21 minute read

Celso Montaño Balderrama

CELSO MONTAÑO BALDERRAMA (Bolivia)

Nació en Punata, Cochabamba, Bolivia el 6 de septiembre de 1949. Profesor, abogado, pedagogo, escritor y periodista cultural. Fue docente de escuela, colegio, Institutos Superiores de formación docente y de la carrera de Derecho de la UMSS. Fue condecorado con la Gran Orden de la Educación Boliviana con el Grado de Comendador, por el Ministerio de Educación y Cultura de Bolivia. Distinguido Honor al Mérito Literario por la Cámara de Diputados. Secretaria de Educación del Estado Plurinacional de Bolivia. Publicó como autor y coautor más de 40 libros. Obtuvo el Premio Nacional de Cuento “Oscar Cerruto” con su obra Minotauros azulísimos (1993) de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz; Premio Nacional de Cuento “Franz Tamayo” (1994) de la Alcaldía Municipal de La Paz y Premio Nacional de Novela: “Marcelo Quiroga Santa Cruz” (2006), con su obra Corazón de Bolivia, de la Alcaldía Municipal de Cochabamba. Libros recientes: Pachakutec: el soberano creador del nuevo mundo: novela histórica (2009), De tour por los universos y multiversos: novela de tesis (2013), Pedagogía de la vida, filosofía del optimismo (2017), Tiwanaku: novela-ensayo (2017), Apuntes de astrofísica. Una pelea más (2019).

Advertisement

111

LOS HIJOS DE LA UTOPÍA LA PANDEMIA DE LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL Celso Montaño Balderrama

Ama a la Madre Tierra como a ti mismo, esclavo de la globalización y el consumismo: Tu mayor conflicto es tu cerebro de multitudes arrodillado al dios dinero.

Ciudadanos interestelares de tour por los millones y millones de universos o multiversos/pluriversos, con sed de verdades necesitamos renovarnos. La inteligencia creadora del universo impulsa la sabiduría revolucionaria: Se derrumbó el esclavismo, se derrumbó el oscuro feudalismo, se derrumbó el trabajo del obrero de 16-18 horas. La explotación del hombre por el hombre o la plusvalía de la fuerza de trabajo no pagada, mañana serán polvo y ceniza. La infernal máquina del capitalismo efecto de sus propias contradicciones, terminará en la hermandad universal de la raza humana.

El ser humano o es rico o es sabio: Ningún montón de dinero compra sabiduría. He ahí el conflicto universal. De esto viene la dicotomía, la bipolaridad, la enfermedad de la condición humana, subirse en la montura de dos caballos y romperse la unidad del ser. O vivimos de la plusvalía, la fuerza de trabajo no pagada al obrero o vivimos del sudor de nuestra frente, sin explotar a nadie.

Carne de estrellas, polvo de estrellas, hijos del fuego de las estrellas, hijos de sueños revolucionarios, escuchemos a Jacques Derrida: Los filósofos occidentales son farsantes, hipócritas, mentirosos, que viven de prejuicios culturales y filosóficos que han inventado una metafísica destructiva, negativa, pesimista y lo que debe hacerse es deconstruir, analizar, reflexionar, pensar la vida de nuevo, reorientar nuestros pasos para reorganizar nuestras vidas.

112

Richard Feynman, ilustre astrofísico norteamericano, “Suma de historias”, llama a los miles de historias del universo. Y esto que se lee, llámese cuento, poesía o ensayo, afirma que debemos volver a nuestras raíces. Pensar el mundo con ojos holísticos, integrales, globalizadores, vale decir, sentir, pensar, ver y comprender el mundo como un todo: Pacha.

El capitalismo destructor ha creado la pandemia del coronavirus Cóvid-19 para meternos a todos en la bolsa del miedo. La venta de medicamentos para vacunar al mundo es negocio multimillonario para las transnacionales. Los países ricos acaparan el 80% de los medicamentos y los países pobres no tienen con qué vacunarse, excepto el miedo, el espanto y el terror de la desesperanza. Volvamos a nuestras raíces. Cada nación, cada pueblo, cada cultura y toda filosofía tienen el mismo valor. Finalmente, el organismo de todo ser vivo sabe curarse a sí mismo y lo que hace falta es pensar desde nuestro modo de ser. Repensar el mundo es la filosofía necesaria, irrenunciable, sostenible con los pocos recursos que tiene toda sociedad.

Si vivimos del capitalismo depredador, es porque no hemos desarrollado la filosofía de la esperanza. Hijos de la Utopía e hijos de los sueños revolucionarios, el viejo filósofo griego Heráclito de Éfeso, antes de que naciera Jesús de Nazaret, definió las bases científicas del devenir histórico: “Nada permanece, todo cambia, todo fluye, todo pasa, todo se transforma”.

Yo que tengo el estado de ánimo comunitario, enfrento a la pandemia de la filosofía occidental con amor, esperanza, buen humor, paciencia y madrigal de ojos negros para cuestiones precisas de literatura, para el pleno convencimiento de la ciencia y la filosofía, viajando de Cochabamba hacia donde sale el padre Sol o el Tata Inti, la zona de Yacanahuyo, está ubicada al oeste de la plaza

113

Principal de Punata, a unos veinte minutos de caminata al paso del filósofo que piensa, medita y vive las neuronas rosas de la eterna primavera del verde paisaje siempre floreciente. La tierra natal de mis abuelos Bartolomé Montaño y Dominga Orellana, de mis padres Eusebio Montaño Orellana y Clotilde Balderrama Claros y de éste viejo soñador de camisas estampadas de cabellos blancos que no olvida la memoria activa del producto de las neuronas rosas de la infancia, cuando Yacanahuyo fue aguas claras, aguas abundantes, lunas y soles romanceros, peces colorados, verdes tierras de cultivo agrícola, poblada por generosas amistades de grande corazón comunitario, por la hermandad comunitaria que compartíamos pan, agua, risa franca y fresca y la antigua sabia felicidad plena.

Ni bien abrí los ojos a la poesía, rebelde y descontento con el mundo desigual e injusto, escribí en mi memoria con fuego de que todos estamos hechos de la misma carne y que todos llevamos la misma sangre de la hermandad universal de la raza humana, que asegura que todos somos unidad y diversidad planetaria, impulsados por el amor al prójimo, la solidaridad y complementariedad. No hay realidad perversa e infame que dure mil años.

Descendiente de la “Isla del Sol”, de la antigua “Pukiña Khocha” o el actual Lago Titikaka, heredero de la sabiduría Pukiña, Aymara, Kheswa y español, hombre entero de sueños quijotes, hombre viable y lector voraz y soñador impenitente de sueños libertarios, con sed de justicia social, con sed de amores, con sed de verdades, con sed de libertad, con sed de infinitos y con sed de surrealismos, enfrentado con tradiciones carcomidas y repetitivas de técnicas literarias empolvadas por el tiempo, caso del conflicto entre la poesía, la novela, el cuento, el ensayo, el periodismo cultural, desde mis diez o catorce años que sospecho de la naturaleza verdadera de la vida, conflicto en la sopa, conflicto en el almuerzo, conflicto en la cena, conflicto aquí y conflicto allá.

114

Entonces, para no aburrirme de las repeticiones repetidas repetidamente, lejos de lo circunstancial y marginal que no añade nada bueno al buen sentido del buen humor, hago el apunte geopolítico comprometido que le echa en cara lo del conflicto perros de guerra: Los revolucionarios sueñan con un mundo mejor que haga posible que la marraqueta para los hijos se compre con el salario del obrero para toda la familia, que los hijos de la Utopía crezcan con la fe del luchador social al servicio de los pobres y que los hijos de los sueños revolucionarios se sostengan en pie hasta el último día de sus vidas y no terminar hipócritas, corruptos, contrabandistas, narcotraficantes, vende patrias y aindiados, como cientos de los que escapan al Norte después de llenarse los bolsillos con el dinero del pueblo.

Después del descuartizamiento de Túpac Amaru y Túpac Katari por los españoles, después de los acontecimientos políticos que masacraron en Parotani, Angostura, Carcaje, Epizana, Puente del río Rocha, río Amarillo, Senkata, Wayllani, Montero y otros lugares, víctima de la manseada narrativa de la toma del poder, herido de muerte o en estado de coma, enflaquezco peor que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha o el Caballero de la Triste Figura, veo transcurrir mi vida entre la pena, la tristeza, la melancolía, el estrés, la depresión, la ansiedad, la hipertensión, la muerte con pies de plomo, el abandono, el olvido, entre el polvo y la ceniza que deja la vejez en condiciones lamentables, perdidos los amigos más íntimos, que hasta dos o tres años convirtieron mi casa en romería, porque por voluntad propia regalé mi vida haciendo de periodista cultural, corrector de pruebas, promotor de libros y de escritores bolivianos, presentador de libros y autores y exposiciones de pintura y pintores, autoproclamado mecenas de pintores y escritores mesiánicos, hoy perdido entre las telarañas del tiempo que pisotean toda dignidad, sueño largamente el valor de la juventud y con muchas dificultades recupero el valor de la vida y sueño, que producto de este sueño dos jóvenes alegres y felices, Ana

115

María Torrico y Fredy Gutiérrez, estudiantes de derecho, filosofía y astrofísica, reafirman mis sueños y adquieren personalidad propia y se meten en las luchas sociales, que se comprometen alma, vida y corazón con los movimientos sociales y a mí me renace la esperanza, que mientras uno sueño la vida no está perdida, es la juventud de valor poético que lucha por su prójimo, que da largas esperanzas para seguir viviendo.

Yacanahuyo es verde tierra de verdes sueños realistas, recuerda la revolución de MAYO del 1968, a la cabeza de Daniel Khön Bendit, el Diablo Rojo, que repetía: “Seamos realistas: Soñemos lo imposible”. Allá estaban los existencialistas Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, que afirma que “el esclavo que obedece elige obedecer”, mi pueblo hace gala de hermandad y humanismo renovador. Si pudiéramos vivir quitándonos de encima el velo negro de la desesperación y las telarañas con los que alimentamos el alfabeto del tiempo perdido. Mientras respiramos un cuento más, no todo está perdido si uno no está muerto o que, la vida dura nos lleva de la mano de noche negra en noche negra, pero vigilada por la esperanza de ojos claros y serenos. Le importa mucho a la esperanza cada vez más reverdecida por el amor hacernos cada vez más hombres, para no padecer las de Caín.

Yacanahuyo, por su grande corazón universal hecho de amor, entiende bien lo del amor al alcance de Oceanía, África, Europa, Asía. América del Norte, Centro América y América del Sur. “Latinoamérica es Tierra de Paz”. Por estas razones bien fundadas entiendo la vida por lo que valen los ilustres luchadores sociales: Espartaco, Jesús de Nazaret, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King y la vida que se corrompe con personajes funestos: Benito Mussolini, Adolfo Hitler. ¿Qué decir de los emperadores romanos Tiberio, Calígula, Nerón y los muchos Tiberio, Calígula, Nerón, Benito Mussolini y Adolfo Hitler que gobiernan el mundo? Tengamos el coraje de hacer historia con la condición humana.

116

No todo es filosofar lo absoluto que nos pierde en absurdas metafísicas. “La existencia del ser humano con hambre y sed precede a la esencia”. Si con soñar bastara o que de mí dependiera, doy de comer y beber al mundo entero. Por la buena ventura del buen entendimiento comunitario, Ana María Torrico y Fredy Gutiérrez, ideal de los hijos del presente y del futuro se multiplican setenta por setenta como en el Sermón de la Montaña, más que los cinco panes y los siete pescados para la multitud.

La vida es bondad, generosidad, desprendimiento, lógica de la reciprocidad y complementariedad. El universo nos muestra el tejido del todo y las partes de lo que está hecho. Las estrellas y las galaxias nacen, crecen, se multiplican, se pulverizan y del polvo cósmico, resucitan nuevas estrellas y otras galaxias y, los revolucionarios nacen, crecen, pelean, mueren y fructifican en la voz, la palabra, el pensamiento y la acción de los revolucionarios que nacen cada día y de este modo, evoluciona la vida, canta la vida, pelea la vida y los hijos de la Utopía y los hijos de los sueños revolucionarios, se dan la mano para construir un mundo mejor, agarrados todos del viejo ideal, construir la hermandad universal de la raza humana.

UTOPÍA, quiere decir, lo que no existe, lo que no hay, lo que no está en ninguna parte, lo que no existe y por extensión significa, lo imposible y lo que no es posible, pero que no impide que pueda ser realidad. Eternos enamorados, poetas, filósofos, astrofísicos, revolucionarios, obreros, con camisas recién estrenadas o descamisados, melenudos y sin melenas, dadaístas, simbolistas, surrealistas, creacionistas, neoplatónicos, absurdos kantianos, torpes existencialistas embobados con el pensamiento aburguesado, hijitos de papá burguesitos con alma de yanquis, servidores incondicionales de imperialismos depredadores, bestias rubias o piel cobrizas, piel amarilla o piel verde, descremados o descafeinados, escritores burócratas de

117

sueldos políticos fijos o escritores deficitarios que vivimos con agua y pan de batalla, políticos de triple moral y de doble filo, sacerdotes hipócritas fariseos, amigos olvidadizos de los favores recibidos o pensadores descastados de su origen social, arribistas sociales depredadores del medio ambiente, hermanos biológicos todos los seres humanos nacidos en Kenia-África, nos repartimos el mundo que avergüenza, millones viven con un dólar o algo menos por día, y el 1% de la población mundial que vive del 99% por ciento de las riquezas que produce el planeta Tierra, comparados con el 99% de los habitantes del mundo que vivimos a ración de hambre, sin dejar de lado los cincuenta millones de norteamericanos que viven en la miseria y la indigencia, ¿qué decimos de los pobres de Europa? Razones que nos obligan a soñar con la Utopía desmelenada que necesita vestir pantalones de bota ancha y camisas estampadas superrealistas.

Hijos de los sueños de la Utopía e hijos de los sueños revolucionarios, en este contexto embrollado de entorno agrietado, en este entretejido de imaginarios pisoteados y en este cielo verde de amores y desamores, engaños y desengaños, voraz saqueo de los recursos naturales de los países pobres, teorizan los que se creen académicos que dan miedo, solo para sentirse importantes y superiores al común de los mortales como yo, duro de matar si es que no me obligan a beber cicuta, vengo de las profundidades de las masas, nacido en la cuna del pueblo, hijo de la Pachamamita, de la tierra de mis abuelos, tierra dulce, tierra recién labrada, tierra mullida y surcos oliendo a maíz, papa, trigo, cebada, jazmines, madreselvas, por donde cruzan arco iris de ríos azules, ríos verdes, ríos amarillos, ríos blancos, ríos rojos, ríos serpenteantes bajados desde las cascadas de la cordillera del Tunari y el majestuoso Tuti que celebra el orgullo punateño conforme a la belleza altiva, tengo el cuerpo traspasado por el espíritu o ajayu lugareño. Nada del hambre, de la sed y del sufrimiento humano me es ajeno y todo lo humano me concierne por las buenas gentes de grandes amores.

118

Este es el nombre de Punata, que viene del aymara, “Puna”, altura, y de la partícula, “ta”, que significa, lugar donde hace frío o altura donde comienza el frío. En el idioma keshwa, viene a ser, T’ika llaqta o pueblo de las flores, la hoy inolvidable y famosa Perla del Valle, donde se vive con alegría, se come en abundancia, se bebe hasta el hartazgo, se enamora con las mujeres más bellas hasta marearse envueltos en el amor embriagador y solazarse bajo el ardiente sol y a la luz de la maravillosa blanca luna que hechiza, que a todos nos tiene comiendo t’iki de sus manos. Punata, tiene el mágico encanto de la belleza multiplicada en proporción a la capacidad de seducción de sus rincones: Santa Ana, Rumi Rumi, La Villa, La Era, Lagua Sulti, Tajamar, Camacho Rancho, Rosales, López Rancho, Pampa Grande, Ñampata o avenida Mayor Desiderio Rocha y otros lugares de amaneceres y atardeceres que hechizan.

Yacanahuyo, es poesía lírica que bebe poesía de los ríos claros de la vida, qué largo comerse los sesos con el hambre canina de la sabiduría. La punateña es de grandes ojos negros ch’asquitas, de dulce mirar largo y duradero, de labios rojos con miel de abeja, de pechos repiqueteantes más que las campanas de la catedral, de anchas caderas y largas piernas, de ombligo azucarado que hace soñar Tsunamis interiores, de largas y negras trenzas que sobrepasan las nalgas, según la teoría de mi leal saber y entender. Ombligo de la belleza contemporánea que se desquita de los despistados que le dan raros nombres y que confunden claridades de lunas sabias, que confunden bibliotecas con caballerizas o que atropellan como elefantes en una tienda de porcelanas, pudiendo leer esta bibliografía de la joven joya literaria boliviana. El Dr. Franz Tamayo, genial poeta de enormidades inalcanzables, político de altas dignidades, políglota que habla ocho idiomas, de vasta cultura grecoromana que hechiza, de altas dignidades, autor de “Balada

119

de Claribel”, dice: “El que sabe, sabe y el que no sabe, enseña”.

Yacanahuyo, amorosa paloma morena que vuela de cielo en cielo y que mira lejos de sí mismo, horizonte amarillo solar de singularidades renovadas fruto del Big Bang o la gran explosión, de donde se llevaba hermosas niñas ajllitas súper selectas para el culto del Dios Sol o el Tata Inti, también para el servicio del soberano Inca. Mi pueblo amado de extremas bondades, entrañable corazón feliz donde he nacido, tiene fuentes y referencias fundadas para afirmar a ciencia cierta qué significa su nombre: 1. William Sullivan, en el libro El secreto de los Incas, Los misterios de la civilización perdida, Ed. Revelaciones Grijalbo, l999, sostiene: “Dicen que Yacana, como nosotros lo llamamos, es como la sombra de una llama, un doble de este animal que desciende por el centro del cielo como si fuera una oscuridad en él. Dicen que este Yacana (cuando llega a la tierra) camina por debajo de los ríos. Es muy grande, avanza más negro que el cielo nocturno, y llega con su largo cuello y dos ojos”. 2. Según la astronomía altiplánica, en la Vía Láctea existen dos estrellas de primera magnitud, llamadas Alfa Centauri y Hadar en la astronomía occidental, conocidas en los Andes como llamaq ñawin, “los ojos de la llama”. Federico Aguiló, de profundas convicciones, sacerdote digno de sí mismo, religioso de creerle, estudioso, investigador, escritor, antropólogo, docente universitario, polemista fecundo contra los iglesiastas convencionales, tradicionales y olvidados de su misión nazarena, amor a la pobreza y el amor a los pobres, en su libro Etnias de Bolivia, Fondo Rotario Editorial, l992, acerca del significado “Uyu”, dice: 3. Equivale a chacra (aymara), lugar agrícola doméstico familiar. “Uyu”, además, significa,

120

lugar donde se carga y descarga el producto del intercambio o del trueque. Punata de mis dulces amores, el amor es eterno mientras dura. No existe zona rosa más cautivadora que el pecho materno donde se crece, se aprende y se memoriza el sentido optimista de la vida. Cantar, reír, bailar, vivir la emoción incomparable de las pastillas de la felicidad. Recuerdo mi amorosa infancia, cuando los altiplánicos aymaras, llegaban a Punata, especialmente a Yacanahuyo cargando sal en sus llamas, hacían intercambios de sal con maíz, principalmente.

Si juntamos la palabra “Yacana” o “llamaq ñawin”, bellísimos ojos de llama, con la partícula “Uyu”, Yacanahuyo, significa: Lugar desde donde se observa en la Vía Láctea el Alfa Centauri y Hadar, tiempo-espacio en la astronomía de los Andes, como son los hermosos ojos de llama o llamaq ñawin.

En la cosmogonía andina, según el concepto totalizador PACHA, cada palabra produce la alegría de vivir orgullosos de nosotros mismos y cada día nadamos en dopamina, vivimos en zonas rosas, que solo nos falta ennoblecernos con la algarabía de la vida: de decencias estamos hechos hombres enteros y con decencias nos engolosinamos hombres de bien.

Cantarle a la vida odas de optimismo es la eterna juventud. No es para menos. Yo vivo del aire fresco que oxigena mi infancia toda mi sangre valluna. Bellísimo antecedente histórico sobre la astronomía andina, honor y dignidad que se atribuyen al mágico pueblo de dulce encanto donde nace este que viste y calza chamarras jornaleras con viñetas revolucionarias, artistas y soñadores poetas de sangre jornalera, pantalones de bota ancha, camisas estampadas floreadas y de melena hippie de los años 6070-80-90 y hasta hoy, que detallo antecedentes históricos y bibliográficos, prueba clara, prueba plena y de suficiente

121

argumentación. Es la verdad de la razón suficiente que ejerce principio de autoridad.

Yacanahuyo, lugar memorable del simbolismo astronómico, del dadaísmo y superrealismo literarios oníricos recreadores, renovar, reconfigurar y deconstruir según Jacques Derrida, pensar profundamente, analizar, criticar, reponer las fundadas razones y dejar de lado lo que no existe, lo que miente, engaña, falsifica y afea el valor del sueño literario, más que banderas flameantes equivocadas de los devotos de sí mismos que equivocan de costado a costado, y creen que cuanto dicen los hace hermanos menores de Dios o consejeros diplomáticos de Dios, cuando Dios, qué errores que comete con Adán y Eva, por ejemplo, hacer tan mala obra, crear un hombre y una mujer proclives a la maldad, al crimen, al egoísmo y eso de mirarse el ombligo todos los días, no tiene cara para mirarse a sí mismo.

Cuando mi cuerpo está contento, alegre y feliz, soy Jach’a Uru o Gran Día Tumiri, soy Ima sumaq jatun runa purisquiry yachaq ñawi, soy Jesús Buenaventura Jach’a Mallku Chuquiapu Mayta. Según mí estado de ánimo poético, me nombre escritor del pueblo afro-boliviano, invisible para propios y extraños, paisaje panorámico, memoria colectiva, lenguaje de cine de pantalla colectiva, barrancos, riadas, Tsunamis, constelaciones reverdecidas por mis manos y canta Yacanahuyo de mis dulces entrañas, después de mucho transitar el altiplano y los valles, grito que no me canso que resisto, soy hombre viable de Yacanahuyo, nacido en la cuna del pueblo y de Yacanahuyo es, María Jesús Sumaq T’ika, la bellísima luchadora social admiradora de Domitila Chungara, que la conocí en la Universidad Mayor, -los primeros años con este nombre se bautizó-, 1978. A su regreso de Cuba, la revolucionaria Domitila Chungara dio clases magistrales sobre la igualdad de luchas de hombres y mujeres agarrados de las manos, más que con conceptos e ideas alambicadas universitarias, con sencillos ejemplos, sobre la unidad de conceptos,

122

jerarquías, categorías, esencias, decencias, realidades, abusos, excesos, violencia, terrorismo de Estado y golpes de Estado en Bolivia y todo este maremágnum, que sigue hasta nuestros días, sin cambiar farsas, actos fallidos, mentiras institucionales, radicalismos de izquierdas y derechas, eternos descontentos que caen en los mismos errores que critican, corrupción, narcotráfico, contrabando, crímenes, violencia y toda esa parafernalia de poder, riqueza, aparatos electrónicos que hacen cantar y reír sobre el aislamiento del pueblo y de los pobres por quienes dicen que luchan.

Utopía es tierra libertaria vientre revolucionario madre de hijos subversores, universalización del sueño humano lejos del complejo de culpa religiosa. Que les echa en cara ustedes también son asesinos. Tanto más mentirosos tanto más corruptos y tanto más vende patrias: Pirañas locales que se someten, se venden y alquilan al imperialismo depredador más de lo este que les pide.

A modo de moraleja. Un día un joven filósofo le dice al viejo filósofo europeo, “maestro”, el mundo está lleno de ladrones. El viejo filósofo europeo, le dice al joven filósofo: “Vuélvase usted honrado y habrá un ladrón menos”. La teoría es cambiar el mundo de ladrones, guerristas, armamentistas, corruptos, contrabandistas, narcotraficantes y políticos desalmados por un mundo mejor. ¿Por cuál otro mundo mejor? E inmediatamente, salen al paso Ana María Torrico y Fredy Gutiérrez, preguntando, ¿cambiamos el mundo por los mismos que arrojan bombas atómicas, babilonios, griegos, romanos, ingleses, franceses, españoles, norteamericanos y los que vendrán con cuentos de izquierdas, derechas, comunismos, capitalismos, globalizaciones que producen obesidad, consumismo, seres incomunicados y seres petrificados aislados por celulares y toda esa tecnología que esclaviza a los seres humanos? ¿No sería mejor que volvamos a la naturaleza, conforme soñó Jean Jacques

123

Rousseau? Necesitamos mirarnos a la cara y tocarnos el corazón.

Perplejo de mis circunstancias y mis obsesiones me dije a mí mismo, ¿dónde está el conflicto con el que debe desarrollarse el cuento que he contado? La respuesta no se dejó esperar. ¿No es suficiente la cadena de conflictos desencadenados por cada una de las preguntas hechas aquí y por cada uno de los crímenes cometidos en nombre de la libertad, de la justicia social, de la democracia y de los derechos humanos planteados en este cuento? Los eternos repetidores repiten que el conflicto es requisito esencial en el cuento. Patrañas. Qué tienen las riñas y peleas, qué tienen los triángulos amorosos, ¿no es más importante el argumento de razón suficiente que conlleva el dolor humano que es hambre, pobreza, miseria e indigencia? Conflicto, por qué, para qué, qué necesidad y cuándo, cuándo, cuándo. Seamos revolucionarios y no eternos repetidores de frases relamidas, de palabras sobadas y de definiciones desmanteladas por el tiempo. El verdadero conflicto eres tú. El verdadero conflicto soy yo. El verdadero conflicto somos nosotros.

La vida es constante movimiento. La sabiduría condena, ustedes también son asesinos que deben resolver sus conflictos y no esperar que un cuento resuelva el alma negra de sus conflictos o el corazón de piedra de sus conflictos. Seamos nosotros mismos y no seres bipolares vendidos al “poderoso caballero don dinero”. La inteligencia creadora redefine la repetidera de repeticiones repetidas repetidamente. Jaques Derrida, recomienda: Deconstruir, no ser hipócrita, fariseo, mentiroso, falso, no arrodillarse a los prejuicios científicos, culturales y filosóficos de Europa u otro monstruo. Rompamos con toda forma de vida injusta que esclaviza al ser humano. Luchemos por la vida y por los prójimos que tienen hambre, sed y frío.

124

This article is from: