5 minute read

Opinión

Déficit democrático

ganar o perder en buena lid. Puerto Rico se ha convertido en una cantera del truco electoral, algunos de corte ilegal, que socavan los pilares de una verdadera democracia. Entre muertos(as) que votan, vaciado de listas, usurpación del voto encamado, maletines de papeletas que aparecen y desaparecen, compra de votos a cambio de trabajo y bonificación monetaria para empleados(as) públicos(as), eliminación del registro electoral al no votar en una ocasión, reagrupar votos eliminando opciones plebiscitarias, propiciar el doble voto mediante pivazos y ahora “pivazos al revés” con la coaligación en lugar de votar por candidaturas o mixto con el propósito de no perder la franquicia electoral, y el “quid pro quo” del otorgamiento de contratos millonarios gubernamentales a cambio de donativos para beneficio de políticos(as) o campañas.

Advertisement

En Puerto Rico se legisla y hay un truco para darle la vuelta a lo legislado. Se asignan fondos y hay un truco para apropiárselos indebidamente. Se reglamenta para establecer una vía prístina para distintos trámites, y florecen las maneras para circunvalarles. La creación de nuevos partidos o los partidos “emergentes” tampoco han demostrado ser una solución. Enseguida se han “sumergido”, con sus propuestas “truqueras” para cavar su propia tumba. Ya abrieron las compuertas para actos nebulosos que rayan en las mismas deficiencias del PPD/PNP que interesan derrotar.

La participación electoral ha mermado de un 82.2% del electorado en el 2000 a 55.02%, veinte años más tarde (Exposición de Motivos, Sustitutivo de la Cámara de R. Conc. de la C. 12 y R. Cons. de la C. 30, p.2). Aprovechándose de la aparente inconformidad con el bipartidismo PNP/ PPD, surgió un esfuerzo ciudadano de abrir el abanico de opciones partidistas. Como mecanismo para fortalecer nuestra democracia, derrumbando la hegemonía gubernamental PNP/PPD, nacen partidos nuevos. Actualmente son cinco partidos que se disputan los votos para lograr al menos sentarse en la rama legislativa. Aunque todavía la reagrupación de minorías en tres partidos políticos distintos -MVC/PIP/PD- está lejos de llegar al Ejecutivo, trazan su mapa desarrollando nuevas vías para derrumbar el bipartidismo. Ahora que se ha fortalecido la democracia con una expresión contundente de que los dos partidos políticos principales -PNP/PPD- ya no cuentan con el respaldo de más del 50% del electorado que ejerció su voto, oportunamente se les quiere acorralar para nuevamente cerrar el abanico. Otra vez a las minorías se les delimita con una segunda vuelta para escoger entre los(as) dos candidatos(as) que sacaron mayor cantidad de votos. En su afán por desarrollar mecanismos para supuestamente buscar legitimar el respaldo al gobierno exigiendo una mayoría de más de 50%, terminan enredados en la segunda vuelta poniéndose la soga al cuello. Primero, porque no se dan cuenta que numéricamente regresan al punto de partida, teniendo que votar por los mismos dos candidatos(as) del bipartidismo que no querían. Segundo, que no consideran el número de votantes hábiles que optan por la abstención en repudio a las candidaturas. La abstención no se puede maquillar artificialmente invisibilizándola al forzar una mayoría entre el número menguado de quienes finalmente votan. Esta propuesta silenciaría la voz del que decide no votar. Una segunda vuelta no resuelve el problema principal que es la inconformidad del electorado con la calidad de las candidaturas y propuestas de campaña. Más allá de artificialmente crear una falsa realidad de un respaldo inexistente por el rechazo electoral, hay que reenfocarse en mejorar la vida en el País. Una segunda vuelta sería un esfuerzo inútil. ¿Tanto nadar para morir en la orilla?

Dirección Postal: PO Box 15074

San Juan, PR 00902-7515

Dirección Física: 1064 Ave. Ponce de León 2do. piso San Juan, PR 00907 redaccion@elvocero.com

787-622-2300 787-721-2300

Clasificados

787-724-1485 / 787-622-7495

La semana anterior fue tema de discusión en la opinión pública formal el de la segunda vuelta electoral para la elección del gobernador o gobernadora en Puerto Rico. Antes de todo quiero establecer y dejar meridianamente claro que en lo personal creo en la idea de elección mediante el cincuenta por ciento más uno de los sufragios para todos los puestos electivos. Lo que popularmente se denomina segunda vuelta, es una acción democratizante. Los defensores de dicha propuesta utilizan como argumento y ejemplo el resultado de las elecciones anteriores con el que fue electo el gobernador Pedro Pierluisi con un 33% de los votos emitidos. Se indica que ese resultado demuestra que el 67% de los electores no le apoyaron por lo que es contraria a la democracia su regencia. Ciertamente en otras jurisdicciones a nivel global se ha democratizado la elección del dirigente de la rama ejecutiva con el mecanismo de la segunda vuelta y eso es innegable. Ahora bien, muchos de los proponentes para que se enmiende la Constitución local a los efectos antes mencionados, entran en una se- rie de contradicciones que minan sus fundamentos ante la opinión pública y se representan como hipócritas. Si es cierto, que lo que motiva su propuesta es su vocación democratizadora, ¿por qué limitar la misma al puesto de gobernador? ¿Por qué no debe ser extendida a todos los puestos electivos?

Si su vocación es estrictamente democrática, ¿Por qué se oponen a otras ideas –incluso algunas que no requieren de enmiendas constitucionales– que democratizarían los procesos eleccionarios? Entre las que destacan, el voto por correo, el voto electrónico, el registro electoral electrónico, más aún, ¿por qué se oponen a que todo joven y/o elector que vaya a sacar su licencia por primera vez o a realizar cualquier otra transacción como conductor, se registre para votar en ese mismo trámite? Si total, ese proceso de registro de conductor requiere evidencias de residencia y edad provistas por el propio Estado.

La hipocresía estriba en que en realidad les importa un bledo la democracia. Su intención es bloquear la posibilidad de elección de cualquier candidato a gobernador que se iden- tifique como “estadista” en el sentido puertorriqueño del concepto. Muchos de los promotores de la segunda vuelta ven en nuestra realidad colonial en el manejo del presupuesto la posibilidad de establecer cuadros políticos para adelantar, bloquear o retrasar agendas relacionadas al derecho inalienable a la autodeterminación que tenemos como pueblo. Tan es así, que en las mismas elecciones que utilizan como ejemplo para unas cosas, el pueblo votó por la alternativa de la “Estadidad” –integración formal a la federación estadounidense– con más del 51%. Pero ahí reniegan contra ese resultado a pesar de que fue el mismo sufragio en el que ellos salieron electos. Para una cosa sí, pero para otra no. Utilizan como fundamento el número inflado que refleja el registro electoral actualmente para señalar que esos votos por la estadidad no alcanzan la mayoría de los inscritos. No obstante, bajo ese mismo fundamento, nunca habría segunda vuelta que alcance la mayoría. Así son los números, como algunos seres humanos, si los torturas un poco, dicen cualquier cosa. Por lo tanto, Yo apoyo la segunda vuelta siempre y cuando resolvamos nuestro problema colonial y/o de estatus político como condición previa y “sine qua non” para ello. Pongamos como corresponde los bueyes frente a la carreta. De lo contrario, la segunda vuelta dejaría de ser un mecanismo democratizante para convertirse en un obstáculo a la democracia teniendo como entendido de que no existe nada más antidemocrático que el colonialismo. Mientras tanto podemos ir trabajando otros medios democratizadores muchos de los cuales no requieren enmiendas constitucionales. Por ejemplo, pero sin limitarse a: (1) apertura de centros de votación en cada precinto por lo menos una semana antes de las elecciones en turnos de doce horas diarias, (2) masificar el voto por correo sin limitaciones de edad y/o condiciones médicas, (3) ir financiando la infraestructura y tecnología para emitir el voto de manera electrónica, (4) separar las elecciones para la rama legislativa de la de los acaldes y gobernador, (5) registrar electores en los Cesco a la hora de levantar su registro de conductor, (6) la elección de los legisladores municipales en representación de cada sector geográfico o región de cada municipio en lugar de ser el listado a dedo de los más incondicionales del candidato a alcalde de cada partido. Si vamos a democratizar hagámoslo de verdad.

Los comentarios expresados en esta sección son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan el pensamiento o las opiniones de Publi-Inversiones Puerto Rico Inc. Si alguien mencionado en cualquiera de las columnas quisiera refutar lo vertido en las mismas puede escribir a redacción@elvocero.com.

This article is from: