ALLÁ LEJOS Rubén Darío
VACA Y NIÑA Eduardo Lizalde
RETRATO DE FAMILIA Y ANIMAL El padre
Myriam Moscona
de nutrientes Buey que vi en niñez echando vaho un día
Los niños de las ciudades
pétalos blancuzcos
bajo el nicaragüense sol de encendidos oros,
conocen bien el mar,
en la hacienda fecunda, plena de la armonía
mas no la tierra.
amamantando
Sobre la sombra
del trópico; paloma de los bosques sonoros,
La niña que no había visto,
a su plebe
difícil agregar
del viento, de las hachas, de pájaros y toros
nunca, una vaca
como una vaca
palabras
salvajes, yo os saludo, pues sois la vida mía.
se la encontró en el prado
y le gustó.
La sombra cubre
Sólo se ve
Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada
La vaca no sonreía
lo que sus ojos
cuando los ojos se
que llamaba a la ordeña de la vaca lechera,
—está contra sus costumbres—.
no pueden ver
aprietan
cuando era mi existencia toda blanca y rosada,
La niña se le acercó, pasos menudos,
y tú, paloma arrulladora y montañera,
como a una fuente materna
Es tan
Y las luces
significas en mi primavera pasada
de leche y miel y cebada.
sagrado que no
blancuzcas
todo lo que hay en la divina Primavera.
puede verse con los ojos
se derraman
La vaca a su vez,
rumiando dulce pastura,
(es sombra solamente)
Hace frío en el lenguaje
miró a la pequeña triste,
como a un becerro perdido,
La carne de una vaca
La mancha debe
y la saludó contenta:
es blanda cuando niña
sentirse con yemas
la cola en alta alegría,
¿la niña o la vaca?
de ciego
látigo amable
que festejaban las moscas.
Los toros
Antes del calostro
las prefieren recias
mi padre tenía
eso sí, no escriben poemas
esa pinta
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