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Historias para Niños

La historia de Fayeza

Por Michael Rohm

Texto "¡Líbrame de mis enemigos, oh Señor! He huido a ti en busca de refugio". Salmos 143:9 ESV

Accesorios Foto de un campo de refugiados, y de Fayeza para mostrar a los niños mientras describesel campo y cuenta la historia.

Hacía mucha calor. Todo el mundo estaba sudando. En la tenue iluminación de la habitación individual, apenas se podían ver las caras. El aire era pesado bajo el techo de lona negra que se extendía a través de los postes de bambú, y sólo el pequeño ventilador eléctrico plantado en el suelo de tierra, con sus cables partidos y deshilachados, movía el aire caliente y quieto. Esa habitación y la contigua, una cocina desnuda, separada por un trozo de plástico, era todo lo que pertenecía a Fayeza y su familia en el campo de refugiados donde vivían. No siempre fue allí donde vivió Fayeza. Apenas tres meses antes, la familia de cuatro miembros de Fayeza poseía una espaciosa casa de madera con habitaciones separadas para los niños y dos baños para los seis miembros de la familia. Pero ahora vivían en un campo de refugiados. Toda la familia dormía en el suelo en la misma habitación, compartiendo dos letrinas o baños, con otras 70 familias. Fayeza recuerda noches cómodas en su propia cama. Recuerda la granja de su familia: las vacas, las cabras y los pollos pastando entre los campos maduros, listos para la cosecha. Se sentía increíblemente triste de que su familia tuviera que dejar su casa. Debido a los disturbios actuales, ya no era seguro quedarse en la granja de su familia.

Tuvieron que huir antes de que el ejército enemigo pasara por su pueblo, y tuvieron que seguir moviéndose mientras el ejército se movía de pueblo en pueblo. Fayeza y su familia llegaron a las orillas de un río que estaba en la frontera con el país vecino. Con el ejército cerca, se unieron a otras familias, ya en el río, cada una desesperada por cruzar el río a salvo. El padre de Fayeza le dijo a la familia que estarían a salvo si lograban cruzar el río, pero el río era demasiado grande para cruzarlo a nado. Milagrosamente, el padre de Fayeza aseguró un pasaje de barco para la familia. A pesar de la rápida llegada del ejército, la aterrorizada familia cruzó el río a salvo. Se encontraron con unas personas al otro lado del río que les dijeron cómo llegar al campo de refugiados donde podían quedarse. Muchas familias habían huido de su país y terminaron aquí. No era tan agradable, pero al menos tenían refugio, acceso a la comida, y lo más importante, seguridad y libertad de la persecución. ADRA (Agencia Adventista de Desarrollo y Ayuda) y otras agencias de ayuda están ayudando a familias como la de Fayeza. ADRA ayuda a proveer comida y refugio a muchas familias. Ellos están muy agradecidos con ADRA por ayudarlos. Aunque están agradecidos por un lugar donde quedarse y comida para comer, Fayeza quiere ir a la escuela, y el padre de Fayeza quiere un trabajo. Éste es el mayor desafío en el campo de refugiados. Los niños extrañan sus antiguas escuelas y a sus amigos. ADRA entiende esto, y es por eso que comenzó una campaña llamada, "Cada niño, en todas partes, en la escuela". Cada niño debería tener la oportunidad de recibir una educación. Algunos de nuestros ofrecimientos van para ayudar a familias como la familia de Fayeza. Esperamos que un día, muy pronto, Fayeza pueda asistir a la escuela y que su padre tenga un trabajo para mantener a su familia. Oremos por las familias de refugiados como la de Fayeza y demos gracias a Dios por mantenerlos a salvo. Que puedan aprender sobre el Dios que los liberó porque los ama. Como dice el Salmo 143:9, "¡Líbrame de mis enemigos, oh Señor! He huido a Ti en busca de refugio". Termina con una oración.

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