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Disculpen, ¿dónde están las mejoras?

EL ESLOGAN DE LA ÚLTIMA CAMPAÑA DE CERCANÍAS ("DISCULPEN LAS MEJORAS") ES UN CHISTE DE MAL GUSTO HACIA LOS USARIOS DE LA C-3. A LOS PERMANENTES RESTRASOS, INCIDENCIAS Y HACINAMIENTOS, SE SUMAN ESTE AÑO LAS OBRAS DE REMODELACIÓN DE CHAMARTÍN, QUE DEJAN A LOS USUARIOS SIN CONEXIÓN DIRECTA CON SOLO NUEVOS MINISTERIOS Y HAN GENERADO UN AUTÉNTICO CAOS EN EL SERVICIO GRACIELA DÍAZ narraba a ZIGZAG una joven que tiene que coger diariamente la línea a las 08.12 horas. El lunes 6 de febrero, el primer día laboral del cierre del túnel de Sol, su tren terminó saliendo con un cuarto de hora de retraso. “15 minutos de retraso para empezar esta nueva etapa. Esto promete”, lamentaba otro viajero que conseguía acceder al convoy.

Hasta que finalice 2023, los viajeros de la C-3 con destino Chamartín tendrán que bajarse en Atocha y coger alguna de las líneas de Cercanías que circulan por el túnel de Recoletos (C-1, C-2, C-7 y C-10) o seguir el trayecto en Metro o en autobús. De repetirse el desastre vivido en este primer día con cortes en el servicio, será necesaria más de una disculpa por parte de Renfe por no cumplir ni con los horarios ni con la frecuencia de trenes recogida en su Plan Alternativo de Transporte.

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Al cierre de esta edición, ninguna jornada desde el inicio de las obras ha acabado sin incidencias. A ojos de los usuarios todo está siendo “un completo caos”, marcado por largos tiempos de espera, aglomeraciones en los andenes y vagones en los que “la gente va hacinada”.

Especialmente tensos fueron los momentos vividos por las demoras del 8 de febrero, cuando un grupo de viajeros, visiblemente enfadados, llegaron incluso a aporrear la puerta de la cabina del maquinista mientras gritaban “sois unos putos sinvergüenzas”.

¿POR QUÉ VÍA SALDRÁ EL TREN?

Los vecinos del sur de Madrid también tendrán que enfrentarse estos meses a la incertidumbre de no saber hasta el último momento dónde aparecerá su tren. Aunque en la estación de Atocha hay un cartel amarillo que reza “C-3 Aranjuez, vía 5”, no han sido pocas las ocasiones, en estos primeros días de obras, en las que los usuarios han terminado cogiendo su convoy en otras vías.

“Hoy ha sido una locura. La gente esperando arriba viendo de qué vía iba a salir el tren. Ponen vía 7 y, de repente, lo cambian a la vía 6. Todos a correr”, comentaba un joven pasajero. El tren al que terminó subiéndose ni partió por su vía, ni tampoco a su hora. “No salió a ninguna de las horas que aparecían en la aplicación de Cercanías y solo apareció en la pantalla de información cuando ya estaba preparado para salir”, explica el joven.

En Cifras

15 incidencias en los primeros 30 días laborables del año. La mitad de los servicios.

40 millones de desplazamientos se registran cada año en las líneas C-3 y C-4.

7.500 ciempozueleños cogen diariamente la C-3 para llegar a su trabajo.

235 horas más al año tendrán que dedicar los usuarios de la C-3 a sus trayectos debido a las obras de remodelación del hall de Chamartín.

No Hay Noticia

Los problemas en la C-3 ya no son noticia. Lo sorprendente es que nada falle. “Un hecho insólito: el tren dirección Aranjuez que debía salir por la vía cinco a las 8.02 horas lo ha hecho en la hora y la vía que le correspondía”, celebraba con sarcasmo en redes sociales un usuario ante el extraordinario hecho. “Quizá necesites la ayuda de expertos en fenómenos paranormales”, “¿Seguro que estabas despierto?”, “Eso no pasa dos veces, has vivido un momento histórico”, respondían irónicamente sus vecinos. “Es tercermundista que en esta línea lo normal sea lo anormal”, coinciden.

En las últimas semanas, no hay jornada en la que la megafonía de la estación o el perfil de Twitter de Cercanías Madrid no alerte de una incidencia que afecte a trenes de la línea C-3. Una de las más sonadas fue la vivida el jueves 26 de enero a la entrada de la estación de Pinto, donde el corte de un cable provocó que se desprendiese parte del techo del vagón de un tren. El servicio se interrumpió durante horas y dejó a centenares de viajeros tirados en Getafe Industrial, sin cobijo, en plena ola de frío.

La turba de quejas a través de los cientos de mensajes que se compartieron por redes sociales obligó a Renfe a ofrecer una alternativa a los viajeros afectados por la avería, contratando un servicio de autobuses lanzadera. Un “privilegio” del que a menudo no gozan los viajeros, ya que no paran de multiplicarse las denuncias de usuarios que han tenido que pagar de su bolsillo taxis para poder llegar a casa.

235 Horas M S De Viaje

Las obras de remodelación del hall de Chamartín costarán 326 millones de euros y más de 235 horas perdidas al año a los usuarios de la C-3.

¿Sigue compensando elegir el tren para ir a trabajar si eres un usuario de la C-3? Algunos vecinos lo tienen claro. “Matemáticas simples. Hoy he tardado una hora y media en llegar al trabajo cogiendo el tren. Según Google Maps, si hubiera hecho el trayecto en coche habría invertido 46 minutos, teniendo en cuenta los atascos”, resolvía una vecina de Valdemoro.

Frente a las encuestas de Cercanías Madrid que cifran la puntualidad del servicio en un 97,06%, algunos ciudadanos ya se atreven a hacer sus propias estadísticas. “Solo uno de cada ocho viajes en la C-3 llega a su hora”, zanja el informe del itinerario de un vecino entre la semana del 23 al 27 de enero.

“Los vecinos del sur pagamos impuestos y horas de nuestra vida para que se hagan obras que no nos repercutirán a nosotros. En la C-3 no tenemos resuelta la accesibilidad, no tenemos medios sustitutorios, no tenemos puntualidad, no tenemos higiene. Cada día que te subes a un tren de la C-3 es una aventura”, denuncia el concejal de Ahora Ciempozuelos, Carlos Girbau.

Todos A Una

Ante los innumerables descontentos por parte de los ciudadanos, Ciempozuelos ha sido el primer municipio afectado por la C-3 en mover ficha. El mensaje de la corporación ciempozueleña es claro: Renfe no puede seguir robando su tiempo a sus vecinos.

El pleno de enero aprobó por unanimidad una moción presentada por Ahora Ciempozuelos y PSOE exigiendo al Ministerio de Fomento “poner en marcha medidas compensatorias para los afectados” como la gratuidad del abono transporte para todas las personas usuarias de la C-3, autobuses sin coste que permitan reducir las aglomeraciones en horas punta y el aumento de la frecuencia de trenes.

“La C-3 no puede decidir la hora a la que nos levantamos, nos dormimos o llegamos al trabajo”, reivindican en pleno el concejal Carlos Girbau, afectado esa misma mañana por uno de los cotidianos cortes ha vivido la línea en las últimas semanas.

Desde Ciempozuelos también han pedido que, de manera urgente, se convoque una reunión con todos los alcaldes y representantes políticos de los municipios afectados, a fin de poder reunirse con el Ministerio de Transportes, Adif y Renfe para trasladarles el malestar generalizado entre la ciudanía.

“Hoy el servicio de Cercanías de Madrid se halla en un punto de no retorno. Los retrasos, desajustes y quejas que diariamente registra el servicio son consecuencia directa de la insuficiencia en infraestructuras”, reza el manifiesto leído en pleno.

También la corporación municipal de Valdemoro ha pedido una reunión con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, para buscar una solución: “No podemos pedirles a nuestros vecinos que utilicen el transporte público masivamente y dejen aparcados sus vehículos para los desplazamientos cotidianos cuando fallan los trenes, la puntualidad es fruto de la casualidad, las frecuencias son escasas y las interrupciones del servicio son continuas”.

172 A Os Y Todo Sigue Igual

Inaugurada en 1851, la C-3 es la vía más antigua de Madrid. “Y sigue igual de inaccesible que hace 173 años. En la C-3 nunca cambia nada”, denuncia el portavoz del PP de Ciempozuelos, Héctor Añover.

La C-3 es utilizada diariamente por más de medio millón de usuarios. En Ciempozuelos, más de 7.500 vecinos utilizan la línea para llegar a sus puestos de trabajo o centros de estudio cada día.

Al “deterioro” general que sufre la C-3, en Ciempozuelos se le une la falta de un ascensor en la estación de tren. “Una deficiencia difícilmente justificable que crea un perjuicio discriminatorio hacia nuestros vecinos. Nuestra identidad como municipio está marcada por la existencia de numerosos centros asistenciales con personas con movilidad reducida. Para ellos, este ascensor es vital”, reclamaba la concejala socialista Sandra Pérez

Gobiernos de PP y PSOE han prometido durante años planes de mejora para la C-3 que nunca han llegado. Al inicio de esta legislatura, en 2019, el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, aseguraba al Gobierno de Ciempozuelos que se estaba realizando la redacción del proyecto para la instalación del ascensor en la estación. Dos años más tarde, en 2020, el Ministerio de Fomento anunciaba la redacción de un plan integral de Cercanías, con actuaciones para minimizar las incidencias, modernizar la red y aumentar la frecuencia de trenes en la C-3. Hoy, cuatro años después, la respuesta sobre el estado de las obras del ascensor de Ciempozuelos es la misma y las mejoras sobre el servicio siguen siendo solo promesas.

Por ello, dejando en partidismo a un lado, desde Ciempozuelos piden “unión para reclamar lo que es justo y urgente”, haciendo de los problemas de la C-3 una “prioridad” para la corporación municipal.