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Trigales libres de malezas

Una recorrida por diferentes opciones de control químico y cultural para el control de Brassica y Lolium en trigo.

En Argentina, el raigrás (Lolium spp.) tiene biotipos resistentes a tres sitios de acción: glifosato, inhibidores de ALS y Accasa (Din, Dem y Fop), con casos de resistencia múltiple a los tres sitios en todas sus combinaciones. Por su parte, cinco especies diferentes de crucíferas presentan biotipos resistentes a glifosato, inhibidores de ALS y a 2,4D, a uno, a dos, e incluso a los tres sitios de acción.

En el sur de Buenos Aires, la gravedad del problema es tal que estas especies definen el manejo de malezas. Con el objetivo de identificar estrategias para hacer frente a Brassica rapa y Lolium sp. resistentes en trigo, la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid, en conjunto con la Regional Tandilia, organizaron una jornada a campo en un establecimiento de la localidad de Azul.

De la mano del Ing. Agr. Víctor Juan de la FCA Azul, se realizó una recorrida por los tratamientos químicos en los que se plantearon bloques de estrategias de control de: herbicidas residuales para control de Brassica y para control de Lolium. En ambas situaciones, la REM y las empresas sponsors del programa, propusieron diferentes opciones de control químico que, a su vez, se cruzaron con alternativas de control cultural.

Por otro lado, también se plantearon estrategias de control post emergencia para Brassica con selectivos en trigo, como alternativa para los escapes.

Las aplicaciones se realizaron con mochila de gas carbónico a 3 bares de presión, con pastillas abanico plano 0.2 y arrojando un caudal de 120 l/ha.

A continuación, se describen los tratamientos realizados (Tablas 1 y 2), con sus respectivos índices de impacto ambiental (EIQ) y sitios de acción, características que deben ser tenidas en cuenta al momento de seleccionar cada opción más allá del % de control alcanzado.

Residuales para crucíferas (ver revista). Tabla 1: Tratamientos realizados para control de crucíferas.

Residuales para raigrás (ver revista). Tabla 2: Tratamientos realizados para el control de raigrás.

Tratamientos culturales de siembra

Al momento de la siembra, se implementaron tratamientos culturales para identificar cuál podría ser su incidencia en el control de malezas debido a la competencia que puede ejercer el cultivo. Los factores que se modificaron con respecto al tratamiento Estándar (comúnmente utilizado en la zona), fueron: densidad, fertilización, variedad y orientación de surcos. Los mismos fueron evaluados en los tratamientos testigos mediante el conteo de densidad de malezas por m2 (Tabla 3).

VER REVISTA. Tabla 3: Tratamientos culturales. Fecha de siembra: 13 de julio.

En base a la evaluación que se recolectó, se puede determinar que la disminución de la densidad es el factor que mayor incidencia presenta en la competencia contra las malezas, mientras que la orientación del surco no reflejó ninguna diferencia con respecto al tratamiento estándar (Figura 1).

VER REVISTA. Figura 1: Resultados de la evaluación recolectada.

Postemergentes para crucíferas selectivos en trigo

Los tratamientos de postemergencia se aplicaron el 24 de agosto, 47 días después de la siembra, con plantas de Brassica cuyo desarrollo variaba desde plántulas hasta rosetas de 10 cm (Tabla 4). VER REVISTA.

Los porcentajes de control a las 3 semanas de la aplicación variaron entre 70 a 90% con respecto al testigo. Mientras que el tratamiento de 2,4D presentó solo un 20% de control, lo que evidenció la resistencia de este biotipo al herbicida hormonal.

Los tratamientos postemergentes no contemplaron ningún producto de ALS para evitar la resistencia a este grupo. En este sentido, se busca siempre acompañar a los productos del grupo de los hormonales con alguno de contacto que permita cortar con la resistencia.

Por su parte, los productos de contacto ensayados (bromoxinil, diflufenican, carfentrazone, flurocloridona) poseen un buen control de nabos en postemergencia, pero son muy dependientes del estado fenológico de las malezas. El tratamiento que alcanzó el menor nivel de control (70%) estuvo conformado con dos herbicidas de contacto, lo que evidenció la falta del sistémico para aportar al control.

A modo de conclusión, una vez más se reafirmó que para retrasar la generación de malezas resistentes se debe trabajar desde el punto de vista técnico e incorporar a los sistemas el manejo integrado coordinando varias herramientas.