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Retorno a la presidencia
prefirió establecerse en París, pero en ningún momento renunció de su cargo en el ejército español.
Larebelióncontra el dominio español no tuvo relación con las banderías antes existentes. Participaronporigual antiguos partidarios de SantanayBáezypersonas que no habían tomado parte en ese conflicto. Esto explica que, a pesar del apoyo que Báezotorgó algobierno español, muchos de suspartidarios que habían permanecido dentro del país tomaran parte en laguerra de la Restauración. Por ejemplo, elprimerpresidente del gobierno restaurador de Santiago, José Antonio Salcedo (Pepillo), era conocido como baecista, aligualque Pedro Florentino, quienfue designadojefede operaciones enelSur.
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El liderazgo que detentaba Báezqueda evidenciado por el hechode que, apesar desu adhesión a España, elpresidenteSalcedo sepropusiese gestionar suretomo al país para entregarle lapresidencia. Esafidelidad asulíderfue unade lasrazones de la destituciónyfusilamiento de Salcedo,ya que eljefe del ejército restaurador, GasparPolanco,habíasidopartidario deSantana,ylascabezas civiles delgobierno enSantiago habíandirigido la rebelión contra Báez en 1857.
RETORNO A lA PRESIDENCIA
Báez renunció a su rango en el ejército español solo después quelastropas peninsulares abandonaronlaIsla,yponderó que su apoyo al gobierno español había sido un error que lo mantendría alejado del país durante largo tiempo. Se instaló en Curazao para esperarpacientemente el desenvolvimiento de los acontecimientos, deseguro calculando que, alalarga, contabaconfactores a su favor pese a su error. Lo primero que debió sopesar es que, desaparecido Santana, no había otro dirigente con experienciacapaz de reunirfuerzas parainstaurarungobierno estable. Enmedio de lairrupción desordenada de los caudillos, como secueladelaRestauración, podía esperar que entre ellos seguirían aflorando con-
flictos que, más tarde o más temprano, rescatarían lavigencia de supersona. Además, debió calibrarque contabaconmuchos partidariosenlasfilas restauradoras; elmismoJoséMaríaCabral, quien ocupó lapresidenciatras lasalidade losespañoles, erareconocido como antiguo baecista.
Los generales de la Restauración, en efecto, carecían de cohesiónyde un proyecto acabado de gobierno, aunque algunos se habían compenetrado con los principios liberales adoptados porlos miembros del gobierno de Santiago. Éstos dieron lugar a una corriente liberal que adoptó el nombre de Partido Nacional, aunque no era un verdadero partido en el sentido como hoyse entiende, y fue conocida como Partido Azul. Se proponían instaurarun régimen democrático institucionalizado que garantizaralasoberanía nacionalyla marcha del país hacia el progreso.
Las concepciones de los liberales chocaban de frente con las aspiraciones personales de Báez. Sinembargo, enunprincipio, no estaban del todo deslindadas las posiciones, lo que explicaquevariosgenerales restauradores del Este seguidores de Báez, encabezados porPedro Guillermo, armaran en octubre de 1865 un movimiento para derrocar a Cabral, quien no los enfrentó, sino que aceptótraspasarlapresidenciaasuantiguojefeBuenaventuraBáez, aquienfue a buscar a Curazaoen noviembre.
Al tomarposesión de lapresidenciasin oposición, Báezdesignó a Cabralcomosecretario de la Guerraya Pedro Pimentel, otro de los principales adalides de la Restauración, como secretariode Interior. Solo Gregario Luperón se negó a todo trato con el nuevo presidente e intentó sin éxito armar un movimiento ensu contra. Empero, algunas figuras civiles se sintieron atónitas ante el curso de los hechos, lo que fue exteriorizado por elsacerdote Fernando Arturo de Meriño, en el discurso de investidura del nuevo presidente, cuando le echó en cara que se había mostrado indiferente respecto a lalucha del pueblo contra el dominio español.
Incómodo parsu dependencia defiguras cuyafidelidad aún no estabagarantizada, Báezconcibió con rapidez medidasparaconsolidarse en la presidencia. Una de ellas fue distribuir 200 pesos fuertesalosgeneralesqueparticiparonenlaguerradelaRestauración,
