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Las pandemias y su efecto disparador sobre la mortalidad materna

Una investigación conjunta realizada por investigadores de MELISA Institute, la Universidad Católica Argentina (UCA), la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Austral y el Hospital Universitario Austral reveló el efecto que pueden tener las pandemias sobre la mortalidad materna. Para la misma, se aplicó por primera vez la Serie de Tiempo Interrumpida (STI) en base a datos argentinos y, de ahora en más, esto permitirá que otros países cuenten con un instrumento para medir la calidad de los registros de muertes maternas. El estudio fue publicado. en la revista científica The Lancet Regional Health – Americas. Para el trabajo, se utilizó una serie de 38 años (1980 a 2017) de los registros de fallecimientos argentinos para evaluar la tendencia de la razón de mortalidad materna (número de mujeres que mueren año a año durante el embarazo, parto y puerperio por cada 100.000 nacidos vivos), por causas específicas antes, durante y después de la epidemia global causada por el virus pandémico H1N1 en 2009. En el período estudiado, se registró un punto máximo en la razón de mortalidad materna de Argentina durante la pandemia por influenza H1N1 de 2009, para luego volver a descender de forma acelerada. El análisis de la STI muestra que por cada año precedente al 2009, la mortalidad materna global disminuyó en 0,94 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Luego, se invirtió abruptamente en 2009 con un aumento de 12,74 por cada 100.000 nacidos vivos y, pasado el período de la pandemia de H1N1, retomó una tendencia decreciente. El estudio confirmó lo que se conoce como “transición epidemiológica obstétrica”, en la cual se reduce significativamente la mortalidad materna, pero cambian las causas de muerte dominantes. De hecho, se identificó una reducción del 58,6% en la mortalidad materna total durante los 38 años estudiados. Las principales causas de muerte materna que contribuyeron a esta disminución fueron el desenlace abortivo (desde 24,5 a 4,3 por 100.000 nacidos vivos 82,6%) y las hemorragias (10,2 a 2,3 por 100.000 nacidos vivos, 77,7%). Sin embargo, se observó un aumento de las causas indirectas (2,6 a 7,7 por 100.000 nacidos vivos, 197%) por comorbilidades no relacionadas con el embarazo, que incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, insuficiencia renal y otras afecciones crónicas. La investigación fue liderada por el Dr. Elard Koch, epidemiólogo senior de MELISA Institute de Chile, y realizada junto a la socióloga María Elena Critto, investigadora de MELISA Institute y docente de la Universidad Católica Argentina; los médicos argentinos Lenin de Janon Quevedo, investigador y director de la carrera de Medicina de la UCA; Ruth Weinberg, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; y Adolfo Etchegaray, director de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Universitario Austral y docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral; y los investigadores de Perú y Chile, Yordanis Enríquez, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica Sedes Sapientiae de Perú; y Miguel Bravo, de MELISA Institute.

Implicancia en la pandemia de Covid-19

¿En qué medida esta investigación podría ser de utilidad para prevenir muertes de mujeres embarazadas? La investigadora María Elena Critto remarcó que “con este estudio, queda demostrado que el registro de muertes maternas de la Argentina puede ser útil para evaluar los efectos específicos de la pandemia de SARS-CoV-2 en curso y cualquier otro brote infeccioso emergente en el futuro”. En ese sentido, agregó: “La difusión de este tipo de estudios es clave, por un lado, para tomar conciencia y poder actuar en tiempo y forma ante virus emergentes, priorizando la prevención de las muertes maternas y la disminución de los factores de riesgo para la salud y, por el otro, para monitorear, fortalecer o rectificar las políticas de salud pública que impactan a las mujeres en base a la información y evidencia científica local”. Sin embargo, hacer este trabajo aplicado a la pandemia actual de Covid-19 tiene la dificultad de no contar aún con datos actuales, ya que la publicación consolidada de los mismos tiene un desfasaje aproximado de dos años. Ver publicación de The Lancet Regional Health – Americas.

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