de humedad) de 6500 kg ha-1”. *Secado 3 U$S/t; Manipuleo 0,1% total; Precio Trigo 250 U$S/t; Flete 6.7 U$S/t; Ingreso planta 6 U$S/t; Dólar $365.0 VARIABLE *

TRIGO CON 14.5% HUMEDAD

TRIGO CON 12% HUMEDAD

TOTAL ENVIADO (T)

657

639

SECADO ($)

1971

MANIPULEO ($)

164 4500

PÉRDIDA DE PESO ($) FLETE ($)

4401

4281

INGRESO PLANTA ($)

3942

3834

COSTO TOTAL ($)

10.478

12.624

COSTO POR TONELADA (U$S)

15.9

19.7

Tabla 2. Costos de cosechar trigo húmedo o seco.


Las diferencias de costos son a favor de cosechar con humedad cercana a 14,5%. Pero aquí entran en juego otras variables que generalmente pierden consideración respecto a los costos, tales como el riesgo de eventos climáticos adversos (vientos, lluvias, granizo), la eficiencia de la cosechadora y la calidad del grano entregado. En cuanto a las ventajas que tiene adelantar la cosecha, podemos mencionar: Disminuir las pérdidas de precosecha. Asegurar la calidad del cereal entregado. Disminuir riesgos de tormentas y/o granizo.

Un evento climático adverso puede generar que las pérdidas de precosecha sean muy altas (en la campaña 2017/18, se registraron pérdidas de hasta 1500 kg/ha por granizo). Asimismo, la espera genera riesgos, tales como la posibilidad de que alguna precipitación se lleve consigo los compuestos solubles del grano, disminuyendo el peso hectolítrico. Por otra parte, la máxima eficiencia del sistema de trilla (menor daño del grano) y la separación de la máquina cosechadora, se logra cuando se cosecha con 14,5%-15% de humedad del grano, produciéndose el mínimo desgrane por cabezal y mínimo triturado del material no grano, favoreciendo la trilla, la limpieza y la separación.

Alta eficiencia de funcionamiento de la cosechadora.

Regulación óptima de la cosechadora Velocidad de avance de la cosechadora y el Índice de Alimentación Una forma muy simple de estimar la velocidad óptima de cosecha es a partir del Índice de Alimentación de Grano (IAG). Para un mismo ancho de labor y rendimiento, este aumenta cuando se aumenta la velocidad de avance, y si el rendimiento varía, también lo hace el IAG. Un IAG óptimo hace referencia a las t/h que la máquina puede procesar sin que se superen los 100 kg/ha de pérdidas tolerables. La regulación del IAG óptimo se puede realizar fácilmente con el monitor de rendimiento de la máquina cosechadora y la determinación de

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pérdidas de cosecha. El monitor de rendimiento permite detectar las t/h que van ingresando a la tolva de la máquina. Una vez definido el IAG óptimo, el operario aumentará la velocidad de avance cuando el IAG disminuya respecto al límite fijado y la disminuirá cuando el flujo de granos en t/h aumente. En la Tabla 2 se presentan resultados de ensayos de IAG sobre diferentes máquinas cosechadoras.


Clase Cosechadora

Velocidad (km/h)

IAG (t/h)

Pérdidas Totales (kg/ha)

IV1

4,0 6,8

12 18

14 55

VI1

6,0 8,0

22 28

45 450

VII2

5,5 7,5

37 44

75 600

(180 a 214 CV)

(268 a 322 CV)

(323 a 374 CV)

Tabla 2. Variación del Índice de Alimentación de Grano y pérdidas de cosecha con la velocidad de avance en tres diferentes clases de máquinas. Adaptado de Tourn 2017.

El IAG varía entre máquinas y no se puede definir un valor fijo. En este sentido, se necesita siempre calibrar el mayor IAG posible midiendo las pérdidas por cola de la cosechadora. Sin embargo, una gran limitante para el logro del IAG óptimo es la capacidad de corte del sistema barra/cuchillas que tenga la cosechadora. Si la velocidad de avance sobrepasa la capacidad de corte de las cuchillas, se provocarán pérdidas enormes por cabezal.

Ajustes para encontrar el índice de alimentación ideal para cada situación Determinar altura de corte Ajustar parámetros de recolección y trilla (calidad) Ajustar niveles de pérdidas según IA Ajustar velocidad según rendimiento Ajustar carga del motor (consumo)


Configuración del cabezal para trigo/cebada Resulta obvio afirmar que el primer paso de la cosecha, nos referimos al corte, se debe realizar con cuchillas y puntones en buen estado y mantenerlo en el tiempo. Algunas recomendaciones son: Comenzar la campaña con sistemas de corte en excelente estado. Reponer cuchillas y puntones gastados durante la campaña.

Elegir la altura de corte para captar la totalidad de las espigas En un trabajo realizado por técnicos del INTA Concepción del Uruguay, se analizó el desgaste de las cuchillas de 39 máquinas cosechadoras con cabezal con sinfín. Se concluyó que el desgaste de cuchillas no es parejo a lo largo de toda la barra de corte y que se debería prestar atención a los diferentes sectores para ir reponiendo las cuchillas. En la Figura 2 se muestran los distintos sectores de desgaste.

Conocer los límites de velocidad de avance de los sistemas de corte: 3’’x3’’ hasta 8.0 km/h; 4’’x2’’ hasta 9.0 km/h.

Figura 2. Sectores de desgaste de la barra de corte, 1 más desgaste, 5 menos desgaste. (Adaptado de Ferrari et al., 2010).

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La diferencia de desgaste se debe mayormente al método de cosecha (sector 1, más desgaste, Figura 2) (entrada al lote por el sector derecho y superposición por el izquierdo). Esto se puede mejorar notablemente utilizando pilotos automáticos. Asimismo, la flexión del sinfín genera que se desgaste diferencialmente una gran cantidad de cuchillas (Sector 2, Figura 2). Esta situación se puede solucionar mediante el uso de cabezales con lona en reemplazo del sinfín. Asimismo, el sistema de lonas permite

proveer al embocador el material dispuesto en su mismo sentido, lo que aumenta hasta un 15% el rendimiento de la máquina. En otro trabajo realizado por técnicos del INTA, se evaluaron diferentes calidades de cuchillas del sistema 4 x 2 que vienen montados en los cabezales John Deere. El mismo determinó que, luego de 1400 ha el desgaste de cuchillas, se requiere un recambio para no perder eficiencia de corte.

Configuración de sistema de trilla, separación y limpieza Estos tres sistemas definen el resultado final de las pérdidas obtenidas por la cola de la máquina y gran parte del éxito de la cosecha fina. La correcta calibración de estos sistemas dependerá del estado de los órganos involucrados y estado del cultivo, así como del tipo de cosechadora. El primer paso consiste en realizar el mantenimiento de los órganos de trilla, tanto muelas o barras como los cóncavos. Debido a la gran capacidad de trilla de las máquinas actuales y la utilización de cabezales con mejor entrega de material, actualmente se está haciendo foco en cómo mejorar la eficiencia del sistema de limpieza (zarandas y ventilador) para poder procesar todo el material con los mínimos valores de pérdida posible y de envío de material al retorno. Sin embargo, en cebada, es clave trabajar sobre el sistema de trilla para minimizar el pelado de los granos.

Para ello, el módulo de tecnologías de cosecha de granos y forrajes de INTA puso a prueba nuevos sistemas de cóncavos de mayor colado y menor agresividad que los convencionales (Tabla 3). Este tipo de cóncavos permiten mejorar el colado y disminuir la agresividad de la trilla. En consecuencia, esto genera menos daños en los granos y rompe menos el material no grano, lo que favorece o alivia el sistema de limpieza. De esta manera, estos sistemas permiten mejorar el IAG y mantener o disminuir las pérdidas.


CARACTERÍSTICA

CÓNCAVO CONVENCIONAL

CÓNCAVO MAYOR COLADO

Cantidad de Barras

29

24

Espesor de barras (mm)

6

10

Luz de colado (mm)

6

11

Pie de trilla (mm)

7

7

Tabla 3. Características de cóncavos convencionales y nuevas alternativas.

Como se puede observar en la Tabla 4, la utilización de cóncavos de mayor colado permite cosechar el cultivo manteniendo su calidad (grado de comercialización), así como aumentar el IAG, mayormente por el aumento de la velocidad de avance. Esto se da por la mayor eficiencia del sistema de limpieza dado que se genera menor carga de material no grano de pequeño tamaño. Si bien no siempre se cuenta con este tipo de cóncavos, las recomendaciones siempre tienen que ir orientadas a disminuir la rotura del material no grano a pequeñas partículas, para favorecer el colado y la limpieza del sistema de zarandas y ventilación, sin sobrecargar el sistema de retorno (no más de 5% del rendimiento).

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Variable

Cóncavo Convencional

Rendimiento Cultivo (kg/ha)

Cóncavo Mayor Colado 6500

Velocidad de Avance (km/h)

6.5

8.5

Pérdidas naturales ( jg/ha)

4

4

Pérdidas Cabezal (kg/ha)

12

12

Pérdidas Cola (kg/ha)

83

72

IAG (t/h)

40.9

50.4

Grado de Comercialización

2

1

Tabla 4. Ensayo comparativo de tipos de cóncavos. Cosechadora CASE 7230 clase 8, cabezal con Draper. (Adaptado de Giordano 2017). Características de cóncavos en Tabla 2.

A continuación, se comparten recomendaciones de carácter orientativo para ajustar los sistemas internos de las cosechadoras y garantizar una cosecha eficiente de cebada y trigo.

Cebada En campañas de desarrollo adecuado: Recolectar toda la semilla posible y priorizar la limpieza.


En campañas con granos chuzos, helados y variabilidad en PMG: Recolectar la semilla de mayor calibre y priorizar la eliminación del grano chuzo antes que la limpieza. Revoluciones rotor mínimas que generen desgrane Ajuste de agresividad de trilla con apertura de cóncavo Cóncavos de colado progresivo (mayor a menor colado) Apertura de zarandón 1,5x y zaranda 1x Viento al 70% (normal) y 90% (chuzos)

Trigo 15%-16% humedad: Ajuste de máximas revoluciones rotor y disminuir hasta lograr el desgrane completo de la espiga Ajuste de agresividad de trilla con apertura de cóncavo Cóncavos de colado alto rendimiento Apertura de zarandón 1,5x y zaranda 1x Viento al 70%

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12-13% humedad: Revoluciones rotor mínimas que generen desgrane sin generar rotura excesiva de paja Ajuste de agresividad de trilla con apertura de cóncavo Cóncavos de colado progresivo (mayor a menor colado) Apertura de zarandón 2x y zaranda 1x Viento al 80%

Automatismos en cosechadoras En el año 2022, el equipo de MecaTech realizó una experiencia relevando la eficiencia de cosecha de trigo del uso manual de una cosechadora, respecto a las calibraciones automáticas de John Deere serie S (Tourn et al., 2022, Congreso Internacional de Agricultura de Precisión) A partir de las evaluaciones realizadas, se pudo determinar que la utilización del asistente auto-

mático de calidad de trilla y disminución de pérdidas, priorizando pérdidas (AutCal7), provocó la menor pérdida de dinero del sistema respecto al sistema de asistencia automática priorizando disminución de pérdidas (AutPer7) y el uso manual (Manual7). El efecto más grande estuvo dado por la mejora en la limpieza del material grano (Figura 3).

P. Cola Kg/ha

Costo P. Cola USD/ha

Total Costo USD

Grado

Bon/Desc USD/t

Ing. Bruto USD

Dif USD

Pérdida ing. Bruto USD/ha

Manual 7

23.7

6

720

3

220.0

124.080

-1834

-21.2

AutCal7

9.0

2.0

240

1

223.3

125.914

0

-2.0

AutPer7

4.0

0.8

96

2

220.0

124.080

-1834

-15.3

Tratamiento

Figura 3. Valores de pérdidas de granos de trigo, costos que implican, grado de comercialización y los ingresos brutos y diferencia de ingresos entre tratamientos.


Estimaciones de las pérdidas de cosecha En la Tabla 5 se presentan los registros de pérdidas de trigo y cebada para el sudeste de Buenos Aires en las campañas 2016/18, 2018/19 y 2020/21. Las determinaciones fueron sobre 35 máquinas y coordinadas por el equipo de MecaTech. Origen de las pérdidas

Pérdidas Promedio nacional (kg/ha)

Sudeste Bs As 16/18 (kg/ha)

Sudeste Bs As 18/19 (kg/ha)

Sudeste Bs As 21/22 (kg/ha)

Tolerancias (kg/ha)

Pre-cosecha

15

10

15

10

0

Cosechadora

100

390

200

130

100

Total Pérdidas

115

400

215

140

100

Cabezal

52

50

45

20

30

Cola

48

340

155

120

50

Tabla 5. Trigo. Origen de las pérdidas, pérdidas promedio nacional y para el sudeste de Buenos Aires.

Las cifras registradas en la Tabla 5 justifican la realización de esfuerzos de inversión, capacitación y concientización de contratistas y productores con el objetivo de hacer más eficiente la cosecha de granos. Los niveles de pérdidas promedio citados anteriormente son superiores a las tolerancias fijadas por INTA. En las campañas entre 2016/18, gran parte de la superficie total del cultivo de trigo en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires sufrió sequías en fin de ciclo y heladas en floración y llenado de granos, lo que puede explicar en parte la gran cantidad de pérdidas registradas.

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Los bajos volúmenes de material que ingresaban a las cosechadoras y el bajo peso específico del grano, generan que los sistemas de la cosechadora funcionen a capacidad subóptima y se registren pérdidas extremas de 600 a 700 kg/ha. Para esta campaña se esperan rendimientos medios a bajos, lo que hace muy importante la configuración del IAG para evitar pérdidas y disminuir daño. La última campaña presentó una gran mejora en la eficiencia, debido en parte a que los rendimientos fueron menores a los años anteriores y las máquinas podían trabajar a altas velocidades sin sobrepasar su IAG óptimo.


Consideraciones finales Son claras las evidencias de la ineficiencia en la cosecha de granos y de las pérdidas de calidad, así como también de la disponibilidad de tecnología y conocimiento para maximizar las eficiencias en el corto plazo. En este sentido, se necesita contar con operarios idóneos y muy capacitados, asegurar un seguimiento continuo de los procesos de cosecha por parte de profesionales de la agricultura (Ingenieros Agrónomos) y el avance en materia de investigación y desarrollo por parte de entidades públicas y privadas. Para cerrar y a modo de recordatorio: “El costo de contratar personal capacitado para llevar adelante la cosecha es insignificante respecto de los costos por ineficiencias registrados en los últimos años”.


MAQUINARIAS Y AGTECH

Alistando máquinas para perder menos y cosechar más La próxima cosecha de trigo será una de las más bajas de la última década, aunque las estimaciones indican una leve mejoría respecto de la campaña anterior. Desde Piersanti aseguran que una buena cosecha puede marcar la diferencia para mejorar los márgenes de rentabilidad.

En años como este, recuperar un 10 o 15 por ciento de las pérdidas por cabezal puede marcar la diferencia a favor del productor.

Por: Piersanti

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Ya sea por el aporte que el trigo hace a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas tanto por la posibilidad de realizar un segundo cultivo en el año sobre el mismo terreno, la cosecha de trigo siempre representó una oportunidad central para aquellos productores argentinos que cuentan con los recursos hídricos suficientes. En campañas como la 2023/24, donde las estimaciones de rendimiento son ajustadas, las labores de cosecha son claves para lograr que los números cierren. En este contexto, los ajustes en el cabezal de cosecha son fundamentales. Si bien el sistema draper ha reducido significativamente las pérdidas en comparación con los


sistemas convencionales, el proceso de cosecha sigue siendo la principal operación donde aún pueden ocurrir disminuciones en los volúmenes cosechados. En años como este, recuperar un 10 o 15 por ciento de las pérdidas por cabezal puede marcar la diferencia a favor del productor. Julio Beltramino, asesor de la firma Piersanti, sostiene que el resultado de la cosecha está íntimamente ligado al funcionamiento del ca-

bezal. Para lograr un correcto funcionamiento del cabezal en cosecha de trigo, cebada y otros cultivos similares, Beltramino recomienda prestar atención a los ajustes de la barra de corte, el molinete y las bandas o lonas transportadoras. Según el especialista, la mayoría de los cabezales usados en Argentina para la cosecha fina cuentan con una barra de corte flexible (soja).


Por lo tanto, para su uso en cultivos de cosecha fina, debe estar rigidizada en su posición superior. “Desde el punto de vista del corte, el cultivo de cosecha fina tiene muchos tallos para cortar, además de estar recubiertos por una capa protectora que los hace muy resbaladizos para el corte”, señala. Beltramino enfatiza la importancia de controlar las secciones de corte, para asegurar que sean de diente fino y estén intactas, es decir, enteras y con dientes a lo largo de todo su borde de corte. Y remarca: “Los puntones deben estar en buen estado, enteros y con bordes cortantes angulosos, no redondeados”.

En cuanto a la puesta a punto de la barra de corte con referencia a los puntones, el especialista sugiere que, en su recorrido izquierda-derecha, las secciones deben invertirse cuando su vértice esté alineado con el dedo del puntón. Para lograrlo, recomienda ajustar los sapitos hasta lograr una luz de 0,5 mm entre la parte inferior de la sección y su apoyo en el dedo del puntón. Además, es importante seleccionar la altura de corte según el estado del cultivo y/o las condiciones agronómicas. Al respecto, el especialista en cosecha dice que no se debe pasar por alto el ajuste de la inclinación de la barra de corte para que trabaje de manera paralela al suelo, mediante el mecanismo de regulación.

Ajustes del molinete En relación al molinete, Beltramino sostiene: “Se debe ajustar la altura para que las barras de empuje con los dedos retráctiles trabajen a la misma altura de las espigas, que constituyen la parte más pesada del material que se está cortando. Colocar el molinete a una altura más baja puede ocasionar la caída de muchas espigas al suelo y delante de la barra de corte, lo que resulta en pérdidas”. Las indicaciones de Beltramino sugieren que hay que ubicar el molinete en su posición anteroposterior, algo más atrás de la barra de corte. También menciona la velocidad del molinete, que debería ser ajustada entre un 10 y 15% por encima de la velocidad de avance de la cosechadora para que empuje el material cortado hacia las bandas transportadoras del cabezal y evitar pérdidas por este motivo. En sus recomendaciones para una buena cosecha, el especialista enfatiza en el ajuste de las bandas o lonas transportadoras del cabezal

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draper: “Hay que controlar la tensión de trabajo para evitar daños y evitar la acumulación interna de suciedad. Además, se debe ajustar la velocidad de trabajo para lograr una correcta entrega en la parte central del cabezal, evitando que el material de los laterales se junte o superponga en el centro. Siempre se debe dirigir al embocador como dos hileras de material independiente”, cierra.


Acerca de Piersanti Piersanti es una empresa familiar cordobesa, pionera en Argentina al diseñar y desarrollar las primeras plataformas de lona con sistema de corte flexible y flotante, logrando posicionarse como referente en materia de cosecha para cabezales drapers en el país. Con base en Noetinger, Córdoba, se dedica a la fabricación y comercialización de cabezales drapers para soja, trigo, arroz y legumbres. Además, ofrece cabezales drapers para hilerar porotos en el norte del país. Actualmente, exporta sus productos a países limítrofes, como Colombia, también a Kazakhstan, y en noviembre participarán por primera vez en Agritechnica, la reconocida feria internacional en Alemania.

Piersanti logra posicionarse como referente en materia de cosecha para cabezales drapers en el país.

Valeria Piersanti, directora y gerenta comercial de Piersanti.


PRODUCCIONES ALTERNATIVAS

Café con aroma sostenible: Argentina se suma a la producción orgánica que revoluciona Latinoamérica Si, así como lo leíste, Argentina se suma a la revolución del café orgánico en Latinoamérica. Te contamos cómo están cambiando las formas en que se produce y se consume esta infusión milenaria. Desde sus orígenes hasta la innovación con residuos. Una oportunidad para promover y fomentar prácticas cafeteras más sostenibles.

Por: Ing. Agr. Antonella Fiore Prospectiva - Aapresid

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Durante muchos años, existió una controversia fundamental en torno a la producción tradicional del café. Es que la forma en que nuestros ancestros lo cultivaban, exponiendo los cultivos al sol, generaba una mayor pérdida de agua y deterioro del suelo. ¿Existe una forma más sostenible de producir café en el mundo? La respuesta es afirmativa. A través de un enfoque productivo, comúnmente conocido como “orgánico”, es po-

sible cuidar el perfil edáfico, su microflora, disminuir la huella de carbono y evitar la pérdida excesiva de agua cultivando café. En América Latina, países productores de café como Honduras, Venezuela, Perú, Colombia y Brasil llevan adelante esta iniciativa más amigable con el medioambiente, que comenzó hace varios años.


Por lo general, pensamos en Argentina como un pionero en la producción de cultivos extensivos como la soja, el trigo y el maíz, y asumimos que no tenemos chances de llevar a cabo este tipo de “producción alternativa” que se realiza tradicionalmente en países con climas tropicales. Pero, ¿esto es realmente así? ¿Si les digo que Argentina tiene la capacidad de producir café? Quizás les sorprenda saber que en las Yungas salteñas ya existen cafetales implantados y en funcionamiento, produciendo granos de café argentinos que, por cierto, ya se comercializan. Hay mucho que descubrir. Por eso te invitamos a conocer más detalles sobre el protagonista de esta nota: el café.

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Origen del café: de África al mundo La historia del café surgió en Etiopía, África, donde se cree que comenzó en la provincia de Kaffa. Los esclavos que eran transportados desde lo que hoy es Sudán a Yemen y Arabia a través del puerto de Moca, solían comer la parte carnosa de la cereza del café. Se sabe que el café ya se cultivaba en Yemen en el siglo XV, pero los árabes tenían una rigurosa política de no exportar granos fértiles de café para evitar su cultivo en otros lugares. El grano de café es la semilla del cafeto, pero cuando se le quitan las capas exteriores, se vuelve infértil. Hubo numerosos intentos para llevarse cafetos o granos fértiles, pero esa carrera la ganaron finalmente los holandeses, en 1616, al lograr llevarse algunos a Holanda, donde los cultivaron en invernaderos. Con respecto a su comercialización en Europa, los comerciantes venecianos fueron los primeros en vender café en 1615. Esto coincidió con la llegada del chocolate caliente desde América a España en 1528 y la introducción del té en Europa en 1610.El primer café en Europa, el Caffè Florian de la Plaza de San Marcos de Venecia, abrió sus puertas en 1720 y aún hoy continúa abierto al público.


Pero, ¿cuándo llegó el café a “las Américas”? La primera referencia al consumo de café en Norteamérica data de 1668, y poco después se abrieron establecimientos de café en ciudades como Nueva York, Filadelfia, Boston y algunas otras. Sin embargo, el cultivo de café en América comenzó recién en 1720.

francesa y el primero de muchos en Brasil. En 1730, los británicos llevaron el café a Jamaica, donde hoy se cultiva el café más famoso y caro del mundo en las Blue Mountains. En 1825, se plantó café por primera vez en Hawái, que produce el único café estadounidense y uno de los mejores del mundo.

Los holandeses continuaron siendo protagonistas en esta historia, al ser los primeros en introducir el café en el continente, propagando el cafeto en América Central y del Sur, donde hoy en día reina como el principal cultivo con fines comerciales del continente. En 1718, el café llegó a la colonia holandesa de Surinam, y después se plantaron cafetales en la Guyana

En la actualidad, el 85% del café del mundo se produce en Latinoamérica. El resto se divide en un 10% en Asia y 5% en África. Brasil es el principal productor, con 2.2 millones de toneladas cultivadas en un área de 2.3 millones de hectáreas. Le siguen Vietnam, Indonesia y Colombia que producen entre 0.6 y 1 millón de toneladas en una superficie combinada de 2.6 millones de hectáreas.

La revolución del “café a la sombra” en Latinoamérica El café más ampliamente cultivado en Latinoamérica es el café arábigo (Coffea arabica) y sus derivados. El Coffea arábica es un arbusto grande con hojas ovaladas de color verde oscuro. El fruto es ovalado y madura en un período de 7 a 9 meses. Se considera que el Coffea arábica es el mejor café en grano debido a su equilibrio, aroma, menor cuerpo y menor acidez, lo que lo hace más agradable al paladar. Como dato adicional, contiene menos cafeína que otras variedades.

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Según el Manual de producción sostenible del café del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), las condiciones ambientales óptimas para cultivar café son las siguientes: Altitud: El café se adapta a altitudes que varían desde los 500 hasta 1,400 msnm, pero para obtener cafés de buena calidad, se recomienda una altitud por encima de los 700 msnm.

Temperatura: El rango óptimo para el cultivo de café oscila entre los 18 ºC y los 22 ºC. Temperaturas por debajo de 18 ˚C, fomentan el crecimiento vegetativo y reducen la tasa de diferenciación floral del café. Mientras que temperaturas mayores a los 22 ˚C aceleran el crecimiento vegetativo, afectando la floración y fructificación. Cuando la amplitud térmica es superior a los 10 ˚C, se promueve la floración.


Precipitaciones: La cantidad óptima de precipitación anual varía entre 1,600 y 1,800 mm, con una buena distribución. Breves períodos de sequía se consideran favorables para la floración. Por el contrario, el exceso de lluvia la inhibe. Las deficiencias hídricas favorecen la floración pero limitan el crecimiento y desarrollo del fruto.

Viento: Este elemento climático tiene gran importancia, ya que aumenta la evaporación y la transpiración de las plantas a medida que aumenta su velocidad. Corrientes de aire fuertes pueden resecar y romper hojas, brotes tiernos y yemas florales, pero esto se reduce con la plantación de árboles sombreadores en el cafetal.

Humedad relativa: Debe ser menor al 85%, ya que una humedad elevada favorece el desarrollo de enfermedades fungosas. El microclima que produce la sombra, el desarrollo de la planta y el manejo adecuado de las malezas inciden en la regulación de la humedad relativa. Para iniciar una plantación de café orgánico, es clave seleccionar granos de café de buena calidad. Estos granos se siembran en viveros durante 5 meses para desarrollar plántulas. Luego, las plántulas se trasplantan a campos bajo la sombra de un sistema silvopastoril. Los árboles utilizados para proporcionar sombra permanente deben tener sistemas radiculares profundos -por debajo de las raíces del cafeto-, hojas permanentes -para que no se queden sin follaje en ninguna época del año- y no ser hos-

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pederos de plagas o enfermedades. Además, deben tener gran capacidad regenerativa y proporcionar beneficios adicionales, como leña, frutos, madera u horcones que posteriormente sirvan como cobertura de suelo. Por lo general, se utilizan árboles de la familia Leguminosa debido a su capacidad para fijar biológicamente el nitrógeno atmosférico, lo que mejora la fertilidad natural del suelo. Sin embargo, es importante que estos árboles no compitan por nutrientes con las plantas de café. Deben proporcionar suficiente protección contra los rayos solares y actuar como reguladores de los factores climáticos y atmosféricos, así como de la temperatura del suelo y del aire, para garantizar el óptimo desarrollo de las plantas de café. Especies utilizadas para la sombra permanente del café: Inga edulis (conocido como aguatope o guamo). Albizia carbonaria (conocido como carbonero o piquil). Erythrina fusca (conocido como pízamo, búcaro o cámbulo). Cordia alliodora (conocido como nogal cafetero).


Desde la siembra hasta la primera cosecha de cerezas de café (como se llama a los frutos) pueden pasar de 2 a 4 años. La maduración del fruto tarda entre 6 y 11 meses, dependiendo de la variedad, la temperatura y la humedad. Una vez que las cerezas de café están maduras, se procede a la cosecha. En los cultivos de sombra, se practica la cosecha manual, donde se seleccionan las cerezas en su punto óptimo de maduración, garantizando así una cosecha de mayor calidad. Las cerezas listas para la cosecha adquieren una coloración rojiza o amarilla, dependiendo de la variedad. Para mantener los cafetos en una altura de alrededor 2 metros, es necesario podarlos periódicamente. Esto facilita el cuidado y la cosecha de café.

Créditos imágen: www.mundocafeto.com


Bien argentino: café producido en las Yungas salteñas Contra todo pronóstico, Argentina también tiene sus propios cafetales. En el norte de Salta, se encuentra una plantación que fue recuperada por la productora Graciela Ortíz con el objetivo de preservar el trabajo de su padre y sus tíos. La finca de “Café Baritú” se encuentra ubicada en el municipio de Aguas Blancas, en la región de las Yungas salteñas, un paisaje de gran diversidad ambiental, con entramados bosques, en una suave continuación de la selva amazónica. En este particular entorno, Graciela -la única productora de café del paísjunto con su familia producen café 100% de identidad salteña y totalmente orgánico.

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El padre de Graciela, junto con sus hermanos, decidieron abocarse a los cafetales luego de participar en el programa estatal “Salta café”, comenzando la actividad en la década del 70. “Al inicio, vinieron técnicos e ingenieros desde Brasil y comentaron que la franja del noroeste de la provincia de Salta tiene las condiciones climáticas propicias para plantar café”, relata Ortíz. En los 90, con el famoso “uno a uno” de la presidencia de turno, la familia Ortiz junto con otros cafeteros, debieron abandonar sus plantaciones. Fue recién en 2009 cuando Graciela decidió recuperar la finca. Los años de abandono obligaron a la productora a comenzar de cero, por lo que se dedicó a preparar el terreno, hacer nuevas plantas y retomar el proceso de cultivo una vez más. Esto le permitió a la familia Ortiz plantar 30 hectáreas de la finca. Graciela cuenta que, de cada planta, se puede cosechar cerca de 1 kilo de café, y según el lugar en el mundo donde se implanta, cada grano de café “adopta los sabores de donde crece”. En el caso de Café Baritú, la nota que más lo distingue es su sabor chocolatoso. Según explica la productora salteña, se trata de un cultivo 100% natural que lleva un proceso de 4 años hasta producir granos para ser cosechado por primera vez. La floración comienza en el mes de diciembre, la cosecha se realiza entre julio y agosto y luego se trasladan los granos para su secado. En esta última instancia, el Café Baritú pasa por dos tipos de secado, el natural y el húmedo. En el secado natural, una vez que se recolecta el grano, se lo dirige directamente al secadero. Este proceso

le aporta al café un sabor más dulce. En cambio, el secado húmedo es más complejo y conlleva un proceso de fermentación, que incluye despulpe y lavado, y a partir de allí se dirige al secadero. Ortiz cuenta con una cafetería en Jujuy y en los próximos meses abrirá otra en Salta “para terminar de cerrar el ciclo”. “Nosotros hacemos todo el ciclo del café, desde la producción, pasando por la cosecha y secado hasta la venta en nuestra cafetería. Como hija de productor, me puse como meta hacer nuestro propio café y vender nuestro propio café”, cuenta. Asegura que la clave es “tener paciencia” y “enamorarse de lo que uno hace”. “Si uno es objetivo, traza un plan y lo lleva adelante, puede con todo”, relata la productora de café. Sobre el cierre, cuenta que en el noroeste salteño, además de café, están las condiciones propicias para llevar a cabo producciones de cultivos tropicales como papaya, mango, banana, entre otras. De hecho ya hay algunos productores que se están animando a realizarlos, sólo faltan algunas condiciones que les aseguren un beneficio a mediano o largo plazo por llevar a cabo su producción.


Nada se desecha, todo se transforma (o se reutiliza) Según el documental “¡Viva el café! Variedades selectas y ecológicas”, en los cafetales de Nicaragua se está impulsando un cambio significativo. Carole Widmayer, directora de Marketing de The Coffee Cherry Co., originaria de Estados Unidos, está llevando a cabo ensayos para encontrar una alternativa de uso para la pulpa de café, un “super alimento nutritivo en desuso", según entiende Widmayer. En Nicaragua, existe una empresa que fabrica subproductos a partir de este mal llamado “residuo”.

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De esta manera, están creando un nuevo mercado basado en la iniciativa de este derivado o “nueva materia prima”. La pulpa y la cáscara (sin contar el grano) representan el 40% del peso seco del café, pero sorprendentemente se desechan 322 millones de toneladas de pulpa al año. La empresa para la que trabaja Widmayer utiliza la pulpa seca para producir harina y copos. Contrario a lo que se piensa, la pulpa (que puede ser amarilla o roja) es apta para comer y contiene cafeína, antioxidantes, minerales, proteínas y fibras.


En Estados Unidos, algunos restaurantes y panaderías ya han incorporado la pulpa de café en sus menús. En Seattle, el chef Jason Wilson, cuyo restaurante se llama The Lakehouse, y trabaja en colaboración con The Coffee Cherry Co., está desarrollando nuevas recetas basadas en este ingrediente, como tortas y magdalenas.

Imagen: https://coffeecherryco.com/

Su objetivo principal es producir materiales 100% biobasados y biodegradables a partir de residuos gastronómicos, como la borra de café, para promover la circularidad y la reducción de residuos.


Argentina no se queda atrás en esta tendencia. Según una nota publicada en el sitio web del Gobierno Nacional (www.argentina.gob.ar), una empresa local y nacional se dedica a crear materiales 100% degradables a partir de residuos orgánicos, incluyendo “la taza borra de café”. Étimo Biomateriales, como se menciona en la nota, surge en 2021 como un proyecto universitario de Camila Castro, su directora. Su objetivo principal es producir materiales 100% biobasados y biodegradables a partir de residuos gastronómicos, como la borra de café, para promover la circularidad y la reducción de residuos. Actualmente, la empresa está en proceso de desarrollo de tazas de café, su primer producto, fabricadas a partir de los desechos del propio café. Utilizan los desechos que recogen de distintas cafeterías y los combinan con aglutinantes para crear el material que luego moldean en su taller, ubicado en el Centro Metropolitano de Diseño.

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Imagen: www.instagram.com/etimo.biomateriales

Estos ejemplos demuestran que la revolución en la producción orgánica del café no solo llegó para quedarse sino que también está dando lugar a otras alternativas de producir cultivos tradicionales y centenarios a conciencia. Siempre con una mirada sostenible y cuidando uno de los recursos más importantes a la hora de producir alimentos: el suelo.

REFERENCIAS

Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-222


Café orgánico en Latinoamérica

¿Qué es el café orgánico? Es una forma de producción cafetera que se enfoca en cultivar café de manera sostenible y amigable con el medioambiente. La sombra permanente es una característica común en los cultivos de café orgánico, lo que beneficia a la biodiversidad.

Beneficios Cuida el perfil edáfico y la microflora del suelo. Disminuye la huella de carbono. Evita la pérdida excesiva de agua.

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Países productores en Latinoamérica Colombia Brasil Honduras Venezuela Perú Argentina

Residuos reutilizados Créditos: The coffee Cherry Company

La pulpa de café y otros residuos orgánicos se reutilizan para producir productos como harinas y copos, reduciendo el desperdicio y promoviendo la circularidad. En Argentina, la empresa Étimo Biomateriales trabaja en el desarrollo de “la taza borra de café”, fabricada a partir de los desechos del propio café.


EMPRESARIO DEL MES

#ENTREVISTAS

“Prefiero seguir mirando el vaso medio lleno”

Por: Leonardo Stringaro - Periodista investigador String agro

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“En Argentina todo se logra perdiendo muchas horas de sueño. Tuvimos desajustes que nos llenan de preocupación, miedo y nos hacen quedar quietos”, asegura Héctor Battistelli. A pesar de las preocupaciones, el empresario mantiene una visión optimista y confía en que el país continuará ofreciendo oportunidades de desarrollo.

Héctor Battistelli Socio Gerente de Induagro S.R.L.


Hace 12 años, la empresa Induagro S.R.L., radicada en la localidad santafesina de Cañada de Gómez, decidió apostar al proyecto de los productos biológicos con el objetivo de reemplazar -gradualmente- el mundo de los insumos químicos. Fue después de 23 años de trayec-

toria (la firma transita los 35), que un proyecto desarrollado conjuntamente con el Conicet y el INTA Marcos Juárez, les permitió aislar cepas de una bacteria (Bacillus Subtilis). Estas cepas impulsaron la conformación del primer curasemillas biológico para la soja.

Usted considera que es muy lenta la implementación

¿? de los productos biológicos en nuestro país, ¿por qué? Considero que la implementación se demoró más tiempo de lo esperado por nosotros, sobre todo teniendo en cuenta que ya son de uso corriente en países vecinos.

¿? ¿Por qué cree que todo va tan despacio? Cuando una nueva tecnología comienza a rodar, existen ciertos reparos, para los cuales resulta fundamental demostrar resultados para el convencimiento de nuestros técnicos y productores. Por otro lado, en nuestro país el productor resiste altos costos y cargas impositivas desmesuradas que no ayudan a probar variantes, haciendo difícil apartarse de lo conocido. La rápida implementación de nuevas tecnologías se asocia a condiciones financieras más holgadas.


¿Podría decirse que estamos en la antesala de su

¿? utilización por parte de un gran número de productores? Sin dudas, la utilización de productos biológicos para nuestros cultivos va a suceder a corto plazo. Y a pesar de no contar en la actualidad con un completo portfolio, con los avances en investigación se logrará una interesante paleta que cubra las necesidades que nuestro campo requiere, sobre todo si tenemos en cuenta que hoy en día ya contamos con productos interesantes, incluyendo curasemillas, fungicidas, insecticidas promotores de crecimiento, etc.

Y actualmente, ¿cuál es la proporción

¿? de uso de los productos biológicos?

Hoy el nivel de uso de biológicos en nuestro país es bajo, exceptuando ciertas producciones de economías regionales en donde el mundo biológico ya echó raíces. Ahora, si tenemos en cuenta la producción de cultivos extensivos, gran parte de la incorporación de estas tecnologías va a pasar por la decisión de los profesionales ligados a los sistemas productivos

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¿Cómo analizan todo esto desde el

¿? planteo de la empresa?

Si bien nuestra empresa nació y creció con la formulación de fitosanitarios franja verde y azul, hoy la posicionamos como pionera en la elaboración de una variedad de productos biológicos, dentro de la división Bioinnovaciones.

Ahora, ¿los dos sistemas van

¿? a funcionar paralelamente?

Seguro que sí. Estos nuevos insumos van a convivir y a complementarse con el mundo químico muy satisfactoriamente incluso hasta pudiendo reemplazarlas en algunos casos.

¿Se trata de una cuestión

¿? económica también?

La decisión de implementar su uso va a depender de la difusión de los resultados existentes y la obtención de resultados nuevos, ya que si hablamos de costos, no presentan gran disparidad con las alternativas químicas.


¿Han tenido un cambio significativo a

¿? la hora de presentar a la empresa?

Hemos pasado a presentar la firma como Induagro Bio Innovaciones. Más allá de la formulación de productos fitosanitarios, hoy prevalece este nuevo concepto. La agricultura está atravesando algo nuevo, donde hay cuestiones a las que el productor agropecuario no le va a poder hacer frente solo, como lo venía haciendo hasta ahora. Hoy el campo no puede seguir pagando la cantidad de impuestos que paga. Se debe comenzar a doblar la curva para terminar en otro destino y no seguir siendo aplastados por la parte impositiva. En este sentido, tenemos un problema interno que es necesario resolver.

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De igual manera, ¿se pudo

¿? seguir creciendo?

Tuvimos un crecimiento significativo, hasta el día de hoy. En principio, formulábamos un par de productos fitosanitarios y hoy lo hacemos mediante una paleta de 22 productos y un laboratorio de biológicos muy importante. Estamos entusiasmados por la etapa que se viene, un sector que va a seguir creciendo mucho, obligado por las circunstancias.

¿Le sorprenden las nuevas

¿? generaciones?

Desde ya que si. La incorporación de gente joven te da otro impulso. La impronta y el querer lograr nuevos desafíos es la mejor de las motivaciones que podemos recibir los que comenzamos hace décadas.

En lo cotidiano, ¿qué le

¿? preocupa?

En lo cotidiano te preocupa lo irregular de nuestro transitar, sobre todo en estos últimos años. De todas maneras seguir proyectando es el combustible imprescindible para lograr las metas propuestas. Tenemos la dicha de ser parte de un gran país. A pesar de los altos y bajos, nuestro deber es honrarlo haciendo lo que a cada uno corresponda lo mejor posible.


GANADERÍA

Pastoreo sincronizado: la alfalfa y su tango estacional Criterios ecofisiológicos para mejorar el manejo de alfalfa en pastoreo. Cómo maximizar su consumo sin comprometer su persistencia ni los potenciales servicios ambientales que brinda.

Por: Dr. Ing. Agr. José Martín Jáuregui Profesor Adjunto- Cátedra Forrajes (FCA - UNL).

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La alfalfa, también conocida como la 'Reina de las forrajeras', es considerada una aliada invaluable en el campo. Su flexibilidad y capacidad para producir forraje, tanto en cantidad como en calidad, le otorgan este merecido título. A nivel mundial, este cultivo se extiende por más de 32 millones de hectáreas. En Argentina, ocupamos el segundo lugar en la producción


global, con 1.5 millones de hectáreas sembradas, incluyendo tanto cultivos puros como consociados (Figura 1). Sin embargo, lo que nos distingue es que ostentamos el primer lugar en cuanto a la superficie bajo pastoreo de alfalfa a nivel mundial.

Figura 1. Provincias de Argentina sembradas con (a) alfalfa, en (b) planteos puros y (c) planteos mixtos (según datos del Censo Nacional Agropecuario, 2021).


A pesar de la importancia estratégica de este cultivo, durante las últimas dos décadas la alfalfa ha perdido terreno en muchos establecimientos productivos, siendo reemplazada gradualmente por cultivos anuales de verano destinados a silo (principalmente maíz y sorgo). De hecho, la superficie ocupada por el cultivo disminuyó drásticamente, pasando de 5 millones de hectáreas en 2002 a 1,5 millones en 2018, lo que representa una reducción del 70% en menos de dos décadas. Esta situación está posiblemente relacionada con la simplicidad del proceso de cosecha de los cultivos de verano destinados al silo (una sola cosecha al año en comparación con las 8-10 cosechas anuales para el caso de pastoreo o corte de alfalfa) y su mayor productividad.

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Además, la escasa utilización de la alfalfa en pastoreo, con menos de 5 toneladas consumidas por hectárea al año, la coloca en una desventaja competitiva frente a los cultivos de silo, que fácilmente pueden duplicar estos valores. Sin embargo, esta falta de atención a los cultivos perennes y su sustitución por cultivos anuales incrementa significativamente los costos de producción de carne y leche en los sistemas ganaderos. Por lo tanto, aumentar la producción y el uso de la alfalfa en sistemas ganaderos representa una oportunidad para hacerlos más sustentables y resilientes. Esto cobra una gran relevancia en países como Argentina, donde no existen subsidios a la producción de granos, lo que los expone a enormes fluctuaciones en los precios de los suplementos.


¿Cómo podemos aumentar el consumo de alfalfa? Durante muchos años, hemos repetido una fórmula ampliamente aceptada pero poco discutida para determinar el momento óptimo para pastorear las pasturas de alfalfa. Tradicionalmente, técnicos y asesores han recomendado que se consuman las alfalfas cuando alcanzan un 10% de floración en primavera-verano o cuando se observan rebrotes de la corona de aproximadamente 5 cm en los meses en los que la planta no florece. La justificación detrás de este manejo radica en que la planta “llena” sus reservas (ubicadas en la raíz y la corona) cuando alcanza ese 10% de floración (Cangiano, 2007). No obstante, evidencia científica reciente indica que la partición de biomasa hacia las raíces depende de la época del año y, por lo tanto, el manejo debe modificarse en consecuencia.

Aunque es cierto que cuando la planta florece, el destino de partición se mueve hacia las raíces, investigaciones actuales señalan que este proceso varía significativamente según la época del año. Estudios realizados en Nueva Zelanda (Moot et al., 2003) y en Argentina (Sardinia et al., 2015; Jáuregui et al., 2018; Jáuregui et al., 2021) indican que es posible intensificar el manejo de la alfalfa durante la primavera sin comprometer su persistencia. Esto se debe a que durante este período del año, la planta envía menos fotoasimilados a las raíces en comparación con el otoño. En contraste, la planta incrementa la partición de biomasa hacia las raíces cuando el fotoperíodo decrece (Figura 2). Por lo tanto, otorgar adecuados períodos de descanso en otoño permitirá aumentar tanto la persistencia como la producción de la pastura, lo que nos posibilitará incrementar la frecuencia de pastoreo en primavera, sin generar un deterioro de la misma (Foto 1).

Foto 1. Imagen de una raíz y corona de alfalfa sometidas a pastoreo frecuente (izquierda) y poco frecuente (derecha) durante el otoño. El descanso otoñal es fundamental para lograr pasturas productivas y persistentes.


Figura 2 (a) Eficiencia de uso de radiación (EUR) de alfalfa a lo largo del año (datos promedio de dos años). Los símbolos oscuros y claros representan tratamientos completamente irrigados y sin irrigar, respectivamente. Elaborado a partir de los datos de Collino et al. (2005) (b) Acumulación de biomasa de raíces (tn MS/ha) de pasturas de alfalfa sometidas a una frecuencia de pastoreo de 42 días a lo largo del año. Elaborado a partir de Moot et al. (2003). En ambas figuras, las líneas punteadas y sólidas representan fotoperíodos decrecientes y crecientes respectivamente.

¿Cómo maximizamos el consumo sin comprometer la persistencia? En sistemas pastoriles o de corte y entrega, comenzar a consumir o cortar la primera franja cuando la alfalfa alcanza un 10% de floración, implica que la última franja estará muy pasada, especialmente durante los meses de crecimiento activo. Esto da como resultado un bajo consumo promedio de las pasturas de alfalfa en los tambos de Argentina, con menos de 5 toneladas de materia seca por hectárea al año (Jáuregui et al., 2019). Consumir alfalfas pasadas afecta también la calidad del alimento ingerido y puede aumen-

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tar el riesgo de meteorismo debido al incremento del proceso de selección de los animales. El modelo de pastoreo ecofisiológico de la alfalfa propone un manejo basado en las estaciones del año: 1. Salida del invierno hasta el final de la primavera (fotoperíodo creciente): se recomienda ingresar a pastorear las alfalfas cuando tengan 7-9 nudos (Foto 2). Esta cantidad de nudos general-


mente coincide con alturas de 20-25 cm y biomasas acumuladas de 2000 kg de MS/ha. Esto garantiza una alta tasa de consumo y una excelente calidad forrajera. La merma de producción causada por el pastoreo temprano se compensa con la mayor calidad del forraje consumido. De hecho, en sistemas de engorde a pasto en General Villegas, Berone et al. (2020) observaron un aumento en la producción de carne de más de 150 kg por hectárea al utilizar este sistema de pastoreo, en comparación con el pastoreo tradicional. Además, entrar temprano permite que los remanentes sean bajos y reduce la necesidad de desmalezar post-pastoreo (y los costos asociados a esta práctica). Para prevenir el timpanismo, se pueden dar rollos antes de que los animales ingresen a la franja y evitar condiciones predisponentes, como el ingreso con animales hambrientos o en condiciones de rocío o llovizna. Otras alternativas incluyen el uso de antiespumantes en el agua de bebida o la inserción de bolos ruminales. También se puede optar por realizar un corte y preoreo del material.


2. Mitad del verano hasta el final del otoño (fotoperíodo decreciente): al menos una vez durante este período, se debe permitir que la pastura “pase”. Esto significa pastorear cuando la planta haya acumulado 13-14 nudos (3000 kg de MS). Este manejo garantiza una recarga completa de las reservas en las raíces. El período de descanso podría comenzar a partir de febrero, alternando lotes que se “pasan” con otros que se consumen temprano. El descanso temprano (a principios de febrero) se asocia con una ma-

yor acumulación de biomasa de raíces (Vázquez & Berone, 2019). En la práctica, esto significa observar 40-50% floración (si todavía hay condiciones para florecer) o un rebrote basal de 5-10 cm al menos una vez durante este período antes de pastorear. Para no perder potencial de consumo y la eficiencia de pastoreo, los lotes más pasados pueden destinarse a la confección de rollos.

Foto 2. Tallo de alfalfa mostrando un desarrollo de 12 nudos. Recordar que, aún si no hay hoja pero hay cicatriz, se cuenta como nudo también.

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Conclusiones Para maximizar el consumo de alfalfa sin comprometer la persistencia ni los potenciales servicios ambientales relacionados con la captura de carbono, es esencial llevar a cabo un manejo del cultivo conociendo los criterios ecofisiológicos que regulan el crecimiento de esta especie. Durante la primavera, el enfoque primordial debe ser maximizar tanto la cantidad como la calidad del pasto consumido, teniendo presente que las tasas de crecimiento irán en aumento. Por lo tanto, se deberá priorizar el ingreso “temprano” a los lotes, cuando la alfalfa tenga 8 nudos, alcance los 25 cm y 2.000 kg MS/ha). Por el contrario, en otoño, el enfoque se debe centrar en la planta y no en la respuesta del animal. En este periodo, es necesario comprometer parcialmente tanto el consumo como la calidad en pastoreo, con el objetivo de permitir que la planta acumule las reservas necesarias para mantener su producción y persistencia en el futuro.

REFERENCIAS

Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-222


GANADERÍA

Alfalfa: secretos para un forraje de calidad

En plena primavera, ponemos el foco en el cultivo forrajero más importante en Argentina y presentamos todas las recomendaciones, desde la planificación hasta su utilización, para garantizar reservas de calidad.

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Con más de 2,6 millones de hectáreas ensiladas, las reservas forrajeras ocupan un lugar destacado en la producción agropecuaria en Argentina. Históricamente, la alfalfa ha sido el cultivo forrajero más importante, proporcionando diversos beneficios, como la fijación de nitrógeno, la reducción de la erosión y el control de malezas. En su paso por Agenda Aapresid, Pablo Cattani (asesor) y Patricio Aguirre Saravia (Duckas S.R.L.) detallan los factores a tener en cuenta para lograr forrajes de buena calidad.

Rollos, ¿por dónde empezar? Para planificar las reservas forrajeras, el primer paso es diagnosticar el sistema productivo, teniendo en cuenta las necesidades de nuestro rodeo. Factores como la región de producción, el historial del lote, la elección de especies, el destino del forraje y su porcentaje en la ración, determinarán el tipo de confección, su ubicación en el lote y las tareas logísticas necesarias para su conservación, extracción y mantenimiento. La elección de la especie es el primer factor que influye sobre la calidad. De ello dependen no sólo la fecha de siembra y el momento del año en el que el forraje esté disponible, sino también la proteína o digestibilidad requeridas en la dieta. Además, esta elección influirá en todos los procesos, desde la confección del forraje hasta su utilización. Es fundamental contar con materiales genéticos adaptados al ambiente de producción, definido por las condiciones agroclimáticas y el manejo del sistema productivo. Los requerimientos no serán los mismos para un tambo, un rodeo de cría o una invernada. “Cada decisión debe ser considerada en función de las condiciones locales y las necesidades específicas”, comentó Patricio. El momento de corte también juega un papel determinante en la calidad, ya que según la fase vegetativa en que se realice, el


forraje variará en términos de digestibilidad, cantidad de materia seca y nivel de proteína. Particularmente en alfalfa, realizar el corte antes de que florezca, permite obtener una mayor digestibilidad y proteína, lo que influye en la calidad final del forraje. Sin embargo, la época del año es otro punto a considerar: “De primavera a verano, lo ideal es cortar pre-floración, mientras que de verano a otoño es conveniente dejar descansar al cultivo y cortarlo cuando esté al 10% de floración”, sugiere Pablo. La alfalfa es una especie templada que responde a la acumulación de grados días (500 GD) para florecer; por lo que en primavera se puede mejorar la calidad aumentando la frecuencia de utilización con 350 o 400 GD, mientras que en otoño es conveniente alcanzar el requerimiento de GD para acumular reservas y mantener una buena persistencia en el tiempo.

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Otro factor que interfiere en la persistencia de estos recursos forrajeros es la calidad del corte. Para evitar el desgarro de las plantas y favorecer un rápido rebrote, es necesario realizar cortes netos que permitan la rápida cicatrización de los tejidos. Existen máquinas con cuchillas cortas que no requieren afilado y trabajan muy bien. Los sistemas de corte también condicionan la calidad de la reserva. La máquina debe sacar rápidamente el forraje para evitar el repicado -golpear de la planta con la cuchilla-. Esto reduce el deshoje y la partición del tallo en porciones pequeñas. Es importante recordar que todo material menor a 10 cm es difícil de recolectar para las máquinas. En este último punto, Patricio enfatiza en la importancia del vínculo con los contratistas y el diálogo a la hora de trabajar juntos.

De la confección al comedero

Después del corte del forraje, hay una serie de procesos relacionados con el acondicionamiento y almacenamiento que influyen en la calidad y conservación del mismo. El acondicionamiento es fundamental para el secado del forraje, y específicamente en la alfalfa, es necesario acondicionar el tallo para igualar la velocidad de secado con la de las hojas. Esto garantiza que se puedan confeccionar rollos con mayor contenido de hoja y, por consiguiente, mayores niveles de proteína y digestibilidad. En cuanto al rastrillado, es importante llevarlo a cabo con un remanente de humedad, para evitar que la maquinaria sea demasiado agresiva con un forraje tan delicado en términos de pérdida de hojas, como es la alfalfa. Los especialistas recomiendan rastrillar con 30-35% de humedad. Sin embargo, en la confección, se debe trabajar siempre por debajo del 20% de humedad para lograr la máxima compactación posible y, de esta manera, evitar el calentamiento del forraje y la desnaturalización de las proteínas.


Por último, puede surgir la disyuntiva entre calidad y cantidad. En el caso del heno de alfalfa, ambas son esenciales. Apuntar a una buena cantidad de alfalfa de la mayor calidad posible, nos va a impulsar la ganadería cuando el forraje empiece a escasear. Además, a la hora de suministrar, contar con material de calidad simplifica el proceso y reduce la carga de trabajo, lo que siempre es beneficioso. Patricio también señala la importancia de la conservación del forraje durante todo el año. Históricamente, la producción forrajera se centraba en el invierno, pero hoy en día se cultiva para todo el año. Por lo tanto, cuidar las reservas durante todo el año, desde el almacenamiento adecuado hasta su uso eficiente, es crítico.

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En conclusión, la producción de reservas forrajeras de alta calidad requiere una atención constante a todos los detalles a lo largo del proceso, desde la elección de la especie y el momento de corte hasta la aplicación de técnicas precisas y el acondicionamiento adecuado. Esta dedicación minuciosa es esencial para garantizar recursos que cumplan con los objetivos que demanda cada sistema productivo. La calidad del forraje no es el resultado de la casualidad, sino el producto de una planificación cuidadosa y la elección apropiada de técnicas y equipos, lo que asegura un suministro de forraje de alta calidad que beneficia la alimentación, salud y productividad del ganado en el momento oportuno, contribuyendo al éxito y sostenibilidad de la producción agropecuaria en general.


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