Edición especial de UCActualidad: Papa Francisco (1936-2025)
2 Por el eterno descanso del Santo Padre Francisco
Por Mons. Jorge Ignacio García Cuerva
7 La renovación de la fe y la esperanza
Por Dr. Miguel Á. Schiavone
9 El adiós al Papa Francisco: del mayor de cinco hermanos a líder mundial
11
Una multitud despidió al Papa Francisco en la Plaza de Mayo
12 “Lo miró con misericordia y lo eligió”
Por Pbro. Gustavo Boquin
14 Caminar juntos en la comunión de los santos
Por Pbro. Dr. Carlos María Galli
16 ¿Qué marca ha dejado el Papa Francisco en la comunidad universitaria?
17 Colegio Papa Francisco: educar en los valores cristianos
Por Pbro. Lic. Augusto Jorge Baracchini
19 Un Papa soñador para jóvenes soñadores
Por Lic. Paula Carman
20 El lugar de las mujeres en la Iglesia durante el pontificado de Francisco
Por Dra. Marcela Mazzini
22 Claves de Lumen fidei, primera encíclica del Papa Francisco
Por Lic. Marco Gallo
23 Laudato si’, una reflexión diez años después de su publicación
Por Ing. Stella Maris Andretich
25 La familia como semilla de fraternidad: una lectura desde Fratelli tutti
Por Mg. Alejandra Planker
27 Nos amó de corazón: acerca de Dilexit nos
Por Mons. Marcelo Colombo
28 Francisco y “La verdad los hará libres”: un Papa sin miedo a abrir puertas
Por Dr. Federico Tavelli
30 Tres episodios de la política exterior del Papa Francisco en América Latina
Por Dr. Maximiliano Barreto
32 El padre de todos: la historia detrás de la foto de Bergoglio en el subte
34 El primer niño en brazos del Papa Francisco
36 León XIV, el sucesor
POR EL ETERNO DESCANSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
a continuación, se comparte la homilía completa del arzobispo de buenos aires y gran canciller de la uca, mons. jorge ignacio garcía cuerva. el 26 de abril se celebró una misa en la catedral metropolitana en memoria del papa francisco.
mons. garcía cuerva durante la misa por francisco
Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
Enseguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”
Marcos 16, 9-15
El evangelio de hoy nos dice que los que habían acompañado a Jesús estaban afligidos y lloraban (Mc 16, 10), como nosotros hoy lloramos porque no queremos que la muerte gane, lloramos porque se murió el padre de todos, lloramos porque ya sentimos en el corazón su ausencia física, lloramos porque nos sentimos huérfanos, lloramos porque no terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial, lloramos porque ya lo extrañamos mucho. Y no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de sus tangos: Las lágrimas taimadas se niegan a brotar, Y no tengo el consuelo de poder llorar1 Recordemos palabras del Papa cuando nos decía: “Al mundo de hoy le falta llorar. Lloran los marginados, lloran aquellos que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar. Solamente ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpios por las lágrimas”.
Y seguía diciendo Francisco: “Los invito a que cada uno se pregunte: ¿yo aprendí a
1 GARDEL, Carlos y LE PERA, Alfredo, Sus ojos se cerraron, Buenos Aires 1935
llorar? ¿Yo aprendí a llorar cuando veo un niño con hambre, un niño drogado en la calle, un niño que no tiene casa, un niño abandonado, un niño abusado, un niño usado por una sociedad como esclavo? ¿O mi llanto es el llanto caprichoso de aquel que llora porque le gustaría tener algo más? Sean valientes. No tengan miedo a llorar”.2
Por eso hoy lloramos a Francisco, lo hacemos desde lo más profundo del corazón, sin vergüenza, pero también con el dolor nos une como pueblo; que nuestras lágrimas rieguen nuestra Patria, para hacerla fecunda en reconciliación y hermandad.
Volviendo al Evangelio, vemos que Jesús se le apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había expulsado siete demonios. (Mc 16: 9) Aquella mujer… imaginemos su vida antes de encontrarse con Jesús; una mujer marginada, enferma, excluida, dejada de lado. Cuánto dolor habrá experimentado esa mujer en su vida. Sin embargo, el Evangelio nos deja entrever que Jesús la amaba mucho, y por eso la curó y será
ella la primera a quien se le aparezca al resucitar (Cfr Mc 16: 9).
Francisco, como buen padre, fue padre de todos, pero especialmente se ocupó de los más frágiles, tuvo predilección por los últimos, por los marginados, por los enfermos, por los descartables de la sociedad; un corazón de pastor al modo del corazón de Jesús, siempre disponible para la escucha y el perdón, invitándonos también a nosotros a comprometernos con los que sufren. Por eso nos decía: “No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos”. 3
Y volviendo al texto del Evangelio, nos relata que María Magdalena había sido víctima de siete demonios a los que Jesús expulsó (Cfr Mc 16: 9).
Justamente Francisco a lo largo de su pontificado desenmascaró proféticamente a varios demonios que hacen sufrir mucho a la humanidad; por ejemplo: el demonio de la guerra , y nos decía: “Como hombre de fe creo que la paz es el sueño de Dios para la humanidad. Sin embargo, constato lastimosamente que por culpa de la guerra ese sueño maravilloso se está convirtiendo en una pesadilla. Es verdad, desde el punto de vista económico”, sigue diciendo el Papa, “la guerra atrae más que la paz, en cuanto favorece la ganancia siempre de unos pocos y en detrimento del bienestar de enteras poblaciones. El dinero ganado con la venta de armas es dinero manchado con sangre inocente. Hace falta más valor para buscar la paz que para hacer la guerra. Hace falta más valor para promover el encuentro que
2 FRANCISCO, Discurso a los jóvenes, Manila enero 2015
3 FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium 48, Ciudad del Vaticano 2013
para provocar el enfrentamiento; para sentarse en una mesa de negociaciones que para continuar siempre con las hostilidades”.4
Otro demonio que desenmascaró el Papa, el demonio de la exclusión, de la cultura del descarte y la indiferencia, porque se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Los excluidos no son solamente explotados, sino también desechables y descartables.
El demonio de la fragmentación y el desencuentro. Por eso siempre el Papa alertaba sobre la ebullición de formas insólitas de agresividad, de insultos, de maltratos, de descalificaciones, de latigazos verbales hasta destrozar la buena fama del otro, con lo que él llamó el terrorismo de las redes.
El demonio del siempre se hizo así al que el Papa llamó el veneno de la Iglesia, porque la costumbre nos seduce y nos dice que no tiene sentido tratar de cambiar algo, que siempre ha sido así.5 Y ante tanto demonio dando vuelta por el mundo, el testimonio de Francisco fue un faro que iluminaba la oscuridad, una voz profética que resonaba ante tanto silencio cómplice, un referente mundial frente a tanto desconcierto, un animador de sueños y esperanzas en un mundo desalentado y con miedo al futuro, un testigo de misericordia y del perdón en la tormenta de las descalificaciones y el odio.
E igual que a los discípulos del Evangelio, a nosotros también nos cuesta creer (Cfr Mc 16: 11,13,14); nos costó creer cuando lo vimos salir vestido de blanco en el balcón de la basílica de San Pedro; nos costó creer cuando empezamos a tomar conciencia de lo que significaba un Papa argentino y porteño; nos costó creer cuando lo vimos reunido con los
4 FRANCISCO, Discurso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Ciudad del Vaticano junio 2023
5 Cfr FRANCISCO, Exhortación apostólica Gaudete et exultate 137, Ciudad del Vaticano 2018
líderes más importantes del mundo y al mismo tiempo, abrazando y dedicando tiempo a los más pobres, a los presos, a los enfermos. Nos costó creer que a pesar de los años que tenía, animara a los jóvenes a hacer lío, a soñar en grande, a no tener vuelos rastreros y a transformar el mundo; nos costó creer que con todas las dificultades físicas que pudiera tener siguiera visitando países muy alejados y muy pobres, clamando por la paz y la justicia. Sin embargo, a pesar de su incredulidad y obstinación, Jesús envía a sus discípulos a anunciar la Buena Noticia a toda la creación (Cfr Mc 16: 15), y hoy también, el Señor nos envía a nosotros, y nos dice:
Vayan… seamos la Iglesia en salida que siempre nos propuso Francisco, una Iglesia inquieta, que se moviliza, que no se queda arrinconada, seamos cristianos en camino, que no viven su fe encerrados en cuatro paredes. El cardenal Bergoglio, unos días antes de ser elegido Papa, les decía a los cardenales reunidos en Roma: evangelizar supone en la Iglesia la audacia de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir a las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento,
homenaje al papa en la basílica san josé de flores
las de toda miseria.6 ¡Y vaya si Francisco, a lo largo de doce años, vivió lo que dijo ese día!
Anuncien… con la palabra profética, pero también con el testimonio de vida, como lo hizo Francisco, con gestos, con coherencia, porque como nos decía, la Iglesia no necesita tantos burócratas y funcionarios, sino misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de comunicar la verdadera vida.7
La Buena Noticia… la Buena Noticia de la misericordia, de un Dios que no se cansa de perdonarnos, de un Dios que nos ama con locura, que abraza nuestra fragilidad, que nos da siempre otra oportunidad y que nos pide que entre nosotros nos tratemos igual, recordando siempre que todos somos pecadores, perdonados y salvados por Jesús.
La Buena Noticia de que la Iglesia es un hospital de campaña que recibe a todos, a todos, a todos, a todos, porque la Iglesia no es una aduana, sino la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.
La Buena Noticia de la alegría, que tiene que ser la respiración del cristiano, esa alegría que Francisco nos pidió que tengamos siempre a pesar de los problemas, la alegría profunda del corazón, de sabernos acompañados por Jesús resucitado en todo momento de la vida; la alegría del Evangelio que no es euforia fácil ni decir que está todo bien, sino alegría que es para todo el pueblo, y que no puede excluir a nadie. Por eso, como nos decía, ¡no nos dejemos robar la alegría!
La Buena Noticia de la fraternidad, en un mundo violento, donde parece primar el odio y la descalificación constante, en donde los ideologismos empañan cualquier posibilidad de encuentro; en una
6 FRANCISCO, Exposición en la penúltima Congregación General del Colegio Cardenalicio, Ciudad del Vaticano 2013
7 FRANCISCO, Exhortación apostólica Gaudete et exultate 138, Ciudad del Vaticano 2018
sociedad donde, como decimos vulgarmente, garpa hablar mal de los demás, insultar y agredir, queremos volver a insistir con anunciar la fraternidad, uno de los ejes principales del pensamiento del Papa Francisco. Recordemos cuando nos decía: Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos8
Y antes de terminar, les propongo mirar el frontispicio de la catedral, que es la parte que está arriba de las columnas de la catedral, donde Jorge Bergoglio fue arzobispo desde 1998. Allí está representado el episodio bíblico del encuentro del patriarca Jacob con su hijo José. Buenos Aires venía a reconciliarse con la Confederación Argentina en fraterno pacto de unión rubricado en San José de Flores, en 1859. Esa escena fue elegida con la intención de perpetuar a través del arte, la reconciliación nacional alcanzada. Hoy quisiera que volvamos allí nuestra mirada e imaginemos el abrazo que nos
8 FRANCISCO, encíclica Fratelli tutti 8, Ciudad del Vaticano 2020
debemos como argentinos, el abrazo que negamos al que piensa distinto, o al que tiene otras costumbres u otro modo de vivir, el abrazo que no compartimos con los que sufren, incluso los abrazos que no nos pudimos dar durante la pandemia. Las últimas palabras del Papa en su testamento, conocido el lunes pasado, son: El sufrimiento que se ha hecho presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz en el mundo y por la fraternidad entre los pueblos. 9 Por eso, como pueblo queremos darle a Francisco un gran abrazo y decirle: gracias, perdón y te queremos mucho. Pero también sabemos, como dije, que nos debemos muchos abrazos entre nosotros; por eso hagámosle el mejor de los regalos al Papa, el padre de todos, el Papa argentino y porteño, comprometiéndonos a hacer un pacto de concretar como Iglesia y sociedad su magisterio, y así, definitivamente darnos el abrazo que necesita vivir la tan anhelada fraternidad entre los argentinos.
mons. jorge ignacio garcía cuerva, arzobispo de buenos aires
9 FRANCISCO, Testamento, Ciudad del Vaticano junio 2022
multitudinaria despedida a francisco en flores
LA RENOVACIÓN DE LA FE Y LA ESPERANZA
Las últimas semanas de abril y las primeras de mayo quedarán en nuestras memorias signadas por dos acontecimientos significativos, no solo por su impacto histórico, sino también afectivo El lunes de Pascua hemos recibido con profundo dolor la noticia de la muerte de nuestro querido Papa Francisco tras ejercer su ministerio por doce años. El otro acontecimiento se produjo el día de nuestra querida Señora de Luján, cuando recibimos la noticia que renueva la esperanza en el contexto del jubileo. Su sucesor, el Papa León XIV, en su primer saludo, nos compartió una emotiva memoria agradeciendo a Francisco y retomando el anuncio pascual iniciado por
su antecesor que nos expresa la razón de nuestra fe.
En lo personal, los dos eventos me han dejado profundas huellas. El domingo 20 de abril, domingo de Pascua, recibí una bendición del Señor al poder presenciar la solemne misa en la plaza de San Pedro. Más de 35.000 fieles se congregaron ese domingo para recibir el anuncio más hermoso de la historia: ¡Cristo ha resucitado!
La homilía preparada por Su Santidad fue leída por el cardenal Angelo Comastri, dado el frágil estado de salud del Papa que reaparecía en público. A pesar de sus problemas respiratorios, quiso impartirnos la bendición desde el balcón,
con una voz débil que me impactó profundamente por el esfuerzo y entrega que estaba haciendo a los fieles que estábamos allí. Luego bajó a la plaza con el papamóvil para saludar a la multitud reunida. Guardé en mi retina esa última imagen que permanecerá en mi corazón
A pesar de su debilidad física, el Papa Francisco eligió recorrer la plaza bajo el sol y el calor, como un gesto de entrega hasta el último día de su vida terrenal . Como buen Pastor, amaba a sus ovejas, quería estar al lado de ellas, establecía un contacto directo con las personas y con los pueblos, con especial atención hacia los más postergados,
el rector saluda al papa francisco. crédito: vatican media
inclusive como en ese domingo hasta dar su propia vida por ese profundo amor. ¡Ese era nuestro Papa Francisco! No hacen falta más palabras… Al día siguiente cuando me enteré de su muerte entendí que con esa bendición urbi et orbi nos estaba dando su último adiós. En el domingo de Pascua, el Papa Francisco construía su propia pascua. Francisco vivió su pontificado con la humildad que siempre lo caracterizó. Con esa mezcla perfecta de humor y sabiduría que iluminaba el camino de todos nosotros. Con un vocabulario accesible al pueblo y un lenguaje de expresiones y metáforas enfrentó con la sapiencia del Evangelio los problemas de un “cambio de época”, como solía calificar a esta modernidad liquida. Resistió el deterioro de valores de la sociedad, en donde familia, vida y fe parecían perder sentido, un mundo con guerras y una pandemia que nadie imaginó. Pero Francisco nunca claudicó en defensa de los valores cristianos, del respeto por la dignidad de la vida humana con una visión ecológica invitando a la humanidad a reorientar su rumbo y llamar a nuestro planeta “casa común”.
Francisco fue reconocido en todo el mundo por su compromiso innegociable con los más débiles, los empobrecidos, los migrantes, los ancianos o los niños por nacer. Frente a lo que denominó la “cultura del descarte” impulsó la cultura del encuentro y la solidaridad. Siempre promovió el diálogo ecuménico e interreligioso y el diálogo entre los pueblos para lograr la paz. Hasta último momento bregó por esto. Francisco fue un verdadero pastor que no podía estar feliz si tan solo una oveja de su rebaño sufría; como pastor de almas, dejó huellas que quedarán marcadas en nuestro corazón y nuestra memoria.
El desarrollo de una nación depende de un conjunto de variables, pero hay una causa necesaria: la educación, que
es justamente una de las misiones de la UCA. Francisco siempre se interesó y ocupó de este tema; siendo arzobispo de Buenos Aires nos transmitía su visión de la educación en “Educar, exigencia y pasión”; “Educar, elegir la vida”, y “Educar, testimonio de la verdad”, y luego siendo Papa reafirmó su pensamiento con el Pacto Educativo Global.
De su lectura se desprende un sinnúmero de doctrinas: la educación es un derecho esencial, la educación como un acto de esperanza, la educación como una responsabilidad compartida que incluye a la familia, la educación como un proceso integral (intelectual, emocional y espiritual), la educación como un instrumento para alcanzar la justicia social, la educación como un espacio de encuentro y diálogo.
El compromiso de la UCA es el de seguir estas pautas que nos señalaba Jorge Bergoglio y luego Francisco, para superar la crisis de valores que se vive en todo el mundo. Pone en el centro de todo proceso educativo a la persona, su valor y su dignidad. Este axioma impulsó a nuestra Universidad a crear el área de Vida Universitaria, que en una verdadera revolución copernicana ubicó al alumno en el centro del proceso educativo, escuchando la voz de los jóvenes para construir juntos un futuro de justicia y paz. Educamos para ayudar a comprender la economía, la política, el trabajo y los recursos naturales, como medios al servicio del hombre y la sociedad en búsqueda del desarrollo integral del país
Sin dudas, el “Papa argentino” dejará varias marcas positivas en el camino a la construcción de un mundo mejor. Pero los regalos del Espíritu Santo no tienen límites, el jueves 8 de mayo, el día de nuestra querida Señora de Luján, y también el día del cumpleaños de mi padre, mientras estaba reunido con la Comisión Episcopal para la UCA en el Cenáculo de
Pilar exponiendo sobre la gestión universitaria, recibimos la noticia de la fumata blanca en el Vaticano.
La noticia renovó la esperanza en el contexto del jubileo. El sucesor de Francisco, el Papa León XIV, en su primer saludo, retomó conceptos de Francisco: “La humanidad necesita a Cristo como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos y ayúdense unos a otros a construir puentes con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz”.
Nunca imaginé encontrarme en esos dos lugares y en esos dos momentos de la historia de la Iglesia, viviendo una pérdida para luego recibir la alegría de la continuidad de la fe y la esperanza.
Unidos en la oración por Francisco, tal como nos pidió constantemente en vida, saludo fraternalmente a toda la comunidad UCA.
dr. miguel ángel schiavone rector
audiencia con el papa que mantuvo el rector en roma. crédito: vatican media
EL ADIÓS AL PAPA FRANCISCO: DEL MAYOR DE CINCO HERMANOS A LÍDER MUNDIAL
el 21 de abril, el mundo amaneció con la triste noticia de que el papa había fallecido. tenía 88 años.
El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril a las 7.35 de Roma. Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013. Tomó el nombre de Francisco en homenaje a San Francisco de Asís, santo en el que pensó cuando el cardenal brasileño Cláudio Hummes se le acercó y le pidió que no se olvidara de los pobres durante su mandato. El primer papa americano y jesuita nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Fue el mayor de una familia de cinco hermanos; sus padres eran de raíces piamontesas. Todavía iba al jardín de infantes del Instituto Nuestra Señora de la Misericordia cuando su abuela, Rosa Vasallo, le enseñó a rezar. Ella fue, en palabras de Bergoglio, “la mujer que mayor influencia tuvo en su vida”.
“Un porteño que no baila el tango no es un porteño”, declaró Francisco hace unos años. Y es que, durante su juventud, mientras estudiaba la carrera de técnico químico en un secundario industrial, solía ir a bailarlo y practicarlo con sus amigos. Además, heredó de su papá el fanatismo por San Lorenzo de Almagro. Tras graduarse y trabajar en el área de bromatología de un laboratorio, la fuerte vocación religiosa que sentía lo llevó a seguir el camino del sacerdocio. Ingresó entonces al seminario del barrio Villa Devoto y en 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Dos años después se instaló en Chile para culminar sus estudios en el juniorado jesuita de Santiago, donde profundizó sus conocimientos de historia, literatura, latín y griego. Pero su
formación académica no terminó ahí: cuando regresó a Argentina, se licenció en Filosofía en el Colegio San José de San Miguel.
“Educar es en sí mismo un acto de esperanza, no solo porque se educa para construir un futuro, apostando a él, sino porque el hecho mismo de educar está atravesado por ella”, dijo Bergoglio en 2003. Y es que él mismo ejerció la docencia en varias ocasiones. Por ejemplo, se desempeñó como profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador en Buenos Aires, hasta que en 1967 decidió volver a estudiar y cursó la Licenciatura en Teología en el Colegio San José.
A sus casi 33 años, un 13 de diciembre de 1969, fue ordenado sacerdote por el arzobispo Ramón José Castellano. A continuación pasó dos años en la ciudad española Alcalá de Henares para completar la tercera probación de su noviciado, lo que le permitió ingresar definitivamente en la Compañía de Jesús. De hecho, en julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas
de Argentina. Una vez finalizada esa tarea, que le ocupó seis años, asumió altos cargos universitarios y parroquiales hasta que lo enviaron a la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor. En 1992, Bergoglio fue nombrado obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo II. Rápidamente también se convirtió en vicario episcopal de la zona de Flores y vicario general de la arquidiócesis. Cuatro años más tarde fue promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires.
El cardenal Quarracino siempre había considerado a Bergoglio un “estrecho colaborador”. Tras su muerte, fue él quien lo sucedió. Así, el 28 de febrero de 1998 asumió como arzobispo, cargo que trajo aparejado otros dos títulos: el de primado de la Argentina y el de gran canciller de la Universidad Católica Argentina (UCA).
“Hoy es una gran fiesta para la Iglesia universal”, pronunció el Papa Juan Pablo II cuando, en 2001, designó a Bergoglio cardenal bajo el título de San Roberto Bellarmino. Ese año, también, fue nombrado relator general adjunto para la 10º Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Su capacidad de transmitir el pensamiento de la Iglesia Latinoamericana de manera clara y directa se destacó durante la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano realizada en 2003 en Brasil, en la que fue designado presidente de la Comisión Redactora del Documento Final.
Bergoglio tuvo una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, de hecho, presidió la institución durante dos períodos consecutivos, de 2005 a 2011. También participó del cónclave en que fue elegido Benedicto XVI y fue miembro
escudo oficial de francisco
de las congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo Pontificio para la Familia y de la Comisión Pontificia para América Latina.
SU PONTIFICADO
Tras la histórica renuncia de Benedicto XVI y mientras la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave, el 13 de marzo de 2013 Bergoglio fue elegido Sumo Pontífice. Así se convirtió en el primer papa americano, el primero procedente del hemisferio sur, el primero no europeo desde el año 741 y el primero perteneciente a la Compañía de Jesús
Eligió el nombre de Francisco por el santo de Asís, para señalar que su pontificado estaría marcado por la búsqueda de la paz, la defensa de los más débiles y pobres, el amor por la creación, y por
construir una Iglesia pobre, de los pobres y con los pobres. Indicios de esto fueron la salida al balcón con una vestimenta sencilla y sus propios zapatos, así como su renuncia a residir en la habitación papal de Santa Marta.
Francisco recibió un pontificado signado por una crisis de valores, pérdida de la dignidad de la vida humana, desfamiliarización, materialismo, inequidades, descarte de los más débiles, destrucción de la casa común, creciente individualismo y secularización.
Mediante sus documentos pontificios, Francisco ha expresado su preocupación por los jóvenes, por una Iglesia sinodal de escucha recíproca y discernimiento comunitario, por la educación y por el amor en la familia, entre otros. Entre sus revolucionarias encíclicas, se destaca la segunda, Laudato si’, publicada el 24 de mayo de 2015, que trata sobre el “cuidado de la casa común”
La encíclica, que se ha convertido en un manifiesto ecologista para el mundo, supuso que Francisco se convirtiera en el primer papa que profundiza sobre el cuidado del ambiente y el cambio climático, y que afirma que son temas de los que la Iglesia debe ocuparse. “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, para cuidar la naturaleza”, afirma en el documento.
Además, durante su pontificado, Francisco concretó una reforma con el fin de darle más espacios a la mujer en la Iglesia. A través de una ley, habilitó que sean lectoras y acólitas en el altar, dos funciones específicas durante las celebraciones litúrgicas que algunas mujeres ya habían ejercido, pero siempre como una
confesionario de la basílica de san josé de flores
misa presidida por jorge m. bergoglio cuando era arzobispo de buenos aires
excepción aprobada por los obispos, no de manera permanente. Ha sido también el Papa que más mujeres ha nombrado en cargos claves en la Santa Sede. Francisco luchó, además, contra los pederastas . Calificó a los abusos
sexuales cometidos por sacerdotes como “una lepra en nuestra casa”, y tomó varias medidas al respecto, como promover juicios en el Vaticano contra los acusados, apoyar procesos judiciales de esta índole en otros países o levantar el
secreto pontificio para asuntos e investigaciones de tal gravedad. Tras 12 años marcados por importantes hitos, el pontificado del Papa Francisco –líder político y espiritual– llegó a su fin.
UNA MULTITUD DESPIDIÓ AL PAPA FRANCISCO EN LA PLAZA DE MAYO
el rector de la uca, dr. miguel á. schiavone, estuvo entre los presentes de la misa presidida por el arzobispo de buenos aires y gran canciller de la universidad, mons. jorge ignacio garcía cuerva.
Una multitud se congregó en la Plaza de Mayo el sábado 26 de abril para despedir al Papa Francisco, quien falleció a sus 88 años. Desde temprano, miles de personas se ubicaron en los alrededores de la Catedral Metropolitana, primero, para ver la transmisión del funeral en Roma y, luego, la misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires y gran canciller de la UCA, Mons. Jorge Ignacio García Cuerva
“El Evangelio de hoy nos dice que los que habían acompañado a Jesús estaban afligidos y lloraban, como nosotros hoy. Lloramos porque no queremos que la muerte gane. Lloramos porque se murió el padre de todos. Lloramos porque ya sentimos en el corazón su ausencia física. Lloramos porque nos sentimos huérfanos. Lloramos porque no terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial”, dijo.
“Dios nuestro, que recompensas con justicia a todos los hombres, concede que tu servidor, el Papa Francisco, a quien constituiste sucesor de Pedro y pastor de toda la Iglesia, pueda gozar eternamente en el cielo de los misterios de la gracia y del perdón, que él administró fielmente en la Tierra”, agregó.
Entre los presentes a la misa, presidida por García Cuerva, se encontró el rector de la Universidad, Dr. Miguel Á. Schiavone, quien compartió espacio con autoridades de gobierno y figuras políticas Más de 300 sacerdotes del clero secular concelebraron la ceremonia. Por la mañana, convocada por el Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral, la comunidad de la UCA se reunió en el Campus Puerto Madero para marchar a la despedida del Papa, quien también fue
gran canciller de la institución. Los asistentes pudieron ver la transmisión de la misa y luego participar del simbólico abrazo en la Plaza de Mayo.
La Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) también celebró el 22 de abril una misa en memoria del Papa Francisco. La misma estuvo a cargo del vicerrector de Formación Integral, Pbro. Gustavo Boquin, junto con capellanes y presbíteros de la comunidad académica, en el Campus Puerto Madero.
miembros de pastoral uca, docentes, alumnos y directivos asistieron a la despedida de francisco el último adiós al papa francisco
“LO MIRÓ CON MISERICORDIA Y LO ELIGIÓ”
el vicerrector de formación integral, pbro. gustavo boquin, evoca el momento en que jorge bergoglio, a sus 17 años, sintió el llamado a la vocación sacerdotal y recuerda su legado en la uca.
Hacemos memoria agradecida de la vida del Papa Francisco, porque su persona y su magisterio han manifestado el rostro misericordioso del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El joven Jorge Mario Bergoglio de 17 años, vecino del barrio de Flores, un 21 de septiembre, fiesta del apóstol San Mateo, también Día del
Estudiante, fue a la Basílica de San José de Flores para confesarse antes de festejar junto a otros jóvenes.
En la celebración de ese Sacramento y escuchando la homilía sobre el llamado al discipulado que Jesús le hizo a Mateo, recaudador de impuestos experimentó intensamente la misericordia de Jesús
que lo llamaba a seguirlo en la vocación sacerdotal.
Fiel a ese llamado ingresó al seminario arquidiocesano de la Inmaculada Concepción en Villa Devoto. Algunos años después siguió el seminario en la Compañía de Jesús, profesando como religioso y luego ordenado sacerdote. Su
misa en homenaje a francisco
misa por francisco en
el vicerrector de formación integral, pbro. gustavo boquin, junto al mons. alejandro giorgi en la misa por el papa
vida personal y ministerial fue la extensión de aquel encuentro misericordioso con El Señor. Por eso, cuando fue elegido para ser obispo auxiliar de Buenos Aires, eligió el lema “miserando atque eligendo” (mirando con misericordia y eligiendo), que lo podemos traducir como “lo miró con misericordia y lo eligió”. Esta frase aparece en una homilía de San Beda el Venerable, un escritor cristiano inglés del siglo VIII. San Beda explica el relato evangélico donde Jesús llama a Mateo, el recaudador de impuestos y le dice: “Sígueme”. San Beda describe que Jesús lo mira con misericordia y lo elige. Esta mirada misericordiosa de Jesús que lo llamó para estar con Él se transformó en misión. Francisco fue un obispo que no podía callar el amor misericordioso de Jesús hacia todos, especialmente hacia los pobres. Esta actitud constante de ir hacia los vulnerables la podemos descubrir en la UCA en dos acciones que perduran: el Observatorio de la Deuda Social y la Dirección de Compromiso Social. Siempre se mostró interesado en los informes que realizó el Observatorio porque le daban el andamiaje académico para mirar la realidad de las personas y las comunidades. También quiso poner a la Universidad en salida, yendo a servir desde los saberes a los más pobres, creando para este fin la Dirección de Compromiso Social. La actitud de ir como Jesús hacia los necesitados que manifestó en Buenos Aires la prolongó en Roma. Su primera salida de la Santa Sede fue a Lampedusa, para encontrarse con los migrantes que habían sobrevivido al cruce del Mediterráneo, y así puso el foco en un grave problema de la actualidad: las migraciones. Al poco tiempo nos regaló la exhortación apostólica Evangelii gaudium, invitando a la alegría del Evangelio, que se hace misión. Fue como un eco de Evangelii nuntiandi, de San Pablo VI, señalando a una Iglesia en salida el camino del anuncio y del testimonio.
Después publicó su primera carta encíclica, Laudato si’, que aborda desde una ecología integral el problema del cambio climático producido por nuestro modo de producir, consumir y vivir. También nos iluminó con la carta encíclica Fratelli tutti, llamándonos a mirarnos como hermanos en medio de un mundo dividido por guerras y polarizaciones. Esta fraternidad también la manifestó en la Santa Sede, abriendo espacios para atender a mujeres y hombres en situación de calle que necesitan alimentación y sanitarios. Finalmente nos regaló Dilexit nos, invitándonos a profundizar en el amor misericordioso que brota del Corazón de Jesús. Además, nos dirigió numerosas exhortaciones apostólicas llamándonos a renovar la vida cristiana. También convocó al Pacto Educativo Global para que, desde siete compromisos, todo el mundo pueda poner los cimientos de una educación que tenga como centro a la persona, la familia, las comunidades. Puertas adentro de la Iglesia renovó los sínodos y reformó la curia vaticana, siempre buscando que todo estuviera dirigido a la misión. Sus últimos esfuerzos pastorales los consagró a introducir a toda la Iglesia en
el espíritu de la sinodalidad, y a celebrar la “esperanza que no defrauda”.
Su oración matutina, hecha muy temprano, prolongaba aquel encuentro con el Señor que lo miró con misericordia, y que lo llevaba constantemente a la misión, a mirar a la Iglesia como comunidad misionera, llevando al mundo la buena noticia de Jesús, Redentor del hombre. Así terminó su ministerio, bendiciendo a Roma y al mundo el día de Pascua, en medio del santo pueblo de Dios reunido en la plaza de San Pedro
Lo recordaré personalmente por su actitud constante de cercanía. Fallecido mi padre el 31 de octubre de 1998, apareció al día siguiente a las 6 de la mañana en casa para rezar un responso y acompañar a la familia. Siempre contestó con prontitud los llamados telefónicos siendo arzobispo, y más aún, siendo Papa, contestó la correspondencia que le envié y me concedió audiencias personales cada vez que solicité por estar en Roma. Cercanía, paternidad, humor y esperanza. Que su legado palpite en nuestros corazones, en nuestras mentes y en nuestras manos para que siempre seamos eco de Aquel que es la Esperanza del Mundo, vencedor de la muerte, del mal y del pecado.
media
el pbro. gustavo boquin en audiencia con el papa francisco. crédito: vatican
CAMINAR JUNTOS EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Vi por primera vez a Jorge Mario Bergoglio en 1975 , en las jornadas de las facultades de Teología y Filosofía del Colegio Máximo en San Miguel. Una década después, cuando él era rector de esa institución, lo encontré presidiendo el primer congreso latinoamericano sobre inculturación, en el IV Centenario de la Compañía de Jesús en nuestras tierras. En 1986 nos veíamos en la casa de su profesora de alemán, que había sido la mía en el Instituto Goethe. En 1990 me pidieron que lo reemplace en el curso de Teología Pastoral que daba en aquella Facultad de Teología, porque lo habían trasladado a Córdoba y yo enseñaba esa materia en la UCA. En 1992 fue nombrado auxiliar de Buenos Aires y en 1998 se convirtió en el arzobispo de la Arquidiócesis. De 1998 a 2013 fue mi obispo y, también, el gran canciller de la UCA, siendo yo vicedecano y decano en Teología de 1996 a 2008. Compartimos muchas situaciones, entre las cuales nombro el servicio que me pidió para la asamblea extraordinaria del Episcopado argentino durante la crisis de 2002 y el trabajo conjunto en la Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe celebrada en 2007 en el santuario de Aparecida, Brasil. Él presidió la Comisión de Redacción del Documento y yo colaboré en su elaboración como perito nombrado por Benedicto XVI. En 2005, cuando murió Juan Pablo II, le di una carta en la cual le decía que en 1978 vino un Papa del Este y que ya era tiempo de que llegara uno del Sur . Fue elegido Benedicto XVI, quien completó la época de papados surgidos en Europa central. Después de su lúcida renuncia el 11 de febrero de 2013, expresé en privado y en público que
el sucesor, si salía de América Latina, iba a ser Bergoglio . Mantuve mi opinión hasta la elección de Francisco, como escribí en el diario La Nación el 20 de marzo de ese año, el día siguiente al inicio de su pontificado.
En 2012 fui experto en el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización. Al regresar le transmití a Bergoglio mi percepción de que en la Iglesia soplaba el viento de Dios desde el Sur. Con humor negro me dijo que me cuide porque una sudestada fuerte me haría volar por los aires. El Espíritu sopló, a los tres meses voló él a Roma y fue elegido primer Papa del sur del Sur.
En 2013 muchos no contaron a Bergoglio entre los papables, ni los diarios prepararon su biografía. En medio de los ataques que sufrió desde Roma y en la Argentina, el obispo porteño fue conocido por tres sucesos: el Sínodo de 2001, donde reemplazó al relator, el arzobispo de Nueva York; el Cónclave de 2005, porque el cardenal Carlo Martini lo señaló y tuvo muchos votos detrás de Joseph Ratzinger; en 2007, cuando presidió la redacción del documento de Aparecida. Podría contar muchas cosas a partir de las treinta veces que hablamos largamente en estos años y tantas cartas sobre cuestiones eclesiales. Pero me limitaré solo al primero y a las dos últimas conversaciones. Me concentraré en el Sínodo, como me pidieron. En 2013, publicada su exhortación Evangelii gaudium, me dijo que era una síntesis actualizada entre Evangelii nuntiandi de Pablo VI y Aparecida. Expresó: “Soy solo un eslabón de una larga cadena”. En su último libro, “Esperanza”, escribió “Soy solo un paso”. Fue un sucesor de San Pedro en la sede de Roma, pero su
cercanía pastoral, su magisterio abierto y la reforma misionera de la Iglesia dejan una gran huella. En 2014 propuse a la Comisión Teológica Internacional estudiar el tema de la sinodalidad y logré los votos necesarios a pesar de la resistencia de su entonces presidente, el cardenal Gerhard Müller . No lo había hablado con el Papa, pero él lo acogió contento. En 2015 pronunció un magnífico discurso en el cincuentenario del Sínodo de los Obispos y afirmó que la sinodalidad es una dimensión constitutiva del Pueblo de Dios. Luego me nombró perito en las asambleas de los sínodos sobre la región amazónica (2019) y la Iglesia sinodal (dos sesiones, una en 2023 y otra en 2024). Durante esos años sufrió el ataque de la red internacional anti-Francisco, que operó con mucho poder, y se manifestó antisinodal y anticonciliar. En 2024, su figura extrema, el exnuncio Viganó, dijo que “el Concilio Vaticano II era el cáncer y Francisco, una metástasis”.
El Papa argentino actualizó el Concilio Vaticano II y promovió una Iglesia sinodal misionera . Inició un proceso sinodal irreversible el 9 de octubre de 2021, compartió las plenarias de las dos sesiones de la asamblea 23-24, y
francisco con el padre galli
por pbro. dr. carlos maría galli*
el 26 de octubre de 2024 aprobó el documento final elaborado por los sinodales y anunció que no escribiría una exhortación postsinodal propia. En marzo pasado, en el Gemelli, firmó un plan de acción que culminará en una asamblea mundial en 2028.
Durante el Sínodo no le pedí una audiencia porque todos lo hacían. Lo saludé en una pausa y le sugerí lo que ya le había escrito: que asumiera el documento final y no escribiera otro posterior para que no pasara lo que sucedió con el Sínodo amazónico. Entonces, nos esforzamos y debatimos mucho para lograr consensos en el documento, y luego él publicó su exhortación postsinodal Querida Amazonia; al mes llegó la pandemia y el documento sinodal quedó en el olvido.
Mi último encuentro con él fue el 9 de diciembre, cuando estaba en Roma por la Comisión Teológica y para exponer en un congreso organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación. No lo vi bien. Luego se encontró con todos los participantes, más de 400 teólogos y teólogas. Hizo un discurso de siete minutos y se dedicó a saludar a cada uno. Al verlo nuevamente, le agradecí que tuviera tanta paciencia como Dios le daba. Hacía un frío invernal y llovía mucho. ¿Cuántos virus le contagiaron tantos besos y abrazos? Son los riesgos de vivir un pontificado en contacto permanente para compartir la tierna humanidad de nuestro Dios, como también lo hace León XIV.
En 2018 di conferencias en Milán y Roma por la canonización de Pablo VI, del cual escribí mucho. Días antes, cuando me reuní con Francisco, me dijo que nos veríamos en esa misa. Le respondí que
no estaba invitado y participaría desde la plaza. Me hizo ir a Santa Marta media hora antes y me llevó en su auto, pese a los obstáculos, para concelebrar cerca del altar. Mientras íbamos dijo: “Ves por qué teníamos que vernos: para que hoy fuéramos juntos al encuentro de
Pablo VI, a quien queremos tanto” Esto es lo que el Credo llama la comunión de los santos.
* Presbítero, profesor ordinario de la Facultad de Teología de la UCA y miembro de la Comisión Teológica Internacional y de la Academia Pontificia de Teología.
pbro. carlos galli
participantes de la elaboración del instrumentum laboris del sínodo 2021-2024. el pbro. dr. galli es el primero desde la derecha
¿QUÉ MARCA HA DEJADO EL PAPA FRANCISCO EN LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA?
la comunidad uca comparte sus impresiones tras el fallecido sumo pontífice.
por franccesca andreoli rohwain*
El pontificado de Francisco marcó una etapa inolvidable en el país en general, y en la UCA, en particular. Su mensaje llegó tanto a fieles de la Iglesia católica como a personas no practicantes, y se ganó el corazón del mundo. Tras su fallecimiento, miembros de la comunidad UCA compartieron sus recuerdos y emociones en torno a la figura de Francisco.
Pablo Blanco, director del Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral, por ejemplo, recuerda la gran sorpresa que fue el día en que se anunció la elección de Jorge Bergoglio como Papa, el 13 de marzo de 2013. “Tenía el anhelo, pero a la vez una intuición sobrenatural de que el cardenal Bergoglio podía ser elegido Papa. Algo que nunca me había pasado, y que no volvió a pasarme”, comparte.
Algunos alumnos de la UCA estaban en el colegio cuando sucedió, como es el caso de Lautaro Inchausti, estudiante de Comunicación Periodística en la Sede Buenos Aires, o de Ignacio Gambelin, estudiante de Ingeniería Ambiental, y Luisina Ferrari, de Ingeniería Industrial, ambos de la Sede Rosario, quienes evocan la celebración en su escuela.
“Yo tenía siete u ocho años, por ende, en mi recuerdo, él siempre fue el Papa”, dice Ferrari. Gambelin rememora: “Yo estaba en tercer grado, en medio de la clase, y fue muy gracioso porque entró la directora muy emocionada y nos dijo: ‘Chicos, chicos, el Papa es argentino, es Bergoglio’, y yo no entendía mucho”. Por su parte, Inchausti añade que en su colegio lo festejaron “como un partido de fútbol de la selección en un Mundial”
La sorpresa de tener un Papa que fuera argentino atravesó a cada uno de una manera particular. Blanco recuerda caer de rodillas y llorar en cuanto Francisco se asomó al balcón. “Yo miraba al Cielo y le agradecía a Dios por este regalo, y me di cuenta de que el Papa ya no era argentino, le pertenecía a toda la humanidad”, afirma. Los alumnos también festejaron que un argentino llegaba al papado, aunque tomaron conciencia de lo que significaba un tiempo después. Inchausti comparte que, con los años, se dio cuenta de la magnitud de la elección y lo importante que significaba que el elegido sea de nuestro país: “Una persona dentro de miles es elegida como la cabeza de millones”. Gambelin agrega: “Recién ahora estoy tomando conciencia”, y
considera que la historia irá posicionándolo como la figura histórica que fue. Además, Ferrari confiesa que el hecho de que Francisco haya sido argentino fue la razón por la que lo sentía –y aún lo siente– “tan cercano” Francisco, además, representó un cambio profundo dentro de la Iglesia, Blanco lo caracteriza como “un tiempo de vértigo, en el cual el Papa Francisco ha producido tanto material, reflexiones, cambios, que nos ha dejado un patrimonio de un valor incalculable”.
Para Inchausti, la austeridad del Papa y su cercanía con el pueblo fueron importantes, ya que lograron que la Iglesia se volviera más cercana. “Ha visitado un montón de países de los que no debemos tenido ni idea porque han sido países chicos, pobres”, dice y destaca su labor como
los estudiantes que integran la pastoral de rosario
en los barrios vulnerables: “Él lo había vivido en carne propia y llevó lo que había vivido a la Iglesia”. Por su parte, Ferrari remarca “su amor inmenso”. “La sencillez con la que amaba a todos y su grandeza le permitía llegar a estar a la par nuestra para que nos sintiésemos acompañados”, añade. El 21 de abril, el mundo amanecía con la noticia del fallecimiento de Francisco. “Fue una sensación de tristeza muy fuerte, un golpe inesperado; no pensé que pudiera ser cierto”, afirma Blanco.
Para Gambelin fue un golpe duro, doloroso sobre todo para el país: “Sentí que se nos iba una figura muy querida”. Ferrari, que estaba en camino a la facultad, confesó que se quedó “helada”. “El Papa de toda mi vida había fallecido, ya nunca lo iba a conocer”, lamentó en un principio, aunque cuenta que después entendió que ya lo conocía “como Jesús, estaba en mi corazón, y ahora cada vez que quisiese hablar con él, estaba a una señal de la cruz de distancia ”.
Inchausti señala que, al enterarse de la noticia, no esperaba sentir una ausencia tan fuerte. Pero ahora, cuando piensa en tomar alguna decisión, se pregunta qué hubiera hecho Francisco en su lugar. Prueba de que la partida de Francisco pudo haber dejado un vacío, pero su legado se mantiene vivo
* Pasante de la Dirección de Relaciones Institucionales
COLEGIO PAPA FRANCISCO: EDUCAR EN LOS VALORES CRISTIANOS
por pbro. lic. augusto jorge baracchini*
En medio de un prolongado proceso de crecimiento de la Sede Mendoza, y con posterioridad a la inauguración del nuevo campus de la Universidad, en 2014,
comenzó a surgir la idea de la apertura de un colegio que completara la oferta educativa de la UCA, desde el nivel inicial hasta el acceso a la profesión.
Así, siendo rector de la Universidad en ese momento, el actual cardenal Víctor Manuel Fernández, y delegado rectoral el Dr. Horacio Rodríguez Penelas, se
homenaje al papa francisco en la uca
comenzó a trabajar en un primer proyecto, el cual pasó por distintas instancias hasta su aprobación.
La creación del Colegio Papa Francisco se aprobó en la reunión del Consejo Superior de la UCA del viernes 4 de julio de 2014, en la Sede Buenos Aires. El Colegio Papa Francisco fue fundado por la Universidad como institución de enseñanza inicial, primaria y media. En 2015 se presentó el proyecto ante la Dirección de Educación Privada de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, el cual fue aprobado luego de su revisión.
Se comenzó a construir el edificio que concluyó su primera etapa en el inicio de 2016, donde empezó a funcionar el colegio en su nivel inicial, con dos salas de 4 y una sala de 5. En 2017 se inició el nivel primario con dos primeros años y en 2020 se inició el nivel secundario con un primer año. Actualmente, el colegio se
halla incorporado a la Enseñanza Oficial con el Número P y PS 253, y está funcionando de modo completo, el nivel inicial, primario y secundario. Respecto del nombre, se presentaron varios después de hacer una extensa consulta. Finalmente, en la reunión del Consejo Superior del 5 de septiembre de 2016, se aprobó el nombre de “Papa Francisco”.
Son varios los motivos para justificar dicha elección, siendo sin duda, uno de los principales, la gran repercusión que tuvo para el mundo, la Argentina y la Universidad, el nombramiento del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa, siendo el primer latinoamericano y argentino de la historia.
Por otro lado, la fundación también se inspiró en que Bergoglio siendo gran canciller de la UCA apoyó siempre la extensión de la Sede Mendoza
Por último, siendo muy clara e inspiradora su concepción de la educación, tomando de ella los fundamentos teóricos y operativos en los que se basa su propuesta pedagógica, por lo que se toma como lema del colegio la expresión del Papa Francisco: “Educar es un acto de amor, es dar vida”.
También, como lo ha expresado en varios escritos de su magisterio, “hay que educar integralmente, la cabeza, el corazón y las manos” , refiriéndose a la imperiosa necesidad de brindar una educación integral que planifique todas las potencias del ser humano, que lo prepare para su ingreso a la Universidad y al mundo del trabajo, que lo haga un buen ciudadano y un buen cristiano, y que lo conduzca hacia su último destino, la Casa de Dios.
Como afirma el documento de la Sagrada Congregación para la Educación Católica,
La escuela católica nº 26 y 27: “Se concibe como lugar de formación integral mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura. La escuela es verdaderamente un lugar privilegiado de promoción integral mediante un encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural”. Así, el colegio también se concibe, como afirma el documento de la Conferencia Episcopal Argentina, Equipo Episcopal de Educación Católica. Educación y Proyecto de Vida Nº 145, como “una
escuela definida por la referencia explícita al Evangelio de Jesucristo, debiendo asumir el doble desafío de evangelizar educando y educar evangelizando, en donde la calidad pedagógica y el testimonio evangélico se apoyen mutuamente como una única meta y finalidad, en donde la cultura y los valores que transmite convergen y alcanzan su plenitud en la persona de Jesús”.
Ante la partida a la Vida Eterna, a la Casa del Padre del Papa Francisco, no nos queda más que agradecer a Dios por el regalo de su persona. También agradecemos profundamente su inspiración y acompañamiento, que han consolidado el colegio en estos últimos años, a la vez que rezamos por él y le pedimos que él rece por nosotros. Por todo, ¡muchas gracias, Papa Francisco, seguí acompañándonos desde el cielo!.
UN PAPA SOÑADOR PARA JÓVENES SOÑADORES
la directora del instituto de cultura universitaria (icu), lic. paula carman, escribe sobre el fuerte vínculo creado entre francisco y la juventud.
Se ha escuchado durante las exequias del Papa Francisco a muchas personas manifestar su asombro frente a la presencia de una gran cantidad de jóvenes. Se podría pensar que esa manifestación forma parte de su cosecha. Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha mostrado una especial sensibilidad hacia los jóvenes. Ha construido, a lo largo de los años, una relación con ellos profundamente personal y pastoral. Se les ha acercado como amigo, como guía, y por momentos como abuelo confidente , no solo con palabras cercanas, sino también mediante gestos concretos que confirmaban la autenticidad de su mensaje. Esto ha resultado sin duda atractivo para los jóvenes de hoy que reclaman frente a tanta hipocresía, vidas que sean testimonio de aquello que dicen. En estas pocas líneas quisiera destacar la constante incitación de Francisco a los jóvenes a atreverse a soñar. Porque los sueños son esperanzadores, mueven montañas, nos llevan a actuar y a ser protagonistas de nuestras propias vidas. Esta invitación a soñar, que aparece en muchos de sus discursos, es una de las palabras que más se repite en la
exhortación postsinodal Christus vivit, escrita en 2019 y dirigida especialmente a los jóvenes. Allí les asegura que “no se puede ser joven sin soñar” (CV: 138). Los sueños de los jóvenes, afirma, deben llevar a una transformación real del mundo que implique un compromiso social. El Papa les insiste que dejen brotar los sueños y tomen decisiones; que arriesguen, aunque se equivoquen; que no sobrevivan con el alma anestesiada (CV: 143).
Exhorta, de este modo, a los jóvenes a “ponerse en camino, a descubrir la vida, tras las huellas del amor, en busca del rostro de Dios”, poniéndose en marcha no como simples turistas, sino como peregrinos” (Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud, 2024). Porque el peregrino se deja tocar por lo que vive, busca sentido, y acepta las dificultades como parte del crecimiento. El peregrino se transforma en el camino.
En cada Jornada Mundial de la Juventud, Francisco no solo predicaba, sino que caminaba entre ellos, los abrazaba, reía, cantaba y los escuchaba. Esta alegría ha sido otro rasgo distintivo de su propuesta espiritual y ofrecida a los jóvenes para que la apropien en su
vida y la conviertan en el motor de sus sueños. Hace menos de un año, el Papa sentado entre jóvenes en medio de su viaje a Indonesia volvía a invitarlos a soñar, porque “un joven que no sueña es un jubilado de la vida”.
Con su estilo cálido y cercano intentó mostrarles que la santidad no está reñida con la felicidad y nos exige la creatividad propia de la juventud. Recordando a Carlos Acutis, quien afirmaba que todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias, el Papa Francisco les recordaba que llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente uno mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear” (CV: 162).
La invitación es a ser protagonistas de su propia vida, de su propia historia, aun cuando eso implique hacer lío
Esta expresión que se convirtió rápidamente en el emblema de su propuesta a los jóvenes será luego repetida por él en varias oportunidades: “¡Hagan lío!
Echen fuera los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes mortificados. ¡Vivan! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan a volar!” (CV: 143). Así los exhorta a ser críticos, creativos y comprometidos.
De esta forma, nuestra Universidad, siendo fiel a su identidad, está llamada no solo a ser motor de nuevos sueños, sino también a transmitir que es posible
una vida plena y con sentido. Solo así podremos mantener vivo el deseo de Francisco de anunciar a cada uno de nuestros jóvenes estudiantes: “Lo más
importante, lo primero, eso que nunca se debería callar: Dios te ama, Cristo te salva y Él vive” (CV, capítulo 4).
EL LUGAR DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA DURANTE EL PONTIFICADO DE FRANCISCO
la dra. marcela mazzini, vicedecana de la facultad de teología, repasa cómo el fallecido papa impulsó una mayor participación de las mujeres en la vida eclesial.
Desde que el Papa Francisco fue elegido en 2013, ha resonado con fuerza una invitación constante: que la Iglesia sea más cercana, más compasiva y más fiel al Evangelio. En ese camino de renovación, uno de los temas que ha estado muy presente es el lugar de las mujeres en la vida eclesial
No se trata de un tema de actualidad solamente, sino sobre todo de una necesidad profunda de justicia, de reconocimiento y de fidelidad al mensaje de Jesús, que siempre dignificó y valoró a las mujeres en su misión.
Francisco ha afirmado desde el inicio de su pontificado, en Evangelii
gaudium (103 y 104), que es necesaria una “presencia más incisiva de las mujeres en la Iglesia”. Sus palabras buscan despertar la conciencia de que no se trata solo de ocupar espacios, sino de enriquecerse con el aporte de mujeres y varones . Porque cuando las mujeres no pueden brindar plenamente
la uca, presente para despedir al papa argentino
sus dones, algo del Evangelio queda opacado.
En varias ocasiones, el Papa ha recordado con gratitud el papel insustituible de las mujeres en la transmisión de la fe . Lo vemos en las familias, donde tantas veces son las abuelas y madres las que enseñan a rezar, acompañan con ternura, sostienen la esperanza. También lo ha expresado al destacar que fueron mujeres las primeras testigos del Resucitado, las primeras en recibir y anunciar la Buena Noticia. “Sin las mujeres, la Iglesia se derrumba”, ha dicho sin rodeos
Esto es muy valioso, pero es necesario dar un paso más: que haya presencia de las mujeres en lugares donde se toman las decisiones
Francisco no se ha quedado en las palabras. Durante su pontificado ha nombrado a varias mujeres en cargos importantes dentro del Vaticano, algo impensado hace algunos años. Por ejemplo, ha designado a mujeres como subsecretarias del Sínodo de los Obispos, como miembros del Consejo para la Economía, y como consultoras de importantes dicasterios. Aunque aún no se han abierto todos los caminos posibles, estos pasos marcan un rumbo que apunta a una Iglesia más corresponsable, donde hombres y mujeres trabajen juntos por el Reino de Dios Otro gesto fuerte de Francisco fue la creación de comisiones para estudiar el diaconado de las mujeres, especialmente con miras a reconocer el servicio que ya prestan muchas de ellas en comunidades de todo el mundo, sobre todo en regiones donde no hay sacerdotes. Este tema, que toca aspectos doctrinales y pastorales, sigue en discernimiento, pero su sola inclusión en la agenda ya muestra un cambio de sensibilidad.
Más allá de cargos y estructuras, lo más importante es el llamado a vivir una Iglesia que escuche más a las mujeres,
que aprenda de su experiencia, que les permita ocupar un espacio nuevo en las comunidades.
En este tema aún enfrentamos desafíos significativos. Estamos en camino, de eso se trata vivir en una Iglesia sinodal.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos enseñe a seguir avanzando juntos, tal como nos ha pedido el Papa León XIV en el día de su elección como Pontífice.
el vaticano
CLAVES DE LUMEN FIDEI, PRIMERA ENCÍCLICA DEL PAPA FRANCISCO
por lic. marco gallo*
En junio de 2013, en ocasión de la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco promulgó la encíclica Lumen fidei (La luz de la fe), escrita junto al Papa Benedicto XVI, que no la había completado debido a su renuncia anunciada en febrero del mismo año.
Después de las cartas encíclicas dedicadas a la caridad y a la esperanza, el pontífice alemán había comenzado a escribir la encíclica sobre la fe y dedicado desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 a un año de reflexión sobre la fe. En esta perspectiva se puede hablar de la “encíclica
de los dos Papas”, signo manifiesto de una continuidad en la doctrina. Muchos observadores y teólogos han afirmado que la cuarta parte de la encíclica que trata de “Dios prepara una ciudad para ellos” es fruto de la pluma del Papa Francisco. En la encíclica, el pontífice también se refiere al Concilio Vaticano II, un evento histórico que “ha hecho que la fe brille dentro de la experiencia humana, recorriendo así los caminos del hombre contemporáneo”.
En el texto, Francisco recuerda que Benedicto XVI “ya había completado
prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe”, y expresa: “Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones”. Agrega que “el Sucesor de Pedro, ayer, hoy y siempre, está llamado a ‘confirmar a sus hermanos’ en el inconmensurable tesoro de la fe, que Dios da como luz sobre el camino de todo hombre”. Sostiene, igualmente, que en la fe, “don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él, reconocemos que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena, y que,
papa francisco
si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría”.
Finalmente, destaca que “fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios”.
El Papa Francisco reflexiona sobre la relación entre fe y bien común, se dice que “la fe revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos” (LF: 50).
La fe no aparta del mundo, sino que lo hace más habitable, más justo, contribuye a edificar un futuro con esperanza. Y en cuanto a que la familia es el primer ámbito que ilumina la fe en la ciudad de
los hombres, se recuerda la esencia del matrimonio como unión estable entre un hombre y una mujer, y que la familia es el lugar adecuado para cultivar prácticas comunes de fe, y donde también los padres acompañan el crecimiento en la fe de los hijos.
* Director de la Cátedra Pontificia
LAUDATO SI’, UNA REFLEXIÓN DIEZ AÑOS DESPUÉS DE SU PUBLICACIÓN
por ing. stella maris andretich*
El sentido más profundo de la ecología está en lo que busca: comprender los vínculos. Como enseña el Papa Francisco en la encíclica Laudato si’, la ecología estudia las relaciones entre los organismos vivientes y el entorno en el que se desarrollan. Pero no se queda ahí. Propone una visión más amplia, más amorosa, que incluye instituciones, cultura, arte, arquitectura, historia, todo lo que forma parte de lo vivo y lo que nos define como humanidad
Esta encíclica no es un punto de llegada, no es el producto final de un largo diálogo con los movimientos sociales que denuncian lo que duele y destruye nuestra casa común. Es, más bien, una puerta abierta.
Y lo hermoso es que está escrita con un lenguaje claro, accesible, directo. Pensada para personas de buena voluntad. Tiene esa capacidad de ser simple y a la vez profunda. Cada lectura nos deja algo distinto: una pregunta, una inquietud, una invitación a actuar. Nos toca el alma. Nos despierta. Nos convoca. Porque más que una lectura es un faro. Un llamado a mirar el rostro del otro y, juntos, buscar el bien común.
Lo que realmente impulsa el cambio es la propuesta de Francisco: una ecología integral. Una forma de vivir que une
distintas miradas –ambiental, económica, social, cultural– en un solo horizonte de sentido.
Cuando hablamos de ecología ambiental, pensamos en los seres vivos en relación con su entorno. No alcanza para abrazar la sinfonía de vínculos, afectos y responsabilidades que necesitamos para reconstruir una sociedad más humana. La ecología económica, por su parte, se enriquecería si pudiéramos integrarla a una mirada más completa del desarrollo. Una que contemple no solo los efectos sobre los recursos naturales, sino también el pasado que los condiciona, el presente que los usa y el futuro que los necesita.
La sociedad nace de la familia. Es su célula madre. Y las familias se organizan en barrios, en ciudades, en países. Se tejen en relaciones que, cuando son sanas, dan vida. Pero cuando se dañan, pierden cosas esenciales. Por eso hablamos de ecología social: la que cuida la justicia, la paz, la libertad. No podemos pensar en una sociedad uniforme. Venimos de culturas distintas, con raíces únicas. Heredamos la memoria de nuestros abuelos, y la transformamos. Pero no para homogeneizarla. La ecología cultural se encarga de estudiar estas relaciones, de protegerlas.
Francisco nos invita a pensar más a fondo: ¿cómo producimos? ¿Cómo consumimos? ¿Por qué descartamos? ¿Por qué no compartimos más? La ecología social cuida a las personas, construye familias fuertes. Somos nosotros los que recibimos la huella de nuestros padres y abuelos, y dejamos la nuestra a hijos y nietos. Porque en ellos, en sus manos, florecerá lo que les dejemos. Las familias tienen que volver a las raíces. Porque no hay abuelos con historia si no hay nietos con tiempo de escuchar.
La homogeneización de las culturas es un empobrecimiento. La diversidad es belleza, es riqueza. La cultura nos une desde lo más humano, y también nos diferencia. Ahí está su fortaleza. Somos nuestros valores, nuestras costumbres, nuestras memorias, nuestras tradiciones, nuestra fe. Eso también es ecología cultural: el cuidado de cada pueblo, cada tribu, cada comunidad. Porque, citando la encíclica, “la desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal”.
El saber fragmentado puede volverse ignorancia. Por eso necesitamos una ecología integral que abrace y reconozca la historia de cada pueblo en cada territorio
El Papa lo dice con fuerza: “No es posible comprometerse en cosas grandes solo con doctrinas, sin una mística que nos anime”. No basta con lo aprendido. Hay que tener una conexión profunda con lo sagrado. Con el amor de Dios, con la vida que Él nos dio y nos confió.
La vida cotidiana nos invita, muchas veces sin avisar, a compartir experiencias. Esas vivencias pueden volverse significativas si logran tocar al otro y contagiarlo. Las buenas intenciones son semillas. Pero cuando se conectan entre sí, cuando se tejen en red, se multiplican. Y es en esas redes donde puede nacer un mundo más justo, más consciente del futuro y más atento a las desigualdades.
“Porque no hay dos crisis separadas –una ambiental y otra social–, sino una sola y compleja crisis socioambiental”, escribe Francisco en Laudato si’. Francisco agradece a todos, en especial a los jóvenes, porque fueron ellos, con su compromiso, los que instalaron estos temas en la agenda pública. Pero también dice que no alcanza con acciones individuales. Hace falta algo más: redes comunitarias, una conversión colectiva. Y para los cristianos, esa conversión es, además, gratitud.
¿Cuál es la vigencia de la encíclica? ¿Los jóvenes de hoy se identifican su mensaje? ¿Sigue siendo una brújula la ética ambiental?
¿Se ha profundizado la cultura del descarte? ¿Los adultos mayores regresaron al seno de la familia? ¿Existen nuevas formas de soledad? Tal vez debamos reflexionar también sobre los movimientos migratorios y los cambios demográficos, sobre la importante pérdida en la tasa de natalidad y sus consecuencias en la familia del futuro.
¿Qué nos urge como humanidad, diez años después? ¿Entendimos que no alcanza con la doctrina si no hay una mística que nos aliente en la búsqueda?
¿El extractivismo digital tiene como único límite su propia tecnología? ¿Estamos frente a un nuevo salto en la desigualdad de oportunidades?
Francisco advierte en su encíclica sobre “la necesidad de acuerdos sobre los regímenes de gobernanza para los llamados bienes comunes globales”. ¿Hemos avanzado en esto?
Después de reflexionar sobre estos puntos, podemos preguntarnos si realmente hemos encontrado las “motivaciones adecuadas” que producen la internalización de las buenas prácticas ambientales o ¿es realmente la falta de políticas públicas lo que impide lograr una gobernanza efectiva de los bienes globales? ¿Será la falta de principios éticos en los pocos que pueden decidir sobre los otros?
¿Será entonces que la suma de acciones individuales contagiosas que forman redes –y estas redes, a su vez, se “enredan”–pueda presionar, cual pescadores ricos
en espíritu y corazón, sobre aquellos que siguen siendo pobres de principios y valores?
Y entonces vuelvo a preguntarme: ¿sigue vigente esta encíclica? Creo que sí. Cuidar la casa común es cuidar a la familia, a las instituciones, a las comunidades. A cada una con lo que tiene, lo que sabe, lo que atesora. Como dice Francisco: “No podemos decir que cuidamos el ambiente si no nos cuidamos antes entre nosotros, sin exclusiones ni injusticias”. Porque antes de romper el pacto con la naturaleza, ya hemos roto el pacto con el otro. Con ese otro que tiene rostro…, o no lo tiene aún.
Sea nuestra esperanza.
* Docente y exdecana de la Facultad de Química e Ingeniería del Rosario
francisco durante su asunción
LA FAMILIA COMO SEMILLA DE FRATERNIDAD: UNA
LECTURA DESDE FRATELLI TUTTI
por mg. alejandra planker*
¿Es la familia el tema principal de la encíclica Fratelli tutti? No. La fraternidad a la que nos convoca Francisco en este documento es la que surge de la amistad social en el afán de dar sostén a una necesaria y urgente cultura del encuentro entre las naciones.
Sin embargo, podemos afirmar que la familia emerge como sujeto originario, privilegiado y primordial en esta arquitectura del encuentro
“Las familias […] constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención y del cuidado del otro” (FT: 114). Estas mismas actitudes y virtudes que se viven, o se debieran aprender a vivir en la cotidianidad del hogar, son las que forjan una ciudadanía responsable y comprometida. La ausencia de experiencia de fraternidad en las familias, en la realidad de los hijos
únicos o matrimonios, deliberadamente, sin hijos, declina silenciosamente en “este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia” (FT: 12). La familia, en sus relaciones de paternidad, filiación, fraternidad, constituye un bastión de resistencia contra la soledad social El valor de la familia también se revela en su capacidad natural de inclusión de
las personas, no por su función, sino por su valor intrínseco. En palabras del Papa: “En una familia, los padres, los abuelos, los hijos son de casa; ninguno está excluido. […] Las alegrías y las penas de cada uno son asumidas por todos. ¡Eso sí es ser familia!” (FT: 230). La familia no solo acoge, sino que sostiene y promueve al individuo sin anularlo. La naturaleza del paradigma familiar desafía las lógicas de exclusión, fragmentación y anonimato que dominan muchas estructuras sociales y políticas contemporáneas.
La vida familiar enseña pertenencia, reconocimiento mutuo y responsabilidad por el otro. En la familia, cada uno tiene un nombre, un rostro y un lugar insustituible
Francisco también advierte que romper los vínculos familiares, especialmente con los mayores, empobrece a la sociedad en su conjunto: “Aislar a los ancianos y abandonarlos a cargo de otros sin un adecuado y cercano acompañamiento de la familia, mutila y empobrece a la misma familia. Además, termina privando a los jóvenes de ese necesario contacto con sus raíces y con una sabiduría que la juventud por sí sola no puede alcanzar” (FT: 19). Esta afirmación ha resonado siempre ligada a una preocupación constante de Francisco: la pérdida de las raíces, la disolución de los lazos intergeneracionales y la erosión del sentido de pertenencia. Sin memoria no hay futuro, sin tradiciones no hay fortaleza ni capital social Francisco no se limita a señalar la responsabilidad educativa de las familias, sino que extiende el llamado a toda la sociedad: “Quienes se dedican al mundo de la cultura y de los medios de comunicación social tienen también una responsabilidad en el campo de la educación y la formación, especialmente en la sociedad contemporánea, en la que el acceso a los instrumentos de formación y de comunicación está cada vez más extendido” (FT: 114). Por eso, defender y promover
la familia no es una causa reservada al ámbito privado, sino una tarea pública que interpela a todos los actores sociales. Fratelli tutti recupera el valor esencial de la familia como escuela de humanidad y semilla de fraternidad. En un mundo herido por la polarización, la indiferencia y el individualismo, la familia aparece como una fuerza social viva, capaz de humanizar y transformar la sociedad desde dentro. Promover la familia, protegerla y acompañarla en sus desafíos
no es una tarea marginal, tampoco sencilla, sino una misión urgente y central para cualquier proyecto de fortalecimiento del tejido social. Como recuerda Francisco, “nuestra sociedad gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente de casa” (FT: 230). Y eso comienza en la familia
* Directora del Instituto para el Matrimonio y la Familia
papa francisco. crédito: vatican media
NOS AMÓ DE CORAZÓN: ACERCA DE DILEXIT NOS
por mons. marcelo colombo*
En estos días en que tanto se habla, y con razón, del legado del Papa Francisco, surgen innumerables valoraciones y referencias a sus gestos y palabras, a sus enseñanzas e indicaciones pastorales. Pero he llegado a entender que su legado concreto y real lo constituye un sinfín de personas, hombres y mujeres, que se han sentido reconocidos y alcanzados por su ministerio de misericordia; habitantes de esas periferias existenciales, muchas veces de exclusión y descarte, escucharon a través de su voz, la eterna
llamada de Jesús: “Ven y sígueme”. El Papa Francisco supo llamarlos por su nombre y decirles que Dios los amaba y que contaban para Él aunque se cayeran de las estadísticas y las prioridades de los poderosos.
En esa perspectiva de un amor generoso y apasionado, me gustaría recordar la encíclica Dilexit nos, la última del Papa Francisco, entregada a la humanidad mientras concluía el Sínodo de Obispos en octubre de 2024. Porque en la comprensión del amor de Jesucristo, en
su entrega valiente y fiel, cabe imaginar un ministerio como el del Papa apenas fallecido. En Dilexit nos, Francisco quiere hablarnos del amor humano y divino de Jesús. Lo hace a partir de su propia experiencia espiritual, en la conciencia de querer acercarnos una palabra de consuelo y esperanza: hay un amor grande que nos rescata. Es el amor de Jesucristo que murió y se entregó por nosotros.
El número 87 nos presenta algunas preocupaciones del Papa: el avance de un mundo libre de Dios, religiosidades sin
cartel en las afueras de la catedral metropolitana
referencia a una relación personal con Dios, desencarnar el mensaje del cristianismo. Frente a ese vaciamiento de la dimensión espiritual, caracterizado por la incertidumbre e indefinición sobre el sentido del cristianismo, la encíclica nos recuerda la importancia del corazón del hombre para responderse a los grandes interrogantes de la vida. El corazón del hombre es el espacio donde cada uno puede hacer su síntesis personal. Es desde su corazón que el hombre puede unir y superar la fragmentación e individualismo al que quiere someterlo el mundo y sus falsas prioridades. Del corazón del hombre pasará a contemplar el corazón de Jesús, modelo de vida y dignidad para el hombre. Ese corazón de Jesús, fuente de gestos y palabras de amor, nos habla de nuestro hermano y salvador que se acerca y acompaña.
El corazón de Jesús, ese corazón “que tanto amó” con ternura y misericordia, lejos de exigirnos adoraciones desencarnadas, nos pide amar su vida y considerarla nuestro sumo bien. Si a lo largo de la historia ese misterio de amor ha sido meditado y profundizado, hoy nos toca actualizarlo en una meditación capaz de asumir nuestros contextos y ponerlos en relación con nuestro Dios-amor, que quiere ayudarnos a vivirlo.
En el último capítulo de la encíclica, denominado “Amor por amor”, nos invita a volver al amor de Dios , a la lectura de su Palabra, a la respetuosa consideración del fervor religioso de los otros, y a una valoración que sea de la dimensión espiritual profunda del ser humano como de su relación con los otros, para amarlos y servirlos. En el número 167 nos dirá: “Necesitamos volver a la Palabra
de Dios para reconocer que la mejor respuesta al amor de su Corazón es el amor a los hermanos, no hay mayor gesto que podamos ofrecerle para devolver amor por amor”.
El corazón del Papa Francisco, un corazón atravesado por un amor concreto y activo, nos habló con su vida y su palabra del amor del Sagrado Corazón de Jesús. Resulta conmovedor recordarlo en la visita a la cárcel en su último viernes santo o en su bendición exhausta, final de la Pascua. Como Jesús, nos amó hasta el fin
* Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, arzobispo de Mendoza y docente de la UCA
FRANCISCO Y “LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES”: UN PAPA
SIN MIEDO A ABRIR PUERTAS
en esta columna, federico tavelli, doctor en teología y coautor de la monumental obra encabezada por la facultad de teología de la uca sobre la actuación de la iglesia católica entre 1966 y 1983, cuenta sobre la decisión de investigar la documentación, hasta entonces inaccesible.
Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa en 2013, América Latina se encontró inesperadamente en el centro de la escena global. No solo por el simbolismo de que un argentino y latinoamericano fuera el obispo de Roma por primera vez, sino porque traía consigo una visión forjada en las periferias del mundo, lejos de los grandes centros de poder. Para nosotros, los argentinos y las argentinas, no solo murió el Papa, sino que murió el Papa argentino. La enorme repercusión de su funeral redimensiona todavía más su rol no solo para la Iglesia, sino también para el mensaje y la invitación de la Iglesia al mundo.
Francisco mostró el rostro más humano de la Iglesia: el de la ternura, el de la compasión y el de la misericordia
Puso la atención sobre quienes son excluidos y apartados del mundo: las personas pobres, migrantes, refugiadas, ancianas, niñas y niños, y abordó temáticas de las que pocos querían hablar, como el rol de las mujeres dentro de la Iglesia y en la sociedad en general, así como la discriminación hacia las personas de la diversidad sexual y de género, los abusos sexuales, la transparencia de las finanzas, entre otros. Con Francisco, el papado –asociado tradicionalmente a una visión distante y jerárquica de la Iglesia– cobró un rol más
cercano y humano, y, sobre todo, mostró que la Iglesia todavía tiene algo para decir y algo que ofrecer al mundo. Francisco no temió abrir las puertas
En este contexto se entiende su decisión, ya como arzobispo de Buenos Aires, de hacer accesible la documentación de la Iglesia a las víctimas del terrorismo de Estado, ya sea para encontrar alguna información que pudiera servir para hallar a sus seres queridos o al menos para brindar un consuelo, mostrándose como una Iglesia disponible, que entiende el sufrimiento y que debe ser también una institución transparente. Esta política de accesibilidad a los archivos la continuó como Papa con relación a la documentación conservada en el Vaticano.
Pero tanto el Papa como los obispos argentinos quisieron dar un paso más y pidieron a la Facultad de Teología
de la UCA que estudiara esa documentación y elaborara una obra histórica sobre ese oscuro pasado El Papa Francisco nos brindó un permiso especial a un pequeño grupo de historiadores de la Facultad de Teología para que pudiéramos estudiar esa enorme masa de documentación hasta entonces inaccesible. La Conferencia Episcopal Argentina, por su parte, también nos permitió el acceso.
Como resultado de esa investigación de más de seis años, publicamos por Planeta en 2023 “La verdad los hará libres” en tres tomos. La obra tuvo una enorme repercusión mediática, académica y en los organismos de derechos humanos, como Abuelas de Plaza de Mayo, con quienes nos reunimos en varias ocasiones para intentar aportar, en lo que nos fuera posible desde nuestro conocimiento histórico, a sus esperanzadas búsquedas.
Cuando nos ofrecieron emprender este desafío de estudiar un período tan complejo, y sobre todo polémico, pensé que no iba a ser fácil, pero sentí la convicción de que era necesario dar ese paso. Acceder a la documentación de la Iglesia que no había sido vista ni estudiada, tanto la del Vaticano como la de Argentina, fue una experiencia de mucho trabajo, de avanzar sin mapas, pero a la vez muy emotiva y, a pesar del encuentro permanente con la muerte y la desolación, fue también en un sentido reconfortante, pues se trataba de brindar un servicio no solo a la Iglesia, sino a todas aquellas personas que, de diferentes formas, habían sufrido ese período. La obra impactó mucho más de lo que imaginamos. Muchas personas nos han agradecido que ahora podían comprender mejor lo ocurrido o bien nos acercaron nuevos testimonios. En estos momentos
están en preparación traducciones en otros idiomas. Esta obra muestra también cómo Francisco no tuvo miedo de abrir las puertas de los archivos
Antes de morir, pudimos ver a Francisco en la Basílica de San Pedro, quien espontáneamente se dirigió a rezar a los Papas allí sepultados, como en un diálogo íntimo con quienes habían recorrido el mismo camino como obispos de Roma. Tuve la impresión de que Francisco sentía que su misión estaba cumplida y que era una suerte de despedida personal Francisco mantuvo sus fuerzas hasta el final, hasta esa última bendición de Pascua y su último recorrido por la Plaza San Pedro entre los fieles. En su testamento hizo saber que quería ser sepultado fuera de San Pedro, en Santa María la Mayor; se despidió con esa idea tan suya de que la Iglesia tiene que salir, que su lugar es allí, afuera, entre las personas
TRES EPISODIOS DE LA POLÍTICA EXTERIOR DEL PAPA FRANCISCO EN AMÉRICA LATINA
maximiliano barreto, doctor en relaciones internacionales y profesor adjunto en las sedes de paraná y rosario, repasa momentos en los que el papa francisco buscó ser agente de paz.
Desde que Francisco se convirtió en el 266º Papa de la Iglesia católica, su accionar internacional fue vastísimo. Partidario de tender puentes, se esforzó por concretarlos en innumerables ocasiones. Aquí recuperamos tres escenarios que, si bien con dinámicas propias, reflejan conflictos de mediano y largo plazo, con altos costos sociales y políticos, y en los que el Papa Francisco intentó ser un agente de paz y acercamiento; en aquella región en que los cardenales habían ido “a buscar al obispo de Roma casi al fin del mundo”
Aunque la Guerra Fría terminó en 19891991, la situación de fricción entre Cuba y Estados Unidos en el marco del conflicto Este-Oeste, prosiguió y se prolongó hasta el siglo XXI. A poco más de un año del cónclave en que Jorge Mario Bergoglio pasó a ser Francisco, se anunció a fines de 2014 el inicio del proceso de normalización de relaciones entre EEUU y Cuba, congeladas desde 1961. Allí fue reconocido el importante rol desempeñado por Francisco, el cual incluyó un llamamiento personal a los gobiernos respectivos, la participación del Vaticano
como sede neutral en las conversaciones preliminares (ambas cuestiones tuvieron un carácter reservado hasta el anuncio público por parte de Barack Obama y Raúl Castro) y las gestiones para destrabar el intercambio de los espías de la Red Avispa, el punto más áspero de las negociaciones. Este accionar se consolidó con la visita de Francisco a Cuba en septiembre de 2015, en una gira que incluyó a EEUU, y en febrero de 2016, durante un viaje a Centroamérica.
También anclado en varios pares de década atrás, el segundo episodio se refiere al accionar del Papa en el marco del conflicto armado colombiano , en el que buscó acompañar la negociación de un acuerdo de paz entre el gobierno de
de izq. a derecha, ignacio tomé, mons. guillermo durán, federico tavelli, pbro. carlos maría galli, paula pérez alonso y pbro. luis oscar liberti svd durante la presentación del primer tomo
Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo. Si bien la Santa Sede no fue parte oficial de las negociaciones que tuvieron lugar en La Habana, el respaldo de Francisco fue relevante y ello se evidenció cuando, en el plebiscito de 2016, ganó el “No” al acuerdo y el Papa insistió en que la paz era el camino por seguir a pesar del resultado. Al año siguiente, en 2017, visitó el país y eligió el lema “Demos el primer paso”, con la esperanza de que la reconciliación y la paz siguieran siendo buscadas en Colombia. Con raíces históricas más pequeñas que lo anterior, la situación de inestabilidad venezolana es el tercer escenario en
que Francisco desplegó su influencia y accionar exterior . La situación de inestabilidad política y económica comenzó a configurarse en los últimos años de gobierno de Hugo Chávez y, con Nicolás Maduro, tras su asunción en 2013 adquirió tintes graves. En 2016, la Santa Sede aceptó participar como facilitadora del proceso de diálogo entre el gobierno de Maduro y sectores de la oposición, el cual tuvo varias rondas de conversación, pero que fracasó: las partes interesadas no mostraron voluntad de cumplir los compromisos asumidos y se perdió la confianza en el proceso. En perspectiva, estos tres episodios no han conducido a resolver definitivamente
los conflictos y, en cierto sentido, muestran los límites de la diplomacia. No obstante, evidencian la coherencia de Francisco, quien incluso ante lo adverso continuó apostando al diálogo, la paz y el respeto de la dignidad humana
Doce años después de su elección y tras su muerte, el legado de Francisco en América Latina excede estos tres capítulos. Pero ellos condensan su vocación de incidencia global, su voluntad de tender puentes en medio de los muros y su convicción de que la política –cuando está al servicio del bien común– puede ser una de las formas más altas de la caridad
EL PADRE DE TODOS: LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO DE
BERGOGLIO
EN
EL SUBTE
la imagen del primer papa latinoamericano viajando en el transporte público refleja el modo de vida que lo caracterizaba. federico wals, exsecretario de bergoglio, y el fotógrafo pablo leguizamón rememoran aquel instante que dio la vuelta al mundo.
por joaquín ibarra*
Una fotografía que retrata una escena de lo más cotidiana, como un viaje en el transporte público, se convirtió en una imagen histórica tras la muerte del Papa Francisco. En ella se ve al entonces arzobispo de Buenos Aires y cardenal Jorge Bergoglio en un vagón de la línea A de subte, dirigiéndose a la Catedral de Plaza de Mayo para celebrar el Corpus Christi con los jóvenes de distintas vicarías.
Vistiendo cleriman, sentado en los asientos de madera que caracterizaban esa línea y lo que parece una sonrisa tímida, Bergoglio refleja la figura de un hombre humilde y sencillo que años después asumiría como Papa . Detrás de él, a su izquierda, entre los demás pasajeros se asoma un joven Federico Wals, quien era su secretario de prensa y con quien compartía su día a día.
“Para mí fue como un padre. Lo recuerdo con cercanía y cariño”. Federico Wals, graduado de Ciencias Políticas en la UCA con especialización en Relaciones Internacionales en 2003, fue testigo de los pasos previos del arzobispo antes de ser conocido en el mundo entero como Francisco, el primer Sumo Pontífice latinoamericano y argentino. Pero, ¿cómo llegó allí?
En 2007, en vísperas del nacimiento de su primera hija, Wals buscaba trabajo a tiempo completo. Una tarde, mientras viajaba en tren acompañado de su esposa, Luz María Fernández, un niño que repartía estampitas intentaba llamar su atención. Al acercarse, el pequeño le dio una
de camino a la catedral de plaza de mayo, bergoglio conversa con su acompañante
federico wals, mons. eduardo garcía (obispo auxiliar de buenos aires) y el cardenal bergoglio saliendo de la
estampita de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. A los dos días, a la noche sonó el teléfono. “Te conseguí trabajo Mañana a las 7.30 venite que ya está todo arreglado, entrás a trabajar a la oficina de prensa del Arzobispado. Ya hablé con el cardenal”, le dijo el padre Gustavo Boquin, hoy vicerrector de Formación Integral, a quien conoció en la UCA, cuando en 2000 participó del Jubileo en Roma.
estación lima de la línea a de subte
Esta cercanía que se ve en la foto que recorrió el mundo comenzó cuando Wals ingresó a las oficinas del Arzobispado de Buenos Aires. En lo que podría considerarse una señal, de pronto Federico se hallaba trabajando para el cardenal. Su primer encuentro tuvo lugar el jueves santo, en donde se organizó un lavatorio de pies en el Hospital José T. Borda de Barracas. “Así que sos el de la oficina de prensa con las noticias de la Iglesia”, escuchó Wals. “Me doy vuelta pensando que era un periodista o un colega”, cuenta. Pero era él, su nuevo jefe.
“Soy el padre Jorge”, se presentó ante un Federico nervioso que no sabía si llamarlo monseñor, cardenal, arzobispo o simplemente padre. Luego, se dirigieron a la capilla conversando en un tono de profunda amistad. Parecía mentira que apenas se conocían. Bergoglio no omitió ninguna pregunta y se interesó por aquel joven secretario que se iniciaba en el mundo del Arzobispado. Conversaron sobre su familia, su futura hija, el embarazo de su esposa, y lo hizo sentirse cómodo mientras lo tomaba del hombro, un gesto paternal que no sería el único.
En mayo de 2008 se celebraba el Corpus Christi en la Catedral de Plaza de Mayo. Primero viajaron juntos a Plaza Miserere, para reunirse con jóvenes de distintas parroquias que lo acompañarían al Centro. Luego tomaron la línea A. En ese momento, Wals notó que había una movilización importante alrededor de ellos en el vagón, personas que los seguían sin motivo aparente. Todo un contraste entre la calma de Bergoglio y el ruido de la gente. Entre esa multitud, Pablo Leguizamón, un fotoperiodista de por aquel entonces de 29 años, con una mochila y su cámara saltó los molinetes y se ganó el lugar frente a ellos.
“Instintivamente corrí detrás de él. Sentía que algo importante pasaba”, recuerda el fotógrafo sorprendido de ver a una figura de tal magnitud tomando el subte como cualquier trabajador. En
un vagón con poca luz y en movimiento, los asientos de madera de los coches La Brugeoise, algunas ventanas abiertas, las personas que buscan su lugar y un hombre de bigotes que conversa con Bergoglio, Leguizamón tomó una serie de fotos que marcarían su vida. Tiempos después, en febrero de 2013, con motivo del cónclave tras la muerte de Benedicto XVI, Federico se despidió de su jefe. “Nos vemos a la vuelta”, le dijo antes de partir a Roma. Esa fue la última vez que el arzobispo de Buenos Aires estuvo en Argentina. El 13 de marzo, la Plaza de San Pedro fue escenario de la fumata blanca. En las oficinas de la Catedral, junto a tres amigos del cardenal, Federico esperaba la noticia. Momentos previos a que el cardenal francés Jean-Louis Tauran pronuncie las palabras Habemus Papam, Federico recibió un mensaje de texto de un conocido que estaba en Roma que lo enmudeció. “Felicitaciones, Fede, tu jefe es el Papa”, leyó minutos antes de que la cortina del balcón se abriese. “Les di el teléfono y empezaron a festejar”, recuerda. Entre lágrimas vieron cómo el arzobispo de Buenos Aires que paseaba por los barrios más carenciados de la ciudad y la periferia, y viajaba
en transporte público se presentaba al mundo con sotana blanca y el anillo del pescador. “Yo salté un molinete, él saltó un montón de molinetes siendo líder de la Iglesia”, afirma Leguizamón. La última vez que Federico vio a Francisco fue en agosto de 2024. Estaba acompañado de su esposa, Luz, y de sus cuatro hijos. “Nos recibió un miércoles temprano, estuvimos casi una hora hablando hasta que nos vinieron a buscar”, rememora Wals. La noticia de su muerte lo sorprendió. A las 6 de la mañana del lunes 21 de abril, un amigo le compartió que su amigo había fallecido. El jueves viajó a Roma para despedirse y tuvo la posibilidad de acercarse hasta la tercera fila de la Basílica de San Pedro. “Pude despedirme bien”, concreta. Hay una frase que Federico siempre recuerda. “Que el lugar donde estés no cambie tu forma de ser”, le dijo Bergoglio, años antes de ser elegido Sumo Pontífice, cuando para Wals “ya era evidente que iba a dar el salto”. Sus palabras cobraron especial significado después de marzo de 2013: pese a ser la máxima autoridad de la Iglesia, el Papa argentino nunca perdió su esencia.
* Pasante de la Dirección de Relaciones Institucionales
federico wals, luz maría fernández y sus hijos junto a francisco
EL PRIMER NIÑO EN BRAZOS DEL PAPA FRANCISCO
el encuentro entre el papa francisco y un niño argentino quedó inmortalizado en una foto que dio la vuelta al mundo y marcó el inicio de su pontificado.
por camila welz*
El 19 de marzo de 2013, con un año recién cumplido, José Sánchez Sorondo Bossa Dionisio fue el primer niño en ser tomado en brazos por el Papa Francisco, quien recién había comenzado su pontificado
No era cualquier niño: era argentino y además descendiente de Mama Antula, mujer que se convirtió en la primera santa argentina gracias al impulso del mismo Papa.
“Nosotros estábamos atrás [en la Plaza de San Pedro], cuando pasó por ahí por segunda vez frenó y fue el único chico al que alzó”, recuerdan sus padres, Luisa Sánchez Sorondo, abogada graduada de la Facultad de Derecho de la UCA, y Francisco Bossa Dionisio, colaborador de la Dirección de Relaciones Institucionales.
El momento fue capturado por las agencias de noticias, desde donde saltó a las principales portadas del mundo: la imagen de José en brazos del Papa Francisco salió en las portadas de medios como el New York Times, Vatican News y el Daily Telegraph , y diarios argentinos como La Nación
En diálogo con UCActualidad, la familia comparte la historia detrás de la foto.
-¿Por qué decidieron viajar al Vaticano ante la noticia de que Jorge Bergoglio había sido elegido Papa?
-Francisco: El Papa Francisco fue electo un día 13. Para nosotros el 13 es importante porque es el día que se celebra el aniversario de la Virgen de Fátima, que es un 13 de mayo. Sentimos que teníamos que estar con él
- Luisa: Habíamos trabajado con él en el proceso de canonización de María
Antonia de Paz y Figueroa, la primera santa argentina, y como buenos amigos teníamos que estar al lado de él. Así que no lo dudamos y ese día sacamos el pasaje para viajar toda la familia.
-¿Cómo fue el momento en que les tomaron la foto?
-Luisa: Cuando él fue electo, yo sabía que lo iba a alzar a José, es algo que sentí. Me acuerdo de que mi madre me
josé maría bossa sánchez junto al papa francisco
reencuentro de la familia con el papa francisco
dijo: “José es muy chiquito, ¿cómo va a estar tantas horas en la plaza esperando a que salga?”. Hay que llegar muy temprano, son muchas horas, el Papa sale a las 10 de la mañana y nosotros a las 5 ya estábamos ahí. Para un bebé recién nacido era complicado, pero esto fue una cuestión de fe. Nosotros estábamos más atrás, entonces cuando el Papa pasó, no frenó. Cuando pasó por segunda vez ahí frenó y fue el único chico al que alzó. José es el descendiente más joven de María Antonia. Sentí que era ella la que estaba ahí en la plaza y que, a través de los ojos de José, el Papa se estaba encontrando con María Antonia. Francisco le tenía muchísima devoción a ella. Y José, como el descendiente más joven, estaba en la plaza rindiéndole homenaje.
-¿Qué sintieron en ese momento?
-Francisco: Nosotros sentimos una gran presencia espiritual porque en Argentina nunca hubo una santa, hasta el año pasado que Francisco la declaró como tal. Vivimos esto con un sentimiento muy profundo: el bebé era un argentino que la providencia puso en sus manos. Es algo misterioso, como de película.
-José, ¿qué sentís cuando escuchás todo esto?
-José: Yo en ese momento tenía un año recién cumplido. Pero la verdad, si me preguntás si me acuerdo de algo, sí me acuerdo. Me acuerdo de estar en la plaza y que había millones de personas Cuando ya fui consciente tenía como 6 años, me di cuenta de que tuve mucha suerte. Yo no le daba tanta importancia, hasta que noté lo importante de ser Papa porque en el colegio lo explicaron. Me di cuenta de que la providencia me ayudó a estar ahí.
-¿Quién los contactó por la foto?
-Francisco: La Nación nos contactó y otros medios argentinos, como C5N y TN, porque fue el primer bebé del mundo en tener este encuentro con el Papa y justo era argentino y descendiente de una futura santa, que él mismo canonizó
-Luisa: Él quería que María Antonia, una mujer laica, fuera santa. Cuando era Bergoglio y estaba en Buenos Aires nos contactó para que lo ayudáramos en el proceso canónico.
-¿Cómo vivieron ustedes como familia la muerte del Papa?
tenían una mala noticia: había fallecido el Papa. Ese día para mí fue muy triste. Fuimos a la nunciatura a firmar el libro de condolencias para agradecerle.
-Luisa: El Papa fue una persona que iba a las periferias, que hablaba con los que menos tenían. El testamento espiritual que me deja Francisco es construir puentes, siempre construir puentes. Estoy convencida de que en el cielo lo recibió la Virgen de Luján. Cuando fuimos a la nunciatura a firmar el libro de condolencias le dijimos al nuncio: “Va a ver que la Virgen de Luján le va a regalar al Papa Francisco tener un Papa en su fecha”, y así fue, el día de la Virgen de Luján tuvimos un Papa
* Pasante de la Dirección de Relaciones Institucionales 35
-José: Era lunes, después del domingo de Pascua. A la noche no podía dormir, yo presentía algo malo. Me vinieron a levantar mi mamá y papá, y me dijeron que la
foto histórica que recorrió el mundo recorte de the daily telegraph
luisa, francisco y su hijo josé con el papa francisco
LEÓN XIV, EL SUCESOR
robert prevost, el cardenal estadounidense y prefecto del dicasterio para los obispos, eligió el nombre león xiv.
El jueves 8 de mayo, a las 18.07 de Roma, la fumata blanca anticipó que el cónclave había tomado una decisión. “Habemus papam”, se anunció desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Minutos más tarde, Robert Prevost, cardenal estadounidense y entonces prefecto del Dicasterio para los Obispos, se asomó para saludar a los presentes
El sucesor de Francisco eligió el nombre León XIV, en homenaje a León XIII, conocido como el papa de los obreros por su encíclica Rerum novarum.
“Que la paz esté con ustedes” fueron sus primeras palabras como Sumo Pontífice.
“Esta es la paz de Cristo resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios. Dios, que nos ama a todos de manera incondicional. Aunque ahora, nosotros aquí seguimos conservando en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendijo a Roma”, leyó ante una plaza colmada de personas.
“El Papa que bendijo a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero. Esa mañana del día de Pascua. Permitidme
seguir esa bendición. Dios nos quiere. Dios nos ama a todos. Y el mal no prevalecerá. Todos estamos en manos de Dios”, continuó el Papa.
León XIV también se refirió a la orden a la que pertenece, los agustinos, y envió un especial saludo a su “querida” Diócesis de Chiclayo en Perú “Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cercanos, sobre todo a aquellos que sufren”, concluyó.
Nacido en Chicago, Estados Unidos, en 1955, Robert Prevost ingresó en la Orden de San Agustín en 1977, estudió Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino, en Roma. En 1981 realizó sus votos solemnes, con los cuales confirmó públicamente su compromiso con Dios.
Al siguiente año fue ordenado sacerdote y en 1985 inició su labor misionera en Chulucanas, Perú, país en el que vivió durante 18 años. Allí desarrolló diversas tareas como la misión de Trujillo, donde fue director del proyecto de formación
común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac, en 1988.
En su regreso a Chicago, en 2013, ejerció como maestro de los profesos y vicario provincial hasta 2014, cuando el Papa Francisco lo nombró obispo titular de Sufar y administrador apostólico de Chiclayo, Perú. En septiembre de 2015 fue nombrado obispo de Chiclayo, y ese mismo año se nacionalizó peruano. En 2018 obtuvo el título de vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana. Su relación cercana con el Sumo Pontífice argentino, con quien compartía la misma visión sobre los pobres y los migrantes, lo llevaron a ocupar el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, un rol clave para la selección de los obispos en el mundo y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en 2023.
Con 69 años, Prevost es el primer estadounidense en ser elegido Papa. Como sucesor de Francisco, tendrá el desafío de seguir acercando la Iglesia católica a los fieles y responder a una agenda mundial compleja.
león xiv, el nuevo sumo pontífice, saluda a los fieles desde el balcón de la basílica de san pedro.
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA
Gran Canciller Jorge Ignacio García Cuerva
Rector Miguel Ángel Schiavone
Vicerrectora de Investigación Graciela Cremaschi
Vicerrector de Formación Integral Gustavo Boquin
Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Horacio Rodríguez Penelas
Vicerrector de Asuntos Académicos Gabriel Limodio
BUENOS AIRES
Eduardo Mario Pugliese Decano Delegado de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales
Carlos Newland Decano de la Facultad de Ciencias Económicas
Horacio Caviglia Decano de la Facultad de Ciencias Médicas
Roberto Aras Decano de la Facultad de Ciencias Sociales
Daniel Herrera Decano de la Facultad de Derecho
Ricardo Daniel Medina Decano de la Facultad de Derecho Canónico
Javier Roberto González Decano de la Facultad de Filosofía y Letras
José Mostany Decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias
María de la Paz Grebe Noguera Decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía
Gerardo José Söding Decano de la Facultad de Teología
MENDOZA
Horacio Rodríguez Penelas Delegado Rectoral de la Sede Mendoza
Fabiana Acerbi Decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias Económicas
PARANÁ
Marcelo Adrián Agolti Decano de la Facultad Teresa de Ávila
ROSARIO
Gustavo Ilharrescondo Delegado Rectoral de la Sede Rosario
Oscar Telmo Navós Decano de la Facultad de Ciencias Económicas del Rosario
Lucas Salvatierra Decano de la Facultad de Química e Ingeniería del Rosario
Nelson Cossari Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario
CONSEJEROS POR LOS PROFESORES TITULARES
Cecilia Inés Avenatti de Palumbo
Carlos Germán Hoevel
Carlos Horacio Torrendell
CONSEJEROS POR LOS PROFESORES PROTITULARES Y ADJUNTOS