El amor es una palabra de acción
Sí, ha habido mejoras en nuestra sociedad a lo largo del tiempo. Pero ha habido demasiados reveses, y la victoria sobre el pecado del racismo está aún muy lejos. Langston Hughes captura el viaje para algunos de nosotros en su poema "De madre a hijo", en el que declara a través de la cadencia y el dialecto de la antigua lengua vernácula del sur, que por muy difícil que sea el viaje, debemos seguir subiendo. Dios nos está llamando a nuevas alturas: Bueno, hijo, te lo diré: La vida para mí no ha sido una escalera de cristal. Ha tenido tachuelas, Y astillas, Y tablas rotas, Y los lugares sin alfombra en el suelo... Desnudos. Pero todo el tiempo He estado escalando, y llegando a los aterrizajes, y doblando las esquinas, Y a veces yendo a la oscuridad donde no ha habido ninguna luz. Así que chico, no te vuelvas atrás. No te bajes de los escalones porque te parezca más difícil. No te caigas ahora... Porque todavía estoy yendo, cariño, todavía estoy escalando, Y la vida para mí no ha sido una escalera de cristal. El poema de Hughes es ilustrativo de la observación de Paul: "Estamos apretados por todos lados, pero no aplastados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús se revele también en nuestro cuerpo" (2 Cor. 4:8-10).
¿UNA POSTURA INTRÉPIDA? Esta declaración inequívoca articula tanto nuestra firme creencia como nuestra obligada responsabilidad entre nosotros y con toda la humanidad. El racismo, que clasifica a los grupos de personas como inferiores o superiores, incluyendo sus prácticas relacionadas, es claramente antitético a nuestras creencias declaradas. De hecho, viola todos los elementos de los mandatos
110 RECURSOS DE LIDERAZGO PARA UNA MAYOR COMPRENSION CULTURAL Y RACIAL