Unidiversidad 7

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cierto sentido, sí. Pero encontrarían igualmente difícil respirar incluso si no hubiera otras personas más abajo. De la misma manera, en la perspectiva de la prioridad, son más importantes los beneficios otorgados a quienes se encuentran en peores condiciones, pero eso se debe sólo a que estas personas se encuentran en un nivel inferior absoluto. Es irrelevante que estas personas se encuentren en peores condiciones que otras. Beneficiarlos importará tanto incluso si no existieran otros en mejores condiciones. La principal diferencia es, entonces, la siguiente. Los igualitaristas se preocupan por las relatividades: cómo el nivel de cada persona se compara con el de otra persona. En el punto de vista de la prioridad, nos preocupa sólo el nivel absoluto de la gente. Esta es una diferencia estructural fundamental. Es en razón de esta diferencia que existen distintas formas en las que estos puntos de vista tienen diferentes implicaciones. Un ejemplo se refiere al alcance. Los igualitaristas télicos, como he dicho, otorgan gran alcance a su punto de vista. Pueden considerar que la igualdad es mala incluso cuando se sostiene entre personas que no tienen vínculo alguno. Esto puede parecer ambiguo. ¿Por qué importaría si, en una tierra lejana, y totalmente desconocida para mí, existen otras personas que se encuentran en mejores condiciones que yo? En la perspectiva de la prioridad, no existe fundamento para tales dudas. Este punto de vista naturalmente tiene alcance universal. Si es más importante beneficiar a una de dos personas, porque esta persona se encuentra en peores condiciones, es irrelevante si estas personas se encuentran en la misma comunidad o tienen conocimiento de la existencia de otra. La gran urgencia de beneficiar a esta persona no depende de su relación con otra, sino sólo de su nivel absoluto inferior. Estos puntos de vista difieren en otros aspectos, los cuales no tengo espacio suficiente para discutir aquí. Pero he descrito el tipo de caso en que estas perspectivas difieren más profundamente. Estos son los casos que plantean la objeción de la nivelación hacia abajo. Los igualitaristas enfrentan este argumento ya que consideran que la desigualdad es mala por sí misma. Si aceptamos el punto de vista de la prioridad, evitamos esta objeción. En esta perspectiva, excepto cuando es malo para la gente, la desigualdad no es importante.

6 Si bien la igualdad y la prioridad son ideas distintas, esta distinción ha sido frecuentemente pasada por alto. Una primera razón es que especialmente en siglos anteriores los igualitaristas muchas veces sostuvieron batallas en que esta distinción no surgió. Exigían igualdad política o legal, o atacaban privilegios arbitrarios, o diferencias de estatus. Estos no son el tipo de bien en que nuestra distinción aplica. Y es aquí que la demanda de igualdad es más plausible. En segundo lugar, cuando los igualitaristas consideraron otros tipos de bienes con frecuencia asumieron que, de lograr igualdad, se incrementaría el total de estos bienes o al menos no se reduciría esta cantidad. En cualquiera de estos casos, igualdad y prioridad no pueden entrar en conflicto. En tercer término, aun cuando un movimiento hacia la igualdad puede reducir el total de beneficios, a menudo los igualitaristas supusieron que tal medida puede acarrear al menos algunos beneficios para las personas que se encontraran en peores condiciones. En tales casos, igualdad y prioridad no pueden entrar en conflicto profundo. Los igualitaristas ignoraron los casos en que la igualdad no puede alcanzarse salvo mediante la nivelación hacia abajo. Ya que esta distinción ha sido pasada por alto, algunos autores han hecho afirmaciones que no son realmente sobre igualdad y serían mejor argumentadas como afirmaciones sobre prioridad. Por ejemplo, Nagel explica: Para defender la igualdad por sí misma como un bien, habría que argumentar que las mejoras en la situación de quienes se encuentran en los niveles más bajos en la escala de bienestar tuvieron prioridad por encima de las mayores mejoras de aquellos en niveles superiores de la escala.19

En el ejemplo con que iniciamos, Nagel de manera similar afirma que sería “más urgente” beneficiar al niño discapacitado. Entonces, escribe: “Esta urgencia no es necesariamente contundente. Puede ser superada por otras consideraciones, dado que la igualdad no es el único valor.”20 Estas observaciones sugieren que, a la pregunta “¿Por qué es más urgente beneficiar a este niño?”, Nagel responde: “Porque ello reduciría la desigualdad entre estos dos niños”. Pero dudo que éste sea realmente el punto de vista de Nagel. ¿Sería tan urgente beneficiar al niño discapacitado, 19 20

Reading Nozick, editado por Jeffrey Paul. Oxford: Blackwell, 1981, p. 203. Op. cit., p. 124.

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